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Los movimientos sociales en la Europa del Siglo XIX (página 8)


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Los últimos años del S.XIX resultaron difíciles para el movimiento obre- ro español debido a las suspensiones, detenciones y violentas represalias que provocaron numerosas huelgas y actos de protesta de los trabajadores contra las guerras coloniales. Estas protestas continuaron hasta desembocar en la Huelga General de julio de 1909, contra la guerra de Marruecos. (215)

Entre 1902 y 1903 se producen numerosas huelgas para mejorar las condiciones laborales de la clase obrera (varias en el campo zamorano por ejemplo). Esto lleva a que en 1904 en el Gobierno de Azcárraga apruebe la Ley del Descanso Dominical, uno de los primeros avances en materia laboral gracias a la presión huelguística. (216). No obstante, el movimiento obrero en España era más modesto que en otros países europeos. En1913, el sindicato UGT, alcanzaba la cifra récord de 147.729 afiliados y el socia- lista, Pablo Iglesias, estaba de diputado en el Parlamento español. En ese mismo año el sindicato francés C.G.T superaba los 500.000 afiliados, así como la Trade Unions británica y el sindicato italiano C.G.L, y contaba con 75 diputados socialistas,el Parlamento italiano tenía 42 y el alemán 110.Es- te modesto crecimiento del movimiento obrero en España se puede expli- car por el importante peso de la oligarquía rural y su estructura"caciquil" y también por la importancia del movimiento anarquista, aunque cabe señalar que en Italia las estructuras sociales eran similares a las nuestras. (217)

Innumerables son las voces que se alzan reclamando una mayor educa-ción e instrucción del pueblo, con el convencimiento de que sólo ellas pue-den salvar a España. Ya, en enero de 1869, surge el denominado Círculo de la Revolución en Gijón, cuyo principal objetivo es la instrucción de las clases obreras e industriales que impartían las siguientes cátedras, de forma gratuita y en horario nocturno (de 7 a 9 h): Lectura y Aritmética, Historia de España, Elementos de la Geometría, Economía política, Geografía y Explicaciones sobre principios de la democracia. (218)

Una de las personalidades españolas más destacadas en el ámbito educa- tivo fue Francisco Giner de los Ríos.Nace en la ciudad de Ronda en el seno de una familia acomodada, lo cual le permite acceder a una correcta forma- ción universitaria. Estudió Filosofía en Barcelona y Granada,trasladándose a Madrid en 1863,donde entraría en contacto con el ideario Krausista. (219) Realizó el doctorado en derecho en 1867 obteniendo,por oposición,una cá- tedra de filosofía del derecho a la que renunció en solidaridad con los cole- gas expulsados por el gobierno al no haber aceptado firmar una adhesión a la persona de la reina Isabel II y haberse negado a manifestar fidelidad al trono y a la iglesia católica (220)Fue el fundador,junto a otros catedráticos, de la Institución Libre de Enseñanza (1876) desde cuya institución se dedi- cará a formar hombres útiles a la sociedad,capaces de concebir un ideal; coeducación y reconocimiento explícito de la mujer en igualdad de condi- ciones respecto al hombre; libertad de cátedra,de investigación y de la auto- nomía y extensión universitaria.En una palabra,una escuela activa, neutra y no dogmática,basada en el método científico que pretende la formación de hombres completos, abiertos a todos los ámbitos del saber humano.(221)La Institución Libre de Enseñanza albergó a personalidades de la talla de: Aza- ña, Besteiro, García Lorca, Salvador Dalí, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Buñuel, Miguel de Unamuno o Bosch Gimpera, por poner solo algunos ejemplos. Entre las obras de Francisco Giner caben destacar: Le- cciones de psicología (1874), Estudios sobre educación (1886), Educación y Enseñanza (1889) y Pedagogía universitaria (1905). (222)Por su actitud crítica frente a la España tradicional, Giner de los Ríos puede considerarse como un precursor de la generación del 98. (223)

Rafael Altamira fue otro ilustre pensador que se enfrentó al pensamiento tradicional español ya que fue el primero que penetró en la historiografía partiendo de su relación con la cultura y la historia de las ideas. Aunque impulsó y apoyó siempre la Institución Libre de Enseñanza,en la que traba- jó como docente, tuvo siempre independencia de criterio respecto al Krau- sismo en una orientación ideológica liberal-progresista. Promovió la educa- ción popular y propugnó una pedagogía con fuerte sentido moral. En 1898 creó, junto con otros catedráticos de la Facultad de Derecho de la Universi- dad de Oviedo, la Extensión Universitaria en nuestra región con el propósi- to de difundir los conocimientos generados en esta institución a través de conferencias, cursos y otras actividades a aquellas clases sociales que no podían acceder a ellos, siguiendo el ejemplo de varias universidades ingle- sas, alemanas y belgas. (224) No contento con ello, Altamira dio ejemplo impartiendo cursos y conferencias en numerosas universidades españolas y extranjeras (Argentina, EE.UU, Inglaterra…) La educación del pueblo era considerada por Altamira como la base fundamental para la solución de los problemas de la Patria. En su obra Psicología del Pueblo español y en La enseñanza en la historia, publicada en 1891, intenta comunicar que en ella está la esencia, la médula, el nervio y la vitalidad de España. Aparte de las obras mencionadas también caben destacar: Historia de la propiedad comu- nal (Tesis doctoral, 1890), Historia de España y de la civilización española (1911) y La huella de España en América (1924). El proyecto último de Altamira era conseguir la convivencia de los pueblos a través de la educa- ción para fomentar el entendimiento, la curiosidad y la educación para la paz. Así decía que: "La Universidad debe trabajar por la paz, a la vez que afirmar el sentimiento nacional de la lucha por el derecho, tratar de supri- mir de las relaciones internacionales el sello de la barbarie y de rapacidad que aún tiene hoy". Fue perseguido por el franquismo por lo que se exilia en México donde muere en 1951.(225)

Se afirmaba que la cuestión social era una cuestión pedagógica. Así el movimiento Regeneracionista, iniciado en nuestra patria a comienzos del S. XX,tomó visos de realidad en la educación y la cuestión española es plan– teada como problema de educación. Hay que indicar, dice Posada, como síntoma consolador y de un valor indiscutible, la importancia creciente en la opinión pública de los problemas capitales para todo el pueblo que quiere ser culto: los problemas de la educación y de la enseñanza. (226)

Joaquín Costa, junto a una regeneración económica, propone un vasto programa pedagógico, para subsanar el mayor mal que padece España, la "anemia mental", consecuencia de su pobreza económica. A su gran interés por la educación Joaquín Costa añade su gran preocupación por las cues-tiones históricas,sociales y políticas.En el primer ámbito sus trabajos fueron muy aprecidos por sus contemporáneos. Costa siempre pensó que la solución a los problemas del país vendrían por la revitalización de antiguas cos- tumbres y organizaciones sociales ,lo que le ganó fama de romántico. (227) Otras de sus preocupaciones fueron el movimiento colonial, y sobre todo la polìtica nacional y la política agraria. Costa denunció y arremetió contra el viciado sistema de la Restauración del turno de partidos, al tiempo que se convertía en adalid de las reivindicaciones campesinas, respecto a las que fue autor de un libro capital,convertido en la época en una manual: El colectivismo agrario. (228)

Por su parte, Concepción Arenal (229) fundamenta los derechos del hombre a la instrucción y la obligación que tiene la sociedad de proporcio-narle dicha instrucción con estas palabras: "No preguntemos a un hombre la edad que tiene para instruirle, porque mientras viva puede aprender, mientras puede aprender debemos enseñarle". De ahí que mientras el obrero no eleve su nivel moral e intelectual, no se elevará para él el social.

