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Víctimas del futuro – Adiós al liberalismo: en busca de la confianza perdida (página 8)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Como la hija de su asesor, Mulayani estudió en una universidad americana, habla un inglés excelente y su expediente es de lo más brillante que ha pasado por la cartera de la que depende la primera economía del Sudeste Asiático: las finanzas de un país con 240 millones de habitantes. Otros de sus méritos reconocidos es haber reducido la deuda pública hasta un 30% del PIB, un milagro si tenemos en cuenta que hace tan sólo una década el país acumulaba casi el cuádruplo. Su inflexibilidad financiera y su obsesión por no endeudarse cosechaban críticas hace tan sólo unos meses. Ahora, su herencia es la envidia del Sudeste Asiático y el paquete de medidas "anti-crisis" aprobado por su gobierno ha resultado ser el menos traumático de la región.

El consumo interno, su principal motor

Los análisis técnicos explican la menor vulnerabilidad de Indonesia frente a la crisis añadiendo otros datos. Dicen, por ejemplo, que sus exportaciones están basadas en materias primas que no se han depreciado y cuya demanda sigue siendo virtualmente invariable. También apuntan que Indonesia es el país del Sudeste Asiático que menos depende de las exportaciones y que el verdadero motor de su economía (al revés que ocurre, por ejemplo, con China o Vietnam) es su vastísimo mercado interno. La caída de los precios de la energía, que Indonesia importa masivamente, también ayudan a salir airoso.

Frente al optimismo comparativo de las grandes cifras, algunos observadores que viven dentro del país, exponen matices. Lo hace por ejemplo Juan Palop, corresponsal en Yakarta de la agencia EFE, quien me comentaba los razonamientos de Newsweek insistiendo en que los números macroeconómicos no son del todo representativos en una nación donde entorno al 70% de la población se gana la vida en el sector informal y donde casi el 40% está por debajo del umbral de pobreza. El propio Palop explicaba en este interesante teletipo recogido por Cotizalia cómo, curiosamente, esta enorme economía sumergida está ayudando a absorber los costes de la crisis.

En definitiva, para la pregunta con la que empezábamos Newsweek nos tenía cocinada una respuesta. ¿Existe un país que consiga burlar la crisis? No del todo, por supuesto, pero hay uno que se acerca: Indonesia

– Reinventado Wall Street: Obama tiene que cambiar las reglas del juego si quiere que vuelva a funcionar (El Confidencial – 21/1/09)

(Por María Igartua)

Ahora empieza lo bueno, al menos eso dicen. A partir de esta tarde, Estados Unidos tendrá nuevo presidente y en esta ocasión la investidura del cuadragésimo cuarto ocupante del Despacho Oval genera una expectación especial dada la profunda crisis económica y financiera por la que atraviesa el país. Barack Obama viene con su "yes we can" bajo el brazo y el optimismo se respira en cada rincón del territorio. Lo que está por ver es si, finalmente, es capaz de devolver a los mercados la confianza por la que apostaban los analistas el mismo día de su elección el pasado 4 de noviembre.

El día de los comicios presidenciales que pasarán a la historia, Wall Street hizo un paréntesis tras los fuertes recortes registrados días antes y descontó la victoria de Obama antes de que se cerraran los colegios electorales. En esa sesión firmó la mayor subida durante una jornada electoral de los últimos 24 años gracias a los bancos y al sector energético. Los analistas veían en el cambio el revulsivo necesario para devolver la confianza a los inversores, un intangible crucial para el buen funcionamiento de los mercados financieros, algo que el nuevo presidente parecía irradiar por los cuatro costados.

Sin embargo, tres meses después de aquel día, la situación sigue prácticamente igual. Wall Street no continuó con la esperada remontada. No obstante, noviembre, diciembre y enero podrían considerarse un bypass. Irradiar optimismo no es suficiente mientras no se pongan medidas sobre la mesa, con lo cual desde mañana comienza la verdadera batalla del nuevo gobierno por sacar a Estados Unidos del atolladero.

"Obama es la esperanza. Se han puesto sobre la mesa todas las medidas para salir del círculo vicioso" ha explicado a Cotizalia.com Jesús Sánchez-Quiñones. Ahora hay que ponerlas en marcha aunque "también es importante el cambio de mentalidad, de confianza, que puede traer este hombre."

Se acabó la era de los bancos y llegó la de la regulación

Aunque los cambios son muchos y las propuestas del equipo de Obama alcanzan a todos los ámbitos de la economía, Wall Street es un foco de interés importante. No basta el "cuando se solucione el resto el mercado se solucionará". Lo cierto es que el parqué neoyorquino necesita un giro de 180º. Obama va a tener que reinventar Wall Street tras dos siglos de historia.

En primer lugar, la bolsa de Nueva York, con todos los agentes que intervienen en sus operaciones, va a tener que conseguir mostrar una ética más sólida y acabar con los conflictos que existen entre los ratings de las agencias de calificación y los encargados de garantizar la seguridad de las inversiones, que son la base del sistema. De hecho, parte de la culpa de la crisis crediticia viene provocada por estas agencias que calificaron con triple A sin ver el peligro que suponían esos bonos.

Además, la mentalidad propia de Wall Street, vigente desde la reforma de Franklin Roosevelt en los años ´30, de ensalzar a los bancos por encima del bien o del mal, tiene que dar paso a la contratación de reguladores especializados que se ocupen, precisamente, de evitar que esos bancos se metan en problemas, como ha ocurrido en la crisis actual, donde los gigantes de Wall Street, tal y como se conocían, han pasado a mejor vida.

A esto hay que hay que sumar un cambio legislativo destinado a proteger a los inversores en fondos y hedge funds para evitar que se vuelva a producir un caso como el del Bernard Madoff. Acabar con el todo vale y limpiar la reputación de los mercados tan dañada por la crisis.

En definitiva, la confianza no llega con el mero hecho de un cambio en el poder, la confianza se consigue demostrando que ese cambio es posible y Barack Obama va a tener que luchar por reformar profundamente los mercados si quiere que la máquina vuelva a funcionar de nuevo.

– Wall Street no será la misma después de Obama: tiene la oportunidad de rehacer el mercado (El Economista – 21/1/09)

(Por Ainhoa Giménez)

Bueno, pues Barack Obama ya es oficialmente presidente de EEUU, por si no se habían enterado. Más allá del batacazo con el que le recibió la Bolsa de Nueva York para recordarle que se enfrenta a la peor crisis económica y financiera desde la Gran Depresión, Wall Street se enfrenta a enormes desafíos durante su mandato.

Ningún presidente de la era moderna desde Franklin Delano Roosevelt ha tenido una oportunidad como ésta de rehacer prácticamente todos los elementos del mercado.

En efecto, Obama y su equipo tienen el poder absoluto para decidir quién vive y quién muere (como Bear Stearns y Lehman Brothers), así como las reglas que deberán cumplir los supervivientes. La reforma de Roosevelt ha durado casi 70 años. "Si la nueva administración, con la ayuda de Wall Street, puede construir algo que dure la mitad, creo que sería un gran éxito", opina David Weidner en MarketWatch.

Habrá errores, claro. Algunos ya se han cometido: Weidner señala que un presidente que promete el cambio no puede montar un equipo con algunas de las caras más agotadas de Washington. Pero lo importante es el futuro, y ahí es importante la teoría de Kennedy de que la responsabilidad del poder no se limita al Despacho Oval, sino que también reside en las empresas.

Eso significa que Wall Street tiene que afrontar una regeneración ética, por ejemplo, eliminando los conflictos entre las agencias de rating y los emisores de valores que son los cimientos del sistema. Con un sistema que no prime los buenos tiempos sobre los malos, es decir, las tendencias alcistas sobre las bajistas. "El mercado necesita un giro de 180 grados respecto a un modelo que incentiva a los bancos a contratar antiguos reguladores de Wall Street con el único propósito de no tener problemas regulatorios, hacia una estructura que recompense a los bancos por obedecer las normas y ayudar a los reguladores", opina este columnista.

Ahí entrarían los hedge funds, que deberían aceptar que los reguladores supervisen los riesgos no para los fondos en sí, sino para el conjunto del sistema. "Deben crearse nuevas leyes para proteger a los inversores en esos vehículos privados y el sector debe darles la bienvenida porque repararán su dañada reputación".

Otro asunto capital es el de las retribuciones, donde ya empezamos a ver novedades. Hay nuevos bonus que se anulan -puede hacerse porque se mantienen en depósito o devolviéndose después de cobrados- si los beneficios de ayer se convierten en pérdidas hoy. Otros bancos están entregando a sus ejecutivos esos valores invendibles (tóxicos) que ellos mismos consideraron apropiados para los fondos de pensiones o para otros clientes. Ahora serán para ellos mismos. De momento, estas ideas se han aplicado sólo en Suiza, y habrá que ver si EEUU es capaz de adoptarlas.

