– Wall Street sube un 1,85% ante el inesperado avance de la economía de EEUU (La Vanguardia – 28/8/08)
La Bolsa de Nueva York cerró hoy con un alza del 1,85 por ciento en el índice Dow Jones de Industriales, tras registrarse un descenso del petróleo y conocerse que la economía estadounidense creció más de lo esperado en el segundo trimestre.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos revisó hoy al alza los datos del Producto Interior Bruto (PIB) del segundo trimestre, lo que inyectó optimismo a Wall Street desde el inicio de la sesión.
La economía estadounidense avanzó en el segundo trimestre del año un 3,3 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, 1,4 puntos más del cálculo inicial del Gobierno estadounidense y por encima del 2,7 por ciento que esperaban los analistas.
El parqué neoyorquino aceleró su ascenso a partir de la media sesión coincidiendo con el cambio de tendencia del precio del crudo de Texas, que, aunque abrió al alza, al cabo de unas horas dio un vuelco y emprendió una importante bajada.
En la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), el precio del petróleo de Texas bajó 2,56 dólares y cerró a 115,59 dólares por barril, pese al fortalecimiento de la tormenta tropical "Gustav", que amenaza con convertirse en huracán, y al peligro que esto supondría para la producción petrolífera en el Golfo de México.
El índice Dow Jones de Industriales, el más importante de Wall Street, ganó 212,67 puntos (1,85%) durante la sesión y cerró en 11.715,18 unidades, con avances en 29 de los 30 valores que lo componen, con la única excepción de Coca-Cola (-1,25%).
Las acciones de AIG (7,55%) fueron las que más subieron en el Dow Jones, aunque también se revalorizaron con fuerza los títulos de otras financieras como Bank of America (6%), Citigroup (5,3%), JPMorgan Chase (4,68%) y American Express (4,04%). Fuera del Dow Jones, las acciones de la aseguradora de bonos MBIA subieron 4,17 dólares (34,81%) hasta los 16,15 dólares tras llegar a un acuerdo para reasegurar bonos municipales por valor de 184.000 millones de dólares respaldados por su competidora FGIC.
El mercado Nasdaq, donde cotizan numerosas empresas de tecnología e informática, subió 29,18 puntos (1,22%), hasta las 2.411,64 unidades, impulsado por el alza de las acciones de Amazon (2,07%), Yahoo (1,45%), Microsoft (1,38%), y Cisco Systems (1,11%), entre otros valores.
El selectivo S&P 500, que mide el rendimiento de las 500 principales empresas que cotizan en Nueva York, avanzó 19,02 puntos (1,48%) hasta cerrar en 1.300,68 unidades, mientras que el índice compuesto NYSE, que agrupa todos los valores cotizados, subió 116,28 puntos (1,39%) hasta 8.466,12.
Los títulos de las compañías hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae subieron un 11,16 y un 22,69 por ciento, respectivamente, después de que el miércoles la última renovara parte de su cúpula directiva.
Al alza de Fannie Mae también contribuyó la publicación por parte de Lehman Brothers de una nota a clientes en la que asegura que la estructura de capital y de reservas de este gigante hipotecario, parecen más sólidas de lo que pensaban los analistas.
La Bolsa de Nueva York movió hoy durante la sesión 956 millones de acciones frente a los 1.610 millones de títulos del Nasdaq. Las obligaciones a diez años bajaron en el mercado secundario de la deuda y ofrecían una rentabilidad, que se mueve en sentido contrario, del 3,78 por ciento, frente al 3,76 por ciento del cierre del miércoles.
– La crisis crediticia se cobra 100.000 empleos en la banca mundial (Cinco Días – 29/8/08)
(Por Miguel M. Mendieta)
La crisis desatada por el hundimiento del mercado inmobiliario de Estados Unidos tiene su cara más amarga en las miles de personas que han perdido su puesto de trabajo. Tan sólo en el sector bancario mundial se han destruido desde julio del pasado ejercicio 101.250 empleos, según datos recopilados por Bloomberg.
Esta cifra, que no recoge los ajustes de plantilla en otras industrias afectadas -como la inmobiliaria o la constructora en España-, ya supera los datos registrados por el estallido de la burbuja tecnológica en 2001. Entonces, el sector de las compañías puntocom perdió 90.000 empleos en tres años, de acuerdo con un informe de la Sifma, una asociación que reúne a bancos, aseguradoras y sociedades de valores de todo el mundo.
Los principales damnificados por esta sangría de despidos han sido quienes trabajaban en entidades financieras estadounidenses, así como en firmas especializadas en banca privada y de inversión.
Citigroup, el que fuera hasta hace un año el mayor grupo financiero por capitalización bursátil, ha sido quien se ha llevado la peor parte. El plan de reducción de costes puesto en marcha por su actual consejero delegado, Vikram Pandit, ha llevado a la calle a más de 14.000 personas, lo que representa cerca del 4% de su plantilla. Según sus previsiones, otros 3.000 empleados perderán su trabajo en los próximos meses.
La magnitud de los despidos está en línea con las millonarias pérdidas sufridas durante la crisis de las hipotecas subprime y la posterior contracción del mercado crediticio. En poco más de un año, Citi ha realizado provisiones por 55.100 millones de dólares (37.400 millones de euros) y ha ampliado capital en (49.100 millones de dólares (33.400 millones de euros).
Los bancos comenzaron a eliminar empleos en los departamentos de hipotecas, en julio de 2007, cuando el aumento de la morosidad en créditos de alto riesgo provocó un brusco descenso de los activos ligados a los mismos. Durante el segundo semestre del pasado ejercicio se destruyeron cerca de 20.000 puestos de trabajo. Sin embargo, el trimestre más virulento ha sido el segundo de 2008, cuando la banca mundial recortó 50.000 empleos.
Aunque Citi encabeza la clasificación absoluta de despidos, es Lehman Brothers quien está al frente de los datos relativos, al haber tenido que prescindir de un 22,3% de sus empleados.
Esta firma de inversión, que estaba especializada en la titulización y comercialización de hipotecas subprime, ha tenido que despedir a 6.400 trabajadores, después de ver cómo su capitalización bursátil ha caído en los últimos 12 meses un 77%.
La destrucción de empleos ha afectado mucho más a las entidades americanas, que acapararon un 76% del total, que a las europeas. Aún así, varias firmas el Viejo Continente que habían invertido mucho en activos de alto riesgo en Estados Unidos también se han visto afectadas. Tanto Royal Bank of Scotland como el suizo UBS han despedido a más de 7.000 personas…
– La banca mundial necesita 535.000 millones (Negocios – 29/8/08)
Antes de que finalice el próximo ejercicio, las entidades financieras mundiales deben afrontar el vencimiento de obligaciones de deuda a medio y largo plazo por un importe de al menos 787.000 millones de dólares (534.600 millones de euros), según cálculos del analista de JPMorgan Chase, Alex Roever, recogidos en la edición europea del diario The Wall Street Journal.
En septiembre, la banca mundial deberá asumir, en plena crisis de liquidez y de desconfianza entre los inversores institucionales, que vencen 95.000 millones de dólares (64.500 millones de euros) en deuda con tipo de interés flotante, el instrumento más utilizado por las entidades en los últimos años para obtener financiación.
Dos puntos de sobreprima
La crisis de liquidez y la inminencia de estas obligaciones han provocado una guerra entre las principales entidades financieras internacionales por captar ahorro y por colocar nuevas emisiones de deuda.
La consecuencia es un encarecimiento notable de la financiación, que va a deteriorar aún más sus márgenes.
Si en julio de 2007 las entidades pagaban 0,02 puntos sobre el líbor en las emisiones de obligaciones, un año más tarde algunas han tenido que abonar una sobreprima de dos puntos para poder colocar sus títulos.
"Va a suponer un problema mayor de lo que fue en la primera mitad del año y probablemente continuará durante, al menos, nueve meses", opina Guy Stear, analista de Societé Générale.
JPMorgan Chase señala que Goldman Sachs, Merrill Lynch, Morgan Stanley, Wachovia y al británico Halifax Bank of Scotland (HBOS) tendrán que afrontar antes de final de año sendos vencimientos de más de 5.000 millones de dólares (3.400 millones de euros) en deuda con tipo de interés flotante. La situación también afecta a General Electric Finance, Wells Fargo y al italiano UniCredit, según un informe del banco de inversión norteamericano.
Pero el mayor problema para la banca mundial es que no hay signos de que la crisis de liquidez amaine. Y si continúan encontrando dificultades para obtener financiación, las entidades serán mucho más reacias a conceder créditos a empresas y a particulares, con el consiguiente perjuicio para la economía real.
– La "peor crisis" del Reino Unido (BBCMundo – 30/8/08)
El Reino Unido está afrontando la peor crisis económica de los últimos 60 años, admitió el ministro de Finanzas, Alistair Darling.
En una entrevista concedida al diario británico The Guardian, el funcionario dijo que la crisis económica será "más profunda y duradera" de lo que la mayoría de la gente teme y que es la peor desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Además, reconoció que los votantes están furiosos con la forma en que el gobernante Partido Laborista está manejando la economía, un tema clave para las próximas elecciones, e indicó que es "absolutamente imprescindible" que los ministerios de gobierno comuniquen mejor sus intenciones.
