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Los movimientos sociales en la Europa del Siglo XIX (página 5)


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Las olas revolucionarias, de 1848, fue el producto de la crisis de 1830. Casi simultáneamente la revolución estalló y triunfó (de momento)en Fran- cia, en casi toda Italia, en los Estados alemanes, en gran parte del Imperio de los Habsburgo y en Suiza (1847). En forma menos aguda, el desasosiego afectó también a España, Dinamarca y Rumania y en forma esporádica a Irlanda, Grecia e Inglaterra. Nunca se estuvo más cerca de la revolución mundial soñada por los revolucionarios de la época que con ocasión de aquella conflagración espontánea y general. Lo que en 1789 fue el alza-miento de una sola nación, Francia, era ahora, de todo un continente. (59)

El Gobierno Provisional que se organizó luego de proclamada la II República, contó con la participación de un obrero y de un representante de los intereses de los obreros como Ministro de Trabajo: el socialista Louis Blanc. Entre febrero y mayo de 1848, este nuevo gobierno -con el apoyo de los pobres de las ciudades y de burgueses republicanos moderados- realizó las siguientes acciones:

  • Estableció el sufragio universal.

  • Abolió la esclavitud colonial

  • Abolió la pena de muerte por delitos políticos.

  • Creó los Talleres Nacionales para solucionar el problema del desem- pleo en la ciudad de París. Efectivamente, el socialista Louis Blanc, ministro de Trabajo durante el gobierno provisional republicano, creó los "Talleres Nacionales" y fijó la jornada máxima de trabajo en 10 horas, intentando absorber el enorme paro que asolaba el país. El cierre de los Talleres Nacionales acaecido tan solo unos meses más tarde de su apertura significó el fracaso de quienes pretendían dar contenido social a unas reivindicaciones que habían ido más allá de lo meramente político. (60)

La primera elección que se realizó en Francia con la vigencia del sufra-gio universal dio por resultado una Asamblea Constituyente integrada en su mayoría por partidarios de la monarquía y de reformas moderadas.

La mayor parte de la población, que era todavía rural, no había tomado contacto con las nuevas ideas que impulsaban los burgueses radicales y republicanos, ni con las ideas socialistas que defendían los intereses de los obreros. Por esto, en las ciudades del interior de Francia la población mas-culina votó por aquellos miembros de la sociedad que conocía:los médicos, los abogados, e incluso por los nobles que ocupaban un lugar destacado en su ciudad. (61) Esta Asamblea se enfrentó con el Gobierno Provisional y, reafirmando los principios del liberalismo económico, decidió el cierre de los Talleres Nacionales.Cuando la burguesía tomó conciencia de la enorme fuerza que tenía el conjunto de los trabajadores pobres,sintió sus intereses amenazados: la propiedad privada. Desde entonces,muchos liberales mode- rados se fueron convirtiendo en conservadores. (62)

A medida que los burgueses moderados se retiraron de la alianza, los trabajadores y los burgueses radicales quedaron solos frente a la unión de las antiguas fuerzas aristocráticas y la burguesía conservadora. Las revolu-ciones de 1848 fueron derrotadas porque los partidos del orden se impusie- ron sobre la Revolución Social. (63)

Los trabajadores habían luchado no sólo por el derecho al voto para to- dos los ciudadanos, sino también por reformas en la organización de la eco- nomía y la sociedad que mejoraran sus condiciones de vida. Ante las de- mandas de los obreros, la Baja burguesía liberal y moderada consideraron que la propiedad privada estaba en peligro y se aliaron nuevamente con la Alta burguesía. (64)

Luego de la experiencia vivida, los gobiernos conservadores, que reto-maron el poder, se propusieron poner en práctica muchos de los principios del liberalismo económico, jurídico y cultural. Entre 1848 y 1849, los conservadores habían comprendido que la Revolución era peligrosa y que las demandas más importantes de los radicales y obreros -especialmente las económicas- podían satisfacerse a través de reformas. De esta manera, las "reformas económicas" reemplazaron a la "revolución", y la burguesía dejó de ser una fuerza revolucionaria. (65)

A pesar de que en 1848, en Francia, la Revolución había terminado con la derrota de los obreros, la gran movilización de trabajadores -entre otras razones- impidió la limitación del sufragio.En noviembre de 1848, la elección del nuevo presidente de la República Francesa se hizo por sufragio universal.Los franceses no eligieron a un can- didato moderado, pero tampoco a un radical. El ganador fue Luis Napoleón Bonaparte. (66) Para los gobiernos europeos, la elección de Luis Napoleón hizo evidente que la "Democracia de sufragio universal"-la institución que se identificaba con la Revolución- era compatible con el mantenimiento del orden social.

Después de la represión se mantuvo la República ante las irreconcilia-bles posturas de las diferentes facciones monárquicas. Aún así se optó por crear una presidencia fuerte, que hiciera frente a posibles nuevas revolu- ciones. En las siguientes elecciones, con sufragio universal masculino, salió elegido Luis Napoleón Bonaparte, sobrino del antiguo Emperador Napo- león Bonaparte, visto como un personaje independiente y con cierto cariz social. La II República Francesa estaba gobernada realmente por antirrepu- blicanos, los reaccionarios vieron en Luis Napoleón un freno a los socialis- tas, mientras que republicanos y el pueblo llano le veían como un freno a los reaccionarios monárquicos y grandes terratenientes. (67)En 1850 se presenta como candidato a la presidencia de la República y consigue ganar las elecciones por una aplastante mayoría. Un año después, el 2 de diciembre de 1851, mediante un golpe de estado se proclama Emperador de Fran- cia y se considera que él está por encima de todas las clases sociales. (68)

Dos días después, tras una represión militar que sembró París de cadáve-res, el golpe de estado, calificado por Marx como "el 18 brumario de Luis Bonaparte", había triunfado. Detenciones, juicios sumarísimos y masivas deportaciones siguieron a aquellas jornadas. Sin embargo, el pueblo francés refrendó aquel golpe por mayoría aplastante mediante un plebiscito cele- brado a finales de diciembre. (69)

Con el respaldo de las urnas y libre de toda oposición política, Luis Napoleón Bonaparte daba la bienvenida a un nuevo año, 1852,que iniciaba como presidente de la república y culminaría como emperador de lo que sería el Segundo imperio francés.Los primeros años de su reinado fueron de gran expansión económica, también a nivel mundial, esto provocó la aparición de grandes corporaciones, sobre todo de ferrocarriles, en donde se enrique- cieron muchas personas. (70)La prosperidad económica de la década de los años cincuenta,facilitó el apoyo de la burguesía francesa al nuevo régimen.

A la prosperidad económica del Segundo Imperio contribuyeron una serie de factores, como pudieron ser, el progreso de la agricultura, el de- sarrollo industrial apoyado por el Emperador y la mejora de la red de transportes. Por su parte, el aumento de la masa monetaria y del crédito, así como el incremento de los cambios comerciales, interiores y exteriores,influyó considerablemente en esa prosperidad. (71)

Con el desarrollo industrial en Francia, a partir de la década de los trein- ta del siglo XIX, se inicia una etapa de colonización en ultramar, dirigiendo sus esfuerzos colonizadores principalmente hacia la costa norteafricana. En 1830, Francia envía una expedición a Argelia apoderándose de Argel,prelu- dio de la formación de un gran imperio colonial en Berbería. Vencido el emir Abd-el-Káder, después de duras campañas, a finales de 1847, todo el territorio argelino quedaba sometido, pasando a ser colonia francesa de po- blamiento y explotación. (72)En 1881,Francia completaba su dominación en el Norte de África con el protectorado de la región de Túnez y,más tarde con el de Marruecos.Así Francia se convertiría en la segunda potencia colo- nizadora del mundo después de Inglaterra. Los beneficiarios de esta expan- sión colonial serían los burgueses, accionistas de las grandes empresas, ya que recogían los beneficios económicos de una conquista realizada con el esfuerzo de toda la nación para sus propios intereses. (73)

El gobierno imperial apoyó una ambiciosa política de obras públicas que fue presentada como uno de los logros del régimen. La transformación ur-banística llevada a cabo por Haussmann en París dio a la capital francesa un aire burgués y un gran esplendor. En la capital se demolieron barrios en- teros,que fueron sustituidos por grandes avenidas.(74)El centro de la ciudad de París contenía los edificios más importantes de la administración y del poder imperial,pero también las construcciones más antiguas y más misera- bles donde se asentaban miles de pobres y malechores en torno a calles es- trechas,mal trazadas y malolientes.El barón Haussmann hace demoler cien- tos de edificios antiguos (incluyendo seis viejas iglesias) destruyendo, entre 1852 y 1869, 117.553 alojamientos y se crean 215.304.(75)Gaillard deno- mina al Segundo Imperio francés como:"La edad de oro de la propiedad in- mobiliaria" ya que entre 1821y 1850 se construyen unas 260 casas por año en la ciudad de París,mientras que en la década de los sesenta se construyen más de 5.000 casas al año. Durante la prefectura de Haussmann,el valor total de los inmuebles parisinos pasa de 2,6 millones de francos,a principios de la década de los cincuenta a 6,1 a finales de la década siguiente. (76)

El Segundo imperio impulsó servicios públicos como correos y telégra-fos, e incluso culturales, al incrementar el número de centros de enseñanza. Patrocinó grandes exposiciones internacionales en París, como la de 1867, con un evidente afán propagandístico, pues era el escaparate de los logros sociales, tecnológicos y económicos del régimen. (77)

