– Bernanke teme que la actividad seguirá deteriorándose (Cinco Días – 23/8/08)
(Por Ana B. Nieto / Nueva York)
El presidente de la autoridad monetaria de EEUU envió el viernes un mensaje optimista, como es la certeza de que la inflación bajará. Sin embargo, su discurso fue muy negativo respecto a las perspectivas de crecimiento. Bernanke no dio rodeos y desde el inicio de su discurso en el seminario anual de Jackson Hole, explicó que la situación es muy complicada.
Su diagnóstico es que la tormenta financiera no ha remitido y que sus efectos sobre la economía '"son palpables por la desaceleración de la actividad y el aumento del paro". A todo esto se une "un repunte" en la inflación que ha dado como resultado "uno de los momentos más difíciles en el ambiente político y económico que se recuerdan".
La reflexión procede de una de las personas con más influencia económica del mundo y también con el mayor conocimiento de la historia de la Gran Depresión de los años treinta.
Eso sí, también dijo que la desaceleración traerá como beneficio una menor presión inflacionista. Bernanke aseguró que si la reciente caída de precios del crudo y otras materias primas no se dan la vuelta, esta tendencia se unirá a "un ritmo de crecimiento que estará por debajo del potencial durante un tiempo, lo que debería desembocar en una moderación de la inflación a final de este año y el siguiente".
La lectura entre líneas que hacen ahora todos los analistas es que la Fed abandona definitivamente la retórica de la pasada primavera en la que apuntó a una posible subida de tipos, algo que ya difuminó tras su reunión de agosto.
Por ello, los expertos ya no esperan un encarecimiento del precio del dinero hasta el año que viene, incluso aunque Bernanke calificara de "relativamente bajos los tipos" y no olvidara de mencionar en su discurso que con respecto a los precios, "se mantiene la incertidumbre".
No obstante, también explicó que la reciente evolución de los precios "y la mayor estabilidad del dólar" validan la hipótesis de una mejora de la situación y alejan el fantasma de la estanflación.
A los responsables de política económica y monetaria reunidos en este refugio de Wyoming, Bernanke explicó que eran necesarias reformas para reforzar el sistema financiero, reducir los riesgos y evitar que haya instituciones que sean "demasiado grandes como para dejarlas caer". En este sentido, y con la experiencia que le ha dado el caso de Bear Stearns, abogó por que el Congreso diera al banco central que preside competencias para vigilar los sistemas de pagos y que el Tesoro tuviera autoridad para gestionar las quiebras de los bancos no comerciales…
– Cumbre de laureados y jóvenes economistas en la localidad alemana de Lindau – Varios premios Nobel admiten no tener recetas para salir de la crisis (La Vanguardia – 24/8/08)
Alrededor de trescientos jóvenes y prometedores economistas de casi sesenta países de todo el mundo se volvieron ayer a sus hogares preocupados. Tras tres días de reuniones con catorce premios Nobel de Economía en la pequeña localidad alemana de Lindau, en la ribera norte del lago Constanza, el resultado es descorazonador.
Prácticamente todos los galardonados por la Academia de Suecia reconocen la complejidad de la actual crisis económica, la mala gestión de los riesgos y la falta de formación de muchos financieros. La mayoría de ellos, sin embargo, admite no tener recetas para resolverla y no saber cuánto tiempo durará.
Myron Scholes, premio Nobel en 1997, no dudó en afirmar ante el foro de oyentes que lo escuchaba que "la crisis no ha terminado y no podría estimar exactamente cuándo ni cómo finalizará". "Mientras persista la crisis, veremos más instituciones financieras en problemas, y todo será aún más doloroso para la economía mundial en lo que resta de año".
El que fue galardonado en 1997, junto a Robert Merton, por sus trabajos para calcular el precio de las opciones financieras, incluso reconoció que ahora es mucho más pesimista que hace un año sobre las dimensiones que ha tomado la crisis. Opina que esta se está alimentando de las pérdidas de las empresas financieras y la expectativa de que se reconozcan cada vez más está siendo subestimada por las autoridades.
Para Scholes, uno de los fundadores del célebre fondo Long-Term Capital Management (LTCM), que se hundió en 1998 en plena crisis de Rusia, "las instituciones financieras todavía necesitan recortar los préstamos y fortalecer sus balances mediante aumentos de capital adicionales y la venta de activos, lo que perjudicará a las empresas para financiar sus actividades a largo plazo".
Igual de alto y claro habló Daniel McFadden, premiado en el 2000, que expresó su convencimiento de que la actual crisis provocada hace un año por la alta morosidad de las hipotecas de alto riesgo (subprime)en Estados Unidos seguirá golpeando a los mercados financieros y a la economía mundial. No pronosticó, sin embargo, cuándo se vislumbrará la recuperación.
"Mientras siga la crisis vamos a ver muchas quiebras empresariales", dijo el economista estadounidense, que sólo avanzó propuestas para que no se repita una situación como la actual. McFadden abogó por fundar una entidad similar a la Administración de Alimentos y Fármacos de EEUU, que supervisará y certificará los nuevos instrumentos financieros que salen al mercado para evitar así la creación de burbujas especulativas y su efecto dominó cuando estallan.
Este economista, hijo de banquero, planteó esta iniciativa porque opina que alguien debe preocuparse de los afectados. "Antes, los banqueros actuaban como abogados de sus clientes, ahora ya nadie se comporta así", dijo McFadden.
También en la línea de señalar culpables se mostró Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía en el 2001, que comentó que el origen de la actual crisis financiera es la evidencia de un error tremendo de los reguladores y supervisores de la economía.
Representando una vez más su papel de enfant terrible con el fenómeno de la globalización, Stiglitz criticó la actitud de los bancos y de los reguladores. Dijo que "fue un fallo espectacular de los cerebros de la economía". "Había una fiesta y el regulador, que tenía el mismo pensamiento que los que participaban en ella, no quiso convertirse en un aguafiestas", concluyó el ex economista jefe del Banco Mundial.
Pero en la pequeña isla de Mainau, en el lago Constanza, donde tuvo lugar la tercera edición de este encuentro bienal de premios Nobel de Economía con sus potenciales sucesores, que organiza el Comité de Reuniones de Premios Nobel y la Fundación de Reuniones de Premios Nobel, hubo más voces que dibujaron un panorama sombrío.
Así, por ejemplo, Robert Solow, premiado en 1984, aseguró: "Si bien aún no sabemos si estamos ante una recesión global, debemos prepararnos, porque en los próximos años el crecimiento será mucho más débil". Solow, de 84 años, confesó, asimismo, que a su edad ya no se hace muchas ilusiones "porque en su conjunto el crecimiento económico no irá muy bien".
Por su parte, Mohamed Yunus, premio Nobel de la Paz en el 2006 por sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social y económico y creador del Banco Grameen, fue quien mejor representó quizás el espíritu que afloró en las intervenciones de sus galardonados colegas económicos. Según la edición on line de Die Welt, Yunus razonó: "En la medida en que nadie quiere volver a sufrir una situación mundial como la actual, confío en que este problema desaparezca apaciblemente".
– La entrevista – George Soros: "Sin reglas, el capitalismo se destruirá" (La Nación – 24/8/08)
Multimillonario, activista político y filántropo, George Soros advierte sobre la necesidad de controlar mejor los mercados financieros y de poner límites a los abusos de la especulación. Afirma que el mundo se dirige hacia la peor crisis desde los años 30 y no duda en pronunciarse a favor de Barack Obama: su elección, dice, "sería algo positivo para el mundo"
El hombre que hizo temblar el sistema monetario europeo con sus malabarismos financieros, dueño de una de las mayores fortunas del mundo, hace tiempo que se ha reconvertido en filántropo y activista político. Nadie mejor que él, por lo tanto, para emitir un diagnóstico sobre la crisis económica que afecta a buena parte del Primer Mundo y sugerir soluciones.
George Soros, nacido en Budapest hace 78 años, se ganó la vida como empleado de baños públicos y como mozo antes de hacerse un lugar como broker en Wall Street, para lo que estudió filosofía y economía en la London School of Economics. Desde finales de los años 60 dirige su propio fondo de inversiones. Saltó a la fama en 1992, cuando sus movimientos especulativos forzaron al Banco de Inglaterra a devaluar la libra esterlina, operación con la que ganó 1000 millones de dólares. Hoy, su fortuna está valuada en cerca de 9000 millones de dólares.
-Señor Soros, ¿cómo se siente un especulador en días como los que estamos viviendo?
-(Vacila, finalmente sonríe.) No es algo fácil, pero cuando la gente me pregunta a qué me dedico, sigo contestando: "Sí, soy especulador". Especulo en el terreno de las finanzas, pero también en el de las actividades benéficas y en el de la filosofía. Y en este último sentido es en el que más orgulloso me siento de ser un especulador.
-Los mercados financieros internacionales, en los que usted ha ganado miles de millones en estos últimos años, fueron calificados por Horst Köhler, presidente de la República Federal de Alemania, como "un monstruo". ¿Se siente concernido por esa crítica? -(Vuelve a dudar.) Probablemente haya algo de verdad en esa afirmación. Para ser claro, soy un especulador, pero no defiendo la especulación actual…
-¿Cómo hay que interpretar estas palabras?