El corresponsal de la BBC, David Thompson, observa que Darling usó un lenguaje "sorprendentemente" y "escandalosamente sincero" acerca de la economía y de la percepción de la opinión pública sobre el gobierno.
"Los próximos 12 meses serán los meses más difíciles que el Partido Laborista ha tenido en una generación, francamente", señaló Darling…
Darling y la economía
Los comentarios de Darling se dan luego de una seguidilla de malas noticias sobre el estado de la economía.
Los precios en el mercado hipotecario están cayendo a su ritmo más rápido en 18 años, en medio de temores de una ola de embargos en los próximos meses.
Los préstamos hipotecarios se han reducido dramáticamente debido a la crisis crediticia, mientras que indicadores claves sugieren que la economía puede caer en recesión en un futuro cercano…
– El bono de Irak es más rentable que el de algunos bancos americanos (Negocios – 31/8/08)
(Por L. Pimentel / Bloomberg)
Los bonos de Irak están proporcionando los mayores retornos en los mercados emergentes debido a que los ingresos por las exportaciones de petróleo fortalecen las finanzas públicas y la violencia disminuye.
Los 2.700 millones de dólares en bonos de Irak con cupón 5,8% y vencimiento en el año 2028 ganaron un 45% desde agosto de 2007, según Merrill Lynch. Los inversores en estos bonos piden 4,84 puntos porcentuales por encima de la deuda del Tesoro estadounidense, inferior a los 7,26 puntos de hace un año.
El diferencial exigido a los bonos de Irak es menor que el que deben abonar los títulos de los bancos de Ohio National City Corp. y KeyCorp, sugiriendo que Bagdad podría ser más solvente para los inversores en bonos que Cleveland.
Las rentabilidades de los bonos cayeron al 8,65% desde un máximo del 11,81% en agosto de 2007, según Bloomberg. El precio de la deuda subió a 73 centavos por dólar desde un mínimo de 54 centavos de hace un año.
Los bonos iraquíes, que carecen de calificación crediticia, subieron aun cuando más de 500.000 millones de dólares en pérdidas crediticias y provisiones han llevado a los inversores a huir de todo lo que no sea deuda pública de la mayor seguridad.
Recorrido al alza
"Habrá más recorrido al alza", pronostica Edwin Gutiérrez, gestor de deuda de mercados emergentes en Aberdeen Asset Management.
Los bancos estadounidenses National City y KeyCorp, con sede en Cleveland, tienen unas calificaciones crediticias muy bajas, A, lo que obliga a pagar unos diferenciales de 9,81 puntos porcentuales y 7,48 puntos, respectivamente.
– Londres versus Nueva York (Cinco Días – 1/9/08)
(Por Juan Ignacio Crespo – Director europeo de Thomson Reuters)
Nueva York y Londres se disputan la capitalidad del mercado de los fondos de inversión libre. Según un informe de International Financial Services, el crecimiento que ha experimentado Londres en los últimos años no ha sido suficiente para arrebatarle el título a la ciudad norteamericana. Y todo ello a pesar de lo mucho que se ha hablado de que gracias a la normativa británica, menos restrictiva, Londres acabaría arrebatándole su posición dominante.
Nueva York sigue manteniendo el 40% de los activos del mercado global de hedge funds. Otro 26% se sigue gestionando desde diversos lugares de EEUU, principalmente Connecticut, California, Illinois o Florida. Sin embargo, esto no puede ocultar que Nueva York está perdiendo peso relativo, ya que en 2002 su cuota de mercado era del 50%. La causa del descenso hay que atribuirla a que los inversores institucionales canalizan sumas cada vez más importantes hacia los fondos de inversión alternativa europeos y asiáticos.
Desde 2002 se ha duplicado, en cambio, el volumen de activos de los hedge funds gestionados desde Londres, hasta situarse en 400.000 millones de dólares, un 20% del mercado global de fondos de inversión libre.
En el marco europeo, esa cantidad representa el 80% del mercado de hedge funds donde Londres va en cabeza, seguido a gran distancia por los otros países donde se domicilian fondos de gestión alternativa, entre ellos Francia, España, Suecia y Suiza.
En cambio, Londres sí es la primera plaza financiera por volumen de activos de fondos de fondos de inversión libre que desde allí se gestionan: 27%, frente al 25% de los EE UU o el 19% de Suiza (en España, esta figura de los fondos de fondos de inversión libre es la preferida, y casi la única). Cuando se trata de los fondos de inversión libre extraterritoriales (off-shore) la palma se la llevan Las Islas Caimán (57%) seguidas de Las Islas Vírgenes Británicas (16%) y Bermuda (11%).
Pero no es ésta la única guerra sorda que se está librando a través del Atlántico. Una de las discusiones más interesantes en el foro de la inversión alternativa que se celebró el mes pasado en Mónaco giró sobre el tiempo que le queda al dólar como moneda de reserva. La venta de activos norteamericanos en el exterior y el proceso simultáneo de depreciación del dólar están provocando el desasosiego entre los grandes tenedores de reservas de divisas que, mayoritariamente, están compuestas por dólares. Desde el año 2001, el dólar ha pasado de una cotización de 0,84 dólares por euro a los 1,60 de julio. En ese periodo la proporción de reservas en euros se ha incrementado. También ha habido intentos, cargados de intencionalidad geopolítica, y por ahora fallidos, como el de crear en Irán una Bolsa del petróleo con el precio del barril expresado en euros, aunque lo que sí ha conseguido Irán es que sus ventas de petróleo ya se expresen mayoritariamente en euros. Sin embargo, hay que recordar que ya el dólar ha pasado por situaciones de extrema debilidad, que suelen durar entre cinco y seis años. 2008 esta siendo ya el séptimo esta vez.
La operativa favorita
Entretanto son numerosos los hedge funds que siguen decididos a continuar con una de sus operativas favoritas en 2008: comprar materias primas y vender acciones de bancos. Y todo ello a pesar de las pérdidas cuantiosas que esa operativa reportó en julio, cuando los mercados de materias primas invirtieron la tendencia alcista y los índices del sector financiero se dieron la vuelta y llegaron a recuperar hasta el 35%.
Los gestores de los hedge funds siguen convencidos de que el panorama económico favorece la venta de acciones de bancos tomadas a crédito, y a la vez aumentan su exposición a las materias primas en general y al petróleo en particular… En suma, a todo lo que puede hacer que la inflación suba. La lógica que hay tras esa actuación es que la subida de las materias primas y, por tanto, de la inflación, a quien más perjudica en estos momentos es al sector que más necesita que los tipos de interés bajen, el financiero; de ahí la operativa combinada de comprar petróleo y vender banca.
Las pérdidas medias de los hedge funds en el mes de julio se elevaron al 2,61%, según el índice de Credit Suisse-Tremont. Son superiores incluso a las de marzo, cuando pasaron por uno de sus peores momentos, coincidiendo con el rescate de Bear Stearns…
– 345.000 millones en depreciación de activos (Negocios – 1/9/08)
(Por J. Mas)
El reciente informe trimestral del Banco Central de Pagos (BIS), entidad que coordina la acción de los bancos centrales de los distintos países, cifra en 503.000 millones de dólares (unos 345.000 millones de euros) el importe de las depreciaciones que la banca mundial se ha visto obligada a realizar desde el comienzo de la crisis. Las entidades han luchado para lograr recapitalizarse, y hasta el momento han acometido ampliaciones por un montante que alcanza ya los 352.000 millones de dólares (en torno a 240.000 millones de euros).
En su análisis del mercado de crédito durante los últimos meses, la institución ha explicado que el rescate del banco estadounidense Bear Stearns por parte de JP Morgan se vio traducida en una automática mejora de las condiciones del mercado de crédito mundial. Sin embargo, el margen de préstamo en las operaciones interbancarias aumentó a mediados de mayo, a medida que las preocupaciones sobre el entorno macroeconómico general fueron cundiendo entre las entidades prestamistas. Quien prestaba fondos en ese mes, percibía que el peligro de que no le fueran devueltos era mayor que antes. Por eso exigía, como compensación al riesgo extra, unos intereses que fueran también más elevados.
Pero esta mayor sensación de riesgo entre los inversores, como señala la institución, no se debe ya a la percepción de un sistema financiero con mala salud. Ahora, las preocupaciones provienen del empeoramiento de las perspectivas económicas, a medida que la actividad se ralentiza y se espera un incremento de la inflación cada vez más fuerte. Todo lo cual deteriorará el riesgo crediticio de los deudores, anticipa el mercado.
Otros indicadores pesimistas
Según pone de manifiesto el informe, el ánimo pesimista del mercado se reflejó, además de en un encarecimiento del crédito, en otros indicadores.
