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La Balanza de Pagos

Enviado por cscueva


    1. Concepto3. Cuenta saldo ¨reserva monetaria internacional 4. Superávit y déficit 5. Los pagos internacionales 6. La balanza de pagos y los flujos de capital.7. Análisis de la balanza de pagos del ecuador8. Reformas Estructurales9. Evolución de la Balanza de Pagos y Del Endeudamiento Externo.

    1. Concepto La relación entre la cantidad de dinero que un país gasta en el extranjero y la cantidad que ingresa de otras naciones. El concepto de balanza de pagos no sólo incluye el comercio de bienes y servicios, sino también el movimiento de otros capitales, como la ayuda al desarrollo, las inversiones extranjeras, los gastos militares y la amortización de la deuda pública.

    Las naciones tienen que equilibrar sus ingresos y gastos a largo plazo con el fin de mantener una economía estable, pues, al igual que los individuos, un país no puede estar eternamente en deuda. Una forma de corregir un déficit de balanza de pagos es mediante el aumento de las exportaciones y la disminución de las importaciones, y para lograr este objetivo suele ser necesario el control gubernamental. Por ejemplo, un gobierno puede devaluar su moneda para lograr que los bienes nacionales sean más baratos fuera y de este modo hacer que las importaciones se encarezcan

    El término balanza de pagos puede también aludir al registro contable de todas las transacciones económicas internacionales realizadas por un país en un periodo de tiempo determinado (normalmente un año)

    2. Composición balanza de pagos

    1. Cuenta corriente
    • Balanza Comercial
    • Balanza de Servicios
    • Balanza de Transferencias
    1. Cuenta capitales
    • Inversión Extranjera directa
    • Inversión Extranjera Indirecta

    3.Cuenta saldo ¨reserva monetaria internacional

    Cuentas balanza de pagos

    La balanza de pagos es el registro de las transacciones de los residentes de un país con el resto del mundo. Hay dos cuentas principales en la balanza de pagos: la cuenta corriente y la cuenta capital.

    La cuenta corriente registra el intercambio de bienes y servicio, así como las transferencias. Los servicios son los fletes, los pagos de royalties y los pagos de intereses. Las transferencias consisten en las remesas, las donaciones y las ayudas. Hablamos de superávit por cuenta corriente si las exportaciones son mayores que las importaciones más las transferencias netas a los extranjeros, es decir, si los ingresos procedentes del comercio de bienes y servicios y de las transferencias son mayores que los pagos por estos conceptos.

    La balanza comercial registra simplemente el comercio de bienes. Si se añade el comercio de servicios y las transferencias, llegamos a la balanza por cuenta corriente.

    La cuenta de capital registra las compras y ventas de activos, como las acciones, los bonos y la tierra. Hay un superávit por cuenta de capital, o una entrada neta de capitales, cuando nuestros ingresos procedentes de la venta de acciones, bonos, tierra, depósitos bancarios y otros activos, son mayores que nuestros pagos debidos a nuestras compras de activos extranjeros.

    4. Superávit y déficit

    La regla básica para la elaboración de las cuentas de la balanza de pagos es que cualquier transacción que dé lugar a un pago por parte de los residentes de un país es una rúbrica de déficit. Así pues, las importaciones de automóviles, la utilización de barcos extranjeros, los regalos a extranjeros o los depósitos en un banco en Suiza, son todas rúbricas de déficit. Serían rúbricas de superávit, por el contrario, las ventas de aviones americanos al extranjero, los pagos hechos por extranjeros para adquirir licencias de los EEUU con objeto de utilizar tecnología americana, las pensiones procedentes del exterior recibidas por los residentes de un país.

    La balanza de pagos global es la suma de las cuentas corriente y de capital. Si tanto la cuenta corriente como la de capital tiene un déficit, entonces la balanza de pagos global también lo tiene. Cuando una cuenta tiene un superávit y la otra tiene un déficit de exactamente la misma cuantía, el saldo de la balanza de pagos global es cero, es decir, no hay ni superávit ni déficit. Recogemos estas relaciones en la Ecuación:

    Superávit de la balanza de pagos = Superávit por cuenta corriente + superávit por cuenta de capital.

