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La codicia de los mercados (el virus mutante) ? Parte III (página 12)

Enviado por Ricardo Lomoro


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Sin embargo, la banca tradicional no es la panacea contra todos los males que aquejan a Wall Street, los bancos comerciales también manejan unidades de valores que están altamente apalancadas y que tienen poco que ver con los depósitos bancarios. Además el historial de desempeño de los llamados supermercados financieros, como Citigroup es regular.

"No es obvio que haya un beneficio económico claro" para que los bancos de inversión se fusionen con los bancos comerciales, dice Campbell Harvey, un profesor de finanzas de la Universidad de Duke.

– El rescate no inspira confianza y desploma Wall Street (Intereconomía – 22/9/08 Actualizado 22h.)

Los indicadores de Wall Street profundizan los recortes e inician en negativo una semana que se presenta interesante tras las intensas jornadas vividas la semana pasada, con el rescate de las entidades financieras por parte de la FED. Ahora mismo se trata del mayor rescate financiero del gobierno desde el "crack" de 1929. La administración Bush planea comprar 700.000 millones de dólares de "productos tóxicos financieros" como parte del plan de ayuda a la maltrecha situación financiera del país. A lo largo de los dos próximos años, la administración podrá comprar esta deuda generada y para ello elevará el límite establecido sobre la deuda nacional de 10,6 billones de dólares a 11,3 billones de dólares.

Pero las dudas siguen en Wall Street. Los inversores no están seguros de que "la madre de todos los rescates", como denominan algunos al plan, sea suficiente para resolver la crisis crediticia. Así y con la incertidumbre como bandera, los indicadores de Nueva York se olvidan de la euforia y retoman la senda bajista. El Nasdaq es líder de los recortes con descensos del 4,17%, el S&P pierde un 3,82% y el Dow Jones cede en esta sesión más de un 3,2%…

– Los reguladores de todo el mundo toman medidas (Cinco Días – 23/9/08)

Los reguladores de todo el mundo luchan para devolver la estabilidad al mercado con medidas temporales que limitan las apuestas bajistas sobre el sector financiero. A las restricciones adoptadas la semana pasada por los reguladores del Reino Unido, EEUU, Francia, Portugal e Irlanda se sumaron ayer Alemania, Holanda, Bélgica, Australia y Taiwán. En España las prohibiciones como tal no llegaron aunque la CNMV sí adoptó medidas para fomentar la transparencia y la vigilancia. Algo que también han hecho otros países de la Unión Europea como Portugal, Austria, Italia o Grecia. El comité supervisor europeo (CESR) comentó ayer que los reguladores de la UE están considerando tomar medidas adicionales.

En EE UU la SEC prohibió el pasado viernes las operaciones bajistas sobre 799 valores del sector financiero, una lista que se ha ampliado para incluir a 30 valores de la Bolsa de Nueva York y 66 del Nasdaq.

Formas de ganar con las caídas

1 Ventas a crédito. Es una de las técnicas más extendidas para ganar dinero con las caídas. Consiste en tomar prestadas unas acciones para, a continuación, venderlas en el mercado. Las ganancias se obtienen recomprando los títulos más baratos, embolsándose así la diferencias antes de devolver el préstamo.

2 Vender futuros. Los futuros se pueden vender si las expectativas de un inversor son bajistas. Es una operación poco intuitiva porque se vende algo que no poseemos y que tampoco compramos para revender. Sencillamente se deshace el contrato. Si vendo un futuro de Santander a 10 euros con vencimiento a junio y la acción cae a 5, ganaré 5 euros.

3 Comprar un put (opción de venta) resulta interesante cuando se piensa que una acción va a caer. Si se tienen las acciones, con el put el inversor se garantiza, a cambio de la prima, poder vender a un precio fijo. Si no se tienen las acciones también se puede apostar por las caídas comprando put. Vender un call (opción de compra) también permite ganar en un mercado bajista.

4 Los contratos por diferencias también permiten operar a la baja. Se trata de un contrato entre un emisor y una entidad financiera sobre un abanico de subyacentes en los que la liquidación se realiza por la diferencias entre el precio de compra y el de venta. Cuando la operación es bajista la entidad financiera vende los títulos para luego recomprarlos.

– Dinamarca rescata el segundo banco en menos de un mes (Cinco Días – 23/9/08)

En apenas 28 días, Dinamarca ha tenido que rescatar dos entidades financieras. Tras tomar el control de Roskilde Bank el 25 de agosto, ayer el banco central del país (Danmarks Nationalbank) anunció que ha tenido que realizar un préstamo de urgencia a EBH, tras revisar éste a la baja sus previsiones de beneficio.

Como ha ocurrido con otras víctimas de la crisis crediticia, esta entidad ha tenido serios problemas para encontrar financiación mayorista, lo que ha deteriorado sus reservas de capital. El Danmarks Nationalbank y otros bancos privados han tenido que asegurar su liquidez con un inyección de fondos para que pueda seguir operando.

EBH, que cuenta con 350 empleados y nueve sucursales, se ha visto muy perjudicado por el incremento de la morosidad en sus créditos hipotecarios. La mala gestión ha llevado a la firma a despedir a su consejero delegado, Finn Strier Poulsen. Además, está estudiando posibles desinversiones con vistas a una potencial fusión o venta.

El pasado 25 de agosto, el banco danés Roskilde Bank tuvo que ser intervenido, en una operación de 41.800 millones de coronas danesas (5.600 millones de euros). El banco central se vio entonces forzado a tomar el control de la entidad ante la falta de ofertas "tanto domésticas como del extranjero, durante el proceso de venta ya fuera por la totalidad o parte del Roskilde Bank".

– Carlyle se interesa por los activos incluidos en el plan de rescate de Estados Unidos (El Confidencial – 23/9/08)

Carlyle Group está interesada en comprar parte de los activos que podrían ser adquiridos por el Gobierno de Estados Unidos dentro del plan de rescate de 700.000 millones de dólares que estudia para su aprobación el Congreso, tal y como ha dicho David Rubenstein, co fundador de la firma de capital riesgo, a la cadena CNBC.

"El capital riesgo puede ayudar en esta crisis mediante la compra de esos activos. Es posible que nos encontremos entre los mayores compradores de este tipo de activos", dijo. Aunque Carlyle ha dirigido sus miradas en el último año hacia los mercados emergentes, Rubenstein espera invertir más dinero en activos estadounidenses ante la caída de los precios de las acciones y las valoraciones.

En este sentido, dijo que espera que se relajen algunas de las reglas que supervisan las inversiones minoritarias en los bancos de inversión. Respecto al rescate de AIG señaló que fue producto de una situación única y que desconocía si otras compañías podrían requerir movimientos similares. Sobre el plan que estudia el Congreso para su aprobación dijo que "nunca pensé que fuera a ver algo como esto y espero no volver a verlo nunca más".

– La Fed abre la puerta para que los fondos de capital privado inviertan más en bancos (The Wall Street Journal – 23/9/08)

(Por Peter Lattman y Damian Paletta)

La Reserva Federal, en su intento más reciente por inyectar más dinero a los alicaídos bancos estadounidenses, relajó las reglas que limitaban la habilidad de las firmas de capital privado y los inversionistas privados para comprar grandes participaciones en los bancos.

Este es otro paso de la Fed para rescribir las reglas del mercado en respuesta a la crisis financiera. Los reguladores están cada vez más preocupados por la escasez de capital en los bancos, especialmente en las cajas de ahorro pequeñas y en las instituciones regionales. La Fed ha estado forjando esta política por al menos dos años y las firmas de capital privado han estado presionando agresivamente por reglas más benévolas.

Esta decisión debería alentar a las firmas de capital privado, fondos de inversión estatales y otros a comprar participaciones en bancos, transfiriendo capital de aquellos que lo tienen a aquellos que lo necesitan. Previamente, si la Fed determinaba que una firma de capital privado tenía una participación controladora en un banco, podía clasificar al inversionista como un "holding bancario", supervisando directamente a la casa matriz e imponiendo restricciones a las inversiones foráneas. Las reglas fueron diseñadas para evitar que los inversionistas abusaran de sus participaciones en los bancos para beneficiar sus inversiones no financieras.

La Fed mostró flexibilidad en tres áreas: permitir que ciertos inversionistas tengan asientos en la junta, se comuniquen con la gerencia del banco y posean cantidades más altas de acciones. Aunque los cambios no son radicales, abogados de la industria e inversionistas aseguran que alentarán las inversiones.

"Creo que permitirá que las firmas de capital privado hagan inversiones en algunos holdings bancarios en los que han estado reacios a entrar en los últimos meses", dijo Ed Yingling, presidente ejecutivo de la Asociación de Banqueros Estadounidense.

En su comunicado, la Fed dijo que un inversionista puede tomar hasta una participación de 33%, de los cuales 15% deben ser acciones comunes, sin que sea considerado como un inversionista controlador.

