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El Muro de Berlín

Enviado por M. Gustavo Larrieu


    1. El contexto histórico. El fin de la 2da. Guerra Mundial
    2. La conferencia de paz y la cuestión alemana. La división del Reich alemán
    3. La guerra fría y el nacimiento de la R.F.A. y la R.D.A.
    4. La Construcción del Muro
    5. Escape hacia la libertad
    6. Las víctimas del muro de Berlín
    7. Consecuencias de la caída del Muro
    8. La caída del Muro y su relación con el orden mundial
    9. Conclusión
    10. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Existen derechos fundamentales, inherentes a la persona humana, que le corresponde por el solo hecho ser hombre. Estos se encuentran profundamente vinculados a la idea de la dignidad humana. La vida, la participación política, la identidad, la libertad son indiscutibles atributos propios de las personas. El muro de Berlín se convirtió en la negación de todos esos derechos intrínsicos del individuo.

    El objetivo del presente trabajo es conocer y analizar las causas y las consecuencias de la instalación de esta barrera que separó a un pueblo desde 1961 hasta 1989 y destacar que, por sobre todos los antagonismos, la voluntad de libertad y el ansía de elegir su propio destino termina por imponerse.

    Se eligió el tema porque el Muro de Berlín fue el fiel reflejo de la "Guerra Fría", del periodo que prosiguió al fin del último conflicto bélico mundial y de una nueva forma de enfrentamiento entre las grandes potencias y para conocer, a través de una investigación, los motivos y las consecuencias de este hecho histórico.

    EL CONTEXTO HISTORICO

    EL FIN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

    Las consecuencias inmediatas de la Segunda Guerra Mundial fueron catastróficas. Seis años de combate dejaron a Europa desvastada. Sólo las pérdidas humanas y materiales hacían ya muy difícil pensar en su reconstrucción. El número de muertos en Europa fue del orden de 30.000.000 aproximadamente, el triple de la Primera Guerra Mundial. Las pérdidas materiales fueron también extraordinarias. En la Unión Soviética fueron destruidas unas 1700 ciudades y unos 70.000 pueblos. Los bombardeos terrestres y aéreos destruyeron gran parte de ciudades como Berlín, Dusseldorf, o barrios enteros como en Londres. Muchos puertos y vías de comunicación quedaron inutilizados; los campos arrasados y las industria destruidas o semidestruidas. (Vicens Vives, 1979)

    A esta situación se le debe agregar las deudas que los aliados europeos contrajeron con los Estados Unidos, aproximadamente treinta millones de dólares y el impacto psicológico que significó el descubrimiento de los campos de concentración nazis y que se sumó al terror latente en la población europea por las vicisitudes de la guerra.

    "Los Estados Unidos salieron de la guerra como auténticos vencedores frente a una Europa destruida. Su capacidad industrial se incrementó de forma extraordinaria, sus campos no fueron arrasados y su marina mercante superó al conjunto de la europea".

    "Esta situación y el rápido resurgir de la Unión Soviética facilitaron que de forma más o menos inmediata estas dos potencias accedieran a ocupar el papel hegemónico en el mundo de posguerra". 2

    LA CONFERENCIA DE PAZ Y LA CUESTIÓN ALEMANA. LA DIVISIÓN DEL REICH ALEMÁN

    Una vez finalizada la Segunda Guerra mundial con la capitulación de los ejércitos alemán y japonés, en mayo y septiembre de 1945, respectivamente, se inició el largo proceso de celebración de los Tratados de Paz, comenzando en la conferencia de Potsdam (17 de Julio-1 de agosto de 1945), con la presencia de Stalin, Truman y Atlee, en representación de la Unión Soviética, Estados Unidos y Gran Bretaña.

    La llamada "cuestión alemana" fue uno de los problemas más importantes examinados en Potsdam; aunque también se consideró el futuro de diversos países europeos: Hungría, Rumania, Bulgaria, Grecia, Yugoslavia y Polonia. La Conferencia estableció las bases y la estructura de la división alemana.

    El proyecto de los Aliados para Alemania era construir una unidad estatal unificada cuyo potencial, administrado por los aliados, tenía como objetivo impedir que volviera a desempeñar un papel protagónico en la escena internacional. De acuerdo con esto, una comisión interaliada debía asumir la administración de Alemania sectorizada en áreas de influencia; pero al objetivo no pudo llevarse a cabo debido a que pronto surgieron divergencias en la interpretación de los pactos, que no pudieron resolverse en las conferencias celebradas en Moscú, París y Londres entre 1946 y 1947.