Cambiar los reguladores

Pero las reformas no terminan en Wall Street. La estructura de los reguladores de Washington ha demostrado ser un desastre, así que hace falta cambiarla. Y no se trata sólo de la estructura: hacen falta personas honradas que la manejen. A juicio de Weidner, eso significa que ni Timothy Geithner puede ser secretario del Tesoro ni Mary Schapiro presidenta de la SEC, hasta que no cumplan sus obligaciones tributarias, incluyendo las multas. Además, la SEC tiene que apoyar a su personal, que muchas veces ha visto bloqueadas sus investigaciones, y mantenerse al margen de las presiones del poder que libraron a Madoff de una investigación en serio.

Asimismo, este articulista opina que la protección del inversor debe recaer en Washington, que tiene que asumir los poderes de la Financial Industry Regulatory Authority, una entidad de autorregulación del sector y que debe ser pagada por la propia industria cuando pase a manos públicas.

Y falta lo más importante: "Si vamos a dar dinero a los bancos, deberíamos gestionarlos en nuestro propio beneficio. Y si los gestores actuales se oponen, deberíamos echarlos. Como gestores, nosotros no podríamos hacerlo peor". Weidner va más allá y lanza una propuesta temeraria: "Si hay que rescatar a los bancos, ningún ciudadano americano debería ser llevado a la quiebra por un banco".

– El mayor déficit en 50 años en EE UU (Cinco Días – 21/1/09)

Más paro y recesión marcan la herencia recibida de Bush.

La herencia económica que recibe Barack Obama es tan excepcional como su elección al frente de la Casa Blanca. Los números asustan. Si tradicionalmente la economía de Estados Unidos se ha permitido un déficit presupuestario y por cuenta corriente de envergadura, el desequilibrio alcanzado en los últimos años es histórico. En el caso del déficit fiscal, la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU augura un desfase entre ingresos y gastos que este nuevo año alcanzaría 1,2 billones de dólares (el 8,3% del PIB), cifra no vista desde los años 50, posteriores a la II Guerra Mundial. Lejos quedan los 236 millones de superávit fiscal obtenido por la administración Clinton en 2000.

Los últimos años de Bush se han caracterizado por el uso de la billetera para financiar los ingentes gastos militares, sobre todo en Irak y Afganistán.

El mayor problema reside ahora en que la economía norteamericana no es capaz de generar los recursos suficientes para que ese déficit no se dispare. La demanda de los hogares se desacelera, presa de su endeudamiento (97% del PIB), y la actividad industrial, otro de sus puntos fuertes, hace aguas. En este contexto la recesión está asegurada. La Oficina Presupuestaria prevé que este año el PIB caiga un 2,2% y, lo que es peor que la tasa de paro alcance el 8,3% de la población activa, algo considerado inusual en la economía más flexible del planeta, capaz de recolocar a sus desempleados en otros sectores en un tiempo récord. De momento, el paro ha cerrado 2008 aumentando hasta el 7,2% el peor dato en 15 años.

Ni siquiera un dólar debilitado frente al euro y el yen sirve para aliviar el déficit comercial (700.000 millones hasta octubre), ante la pujanza industrial de Japón o la emergente de China o India.

Por si fuera poco, la crisis bancaria, iniciada con las hipotecas subprime (de alto riesgo), y extendida por el colapso de la banca de inversión ahoga al sistema financiero y enfría las posibilidades de un pronta recuperación. La propia Reserva Federal cuenta con que la recesión sea más larga de lo esperado hace sólo seis meses.

La ayuda a los bancos para salvar sus cuentas, aprobada por la administración saliente (700.000 millones de dólares) y el macropaquete de ayuda fiscal (inversiones y rebaja de impuestos) que planea Obama vienen a elevar aún más la presión sobre el presupuesto.

Mientras eso ocurre, el Departamento del Tesoro ha pedido informes mensuales a los bancos que han recibido capital del plan gubernamental de rescate. El objetivo es aumentar la transparencia y presionar a las entidades financieras para que trasladen la liquidez cuanto antes al resto de la economía. El descenso de los tipos de interés al umbral de entre el 0,25% y el 0% decidida por la Reserva Federal debería echar una mano a la inversión empresarial y el consumo de los hogares. Sin embargo, la sombra de la deuda es alargada. Sólo hasta el tercer trimestre de 2008 alcanzaba el 342% del PIB.

Retos económicos y políticos

Estímulo de la economía. El principal objetivo. Su plan de ayuda ronda los 800.000 millones de dólares entre recortes de impuestos y estímulo a la inversión. Necesita del beneplácito del Congreso. Se sumaría a la ayuda pública a la banca, ya aprobada. La Reserva Federal ya ha indicado que el plan fiscal puede quedarse corto ante el grave deterioro de la economía y el paro.

Sanidad para todos. Obama ha prometido reformar el sistema de salud para que la cobertura llegue al máximo posible. En la actualidad millones de norteamericanos no disponen de seguro médico porque no pueden pagarlo.

Industria. El plan de ayuda incluye subvenciones a los sectores empresariales más desfavorecidos entre los que se encuentra la industria, en especial la automovilística.

Medio ambiente. Estímulo de las energías renovables y reducción progresiva de la contaminación.

Política exterior. Salida ordenada de las tropas de Irak, cierre de Guantánamo y reconducción del conflicto en Oriente Medio. Todo bajo un giro de política que ponga fin al "unilateralismo" de la administración Bush. Ello implica, no obstante, mantener la lucha "implacable contra el terror".

– El Foro de Davos receta confianza, regulación y valores éticos para salir de la crisis (La Vanguardia22/1/09)

La severidad y complejidad de la actual crisis económica es tal que para salir de ella es indispensable restaurar la confianza y, al mismo tiempo, dotar al sistema económico-financiero de una regulación eficaz y de valores éticos, según la receta del Foro Económico Mundial difundida hoy.

"No saldremos de la crisis si no recuperamos la confianza", declaró hoy el presidente del Foro, Klaus Schwab, al presentar el programa y la lista de participantes en la próxima reunión anual de su entidad, que tendrá lugar en Davos (Suiza) la próxima semana.

La crisis económica centrará las preocupaciones durante los seis días de reuniones (del 28 de enero al 1 de febrero), para las que se anuncia la llegada de 43 jefes de Estado y de Gobierno, de 17 ministros de Finanzas, de 19 presidentes de bancos centrales, de decenas de responsables gubernamentales de diversos países y de más de un millar de ejecutivos y empresarios.

Schwab y los responsables de la reunión anual insistieron hoy en su carácter "extraordinario", en vista de las circunstancias excepcionales en las que se celebra, con el mundo sumido en una crisis económica cuya complejidad, duración y profundidad aún se desconocen.

"El Foro no sólo abordará cómo manejar la actual crisis, sino que diseñará la agenda para después de la crisis", apuntó el presidente y fundador de la entidad, que durante años ha sido vista por muchos como una caja de resonancia de los dogmas del capitalismo.

Preguntado al respecto, Schwab dijo que él prefería "la noción de economía de libre mercado" en lugar de capitalismo y defendió que "siempre dije que la globalización sólo sería sostenible si servía a la sociedad en general". "Para mí eso no es capitalismo, sino un sistema de libre mercado basado en reglas claras. Necesitamos un sistema global de reglas porque somos una economía global", recalcó.

Sostuvo que fueron los "participantes" en las reuniones del Foro los que promovieron los principios neoliberales y no su organización, que más bien alentaba "un sistema de regulación coordinado".

Según Schwab, la dificultad para entender la crisis actual se debe a que no se trata de una crisis tradicional, sino de una situación causada por la combinación y acumulación de distintos factores.

Citó en primer lugar el desequilibrio del crecimiento económico, basado en el consumo excesivo en algunos países (particularmente Estados Unidos), financiado con los ahorros y las exportaciones de países asiáticos.

A eso se sumó la crisis de las hipotecadas de alto riesgo ("subprime") y una crisis económica cíclica, es decir las que tradicionalmente se presentan cada cierto periodo. En este contexto, consideró que la reunión de la próxima semana en Davos ayudará a "reconstruir la arquitectura financiera" y "relanzar la economía", a lo que contribuirá la presencia de los responsables de Finanzas y de las políticas monetarias de países claves.

El cambio climático y la necesidad de contar con valores éticos en el mundo de los negocios también serán temas prioritarios en el Foro. Como ocurre tradicionalmente, la mayoría de participantes será de países occidentales (Estados Unidos y Europa), aunque China tendrá un lugar destacado -con la presencia de su primer ministro, Wen Jiabao- en consonancia con su importancia en la economía mundial.