-Yo me atengo a las reglas. Y llevo tiempo pidiendo que se mejore el control de los mercados financieros, los criterios para la concesión de créditos, por ejemplo. En ese sentido, el presidente alemán tiene razón. Tenemos que regular mejor el capitalismo, de una vez por todas. Si no lo hacemos, él mismo se acabará destruyendo, nos destruiremos todos.
-Parece que ya está pasando: los precios del petróleo y de los alimentos básicos están por las nubes. El Estado de bienestar se encuentra amenazado en los países desarrollados, y en los países pobres ya se han producido huelgas y protestas. ¿Los especuladores están conduciendo al mundo a la próxima gran crisis?
-Es cierto en parte. Cualquier forma de especulación se basa también en la realidad. Tomemos el ejemplo del petróleo: hay gran cantidad de motivos objetivos para que su precio siga subiendo.
-¿Por ejemplo?
–Oferta y demanda. Muchos campos petrolíferos son viejos, su producción se está reduciendo parcialmente, por ejemplo en México y Arabia Saudita, los principales suministradores de Occidente. Esto hace que la oferta sea menor. Además, muchos productores prefieren conservar sus reservas bajo tierra pues confían en que los precios seguirán subiendo. A esto hay que sumarle la demanda de países como China y la India. Y los precios elevados ayudan a estabilizar regímenes autoritarios y corruptos como los de Venezuela, Irán o Rusia. Es como la maldición de las materias primas. Es algo realmente perverso.
-Así que, en realidad, los especuladores son inocentes
-No, por supuesto que no. Los especuladores han creado la burbuja sobre la que descansa todo. Han tirado de los precios hacia arriba con sus expectativas, con sus especulaciones sobre el futuro, y sus actividades han alterado los precios, los han deformado, sobre todo en el campo de las materias primas. Es como acaparar alimentos en época de hambruna para beneficiarse con la previsible subida de los precios. Esto no debería permitirse. Por eso yo pido que se les prohíba a los grandes fondos de pensiones estadounidenses invertir en materias primas. Los fondos de inversión también deberían atenerse a unos requisitos mínimos si quieren invertir en materias primas. La carrera actual por hacerse con ellas me recuerda una idea recurrente hace 20 años. En aquella época, todos estaban locos por las llamadas "carteras de seguros". Al final, los inversores acabaron desequilibrando el mercado. Se cometieron excesos que terminaron en la crisis bursátil de 1987.
-¿No nos encontramos ahora ante la amenaza de una crisis semejante?
-Nos estamos adentrando en la crisis financiera más profunda desde los años 30. En los últimos tiempos hemos visto cómo estallaban varias burbujas, como la de las acciones tecnológicas y, más recientemente, la del mercado inmobiliario. En este último sector, la crisis aún no se ha manifestado en toda su magnitud. Creo que todavía no hemos visto ni la mitad de la caída de precios. En el próximo año habrá más de dos millones de propietarios incapaces de pagar sus hipotecas. Ya se está produciendo una enorme destrucción de patrimonio.
-Usted ha llegado a hablar de una "superburbuja"…
-Sí. Empezó a formarse en 1980, cuando se asentó la ideología del fundamentalismo del mercado.
-De acuerdo con la cual los mercados debían autorregularse, había que rechazar el intervencionismo estatal y eliminar las limitaciones.
-Había que confiarlo todo a la libre interacción de las fuerzas económicas. En realidad no fue un descubrimiento estadounidense. Comenzó en Gran Bretaña con Margaret Thatcher y fue llevado a Estados Unidos por el republicano Ronald Reagan. El presidente Reagan llegó a hablar de "la magia del mercado". Ni qué decir tiene que muchos lo consideran una especie de santo. Pero los tan alabados mercados empezaron a cometer toda clase de excesos que ya no podían ser controlados. Los tipos de interés eran tan bajos en Estados Unidos que los bancos animaban a los ciudadanos a que cada vez pidieran más dinero prestado. Es algo sorprendente, casi irresponsable. Al mismo tiempo existía la confianza de que el Estado intervendría cuando las cosas se pusiesen feas.
-Como en el caso del derrumbe del banco de inversiones norteamericano Bear Sterns, hace sólo unos meses. El banco central estadounidense inyectó miles de millones en el sistema bancario para impedir nuevos desastres.
-Sí, así se les salvó el pellejo; prácticamente se compró su libertad. Sin embargo, el supuesto boom acabó convirtiéndose en una crisis. Y eso es lo que estamos viviendo ahora: el final de un súper boom, el fracaso de una ideología equivocada. Estamos asistiendo al final de la sociedad de bienestar, al final de una era.
-¿Hasta qué punto está enferma la economía estadounidense?
-Creo que la recesión es inevitable. Estados Unidos prácticamente ha absorbido el dinero de la economía mundial durante años porque el dólar era la divisa base y también una divisa de reserva. Nos hemos dedicado sobre todo a pedir prestado dinero, hemos consumido más de lo que hemos producido y estamos endeudados. Pero el dólar es cada vez menos una divisa de reserva. Los precios suben, las crisis inmobiliaria y crediticia penden sobre nosotros como una espada de Damocles. Apenas tenemos margen de maniobra. Y Europa también ha cometido errores: ha subido los tipos de interés por miedo a la inflación. No es una medida inteligente. Es cierto que la recesión parte de Estados Unidos, pero los europeos están a punto de importarla.
-¿Es este el legado de la Administración Bush? Fue él quien definió la crisis económica como "un momento interesante"…
-Critico a Bush por muchos aspectos de su política, pero en este campo ha sido sólo un alumno aplicado. Su peor legado es la llamada "guerra contra el terrorismo", fue el pretexto ideal para la guerra contra Irak. Bush socavó nuestros derechos civiles y los fundamentos de nuestra Constitución.
-Usted afirma que Estados Unidos es el mayor obstáculo para conseguir un orden mundial estable y justo.
-Sí, y lo peor es el abuso del concepto de democracia por parte de Bush. A lo largo de mi ya larga vida he dedicado la mitad de mi fortuna a fomentar la democracia en el mundo…
-Ha invertido miles de millones de dólares en su Instituto de la Sociedad Abierta…
– Y he aprendido que la gente debe buscar su propio camino hacia la democracia. En el mejor de los casos, sólo se les puede ayudar a encontrarlo. Pero la democracia no se puede imponer. Bush ha abusado de los principios de la democracia. Ese es su legado.
-Sólo le quedan unos meses en el cargo. ¿Con qué sucesor especula George Soros?
-Si dependiera de ustedes, los europeos, la elección sería clara: Barack Obama.
-¿Sería una buena elección?
-Sí. Barack Obama es una personalidad extraordinaria. Tiene el potencial para transformar Estados Unidos. Lo demuestra su propia carrera, su vida de ciudadano negro en una sociedad blanca, sus esfuerzos por buscar la reconciliación. Tiene la capacidad para afrontar los grandes problemas del país. El día de las elecciones, a la gente sólo le interesa una cosa: su puesto de trabajo, la crisis inmobiliaria. Todo girará en torno a la economía.
-Muchos dudan de que Estados Unidos acabe eligiendo a un negro como presidente.
-Creo que está preparado. Y sería algo positivo para el mundo. Obama posee una buena comprensión del mundo, de lo que otras personas sienten, de cómo viven. Y Estados Unidos necesita urgentemente esta comprensión del resto del mundo. Además, los republicanos han perdido todo su prestigio.
-Sin embargo, John McCain, el antiguo héroe de guerra, parece tener posibilidades.
-Lo respeto, respeto su historia. Pero es prácticamente un fósil. No, está demasiado anclado en el pasado. Es como elegir a Herbert Hoover…
– Aquello ocurrió en 1929 y terminó en la Gran Depresión.
-No tengo ninguna duda de que John McCain es un buen hombre. Simplemente no es la persona adecuada para esta época.
(Por Katja Gloger © REVISTA XL SEMANAL/ABC)
– Reportaje: Primer plano – Europa, al borde de la recesión (El País – 24/8/08)
(Por Alicia González)
En Europa, la mayoría de las empresas hace un alto en agosto. El buen tiempo invita al ocio y la actividad se reduce notablemente en las principales ciudades. En muchos negocios el personal se ve mermado por los turnos de vacaciones y en algunos casos incluso echan el cierre. Este año ese parón puede tener carácter casi forzoso.
La crisis ha llegado con mucha rapidez a las grandes economías europeas. Los datos del primer trimestre no hacían presagiar el brusco descenso de la actividad registrado entre abril y junio. La economía de la zona euro creció el 0,7% en el primer trimestre del año respecto a los últimos tres meses de 2007, lo que suponía un crecimiento interanual del 2,1%. Las autoridades económicas europeas respiraron entonces tranquilas: los riesgos de la crisis financiera persistían pero lo peor podía haber quedado ya atrás.
