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Deforestación

Enviado por guadalupe.miranda


    1. Deforestación
    2. Desertificación.
    3. Agentes de la deforestación
    4. Agentes importantes de la deforestación
    5. Las causas de la deforestación y la degradación de los bosques
    6. Política nacional de lucha contra la desertificación
    7. Anexos
    8. Conclusión

    INTRODUCCION

    El presente trabajo se ha elaborado para conocer lo importante y delicado que debemos trabajar para seguir subsistiendo en nuestro planeta, relacionado con el medio ambiente que nos rodea como seres vivientes de la tierra.

    Alrededor del mundo se hace concientizaciòn de lo peligroso que son las quemas y tala de bosques pero al parecer debido a la gran sobrepoblación que hay, casi es imposible evitarlo, en algunos lugares que aùn se conservan reservas forestales que son las que contribuyen en gran parte a mantener el clima un poco estable.

    Toda la información requerida en este trabajo fue en su mayor parte adquirida a través de Internet, la otra parte es de investigación que se hizo como grupo escalando el cerro El Sartén de Apopa en el que pudimos observar en realidad cuan relacionado esta en el escrito, por medio de fotografías.

    Esperamos que al final, todos tengamos la dicha de vivir en este mundo disfrutando de la belleza natural y cuidar la vegetación. Y así contribuir a una prolongación de vida.

    DEFORESTACION

    La deforestación es el proceso por el cual la tierra pierde sus bosques en manos de los hombres.

    El hombre en su búsqueda por satisfacer sus necesidades personales o comunitarias utiliza la madera para fabricar muchos productos. La madera también es usada como combustible o leña para cocinar y calentar. Por otro lado, las actividades económicas en el campo requieres de áreas para el ganado o para cultivar diferentes productos. Esto ha generado una gran presión sobre los bosques.

    Al tumbar un bosque, los organismos que allí vivían quedan sin hogar. En muchos casos los animales, plantas y otros organismos mueren o les toca mudarse a otro bosque. Destruir un bosque significa acabar con muchas de las especies que viven en él. Algunas de estas especies no son conocidas por el hombre. De esta manera muchas especies se están perdiendo día a día y desapareciendo para siempre del planeta.

    En Colombia se deforestan entre 1.5 a 2.2 millones de acres al año. Esto es igual a más o menos 4 millones de canchas de fútbol al año o 456 canchas en una hora o 7.6 canchas por minuto!!! Si esto continua, Colombia no tendrá bosques en 40 años !

    Las selvas tropicales de nuestro planeta, localizadas principalmente en América del Sur y Central, África Central y el sudeste asiático, sufren diariamente la tala indiscriminada de sus árboles, muchos de ellos con cientos de años de antigüedad; cada minuto que pasa queda arrasada una superficie de selva equivalente a la de un campo de fútbol.

    Hay dos razones principales que ocasionan esto. Una es la demanda de madera por parte de ciertos países, que permite a las naciones endeudadas del tercer mundo obtener dinero fácil; la otra es la transformación de los bosques en superficies dedicadas a la agricultura y ganadería. El primer motivo es rentable para quienes lo practican, pero el segundo no; los suelos del ecosistema tropical contienen un alto porcentaje de hierro y aluminio. Al exponerse a la acción del sol y el aire se endurece, y la poca tierra fértil que le queda es arrasada por las lluvias.

    Aunque ocupan sólo el catorce porciento de la superficie terrestre las selvas contienen el sesenta por ciento de las especies animales y vegetales vivas del planeta. En ellas hay muchos recursos que podrían ser utilizados por el hombre sin dañar el equilibrio ecológico: desde vegetales comestibles hasta componentes químicos usados en los más diversos campos de la medicina y la industria.

    Hay otro tema relacionado con las selvas: el dióxido de carbono. Los países industrializados emiten 2200 millones de toneladas anuales de este gas procedente de la quema de combustibles fósiles, mientras que otras naciones lanzan al aire otros 1300 millones de toneladas por año como subproducto de los incendios masivos de bosques. ¿Y esto qué tiene que ver? Muy simple: además de reducir las emisiones debe llevarse a cabo un plan de reforestación masiva. Si tenemos en cuenta que una hectárea de bosque tropical puede neutralizar unas diez toneladas de dióxido de carbono al año, habría que crear un bosque de tres millones de kilómetros cuadrados, superficie equivalente a las dos terceras partes del territorio de la República Argentina.

     También se propone se propone la fiscalización de las actividades ilícitas de explotación de los bosques por parte de comisiones municipales y de gobierno, el combate masivo a la corrupción imperante en todos los estamentos oficiales y la valoración de productos forestales no maderables así como de los servicios ambientales prestados por los bosques.

    El proceso de deforestación ocurrido en la Región Oriental del Paraguay muestra que en 40 años, comprendidos entre 1.945 y 1.985, ha llegado a eliminar 4.916.452 hectáreas, lo cual representa un promedio aproximado de 123 mil hectáreas cada año. En dicho periodo resalta el intervalo de 8 años, entre 1.968 y 1.976, en que la tasa de deforestación fue aproximadamente 212 mil hectáreas cada año. Estudios del año 1985, indican que en el año 1.985 existían 3.507.670 hectáreas de bosques continuos, de los cuales el 32,8% estaban constituidas por pequeños bosques residuales y el 68,8% restante por bosques de valor comercial bajo, como consecuencia de la disminución de sus especies más valiosas.

    En el periodo comprendido entre 1.985 y 1.991, se produjo una deforestación de 2 millones de hectáreas aproximadamente, con una tasa media de aproximada de 290 mil hectáreas cada año.

    En relación a la Región Occidental, dan cuenta que las colonias establecidas en la zona central del Chaco llegaron a un promedio de deforestación de 45 mil hectáreas anuales.

    Este proceso de deforestación, aunque evidentemente menor comparado con la Región Oriental del Paraguay, es bastante significativo por la fragilidad de los ecosistemas del Chaco, demostrados por la numerosas evidencias de erosión eólica y la salinización de suelos que se están verificando en diferentes zonas de la Región.

    Queda bien evidenciado que la destrucción de los bosques ha resultado principalmente de las malas practicas agrícolas y cría de ganado, asociados de problemas de uso y tenencia de la tierra. De hecho estos principales elementos causales de la deforestación, demuestran que el problema forestal ha estado fuertemente ligado a la tenencia de la tierra y a los modelos de reforma agraria y de producción agropecuaria del país.

    DESERTIFICACION.

    La desertificación es otro gran problema para la biodiversidad y esta muy ligada a la deforestación. La desertificación es el proceso por el cual tierras fértiles y ricas en vida se convierten en desiertos. El mejor ejemplo de esto lo vemos en el Amazonas. Después de tumbar una área grande de selva (deforestar) y utilizar inadecuadamente la tierra (ganadería u otras prácticas económicas) esta se convierte en un desierto en donde es casi imposible volver a ver el bosque crecer. Esto sucede porque se pierde la capa vegetal que permite la vida en el lugar.

     Se entiende por deforestación a la destrucción a gran escala del bosque por la acción humana. Avanza a un ritmo de unos 17 millones de ha al año (superficie que supera a la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte juntas). Entre 1980 y 1990, las tasas anuales de deforestación fueron de un 1,2% en Asia y el Pacífico, un 0,8% en Latinoamérica y un 0,7% en África. La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en una reducción de la calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y producen diversos problemas. Pueden producir erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o sequías. Reducen la biodiversidad (diversidad de hábitats, especies y tipos genéticos), lo que resulta sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan buena parte de la biodiversidad del mundo. Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios problemáticos. En las regiones templadas la agricultura se basó en la eliminación de los bosques aprovechando la fertilidad de sus suelos.

    Los procesos de deforestación son, por lo general, más destructivos en los trópicos. La mayor parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que los de las regiones templadas y resultan fácilmente erosionables al proceso de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad que impide la acumulación de nutrientes en el suelo. No obstante, las políticas coloniales se basaban en el supuesto, equivocado, de que un bosque exuberante significaba suelos fértiles. Pretendían conquistar los bosques, sobre todo para destinarlos a los cultivos comerciales y la agricultura, y han dejado un legado de suelos exhaustos.

    La deforestación tropical aumentó rápidamente a partir de 1950, con la ayuda de maquinaria pesada. Desde entonces, el crecimiento de las poblaciones humanas ha llevado también a la destrucción de zonas forestales por la vía más difícil, a mano. Las tasas anuales de deforestación en 52 países tropicales prácticamente se duplicaron entre 1981 y 1990.