La nueva medida podría ser controversial. Los reguladores históricamente han sido cuidadosos frente a permitir que inversionistas externos, ansiosos por ganancias, asuman roles importantes en los bancos. Una de las razones es que los inversionistas podrían presionar para que se otorguen préstamos a acreedores riesgosos para obtener ganancias rápidas. Si el banco se hunde, ese costo correría por cuenta del gobierno debido a un seguro federal que cubre los depósitos bancarios, generalmente hasta US$ 100.000. Otro temor es que una firma de capital privado presione al banco en el que invierte a prestar dinero bajo términos favorables a otras de las compañías en las que tiene participaciones.

"No es un mar de cambios", dice Michael Ryan, un abogado de capital privado del bufete Cleary Gottlieb Steen & Hamilton. "Pero la Fed está tomando una decisión práctica para responder a las realidades del mercado y las preocupaciones de los inversionistas minoritarios, los cuales pueden sumar capital significativo a una industria que lo necesita".

– El Tesoro y la Fed apremian al Senado para que apruebe el rescate (Cinco Días – 24/9/08)

La Fed y el Tesoro de EEUU trataron ayer de convencer a los senadores de que el plan para comprar 700.000 millones de dólares de activos tóxicos es la mejor receta para salir de las turbulencias financieras. Ambas entidades advirtieron que, en caso de no actuar rápido, la crisis podría acabar hundiendo la economía del país.

Henry Paulson tuvo que desplegar ayer todas sus dotes de persuasión en el senado de Estados Unidos. El secretario del Tesoro trató de convencer a la comisión de banca de la importancia de que el Congreso y la Cámara Alta aprueben cuanto antes el plan para comprar 700.000 millones de dólares (477.000 millones de euros) de activos financieros con problemas. El responsable de la cartera de Economía del Gobierno de George Bush estuvo acompañado por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y por el presidente del regulador de los mercados (SEC, en inglés), Christian Cox.

"Tenemos que tomar nuevas acciones, que sean decisivas, y que se dirijan directamente a la raíz de las turbulencias", explicó ayer Paulson a los legisladores. La medida propuesta consiste en que el Estado adquiera los activos tóxicos de la banca que actualmente no pueden vender. De esta forma, se restablecería la normalidad de los mercados financieros.

Para Bernanke, la importancia de la medida es crucial. "Es urgente que el Senado actúe para estabilizar la situación. De no hacerlo, podría haber consecuencias muy graves para nuestro sistema financiero y nuestra economía", aseguró. En caso de que el mercado crediticio no vuelva a la normalidad "se perderán puestos de trabajo, aumentará la tasa de paro, se embargarán más casas y el Producto Interior Bruto se contraerá. La economía estadounidense no podrá recuperarse", advirtió.

El respaldo del presidente de la Fed a la mayor intervención estatal en los mercados desde la Gran Depresión es absoluto después de que fracasara su intento de reactivar la economía con la mayor bajada de tipos de interés en dos décadas. Cayeron del 5,5% al 2% entre septiembre de 2007 y abril de 2008.

Oposición desde los dos partidos

Algunos senadores tratan de frenar el proyecto. Los demócratas piden que se incluyan ayudas a los propietarios de viviendas y se limiten el sueldo variable de los banqueros, mientras que el ala republicana cuestiona la finalidad y la dimensión del plan.

El representante demócrata por Ohio, Sherrod Brown, aseguraba ayer que sus electores rechazan de plano la propuesta. Mientras, el senador republicano por Kentucky, Jim Bunning, advertía a Paulson y a Bernanke que el plan supone "tomar todo el daño sufrido por Wall Street y dispensarlo entre todos los contribuyentes".

Una de las cuestiones que la intervención ante el Senado dejó sin resolver es el precio que pagar por los activos ilíquidos de la banca. Al respecto, Bernanke aseguró que el Tesoro no comprará a los bancos "a precio de saldo" sino a un nivel más razonable.

La medida que intenta sacar adelante la administración Bush se uniría a rosario de intervenciones para aliviar la situación del sector financiero. Una de ellas fue la de nacionalizar transitoriamente Freddie Mac y Fannie Mae -las principales entidades hipotecarias de EEUU-. Una decisión "necesaria y apropiada", en palabras del presidente de la Reserva Federal. Bernanke también reconoció que los bancos centrales habían tratado de buscar una solución privada para Lehman Brothers, pero no pudieron evitar su quiebra.

Un "agujero regulatorio" de 58 billones de dólares

El presidente de la Comisión de Valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés), Christopher Cox, instó ayer a los legisladores a adoptar las medidas necesarias para subsanar el "agujero regulatorio" existente en el mercado de garantías de deuda (credit default swaps) cuyo montante asciende a unos 58 billones de dólares (39,4 billones de euros) y que actualmente no está supervisado. Cox recordó que el fracaso del acta Gramm-Leach-Bliley para otorgar autoridad reguladora sobre la banca de inversión a alguna de las agencias gubernamentales ha representado, tras la experiencia de los últimos meses, "un costoso error". "Existe otro agujero regulatorio similar que debe ser subsanado inmediatamente para evitar consecuencias parecidas. El mercado de unos 58 billones de dólares en garantías de crédito CDS no está regulado por nadie", señaló. Este tipo de cobertura ha sido uno de los instrumentos que ha propiciado la propagación de los activos tóxicos tras el comienzo de la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime, en inglés). "Les insto a proporcionar la autoridad necesaria para regular estos productos y mejorar la protección de los inversores (…) Ni la SEC ni cualquier otro regulador cuenta con autoridad sobre el mercado de CDS, ni siquiera para poder solicitar una mínima información a los mercados", añadió. Cox recordó que la división de orden público del regulador bursátil ha emprendido una amplia investigación respecto a la manipulación de los mercados por las instituciones financieras, con especial atención a los broker e inversores institucionales con actividad significativa en emisiones financieras y posiciones en CDS.

– Warren Buffett invertirá US$ 5.000 millones en Goldman Sachs (The Wall Street Journal – 24/9/08)

(Por Susanne Craig y Susan Pulliam)

Goldman Sachs Group Inc. recibió ayer una inyección de US$ 5.000 millones por parte del magnate estadounidense Warren Buffett, en lo que se presenta como un impresionante sello de aprobación de la firma de Wall Street.

El holding de inversiones de Buffett, Berkshire Hathaway, pagará US$ 5.000 millones en acciones preferentes sin vencimiento fijo en Goldman en una colocación privada. Además tiene la opción de comprar otros US$ 5.000 millones en acciones comunes. El público tendrá la oportunidad de comprar otros US$ 2.500 millones en acciones comunes, anunció Goldman. Apenas unas horas después de que se publicara la noticia, las acciones de Goldman ya registraban un salto de 9%.

Este acuerdo le da un gran impulso a Goldman Sachs, la firma más respetada de Wall Street, que se convirtió en blanco de las críticas de los inversionistas después de que Lehman Brothers Holdings Inc. se hundiera la semana pasada. La acción de Goldman, que se había mantenido más estable que las de sus pares en Wall Street, fue vapuleada la semana pasada, registrando una caída de hasta 44% antes de iniciar un repunte. El domingo, la Reserva Federal de Estados Unidos aprobó la solicitud de Goldman de convertirse en un banco comercial, lo que le da un mayor acceso a fondos pero reducirá sus ganancias.

La medida de Buffett es una muestra muy necesaria de confianza en Wall Street por parte de uno de los inversionistas más prominentes del mundo y que hasta ahora se había mantenido al margen de las grandes firmas financieras.

Hasta ahora, Goldman ha logrado evitar la explosión de los valores atados a las hipotecas de alto riesgo y no ha registrado ninguna pérdida trimestral desde que comenzó la crisis. Aun así, las ganancias han menguado.

– El FBI investiga a firmas (BBCMundo – 24/9/08)

El Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) comenzó una investigación a cuatro de las grandes firmas que se han visto afectadas por la actual crisis en los mercados de valores.

Según los medios de comunicación de ese país, los agentes al parecer están examinando posibles fraudes cometidos por los entes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, el banco de inversión declarado en bancarrota, Lehman Brothers, y la aseguradora AIG. Altos ejecutivos de esas instituciones también están siendo investigados, según indican los informes de prensa.

En los últimos doce meses y en el marco de la crisis del mercado hipotecario de EEUU, el FBI inició una investigación a lo largo y ancho del sector financiero. Las averiguaciones se han centrado en torno a las preocupaciones por la forma en que fueron otorgados los llamados préstamos de alto riesgo conocidos también como "subprime".

Unos 20 bancos

El FBI ha estado investigando a los bancos hipotecarios que otorgaron los créditos a compradores que no tenían ingresos necesarios para pagar su hipoteca, así como a los bancos de inversión que negociaron estos esquemas crediticios.

La caída en el mercado hipotecario de Estados Unidos ha desencadenado en miles de millones de dólares en pérdidas dentro de estas instituciones crediticias que han generado una crisis en los mercados de todo el mundo.