El BIS cita, entre otros, la evolución al alza de los precios de los CDS (credit default swaps) bancarios. Los CDS son derivados por medio de los cuales el prestamista se asegura que un tercero se hará cargo del pago del crédito en caso de incumplimiento del deudor, mediante el pago de una prima a esta tercera parte. El precio del CDS, es decir, el importe de esta prima, será mayor cuanto mayor riesgo de impago perciba la parte dispuesta a actuar de aseguradora. La situación ha pasado factura a las principales entidades bancarias. Según los datos compilados por Bloomberg, Citigroup es el banco peor parado. El estadounidense ha enfrentado depreciaciones por valor de 55.100 millones de dólares. Para contrarrestarlas, ha echado mano de las ampliaciones con lo que, desde que comenzó la crisis, se ha recapitalizado mediante ampliaciones hasta lograr 49.100 millones de dólares. Le siguen en la clasificación Merril Lynch y UBS, con 51.800 millones y 44.200 en depreciaciones, respectivamente. Por su parte Royal Bank of Scotland, a pesar de haber perdido sólo 14.300 millones de dólares, ha ampliado capital por valor de 23.400 millones, lo que la sitúa en el podio de las más recapitalizadas, sólo por detrás de Citi y UBS.
Siete europeos
Aunque el sector financiero norteamericano fue el foco original de la crisis, los primeros puestos del ránking de damnificados se reparten, casi a un 50%, entre entidades estadounidenses y otras con base en el Viejo Continente. Entre las europeas que más depreciaciones han sufrido, además de las ya citadas UBS y RBS, se encuentran HSBC, Deutsche Industriebank, Deutsche Bank, Credit Suisse y Barclays. Pero no coinciden forzosamente con las que más fondos han captado. En este segundo grupo no están, de las europeas, HSBC, Deutsche Bank ni Credit Suisse, y sí los franceses Société Générale y Crédit Agricole, además de WestLB y el británico HBOS.
Según pone de manifiesto el BIS, durante estos meses la situación se ha agravado para los bancos necesitados de capital. El mercado pone, cada vez más, en tela de juicio, la capacidad de las entidades para seguir recurriendo a los mercados de equity. Aunque sin mencionarlos, el informe hace recordar que en los últimos meses han fracasado ampliaciones de capital como la de Barclays o HBOS, haciendo vislumbrar un cercano fin a la "barra libre" de recursos propios que, de forma tradicional, disfrutaban los bancos antes de la crisis.
– Fannie y Freddie ponen a prueba el temple del secretario del Tesoro Henry Paulson (The Wall Street Journal – 1/9/08)
(Por Deborah Solomon)
Durante el primer mes de Henry M. Paulson como Secretario del Tesoro de Estados Unidos, dos de sus asesores le advirtieron que Fannie Mae y Freddie Mac representaban riesgos significativos para la economía.
Paulson no compartía su preocupación. Cuando trabajaba para Goldman Sachs, les dijo, los gigantes hipotecarios no estaban en la lista de temas que lo desvelaban.
Dos años después, los gigantes hipotecarios encabezan la lista. Paulson está inmerso en el diseño de planes de emergencia para apuntalar a las firmas e impedir un golpe desestabilizador para la economía y el sistema financiero mundial. Los bancos centrales, Wall Street y el Congreso estadounidense están a la expectativa de lo que haga Paulson. Inicialmente, dijo que no tenía planes para usar la autoridad que obtuvo del Congreso en julio para inyectar fondos a Fannie y Freddie. Sin embargo, está reuniéndose a diario con su equipo de finanzas domésticas mientras tratan de definir cómo intervenir si es necesario. Los escenarios van desde la compra de acciones preferenciales a varias estructuras de préstamos.
Paulson evalúa si tratar a ambas empresas hipotecarias por igual, si mantener sus equipos de gestión y los efectos sobre los accionistas, entre los que figuran muchos fondos de pensiones. Una de sus preocupaciones es que una gran inyección de capital equivaldría esencialmente a una nacionalización de las firmas, y vendría con la responsabilidad de garantizar billones (millones de millones) de dólares en hipotecas.
Paulson no llegó al Departamento del Tesoro para ser un intervencionista. Se trata de un ejecutivo pragmático de Wall Street, un especialista en fusiones y adquisiciones más interesado en encontrar soluciones prácticas y obtener resultados. Paulson, que se unió a un gobierno republicano muy liberal, acabó siendo uno de los artífices de una nueva relación entre el gobierno y los mercados financieros, todo un síntoma de la profundidad que ha alcanzado la crisis crediticia.
En marzo, se unió al presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke para empujar a Bear Stearns Cos. a las manos de J.P. Morgan Chase & Co. Antes de eso, Paulson forzó a los prestamistas a congelar las tasas de interés para algunos deudores en apuros. El Departamento del Tesoro también asumió una mayor responsabilidad en la financiación de préstamos estudiantiles y ha solicitado cambios radicales en la regulación para otorgarle más facultades a la Fed para supervisar a los bancos y a Wall Street.
Fannie y Freddie son su prueba de fuego. Las firmas juegan un papel crucial en el mercado inmobiliario, ya que poseen o garantizan cerca de la mitad de las hipotecas en circulación en EEUU, con un valor de cerca de US$ 5,2 billones, y compran la mayoría de las nuevas hipotecas. Una intervención estatal en estos gigantes sería una de las mayores y más complejas de la historia. Fannie y Freddie han dicho que exceden los requerimientos de capital que exige la ley y que no necesitan ayuda del Tesoro. Aunque Paulson tiene la autoridad para invertir o adquirir a una participación en las firmas, las compañías tendrían que dar su aprobación.
La solicitud de autoridad de Paulson tenía la intención de calmar a los mercados financieros. Sin embargo, algunos sugieren que agravó aún más los problemas de Fannie y Freddie, al hacer que los inversionistas no se sintieran seguros de lo que el Tesoro podría hacer y de cómo afectaría a sus inversiones. Otros dicen que la incertidumbre está complicando la tarea de las compañías de recaudar capital al vender acciones comunes o preferenciales, aunque aún pueden financiarse a través de los mercados de deuda.Paulson, de 62 años, llegó al Departamento del Tesoro en julio de 2006 ansioso por enfrentar temas como la seguridad social, completar la ronda de negociaciones de Doha y presionar a China para que modifique ciertas políticas económicas. Pasó 32 años en Wall Street, incluyendo su gestión como presidente ejecutivo de Goldman Sachs Group Inc., donde era conocido por su agresividad para cerrar acuerdos. Con una fortuna estimada en US$ 500 millones, Paulson no es ostentoso o siquiera muy pulido. A veces tartamudea o se frota la barriga o la cabeza inconscientemente mientras habla.
Su estilo es sumergirse en las cifras y los detalles. Horas después de dar instrucciones a sus subalternos los llama para revisar sus avances. En el gobierno de George W. Bush, su estilo agresivo rápidamente le granjeó el apodo de "Huracán Hank". Por ejemplo, el 11 de junio, luego de meses de seguir de cerca los mercados inmobiliarios, Paulson decidió que debía actuar al ver la gran caída de las acciones de Fannie y Freddie. Ese fin de semana, Paulson y su equipo se quedaron en su oficina ajustando los detalles de la propuesta. El secretario del Tesoro comenzó a bombardearlos con preguntas como, ¿Los mercados se calmarían? ¿La propuesta estaría lista antes de la apertura de los mercados en Asia? Paulson los cuestionaba tan a menudo que su segundo al mando le pidió que volviera a su oficina diciéndole que "necesita dejarnos solos para que podamos hacer nuestro trabajo", recuerdan fuentes al tanto.
– Fondos soberanos acuerdan principios rectores (The Wall Street Journal – 3/9/08)
(Por Bob Davis)
El Fondo Monetario Internacional intermedió lo que llamó un "acuerdo preliminar" con los fondos soberanos más grandes del mundo en el que se pusieron de acuerdo en seguir principios para la inversión comercial.
Las inversiones de los fondos -enormes reservas de dinero gubernamental- en firmas financieras europeas y estadounidenses durante el año pasado han causado una reacción ambivalente. Su dinero ha sido bienvenido como un apoyo al frágil sistema financiero, incluyendo grandes inversiones de los fondos de gobierno en Singapur, China y los Emiratos Árabes Unidos en lumbreras de Wall Street como Citigroup Inc., Morgan Stanley, Merrill Lynch & Co. y UBS AG de Suiza.
Pero el dinero ha despertado inquietudes en EEUU y Europa de que las inversiones se hicieron más para conseguir poder político que para obtener ganancias. En especial, la creación de un fondo soberano en Rusia causó cierto malestar, aunque ese fondo no ha realizado inversiones políticamente sensibles.
El FMI ha estado trabajando desde el segundo trimestre para armar una guía de prácticas para guiar el comportamiento de los fondos. En una reunión de dos días organizada por el FMI en Santiago de Chile, que terminó el martes, dos docenas de fondos soberanos elaboraron 24 principios para dirigir su comportamiento.
Una meta importante fue convencer a los países receptores de que los fondos "actúan por motivos comerciales y no otros", dijo David Murray, presidente del directorio de Australia's Future Fund, que gestiona las inversiones del gobierno australiano.