    ¿Qué es el Calentamiento Global?

    Nuestro planeta se está calentando. Los últimos 10 años han sido los más calurosos desde que se llevan registros y los científicos anuncian que en el futuro serán aún más calientes. La mayoría de los expertos están de acuerdo que los humanos ejercen un impacto directo sobre este proceso de calentamiento, generalmente conocido como el "efecto invernadero". El efecto invernadero es una condición natural de la atmósfera de la tierra. Algunos gases, tales como los vapores de agua, el dióxido de carbono (CO2) y el metano son llamados gases invernadero, pues ellos atrapan el calor del sol en las capas inferiores de la atmósfera. Sin ellos, nuestro planeta se congelaría y nada podría vivir en él.

     A medida que el planeta se calienta, los cascos polares se derriten. Además el calor del sol cuando llega a los polos, es reflejado de nuevo hacia el espacio. Al derretirse los casquetes polares, menor será la cantidad de calor que se refleje, lo que hará que la tierra se caliente aún más. El calentamiento global también ocasionará que se evapore más agua de los océanos. El vapor de agua actúa como un gas invernadero. Así pues, habrá un mayor calentamiento. Esto contribuye al llamado "efecto amplificador".

    AGENTES DE LA DEFORESTACIÓN

     Entenderemos por agentes de deforestación a las personas, corporaciones, organismos gubernamentales o proyectos de desarrollo que talan los bosques.

    En todas las áreas geográficas, los agricultores que practican roza y quema se sitúan entre los agentes de deforestación más importantes, ya que ocupan tierra forestal que limpian para plantar cultivos comestibles. Otros agentes importantes del sector agrícola son los ganaderos que talan los bosques para sembrar nuevos pastizales para alimentar el ganado y los agricultores comerciales que establecen plantaciones agrícolas comerciales como el caucho y el aceite de palma. Entre los agentes secundarios de la deforestación se encuentran los madereros, los dueños de plantaciones forestales, los recolectores de leña, los industriales mineros y petroleros y los planificadores de infraestructura.

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     La deforestación: enemiga del bosque

    Como ya te contamos, los bosques constituyen uno de los ecosistemas más valiosos del mundo, al contener un alto porcentaje de la biodiversidad del planeta. Lamentablemente, ellos se encuentran muy vulnerables frente a la acción del hombre, y en muchas partes del mundo incluso han desaparecido.

    Durante la década de los ochenta, los índices de deforestación mundial llegaron hasta 15 millones de hectáreas por año; y en la mayor parte del mundo la deforestación se aceleró durante la década del 90.

    Entre las causas directas más importantes de la deforestación se encuentra la pobreza del tercer mundo (donde se hallan la mayoría de los más grandes bosques y selvas), que necesitan explotar estos ecosistemas para obtener recursos; la necesidad de abrir espacios nuevos para la agricultura, para la cría de ganado, la urbanización y la construcción de infraestructura (carreteras, vías férreas, tendidos eléctricos); la minería; la inundación para generar energía hidroeléctrica, y la explotación de petróleo.

    Este fenómeno de deforestación se ve agravado por la lluvia ácida, la desertificación, y los incendios forestales. En el caso de los pequeños agricultores, considerados como pobres, al asentarse cerca de los bosques deben talar una parcela de tierra y utilizarla para la plantación de cultivos de subsistencia o comerciales. Sin embargo, ese tipo de prácticas degrada rápidamente el suelo, y el agricultor se ve forzado a talar otra porción de bosque para transformarlo en tierras de cultivos. Posteriormente, el área que ya no se puede cultivar es utilizada para la cría de ganado, lo que termina por degradar completamente el suelo, al eliminar la escasa vegetación que podría haber quedado.

    En muchos países las prácticas forestales de tala rasa han sido la causa principal de la pérdida forestal. Ejemplos claros de ello es lo que ocurrió en Irlanda y Escocia, que alguna vez estuvieron prácticamente cubiertos de bosques, pero durante el Imperio Británico fueron casi totalmente cortados para abastecer de madera a los aserraderos ingleses.

    En Chile también existe pérdida de bosques nativos. De hecho, se estima que nuestro país poseía 25 millones de hectáreas de bosques a la llegada de los españoles; es decir, un 45 por ciento del territorio estaba cubierto por bosque nativo. En la década de los cuarenta se hizo una estimación de 16 millones de hectáreas, y actualmente la cifra solo alcanza a poco más de 13 millones.

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    Los incendios forestales

    Otra de las causas de la deforestación son los incendios forestales, los que pueden definirse como la propagación libre e ilimitada del fuego, cuya acción consume pastos, matorrales, arbustos y árboles. Para que un incendio ocurra deben existir tres factores: el oxígeno, el calor y el combustible.

    En nuestro país los incendios forestales son producidos en su mayoría por el manejo descuidado del fuego, y su repercusión en el medio ambiente es enorme. Los efectos del fuego en los bosques son principalmente los siguientes:

    • Eliminación de las áreas boscosas • Pérdidas económicas • Desaparición o disminución de los recursos hídricos • Erosión • Desertificación • Pérdida de biodiversidad • Aumento de gases de efecto invernadero • Aumento de la temperatura ambiental • Incremento de los efectos erosivos del viento • Disminución de la humedad • Alteración de los regímenes de vida de los humanos • Emigración de la fauna local

    Asimismo, la acción del fuego también afecta al suelo mineral en tres formas, que son: física, al destruirse la estructura y compactación del suelo por falta de humedad; química, al producirse una disminución de los nutrientes de la vegetación, y finalmente biológica, al destruirse los microorganismos del suelo encargados de la descomposición de los restos orgánicos.

    AGENTES IMPORTANTES DE LA DEFORESTACIÓN

     Agente

    Vínculo con la deforestación

    agricultores de roza y quema

    – Descombran el bosque para sembrar cultivos de subsistencia y otros cultivos para la venta

    Agricultores comerciales

    – Talan los bosques para plantar cultivos comerciales, a veces desplazan a los agricultores de roza y quema, que se trasladan a su vez a los bosques.

    Ganaderos

    – Talan los bosques para sembrar pastos, a veces desplazan a los agricultores de roza y quema, que se trasladan a su vez a los bosques.

    Pastores de ganado menor y mayor

    – La intensificación de las actividades de pastoreo de ganado menor y mayor puede conducir a la deforestación.

    Madereros

    – Cortan árboles maderables comerciales; los caminos que abren los madereros permiten el acceso a otros usuarios de la tierra.

    dueños de plantaciones forestales

    – Aclaran barbechos boscosos y bosques previamente talados para establecer plantaciones para proveer fibra a la industria de pulpa y papel.

    Recolectores de leña

    – La intensificación en la recolección de leña puede conducir a la deforestación.

    Industriales mineros y petroleros

    – Los caminos y las líneas sísmicas proporcionan acceso al bosque a otros usuarios de la tierra; sus operaciones incluyen la deforestación localizada.

    Planificadores de programas de colonización rural

    – Planifican la relocalización de habitantes a áreas forestales, lo mismo que proyectos de asentamiento que desplazan a los pobladores locales, los que a su vez se trasladan a los bosques.

    Planificadores de infraestructuras

    – Los caminos y carreteras construidos a través de áreas forestales dan acceso a otros usuarios de la tierra; las represas hidroeléctricas ocasionan inundaciones.

     Existe una diferencia considerable entre regiones y entre países con respecto a qué grupos constituyen los agentes de deforestación más importantes. En América Latina, la agricultura de roza y quema y la ganadería están a la vanguardia de la deforestación. En el sudeste de Asia, por el contrario, la agricultura comercial, la industria maderera y las plantaciones de aceite de palma juegan un papel más significativo. La situación en África es una mezcla compleja de pastoreo excesivo en las zonas forestales secas, agricultura de roza y quema y un alto grado de explotación forestal en los bosques húmedos de África central y del oeste.