También estarán el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, del Reino Unido, Gordon Brown, y de Alemania, Angela Merkel.

Las intervenciones de estos dos últimos se centrarán en la crisis económica, según adelantaron los organizadores.

Aunque la presencia de ejecutivos y empresarios se contará por cientos, observadores anotaron una menor participación del sector bancario.

Desde el punto de vista empresarial, América Latina tendrá una presencia marginal, mientras que del lado político representarán a la región los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de México, Felipe Calderón.

– Tribuna: Primer plano Paul Krugman – Un rescate incierto (El País – 25/1/09)

La anticuada economía del vudú -la creencia en la magia de las rebajas fiscales- ha desaparecido del discurso civilizado. El culto a la economía de la oferta se ha reducido hasta tal punto que sólo lo profesan maniáticos, charlatanes y republicanos.

Pero algunos informes de prensa recientes dan a entender que muchas personas influyentes, incluidos funcionarios de la Reserva Federal, reguladores bancarios y, posiblemente, miembros del Gobierno entrante de Obama se han vuelto devotos de otro tipo de vudú: la fe en que podemos hacer que los bancos anden, celebrando complejos rituales financieros.

Para explicar el problema, permítanme describir la posición de un banco hipotético que denominaré Gothamgroup, o Gotham, para abreviar.

Sobre el papel, Gotham tiene activos por valor de 2 billones de euros y unas deudas de 1,9 billones, de modo que tiene un valor neto de 100.000 millones de euros. Pero una fracción considerable de estos activos -pongamos, 400.000 millones de euros- son activos hipotecarios y otra basura tóxica. Si el banco intentase vender estos activos, no obtendría más que 200.000 millones de euros.

Por consiguiente, Gotham es un banco zombi: sigue funcionando, pero en realidad ya ha quebrado. Sus acciones no carecen por completo de valor (sigue teniendo una capitalización bursátil de 20.000 millones de euros), pero ese valor se basa enteramente en la esperanza de que los accionistas serán rescatados por una ayuda estatal.

¿Por qué iba el Estado a rescatar a Gotham? Porque desempeña una función primordial en el sistema financiero. Cuando se permitió que Lehman quebrase, los mercados financieros se congelaron y durante unas semanas la economía mundial se tambaleó al borde del colapso. Puesto que no queremos repetir la actuación, hay que mantener a Gotham a flote. Pero ¿cómo podemos hacerlo?

Bien, el Gobierno podría limitarse a darle a Gotham unos 200.000 millones de euros, suficiente para que vuelva a ser solvente. Pero esto, por supuesto, sería un enorme regalo a los actuales accionistas de Gotham y también invitaría a asumir riesgos excesivos en el futuro. Aun así, la posibilidad de que se produzca ese regalo es lo que ahora sostiene el precio bursátil de Gotham.

Un método mejor sería hacer lo que el Gobierno hizo con las cajas de ahorro zombis a finales de la década de 1980: se incautó de los bancos difuntos y se deshizo de los accionistas. Después transfirió sus activos morosos a una institución especial, la Resolution Trust Corporation (Corporación del Fideicomiso de Resolución), pagó suficientes deudas de los bancos como para devolverles la solvencia y vendió los bancos saneados a nuevos propietarios.

Sin embargo, los actuales rumores dan a entender que los políticos no están dispuestos a seguir ninguno de estos métodos. Por el contrario, supuestamente se inclinan por una solución intermedia: trasladar los activos tóxicos de los balances de los bancos a un banco malo o banco agregador público, parecido a la Corporación del Fideicomiso de Resolución, pero que no se incautaría primero de los bancos.

Sheila Bair, presidenta de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, intentó hace poco explicar cómo funcionaría: "El banco agregador compraría los activos a un valor justo". Pero ¿qué significa "valor justo"?

En mi ejemplo, Gothamgroup es insolvente porque los supuestos 400.000 millones de euros de activos tóxicos que tiene en sus libros sólo valen de hecho 200.000. La única manera de que una compra pública de esos activos tóxicos pueda devolver la solvencia a Gotham es que el Estado pague mucho más de lo que los compradores privados están dispuestos a ofrecer.

Ahora bien, los compradores privados podrían no estar dispuestos a pagar lo que los activos tóxicos valen en realidad: "La verdad es que en estos momentos no disponemos de ninguna tasación racional de algunas de estas categorías de activos", afirma Bair. Pero ¿debería la Administración pública dedicarse a declarar que sabe mejor que el mercado cuánto valen los activos? ¿Y es realmente probable que pagar un "valor justo", sea lo que sea que eso signifique, bastaría para devolverle la solvencia a Gotham?

Lo que sospecho es que los políticos -posiblemente sin ser conscientes de ello- se disponen a dar gato por liebre: una política que se parece a la limpieza de las cajas de ahorro, pero que en la práctica equivale a hacer a los accionistas de los bancos, a expensas del contribuyente, enormes regalos disfrazados de compras de activos tóxicos a un "valor justo".

¿Por qué estas contorsiones? La respuesta parece ser que Washington sigue teniendo un miedo mortal a esa palabra que empieza por N: nacionalización. La verdad es que Gothamgroup y sus instituciones hermanas ya son pupilas del Estado, completamente dependientes de la ayuda del contribuyente, pero nadie quiere reconocer ese hecho y aplicar la solución obvia: una absorción pública explícita, aunque temporal. De ahí la popularidad del nuevo vudú, que, como he dicho, afirma que unos rituales financieros complejos pueden resucitar a los bancos muertos.

Por desgracia, este retorno a la superstición puede salir caro. Espero equivocarme, pero sospecho que los contribuyentes estamos a punto de ser víctimas de otra mala pasada, y estamos a punto de que nos den otro plan de rescate financiero que no servirá para nada.

(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de Economía en 2008. © New York Times News Service, 2009)

Entrevista: Edward C. Prescott Premio Nobel de Economía 2004 – "El plan Obama no funcionó en los años 90" (El País – 25/1/09)

(Por Claudi Pérez)

El Génesis habla de siete años de vacas gordas y siete años de vacas flacas. El matemático y economista Edward C. Prescott (Glenn Falls, Nueva York, 1940) ganó el Nobel en 2004 por un trabajo que explica las fuerzas que hay tras esos periodos de abundancia y escasez y que persigue dar a los Gobiernos las herramientas adecuadas para hacer lo que casi nunca hacen: acertar con la política económica. Divulgador, polemista y brillante articulista, Prescott es el negativo de los economistas más en boga: liberal a la americana, profundamente anti-Estado y capaz de dejar perplejos a los keynesianos de antes y a los neokeynesianos de ahora: "Los impuestos altos desincentivan el trabajo", repite, contraponiendo el modelo estadounidense al europeo.

A Prescott no parece preocuparle nadar contracorriente. El pasado martes, Barack Obama juraba como presidente de EEUU mientras Prescott -de visita en Madrid invitado por Iberdrola- afirmaba desafiante: "Obama me preocupa. Propone estímulos que no funcionaron en los años noventa. El Estado debería ocuparse de sus propios asuntos; cuanto más se implique Washington, más empeorará la situación". Sobre Alan Greenspan: "Como mucho, ha contribuido ínfimamente a la crisis". Y sobre George W. Bush, para muchos el peor presidente de la historia: "EEUU funcionó mejor que Europa durante la Administración de Bush. Ése no fue el caso con Clinton".

Sentado en el hall del Ritz horas antes de dar una conferencia a unos pocos pasos, en la Bolsa de Madrid, Prescott desgrana la crisis y abomina del activismo de la nueva Administración estadounidense -y de Bruselas- para salvar a la economía de la quema. Y se despide con una perla. "El que gobierna menos es el que mejor gobierna. Lo dijo Jefferson".

Pregunta. Hace unos meses dio su apoyo sin fisuras a John McCain, candidato republicano a la presidencia de EEUU. ¿Cómo se siente con Obama?

Respuesta. Preocupado.

P. ¿No le gustan sus propuestas para salir de la crisis?

R. Me preocupan. Cuando los países han padecido crisis financieras y han puesto en marcha reformas han sucedido dos cosas: Japón perdió una década de crecimiento, y eso que no lo hizo del todo mal. México también: subvencionó la ineficiencia. Chile y Finlandia superaron sus problemas porque los programas de rescate no eran meros subsidios. Pero Obama… Es un político que está proponiendo estímulos que no funcionaron en los años noventa. Los recortes de impuestos que propone son simplemente una propuesta centrada en la redistribución; al final pueden ser un desincentivo para trabajar.

