Otro de los valores destacados del sector ha sido Bank of America, que se ha anotado una subida del 22% hasta los 22,62 dólares. Pero no ha sido el único, las subidas del resto de bancos en su mayoría presentan las dos cifras. Lehman Brother ha terminado un 26% arriba, Citigroup un 13%, National City un 22%, Ambac un 16%, Sovereign un 15,46%, Merrill Lynch un 13,41% y Morgan Stanley un 13,06%…
– Los grandes bancos entonan el mea culpa de la crisis financiera (Intereconomía – 17/7/08)
Las grandes entidades financieras mundiales entonan el mea culpa. Además, reconocen su responsabilidad en la actual crisis financiera global. Por otro lado, prometen portarse bien de ahora en adelante, y estudian que medidas tomar para evitar que se repita.
Según la asociación IIF, la asociación bancaria que cuenta con más miembros, son ellos mismos los responsables de esta catástrofe que ha hecho que la FED y el BCE tengan que actuar sin ton ni son en favor de paliar la crisis. "La industria de servicios financieros reconoce plenamente su responsabilidad", ha declarado este jueves Josef Ackermann, responsable del gigante financiero alemán Deutsche Bank.
El informe destaca que, de cara al futuro, los incentivos salariales a los profesionales del sector deberían reflejar los intereses de los accionistas y una visión de beneficios a largo plazo y no deberían de animar a asumir un riesgo excesivo. Igualmente importante es reforzar el acceso a la liquidez, o efectivo, que escasea ahora en los mercados. Para ello se requiere, según los banqueros, que el sector tenga en cuenta la liquidez a la hora de planificar, diseñar productos financieros y tomar decisiones empresariales.
Además, el sector concuerda en la importancia de una estandarización y armonización en el mercado de productos estructurados (que incluyen distintos productos, en ocasiones complejos, pero se comercializan como uno solo). Más de 100 altos ejecutivos de 65 grandes firmas financieras participaron en la elaboración del informe durante los últimos nueve meses).
El presidente del Deutsche Bank admite además que "existieron serias debilidades en las prácticas empresariales, que contribuyeron significativamente a ampliar los problemas en el total de la industria de servicios financieros y la economía en su conjunto".
"Es esencial para la industria reformarse", concluye el banquero, que habló en nombre del sector y explicó que los cambios propuestos son necesarios para que inversores y mercados recuperen la confianza perdida en la industria financiera, tras la debacle que ellos mismos según reconocen han provocado.
Esas reformas, detalladas en un informe de 200 páginas presentado en Washington por Ackermann y otros altos ejecutivos del sector, representan la respuesta de los bancos a la inestabilidad global desencadenada a raíz de la crisis en el sector por las hipotecas subprime que arrancó en agosto del año pasado.
Las oleadas expansivas de esa crisis, de las que muchos culpan, y no sin razón a raíz de este informe, a los propios bancos por la titulación de activos hipotecarios de alto riesgo que se comercializaron como valores de gran calidad y paquetes de deuda estructura que se vendieron sin dar a conocer el verdadero contenido de esta bomba de relojería que ha ido dejando víctimas por doquier.
Para atajar la crisis en los mercados y el endurecimiento del acceso al crédito, Ackermann y sus colegas proponen mejorar la gestión de riesgos, las políticas de compensación a los profesionales del sector y la valoración de activos.
Los portavoces del IIF dicen que existe también consenso en el sector sobre la necesidad de reformar la gestión de la liquidez y la calificación de productos estructurados. Además, los gigantes de la banca, a los que en el último año se ha acusado de oscurantismo, parecen coincidir ahora en que es preciso aumentar la transparencia.
Ackermann dijo que el informe recién presentado cuenta con un "fuerte y amplio respaldo" y confió en que el grueso del proceso de reformas finalice a finales de año.
El estudio asegura que las firmas se comprometen a abordar evaluaciones críticas y regulares y a ajustar sus planes y políticas según sea necesario.
Ackermann aventuró que la actual crisis financiera se aproxima a su final, aunque alertó de que continuará la amenaza inflacionista fruto de los altos precios energéticos.
Insistió, además, en que las propuestas de reforma no sólo ayudarán a capear el actual temporal, sino a prevenir crisis futuras, mediante la creación de un Grupo de Supervisión de Mercado (MMG) para detectar debilidades en los mercados y el sistema financiero.
Por su parte, Rick Waugh, presidente del banco canadiense Scotiabank, ha señalado que el sector bancario ha pagado "muy caros" sus errores y destacó que el papel de la industria bancaria es "esencial" tanto para los mercados financieros como para el futuro de las economías globales.
– Fannie Mae y Freddie Mac han invertido 200 millones de dólares en comprar influencias políticas (El Confidencial – 18/7/08)
(Por J. R. Estévez Pozo)
¿Cómo puede ser que Fannie Mae y Freddie Mac hayan podido sobrevivir a los números negativos, a la crisis y a los escándalos? No es gracias al duro trabajo ni a planes innovadores sino al gasto, durante la última década, de casi 200 millones de dólares para comprar influencias políticas.
Las dos sociedades semipúblicas han llevado a cabo una operación muy sofisticada gracias a la cual se han asegurado tener a su favor a personajes muy influyentes de Washington. Como consecuencia, Fannie Mae y Freddie Mac han tenido a lobbys presionando a los legisladores y éstos a la Casa Blanca.
Entre sus "empleados", las hipotecarias cuentan con agentes de bolsa con poder en Washington que tocan todos los niveles posibles de política. De esta manera se han cercado a Rick Davis, gerente de la campaña presidencial del aspirante republicano John McCain; y a la cabeza pensante de la campaña de Barack Obama, Jim Johnson.
¿Cómo se han beneficiado? De por sí, Fannie y Freddie tienen ventajas especiales como la exención de impuestos sobre la renta estatal y local o la capacidad de recibir préstamos con un interés bajo. Cuando sus acciones bajaron la semana pasada, sus aliados del gobierno ampliaron su ayuda económica con un plan que aprobará el Ministerio de Hacienda, la Reserva Federal y, posiblemente, el Congreso.
La carrera por la presidencia, en el punto de mira
Arthur B. Culvahouse Jr. y Jim Jonson, personas con mucho peso en las campañas de McCain y Obama, respectivamente, trabajaron para las gigantes hipotecarias. Durante años, Rick Davis fue presidente de un grupo de abogados conducido por Fannie Mae y Freddie Mac, que defendió a las dos compañías contra la regulación americana.
Hasta ahora, Freddie Mac ha contribuido con 555.567 dólares para las campañas presidenciales mientras que Fannie Mae lo ha hecho con 1,1 millones de dólares. En total, las dos compañías han gastado 170 millones de dólares para conseguir influencias.
Desde la gerencia de la campaña de McCain se ha negado esta información. "Si es necesario, diremos todo lo que tenemos que ver con Fannie y Freddie para que se vea la verdad", dijo el consejero económico de McCain, Douglas Holtz-Eakin.
Un portavoz de la campaña de Obama se negó a comentar la noticia, sólo apuntó que el antiguo presidente de Fannie Mae, Jim Jonson, renunció a su puesto de la campaña en junio por los gastos excesivo que estaba cosechando.
Momento clave
Las operaciones entre el gobierno y Fannie viene desde mediados de los años 90, cuando el presidente de la compañía, Jonson, "mandó" a Washington a Robert Zoellick, ex ejecutivo de la hipotecaria y que sirvió en administraciones de Bush padre y de Clinton.
Bajo la presidencia de Jonson, Fannie abrió más de 50 oficinas en varias ciudades y comunidades rurales. Tanto Fannie como Freddie hicieron grandes proyectos a pesar de tener ingresos bajos.
– Las pérdidas de Merrill Lynch y Citigroup alimentan el temor financiero en EEUU (Libertad Digital – 18/7/08)
La crisis que asola los mercados financieros de EEUU parece no tener fin. La mayoría de los analistas asegura que la situación empeorará en los próximos meses y los resultados bancarios así lo demuestran. Los últimos son los bancos de inversión estadounidenses Merrill Lynch y Citigroup que registraron unas pérdidas de 4.650 millones y de 2.500 millones, respectivamente.
La cifra de negocio de Merril Lynch registró un resultado negativo de 2.100 millones de dólares (1.324 millones de euros), frente a los 9.500 millones de dólares (5.990 millones de euros) del segundo trimestre de 2007.
En concreto, Merrill Lynch sufrió depreciaciones y ajustes en el valor de activos por un importe de 9.400 millones de dólares (5.926 millones de euros), además de asumir una carga extraordinaria de 445 millones de dólares (281 millones de euros).
En el conjunto de los seis primeros meses del ejercicio, Merrill Lynch registró pérdidas netas por importe de 6.600 millones de dólares (4.162 millones de euros), frente al beneficio neto de 4.300 millones de dólares (2.711 millones de euros); mientras que su cifra de negocio sumó 818 millones de dólares (516 millones de euros), un 96 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior.