Napoleón III intentó promocionar su imagen no solamente ante la aristo- cracia y alta burguesía francesa sino,también,entre las clases medias,favo- reciendo el desarrollo económico y la paz interior. Su activa política exte- rior siempre buscó el desarrollo comercial y los buenos negocios. También el Emperador trató de acercarse a las clases obreras y más desfavorecidas a través de una política social basada en la expansión de la beneficencia pública y privada, permitiendo la organización de un movimiento obrero y republicano. (78)Sin embargo, a partir de la firma del tratado de libre comercio con Gran Bretaña, en 1860, la burguesía acusó al gobierno y al Emperador de abrir una política económica suicida para la producción nacional. De igual modo, la Iglesia católica endureció su postura crítica con motivo del reconocimiento de Francia del reino de Italia, que se había apropiado de buena parte de los Estados Pontificios. (79)

Ante esta crisis de apoyos sociales, el régimen giró algo hacía la izquier-da, en busca de nuevas bases políticas, sobre todo las formadas por repu-blicanos y partidos liberales.Se suavizó el régimen autoritario,ampliándose la libertad de prensa y de reunión,se concedió el derecho de iniciativa legis-lativa al Parlamento y el control de los presupuestos del Estado.En conse-cuencia, la actividad política se incrementó, al igual que las campañas de opinión. En 1864 se legalizó el derecho de asociación y huelga. El año si-guiente se permitió la creación de la sección francesa de la Asociación Internacional de Trabajadores. Así, el Emperador trató de presentarse como el "padre de los obreros". (80)

El fracaso final del proyecto mexicano de implantar en México al em-perador Maximiliano I, apoyado desde el principio por Napoleón III, va a disminuir su popularidad (81). Ello unido a una crisis económica, facilitó la apertura de nuevas concesiones políticas: se suavizaron las leyes de prensa y se otorgó al Cuerpo Legislativo el derecho de interpelación al gobierno y el de responsabilidad ministerial. No obstante, ni los republicanos ni los católicos cesaron en sus críticas, por lo que Napoleón III intentó ampliar su popularidad en el arriesgado escenario de la política exterior provocando una guerra contra Prusia.

Al final lo que acabó con Napoleón III fue la Guerra contra Prusia. Des- de 1851 hasta 1870 Francia entró en guerra varias veces (Rusia, Austria, Italia, Méjico….) por su afán de demostrar el nuevo poderío de Francia. Sin embargo en 1870 declaró la guerra a la Prusia de Guillermo I y Bismarck, ante las intenciones de crear un Imperio Alemán y por la posible subida al trono de España del príncipe Leopoldo de Hohenzollern, primo del rey de Prusia. Francia se opuso a su elección por entender que significaba un peli- gro para el equilibrio europeo. (82)

La guerra fue un desastre para los franceses. En la batalla de Sedán, prácticamente todo el ejército francés cayó prisionero de los prusianos, en total unos 82.000 soldados, incluido el Emperador. Francia estaba ocupada, en parte, por los prusianos que se quedaron a las puertas de París,declaran-do la creación del Imperio Alemán en el propio Versalles. Por la paz de Versalles, ratificada en Francfort, Francia cedió a Prusia las regiones de Al- sacia y Lorena pagando, además, una fuerte idemnización de cinco mil mi- llones de francos. (83)

Si bien es cierto que la derrota de Francia contra Prusia sería uno de los principales motivos de la insurrección de París debemos de considerar también la pésima situación económica por la que atravesaba Francia en esos momentos previos a la Comuna parisina. Desde finales de la década de 1860, el sistema industrial, que hasta entonces había funcionado bastante bien, reveló sus insuficiencias. El cambio de una política proteccionista a otra librecambista supuso el inicio de la crisis al no poder competir con Gran Bretaña. Las tasas de crecimiento de la renta nacional y de la produ- cción industrial declinaron y cayeron progresivamente por debajo del nivel del incremento secular. Esta crisis surgirá, en un principio, en el sector agrícola debido en parte al desarrollo de la competencia internacional y a las plagas y enfermedades como la filoxera que ataca al cultivo de la vid y la pebrina que acaba con el gusano de seda. En suma,la producción agrícola resultaba mal adaptada respecto a una población con un mayor nivel de ur- banización y de renta.Todo esto desembocó en una caída general de los precios agrícolas e industriales que comenzó alrededor de 1870 (1,64%, en el periodo 1865-1890) y un descenso, todavía mayor,de los salarios debido al fuerte éxodo rural que congregó a decenas de miles de personas en las ciudades a la espera de poder trabajar lo que provocó la tendencia a la baja del sueldo de los trabajadores. (84)

En octubre de 1870 se empezaron a producir en París manifestaciones para seguir la guerra contra los prusianos. Ante el temor de nuevas revuel-tas proletarias, las clases dirigentes (tanto monárquicas como republicanos burgueses) formaron un gobierno que pactó un armisticio con los prusia-nos, trasladándose además a Versalles para evitar al pueblo parisino. La paz firmada por Thiers con los prusianos consistía en ceder Alsacia y Lorena y pagar una indemnización de 5.000 millones de francos. Este armisticio era inadmisible para los parisinos. (85)

En el París sitiado esta rendición se vio como una traición por parte del proletariado,que empieza a pedir la Comuna,se hace con las armas de los arsenales y organiza la resistencia. En el resto de Francia, sin embargo, estos acontecimientos provocados por los proletarios y la pequeña burgue-sía parisina se vieron como otro intento de revolución, como en 1848.Esto provocó que en las elecciones de febrero de 1871los monárquicos y conservadores fueran mayoría, frente a unos pocos diputados de izquierda (repu-blicanos radicales y socialistas). La nueva asamblea no reconoce la nueva República proclamada en septiembre y elige a Thiers, político conservador, como jefe de Gobierno para desencadenar la contrarrevolución ante el apo-yo creciente a la Comuna. (86)Su primera acción fue intentar desarmar a la población de París, para lo cual pacta con Bismark la devolución de prisio- neros de guerra para realizar la represión. Ante este intento el pueblo de París, junto a la Guardia Nacional sublevada del gobierno, les hace frente hasta incluso tener la posibilidad de tomar Versalles. (87)

Sin embargo,optaron por la moderación, fuertemente criticada posterior-mente, e incluso se permitió en la ciudad la movilidad libre de grupos con- servadores, prensa monárquica y toda la libertad que se podía pensar, París era una ciudad abierta. La Francia dominada por Thiers,sin embargo, se ca- racterizaba por la represión de cualquier simpatizante de la Comuna y, por supuesto, por un control policial absoluto.

El 26 de marzo de 1871 se realizan elecciones libres en la ciudad y se proclama oficialmente la Comuna de París, invitando al resto de ciudades a hacer lo mismo y luchar contra Thiers, su llamamiento no tuvo respuesta ante la falta de comunicaciones con el exterior. En estas elecciones fueron elegidas toda clase de ideas y personas, anarquistas, blanquistas, proudo-nistas, socialistas de la I Internacional, e incluso hubo representantes de los barrios burgueses que más tarde se retirarían y huirían. (88)

El hecho de ser la "Iª Revolución Socialista" no es por el predominio de ciertos miembros socialistas, sino por la iniciativa de creación de una orga-nización político-administrativa, establecida casi de forma espontánea, con la unión de todas las ideologías representadas.Pronto los revolucionarios vieron que era imposible aprovechar el antiguo entramado administrativo heredado del Imperio de Napoleón III, a lo que se unió la presión del sitio a la ciudad y la destrucción de gran parte de la industria en la guerra contra los prusianos. (89)

El principal organismo fue el "Consejo General de la Comuna", coor-dinado por una "Comisión Ejecutiva", con poderes legislativos y ejecuti-vos.Así mismo se crearon las "Comisiones" (Ejército, Salud Pública,Traba- jo, Justicia…) que aplicaban la política correspondiente a su actividad, aunque siempre respondía ante el Consejo. También se reorganiza la Justi- cia, la cual pasa a ser gratuita, y los magistrados se elegirían por votación. Este Consejo General, estaba formado por 90 miembros, entre los que figuraban partidarios de Blanqui, jacobinos e internacionalistas. También dieron su apoyo a la Comuna algunas personalidades del mundo del arte, como los pintores Gustabe Courbet, Corot, Manet o Daumier.

El programa del gobierno no se pudo llevar a cabo totalmente debido a la escasa duración de este período (unos dos meses) y a las discrepancias entre los jacobinos que pretendían gobernar toda Francia desde la Comuna de París, y el grupo denominado Federalista, que pretendía que la Comuna de París se integrara dentro de la Federación de Comunas de Francia, en la que debería de disolverse el Estado. Esta es la tendencia que predominó, dada la extensión del movimiento comunalista a diversas provincias, entre las que destacaban Lyon y Marsella. (90)

La Comuna de París se dotó de diez comisiones, a modo de ministerios, en los que la Comisión Ejecutiva hacía el papel de gobierno.Entre las medi-das adoptadas caben destacar la adopción de la bandera roja y el calenda-rio revolucionario, la nacionalización de los bienes del clero, la disolución del ejército regular (resquicio del orden aristocrático), sustituyéndolo por la Guardia Nacional democrática,es decir por todo el pueblo.Otra decisión, sorprendente, fue el respeto de la propiedad privada de los que se quedaron, expropiándose sólo a los que huyeron, los grandes propietaríos. (91) También el gobierno de la Comuna contaba con un amplio programa so- cial: anulación de los alquileres de las viviendas, adopción de la jornada la- boral a diez horas diarias,proclamación del principio socialista de:" la tierra al campesino, la herramienta al obrero, el trabajo para todos". Las mujeres también tomaron un papel destacado en estos acontecimientos de la his- toria francesa. Se fundó una organización de mujeres denominada "Unión de Mujeres", dirigida por Louise Michel,para la defensa de la ciudad,el su- ministro de provisiones a los combatientes y el cuidado de los heridos.(92) A pesar del cerco militar, la Comuna invierte rápidamente en la ejecución de trabajos públicos, con la creación de correos y de un sistema sanitario, que garantizara la salud del pueblo y de las tropas de la Guardia Nacional.