Los fondos, cuyos activos totales tienen un valor estimado de US$ 3 billones (millones de millones), no revelaron la lista específica de principios, que dijeron deben ser aprobados pos sus gobiernos. El acuerdo final se espera antes de la reunión anual del FMI a mediados de octubre en Washington. Murray dijo que los principios cubrían asuntos legales, institucionales y macroeconómicos, al igual que la gobernabilidad, responsabilidad, estrategias de inversiones y manejo de riesgo.
Es improbable que los principios requieran que los fondos develen inversiones específicas, algo que sólo algunos fondos hacen actualmente.
"Necesitamos preservar los intereses económicos y financieros de los fondos soberanos con el fin de no ponerlos en desventaja" en comparación a los fondos de cobertura, empresas de seguros y otras inversiones de instituciones privadas, dijo Hamad al-Suwaidi, un director de la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi, uno de los fondos más grandes y más herméticos del mundo. La participación de Abu Dhabi fue crucial porque le indicó a otros fondos soberanos que deben de hacer concesiones para convencer al público en países ricos de sus intenciones.
Al-Suwaidi dijo que la negociación fue intensa, con 24 horas de conversaciones en un plazo de dos días. Los fondos soberanos sienten que están siendo tratados de modo injusto comparado a los fondos privados de cobertura, que no tienen la obligación de develar sus prácticas secretas. Los fondos soberanos argumentaron que demasiada transparencia podría ahuyentar a algunas empresas que no quieren publicidad.
Los fondos insistieron que los códigos son vistos como voluntarios, aunque había clara presión política del FMI y EEUU. Para darle a los principios un tono lo más neutral posible, los fondos los nombraron "Principios y Prácticas Generalmente Aceptados".
Representantes de EEUU y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, un grupo de países la mayoría adinerados, asistieron a las pláticas. Es probable, por consiguiente, que los principios sean bienvenidos por los ministerios de hacienda de las naciones ricas, pero no está claro si tendrán el apoyo de legisladores y críticos dentro de esos países. El FMI no va a monitorear la aplicación de los principios, aunque los fondos mismos probablemente armarán algún acuerdo para su supervisión.
– ¿Cómo consiguió JP Morgan evitar lo peor de la crisis crediticia? (Negocios – 3/9/08)
Corría la segunda semana de octubre de 2006. William King, entonces jefe de productos titulizados de JP Morgan, pasaba sus vacaciones en las plantaciones de café ruandesas que él mismo financiaba.
"Billy, quiero que tengas mucho cuidado con las hipotecas de alto riesgo. Necesitamos vender buena parte de nuestras posiciones. Esto ya lo he visto antes. Todo esto puede convertirse en simple humo". Al otro lado del teléfono estaba Jamie Dimon, consejero delegado del banco.
Un estilo único de dirección
Aunque la llamada podría responder a un momento frenético típico de Dimon, es importante por dos razones: marcó el principio de una estrategia que ayudó a JP Morgan a evitar lo peor de una crisis histórica y reafirmó el inconfundible estilo de dirección de Dimon. Pero ¿cómo llegó a lanzar esta llamada de emergencia? Dimon no actúa solo. Cuenta con un fiel y experto equipo de 15 miembros. Sus virtudes no son haber ido a una escuela de prestigio o tener renombrados estudios de postgrado. En realidad son capaces de resistir las fulminantes preguntas del jefe y defender sus posiciones tan vigorosamente como pueden.
Dimon fue capaz de recomponer un intrincado puzzle con los datos que iba obteniendo de su equipo. La primera alarma provino del negocio de servicios hipotecarios. El responsable del área, en una revisión rutinaria en octubre de 2006, notó que los atrasos en los pagos de los préstamos subprime subían alarmantemente.
Además, Steve Black y Bill Winters, corresponsables de banca de inversión, descubrían más problemas. A finales de ese año, observaron que el coste de los seguros contra impagos de deuda (los conocidos como credit default swaps o CDS) se dispararon. "No veíamos negocio, aparte de afrontar un riesgo elevado", aseguraron.
Por tanto, JP Morgan empezó a salir del negocio. Vendió más de 12.000 millones de dólares en hipotecas de alto riesgo y bajó al sexto puesto, desde el tercero, en el ránking de suscripción de renta fija de 2005 a 2007.
Esta decisión fue todo un éxito para Dimon. Y tiene su punto álgido en que fue la única compañía que acudió a la llamada de la Fed para rescatar a Bear Stearns.
También hubo fallos
Pero también cometió errores que pasan factura. JP Morgan sufre la crisis crediticia por su desafortunada entrada en hipotecas para viviendas justo cuando otros se retiraban de este mercado y financió dudosas operaciones apalancadas. Por tanto, ha tenido que provisionar 14.300 millones de dólares, que incluyen el valor de su participación en las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac. La cifra de Citigroup asciende a 55.100 millones de dólares.
Pero el banco aguanta mejor que sus rivales, salvo Goldman Sachs. Este año sólo cae en bolsa el 10,7%, frente al 20,9% de Bank of America, el 35,7% de Citigroup y el 75% de Lehman Brothers.
– Las burbujas que vienen (Cinco Días – 4/9/08)
(Por Miguel Rodríguez)
Las burbujas, por definición, se pinchan. Lo realmente difícil es saber el momento en que estallarán o incluso intuir que lo que se ha formado es una burbuja antes de que se pinche.
Siempre hay voces, en cualquier caso, que advierten de que la apreciación estratosférica de ciertos activos es irracional, no fundamentada. Pero el mercado desoye las advertencias y se aferra a los argumentos de signo contrario. Hasta que salta la espita, se quiebra la presa y el agua se desborda en un torrente de pérdidas que suele pillar con el paso cambiado a los inversores más pequeños.
La historia reciente de la inversión es la historia de las burbujas. En los últimos 10 años hemos asistido al pinchazo de las puntocom y, más recientemente, al del boom inmobiliario. Sobre la mesa, en estos momentos, hay un nuevo debate, esta vez sobre si se ha pinchado o no la burbuja de las materias primas.
Desde de los máximos de principios de julio el precio del barril de petróleo ha caído casi un 27%. El índice CRB de materias primas de Reuters pierde un 20% desde la misma fecha.
Los más optimistas opinan que esto no es más que una corrección, y que la demanda de los países emergentes seguirá tirando de los precios al alza. Los pesimistas temen que el rally de las materias primas haya finalizado, habida cuenta de que la desaceleración es cada vez más global y que, por tanto, caerá la demanda de materiales básicos.
Lo cierto es que en los últimos años se ha hecho mucho dinero en el mercado de materias primas, que de un tiempo a esta parte se han convertido en un activo de moda, imprescindible en las carteras que proponen los asesores.
Ahora toca plegar velas o, por lo menos, andar con más cautela por un mercado estrecho al que no sólo afectan las perspectivas de demanda de las materias, sino que conviven en él aspectos geopolíticos con movimientos puramente técnicos realizados por los grandes inversores. Es, en definitiva, un mercado complejo azotado por los factores más diversos.
Es probable que aún se pueda ganar dinero con las materias primas, quizá siendo más selectivo. Pero seguramente muchos de los especuladores que han contribuido al auge de este activo han comenzado a buscar otros nichos, otros activos aún dormidos, llamados a crear las burbujas del futuro.
– There's a Bull Market Somewhere? (PIMCO – Investment Outlook- 4/9/08)
(By Bill Gross)
Wall Street SAT Exam Question
Louis Rukeyser is to Jim Cramer like:
(A) A healthy head of hair is to bald
(B) Uptown Manhattan is to Brooklyn
(C) The Pony Express is to e-mail
(D) All of the above
OK, if you picked (D), you scored 800 on this part of the exam. Despite their being polar opposites though, I must tell you I was a fan of Lou"s and I"m a fan of Jim"s even if they occupy(d) the investment stage of public opinion with entirely different personalities and a broadband disparity of decibel levels. Rukeyser"s Wall $treet Week was a monologue scripted, spontaneous pun inflicted, Friday night "quipp-ded" diatribe, concluding in part that analysts and portfolio managers would better serve the world by joining the military. Cramerica is a daily light show, a smite-the-idiots show, a battle between the clueless and smart money, with the ultimate conclusion that those who "know nothing…know nothing" would be better off teaching as opposed to doing. Both Rukeyser and Cramer were probably correct and that is why I guess I sort of like (d) them both.
When it comes to Cramer, you may be wondering why one would bother with a late afternoon "lightning round" conclusion to a busy investment day. Well, he"s entertaining, first of all, and I never get tired of the multiple "booyahs!" that listeners come up with. I find, though, that there are more than appetizers on Cramer"s menu. He has the instincts of a money manager (because he was one), but the unequivocating courage of convictions that not many of us have. To take on the Fed in the moment of the market"s deepest despair took guts. It would be like a passenger rushing from the dining room of the Titanic and heading straight for the bridge: "Get your hands off that wheel, Captain, there"s icebergs ahead!" Indeed there were. Yet aside from the entertainment and courage, there"s a commonsensical lesson plan that pops up almost every day. To be sure, the lightning round is intentionally prefab as opposed to lath and plaster, but interspersed and intertwined around all of it are entreaties to diversify and to be aware that markets don"t always go up. Rukeyser, in fact, was a perpetual bull. Cramer is a cat with one eye on the mouse hole and the other on a side door that just might usher in a roaring predator. If you can filter the schmaltz from the chicken you just might learn something. That"s what I tell myself, anyway, on many Monday – Friday afternoons. Booyah, Jim!