Desde el punto de vista de movimientos sociales relacionados con el ám-bito cultural ya en Galicia,a mediados del siglo XIX, y sobre todo desde la prodigiosa década de 1880-90, el idioma gallego se ejercita en el cultivo poético,destacando en este campo Rosalía de Castro,e inicia incursiones en otros géneros, dramáticos y narrativos, aunque limitándose a la temática histórica o de costumbres.

Iniciado el S. XX se extiende la sensación de que un cultivo tan limitado del idioma no será suficiente para arrancarlo de la subalternidad y ponerlo en una modernidad que, aunque precaria, comienza a florecer con firmeza en Galicia. El gallego tenía que urbanizarse,tenía que dejarse oír en la esfera pública, cada vez más ancha, de la sociedad burguesa y urbana, tenía que constituirse en un idioma moderno, esto es,nacional.Urgía utilizarlo en conferencias, solemnidades cívicas y eruditas, en mítines, y también en pe-

riódicos, revistas y folletos. La literatura seguía siendo fundamental, pero ya no interesaba tanto la poesía como probar el idioma en la expresión de los conflictos del individuo y en los laberintos del pensamiento contemporáneo a través de la narrativa y del ensayo.Los saberes humanísticos (la his- toria, la filología,la etnografía) se convierten ahora en saberes "nacionales", en instrumentos para construir Galicia como nación. La "Xeración Nós" ha dejado figuras, textos e imágenes que perduran en la memoria colectiva: Castelao, (230) Ramón Otero Pedrayo,Vicente Risco, Cousas, Retrincos, Sempre en Galiza,Os camiños da vida, Arredor de si,Ensaio histórico sobre a cultura galega,Teoría do nacionalismo galego,O porco de pé…(231)

El movimiento cultural del Romanticismo, en el territorio catalán, tuvo una clara connotación política.Los escritores reclamaban la recuperación de la lengua,la literatura y la cultura popular catalanas.En este sentido,Roman- ticismo y "Renaixença" (en parte de ahí viene el nombre, ya que quería rea-vivar la conciencia nacional después de una etapa de decadencia) convivie-ron y se interrelacionaron a lo largo del siglo XIX. En sus inicios, los renaixentistas anhelaban rememorar el pasado glorioso que recordaba el mo-mento en el que el imperio catalán se había expandido por el Mediterráneo hasta Grecia. Sin embargo el contraste con el presente era evidente.(232) Los escritores más destacados dentro de esta corriente cultural catalanista serían, entre otros, Valentí Almirall, Joaquín Rubió i Ors,Víctor Balaguer, Jacint Verdaguer y Frederic Mistral. (233)

Las Bases para la Constitución Regional Catalana, más conocidas como Bases de Manresa, son el documento presentado como proyecto para una ponencia de la Unió Catalanista, que  era una agrupación de catalanistas conservadores creada en 1891, ante el consejo de representantes de las aso-ciaciones catalanistas, reunidas en Manresa (Barcelona) los días 25 y 27 de marzo de 1892.Lluís Domènech i Montaner actuaba como presidente de la Asamblea, mientras que Enric Prat de la Riba era el secretario. A esta Asamblea asistieron 248 representantes de toda Cataluña. Las bases tenían una cierta inspiración en el modelo federal a pesar de que, en lo referente al autogobierno, se basaban en las antiguas constituciones catalanas previas a 1714. El poder central se organizaba según la separación de poderes: El legislativo estaría compartido por el rey y una asamblea regional; el ejecu- tivo estaría formado por cinco ministerios o secretarías; el poder judicial estaría representado por un tribunal supremo regional.

Del poder regional,formado por unas  Cortes que se reunirían una vez al año en puntos diferentes del territorio,saldría un ejecutivo formado por cin- co o siete altos cargos que se encargarían de la administración del país. El poder judicial permanecería en la antigua Audiencia de Cataluña, que sería restablecida. La oficialidad única de la lengua catalana, así como la condi-ción del idioma catalán como cláusula obligatoria para ejercer la función pública, también estaban consideradas.Su significado e importancia descan- sa en el hecho de que fue la primera manifestación del catalanismo conser- vador respecto de sus deseos de autogobierno, aunque en el marco de un Estado español reformado estructuralmente en sus principios de ordenación administrativa y territorial. (234)

Cuando empezó la guerra contra Estados Unidos, las preocupaciones de los industriales catalanes aumentaron ya que existían fuertes vínculos entre Cataluña y Cuba, especialmente con las fuertes importaciones cubanas de algodón para las industrias textiles catalanas, en juniode 1898, pidieron a Sagasta que gestionara la paz. La directiva de la Unió Catalanista solicitó lo mismo con un manifiesto público redactado por Enric Prat de la Riba. En este manifiesto,titulado Als Catalans,el autor criticó la utilidad del conflic- to y aprovechó el texto para reivindicar el catalanismo político. Textual- mente decía en una parte del manifiesto:

[ . . . ] "¡ Salvemos a Cataluña! ;que no han empleado los catalanes un siglo de heroicos esfuerzos en crear una civilización adelantada en esta par- te de España para que nos la arrojen en un momento de embriaguez en aras de un fantasma sin realidad como es ese honor nacional que necesita la san- gre de las batallas para satisfacerse. [ . . . ]Ahora verá (Cataluña) cuán peli- groso es para su prosperidad el actual desequilibrio que existe entre nuestra gran fuerza económica y nuestra nulidad política dentro de España".El gobierno respondió con medidas fiscales. (235)

En definitiva, la pérdida de las últimas colonias españolas (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) supuso un duro golpe para la industria catalana,especialcialmente la textil, ya que perdió un amplio mercado para sus productos así como el abastecimiento de materias primas. (236)

Tambien el Romanticismo del siglo XIX, con la exaltación de las sensa-ciones, ayudó a crear un nuevo mito que añadir a los anteriores, el de la paz y la tranquilidad de la sociedad rural vasca, base de su actividad económica y elemento a mantener de manera indisoluble con la propia especificidad vasca, obviando situaciones que ya se estaban produciendo en Europa y, con posterioridad y de modo menos intenso, en el territorio vasco: la segun-da Revolución Industrial y el proceso de renovación de la economía que en el País Vasco, como en el resto de España, tuvo lugar en el último cuarto del siglo XIX. Las tesis del nacionalismo vasco se plantean sobre la base de la denominada corriente cultural del mismo, mucho más entroncada con el romanticismo alemán, que con la corriente política, pues aún compartiendo un cierto grado de romanticismo, toma una dimensión diferente. (237)

El padre del nacionalismo vasco y fundador del PNV fue Sabino Arana. Este nacionalismo se apoyará en la raza, la lengua,las costumbres y las convicciones religiosas. En 1894 Arana redactó unos breves apuntes titulados: "Doctrina política", que sirvieren de base a su pensamiento político, en donde establecía la identidad de Bizcaya con la unidad católica. También el texto menciona " el derecho diferencial de la raza y lengua vasca y a poder vivir con independencia de toda otra raza". (238)