"En general, y pese a todas las dificultades, la economía europea en su conjunto está capeando las tormentas económicas globales bastante bien", decía el pasado 11 de junio en Bruselas el propio comisario de Economía, Joaquín Almunia.
De hecho, en sus previsiones de primavera la Comisión defendía que el impacto "limitado" de la crisis financiera sobre la economía real era "una prueba de la mayor resistencia de la economía de la Unión". Nada más lejos de la realidad.
Para entonces, las mayores economías de la región (Alemania, Francia e Italia) ya habían entrado de lleno en los números rojos. Como confirmarían después los datos, el PIB de la zona euro registraba un descenso del 0,2% entre abril y junio, el primer dato negativo para el conjunto del área desde la crisis de 1992/1993 y, por supuesto, la primera caída del PIB desde la puesta en marcha de la moneda única. Es también la primera vez que la Europa del euro se encuentra al borde de la recesión, entendida como dos trimestres consecutivos de caídas del PIB.
La gravedad de la situación es tal que el primer ministro francés, François Fillon, convocaba a principios de esta semana de urgencia a sus ministros a un París casi vacío para intentar hacer frente a la crisis. Unos días antes el presidente español, José Luís Rodríguez Zapatero, abandonaba su descanso veraniego en Doñana para presidir un Consejo de Ministros extraordinario y aprobar medidas por 20.000 millones de euros.
Es cierto que las autoridades monetarias ya habían advertido que los buenos datos del primer trimestre eran insostenibles, en parte debido a una corrección técnica. Por un lado, en los tres primeros meses, la inversión en construcción registró un crecimiento muy superior al previsto en Alemania gracias "a unas temperaturas más suaves de lo habitual". Además, ese primer trimestre también estuvo marcado por lo que los economistas consideran el efecto inercia del ejercicio anterior. Según los cálculos de la Comisión Europea, eso supuso 0,7 puntos de crecimiento para la zona euro sobre ese incremento total del PIB del 2,1%.
Lo que los responsables de la eurozona no alcanzaban a ver entonces es lo que acaba de reconocer el Banco Central Europeo (BCE). En su reunión de agosto, la entidad admitía que "las tensiones sobre los mercados financieros tienen el potencial de afectar a la economía real más de lo que se había previsto". Es decir, que la crisis se ha colado de lleno en el bolsillo de los europeos.
Una paradoja si tenemos en cuenta que la crisis se inició en Estados Unidos, como consecuencia del estallido hace ahora un año de las hipotecas basura y su impacto sobre el sector financiero e inmobiliario, y que la primera economía mundial ha conseguido esquivar la recesión todo este tiempo.
La prensa anglosajona no ha dejado pasar por alto esa aparente contradicción. La biblia del mundo financiero internacional, el Wall Street Journal, aseguraba el pasado 15 de agosto que "las esperanzas de la zona euro de desacoplarse del ciclo económico estadounidense podían haberse hecho realidad, aunque no como habían previsto" los europeos. Sin embargo, tampoco parece que Estados Unidos tenga motivos para la complacencia.
Un análisis detallado de los datos estadounidenses revela que la situación no es nada idílica. La oficina nacional de análisis económico (NBER, por sus siglas en inglés) acaba de revisar los datos del crecimiento y ha aflorado una caída del PIB del 0,2% en el último trimestre de 2007, frente al crecimiento del 0,6% estimado inicialmente. Pero justo cuando Europa entraba en números rojos, Estados Unidos crecía a un ritmo del 1,9%, impulsada por un plan millonario de ayudas públicas y la fortaleza de las exportaciones.
"La mejora del PIB debería ser interpretada con cautela. Probablemente ha sido temporal, como consecuencia del paquete fiscal del que se beneficiaron los hogares estadounidenses entre finales de abril y principios de julio", aseguraba Jean-Marc Lucas, de BNP Paribas. De hecho, la Administración estadounidense ha inyectado a empresas y familias 168.000 millones de dólares a lo largo del segundo trimestre, lo que equivale a algo más del 1% del PIB.
En esas circunstancias, la demanda interna ha aportado 1,3 puntos porcentuales al crecimiento, frente al 0,1 registrado en los tres trimestres anteriores. A ello, sin duda, también ha contribuido la política monetaria. En menos de un año, la Reserva Federal ha bajado los tipos de interés desde el 5,25% hasta el 2% actual. El último recorte fue aprobado el pasado mes de abril y supone un claro alivio para todos aquellos que han de hacer frente al pago de una hipoteca o al pago de los gastos con la tarjeta de crédito.
En otro frente también se deja sentir la mano de las autoridades estadounidenses. Las exportaciones han aportado 2,3 puntos al crecimiento del PIB, muy por encima de los 0,8 puntos que aportaron al crecimiento del primer trimestre. Un boom que ha coincidido, precisamente, con el momento de menor cotización del dólar frente al euro, que se llegó a cotizar a 1,6 unidades en abril.
Pese a todo, la recesión parece casi inevitable. Así lo advertía esta semana desde Singapur el ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional Kenneth Rogoff al asegurar que lo peor de la crisis financiera está por llegar y que se llevaría por delante a uno de los grandes bancos estadounidenses. Los economistas de UBS insisten en que la primera economía del mundo entrará en recesión en el segundo semestre del año "una vez que el impacto de las medidas monetarias y fiscales se disipe". Para la zona euro se muestran algo más optimistas y limitan su pronóstico a una "fuerte desaceleración". Eso sí, advierten que la recesión es "inevitable" para los países afectados por la crisis inmobiliaria, como España o Reino Unido.
Los últimos datos conocidos de la economía europea muestran pocas señales de recuperación. El índice de gerentes de compra del sector manufacturero en Francia y Alemania muestra un claro estancamiento en agosto y se sitúa en su peor nivel desde 2003. En Reino Unido se ha registrado un inesperado aumento del 2,1% en las ventas minoristas, pero el clima de negocio ha vuelto a empeorar en agosto hasta su peor nivel en siete años. Los expertos advierten, además, que el endurecimiento de las condiciones financieras se está agudizando, lo que va a añadir una fuerte presión para la refinanciación de la deuda empresarial, superior al 100% del PIB en algunos países como España y Francia. En el caso español, la desaceleración es el "elefante en la habitación", como dicen los anglosajones: lo inunda todo. El turismo, la primera industria nacional, flojea. La entrada de turistas extranjeros cayó el 8% en julio y el paro aumenta en todos los sectores, incluida la industria. Sólo la depreciación del euro frente al dólar ofrece un cierto alivio a los exportadores europeos.
Entre Estados Unidos y la zona euro hay más diferencias. Lo que sí revela el escenario económico estadounidense es toda una batería de medidas adoptadas desde los diferentes niveles de la Administración para intentar evitar la temida recesión, una acción que no ha tenido una correspondencia similar en Europa. Algunos expertos apuntan que esa política puede tener un elevado coste en términos de credibilidad. Otros, que no vale la pena preservar la credibilidad si lo es a costa del crecimiento económico.
Precisamente Francia, que ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea, hacía esta semana un llamamiento al resto de los socios para dar una "respuesta coordinada" a la crisis. El primer ministro, François Fillon, exigía abrir al menos un debate al respecto. "Tenemos un espacio económico común, una moneda común. Es indispensable" que los ministros de Economía de la zona euro y de la UE vean cómo coordinar las acciones realizadas en el ámbito nacional y también estudien si en la política conducida "colectivamente" en la UE puede haber medidas, como inversiones o apoyo a las pequeñas y medianas empresas, para reforzar el crecimiento, explicó Fillon. La UE dispone hoy de instrumentos de los que anteriormente los Estados eran los únicos depositarios para "responder a una situación difícil como la que atravesamos", sentenció.
No todos son tan pesimistas. Los analistas del Deutsche Bank sostienen que "lo que sí es seguro que se está desacelerando es el ciclo empresarial, marcado por la evolución de las materias primas, el tipo de cambio y los tipos de interés" y eso es algo que afecta a todos los países "hayan vivido o no un boom inmobiliario, tengan déficit o superávit por cuenta corriente".
Las Cámaras de Comercio e Industria alemanas ven normal que la economía se desacelere después de tres años de crecimiento sostenido. Según su director general, Martin Wansleben, "2008 será un buen año" porque las fábricas siguen manteniendo el nivel de pedidos "y aún no notan la crisis", dice. "Pero cada vez hay más señales de que las cosas irán peor en 2009", y es ahí donde reclaman la actuación de las autoridades europeas.