Freddie Mac, Fannie Mae y AIG han sido rescatados por el gobierno de Estados Unidos tras temores de que se declararían en bancarrota. Lehman Brothers no tuvo la misma suerte y pese a haber sido uno de los más reconocidos bancos de inversión en Wall Street, tuvo que declararse en quiebra.

La investigación del FBI sobre estas cuatro compañías está en fase preliminar, según indican los informes de los medios de comunicación estadounidenses. La semana pasada el director del FBI, Robert Mueller, dijo que más de veinte instituciones financieras de gran tamaño estaban ya bajo investigación.

– La FED acuerda con Australia, Dinamarca, Noruega y Suecia inyectar 30.000 millones (Negocios24/9/08)

La Reserva Federal Estadounidense anunció hoy el establecimiento de acuerdos recíprocos temporales ("swap line") con los bancos centrales de Australia, Dinamarca, Noruega y Suecia, para aliviar las presiones sobre el dólar a corto plazo en los mercados, con una inyección de 30.000 millones de dólares (unos 20.400 millones de euros).

Este acuerdo está en línea con el alcanzado con el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales de Inglaterra, Canadá, Japón y Suiza la semana pasada, diseñado para mejorar las condiciones de liquidez en los mercados financieros mundiales, por lo que la cantidad total asciende ya a 277.000 millones de dólares (unos 188.700 millones de euros).

Además, los citados bancos continuarán trabajando juntos durante este "período de estrés" en el mercado y se comprometen a "tomar medidas adicionales cuando sea necesario".

El Comité de Mercado Abierto de la Fed ha autorizado una ampliación de sus acuerdos recíprocos temporales con los citados bancos, lo que aporta mayor liquidez a los sistemas financieros gracias a la inyección de 30.000 millones de dólares.

En concreto, la FED proveerá liquidez por importe de 10.000 millones de dólares (unos 6.800 millones de euros) al Banco de Australia y al de Suecia, mientras que aportará 5.000 millones de dólares (34.400 millones de euros) a los de Dinamarca y Noruega.

Esta cantidad se une a los 247.000 millones de dólares (168.000 millones de euros al cambio actual) de liquidez en dólares de hasta 110.000 millones de dólares (74.908 millones de euros) en el caso del BCE, y hasta 27.000 millones de dólares (18.386 millones de euros) para el Banco Central de Suiza.

Además, las nuevas líneas autorizadas la semana pasada suponían la provisión de 60.000 millones de dólares (40.863 millones de euros) para el banco de Japón, 40.000 millones de dólares (27.242 millones de euros) para el Banco de Inglaterra y 10.000 millones de dólares (6.810 millones de euros) para el Banco de Canadá.

– "Nuestra economía está en peligro" (BBCMundo – 25/9/08)

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se dirigió a la nación para advertir sobre la extrema necesidad de que el Congreso apruebe un plan de emergencia para rescatar al país de la crisis financiera aseverando que toda la economía está en peligro.

El presidente inició su alocución grabada para televisión calificando la situación como una "severa crisis financiera". Bush dijo que, como republicano, creía profundamente en la libre empresa sin la interferencia del gobierno, pero que había quedado evidente que el mercado no estaba funcionando. Por eso afirmó que una medida decisiva por parte del gobierno es esencial para reiniciar el flujo de crédito y recuperar la economía.

"Con la situación volviéndose más precaria cada día, enfrentaba la siguiente opción: intervenir con una medida dramática del gobierno o dar un paso atrás y permitir que las acciones irresponsables de unos socaven la seguridad financiera de todos", señaló.

Recalcó, sin embargo, que el plan de rescate no contempla preservar el bienestar de ninguna empresa o industria individual, está dirigido a preservar la economía estadounidense en general. Bush advirtió que las circunstancias por las cuales pasa la nación no son normales. Apuntó a la falta de confianza y el riesgo de que importantes sectores de la economía se paralicen.

Escenario angustioso

Igualmente, presagió que si no se adoptan las medidas inmediatamente Estados Unidos podría deslizarse en un pánico financiero, generando un escenario angustioso.

"Más bancos podrían quebrar -inclusive algunos en sus comunidades- la bolsa caería aún más reduciendo el valor de las jubilaciones, el valor de sus casas se desplomaría, habría más ejecuciones hipotecarías, si es dueño de una empresa o finca sería más difícil lograr crédito, no podría conseguir préstamos para comprar un auto o enviar sus hijos a la universidad", aseveró.

"Empresas cerrarían y miles perderían su empleo. Últimamente nuestra nación pasaría por una larga y penosa recesión", recalcó y añadió: "No podemos permitir que esto suceda". "Toda nuestra economía está en peligro", señaló Bush para intentar dibujar lo que él considera es una gravísima situación.

En un intento por ampliar el apoyo político a su plan, Bush informó que había invitado a ambos candidatos presidenciales, John McCain y Barack Obama, a la Casa Blanca para sostener conversaciones con otros miembros del Congreso.

Ambos candidatos habían emitido un comunicado conjunto para pedir que todos los partidos deberían cooperar para evitar la catástrofe. El republicano McCain anunció además que suspendió su campaña para contribuir en el Congreso hacia la resolución del problema financiero y sugirió que el primer debate presidencial programado para el viernes se pospusiera. Por su parte, Obama insistió en que el debate debería seguir adelante porque el pueblo quiere escuchar las ideas que tienen los candidatos para resolver la crisis…

– La crisis financiera ha costado 1,3 billones de dólares, según FMI (El Confidencial – 25/9/08)

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado a 1,3 billones de dólares el costo de la crisis financiera tras la turbulencia reciente, más de un 30% por encima de su cálculo anterior.

El director gerente del organismo, Dominique Strauss-Kahn, divulgó la nueva cifra en una conferencia en la sede del organismo y su "número dos", John Lipsky, posteriormente la explicó en un discurso en California. Lipsky indicó que los bancos europeos y estadounidenses han perdido entre 640.000 y 735.000 millones de dólares por la caída del valor de sus activos, principalmente en dólares. Al añadir los perjuicios para otras instituciones en todo el sistema financiero, las pérdidas ascienden a 1,3 billones de dólares, explicó.

En abril, el FMI había cifrado la riqueza destruida en 945.000 millones de dólares, equivalente a todo el Producto Interno Bruto (PIB) de México.

La crisis financiera ha hecho que el FMI reduzca "de forma modesta" sus perspectivas de crecimiento mundial, pero ésta "no impedirá en sí misma una recuperación gradual" en 2009, explicó Lipsky. La ralentización económica ocurre en todo el planeta, no sólo en los países avanzados, apuntó, lo que revienta la teoría de que las naciones emergentes estaban de alguna forma aisladas de las tribulaciones financieras.

Lipsky también alertó de las repercusiones de la caída del sector inmobiliario en Reino Unido, Irlanda y España para sus propios sistemas financieros. En Estados Unidos hay algunas señales de desaceleración en la bajada de los precios de la vivienda, pero Lipsky insistió en que la crisis aún no ha terminado.

– Washington Mutual protagoniza el mayor hundimiento de un banco en la historia de EEUU (El Confidencial – 26/9/08)

El banco Washington Mutual (WaMu) ha protagonizado el mayor hundimiento de una entidad financiera en la historia estadounidense, lo que le convierte en todo un símbolo de los excesos del "boom" inmobiliario de los últimos años en el país. El Gobierno, en lo que supone la mayor intervención de un banco hasta ahora, se ha visto obligado a tomar el control de la entidad, que atesora 307.000 millones de dólares en activos, y acordar una venta de urgencia a JP Morgan.

En las últimas semanas, el Gobierno había tratado de forzar a WaMu a negociar su venta a otro grupo bancario, aunque las negociaciones no han tenido éxito, lo que ha obligado al Gobierno a acometer la intervención. Se da la circunstancia de que JP Morgan se vio obligada hace solo seis meses a adquirir, bajo la presión del Gobierno, otra entidad abocada a la bancarrota, el banco de inversión Bear Stearns.

El derrumbe de Washington Mutual supera, con mucho, el que se produjo en 1984 con la caía de Continental Illinois National Bank and Trust, un banco de Chicago que hasta ahora tenía el récord del mayor derrumbe de una entidad financiera. Con el acuerdo del jueves, JP Morgan asumirá el control de las 2.300 oficinas que Washington Mutual, una entidad con 119 años de historia, tiene en todo el país, así como su voluminosa cartera de créditos y depósitos.

Sólo en la última semana, cuando ya se conocía el peligro que se cernía sobre Washington Mutual, la entidad ha sufrido la salida de las cuentas de sus clientes de 16.700 millones de depósito. Esto le ha dejado "sin la suficiente liquidez para poder cumplir con sus obligaciones" y le ha colocado en una condición "defectuosa para poder seguir haciendo negocios" con sus clientes, según un comunicado de la Oficina de Supervisión Bancaria.

El costo de la operación para JPMorgan Chase será de 1.900 millones de dólares y no afectará los depósitos de los clientes de Washington Mutual, según fuentes de la industria financiera. Por otra parte, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, que protege los seguros de los bancos, señaló que no tendrá que acudir a sus fondos. La toma de Washington Mutual, que tiene su sede en Seattle, es la última de una serie de intervenciones del Estado en entidades financieras del país que se han visto abocadas a la bancarrota por su enorme exposición a los activos "tóxicos" relacionados con el derrumbe del mercado hipotecario.