P. Pero el plan de rescate no es sólo un programa de recortes fiscales…

R. No estoy de acuerdo con ese activismo del Estado en la economía. Yo considero que el Estado debería ocuparse de sus propios asuntos. Además, creo que Bruselas no debería decirle a España lo que tiene que hacer. Como Arizona debería poder decidir, y Minnesota. Cada Estado debería decidir por sí mismo: cuanto más se implica Washington, más empeora la situación. Soy firme defensor de descentralizar al máximo. Naturalmente, necesitamos al Estado para garantizar los contratos, y a la policía, todo eso. Pero soy partidario de un Estado descentralizado. Desconfío tanto de Washington como de Bruselas.

P. Sin los planes de rescate, ¿cómo salimos de esta crisis?

R. Lo primero: hay que decirle a la gente que las cosas no son tan malas como las han pintado. Se ha exagerado muchísimo. En los últimos cincuenta años, en EEUU ha habido varias caídas del PIB per cápita -lo que de verdad importa- peores que la actual, con datos hasta el tercer trimestre de 2008. El último trimestre sí fue peor: una caída del 1% del PIB, lo que supondría un 4% anual… Aunque espero que a mitad de año la economía se recupere. Lo que me preocupa es la producción, y sobre todo que se esté subvencionando la ineficacia con los planes de rescate. Quizá Obama pueda mantener todo eso bajo control. Pero va a tener mucha presión y un Congreso y un Senado salvajes con los que lidiar.

P. Bush se va con la peor crisis financiera en setenta años, un fuerte aumento del paro y con el déficit disparado. ¿Qué opina de su gestión económica?

R. La producción y la productividad de Estados Unidos han sido mejores que las de Europa occidental con su Administración. Ése no fue el caso de Clinton. En cuanto a las finanzas públicas, la deuda en relación con el PIB no aumentó con Bush, sino sólo cuando los demócratas se hicieron con el control del Congreso. Fannie Mae y Freddie Mac, empresas patrocinadas por el Gobierno que precipitaron la crisis impulsando tanto los créditos, se crearon mucho antes de Bush, que intentó hacer algo al respecto en 2004. La economía y las condiciones de vida han seguido una tendencia alcista casi aburrida hasta septiembre del año pasado. Y a partir de ahí, la gente empezó a tener miedo de verdad. Creo que la prensa ha sido una de las principales responsables de este último trimestre de depresión. Los periodistas no hacían más que gritar que el mundo se iba a acabar.

P. Los expertos apuntan más bien a los años de desregulación financiera, al papel de Greenspan con su política de bajos tipos y a los excesos de los bancos.

R. Greenspan tuvo mucho mérito manteniendo la independencia de la Reserva Federal. Y consiguió reducir la inflación a finales de los años noventa. De todas formas, creo que es un poco ingenuo pensar que la política monetaria puede tener consecuencias relevantes sobre la economía real. Más bien son insignificantes.

P. ¿Su política monetaria no es una de las razones de la situación que atravesamos?

R. Como mucho, ha contribuido ínfimamente. A finales de los noventa, el sector público empezó a obligar a la banca de EEUU a cumplir una ley según la cual había que prestar a una comunidad independientemente de su solvencia. Así empezaron las subprime. No veo que la regulación financiera haya sido positiva.

P. Economistas como Paul Krugman, el último Nobel, citan más bien la desregulación de los últimos años como el origen de las hipotecas basura. Y parece que va a haber más regulación.

R. He leído algunas de las propuestas sobre nueva regulación, y son del tipo: "Metimos la pata la última vez, así que un poco más de regulación no va a empeorar la situación". Yo pondría un gran muro entre los bancos comerciales, obligándoles a asegurar el 100% de los depósitos con reservas -como propuso Friedman-, y el resto del sistema financiero. Y trataría de evitar también los problemas de exceso de apalancamiento. Porque lo que ocurre ahora es que damos dinero bueno a los malos. En general, creo que demasiada regulación no es buena: basta con una serie de normas transparentes que no dejen ningún margen de interpretación.

– Para la élite mundial, un Davos lleno de dudas (The Wall Street Journal – 26/1/09)

Este año, los gobiernos cobran protagonismo; una larga lista de ausentes

(Por Marc Champion)

En los 31 años durante los cuales los líderes de la política y los negocios del mundo han acudido al resort de esquí suizo de Davos para hablar sobre la economía mundial, el panorama nunca había sido tan sombrío como ahora.

Una cantidad sin precedentes de jefes de Estado y gobierno (40 en comparación con los 27 del año pasado) asistirá a la reunión anual del Foro Económico Mundial que empieza el miércoles. El encuentro estará dominado por dos grandes interrogantes: ¿cuál será la gravedad de la recesión global? y ¿de dónde provendrá el crecimiento que le ponga punto final?

"Todo el mundo está desorientado, este es el comienzo de un período de gran improvisación. Ya no hay modelos para tomar como referente", afirma Víctor Halberstadt, profesor de economía de la Universidad de Leiden en Holanda y un veterano del evento.

"¿Por qué nos sorprendemos todo el tiempo, casi cada semana (por las malas noticias económicas)? ¿Realmente entendemos tan poco sobre economía? Me temo que la respuesta es "sí", y que es por eso que las autoridades van a Davos", dice Halberstadt.

Con los años, Davos se ha convertido en gran parte en un evento de marketing, donde las compañías buscan hacer negocios y pulir su imagen.

Este año, la reunión de cinco días, que habitualmente atrae a unos 2.500 participantes, será más sobria que lo habitual, dicen los organizadores. Habrá menos estrellas de Hollywood y menos fiestas organizadas por los gobiernos y las empresas. Goldman Sachs no celebrará su tradicional fiesta en Davos, dijo su vocero Lucas van Praag. "En el clima actual, no nos pareció apropiado", aseveró. De todos modos, se espera la concurrencia de 1.400 presidentes ejecutivos y presidentes de juntas directiva, pese a la abrupta caída en los ingresos de las empresas y los mercados bursátiles.

Además, asistir a Davos no sale barato: la membrecía corporativa anual cuesta 42.500 francos suizos (casi US$ 37.000), más 18.000 francos (unos US$ 16.000) para acudir a la reunión, sin incluir el alojamiento, según un vocero del Foro.

Otras crisis económicas, como las de los años 80 y 90, fueron graves en su momento, pero ninguna ha sido tan global ni ha tenido un desenlace tan incierto, señala Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial en 1971 y el encargado de organizarlo. "Esto es absolutamente nuevo en Davos. El único paralelo sería 2002, cuando la gente tenía preocupaciones similares sobre el terrorismo", dice Schwab, en alusión a la reunión después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Este año parece que los gobiernos les quitarán protagonismo en Davos a los bancos, fondos de cobertura y fondos soberanos que concentraron la atención en los últimos años. El motivo para este cambio, afirman los economistas, es que ahora es el contribuyente quien tiene el dinero. Muchos grandes bancos se mantienen a flote gracias a la intervención estatal e incluso fondos soberanos controlados por el Estado no están ofreciendo capital a las atribuladas empresas occidentales.

"Este podría ser el primer Davos donde el capitalismo es ampliamente considerado un fracaso, en vez de algo que admirar", afirma Ethan Kapstein, profesor de economía y ciencia política de la escuela de negocios francesa INSEAD, que ha asistido a Davos desde 1994.

Richard Fuld Jr., presidente ejecutivo de Lehman Brothers Holdings Inc., banco de inversión que quebró el año pasado, no asistirá este año. Tampoco lo hará John Thain, ex presidente ejecutivo de Merrill Lynch & Co., quien renunció la semana pasada. A Bank of America Corp., el nuevo dueño de Merrill, no le pareció una buena idea que Thain fuera a Davos, y aún así el ejecutivo hizo los preparativos para asistir. No se sabe hasta qué punto este conflicto tuvo algo que ver en su marcha. Por su parte, los presidentes ejecutivos de Citigroup, Vikram Pandit, y Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, prefirieron quedarse en casa, aunque enviarán a otros ejecutivos. Win Bischoff, presidente de la junta de Citi, estaba inscrito para participar pero recibió la noticia la semana pasada de que será sustituido por Richard Parsons.

B. Ramalinga Raju, presidente de la firma india de tercerización Satyam Computer Systems Ltd., que estaba inscrito para participar en un panel del Foro de este año, tampoco irá porque está en la cárcel por supuesto fraude. Otro banquero que tenía planeado asistir, Edgar de Picciotto, presidente de la junta de Union Bancaire Privée, perdió en torno a US$ 700 millones de sus clientes por invertir en la supuesta pirámide de inversión dirigida por Bernard Madoff en Nueva York.

Es probable que Estados Unidos se convierta en el blanco de los reclamos en Davos, al ser el país donde nació la crisis financiera global. Pero también es el foco de la mayoría de las esperanzas de recuperación. Sin embargo, el nuevo gobierno de Obama estará casi ausente en el primer Davos post-Bush. Eso se debe principalmente a que la reunión se desarrolla sólo una semana después de la asunción del nuevo presidente y la Casa Blanca aún está en plena transición.