El cúmulo de tradiciones vascas que surgieron de los mitos, y la singu-laridad jurídica y económica de la que disfrutaba la población de los territorios vascos, unido a las concepciones religiosas que derivan de aquellas, hacen entendible que los vascos mayoritariamente, aunque no de manera exclusiva, asumieran como propios los planteamientos del tradicionalismo, representados por el partido carlista, posicionándose, en las guerras entre éstos y los liberales, en el bando más reaccionario. No podía ser de otra forma si tenemos en cuenta que las tesis asumidas por el partido car lista tienen como elemento central la defensa de la iglesia católica, en tanto que representante legítima de Dios en la Tierra, y la defensa de las particularidades de los territorios, en aras de una no intervención del Estado en los asuntos de éstos, elementos que, están en el centro del ser vasco. (239)

El regionalismo asturiano parte de la reconstrucción y promoción del santuario de Covadonga después de 1874 y se enmarcaba en el contexto de un creciente movimiento regionalista en Asturias que, como hicieran otros movimientos similares en otros lugares de España, respondía a la gradual centralización del país y sus ineficaces esfuerzos para integrar económica, política y culturalmente a la nación. (240)Inicialmente este movimiento so- cial tuvo su "época dorada"en la década de los 80-90 del S. XIX,cuando los historiadores, genealogistas, escritores y folcloristas publicaron una gran cantidad de trabajos, algunos de ellos escritos en bable. La mayoría de los regionalistas asturianos eran católicos conservadores,incluyendo a miem- bros del clero,aunque también había una minoría influyente de intelectuales vinculados a la Universidad de Oviedo,que simpatizaban políticamente con los republicanos y los federalistas(241)Entre las personalidades más desta- cadas dentro del regionalismo astur caben destacar: Melchor Gaspar de Jo- vellanos, Ramón de Campoamor,Fortunato de Selgas, Leopoldo Alas,Pala- cio Valdés, Julio Somoza, Pachín de Melas, José Caveda y Nava, Melquia- des Álvarez y Vázquez de Mella.(242)

Ante la escasa o nula respuesta de los poderes públicos a la llamada de la intelectualidad española, especialmente la nacionalista, varias fuerzas sociales, se hicieron eco de esta necesidad de regeneración del obrero a tra- vés de su educación y varios son los movimientos que se preocuparon,fuera del ámbito oficial,de elevar su cultura,con el convencimiento de que el proletariado, tanto industrial como agrícola, que era el más desheredado de la fortuna,había de encontrar su emancipación por la cultura. Entre ellos, destacan: el movimiento institucionista, el anarquista y el socialista. Este último empieza a fundar cientos de Casas del Pueblo, por todas las zonas rurales y urbanas de España, dotándolas de una biblioteca, donde poder consultar libros y leer el periódico. (243)

También, en la segunda mitad del siglo XIX, aparecen los denominados ateneos obreros como alternativa a los ateneos que la burguesía ha ido abriendo en distintas ciudades como centros para el fomento de la cultura y del arte. Los ateneos obreros pretendían ser centros culturales populares, es decir, se centraban en las preocupaciones y necesidades culturales y de ocio de las clases trabajadoras. Destacarán, entre muchos ejemplos, el Ateneo Catalán de la Clase Obrera y el Ateneo Enciclopédico Popular.

Los anarquistas mostraron una intensa y constante preocupación por la mejora cultural de los obreros. Por su parte, los socialistas se incorporaron después hacia estas iniciativas desde una posición inicial más recelosa o tí- mida.A finales del siglo XIX cambiarán de posición y se lanzarán a intentar conquistar el espacio cultural perdido ante los anarquistas.En lo que sí estaban de acuerdo unos y otros era en que el triunfo de sus ideas debía ir precedido o acompañado de la educación del proletariado.Si los obreros no te- nían educación ni cultura era imposible que la revolución triunfase,es decir, se convertían en instrumentos para el fin revolucionario que se pretendía.

En el comienzo del siglo XX se vive una verdadera eclosión de ateneos anarquistas, pero, también las casas del pueblo socialistas albergarán las actividades propias de los ateneos. Es importante destacar que, en algunos casos ateneos y casas del pueblo llegaron a contar con actividades relacio-nadas con servicios médicos, mutualidades y economatos. (244)

Notas bibliográficas:

(1)Raymond Carr, Historia de España:1808-1939.

(2)Marqués de Lozoya, Historia de España.

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(6)Manuel Tuñón de Lara, La España del siglo XIX.

(7)Joaquim Pedro Oliveira, Historia de la civilización Ibérica.

(8)Actas de la Tierra Llana y de las Villas y Ciudades.

(9)Teólifo Guiard, Historia de la Noble Villa de Bilbao.

(10)Archivo General de la Diputación de Vizcaya.

(11)Actas de la Tierra Llana y de las Villas y Ciudades.

(12)A. Martínez de Velasco, La España de Fernando VII.

(13)Archivo Diocesano de Cuenca.Sección,Curia Diocesana.Audiencia. Legajo, 1639.

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(14)Archivo Diocesano de Cuenca.Sección,Curia Diocesana.Audiencia.Legajo, 1639.

Expediente,12.

(15)Marqués de Villa-Urrutia, Fernando VII, Rey absoluto.

(16)Jean-Philippe Luis, La década ominosa, (1823-1833)

(17)Pierre Vilar, Historia de Catalunya.

(18)Francisco Zugasti, La clase obrera hace historia (1840-1910).

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(20)Juan Cortada, Historia de España.

(21)Modesto Lafuente, Historia General de España.

(22)J.Termes, El movimiento obrero en España.

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(26)Periódico, El eco del Comercio de Madrid.

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(28)Ferrán Valls y Soldevila Ferrán, Historia de Cataluña.

(29)José Díaz del Moral, El socialismo primitivo.

(30)Jaume Sobreques, Historia de Cataluña.

(31)Joaquín Nadal y Wolff PPhilippe, Historia de Cataluña.

(32)Raymond Carr, Historia de España: 1808-1939.

(33)Historia 16, Historia de España.

(34)Rafael Altamira, Historia de España y de la civilización española.

(35)Josep Fontana, Historia de España.

(36)Amaro del Rosal, Los congresos obreros internacionales en el S. XIX.

(37)José Díaz del Moral, El socialismo primitivo.

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(39)N.Sánchez Albornoz, La crisis de subsistencia en España en el S. XIX.

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(41)AMGU,Libro de Actas de Plenos Municipales del Ayuntamiento de Guadalajara.

(42)AMGU,Libro de Actas de Plenos Municipales del Ayuntamiento de Guadalajara. 25/8/1855.

(43)Periódico, El Balear, 2/6/1856.

(44)Periódico, El Clamor Público, 31/5/1855.

(45)Periódico, La época, 27/6/1856.

(46)Periódico, La época, 2/7/1856.

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(48)Periódico, La España, 4/7/56.

(49)BOPGU, 6/10/1856.

(50)AMGU,Libro de Actas de Plenos Municipales. Ayuntamiento de Guadalajara.1856.

(51)AMGU,Libro de Actas de Plenos Municipales. Ayuntamiento de Guadalajara.1856.

(52)Periódico, El Clamor Público, 30/9/1856.

(53)AMSI,Libro de Actas de Plenos Municipales. Ayuntamiento de Sigüenza.1856.

(54)AMGU,Libro de Actas de Plenos Municipales. Ayuntamiento de Guadalajara.1856.

(55)Periódico, La Esperanza, 3/7/1856.

(56)Periódico, La Época, 15/3/1856.

(57)Periódico, La Iberia, 17/12/1856.