Venta de Bloomberg
Por otro lado, el banco anunció el cierre de la operación de venta del 20 por ciento que controlaba en la agencia de noticias Bloomberg a la propia agencia, que contaba con un derecho preferencial sobre la participación de Merrill en la compañía, por 4.425 millones de dólares (2.790 millones de euros).
Asimismo, la entidad de Wall Street indicó que negocia la venta de una "participación de control" en su filial Financial Data Systems por unos 3.500 millones de dólares (2.207 millones de euros).
Citigroup despide empleados
Por su parte, Citigroup ha registrado una pérdida de 2.500 millones en el segundo trimestre y ha despedido a más empleados debido a los crecientes impagos de préstamos que sufre el grupo. El mayor banco de Estados Unidos por activos anunció hoy una pérdida de segundo trimestre de 2.500 millones, o 54 centavos por acción, frente al beneficio de 6.230 (1,24 dólares por acción) del mismo periodo del año anterior.
La división de intermediación y banca de inversión ha amortizado 7.200 millones de activos, antes de impuestos. Los costes de los créditos han subido a 7.200 millones de dólares ante creciente impago de préstamos entre sus clientes.
El banco redujo su plantilla en 6.000 puestos durante el segundo trimestre, elevando el total de despidos en el año a 11.000 personas.
– Mercado bajista, año uno (Cinco Días – 19/7/08)
(Por Beatriz P. Galdón)
Hace justo un año que las Bolsas comenzaron a protagonizar un nuevo capitulo de la historia financiera. El viernes se cumplían 12 meses de la quiebra de dos fondos de Bear Stearns. El día 19 el Ibex marcaba máximo histórico en 15.207 puntos, y el viernes 20 cayó el 1,82%, la segunda mayor caída del año. Era el principio de una crisis, la de hipotecas de alto riesgo, que ha estallado a través de sus vertientes inmobiliaria y crediticia, y que supone una grave amenaza para la economía mundial. Y con ella han entrado en el diccionario palabras como subprime, monolines, CDO o MBS.
El primer efecto fue el cambio de tendencia en las Bolsas. La euforia compradora que se prolongó desde los mínimos de la burbuja tecnológica, entre los meses de septiembre y octubre de 2002 para la mayoría de las plazas financieras y hasta mediados de 2007, se cambió por un profundo pesimismo. "Ha sido muy duro", confiesa David Navarro, gestor de Inversis Banco. Los analistas esperaban una desaceleración de las Bolsas, pero no sopesaban el alcance que ha tenido. La mayoría de los principales mercados de Estados Unidos y de Europa acumulan descensos en estos 12 últimos meses superiores al 20%. "Ha sido la primera crisis de unas Bolsas globalizadas, donde los índices más desarrollados y los sectores han caído más o menos lo mismo", comenta Navarro.
Las compañías más dañadas a nivel bursátil han sido los bancos, las constructoras y las inmobiliarias, porque también han sido las empresas más afectadas por la contracción del crédito y la desaceleración de las economías. Pero la penalización ha alcanzado a todas; las víctimas han sido cuantiosas y los analistas avisan que la lista puede ser más amplia. "Se han vivido situaciones como del pasado martes, día en que el Ibex llegó a perder un 4% que han rayado el pánico. Se ha vendido todo, sin entrar en detalle. Son reacciones más sentimentales, donde se piensa que las caídas de las Bolsas no tienen suelo", señala Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada. La salida de dinero ha provocado una fuerte depreciación del valor de las empresas. Según datos recogidos por Inversis Banco, los mercados mundiales de renta variable han perdido 11 billones de dólares (siete billones de euros) de capitalización en este último año. "El 50% de esta cuantía se ha debido a los bancos", añade Navarro.
Las Bolsas han dibujado movimientos paralelos desde julio de 2007. Durante aquel verano acumularon importantes descensos, que después se paliaron, gracias a las bajadas de tipos, con una recuperación que culminó en máximos históricos para algunos índices como el Ibex o el S&P. "Ha sido una crisis muy compleja desde el inicio por las ramificaciones que ha tenido y por su efecto dominó. Había vehículos estructurados que se emitieron por todo el mundo y que han tenido resultados negativos muy importantes. A medida que van pasando los meses los bancos van asumiendo nuevas pérdidas; al final lo que se conoce en un momento determinado puede suponer sólo la punta del iceberg de los problemas", explica Daniel Suárez, de Afi.
Desde los récords de noviembre se ha producido un goteo constante de caídas, pero durante este tiempo se han vivido tres momentos críticos: el crac de enero pasado, el rescate de Bear Stearns y la caída ininterrumpida desde mediados de mayo pasado hasta la fecha. La consecuencia es que las Bolsas han vuelto ha cotizar a niveles de hace varios años; en el caso del Ibex y del S&P, de julio de 2006. En Inversis Banco esperan que se pierda entre el 50% y 60% de la subida acumulada desde 2002. "Cuanto más caigamos en 2008 menos lo haremos en 2009, o antes empezaremos a subir", señala el gestor de la firma David Navarro.
Desde el punto de vista técnico, el mercado presenta similitudes con respecto a otras crisis. "Me recuerda a la de 1998 provocada por el desplome las divisas asiáticas y la quiebra del hedge fund LTCM, e iniciada casualmente también a principios de verano. El Ibex 35 pasó de los 10.900 a los 7.300 puntos de forma muy brusca en dos meses. La rapidez de los movimientos de ahora es similar a la de entonces", comenta Óscar Germade, de Cortal Consors. Sin embargo, el analista considera bien distinta la situación de las Bolsas con respecto al estallido de la burbuja tecnológica. "Se bajaba, pero poco a poco, no con la misma intensidad", explica. "En 2000 había una burbuja de sobreinversión y de valoraciones. Ahora la renta variable no está a niveles tan caros, pero tenemos el problema de que la crisis se ha trasladado a la economía real. Las subprime aceleraron un proceso de contracción del ciclo", añade Daniel Suárez.
Las Bolsas sufrieron con el inicio de la crisis subprime, pero el daño se intensificó en el momento en el que las víctimas empezaron a aparecer más allá del mundo de los derivados y los hedge funds. Durante estos meses, los inversores han convivido con informaciones que anunciaban caídas de resultados, provisiones o ampliaciones de capital en bancos de la talla de Lehman Brothers, Merrill Lynch o Bank of America. Además, se ha puesto en entredicho a las agencias de calificación y se han cerrado fondos que han producido quiebras de entidades. Y, sobre todo, la crisis inmobiliaria ha tomado una velocidad vertiginosa. En España, la peor noticia se ha producido esta semana, con la mayor suspensión de pagos de la historia, la de Martinsa Fadesa. "Los más optimistas creyeron que la crisis concluiría a principios de 2008, pero se ha visto que no ha sido así. Los problemas siguen siendo los mismos y todo apunta a que la desaceleración se va a acentuar", dice Padilla.
El mercado sopesa una recesión
Los analistas están convencidos de que los recientes descensos de las Bolsas son acordes con la creciente preocupación por una recesión económica. "La Bolsa siempre se adelanta a los acontecimientos y están descontando una situación económica mucho peor. Si al final no se produce una recesión, entonces podremos hablar de que los mercados han sobrerreaccionado", añade Padilla. En esta misma línea, Óscar Germade añade: "Vamos camino de ello de la recesión; en el tercer y cuatro trimestre algunos países entrarán en esta situación, entre ellos España. Por lo tanto, no podemos afirmar que lo peor ha pasado". El experto piensa que para hablar de un cambio de tendencia en las Bolsas, más que pensar en cotas o en niveles, habrá que estar pendientes de las medidas que se tomen para paliar la situación en Europa, ya que esto hará que se vayan superando soportes. "El BCE lo tiene más complicado, porque se puso como objetivo controlar la inflación con independencia del crecimiento".
Buena prueba de la desconfianza que existe en los mercados es la falta de liquidez. La mayoría de los valores presenta unos ratios atractivos después de las caídas acumuladas en 12 meses. Por ejemplo, las tres principales compañías de la Bolsa española, Telefónica, Santander y BBVA, cotizan a los precios más bajos desde julio de 2007, julio de 2006 y octubre de 2004, respectivamente. En el continuo se pueden ver PER, veces que el precio de la acción contiene el beneficio, de 4,29, y 6,32 en los casos de Solaria y Popular. También rentabilidades por dividendo del 15,25% y 8,74% en Telecinco y BME. "Hay muchas compañías atractivas, pero esto no quiere decir que no puedan caer más. Lo que es realmente preocupante es que no se quiera entrar a estos precios", señala Jordi Padilla.
Un año después de que la crisis subprime salpicara a las Bolsas, hay algo que no ha cambiado, que es la posición de los analistas con respecto a los inversores. El consejo sigue siendo el de prudencia, cautela, paciencia y el de no dejarse llevar ni por la euforia alcista ni por las bruscas caídas. Y la máxima advertencia es que aún quedan acciones con potencial a la baja.