– Krugman recomienda a Obama nacionalizar la banca de EEUU y aprobar un gran New Deal (Libertad Digital – 26/1/09)

El Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, recomienda a Obama nacionalizar "temporalmente" la banca y gastar billones de dólares para salvar la economía. En una misiva, el economista aconseja además implantar la sanidad pública en EEUU y fortalecer los sindicatos.

(Libertad Digital) El destacado economista Paul Krugman, recientemente galardonado con el Premio Nobel en este ámbito, publicó en la revista Rolling Stone una misiva destinada al nuevo ocupante de la Casa Blanca, Barack Obama, en donde subraya los grandes desafíos económicos a los que se enfrenta la primera potencia mundial.

El artículo, traducido también al castellano, no tiene desperdicio. El diagnóstico de Krugman sobre la economía estadounidense es muy crudo. "Como le sucedió a Franklin Delano Roosevelt hace tres cuartos de siglo, usted está haciéndose cargo en un momento en el que todas las verdades establecidas han desaparecido y toda la sabiduría convencional demostró estar equivocada (…) Muchos presidentes han tenido que lidiar con crisis, pero muy pocos se han visto obligados a hacerlo desde el primer día con una crisis como la que Estados Unidos enfrenta hoy".

Paro superior al 9%

Sus previsiones sobre la destrucción laboral son muy pesimistas. Así, avanza que para finales de este año la tasa de desempleo superará el 9%. De hecho, "probablemente estaremos viendo un desempleo real de alrededor del 15 % -más de 20 millones de norteamericanos que ven frustrados sus esfuerzos para conseguir trabajo-", alerta.

Como resultado, "diez millones de estadounidenses de clase media serán empujados a la pobreza, y otros seis millones a la indigencia". Por si ello fuera poco, "los gobiernos provinciales y locales, habiendo perdido gran parte de sus ingresos, tendrán que hacer recortes incluso en los servicios más esenciales". En este sentido, el estado de California acaba de entrar en bancarrota, tal y como avanzó LD.

"Catástrofe nacional"

Por ello, Krugman advierte a Obama que, "si las cosas siguen su curso actual, pronto estaremos frente a una gran catástrofe nacional. Y es su tarea evitar esa catástrofe", indica. Es aquí donde el economista lanza sus particulares recetas económicas para afrontar la crisis y evitar una II Gran Depresión que amenaza incluso con ser peor que la de los años 30.

La Reserva Federal de EEUU (Fed) ha "perdido su poder" para tratar de restaurar el crédito, señala. "No hay ningún pronóstico realista de que la Fed pueda sacar a la economía de la caída que atraviesa".

"El último presidente que tuvo que enfrentar un lío semejante fue Franklin Delano Roosevelt, y usted puede aprender mucho de su ejemplo". Es decir, aboga por imitar el modelo del New Deal, puesto en marcha en los años 30, pese a que muchos economistas han demostrado que ese ingente programa de gasto público no logró resolver la Gran Depresión que sufrió EEUU, sino que tan sólo sirvió para agudizarla y prolongarla en el tiempo más de lo necesario.

Dinero de los contribuyentes para salvar a la banca

Sin embargo, Krugman insiste: "Entonces, como ahora, el Gobierno tuvo que usar el dinero de los impuestos para rescatar al sistema financiero (…) Para 1935, el Gobierno de EEUU era dueño de cerca de un tercio del sistema bancario", y la administración Roosevelt empleó esa banca pública inyectar crédito en el mercado, recuerda.

"Más aún, el New Deal se lanzó a prestar un montón de dinero directamente a empresas y gente que quería comprar su casa, y a gente que ya era propietaria, ayudándolos a reestructurar sus hipotecas para que puedan quedarse con sus casas. ¿Puede usted hacer algo como eso hoy?", pregunta Krugman. "Sí, puede", añade.

Es decir, el Premio Nobel de economía recomienda abiertamente al nuevo presidente que nacionalice la banca de EEUU, en una estrategia similar a la que está estudiando el Gobierno de Gran Bretaña. "Si los bancos necesitan fondos federales para sobrevivir, provéaselos, pero demande que los bancos hagan su parte prestando esos fondos al resto de la economía", enfatiza el asesor.

Más ayudas públicas y subvenciones

"Otorgue más ayuda a los propietarios. Utilice a la Asociación Federal Nacional Hipotecaria y a la Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios -las agencias de préstamos inmobiliarios- para transmitir los bajos costos de los préstamos oficiales a propietarios calificados", insiste.

En este punto, Krugman reconoce que "los conservadores van a acusarlo (a Obama) de nacionalizar el sistema financiero, y algunos lo llamarán marxista (a mí me pasa todo el tiempo). Y la verdad es que usted estará, de alguna manera, llevando a cabo una nacionalización temporal. Pero eso está bien: en términos generales, no queremos que el gobierno maneje a las instituciones financieras, pero por ahora necesitamos hacer lo que sea para lograr que el crédito vuelva a fluir", advierte.

Una estrategia "marxista"

Además, insta a Obama a aprobar un ingente programa de gasto público para reactivar la economía del país. En este sentido, Krugman alaba el New Deal de Roosevelt. Pese a ello, afirma que dicho presidente fue "demasiado precavido". Y es que, "el impulso que le dio a la economía entre 1933 y 1936 fue suficiente como para bajar el desempleo, pero no a los niveles pre-Depresión (…) Tuvo que venir el enorme proyecto público conocido como Segunda Guerra Mundial -un proyecto que silenció al fin a los tacaños- para que la Depresión llegue a su fin".

Obama debe gastar casi 1 billón de dólares al año

Por ello, recomienda a Obama ir mucho más allá. "Debe gastar lo suficiente como para llenar el agujero que dejó la reducción (del gasto) del sector privado". La factura será descomunal si EEUU pretende alcanzar el pleno empleo. "Usted probablemente tiene que gastar 800.0000 millones de dólares al año para lograr una recuperación económica total". Precisamente, ésta es la cifra que maneja Obama en su nuevo plan de impulso económico que pretende aprobar cuanto antes. Es decir, billones de dólares de gasto en la presente legislatura.

Tal plan, unido al recorte de la recaudación fiscal producirá, sin duda, unas cifras de déficit realmente atemorizantes. Pero "las consecuencias de ser demasiado cuidadoso -o de no hacer lo suficiente como para frenar la caída en picado de la economía- serán aún más terroríficas que el océano de tinta roja" que se avecina sobre las cuentas públicas de EEUU, alerta.

Además, Krugman lo tiene claro, y el Gobierno federal debería prestar también ayuda a los gobiernos estatales y municipales para "prevenir que recorten gastos de inversión en el momento menos propicio".

"Sanidad pública universal"

Por último, el economista aboga por implantar en EEUU la "atención médica garantizada para todos sus ciudadanos". Es decir, anima a Obama a aprobar un sistema público de cobertura médica universal.

"Todo esto va a costar dinero", según reconoce el economista. Sin embargo, considera que dicho plan de gasto público "no significará una carga muy grande sobre los futuros presupuestos. Piénselo de esta manera: Con la deuda federal de largo plazo pagando la menor tasa de interés en cincuenta años, los costos en intereses de un billón de dólares de deuda nueva sumarán apenas 30.000 millones de dólares anuales. Cerca del 1,2% del actual presupuesto federal" al año, indica.

La vuelta de los sindicatos a EEUU

Por último, recomienda recuperar y fortalecer la organización sindical. Y es que, le comunica a Obama que "puede hacer muchas cosas para fortalecer los derechos de los trabajadores". Reconoce que esta estrategia, "probablemente, no sucederá en su primer año, pero si sucede, y cuando suceda, la legislación hará que Estados Unidos dé un enorme paso adelante hacia recuperar la sociedad de clase media que hemos perdido".

"Ahora depende de usted cumplir con esa esperanza. Llevando a cabo un programa de recuperación aún más audaz y completo que el New Deal, usted puede no sólo dar vuelta la economía, puede poner a Estados Unidos en el camino hacia una mayor igualdad para las próximas generaciones", según concluye la misiva.

(Krugman es Profesor en Princeton y columnista del New York Times, y colaborador habitual de la revista Rolling Stone)

– Obama introduce una barrera proteccionista contra el acero procedente del exterior (Libertad Digital – 27/1/09)

La crisis financiera podría derivar en una guerra comercial entre países, tal y como aconteció durante la Gran Depresión. El plan de estímulo económico de Obama incluye una cláusula buy America que impide comprar acero extranjero para la construcción de nuevas infraestructuras.

(Libertad Digital) Obama amenaza con levantar barreras comerciales a la importación de productos foráneos, superando así la última ocurrencia del ministro de Industria español, Miguel Sebastián, en la que animaba a los ciudadanos a consumir exclusivamente productos made in Spain.

