Este exacerbado presidencialismo consagrado en la Constitución de 1999, aunado a la excesiva personalización del régimen político en la figura del presidente Chávez permite apreciar el carácter hiper-presidencialista de la Revolución Bolivariana. Chávez sostiene, por un lado, que: "entendamos que nosotros, los representantes del pueblo, jamás, pero jamás de los jamases, podemos pretender sustituir a la masa, al colectivo, al dueño, al soberano que nos eligió, ellos son los dueños del poder, no somos nosotros los dueños del poder. Esa es una concepción básica de la Revolución Bolivariana" (Discurso pronunciado en el acto de juramentación ante la Asamblea Nacional Legislativa como Presidente Electo para el período 2000-2006), sin embargo, en entrevista realizada por Agustín Blanco Muñoz, reconoce que "por aquí decirle caudillo a alguien es echarlo al basura de la historia", así como que el mesianismo pareciera inevitable, es algo que está allí, "el caso es hacia dónde dirigirlo."
Empero, más allá de los discursos y declaraciones del presidente, la realidad está allí, evidente e indiscutible: la revolución bolivariana es Chávez, el gobierno es Chávez, el M.V.R. es Chávez, y lo que es peor aún, Chávez cree ser, él mismo, el pueblo, no su representante sino su encarnación soberana. Ya lo había advertido Arturo Sosa S. J.: "el mesianismo político motiva también a personas y a grupos, incluso bien intencionados, que se consideran llamados y capaces de ofrecer soluciones a los problemas y de conducir los destinos de la Nación. Este tipo de actitudes se reproducen por igual en los partidos de organización leninista, en instituciones cerradas como los militares e incluso en los llamados nuevos movimientos sociales." (43)
E. El cambio institucional y el debilitamiento de las instituciones
Jean Servier recuerda que: ". cada revolución, cada cambio de régimen, tratará de remontarse en el tiempo merced a un nuevo calendario y de situar un irrisorio cambio de instituciones en los albores del año 1 de una nueva era." (44)
En este sentido, en una entrevista ofrecida en 1999 al diario argentino La Nación, el recién electo Presidente Chávez respondió a una pregunta sobre este aspecto de las nuevas eras, de la siguiente manera: "¿Por qué apela con frecuencia a signos funerarios, como la moribunda, por la Constitución de 1961, o aquello de los muertos que entierran a sus muertos, por la derrota de la oposición en las elecciones de constituyentes del 25 de julio? –También hablo de parto. Así como hablo de la muerte, también hablo de la vida, del amor, de la esperanza, de la reconstrucción del país, de la V República que va a nacer, pero, por supuesto, está presente la muerte. No es la muerte física de nadie, sino el fin de una época. Sobre la muerte siempre triunfa la vida."
En consecuencia, la revolución bolivariana no fue la excepción; luego de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente se promulgó en 1999, mediante referendo, una nueva Constitución con el objetivo de "refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa, y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide lo valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad y el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para estas y las futuras generaciones , asegure el derecho al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación de ni subordinación alguna." (Preámbulo de la Constitución)
Esta nueva Constitución, además de cambiar la denominación del país a República Bolivariana de Venezuela, transformó el tradicional esquema de tres poderes separados, heredado de las ideas de Charles Montesquieu (1689-1755) y Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), por una estructura de cinco poderes: Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.
El Poder Ejecutivo: Aunque la nueva Constitución Bolivariana de 1999 introduce la novedad del Vicepresidente Ejecutivo, el Presidente de la República continúa ejerciendo la jefatura del Estado y del Ejecutivo Nacional. El Vicepresidente Ejecutivo es colaborador inmediato del Jefe de Estado y de Gobierno y es designado y removido por éste. Para ser elegido Presidente de la República se requiere ser venezolano por nacimiento, no poseer otra nacionalidad, ser mayor de 30 años, de estado seglar, y no estar sometido a condena mediante sentencia firme. Estos requisitos se exigirán igualmente al Vicepresidente Ejecutivo, y adicionalmente, no podrá tener ningún parentesco de consanguinidad ni afinidad con el Presidente. Con la nueva Constitución el período presidencial aumentó de 5 años a 6 años, además de la posibilidad de la reelección inmediata y por una sola vez para un nuevo período. Las faltas temporales del Presidente serán suplidas por el Vicepresidente Ejecutivo hasta 90 días, prorrogables por la Asamblea Nacional por 90 días más. El Presidente de la República podrá disolver a la Asamblea Nacional cuando ésta destituya en tres oportunidades en un mismo período al Vicepresidente Ejecutivo. En este caso deberá convocarse a elecciones para una nueva legislatura dentro de los 60 días siguientes a su disolución. La Asamblea Nacional no podrá ser disuelta el último año de su período constitucional.