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La permanente inestabilidad política y social portuguesa

Liberado Portugal de la ocupación de las tropas francesas, y después de la derrota definitiva de Napoleón Bonaparte (1815), se formó en Lisboa el "Supremo Consejo Regenerador de Portugal y del Algarve", integrado por oficiales del ejército y masones, con el objetivo de expulsar a los británicos del control militar de Portugal, promoviendo la "salvación de la indepen-dencia" de la patria. Este movimiento, liderado por el general Gomes Freire de Andrade, durante su breve periodo de existencia,se esforzó en la planifi-cación de la introducción del liberalismo en Portugal, aunque en un princi-pio no consigue alcanzar sus propósitos. (1)

Denunciado en mayo de 1817, su represión condujo a la prisión de mu-chos sospechosos, entre los cuales el general Gomes Freire de Andrade, Gran Maestro del Grande Oriente Lusitano (1815-1817), acusado de líder de la conspiración contra la monarquía de Juan VI de Portugal, en Portugal continental representada por la Regencia, entonces bajo el gobierno militar británico de William Carr Beresford.

En octubre de 1817, el tribunal consideró culpables de traición a la pa-tria y sentenció a la muerte, a doce de los acusados. Las ejecuciones de José Ribeiro Pinto, del mayor José de la Fonseca Nieves, de Maximiano Días Ribeiro (todos ellos masones), y de José Joaquim Pinto de Silva, del mayor José Campello de Miranda, del coronel Manuel Monteiro de Carva-lho, de Henrique José Garcia de Moraes, de António Cabral Calheiros Furtado de Lemos, de Manuel Inácio de Figueiredo y Pedro Ricardo de Figueiró (posiblemente masón), tuvieron lugar el día 18 de mayo de 1818, en el Campo de Santana (hoy Campo de los Mártires de la Patria). El general Gomes Freire de Andrade, fue ejecutado en la misma fecha, en el fuerte de Son Julião de la Barra.

Este procedimiento de la Regencia y de Lord Beresford, comandante en jefe británico del Ejército portugués y regente, de hecho,del reino de Portu-gal, llevó a protestas e intensificó la tendencia antibritánica en el país. (2)

Después del juicio y ejecución de los acusados, el general Beresford se desplazó al Brasil para pedir al soberano más recursos y poderes para la represión del "jacobinismo" en Portugal. En su ausencia, eclosionaría la Revolución del Oporto (1820) (3) de modo que, cuando regresa Beresford del Brasil aquel año, donde había conseguido del soberano los poderes pedidos, fue impedido de desembarcar en Lisboa.

La movilización multitudinaria en las calles,plazas y campos fue recu-rrente en la historia portuguesa del siglo XIX. La vida política, tanto en épocas de conflicto abierto como en otras más pacíficas, contempló múlti-ples acciones colectivas en las que participaban hombres y mujeres de toda condición, independientemente de que las leyes les reconocieran,o no,capa- cidad como "ciudadanos activos". Los movilizados siempre fueron una mi-noría de los portugueses y sería forzado concederles representatividad, pero muchas de sus acciones tuvieron impacto político: unas enmarcaron el sentido de las situaciones de crisis, expresando preferencias públicas; otras generaron problemas de gobernabilidad,obligando a buscar nuevas solucio-nes; mientras que otras movilizaciones participaron decisivamente en las "revoluciones" que cambiaron gobiernos y regímenes y, finalmente, otras sirvieron como plebiscito de cambios protagonizados por las élites civiles o militares. (4)

En enero de 1820 una revolución liberal, encabezada por Riego,en Es-paña, restaurará , en marzo, la Constitución de Cádiz de 1812, que había sido revocada con el regreso de Fernando VII del destierro francés, en1814. De este momento en delante, el país vecino se hizo un poderoso propagador de las ideas del liberalismo en Portugal. (5) La revolución se extendió a Portugal desde España. Se inició en Oporto entre la burguesía mercantil, descontenta por la apertura de los puertos brasileños al mundo. Todas las

capas sociales se le unieron,ya que el principal objetivo de la revolución era la vuelta de la familia real que llevaba viviendo en Brasil desde la invasión de Napoleón y reclamaron una Constitución. (6)

El movimiento, articulado en Oporto por la masonería, se iniciará el día 24 de agosto de 1820. Aún de madrugada, grupos de militares se diri-gieron para el campo de Santo Ovídio (actual Plaza de la República), donde formaron en parada, oyeron misa y una salva de artillería anunció pública-mente el levantamiento. A las ocho de la mañana, los revolucionarios se reunieron en las dependencias de la Cámara Municipal, donde constituye-ron la "Junta Provisional del Gobierno Supremo del Reino". Manuel Fer-nandes Tomás fue el redactor del "Manifiesto a los Portugueses", en el cual se daban a conocer a la nación los objetivos del movimiento. Sus reivindi-caciones eran: el inmediato retorno a Lisboa del rey y su Corte, que perma-necían en Río de Janeiro (Brasil),el establecimiento de una monarquía cons titucional, y la restauración de la exclusividad del comercio con Brasil (que en aquellos años compartía con Gran Bretaña). Una junta provisional con-vocó cortes constituyentes y, mientras tanto, se adoptó una carta provisoria que seguía el modelo español. (7)

Este movimiento social contó con el apoyo de casi todas las capas socia-les: el clero, la nobleza , el ejército portugués y la población en general.En-tre sus reivindicaciones,exigió convocar las Cortes para elaborar una constitución para el país, defendiendo la autoridad regia y los derechos de los portugueses. Adicionalmente pretendía también:

• El inmediato retorno de la Corte a Portugal, visto como forma de restaurar la dignidad de la antigua Metrópoli, desplazada, desde las guerras napoleónicas a Brasil.

• El restablecimiento de la singularidad de comercio con el Brasil (res- tauración del Pacto Colonial).

La revolución se extendió rápidamente, sin resistencias, por otros cen-tros urbanos del país, consolidándose con la adhesión de Lisboa. (8)

En la capital portuguesa, el 15 de septiembre de 1820, un movimiento de oficiales subalternos, con el apoyo de la burguesía y del pueblo llano, depuso a los Regentes y constituyó un gobierno interino.

Finalmente, a 28 de septiembre, ambos gobiernos,el de Oporto y de Lis- boa, se unieron en una única "Junta Provisional del Supremo Gobierno del Reino",con el mandato de organizar las elecciones para las Cortes Constitu-yentes.

Las Cortes se reunieron solemnemente en enero de 1821. Mientras la Carta Magna estaba siendo redactada,entró en vigor una Constitución pro-

visional, que seguía fielmente a la española y que era bastante innovadora para aquella época. Se formó, pues, una asamblea constituyente y elabo-

raron una constitución inspirada en la española de 1812. (9)

Ante el progresivo aumento de la presión de las Cortes portuguesas para la recolonización de Brasil, los diputados brasileños abandonaron las cortes y Pedro proclamó la independencia de Brasil el 7 de septiembre de 1822. (10) A partir de ese momento Brasil se irá desarrollando hasta convertirse, hoy en día, en una de las potencias económicas emergentes a nivel mundial de la mano del expresidente Lula da Silva y de eminentes personalidades como el famoso arquitecto de prestigio internacional, Óscar Niemeyer. (11)

Por consiguiente se puede afirmar que, a principios del siglo XIX, Portu-gal vivía una grave crisis, política y económica, motivada por la huída de la familia real a Brasil, por las consecuencias desastrosas de las invasiones napoleónicas, por el dominio de los ingleses y por la apertura de los puertos brasileños al comercio mundial, lo que había provocado la ruina de muchos comerciantes portugueses. Al mismo tiempo, la ideología liberal se iba im-plantando en pequeños grupos de burgueses. (12)

