- Introducción: Una Ojeada histórica a la semiología (estructuralismo)
- Antecedentes: Estructuralismo checo
- Estructuralismo: una descripción textual ideal
- Hermenéutica, Fenomenología y Teoría de la Recepción.
- Herencia formalista
- Todorov: una convergencia
- Conclusiones
- Proyecciones
- Bibliografía complementaria
I.Presentación: En este ensayo se pretende dar a conocer una visión de la herencia formalista, una cosmovisión que recoge tanto la teoría como el método, es decir, una mirada convergente entre la estructura y la interpretación. De tal forma que, bajo este prisma, la hipótesis planteada es entonces, "reconocer en Todorov una herencia formalista". La mirada en cuestión es a través de éste, quién, en su obra "Poética" y "Simbolismo e Interpretación" hace converger a la estructura y a la interpretación en un proceso lectural de la producción y de la recepción como una unidad solidaria entre ambos, pues la lectura no puede ser sólo inmanencia.
II. Introducción: Una Ojeada histórica a la semiología (estructuralismo).[1]
Ya en el siglo XVII John Locke propuso llamar al estudio de los signos "Doctrina de los Signos", de los cuales, las palabras, son los más usuales, ya que:
Para comunicar nuestros pensamientos para nuestro propio uso, son también necesarios signos de nuestras ideas. Los que el hombre ha encontrado más convenientes, y por consiguiente utiliza más generalmente, con los sonidos articulados. Más tarde en el siglo XVIII, Lambert debe su investigación a los impulsos de Locke y desarrolla " la indagación de la necesidad de la cognición simbólica en general y del lenguaje en general". Recuerda que, "en nuestro lenguaje lo arbitrario, lo natural y lo necesario están mezclados". Por lo tanto la diferencia entre estos tres elementos que se encuentran en los signos revela una estrecha relación con el hecho decisivo de "que las causas primeras del lenguaje están ya por sí mismas en la naturaleza humana". Luego, a principio del siglo XIX, Hoene-Wronski, familiarizado con la obra de Locke esbozó una "Filosofía del Lenguaje" (1879). Según este autor polaco, es "la perfección de los signos la que constituye "el objeto de la séméiotique". Posteriormente su discípulo Jerzy Braun (1969), examina "La facultad de signación" (facultas signatrix): La naturaleza de los signos debe estudiarse ante todo a las categorías de existencia, es decir, a la modalidad (signos propios/signos impropios) y a la cualidad (signos determinados/signos indeterminados), y en segundo lugar con respecto a las categorías de producción, es decir, a la cantidad (signos simples/signos compuestos), a la relación (signos naturales/signos artificiales) y la unión (signos mediatos/signos inmediatos). Según el programa de Hoene-Wronski, es la "perfección de los signos". Posteriormente, Balzano, en su obra fundamental " Teoría de la ciencia" (1837) empieza con una definición bilateral del signo: Un objeto… a través de cuya concepción deseamos conocer de manera renovada otra concepción conectada con aquélla en un ser pensante es lo que llamamos un signo. Los pensamientos semióticos de Balzano -dice Jakobson- Sacan a la luz la diferencia entre el significado de un signo como tal y el sentido que ese signo adquiere en el contexto de la circunstancia presente. Ulteriormente en 1890 (inédito hasta 1970) Husserl dice que: Una mirada más profunda sobre la naturaleza de los signos y de las artes permitiría (la lógica) ir más allá en esos métodos de procedimiento simbólico a los que no ha llegado todavía la mente humana, es decir, a establecer las leyes de su invención.
Finalmente, este Acercamiento, marca los límites naturales de la semiótica[2] con Peirce y Saussure. Según Peirce: Lo que llamo semiótica, es decir, la doctrina de la naturaleza sencial y de las variedades fundamentales de cualquier clase posible de semiosis (…) Por semiosis entendiendo una acción, una influencia que sea, o suponga una cooperación de tres sujetos, como, por ejemplo un signo, su objeto y su interpretante, influencia tri-relativa que en ningún caso puede acabar en una acción entre parejas. Un signo es algo que está en lugar de otra cosa para alguien en ciertos aspectos o capacidades. Según Saussure: La lengua es un sistema de signos que expresan ideas. Además, Jakobson diría: Desde el siglo pasado, Saussure trató de alcanzar, según sus propios términos "una idea correcta de lo que es un sistema semiológico" y de descubrir los rasgos" del lenguaje, como del sistema semiológico general en su conjunto". Pues bien, este Acercamiento, no tiene otro fin que el de relacionar la semiótica o estructuralismo a un continuum histórico, diacrónico para poder entender mejor la realidad actual y cómo el Acercamiento es sólo a través del signo, aún cuando se suponen deslindados sus componentes en toda la diacronía. Estos elementos (significado y significante) no se muestran por separado como se verá en adelante en Barthes y los demás teóricos contemporáneos[3], que desarrollan fuertemente el significante, separado del significado para poder, en cierta forma, explicarlo; de modo tal que se acercan más al método que que a la teoría, es decir, a la descripción objetual y objetiva que intenta descifrar un sentido. Pero para entender mejor lo que aquí se plantea es menester revisar el término "estructuralismo" que da origen a la evolución semiótica, puesto que, desde un principio es una concepción cientifizada; desde que se tiene conciencia de la peculariedad del lenguaje, especialmente el poético. Respecto de éste, Mukarovsky dice: Por lo que se refiere a la aparición estructural de la literatura hay que agradecer sobre todo a la preocupación científica de los checos que se haya convertido en un sistema coherente (…). Las raíces del estructuralismo científico-literario checo se remontan con frecuencia a un pasado bastante lejano, en especial en lo que afecta a la investigación del lenguaje poético.