The reason I bring up Mr. Cramer and his ascension to at least a portion of the investment media throne is to discuss one of his oft-quoted phrases: "Remember, there"s always a bull market somewhere!" In its simplicity that"s hard to dispute. There are always some stocks that go up in bear markets and some bonds as well. The bond market long ago, for instance, split mortgages into what are known as POs and IOs, where you could take your pick between principal repayment or the interest component of the mortgage. One was effectively a bet on yields going down, the other on rates going up. Currencies are probably the purest form of the Cramer thesis because one could easily argue that if the dollar is in a bear market, then there have to be multiple currencies that will be going the other way. Taken one step further, Jim Grant of Grant"s Interest Rate Observer would surely acknowledge the idiosyncratic movement of individual currencies but argue that they all were deflating versus gold. Voila! Even in Mr. Grant"s world there"s a bull market somewhere.
So the lesson must be to go forth and find the bull market, wherever it is. Almost always – but not now because in a global financial marketplace in the process of delevering, assets that go up in price are rare diamonds as opposed to grains of sand. For the past several months our PIMCO Investment Committee blackboard has continued to display the following lesson plan:
What Happens During Delevering
1 – Risk spreads, liquidity spreads, volatility, term premiums – they all go up.
2 – Delevering slows/stops when assets have been liquidated and/or sufficient capital has been raised to produce an equilibrium.
3 – The raising of sufficient capital now depends on the entrance of new balance sheets. Absent that, prices of almost all assets will go down.
The above might seem simplistic to us at PIMCO but it is not necessarily clear to all readers. Term premiums? Risk spreads? Volatility? What do they have to do with bull or bear markets? Well, what Step 1 really says is that as GSEs, banks, investment banks, global hedge funds and even individual households delever their balance sheets by shedding assets, they lower the prices of not just what they are selling, but other securities that are arbitrageable within the marketplace. The past 12 months, for instance, have focused on subprime and alt-A mortgages and their drastically lowered prices. Stocks of companies that own them are of course marked down, but so are other assets of impeccable quality. Because junk mortgages now in some cases yield 15%, money at the margin is pulled out of the agency mortgage market where implicit guarantees and explicit Treasury promises to provide standby capital lead to bona fide AAA quality ratings. We estimate that the process of delevering has lowered the price on FNMA and FHLMC mortgages by as much as 3-4% and raised the yield on their 30-year fixed paper by as much as 75 basis points.
Similarly, the volatility associated with asset liquidation as well as the observable lack of liquidity adds additional risk spread premia, which in turn lower the price of almost any stock, bond or piece of real estate that you or anyone else owns. In combination, the current delevering has managed to sink all three primary asset classes in aggregate, as shown in Chart 1. At first, one might wonder why all the fuss. As the chart demonstrates, there have been prior periods when this trio has not done well and the U.S. economy has hardly blinked. However, the current year-over-year decline of over 10% has never really been witnessed since the Great Depression. That, in and of itself, is a potential red flag. Yet a 10% aggregate asset price decline does more than make us all 10% less wealthy. Because many of these assets are leveraged and margined, the more they decline, the more frequent and frenzied the margin calls, and if the additional cash flow is not provided, not only an asset liquidation but a debt liquidation follows. It is the debt liquidation that potentially turns a stagnant/recessionary economy into something much worse. In the housing market for instance, it is one thing to observe a 15% national decline in home prices. It is much more serious however, when margin calls in the form of monthly mortgage payments (many of which are in-creasing due to adjustable or option-related contractual provisions) lead to foreclosures, which in turn cause a debt liquidation. The bank in this case, takes possession of the home and dumps it back on the market, lowering the price even further, which leads to more foreclosures, which leads to….
This rarely observed systematic debt liquidation is what confronts the U.S. and perhaps even the global financial system at the current time. Unchecked, it can turn a campfire into a forest fire, a mild asset bear market into a destructive financial tsunami. Central bankers, of course, adopting the cloak and demeanor of firefighters or perhaps lifeguards, have been hard at work over the past 12 months to contain the damage. And the private market, in its attempt to anticipate a bear market bottom and snap up "bargains," has been constructive as well. Over $400 billion in bank- and finance-related capital has been raised during the past year, a decent amount of it, by the way, having been bought by yours truly and my associates at PIMCO. Too bad for us and for everyone else who bought too soon. There are few of these deals now priced at par or above, which is bondspeak for "they are all underwater." We, as well as our SWF and central bank counterparts, are reluctant to make additional commitments.
Step 2 on our delevering blackboard therefore has stalled and is inevitably morphing towards Step 3. Assets are still being liquidated but there is an increasing reluctance on the part of the private market to risk any more of its own capital. Liquidity is drying up; risk appetites are anorexic; asset prices, despite a temporarily resurgent stock market, are mainly going down; now even oil and commodity prices are drowning. There may be a Jim Cramer bull market somewhere, but it"s primarily a mirage unless and until we get the entrance of new balance sheets, and a new source of liquidity willing to support asset prices.
New balance sheets? Is this now some Deloitte & Touche metaphor? Hardly. What I mean, what our blackboard and our Investment Committee point out is that to ultimately stop this asset/debt deflation, a fresh and substantial new source of buying power is required. This became all too obvious as the Treasury"s attempt to entice additional capital into Freddie and Fannie came up empty. Yet this same dilemma is and will continue to confront all highly levered institutions in the throes of asset liquidation. Without a new balance sheet, their only resort is to sell assets, which in many cases leads to further price declines, or ultimately debt liquidation/default.
A Depression-era bank robber named Willie Sutton once said that the reason he robbed banks was because "that"s where the money is." Illegal for sure, but close to an 800 SAT score for logic if you were in the business of stealing other people"s money. And now, while some will compare current government bailouts to Slick Willie, citing moral hazard, near criminal regulatory neglect, and further bailouts for Wall Street and the rich, common sense can lead to no other conclusion: if we are to prevent a continuing asset and debt liquidation of near historic proportions, we will require policies that open up the balance sheet of the U.S. Treasury – not only to Freddie and Fannie but to Mom and Pop on Main Street U.S.A., via subsidized home loans issued by the FHA and other government institutions. A 21st century housing-related version of the RTC such as advocated by Larry Summers amongst others could be another example of the government wallet or balance sheet that is required during rare periods when the private sector is unable or unwilling to step forward.
The bill for our collective speculative profligacy, obvious in the deflating asset markets, can be paid now or it can be paid later. Those aspiring for a perfect 800 on the Wall Street policy exam would conclude that the tab will be less if paid up front, than if swept under a rug of moral umbrage intent on seeking retribution for any and all of those responsible. Now that the Fed has spent 12 months proving that it "knows something…knows something," it is time for the Treasury to do likewise.
Booyah Hank?
(William H. Gross – Managing Director)
– El desplome de las bolsas nos lleva al principio de la crisis (El Confidencial – 5/9/08)
(En la siguiente nota S. McCoy analiza el artículo anterior de William Gross y su -más que probable- repercusión en la caída de las bolsas del 4 de septiembre. Se altera el orden cronológico de la hemeroteca para facilitar su interpretación)
Más allá de las interpretaciones que los distintos analistas hayan realizado sobre la importante caída de las bolsas de ayer, para las que ni el fuerte retroceso del precio del crudo en el último mes y medio ha servido como tabla de salvación, hay una evidencia que es la que, a mi juicio, está manteniendo la prevención y la incertidumbre en los mercados financieros internacionales y alentando la desconfianza de los inversores. Los factores que originaron la crisis y que, por tanto, son determinantes para su solución, están lejos de estabilizarse y, en tanto no se corrija su deterioro, las posibilidades de que el impacto de la situación actual se expanda a otros ámbitos de la actividad económica, crece por días…
A mi juicio, resultó determinante para que la caída bursátil de ayer se acelerara el informe que, sobre el particular, publicó Bill Gross, el gestor estrella de PIMCO, tradicionalmente la mayor gestora de renta fija del mundo. Bien, como pueden apreciar en el documento que les adjunto, y más allá de las sorprendentes alabanzas dedicadas al payaso Cramer, Gross llega a una conclusión, de partida, terrorífica: dado que la capacidad de captar capital de los bancos es escasa, -él mismo reconoce haberse precipitado en su apuesta por el sector y declara su voluntad de no querer repetir la experiencia-, la única manera de lograr un reequilibrio en el balance de los bancos parece que es a través de la venta desordenada, y hasta irracional, de sus activos, -un tipo de operación que, por cierto, realizara en su día Merrill Lynch con escasa continuidad posterior por parte de sus competidores, como recuerda este interesante artículo del Washington Post-, con el consecuente impacto en la valoración del resto de los instrumentos financieros directa o indirectamente vinculados, aun de mejor calidad, y en la volatilidad asociada a los mismos, que se incrementa, lo que repercute al alza en sus primas de riesgo y a la baja en el valor presente de dichos activos.