Obama va más allá, ya que pretende introducir una cláusula buy America en su nuevo plan de estímulo económico que, actualmente, se está negociando en el Congreso de EEUU, y que asciende a más de 825.000 millones de dólares en gasto público y reducciones fiscales. Así, el nuevo Gobierno de EEUU prevé implementar un ambicioso programa de inversión pública centrado en la construcción de nuevas infraestructuras y el impulso de energías renovables.

El problema radica en que el dinero público que se destinará a infraestructuras (unos 64.000 millones de dólares) tan sólo podrá ser empleado para adquirir acero fabricado en EEUU. La iniciativa, que parte de los productores norteamericanos, ha obtenido el visto bueno de la Cámara de Representantes del Congreso que está negociando el plan.

Sin embargo, la medida aún va más allá y parece anticiparse a los nefastos efectos que tendrá la política energética de Obama sobre la industria pesada del país. Sobre todo, en el ámbito de las acerías, empresas muy intensivas en el uso de la electricidad. Y es que, la apuesta del presidente de EEUU por las energías renovables encarecerá, en gran medida, el precio de la electricidad en la primera potencia mundial, tal y como ha sucedido en España. Una subida próxima al 30% a medio plazo, según advierten los analistas de LD.

Ante tal escenario, no es de extrañar que la Administración que dirige Obama se haya anticipado con una medida proteccionista a la más que probable deslocalización industrial que conllevaría un encarecimiento energético de tales características. Y es que, si los fabricantes de acero se van del país, el Gobierno de EEUU cerraría las fronteras de su mercado interno a sus productos.

El Congreso ha admitido la cláusula

Por otro lado, la luz verde a dicha cláusula ha levantado duras críticas entre el sector exportador de EEUU, ya que temen represalias comerciales similares por parte de países extranjeros en caso de que el plan sea finalmente aprobado en sus actuales términos, informa Times.

La propuesta ha levantado de inmediato las alertas, en el seno de la Comisión Europea (CE) y, por supuesto, entre los fabricantes europeos de acero, representados a través de la asociación Eurofer. Se trata de un "claro caso de proteccionismo", según el director general de Eurofer, Gordon Moffat, que, incluso, vulneraría la normativa de la OMC.

En España, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal) tampoco ve con buenos ojos esta iniciativa. Fuentes de la patronal consultadas por LD creen que "cualquier medida proteccionista es un error que se acaba pagando" y recuerdan que la siderúrgica española Acerinox tiene una planta en Kentucky. No obstante, en confemetal creen que "habrá que leer la letra pequeña" de esta decisión de Obama para calibrar hasta qué punto puede hacer daño a las exportaciones españolas siderúrgicas.

Obama, el proteccionista

Parece que EEUU está tratando de "excluir a las importaciones" a través de este plan. Un portavoz de la CE advierte de que EEUU firmó un acuerdo sobre contratación pública en el marco de la Organización Mundial de Comercio que garantiza el acceso de fabricantes foráneos a programas de inversión estatal en las mismas condiciones y términos que los productores estadounidenses.

De este modo, el plan de Obama vulneraría un tratado internacional. Por ello, Eurofer aboga por adoptar "represalias" en caso de que salga adelante la cláusula de buy America. Sin embargo, no son los únicos. El sector exportador de EEUU advierte de que si Obama sigue con su plan, el resto de países cerrarán sus fronteras a los fabricantes norteamericanos, provocando una ingente destrucción de empleo en el país.

Restricción al acero extranjero 

En una carta dirigida la pasada semana a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, la Cámara de Comercio de EEUU, el Consejo de Comercio Exterior y la Asociación de Industrias Aeroespaciales señalan que si el Gobierno "restringe el acceso a nuestro mercado otros países seguirán sin duda nuestro ejemplo", y ello provocará pérdidas al sector exportador por valor de cientos de miles de millones de dólares.

De este modo, la crisis financiera amenaza ahora con convertirse en una guerra comercial, tal y como aconteció durante la Gran Depresión de los años 30, en donde el Gobierno federal optó igualmente por cerrar sus fronteras a los productos foráneos, provocando con ello una escalada proteccionista de devastadoras consecuencias económicas a nivel internacional.

La barrera Sarkozy

Las medidas de este tipo se acrecientan. Así, a la reciente ocurrencia de Sebastián para animar el consumo de productos exclusivamente españoles, se suma una iniciativa planteada por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, en el seno de la UE que tenía por objetivo impedir la entrada de capital extranjero en las grandes empresas europeas.  

La protección de sectores estratégicos por parte de los distintos gobiernos, junto a la creciente nacionalización de empresas y bancos para paliar la crisis económica y las últimas iniciativas orientadas al levantamiento de barreras comerciales amenazan con agravar los efectos de la actual crisis.

En este sentido, cabe recordar, que en la reunión del G-20 celebrada en Washington los países más importantes del mundo se comprometieron a defender el libre comercio y a rechazar el proteccionismo. La realidad, una vez más, parece contradecir los buenos deseos de los políticos.

– Los planes de estímulo fiscal no impedirán la recesión global (The Wall Street Journal – 28/1/08)

La esperanza es que el consumo estadounidense, más moderado, sea el motor de la recuperación 

(Por Joellen Perry, en Davos; y Shen Hong, en Shanghai)

Davos, Suiza.- Dos preguntas acaparan la atención de la élite económica mundial en esta nevada aldea suiza: ¿Serán las enormes inyecciones de estímulo fiscal prometidas para apuntalar las economías nacionales suficientes para evitar que el mundo caiga en un prolongado bajón? y ¿de dónde provendrá el crecimiento una vez que se toque fondo?

En el comienzo de la reunión de cinco días del Foro Económico Mundial, se empiezan a aclarar los contornos generales de las respuestas. Los economistas creen que los paquetes de estímulo fiscal, desde Washington hasta Beijing, amortiguarán la desaceleración, pero que no impedirán una recesión mundial. Y el crecimiento global, cuando llegue, seguirá siendo impulsado en gran parte por los consumidores estadounidenses, aunque gastarán mucho menos que en los años del auge reciente alimentado por el endeudamiento.

El primer ministro chino Wen Jiabao probablemente tratará de reducir las expectativas de que su país puede sacar al mundo de la crisis económica. Se trata del primer líder chino que asiste a Davos en los 38 años de historia del evento. A pesar de su ascenso como centro global de producción, China (al igual que otras economías emergentes de Asia, como India) sigue siendo demasiado pequeña, demasiado pobre y demasiado dependiente de las exportaciones para servir como barrera ante los problemas de la economía global en los próximos años.

Recuperación lenta

La incapacidad de Asia de compensar la caída en el consumo en Estados Unidos significa que cualquier recuperación global llegará de forma lenta y se caracterizará por tasas de crecimiento más bajas que en los últimos años.

"Pensamos que podíamos seguir creciendo (globalmente) a tasas de 4% y 5% al año, pero eso es insostenible", afirma Nouriel Roubini, una presencia habitual en Davos que dirige RGE Monitor, un servicio de pronósticos financieros y económicos de Nueva York. Según Roubini, el mejor escenario sería que luego de una recesión este año, el mundo regrese a tasas de crecimiento global moderadas de alrededor de 3,5% para 2011.

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Los gobiernos de todo el mundo han prometido billones (millones de millones) de dólares para hacer frente al impacto de la crisis financiera. Los demócratas de EEUU prevén aprobar un plan de estímulo económico del orden de los US$ 825.000 millones, un paquete de medidas fiscales y de gasto que asciende al 3% del Producto Interno Bruto anual del país, para mediados de febrero.

En noviembre, China prometió una inversión de US$ 586.000 millones en proyectos que incluyen mejoras en la red de suministro eléctrico y construcción de autopistas. El martes, el gabinete de Alemania aprobó un segundo paquete de estímulo como parte de la promesa de la Unión Europea de gastar 1,5% de su PIB, es decir unos 200.000 millones de euros (US$ 260.000 millones).

En total, los fondos comprometidos superan una recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que aconsejaba a los gobiernos de todo el mundo gastar un 2% de sus PIB en estímulos. De todas formas, no será suficiente para detener la hemorragia. Se espera que el miércoles el FMI divulgue proyecciones que indican que el crecimiento de la economía mundial sería inferior a 1% este año.

Contracción duradera

El mayor riesgo es que la contracción global dure varios años, un escenario que se podría hacer realidad si los gobiernos no complementan el estímulo fiscal con planes igualmente ambiciosos para sanear las finanzas de los bancos y lograr que el crédito vuelva a correr a través del sistema financiero.