     Región

    Principales agentes de deforestación

    África

    Agricultores de roza y quema

    Agricultores comerciales

    Madereros

    Pastores de ganado menor y mayor

    Refugiados de conflictos civiles

    Asia – Oceanía

    Agricultores comerciales

    Agricultores de roza y quema

    Madereros

    Dueños de plantaciones forestales

    Planificadores de infraestructura

    América Latina y el Caribe

    Agricultores de roza y quema

    Ganaderos

    Agricultores comerciales

    Madereros

    Planificadores de infraestructura

    La Desaparición del Bosque Tropical

    El bosque tropical es una maravilla de la naturaleza. En numerosos países constituye una parte viva de la cultura. Sin embargo, muchos de esos bosques están actualmente en peligro. Ya se han perdido más de la mitad y el índice de deforestación casi se ha duplicado durante la década de 1980. En otros pocos decenios podemos asistir a la práctica eliminación del bosque tropical. Pensemos en ello: esa franja de verde intenso a los dos lados del ecuador, que significa la vegetación más exuberante de la Tierra, puede tener que ser coloreada de marrón para detonar que el bosque tropical ha desaparecido para siempre.

    El bosque tropical es la más hermosa celebración con que la naturaleza ha embellecido la superficie del planeta. Su diversidad biótica es legendaria. En 50 hectáreas de la Malasia peninsular hay más especies de árboles que en todo Norteamérica; solo un arbusto de Perú puede albergar tantas especies de hormigas como las Islas Británicas!!! Posiblemente los bosques tropicales son el hogar hasta del 90% de todas las especies de la Tierra, por eso es importante conservar estos hermosos bosques ya que si se terminan solo quedaríamos con el 10% de las especies que teníamos.

    Cuando el bosque tropical desaparece, también lo hacen las especies que viven en él, probablemente hoy a un ritmo de varias docenas al día. Los bosques tropicales son MUY indispensables para la vida del hombre; deberíamos estar agradecidos a la riqueza del bosque tropical la próxima vez que compremos un medicamento en la farmacia. Hay una posibilidad de 1/4 de que ese medicamento se haya extraído de alguna planta del bosque tropical.

    La Estabilidad del Clima

    Un beneficio aún más importante del bosque tropical reside en el papel que desempeña en el control del clima. La deforestación esta creando 2 problemas principales a este respecto. A medida que la franja verde entorno al ecuador se transforma en terreno baldío, se produce un aumento en la "brillantez" de la superficie terrestre. Este "efecto de reflejo" acabará por alterar las corrientes de convección, los sistemas de vientos y los regímenes de lluvia en los trópicos y posiblemente en otras regiones más alejadas.

    Aún más significativa es la alteración climática que se seguirá de la acumulación del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera global. A las emisiones de CO2 se debe la mitad del efecto de invernadero, que amenaza con causar un drástico cambio climático y ecológico mediante el proceso del calentamiento global. Cada año se acumulan en la atmósfera 4,000 millones de toneladas adicionales de carbono y aproximadamente el 30% de ese exceso se estima que deriva directamente de la quema acelerada de los bosques tropicales.

    Bomba de Tiempo: El Bosque Tropical

    Casi la mitad de los bosques húmedos tropicales del mundo han sido destruidos. Sabiendo lo que hacemos con su incalculable diversidad, con sus enormes beneficios potenciales y las consecuencias de su desaparición para el clima del mundo, es una locura que esa destrucción continúe. Sin embargo, un área de bosque húmedo del tamaño de 6 campos de fútbol se destruye aún cada minuto de cada día. En pocas décadas, mas de tres cuartas partes (3/4) de los bosques originales pueden haber desaparecido para siempre. Para disminuir este ritmo de destrucción, la comunidad internacional debe ayudar a los países que tienen bosque húmedo a desarrollar políticas de explotación viable y otras fuentes de ingresos; demasiados proyectos de ayuda simplemente aceleran la propagación de la silvicultura comercial.

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    Bosque prístino (10%): Una décima parte de bosques originales puede permanecer intacta; unas como áreas protegidas, el resto puede ser inaccesible o de ningún valor comercial.

    Bosque degradado (10%): Finalmente una décima parte puede sobrevivir en un estado deteriorado o explotada comercialmente.

    Pérdidas futuras (16%): A menos que se emprenda una acción drástica, más de la sexta parte habrá desaparecido entre el año 2000 y el 2030.

    Amenaza inmediata (16%): A la velocidad actual de deforestación, otra sexta parte habrá desaparecido al final de este siglo.

    Pérdida irreemplazable (48%):  Casi la mitad del bosque húmedo tropical ha sido destruida por las actividades humanas.

    Quiénes protegen y quiénes destruyen los bosques

    Durante años los "expertos" del enfoque forestal dominante se equivocaron al identificar las principales causas de la deforestación, al igual que al plantear soluciones para salvar los bosques. Según ellos, una de las principales causas de la deforestación era el uso de leña por "los pobres". La solución que proponían era por lo tanto establecer plantaciones de eucalipto como fuente de leña para "los pobres". Según ellos, quienes viven en los bosques eran los responsables de la deforestación y por tanto era necesario que fueran sacados de allí, a fin de que los bosques quedaran protegidos de ellos. La gente fue entonces expulsada de sus tierras, con el pretexto de que así se estaba protegiendo los bosques. Este enfoque simplista de "culpabilizar a los pobres" ni siquiera propuso como solución al problema que, si los pobres eran la principal causa de la deforestación, todos los esfuerzos deberían dirigirse a la erradicación de la pobreza. Por el contrario, sus principales esfuerzos se orientaron ¡a erradicar a los pobres de los bosques!

    Al tiempo que estos expertos hacían su trabajo, también lo hacían los verdaderos agentes de la destrucción. Las empresas madereras siguieron cortando, legal e ilegalmente. Los constructores de represas siguieron represando los ríos e inundando millones de hectáreas de bosques con el agua de los embalses. Los cultivos de exportación y la ganadería provocaron la corta de más y más áreas de bosque. Las plantaciones industriales –para celulosa, madera, palma aceitera y otras– fueron sustituyendo vastas superficies de bosques ricos en biodiversidad por monocultivos de especies exóticas. Las empresas mineras y petroleras siguieron destruyendo y contaminando los bosques.

    Todos estos procesos han generado, y siguen generando, graves impactos ambientales a nivel local y global, todos los cuales resultan en sufrimiento humano. Millones de personas viven en los bosques y/o obtienen sus medios de vida de los mismos. Por ende, la deforestación ha generado pobreza, simplemente porque todos esos millones de personas se ven privadas del acceso a sus medios de vida una vez que los bosques han desaparecido o cuando son "reasentados" en algún otro lugar. Es causa asimismo de violaciones a los derechos humanos. Muchas personas han sido asesinadas –y otras continúan siendo asesinadas– por defender sus derechos y por proteger los mismos bosques que los gobiernos del mundo aducen proteger.

    Sin embargo, resultaría incorrecto destacar solamente causas directas de la deforestación tales como el maderero, la industria camaronera, las plantaciones, las represas, etc. Es necesario profundizar en el tema y señalar que por detrás de estas causas hay otras –subyacentes– que constituyen la raíz del problema. Entre ellas está el tema del consumo excesivo en el Norte, que genera una demanda siempre creciente de materia prima barata –madera, petróleo, minerales, etc.– y alimentos también baratos, tales como soja, carne o camarones. Hay además actores fundamentales que hacen viable este suministro de productos a bajo precio, tales como el FMI, el Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo, las consultoras del Norte, las agencias de crédito a la exportación, las agencias bilaterales de "asistencia". Y en el medio se ubican funcionarios gubernamentales corruptos e igualmente corruptos empresarios y funcionarios del norte actuando como corruptores. El resultado final es la deforestación y la violación de los derechos de las poblaciones locales.

    Este número del Boletín del WRM incluye –al igual que la mayoría de los anteriores– situaciones típicas donde los bosques están amenazados debido a la acción combinada de diferentes actores tales como los gobiernos, las multinacionales, las agencias multi y bilaterales, y a la vez están siendo protegidos por pueblos indígenas y por otros pobladores locales. La realidad nos muestra entonces que no son "los pobres" quienes destruyen los bosques, sino intereses muy poderosos a nivel local e internacional. La protección de los bosques implica por lo tanto apoyar las luchas de las poblaciones locales por sus derechos, y simultáneamente trabajar para generar condiciones para que se haga posible abordar las causas de fondo de la deforestación a nivel nacional e internacional. Tan sólo cuando eso suceda los bosques estarán a salvo y los pueblos que habitan los bosques o que de ellos dependen podrán vivir en paz y en armonía con la naturaleza.