Junto a Washington Mutual, el Gobierno se vio obligado hace unos días a desembolsar 85.000 millones para evitar la caída de American International Group, la mayor aseguradora del país, así como a tomar el control de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, con la inyección de 100.000 millones de dólares en cada una de ellas.

El plan de rescate, en punto muerto

Estos acontecimientos se producen en un momento en que el Congreso negocia contra reloj la propuesta que el Gobierno ha puesto sobre la mesa para adquirir toda la deuda "tóxica" de la banca, por importe de unos 700.000 millones de dólares. WaMu es una de las entidades que atesoraba una mayor cantidad de este tipo de deuda, pues no en vano se preciaba de haberse convertido en el "Wal-Mart de la banca", por prestar dinero a personas sin recursos que eran rechazadas en otras entidades, lo que le permitió crecer hasta convertirse en el sexto mayor banco del país…

Los títulos de WaMu cayeron el jueves en la Bolsa de Nueva York un 25,22%, ya que sus títulos cerraron a 1,69 dólares por acción, 0,57 más baratos que en la sesión anterior.

En las operaciones electrónicas que tienen lugar tras el cierre del mercado, sus títulos se anotaban otro descenso del 43,79% y se negociaban a 0,95 dólares cada uno. El miércoles ya perdieron otro 29,4% de su valor después de que Standard & Poors rebajara la calificación que concede a ese banco.

– Los responsables de la banca de inversión de EEUU ganaron 3.100 millones en cinco años (Expansión – 26/9/08)

Los cinco grandes bancos de inversión estadounidenses -Merrill Lynch, JPMorgan, Lehman Brothers, Bear Stearns y Citigroup- pagaron 3.100 millones de dólares a sus consejeros delegados entre 2003 y 2007. La limitación de los salarios de los altos ejecutivos es uno de los motivos que esgrimen los congresistas que se oponen a la aprobación del plan anticrisis diseñado por Henry Paulson.

Precisamente, Paulson se embolsó 111 millones entre 2003 y 2006 al frente de Goldman Sachs. La lista de ganancias, sin embargo, está encabezada por Stanley O'Neal, que ganó 172 millones entre 2003 y 2007 como consejero delegado de Merrill Lynch. Sin embargo, el directivo que más rentabilidad ha sacado a su paso por una de estas grandes firmas ahora caídas en desgracia es John Thain, que ha recibido 86 millones por un mes de trabajo en Merrill, comprado este mes por Bank of America.

Estas cifras cobran especial significado si se tiene en cuenta que JPMorgan se hizo con Bear Stearns por 236 millones, aunque posteriormente quintuplicara su oferta sobre la entidad para salvar las reticencias de sus accionistas.

Goldman Sachs es el banco que más ha pagado a sus consejeros delegados entre 2003 y 2007, con un total de 859 millones de dólares, seguido de Bear Stearns, con 609 millones. Estas cifras incluyen salario, bonus, acciones y opciones sobre acciones.

Pero los directivos no han sido los únicos que se han aprovechado de los buenos salarios repartidos por las grandes firmas de inversión de Wall Street. Los 185.687 empleados de estos cinco bancos de inversión percibieron 66.000 millones de dólares en 2007, de ellos 39.000 millones en bonus. Esta cifra arroja una retribución media de 353.089 dólares por empleado, según los datos de Bloomberg.

Merrill Lynch, JPMorgan, Lehman Brothers, Bear Stearns y Citigroup registraron un beneficio neto conjunto de 93.000 millones de dólares entre 2003 y 2007.

Estas cifras se están dando a conocer en un momento en el que congresistas republicanos y demócratas se oponen a que el Estado financie con 700.000 millones de dólares el rescate del sector financiero.

– Nueva acción concertada de los bancos centrales para impulsar la liquidez (El Confidencial – 26/9/08)

El Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional Suizo han acordado realizar tres inyecciones conjuntas de liquidez a una semana por un monto de 74.000 millones de dólares (50.755 millones de euros).

El BCE ha anunciado que realizará una inyección de 35.000 millones de dólares (24.008 millones de euros) a siete días, al tiempo que mantendrá las subastas diarias de dólares en 30.000 millones de dólares (20.580 millones de euros) a un plazo de un día.

El Banco de Inglaterra inyectará 30.000 millones de dólares con una semana de plazo de devolución, mientras que en la subasta de media noche ofertará 10.000 millones de dólares. El banco británico añadió que el lunes 29 tendrá lugar otra subasta de 40.000 millones de libras (50.373 millones de euros) con fecha de vencimiento el 15 de enero próximo.

Por su parte, el Banco Nacional Suizo ha declarado que va a proceder a inyectar 9.000 millones de dólares (6.173 millones de euros) en la subasta a 7 días, mientras que reducirá la subasta diaria de dólares a un día de plazo a 7.000 millones de dólares (4.802 millones de euros) desde los 10.000 millones de dólares (6.860 millones de euros) anteriores.

La Reserva Federal estadounidense indicó que para atender a estas operaciones, el Comité Federal de Mercado Abierto ha autorizado un incremento de 10.000 millones de dólares en sus líneas temporales "swap" con el ECB y otro de 3.000 millones de dólares con el Banco Nacional Suizo.

– La banca afronta su prueba final (Cinco Días – 27/9/08)

(Por Pablo Martín)

Son los principales culpables del seísmo financiero que comenzó hace 14 meses en Estados Unidos, y también los que más están padeciendo su poderoso impacto. Todas las miradas se centran en los bancos después de que haya ocurrido lo inimaginable hasta hace muy poco tiempo: la bancarrota de Lehman Brothers y las desapariciones, tras ser absorbidos por bancos comerciales, de Bear Stearns y Merrill Lynch. El último episodio del culebrón, la compra de Washington Mutual por parte de JPMorgan, se conoció el viernes, día que los mercados presionaban a Wachovia y Fortis. Cualquier entidad puede ser ahora señalada como la siguiente en caer.

De momento, ya ha quedado enterrado un modelo de hacer dinero en el sistema financiero: el de la banca de inversión. Goldman Sachs, auxiliado por el magnate Warren Buffett, y Morgan Stanley, que negocia con el chino Citic, solicitaron el pasado lunes convertirse en bancos comerciales -al estilo de Santander o BBVA-. El plan de salvamento anunciado por EEUU ha aliviado la presión, pero continúan las quinielas sobre cuáles serán las entidades que saldrán fortalecidas y queda por conocer "qué otros modelos de negocio están en el punto de mira por su debilidad", como advierte UBS en un informe. Los ratios de solvencia y de créditos sobre depósitos son ahora cruciales para determinar la fortaleza de las entidades financieras. "El sector en Europa se enfrenta a un problema de capital", señalan los expertos de Citi. Y es que, pese a que han tratado de captar capital de cualquier modo desde hace casi un año, su solvencia ha caído por las depreciaciones de activos.

Según UBS, el coste de la crisis actual alcanzará los 945.000 millones de dólares, de forma que se convertirá en la segunda más cara de solucionar de la historia -en relación al PIB estadounidense-, sólo por detrás de la del sistema japonés en los años 90. "Será necesario que los organismos reguladores de Estados Unidos identifiquen a las instituciones financieras que sobrevivirán y las que no. Esto garantizaría desbloquear las tensiones de los mercados de crédito", explica en un informe Alex Patelis, economista de Merrill Lynch. Hasta ahora, y pese a las multimillonarias inyecciones de liquidez llevadas a cabo por los bancos centrales, el estrés se mantiene por todo lo alto: el euríbor a 12 meses marcó el jueves su máximo histórico en el 5,484% y el viernes cerró a 5,471%. La situación no es mejor en cuanto a los derivados de crédito (CDS, por sus siglas en inglés), que protegen al inversor en caso de impagos de deuda. Los de muchas entidades se han disparado, tanto en Europa como en Estados Unidos. Así, en Morgan Stanley el riesgo de impago se ha disparado hasta cerca de los 800 puntos básicos -100 equivalen a un punto porcentual- respecto a los apenas 100 de finales de 2007, mientras que en Barclays acaricia los 180 puntos, cuando hace nueve meses era de sólo 50.

Fuertes caídas en Bolsa

Las cotizaciones ya han bajado mucho, pero pueden hacerlo más a juicio de los analistas y gestores. "Es tentador pensar en comprar a estos precios", según Colin Beveridge, de Scottish Widows Investment Partnership. El experto advierte que se avecinan fuertes cambios en el sector. Desde Newton Investment Management, gestora especializada de BNY Mellon AM, señalan que aún no ha llegado el momento de apostar por los bancos. En Citi, reconocen que cotizan a un nivel históricamente bajo, aunque puntualizan que las estimaciones todavía pueden ser revisadas a la baja "dramáticamente". En cambio, JPMorgan se muestra partidaria de sobreponderar el sector e Ignacio Rodríguez Añino, de M&G Investments, afirma que hay entidades "baratas por valoración".

