- Introducción
- Nuevo orden internacional
- Globalización
- Internacionalización de las empresas
- Competitividad
- La economía colombiana en la globalización
- Glosario
- Bibliografía
- Conclusiones
Hace poco más de un siglo que Carlos Marx predijo el derrumbamiento del capitalismo y su sustitución por el Socialismo por razones económicas y hace aproximadamente medio siglo, Shumpeter anunció también el derrumbamiento del Capitalismo por causas fundamentalmente sicológicas en la medida que la evolución del sistema mina las instituciones que lo apoyan, perdiendo el Capitalismo ese caparazón protector y terminando por sucumbir.
El capitalismo o economía de mercado ha estado a lo largo de este siglo, por lo menos dos veces al borde del abismo, en los años 30 con el desempleo masivo generado por la gran depresión y en los años 70 golpeado por los vendavales de la crisis energética, la crisis monetaria y la crisis de la deuda externa.
En estas dos ocasiones el modelo vigente, en el análisis económico parecía no ofrecer formula alguna salvadora de los problemas básicos que cada crisis hacía aflorar. La gran depresión puso de manifiesto que los mercados no alcanzaban su equilibrio automáticamente y que el mercado no era un mecanismo autorregulador que asegurase, en todo momento, los niveles necesarios de crecimiento y empleo.
En los 70 la rápida y continua subida de los precios del petroleo reveló que las excesivas adherencias del capitalismo mixto, caracterizado por una presencia muy activa de los gobiernos en la vida económica, frenaban, innecesariamente, las transformaciones requeridas por la nueva situación.
En estas dos ocasiones, por tanto, se produjo un viraje en la forma de interpretar los fenómenos económicos, un viraje que en el primero de los casos, daría paso al Keynessianismo y que, en la segunda crisis, pondría en tela de juicio la vigencia de este tipo de políticas, y subrayaría la conveniencia de evitar los excesos del recetario Keynessiano.
Pero el sistema Capitalista no sucumbió, simplemente se transformó. Precisamente porque es un sistema flexibe, que permite multiples adaptaciones a los choques más diversos en la medida en que la descentralización de decisiones, acelera los cambios y da paso a una nueva configuración. Más aún su correspondiente superestructura política (la Democracia Burguesa) es un sistema crítico, compensador que pese a todos sus inconvenientes termina por revelar las debilidades de la estructura económica y presiona los cambios. El Capitalismo no ha sucumbido a pesar de que múltiples veces se ha anunciado su hecatombe y a pesar de que muchas voces repetidamente han proclamado desde diferentes puntos la proximidad de su funeral. Mientras tanto es el Socialismo el que parece sumido en un profundo coma y el que aceleradamente ha ido descubriendo desde 1989, que su estructura económica y política se requebraja irremediablemente. El derrumbe del muro de Berlín en 1989 marca el inicio de su más profunda crisis y la caída del estado centralizado en la URSS y Europa Oriental su final. Y qué nos deparará la China y Cuba en sus retozos con la economía de mercado?.
CAPITULO I.
LA ORGANIZACIÓN ECONOMICA INTERNACIONAL Y LOS RETOS ACTUALES
El sistema global actual de la Organización Económica Internacional se basa escencialmente en el conjunto de organismos que fueron creados a finales de la 2da guerra mundial y que se fueron configurando durante la etapa de la guerra fria (oeste-este) y el proceso de Independencia de las Antiguas Colonias.
En este mundo las posiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BIRD) y Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) respondian a la cobertura de campos de relación muy específicos a necesidades de la época.
La propia concepción liberal y neoclásica inspiradora de la organización internacional ha pasado por una serie de viscisitudes que han dejado su mella en la transformación de las organizaciones tradicionales y en la creación de otras nuevas. Además muchos de los problemas económicos mundiales actuales tienen un alcance que los organismos internacionales actuales no pueden afrontar por si mismo y la respuesta funcionalista tradicional queda muy limitada.
El tema de la deuda externa de los países Latinoamericanos es uno de ellos, ni el FMI, ni el BIRD, ni los bancos regionales creados en los años sesenta tienen capacidad financiera suficiente para hacer frente a ella en un mundo en el que la complejidad y desarrollo de las transaccciones financieras internacionales privadas desborda cualquier control público.
Con la transformación hacia la economía de mercado de la mayoría de los países socialistas, ya no tenia sentido la existencia del organismo creado en respuesta a la vertebración de la división socialista del trabajo: Consejo de Asistencia Económica Mutua(COMECON).
Las nuevas líneas de vertebración de las economías de los países del este hacen que estos pasen a ser integrables a los organismos de occidente, al tiempo que la desaparición de las tensiones Este –Oeste, pone de manifiesto que se debe evolucionar a hacer frente a los problemas globales asociados a la supervivencia del planeta, su preservación para las futuras generaciones y la solución de los problemas de la pobreza y el atraso económico que son las desventuras del tercer mundo.
Página siguiente |