     Las causas ocultas de la deforestación y la degradación de los bosques

    Los bosques constituyen uno de los ecosistemas más valiosos del mundo. Contienen más del sesenta por ciento de la biodiversidad del planeta que, además de su valor intrínseco, tiene otros múltiples valores sociales y económicos: desde las importantes funciones ecológicas del bosque en términos de protección del suelo y de las cuencas, hasta el valor económico pecuniario y no pecuniario de los numerosos productos que pueden extraerse del bosque. Para muchos indígenas y pueblos que dependen de él, el bosque constituye su sustento; los abastece de plantas comestibles y medicinales, de carne de animales silvestres, frutas, miel, refugio, fuego y varios otros productos, y en torno a él erigen sus valores culturales y espirituales. A escala mundial, los bosques desempeñan un papel crucial en la regulación del clima y constituyen uno de los principales sumideros de carbono del planeta. Su supervivencia, pues, impide el aumento del efecto invernadero.

    Los bosques ya han desaparecido en muchas partes del mundo, y los índices de deforestación mundial llegaron hasta 15 millones de hectáreas por año solamente para los bosques tropicales durante la década del 80. En la mayor parte del mundo la deforestación se aceleró durante la década del 90. En este sentido, conviene destacar que los índices de deforestación tienden a oscurecerse por la ambigüedad que existe en torno a la definición del bosque. La última definición de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), formalmente el principal órgano responsable de los bosques dentro del sistema de las Naciones Unidas, es tan amplia que de hecho la mayor parte de las superficies urbanas verdes pueden ser consideradas grandes ecosistemas de bosques. Es así que pocas veces se tiene en cuenta la sustitución de valiosos ecosistemas de bosques primarios por plantaciones de monocultivos -en muchos casos de una especie arbórea foránea como el eucalipto o el pino- o por bosques biológicamente pobres. Gran parte de Europa, por ejemplo, perdió la mayoría de sus bosques primarios durante el siglo XIX. Sin embargo, los últimos informes de la FAO establecen con entusiasmo que hay un aumento de los bosques boreales y templados en esta región. Pero una parte sustancial de este "bosque" tiene una producción biológicamente pobre y carece de sotobosque, de biodiversidad edáfica original y de la mayoría de especies originales de aves, mamíferos y reptiles. En realidad se acercan más a plantaciones de monocultivos que a bosques verdaderos. Causas directas de la deforestación

    Entre las causas directas más importantes de la deforestación figuran la tala, la conversión del bosque a la agricultura y a la cría de ganado, la urbanización y la construcción de infraestructura, la minería y la explotación de petróleo, la lluvia ácida y los incendios. No obstante, ha habido una tendencia a hacer hincapié en los pequeños agricultores migratorios o en la "pobreza" como causa principal de la pérdida de bosques. La tendencia general de estos agricultores es la de asentarse a lo largo de caminos que atraviesen el bosque, talar una parcela de tierra y utilizarla para la plantación de cultivos de subsistencia o de cultivos comerciales. En los bosques tropicales, ese tipo de prácticas terminan por provocar una rápida degradación del suelo ya que en gran medida es demasiado pobre como para resistir las prácticas agrícolas. Por consiguiente, a los pocos años el agricultor se ve forzado a talar otra parcela del bosque. La tierra agrícola degradada a menudo es utilizada algunos años más para la cría de ganado, lo cual equivale a firmar su sentencia de muerte ya que el ganado elimina los últimos rastros de fertilidad que podían quedar. El resultado es una parcela de tierra totalmente degradada que durante muchos años no podrá recuperar su biomasa original. Es un gran error creer que tales prácticas agrícolas insustentables sólo ocurren en los países tropicales. Muchas partes de América del Norte y Europa Occidental se han deforestado debido a la agricultura insustentable, provocando una severa degradación del suelo y en mucho casos el abandono de la zona por los agricultores. En otros países, las prácticas forestales de corte a tala rasa han sido la causa principal de la pérdida forestal. A principios de los 90, Canadá y Malasia fueron ejemplos famosos de países en los que las compañías madereras talaron sin piedad miles y miles de preciosos bosques primarios. Aquí tampoco puede pasarse por alto la perspectiva histórica. Países como Irlanda y Escocia estuvieron prácticamente cubiertos de bosques, pero durante el imperio británico fueron casi totalmente talados para abastecer de madera a los aserraderos ingleses. Actualmente, la explotación forestal todavía sigue siendo la amenaza directa más importante para los bosques de regiones como el Escudo de la Guyana, África Central, Siberia Oriental y la Colombia Británica.

    Durante las últimas décadas, la crisis forestal ha motivado el surgimiento de varias iniciativas internacionales, regionales y nacionales encaminadas a la preservación de los bosques, si bien muchas de ellas lograron escaso éxito. En algunos casos tienen que ver con grandes fenómenos económicos internacionales, tales como estrategias macroeconómicas que ofrecen fuertes incentivos para la obtención de ganancias a corto plazo en lugar de buscar la sustentabilidad a largo plazo. También son importantes las estructuras sociales profundamente arraigadas que provocan desigualdad en la tenencia de la tierra así como discriminación de los pueblos indígenas, de los agricultores de subsistencia y de los pobres en general. En otros casos incluyen factores políticos tales como la falta de democracia participativa, la influencia de los militares y la explotación de zonas rurales por élites urbanas. El consumismo desmedido de los consumidores de los países de ingresos elevados constituye otra de las principales causas ocultas de la deforestación, mientras que en algunas regiones la industrialización no controlada es un factor clave en la degradación de los bosques, afectados por la lluvia ácida provocada por la contaminación generalizada.

    Debido a su complejidad, es imposible mencionar incluso la mayoría de las causas subyacentes más importantes de la deforestación en este contexto. Sin embargo, pueden darse varios ejemplos para demostrar cómo estas causas pueden parecer sumamente diversas a primera vista, y sin embargo están estrechamente interrelacionadas entre sí.

    Las fuerzas que actúan detrás de la agricultura insustentable

    Según la FAO, el noventa por ciento de la deforestación es provocado por prácticas de agricultura insustentable, mientras que la tala y la plantación de árboles para explotación forestal desempeñan un papel más importante en la degradación de los bosques. Por más controvertidas que sean estas cifras, en todo caso puede decirse que la agricultura insustentable es sin dudas una de las principales causas directas de la deforestación y la degradación de los bosques en muchos países del mundo. Un enfoque simplista del problema podría llevar a culpar a la "ignorancia" de los agricultores involucrados en este proceso, el cual, sin duda, es mucho más complejo. Son pocos los que realmente deciden voluntariamente abandonar su tierra natal, adentrarse en el bosque, talarlo y convertirlo en tierra agrícola. Se ven empujados a todo esto por las fuerzas nacionales e internacionales que actúan en función de intereses distintos a los suyos. En algunos países, los bosques sirven de válvulas de escape para evitar los levantamientos sociales. La concentración del poder y la tierra en pocas manos da origen a grandes masas de desposeídos que pueden llegar a protagonizar situaciones de enfrentamiento y explosión social, por lo que, para evitarlo, se les ofrece la posibilidad de acceder gratuitamente a parcelas de tierra bosque adentro. Este acceso se hace posible a través de proyectos viales promovidos por el gobierno, construidos ya sea para talar y "desarrollar" los bosques o como resultado de las actividades de compañías dedicadas a la explotación forestal, la minería, la energía u otras. Este ejemplo deja claramente expuesto que la deforestación sólo puede ocurrir porque hay una serie de políticas estatales -sociales y económicas- que indirectamente la promueven. Son los pobres los que hacen funcionar las sierras o prenden fuego al bosque, pero es principalmente el gobierno y las empresas los que están detrás de tales acciones.