– Desesperación con el plan de rescate financiero de Bush – Paulson se arrodilla ante Pelosi para defender el plan de rescate de Bush: "No lo tiréis atrás" (El Mundo – 26/9/08)

Sala Roosevelt de la Casa Blanca, jueves por la noche. Se acaba el día y la negociación entre demócratas y republicanos para aprobar el plan de rescate financiero del Gobierno de George W. Bush concluye sin éxito. Henry Paulson, secretario del Tesoro, pierde la paciencia. Clava una rodilla en el suelo e implora a la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, que salve el proyecto: "No lo tiréis abajo".

"No sabía que eras católico", observó irónicamente Pelosi en referencia al acto de arrodillarse, según alguien que presenció la escena. Así lo relata hoy "The New York Times", que precisa que la demócrata dio carpetazo al asunto con otra estocada más: "No soy yo quien lo está tirando por tierra, son los republicanos".

Paulson suspiró: "Lo sé, lo sé".

La reunión comenzó con la esperanza de un posible acuerdo, pero acabó con el secretario del Tesoro de rodillas y con el presidente del Gobierno advirtiendo de que "si no se libera el dinero, esto se va a venir abajo".

La situación se complicó. Después de una noche de negociaciones, los enviados del Congreso acordaron continuar este viernes las conversaciones, con la sospecha de que los acuerdos son cada vez más difíciles y la presión de los mercados financieros aumenta. Además, en medio está el polémico primer debate entre John McCain y Barack Obama, al cual no quiere acudir el republicano porque ha suspendido su campaña para centrarse en la crisis económica. Algo que, según critican los demócratas, habría provocado que las negociaciones se alargasen de forma interesada.

La llegada de los dos senadores y candidatos a la Casa Blanca prometía un acuerdo. Bush dijo poco antes de su cita con ellos que "su esperanza es alcanzar un acuerdo en breve". Pero todo se complicó una vez se cerraron las puertas de la sala de reuniones. El líder republicano de Ohio, John A. Boehner, sorprendió a todos al anunciar que su "caucus" no apoyaría al Gobierno si compraba activos financieros de alto riesgo.

Boehmer pidió una alternativa que implicase un rol menor del Estado, y McCain se abstuvo de decantarse o no por la propuesta, asegura "The New York Times". A partir de ahí, comenzaron los reproches en una escena donde unos y otros se apuntaban con el dedo. Hasta ocurrir el episodio de Paulson con Pelosi.

El resumen de la reunión lo explicaría más tarde Christopher J. Dodd, demócrata de Connecticut y responsable del Comité de Banca del Senado. "La sesión ha sido un plan de rescate para John McCain", denunció antes de lamentar que ese tiempo se podría haber aprovechado para negociar la salvación del sistema financiero estadounidense.

– El banco Fortis se ve obligado a vender activos por hasta 10.000 millones (El País – 27/9/08)

El banco belga-holandés Fortis anunció ayer que venderá activos por valor de hasta 10.000 millones de euros para hacer frente a las "circunstancias difíciles en el mercado". Las acciones de la entidad cayeron ayer el 20,37% hasta los 5,20 euros por acción en la Bolsa de Ámsterdam por los rumores sobre sus problemas de liquidez. El valor de los títulos se situó en el nivel más bajo desde el año 1995.

Para restaurar la confianza en las acciones, el grupo bancario reaccionó rápidamente en la noche de ayer nombrando un nuevo consejero delegado: Filip Dierckx, que deberá ser confirmado en la junta general pero que desde ayer recibió la "total autoridad como consejero delegado". Dierckx sustituye a Herman Verwilst, que fue nombrado el pasado 11 de julio también tras un desplome de las acciones.

Los activos que se venderán son de la división de banca y de seguros y están localizados fuera de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, según informó la entidad en un comunicado en el que añade que las desinversiones serán de hasta 10.000 millones de euros. El banco asegura que ya tiene potenciales compradores para todos ellos.

Ayer en el mercado se especulaba con la posibilidad de que el Santander comprara activos de Fortis, aunque fuentes oficiales de la entidad que preside Emilio Botín no quisieron hacer ningún comentario sobre el tema. En el comunicado Fortis añade que, pese a la venta de estos activos, su nivel de solvencia es "sólido" y está muy por encima de los requisitos legales, además de recordar que dispone de una liquidez superior a los 300.000 millones de euros que le permite financiar plenamente sus operaciones. Fortis ha caído en su cotización bursátil el 70% en lo va de año.

La inquietud por la crisis llegó también al Gobierno belga. El ministro de Finanzas, Didier Reynders, lanzó ayer a la salida del Consejo de Ministros un mensaje de tranquilidad a los consumidores al decir que "en Bélgica como en el resto de Europa" no dejarán "a ningún cliente en dificultades".

– Reino Unido: nueva nacionalización (BBCMundo – 28/9/08)

El gobierno británico se dispone a nacionalizar el banco Bradford & Bingley (B&B), según ha podido saber la BBC. Funcionarios del Tesoro británico y de la Autoridad de Servicios Financieros (FSA, por sus siglas en inglés) han mantenido conversaciones con los responsables de la entidad bancaria para asegurar su futuro.

Según el editor de asuntos económicos de la BBC, Robert Preston, el Tesoro venderá de manera inmediata este banco a otra u otras instituciones financieras.

El valor de las acciones de B&B cayó en picada en los últimos días y la entidad anunció la supresión de 370 puestos de trabajo, debido a la crisis en el mercado de las hipotecas.

El banco será nacionalizado utilizando la legislación especial aprobada a principios de año para llevar a cabo la nacionalización de la institución financiera de préstamos hipotecarios Northern Rock.

Según ha podido saber la BBC, el Tesoro británico negociaría después con los bancos interesados en comprar partes de B&B, entre los estaría el español Santander, HSBC y Barclays…

Los US$ 92.000 millones en préstamos de B&B, incluyendo US$ 75.000 millones en hipotecas, no serían vendidos y serían nacionalizados a largo plazo. Las hipotecas podrían ser gestionadas por el nacionalizado Northern Rock.

Este sábado B&B experimentó una importante retirada de dinero a través de sus oficinas y de internet, debido a el temor de sus clientes a perder su dinero.

Según Robert Preston, la nacionalización y venta del B&B es un evento trascendental en la historia de la banca británica.

B&B ha estado cerca de que sus depositantes le exigieran el retorno de millones de libras esterlinas, algo que no podría haber afrontado. El portavoz de B&B confirmó que estaban teniendo lugar conversaciones sobre el futuro del banco y que se llevará acabo un anuncio antes de que la Bolsa de Valores de Londres abra su sesión este lunes.

– Crisis financiera mundial – Las cinco claves de la Operación Rescate (El País – 28/9/08)

(Por Sandro Pozzi – Nueva York)

Las arterias del sector financiero están atoradas y a punto de colapsar el conjunto de la economía. Por eso, desde Wall Street se clama a la élite política en Washington para que no se atasque en debates ideológicos y encuentre una solución urgente a sus diferencias sobre el plan de rescate diseñado por la Administración que preside George Bush. Wall Street quiere que empiece a fluir el capital. La negociación entre demócratas y republicanos, a contrarreloj, se centra en la cuantía del plan de rescate, su destino final (el sector financiero o el conjunto de los ciudadanos), su coste para los contribuyentes y los mecanismos de control para evitar desmanes.

La intención, aparentemente compartida, es llegar a algún tipo de acuerdo antes de que abran los mercados asiáticos y votar mañana antes de la celebración del año nuevo judío. Pero la lucha no estará terminada hasta que sea enviado al Despacho Oval y rubricado por el comandante en jefe, porque desde el ala conservadora se quiere reducir al máximo la intervención con dinero público.

El texto original del plan ha ido creciendo de forma exponencial en la última semana, de las tres páginas iniciales a más de un centenar. En el parqué lo ven ya como una gran salchicha: nadie quiere saber cómo se hace, si al final le gusta a todos. Y es al consensuar los detalles, línea a línea, donde se encuentran la dificultad de una negociación que rota sobre cinco pilares:

– Montante: el Tesoro, con el respaldo de la Reserva Federal, pide autorización para poder movilizar hasta 700.000 millones de dólares (479.000 millones de euros) para comprar a los bancos activos contaminados por las hipotecas basura, y tenerlos fuera de sus balances hasta que vuelva la normalidad al mercado.

Los demócratas propusieron concederlos de forma gradual, poniendo 250.000 millones a disposición inmediata del Tesoro, y dejando otros 100.000 millones listos para movilizar si los solicita la Casa Blanca. Los 350.000 millones restantes estarían sujetos a una autorización posterior en mayo.