Los pequeños industriales fueron respetados aunque en un nuevo marco de relaciones laborales, en la que el trabajador tenía sus derechos. Se prohi-bió el trabajo nocturno y adoptaron políticas de higiene. Los alquileres em- pezaron a estar controlados por la municipalidad, fijándose un tope máxi- mo.Como ejemplo, los miembros del gobierno se pusieron un sueldo igual al sueldo medio de los trabajadores, teniendo prohibido la acumulación y aprovechamiento propio de sus cargos. (93)

La educación pasó a ser laica, gratuita y obligatoria. Los programas de estudios pasaban a ser realizados por los propios profesores, los cuales ga-rantizaban el carácter científico de las disciplinas.También se creó una For-mación Profesional en donde los obreros daban gratis las prácticas a los alumnos. Se crearon guarderías para cuidar a los hijos de las trabajadoras. También en el plano educativo destacó la Asociación Republicana de Es- cuelas con el propósito de crear en las universidades un estímulo basado en el conocimiento científico. En el mundo del arte y cultural aparecen gran cantidad de asociaciones para la promoción del teatro y las bibliotecas. (94)

Una de las principales característica de la Comuna fue la Libertad.De és- ta se podían beneficiar todos, incluso los partidarios del gobierno de Versa-lles.Había libertad de prensa,de reunión y asociación.Se decretó que las de- tenciones deberían ser por orden judicial, y los prisioneros tenían todos sus derechos garantizados, incluso el castigo era fuerte para los casos de deten- ciones injustas. La libertad de asociación hizo aparecer a muchos grupos y clubs de todas las ideologías, las cuales se podían expresar libremente. (95)

Esta libertad hizo que los reaccionarios se movieran libremente por la ciudad, provocando algunos actos de sabotaje.Solamente al final, cuando la situación se hizo difícil,se empezó a detener a los saboteadores y todo aquel que se resistiera por la fuerza,aún así durante toda la Comuna no murieron más de cien personas (saboteadores,espías y un obispo), datos totalmente insignificantes comparados con la represión posterior. (96)

Ante el temor del propio Bismark a que el fenómeno de la Comuna se contagiara al resto de Europa, le devuelve a Thiers todas las tropas que to- davía mantenía retenidas, para la eliminación de los comuneros. (97) Así, entre el 10 y el 28 de mayo de 1871, en el campamento de Satory, las fuer- zas de Thiers, reforzadas por el ejército de MacMahon que habían sido li- beradas por los alemanes, inician el asalto de París con un ejército de unos 180.000 soldados. Se lucha calle por calle y casa por casa ante la decisión, por parte de los comunards de no rendirse. La defensa se organizó en barri-cadas, en las que luchaban tanto hombres como mujeres. La lucha fue de- sigual ante el poderío militar del ejército regular, sin embargo los comune-ros lucharon hasta la muerte. La batalla duró una semana,hasta el 28 de ma-yo, cuando cae la última barricada defendida por un solo comunero por la muerte de sus compañeros.

Como era de esperar la represión fue brutal. Desde los primeros días los fusilamientos eran cotidianos (incluidos mujeres y niños), una simple denuncia infundada valía para ser mandado al paredón. No sólo lo sufrieron los communards, sino que muchos burgueses huídos aprovecharon para denunciar a sus rivales y acreedores. (98)

Se estima que unos 30.000 obreros y simpatizantes de la Comuna fueron fusilados, a los que habría que sumar unas 40.000 personas enviadas a las colonias, especialmente a la de Nueva Caledonia, para realizar trabajos forzosos,en donde gran parte de ellos murieron de enfermedades.Además,unos 10.000 parisienses se exiliaron en el extranjero o se escondieron en provin- cias. Entre muertos y condenados, París perdió unos 100.000 habitantes, una séptima parte de su población masculina adulta. Esta represión casi consiguió eliminar el movimiento obrero en Francia, hasta el mismo Thiers, disfrutando de su victoria llegó a afirmar que: " El socialismo ha sido eliminado por un largo tiempo". (99)

La explicación que se ha encontrado para tan descomunal represión es el temor de las clases burguesas a una revolución social organizada por la Asociación Internacional de Trabajadores que pusiera en cuestión la pro-piedad privada. (100)

Aunque los socialistas de la I Internacional no tuvieron un papel desta-cado, los gobiernos burgueses y autoritarios europeos no tardaron en res-ponsabilizarlos de todo lo ocurrido. Con esta excusa el movimiento obrero estuvo perseguido fuertemente durante bastante tiempo. (101)

Sin embargo, la Comuna no sólo fue criticada por los conservadores-burgueses, lo cual en cierto modo es normal,sino que recibió también críti- cas desde las diferentes visiones revolucionarias de la época.Marx y Engels ,aunque siempre admiraron la valentía de los comuneros, pensaban que no se daban todavía las condiciones históricas y económicas para desarrollar una revolución socialista.También criticaron la debilidad organizativa,debi- do, muchas veces, a la diversidad ideológica,que hizo que en los momentos decisivos no se tomaran las decisiones más rápidas y correctas.(102)El anarquismo por su parte vio en principio con buenos ojos la Comuna, pues, como consideraba Bakunin,llegaría antes su modelo de Revolución,además había representados varios anarquistas en el movimiento.Sin embargo pronto vieron que no se ajustaba a su forma de organizarse. La Comuna, según ellos, se quedó corta pues no se abolió el Estado, y se organizó de "forma jacobina" al mantener un gobierno representativo.El pensador anarquista más crítico fue Piotr Kropotkin: "no rompieron con la tradición del Estado, de gobierno representativo, y no trataron de lograr dentro de la Comuna esa organización de lo sencillo a lo complejo que había inaugura- do al proclamar la independencia y la libre federación de comunas". (103)

Ambas ideologías criticaron el exceso de "Liberalidad" que aprovechó Thiers para derrocar el movimiento, sin embargo,en mi opinión,esto fue de- bido al "humanismo" y respeto del ser humano, el cual querían ser modelo de futuras generaciones, quizás un pensamiento demasiado pacifista para su época, pero que no deja de ser encomiable. Posiblemente el error más grave fue el no controlar el Banco de Francia y todas sus reservas, las cuales no sólo no utilizaron sino que Thiers consiguió financiar su ejército a través de los funcionarios que sacaban el dinero a escondidas del Banco. Además ese dinero se podría haber utilizado políticamente ya que la burguesía hubiera obligado a Thiers a pactar con los comuneros para conseguirlo. (104)

No todo fue un desastre, aunque Thiers y los gobernantes de la época pensaron que con la derrota de la Comuna tenían controlado el proletariado para siempre. Bismarck supo ver las grandes deficiencias sociales por las que la mayor parte de la población obrera se sublevó. Así para evitar casos parecidos en el nuevo Imperio Alemán (II Reich), se crearon unos niveles básicos de asistencia social, con horas máximas de trabajo y seguros socia- les en caso de accidente y jubilación.Este fue el principio de lo que más tar- de sería "el estado del bienestar". (105) En Francia, la unión de intereses entre conservadores-aristocráticos y burgueses volcó la balanza definitiva- mente hacia la III República .Pensaban que este era el mejor sistema para controlar el Estado,nunca más habrá reyes ni emperadores en Francia.(106)

Después de la Commune, se produjo un período de enorme actividad anarquista. Figuras como la de Luisa Michel, Sebastián Faure, Carlos Ma-lato, Juan Grave y tantos otros crearon periódicos, revistas y, unidos a los obreros sindicalistas revolucionarios como Pataud, Pouget, Pelloutier,Gri- fuelhes,..,constituyeron en 1905 la C.G.T.De ese período del anarquismo en Francia, extraordinariamente rico, en el que florecieron numerosas revistas, como "Le Temps Nouveauxu", fundada por Kropotkin y continuada por Grave y en que nació"Le Libertaire",fundado por Luisa Michel y Sebastián Faure, la historia, en general, apenas hace referencia.