Ya en J. Jungmann (1773 – 1847) encontramos una ciencia de la peculariedad del lenguaje poético[4]
III Antecedentes: Estructuralismo checo Es preciso entonces, recordar también el estructuralismo del checo. Mukarovsky definió la estructura como "equilibrio inestable de relaciones". Luego agrega: La noción de estructura … está fundada sobre la unificación interior del todo por medio de las relaciones recíprocas entre los elementos de aquélla; y esas relaciones no solamente son positivas – concordancias y armonías -, sino también negativas -oposiciones y contradicciones -: la noción de estructura está por consiguiente, inseparablemente ligada con el pensamiento dialéctico Las relaciones entre los elementos, precisamente por ser dialécticas, no pueden ser deducidas de la noción del todo; el todo en relación ellas, no es prius, sino posterius; el develamiento de estas relaciones no es, pues, asunto de la especulación abstracta, sino de la empiria. El materialismo gnoseológico constituye, en consecuencia, la segunda cualidad sencial del pensamiento estructural.[6]
Por lo tanto, este pensamiento estructural …: Define a veces la estructura como un todo cuyos elementos; por el hecho de entrar en él, revisten un carácter especial. Se dice: el todo es más que la suma de los elementos que lo componen. Pero del punto de vista del concepto de la estructura, esta definición es demasiado amplia, porque ella comprende no solamente las estructuras propiamente dichas, sino también, por ejemplo, las 'formas' (Gestalten); de las cuales se ocupa la Gestalpsychilogie. Es por eso que subrayamos en el concepto de la estructura artística un rasgo más especial que la simple interrelación entre el todo y sus elementos. Consideramos como realidad específica de la estructura en el arte, las relaciones recíprocas entre sus elementos: relaciones dinámicas por su esencia misma. Según nuestra concepción, no se puede calificar de estructura sino el conjunto de elementos cuyo equilibrio interior se rompe y se restablece sin cesar, y cuya unidad aparece, por consiguiente, como una red de contradicciones dialécticas.[7]
Pues bien, con Jan Mukarovsky, se aclara el concepto de estructura y por ello mismo, el panorama histórico que se revisaba. Desde aquí en adelante, entonces, se puede apreciar la evolución y la concretización de tal ciencia literaria. A esto se debe, pues, el esbozo de un estudio semiológico del arte que hace Mukarovsky[8] en el cual toda obra de arte es un signo autónomo compuesto:
1.De una "obra cosa" que funciona como símbolo sensible, 2.De un "objeto estético", depositado en la conciencia colectiva, y que funciona como significación. 3.De una relación con la cosa significada. De tal manera que, la obra de arte es al mismo tiempo signo, estructura y valor. Y en tanto signo, sirve como intermediaria entre "lo que es y lo que está en lugar de otro". Ahora la obra literaria concebida como signo, no debe perder de vista su carácter de estructura. Por el mismo hecho de serlo, constituye una estructura bifásica[9]: un símbolo sensible obra-cosa y una significación: objeto estético depositado en la conciencia colectiva. Es decir, es un " signo mediador entre el artista y el receptor", razón por la cual existe cada vez más, una mayor aproximación estética y lingüística, ya que esta última se considera como " ciencia de la clase fundamental de signos, del lenguaje humano"[10]. De hecho, desde la perspectiva lingüística, la estética estructural se basa en los trabajos de Saussure y la escuela de Ginebra, Mathesius y el más grande lingüísta checo, Zubaty, entre otros.