    5. Los pagos internacionales

    Cualquier transacción que origine un pago hecho por residentes de un país a residentes en el exterior es una rúbrica de déficit. Un déficit global de la balanza de pagos – la suma de las cuantas corriente y capital- significa, que los pagos hechos por los residentes de dicho país a los extranjeros son mayores que los residentes reciben de los extranjeros.

    Puesto que los extranjeros quieren que se les pague en sus propias monedas, se plantea la cuestión de la forma en que se deben hacer esos pagos.

    Cuando la balanza de pagos tiene un déficit – cuando la suma de la cuantas corriente y de capital es negativa’ los residentes tienen que pagar a los extranjeros una cantidad de moneda extranjera mayor que la reciben, Los bancos centrales extranjeros proporcionan la moneda extranjera necesaria para hacer pagos al exterior, la cantidad neta ofrecida es las transacciones oficiales de reservas.

    Cuando la balanza de pagos de un país tiene un superávit, los extranjeros tienen que conseguir los dólares con los que pagarán el exceso de sus pagos a dicho país sobre sus ingresos procedentes de las ventas al país. El dinero es proporcionado por los bancos centrales.

    6. La balanza de pagos y los flujos de capital.

    Introduciendo el papel desempeñando por los flujos de capital en un contexto en que suponemos que nuestro país se enfrenta a unos precios establecidos de las importaciones y a una demanda de las exportaciones. Suponemos que el tipo de interés mundial está dado y que entra capital en el país a una tasa que es mayor cuanto mayor es el tipo de interés interior. Es decir, los inversores extranjeros compran un cantidad de nuestros activos que será mayor cuanto más elevado sea el tipo de interés que nuestros activos pagan en relación con el tipo de interés mundial. La tasa de entrada de capital o superávit de la cuanta de capital, es una función creciente del tipo de interés. Cuando el tipo de interés es igual al mundial, i = i, ni hay flujos de capital. Si es más elevado, habrá una entrada de capital e, inversamente, si es más bajo, habrá una salida.

    Un incremento de la renta empeora la balanza comercial, y un incremento del tipo de interés aumenta las entradas de capital y mejora, de esta forma, la cuenta de capital. De ello se deduce que cuando aumenta la renta, un incremento de los tipos de interés podría mantener la balanza de pagos global en equilibrio. El déficit comercial se financiaría con una entrada de capitales.

    Esta idea es extraordinariamente importante. Los países se enfrentan frecuentemente al siguiente dilema: la producción interior es baja y quieren aumentarla, pero la balanza de pagos tiene dificultades y no creen estar en condiciones de soportar un déficit aún mayor. Si aumenta el nivel de renta, las exportaciones netas disminuirán a medida que se eleva la demanda interior, teniendo así a empeorar la balanza de pagos ‘ que es algo que el país quiere evitar. La existencia de flujos de capital sensibles al tipo de interés sugiere que podemos llevar a cabo una política económica interior expansiva sin incurrir necesariamente en problemas de balanza de pagos.

    Un país puede soportar un incremento de la renta interior y del gasto en importaciones siempre que lo acompañemos de un incremento de los tipos de interés, capaz de provocar una entrada de capital, ¿Pero cómo podemos conseguir una expansión de la renta interior al mismo tiempo que se incrementan los tipos de interés. Utilizando la política fiscal para incrementar la demanda agregada hasta el nivel de pleno empleo y la política monetaria para conseguir la cantidad adecuada de flujos de capital

    7. Análisis de la balanza de pagos del ecuador

    El Ecuador está atravesando una de las más severas crisis económicas de las últimas décadas. Varios factores golpearon la economía a partir de 1995, incluyendo el conflicto con Perú, el Fenómeno de El Niño en 1997-1998, la caída de los precios de las principales exportaciones y la crisis internacional. A esto se sumó un período de inestabilidad institucional y el bloqueo político a iniciativas para reordenar las finanzas públicas, sanear la banca y emprender reformas estructurales.