  Se mencionan  nombres de los que realizaron actos de terror, movidos por la desesperación y guiados por las reacciones de sus temperamentos. Se cita a Vaillant, a Emilio Henry, a Ravachol; pero no se habla de Reclus, de Kropotkin, de Jean-Marie Guyau, estrechamente emparentados con el anar-quismo y tantos otros.Se citan los actos de Ravachol, pero no se dice que en aquellos tiempos aparecieron obras fundamentales como "El Hombre y la Tierra" y la "Geografía Universal" de los hermanos Reclus,"La Conquis- ta del Pan","El Apoyo Mutuo","Campos, fábricas y talleres" de Kropotkin, "La sociedad moribunda y la anarquía", de Grave, "El dolor universal" de S. Faure, etc. Siempre se ha procurado desfigurar al anarquismo y destacar sólo de él los aspectos de violencia o de ilegalismo. Así también, de los años que precedieron a la primera guerra mundial, al tratarse del anarquis- mo, en Francia, no se cita más que la "banda Bonnot".Para nada se habla de las actividades culturales, sociológicas y sindicales de los anarquistas.(107)

En general este movimiento revolucionario, que se inicia con la Com- mune de París, fue todo un ejemplo para la clase obrera, demostrando que se podía tomar el poder para crear una sociedad más justa, igualitaria y fra-ternal, que hoy llamamos solidaridad. Incluso el "exceso" de libertad, que tanto se criticó, no deja de ser un ejemplo de que intentaron hacer un nuevo mundo que no estuviera basado en la represión que ellos habían sufrido en sus vidas. Estos movimientos sociales se vieron respaldados con el derecho a la asociación sindical aprobado por el Parlamento francés en 1884, diez años más tarde que lo había sido en Inglaterra. (108)

La Segunda Internacional lleva a cabo su congreso fundador en París, en 1889, durante los actos conmemorativos del centenario de la Revolución Francesa . Posteriormente se realizarían otros congresos: Bruselas, en 1891, Zurich, en 1893, Londres, en 1896 y París, nuevamente, en 1900. En total serían cinco congresos y conferencias de tipo corporativo. La base era un programa basado en la independencia de la clase obrera, la defensa de las conquistas sociales y por las auténticas reformas que mejoren la suerte de los trabajadores. (109)La nueva Internacional, auspiciada e integrada por los partidos socialdemócratas, tuvo que enfrentarse, casi desde el primer momento de su fundación, con una serie de problemas, inexistentes en el periodo de la AIT. En primer lugar se hallaba ante la problemática derivada de la nueva fase de desarrollo capitalista; este desarrollo, impulsó la expan- sión colonialista europea por los continentes africano y asiático. (110)

Entre los objetivos esenciales que se plantean estarían las condiciones de trabajo de los obreros y una legislación protectora cuyas bases enuncia con precisión y son las siguientes:

A) Limitación de la jornada de trabajo al máximo de ocho horas diarias para los adultos.

B) Prohibición del trabajo de los niños menores de catorce años.

C) Supresión del trabajo nocturno, salvo en aquellas ramas de la industria que por su naturaleza exige un funcionamiento ininterrumpido.

D) Prohibición del trabajo a las mujeres en todas las ramas de la industria que afecten, muy particularmente, al organismo femenino.

E) Supresión del trabajo nocturno para las mujeres y los obreros de menos de dieciocho años.

F) Reposo ininterrumpido de treinta y seis horas, por lo menos, para todos los trabajadores.

G) Prohibición de ciertos géneros de industrias y de ciertos modos de fabri-cación perjudiciales a la salud de los trabajadores.

H) Supresión del regateo.

I) Supresión del pago en especie.

J) Supresión de las oficinas de colocación.

K)Vigilancia en todos los talleres, establecimientos industriales y domésti-cos, por inspectores retribuidos por el Estado y elegidos, al menos la mitad, por los obreros. (111)

Las resoluciones adoptadas en el Congreso fundacional de París de 1889, reclamaban, en síntesis, leyes para la protección de los trabajadores, la jornada laboral de ocho horas y la abolición del trabajo infantil.Condena- ron la guerra, a la que consideraban consecuencia del orden capitalista, y llamaron a los trabajadores a afiliarse en los partidos socialistas. A partir de aquí, la Internacional estableció una serie de principios que se mantendrían a lo largo del siglo: la extensión de la democracia, la evolución pacífica ha- cia la toma del poder político, la regulación del mercado laboral, el fin de la discriminación sexual y de las demás desigualdades. El 19 de julio de1889, la dirigente alemana Clara Zetkin,pronuncia su primer discurso sobre los problemas de la mujer, durante el Congreso fundador de la Segunda Inter- nacional Socialista celebrada en París. Allí defendió el derecho de la mujer al trabajo,la protección de las madres y los niños y también la participación amplia de la mujer en el desarrollo de los acontecimientos nacionales e internacionales. (112)

La II Internacional creó algunos símbolos del movimiento obrero como el himno y la celebración del 1ºde mayo, Día de los Trabajadores,en recuer- do de los obreros detenidos y ajusticiados en Chicago en1886 y también porque la Federación Américana del Trabajo, en su Congreso de diciembre de 1888 celebrado en San Luis, había decidido dicha fecha para una gran manifestación.(113)La Internacional Socialista agrupaba a millones de tra- bajadores y sus debates tuvieron una notable repercusión. Impulsó una gran diversidad de organismos, entre los que cabe destacar la Conferencia Inter- nacional de Mujeres Socialistas (1907), reflejo de su influencia en el inci- piente movimiento feminista, o la Federación Internacional de la Juventud Socialista. (114)

Apenas tres años después de ponerse en marcha la Segunda Internacio-nal, el 15 de mayo de 1892, los dueños de la Compañía Minera de Carmaux despidieron a Jean-Baptiste Calvignac. El motivo del despido se debía a las ausencias repetitivas al trabajo. Algo normal porque además de minero,Cal- vignac era el alcalde de Carmaux. Se convocó la huelga general y el Estado mandó el ejército. Jaurès se alzó en defensa de los mineros y acusó a la Re- pública de ser "el títere de los capitalistas". Fue una victoria, puesto que Calvignac ganó el juicio y Jaurès fue elegido diputado socialista en 1893; será uno de los fundadores, 12 años después, de la Sección Francesa de la Internacional Obrera. (115)

El origen de la unificación de los socialistas franceses se remonta a los comienzos de la década de 1890,cuando las cuatro principales organizacio-nes socialistas -guesdistas. blanquistas,posibilistas y allemanistas-llegaron a la conclusión de que la división de sus fuerzas les conduciría a la impo- tencia.El significativo éxito electoral alcanzado por el conjunto de las fuer- zas socialistas, en 1893,las convenció de seguir un camino de mayor cola- boración entre sí. Durante gran parte de la década de 1890 se produjo una estrecha colaboración a nivel parlamentario entre los cuatro grupos socia-listas,constituyendo para tal efecto la Unión Socialista.En gran parte ello fue posible merced a la acción de dos de los denominados"socialistas independientes" quienes llegarían a ser actores políticos principales en los años siguientes:Jean Jaurès y Alexandre Millerand. De esta forma las dife-rentes fuerzas socialistas,inmersas cada vez más en la dinámica electoral, comenzaron a colaborar a través de diferentes tipos de alianzas.El socia-lismo político se unificó en Francia en 1905 bajo el mandato de la Interna-cional,en el congreso del Globe con la fusión de diferentes corrientes socia-listas (guesdistas, blanquistas, reformistas,…) en la nueva Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO). Poco tiempo después, el diputado del Tarn, Jean Jaurès se impone como figura más destacada del socialismo francés, por su combate por la unidad, por su voluntad de síntesis entre la república y el socialismo,entre el patriotismo y el internacionalismo, entre las ideas marxistas y la tradición de la Revolución francesa liberal.(116)

En ese periodo, finales del siglo XIX, la conflictividad social había au-mentado de tal modo, que se había convertido en una creencia generaliza-da la idea de que se hallaba muy cerca el inevitable triunfo de la revolución proletaria. En la Francia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el paro alcanzaba 10% y los obreros (cuatro millones de personas) empe- zaban a organizarse. Había una media de 1.000 huelgas al año entre 1899 y 1913. Ante esta perspectiva inmediata, la Internacional debía preparar al proletariado para las futuras confrontaciones y,cuando éstas se produjeran, debía coordinar en cada país las acciones obreras. (117)

La Internacional fue el gran foro de debate de los problemas que afecta-ban al movimiento socialista,sobre todo desde el año 1900(Congreso de Pa- rís).En primer lugar,el revisionismo fue condenado y la presencia socialista en gobiernos burgueses sólo se admitió en casos extremos.Se reafirmó la lucha de clases como base de la acción política y social.Sin embargo,ello no acabó con la confrontación entre las posiciones que defendían las prácti-cas reformistas y las que priorizaban la consecución del objetivo final.(118) En 1900 se creó un Buró Socialista Internacional, con sede en Bruselas, para dar continuidad a los trabajos que debían realizarse en el transcurso de los tres años entre los congresos, y en los que se fijaban los objetivos y ac-tuaciones del movimiento socialista internacional tanto a nivel doctrinal como pragmático. (119)

El colonialismo configuró un segundo gran espacio de debate.Un sector lo denunciaba como una forma más de la explotación capitalista y defendía la obligación de combatirlo y potenciar en las colonias la revolución socia-lista. Logró imponer sus ideas en el Congreso de Stuttgart. Pero otro grupo criticó la barbarie de los colonizadores pero sin cuestionar el sistema,y has- ta defendía la colonización como factor positivo de civilización. (120)

Finalmente, ante la espiral belicista se rechazó la guerra en los congre- sos de Copenhague (1910) y Basilea (1912). Considerada un producto del enfrentamiento entre los estados capitalistas, se debía impedir, y si a pesar de todo estallaba, se debería frenar con la huelga general o la movilización revolucionaria. Ahora bien, cuando se inició la I Guerra Mundial (1914) la mayoría de los partidos socialistas sucumbieron a la oleada nacionalista y abandonaron los postulados pacifistas y revolucionarios. La euforia patrió-tica les llevó a votar los créditos de guerra y a ponerse al lado de los res-pectivos gobiernos en lo que se llamó "la unión sagrada" de socialistas y burgueses frente al enemigo de la nación. (121)

Las divergencias anteriores cristalizaron en dos concepciones opuestas sobre lo que debía ser el movimiento socialista: revolucionario o reformista según expresión de Rosa Luxemburg. Esta dualidad se agravó con el esta-llido de la I Guerra Mundial. Dentro de los partidos se forjaron tres grandes grupos, cuyo enfrentamiento culminaría en escisiones.Por una parte estaban los patriotas,partidarios de la guerra al asumir los criterios de defensa na-cional preconizada por los partidos burgueses;por otra,los pacifistas mo- derados, contrarios a la guerra y que defendían la neutralidad; y finalmente, los revolucionarios que,como Rosa Luxemburg,Lenin o el italiano Grams- ci,pretendían la conversión de la guerra en revolución proletaria. (122)

El sindicalismo revolucionario nace en Francia a fines del siglo XIX, a partir de las crisis internas que sufrían las corrientes sindicales socialistas y anarquistas. A fines del siglo XIX los socialistas había comenzado a in-clinarse por la vía democrática y la promoción de los cambios sociolabo-rales mediante una presencia creciente en los parlamentos; eventualmente este camino conducirá a la creación del Estado del bienestar en el siglo XX (123). Por su parte, los anarquistas se habían volcado a la vía terrorista  bajo el principio de propaganda por el hecho, lo que les llevó a ser víctimas de una durísima represión y un gran aislamiento.