El Poder Legislativo: Es ejercido por la Asamblea Nacional, anteriormente llamado Congreso Nacional, conformado por diputados elegidos en cada entidad federal, según una base poblacional de 1,1% de la población total del país. Además, cada entidad podrá elegir a tres diputados, así como los pueblos indígenas tendrán derecho a elegir a tres representantes a la Asamblea Nacional. Esta Asamblea sólo estará conformada por una cámara, a diferencia del pasado Congreso Nacional que estaba compuesta por dos: La Cámara Baja o de Diputados y la Cámara Alta, Senado o de senadores. A diferencia de la anterior Constitución de 1961, que sólo permitía la postulación al cargo parlamentario a venezolanos por nacimiento, la Carta Magna vigente también acepta la postulación de los venezolanos por naturalización con quince años de residencia en territorio venezolano. Para ser diputado se requiere ser mayor de 21 años y haber residido cuatro años consecutivos en la entidad correspondiente antes de la fecha de su elección,. Los Diputados gozarán de inmunidad en el ejercicio de sus funciones, desde su proclamación hasta la conclusión o renuncia de su mandato.
El Poder Judicial: El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública y los órganos de investigación penal. El Poder Judicial es independiente y el Tribunal Supremo de Justicia gozará de autonomía funcional, financiera y administrativa. El sistema de justicia tendrá asignada una partida anual variable, no menor de 2% del presupuesto ordinario nacional. El Tribunal Supremo de Justicia -anteriormente llamado Corte Suprema de Justicia- se encarga de la dirección, el gobierno y la administración del Poder Judicial, la inspección y vigilancia de los tribunales y de las defensorías públicas. Este Tribunal funciona en salas Plena, Constitucional, Político-administrativa, Electoral, de Casación Civil, de Casación Penal y de Casación Social.
El Poder Ciudadano: Se ejerce por el Consejo Moral Republicano integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General y el Contralor General de la República. Los órganos que ejercen el Poder Ciudadano son la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y la Contraloría General de la República. Estos tienen a su cargo, prevenir, investigar y sancionar los hechos que atenten contra la ética pública y la moral administrativa; velar por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público, el cumplimiento y la aplicación del principio de la legalidad en toda la actividad administrativa del Estado, e igualmente, promover la educación como proceso creador de la ciudadanía, así como la solidaridad, la libertad, la democracia, la responsabilidad social y el trabajo.
El Poder Electoral: Lo ejerce el Consejo Nacional Electoral (CNE), anteriormente llamado Consejo Supremo Electoral, como ente rector, sus órganos subordinados son: la Junta Electoral Nacional, la Comisión de Registro Civil y Electoral, y la Comisión de Participación Política y Financiamiento. Los órganos del Poder Electoral garantizarán la igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos electorales, así como la aplicación de la personalización del sufragio y la representación proporcional.
Sin embargo, a un lustro de la promulgación de la nueva constitución, la actuación del Presidente Chávez se ha caracterizado por un discurso y una acción dirigidos al debilitamiento intencionado y permanente de las instituciones públicas -las viejas y las novísimas- del país; la democracia se ha convertido en una verdadera dictadura de la mayoría, ejercida a través del control absoluto de los poderes públicos nacionales, de buena parte de los regionales y locales. En este sentido, es conveniente recordar las palabras de James Madison: "la concentración de todos los poderes legislativo, ejecutivo y judicial en las mismas manos, sean estas las de muchos, pocos o uno.puede con mucha razón definirse como la dictadura verdadera."
Inestabilidad, anomia, informalidad, ingobernabilidad y una progresiva disolución institucional son el resultado de la refundación de la República. En cinco años de actuación, la revolución bolivariana no ha hecho sino debilitar progresivamente el ya precario sistema institucional venezolano. El constitucionalista Henrique Meier, luego de una larga y exhaustiva enumeración de las consecuencias negativas que esta utopía neopopulista bolivariana ha tenido sobre la institucionalidad pública, concluye: ".destruyó los sistemas, funciones y procedimientos institucionales creados y organizados a lo largo de 90 años, aquellos asociados a la existencia del Estado, independientemente de su connotación axiológica, autoritario o democrático de Derecho.Estos sistemas, funciones y procedimientos sólo existen a escala formal, en el papel, y en la retórica del régimen,. En la práctica reina la pura voluntad personal, arbitraria, autocrática del jefe de la revolución." (45)
Nada más alejado de lo recomendado con acertada visión por el propio Montesquieu: "para que no se pueda abusar del poder, es necesario que por disposición de las cosas, el poder frene al poder."