    Modelos de producción y consumo

    Entre las numerosas causas subyacentes de la deforestación, una de las menos comprendidas es la relación entre la deforestación y los modelos de producción y consumo, tanto de productos agrícolas como en general. Es necesario destacar que muy pocas veces la producción de alimentos para los pobres es causa de deforestación, ya que las mayores superficies de bosques convertidas a otros usos actualmente están dedicadas a la producción de cultivos comerciales y a la cría de ganado. Estos productos, que van desde café y carne a coca y soja, en muchos casos son producidos casi exclusivamente para los mercados exportadores de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Es absurdo defender la producción de estos bienes -cuyo destino es el de satisfacer los desmedidos modelos de consumo de los países del Norte- con el argumento de la seguridad alimentaria, como lo hacen algunos gobiernos e instituciones internacionales (incluida la propia FAO). Los modelos de producción y consumo en general desempeñan un papel importante en la deforestación, ya que son la respuesta a la pregunta de por qué tantos si no la mayoría de los países tienden a centrar su producción en el abastecimiento de los mercados de exportación. En la mayoría de los casos se estimula la producción para la exportación para reparar la muy a menudo seriamente alterada balanza comercial, y/o para pagar deudas que en parte son causadas por este desequilibrio de la balanza comercial. Según la actual ideología del libre comercio, el remedio estándar de instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) para estos problemas es aumentar la exportación, en lugar de disminuir las importaciones. Mientras tanto, es la importación de bienes suntuarios para la parte más rica de la sociedad y la importación de armas, lo que tiende a conformar la causa estructural de los desequilibrios de la balanza comercial y la balanza de pagos, tanto en los países industrializados como en los de bajos ingresos. Una de las principales causas profundas de la deforestación es el no reconocimiento de esta relación entre modelos de consumo y problemas macroeconómicos por parte de fuerzas macroeconómicas como las instituciones de Bretton Woods.

    Un problema mundial con muchos actores

    La deforestación y la degradación de los bosques ocurre tanto en los países del Norte como del Sur y las causas subyacentes también se originan en ambos, si bien con diversos grados de responsabilidad. Los países industrializados no sólo redujeron o degradaron sus propios bosques en el pasado, sino que muchos lo siguen haciendo en el presente, ya sea a través de la tala a gran escala -como en muchas zonas de Canadá, Estados Unidos o Australia- o la simplificación -y por lo tanto degradación- de los bosques reduciéndolos a unas pocas especies de valor comercial a costa de la biodiversidad -como ocurre en Suecia, Francia o Finlandia. Al mismo tiempo, los problemas resultantes del modelo de industrialización -tales como la lluvia ácida– tienen un fuerte impacto en la degradación de los bosques. Algo similar ocurre en el Sur, donde algunos bosques están siendo cortados a tala rasa -en gran parte para la agricultura insustentable orientada a la exportación, para la plantación de monocultivos de árboles y palmas oleaginosas o para la ganadería- o están siendo degradados como resultado de la actividad maderera selectiva de las especies más comerciales -como la caoba.

    Algunas causas subyacentes se originan dentro del país -sea del Norte o del Sur- mientras que otras pueden estar fuera de los límites nacionales. En esta situación, la mayor responsabilidad generalmente la tiene el Norte. Las políticas macroeconómicas impuestas al Sur a través de una serie de mecanismos figuran entre las principales causas profundas de la deforestación. Uno de los resultados más obvios de tales políticas ha sido la creciente incorporación de exportaciones agrícolas de países del Sur a mercados de países del Norte, generalmente a costa de los bosques. Las mismas políticas macroeconómicas han desembocado en la concentración de la riqueza en el Norte que, sumado a los poderosos incentivos al consumo desmedido, dieron como resultado modelos de consumo insustentables con fuertes repercusiones en especial -aunque no exclusivamente- en los bosques del Sur. Los gobiernos y élites del Sur también tienen la responsabilidad de algunas de las causas subyacentes de la deforestación. Las políticas gubernamentales con respecto a los derechos de los pueblos indígenas -particularmente las que afectan sus derechos sobre sus territorios- han sido la causa estructural de muchos procesos de deforestación que no hubieran ocurrido de haber reconocido esos derechos. Las políticas gubernamentales sobre los derechos a la tenencia de la tierra en general provocaron la concentración de las mejores tierras agrícolas en unas pocas manos y la consiguiente migración de los campesinos pobres a los bosques, lo que provocó una deforestación en gran escala. No obstante, en la mayoría de los casos las políticas gubernamentales están vinculadas a actores externos como las instituciones multilaterales, los organismos de "cooperación" y las trasnacionales, y por lo tanto la responsabilidad es compartida. Es bien sabido que la construcción de caminos dentro del bosque constituye una de las principales causas subyacentes de la deforestación. Una vez que el camino está construido, abre el bosque a los aserraderos, los campesinos sin tierra, las compañías mineras y muchos otros actores, provocando una deforestación inmediata y generalizada. La construcción de caminos es una de las actividades promovidas y financiadas por instituciones multilaterales como el Banco Mundial y otros bancos multilaterales regionales, y permite a los gobiernos cumplir con las políticas del FMI de aumento de las exportaciones. La construcción de caminos también está vinculada a los intereses de las trasnacionales, que por lo tanto pueden acceder a los recursos naturales e incorporarlos al mercado mundial.

    Mirando hacia delante

    La comunidad internacional -por lo menos dentro del marco del Foro Intergubernamental sobre los Bosques de la Comisión para el Desarrollo Sustentable- ha reconocido la necesidad de identificar las causas subyacentes de la deforestación con el objetivo de encontrar soluciones y salvar a los bosques del planeta que aún permanecen en pie. Las organizaciones no gubernamentales que participan en ese Foro han ofrecido sus servicios para trabajar en colaboración con gobiernos y organismos internacionales y llevar a cabo un proceso de identificación de las grandes causas subyacentes de la deforestación en todas las regiones del mundo y elaborar soluciones para resolverlas. Esa oferta ha sido aceptada y el proceso ya ha comenzado. No obstante, es importante ser conscientes de que la deforestación y la degradación de los bosques no son temas "técnicos". Los bosques no están desapareciendo porque la gente y sus gobiernos sean ignorantes o porque no haya planes de gestión adecuados. Los bosques están desapareciendo porque una serie de políticas nacionales e internacionales interconectadas preparan el terreno para que ello suceda. Es por lo tanto a ese nivel que deben encontrarse las soluciones.

    Además, si bien es necesario identificar las causas subyacentes y elaborar cambios en esas políticas para contener la deforestación, es crucial llegar a la sociedad organizada para asegurar que esos cambios realmente se apliquen, de forma tal que tanto la humanidad en su conjunto como la gente que vive en las zonas de bosques se beneficien por igual. Este es obviamente un desafío muy grande y difícil, pero un esfuerzo necesario que vale la pena ya que abre cierta esperanza para el futuro.

    LAS CAUSAS DE LA DEFORESTACION Y LA DEGRADACION DE LOS BOSQUES

    DEFORESTACION EL DESAFIO

    La conservación y el desarrollo de los bosques son vitales para el bienestar de los seres humanos. Los bosques ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad, protegen las cuencas hidrográficas e influyen en las tendencias del tiempo y el clima. Los productos forestales proporcionan a las comunidades rurales madera, alimentos, combustible, forrajes, fibras y fertilizantes orgánicos. Las empresas forestales generan empleo e ingresos. Como una parte inseparable del sistema de  aprovechamiento de la tierra, los bosques tienen una interrelación importante con la producción agrícola y de alimentos.

    Pese a ello, los recursos forestales están siendo agotados a un ritmo alarmante. Anualmente se pierden más de 150.000 km2 de bosques tropicales, sobre todo como resultado de un crecimiento demográfico que da lugar a un aprovechamiento inadecuado de la tierra. 

    En muchos países, los bosques que aún subsisten están siendo degradados por un pastoreo y una tala excesiva, por la contaminación del aire, por actividades mineras y la extracción del petróleo. En el futuro, el sector forestal tendrá que hacer frente a una demanda aún más intensa de sus productos y servicios industriales. Y será objeto de una presión creciente en favor de la utilización de las tierras forestales para la agricultura, la construcción de infraestructuras y para usos urbanos.

    Cuestiones principales

    Los programas forestales nacionales deberían ser holísticos, intersectoriales e interactivos, y compatibles con las políticas y estrategias nacionales y locales. Deberían hacer participar a todos los interesados, promover una tenencia segura de la tierra e integrar la conservación y el uso sostenible de los recursos biológicos. Debería prestarse especial atención a la creación de capacidad y a una mejor coordinación entre los copartícipes nacionales e internacionales.

    Los pueblos indígenas y las comunidades locales tienen derechos tradicionales que deben respetarse. La colaboración con ellos es indispensable para identificar, mantener y promover los conocimientos tradicionales relacionados con los bosques.

    Las capacidades nacionales de investigación forestal deberían mejorarse y crearse redes regionales y mundiales de investigación para facilitar el intercambio de informaciones, fomentar la investigación interdisciplinaria y difundir los resultados. Es necesario realizar estudios detenidos de las causas fundamentales de la deforestación y la degradación ambiental.