A partir de 1895 un grupo de dirigentes sindicales dirigidos por el anar-quista Fernand Pelleutier y el socialista blanquista Victor Griffuelhes,preo- cupados por el aislamiento en que se encontraba el movimiento sindical, comienzan a sostener la necesidad de que la organización sindical sea inde- pendiente de las corrientes ideológicas y políticas,lo que significaba mante- ner a los sindicatos fuera de los compromisos políticos de los socialistas y de las acciones violentas de algunos anarquistas, al mismo tiempo que abrir una tradición de convivencia pluralista en los sindicatos. (124)

La Confederación General del Trabajo (CGT) francesa,creada en1895, evoluciona gradualmente hacia las posiciones sindicalistas revolucionarias que finalmente se imponen en el Congreso de Amiens de 1906, donde se redacta la Carta de Amiens documento clave del sindicalismo revoluciona-rio redactado por Víctor Griffuelhes, donde se establece una estricta distin-ción entre el sindicato y la ideología política. En su parte final dice:

"Como consecuencia, en aquello que concierne a los individuos, el Con-greso afirma la entera libertad para el asociado, de participar,fuera del gru-po corporativo, en cualquiera de las formas de lucha que correspondan a su concepción filosófica o política, limitándose a exigirle, en reciprocidad, no introducir en el sindicato las opiniones que profesa fuera del mismo". (125)

En lo que concierne a las organizaciones, el Congreso decide que con el objeto de que el sindicalismo alcance su máximo de efectividad, la acción económica debe ejercerse directamente contra la patronal, no teniendo las organizaciones confederadas, como asociaciones económicas, que preocu-parse de los partidos y de las sectas que, afuera y al margen, puedan perse-guir, en absoluta libertad, la transformación social.

El sindicalismo revolucionario, y en esto se acercaba al anarcosindica-lismo, concede una importancia estratégica a la huelga, y en especial a la huelga general, exaltándola como eje central de la acción sindical. Muchas huelgas tuvieron carácter violento. Por lo menos, unos 20 trabajadores mu-rieron en Francia en las huelgas de los años 1906-08. (126)

En Francia, el número de huelgas fue menor, que en Inglaterra proba-blemente por la misma estructura de las industrias (de pequeñas dimen-siones, y poco concentradas geográficamente). Pero también allí, de una media de unas 100 huelgas anuales en la década de 1880 se pasó a unas 1.000 huelgas por año entre 1900 y 1910. En 1906, se registraron un total de 1.309 huelgas (entre ellas, una huelga general nacional en el mes de mayo por la jornada de 8 horas) que supusieron la pérdida de unos 9 millo-nes de días de trabajo.En 1910, hubo otras 1.502 huelgas y cuando, en octu- bre, los ferroviarios declararon la huelga general del sector, el Gobierno, presidido por Briand, militarizó a los trabajadores: 200 dirigentes de éstos fueron detenidos, y unos 3.300 activistas perdieron su trabajo. (127)

Curiosamente con el aumento de la producción en la industria sidero-metalúrgica francesa aumenta el número de huelgas en este sector, aumen-tando constantemente desde 1890 a 1914. Entre 1890-94, hubo 224 huelgas de los obreros metalúrgicos franceses, pasando, en 1900-1904 a 415 y en 1905-1909 a 586 huelgas. Esto supuso el 12% del total de las huelgas en Francia para ese periodo histórico; sólo la industria textil y la construcción mostraron una mayor propensión a la huelga. (128)

En Francia, la tradición apolítica, antiestatista y localista, de raíz prou-dhoniana, de obreros y artesanos, hizo que las "bourses du travail" especie de cámaras de trabajo locales creadas a partir de 1887, que servían como agencias de colocación, centros de recreo y educación y como asociaciones profesionales de los obreros tuvieran mayor desarrollo que los propios sindicatos, entre los cuales sólo los sindicatos mineros, los textiles del Norte -vinculados al P. O. F. de Guesde- y los de algunos oficios especializados adquirieron verdadera fuerza e influencia social. Por iniciativa de Fernand Pelloutier(1867-1901),un antiguo anarquista de origen modesto,sin estudios y gran organizador, las bourses (157 en 1907) se organizaron en 1892 en una Federación Nacional, a la que Pelloutier llevó hacia la fusión con la Confederación General del Trabajo, una central creada en 1895 que agrupa-ba a distintos sindicatos, con la idea de hacer de la huelga general pacífica el instrumento de la revolución proletaria, y de los sindicatos, el órgano esencial de la lucha de clases. La fusión se produjo en 1902: la CGT -que en 1906 adoptó la ideología sindicalista revolucionaria- se aproximaba, en 1914, al millón de afiliados. (129)

El principal teórico del sindicalismo revolucionario en Francia fue Geor-ges Sorel (1847-1922), quien desarrolló sus ideas fundamentalmente en su conocido libro titulado "Reflexiones sobre la violencia" (1908). Sorel había sido un político monárquico y un tradicionalista antes de volverse  marxista ortodoxo en la década de 1890, aunque durante su carrera siguió apoyando valores comúnmente asociados con el conservadurismo. Trató de llenar los huecos que veía en la teoría marxista pero al final creó una variante extre-madamente heterodoxa de la ideología. Criticó lo que consideraba como el racionalismo de Marx y sus tendencias utópicas, creyendo que el centro del pensamiento de Marx estaba más cerca del cristianismo primitivo que de la Revolución Francesa.Rechazó las teorías marxistas del materialismo his- tórico, el materialismo dialéctico y el internacionalismo. (130)

El movimiento anarquista en Francia no tenía tanta fuerza como en Italia o España, sin embargo era capaz de cometer actos terroristas de em-bergadura como fue el caso del asesinato del Presidente de la República francesa Sadi-Carnot. Carnot estaba en el cénit de su popularidad cuando, el 24 de junio de 1894, tras haber dado un discurso durante la celebración de un banquete público en Lyon, en el que insinuó que, pese a su popula-ridad, no se presentaría a la reelección, fue acuchillado por un anarquista italiano llamado Sante Geronimo Caserio. Carnot murió a consecuencia de las heridas poco después de la medianoche del 25 de junio. Su asesinato causó una profunda conmoción en Francia; su prestigio y popularidad hi- cieron que Carnot fuera honrado con un elaborado funeral público en el Panteón de París, donde fue enterrado. (131)

También a finales del S.XIX, en Francia, aparece el movimiento social católico en torno a las figuras de La Tour du Pin (1834-1924) y de Albert de Mun, diputado desde 1876. Junto con un grupo de personas defendió e impulsó el movimiento social católico y la promulgación de una legislación social en Francia. Ambos crearon la denominada "Obra de los Círculos", especie de confraternidad y corporación.Armand de Melun,se dedicó desde 1839 a promover la cultura entre los obreros, realizando diversas obras asistenciales. En el Parlamento francés,Melun se convirtió en el campeón de la previsión, de la lucha contra el barraquismo ( acabar con las barracas), de la seguridad mutua, de la reeducación de los jóvenes delincuentes, de una política de salud pública y de la limitación de las horas de trabajo de los menores y de las mujeres.Otra personalidad importante dentro del movimiento social cristiano fue A.Chevalier que achacaba al proceso de industrialización la descristianización de los obreros y proponía a la Iglesia presentarse en las mismas condiciones en las que vivían ellos para recristia-nizarlos. Sólo así, decía, su mensaje será creíble, sólo así podrán participar en la formación de una sociedad verdaderamente cristiana. (132)

Notas bibliográficas:

(1)J.P.Bois, La Revolución Francesa.

(2)Juan Carlos Ocaña, La Revolución Francesa y los derechos de la mujer. (Pág. Web)

(3)Eberhard Schimit, Introducción a la historia de la Revolución Francesa.

(4)G.Hanotaux, Histoire de la nation française.

(5)Michel Vovelle, Introducción a la Revolución Francesa.

(6)Peter Mcphee, La Revolución Francesa, 1789-1799: Una nueva historia.

(7)R.Sternefeld, Historia de Francia.

(8)A.Thiers, Historia de la Revolución Francesa.