¿Cuándo cambiará la situación?
Los analistas no contemplan hoy por hoy un cambio de tendencia. Desde un punto de vista de análisis técnico, Luís Benguerel, de Interbrokers, considera que el Ibex 35 debería superar los 14.800 o 15.000 puntos para hablar de una recuperación. "Lo veo bastante complicado. Habrá que esperar años hasta llegar a esos niveles", explica.
Hasta entonces se pueden contemplar rebotes de mayor o menor intensidad que podrían conducir al selectivo hasta los 12.500 puntos, para después volver a caer. "¿Alguien piensa que la situación de las constructoras o inmobiliarias se va a resolver en meses?", reflexiona Benguerel.
La crisis superó a los analistas
"Ha sido sorprendente para todos". Con esta frase, Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada, describe la situación creada en las Bolsas a raíz de la crisis subprime. Nadie calibró una caída en los mercados como la que se ha vivido en los últimos 12 meses.
"La situación es más complicada que la de 2000, aparte de que es distinta. Se han dado demasiadas variables de fin de ciclo al mismo tiempo. Las subprime han desencadenado de manera brusca los problemas que ya se estaban viendo", apunta David Navarro, gestor de Inversis Banco.
El elemento sorpresivo que ha tenido esta crisis ha obligado a cambiar muchas cosas en cuanto a las estrategias de inversión de las firmas de Bolsa. El refugio en valores tradicionales, los defensivos, no ha funcionado en esta ocasión.
Tampoco se ha hecho caso a los ratios, como el PER, veces que el precio de la acción contiene el beneficio, o las atractivas rentabilidades por dividendo. "Se ha cambiado la filosofía del mercado. Ya no se elige entre España, Europa, Estados Unidos o Asia. Ahora se busca en cada país por sectores", afirma Navarro.
Los analistas reconocen que lo han tenido difícil a la hora de diseñar sus planes de inversión. "En España, la alternativa de la Bolsa era el ladrillo. Hoy no puedes estar en ninguna parte, ni siquiera en renta fija", añade el gestor de Inversis.
Para defender el momento, los expertos han tenido que afinar en sus previsiones. "Es mucho más difícil trabajar en un entorno tan complicado. Nosotros lo que hemos hecho es focalizar la cartera en ciertos sectores y buscar los valores más convenientes", comenta Óscar Germade, de Cortal Consors.
Reportaje – El "Frankenstein" financiero: Citi purga su metamorfosis en supermercado financiero global (El País – 20/7/08)
(Por Sandro Pozzi)
Vikram Pandit, el nuevo consejero delegado de Citigroup, tiene una difícil papeleta. La revolucionaria visión que hace una década tuvo Sanford Weill al crear este supermercado financiero global se está revelando errónea, por no hablar de fracaso. La entidad atraviesa por el periodo más turbulento de su historia, y a Pandit le toca moverse rápido y con cautela al desmontar lo hecho por Weill.
Conforme avanza la crisis financiera, en Wall Street tienen cada vez más claro que Sanford Weill creó todo un "Frankenstein" financiero. Ese monstruo no es capaz de tenerse en pie sin que sus partes se vengan abajo. Y eso explica que los títulos de Citigroup marcaran esta semana el precio más bajo en el parqué desde la creación del gigante financiero en octubre de 1998, de la megafusión entre Travelers y Citicorp.
La operación que orquestó el revolucionario banquero no sólo le mereció el reconocimiento mundial, además reescribió las reglas de Wall Street. El coloso se expandió con rapidez por todo el mundo y ofrecía una amplia variedad de productos a sus clientes, en banca de inversión o comercial, seguros y gestión de fondos. Weill pensaba que con este modelo diversificado la entidad sería capaz de capear los temporales mejor que los viejos bancos.
La idea tenía sentido. Pero se ejecutó mal. Charles Prince tomó el relevo del poderoso Sanford Weill. La sucesión no fue fácil. Prince no tenía toda la experiencia ni el carisma necesarios para comandar la tropa (360.000 empleados, dispersos por más de un centenar de países y con 2,2 billones en activos). Y las primeras disfunciones del mercado evidenciaron las vulnerabilidades de la admirada firma, que intentó tapar como pudo.
Conforme crecía, Citigroup fue acumulando problemas y tropiezos. Hasta que estalló la burbuja de las hipotecas subprime, y empezó a salir todo el polvo acumulado bajo las alfombras en la última década. Prince se vio forzado a dimitir en noviembre, tras reconocer que la entidad no supo manejar el riesgo. Adoptó posiciones innecesarias a las que no prestó atención cuando todo iba bien.
Era sólo el comienzo de la tempestad. La entidad acumula al final del tercer trimestre pérdidas por valor de 17.500 millones de dólares (ha incrementado en 2.500 millones los números rojos en el último trimestre), tras realizar ajustes y provisiones en su cartera de crédito superior por casi 50.000 millones de dólares (7.500 millones en el último trimestre). Es el banco más golpeado por la crisis, junto a Merrill Lynch, Washington Mutual, Morgan Stanley, Lehman Brothers y Bear Stearns.
"Fueron muy agresivos y presionaron mucho para elevar los beneficios en muchas áreas", señala Roy Smith, profesor de la Universidad de Nueva York. Lo que llama la atención dentro y fuera del parqué es que Prince no parecía ser consciente de la amplitud de los problemas que está haciendo frente Citigroup, y en especial en esos segmentos de negocio de alto riesgo.
Citigroup perdió durante el último año la mitad de su valor bursátil, o un 75% si se compara con el récord de diciembre de 2006. Los dedos apuntan hacia Sandy Weill. "Fue el que construyó este gran monstruo", afirman desde Optique Capital Management, "y claramente la compañía era demasiado grande". Ahora es Vikram Pandit al que le toca hacer limpieza.
Una década después, la revolucionaria megafusión se considera como una de las peores operaciones de todos los tiempos, y Citigroup -en su día la compañía mejor valorada en el mundo financiero- está por detrás de Bank of America y JPMorgan Chase. Y algunos analistas creen que es un milagro que la entidad siga en pie tras el cúmulo de errores cometidos por sus gestores.
Pandit se esfuerza ahora en corregir el rumbo de la entidad y recuperar su prestigio. No fueron pocos los que rechazaron en el pasado la visión sobre la que Weill montó Citigroup, y a la que dio continuidad Prince. El nuevo consejero delegado también quiere romper con esa fórmula, reduciendo costes y eliminando activos, para concentrarse en los que generan mejores retornos.
Hasta el propio Sandy Weill no tiene más remedio que verlo de esta manera. Citigroup atraviesa por la mayor reorganización de su historia. Para llevarla adelante, el banquero buscó ayuda fuera de la entidad y procedió a nuevos nombramientos, con lo que echaba por tierra otro de los grandes mitos del banco, que se decía que tenía a los gestores más válidos de todo el mundo financiero.
La reconfiguración de Citigroup no será fácil, y podría llevar varios años antes de que recupere el terreno perdido frente a sus dos grandes rivales. El gran pecado de Weill, según los analistas, es que no fue capaz de conectar los distintos negocios del grupo. Aunque estaban cubiertos bajo el mismo paraguas, operaban de forma independiente. Era una casa sin la fontanería adecuada.
El gran reto de Pandit, por lo tanto, será dar cohesión y crear esta cultura de unidad dentro del grupo. Además, quiere acelerar el proceso de toma de decisiones y centralizar diversas áreas, como la de asuntos jurídicos, gestión de riesgo y tecnología. En paralelo se desprenderá durante los próximos tres años una quinta parte de sus activos, por valor de 400.000 millones de dólares.
La semana pasada, Citigroup anunció la venta a la francesa Credit Mutuel de su negocio de consumo en Alemania, con lo que ingresará 7.700 millones. También se plantea desprenderse de su participación en CitiStreet y en abril ya se deshizo de la compañía de tarjetas de crédito Diners Club International y de CitiCapital. Y en paralelo recaudó 44.000 millones por la venta de acciones y capital ofrecido por varios fondos soberanos.
¿Gigantes indestructibles?
Demasiado grande para caer. Es la frase que se escucha en Wall Street y Washington desde el estallido el pasado verano de la crisis financiera. Se dice cuando se habla de la delicada situación financiera por la que atraviesan Citigroup, Merrill Lynch, Washington Mutual o las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac.
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, y Henry Paulson, secretario del Tesoro, dieron garantías de que velarán por la estabilidad del sistema financiero, que no termina de ver la luz tras un año de incertidumbre y malas noticias.
En la calle, sin embargo, la gente tiene miedo, y mira el colapso de Bear Stearns y de IndyMac, sin creerse lo que dicen desde la Reserva Federal o la Casa Blanca. La crisis de confianza empieza a adueñarse de Main Street y muchos están sacando el dinero de los bancos que se dicen tienen problemas para ingresarlo en otras entidades más solventes o ponerlos bajo el colchón.