    Como resultado de estos eventos, los indicadores económicos se deterioraron. El crecimiento del producto interno bruto (PIB) se redujo a 0,4% en 1998 y cayó -7,3% en 1999. El desempleo se incrementó de 11,8% en 1998 a 15,1% en 1999. El déficit fiscal subió de 2,6% del PIB en 1997 a 5,7% en 1998 y 6,2% en 1999. En relación con el sector externo, el déficit en cuenta corriente aumentó a 11% del PIB en 1998 y en 1999 habría un superávit de 5,4% debido a la recesión económica que ha causado una caída del 50% en las importaciones.

    La crisis internacional redujo y encareció el flujo de recursos externos. La salida de capitales exacerbó la menor disponibilidad de financiamiento externo. Las reservas internacionales se redujeron de US$ 1.698 millones en 1998 a US$ 1.276 millones en 1999.

    La situación del sistema financiero se agudizó en 1999 con la paralización del aparato productivo y la salida de capitales. Se produjo una contracción del crédito, un deterioro en la calidad de los portafolios y un proceso de desmonetización que fue agravada por la introducción del impuesto de 1% a las transacciones financieras. En marzo, ante la inminente crisis de uno de los mayores bancos, el Gobierno congeló por un año los depósitos. En junio se realizó una auditoría de todo el sistema, tras la cual se liquidó un banco, se fusionaron tres y recapitalizaron otros cuatro. Actualmente, la crisis bancaria es general, la cartera vencida llegó a 48,9% en 1999 y el 59% de los activos de la banca están bajo el control del Estado.

    La crisis financiera ha trastornado el manejo monetario del Banco Central que se ha visto obligado a inyectar liquidez para asistir a los bancos en problemas. Esto ha significado una pérdida del control de los agregados monetarios, en particular la emisión monetaria que viene creciendo a tasas superiores al 100% desde marzo de 1999.

    Estos desequilibrios macroeconómicos desataron presiones inflacionarias, cambiarias e inestabilidad en las tasas de interés. La inflación subió de 43,4% en 1998 a 60,7% en 1999. El sucre se depreció 196,6% durante 1999, reflejando la salida de capitales, la escasez de divisas y la situación de incertidumbre.

    Debido al crítico estado de las finanzas públicas y del sector externo, el Ecuador decidió declarar una moratoria de sus obligaciones en bonos Brady y eurobonos, y reestructuró la deuda interna de tenedores privados. Esta decisión exacerbó el limitado acceso a recursos externos, tanto al sector público como al privado.

    Para enfrentar esta situación, las autoridades han intentado aprobar un programa de estabilización que fortalezca la situación del sector fiscal, externo y financiero, y que cuente con el apoyo de los organismos internacionales. En enero de este año se anunció la decisión de entrar en un sistema de dolarización. Luego del cambio de Gobierno y la designación a la Presidencia del Vicepresidente Gustavo Noboa, las nuevas autoridades han manifestado su confianza de alcanzar los acuerdos internos para llevar adelante el proceso de dolarización, y continuarán los esfuerzos para concretar el acuerdo con el FMI.

    Luego de la desaceleración experimentada en el crecimiento económico en 1998, en 1999 se dio una fuerte contracción del producto, pues según las últimas cifras el PIB cayó un 7,3%.

    En el transcurso de 1999 el nivel de desempleo en las tres principales ciudades del país ha ido aumentando vertiginosamente, llegando a 15,1% en diciembre, comparado con niveles de 11,8% al cierre de 1998 y 9,3% en 1997. Otro indicador muy importante, la tasa de subocupación (proporción de la población que trabaja menos de 40 horas semanales ó gana menos del salario mínimo vital) muestra un nivel promedio de 52,3% en 1999, comparado con 46,6% en 1998. Lo anterior es consecuencia de la caída generalizada de la actividad productiva en casi todos los sectores de la economía.