Esta revolución no encontró oposición. La ciudad de Lisboa también se sumó al movimiento, creándose una Junta Provisional cuyo objetivo era organizar unas elecciones para elegir a las cortes. Los diputados electos, oriundos de todos los territorios controlados por Portugal (Brasil, Madei-ra, Azores y las posesiones en África y Asia) formaron las primeras cortes constituyentes del país. (13)

El rey Juan VI fue requerido para que regresase a Portugal. Antes de volver, nombraría a su hijo, Pedro, regente de Brasil, lo que desagradó a las cortes, que entendían que la soberanía sólo podía residir en el Portugal con-tinental.Las cortes ordenaron también que Pedro abandonase Brasil y regre- sase a Europa para recibir formación. Estas actitudes generaron el descon- tento de 65 diputados brasileños, que abandonarían las cortes para regresar a Brasil. El 7 de septiembre de 1822,Pedro recibe otro mensaje de las cortes que rompe delante de sus compañeros exclamando:"!Independência o muerte!". Este acto, conocido como el Grito de Ipiranga marcaría la fecha de la Independencia de Brasil. (14) En Portugal, mientras tanto, el 23 de septiembre de 1822, era jurada la primera Constitución, inspirada en la Constitución Francesa de 1791, y en la española de 1812 que consagraba la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), limitaba el poder del rey a una mera función simbólica,dando al gobierno todo el poder así como a las cortes, un parlamento unicameral elegido por sufragio directo, con potestad legislativa.

Con la muerte de Juan VI se generó un problema de sucesión. A Pedro IV se le forzó a abdicar el trono portugués para mantener el trono brasileño, en su hija María II, que accedía a él por legitimidad. Mientras tanto, el her-mano de Pedro IV, Miguel I que se encontraba en el exilio en Austria por haberse levantado contra su padre por dos veces, fue nombrado regente del reino y se preparó una boda con su sobrina María II.

En el intento de imponer su régimen absolutista frente al régimen cons-titucional de María II, se iniciaron seis años de conflictos armados con la intervención de otras potencias europeas. Para resolver la situación, Pedro abdica el trono brasileño en su hijo Pedro II de Brasil y se impone por la fuerza. Las derrotas sucesivas de don Miguel le forzarían a desistir en su empeño, firmando el Compromiso de Évora permitiendo la restauración de la Constitución portuguesa de 1826 y la vuelta al trono de María II. (15)

Tras la derrota de los absolutistas, la política portuguesa del S.XIX estuvo marcada por las ideas liberales,aunque tampoco se logró la tranquili-dad deseada. Los liberales eran un grupo heterogéneo que se había unido para luchar contra los absolutistas pero que en su conjunto existían muchas discrepancias. Por este motivo se dividieron, en primer lugar, en moderados y progresistas. El primer punto de desencuentro fue la nueva constitución política del país.Mientras que los progresistas,denominados Septembristas; querían volver a implantar la Constitución de 1821,los moderados,denomi- nados Cartistas, querían imponer la Constitución de 1826. La reina María II, que era favorable a los Cartistas,entregó el poder a Costa Cabral, nom- brándolo ministro de justicia. Costa Cabral gobernó el país de forma dicta- torial, provocando el descontento de la población, por lo que se desarrolló una guerra civil.La reina tuvo que destituirlo y llamar al gobierno al partido progresista. (16)

La venta de los bienes de las órdenes religiosas (Ley de Joaquim Antó-nio de Aguiar de 28 de mayo de 1834) y de los bienes nacionales (Ley de José da Silva Carvalho de 18 de junio de 1834) permitió la aparición de una nueva aristocracia. En 1832 la coyuntura política se presentaba propi-cia para la introducción de cambios. Mouzinho de Silveira, ministro de Ha- cienda y Justicia, decretó una serie de medidas que pretendían destruir el viejo edificio señorial : la anulación de los bienes de la corona y forales; la suspensión de los mayorazgos, aunque tal medida no supusiera la desapari-ción de dicho régimen;y la suspensión de los diezmos.No obstante,seguirán persistiendo serios obstáculos para el desarollo de la agricultura que se pue- den explicar por la pervivencia del régimen de propiedad y de tributación en las tierras señoriales. En todo caso,a lo largo de casi una década (1834- 1843), se desamortizó el patrimonio de las instituciones que servían de sustento político y económico al Antiguo Régimen. (17)

En el año1837 hubo otra intentona golpista de signo miguelista, cono-cida como la Conspiración de las Marnotas. Finalmente, Passos Manuel abandona el gobierno, porque se le acusa incluso de dictador. Entre julio y septiembre de 1837 se ensaya una especie de guerra civil, provocada por el levantamiento de Saldanha y Terceira, conocida como la revuelta de los Mariscales, que acaba con la derrota y el exilio de ambos. También el go-bierno tiene que hacer frente a la oposición de la izquierda y en marzo de 1838 se ven obligados a reprimir, mediante la llamada masacre de Rossio, a los arsenalistas de Lisboa, que liquida el ala más radical del septembrismo, dejándole sin sus principales apoyos sociales. El estatuto del 38 era un texto de compromiso inspirado en actitudes centristas (los ordeiros que integraban los sectores moderados del cartismo y el septembrismo), mezcla de la Carta del 26 y el texto del 22. (18)

La denominada Revolución de Maria da Fonte, o Revolución del Mi-ño, fue el nombre dado a una revuelta popular iniciada en la primavera de 1846 contra el Cartista gobierno de Portugal (presidido por António Ber- nardo da Costa Cabral, 1º marqués de Tomar). La revuelta, resultado de las tensiones sociales que queda de la guerra de liberales, exacerbada por un gran descontento popular generado por las nuevas leyes de reclutamiento militar, reformas fiscales y la prohibición de entierros en las iglesias. Se inició en la zona de Póvoa de Lanhoso ( Minho ) por un levantamiento popular que, poco a poco, se extendiende a todo el norte de Portugal. El instigador de los disturbios inicial fue una mujer llamada María, natural de la feligresía de Fontarcada, que sería conocido por el apodo de María da Fonte. En la fase inicial de la insurrección había un elemento femenino fuerte, que terminó dando su nombre a la revuelta. El levantamiento más tarde se extendió al resto del país y provocó la sustitución del gobierno de Costa Cabral por otro presidido por Pedro de Sousa Holstein, 1 º Duque de Palmela .Cuando la reina María II rechazó el gobierno en un golpe de pa-lacio, conocido como la Emboscada, el 6 de octubre de ese año, y en su lugar fue nombrado el mariscal de João Francisco de Saldanha Oliveira e Daun, 1 ºDuque de Saldanha para formar uno nuevo, la insurrección vuelve a resurgir. El resultado fue una guerra civil, que se prolongó durante ocho meses, y fue conocida como la Patuleia. La guerra terminó sólo con la firma de la Convención de Gramido el 30 de junio de 1847,después de la intervención de fuerzas militares extranjeras de la Cuádruple Alianza. (19)

En 1853 murió María II.Con el reinado de María II terminó en Portugal la Casa de Braganza. La reina se había casado en 1836 con Fernando II de la Casa Sajonia-Coburgo-Gotha. A través de ese matrimonio,la casa alema-na pasó a reinar en Portugal.