Los republicanos no quieren dar un cheque en blanco para pagar los abusos de los banqueros. Para proteger al contribuyente propusieron un programa para asegurar las hipotecas tóxicas que están mermando los balances y dar incentivos fiscales a las empresas para sanear la economía. Las negociaciones de última hora apuntaban a que la idea de asegurar los activos tocados podría ser aceptada como una opción alternativa. A esa opción podrían acudir los bancos que lo desearan.

– Compensación a ejecutivos: existe un acuerdo, aceptado por el Tesoro, para limitar los sueldos y compensaciones de los ejecutivos de entidades que participen en el plan. La dificultad está en establecer a partir de que momento se aplica esta medida, que estaría basado sobre la noción del "riesgo excesivo" que asumieron a la hora de gestionar las inversiones.

– Retornos: los legisladores están de acuerdo en que si se moviliza dinero público, el contribuyente debe tener algún tipo de retorno si los bancos participantes obtienen beneficios fruto del rescate. Para ello está sobre la mesa la idea de que el Tesoro tenga una participación en el capital de las entidades que acudan en su ayuda y que ese dinero vaya a reducir la deuda.

– Ayuda a propietarios: los demócratas quieren que el plan de rescate no mire solo al sector financiero, al que señalan como responsable de esta crisis. Y proponen incluir medidas para dar un balón de oxígeno a los propietarios que se están topando con dificultades para preservar sus viviendas. Para ello se quiere introducir una modificación en la legislación para que se puedan cambiar los términos de las hipotecas con riesgo de desahucio. Además buscan que parte de los beneficios generados por el plan nutran un fondo para promover viviendas a un precio asequible, una iniciativa que irrita a los republicanos.

– Supervisión: el plan original otorgaba al secretario del Tesoro, Henry Paulson, poderes sin precedentes para manejar esa suma masiva de dinero público. Pero en las dos alas del Capitolio quieren estar seguros de que el dinero del contribuyente se usará de la forma adecuada y que el plan funcionará. Para darle transparencia se quieren crear dos comités de supervisión independientes, que pueda intervenir en el proceso en caso de que no se consigan los objetivos.

El presidente Bush se mostró ayer confiado en que habrá un acuerdo "pronto" y aseguró que el dinero empezará a recuperarse conforme el mercado vuelva a la normalidad. Todo indica que el corazón de las demandas del Tesoro será tenido en cuenta en el diseño del plan por parte del legislativo. Y si se acomodan las peticiones republicanas, se crearía un sistema híbrido que permitiría reducir el desembolso con fondos públicos.

"Esperamos poder anunciar mañana algún tipo de acuerdo de principio", dijo ayer el demócrata Harry Reid, que reconoció que el Congreso no puede permitirse más tiempo enfrascado en la negociación. El republicano Judd Gregg aseguró, por su parte, que se están haciendo progresos "significativos" a la hora de limar las asperezas de la propuesta en la decena de puntos abiertos.

Pero el trabajo no concluye con el documento, y el éxito o coste final del plan dependerá de cómo el Departamento del Tesoro lo ejecute. En caso de que se autorice la compra de activos tóxicos, la clave estará en el precio que se ponga a ese crédito contaminado del que quieren desprenderse los bancos y si verdaderamente se podrá recuperar parte de la inversión del Tío Sam.

No son pocos los analistas que dudan de su efectividad, porque advierten de que es muy difícil colocar esos activos sin liquidez en el mercado si no se determina bien su valor. Otros críticos opinan que ni la Administración Bush ni el Congreso están atajando el verdadero problema de la crisis actual, que está en la pérdida de valor de la vivienda y por eso la acción debe dirigirse a los hogares.

También hay frustración en la calle. Quizá por ello, en un intento por rebajar el escepticismo generalizado, el presidente George Bush, en su mensaje radiofónico semanal a la nación, dijo que este "esfuerzo" no está dirigido sólo a Wall Street, si no "a la calle".

– El Congreso de EEUU logra la base de un acuerdo sobre el rescate (Reuters – 28/9/08)

(Por Kevin Drawbaugh y Donna Smith)

Los líderes del Congreso de Estados Unidos dijeron el domingo que han logrado las bases amplias de un acuerdo para autorizar un rescate financiero de 700.000 millones dólares, pero que esperan ver los detalles en papel antes de declararlo como definitivo."Hemos logrado avances", dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a los periodistas después de una noche de maratonianas negociaciones. "Tenemos que ponerlo en papel para que podamos acordarlo de manera formal".

Varios importantes legisladores se reunieron durante la noche del sábado con el secretario del Tesoro, Henry Paulson, para alcanzar un acuerdo que creará un gran fondo gubernamental para comprar la deuda tóxica de las instituciones financieras agobiadas por hipotecas fallidas.

La Casa Blanca se mostró complacida con los avances y elogió el esfuerzo bipartidista para elaborar la ley.

"Estamos complacidos con los avances de esta noche y apreciamos el esfuerzo bipartidista por estabilizar nuestros mercados financieros y proteger nuestra economía", dijo el portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto.

Los atemorizados mercados financieros han observado las negociaciones mientras los legisladores luchan por alcanzar un acuerdo el domingo, antes de que abran los mercados asiáticos.

No está claro cuándo votarían la ley la Cámara de Representantes y el Senado, o si podrían surgir problemas de último minuto. Sin embargo, los legisladores esperan una votación en pocos días.

"Creemos que deberíamos tener un anuncio en algún momento (del domingo) pero ustedes saben que lo vamos a poner en papel esta noche y nuestra gente trabajará durante toda la noche", dijo el líder demócrata del Senado, Harry Reid.

La ley desembolsaría los fondos en tramos, limitaría los "paracaídas dorados" para los ejecutivos de las compañías que participan en el programa y establecería una junta para supervisar el programa, que sería dirigido por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

"Hemos estado trabajando muy duro en esto y hemos logrado grandes avances camino a un acuerdo que funcionará y será efectivo en el mercado y efectivo para todos los estadounidenses", dijo Paulson.

Los republicanos de la Cámara, a quienes les preocupaba que el programa ponga en problemas a los contribuyentes, consiguieron una provisión que establecerá un programa de seguros para los valores apoyados por hipotecas.

Además, el Gobierno conseguirá garantías para que los contribuyentes "puedan conseguir ganancias mientras las compañías se recuperan y a medida que la economía se recupera", dijo el senador demócrata Kent Conrad de Dakota del Norte. "Eso es muy importante", agregó.

El representante Roy Blunt de Missouri, el principal negociador de los republicanos de la Cámara, dijo que los miembros de su partido serían informados sobre los términos del acuerdo el domingo, luego de que esté disponible para revisión una versión impresa del borrador.

"Creo que vamos a poder tener un anuncio mañana, pero estos son temas difíciles", comentó.

– Perfil: Crisis financiera mundial – Henry Paulson Secretario del Tesoro – El tiburón que enseñó el colmillo intervencionista (El País – 28/9/08)

(Por Claudi Pérez)

Estados Unidos es ya casi una vieja república, pero a los norteamericanos les encantan, les entusiasman las sagas. Los Kennedy, los Clinton, los Bush han dominado los resortes del poder político durante años. Hay un puñado de apellidos que prácticamente ha tomado Washington generación tras generación. Y luego está Goldman Sachs. Pertenecer al banco de inversión que ha reinado en Wall Street en los últimos años es como formar parte de una de esas familias, garantiza el acceso a un despacho importante, tanto en el bando demócrata como en el republicano. El último ejemplo es quizás el más notable. Henry Paulson, secretario del Tesoro -algo así como el ministro de Finanzas- pasó más de tres décadas en el banco. Salido prácticamente de la nada, llegó hasta la cúspide y amasó una fortuna, como mandan los cánones del sueño americano. Ahora trata de hacer historia intentando rescatar a Estados Unidos de la peor de sus pesadillas. Es ya la gran figura de la crisis.

Salido prácticamente de la nada, llegó hasta la cúspide y amasó una fortuna

De Henry Merritt Hank Paulson Jr. (Palm Beach, Florida, 1946) se cuentan las típicas anécdotas que salpican las biografías de los hombres públicos. Aficionado a la naturaleza, a salir en kayak el fin de semana, apasionado por China, religioso, abstemio y no fumador, fue un destacado estudiante y jugador de fútbol americano -delantero, para más señas- en la universidad, se licenció en lengua inglesa e hizo un master, cómo no, en Harvard. "Quería ser guardia forestal hasta el mismo momento que entré en la universidad", confesó hace unos meses, pero con 26 años había trabajado ya para Defensa y como asesor de Richard Nixon. El Watergate le obligó a abandonar -sin salpicaduras- esa incipiente carrera política y fichó como joven banquero de inversión en Goldman Sachs. De ahí al Tesoro y a convertirse en estrella de la televisión.

Su carrera en el banco abarca 32 años y deja en el aire un par de paradojas fenomenales. Capitaneó la salida a Bolsa de la compañía y fue uno de los arquitectos de la nueva gestión del riesgo que ha imperado en los últimos años en Wall Street: durante su mandato, Goldman Sachs ganó dinero a espuertas asumiendo cada vez más riesgos y cerrando operaciones multimillonarias con ingentes cantidades de deuda. Toda la banca de inversión acabó imitándole. ¿Suena familiar? Esa filosofía, llevada hasta el exceso en el sistema financiero internacional, está en el germen de la crisis que ha acabado dando el timón de la economía norteamericana a Paulson.