No cabe esperar un alivio por parte del BCE. Al menos de momento. Europa afronta un doble escenario de desaceleración económica y subida de la inflación. En esas condiciones, la autoridad monetaria recuerda una y otra vez que su mandato es el control de la inflación, no impulsar el crecimiento. "Sólo tenemos una aguja en nuestra brújula y esa aguja es la estabilidad de precios", recordaba Trichet el pasado 7 de agosto. Una estabilidad fijada en un objetivo de precios del 2%, lejos del 4% registrado por el dato de la inflación armonizada en julio. Algunas voces en el Parlamento Europeo ya han sugerido la posibilidad de revisar ese objetivo del 2% para que el BCE pudiera relajar, así, su política monetaria. Datos y argumentos no van a faltar para la cumbre de Niza convocada por la presidencia francesa para mediados de septiembre. –
– El FMI advierte que la economía de EEUU puede retroceder en el segundo semestre (El País – 24/8/08)
(Por Jackson Hole – Reuters)
La economía de Estados Unidos resiste en primera línea el embate de la crisis originada por las hipotecas basura concedidas por sus entidades financieras. Y, hasta ahora, lo ha hecho mejor que otras economías avanzadas. Si en el segundo trimestre, el PIB de la zona euro retrocedía por primera vez en su historia, el de EE avanzaba aún un 0,5%. Pero el Fondo Monetario Internacional lanzó ayer una señal de aviso.
"Nuestra expectativa es que el crecimiento se retraerá a una tasa considerablemente por debajo de la tendencia e incluso existe la posibilidad de una leve contracción en la segunda mitad del año", advirtió el subdirector gerente del FMI, John Lipsky, tras una reunión en Jackson Hole, Wyoming.
Lipsky evitó cuidadosamente usar la palabra recesión, que tradicionalmente se caracteriza como dos trimestres consecutivos de caída de la actividad, un riesgo que ahora es palpable en buena parte de las economías europeas.
Los analistas achacan la fortaleza de EEUU al efecto de las deducciones aprobadas por el Gobierno de George Bush, que devolvió un promedio de 600 euros a cada contribuyente.
Otro banco intervenido
Pero la inyección fiscal ya no da para más y es ahora cuando el FMI cree que se notará el impacto real de la crisis. Aún así, Lipsky mantuvo que en 2009 es probable "una aceleración de la actividad" en EEUU.
Tal y como admitió el viernes el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, la tormenta financiera que se levantó hace un año sigue viva. El repunte de la morosidad y el desplome de activos financieros han obligado a la intervención de nueve bancos estadounidenses este año. Ayer se sumó a esta lista el Columbian Bank, una pequeña entidad de Kansas, cuyas sucursales pasarán a ser gestionadas ahora por otro banco, el CBT.
– Entrevista: Roland Berger Presidente de Roland Berger Consultants – "España tiene problemas estructurales" (El País – 24/8/08)
(Por Carmen Sánchez Silva)
A sus 71 años, Roland Berger (Berlín, 1937), presidente de la consultora estratégica que lleva su nombre y asesor de políticos de la talla de Angela Merkel o Gerhard Schroeder, ha visto ya unas cuantas crisis económicas. Pero, a su juicio, la que atravesamos ahora es diferente al resto porque "el poder económico mundial está cambiando de manos". El presidente de Roland Berger Strategy Consultants, que factura 550 millones de euros con las 33 oficinas de que dispone en 23 países, piensa que en 2030 los estados de la OCDE, que actualmente tienen en sus manos casi el 60% del PIB mundial, pasarán a tener el 40%; en tanto que los emergentes acapararán el 60% de la riqueza internacional. China se convertirá en el mayor poder económico del globo, superando a Estados Unidos. Mientras esta situación llega, el deterioro económico se agudiza.
Pregunta. ¿Cuánto cree que va a durar esta crisis?
Respuesta. Por lo menos hasta 2010 o 2011 porque se trata de una doble crisis. Por un lado, es una crisis cíclica tras muchos años de elevado crecimiento. Y ésta se ha visto reforzada por la crisis del sector financiero, por todos sus excesos y porque no ha tenido en cuenta el riesgo. De hecho, este sector todavía no ha reflejado su situación más crítica. Y, por otro lado, es una crisis estructural que se debe al cambio gradual del poder económico. El crecimiento ha pasado de los países europeos tradicionales, Estados Unidos y Japón, hacia los países emergentes que necesitan grandes utilizaciones de recursos y no ha habido capacidad suficiente para darles respuesta; por eso los precios de las materias primas han subido desbocadamente. Y ahora son países como China, India, Brasil y Rusia quienes tienen los recursos para ser invertidos en Occidente. Este cambio del poder llevará un tiempo de ajuste para poder salir de la crisis.
P. ¿Cuáles serán las economías más afectadas?
R. La economía americana es la más afectada y también la que está haciendo más rápido los deberes, tomando las medidas precisas para salir antes de la crisis. Estados Unidos ya ha demostrado en épocas anteriores que es capaz de superar las recesiones. En cuanto a la economía europea, realmente está protegida. Con 500 millones de personas, es un mercado muy grande que dispone, además, de los centros de conocimiento más importantes para pasar con éxito la crisis.
P. Pero dentro de Europa existen diferencias…
R. Sí. Algunos países están más afectados por la recesión que otros y les va a costar más salir de ella. Italia, España, Grecia e Irlanda están entre ellos.
P. ¿Por qué la situación española es más complicada y qué medidas se pueden tomar para corregirla?
R. Porque la economía española depende demasiado del sector inmobiliario y el declive de éste es mucho más pronunciado que en otros países. La construcción representa un 18% del PIB, mientras que en Alemania o Francia apenas supone el 4% o 5% y en Estados Unidos el 6%. El sector pesa mucho más que en el resto de los países y la recesión inmobiliaria hará que la economía sufra mucho más. Los precios de los inmuebles están cayendo por la falta de demanda y no se edifican nuevos. Como la construcción necesita mucha mano de obra, la carencia de demanda creará desempleo y éste una reducción del consumo. España está en una situación difícil porque tiene problemas estructurales. Depende demasiado de la energía y del déficit exterior que, en una recesión, tienen un impacto muy negativo sobre la economía. Este año, el crecimiento del PIB español estará en torno al 1,4%.
P. ¿Y qué se puede hacer?
R. Se deben poner en marcha programas de reestructuración profundos. De reducción de costes, cambios en los balances… Es insostenible que el coste de la mano de obra aumente entre un 3% y un 5% como en los últimos años mientras la productividad no crece. Hay que aumentar la productividad. Y no sólo con medidas puestas en marcha por las empresas; tiene que intervenir el Gobierno. Hacen falta grandes reformas en el mundo laboral, en la productividad y el empleo. Me gustaría ver en dos o tres años crecimientos cero en los costes laborales y un aumento de la productividad. Es vital para la economía española. Además, el Gobierno debe invertir para crear innovación y también infraestructuras. Éstas podrían solucionar en parte el excedente de mano de obra que está dejando el sector constructor. Y, en tercer lugar, se debe invertir más en educación, en el desarrollo de talento.
P. ¿Y cree que el Gobierno de Rodríguez Zapatero va en esa dirección o en la contraria?
R. El Gobierno está dividido. Tiene dos líneas de pensamiento. La que defiende Pedro Solbes, que se basa en seguir las dinámicas del mercado y ajustarse. Y la otra, la que sostiene el propio presidente, es la de introducir medidas sociales. La situación de España es dura, por eso me gustaría que ganasen los puntos de vista de Solbes. Tenemos que apretarnos el cinturón y tomar medidas estructurales.
P. Es pesimista…
R. Pesimista no, realista. La España corporativa lo ha hecho muy bien y está en una buena situación porque tiene empresas muy potentes, como Telefónica, Santander, BBVA, Repsol, Ferrovial, ACS, Acciona, Inditex, Mango, Iberdrola… con una importante presencia internacional y excelentemente gestionadas, que pueden sobrevivir a la crisis sin problemas. Soy un poco pesimista con la macroeconomía. Hay que actuar. Ha habido un largo periodo de tiempo de fiesta tropolunga; ha durado demasiado sin que se tomen medidas y eso crea algunos problemas al Gobierno. Hay que corregir el desvío, actuar. El Gobierno tiene que sentar las bases de actuación. España es capaz de superar la crisis, pero antes tiene que abandonar su complejo de inferioridad. Y acordarse de que en los últimos 30 años sus ejecutivos han estado superando retos y colocando al país entre los de mayor crecimiento mundial.
P. ¿Puede salir Europa reforzada de la crisis? ¿Cómo?
R. Sí si sus gobiernos invierten más en educación, reducen la burocracia y trabajan en aumentar la eficiencia, reduciendo los costes laborales para ser competitivos. Además, hace falta que Europa contribuya al desarrollo de los países emergentes que necesitan productos, innovación y estrategias, en lo que Europa es especialista. Así saldrá favorecida de la crisis, puesto que los países emergentes también tendrán un aumento de costes laborales con su crecimiento. Las empresas y los gobiernos deberían favorecer sectores como el de la biotecnología, el de sistemas de información y conocimiento, nuevas tecnologías…, actividades en las que Europa es puntera, para diferenciarse así de los países emergentes.