(9)F.J.Vaquero,Genocidio y terrorismo de Estado en La Vandée.Revista Arbil,nº 120.

(10)Alfonso Aquiló Pastrana, El genocidio de La Vandée.

(11)P.J.Bois, La Revolución Francesa.

(12)Juan Van den Eynden, Napoleón Bonaparte.

(13)Martín Gohring,Napoleón.

(14)G.Dreyfus, Le temps des revolutions (1787-1870).

(15)Gaston Martin, Les jacobins.

(16)G.Pariset, La Révolution, 1792-99.

(17)Julián Elliot, Robespierre, el incorruptible y el tirano. Historia y vida.

(18)Allan Todd, Las revoluciones, 1789-1917.

(19)Albert Saboul, La Revolución Francesa.

(20)Marc Bouloiseau, La República jacobina.

(21)Georges Labica, Robespierre: una política de la filosofía.

(22)Bernard Vinot, Saint-Just.

(23)Madaleine-Anna Charmelot, Saint-Just ou le chavalier Organt.

(24)Max Gallo,L´homme Robespierre, histoire d´une solitude.

(25)Ian H.Birchall, El espectro de Babeuf.

(26)C.Mazauric, Babeuf et la Conspiration pour l´Egalité.

(27)François Nöel Babeuf, Realismo y utopía en la Revolución Francesa.

(28)R.B.Rose, Graco Babeuf. El primer comunista revolucionario.

(29)A.Tocqueville, Inéditos sobre la Revolución.

(30)Alister Horne,El tiempo de Napoleón.

(31)Jacques Godechot,Europa y América en la época napoleónica (1800-1815).

(32)G.de Bertier de Sauvigny, La Restauration.

(33)Jacques Droz e Ignacio Romero, Europa: Restauración y revolución.

(34)L.Bergeron y otros,La época de las revoluciones europeas, 1780-1848.

(35)C.Pérez Bustamante, Historia Universal.

(36)Sonsoles Cabeza, Los movimientos revolucionarios de 1820, 1830 y 1848 en sus documentos.

(37)P.J.Aguet, Les gréves sous la monarchie de Juillet (1830-1847).

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(40)George Rudé, La multitud en la historia.

(41)M.Buber, Caminos de utopía.

(42)Gian Mario Bravo, Les socialistes avant Marx.

(43)D.Evans, Le socialisme romantique.

(44)M.Leroy, Les précurseurs français du socialismo: De Condorcet á Proudhon.

(45)J.M.Gaillard y Lespagnol A, Les mutations économiques et sociales au XIX siécle (1780-1880)

(46)C.Fohlen y Bedarida F, La era de las revoluciones (1760-1914).

(47)G.de Bertier, Historia de Francia.

(48)George D.H. Cole, Historia del pensamiento socialista.

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(50)Ch.Fourier, La Armonía pasional del Nuevo Mundo.

(51)G.Hanotaux, Histoire de la nation française.

(52)Pierre J. Proudhon, Principio federativo (1863).

(53)L.Salvatorelli, La Rivoluzione europea.

(54)Susana Tavera, Experiencias desiguales: conflictos sociales y respuestas colectivas en el siglo XIX.

(55)George Rudé, Revuelta popular y conciencia de clase.

(56)P.Kessel, Le prolétariat français avant Marx (1789-1830-1848).

(57)Palmade Guy, La época de la burguesía.

(58)J.A.Grenville, La Europa remodelada, 1848-1878.

(59)Eric Hobsbawm, La era de las Revoluciones (1789-1848)

(60)F.Ponteil, La revolución de 1848.

(61)W.C.Blanming, El siglo XIX. Europa, 1789-1914.

(62)G.de Bertier, Historia de Francia.

(63)J.Bron, Histoire du movement ouvrier français.

(64)F.Braudel, Civilisation matérielle et capitalism.

(65)L.Salvatorelli, La Rivoluzione europea 1848-1849.

(66)Allan Tood, Las revoluciones, 1789-1917.

(67)L.Girard, La II République et le Second Empire, 1848-70.

(68)R.Sternefeld, Historia de Francia.

(69)P.Llorente y F.Páez,Francia:El Segundo Imperio y laTercera República

(70)L.P.Cernuda, Napoleón III. Historia y vida.

(71)J.L.L´Homme, La gran burguesía en el poder (1830-1880).

(72)Víctor Morales Lezcano, Conflictos fronterizos en el Norte de África. Revista de

Occidente, nº 360. Mayo de 2011.

(73)Thomas Pakenham, La lucha por África,1876-1912.

(74)H.Malet, Le Baron Haussmann et la Rénovation de Paris.

(75)M.Cabaud, Paris et les Parisiens sous le Second-Empire.

(76)J.Gaillard, Paris, la villa (1852-1870). L´urbanisme parisien á l´heure d´Haussmann.

(77)H.Maneglier,Paris imperial: la vie quotidianne sous le Second Empire.

(78)G.Dupeaux, Le société française, 1789-1960.

(79)M.Espadas Burgos, L´Europe du XIX et du XX (1815-1970).

(80)G.Duveau, La vie ouvréire dans le Second Empire.

(81)Brian Hamnet, Historia de México.

(82)Pedro Oña, Política exterior de Napoleón III.

(83)Williams Smith, Second Empire and Comune. France (1848-1871).

(84)M. Lévy-Leboyer, La décélération de l´économie française dans la seconde moitié du S.XIX. Revue d´Histoire Économique et Sociale,nº 4. 1971.

(85)Benedetto Croce, Historia de Europa en el siglo XIX.

(86)Robert Tombs, The war against Paris, 1871.

(87)P.O.Lissagaray, Historia de la Comuna.

(88)Geoff Eley, Historia de la izquierda en Europa, 1850-2000.

(89)Hippolyte Lissagaray, Historia de la Comuna.

(90)Ch.Rihs, La Commune de Paris. 1871.

(91)A.Olliver, La Comuna.

(92)Michel Loise, La Commune, histoire et souvenirs.

(93)Amaro del Rosal, Los congresos obreros internacionales en el S. XIX.

(94)Michel, Louise, La Commune, histoire et souvenirs.

(95)Jacques Rougerie, La Commune de 1871.

(96)Eric Hobsbawm, Trabajadores. Estudios de historia de la clase obrera.

(97)Marqués de Quintanar, Bismarck,artifice de la III República Francesa.

(98)A.Maurois, Historia de Francia.

(99)G.Dupeaux, Le société française, 1789-1960.

(100)Robert Tombs, The war against Paris, 1871.

(101)E.Labrouse, La Premiére Internationale.

(102)Karl Marx, La comuna de París.

(103)Carlos, Díaz, Marxismo-Anarquismo.

(104)A.Kriegel, Las internacionales obreras.

(105)Marqués de Quintanar,Bismarck, artifice de la III República Francesa.

(106)J.M.Gaillard y Lespagnol A,Les mutations économiques et sociales au S.XIX (1780-1880).

(107)Jean Charles Sismondi, Histoire des Français.

(108)P.Llorente y F.Páez, Francia: El Segundo Imperio y la III República.

(109)Pierre Lambert, Las internacionales obreras.

(110)Michel Vovelle, La mentalidad revolucionaria.

(111)Amaro del Rosal, Los congresos obreros internacionales en el siglo XIX.

(112)Emili Giralt, Historia Universal.

(113)Manuel Taibo, Primer Congreso de la Nueva Internacional Socialista.

(114)Francisco Zugasti, La clase obrera hace historia.

(115)Jean Jaurés, Historia socialista.

(116)Ignacio Walker, El socialismo europeo.

(117)J.Joll, La Segunda Internacional. (1889-1914).

(118)Roger Price, Historia de Francia.

(119)W.Abendroth, Historia social del movimiento obrero europeo.

(120)K.Fieldhouse, Economía e Imperio. La expansión de Europa (1830-1914).

(121)Kriegel, A: Las internacionales obreras.

(122)A.Gramsci, Il Risorgimento.

(123)Jaques Droz, Histoire générale du socialisme.

(124)R.Mouriaux, Le syndicalisme en France.

(125)Amaro del Rosal, Los congresos obreros internacionales en el siglo XIX. De la jo- ven Europa a la Segunda Internacional.

(126)A.Kriegel, Las internacionales obreras.

(127)M. Nettlau, El sindicalismo revolucionario en Francia.

(128)Mark Hudson, El rango y la militancia de trabajadores metalúrgicos de archivos en Francia y Gran Bretaña, 1890-1918.

(129)G.Hanotaux, Histoire de la nation française.

(130)Daniel Kersffeld, George Sorel: Apóstol de la violencia.

(131)M.Nettlau, El sindicalismo revolucionario en Francia.

(132)Juan María Laboa, Historia de la Iglesia.

España: escaso desarrollo económico e inestabilidad político-social

Los problemas de la economía española y las tensiones de la sociedad

española salieron a la superficie en forma de conspiraciones, tumultos y rebeliones.  Entre 1804 y 1808 la política de Napoleón con respecto a España pasó de la intervención al desmembramiento y al derrocamiento de los Borbones. Napoleón,en marzo de 1808, creía tener dos opciones para España y, al mismo tiempo que negociaba con los Borbones la cesión de la orilla izquierda del río Ebro, preparaba secretamente su destronamiento.En  España no hacía falta tener una gran perspicacia para ver que los ejércitos franceses no estaban allí para vigilar la ruta hacía Portugal,sino para ocupar toda la península.