El problema para el gestor de PIMCO es que la consecuencia más visible de este fenómeno ha sido una caída global en la riqueza de los americanos (acciones, bonos, vivienda) del 10% en términos interanuales. Algo no visto, y vuelve otra vez el fantasma de hace 70 años, desde la época de la Gran Depresión. Gross, y de ahí que insista en que para mí este comentario tuvo una importancia capital en el comportamiento bursátil ayer, destaca en su comentario que, al haberse establecido este círculo vicioso de liquidación de activos y deuda asociada, podemos encontrarnos con que, y lo pone en negrita para que no quepan errores, "una economía en recesión o estancada derive en algo mucho peor". A su juicio, y cito literalmente, esta concatenación de hechos podría hacer que "una simple fogata se convierta en un incendio de considerables dimensiones; un suave mercado bajista en un auténtico tsunami financiero". Un problema que, comenta, se agudiza, precisamente, por la ausencia de apetito por el riesgo, por la falta de una renovada liquidez que sirva de soporte al precio de los activos financieros. Y para el que, concluye, sólo cabe una solución que es "de puro sentido común: si queremos evitar que continúe esta desordenada liquidación de instrumentos financieros de proporciones históricas, sólo cabe confiar en que el Tesoro estadounidense abra su balance a las instituciones públicas y privadas que lo necesiten". Vivan el riesgo moral y la socialización de las pérdidas. Un mensaje apocalíptico procedente no precisamente de un don nadie que encierra una enorme carga de potencial riesgo sistémico y que cobra aún más dramatismo si recordamos el camino que lleva ya recorrida la crisis actual. Desde luego, no se puede negar que ha encontrado, en la reacción de las bolsas, el eco adecuado para sus postulados.
Titulaba el artículo de hoy, "el desplome de la bolsa nos lleva al principio de la crisis". Y es que, en mi modesta opinión, así es. Efectivamente, las circunstancias del día a día apremian, generando una inmensidad de ramas que, desde la ausencia de perspectiva temporal, nos impiden ver el bosque por el que caminamos desorientados, financieramente hablando. Pero es momento de volver al punto de partida. Hemos defendido, prácticamente desde el inicio de la crisis, que estos dos factores, residencial y desapalancamiento, eran claves para diagnosticar, a través de su evolución, el estado de la cuestión en el que nos encontramos. No los perdamos de vista. En ellos se encuentra la génesis de la problemática actual y, de su solución, dependerá la recuperación de los mercados. Lo demás son derivaciones más o menos extensas…
– Los mercados se hunden ante el temor a una desaceleración del crecimiento (The Wall Street Journal – 4/9/08)
(Por Peter McKay)
Los mercados sufrieron una amplia y profunda caída el jueves, motivadas por débiles cifras económicas y empeoradas por las continuas preocupaciones por la crisis crediticia.
El Promedio Industrial Dow Jones cayó 344,65 puntos o 3%, a 11.188,23, liderado por un desplome de 7,2% en su componente Bank of America.
El Índice Compuesto Nasdaq retrocedió 3,2% a 2.259,04. El S&P 500 cayó 3% a 1.236,83.
Tal como ha sido el caso a lo largo de la semana, los inversionistas continuaron deshaciéndose de acciones tecnológicas, extranjeras, futuros de commodities y otros activos que antes parecían ser refugios contra la debilidad del mercado bursátil estadounidense. El creciente temor en Wall Street es que incluso esos activos no escaparán a los problemas financieros del país, los cuales se expandirán fuera de sus fronteras en los próximos meses.
"Los inversionistas aún están indecisos sobre el escenario de desaceleración global, pero según todo lo que estamos viendo se está convirtiendo en una realidad", dijo el estratega de Merrill Lynch Brian Belski.
Ciertos datos preocupantes sobre el empleo también perturbaron a los inversionistas un día antes de la presentación de los datos mensuales del gobierno sobre sueldos no agrícolas. El Departamento de Trabajo de EEUU reportó que las nuevas solicitudes de beneficios por desempleo subieron en 15.000 la semana pasada. Estas solicitudes habían aumentado por varias semanas, pero los economistas habían atribuido el auge a una extensión, recientemente convertida en ley, del lapso en el cual los trabajadores pueden obtener beneficios y esperaban que las solicitudes disminuyeran.
Por su parte, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra mantuvieron sus tasas de interés estables. En una señal preocupante para los inversionistas, el presidente del BCE Jean-Claude Trichet dijo que se cree que el crecimiento en la euro zona será entre 0,6% y 1,8% en 2009, lo cual es menor a la predicción de junio de entre 1% y 2%.
Estas noticias hundieron de nuevo al euro a US$ 1,4326, frente a los US$ 1,4505 del miércoles.
Los futuros de crudo sufrieron su quinto declive consecutivo, cerrando US$ 1,46 a la baja o 1,3% a US$ 107,89 el barril en Nueva York, pese a las cifras de inventario del gobierno que muestran un declive mayor a lo esperado en las reservas de petróleo y gasolina…
– Wall Street cierra con caída del 2,99%, la mayor en las últimas diez semanas (La Vanguardia – 4/9/08)
La Bolsa de Nueva York cerró hoy con una caída del 2,99 por ciento en el índice Dow Jones de Industriales, el mayor descenso porcentual desde el pasado 26 de junio debido en parte a la preocupación entre los inversores por la progresiva ralentización económica.
Los datos de empleo difundidos por el Gobierno y por la empresa privada de análisis Automatic Data Processing (ADP) inyectaron pesimismo a Wall Street, cuyos principales indicadores registraron caídas en torno al tres por ciento.
El Gobierno de EEUU anunció hoy que el número de estadounidenses que presentó por primera vez la solicitud de prestaciones por desempleo aumentó en 15.000 personas, hasta las 444.000, en la última semana de agosto, con lo que la cifra total de parados se elevó a 3,4 millones, la más alta desde noviembre de 2003.
Los inversores también conocieron hoy que el sector privado de Estados Unidos empleó en agosto a 33.000 personas menos que en el mes anterior, según ADP.
Al pesimismo de Wall Street también contribuía la revisión a la baja por parte del Banco Central Europeo (BCE) de las previsiones de crecimiento para la eurozona en 2008 y 2009, que pasó a situar entre el 1,1 y el 1,7 por ciento para este año y entre el 0,6 y el 1,8 por ciento para el siguiente.
El índice Dow Jones de Industriales, el más importante de Wall Street, bajó hoy 344,65 puntos, hasta las 11.188,23 unidades, lo que supone un descenso del 2,99 por ciento respecto al miércoles y del 4,49 por ciento en las últimas cuatro sesiones.
Minutos antes del cierre, el Dow Jones llegó a bajar hasta un 3,09 por ciento y cerró con 29 de los 30 valores que lo componen en territorio negativo (con la única excepción de Coca Cola, que avanzó el 0,1 por ciento).
Las acciones de Bank of America (-7,34%) fueron las que más retrocedieron en ese índice y también descendieron con fuerza los títulos de otras firmas financieras: AIG (-6,92%), American Express (-5,28%), Citigroup (-6,68%) y JPMorgan Chase (-4,53%).
Los títulos de Boeing, que forma parte del Dow Jones, perdieron un 4,6 por ciento hasta los 63,03 dólares, después de que sus trabajadores rechazaran la oferta de convenio colectivo trienal que les había hecho la compañía y votaran a favor de ir a la huelga, aunque los paros han sido aplazados 48 horas más para intentar llegar a un acuerdo con la empresa.
Las acciones de Wal-Mart, la mayor cadena minorista del mundo, apenas variaron con respecto al cierre del martes y cerraron en 59,78 dólares, a pesar de anunciar que sus ventas en Estados Unidos subieron un tres por ciento en agosto, por encima del 1,6 por ciento que esperaban los analistas.
Fuera del Dow Jones, Wachovia descendió un 9,6 por ciento, Washington Mutual un 8,18 por ciento, Lehman Brothers un 9,80 por ciento y Goldman Sachs un cuatro por ciento.
El Nasdaq retrocedió 74,69 puntos, lo que supone un descenso del 3,2 por ciento que deja el índice en 2.259,04 unidades y equivale también a la mayor caída porcentual de las últimas diez semanas. En ese índice, destacaron los descensos de Yahoo (-5,38%), Apple (-3,44%), Amazon (-3,39%) y Microsoft (-2,04%).
El selectivo S&P 500, que mide el rendimiento de las 500 principales empresas que cotizan en Nueva York, perdió 38,15 puntos (2,99 por ciento), hasta 1.236,83 unidades, mientras que el índice compuesto NYSE, que agrupa todos los valores cotizados, bajó 261 puntos (3,16 por ciento) y quedó en 8.008,25 enteros.
El dato positivo de la jornada fue el de la productividad de Estados Unidos, que, según el Gobierno, creció a un ritmo anual del 4,3 por ciento en el segundo trimestre, el doble que en los tres meses anteriores, mientras los costos laborales se redujeron el 0,5 por ciento.