– Tribuna: laboratorio de ideas J. Bradford Delong – En el filo de la navaja (El País – 24/8/08)
Llevo desde 2003 diciendo que la economía mundial está terriblemente desequilibrada y se expone a una catástrofe macroeconómica que tendría como resultado uno de los peores episodios de dificultades económicas de los tiempos modernos. Llevo desde 2004 diciendo que la situación, una vez iniciada, probablemente empezaría a verse con claridad transcurrido un año: sabríamos si la economía mundial se corregiría por sí sola o iniciaría una espiral descendente. Entre 2004 y 2007, pensaba que podía estar equivocado acerca de la solución relativamente rápida de las dificultades económicas mundiales: como decía el fallecido Rudi Dornbusch, los desequilibrios macroeconómicos insostenibles pueden sostenerse más de lo que los economistas (con su conmovedora fe en la toma racional de decisiones por parte de los humanos) creen posible.
Sin embargo, hace un año, cuando se hundieron las hipotecas basura en agosto de 2007, lo tenía claro. La situación tenía que resolverse en el plazo de un año, o si no… O bien los bancos centrales conseguían de algún modo enhebrar la aguja y devolver los tipos de cambio y los precios bursátiles a una configuración de equilibrio estable y sostenible, o el caos y las alteraciones en los mercados financieros se extenderían a la economía real y se produciría una gran crisis mundial. Las probabilidades se inclinaban mayoritariamente por el segundo resultado: dificultades macroeconómicas mundiales.
Pero estaba equivocado. Aquí estamos, ha transcurrido un año entero, y las cosas siguen columpiándose en el filo de la navaja.
Permítanme recalcar que no tengo quejas acerca de las políticas aplicadas por la Reserva Federal de Estados Unidos, sobre la que ha recaído la principal parte de la responsabilidad de gestionar la crisis. Desearía -al igual que la Reserva Federal- que se hubiera podido encontrar un modo de hacer soportar a los propietarios de activos financieros una parte de las pérdidas que se avecinan aún mayor que la que han soportado hasta ahora o de la que probablemente soporten. Pero estoy de acuerdo con el vicepresidente de la Reserva Federal, Donald Kohn, en que no es inteligente centrarse en enseñar a los financieros lecciones sobre riesgo moral cuando al hacerlo se corre el riesgo colateral de causar daño en forma de destrucción de millones de puestos de trabajo.
La primera prioridad de la Reserva Federal es intentar impedir que la economía estadounidense caiga demasiado por debajo del pleno empleo, e intentar evitar que el deterioro de la economía estadounidense contamine a las demás. Si el empleo y las rentas se hunden en Estados Unidos, la demanda estadounidense de mercancías importadas se hundirá también, y no sólo caerá en la recesión Estados Unidos, sino todo el mundo.
El empleo en la construcción y en sectores relacionados está disminuyendo a marchas forzadas, mientras los estadounidenses y los extranjeros se recuperan de su ataque de euforia irracional por los precios de la vivienda. El menor entusiasmo por la vivienda sirve para que las empresas fabriles ya no sufran restricciones crediticias cuando busquen capital para expandirse. También significa que el valor del dólar descenderá, y por consiguiente habrá más oportunidades para que las empresas radicadas en Estados Unidos exporten y provean al mercado interno. Los puestos de trabajo se están trasladando de la construcción (y ocupaciones relacionadas) a las mercancías comerciables y a la producción de servicios (y ocupaciones relacionadas).
Pero si el sistema de la intermediación financiera se hunde en una quiebra universal, los productores de mercancías comerciables serán incapaces de conseguir financiación para expandirse. Y si la vivienda y los precios de los títulos con garantía hipotecaria no sólo caen sino que se desploman, todos deberían recordar que el empleo en la construcción cae con más rapidez de lo que el empleo en mercancías comerciables puede crecer. Eso no sería bueno ni para Estados Unidos ni para el mundo.
Y todo bien hasta el momento, al menos en lo que respecta a la economía real estadounidense. Por supuesto, el desempleo en Estados Unidos aumenta, pero si la economía del país está en recesión, se trata de la recesión más suave de todos los tiempos. Sin embargo, desde el punto de vista financiero, la magnitud del caos es escandalosa: tremendos fallos de gestión del riesgo por parte de instituciones financieras altamente endeudadas que han de ser gestores de riesgo de primera si quieren sobrevivir.
Si hace un año me hubieran preguntado si este grado de caos financiero era compatible con una economía interna estadounidense que no estuviese claramente en recesión, habría dicho que no. Si me hubieran preguntado hace un año si pasaría un año sin que o bien se restaurase la confianza en las instituciones financieras o bien se produjesen nacionalizaciones y liquidaciones generalizadas, habría dicho que no. Las configuraciones inestables e insostenibles deben acabar.
Rudi Dornbusch tenía razón: los desequilibrios pueden durar más de lo que los economistas creen posible. Pero eso no significa que al final el agua no corra monte abajo.
(J. Bradford DeLong es catedrático de Economía en la Universidad de California en Berkeley y ex sub secretario del Tesoro de Estados Unidos. © Project Syndicate, 2008)
– Reportaje: breakingviews.com – Por favor, permanezcan sentados (El País – 24/8/08)
(Por Robert Cyran)
Investigación de analista: supuestamente las crisis hacen aflorar lo mejor de las personas. Por desgracia, la crisis crediticia no ha tenido esa consecuencia en la mayoría de los analistas bursátiles de Wall Street. Sus clasificaciones, la mayoría llenas de un radiante sol tipo Pollyana en lugar de útiles augurios de fatalidades, han servido de poco a los golpeados accionistas.
Cierto es que algunos analistas vieron cómo se fraguaba el problema y alertaron a sus clientes. Y en cualquier caso, los analistas son en parte responsables de no desencadenar estampidas. Las instituciones financieras se basan en la confianza. Una recomendación irresponsable puede sembrar el pánico y machacar un título. Pero una cosa es gritar "¡fuego!" en un cine abarrotado y otra enviar notas que explican por qué los inversores no deberían hacer caso del humo que ven.
Tomemos por caso la opinión de Wall Street sobre dos valores muy destacados estos días: Fannie Mae y Freddie Mac. Los dos gigantes hipotecarios tienen obligaciones por valor de 3,4 billones de euros, lo que significa que están endeudados aproximadamente en una proporción de cincuenta a uno. Los precios de las viviendas están cayendo y, lo que es peor, no se vislumbra el fin de esa tendencia debido al gran número de casas actualmente vacías. El Tesoro (Ministerio de Hacienda) estadounidense ha dicho en esencia que un posible rescate financiero perjudicará a los accionistas corrientes. Pero la mayoría de los analistas sigue calificando las acciones de ambas empresas con respaldo estatal con un "comprar" y los precios indicativos medios de sus acciones duplican con creces el actual valor del mercado.
Hay otros muchos ejemplos, como las recomendaciones de Wall Street sobre AIG, una de las aseguradoras con problemas. Sus acciones han perdido este año casi dos tercios de su valor. En mayo, la empresa ampliaba su capital en 13,5 millones de euros. Y ahora los analistas piensan que pronto deberá ampliarlo considerablemente más, debido a las pérdidas registradas en las permutas de impago de crédito -credit default swaps-. Pero incluso los analistas más sensatos adoptan posturas relativamente optimistas respecto a los problemas de la empresa. "Los negocios de AIG son tan complejos que la dirección tal vez ni siquiera conozca con exactitud cuáles son los riesgos máximos de la empresa y mucho menos las pérdidas", explicaba uno de los analistas de Goldman Sachs. Pero el mismo experto ha puesto un precio indicativo de 23 dólares por acción, lo cual da a entender que las acciones de AIG están bien valoradas. Otros analistas son más alcistas, de modo que el precio indicativo medio de las acciones ronda los 39 dólares.
Por supuesto, como decía el conocido jugador y entrenador de béisbol Yogi Berra (que dio nombre al famoso dibujo animado oso Yogi), "es difícil hacer predicciones, en especial sobre el futuro". Si algo hemos aprendido de sus repetidas opiniones absurdamente optimistas es que cualquier observador debería preguntarse a quién tienen verdaderamente en cuenta los analistas, si a los inversores o a las empresas a las que califican.
– EEUU relaja las condiciones a los deudores de IndyMac Federal (Negocios – 24/8/08)
(Por J. Mas / G. Velasco)
El hundimiento, el pasado 11 de julio, de IndyMac Federal, una de las mayores financiadoras residenciales de EEUU, es un gran desafío para la Organización Federal de Seguros de Depósitos Bancarios (FDIC, por sus siglas en inglés). La entidad estadounidense, encargada de garantizar sus ahorros a los depositantes del país, deberá hacer frente a unos gastos relacionados con la liquidación de la entidad que podrían alcanzar los 8.000 millones de dólares. En un intento por hacer que la operación resulte menos gravosa, las autoridades lanzarán un Programa de Modificación de Préstamos Impagados, que será puesto en aplicación con carácter inmediato.
Menos morosos
El paquete de medidas trata de facilitar que los deudores en apuros puedan hacer frente a sus pagos, con lo que muchos préstamos podrán pasar de una situación morosa a otra plenamente regularizada. Con ello, se conseguirá reducir los elevados costes de embargo y ejecución hipotecaria, y aumentar el valor de liquidación de la entidad. Éste es, precisamente, uno de los principales cometidos de la FDIC.