– La restricción del crédito empieza a expandirse en la economía estadounidense (The Wall Street Journal – 21/7/08)
(Por Justin Lahart)
Durante meses, las preocupaciones crediticias en Estados Unidos han sacudido al mercado inmobiliario y las firmas financieras, pero habían dejado al resto de la economía casi sin un rasguño. Ahora, eso está cambiando. Los prestatarios de todas las estirpes están encontrando dificultades para acceder al crédito, y esa tendencia con toda probabilidad empeorará debido a cómo los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac están enturbiando los mercados crediticios.
La compañía de servicios de nómina Paychex Inc. ha registrado pocos negocios nuevos últimamente, cosa que atribuye a una restricción general del crédito. La misma Paychex vivió en carne propia el endurecimiento de los préstamos cuando hace poco decidió abrir una línea de crédito con un banco.
"Acudimos a nuestro principal banco, con el que hemos trabajado durante los últimos 20 años, pero ni se imaginan por lo que tuvimos que pasar para conseguirlo", dijo John Morphy, el director financiero de la empresa, en una llamada reciente a los inversionistas.
La restricción del mercado de crédito está afectando el comportamiento corporativo. En el segundo semestre de 2007, Del Monte Foods Co. compró US$ 50 millones de sus propias acciones a un precio promedio de US$ 9,31 por acción. Ahora, las acciones están aún más baratas (US$ 7,76 al cierre del viernes). Pero en lugar de comprar más títulos, la compañía está manteniendo efectivo para convencer a los inversionistas de su capacidad para obtener préstamos.
"El mercado de crédito es hoy muy incierto, por decir lo menos, y lo último que queremos es que nuestro crédito resulte afectado", señaló este mes a inversionistas Dave Meyers, director financiero de Del Monte. Si la calificación de crédito de Del Monte cayera siquiera un poco, sugirió, la compañía podría incurrir en millones de dólares adicionales en costos de préstamos.
La ampliación de la crisis crediticia ha frenado las expectativas de que la Reserva Federal suba las tasas de interés en los próximos meses para combatir el incremento de precios. La tasa interbancaria de la Fed, en 2%, está bastante por debajo del índice de la inflación. Pero esa política monetaria sencilla no está produciendo un clima de préstamos fáciles para la economía. Los prestatarios no han visto que los intereses bajen como consecuencia del recorte de tasas que la Fed inició a fines del año pasado y los prestamistas están imponiendo condiciones más duras. La caída en el mercado accionario significa que las compañías tampoco pueden acceder al mercado de capital para obtener liquidez.
A pesar de la desaceleración del mercado de la vivienda estadounidense y de los problemas del mercado de crédito que empezaron a mediados del año pasado, el crecimiento en la cantidad de crédito mantenido por los bancos no empezó a disminuir hasta este año, según datos de la Fed. En el segundo trimestre, ese crédito cayó 1,5%, la mayor contracción trimestral desde 1948.
Eso se debió en gran manera a la importante reducción por parte de los bancos en el nivel de bonos y otros títulos de deuda en sus libros contables, aunque el enfriamiento se siente en todos los tipos de préstamos. Las grandes pérdidas incurridas por los bancos en valores hipotecarios los están forzando a elevar sus niveles de liquidez, algo que conlleva a un endurecimiento de las condiciones para otorgar préstamos. Y debido a que desconocen qué otros problemas acechan a sus libros de contabilidad, están siendo especialmente cautos.
La dificultad y los costos más altos asociados con la obtención del crédito están afectando la capacidad de algunas compañías para operar. En un sondeo a directores generales de finanzas de 468 empresas estadounidenses llevado a cabo en junio, John Graham, profesor de finanzas de la Universidad de Duke, encontró que las empresas con una calificación de crédito baja en particular estaban incurriendo en costos bastante más altos para obtener préstamos y estaban teniendo dificultades para iniciar o renovar líneas de crédito bancarias. Muchas compañías dijeron que estaban recortando o atrasando nuevos planes de inversiones, reduciendo las contrataciones e iniciando programas de reducción de costos como resultado de las duras condiciones de crédito.
La vivienda lleva meses sumida en una restricción del crédito. Ahora, con los gigantes Freddie Mac y Fannie Mae en problemas, los potenciales compradores se encuentran con que pedir prestado es incluso más difícil.
David Stevens, que dirige las operaciones hipotecarias de Long & Foster Real Estate, en Fairfax, Virginia, trabajó en Freddie Mac de 1999 a 2005 y dice que el prestamista de hipotecas es mucho más estricto ahora con las hipotecas que acepta. Ron Phipps, quien dirige Phipps Realty, en Warwik, Rhode Island, dice que los bancos están haciendo pasar por muchas pruebas incluso a los prestatarios más sólidos, pidiéndoles innumerables documentos antes de aprobar una hipoteca.
– En los mercados financieros, tanto la autodisciplina como la regulación tienen sus fallas (The Wall Street Journal – 21/7/08)
(Por Jon Hilsenrath)
Los acontecimientos de las últimas semanas han dejado a los encargados del diseño de políticas económicas de Estados Unidos en una desconcertante encrucijada en el tradicional debate sobre cómo regular los mercados financieros.
Durante buena parte de los últimos 25 años, la política se ha alejado de la regulación estricta, inclinándose a favor de la disciplina de mercado para mantener en orden el sistema financiero. Según la teoría, los participantes del mercado tenían un incentivo para no presionarse a sí mismos ni a sus contrapartes a ir demasiado lejos debido a que tenían mucho que perder si lo hacían.
Este enfoque ha fallado, pero encontrar una alternativa viable no será nada sencillo.
Carmen Reinhart, una economista de la Universidad de Maryland que ha estudiado siglos de crisis financieras, concluye que los colapsos ocurren casi inevitablemente después que los mercados son liberalizados o cuando se presenta una nueva innovación que permite que el capital se mueva con mayor libertad.
Reinhart y su colega Kenneth Rogoff encontraron que durante las épocas de poca regulación, en las décadas de los 80 y 90, hubo 137 crisis bancarias en el mundo, frente a nueve en los años de mayor regulación, como las décadas de los 50, 60 y 70. Un ejemplo: la desregulación de las tasas de interés en los depósitos de ahorro a principios de los 90 llevó a una ola de toma de riesgos por parte de los inversionistas que culminó en la crisis de ahorros y préstamos.
"La disciplina de mercado existe en teoría. En la práctica, antes de cada crisis, lo que vemos es completamente lo opuesto", dice la profesora.
Esta clase de disciplina ha causado estragos en firmas como Citigroup y Merrill Lynch, que en los últimos nueve meses han registrado rebajas contables combinadas de US$ 80.000 millones por malas inversiones. Estas firmas asumieron demasiados riesgos en las complejas inversiones hipotecarias que habían creado, pero que no entendían. En general, la versión de Wall Street de la disciplina de mercado produjo la peor crisis inmobiliaria desde la Gran Depresión, sólo unos años después de una burbuja histórica en las acciones de Internet.
Sin embargo, en los últimos días, la alternativa a la disciplina de mercado, la regulación, tampoco ha salido bien librada. IndyMac Bank, un banco especializado en hipotecas que colapsó a principios de mes, era un banco regulado por el gobierno federal. Su hundimiento podría costarles a los contribuyentes estadounidenses hasta US$ 8.000 millones.
Irónicamente, uno de los lugares en los que no se ha presentado un gran colapso es entre los poco regulados fondos de cobertura, donde la disciplina de mercado sigue siendo la principal herramienta de política de gobierno. La Reserva Federal de Estados Unidos ha presionado a los bancos de inversión para que se aseguren de que sus clientes de fondos de cobertura no tomen demasiado prestado.
"Las enormes pérdidas y rebajas contables asumidas por las instituciones financieras en todo el mundo desde agosto, así como la corrida de Bear Stearns, muestran que, en este episodio, ni la disciplina de mercado ni la supervisión regulatoria han funcionado", dijo el mes pasado el presidente de la Fed, Ben Bernanke, en un importante discurso sobre regulación.
La conclusión obliga a poner las cosas en perspectiva. El péndulo entre las fuerzas de mercado y la regulación no tiene un panorama ideal de oscilación, aunque a corto plazo, de seguro se moverá hacia la regulación.
– Las adquisiciones bancarias en EEUU se sitúan al nivel de 1993 (Negocios – 21/7/08)
(Por J. Más)
El mercado de fusiones y adquisiciones no está para fiestas. Si la afirmación es válida referida al mundo empresarial en general aún lo es más si nos ceñimos al sector financiero. Y no digamos si de lo que estamos hablando es de la banca estadounidense: hasta junio, los bancos norteamericanos han anunciado un total de 67 operaciones de compra, por un valor global de 6.800 millones de dólares (unos 4.300 millones de euros), según un informe de la casa de análisis KBW Inc., citado por Bloomberg.