    Potsmdan evidenció que la alianza forjada contra el enemigo común: el Tercer Reich Alemán, se debilitaba, se desvanecía ante la desaparición de ese enemigo común. Europa y el mundo contemporáneo, polarizado alrededor de las dos potencias antagónicas, los E.E.U.U. y la Unión Soviética, se deslizaban hacia una fuerte tensión política, hacia la llamada "Guerra Fría".

    A finalizar la guerra y firmar la capitulación general Alemania y Austria quedaron militarmente ocupadas por el ejército francés, británico, estadounidense y soviético. Berlín y Viena quedaron divididas de forma cuatripartita.

    "El territorio del Reich alemán en sus fronteras de 1937 fue dividido en junio de 1945 en las zonas de ocupación británica, americana y francesa. Se le incorporó económicamente a Francia– aunque con una autonomía política restringida- el territorio del Sarre, poblado por más de un millón de alemanes. El poder político y económico alemán lo ejercerían ahora las potencias ocupantes".

    LA GUERRA FRIA Y EL NACIMIENTO DE LA REPUBLICA FEDERAL ALEMANA Y LA REPUBLICA DEMOCRATICA ALEMANA

    Se puede definir a la "GUERRA FRIA" como el estado de tensión y de fricción constante entre dos o más países, en el que cada uno de los antagonistas adopta decisiones con el propósito de aumentar sus fuerzas y debilitar las del otro, pero sin llegar a la guerra directa. Podemos citar como fecha inicial de esta peculiar situación política, la culminación de la Segunda Guerra Mundial y, más concretamente, a partir de la actitud soviética respecto a su zona de ocupación en Berlín.

    La ciudad de Berlín fue hasta 1945 la capital de Reich, fecha en que quedó ocupada por el ejército "rojo"; y administrada después conjuntamente por las cuatro potencias aliadas formando una Comandancia.

    En el Protocolo de Londres en 1944 se dispuso que el territorio de Berlín, en su calidad de territorio especial –fuera de las zonas de ocupación- sería administrado conjuntamente por las fuerzas armadas de E.E.U.U, el Reino Unido, y la Unión Soviética; en un Protocolo Adicional se acordó posteriormente la incorporación de Francia.

    La rápida evolución en favor de la URSS en la Europa oriental, como consecuencia de la situación postbélica y la presencia del Ejército Rojo, determinó una amplia área de influencia comunista cuya imaginaria línea demarcatoria, que iba de Stettin a Trieste, recibió de Churchill la gráfica denominación de "telón de acero". El 5 de marzo de 1946, el Primer Ministro Británico Winston Churchill dijo "… desde Stettin, en el Báltico, hasta Trieste, en el Adriático, una cortina de hierro ha descendido a lo largo del continente".

    A partir de 1947, los acontecimientos que consagraron la ruptura entre los antiguos aliados se precipitaron. Los gobiernos de coalición previstos para los países de la Europa oriental no fueron duraderos. El proceso de concentración del poder efectivo en manos de los partidos comunistas nacionales, iniciado desde el mismo fin de la guerra, afectó a Bulgaria, Rumania, Albania, Polonia, Hungría y la en ese entonces Checoslovaquia.

    "La creación por Stalin de la "Kominform" (Oficina de información comunista), en septiembre de 1947, destinada a asegurar la cohesión de los regímenes prosoviéticos, la guerra civil de Grecia (1946- 1949) y el golpe de Praga (1948) tuvieron su respuesta en el feroz anticomunismo de la doctrina de Truman, la aplicación del plan Marshall de ayuda económica a las democracias europeas, la consumación de la alianza atlántica con la creación en 1949 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que contribuyeron a ahondar las divergencias de uno y otro bando y a tensar las relaciones hasta límites peligrosos para la paz mundial".

    "Hacia 1947, Estados Unidos e Inglaterra plantearon la imposibilidad de administrar conjuntamente Alemania. Posteriormente, ocasiona la ruptura con Rusia cuando Molotov (representante de la U.R.S.S.) abandona la Conferencia de París, reunida para discutir el Plan Marshall".

    Tras el fracaso de esta Conferencia, resulta inevitable crear dos entidades en Alemania: una que rigiera la zona soviética de ocupación y la otra las tres zonas del Oeste.