Las modificaciones en las condiciones de los préstamos irían destinadas, según la FDIC, a lograr una ratio DTI (relación entre los ingresos del deudor y sus pagos de principal e intereses) del 38%, nivel considerado sostenible por la institución. Entre las vías propuestas para lograrlo están la reducción del tipo de interés, y el aplazamiento de los repagos.
Las medidas llegan justo cuando se produce un recrudecimiento de los problemas: el viernes pasado la FDIC dio a conocer otro cierre bancario en el país, el del Columbian Bank and Trust de Kansas, última víctima de la crisis. En esta ocasión, el naufragio es menor, puesto que el volumen de activos de la entidad es de sólo 752 millones de dólares, frente a los 32.000 millones que alcanzaban los de IndyMac.
– Wall Street cae un 2% abatido por la angustia del sector financiero (Cinco Días – 25/8/08)
(Por M. Iñiguez)
Adiós a la esperanza. La especulación sobre el futuro de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, así como del banco de inversión Lehman Brothers caló en el ánimo de los inversores estadounidenses desde el primer minuto de la sesión. El Dow Jones perdió más de 240 puntos al ceder más de un 2%. El repunte del crudo, además, se encargó de poner fin a cualquier perspectiva de rebote.
De esta manera, el selectivo industrial perdió un 2,08% y retrocedió hasta los 1.386 puntos. El S&P 500 restó un 2,03%, mientras que el tecnológico Nasdaq 100 recortó un 1,96%.
Los inversores retiraron posiciones sobre el sector financiero, tras la subida protagonizada el pasado viernes.
AIG se convirtió en el valor más castigado, al perder un 5,49%. Los títulos de la aseguradora cayeron a sus mínimos de 13 años y cerraron en 18,78 dólares, después de que Credit Suisse redujera su precio objetivo de 30 a 22 dólares y anticipara en las cuentas de la aseguradora una enorme pérdida para su tercer trimestre.
El resto del sector también sufrió notables caídas. Bank of America se dejó un 4,14% en el parqué y JP Morgan un 4,09%. Las acciones de Citi, el mayor banco por activos de EEUU, cedieron un 2,92%…
En el S&P 500, Freddie Mac y Lehman Brothers estuvieron en el punto de mira de los inversores. La firma hipotecaria lideró las ganancias tras revalorizarse un 17%, después de vender cerca de 2.000 millones de dólares en deudas. También se benefició del informe de una analista de Citigroup, que ve "improbable" la nacionalización de la firma hipotecaria.
Ni siquiera el dato de ventas de vivienda de segunda mano, algo mejor de lo esperado, animó a los inversores más optimistas, que quedaron eclipsados tras un nuevo repunte del petróleo…
El futuro de Lehman Brothers
Las acciones del cuarto banco de inversión estadounidense caen más de un 79% desde enero. Hoy, Lehman se convirtió en uno de los peores valores del S&P 500 después de que el presidente del regulador financiero surcoreano, Jun Kwang-woo, aconsejara al Korea Development Bank adoptar una posición "prudente" respecto a la potencial adquisición de algún banco extranjero.
Los comentarios de Kwang-woo hacían mención al interés que el banco surcoreano había mostrado por Lehman Brothers, según publicó el diario Financial Times.
– Las ganancias semestrales de la gran banca mundial retroceden un 64% (Negocios – 25/8/08)
(Por Juan Más)
Lo mejor que puede decirse de los resultados bancarios a junio de 2008 es que no han pillado a nadie por sorpresa. Tras meses sufriendo un persistente goteo de malos datos, las cuentas semestrales han venido a confirmar fielmente lo que se veía venir: el sector financiero internacional acaba de dejar tras de sí el peor ejercicio del que se guarda memoria. Las ganancias de las grandes entidades internacionales tomadas en su conjunto sufren un retroceso del 64% con respecto a los primeros seis meses de 2007.
Al margen de lecturas catastrofistas, varios datos llaman poderosamente la atención en las cuentas financieras de los bancos…
Por primera vez en la historia un banco chino, el ICBC, es el que más gana del mundo. El asiático alcanzó los 6.388 millones de euros en el periodo, con un crecimiento interanual del 57%. Además, su compatriota CCB es la entidad que consigue un mayor crecimiento de sus ganancias, al aumentar éstas un 71%. CCB, con sus 5.800 millones de euros de beneficios, adelanta así al británico HSBC y alcanza el segundo lugar del ránking mundial. El logro no es menor, teniendo en cuenta que supone una escalada de once puestos en la lista de los mayores bancos por beneficios.
A este respecto, hay que tener en cuenta que los chinos se han aprovechado de una posición de resguardo frente a las turbulencias financieras, así como del tirón de su mercado doméstico. No en vano, la economía china creció en 2007 a una tasa del 11,3%, el mayor ritmo dentro de una década marcada por incrementos históricos del Producto Interior Bruto (PIB) de la potencia comunista. Pero el buen comportamiento del mercado chino no sólo ha propulsado el crecimiento de los bancos nacionales: también ha sido clave para equilibrar las cuentas de entidades de otros países con fuerte presencia en extremo oriente. Es el caso, sobre todo, de HSBC. El crecimiento de su negocio en el periodo se debió, en un 70%, a su apuesta por los mercados emergentes. Más en concreto, por el territorio continental chino, donde el banco ha incrementado sustancialmente su actividad de banca comercial. Todo ello ha ayudado a la entidad a compensar las provisiones por valor de casi 4.300 millones de euros en el periodo.
Pérdidas en EEUU
De la misma manera, los incrementos de la banca china enmascaran en cierta medida la verdadera magnitud de las caídas. Y es que, si tenemos en cuenta tan sólo los resultados de la gran banca de Estados Unidos, epicentro de la crisis subprime, tenemos que los beneficios financieros caen nada menos que un 97% (la banca europea, por su parte, retrocede un 65,8%). De ganar 30.780 millones de euros en la primera mitad de 2007, los seis representantes americanos pasaron a ganar escasamente 1.000 millones en el presente ejercicio.
Pero si hablamos de números rojos, la entidad que más pierde no es americana, sino la suiza UBS. Sus 7.336 millones de pérdidas suponen un drástico descenso en comparación con las ganancias logradas a junio de 2007, de 5.291 millones. Los últimos meses han supuesto una verdadera catarsis para la entidad, que ha anunciado profundos cambios estructurales, como la separación de sus divisiones y una renovación a fondo de su cúpula directiva.
– El FMI recorta su previsión de crecimiento de la eurozona al 1,4% en 2008 y 0,9% en 2009 (Negocios – 25/8/08)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) habría revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para la zona euro en 2008, que pasaría a un 1,4% frente al 1,7% previsto en la última actualización del informe de la institución internacional sobre la eurozona, mientras que de cara a 2009, el FMI prevé un crecimiento del 0,9%, tres décimas por debajo de la anterior estimación.
De acuerdo con los datos contenidos en una nota de la institución que iba a ser difundida en la próxima reunión del G-20, el FMI espera que el crecimiento de la economía mundial sea del 3,9% en 2008, frente al 4,1% previsto en el último informe de perspectivas económicas mundiales, y del 3,7% en 2009, dos décimas menos que en la anterior previsión, según indicó un funcionario del G-20 que no quiso ser identificado.
Por otro lado, las nuevas previsiones del FMI mantienen sin cambios las proyecciones para la economía de EEUU en 2008, que crecería un 1,3%, mientras que ajustó la previsión para 2009 hasta el 0,7%, una décima menos.
Los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G-20 se reunirán la próxima semana en Río de Janeiro. El grupo acoge a Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Reino Unido y EEUU, a los que se suma la Unión Europea.
– Y van nueve: el Columbian Bank & Trust también echa el cierre en EEUU (El Confidencial – 25/8/08)
El comisionado bancario de Kansas, J. Thomas Thull, y la Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC) procedieron el pasado viernes al cierre del banco Columbian Bank & Trust, lo que eleva a nueve el número de entidades que han colapsado en lo que va de año, apenas tres por debajo del récord establecido en 2002.
En concreto, según los datos consultados por Europa Press, las autoridades bancarias estadounidenses han procedido al cierre en lo que va de año de los bancos First Priority Bank (Florida), First National Bank of Nevada (Reno), First Heritage Bank e IndyMac Bancorp (California); First Integrity Bank (Minnesota), ANB Financial (Arkansas), Hume Bank y Douglass National Bank (Missouri).
Las autoridades estatales y federales acordaron la venta de los depósitos garantizados del banco de Kansas a la entidad Citizens Bank & Trust, que también pactó la compra de 85,5 millones de dólares (58 millones de euros) en activos del Columbian Bank & Trust por lo que las nueve sucursales del banco domiciliado en Topeka abrirán hoy sus puertas ya como filiales de Citizens Bank & Trust.
Columbian Bank & Trust Company contaba el pasado 30 de junio con activos por importe de 752 millones de dólares (509 millones de euros) y depósitos por valor de 622 millones de dólares (421 millones de euros), de los que alrededor de 46 millones de dólares correspondían a 610 cuentas con depósitos no asegurados.