    En relación con la deuda externa, en agosto de 1999 el Gobierno anunció que se acogía a la mora técnica prevista en los contratos de la deuda Brady para diferir el pago de intereses por 30 días, y en septiembre se anunció el pago parcial de esta deuda: no se canceló los intereses de los bonos colateralizados, a fin de que los acreedores hagan uso de la garantía prevista para los intereses de éstos y así el Ecuador no entre en moratoria hasta lograr un acuerdo en la reestructuración. Sin embargo, los acreedores optaron por declarar la deuda vencida por incumplimiento y demandaron el pago de la totalidad de la misma. Posteriormente el Gobierno extendió la moratoria a los demás bonos Brady y eurobonos, y paralelamente reestructuró la deuda interna en poder del sector privado. Las autoridades tendrán que avanzar en la renegociación de la deuda los primeros meses de este año, una vez que se concreten la dolarización y las reformas encaminadas a estabilizar la economía, requisitos que permitirán hacer una propuesta creíble a los acreedores.

    Actualmente el Ecuador mantiene él más alto índice de endeudamiento de América Latina pues la deuda externa representa el 119% del PIB. El saldo total de la deuda externa en 1999 llegó a US$ 16.282 millones, compuestos por US$ 2.530 millones de deuda privada y US$ 13.752 millones de deuda pública. A ello habría que agregar US$ 2,755 millones de deuda interna pública, de los cuales US$ 1.245 millones están en manos del sector privado. El país está catalogado como una economía de ingresos per cápita medios y por este motivo no ha podido aplicar a los mecanismos de reducción de deuda contemplados para países pobres altamente endeudados.

    Con el deterioro de la situación económica, exacerbada por la crisis bancaria, en 1999 se ha dado un descenso importante en la producción de casi todos los sectores. La congelación de depósitos tuvo un alto costo para el lado real de la economía, pues la producción se vio afectada ante la drástica reducción de la demanda interna. El sector manufacturero muestra una caída de 7,1%, petróleo y minas cae 4,6%, comercio cae 12,1% y servicios financieros, dentro del sector servicios, cae 13,9% en el mismo período. El único sector que crece en 1999 es agricultura (1,8%) una vez superados los efectos de El Niño.

    La evolución del crecimiento del PIB trimestral con respecto al mismo período de un año antes, permite ver que la economía se estanca a partir del segundo trimestre de 1998 y a partir de 1999 entra en franca recesión, cayendo 7,1% en el tercer trimestre según las cifras oficiales, y 11% en el cuarto trimestre según una estimación basada en la previsión de la caída de 7,3% del PIB anual.

    Asimismo, los datos muestran en 1999 una caída de la demanda interna del 17,5% y una fuerte contracción de las importaciones

    (-38,4%) por el lado de la oferta, ambos signos de la recesión económica que está viviendo el Ecuador. Particularmente preocupante dentro de los componentes de la demanda interna es la caída del 34,7% en la formación bruta de capital, lo que reduce a futuro el potencial de recuperación de la economía pues la capacidad de producción se está contrayendo.

    El año 1999 se inició con mucha incertidumbre sobre el tema fiscal por la frágil situación que se venía arrastrando desde el año anterior, debido a la caída de los ingresos petroleros, aumento de gastos no presupuestados y la postergación de medidas correctivas imprescindibles, que duplicaron el déficit fiscal a niveles del 5,7% del PIB en 1998. Pese a una recuperación importante en el precio del petróleo, la situación del fisco continuó deteriorándose en 1999, pues el gasto corriente subió debido a un importante incremento en el rubro de intereses, derivado en parte del endeudamiento interno para hacer frente a la crisis bancaria. En este contexto, los resultados de 1999 muestran un déficit fiscal de 6,2% del PIB, ingresos fiscales por 23% del PIB y gastos que se ubican en 29,2% del PIB.

    Si analizamos los ingresos, éstos han subido de 20,3% del PIB en 1998 a 23% en 1999, debido principalmente a mayores ingresos petroleros (7,1% del PIB comparado con 4,6% en 1998).

    Los gastos también aumentaron, pero en mayor proporción que los ingresos al ubicarse en 29,2% del PIB comparado con 26,1% un año antes. El mayor incremento se da en gastos corrientes, cuya partida de intereses se incrementa de 5% del PIB a 9,5%, aunque por otro lado se destaca la reducción en la partida de remuneraciones que baja de 8,5% del PIB a 7%. Los gastos de capital aumentan de 5,9% del PIB a 6,5% entre 1998 y 1999.