"La larga historia de las crisis financieras internacionales nos dice que si no se pone en orden el sistema bancario con decisión, no será posible eludir un largo estancamiento", afirma Ken Rogoff, profesor de economía de la Universidad de Harvard.

Los consumidores estadounidenses han reducido sus gastos. Pero si el estímulo fiscal frena la caída de la economía y un paquete de rescate bancario reanuda la concesión de crédito, afirman los economistas, los consumidores estadounidenses comenzarán a gastar otra vez, aunque a tasas más bajas.

– El Foro de Davos ve necesaria la intervención del Estado para estabilizar el sistema (Expansión – 28/1/09)

Los expertos reunidos en el Foro Económico que se celebra en la ciudad suiza de Davos ven necesaria la intervención del Estado para estabilizar la situación de los bancos y de las economías.

En los primeros debates de este Foro Económico, que comenzó hoy y tradicionalmente ha sido defensor a ultranza del neoliberalismo y la mínima intervención estatal, algunos economistas se han mostrado pesimistas respecto a la situación de la economía global pero no han considerado que se encuentre o dirija a una depresión profunda.

El director de Morgan Stanley en Asia, Stephen S. Roach, cifró el crecimiento económico global anual para los próximos tres años, incluido 2009, en el 2,5 por ciento.

Además, han coincidido en señalar que también son necesarios estímulos fiscales pero que deben ser coordinados a nivel global para que tengan efecto. En este sentido, el economista jefe del Banco Mundial, Justin Yifu Lin, dijo que "el estímulo fiscal no funcionará si sólo un único país lo adopta, debemos tener un acercamiento coordinado, implementado por las economías industrializadas y las emergentes".

Los expertos destacaron que se debería crear un mecanismo para detectar y cuantificar los activos tóxicos que tienen los bancos, que los accionistas deberían aumentar el capital de las entidades de crédito y en caso de que no sean capaces de hacerlo, deberá ser el Estado quien los recapitalice.

Sin embargo, no concretaron cómo debe ser este mecanismo en concreto ni mencionaron la creación de los llamados "Bad Bank" estatales (banco malo), para que absorban todos los activos tóxicos o no líquidos, como han barajado algunos países como EEUU y hasta ahora han rechazado otros como Alemania.

La confianza de los consejeros delegados en las perspectivas empresariales ha caído hasta el nivel más bajo desde 2003 por la recesión económica que sufren las principales economías del mundo, según refleja una encuesta que realizó la consultora PricewaterhouseCoopers con 1.124 directivos en el último trimestre del 2008.

Los consejeros delegados consultados consideraron también que es necesaria la intervención inicial del Estado para estabilizar la situación de los mercados, según PricewaterhouseCoopers.

Durante cinco días, desde hoy y hasta el domingo, unos 40 jefes de Estado, una quincena de ministros de Finanzas, una veintena de gobernadores de bancos centrales y decenas de dirigentes empresariales, así como algunas ONG -en total unos 2.500 asistentes- debatirán en Davos para tratar de buscar soluciones a la crisis

– Belém, la contracara de Davos (BBCMundo – 28/1/09)

Los mandatarios de Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Venezuela se unirán a activistas de unos 4.000 movimientos sociales de 150 naciones, en el IX Foro Social Mundial (FSM), que comenzó este martes en la ciudad brasileña de Belém.

El encuentro se organiza desde 2001 como una contracara del Foro Económico Mundial, y coincide con la cumbre que se realiza en la ciudad suiza de Davos, que este año padece por la ausencia de importantes figuras de la política y las finanzas internacionales.

En contrapartida, el FSM, concebido como un espacio de debate entre organizaciones no gubernamentales, este año se fortalece con la presencia de cinco líderes de la izquierda latinoamericana: Evo Morales, de Bolivia; Rafael Correa, de Ecuador; Fernando Lugo, de Paraguay y Hugo Chávez, de Venezuela, además del anfitrión, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

En contraste, al Foro de Davos sólo asistirán dos mandatarios latinoamericanos: Álvaro Uribe, de Colombia, y Felipe Calderón, de México, mientras que los demás países enviaron a funcionarios de segunda línea a la reunión europea.

Los dos foros también se diferencian por su temática: mientras que el encuentro en Davos buscará una salida a la actual crisis financiera internacional, el FSM se enfocará en los problemas medioambientales, motivo por el cual se lleva a cabo en la ciudad de Belém, uno de los principales puntos de entrada a la Amazonía.

El Foro Social, que según sus organizadores reunirá a unas 120.000 personas, también alzará su voz contra la guerra, y comenzó con una multitudinaria marcha contra el armamentismo, el neoliberalismo y el calentamiento global.

Antiglobalización

El FSM nació como una alternativa de debate para buscar cambiar las reglas de la globalización económica.

Uno de sus principales impulsores fue Lula, el mandatario brasileño, que fomentaba los encuentros cuando aún era líder sindical.

En los últimos años el gobernante había dejado de participar en el Foro, y su popularidad entre los movimientos sociales había decrecido, a la vez que aumentaba la del líder venezolano Hugo Chávez.

Según el analista internacional brasileño William Gonçalves, la decisión de Lula de asistir este año a la cumbre social -en detrimento de Davos- es una muestra de su compromiso con la integración regional, de cara a la crisis económica.

Brasil se presenta como una muestra más del liderazgo regional de Lula, y según el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal Fluminense, es un nuevo intento del mandatario de fomentar la unidad continental.

Otros temas

Según Gonçalves, en los últimos años el FSM perdió fuerza debido a que muchos de los reclamos sociales a los que daba voz encontraron respuesta con la llegada al poder de gobiernos de izquierda en gran parte de la región.

Es por eso, afirma, que este año el enfoque del Foro de Belém está puesto en otros temas que afectan al mundo, como es el caso de la crisis ambiental.

Durante los seis días de encuentros también se abordarán los problemas que padecen las poblaciones originarias, que este año tendrán una participación especial en el encuentro, con la presencia de más de 1.500 indígenas en mesas redondas, talleres y eventos culturales.

– Líderes mundiales reunidos en Davos advierten sobre los peligros de una ola de proteccionismo (The Wall Street Journal – 29/1/09)

(Por Joellen Perry y Bob Davis)

Davos, Suiza.- En un momento en que la economía global se enfrenta a la recesión más pronunciada desde la Segunda Guerra Mundial, líderes empresariales y políticos reunidos aquí advirtieron que una creciente ola de proteccionismo podría empeorar aún más el panorama.

Desde hace mucho tiempo, la conferencia anual del Foro Económico Mundial ha atraído a partidarios de la globalización. Pero la sesión de este año ha estado marcada por una sorprendente reevaluación de muchas de las premisas que los asistentes creían desde hace tiempo, como la eficacia de confiar en los mercados para que ayuden a controlar a las empresas globales.

Muchos pronostican -e incluso parecen darle la bienvenida- a una mano reguladora más dura por parte del gobierno. Pero les preocupa la perspectiva de un creciente nacionalismo económico en el próximo año.

edu.red

"Sabemos que uno de los peligros de un bajón económico puede ser el proteccionismo", afirmó Pascal Lamy, líder de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en una entrevista aquí. El funcionario mencionó que, en los últimos meses, algunos países han subido los aranceles y han aumentado los subsidios, aunque aún no lo suficiente como para quebrar las reglas de la OMC.

"La única forma de asegurarse de que esta crisis no empeore ni se prolongue es actuar en conjunto… y mantener el comercio abierto", aseguró Lamy, quien también indicó que la OMC podría pedirles a los reguladores bancarios globales que flexibilicen algunas reglas para la financiación del comercio. Su objetivo sería combatir la contracción del crédito que ha sofocado el comercio global.

El comercio está soportando una gran sacudida debido a la crisis económica. El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó el miércoles que el crecimiento global será a duras penas de 0,5% este año, muy por debajo de la cifra de 2,5% que el FMI suele usar para definir una recesión. Es el ritmo de crecimiento más bajo desde la Segunda Guerra Mundial.

En el frente del comercio, el FMI estimó que el volumen del intercambio global se contraerá 2,8% este año, comparado con una expansión de 4,1% en 2008. El pronóstico del FMI para el comercio fue similar a una estimación del Banco Mundial realizada en diciembre, que indicó que el comercio global se contraería 2,1% este año, la primera caída desde 1982.

El proteccionismo, impulsado por las inquietudes domésticas sobre pérdidas de empleos, puede profundizar esas caídas al levantar barreras a las importaciones y hacer que los bienes que se comercializan sean más caros. Aranceles más altos en un país también pueden llevar a medidas similares por parte de otros países, reduciendo el comercio aún más. Ecuador, India y Rusia, entre otros países, han subido los aranceles sobre bienes, desde la carne hasta el acero, en los últimos meses.