Godoy también era consciente de que los franceses estaban dispersando tropas españolas en Portugal sin hacer caso de sus órdenes de que se concentraran.  En esas circunstancias, era razonable iniciar una acción defensiva contra Napoleón y, por ello, decidió trasladar la corte a Aranjuez como preludio a su traslado a Andalucía y luego a América.  El gobierno era presa de la confusión.  La mayor parte de los ministros no estaban de acuerdo con los proyectos de Godoy; el Consejo de Castilla rechazó sus órdenes y la oposición hizo correr el rumor de que planeaba secuestrar a la familia real para salvar su propio pellejo. (1)

En la noche del 17-3-1808 hubo un motín en Aranjuez protagonizado por una muchedumbre de soldados, campesinos y trabajadores del palacio.  Godoy se escondió en su casa, para aparecer el 19 de marzo, hambriento y sediento,siendo detenido y maltratado por la multitud. Era ahora el príncipe Fernando quien tomaba las decisiones.  Perdonó a Godoy y le salvó de los rebeldes, pero fue sometido a un duro encarcelamiento. En Aranjuez hubo un nuevo motín, solicitando la abdicación de Carlos IV, quien, abandonado por sus ministros y cortesanos y en medio de una fuerte conmoción,abdicó en favor de su hijo y heredero. Mientras tanto, en Madrid, las casas de Godoy y de su familia y sus amigos fueron atacadas. La proclamación del nuevo rey restableció el orden, pero no antes de que Miguel Cayetano Soler, ministro de Hacienda, hubiera sido asesinado. El 23 de marzo,el general Murat entró en Madrid al frente de las tropas francesas. Al día siguiente, Fernando VII, el "deseado", hizo su entrada triunfal, creyendo que los fran-

ceses habían llegado para salvarle y apoyarle. (2)

El motín de Aranjuez no fue una rebelión "popular". A su frente estuvieron el Príncipe de Asturias y sus seguidores,fue organizada por los grandes y por los nobles titulados, protagonizada por el ejército y por la multitud y activada a nivel popular por el radical conde de Montijo. Los mo- narcas estaban convencidos de que Fernando era el autor tanto de la cons- piración de El Escorial como de la revuelta de Aranjuez, siendo su objetivo apartar a Godoy y destituir al rey.No se trataba simplemente de un golpe de Estado para sustituir a un gobernante por otro. El Consejo de Castilla, que participó en la conspiración propuso introducir cambios en el sistema de gobierno y que se convocara una junta extraordinaria de "vasallos instrui- dos".En otras palabras,la revuelta fue planeada no sólo para liberarse de Godoy, sino para cambiar la monarquía, instaurando simultáneamente un nuevo monarca, introduciendo un gobierno aristocrático frente a un gobier- no de favoritos y burócratas. (3)

La revuelta no habría triunfado sin el apoyo del ejército que Godoy había hecho llegar a Aranjuez desde Madrid. Los militares se oponían a Godoy y a todo cuanto representaba y no fue difícil conseguir que las tropas participaran en el golpe.Si en Aranjuez se produjo un golpe militar, hay que decir que fue un golpe aristocrático.Su base social era la alta nobleza, decidida a librarse de Godoy y a manipular un gobierno alternativo bajo Fernando VII.  Fue también una reacción clerical, apoyada por elementos de la Iglesia resentidos por las iniciativas de Godoy sobre las propiedades eclesiásticas. Finalmente, y superficialmente, la revuelta fue apoyada por los ilustrados, que desde hacía mucho tiempo habían perdido la esperanza en Godoy y que nada tenían que perder. Una de las primeras decisiones de Fernando VII fue la de amnistiar a todos los condenados por la conspiración de El Escorial, la de hacer regresar del exilio a Jovellanos, Cabarrús, Urquijo y otros y la de revocar una serie de órdenes de Godoy, como la venta de las propiedades eclesiásticas.  Estas medidas iban dirigidas a dar una impresión de reforma, efímera y totalmente inconsecuente con la forma de ser de Fernando. (4)

No hubo vencedores en Aranjuez. Godoy fue afortunado de poder esca-par con vida y pasó el resto de ella en el exilio. Carlos IV y Mª Luisa abdicaron y fueron enviados a Francia. Los fernandistas comprendieron que habían cometido un error de cálculo y que Napoleón había enviado sus tropas no para liberarles de Godoy sino para quitarles a Fernando.También él fue enviado a Francia y, en Bayona, los Borbones españoles, en medio de recriminaciones mutuas, fueron obligados a abdicar,el 10 de mayo,en favor del candidato del emperador, su hermano José Bonaparte. Pero tampoco Napoleón resultó vencedor. Al principio, el pueblo español acusaba de todo a Godoy, pero pronto descubrió que las cosas no eran tan simples y que España tenía muchos problemas, algunos de ellos propios, otros importados del otro lado de los Pirineos.El pueblo se levantó contra los franceses, se unió a los británicos y revitalizó, con mayor confianza, más fuertes intereses y, finalmente, con más éxito, la alianza de 1793. (5) 

Estos singulares acontecimientos contenían un nuevo mensaje:la monarquía no era inviolable,la forma de gobierno no era inmutable. El futuro reservaba todavía una dura lucha entre la reacción y la reforma.La revuelta de Aranjuez, pese a sus limitaciones, dejó una huella indeleble en la España borbónica, significando el fin de una era y el comienzo de otra nueva.(6)

Pocos españoles pudieron lamentar que terminara el S. XVIII y muy pocos salieron de ese siglo sin algún sufrimiento. Los 15 años transcurridos entre 1793 y 1808 habían sido años de desastre y de desilusión, durante los cuales el Antiguo Régimen se internó por un camino de autodestrucción acelerado por los conflictos externos e internos (una de las primeras huelgas que se producen en España es la de la Real Fábrica de Paños de Brihuega, en Guadalajara, en 1730). La monarquía borbónica, que Carlos III había situado en el cénit de su eficacia para restablecer la economía y el poder de España, se hundió en 1804-1808 en un tumulto de crisis agrarias e invasiones externas, incapaz de alimentar y de defender a su pueblo. (7)

En Vizcaya se produce un conflicto social, de carácter nobiliario en 1804. Este conflicto, conocido como la Zamacolada, resumió en sí las di-ferencias entre la villa y la tierra llana. Fue un enfrentamiento entre campo y ciudad. En la Zamacolada se produjo también un enfrentamiento entre el campesinado y la nobleza rural. (8)

El conflicto surge cuando Simón Bernardo de Zamácola concibió el pro- yecto de crear un puerto en el Nervión, que acabase con los privilegios que tenía Bilbao. El puerto se ubicaría en Abando. Además de esto presentó un proyecto para implantar en Vizcaya un servicio militar.

Las Juntas de Guernica acordaron que en la anteiglesia de Abando se construyese un puerto libre, independiente de la jurisdicción del Consulado de Bilbao, puerto que se pondría en comunicación con el mar, desviando el cauce del Nervión, conduciéndolo por las vegas de Abando y Baracaldo. La Villa de Bilbao y su Consulado se opusieron a este proyecto tenazmente.(9)

Las Juntas Generales nombraron Comisionado en Cortes, para defender los intereses del Señorío,a Simón Bernardo de Zamácola,que consiguió que el Consejo en pleno aconsejara al Rey resolviera la construcción del nuevo puerto. Recurrieron el Ayuntamiento y el Consulado de Bilbao consiguien- do la suspensión, mandando se examinaran de nuevo los planos y proyecto.

El 16 de agosto estalló la tempestad pues grandes turbas procedentes de Abando y Begoña a las que se añadieron Deusto, Baracaldo y Erandio,ocu- paron Bilbao, apresando al corregidor, diputados, consultores y secretario del señorío; Zamácola entre tanto se refugió en Echarri-Aranaz. Todo esto obligó a mandar a Bilbao un Comisionado Regio para formar el sumario de los sucesos y castigar a los culpables. Es obvio que el proyecto quedó en el olvido. (10)

El proyecto del servicio militar se enlazó con el del Puerto de la Paz de Abando y la desaparición del uno supuso la desaparición del otro. La zama- colada resultó – pese a que el bloque rural no formara un grupo compacto- el primer enfrentamiento directo entre notables de la Tierra Llana y la Villa de Bilbao. (11)

El periodo de tiempo comprendido entre los años 1808 y 1833 se carac- terizó por una continuada represión política e ideológica. Primero los abso- lutistas contra los afrancesados y contra los liberales; después la represión vino de la mano de los liberales contra los absolutistas. Por fin, ya en 1823, otra vez de los absolutistas contra los liberales.Y si en algo se diferencia esta última represión,iniciada en los primeros años de la década ominosa,de las otras dos etapas represivas anteriores, es en que por fin se dejó que fue- sen los propios tribunales eclesiásticos los que se encargasen de castigar internamente a los elementos que formaban parte de la propia Iglesia. (12)

       Por lo que se refiere en concreto al conjunto de eclesiásticos represalia- dos en la diócesis de Cuenca a partir de la victoria absolutista de 1823,cuya documentación, bastante interesante,se conserva entre los fondos del Archi- vo Diocesano,los procesos abiertos pueden ser divididos en dos grupos cla- ramente diferenciados, aunque a la hora de la verdad los efectos provoca- dos en los sacerdotes expedientados fueran en esencia similares. Por una parte, los religiosos acusados de pertenecer a la sociedad secreta de los Comuneros, célula que debió resultar particularmente activa en una peque- ña ciudad de provincias como Cuenca,si tenemos en cuenta por lo menos la documentación conservada en los fondos de la sección de Audiencia de dicho archivo; por otra parte, los que fueron acusados sólo de haber partici- pado en algunas actividades públicas, llevadas a cabo por los miembros de la ideología liberal, o en defensa de ésta. Tanto en un caso como en el otro, las primeras averiguaciones fueron llevadas a cabo por el general Jorge Bessieres, cuando ocupó militarmente la capital de la diócesis; éste solicitó y logró del obispo el permiso necesario para registrar hasta el último rincón de las iglesias de la ciudad. Como resultado de este registro pudo encontrar interesante documentación que, convenientemente requisada por sus tropas, permitió detener a un grupo relativamente numeroso de liberales,eclesiásti- cos y laicos. Creó entonces una junta con el encargo de juzgar a todos los detenidos, nombrando como notario de la misma a Felipe Ramírez de Brio- nes, escribano de la ciudad.