    Algunos indicadores resaltan los resultados anteriores: la participación de las remuneraciones en el total de gastos ha disminuido de 33% en 1998 a 24% en 1999, mientras que la participación de los intereses en el gasto ha aumentado de 19% a 33% en el mismo período.

    Nótese que la economía medida en dólares se ha contraído de manera importante debido a la fuerte devaluación experimentada en 1999, y por tanto los rubros antes descritos, medidos en dólares, han caído dramáticamente en relación con 1998, aunque medidos en términos de porcentaje del PIB se observa los incrementos antes descritos.

    Con respecto a los precios, 1999 se inició con una tendencia a la baja en relación con 1998, pues los meses de enero y febrero culminaron con una inflación mensual inferior a la registrada los mismos meses de 1998. Sin embargo, en marzo la inflación mensual se disparó a 13,5% a raíz de la crisis bancaria que desató la escalada en el tipo de cambio afectando los precios de bienes importados y manufacturas nacionales que tienen un alto componente de insumo importado. Siguieron algunos meses con inflación relativamente baja debido a la fuerte contracción en la demanda interna derivada de la congelación de fondos y la recesión económica. No obstante, la elevación temporal en los precios de los combustibles en julio y la devaluación en los últimos meses del año provocaron nuevos picos.

    La inflación cerró en 60,7% en 1999, nivel relativamente bajo sí se considera el fuerte crecimiento de los agregados monetarios como resultado de la emisión de dinero destinada al sistema financiero. La congelación de los fondos y el represamiento de los precios de los combustibles y servicios públicos explican en parte este resultado. Por otro lado, la inflación medida por el índice de precios al productor fue mucho mayor, cerrando el año en 186,9%.

    En relación con la política cambiaria, en febrero de 1999 se sustituyó el sistema de bandas por el sistema de flotación a fin de reducir la pérdida de reservas internacionales. Sin embargo, la crisis bancaria, la recesión y la falta de medidas correctivas por la confrontación con el Congreso, mantuvieron un ambiente de desconfianza en la economía, generando mucha volatilidad en el tipo de cambio. El año cerró con un dólar de S/. 20.283, lo que significó una devaluación anual de 196,6%. Por otro lado, el tipo de cambio real promedio varió 39% en relación con 1998, pues a pesar de la elevada inflación, la devaluación nominal ha sido mayor, es decir hubo una devaluación real del 39% en los términos de intercambio con los principales socios comerciales comparado con una apreciación real promedio de 0,8% en 1998.

    A principios de este año las autoridades anunciaron la decisión de entrar en un sistema de dolarización de la economía, para lo cual el tipo de cambio se fijó en S/.25.000 y se irá sustituyendo progresivamente el circulante en sucres por la divisa ya que se establecerán precios, salarios y la contabilidad pública y privada en dólares. Una porción reducida de sucres permanecerá como moneda fraccionaria y será siempre convertible al tipo de cambio antes anotado. Para sustentar la dolarización el ejecutivo envió al Congreso un paquete de medidas que contempla modificaciones a las leyes del sector financiero, sector laboral y Banco Central entre otros, para hacer viable esta transformación importante en el sistema cambiario y monetario del Ecuador.

    En relación con las tasas de interés, el Banco Central las incrementó de manera coyuntural a fin de controlar el tipo de cambio, lo que ha contribuido a la recesión económica y ha sumado presiones sobre el sector bancario. En 1999 las tasas activa e interbancaria cerraron en 70,8% y 151%, mientras que en 1998 se ubicaron en 59,8% y 48,5% respectivamente. Con el esquema de dolarización las tasas de interés en sucres desaparecen y las tasas en dólares tenderían a ubicarse a niveles similares a las internacionales, situación que ya ha empezado a suceder pues las tasas bajaron a 23% la activa y 11% la pasiva en el mes de febrero del 2000.

    Con respecto a los agregados monetarios, se observa una descomposición del sistema reflejada en el abrupto crecimiento nominal de base monetaria (135,7%) y emisión monetaria (152%) debido a la fuerte inyección de recursos para los bancos con problemas de liquidez y el pago al público de depósitos garantizados por la AGD. Por otro lado, M2 registra un crecimiento de 90%, pero gran parte de esta variación se debe a la devaluación que afectó a la porción en dólares de este agregado.