IV.Estructuralismo: una descripción textual ideal Cabe recordar que tanto el "estructuralismo" como el "recepcionismo" han intentado alcanzar la "descripción textual ideal" y ésta, no es más perfecta e ideal que en la lectura[11]. Es decir, el estructuralismo desecha tanto al objeto real como al sujeto humano[12] y sólo queda entre ellos un sistema de reglas[13]:
El estructuralismo desechó simultáneamente el objeto real y el sujeto humano. Este movimiento doble define el proyecto estructuralista. La obra ni se refiere a un objeto ni es expresión de un sujeto individual; ambos son descartados, y sólo queda entre ellos, en el aire que las separa, un sistemade reglas.[14]
Por lo tanto si sólo se piensa que un texto, que una lectura se puede reducir solamente a la descripción de este sistema propiamente dicho[15], se está nada más lejos, pues, el estructuralismo se transforma así en "antihumanista"[16], vale decir, se convierte en un objeto caulquiera, que no necesita más que la sola aplicación de unas reglas o método para saber de él, sin embargo, lo que se logra saber no es más que el funcionamiento interno de éste y no su conexión con el todo del proceso y no solamente del producto. O sea: El estructuralismo podía estudiar detalladamente ese producto, pero se negó a estudiar las condiciones materiales de su elaboración, pues esto podría significar que se rendía al mito que acepta un "origen". No hubo muchos estructuralistas a quienes preocupase la forma en que realmente se consumía el producto; ni lo que en verdad sucede cuando la gente lee obras de literatura; ni el papel que esas obras desempeñan en el conjunto de las relaciones sociales.[17]
Por último, si los críticos tradicionales constituían una élite espiritual, los estructuralistas parecían integrar una élite científica, de toda clase de conocimiento s esotéricos muy alejados del lector "común y corriente".[18]
Y por otro lado, configura un "lector ideal" que debería estar al tanto, con los conocimientos técnicos esenciales para descifrar todo tipo de obra, por cierto, no es posible, ya que:
Si el modelo se llevaba hasta el extremo el lector tendría que ser apátrida, no pertenecer a ninguna clase social, no haber sido engendrado, estar libre de características étnicas y de prejuicios culturales coartantes.[19]
En tales circunstancias, el ejemplo más preclaro del estructuralismo es Barthes, especialmente, el de los "Elementos de Semiología"[20] y por sobre todo, "La Actividad Estructuralista"[21], que se inicia precisamente con la pregunta ¿Qué es el estructuralismo? [pregunta que también se hará Todorov.]. "No es una escuela ni siquiera un movimiento", es lo primero que dice Barthes.
¿Qué es el estructuralismo? No es una escuela ni siquiera un movimiento(al menos todavía no), pues la mayoría de los autores que suelen asociarse a ese término distan mucho de sentirse ligados entre sí por una solidaridad de doctrina o de combate. Apenas es un léxico: estructura es un término ya antiguo ( de origen anatómico o gramático), hoy muy usado: todas las ciencias sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la palabra no puede distinguir a nadie, a no ser que se polemice sobre el contenido que se le da; funciones, formas, signos y significaciones no son mucho más pertinentes.[22]Luego agrega:
Sin duda hay que remontarse a emparejamientos como los de significante – significado y sincronía – diacronía para aproximarse a lo que distingue el estructuralismo de otros modos de pensamiento; el primero porque remite al modelo lingüístico, de origen saussoriano, y que al lado de la economía, la lingüística es, en el estado actual de las cosas, la ciencia misma de la estructura; el segundo, de un modo más decisivo, porque parece implicar una cierta revisión de la noción de historia, en la medida que la idea de sincronía ( a pesar de que en Saussure este sea un concepto, sobre todo operatorio) acredita una cierta inmovilización del tiempo, y en que la diacronía tiende a representar el proceso histórico como una pura sucesión de formas; reste último emparejamiento es tanto o más distintivo cuanto parece que la principal resistencia al estructuralismo sea hoy de origen marxista ( y no de estructura); de todos modos es probablemente el recurso serio al léxico de la significación ( y no a la palabra misma, que, parodógicamente, no es nada distintiva), en el que hay que ver en definitiva el signo hablado del estructuralismo: si vigilamos a quien emplee significante y significado, sincronía y diacronía, sabremos si la visión estructuralista está constituida.[23]
"Puede decirse, pues, que en relación contodos sus usuarios. El estructuralismo es esencialmente una actividad" – dice Barthes . También señala:
El objetivo de toda actividad estructuralista, tanto si es reflexiva como poética, es reconstruir un "objeto", de modo que en esta reconstrucción se manifiesten las reglas (las "funciones") de este objeto. La estructura es pues, en el fondo, un simulacro del objeto, pero u simulacro dirigido, interesado, puesto que el objeto que el objeto imitado hace aparecer algo que permanecía invisible, o, si se refiere así, ininteligible en el objeto natural. El hombre estructural toma lo real, lo descompone y luego vuelve a recomponerlo; en apariencia es muy poca cosa (…). Sin embargo, desde otro punto de vista, esta cosa es decisiva; pues entre los dos objetos o los dos tiempos de la actividad estructuralista, se produce algo nuevo, y esto nuevo es nada menos que lo inteligible general: el simulacro es el intelecto añadido al objeto, y esa adición tiene un valor antropológico, porque es el hombre mismo, su historia, su situación, su libertad y la resistencia misma que la naturaleza opone a su espíritu.[24]
Pues bien, he aquí entonces el deslinde del estructuralismo: una explicación textual u objetual ideal.