    Ante el temor de la expansión del comunismo en Europa y la gravedad de la situación económica, las potencias occidentales tomaron una serie de medidas que marcaron la profundidad de la grieta ideológica entre los vencedores. Mientras en su sector la URSS organizaba la economía y la sociedad de acuerdo a principios comunistas, EE.UU., Gran Bretaña y Francia fusionaron los suyos y pusieron todos los medios para una rápida reconstrucción del país. En este sentido, los aliados occidentales no sólo condonaron gran parte de las indemnizaciones de guerra de las que Alemania era deudora, sino que aportaron importantes cantidades de capital, sobre todo a través del plan Marshall estadounidense, que derivaron en la reforma monetaria de 1948 y en la creación de un marco de gran fortaleza, cuya introducción en la zona soviética provocó, como reacción más espectacular y preludio de la división del país, el bloqueo de Berlín, entre el 24 de Junio de 1948 y el 12 de Mayo de 1949. (Vicens Vives, 1979)

    En 1948, medidas soviéticas obligaron a la administración alemana de la ciudad, a limitarse a la parte ocupada por las potencias occidentales (Berlín-Oeste). Los rusos nombraron una administración municipal, que bajo la dirección de un "Burgomaeste", se encargó de regir los destinos de esa parte de la ciudad; abandonando el Consejo Aliado de Control y la Comandancia Aliada.

    "La partición de Alemania se consumó con la constitución de la República Federal de Alemania (RDF) por los occidentales, el 23 de Mayo de 1949 – gobernada por el canciller Konrad Adenauer y de la República Democrática de Alemania (RDA) por los rusos, el 7 de Octubre del mismo año, presidida por Walter Ulbrich, entidades estatales que no ejercieron su soberanía hasta la derogación del Estatuto de Ocupación en 1955".

    LA CONSTRUCCION DEL MURO

    Con los dos bandos bien delimitados, en 1946 comenzaron las restricciones para ir de un lado a otro del territorio berlinés y en 1957 directamente se prohibía dejar la Alemania Oriental sin expreso permiso del gobierno.

    "Antes de esas restricciones unas 500.000 personas pasaban diariamente de una parte a la otra de la ciudad. Para trabajar, para ver a sus parientes, a sus amigos. Para tratar, en definitiva de reconstruir sus vidas y comenzar a ver el futuro desde una mejor perspectiva. En los primeros seis meses de 1961, más de 150.000 berlineses del Este se refugiaron en el lado Occidental. Estos se sumaban a los cientos de miles que lo hicieron desde el fin de la guerra".

    A pesar de que la RDA era considerada una de las naciones más productivas del bloque soviético, su estándar de vida estaba por debajo del de la República Federal Alemana. El "milagro económico de la RFA hizo que cualquier comparación fuera favorable al lado occidental de la ciudad. No era de extrañar que la huida de la población, especialmente trabajadores calificados, de la RDA a Berlín Occidental fuera cada vez mayor, esperando encontrar mayores oportunidades.

    Para el bloque oriental, la zona ocupada por las potencias occidentales constituía algo insólito en la división estricta de Europa, un enclave capitalista en el mundo socialista. además, proporcionaba a los habitantes de Berlín oriental y de toda Alemania del Este un medio de participar en el "milagro económico de Occidente". (Koch, 1972)

    "…El contraste de los niveles de vida de uno y otro lado se hizo evidente y ello contribuyo a fomentar la fuga constante de ciudadanos al sector oeste. Tras exigir Kruschev la retirada de Berlín de todas las tropas de ocupación, el 13 de agosto de 1961, las fuerzas de seguridad germano-orientales cerraron con alambres de espino o ladrillos y cemento 68 de los 80 puntos de comunicación entre un sector y otro de la ciudad…"

    Para evitar esa verdadera sangría humana fue que el gobierno de la RDA comandado por Ulbritch decidió la construcción de la muralla. La explicación pública de los funcionarios "democráticos" fue bien distinta. Con esta medida se buscaba proteger a los ciudadanos orientales de un eventual ataque.

    Una vez más los supuestos protegidos serían quienes padecerían las consecuencias.