    Es necesario contar con mejores metodologías de evaluación para obtener estimaciones fidedignas de todos los bienes y servicios forestales, especialmente los que no son objeto de comercio general. Además, es preciso elaborar, ensayar y aplicar criterios e indicadores a nivel nacional, subnacional y a los niveles operativos y de las distintas dependencias de ordenación forestal.

    Es necesario adoptar medidas para mejorar el acceso al mercado de los bienes y servicios forestales, con inclusión de la reducción de los obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio, de conformidad con las obligaciones y compromisos internacionales existentes.

    Las políticas y reglamentos sobre inversiones deberían tener como finalidad atraer inversiones nacionales, de las comunidades locales y extranjeras para las industrias sostenibles de base forestal, la reforestación, la aforestación, la conservación y la protección de los bosques. La utilización de instrumentos e incentivos económicos adecuados y basados en el mercado aumentaría la obtención de ingresos y movilizaría los recursos financieros nacionales.

    Debería fomentarse la cooperación en materia de transferencia de tecnología relacionada con los bosques – tanto Norte-Sur como Sur-Sur – mediante inversiones del sector público y privado, empresas mixtas, intercambio de información y una mayor relación entre las instituciones forestales.

    El mejoramiento de los sistemas de información aumentaría la coordinación y permitiría compartir datos relativos a la aplicación de programas forestales nacionales, la programación de la ayuda oficial para el desarrollo, la facilitación de recursos financieros nuevos y adicionales, las inversiones del sector privado y el desarrollo y la transferencia de tecnología.

    Ordenación de los ecosistemas frágiles: Lucha contra la desertificación y la sequía

    Las tierras secas cubren aproximadamente el 30 por ciento de la superficie terrestre de todo el mundo y en ellas viven 900 millones de personas. Definidas como zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, se encuentran entre los ecosistemas más frágiles de todo el mundo. A lo largo de los siglos, sus habitantes – incluidas algunas de las poblaciones más pobres de todo el mundo – han desarrollado complicados sistemas de producción de alimentos para reducir la amenaza de las sequías periódicas y la desertificación.

    La lucha contra la desertificación y la sequía exige un esfuerzo constante por comprender y adaptar las prescripciones del Capítulo12 y de la Convención de Lucha contra la Desertificación. Muchos de los programas en curso giran en torno del mejoramiento de la ordenación y protección de los bosques, tierras arboladas y pastizales existentes, y del aumento de la cubierta vegetal fuera de los bosques. Se espera que los programas de acción propuestos con arreglo a la Convención den más importancia a la tarea de recoger información, proporcionar una capacitación efectiva, lograr la participación popular y la habilitación a nivel local.

    También se necesita una corriente constante de recursos para financiar actividades, a plazo medio y a largo plazo, de rehabilitación y restauración de tierras, así como la difusión de tecnologías apropiadas, socialmente aceptables, que aseguren la conservación, ordenación y aprovechamiento de los recursos de tierras secas y al mismo tiempo mejoren los medios de vida de las poblaciones.

    Son varios los factores que contribuyen a una extensa degradación de los recursos naturales de las zonas secas: variaciones climáticas, uso indebido de la tierra, prácticas agrícolas inadecuadas, aumento de la densidad demográfica, presiones económicas y cambios en las estructuras de la tenencia de la tierra. Por ejemplo, la degradación de las formaciones arbóreas y de arbustos y la explotación excesiva de los bosques son algunas de las causas principales de la degradación del suelo en los trópicos secos. Los datos de la FAO indican que la tasa de deforestación en estas zonas es casi del 1 por ciento al año.

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    Orientaciones futuras

    Mejora de los programas de integración

    Los programas de asistencia técnica relacionados con la desertificación deben coordinarse con los programas de acción nacionales (PAN) preparados en el marco de la Convención. La preparación de los PAN debe ser dirigida por el país, estar plenamente integrada en el proceso de planificación nacional y contar con la participación de todos los interesados. Este proceso toma tiempo y los retrasos no deben justificar el recurso a viejos métodos.

    Mejora de los sistemas de producción oportunos

    Son pocas las investigaciones realizadas para reforzar los sistemas de producción oportunos, los correspondientes servicios de almacenamiento y estrategias de comercialización.

    Mejora de la producción de cultivos en tierras secas

    Se han hecho pocos progresos en la mejora de los cultivos y la cría de animales en las tierras secas. Pero la diferencia entre los rendimientos experimentales y los rendimientos de los agricultores es enorme – hasta 10 veces – y existen muchas posibilidades de mejora. Por esta razón, son indispensables los incentivos a los agricultores, los conocimientos correspondientes y los insumos necesarios. Estas cuestiones están siendo tratadas mediante el Programa Especial de la FAO sobre Seguridad Alimentaria en los PBIDA y las actividades de seguimiento a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.

    POLÍTICA NACIONAL

    DE LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN

    I. PRESENTACIÓN 

    La degradación de la tierra, como resultado de factores antropogénicos y de la variabilidad climática, es un problema de alcance mundial y con carácter ambiental, social y económico que conduce al proceso de la desertificación y a menudo acentuado con el impacto de las sequías y las excesivas lluvias .

    La necesidad de adoptar medidas encaminadas al problema global de la degradación de la tierra es cada vez más urgente, pues esta contribuye a la pérdida de diversidad biológica, de biomasa terrestre y bioproductividad, y al cambio climático global; lo que puede conducir a una inestabilidad económica y política; ejerciendo presiones sobre la economía y la estabilidad no sólo de estas áreas afectadas sino también de las sociedades fuera de ellas perjudicándoles negativamente en su desarrollo sostenible.

    En un esfuerzo para detener los efectos perjudiciales de la degradación de las tierras, la comunidad internacional adoptó la Convención de Las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y La Sequía (UNCCD), la cual aspira a implementar acciones efectivas mediante programas locales con el apoyo de acuerdos de cooperación y asociación internacional.

    La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación se abrió a la firma en París en octubre de 1994, para mayo de 1995 la habían firmado 105 países y entró en vigor el 26 de diciembre de 1996. En la actualidad la Convención cuenta con alrededor de 170 países partes, de los cuales 30 pertenecen a la región de América Latina y El Caribe. La Convención define a la desertificación como "la degradación de las tierras de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultantes de diversos factores tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas; y por degradación de la tierra se entiende: "degradación del suelo, recursos hídricos, vegetación, biodiversidad y reducción de la calidad de vida de la población afectada".

    Los primeros perjudicados de la desertificación son los recursos básicos tales como la superficie fértil de la tierra, el manto vegetal y los cultivos tradicionales. Los habitantes empiezan a experimentar las consecuencias cuando el suministro de alimentos y agua comienza a escasear, y en situaciones extremas padecer hambrunas, migraciones en masa y pérdidas económicas considerables. Más de 250 millones de personas se hallan directamente afectadas por la desertificación, y alrededor de 1,000 millones se encuentran amenazadas por ella.

    La región de América Latina y El Caribe comprende aproximadamente una cuarta parte de las partes desérticas y áridas: 250 millones de hectáreas de tierra son afectados por la desertificación en América del Sur y 63 millones de hectáreas en Mesoamérica. El 16% de la tierra de esta región esta degradada el mayor impacto se observa en México y América Central donde alcanza el 26%.

    Entre las principales causas de la desertificación en la región de América Latina y El Caribe se encuentran la erosión de los suelos, la deforestación y sobrepastoreo, en América del Sur entre 70 y 100 millones de hectáreas han sido degradadas por las dos últimas causas. En el Caribe, la acelerada y mal planificada urbanización ha ocasionado la pérdida de tierras para uso agrícola, degradación de cuencas hidrográficas y disminución de la biodiversidad.

    La actual administración pública considera el problema de la desertificación y la sequía, como grave y de importantes repercusiones en la Sociedad en general. Por lo que dentro del Plan de Gobierno o las Alianzas se ha determinado que deben implementarse Políticas y el marco regulatorio sobre el manejo y uso racional de los suelos; es dentro de ese marco de acción que se origina el compromiso para formular la Política de Lucha Contra la Desertificación, como respuesta para enfrentar a tan apremiante problema.