La segunda contradicción es ideológica. Paulson, republicano confeso desde la universidad, es acusado ahora por sus correligionarios de instaurar poco menos que un régimen de "socialismo de mercado" con una intervención en la economía sin precedentes a pesar de su adscripción política. Las críticas le llueven por todas partes: desde el flanco izquierdo se le acusa de salvar sólo a los ricos, de poner en pie una suerte de Estado del bienestar para millonarios. Defensor del libre mercado -aunque también de la ética en las grandes corporaciones, que defendió con ahínco tras los desmanes de Enron y compañía-, Paulson accedió a fichar por la Administración de Bush y durante dos años aplicó su filosofía a una política de perfil bajo que apenas dio resultados en la reforma de la Seguridad Social o en los acuerdos comerciales en el seno de la Ronda de Doha. Llegada la crisis -que al principio ninguneó- se fue haciendo más y más fuerte, quitando protagonismo al mismísimo George W. Bush, y ha demostrado un pragmatismo sensacional: "Creo en los mercados, pero no creo en los mercados no regulados", dijo en septiembre a modo de declaración de intenciones.

Después vendrían rescates bancarios multimillonarios, quiebras y unas semanas de intenso trabajo, proporcional a la debacle en Wall Street. Sus defensores alaban su flexibilidad para adaptarse a los bruscos giros que han dado de sí las turbulencias, pero la crítica aduce que su actuación ha sido sobre todo impredecible, sin rumbo, sin una hoja de ruta clara hasta llegar al plan de rescate para sacar de los balances de la banca los activos tóxicos. "Dinero por basura", resumen varios senadores republicanos. Con todo, Paulson es el único que ha demostrado redaños y suficiente poder como para sacarse de la manga una posible solución.

Su carácter enérgico, brusco, huracanado y amante del estrés le valió el sobrenombre de Martillo, aunque en el Capitolio le llaman últimamente Presidente Paulson, por el progresivo traslado del eje del poder desde el Despacho Oval de la Casa Blanca hasta su oficina en el Tesoro. Papá Paulson, le ha bautizado con toda la sorna el influyente economista Paul Krugman, que capitanea a un grupo de expertos contrarios al plan de intervención.

La fortuna de Paulson se estima en unos 500 millones de dólares. Buena parte de ese dinero está en acciones de Goldman Sachs. Su legado dependerá, sin duda, de cómo gestione la crisis que tiene entre manos. El futuro de su cuenta corriente, poco más o menos, va en paralelo.

– Perfil: Crisis financiera mundial Ben Bernanke Presidente de la Fed – Toda una vida esperando… ¿esto? (El País – 28/9/08)

Una crisis, entre otras muchas cosas, es un juego de contrastes espectacular. El pasado miércoles, en el corazón de Manhattan, un mendigo se refugiaba debajo de unas cajas de cartón justo delante del escaparate de una de las librerías de referencia en Nueva York, Barnes & Noble, donde se publicitaba en grandes tipografías un futuro best seller sobre cómo ganar el primer millón, que, según dicen, siempre es el más difícil. La semana anterior, en The New York Times, uno de los hombres fuertes del equipo económico de Bush daba explicaciones acerca del salto mortal de la política económica de EEUU, que ha pasado de dar sermones sobre las bondades del libre mercado a intervenir violentamente la economía para evitar la debacle. "No hay ideólogos en las crisis financieras".

Ese hombre es Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos. Bernanke (Augusta, Georgia, 1953) encaró casi en solitario los primeros compases de esta crisis financiera. Finalmente, el secretario del Tesoro, Hank Paulson, le ha robado los focos en las últimas sacudidas de las turbulencias y en la posterior respuesta de Estados Unidos, con un plan de rescate de 700.000 millones de dólares que supone meter mano en la economía como ningún otro Gobierno lo había hecho.Bernanke lleva toda la vida preparándose para una crisis como ésta, como gran estudioso de la gran depresión. Licenciado en Harvard y doctorado en el Massachussets Institute of Technology (MIT), el responsable de la Fed tiene un perfil esencialmente académico: próximo a la Administración de Bush y bien conectado en Washington, dio clases durante 23 años en Princeton antes de incorporarse como gobernador a la Fed y al equipo de asesores de Bush, antes de dar el salto a la presidencia del banco central en 2006. Nadie lo ha tenido tan difícil como él desde entonces. Greenspan alcanzó un aura de infalibilidad, el mundo llegó a creer que los tipos de interés eran una especie de varita mágica con la que resolver todos los problemas. Pero en su última etapa, Greenspan se limitó a bajar los tipos ante el pinchazo de las puntocom. Con ello hinchó dos burbujas que han estallado ahora: la inmobiliaria y la del crédito.

Con un perfil público bajo, ideológicamente próximo a los republicanos y gran amante del saxofón, Bernanke fue criticado inicialmente por un excesivo academicismo, que se traducía en una lenta respuesta para los estándares de Wall Street, acostumbrado al gatillo fácil de Greenspan con los tipos. Pero una vez metido en la harina de la crisis, le han llovido palos por el lado contrario: en agosto, con el huracán subprime y el reventón inmobiliario, bajó drásticamente los tipos de interés y eso ha provocado inflación y el declive del dólar, un pecado imperdonable en Estados Unidos. Para tratar de detener el creciente agujero de la crisis bancaria aceptó activos tóxicos a cambio de dar liquidez a las entidades financieras, y fue acusado de poner en peligro el dinero de los contribuyentes. Y cuando las cosas se pusieron peor, dio luz verde al rescate de Bear Stearns (al que después siguieron varios más) y, según sus adversarios, eso ha puesto en peligro la independencia de la Fed.

Bernanke lidia con dos sombras alargadas. Es más discreto y mucho más claro y didáctico que Greenspan, pero eso le resta atractivo como oráculo de las Bolsas. Y es prácticamente un negativo de Paulson: un académico frente a un ex tiburón de Wall Street, un economista circunspecto, tranquilo y un poco aburrido ante la última figura de la televisión estadounidense.

– De la caída de Lehman al paquete de US$ 700.000 millones (The Wall Street Journal – 29/9/08)

(Por Carrick Mollenkamp y Mark Whitehouse, en Londres, Jon Hilsenrath, en Washington, e Ianthe Jeanne Dugan, en Nueva York)

Hace dos semanas, los colosos de Wall Street y las autoridades más poderosas en materia económica tomaron una decisión irrevocable. En lugar de salvar otra institución financiera en apuros, permitieron el colapso de Lehman Brothers Holdings Inc. Ahora, las consecuencias parecen mucho más graves de lo que cualquiera hubiese imaginado.

La quiebra de Lehman, declarada a primera hora del lunes, 15 de septiembre, desató una reacción en cadena que estremeció a los mercados mundiales, aceleró la caída de la asegura estadounidense American International Group (AIG) y precipitó pérdidas para todos los inversionistas, desde fondos de pensiones noruegos a Reserve Primary Fund, un fondo estadounidense de mercado monetario que, supuestamente, era tan seguro como el efectivo. En cuestión de días, el caos arrastró a Goldman Sachs y Morgan Stanley, dos pilares de Wall Street, lo que desembocó en un plan de rescate de US$ 700.000 millones que esta semana será sometido a votación en el Congreso.

La génesis y las repercusiones de la caída de Lehman ilustran la difícil posición de las autoridades en momentos en que hacen frente a una crisis financiera que no muestra visos de ceder. No quieren ser considerados demasiados proclives a intervenir y rescatar a las instituciones que asumieron riesgos excesivos. Sin embargo, en una era en que los bancos, los mercados y los inversionistas están entrelazados por una red de relaciones financieras complejas y poco transparentes, el dolor provocado por la quiebra de una institución grande ha resultado abrumador.

Algunos señalan que la crisis sistémica que se vio tras el colapso de Lehman pudo haberse evitado con la intervención del gobierno. Antes de la quiebra del que era el quinto banco de inversión de Wall Street, el gobierno rescató a Fannie Mae, Freddie Mac y Bear Stearns Cos. Las autoridades determinaron que estas entidades eran demasiado grandes para caer e inyectaron miles de millones de dólares de los contribuyentes para salvarlas del colapso. ¿Por qué no hicieron lo mismo con Lehman? "No entiendo por qué no previeron que los mercados reaccionarían con tanto miedo a esta quiebra", dice Richard Portes, profesor de economía en la Escuela de Negocios de Londres. En lugar de demostrar la determinación del gobierno, señala, la quiebra de Lehman exacerbó el principal problema que ha aquejado a los mercados desde hace más de un año: nadie sabe qué firmas financieras serán capaces de pagar sus deudas.