    "La "Operación rosa" fue gestada por el secretario de Defensa del Consejo Nacional de la RDA; a las 16 hs. del 12 de agosto de 1961 Walter Ulbritch daba luz verde para la operación con el corte del transporte y vías de acceso. Los soldados germano orientales colocaron alambre de espino en la línea de demarcación entre Berlín Este y Oeste. Pronto, estas fortificaciones temporales, se convirtieron en un muro de cemento de 5 m. de alto, coronado con alambres y controlado por torretas de vigilancia, nidos de ametralladoras y minas. Este complejo sistema de muros, vallas electrificadas y fortificaciones se extendió a lo largo de " … 165 km. de cemento armado que cortaban 192 calles".

    "Para controlar semejante extensión, el Ejército de la R.D.A. desplegaba 14.000 soldados con órdenes estrictas para custodiarlo y reprimir a quienes osaran escalar sus paredes".

    "El objetivo oficial del gobierno oriental fue el "proteger a los habitantes de la RDA contra los ataques fascistas occidentales". Sin embargo, el objetivo real era otro: impedir el escape a la libertad de miles de ciudadanos disconformes con el régimen comunista impuesto por la Unión Soviética".

    ESCAPE HACIA LA LIBERTAD

    Quienes escapaban usaban una variedad de métodos y estratagemas. Por ejemplo, en su primer año de existencia, el muro fue embestido 14 veces por pesados camiones. La mayoría de esos escapes de hecho ocurrieron en los primeros meses, cuando la frontera aun no había sido totalmente sellada.

    En total 5.043 alemanes orientales, incluyendo 574 guardias fronterizos, lograron escalar el muro. El primero en hacerlo fue Conrad Schuman, quien no perdió tiempo para saltar sobre la alambrada de púas el 15 de de agosto de 1961.

    Sesenta mil personas fueron sentenciadas por intentar "huir de la República", y algunos simplemente por hacer "preparativos". Quienes ayudaban a los fugitivos eran sentenciados a cadena perpetua.

    El escape más espectacular ocurrió en octubre de 1964, cuando 57 residentes de Berlín Oriental pasaron por debajo del muro. Desde el mes de abril de 1937 estudiantes y familiares de los fugitivos que vivían del lado occidental habían cavado un túnel a una profundidad de de 13 metros, con una longitud de 145 metros y 70 cm. de alto, enlazando una antigua panadería en la calle Bernauer con algunos patios en la calle Strelitzer, en el lado oriental.

    Durante la noche del 28 de julio de 1965, la familia Holzapfel consiguió la hazaña de escalar el Muro, deslizándose por una cuerda arrojada desde el techo de la Casa de los Ministerios en el lado oriental y tensada del lado occidental por familiares al tanto de su escape.

    Quienes escapaban usando automóviles lo hacían de dos formas. En una el fugitivo era atado debajo del vehículo; en la otra se ocultaba dentro del baúl, donde el tamaño del tanque de combustible había sido reducido a tal fin.

    Otro escape anecdótico fue el que protagonizaron cuatro hombres, quienes enfundados en uniformes soviéticos confeccionados por sus mujeres cruzaron el Muro sin ningún problema, y hasta fueron saludados respetuosamente por los centinelas.

    Por último, es de destacar lo ocurrido en enero de 1984 en la Embajada de U.S.A. en Berlín Oriental, en donde seis alemanes orientales se refugiaron y, después de dos días de intensas negociaciones, finalmente recibieron de las autoridades el permiso para emigrar.(Guerrero, 1999)

    LAS VÍCTIMAS DEL MURO DE BERLIN.

    "Desde el mismo día de la construcción del muro comenzaron los intentos de fuga hacia la Meca que significaba el sector occidental. La primera víctima fue un sastre berlinés de 24 años, Günter Litfrin, que falló en su cometido de cruzar el muro.

    El último integrante de esta fría y terrible cronología, fue Chris Gueffroy, quien con tan sólo 20 años, perdió la vida el 5 de febrero de 1989, en el intento de conocer otro mundo.

    … A su hermano Jürgen no se lo encontrará en las fotos de aquellos que hace 15 años se bañaron con las masas para celebrar la caída del Muro, "aquella noche solo lloré, de alegría, …No podía creer que por fin se acabara aquel sistema criminal, que sometía a una vigilancia continua, que obligaba por ley a denunciar al padre o a la madre si resultaban sospechosos de deslealtad al régimen, que mataba o vendía a sus ciudadanos"

    CONSECUENCIAS DE LA CAIDA DEL MURO

    "Para el bloque socialista significó una ruptura radical con su pasado (economía planificada sin propiedad privada; un estado sobreprotector que les exigía ser ateos y restringía la circulación de las personas; el pleno empleo y el consumo reducido a lo necesario).