V. Hermenéutica, Fenomenología y Teoría de la Recepción. Según Eagleton(98), la Hermenéutica Fenomenológica ha de ser estudiada mediante tres factores: la Fenomenología, la Hermenéutica y la Teoría de la Recepción.
Para el primer elemento establece una base teórica en Husserl, luego para el segundo en Heidegger, Gadamer y Hirsch, y para la tercera, revisa a los pilares de la recepción: Ingarden, Iser y Fish.[25]
Con estos autores entonces sienta los orígenes de la Teoría de la Recepción. Y por consiguiente se obtiene una visión historisista bastante clara, pero no suficiente, pues ha olvidado revisar por ejemplo a Schleiermacher, fundador de la hermenéutica general, antecesor de Heidegger y sostiene al respecto, afirmando explícitamente, la unidad entre ambas disciplinas[26]. Tampoco vincula la herencia rabínica ni la poética sanscrita, las que usaría precisamente Todorov[27] para fortalecer su estrategia de la interpretación. Como tampoco revisa antecedentes fundamentales para la Teoría de la Recepción: La lingüística, y la sociológica.[28]
En el nuevo método de crítica literaria participan principalmente tres corrientes: una lingüística, otra hermenéutica y la sociológica.[29]
Para la primera corriente, la profesora López, señala la influencia de la Escuela de Praga, especialmente Mukarovsky y Vodicka. El primero, distingue dos aspectos en la obra literaria: por un lado, su aspecto material de artefacto invariable; y semántico; su aspecto de objeto estético, variable en la conciencia colectiva, según las experiencias literarias de ésta. Dice Mukarovsky:
En la historia y teoría de la literatura y del arte, por ejemplo, no sólo se debe tener en cuenta la forma interna artística y su desarrollo como una estructura, sino también la relación de esta estructura con otros fenómenos, sobre todo aquellos de contenido psicológico y social … Todo cambio en la estructura artística es motivado de alguna manera desde exterior … sin embargo, la relación entre arte y sociedad no es mecánico-casual. Ni siquiera el contacto propiamente dicho entre arte y sociedad es inmediato, sino que se realiza, como ya se ha dicho, por mediación del público.[30] Y para el segundo – dice Berta López :
También Vodicka pretende establecer las relaciones entre la obra literaria y la realidad, entre el objeto y su receptor. Las tareas de la crítica literaria según el análisis de la obra literaria en su contexto histórico (normas y valores de su época, etc.) y su eco en épocas posteriores.[31]
Para la segunda corriente, la hermenéutica, no hay gran diferencia con el análisis que hace Eagleton.
Para la tercera, la profesora López, revisa los estudios de Schüking y Escarpit y por otra línea a Lukács, refiriendo de esta manera, entonces, a la corriente sociológica.
Schüking por su parte, aporta estímulos precursores a través de su obra "El gusto literario" (1931). Investigó la relación entre la obra literaria y determinados grupos sociales, la relación entre cambios socio-históricos y los respectivos cambios literarios sobre el fondo de las normas estéticas, dependientes de ciertos grupos sociales.
Escarpit en Sociología de la Literatura,( 1958) y Sartre y su modelo de la literatura "engagée", no sólo analiza la función de la literatura en la sociedad, sino también el problema de establecer el significado de la obra literaria: "Un pacto de generosidad" entre autor y lector como proceso correlativo a la escritura – dice Sartre -.
Manuel Jofré en Teoría Literaria y Semiótica (1990) también aduce:
Al respecto, ha dicho Sartre que se le deja al lector con todo por hacer, y sin embargo, ya todo ha sido hecho; la obra existe solamente en el nivel de las habilidades del lector, y cuando él lee y crea, él sabe que siempre puede ir más allá en su lectura, y que siempre podrá crear más profundamente; y esta es la razón por la cual la obra aparece ante él tan inexhaustiva e inpenetrable como un objeto.[32]
Para Sartre, entonces, el lector es co-autor, co-productor de significado.
Finalmente, se sobreentiende la importancia crítica socialista de Lukács y sus discípulos, y de la obra " Pour una sciologie du roman" (1964) de Lucien Goldmann, su idea de relacionar "la forma novelesca misma y la estructura del medio social en cuyo interior se ha desarrollado", la homología entre vida social y obra literaria.
Los críticos de la corriente sociológica de la Teoría de la Recepción se proponen contestar principalmente a las siguientes cuestiones – dice López : – ¿Cómo se "recibe" una determinada literatura ( o tipo de literatura) en un determinado público ( o grupos sociales) a través de diferentes épocas históricas?