      Entre los eclesiásticos acusados de formar parte de la sociedad secreta de los Comuneros figuraba Manuel Molina, capellán de coro de la catedral, natural del pueblo cercano de Poveda de la Obispalía.(13)A pesar de que en su declaración niega haber pertenecido a la comunería,las tropas de Bessie- res le habían incautado sellos y diferentes papeles comprobatorios del deli- to. En una declaración posterior, firmada por el acusado en 1824, reconoció por fin su delito después de que otros eclesiásticos ya hubieran confesado antes que él; confirmó también haber formado parte de la sociedad, aunque también informó de  "haberse separado en enero de ese año, más o menos, por no acomodarle el juramento que había prestado, enterado de que se aseguraba que el Rey Nuestro Señor estaba incómodo con la Constitu- ción…, e igualmente porque le habían considerado inútil por la edad y poca asistencia a las sesiones". En petición realizada ese mismo año al Provisor eclesiástico, suplicó que se le declarase comprendido en el decreto de agos- to de 1824 por el que Fernando VII indultaba a cualquiera que hubiera per- tenecido a sociedades secretas. El expediente parece estar incompleto, pues carece de la resolución final que hubiera tomado el Provisor en este senti- do, decisión que otros expedientes paralelos sí contienen.

       Los otros dos expedientes incoados contra sacerdotes comuneros dan alguna información más completa sobre la actividad de esta sociedad secreta en la capital de la provincia. Uno de estos eclesiásticos es Isidro Calonge, religioso mercedario exclaustrado, natural de Campo de Criptana, en la provincia de Ciudad Real, al cual se le habían retenido también algu- nos efectos que el sacerdote tenía en su poder, y que eran propios de la sociedad, y entre ellos los libros de ésta y un sello. Consecuencia de ello, se había visto obligado a pasar algunos meses retenido en las cárceles públicas de la ciudad, de las que salió tras el exorto librado por el señor Provisor el día 27 de abril de 1824. En el testimonio de confesión que se le tomó al sacerdote, éste señaló que "a mediados del mes de octubre del año pasado, impulsado a instancias de algunos otros, y acaso amenazado contra su seguridad personal, se incorporó como comunero en la merindad de esta capital, sin haber obtenido banda ni carta, aunque es verdad ha asistido a sus sesiones, aunque muy pocas veces y ninguna desde el mes de febrero, habiendo recibido la primera noche la banda de don Pascual García López, diputado de provincia, que se la dio para este efecto." (14)

Así pues, en la denominada "Década Ominosa" del reinado de Fernando VII, se va a producir una importante persecución, encarcelamiento y ejecu- ción de gran número de liberales ya fuesen laicos o eclesiásticos. (15) El hecho más destacado tal vez fuese la insurrección y, posterior fusilamiento, del general Torrijos (Inmortalizado en el famoso cuadro de A. Gisbert).En 1830 llegó a Gibraltar para promover una insurrección contra el gobierno absoluto de Fernando VII.Un antiguo compañero de armas, entonces gober- nador de Málaga, Vicente González Moreno, le tendió una trampa invitán- dole a desembarcar en su ciudad bajo seguro.Una vez visto el engaño,Torri- jos y sus 52 compañeros se batieron con desesperación contra las tropas realistas que los cercaban, pero finalmente hubieron de rendirse y fueron apresados en Alhaurín de la Torre el 5 de diciembre y encarcelados en Má- laga. El monarca les acusó de alta traición y envió su orden:"Que los fusi- len a todos. Yo, el Rey". El 10 de diciembre, en la dicha playa, fueron fusi- lados al alba, sin juicio previo, incluyendo un joven de 19 años. La memo-ria popular les hizo homenaje con esta copla:"Si Torrijos murió fusilado,/ no murió por canalla o traidor, /que murió con la espada en la mano,/defen- diendo la Constitución". (16)

El odio del pueblo español hacia el rey Fernando VII se constanta en esta versión de Trágala adaptada al monarca:

Tú que no quieres /lo que queremos /la ley preciosa /do está el bien nuestro.

¡Trágala, trágala, /trágala perro! /¡Trágala, trágala, /trágala perro!.

Tú de la panza /mísero siervo /que la ley odias /de tus abuelos.

Porque en acíbar y lloro ha vuelto /tus gollerías y regodeos.

Tú que no quieres /lo que queremos /la ley preciosa /do está el bien nuestro.

¡Trágala, trágala, /trágala perro! /¡Trágala, trágala, /trágala perro!.

Busca otros hombres, /otro hemisferio, /busca cuitado /déjanos quietos,

donde no sabe /que a voz en cuello /mientras vivieres /te cantaremos:

Tú que no quieres /lo que queremos /la ley preciosa /do está el bien nuestro.

¡Trágala, trágala, /trágala perro! /¡Trágala, trágala, /trágala perro!.

Dicen que el «¡Trágala!» /es insultante /pero no insulta /más que al tunante.

Y mientras dure /esta canalla /no cesaremos /de decir ¡Trágala!.

¡Trágala, trágala, /trágala perro! /¡Trágala, trágala, /trágala perro!|Trágala.

Canción popular, Cádiz.

Las primeras acciones obreras tuvieron lugar en Barcelona en 1823, cuando -según la prensa de la época-"grupos de sediciosos saquearon los almacenes de los hacendados y de los comerciantes". Surgieron así enfren-tamientos entre obreros y patronos, de nuevo en 1827 y1831,con motivo de los salarios del tiraje de piezas textiles. El más lejano precedente del sindi- calismo en España, es el acuerdo de 2 de julio de 1834, entre los industria- les y jóvenes obreros que fija en 33 canas la longitud de la pieza. El 6 de agosto de 1835,la fábrica de telas"Bonaplata y Compañía" y "El vapor" fueron incendiadas en Barcelona.(17)Al día siguiente fue ejecutado el obre- ro Pardiñas,como presunto autor del incendio,y el 11 de agosto tres obreros más.A partir de 1838 los obreros comenzaron a asociarse y acudieron al Capitán General de Cataluña, barón de Meer,representante de la Comisión de Fábricas,pidiéndole autorización para asociarse. Los patronos estaban asociados desde 1833 en dicha Comisión de Fábrica, pero los obreros no obtuvieron la autorización solicitada. (18)

En Barcelona hubo corrida de toros, en la tarde del 25 de julio de 1835, como los toros no satisfaciesen los deseos de los espectadores, al descon-tento siguió la gritería, a ésta el destrozo de los bancos, y finalmente la muerte de un toro que atado por las astas y arrastrado por las calles sirvió de bandera a la muchedumbre que tras él se iba congregando. A continua-ción,la multitud pega fuego a varios conventos,en varios de ellos son muertos algunos religiosos que no huyen. El incendio de Barcelona se comuni-ca a diversos puntos convirtiendo en cenizas grandiosos monumentos,como la estatua de bronce alzada a Fernando VII por el conde de España.

Ante estos graves incidentes, en la ciudad condal, el general Bassa acude a Barcelona el día 5 de agosto dejando alguna tropa a media legua de la capital. Bassa se dirige sólo al ayuntamiento. El palacio es asaltado, Bassa muerto a pistoletazos y su cadáver arrojado por un balcón.

Posteriormente son derribadas, en las puertas de la ciudad, las casillas de los guardas, recorre las calles la multitud sin que cosa alguna la contenga y alumbra aquella espantable noche el horroroso incendio de la primera fábrica de fundicion y de vapor establecida en Cataluña. A la mañana si-guiente se preparaba un asalto a la aduana y el interés propio alarmado con esta tentativa acude a la fuerza,la cual dispersa a los amotinados. Las auto- ridades forman una junta que envía un mensaje a la reina, erigese otra junta con el titulo de auxiliarel día 11 anuncia ésta control a todo el principado, y el 19 dirige una solicitud a la Regenta Cristina pidiendo la convocatoria de Cortes constituyentes.

La explosión había estallado en otros puntos, y Valencia, Aragón y An-dalucía tenían también juntas que, como la de Barcelona, fueron declaradas ilegales por un decreto de la reina de 2 de septiembre en que se mandaba su disolución, se destituiría a los empleados que las desobedecieran, eran da- dos por nulos todos sus actos, y se imponían responsabilidades a los indivi- duos de ellas. Este decreto fue desoido y el día 9 la junta de Barcelona se transformó en suprema de gobierno de Cataluña,estando de acuerdo con las de Valencia y Zaragoza vinieron a constituirse en estados federativos; y no fue poca suerte para el gobierno que éstas tres provincias hermanas no reconstituyesen la corona de Aragón como hubo mometos en que se pensó verificarlo.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13
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