Entre 1993 y 2007, se realizaron, en media anual, 308 operaciones. No sólo no va a alcanzarse esta cifra ni de lejos, sino que según todas las previsiones de los bancos apuntan a que el presente año será el de menor actividad desde 1993.
Menor precio medio
El citado informe pone de manifiesto que el precio medio por operación ha caído, en los seis primeros meses del año, hasta los 101,5 millones de dólares, un 70% menos con respecto a los 329,3 millones que alcanzaba en la primera mitad de 2007.
Gran parte del frenazo puede achacarse a las dificultades que atraviesan las entidades a uno y otro lado del Atlántico. Sin embargo, sí existen actores que están en una posición compradora -como, dentro de nuestras fronteras, acaba de dejar claro el Santander-. El problema del mercado estadounidense, afirma Melissa Roberts, analista responsable del informe, es la desconfianza ante la posibilidad de que la entidad comprada cargue con un exceso de crédito moroso. Como ha expresado un analista de la neoyorquina Morgan Keegan, "¿por qué alguien querría comprar los problemas de otro cuando está intentando resolver los que ya tiene?".
Desplome de la vivienda
El estado "durmiente", como lo califica el citado informe, del mercado de fusiones y adquisiciones, no tiene visos de reanimarse próximamente, sino que parece ir para largo. Los bancos de EEUU arrastran unas pérdidas de 120.000 millones de dólares (75.000 millones de euros) asociadas a la crisis inmobiliaria, cantidad que los analistas de Goldman Sachs prevén se vea incrementada todavía en 65.000 millones de dólares (en euros, 41.000 millones).
Las ejecuciones hipotecarias se dispararon en mayo un 48% con respecto al mismo mes de 2007, y según la Oficina de Supervisión de las Cajas de Ahorro (Office of Thrift Supervision), éstas han provisionado 7.600 millones de dólares para hacer frente a fallidos. Estos datos contribuyen a alimentar el miedo a la posible morosidad oculta de las entidades que, en otras circunstancias, podrían resultar interesantes como adquisición.
– Un estudio dice que las entidades europeas perderán 120.000 millones en tres años (Cinco Días – 21/7/08)
España, junto con Reino Unido e Irlanda, podría ser uno de los países europeos más afectados por la crisis financiera, según revela un estudio realizado por la consultora Oliver Wyman junto con Intrum Justitia, grupo especializado en servicios de crédito.
En los próximos tres años, de 2008 a 2010, las pérdidas esperadas por la banca europea alcanzarán los â,¬120.000 millones de euros, con Gran Bretaña, España e Irlanda a la cabeza, debido al rápido deterioro de sus mercados de crédito.
Pablo Campos, socio y responsable de Oliver Wyman en España y Portugal, sostiene que "la banca europea ya sufre mayores costes de financiación y falta de liquidez, pero en un escenario de rápida caída en el precio de la vivienda en determinados mercados, esperamos que las pérdidas de créditos minoristas en Europa aumenten rápidamente".
En este sentido, considera que en 2008 las pérdidas totales en hipotecas y crédito al consumo alcanzarán los 34.700 millones, aumentando hasta â,¬42.500 millones en 2009, un 35% más que los niveles alcanzados en 2007. "Es fácil divisar así un escenario donde las pérdidas en 2009 sean incluso mayores, sobrepasando posiblemente los â,¬50.000 millones", aseguró Campos.
El mayor nivel de dotaciones estará en Reino Unido, España e Irlanda. La combinación de crecimiento en préstamos por parte de los bancos, junto con el riesgo que supone el actual marco macroeconómico, significa que estos países están a la cabeza de los peor posicionados, aunque los problemas vayan a darse en la mayoría de mercados.
Para el socio de Oliver Wyman, "España está en medio de la tormenta de crédito minorista. Hemos pasado de los ratios más bajos de morosidad de crédito en Europa el pasado año, a sufrir un rápido deterioro en los indicadores de calidad de crédito en la primera mitad de 2008".
No obstante, este experto no quiere ser derrotista. "No pensamos que la situación llegue a los límites alcanzados en la crisis que sacudió el país en 1993, pero sí creemos posible unos porcentajes de entre el 4% y 5% de la morosidad en dos años". Estas cifras también son barajadas por los bancos y cajas nacionales.
– Un billón de euros a favor de la caída de la Bolsa (Cinco Días – 21/7/08)
Los gestores de cartera apostaron en julio un total de 1.400 millones de dólares (886 millones de euros) contra las sociedades hipotecarias estadounidenses Fannie Mae y Freddie Mac, según datos compilados por Bloomberg.
Más de 1,4 billones de dólares (886.000 millones de euros) en renta variable de todo el mundo están ahora en préstamo, alrededor de un tercio más que a principios de 2007, según datos de Spitalfields Advisors, firma con sede en Londres especializada en préstamos de valores. Casi todo eso se está utilizando para especular que las acciones caerán, según James Angel, un profesor de finanzas en la Universidad de Georgetown que estudia las ventas a corto. La desaceleración económica global ha alentado el aumento de ventas a corto, contribuyendo a provocar mercados bajistas en 22 de los 23 países incluidos en el índice MSCI World.
"Es una enorme cantidad de dinero", afirma Peter Hahn, un investigador de la Cass Business School y ex director general de Citigroup, en Londres. "Las ventas a corto han llegado muy lejos. Forman parte cada vez más de las actividades financieras corrientes y los inversores de largo tienen que comprender que los cortistas no son el demonio"'.
Aunque los reguladores de Estados Unidos y Reino Unido han hecho más estrictas las normativas para los vendedores a corto, en medio de los temores a que sean ellos quienes estén acelerando este año los más de 11 billones de dólares en pérdidas en renta variable de todo el mundo, países desde Indonesia a India están abriéndose a esta práctica, que implica tomar prestados valores para venderlos con la expectativa de que pueden ser recomprados a un precio más bajo antes de devolver el crédito anterior.
Las ventas a corto en la Bolsa de Nueva York subieron el mes pasado al 4,6% de las acciones totales, el mayor aumento desde al menos 1931, según datos de Bespoke Investment Group.
Las ventas a corto de las acciones de Fannie Mae y Freddie Mac subieron antes de que las acciones se desplomaran este mes por el temor a que ambas sociedades necesiten un plan de rescate. Fannie Mae ha caído un 64% desde finales de junio, cuando las posiciones cortas (acciones prestadas y no devueltas) ascendían a 138,7 millones de acciones a 15 de julio. Freddie Mac ha perdido un 68% desde finales de junio al 15 de julio después de que el número de acciones en posiciones cortas ascendiera a 83 millones, el volumen más alto desde 1991.
El regulador batalla contra la venta a corto
Ayer entró en vigor la normativa de la SEC que limita las operaciones bajistas en 19 empresas financieras estadounidenses, con el objetivo de evitar que la especulación provoque desplomes bursátiles como los de Fannie Mae y Freddie Mac.
El regulador estadounidense prohíbe desde ayer y hasta el 29 de julio realizar operaciones de venta a corto (tomar prestados títulos para venderlos en el mercado y comprarlos a un precio más barato) sin haber tomado posesión de los títulos prestados. Esta prohibición es temporal.
El objetivo es evitar la especulación, ya que la venta a corto realizada sin tener propiamente las acciones en préstamo es más rápida y permite aprovechar mejor los mercados bajistas, en perjuicio de la cotización de las entidades contra las que se opera.
– Henry Paulson pide paciencia y señala que realizará fuertes cambios en política económica (El Confidencial – 22/7/08)
El secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, pidió hoy paciencia a los consumidores estadounidenses, a la vez que anunció que está trabajando con el Congreso para llevar a cabo "importantes" reformas en la política económica de los EEUU. Dichas reformas estarán encaminadas tanto a proteger el mercado de nuevas injerencias de actores externos como los "hedge funds", como a ayudar a mantener empresas como las agencias de garantía hipotecaria Fannie Mae y Freddie Mac, clave para su economía.
Paulson señaló que su prioridad es la de conseguir devolver la estabilidad y la confianza al mercado y las instituciones financieras. Para ello, trabajará con estas instituciones animándolas a reforzar su capital mediante ampliaciones, revisando sus políticas de dividendos y favoreciendo el desapalancamiento, de modo que puedan jugar su rol contribuyendo al crecimiento económico.
Según el mandatario estadounidense, el objetivo de la estabilidad financiera se conseguirá mediante mejoras en las normas y actualizaciones en la estructura regulatoria, al tiempo que se impone una disciplina al mercado para limitar la toma de excesivos riesgos. A este respecto hace un llamamiento a los "hedge funds", apuntando que buscará la obtención de nuevos poderes adicionales que permitan limitar el impacto de futuros fallos mercantiles de éstos que puedan afectar a la economía.
"Para este objetivo es esencial mejorar la infraestructura de mercado y las prácticas de operaciones para aumentar la transparencia y la eficiencia, especialmente en el mercado de derivados OTC", dijo Paulson.