- ¿Cuál es la reacción que produces críticas, etc., en obras posteriores del mismo autor?[33]
En su modelo sociológicamente fundado, se debe analizar el "horizonte de expectativa" según sus clases sociales, formación cultural, diferencia de edad, sexo, religión, etc.. Se acerca el método en este momento a la investigación de la comunicación de masas.[34]
Más adelante añade: "Los críticos de Alemania Oriental, Manfred Naumann y Robert Weimann, a pesar de que desarrollan este mismo modelo, lo rechazan por su carácter burgués":
Según Weimann no existe ninguna discrepancia entre el momento de la escritura y el de la recepción, puesto que los dos son denominados por la misma ley del proceso histórico (…). Según esta teoría el objeto del crítico tiene que ser la reconstrucción de esta relación entre base y superestructura y el descubrimiento de su interdependencia.[35]
Respecto de la Teoría de la Recepción, cabe destacar que sus orígenes surgen de la Escuela de Praga, antes que de "Konstanzer Schule", por lo tanto, sus influencias, o sus antecedentes, por lo menos, son abiertamente formalistas, situación que ya sugiere Manuel Jofré:
Las posibilidades del análisis formalista son sopesadas en relación a la crítica hermenéutica en Interpretation of Narrative, editado y publicado en 1978 por Mario Valdés y Owen J. Miller, y cuyos artículos proceden de una conferencia realizada en la Universidad de Toronto en 1976. (…) por lo menos otros cuatro de los quince artículos intentan correlacionar el formalismo con la hermenéutica, como modo de hacer converger las aproximaciones que se basan en el texto con las aproximaciones que se sustentan en el rol del lector.[36]
El profesor Jofré se refiere a Todorov como uno de los que asume la herencia formalista, aunque el juicio es sobre la obra: "Poética" (1971) :
También asume la herencia formalista eslava el libro Poetique de la prose de Tveztan Todorov, publicado en París, Seuil, 1971. 253p. Un libro equilibrado, entre la especulación teórica y los análisis prácticos. Es la herencia metodológica del formalismo la que asume en el ensayo inicial ( o final en otras versiones) titulado "La herencia metodológica del formalismo"[37]
Hay que reconocer, además, que si bien es cierto, Todorov, inicia su andar formalista, también es cierto que, al parecer, es el único formalista que concretiza tal tradición y que se vuelca al futuro a través del análisis del texto, pero desde el discurso y por lo tanto desde la interpretación, puesto que, "al relativizarse nuestra percepción de la realidad, el hombre percibe que él no es un descubridor sino, más bien, un intérprete"[38]
Se hace necesario, también, recordar algunos parámetors del formalismo ruso, como por ejemplo la dicotomía forma-fondo, los que fueron sustituidos por un concepto más dinámico, pues la obra es una totalidad dinámica, cuyos elementos no están ligados por un signo de igualdad y de adición, sino por un signo dinámico de correlación y de integración. Otros son los propios participantes, tales como: – Vinogradov: La estilística debe ser un estudio funcional e inmanente de las obras, pero no es disociable e los problemas de la historia y del cambio literario. – Además sugiere que el estilo de un artista lioterario podía y debía examinarse no sólo en términos "intrínsecos", sino también en relación con modos no poéticos del discurso: a) Contexto de las formas artísticas del lenguaje literario. b) El contexto de los sistemas lingüísticos sociales que pueden percibirse dentro del lenguaje hablado y escrito de las clases educadas. – Tynjanov: El concepto fundamental para el estudio de la evolución literaria es el de sustitución de sistema. Tanto la obra literaria como la literatura constituyen un sistema, es decir, un conjunto de entidades organizadas que mantienen entre sí relaciones de interdependencia y que se ordenan a la cosecución de una finalidad determinada: cada elemento entra en correlación con los demás elementos del mismo sistema y por consiguiente, con el sistema entero.
- Un hecho literario se define por su cualidad diferencial en relación con otros hechos de la serie literaria o series extraliterarias, es decir, se define por su función, y por tanto, para reconocer la naturaleza y la función de un hecho literario se impone el conocimiento previo de la serie literaria y de las serie extraliterarias.
– La comprensión de una obra es imposible sin el conocimiento de la evolución y de la historia literaria. -Ejxenbaum, situado en el plano semántico, señala :" en el lenguaje poético, la palabra se traslada a una nueva atmósfera semántica, pues deja de ser comprendida en relación con la lengua general para ser entendida en relación con lalengua poética" [ o ¿discurso?]. -También formula el concepto de "Unidad Teleológica" como recursos articulados en un efecto estético. -Desarrolla además el término "Gestaltqualität como impacto en la verbosidad (sintaxis). Pues bien, como se logra apreciar ya, se sugiere, entonces, una nueva lectura de Todorov, especialmente en sus obras "Poética" y "Simbolismo e Interpretación"; en ambas, se hallan gran parte de los elementos esquematizados por el profesor Jofré en el Curso de Semiótica: Desde el "Signo al Lector" (2002) en dos de sus apuntes: TEORÍA DE LA RECEPCIÓN I y TEORÍA DE LA RECEPCIÓN II, los que se relacionarán, por ahora, sólo de modo general, puesto que el espacio necesario para este análisis ha de ser un mayor.