    El comportamiento del sistema financiero reflejó el deterioro de la actividad económica. Durante los primeros meses de 1999 los síntomas de iliquidez se fueron extendiendo en todo el sistema financiero y varios bancos no pudieron cumplir con el requerimiento de encaje con el Banco Central. En marzo de 1999, con la inminente crisis de la mayor institución bancaria por depósitos del público, el Gobierno decidió declarar feriado bancario por una semana y el posterior congelamiento por un año de los depósitos bancarios; igualmente reprogramó por un año la cancelación de los créditos bancarios. Posteriormente, flexibilizó la medida, redujo el plazo de congelamiento para algunas operaciones e introdujo algunas excepciones.

    El Gobierno inició un proceso de auditorías internacionales de las instituciones financieras que concluyó con la decisión de liquidar un banco, fusionar tres bancos y recapitalizar cuatro bancos con la asistencia del Estado. Actualmente, la crisis del sistema financiero es general. La cartera vencida llegó a 48,9% en diciembre y el 59% de los activos de la banca está directa o indirectamente bajo el control del Estado.

    En resumen, la crisis financiera ha sido grave: los indicadores agregados del sector muestran el deterioro, pues tanto los activos como el patrimonio se han reducido por efectos de la devaluación y las pérdidas. Los activos totales expresados en dólares se contraen de US$ 8.944 millones en 1998 a US$ 4.585 millones en 1999; el coeficiente patrimonio promedio/activo promedio pasa de 0,14 en 1998 a 0,09 en 1999 y el coeficiente utilidad neta/patrimonio promedio pasa de 0,07 en 1998 a -0,61 en 1999.

    8. Reformas Estructurales

    La grave crisis económica ha dado lugar a que el avance en las reformas estructurales sea lento debido a la urgencia de resolver problemas emergentes prioritarios con el fin de evitar un mayor deterioro y lograr la estabilización de la economía.

    Sin embargo, la coyuntura ha obligado a efectuar algunas reformas importantes en el sistema financiero encaminadas a sanear este sector, lo que ha resultado en el cierre o intervención de una serie de instituciones. Se creó la Agencia de Garantía de Depósitos, y se encuentran en marcha varios programas para el fortalecimiento del sistema financiero.

    La dolarización por otro lado, obliga a que se lleven adelante una serie de reformas importantes en el área fiscal y laboral, para lo cual el ejecutivo ha enviado al Congreso una serie de leyes que contemplan además modificaciones a las regulaciones en los sectores telecomunicaciones, electricidad y petróleo a fin de impulsar las privatizaciones y concesiones en estas áreas de la economía.

    Ecuador: Balanza de Pagos

    1996

    1997

    1998

    1999 (p)

    2000(e)

    Exportaciones FOB (en MM. US$)

    4900

    5264

    4203

    4162

    4601

    Tradicionales

    3788

    4122

    3100

    3124

    3440

    Petroleras

    1776

    1557

    923

    1361

    1660

    No Petroleras

    2012

    2565

    2177

    1763

    1780

    No Tradicionales

    1112

    1142

    1103

    1038

    1161

    Importaciones FOB (en MM. US$)

    3680

    4666

    5198

    2596

    3188

    Consumo

    888

    1094

    1168

    536

    706

    Materia Primas

    1708

    2175

    2264

    1298

    1622

    Bienes de Capital

    1083

    1396

    1766

    716

    860

    Otros

    1

    1

    0

    46

    0

    Balanza Comercial

    1220

    598

    -995

    1566

    1413

    Servicios Prestados (en MM.US$)

    931

    928

    890

    806

    830

    Factoriales

    83

    106

    88

    68

    60

    No Factoriales

    848

    822

    802

    738

    770

    d/c Turismo

    281

    290

    291

    263

    270

    Servicios Recibidos (en MM. US$)