El sucesor de María II sería su hijo Pedro V, que cuando murió su madre aún era menor de edad, así que su padre Fernando II tuvo que asumir la regencia. En 1855 llegó a la mayoría de edad y tomó las riendas del reino. Se inició un largo período de estabilidad, en el que Portugal era un modelode monarquía constitucional, se respetaban los derechos individua- les y había una amplia libertad de prensa. (20)

Los partidos liberales habían llegado a un consenso sobre la bondad del fomento material, el desarrollo de los ferrocarriles, el comercio y la indus-tria, y dejaron de lado los disensos constitucionales de las décadas de 1830 y 1840. Sin embargo, pese a la paz social, la industrialización y la moder-nización de la agricultura, así como la alfabetización de la población, fue-ron más lentos en Portugal que en cualquier otro país de la Europa occi-dental. (21)

Entre abril y agosto de 1862 se produjo,una segunda revuelta en Portu-gal. Una oleada de agitación anti-fiscal con reuniones populares tumultuo-sas, asaltos a las oficinas de hacienda, ataques a interventores fiscales y fuegos provocados. Normalmente estos actos los protagonizaban las pobla-ciones de las parroquias rurales. En ocasiones se juntaban aldea por aldea respondiendo al repicar de las campanas y marchaban vociferando a la sede de la comarca fiscal; otras veces convertían en motín las aglomeraciones propias del día de mercado.

Los episodios de mayor dimensión tuvieron lugar en la región del Miño, en torno a Braga, en la zona serrana de las Beiras y en las islas Azores,pero también hubo agitación en diversas tierras de Tras-os-Montes y la sierra del Algarve. Aunque el principal objeto de descontento eran las obligaciones fiscales de la nueva contribución territorial [predial] que afectaba los pro- pietarios agrícolas, los asalariados de las lanerías de Covilhã protestaron contra la contribución industrial, y en otros lugares, el descontento se diri- gió contra los impuestos municipales, la desamortización de los bienes de las cofradías,o los pesos y medidas del sistema métrico decimal. (22)

Además, se producen agitaciones populares en varias poblaciones rura-les de Viseu y Aveiro donde se amotinaron y marcharon para destruir las instalaciones de las minas de plomo de Braçal, a cuyos humos achacaban la plaga de oidium que sufría la horticultura. Por las razones de los amotina-dos, las formas de acción y la geografía, algunos observadores considera-ron que este ciclo de levantamientos amenazaba con convertirse en una revuelta similar a la "María da Fonte"de 1846. Para serlo, le faltó la articu-lación política con un partido legitimista suficientemente estructurado y la entrada en escena, aprovechando la movilización, de juntas urbanas de la oposición liberal en las localidades asediadas por los amotinados. Los gobernadores civiles que organizaron la represión de los motines citaban en sus informes la participación de algunos curas miguelistas y de agitado-res no identificados, pero al tiempo afirmaban el carácter espontáneo de la movilización y la inexistencia de un plan general. El pronunciamiento mili-tar de Braga de setiembre de ese año llegó cuando los motines ya se habían acallado y se deshizo por sí mismo, revelando la debilidad de los compro- misos sobre los que se fundaba. (23)

En su contexto europeo,estos motines se engloban en los frecuentes epi- sodios de resistencia popular a la penetración impositiva y administrativa de los Estados y a la creación de espacios económicos y políticos naciona-les, características ambas del paso del mundo moderno al contemporáneo. (24)

En el mismo Portugal este tipo de motines continuaron produciéndose de manera puntual y dispersa durante todo el siglo XIX, con otro aumento de la conflictividad coincidente con las operaciones catastrales (arrolamen-tos prediais) de 1867-1870 (antes y después de la Janeirinha). La resisten-cia bloqueó la culminación de un registro de propiedades y producción fis- calmente útil y, tan tarde como en 1899, la resistencia popular rural seguía usándose como argumento para no actualizar las matrices prediales (los re- gistros de las obligaciones fiscales asociadas a cada propiedad). (25)

Siguiendo la intuición de Oliveira Martins,la reacción de las autoridades ante los motines puede servirnos como momento privilegiado en el que ob-servar la estructuración de la administración pública portuguesa.

Parte de la correspondencia producida por las autoridades civiles y mili-tares para coordinar la respuesta a los motines se encuentra en el fondo del Ministerio do Reino, Arquivo Nacional da Torre do Tombo,(MRANTT), mç 3004, L13 nº 1092.

En las crisis sociales es cuando las élites administrativas y militares ponen en marcha sus recursos, hacen visibles sus medios materiales e intelec-tuales y, en último término, hacen aparecer,al ojo del observador,los fundamentos de su autoridad, del poder legítimo.

Los motines de 1862 no fueron una sorpresa para las autoridades.La ela- boración de las matrices prediales ya había producido protestas populares y amotinamientos durante el verano de 1861 y el Ministerio del Reino había recomendado a los gobernadores y sus autoridades subordinadas "que se mantuviesen vigilantes y prevenidos para evitar cualquier tumulto que se premedite para destruir los documentos, o agredir a los empleados de ha-cienda, y para reprimir cualquier acto violento por parte de los pueblos [povos], o de alguien que intente llevarlos al desorden…".

En primer lugar, los motines de 1862 revelan la precariedad de los me- dios con los que contaban las autoridades para respaldar sus actuaciones en el Portugal de provincias. Al igual que las dificultades crónicas del reclu-tamiento militar o del propio catastro, el enredo de muchos de los motines muestra la fragilidad de los medios administrativos portugueses del siglo XIX y la necesidad que la administración tenía de la cooperación de los notables locales. (26)

En Guimarães, por ejemplo, 300 amotinados venidos de las parroquias rurales y armados con utensilios agrícolas se enseñorearon de la villa y des- truyeron el mobiliario y los papeles de cada edificio público. Los hombres de la administración central del Estado:el administrador del concejo y el in- terventor de hacienda [escrivão], no contaban con fuerza pública a la que pudiesen recurrir, por lo que buscaron refugio mientras duraba el motín y fueron los notables locales quienes se encararon con los amotinados para apaciguarlos.

En varios otros municipios,al empezar a oírse el repicar lejano de campa- nas y correr el rumor de que los habitantes de las parroquias rurales iban a invadir la villa,los interventores de hacienda huyeron con los registros de la contribución y se refugiaron en ciudades mejor guarnecidas por tropas. (27)

A diferencia de España o Francia,donde la guardia civil o la gendarmería estaban ya desplegadas en todo el territorio y auxiliaban a las autoridades civiles para labores policiales y de prevención de desórdenes públicos, en Portugal no existía ningún cuerpo policial nacional, ya que la Guardia Nacional Republicana, como fuerza de gendarmería, sólo se desplegaría a partir de 1912. (28)

Durante los motines de 1862, en algunos casos puntuales, como Oliveira do Hospital o Belmonte, los administradores armaron una fuerza de ciuda-danos, regidores y cabos de policía para resistir los intentos de invasión por parte de los habitantes de las zonas rurales de sus municipios. Sin embargo, la norma era solicitar tropas del ejército para mantener el orden público y si la petición no era atendida a tiempo, las autoridades locales proclamaban al gobernador civil "desentenderse de la responsabilidad de mantener el orden". (29)

Las labores policiales del ejército portugués eran permanentes y ruti-narias: escoltaba los cofres de los dineros públicos, auxiliaba a las autoridades civiles para capturar delincuentes, conducía presos, mantenía el orden durante las audiencias judiciales y patrullaba ferias y romerías. Para contar con el auxilio militar, los jueces, los empleados de hacienda y los administradores de concejo pedían destacamentos volantes [diligências]al goberna- dor civil; éste, a su vez, cursaba el pedido a la comandancia de la división militar, quien, ponderando las posibilidades de los regimientos, elegía el cuerpo militar que había de satisfacer lo solicitado.