VII.Todorov: una convergenciaEn POÉTICA:(Edición 1975, Editorial LOSADA S.A.. Bs. As.. Arg.) Todorov, también responde a la pregunta ¿Qué es el estructuralismo? Y lo hace desde la obra citada: "¿Qué es el estructuralismo?. En primer término lo hace a través de una "Nota sobre la presente edición" (1973): El siguiente texto difiere bastante del escrito en 1967, que figuraba con igual título en el volumen colectivo ¿Qué es el estructuralismo? Esto obedece a una doble razón: actualmente el campo de la poética ya no es lo era hace seis años, y yo mismo no siempre lo sigo enfocando de la misma manera. Pero un texto totalmente nuevo no podría integrarse ya a nuestro proyecto inicial. Por consiguiente, he reservado la intención general y el marco de la primera versión, así como cierto análisis y ejemplos, modificando sin embargo la exposición cada vez que fue necesario para dar cuenta del estado actual de la poética. Tzvetan Todorov. Mayo 1973. Tal vez, aún no es visible lo que se quiere plantear, pero en la misma se subrayar: …actualmente el campo de la poética ya no es lo que era hace seis años, y yo mismo no siempre lo sigo enfocando de la misma manera. Por lo tanto él, ya es post-estructural y a partir de la descontrucción del término "interpretación":
La interpretación – denominada también a veces exégesis, comentario, explicación del texto, lectura, análisis o incluso simplemente crítica (esta enumeración no significa que sea imposible distinguir o incluso contraponer algunos de estos términos) – se define, en el sentido que aquí le damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar el sentido del texto examinado. Este objetivo determina de una sola vez, su ideal – que consiste en hacer hablar al texto mismo; con otras palabras: se trata de fidelidad al objeto, al otro. Y por consiguiente a la desaparición del sujeto [estructuralismo puro] – y su drama, que consiste en no poder alcanzar nunca el sentido sino únicamente un sentido, sometido a las contingencias históricas y psicológicas. Ideal y drama que se serán modulados a lo largo de toda la historia del comentario, la que a su vez es coextensiva a la historia de la humanidad. [recepcionismo, participación del sujeto histórico].[39]
Pero todo esto se ratifica más adelante…
En efecto: interpretar una obra, literaria o no, por sí misma, sin abandonarla ni por un instante, sin proyectarla fuera de sí misma, esto en cierto sentido es imposible. O más bien: tal tarea es posible, pero en ese caso la descripción es una mera repetición, palabra por palabra, de la obra misma. Se apega tanto a las formas de la obra que ambas sólo forman una unidad. Y, en cierto sentido, toda obra constituye de por sí la mayor descripción de sí misma.[40]
Y termina (la descontrucción) de la siguiente manera:
Lo que más se aproxima a esta descripción ideal, pero invisible, es la simple lectura, en la medida en que ésta no es más que una manifestación de la obra. Sin embargo, el proceso de lectura no deja de implicar ya ciertas consecuencias: dos lecturas de un libro nunca son idénticas. Al leer se traza una lectura pasiva; se agrega y se suprime en el texto leído aquello que se quiere o no encontrar en él; desde el momento en que existe un lector, la lectura ya no es inmanente. ["Broche de oro" de la desconstrucción: desde que existe un lector la lectura ya no es inmanente.][41].
En SIMBOLISMO E INTERPRETACIÓN.
En primer lugar se debe rescatar el epígrafe o intertextotualidad que usa Todorov:
Es tan mortal para el espíritu tener un sistema como no tenerlo. Debe, por consiguiente, decidirse a reunir los dos. Friedrich Schlegel.