El secretario del Tesoro apuntó que mientras el mercado de la vivienda no se estabilice seguirá habiendo episodios de estrés en el mercado financiero. Dentro de éste, apuntó a dos agentes privados, como son Fannie Mae y Freddie Mac, las dos mayores agencias de garantía hipotecaria promovidas por el Gobierno. Debido a su tamaño y su alcance, su viabilidad es crítica para la estabilidad del mercado financiero.
Así pues, Paulson indicó que está dando los pasos necesarios para que el Congreso cree un órgano regulador que pueda proveer a estas agencias de una base temporal de capital y liquidez. El Congreso ya ha recibido la petición de proveer de autoridad por 18 meses para proporcionar un respaldo de liquidez y capital a ambas firmas.
Wachovia registró unas pérdidas de 5.559 millones en el segundo trimestre (Negocios – 23/7/08)
Wachovia, el cuarto mayor banco de EEUU por activos, registró pérdidas netas por importe de 8.855 millones de dólares (5.559 millones de euros) en el segundo trimestre, frente al beneficio neto de 2.341 millones de dólares (1.470 millones de euros) del mismo periodo del año anterior, informó hoy la entidad, que anunció la supresión de 6.350 empleos y un recorte del 87% en la retribución trimestral a sus accionistas con el objetivo de preservar la capitalización del banco.
Los "números rojos" de Wachovia superan ampliamente las estimaciones adelantadas por la compañía el pasado 10 de julio, cuando indicó que sus pérdidas se situarían entre 2.600 y 2.800 millones de dólares (1.655 y 1.782 millones de euros), y reflejan la asunción de 6.100 millones de dólares (3.829 millones de euros) por depreciaciones y ajustes.
Los ingresos de Wachovia alcanzaron los 7.509 millones de dólares (4.714 millones de euros), un 13,9% menos que en el mismo periodo de 2007. Asimismo, las provisiones por pérdidas crediticias del banco sumaron 5.567 millones de dólares (3.495 millones de euros), frente a los 179 millones de dólares (112 millones de euros) del año precedente.
En este sentido, el presidente del consejo del banco, Lanty L. Smith, mostró su decepción con los resultados de la entidad, que calificó como "inaceptables" pese a los "vientos en contra que encara la industria y la cierta debilidad macroeconómica", y reconoció que las cuentas reflejan un comportamiento por el que Wachovia debe asumir responsabilidades.
Por su parte, Robert K. Steel, quien fue nombrado presidente y consejero delegado de la entidad el pasado 9 de julio, destacó que a corto plazo el banco debe centrar sus esfuerzos en proteger y preservar su capitalización y reducir el riesgo.
De este modo, el banco radicado en Charlotte anunció un nuevo recorte del 87% en el dividendo trimestral de la entidad, que pasa a ser de 0,05 dólares (0,03 euros), y que permitirá a Wachovia ahorrar 700 millones de dólares (439 millones de euros) trimestrales.
Recorta 6.350 empleos
Por otro lado, el cuarto mayor banco de EEUU informó que planea eliminar alrededor de 6.350 puestos de trabajo y dejar abiertas 4.400 vacantes como parte de la estrategia de la entidad de reducir sus costes anuales en unos 1.500 millones de dólares (946 millones de euros).
Asimismo, la entidad abandonará el negocio hipotecario mayorista en Estados Unidos con el objetivo de reducir su exposición al mercado hipotecario ante la crisis inmobiliaria y tiene la intención de "desprenderse de aquellos activos no principales" con el objetivo de fortalecer su capitalización.
En el conjunto de los seis primeros meses del ejercicio, Wachovia registró pérdidas por importe neto de 9.562 millones de dólares (6.003 millones de euros), frente al beneficio neto de 4.643 millones de dólares (2.915 millones de euros) del mismo periodo de 2007.
Además, la cifra de negocio de la entidad alcanzó los 18.825 millones de dólares (11.817 millones de euros), un 8,1% menos, mientras que las provisiones por pérdidas crediticias sumaron 8.398 millones de dólares (5.272 millones de euros), frente a los 356 millones de dólares (224 millones de euros) del mismo periodo de 2007.
Las acciones de Wachovia, que habían iniciado la jornada en Wall Street con un descenso del 10% recibieron con euforia el plan estratégico de su nuevo consejero delegado, Robert K. Steel, y a las dos horas de sesión experimentaban una fuerte revalorización ligeramente superior al 10%.
– La banca internacional suspende el examen de confianza del G-8 (El País – 23/7/08)
(Por Claudi Pérez / Sandro Pozzi)
Los fracasos del G-8 han dejado de sorprender al mundo. El grupo que reúne a los siete países que un día fueron los más industrializados más Rusia sucumbió hace un par de semanas en la búsqueda de una respuesta rotunda ante la crisis alimentaria. Lo único destacable de la cumbre de Tokio fue una fastuosa cena con un menú de una veintena de platos.
Pero hay descalabros aún más clamorosos. Hace ya 100 días, el G-8 se reunió en Washington en plena tromba por la crisis financiera. Y disparó contra la banca, el epicentro de los problemas. Lanzó un ultimátum: un plazo de un centenar de días para que los bancos revelaran en sus resultados la profundidad del agujero, que entonces sembraba dudas sobre la transparencia y la confianza del sistema. Cumplido ese plazo, el resultado es un sonoro suspenso. La confianza y la transparencia siguen igual: por los suelos.
En los últimos 100 días, los bancos tenían que revelar rápida y completamente su exposición al riesgo, las depreciaciones de activos y sus estimaciones de pérdidas. Eso no ha sucedido, o sólo parcialmente. La prueba es que los propios bancos siguen sin fiarse de sí mismos y el mercado interbancario prácticamente no existe, está seco. "Por un lado, algunas entidades se han resistido a reconocer algunas cosas; por otro, la crisis es un círculo vicioso que va contaminando activos que parecían sanos, y, aunque la banca amplíe capital, el agujero sigue ampliándose", indica Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research.
Pese a los buenos deseos, el sector aún parece un campo de minas. El responsable de mercados monetarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), el español Jaime Caruana, aseguró hace unos días en Bruselas que las turbulencias continuarán todavía "unos meses", porque la situación de la banca sigue siendo "frágil". "Puede haber nuevas sorpresas", dijo en relación con posibles quiebras tras el último caso, el de la estadounidense IndyMac. El Fondo pronosticó en abril, un día antes de que el G-8 diera su ultimátum a la banca, que las pérdidas totales ascenderían a unos 630.000 millones de euros. Apenas ha aflorado todavía una parte de esa cifra.
El punto álgido de la crisis fue el rescate de Bear Stearns, un gran banco de inversión norteamericano. "Lo peor ha pasado ya", coincidieron en marzo gurús y banqueros centrales tras esa operación. Pero, como en los terremotos, en las dos últimas semanas, la crisis ha dejado una segunda réplica, con bancarrotas en EEUU y Europa que han obligado a intervenir al sector público, y han puesto al sector financiero de nuevo encima del alambre.
Wall Street no suele dejarse impresionar por una fecha guillotina como la del G-8. Y menos en la situación de incertidumbre por la que atraviesa el sector financiero, desde la banca de inversión y comercial hasta las entidades hipotecarias y aseguradoras. La semana pasada, los primeros resultados de la gran banca dieron aire al optimismo -a pesar de ser negativos-, pero la preocupación está en la banca regional estadounidense. Y ayer mismo, en una jornada bursátil tremendamente convulsa, Wachovia anunció unas pérdidas récord de 5.800 millones de euros, una prueba más de que las turbulencias están lejos de amainar.
Los analistas coinciden. Mientras el mercado de la vivienda siga cayendo, será difícil saber cuál es el impacto de la crisis en los bancos. El problema se está extendiendo a otros créditos, más allá de las hipotecas. No sólo seguirán anunciando provisiones y pérdidas, sino que se teme que los bancos empiecen a eliminar plantilla y a recortar dividendo y vendiendo activos para dotarse de capital. Ayer mismo, Wachovia anunció un recorte del 87% del dividendo.
"No creemos que se hayan eliminado aún los puntos negros", opina la firma de inversión norteamericana Hodges Capital. La patronal bancaria española no es menos rotunda. "Los mercados no han recuperado la confianza y la fluidez que sería deseable", indican fuentes de la AEB. Como consecuencia de la falta de transparencia, las tensiones en los mercados monetarios, han vuelto a recrudecerse y su normalización se retrasa "cada vez más", señalan.
Promesas
Cumplido ya el ultimátum, la única respuesta de la banca llega en forma de promesas: "Es esencial para la industria reformarse para que inversores y mercados recuperen la confianza perdida", explicó Josef Ackermann -responsable Deutsche Bank y presidente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), una suerte de lobby que reúne a los grandes bancos mundiales- la pasada semana, en la presentación de un informe de 200 páginas que propone mejoras en la gestión de riesgos, las políticas salariales de los profesionales del sector y la valoración de activos. Es decir, todo lo que ha fallado en esta crisis por la paulatina desregulación de los últimos años.