    Tuvieron que sobreadaptarse al capitalismo, un universo desconocido por el aislamiento que el Muro había impuesto.

    Cayo en desuso el compromiso político al estilo Sartre y gran parte de una generación quedó fuera de onda salvo si aceptaba los nuevos valores que rendían culto al éxito, al dinero y al interés individual por encima del bien común".

    "El exorbitante costo que suponía para Alemania Occidental absorber una Alemania Oriental económicamente muerta era uno de los mayores problemas que traía aparejados la caída del muro. Esto fue bien aprovechado por los partidos de coalición que apoyaban el programa del Canciller Kohl, quienes en la campaña electoral formularon diversas propuestas integradoras desde el punto de vista económico, lo que les permitió captar el voto de la mayoría de los alemanes orientales. Así, para facilitar el paso de Alemania Oriental a la competitiva economía de mercado, el gobierno invirtió miles de millones de marcos en una red de seguridad social que sirviera de contención a los flamantes ciudadanos".

    La privatización de las empresas estatales del este en favor de las empresas del oeste fue subsidiada masivamente por el Estado alemán (que se hizo cargo de la deuda externa de la RDA y de las deudas internas y externas de sus empresas), lo que provocó una descomunal emisión monetaria y un crecimiento espectacular del déficit fiscal. El 'costo' de la 'unidad alemana' ascendió a varios cientos de miles de millones de dólares que ahora se pretende que paguen los trabajadores del este y del oeste mediante la reducción del seguro al desempleado, de los subsidios familiares y el elevamiento de la edad jubilatoria.

    La anexión significó, efectivamente, una enorme destrucción de fuerzas productivas: desaparecieron las dos terceras partes del PBI industrial este alemán y la desocupación trepó más allá del 40% de la población activa. Esta sangría sistemática del este sirvió para que los capitalistas del oeste amasaran enormes beneficios y para que la economía alemana escapara por un tiempo a la recesión. Pero cuando la 'fiesta' de la 'unificación' pasó, dejó al descubierto una crisis capitalista agravada, pero por sobre todo, ha dejado en claro que la unidad alemana sólo puede hacerla la dictadura del proletariado y el socialismo.

    La crisis 'oriental' se ha convertido, entonces, en una crisis general; que la gigantesca masa de beneficios provocada por el copamiento (subsidiado) de los mercados orientales y la eliminación (también subsidiada) de los competidores orientales por los grupos occidentales, no haya alcanzado para elevar de una manera decisiva la tasa de beneficio, es una demostración inapelable de la envergadura de la crisis del capitalismo alemán. La política capitalista frente a la crisis apunta a la 'convergencia de los salarios' y a una 'flexibilización radical del mercado del trabajo en toda Alemania'. Esto significa agudizar la competencia entre los trabajadores mediante la eliminación de la estabilidad en el empleo y la introducción de la famosa 'flexibilidad'; la burguesía trata de utilizar el desempleo oriental para forzar la reducción de los salarios y las condiciones de trabajo de los obreros del oeste. (De Privitellio, L.J. Luchilo, Moneneyo y otros, 2002)

    LA CAÍDA DEL MURO Y SU RELACIÓN CON EL ORDEN MUNDIAL

    Entre 1989 y 1991, el mundo experimentó, en secuencia rápida, una serie de acontecimientos drásticos (la caída del Muro de Berlín, la reunificación de las dos Alemanias, el estallido interno de la Unión Soviética, el término del Pacto de Varsovia y la guerra en la antigua Yugoslavia), que resultó en los siguientes hechos:

    Fin de la guerra fría y del mundo bipolar, emergiendo los Estados Unidos como potencia hegemónica.

    La Guerra del Golfo duró desde el 16 de enero al 27 de febrero de 1991 con la rendición incondicional de Iraq.

    El inicio de las reivindicaciones del Japón y Alemania, grandes potencias económicas, pero alejadas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial de las decisiones políticas mundiales. El Japón, al recibir la negativa de Rusia de devolver las islas Curiles, ciertamente reevaluará su estructura militar, hoy limitada al 1% de su PBI por disposición constitucional impuesta por los Estados Unidos durante la ocupación al final de la Segunda Guerra Mundial.

    Alemania reivindicó la retirada de las tropas de la OTAN de su territorio, ya que no existe amenaza justificada. Ambos, Japón y Alemania, desean tomar asiento como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. No se justifica tomar parte del "Grupo de los Siete" (líderes de las naciones más industrializadas) si no se tiene la contrapartida del poder político, a través del poder del veto, en el órgano de mayor representación política en el planeta.