Durante 1862 los gobernadores civiles pidieron tropas para acudir a las amenazas de motín en todos los distritos en los que hubo agitación.A veces de manera preventiva,como las fuerzas que,en número superior al habitual, fueron estacionando en las diferentes localidades los días de feria o mercado; en otras, ya necesariamente represiva, como en Amares (Braga) y Bel- monte (Castelo Branco) donde las descargas de fusilería sobre los amotina-dos se saldaron con la muerte de dos paisanos en cada lugar. Sin embargo, pese a ese protagonismo militar en la represión, la preeminencia del poder civil era notable ya que se puede captar el respeto a un protocolo civilista a la hora de coordinar el mantenimiento del orden público.

Durante el mes de julio de 1862, se extiende el motín por las islas Azo-res. El gobernador civil decía en un escueto comunicado, el 1 de agosto, lo siguiente: "[tenía] la honra de llevar al conocimiento de su Excelencia, el Ministro del Reino, que desde el 30 de julio, en el que esta ciudad fue inva-dida por las gentes del campo, ha reinado el desorden en toda la isla de Faial". (30)

Pasaron aún unos días hasta que desembarcaron tropas del Regimiento de Cazadores. Según parece, su actuación se redujo a la detención "de los más turbulentos" y casi con su mera presencia restablecieron el orden. Sin que los protagonistas nos dejasen reflexiones sobre las razones, se pasó de un estado de agitación generalizada a uno de calma. La normalidad recobrada permitió que unos días después los funcionarios de hacienda retomasen su trabajo "sin que los pueblos practicasen la menor resistencia".

En el Portugal continental, a partir de los primeros motines de abril de 1862, en Guimarães y Póvoa de Lanhoso, también los gobernadores civiles del resto del país tuvieron que hacer frente a la "inquietud de los pueblos" y tomar medidas preventivas. Como señalaba el gobernador de Guarda, las noticias de los motines del Miño "agitaban" a la población de otros distritos y esa agitación "no acabaría hasta que aquéllos fuesen completamente sofocados". (31)

En el distrito de Vila Real, al saberse los acontecimientos de Guima-rães, aparecieron pasquines en los que se elogiaban aquellos motines y se declaraba la "guerra al nuevo sistema tributario y a los interventores de ha-cienda". El gobierno civil se hizo cargo de la amenaza y tomó varias medi-das para evitar "una revolución que, viendo la predisposición de los espíri-tus, tomando volumen podría generalizarse a todo el país,como en 1846".

La prevención suponía movilizar a las autoridades civiles y militares del distrito, con las que estableció correspondencia diaria. Las dos princi-pales villas, Chaves y Vila Real,fueron guarnecidas con tropas "con la fuer- za necesaria para acudir a cualquier eventualidad que pudiese suceder en esos municipios o en los limítrofes".

Por otra parte, el gobierno civil de Vila Real tomó medidas para con-trarrestar la "sacudida en los ánimos de los habitantes que habían causado las noticias del Miño y calmar los espíritus". Para mostrar el compromiso de la autoridad con el orden público y dejar claro que no se andaría con miramientos, imprimió una circular con los telegramas oficiales que rela-taban el resultado sangriento de la represión de los motines en el distrito de Braga y la hizo fijar y anunciar en todo el distrito. Además, la circular ad-vertía sobre el engaño al que los agitadores sometían a los aldeanos y destacaba que, después de la acción de las tropas, "los pueblos del Miño volvie- ron a sus parroquias, quejándose de que los agitadores los habíatraicionado". Según el informe,la iniciativa "produjo un efecto disciplinador".En cada municipio instó que se reuniesen comisiones compuestas por el administrador, el alcalde (presidente da Câmara), los párrocos y el "resto de perso- nas influyentes", para que "aconsejasen a los pueblos moderación y orden". Las comisiones colaboraron y los párrocos " leían y aconsejaban a los feli- greses la doctrina de la circular en las propias misas". (32)

Según se desprende del informe, la proclamación de la disposición del gobierno a emprender una escalada de coerción para frenar los tumultos sirvió como medida "preventiva" y había evitado que en el distrito "la revuelta asumiese graves proporciones". Además, pudo servir de refuerzo disuasivo el rumor, desmentido por el gobierno civil de Braga, de que en la represión del motín de Amares, además de los dos muertos y los heridos, varios presos habían sido fusilados. (33)

Así pues,a partir de los años sesenta del S.XIX,crece la inestabilidad po- lítica en Portugal. Aumenta el gasto público debido a las obras públicas que siguen llevándose a cabo.Los impuestos aumentan en igual proporción.Los comerciantes de Oporto no aguantan más y se levantan, en 1868 (A Jarei- rinha). (34)

El descrédito de los políticos, las dificultades de la deuda, el exceso de impuestos provocan un levantamiento reaccionario a cargo del general Saldaña, en la noche del 18 al 19 de mayo de 1870 frente al Palacio Real.El Rey cede a la presión y dimite al gobierno. Saldaña se hace cargo del poder absoluto al controlar todas las carteras ministeriales inaugurando una corta dictadura que durará unos tres meses (hasta finales de agosto).El rey Luis,a petición de los partidos políticos portugueses, restablece la legalidad cons- titucional. (35)

A partir de 1871 Fontes se encarga de formar gobierno e inicia el rota- tivismo político o turno de partidos que será un hecho en Portugal hasta la proclamación de la República en 1910. En los comicios electorales, siem- pre triunfa el partido en el poder, aunque en algunas ocasiones se produzca el triunfo de la oposición,especialmente en las ciudades. Este modelo de gobierno,denominado Fontismo,será instaurado en España con la Restaura-ción borbónica, entre el partico conservador y el liberal. (36)Fontes Pereira de Melo inició un ambicioso programa de obras públicas con la construcción de puentes,carreteras y el inicio del ferrocarril.Todos estos proyectos fueron financiados fundamentalmente por capital foráneo,lo que acabaría por llevar a Portugal al colapso financiero. (37)

El 7 de septiembre de 1876, por el Pacto de La Granja,reformistas e his-tóricos constituyeron el partido progresista , cuyos miembros pertenecían a la pequeña y mediana burguesía y que se habían dotado ya de un programa bien definido que contenía los principios generales de una democrati-zación constitucional y de una más sólida estructura orgánica, siendo, por tanto, el primer partido político en la acepción moderna del término.Mien-tras tanto, en los años setenta ,además de estos partidos monárquicos,se formaron los partidos de oposición al régimen, especialmente a partir de dis-tintos movimientos de opinión que fueron ganando proyección política y social y que fueron marcando posiciones culturales muy claras.

En 1875 surge el primer partido socialista portugués, es un partido de origen exterior, fundado por intelectuales como Antero y José Fontana (de origen suizo) por recomendación del Congreso Internacional de La Haya, siendo considerado, por algunos historiadores, como el primer partido autó- nomo de la clase obrera en todo el mundo. Estaba dirigido predominante- mente por intelectuales (influidos por Proudhon y Fourier), complicado en una estrategia híbrida, medio utópica, medio reformista y electoralista,pro- gresivamente se fue alejando del pueblo y desviándose de sus orígenes

marxistas y de clase,colaborando con la monarquía a cambio de una serie de mejoras para la clase obrera. El PSP acabará por aislarse de las masas, viendo como su clientela política huía hacia el joven partido republicano, como lo demuestra el hecho de que en la Asamblea Constituyente de1911, solo contaba con 2 diputados frente a los 229 del partido republicano.(38)

El 25 de marzo de 1876 fue creado legalmente el PRP, con el consentimiento del rey D.Luis. En noviembre de 1878 fue elegido el primer diputa- do republicano, Joaquim Rodrigues da Freitas.El programa del nuevo parti- do opositor al régimen pretendía la igualdad de derechos civiles y políticos para todos los portugueses y la justicia democrática,acabando con el turno de los partidos constitucionalistas corruptos y desacreditados.En el ámbito económico y social el PRP pretendía:"la libertad de comercioy la abolición de los impuestos especiales". También buscaba el "resurgir del pueblo por- tugués a través de un gobierno del pueblo por el pueblo". El partido republicano portugués estaba conformado por sectores de una pequeña y mediana burguesía de agricultores, comerciantes e industriales. (39)Algunos grupos anarquistas intervencionistas, con influencia ideológica en sectores de operarios y de la intelectualidad, se aproximaban al republicanismo radical y utilizarían,algunas veces,la acción directa perpetrando algunos actos terroristas. El atentado anarquista más relevante fue, sin duda,el asesi- nato, el 1 de febrero de 1908, del monarca Carlos I y su heredero Luis Feli- pe, resultando también muertos en ese acto los terroristas anarquistas

Alfredo Costa y Manuel Buiça.