La Bolsa de Nueva York movió durante la sesión 1.301 millones de acciones frente a los 2.145 millones de títulos del Nasdaq.
Las obligaciones a diez años subieron en el mercado secundario de la deuda y ofrecían una rentabilidad, que se mueve en sentido contrario, del 3,62 por ciento, frente al 3,7 por ciento del cierre del miércoles
– Los millonarios no entienden de crisis: son cada vez más ricos (Cinco Días – 5/9/08)
El viejo refrán sigue siendo verdad: dinero llama dinero. Pese a que los mercados financieros cayeron el año pasado, la riqueza personal en el mundo creció un 5% hasta los 109,5 billones de dólares, según un informe publicado por Boston Consulting Group (BCG).
2008 fue el sexto año consecutivo de expansión de la riqueza y donde más se notó este crecimiento fue en los hogares de las regiones en desarrollo, como China y los estados del Golfo Pérsico, así como entre las familias que ya eran ricas, según el informe sobre riqueza mundial.
Además, se está reforzando la concentración de la riqueza entre quienes poseen mayores fortunas, de forma que el 1% de los hogares poseía un 35% de la riqueza mundial y el 0,001% más pudiente, los hogares ultra-ricos que tienen al menos 5 millones de dólares en activos, acumulaban 21 billones de dólares, un quinto de la riqueza mundial.
El mundo también siguió creando nuevos millonarios. El mayor salto en el 2007 se produjo en países emergentes de Asia y Latinoamérica. El número total de hogares millonarios creció un 11% y alcanzó los 10,7 millones el año pasado.
BCG destacó que, aunque los ricos siguen siendo ricos, han estado haciendo ajustes como resultado de la crisis financiera. Este año, los activos están cambiando hacia inversiones más conservadoras, más cantidad de dinero se ha mantenido en los mercados financieros domésticos y algunos individuos han restringido las nuevas inversiones.
La riqueza creció con mayor fuerza en los hogares de Asia, la cuenca del Pacífico -excluído Japón– y Latinoamérica, con un aumento del 14%. El crecimiento estuvo impulsado por las manufacturas en Asia y las materias primas en Latinoamérica y Medio Oriente, así como por una mayor estabilidad política y del tipo de cambio.
BCG observó que los bancos, corredurías y administradores de dinero no tienen más opción que expandir su presencia a esas regiones de rápido crecimiento. Dubai y Singapur, dijo la firma, se están transformando en centros de banca privada regionales que ofrecen una gran competencia a refugios tradicionales como Suiza.
– Cuidado con Reino Unido: economía "libra" vulnerable (El Confidencial – 5/9/08)
(Por R.J. Lapetra)
La libra esterlina puede estar a punto de estallar. Agitada en el Forex como si fuese un títere, su valor se evapora en las últimas semanas a paso acelerado: demasiado rápido. El mercado la ha puesto en el punto de mira, después de que la economía de Reino Unido, en general, y su sistema bancario, en particular, estén bajo presión. Incluso, la especulación sobre un "ataque" o sell off especulativo sobre el sterling ha cobrado rango de conversación cotidiana en algunos foros de inversión.
La divisa británica atraviesa uno de sus peores momentos en años. Por el momento, la divisa británica se ha desplomado esta semana hasta mínimos históricos frente al euro (-20% de caída interanual) y pierde más del 11% desde julio frente al dólar. Estos movimientos suponen todo un mundo para cualquier economía y, especialmente, para el área libra, aprisionada en la crisis financiera entre dos grandes bloques: el euro y el dólar. Si la escasez de liquidez ha hecho daño en los mercados del euro y el dólar, Reino Unido puede estar a punto de repetir un capítulo tan dramático como el de septiembre de 1992, cuando la libra se convirtió en uno activo altamente inestable y tuvo que ser expulsada del Sistema Monetario Europeo (SME) tras el pulso entre el Banco de Inglaterra y el mítico especulador George Soros. Los ataques de varios hedge funds en forma de posiciones bajistas sobre la moneda, tras la estela del húngaro, hicieron el resto.
Hoy, las señales que está dando al mercado la Gran Bretaña no son precisamente tranquilizadoras. En un alarde de sinceridad, el ministro británico de Economía, Alastair Darling, no sólo reconoció la crisis, sino que dijo que iba a ser "más profunda y duradera de lo que se espera". Al gesto de desconfianza le han llovido críticas desde el propio Gobierno, la oposición, los banqueros… La economía británica está sumida en recesión económica. El alto componente financiero de su economía -London City ha sido capital oficiosa del 'mundo hedge fund'- y la crisis inmobiliaria que vive, de magnitud similar a la de EEUU, Irlanda o España- le han metido en un agujero difícil del que salir. Ni siquiera las manos del Estado por restablecer la paz financiera han surtido efecto. La ristra de medidas económicas del Ejecutivo de Gordon Brown: nacionalización de bancos (Northern Rock), búsqueda activa de compradores para entidades en problemas (B&B, A&L) o nacionalización de cartera hipotecaria de la banca (70.000 millones) vía intercambio con bonos del Tesoro. Las últimas medidas superan la emergencia y la excepcionalidad de las anteriores. El plan de choque británico para neutralizar la ola de ejecuciones hipotecas y el descenso de la actividad en la concesión de créditos contempla 1.200 millones de euros en ayudas. Entre ellas, la eliminación temporal del impuesto sobre las escrituras en las transacciones de vivienda o la concesión de préstamos a tipos de interés 0 durante cinco años sobre el 30% del importe.
Más problemas para el Banco de Inglaterra
Esta inyección, además de sostener a los particulares, pretende aliviar de los dañados bancos británicos, que se han convertido en el corazón del problema debido a la debilidad de sus cimientos de capital. Esta misma semana, RBS le lanzaba un seria advertencia a su rival Barclays: necesita más de 9.000 millones de euros extra para afrontar el empeoramiento de la calidad de los activos, sus clientes y el mercado de crédito. La banca british acude masivamente a todo lo que puede darle el propio Banco de Inglaterra a través de su ventana de liquidez hasta 245.000 millones de euros, según publica el diario Daily Telegraph. Es decir, ¿no está el banco central subsidiando en cada subasta a los bancos británicos? No hace mucho que la prensa inglesa levantaba una polvareda por el uso masivo de las subasta del Banco Central Europeo (BCE) por los bancos españoles, cuando éstos sólo representan el 10% de las peticiones.
Por si fuera poco, el Banco de Inglaterra encara una situación complicada en su política monetaria. Con crecimientos negativos del PIB y la escalada de la inflación, Meryn King, su presidente, vive la división de su propio consejo de gobernadores, en el que unos optan por subir más los tipos, otros por mantenerlos y el resto por bajarlos. Para gustos los colores. El problema es que la caída acelerada en el valor de la libra puede inyecta mayor vigor al IPC británico, que ya crece a tasas del 4,4%, según datos de julio, y amenaza con colocarse en niveles superiores al 5% a pesar de la caída de los precios energético. El efecto divisa puede ahogar todavía más a los británicos y ahondar a su vez en la caída de la libra. Todo un bucle económico.
– Más de un millón de casas de Reino Unido vale menos de la cuantía de su hipoteca (Cinco Días – 6/9/08)
El derrumbe inmobiliario se está reproduciendo con especial crudeza en los países en los que se ha recalentado en exceso el mercado de compraventa de casas.
Un buen ejemplo es el Reino Unido, en el que, según un estudio de la consultora Bernstein, el precio de las casas caerá un 35% desde los máximos de 2007.
El imparable descenso del precio de la vivienda ha provocado, según el informe, que más de 1,3 millones de propietarios hayan visto depreciado el valor de sus hogares hasta el punto de que su vivienda ya cueste menos de la cuantía de su hipoteca.
La consultora calcula que el volumen de créditos afectados por esta situación en el Reino Unido se eleva a 67.000 millones de dólares (47.000 millones de euros), lo que representa el 18% del valor de los préstamos suscritos.
"Esta situación de recesión es similar a la que se vivió en la década de los 90. El mercado está en un momento muy negativo y los indicadores apuntan a que el derrumbe será aún mayor", apuntó Bruno Paulson, analista jefe de Bernstein.
Algo similar está ocurriendo en EEUU. Según los últimos datos de la Asociación de Banqueros Hipotecarios (MBA, por sus siglas en inglés), el número de casas embargadas por impago de hipotecas se elevó a 490.000 en el segundo trimestre del año, lo que representa un incremento del 9% respecto al anterior trimestre. La tasa de morosidad también se elevó un 25% entre abril y junio.
– EEUU ultima la nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac (Negocios – 6/9/08)
El Departamento del Tesoro estadounidense esta dando los toques finales a un plan diseñado para nacionalizar las firmas de garantía hipotecaria Freddie Mac y Fannie Mae y que será anunciado oficialmente este mismo fin de semana, según fuentes cercanas al proceso citadas por el diario estadounidense "The Wall Street Journal".