    Formación de mega-bloques económicos y políticos. La formación del NAFTA, conformado por los Estados Unidos, Canadá y México, sorprendió a los países de América del Sur pues se constituía otro mega-bloque económico en el eje Norte-Norte. Por ello se concibió la creación del MERCOSUR, del cual formaban parte inicialmente Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile.

    Interferencia cada vez mayor de la O.N.U., a través del Consejo de Seguridad, en las querellas regionales con el consecuente aumento del número de tropas y el número de "Peace Keeping Forces" (Fuerzas de Mantenimiento de la Paz). (Maestri, 2001)

    CONCLUSIÓN

    El 13 de agosto de 1961 los soldados germano-orientales junto a sus milicias rodearon Berlín oriental con alambre de púas. Estas fortificaciones temporales fueron rápidamente reemplazadas por un muro de concreto de 4 metros de altura por 166 kilómetros de largo, 45 de los cuales cortaban la ciudad en dos partes.

    De esta manera nacía el muro de Berlín considerado por el bloque comunista como una barrera contra el peligro de una invasión o de interferencias del mundo occidental. Para Occidente, en cambio, el muro se convirtió en el elemento más notorio de la denominada "cortina de hierro".

    El hormigón y el alambre de púa se convirtieron en los únicos argumentos con los que el régimen comunista contuvo la atracción que ejercía el mundo libre.

    Durante 28 años, el Muro de Berlín separó amigos, familias y a una nación.

    Durante los veintiocho años que el muro estuvo de pie, más de cinco mil personas trataron de escapar. Más de 100 murieron en el intento. Muchos fueron muertos por la guardia fronteriza de la DDR.

    El Muro se transformó en el mayor símbolo de la guerra fría, esa partida que jugaban las grandes potencias vencedoras, sobre todo Estados Unidos y la Unión Soviética. Y también en una cruel vía de escape para quienes querían huir en busca de un futuro mejor.

    Pero el Muro no solo se cobró vidas, fue una divisoria de cemento que atravesaba 192 calles y marcaba dos Berlines. Uno el de la libertad, el respeto a los derechos humanos, la potencia económica, la ciudad próspera que quería dejar atrás el horror lo más rápidamente posible. El otro, en cambio, marcaba la falta de libertad, la dictadura comunista, el desprecio por los derechos individuales de las personas.

    Así la histórica Berlín, capital alemana desde la reunificación de 1871, fue una ciudad separada, fragmentada, dividida. Con diferentes proyectos, con diferente futuro.

    El Muro separaba a los hombres no solo físicamente sino los alojaba en compartimentos ideológicos tan cerrados y contrapuestos que ni siquiera podían compartir un espacio común.

    Significó, por último, una división de pensares que al final terminó por derrumbarlo.

    Bibliografía

    Alexander, Axel El gran escape en Revista Viva, Buenos Aires. 7 de septiembre de 1999

    De Privitellio, L.J. Luchilo, Moneneyo y otros Historia del Mundo Contemporáneo Santillana, Buenos Aires. 2002

    Guerrero, Teresa Cronica del siglo XX Plaza & Janes Editores, Buenos Aires. 1991

    Heller, Deane y David El Muro de Berlín Plaza & Janes, Buenos Aires. 1965

    Koch, H.W. Historia Mundial del Siglo XX Vergara, Barcelona. 1972

    López García, C. y otros Historia del Siglo XX. Edición especial para La Nación Vol. 1 Salvat Editores S.A, Madrid. 1996

    Luzzani, Telma La caída del Muro, antesala de un nuevo mundo en Diario Clarín, Buenos Aires. 9 de noviembre de 2004

    Maestri, Eugenio El Muro. A cuarenta años de su construcción en Revista Viva Buenos Aires, 12 de septiembre de 2001

    Moreno, Ursula Las víctimas del Muro de Berlín en Diario Ámbito Financiero, Buenos Aires. 19 de noviembre de 2004

    Ubertini y Hernández, Federico Nuestro tiempo. Gran Enciclopedia Ilustrada del siglo XX Art Blume S.L., Barcelona. 1997

    Vicens Vives, J. Historia General Moderna. Vol. II Montaner y Simón, Barcelona. 1979

     

    M. Gustavo Larrieu