Los expertos tampoco son optimistas. De la Dehesa destaca el "gran esfuerzo de ajuste" de la gran banca internacional. "Hay una reacción en cadena, nuevas oleadas de activos contaminados que han ido agrandando el agujero. Pero no puede quedar mucho, porque nadie compra ya los activos dañados. Como máximo, puede caer algún banco estatal o regional en Estados Unidos", asegura. "Ha habido un problema grave de transparencia, pero los bancos centrales y los reguladores están haciendo bien su trabajo", resume. Más que nuevos agujeros, puede haber problemas en la concesión de créditos: "El problema de la duración de las turbulencias puede ser un credit crunch, una reducción del crédito a los consumidores y empresas -aunque de momento esa posibilidad se está capeando en Europa, con crecimientos del 10% en el crédito- o un encarecimiento de los préstamos, con el que la banca traslade los problemas que tiene para financiarse".
– La restricción de la SEC a las apuestas bajistas las hunde en Wall Street (Negocios – 23/7/08)
La restricción impuesta por el regulador del mercado de valores de EEUU (SEC) a las posiciones de venta a la baja en descubierto, conocidas como "abrir cortos", que entró en vigor el pasado lunes y que afecta a 19 valores considerados de especial relevancia para la estabilidad del sistema financiero, ha provocado un drástico descenso en dichas apuestas bajistas, que alcanza el 90% en el caso de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, según confirmaron a Europa Press fuentes de la firma S3 Matching Technologies, que procesa alrededor de 15.000 millones de operaciones financieras diarias para los principales "brokers" de EEUU.
De acuerdo con las estadísticas de mercado analizadas por la compañía, la restricción de emergencia impuesta por la SEC ha provocado un descenso del 70% en las apuestas bajistas sobre 17 de los valores financieros de la lista elaborada por el regulador estadounidense, mientras que en el caso particular de las agencias de garantía hipotecaria promovidas por el Gobierno, Freddie Mac y Fannie Mae, las posiciones bajistas disminuyeron un 90%.
En concreto, la lista de 19 valores de especial importancia para la estabilidad del sistema financiero elaborada por la SEC incluye a BNP Paribas Securities, Bank of America Corporation, Barclays, Citigroup, Credit Suisse Group, Daiwa Securities, Deutsche Bank Group, Allianz, Goldman Sachs Group, Royal Bank ADS, HSBC Holdings, JPMorgan Chase, Lehman Brothers Holdings, Merrill Lynch, Mizuho Financial Group, Morgan Stanley, UBS, Freddie Mac y Fannie Mae.
S3 Matching Technologies ha extraído estas conclusiones mediante la comparación de las posiciones de venta a la baja correspondientes al pasado 14 de julio, último día anterior al anuncio de las restricciones, con las posiciones del pasado lunes 21 de julio, sesión en la que entró en vigor la medida de emergencia.
Mirando a los datos de nuestros clientes parece claro que el mercado respondió a lo que los reguladores querían. Las apuestas bajistas, ya sean al descubierto o no, han representado apenas un poco más del 1% del volumen total de nuestros clientes. Mas de dos tercios del volumen de ventas a la baja desapareció en el primer día de efectividad de la norma y en el caso de Fannie Mae y Freddie Mac, un 90%", dijo Jack Holt, consejero delegado de S3 Matching Technologies.
En este sentido, Holt añadió que el descenso de las ventas a la baja durante el primer día de funcionamiento de la nueva norma fue "muy significativo" en todos los valores protegidos, y apuntó que "aunque no existe forma de conocer si estas posiciones eran al descubierto, no hay duda ha establecido una regla que ha reducido drásticamente las ventas a la baja, especialmente en lo que respecta a Fannie Mae y Freddie Mac".
Obtener beneficios de las caídas
La venta a la baja es una estrategia mediante la que los inversores buscan obtener rendimiento de la caída en la cotización bursátil de un valor, por lo que el operador toma prestados títulos y los vende a la espera de que vayan a abaratarse, lo que brinda la oportunidad de comprar ese valor en el mercado a un menor precio, devolver los títulos, y obtener la diferencia entre ambos precios como ganancia.
La SEC adoptó esta medida excepcional ante la sucesión de rumores sobre la situación de diversas entidades financieras que provocaron una gran volatilidad en Wall Street y que en opinión de los reguladores podrían provenir de inversores interesados en provocar caídas en la cotización de las acciones. La medida, que entró en vigor el pasado lunes, permanecerá en funcionamiento hasta el mediodía del próximo 29 de julio.
Los efectos de la práctica desaparición de este tipo de apuestas han beneficiado temporalmente a la cotización de los dos colosos hipotecarios, que suben un 16% y un 10%, respectivamente.
– Los bancos americanos se toman fenomenal unas cuentas desastrosas (Negocios – 23/7/08)
Increíble. Muchos inversores no dan crédito cuando estos días asisten a importantes revalorizaciones en los precios de las acciones bancarias, justo cuando han anunciado unos números desastrosos. Bank of America sube el 18% en dos días tras una caída del beneficio trimestral de sólo el 41%, a 3.400 millones de dólares.
Bloomberg describe cómo importó muy poco que la entidad se alejase del récord del segundo trimestre del año pasado, cuando ganó 5.800 millones, y que el motivo estuviese en que más que triplicó la cifra de cargos extraordinarios derivados de los créditos de riesgo. La gente se quedó con que la cifra fue apenas un 3% inferior a la del primer trimestre. Otro ejemplo está en Citigroup, que subió en bolsa entre el viernes y el martes un 16,29%, tras unas pérdidas trimestrales menos abultadas de lo que se temía el mercado. Perdió la friolera de 2.500 millones de dólares, pero es que el consenso de los analistas apuntaba a 3.700 millones.
Son noticias menos malas de lo esperado que han determinado un rally alcista en el sector financiero, informa Bloomberg. El índice S&P sectorial con 29 compañías financieras de EEUU sube el 31% desde el 15 de julio.
Castigo endulzado
Por supuesto, no es que deshagan las pérdidas acumuladas, pero aligeran el castigo y aportan oportunidades a los cortoplacistas. Bank of America aún cae el 39% sólo desde octubre, sin perder la perspectiva de que los últimos mínimos hacían el peor nivel en doce años. Citi baja el 59% en doce meses.
Los analistas creen que podría ser que lo peor de las acciones del sector financiero sea ya agua pasada. Pero tampoco hay que descartar que los cazadores de gangas queden atrapados, en un rebote importante enmarcado dentro de una tendencia general bajista. En cualquiera de los casos, las noticias descontadas son tan catastrofistas que muchos se apuntan estos días a hacer trading.
– Bush: "Wall Street se emborrachó" (BBCMundo – 23/7/08)
El presidente de Estados Unidos George W. Bush, explicó la crisis crediticia de los mercados financieros del país diciendo que "Wall Street se emborrachó".
"Se emborrachó y ahora tiene resaca", dijo Bush en un evento privado para recaudar fondos en Houston, Texas.
Los medios de prensa no fueron invitados y se le pidió a la audiencia apagar sus cámaras fotográficas.
Pero alguien grabó la declaración con la cámara de un teléfono celular y lo publicó en internet.
El comentario fue hecho el viernes y el martes siguiente se lo encontró en la red.
"La pregunta es: ¿Cuánto tiempo le llevará estar sobrio y tratar de no utilizar todos esos instrumentos financieros sofisticados?", cuestionó el presidente.
Versión "colorida"
La Casa Blanca dio una explicación acerca de los comentarios de Bush.
"Él dijo antes que Wall Street está lidiando con instrumentos financieros muy complejos y que los mercados no entienden completamente los riesgos que esos instrumentos significan para el sistema", dijo la portavoz Dana Perino.
"Es ciertamente una forma más colorida de decir lo que él dijo antes, pero lo que él ha descrito de esa manera está basado en sus observaciones de lo que le pasó al mercado", añadió.
En las imágenes, Bush también bromeó sobre la crisis inmobiliaria generada por el colapso del mercado de hipotecas de alto riesgo.
"No pasa en Houston, evidentemente no en Dallas, porque Laura (Bush, su esposa) está allí tratando de comprar una casa hoy", dijo el presidente ante la carcajada de la audiencia.
– Arreglar los platos rotos (Cinco Días – 24/7/08)
(Por Nuño Rodrigo)
La expresión business friendly es un tanto redundante en la medida en que los políticos raramente desarrollan políticas que vayan en contra del tejido empresarial. Cuando menos se puede decir que raramente lo perjudican aposta. Pero la expresión está ahí, y está ganando nuevas acepciones a medida que el monstruo subprime siembra el pánico en el sector financiero. No son sólo rescates bancarios, bajadas de tipos de emergencia o financiación barata aceptando colaterales que el mercado no tiene en gran estima.