El plan prevé poner ambas hipotecarias, que aglutinan cerca la mitad de la deuda hipotecaria de EEUU, valorada en 12 billones de dólares, bajo el control del organismo Federal Housing Finance Agency, lo que implica que el Gobierno tomaría las riendas de ambas entidades, al menos de manera temporal.
Esto implicaría una sustanciosa inyección de capital estatal en ambas sociedades, que se aplicaría de manera gradual en base trimestral para ir saneando sus balances progresivamente, según las mismas fuentes.
Además, el Tesoro prevé una renovación total de la cúpula directiva de ambas empresas y tanto el consejero delegado de Fannie Mae, Daniel H. Mudd, como el de Freddie Mac, Richard Syron, serían eventualmente despedidos, aunque algunos detalles finales del acuerdo están sujetos a cambios y pendientes de cerrarse.
Esta nacionalización supondría la mayor intervención gubernamental de una entidad financiera por parte del Gobierno estadounidense desde que comenzó la "crisis subprime" hace algo más de un año.
La administración norteamericana ya autorizó el pasado mes de febrero un paquete de "estímulos" económicos de 168.000 millones de dólares (117.768 millones de euros) a través del rescate de la entidad Bear Stearns. Desde entonces, tanto la administración como la Reserva Federal estadounidense (Fed) han tomado un papel cada vez más agresivo en respuesta a la que se ha convertidos en una de las peores crisis financieras de las últimas décadas.
Fannie Mae and Freddie Mac son dos piezas clave en el mercado hipotecario estadounidense. Sus problemas han amenazado en los últimos meses con empeorar la situación del mercado inmobiliario estadounidense al aumentar los impagos.
La intervención estatal podría ayudar a los prestamistas a mantener los tipos de las hipotecas en un nivel más bajo de lo habitual si prosigue la inestabilidad en el sector.
El Departamento del Tesoro tiene potestad para intervenir en ambas hipotecarias en virtud de la legislación aprobada en el Congreso el pasado mes de julio. La decisión sobre su futuro papel podría quedar el manos de la nueva administración, tras las elecciones generales.
Desde que se aprobó la legislación, funcionarios federales han estado trabajando junto a banqueros de Morgan Stanley en la elaboración de un plan de salvamento sobre ambas entidades.
Mientras tanto, los títulos de ambas hipotecarias se desplomaron el pasado viernes tras el cierre de la Bolsa de Nueva York en la sesión de prenegociación, con un retroceso del 25% en el caso de Fannie Mae y un 20% en Freddie Mac.
Reunión de urgencia
El plan de rescate cuenta con la colaboración del presidente de la Reserva federal, Ben Bernanke y el responsable de Federal Housing Finance Agency, James Lockhart. Según fuentes cercanas al proceso, los consejeros delegados de ambas hipotecarias acudieron el pasado viernes a una reunión junto con Bernanke y el secretario de Tesoro, Henry Paulson.
Estas reuniones tendrían como objetivo la consecución del visto bueno sobre el plan de ambos ejecutivos, aunque en la práctica su autorización no sea necesaria.
"Estamos haciendo progresos en nuestro trabajo", declaró la portavoz del Departamento del tesoro, Jennifer Zuccarelli, que no quiso añadir más detalles sobre el transcurso de la reunión. Los portavoces de ambas hipotecarias también mantienen la confidencialidad acerca del presunto plan de salvamento orquestado por el Gobierno estadounidense.
Fannie Mae y Freddie Mac poseen o garantizan más de 5 billones de dólares en hipotecas o títulos hipotecarios y han sufrido pérdidas combinadas de cerca de 14.000 millones de dólares en los últimos doce meses debido a una oleada de impagos.
El problema es que una gran cantidad de entidades poseen bonos y valores de ambas entidades debido a que se trata de sociedades que cuentan con garantía del estado, por lo que su quiebra podría arrastrar a numerosos bancos más además de agravar los problemas del sector inmobiliario de un país en crisis.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha asegurado en varias ocasiones que no dejaran caer a las hipotecarias, más que nada, porque podría llevar al desplome del sistema financiero estadounidense y a una grave crisis a escala internacional debido a su gran tamaño.
Sin embargo, los inversores siguen reticentes a invertir en ambas sociedades ya que no se fían de las intenciones del Gobierno, lo que ha llevado a los títulos de Fannie y Freddie a depreciarse cerca de un 90% en el último año.
El Congreso estadounidense creó Fannie Mae en 1.938 durante la gran depresión para comprar hipotecas aseguradas a prestamistas y así proporcionarles liquidez suficiente para conceder nuevos préstamos. Fannie siguió operando como una agencia gubernamental durante las décadas de los 40' y 50' a pesar de que se dieron pasos hacia la privatización de la sociedad. En 1.968, el presidente estadounidense Lyndon Johnson decidió privatizar la entidad.
– La mayor intervención directa desde los 90 – La crisis obliga a EEUU a nacionalizar a sus dos mayores entidades hipotecarias (El Mundo – 6/9/08)
(Por Pablo Pardo)
La crisis financiera desatada en Estados Unidos hace trece meses alcanzó ayer proporciones históricas con la nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac, los dos gigantes del mercado de los bonos hipotecarios, en lo que se trata acaso de la mayor intervención directa del Estado en la economía de EEUU, al menos, desde la crisis de las cajas de ahorros que sufrió ese país a principios de los años noventa.
En virtud de los planes del Departamento del Tesoro, que aún no han sido hechos públicos esta mañana, el Estado asumirá el control de Fannie y Freddie -como se llama a las dos empresas coloquialmente-, despedirá a sus máximos responsables y las recapitalizará con dinero público, en un proceso que puede durar meses o años.
No está claro qué pasará con ambas compañías una vez que estén saneadas, pero todo hace suponer que serán troceadas y privatizadas.
¿A cuánto puede ascender la factura de la operación para el contribuyente estadounidense? Las primeras estimaciones señalan a una horquilla de entre 50.000 y 10.000 millones de dólares (de 35.000 a 70.000 millones de euros).
Caída en picado en Bolsa
Pero todo hace pensar que eso sólo será el principio. El Tesoro de EEUU planea inyectar dinero progresivamente en Fannie Mae y Freddie Mac para irlas recapitalizando de forma progresiva.
Anoche, tras el cierre de la Bolsa de Nueva York, los títulos de los dos gigantes hipotecarios se desplomaban más de un 25% cada uno. Ambas empresas han perdido alrededor del 85% de su valor en Bolsa en el último año, en el que han registrado unas pérdidas de más de 4.000 millones de dólares (3.000 millones de euros).
Los riesgos que conlleva para la estabilidad del sistema financiero mundial un colapso de Fannie y Freddie marean. Las dos empresas garantizan o poseen títulos hipotecarios por valor de 5,3 billones de dólares, lo que supone aproximadamente la mitad de toda la deuda hipotecaria de EEUU.
No sólo eso. Un enorme número de bancos estadounidenses y extranjeros tienen títulos de estas dos compañías, que funcionan bajo garantía del Estado. Por poner un ejemplo, desde la mayora gestora de fondos de renta fija del mundo, Pimco, hasta el Sovereign Bank -participado por el Santander- se han visto ya afectados por las minusvalías de sus inversiones en Fannie y Freddie.
"Demasiado grandes para caer"
Los problemas de estas dos empresas se deben a su forma de operar. Ambas fueron creadas para inyectar liquidez en el mercado de bonos hipotecarios, de modo que los intereses de las hipotecas fueran menores y fuera más fácil para los estadounidenses adquirir hipotecas.
En otras palabras: eran básicamente aseguradoras de bonos. Sin embargo, en los últimos años Fannie y Freddie han empezado a comprar y vender bonos hipotecarios y han entrado de forma masiva en el mercado de derivados.
¿Por qué los directivos de esas empresas empezaron a correr esos riesgos? ¿Y por qué lo aceptaron los accionistas? En buena medida porque Fannie y Freddie están garantizadas por el Estado y porque consideraban que estos dos monstruos en cuya cartera cabe unas cinco veces el PIB de España eran, como dicen en EEUU, "demasiado grandes para caer".
En otras palabras: que siempre vendría el Estado a rescatarlas, porque en su caída Fannie y Freddie se pueden llevar por delante el sistema financiero mundial y, además, colapsar totalmente el mercado hipotecario estadounidense.
La consecuencia es que, cuando los estadounidenses empezaron a dejar de pagar sus hipotecas y los bonos en los que éstas se basaban dejaron de tener valor, Fannie y Freddie incurrieron en pérdidas. Ahora, todo indica que, una vez más, la Administración Bush va a comerse su retórica en favor del libre mercado y va a nacionalizarlas. Porque, efectivamente, estas dos empresas son demasiado grandes para dejarlas caer.
– EEUU asume el control de Fannie y Freddie para frenar la crisis inmobiliaria (The Wall Street Journal – 7/9/08)
(Por James R. Hagerty y Ruth Simon)
El gobierno de Estados Unidos, cada vez más alarmado por el declive del mercado inmobiliario que amenaza con arrastrar al resto de la economía, está asumiendo el control del financiamiento de hipotecas.
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