Y en segundo lugar, lo que el mismo dice al respecto ( de esta unión):
Yo quisiere plantear, en efecto, la solidaridad de lo simbólico y de la interpretación (…) los cuales, en mi opinión, no son más que dos vertientes, producción y recepción, de un mismo fenómeno. En consecuencia, pienso que su estudio aislado no es deseable, y ni siquiera posible. Un texto, o un discurso, se hace simbólico desde el momento en que, mediante un trabajo de interpretación, le descubrimos un sentido directo.[42]
Luego, más adelante se introduce de lleno en las posibilidades receptivas:
La producción y la recepción de los discursos originaron, en el pasado dos disciplinas diferentes: la retórica y la hermenéutica.[43]
Dos actividades que son bastante antiguas, pero que tuvieron que adaptarse, evoluvionando y especialmente a partir de los formalistas que removieron todo y que luego entre huída y refugio, tiende a las claridades evolutivas, tanto del productor como del receptor (realidades ya esbozadas en las secciones anteriores):
Mi exposición de divide en dos partes [dice Todorov], Simbolica del lenguaje y Estrategias de la interpretación (…) en función de dos niveles: el de la teoría general, que intenta dar cuenta de todas las posibilidades, y el de la estrategia particular, de producción o de recepción (aun cuando yo haga hincapié sobre todo en esta última).[44]
Luego agrega:
El campo de lo interpretable siempre corre el riesgo de extenderse. En estas expansiones se justifican, en lo que concierne a la interpretación, por referencia a un marco ideológico y, respecto a la producción, por la sumisión a un género, que no es otra cosa (…) que un contrato establecido entre el autor y el lector y que determina precisamente el modo de lectura a seguir.[45]
A continuación se presentará unos esquemas, de modo general, del modelo de Todorov y mostrarán algunos de los rasgos o elementos formalistas, hermenéuticos y recepcionistas, que van desde la unión de análisis formal con otro histórico-recepcional, unión de métodos estructuralistas y hermenéuticos hasta intentos de una nueva estética y una nueva retórica basadas n el efecto (o desición de interpretar); al igual que los recepcionistas, por una parte la hermenéutica y por la otra lingúística y sociedad. Un verdadero "horizonte de expectativa": normas vigentes para los géneros en determinadas épocas [estructura], la relación implícita con otras obras literarias contemporáneas y la oposición entre ficción y realidad, entre función poética y práctica del lenguaje, la confrontación de la estructura del texto literario con los modos por los cuales éste puede ser concretizado; cuando el lector decide, éste reconoce implícitamente la calidad de inagotable que el texto posee; el texto remite a preconcepciones que se manifiestan en el acto de la interpretación y muchos otros.[46]
Esquemas:
Finalmente, a modo de conclusión de esta breve y no terminada investigación [la que queda abierta, tanto para el ensayista como para otros.]:
El texto es un todo autónomo, con límites precisables, pero al mismo tiempo es una obra abierta, en movimiento. Pueden distinguirse en el texto numerosos niveles: fonemáticos, sintácticos, semánticos, ideológicos, narrativos, culturales, identificables según y acorde a los códigos que se utilicen para su decodificación.
Esta nueva noción de texto y de lectura, vista como una conexión dinámica entre signos e indeterminaciones, como elementos que se articulan y desarticulan en un proceso de constante equilibrio inestable, se complementa con la idea según la cual el texto es activado mediante su puesta en relación con un sistema significante mayor, es decir, con un discurso consistente en un sistema mayor de textos jerárquica y dinámicamente organizado.[47]
A. El estructuralismo desechó simultáneamente el objeto real y el sujeto humano. Este movimiento doble define el proyecto estructuralista. La obra ni se refiere a un objeto ni es expresión de un sujeto individual; ambos son descartados, y sólo queda entre ellos, en el aire que las separa, un sistema de reglas.
B. El estructuralismo no es una escuela ni siquiera un movimiento (al menos todavía no), pues la mayoría de los autores que suelen asociarse a ese término distan mucho de sentirse ligados entre sí por una solidaridad de doctrina o de combate. Apenas es un léxico: estructura es un término ya antiguo ( de origen anatómico o gramático), hoy muy usado: todas las ciencias sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la palabra no puede distinguir a nadie, a no ser que se polemice sobre el contenido que se le da; funciones, formas, signos y significaciones no son mucho más pertinentes.
B. La interpretación – denominada también a veces exégesis, comentario, explicación del texto, lectura, análisis o incluso simplemente crítica (esta enumeración no significa que sea imposible distinguir o incluso contraponer algunos de estos términos) – se define, en el sentido que aquí le damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar el sentido del texto examinado. Este objetivo determina de una sola vez, su ideal – que consiste en hacer hablar al texto mismo; con otras palabras: se trata de fidelidad al objeto, al otro. Y por consiguiente a la desaparición del sujeto [estructuralismo puro] – y su drama, que consiste en no poder alcanzar nunca el sentido sino únicamente un sentido, sometido a las contingencias históricas y psicológicas. Ideal y drama que se serán modulados a lo largo de toda la historia del comentario, la que a su vez es coextensiva a la historia de la humanidad. [recepcionismo, participación del sujeto histórico].
B. El campo de lo interpretable siempre corre el riesgo de extenderse. En estas expansiones se justifican, en lo que concierne a la interpretación, por referencia a un marco ideológico y, respecto a la producción, por la sumisión a un género, que no es otra cosa (…) que un contrato establecido entre el autor y el lector y que determina precisamente el modo de lectura a seguir.
C. Un texto, o un discurso, se hace simbólico desde el momento en que, mediante un trabajo de interpretación, le descubrimos un sentido directo. En efecto, la solidaridad de lo simbólico y de la interpretación (…) los cuales, no son más que dos vertientes, producción y recepción, de un mismo fenómeno. En consecuencia, su estudio aislado no es deseable, y ni siquiera posible.