La decisión de la SEC estadounidense de limitar las ventas a descubierto en el sector financiero supone un apoyo de nuevo cuño, protegiendo al sector de las iras del propio mercado. Y se trata de una medida aparentemente eficaz: la escalada de Wachowia el día que recortó el dividendo -pasó de caer el 10% en la apertura a subir más del 25% en el cierre- resulta sorprendente dada la sensibilidad del mercado a las malas noticias. Y en un mercado tan nervioso como sesgado, no es de extrañar que se aceleren los movimientos que cuentan con viento de cola por parte de los supervisores.
En paralelo, esta misma semana se debate establecer ciertas cortapisas a la especulación en el mercado de futuros sobre energía para paliar, en la medida de lo posible, la escalada de los precios. O para garantizar que ésta se deba a factores puros de oferta y demanda.
Siempre habrá argumentos poderosos tanto a favor como en contra; el mercado tal y como está configurado tiene efectos secundarios negativos, pero las apuestas bajistas son, también, una forma de poner en precio los riesgos. Ahora, lo que escama es que los poderes públicos sólo se acuerdan de iniciativas como éstas cuando truena, y mucho. Y podrían haber sido innecesarias si, desde un primer momento, el juego del mercado hubiese sido suficientemente transparente. Pero es en lo que consiste la política business friendly: si todo va bien no se toda nada, y si va mal se pide ayuda.
– Paulson advierte de que habrá más "baches" en la recuperación de EEUU (Negocios – 24/7/08)
(Por M. Grynbaum)
Las cosas no van bien en EEUU y de momento no se ve la luz al final del túnel. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha pedido a los estadounidenses paciencia mientras la economía resuelve sus problemas, y advirtió esta semana de que "las tensiones continuarán" en los meses venideros antes de que se produzca una completa recuperación.
"Nuestros mercados no harán progresos de manera continuada, y debemos esperar más baches en la carretera", señaló Paulson en unas declaraciones en la Biblioteca de Nueva York.
"Hemos experimentado más contratiempos recientemente, y hasta que el mercado inmobiliario se estabilice del todo hay que esperar que estos problemas continúen en nuestros mercados financieros", reconoció. Aunque Paulson admitió la necesidad de introducir amplias reformas en la estructura regulatoria actual del país, intentó tranquilizar a los americanos diciendo que espera que el país "salga de este período reforzado y mejor situado para un robusto crecimiento".
Solidez del sistema
"El pueblo americano puede seguir confiando en la solidez del sistema bancario estadounidense", recalcó el funcionario. Paulson hizo estas declaraciones sólo una semana después de que el gobierno anunciara un plan para sostener Fannie Mae y Freddie Mac, los compradores de hipotecas gigantes, centro de los temores del mercado. El episodio, dijo Paulson, puso "aún más de manifiesto" la necesidad de introducir reformas sistémicas.
Henry Paulson dejó claro también que actualmente no hay planes de que las compañías recurran al dinero federal, aunque la propuesta de la administración pide un aumento de miles de millones de dólares en crédito si fuera necesario.
Más transparencia
Paulson volvió a repetir su petición de una mayor transparencia y una regulación efectiva del sector financiero, alegando que estas reformas "añadirían estabilidad al mercado y mitigarían la probabilidad de que la quiebra de una institución pueda desatar un fallo sistémico".
Pero quiso acabar su intervención con una nota positiva que lleve algo de calma. "Cuando miro alrededor, no veo otros países industriales, desarrollados que tengan mejores perspectivas a largo plazo que las nuestras", aseguró el secretario del Tesoro.
– Nueva York demanda a UBS por vender instrumentos financieros fraudulentos a sus clientes (El Mundo – 24/7/08)
El fiscal general de Nueva York, Andrew M. Cuomo, ha presentado una demanda multimillonaria contra las filiales del banco suizo UBS, UBS Securities y UBS Financial Services, por la presunta venta de instrumentos financieros a sus clientes pese a saber que la crisis crediticia amenazaba con su capacidad de hacerlos efectivos.
Los instrumentos financieros, conocidos como ARS, eran vendidos como valores "seguros y de elevada liquidez", lo que provocó, tras la crisis de liquidez en los mercados de deuda, que "centenares de clientes del Estado de Nueva York no pudieran acceder a sus fondos".
En concreto, la Fiscalía neoyorquina señala que actualmente los clientes de UBS customers mantienen más de 25.000 millones de dólares (15.762 millones de euros) en valores ilíquidos y con vencimientos a largo plazo como resultado de las "fraudulentas distorsiones y la conducta ilegal de UBS".
Asimismo, las investigaciones de Cuomo apuntan que, cuando los máximos ejecutivos de la entidad percibieron el inicio del colapso del mercado se desprendieron "rápidamente" de 21 millones de dólares que poseían a nivel personal en dichos instrumentos de deuda, mientras seguían vendiendo estos títulos a sus clientes.
En este sentido, la Fiscalía señala que varios correos electrónicos internos de UBS muestran los esfuerzos de los ejecutivos del banco suizo para vender los valores de deuda que poseían personalmente.
"UBS no sólo es culpable de una flagrante violación de la confianza entre un banco y sus clientes, sino que sus directivos abandonaron el barco tan pronto como comenzó el colapso del mercado dejando a miles de clientes cargar con la responsabilidad", afirmó Andrew Cuomo.
"Hoy presentamos la primera demanda a escala nacional contra UBS, con la intención de recuperar miles de millones de dólares para los clientes de la entidad a la vez que enviamos un contundente mensaje al resto de la industria de que este tipo de comportamientos engañosos no serán tolerados", añadió.
La demanda presentada por el fiscal general de Nueva York pretende obligar a UBS a recomprar estos instrumentos de deuda a sus clientes a su valor nominal
– La crisis financiera empuja al gobierno de EEUU hacia una mayor regulación empresarial (The Wall Street Journal – 25/7/08)
(Por Bob Davis, Damian Paletta y Rebecca Smith)
La crisis inmobiliaria y financiera que golpea a Estados Unidos está impulsando una nueva ola de regulación gubernamental sobre los negocios y la economía.
En una amplia variedad de temas, los gobiernos federal y estatales se están movilizando para lidiar con las consecuencias de colapsos de empresas, caídas de los precios de las viviendas, pérdidas de valor de hipotecas y altos precios de la energía.
Estos pasos constituyen un desafío mayor hacia el movimiento que favorece la desregulación que ha definido el gobierno de EEUU por buena parte de los últimos 25 años, desde la Revolución Reagan de los años 80. De hecho, algunos de los proponentes de un mayor papel supervisor del gobierno son herederos republicanos del ex presidente Ronald Reagan.
Justamente ayer, se debatió en el Congreso estadounidense si la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) debería regular a las empresas matrices de los bancos de inversión.
La Reserva Federal ya está intensificando su escrutinio de los bancos de inversión en Wall Street, implantando funcionarios dentro de las grandes firmas financieras y evaluando sus requerimientos de capital, después de adoptar la medida inusual de ofrecer miles de millones de dólares en préstamos de emergencia. La Fed también ha acordado prestar dinero a Fannie Mae y Freddie Mac, lo que le permite tener una mayor supervisión de los dos gigantes hipotecarios. Al mismo tiempo, las comisiones estatales de servicios públicos están recuperando el control que cedieron durante la desregulación.
El papel del gobierno en la economía está también en el centro de la campaña presidencial estadounidense. Los dos candidatos principales apoyan propuestas para crear comisiones nuevas al estilo de la Fed, para limitar la emisión de gases con efecto invernadero y decidir cómo gastar miles de millones de dólares en tecnología para el uso eficiente de la energía.
"Hay un rechazo al punto de vista relajado que cree que los mercados son maravillosos y creativos", dice el ex vicepresidente de la Fed, Alan Blinder, un demócrata. "Los mercados son creativos, pero a veces esa creatividad lleva a direcciones extrañas y peligrosas".
La opinión pública también está influyendo en la respuesta: por un margen de 53% a 42%, los estadounidenses quieren que el gobierno "haga más para resolver los problemas", según un sondeo de julio de Wall Street Journal/NBC News. Hace doce años, los entrevistados se opusieron a una acción gubernamental por un margen de dos a uno. Al mismo tiempo, según reporta la National Opinion Research Center (Centro Nacional de Investigación sobre Opinión Pública), la confianza en el Congreso está en su nivel más bajo desde que empezó a hacer la pregunta en 1973.
Existe la posibilidad de que el cambio sea temporal. Kevin Hassett, un economista conservador del Instituto de Empresa Estadounidense, dice que ha habido otras épocas en las que una era de un gobierno más activista parecía avecinarse, pero esto no ocurrió.
"Los críticos están insinuando que existen problemas fundamentales con las economías de bajo control gubernamental", dice Hassett. "Es sólo una insinuación". Incluso si el activismo está al alza, esto no significa un retroceso de décadas de desregulación de sectores empresariales, como el de las aerolíneas o el de telecomunicaciones. La relajación de controles ha reducido los costos de bienes y servicios en toda la economía. Además, el grado de cambio dependerá de quién ocupe la Casa Blanca en enero próximo.
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