Asimismo, la entidad de Kansas también contaba con unos 268 millones de dólares (181,5 millones de euros) en depósitos negociados que no forman parte de la transacción efectuada con Citizens Bank & Trust, ya que FDIC abonará directamente a los 'brokers' las cantidades correspondientes a los fondos asegurados.
El coste de la operación para el fondo de garantía de depósitos de FDIC podría alcanzar unos 60 millones de dólares, indicó el regulador, que destacó que se trata del primer cierre de un banco en Kansas desde el colapso del Midland Bank of Kansas en 1993.
Desde el año 2000 las autoridades bancarias de EEUU han cerrado un total de 37 entidades, siendo el año 2002 el más problemático hasta la fecha con doce cierres, mientras que en los años 2005 y 2006 no se produjo el colapso de ninguna entidad.
– La crisis se ceba con los satélites del euro: Dinamarca imita al Reino Unido en el respaldo estatal de la banca (El Confidencial – 26/8/08)
(Por R. J. Lapetra)
Vivían al margen. Quisieron hacerlo. Y ahora afrontan las consecuencias de la mayor crisis financiera en décadas y la más grande de la banca desde los años 80. En EEUU, con un mercado atomizado al extremo, están acostumbrados a ver a los bancos en momentos de dificultades o recesión. Pero en Europa es otra cosa. Para los habitantes de la tierra del estado del bienestar y la estabilidad, ver caer un banco arraigado en la comunidad rompe los esquemas, como ha terminado ocurriendo en Dinamarca con el Roskilde Bank, una de las mayores entidades regionales danesas y el octavo del país por valor en bolsa.
El banco mantenía unas obligaciones superiores a los 5.000 millones de euros y se había declarado insolvente semanas atrás, lo que ha provocado la intervención del Banco Central de Dinamarca, que junto a Reino Unido y Suecia configura el eje tradicional de países euro escépticos con el euro, la moneda única de la Unión Europea (UE). La intervención del Roskilde le costará a las arcas públicas danesas un mínimo de 600 millones de euros, que supone la inyección inicial de capital para sanear su balance.
Según su propia auto descripción, la entidad calificaba de "equilibrada" su cartera de créditos, pero bajo ese eufemismo se escondía un 45% de préstamos concentrados en el sector del ladrillo. Con 32.500 accionistas, 600 empleados y más de 100.000 clientes cumplía a la perfección la descripción de banco mediano en la esfera local, aunque extremadamente pequeño en el tablero internacional, donde las grandes áreas económicas se convierten en refugio frente a otras más pequeñas, especialmente, si tienen moneda propia. Según informa la prensa danesa, el Roskilde, que ha cambiado su marca por The New Bank (El Nuevo Banco) vivirá a partir de ahora bajo la tutela del banco central, que mira de cerca otras entidades como Trelleborg Bank.
Es otra de las caras de la crisis. Porque si ya es difícil obtener financiación para algunas entidades en la zona euro, para los bancos con base fuera de la unión monetaria los obstáculos crecen en altura. Dinamarca mantiene como divisa oficial en curso la corona danesa y, ante la próxima entrada en recesión económica del país, su valor en los mercados se ha deteriorado rápidamente: hasta un 10% frente al dólar estadounidense desde mediados de julio -su valor ante el euro está prácticamente anclado- Precisamente, Dinamarca aplazó sine die la consulta a sus ciudadanos sobre la adopción del euro, prevista para el último trimestre de este año, tras el "no" de Irlanda a la Constitución europea. Sin embargo, la crisis financiera podría hacer cambiar de opinión al Gobierno que dirige Anders Fogh Rasmussen. Dinamarca ya rechazó al euro en el año 2000.
La libra y la inestabilidad bancaria en Reino Unido
Paradójicamente fue en mayo cuando Dinamarca tuvo que salir en ayuda de otro país, Islandia, para estabilizar su pequeño sistema bancario. Junto a los bancos centrales de Suecia y Noruega, los daneses extendieron una línea bilateral de intercambio ("swap") de euros por coronas islandesas con el banco central de Islandia, Sedlabanki, por importe de 500millones de euros. Otro satélite de la eurozona es Reino Unido, con una economía más sólida y exponencialmente más grande, pero que ya ha vivido un episodio similar con la salida al rescate del Northern Rock o el intercambio de hipotecas por bonos del Tesoro, respaldados por el Estado, con distintos bancos, por 65.000 millones de euros.
Reino Unido ha visto en el último año como sus grandes bancos, salvo excepciones como el HSBC, Lloyds o Barclays, caían bajo el fuego de la crisis. Santander ha puesto de relieve las debilidades del sistema inglés barriendo en el mercado hipotecario a los rivales de su filial Abbey, gracias a la posibilidad de acudir a la liquidez del Banco Central Europeo (BCE) en lugar de al Banco de Inglaterra, que es más cara. Alliance & Leicester, comprado a precio de saldo por el propio banco español, ha sido uno de los últimos en caer. Standard Chartered, el RBS, Bradford & Bingley… La libra ha sufrido una caída del 7% en las últimas semanas frente al dólar estadounidense, evidenciando el aislacionismo.
El propio Banco de Inglaterra lo reconocía este fin de semana. Según el nuevo subgobernador del banco central, Charles Bean, la actual crisis de los mercados financieros "es comparable al menos con la sufrida en 1970". "El año pasado esto era una crisis financiera que pensábamos que con un poco de suerte podría haberse superado en Navidad, pero se ha alargado ya durante un año y parece que se extenderá aún por un periodo de tiempo considerable", indicó Bean. Algunos analistas temen que pueda sufrir el síndrome islandés, en referencia a la inestabilidad, alta inflación e inestabilidad sobre su divisa que le generó a la isla nórdica la reciente crisis de sus bancos.
– EEUU identifica 117 entidades financieras con problemas (El País – 27/8/08)
(Por S. Pozzi)
La lista de entidades financieras en apuros sigue creciendo en Estados Unidos. La agencia que da cobertura a los depósitos bancarios -la FDIC, por sus siglas en inglés-, identificó durante el segundo trimestre a 117 bancos "con problemas", casi una treintena más que en el trimestre precedente. Se trata del número más alto desde mediados de 2003, pero aún así es una cifra inferior a la que se esperaba. Unos 8.500 bancos figuran bajo el paraguas de la FDIC.
Al informe de esta agencia apenas se le prestaba atención cuando las cosas iban bien en Wall Street. Hasta que el colapso del mercado de crédito por la crisis hipotecaria empezó a cobrarse las primeras víctimas en el sector financiero, como la quiebra de la californiana IndyMac Bancorp, en julio.
En el parqué neoyorquino se esperaba una situación mucho peor de la reflejada en las 20 páginas que contiene el informe de la FDIC. Las entidades identificadas como problemáticas manejan activos por un valor de 78.000 millones de dólares (53.000 millones de euros), frente a los 26.000 millones del primer trimestre. De ese total, unos 32.000 millones pertenecen a IndyMac.
Problemas regionales
Los bancos están aumentando sus reservas para compensar las pérdidas que están acusando por el deterioro del mercado de crédito. En junio se contabilizaron 50.200 millones, comparados con los 11.400 millones de hace un año. Las ganancias del sector cayeron un 86% en el trimestre, hasta los 5.000 millones, su nivel más bajo desde 1991.
Los bancos regionales son los que presentan mayores problemas. La FDIC, que ha intervenido ya en el cierre de nueve entidades este año -cinco de ellas en verano- urge a que estas firmas desarrollen planes de contingencia, que aseguren que disponen del capital necesario para hacer frente al temporal o ante una eventual fuga de clientes, como la sufrida por IndyMac.
En paralelo, la Reserva Federal (el banco central estadounidense) publicó ayer el acta con los detalles de su última reunión, en la que dejó los tipos de interés intactos en el 2%. El consenso entre los miembros del equipo que preside Ben Bernanke se decanta a favor de que el próximo movimiento sea hacia el encarecimiento del precio del dinero. La Fed rebajó además sus previsiones económicas para el segundo semestre del año y el primero de 2009.
– Un nuevo dolor de cabeza para los bancos de Europa y EEUU (The Wall Street Journal – 27/8/08)
(Por Carrick Mollenkamp)
Bancos de Estados Unidos y Europa, que ya acusan los estragos provocados por sus pérdidas y las preocupaciones sobre su salud financiera, enfrentan un dolor de cabeza en los próximos meses: cómo pagar los cientos de miles de millones de dólares que tomaron prestado antes de que empezara la contracción del crédito.
En el meollo de la cuestión está la deuda de tasa flotante, valores utilizados muy a menudo por los bancos para endeudarse en 2006. Una gran parte de estos papeles vence dentro de los próximos 12 meses, en un momento en que los bancos están teniendo dificultades para recaudar nuevos fondos. Esto los está obligando a vender activos, competir agresivamente por depósitos y emitir nueva deuda a precios exorbitantes.
El próximo mes, sin ir más lejos, vencen US$ 95.000 millones en bonos a tasa flotante. Alexander Roever, analista de JP Morgan Chase & Co., calcula que las instituciones financieras deberán pagar unos US$ 789.000 millones en bonos a tasa flotante y otras obligaciones de medio plazo antes de fines de 2009. La cifra representa un alza del 43% frente a lo que tuvieron que redimir en los últimos 16 meses.