El hundimiento de Lehman se debe, en gran parte, a sus propios errores. La firma hizo una gran apuesta a sus inversiones en el sobrecalentado mercado inmobiliario, se sobre endeudó para potenciar sus retornos y demoró más que el resto en asumir sus pérdidas y salir a recaudar capital. La magnitud de sus problemas dificultó la tarea de encontrar un comprador y dejó al gobierno con pocas opciones.

Muchos expertos creen que el gobierno adoptó las mejores decisiones, tomando en cuenta la premura de la situación y la información de la que disponía en ese momento. De todos modos, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, pareció reconocer en su testimonio de la semana pasada ante el Congreso que las ramificaciones del colapso de Lehman tomaron a las autoridades por sorpresa. "La caída de Lehman", afirmó, "se combinó con la caída rápida de AIG y ambos contribuyeron al desarrollo la semana pasada de condiciones excepcionalmente turbulentas en los mercados financieros globales".

No a la intervención

En las semanas previas al colapso de Lehman, Bernanke, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, Timothy Geithner, analizaron la opción de intervenir para rescatar al banco de inversión. Decidieron no hacerlo para no incentivar el llamado riesgo moral, la idea de que los rescates estatales estimulan la conducta irresponsable de los inversionistas. Dudaban de que hubiese compradores viables para Lehman y pensaron que el mercado y la Fed tenían tiempo para prepararse para afrontar las consecuencias del colapso de Lehman. Algunos funcionarios de la Fed estaban preocupados de que la medida enviara el mensaje de que la Fed iba a dejar de colaborar con Wall Street para frenar el contagio de la crisis. "Si no se hace nada, el desenlace será nocivo", le dijo Geithner a un grupo de ejecutivos en una reunión para determinar la suerte de Lehman el 12 de septiembre, según un asistente al encuentro.

Ese fin de semana, cuando fracasaron los intentos de Bank of America y Barclays PLC por adquirir a Lehman, la Fed se concentró en las medidas que había que tomar para preparar a los mercados para la mayor bancarrota en la historia de EE.UU. La quiebra de Lehman, sin embargo, fue mucho más desestabilizadora y se propagó mucho más allá de lo previsto. Uno de los damnificados fue el fondo de pensiones del gobierno de Noruega, que invierte los excedentes fiscales provenientes del petróleo. A finales de 2007, la última fecha de la cual hay datos disponibles, el fondo tenía más de US$ 800 millones invertidos en bonos y acciones de Lehman. Un portavoz señaló que el fondo está "muy preocupado y monitorea de cerca la situación". No fue el único problema. El precio de los seguros contra cesaciones de pagos se disparó, generando pérdidas para los vendedores de estos contratos, como bancos, fondos de cobertura y aseguradoras.

La Fed "subestimó por completo" las implicaciones de una cesación de pagos de la deuda de Lehman, señala Gregory Peters, estratega jefe de crédito de Morgan Stanley, en Nueva York.

A las 5:30 de la tarde del martes, hora de Nueva York, un reconocido gestor de un fondo de mercados monetarios llamado The Reserve, informó que su principal fondo, el Reserve Primary Fund, poseía deuda de Lehman con un valor nominal de US$ 785 millones. El resultado, dijo, es que el valor neto de sus activos había caído por debajo de US$ 1 la acción, la primera vez que esto ocurre en 14 años.

El problema en el mercado de papel comercial presentó una amenaza particularmente seria para la economía. Las empresas de todo el mundo acuden a este mercado para financiar necesidades de corto plazo, que van desde el pago de salarios a la compra de materias primas.

El jueves, Paulson y Bernanke decidieron que los efectos de la caída de Lehman constituían una amenaza demasiado grande para la economía. En la mayor intervención estatal en los mercados desde los años 30, aseguraron US$ 3,4 billones (millones de millones) en fondos de mercado monetario y propusieron un rescate de US$ 700.000 millones.

– El gobierno y el Congreso acuerdan plan de rescate, pero hay que ver los detalles (The Wall Street Journal – 29/9/08)

(Por Damian Paletta, Deborah Solomon y Greg Hitt)

El gobierno del presidente George W. Bush y el Congreso dieron un paso histórico este fin de semana al alcanzar un acuerdo para autorizar el mayor rescate bancario en la historia de Estados Unidos.

El programa de US$ 700.000 millones, que será sometido a votación esta semana en ambas cámaras del Congreso, nacionaliza una amplia gama de hipotecas, préstamos y valores hipotecarios, cuya depreciación ha impedido el normal funcionamiento del sistema financiero del país.

Todavía faltan muchos detalles por afinar. La legislación, sin embargo, deja la ejecución del acuerdo en manos del Departamento del Tesoro, incluyendo la decisión de cuáles activos comprar y a qué precio. El Tesoro tendría 45 días para emitir directrices en esta materia.

Se trata de un intento de poner coto a una crisis que amenaza con estrangular la economía estadounidense y que pudo fraguarse sólo después de que todas las partes involucradas hicieran importantes concesiones. Bajo el escrutinio público y la amenaza del deterioro de los mercados de crédito, los legisladores entablaron un fin de semana maratoniano de negociaciones recibiendo llamadas del presidente George Bush, los candidatos presidenciales John McCain y Barack Obama y el inversionista multi- millonario Warren Buffett.

Los ejecutivos del sistema financiero, desde las firmas de valores de Wall Street a los bancos pequeños, han manifestado su disposición a participar en el plan. Han advertido, sin embargo, que su grado de involucramiento dependerá de detalles clave como si se verán obligados a asumir nuevas rebajas contables.

Las repercusiones políticas, asimismo, podrían ser significativas. Los contribuyentes financiarán la incursión del gobierno en el mercado, aunque la legislación los protegerá contra pérdidas. Las encuestas, en todo caso, muestran que buena parte de la población se opone al rescate.

El núcleo de la propuesta es el concepto inicial del secretario del Tesoro, Henry Paulson, de comprar activos en problemas. La idea es proveer a las compañías efectivo, para reemplazar la deuda tóxica. Esto las ayudaría a apuntalar su capital y recobrar la confianza del mercado que permite a los bancos tomar prestado y prestar a tasas razonables. El gobierno teme que sin esta inyección de liquidez los mercados de crédito, el corazón de la economía, se paralizarían.

El proyecto de ley autoriza al Tesoro a empezar a comprar US$ 700.000 millones de hipotecas residenciales y comerciales y activos ligados a las hipotecas. Entre los potenciales vendedores figuran bancos, cooperativas de crédito y fondos de pensiones. Los activos deben haberse originado el 14 de marzo de 2008 o antes. El Tesoro obtendrá US$ 350.000 millones de los US$ 700.000 millones de inmediato.

El plan, a su vez, contempla restricciones a la remuneración de los ejecutivos de algunas empresas que vendan activos al gobierno. Entre estas, figura una prohibición de las generosas indemnizaciones a los máximos ejecutivos, así como la estipulación que permite al gobierno recuperar las bonificaciones si una compañía diseminó información financiera falsa. El Tesoro también tendrá el derecho de recibir acciones sin derecho a voto o acciones preferentes en las instituciones financieras que se beneficien del programa. La marcha del plan será supervisada de cerca por un comité bipartidista del Congreso y de la Oficina General de Cuentas, que tendrá una oficina dentro del Tesoro.

El Departamento del Tesoro planea contratar a varios gestores de fondos para determinar los criterios que serán usados para comprar valores y supervisar el desempeño del portafolio de esos valores. El gobierno espera comprar miles de activos a la vez. Los gestores probablemente comprarán los activos más sencillos al principio, como los valores respaldados por hipotecas, para luego centrarse en valores más complejos, como la deuda colateralizada. En lugar de determinar un precio para los activos, el Tesoro espera dejar que lo haga el mercado a través de una subasta inversa, donde las mismas firmas determinan el precio y el Tesoro compra los más baratos. Las instituciones venderían al Tesoro a un precio lo suficientemente alto para aliviar sus penurias, pero lo suficientemente bajo para no quedar al margen de la subasta.

Tanto los demócratas como la administración Bush cedieron importantes posiciones para fraguar el acuerdo. Los demócratas desecharon su petición de dejar que los jueces de bancarrota alteraran los términos de las hipotecas y la administración Bush acordó límites mucho más amplios a las compensaciones ejecutivas.

– El ABC del rescate (The Wall Street Journal – 29/9/08)

(Por Deborah Solomon)

En un proyecto de ley que será puesto a votación posiblemente hoy mismo, el Congreso estadounidense decidirá sobre nuevos y amplios poderes para el Departamento del Tesoro.

En su núcleo, el proyecto de ley le daría al secretario del Tesoro, Henry Paulson, la autoridad y hasta US$ 700.000 millones para comprar activos financieros tóxicos que están ahogando a los negocios e imposibilitando que los bancos se presten dinero entre sí.

Después de días de negociaciones, el Tesoro accedió a concesiones como restricciones a los pagos de los ejecutivos, que el gobierno tome participaciones en algunas compañías y una supervisión que involucra al inspector general. A continuación, los detalles del compromiso (aunque algunos de los términos podrían cambiar antes que se vote la versión definitiva).

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