D. El texto es un todo autónomo, con límites precisables, pero al mismo tiempo es una obra abierta, en movimiento. Pueden distinguirse en el texto numerosos niveles: fonemáticos, sintácticos, semánticos, ideológicos, narrativos, culturales, identificables según y acorde a los códigos que se utilicen para su decodificación.
Esta nueva noción de texto y de lectura, vista como una conexión dinámica entre signos e indeterminaciones, como elementos que se articulan y desarticulan en un proceso de constante equilibrio inestable, se complementa con la idea según la cual el texto es activado mediante su puesta en relación con un sistema significante mayor, es decir, con un discurso consistente en un sistema mayor de textos jerárquica y dinámicamente organizado.
E. La lectura no puede ser sólo inmanencia, esta es la mirada de Todorov, quién, en su obra "Poética" y "Simbolismo e Interpretación" hace converger a la estructura y a la interpretación en un proceso lectural de la producción y de la recepción como una unidad solidaria entre ambos.
PROYECCIONES:A. La lectura ha de ser siempre un recorrido dentro del espacio del texto; recorrido que no se ha de limitar, es decir, recorrer el texto siempre como espacio y no como linealidad. B. Todo círculo hermenéutico o receptivo no es equivalente a otro por lo tanto, también, ha de ser un espacio plural de las interpretaciones, y en la práctica cada uno sabe que no hay lecturas más fieles que otras, aun cuando ninguna lo es por completo.
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Thomas Sebeok. Signos: Una Introducción a La Semiótica.
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[1] Esta introducción tiene la intención de mostrar una evolución de los elementos esenciales del estructuralismo formulado por Barthes en "La Actividad Estructuralista". Para una revisión historiográfica más completa es necesario revisar a Manuel Jofré: Teoría Literaria y Semiótica. Editorial Universitaria. Santiago de Chile.1990.
[2]Eco, Umberto. Tratado de Semiótica General. Introducción; Hacia una Lógica de la cultura. O5. Límites Naturales: Dos definiciones de Semiótica. Barcelona. Lumen, quinta edición.2000.
[3] Jofré, Manuel. Semiótica y Literatura. Historia de la Semiótica Actual. Edit. Universitaria. 1990.
[4] Mukarovsky, Jan. "El estructuralismo en la estética y en la ciencia literaria" en Arte y Semiología, Madrid. Alberto corazón Editor. 1971
[5] Mukarovsky, Jan. "La obra literaria como estructura" en Problemas de la Literatura. Valparaíso, Ed. Universitaria. 1972, año I, número I.
[6] Ibid.
[7] Ibid.
[8] Mukarovsky, Jan. "El arte como hecho semiológico" en Problemas de Literatura.1972. AñoI, Número I.
[9] Ibid.
[10] Mukarovsky, Jan: El estructuralismo en la estética y en la literatura", Opus cit.
[11] T.Todorov. Poética.
[12] Eagleton, Terry. Una introducción a la Teoría Literaria: III. Estructuralismo y Semiótica. F.C.E.Méx., 1998.
[13] Ibid.
[14] Ibid.
[15] Ibid.
[16] Ibid.
[17] Ibid.
[18] Ibid.
[19] Ibid.
[20] Barthes, Roland. Elementos de Semiología.Alberto Corazón Editor.Madrid. 1971.
[21] Ensayos Críticos. "La Actividad Estructuralista". Editorial Seix Barral.España. 1967.
[22] Ibid.
[23] Ibid,
[24] Ibid.
[25] Eagleton. Opus cit.
[26] Todorov.T. Simbolismo e Interpretación. Monte Ávila Editores, 1982.
[27] Ibid.
[28] López, Berta. Curso de pregrado. "Teoría Literaria I": Apunte: "La Teoría de la Recepción. U.B.B, Chillán, 1991.
[29] Ibid.
[30] Mukarovsky, Opus cit.
[31] López, Opus cit.
[32] Jofré. Opus cit. 9. Estética de la recepción y fenomenologóa de la lectura: 7. La lectura como Decodificación e Interpretación.
[33] López. Opus cit
[34] Ibid.
[35] Ibid.
[36] Jofré.Opus cit: 3. Historia Literaria posestructuralista: 4 El Formalismo Posestructuralista.
[37] Ibid.
[38] Opus cit: 9. Estética de la recepción y fenomenología de la lectura: 9. Lectura, Semiósis y Paradigma.
[39] Todorov, T. "¿Qué es el estructuralismo?. POÉTICA.". Editorial LOSADA S.A.. Arg. 1975.
[40] Ibid.
[41] Ibid.
[42] Todorov, T. Simbolismo e Interpretación. Monte Ávila Editores. Segunda edición.1992.
[43] Ibid.
[44] Ibid.
[45] Ibid.
[46] Aquí se recogen, sucintamente, las lecturas recepcionistas: Ingarden, Iser, por ejemplo. No obstante estas lecturas han sido parte fundamental y complementaria.
[47] Jofré, M. Opus cit.
JORGE ROSAS GODOY