El problema ilustra cómo el dolor provocado por la contracción crediticia, que está entrando en su segundo año, no va a pasar pronto para los bancos ni la economía en general. Mientras los bancos tratan de pagar sus obligaciones, probablemente verán menguar sus márgenes de ganancias ante la insistencia de los inversionistas de exigir mayores tasas de interés para los nuevos préstamos. También es probable que se muestren aun más reacios a extender nuevos créditos a consumidores y compañías, agravando la desaceleración económica en EEUU y Europa. "Será un mayor problema ahora que en el primer semestre, pero continuará al menos durante nueve meses", advierte Guy Stear, estratega de crédito de Société Générale SA en París.
Para fines de este año, entidades de la envergadura de Goldman Sachs Group Inc., Merrill Lynch & Co., Morgan Stanley, Wachovia Corp., y el prestamista británico HBOS PLC deberán pagar cada uno más de US$ 5.000 millones para cancelar bonos de tasa flotante, según un informe reciente de JP Morgan. Otras grandes empresas, como General Electric Co., Wells Fargo & Co., y UniCredit Group también deberán cancelar grandes facturas en los meses venideros, indica el informe.
Las tasas que tendrán que pagar si quieren refinanciar la deuda serán mucho más altas que las que obtuvieron en 2006. En julio, las tasas de interés para los bonos de tasa flotante estaban apenas 0,02 puntos porcentuales por encima de la Libor, la tasa interbancaria británica que debería reflejar lo que los bancos se cobran por prestarse entre sí. En la actualidad, la diferencia, o spread, es de al menos dos puntos porcentuales.
Representantes de los bancos y de los bancos de inversión aseguraron estar en perfectas condiciones para pagar los bonos de tasa variable, ya sea porque consiguieron los fondos necesarios o porque tienen suficientes depósitos de clientes a los cuales recurrir.
Sin embargo, a medida que muchos bancos compiten por fondos para financiar sus pagos o se desprenden de activos para levantar capital, sus actos podrían exacerbar la presión sobre los mercados financieros. Los bancos que decidan tomar préstamos a corto plazo también tendrán que renovarlos más a menudo, aumentando el riesgo de que no logren conseguir dinero cuando lo necesiten.
La mayoría de los pagarés están denominados en dólares, pero también hay vencimientos en euros para bancos europeos y estadounidenses. En los últimos cuatro meses del año expiran bonos por un valor de entre 15.000 y 20.000 millones de euros al mes, dice Stear, el estratega de Société Générale, comparado con cifras de entre 7.000 y 15.000 millones de euros en el primer semestre de 2008.
Los vencimientos tienen lugar en momentos en los que los problemas en los mercados a los que los bancos acuden para endeudarse, no muestran signos de amainar. En una clara señal de las dudas acerca de la salud de los bancos, la tasa Libor a tres meses sigue muy por encima de las tasas de los bancos centrales esperadas para el mismo período.
Los bancos tienen dificultades para conseguir fondos incluso a tasas más altas. Los mercados de titularización que habían permitido a los bancos reorganizar y vender hipotecas a los inversionistas siguen casi cerrados.
Los bancos casi nunca se hacen préstamos por más de una semana, e incluso los préstamos con valores como garantía se están encareciendo. Al mismo tiempo, la presión sobre los activos de los bancos va en aumento. Las empresas, por ejemplo, han estado haciendo uso de líneas de crédito extendidas antes de la crisis, forzando a los bancos a prestar más justo cuando quieren reducir su riesgo.
Todas estas fisuras en los mercados de capital han vuelto a las instituciones financieras más dependientes de los bancos centrales de EEUU, Europa y Gran Bretaña. Muchos bancos, por ejemplo, han estado empaquetando valores con hipotecas y préstamos a empresas con el exclusivo fin de usarlos como colateral para obtener financiamiento del Banco Central Europeo o la Reserva Federal. Algunos inversionistas se preguntan hasta cuándo deberían los bancos centrales apuntalar a las instituciones financieras.
Algunos bancos no han tenido inconvenientes para colocar nueva deuda. El Banco Santander SA vendió en julio 2.000 millones de euros de deuda a tasa fija, pero también incrementó los pagarés de corto plazo que puede vender en 10.000 millones de euros, a 25.000 millones de euros. De ser usados para financiar bonos de mayor plazo, eso incrementaría significativamente la frecuencia en la que el banco español debería refinanciar grandes cantidades de sus préstamos.
Un vocero de Santander manifestó que el banco se siente muy cómodo con su capacidad para cumplir sus obligaciones.
– EEUU crece al 3,3%, pero no disipa el temor a la recesión (Negocios – 28/8/08)
(Por Carlos Álvaro)
La economía de EEUU avanzó a un inesperado y notable paso del 3,3% anual en el segundo trimestre, gracias a una balanza comercial mejor de lo que cabía prever. Pero las perspectivas para la segunda mitad del año distan de ser positivas, lo que vuelve a relanzar la posibilidad de un segundo plan de estímulo, máxime cuando el Gobierno no podrá contar ya con apoyo desde el ámbito monetario, como acaba de dejar claro la Reserva Federal, al señalar que el próximo movimiento de tipos será al alza.
Y es que, pese a la debilidad, la meta del banco, que ayudó a evitar la recesión con recortes agresivos desde agosto de 2007 hasta primavera, es ahora atajar la inflación.
La primera economía mundial sorprendió en abril-junio con el mayor crecimiento desde el tercer trimestre de 2007, impulsada por un comercio exterior que sumó 3,1 puntos al PIB gracias a la progresión del 13,2% en las exportaciones, beneficiadas por meses de dólar bajo. El gasto en consumo se mantuvo bajo mínimos, con un avance del 1,7%. La Administración revisó al alza la estimación previa de PIB (+1,9%) y mantuvo en el 0,9% el avance del primer trimestre. A finales de 2007, el país se había contraído el 0,2%
Sin embargo, para lo que queda de año las perspectivas no son halagüeñas. El FMI piensa ya que EEUU puede registrar un retroceso en el segundo semestre. Y no es el único. La Fed otea un crecimiento débil y su jefe en Dallas, Richard Fisher, ve la economía en punto muerto" en la segunda mitad. "EEUU avanzará a paso de caracol, si no se paraliza", dijo.
Ojo al segundo semestre
Para el banco suizo UBS, EEUU probablemente entrará en recesión en el segundo semestre, una vez que atenuado el efecto de las medidas presupuestarias (el plan Bush) y monetarias (la rebaja de tipos). El FMI, con todo, es más optimista sobre EEUU que sobre Europa en el borrador de su informe semestral, en el que mantiene la previsión de un avance del 1,3% en 2008 y baja del 0,8% al 0,7% el de 2009.
El jefe de la Fed, Ben Bernanke, acaba de admitir que EEUU afronta "una de las coyunturas más complicadas de las que se tienen memoria", mientras colegas del banco como Dennis Lockart alertan del "inquietante nivel de inflación" que acompaña a la debilidad económica y creen que la tasa seguirá por encima del 4% a medio plazo.
Aunque hay temor a un poco boyante tercer trimestre, algunos datos dan esperanza: los pedidos crecieron el 1,3% en julio y, según el Conference Board, la confianza del consumidor progresó en agosto de 51,9 a 56,9 puntos, dato que sugiere que, aunque la economía siga paralizada hasta fin de año, podría resurgir en 2009. Pero no todo son rosas: el índice compuesto, que prefigura la marcha económica a seis meses, y que acusó una baja del 0,7% en julio. Además, y tras un repunte en junio, el inmobiliario volvió a dar malas noticias en julio, con una caída del 11% en la construcción de nuevas casas. Y el precio de la vivienda cayó el récord del 15,9%.
Ni cuándo ni cuánto
En las minutas de su última reunión, la Fed ha dejado claro que el próximo movimiento en tipos (hoy en el 2%) será al alza, si bien no se atreve a fechar la subida. La Fed augura "una leve aceleración de la inflación en el segundo semestre" y "subirá las tasas tarde o temprano, pero el calendario dependerá de los datos económicos". De momento, entre el 80% y el 92% de los analistas consultados por Bloomberg cree que no habrá cambios en las citas de septiembre y octubre.
La subida se producirá a pesar de que el banco ha rebajado su expectativa de crecimiento para 2008 y 2009, debido a la debilidad del consumo, que en EEUU supone el 70% del PIB. La Fed cree ahora que EEUU crecerá menos del 1%-1,6% por el "deterioro laboral; la continuidad de condiciones financieras desfavorables; la menor confianza y el declive industrial.
El frente del empleo inquieta. EEUU suprimió trabajo en julio, por séptimo mes (51.000 empleos netos) y el paro escaló del 5,5% al 5,7%, el mayor dato desde 2004. En mayo se perdieron 47.000 y en junio, 51.000. Desde enero, EEUU ha suprimido 463.000 puestos.
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