    2330

    2631

    2840

    2505

    2734

    Factoriales

    1462

    1521

    1669

    1808

    1878

    d/c Intereses

    916

    968

    1063

    1152

    1233

    d/c Utilidades y Dividendos

    195

    200

    217

    235

    231

    No Factoriales

    868

    1110

    1171

    697

    856

    Balanza de Servicios

    -1399

    -1703

    -1950

    -1700

    -1904

    Transferencias

    290

    391

    776

    871

    989

    Balanza en Cuenta Corriente

    111

    -714

    -2169

    737

    498

    Inversión Extranjera Directa

    491

    695

    831

    656

    559

    Deuda Externa Mediano y L/Plazo

    971

    858

    1275

    3

    -139

    Capitales a Corto Plazo

    -1201

    -527

    -422

    -1818

    -814

    Balanza en Cuenta Capital

    261

    1026

    1684

    -1159

    -394

    Errores y Omisiones

    -98

    -50

    90

    0

    0

    Resultado Global

    274

    262

    -395

    -422

    104

    Cambio en Reservas Internacionales

    -274

    -262

    395

    422

    -104

    Fuentes: Banco Central del Ecuador, Estimaciones CAF

      

    9. Evolución de la Balanza de Pagos y Del Endeudamiento Externo.

    En 1999 se dio un excedente en la balanza comercial por US$ 1.566 millones, muy superior al resultado del mismo periodo de 1998 cuando la balanza fue negativa en US$ 995 millones. Sin embargo, esta situación no se debe a una recuperación del sector exportador, sino más bien a una fuerte contracción de las importaciones como consecuencia de la depresión económica.

    Las cifras de crecimiento del comercio ilustran claramente esta situación, pues las importaciones cayeron un 50% en el año, mientras que las exportaciones se han estancado (-0,9%): caen las exportaciones tradicionales no petroleras, entre las que se cuentan banano (-11%) y camarón (-34%), pero se compensa con mayores exportaciones petroleras (47%).

    Las importaciones anualizadas (doce meses atrás para cada período) muestran una marcada tendencia decreciente a partir de enero de 1999, pues cerraron 1998 con un nivel de US$5.198 millones, y caen sostenidamente en todos los meses de 1999 hasta ubicarse en US$2.596 millones en diciembre. Las mayores contracciones se dan en las importaciones de bienes de consumo

    (-54%) y bienes de capital (-59%). Las importaciones de materia prima también registran una fuerte caída (-43%), por lo que es claro que el aparato productivo sufrió una grave recesión, mientras que las menores importaciones de bienes de capital tendrán efectos en el mediano plazo limitando la capacidad de producción de la economía. Los factores detrás de la contracción en las importaciones incluyen la menor demanda interna y la reducción en las líneas de crédito externas para comercio.

    Los datos provisionales de la cuenta corriente arrojan un superávit de US$737 millones, debido al resultado positivo en la balanza comercial ya discutido. La balanza de servicios se ubicaría en el entorno de los US$ 1.700 millones deficitarios y las transferencias en US$ 871 millones positivos.

    Por otro lado, la cuenta de capitales muestra una salida neta de US$ 1.159 millones como resultado de una menor inversión extranjera, ingreso neto nulo de deuda externa y salida de capitales de corto plazo. La inversión extranjera directa alcanzó US$ 656 millones, inferior a los US$ 831 millones en 1998. El movimiento de deuda externa muestra un flujo neto de apenas US$ 3 millones debido al pago de deuda externa privada por US$530 millones, que opaca el ingreso de US$533 millones de deuda pública. La cuenta de otros capitales (incluye capitales de corto plazo, refinanciamiento y atrasos de deuda externa) muestra salidas por US$ 1.818 millones.

    La salida de capitales tuvo repercusión directa en las reservas internacionales dándose una reducción de US$ 422, para cerrar el año en un nivel de US$ 1.276 millones. Además de las presiones del mercado, el Gobierno y el sector financiero tuvieron que demandar divisas para cumplir con sus obligaciones externas afectando el nivel de reservas.

     Autores: Cueva, Cristian; Estrella, Diego; Vargas Daniel

     

     

    Autor:

    Cristian Cueva Pontificia Universidad Catolica Del Ecuador Facultad de Ciencias Administrativas y Contables Macroeconomia 171564115-3 cscueva[arroba]hotmail.com