En el otro ángulo político existían fuerzas políticas tan dispersas como los Legitimistas (pretendientes al trono de los miguelistas),Centro Católico (surge en 1894),Círculos Católicos de obreros(desde 1898) o el Partido Na- cionalista de Jacinto Cândido(fundado en 1903). Todos estos partidos pro- curaban organizarse a escala nacional y congregar a todos los conservadores portugueses para oponerse a la ideología socialista y republicana. (40)

Los partidos de oposición al régimen,el socialista y el republicano principalmente,tenían un objetivo común: la caída de la monarquía.La dinámica política que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX fue,a imitación de otros países como Bélgica o Gran Bretaña , la de la alternancia en el po- der. En la década de los setenta estaban ya creadas las condiciones para el restablecimiento del rotativismo político,interrumpido durante la crisis de los años noventa, aunque retomado, de nuevo, en 1893.De esta forma,rege- neradores e históricos, en los primeros decenios y, después,regeneradores y progresistas en las décadas finiseculares, gobernaron Portugal desde 1851 hasta la implantación de la República.El rotativismo político fue el elemento político predominante en Portugal a fines del S.XIX debido a la indefini- ción de los programas de los partidos, a la presión del caciquismo reinante o bien a las prácticas electorales fraudulentas. La lenta implantación del capitalismo,el predominio de las estructuras rurales,el débil desarrollo eco- nómico,el elevado índice de analfabetismo son factores explicativos de los fuertes mecanismos caciquiles que se mantuvieron actuantes, condicionan- do el sistema político portugués en la segunda mitad del Ochocientos.(41)

En este marco político,no puede hablarse de una estabilidad guberna- mental constante y lineal , ya que se registraron períodos de fuerte ines- tabilidad ministerial en 1860, 1870,1880 y 1890. En términos sociales,la Regeneración no resolvió los grandes problemas, sino que, al contrario, muchos de ellos se fueron agudizando. El enriquecimiento y el aumento del nivel de vida de algunos estratos medios de la sociedad contrastaban con la desfavorable situación de los pequeños propietarios y de loscampesinos.Se comprende, por tanto, que el flujo migratorio creciese en los años sesenta y que la contestación del proletariado se manifestará en forma de huelgas a partir de 1871,a lo que no fue ajeno el impacto de la Comuna de París.Tam- bién la aparición de epidemias (1857), los tumultos populares motivados por crisis de subsistencias y por la política tributaria (1856,1867,1868) y los movimientos huelguistas (1871,1872,1889) suscitaron, también,conflic tos sociales significativos. (42)

El descrédito del constitucionalismo,el agravamiento de los problemas nacionales y el descontento público frente a la rutina política crearon las condiciones necesarias para que grupos de políticos e intelectuales comenzaran a cuestionar la problemática nacional bajo la perspectiva de estas nuevas ideas, de estas nuevas corrientes ideológicas y filosóficas.Prueba de

ello es la polémica Questio Coimbrá (1865) y la realización de las Conferencias Democráticas del Casino Lisbonense, iniciadas, el 22 de mayo de 1871, y en las que sobresalieron las figuras eminentes de Antero de Quental, Ezça de Queirós,Adolfo Coelho y Augusto Soromenho que,entre otros, estaban empeñados en un proceso de europeización de la cultura y de las élites culturales portuguesas.El panorama político- social fue objeto de una crítica global, los conflictos se agudizaron y las preguntas sobre el devenir de la Patria y de la Nación se convierten en una constante. A partir de los años noventa, la crisis derivada de las secuelas del "Ultimatum"y de la gra- ve situación financiera se hará mucho más profunda,desarticulando los fundamentos del sistema implantado con la Regeneración.Ello provocó el fortalecimiento del republicanismo,la mayor fuerza que se situaba al margen del sistema político vigente.Este movimiento capitalizó no sólo el irreversi- ble proceso de decadencia del liberalismo monárquico, sino también,las dificultades de implantación del partido socialista en los medios proletarios y el descontento social de la pequeña burguesía y de los intelectuales. (43)

Las luchas liberales no f avorecieron el desarrollo industrial, aunque el arancel proteccionista de 1837 propició la creación de unidades industriales,ocupando el ramo textil un lugar significativo.Aunque se hubiera mate-rializado una política favorable a la industrialización, Portugal hubiera encontrado muchos de los obstáculos que impidieron que otros países eu-ropeos se convirtieran en economías plenamente industrializadas. Estruc-turas agrarias tradicionales, mercados interiores pequeños, difícil integra- ción en la economía internacional, escasez de capitales, estructuras políti-cas inadecuadas, insuficiente formación técnica y empresarial y altas tasas de analfabetismo explican, en general, el retraso industrial. Todos estos impedimentos estaban presentes en Portugal y eran claramente mayores que en otros países europeos. (44)

Así , pues, a principios del siglo XIX, Portugal era ya uno de los país más pobres de Europa. Esto, sin duda, contribuye en gran medida a explicar porqué el desarrollo industrial fue tan limitado, incluso en relación a econo- mías de desarrollo lento como las de España e Italias.Y,desde esta perspec- tiva, la divergente evolución de la economía portuguesa,de finales del siglo XIX y principios del XX, en comparación con otras naciones atrasadas de Europa, no es en absoluto sorprendente. La industrialización era mucho menos posible si el punto de partida quedaba por debajo de un cierto nivel de atraso. (45)

A partir de 1865 el crecimiento económico se reemprendió de nuevo, aunque de forma algo lenta. Las importaciones de algodón en rama aumentaron, se instalaron nuevas fábricas de lana y algodón y, sobre todo, hubo un aumento considerable en la elaboración de tabaco, que se había liberado temporalmente del monopolio estatal.Este impulso continuó hasta la década de 1os setenta. Aun así, de no haber sido por el desarrollo de la industria ta- baquera,la estructura industrial portuguesa no habría registrado ninguna transformación importante.Los sectores textiles continuaban teniendo un peso decisivo, mientras que la industria metalúrgica, que carecía de altos hornos y no producía acero, apenas se había modernizado. En este sentido, el retraso fue notorio; no se pusieron las bases para el futuro desarrollo de las industrias de ingeniería, y tampoco se dedicó atención a las actividades metalúrgicas tradicionales. (46)

No será hasta finales del siglo XIX cuando llegue la Revolución Industrial a Portugal que transformará las principales ciudades portuguesas y, muy especialmente a Lisboa y Oporto. Su población activa ocupa sectores como el textil, el vino, el calzado y la alimentación, y más adelante surgen las artes gráficas y la industria química. (47)

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