Los planes de estímulo económico también pueden convertirse en otra fuente de proteccionismo ya que los países intentan asegurarse de que sólo las empresas dentro de sus fronteras se beneficien del gasto adicional. En Estados Unidos, los legisladores demócratas presionan por incluir estipulaciones de "Comprar productos de EEUU" en el programa de estímulo de US$ 825.000 millones del nuevo gobierno.

Financiación escasa

Otro problema: los flujos de financiación que sostienen la enorme máquina del comercio global de US$ 14 billones (millones de millones) también se están secando por la crisis de crédito. Eso ha cortado la financiación para muchas firmas, reduciendo el volumen del comercio global aún más.

Los asistentes a Davos advirtieron que países más pobres que han dependido de las exportaciones -China, Indonesia y Bangladesh, entre otros- serían los que más perderían ante una caída del comercio. Muchos de esos países también se beneficiaron de grandes inyecciones de capital por parte de países ricos. "Hemos disfrutado de un increíble efecto de globalización. El dinero entraba volando a Turquía", dice Ferit F. Sahenk, presidente de la junta de Dogus Group, un conglomerado turco de 70 empresas en campos que incluyen los servicios financieros y la construcción. "Ahora el dinero se está yendo", agrega Sahenk. "Así que las empresas que estaban creciendo enfrentarán problemas de liquidez".

Los flujos de capital privado hacia mercados emergentes se reducirán más de 60% este año, a US$ 165.000 millones frente a los US$ 466.000 millones de 2008, informó el miércoles el Institute of International Finance, una asociación de Washington.

– Por una economía verde (BBCMundo – 29/1/09)

(Por Veronica Smink)

Mientras líderes políticos y financieros del mundo buscan una salida a la crisis económica mundial en la cumbre de Davos, que comenzó este miércoles, en la ciudad brasileña de Belém miles de personas se reunieron para proponer un mundo diferente.

En una jornada especial del Foro Social Mundial (FSM), el espacio de debate que surgió como la contracara del Foro Económico Mundial, activistas ambientales e indígenas de unos 150 países se dieron cita para participar de seminarios, debates y talleres con el objetivo de pensar en una alternativa sostenible al modelo capitalista.

"Creemos que el sistema actual fracasó, y por eso queremos pensar en una alternativa que contemple un buen vivir de la gente con la naturaleza, esa es la clave", dijo a BBC Mundo el representante del Movimiento Panamazónico Luis Arnaldo Campos, uno de los organizadores del evento.

Los reclamos que se realizan en este foro tienen que ver usualmente con la justicia social, pero este año se tomó la decisión de poner el foco en la justicia ambiental.

Campos explicó que esta decisión se tomó tras las graves advertencias sobre cambio climático que realizó el panel intergubernamental de las Naciones Unidas, y que según el experto se vieron reflejadas en los últimos años en desastres naturales como el provocado por el huracán Katrina o el tsunami que azotó el sudeste asiático.

Para resaltar el carácter ecologista de este encuentro, la novena edición del Foro Social se realiza en la ciudad amazónica de Belém, en vez de su lugar habitual en Porto Alegre.

Según los organizadores esto se debe a que el Amazonas ilustra claramente el impacto ambiental que tienen actividades como la deforestación, el cultivo en zonas de bosques, la minería y la explotación petrolera.

Reclamo indígena

Este foro también se destaca por contar con una presencia sin precedentes de representantes de comunidades originarias.

Se estima que más de 1.500 indígenas se hicieron presente en Belém para llevar su reclamo contra las políticas capitalistas, que según ellos destruyen su hábitat y afectan su forma de vida.

"Los pueblos indígenas hemos pasado de la resistencia a la acción, a la construcción de propuestas", afirmó a BBC Mundo Miguel Palacín, de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas.

"Planteamos estados plurinacionales, donde se reconozca la diversidad. Y frente a esta crisis global planteamos el buen vivir, y el buen vivir no es andar en camioneta, no es alto consumo, ni vivir del mercado o del crecimiento económico. Es crecer, cuidar la naturaleza, compartir lo que se tiene y una política horizontal", señaló.

El reclamo de los pueblos autóctonos apunta a las empresas multinacionales que llevan a cabo la explotación de los recursos naturales, pero también a los gobiernos, ya que según el líder indígena "sin políticas públicas, no se puede hacer mucho".

Por ello piensan presentar sus propuestas a los cinco mandatarios latinoamericanos que el jueves darán el presente en el foro: Evo Morales, de Bolivia; Rafael Correa, de Ecuador; Fernando Lugo, de Paraguay y Hugo Chávez, de Venezuela, además del anfitrión del evento, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

– El número de desempleados, trabajadores pobres y empleos vulnerables aumentará de manera espectacular debido a la crisis económica mundial – (OIT – 28/1/09)

(Información relacionada – Publicación: Global Employment Trends Report 2009)

Ginebra (Noticias de la OIT).- Se espera que la crisis económica mundial produzca un aumento espectacular del número de personas que engrosen las filas de desempleados, trabajadores pobres y trabajadores con empleos vulnerables, afirma la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en su informe de Tendencias Mundiales del Empleo.

Sobre la base de los nuevos avances en el mercado de trabajo y en función de la puntualidad y la eficacia de los esfuerzos de recuperación, el informe señala que el desempleo en el mundo podría aumentar en 2009 con respecto a 2007 en una cifra entre 18 y 30 millones de trabajadores, y hasta más de 5o millones si la situación sigue deteriorándose.

El informe de la OIT sostiene asimismo que, de producirse este último escenario, cerca de 200 millones de trabajadores, en especial en las economías en desarrollo, podrían pasar a integrar las filas de la pobreza extrema.

"El mensaje de la OIT es realista, no alarmista. Nos enfrentamos a una crisis del empleo de alcance mundial. Muchos gobiernos son conscientes de la situación y están tomando medidas, pero es necesario emprender acciones más enérgicas y coordinadas para evitar una recesión social mundial. La reducción de la pobreza está en retroceso y las clases medias a nivel global se están debilitando. Las consecuencias políticas y de seguridad son de proporciones gigantescas", declaró Juan Somavía, Director General de la OIT.

"La crisis subraya la importancia de la Agenda de Trabajo Decente de la OIT. Muchos elementos de esta Agenda están presentes en las medidas actuales para fomentar la creación de empleo, intensificar y ampliar la protección social y hacer más uso del diálogo social", afirmó Somavía. El Director General hizo un llamamiento para que en la próxima reunión de los representantes del G-20 el 2 de abril en Londres, además de tratar cuestiones de carácter financiero, se alcance de manera urgente un acuerdo sobre las medidas prioritarias que deben adoptarse para promover unas inversiones productivas, los objetivos de trabajo decente y protección social, y la coordinación de políticas.

Principales pronósticos del informe de Tendencias Mundiales del Empleo

Este nuevo informe actualiza las proyecciones preliminares publicadas el pasado octubre, en las que se indicaba que la crisis financiera mundial podría hacer que el desempleo aumentara entre 15 y 20 millones de personas en 2009. Las conclusiones fundamentales que aporta son las siguientes:

En base a las predicciones del FMI de noviembre de 2008, la tasa de desempleo en el mundo podría aumentar hasta un 6,1% en 2009, en comparación con el 5,7 % en 2007, lo que representa 18 millones de desempleados más en 2009 que en 2007.

Si la situación económica se deteriora más allá de lo previsto en noviembre de 2008, lo cual es probable, la tasa de desempleo mundial podría aumentar hasta el 6,5%, que representa 30 millones más de personas sin empleo en el mundo que en 2007.

En una hipótesis actual sobre la evolución más pesimista, la tasa de desempleo podría llegar al 7,1%, que equivaldría a un aumento de más de 50 millones de desempleados en el mundo.

El número de trabajadores pobres -es decir, personas que no ganan lo suficiente para mantenerse a sí mismos y a sus familias por encima del umbral de la pobreza de 2 dólares al día por persona– puede aumentar hasta alcanzar un total de 1.400 millones, lo cual representaría el 45% de los trabajadores mundiales.

En 2009, la proporción de personas con empleos vulnerables -ya sea trabajadores que contribuyen al sustento familiar o trabajadores por cuenta propia con menor acceso a las redes de seguridad que protegen contra la pérdida de ingreso durante tiempos difíciles- podría aumentar de manera considerable en el peor de los escenarios y afectar al 53% de la población con empleo.

Otras conclusiones

El informe de la OIT señala que en 2008, el norte de África y Oriente Medio seguían teniendo las tasas más elevadas de desempleo, 10,3% y 9,4% respectivamente, seguidas por Europa central y sudoriental (países no pertenecientes a la UE) y la Comunidad de Estados Independientes (CEI), con un 8,8%, el África subsahariana con un 7,9% y América Latina con un 7,3%.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
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