    II.  LA DESERTIFICACIÓN EN EL SALVADOR 

    El Salvador climáticamente se encuentra localizado en el cinturón tropical , con una precipitación promedio anual que oscila entre 1200 mm y 2400 mm y una temperatura promedio anual entre 12.7 y 26.9 Oc, lo que no permite en la mayor parte del territorio nacional que existan zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas de acuerdo al índice de aridez propuesto por la Convención, la excepción lo constituye la pequeña zona localizada en los alrededores de la Laguna de Güija, en la parte norte del Departamento de Santa Ana, clasificado por Holdridge como Bosque Seco Tropical, cubriendo una pequeña superficie de aproximadamente 17,460 hectáreas que corresponden al 0.8 por ciento del país.

    El régimen característico de lluvia de El Salvador, es del tipo Vertiente del Pacífico, con una prolongada época seca y otra lluviosa y dentro de esta última un período en la que puede ocurrir una disminución o interrupción de la precipitación de hasta 30 días, en el oriente del país, denominadas localmente como "canículas" y que ocurren casi todos los años, causando a los agricultores pérdidas en un buen porcentaje de las cosechas, principalmente de granos básicos, ocasionando impactos negativos sobre la economía y la agricultura nacional.

    Prácticamente en todas las cuencas hidrográficas del país se ha alterado el régimen hidrológico y deterioro de los recursos naturales, lo que ocasiona el incremento en la frecuencia de grandes inundaciones en la época lluviosa ( específicamente en las zonas del bajo Lempa al oriente del país) y disminución de caudales en la época seca.

    Factores socioeconómicos como la existencia de pobreza en el 50 % de la población, índices bajos en educación, mal uso de la tierra y el acelerado crecimiento poblacional, han ocasionado una fuerte deforestación de grandes extensiones de tierras, antiguamente cubiertas por bosques naturales, actualmente convertidas para usos agropecuarios y a veces inadecuados; favoreciendo que en las partes altas de las cuencas se genere en una forma progresiva la erosión de las tierras, más evidente en la zona norte del territorio, afectando negativamente a la agricultura local y por lo tanto a la economía nacional.

    III. APLICACIÓN DE PRINCIPIOS

    Para esta Política Nacional de Lucha Contra la Desertificación se tomará en cuenta los macroprincipios de la Política Nacional de Medio Ambiente como los pilares sobre los cuales se construirá, para tal efecto se considerarán los siguientes:

    1. Equilibrio Dinámico: Es la condición deseada entre los pilares del desarrollo sostenible.

    Sostenibilidad: La aplicación del equilibrio dinámico consiste en operativizar el principio de sostenibilidad, a partir del cual se pretende conciliar el desarrollo y crecimiento económico y social con las actividades productivas y domésticas, de tal manera que procure el bienestar de las presentes y futuras generaciones. Este principio implica el de recuperar las tierras que presentan graves problemas de deterioro, mediante la conservación, protección, mitigación, compensación, uso racional y aprovechamiento sostenible de estas (principalmente las tierras con vocación agrícola o expuestas a actividades productivas). Para ello, es indispensable y prioritario actualizar los procesos que ayuden a detener el deterioro de las tierras por la actividades productivas y los fenómenos naturales.

    2. Responsabilidad Compartida: La recuperación y conservación de las tierras es muy importante para el desarrollo económico, social y el medio ambiente, no sólo es obligación del Estado, también es responsabilidad de la sociedad salvadoreña, la cual implica que todos tenemos obligación y derecho a velar porque se haga un uso sostenible de las tierras.

          El macroprincipio de responsabilidad compartida se operativiza a partir de la aplicación de los siguientes principios:

    Prevención: es importante implementar el manejo integral de los suelos, principalmente aquellos que son de vocación agrícola o aptos para el desarrollo de una actividad productiva o ambiental, esto implica manejar la tierra aplicando las practicas de cultivo o actividad productivas a fin de que no disminuya su productividad y evitar su deterioro. Este principio se basa en la premisa de que la prevención es preferible a la restauración, pretende promover e incentivar las formas más adecuadas de utilizar las tierras, independientemente de su vocación.

    Compensación: Este principio, se refiere a que el que ocasiona un daño ambiental debe compensarlo o pagarlo, este es comúnmente conocido como "el que contamina paga", es decir que los que contaminen o causen deterioro en el recurso suelo son los que deben cubrir los costos de las medidas que se implementen para reducir la contaminación a los niveles determinados en las normas de calidad y el deterioro del recurso. La compensación no debe ser interpretada como un derecho para contaminar o deteriorar por la capacidad de pago que tenga el responsable, puesto que siempre tiene la responsabilidad de prevenir.

    3. Interés Social: Procura el bienestar de un sector o sectores de la sociedad y representa un factor relevante en el desarrollo social, económico y ambiental del País.

    La protección del medio ambiente y los recursos naturales ya que estos tienen un status especial, según el articulo 117 que los declara de Interés Social, declaración significativa que posesiona la problemática ambiental dentro de los intereses vitales de la sociedad salvadoreña, lo que obliga a la población hacerlas prevalecer aún cuando existan conflictos con intereses de otros sectores.

    En caso contrario, las actividades no sostenibles del hombre y la variabilidad climática, pueden provocar la pérdida de productividad de las tierras, propiciando el proceso de desertificación, el que afectaría de alguna manera las condiciones de vida y la estabilidad social de nuestro país.

    IV. OBJETIVOS

    Objetivo General

    Lograr el uso sostenible de las tierras que por sus condiciones climatológicas, topográficas y las acciones humanas han estado expuestas a procesos de desertificación y sequía.

    Objetivos Específicos

    Establecer programas de lucha contra la desertificación e integrarlos en los planes nacionales de desarrollo y de ordenamiento del territorio;

    Internalizar los impactos ambientales en todas las actividades humanas que ocasionen alteraciones en el recurso suelo, con el fin de prevenir le deterioro en el recurso;

    Adoptar políticas y normativa apropiada, que promuevan el uso de la tierra ecológicamente sostenible y orienten hacia un desarrollo integral;

    Revertir la degradación de las tierras mediante la intensificación de actividades de conservación de suelos, forestación y reforestación, especialmente en áreas críticas.

    V.  LINEAMIENTOS DE POLÍTICA.

    RECURSOS NATURALES

    1.   Establecer a través de programas de acción para la lucha contra la desertificación se establecerán las prioridades de investigación para cada región o zona del país reflejando las condiciones locales.

    2.   Aprovechar sosteniblemente los pastizales, regulando el número de animales por unidad de área y su tipo.

    3.    Regular la actividades de riego para evitar la anegación de los suelos y aumento de la salinidad.

    4.    Regular la ganadería para evitar la compactación de los suelos, la pérdida de capacidad del cultivo y conservar la humedad de la tierra.

    5.   Adoptar prácticas energéticas que alienten el manejo sostenible de las tierras arboladas o el reemplazo de la leña por otras fuentes de energía.

    6.   Administrar adecuadamente el agua disponible y mejorar su calidad por medio de tratamiento de aguas residuales tanto de la industria como doméstica.

    7.   Conservar las tierras no degradas y que por las condiciones fotográficas y climáticas, podrían estar expuestas a procesos de desertificación y sequía.

    8.    Utilizar las tierras de acuerdo a su vocación agrícola y capacidad productiva, integrar técnicas de  conservación de suelo y disminuir el uso de agroquímicos inorgánicos.

    9.    Promover programas de manejo sostenible del suelo para la recuperación de nutrientes y protección del mismo contra la erosión a fin de recuperar su productividad.

    10.  Evitar actividades que provoquen la erosión o la modificación de sus características topográficas y geomorfológicas.

    11.  Deben llevarse a cabo prácticas de conservación y recuperación de los suelos por parte de los que realicen actividades agrícolas, pecuarias, forestales, mineras, urbanistas, de infraestructura u otras que afecten o puedan afectar negativamente sus condiciones.

    12.  Promover la aplicación de tecnologías, conocimientos técnicos tradicionales y locales como una de las formas de evitar la degradación de las tierras y otros recursos.

    INSTITUCIONAL

    13.  Elaborar e implementar planes de acción de lucha contra la desertificación los que deben integrarse con los programas de cambio climático y diversidad biológica.

    14.  Diseñar programas de acción con la finalidad de identificar y gestionar recursos financieros sustanciales de fuente externas, para incentivar y sufragar parte de los esfuerzos de la lucha contra la desertificación.

    15.  Promover la transferencia, adquisición, adaptación y desarrollo de tecnologías que ayuden a luchar contra la desertificación, las que deben ser ecológicamente racional, económicamente viables y socialmente aceptables.

    16.  Formular un marco jurídico que permita la utilización sostenible de la tierra en sus diversos usos.

    17.  Definir estrategias y prioridades, en el marco de planes y políticas de desarrollo sostenible, para luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía.

    18.  Dar prioridad a la lucha contra la desertificación y a la mitigación de los efectos de la sequía, y asignarle los recursos suficientes según circunstancias y posibilidades.

    19.  Formular o diseñar programas o planes nacionales intrarregionales para coordinar los esfuerzos de cada país encaminado a fortalecer las acciones tendientes a su recuperar y prevenir la desertificación y la sequía en la región.

    20.  Diseño de mecanismos que permitan tener acceso a la tecnología y a la obtención de la información tendientes a su recopilación.

    21.  Mejorar las estaciones y redes de medición y monitoreo de los factores climáticos, hidrológicos y geológicos.

    PARTICIPACIÓN SOCIAL

    22.  Diseñar programas de acción para luchar contra la desertificación fundamentados en las necesidades y prioridades de las comunidades afectadas o sea en una participación local genuina.

    23.  Promover el desarrollo participativo como un reconocimiento al derecho que poseen las comunidades locales sobre los recursos naturales y sean los garantes para mantener el equilibrio ecológico a largo plazo de las tierras.

    24.  Involucrar en actividades de lucha contra la desertificación a los agricultores, ganaderos y otros usuarios locales que están en contacto más real con la tierra; así como a las autoridades regionales y nacionales.

    25.  Organizar campañas de sensibilización con la finalidad de educar a mujeres y hombres a cerca de los programas de acción nacionales y locales, en los que se incluyan infraestructura física y asistencia técnica.

    26.  Incorporar en las actividades de lucha contra la desertificación a mujeres y hombres en igualdad de derechos, obligaciones, a las comunidades y organizaciones no gubernamentales, mediante el conocimiento de sus necesidades, percepciones y realidades.

    27.  Desarrollar programas de concientización, sensibilización y educación dirigidos a mujeres y hombres involucrados en el uso directo de los suelos en proceso de desertificación .

    CLIMA

    28.  Impulsar nuevas tecnologías para lograr el perfeccionamiento de los pronósticos del tiempo y los avisos meteorológicos que ayudan a mantener o incrementar la seguridad alimenticia y mejorar las condiciones de vida local.

    29.  Minimizar el impacto de las actividades realizadas por el ser humano y las variaciones climatológicas que destruyen la diversidad biológica.

    30.  Capacitar a las comunidades en los conocimientos climatológicos, técnicas de captación de agua e información oportuna con la finalidad de contrarrestar los efectos de la sequía.

    31.  Establecer un sistema de red para facilitar la información entre los diferentes grupos involucrados en el control e investigación de la desertificación y sequía a nivel nacional e intrarregional.

    32.  Aprovechar las ventajas climáticas para promover tipos de cultivos idóneos que contribuyan en beneficio a las características del suelo

    ANEXOS

    DEFORESTACIÓN AMENAZA A 3.000 ECOSISTEMAS Y A 1.600 ESPECIES EN AUSTRALIA

    La deforestación se ha convertido en una poderosa amenaza para la biodiversidad en Australia, donde 3.000 ecosistemas desaparecerán en poco tiempo amenazando la vida de 1.595 especies animales y vegetales. Aunque las áreas protegidas han aumentado un 10% en el último año y más de 400.000 voluntarios han luchado contra la deforestación, el esfuerzo medioambiental deberá incrementarse si se quiere evitar la pérdida de especies animales y vegetales.

    Casi 3.000 ecosistemas australianos desaparecerán en poco tiempo debido a la deforestación, lo que amenaza la vida de 1.595 especies animales y vegetales, según la estimación recogida en The Australian Terrestrial Biodiversity Assessment 2002, que acaba de hacerse pública.

    La Australian Terrestrial Biodiversity Assessment es la primera evaluación integral de la biodiversidad terrestre del país y proporciona la información necesaria para el conocimiento y la comprensión de la biodiversidad australiana, fundamental para su gestión y para la regulación de las oportunidades de inversión.

    Este informe se prepara conjuntamente con la colaboración del Estado y las agencias de recursos naturales del país, por lo que constituye la fuente de información más fiable respecto al real estado de la biodiversidad en el sexto continente.

    La investigación constata que ninguna parte de Australia, incluido el norte del país conocido durante mucho tiempo como "la última frontera", escapa a la amenaza de la deforestación.

    Civilización versus vegetación

    La transformación progresiva de la superficie forestal en zona de pastos para el ganado y la utilización comercial de los bosques constituyen la causa fundamental de la deforestación, según el informe.

    En los últimos doscientos años ya se han extinguido 22 especies de mamíferos, entre ellos los bandicoots y los wallabies, lo que constituye una tercera parte de los mamíferos desaparecidos del planeta en este período.

    Por otro lado, el informe señala también que de las 85 bio-regiones identificadas a lo largo del país, el 94% incluye al menos un ecosistema amenazado.

    El informe de diversidad biológica diagnostica sobre el estado actual y tendencias de evolución de los pantanos, así como de las zonas ribereñas, identificando los procesos que amenazan su integridad.

    Al mismo tiempo, señala el estado y distribución de las especies amenazadas, y también el estado y situación de las diferentes comunidades ecológicas y procesos que les amenazan.

    Cambios hidrológicos

    El informe analiza por último el impacto de la tierra utilizada por el hombre sobre la diversidad biológica, incluyendo un análisis detallado de mamíferos, pájaros, acacias y eucaliptos.

    El informe concluye que, aunque el 9,2% de la superficie territorial del país está protegida, lo que representa un aumento respecto al 7% que lo estaba en 1996, el progreso de la deforestación es hoy la mayor amenaza para la biodiversidad del país.

    Asimismo, destaca que, aunque los pantanos más significativos del país están en buen estado, hay otros no menos importantes y algunas zonas ribereñas que están amenazados por cambios en las condiciones hidrológicas.

    El informe constituye una llamada de atención para reforzar los esfuerzos que en la actualidad se realizan para preservar el medio ambiente en el país: además de las inversiones oficiales, unos 400.000 voluntarios han participado en 12.000 proyectos que han protegido 547.000 hectáreas de vegetación natural, han recuperado 128.000 hectáreas de zonas degradadas y limpiado 98.500 hectáreas de tierra virgen. Las reservas naturales han aumentado a su vez un 10% en el último año… Pero no es suficiente.

    PREGUNTAS.

    1. ¿A que se debe la deforestación?

    Se debe a la inconciencia de los seres humanos en la tala discriminada de bosques.

    2. ¿Qué se debe hacer para evitar este tipo de casos?

    Implementar el manejo integral de los suelos principalmente aquellos que son de vocación agrícola y aptos para el desarrollo de una actividad productiva o ambiental.

    3. ¿En cuanto tiempo cree usted que se vuelva a forestar este cerro?

    – 5 años.

    – 8 años

    – 10 años

    4. ¿Cuáles son las consecuencias de la deforestación?

    * Deslaves de Hectáreas

    * Más sequías

    *Los cultivos y gran parte que nos sirven al hombre para alimentarse han desaparecido.

    5. ¿Cuáles son las causas de la deforestación?

    La tala de árboles, las Urbanizaciones, y construcciones, la minería y la explotación de petróleo.

    CONCLUSION

    La deforestación es un hecho que ocurre y que seguirá ocurriendo especialmente si las autoridades mundiales no toman las medidas necesarias para provocar un cambio. No hay que dejar de lado el papel que jugamos nosotros, los jóvenes, ya que somos los llamados a generar ideas que en un futuro cercano lleven a una solución de este problema. Además serviremos como creadores de conciencia en nuestro cìrculo cercano y en nuestras futuras generaciones.

    El bosque en general, especialmente el tropical, ha experimentado una disminución drástica, lo que nos puede llevar a eliminar una fuente de riqueza no considerada hasta ahora. Con esto me refiero a eliminar una fuente de recursos medicinales, turísticos, climáticos y otros que están por conocerse.

    En las partes donde nos presentamos para observar los terrenos se ve claramente la deforestación de lo que un día fueran cultivados por diferentes clases de árboles y arbustos. Y esto nos permite ver la necesidad de trabajar muy arduamente para ayudar en el sistema del medio ambiente. Debemos tener conciencia que al talar un árbol debemos cultivar otro en su lugar, hacer por lo menos a nuestro alrededor la tarea de reforestar en los lugares que aun se pueden salvar.

    Guadalupe de Muñoz