F. El valor simbólico de las fechas
Los revolucionarios franceses promulgaron, en su oportunidad, un nuevo calendario, a fin de hacer palpable y evidente que, luego de la caída de la monarquía y la instauración de la República, el tiempo, los tiempos no eran los mismos; ya Goethe lo había anunciado: "en este lugar y en este día empieza una nueva historia del mundo." En efecto, recordemos que los enemigos de la realeza y del absolutismo encomendaron al poeta Fabre d"Eglantine que propusiera nuevos nombres para la cronología de la nueva era. Producto de la sustitución del calendario gregoriano, durante doce largos y convulsos años, el pueblo francés vivió bajo la égida de un nuevo calendario revolucionario que respondía a los siguientes criterios:
Dividía el año en doce meses, de treinta días cada uno, subdivididos, a su vez, en tres períodos de 10 días, conocidos como décadas. El último día de cada década era de descanso. Los cinco días al final del año (del 17 al 21 de septiembre en el calendario gregoriano), eran fiesta nacional.
El primer año, que se contó a partir de fines de septiembre de 1792.
El calendario republicano fue abolido por Napoleón, en agosto de 1805.
Por supuesto que la Revolución Bolivariana no ha caído en la tentación de modificar el calendario gregoriano vigente en el país, sin embargo, no es menos cierto que ha generado una pasión por las fechas y la contabilidad alrededor de ellas, el propio Presidente Chávez así lo reconoce: "Hemos llegado en el medio de todo este torbellino de cosas, en medio de esta etapa de cambios mundiales, de cambios epocales, (sic) en esta transición en marcha, hemos llegado a 100 días. Cien días difíciles, 100 días de haber asumido con mucha voluntad, eso si, con mucho tesón sin duda.Cien días son, debo recordarlo, los primeros cien días, porque esta mañana me puse a echar números, ustedes saben yo les he dicho que me gusta mucho la matemática, sacar cuentas como dicen, y bueno, cinco años, período previsto para esta primera fase de los gobiernos de transición y de transformación que vienen en lo adelante, pues esos cinco años son o implicarán 18 celebraciones, 18 veces cumpliremos 100 días. Esta es la primera, un poco así como las primaveras, esta es la primera primavera, serán 18 primaveras. Exactamente el día 7 de enero del año 2004 estaremos celebrando estoy seguro, Dios mediante, y que Dios nos acompañe pues siempre en este esfuerzo. Estaremos celebrando en el año 2004 —repito compatriotas— el 7 de enero de ese año por venir, estaremos celebrando los 18, las 18 primaveras, 18 veces cien días. Son 1.825 días, cinco años de gobierno, así que hemos dado apenas el primer paso, y este primer paso yo hoy quiero reflexionarlo con todos ustedes, pues no he venido aquí a adornar un discurso." (Alocución Presidencial con motivo de los 100 primeros días de gobierno)
Los números, los datos numéricos son de particular importancia para el proceso bolivariano, incluyendo la manipulación de procesos que están relacionados con fechas. De esta forma, aunque la nueva constitución permita la reelección del presidente por un período de gobierno más, Chávez anuncia, simbólicamente, que se quedará en el poder hasta el año 2021. Incluso, como producto de los procesos constituyente y plebiscitario, el Presidente Chávez se juramentó dos veces, extendiendo por más de un año su mandato. Si bien la situación no es incierta, es por lo menos ambigua y confusa en lo que a fechas institucionales se refiere.
G. La vestimenta como símbolo
Jean Servier recuerda que en los planteamientos utópicos: "la vestimenta también evoca las magnificencias de un pasado embellecido por las luces de la imaginación." En este sentido trae a colación algunas realidades literarias y sociales que ilustran con claridad el carácter simbólico de la vestimenta:
Los benselmitanos en La Nueva Atlántida llevan vestidos de resplandecientes colores o pequeños turbantes a la turca.
Owen recordará el uso de ropas sueltas, al estilo de la Roma antigua.
Morris en sus Noticias de ninguna parte hará que sus londinenses utilicen nuevamente trajes medievales.
Campanella viste de blanco, evocando la pureza, a sus habitantes de la Ciudad del Sol.
En Francia, la revolución prestó particular atención al ropaje de los insurrectos, promoviendo el uso de estos símbolos indumentarios: el rojo del gorro frigio, una especie de pene, símbolo antiguo de la liberación de los esclavos y de afirmación de la virilidad; la carmañola o chaqueta corta opuesta a los trajes de la nobleza, a los hábitos del clero y a la toga de los magistrados: el pantalón rayado para contraponerlo a los contra-revolucionarios calzones a la francesa. (46)
La adopción de estas nuevas vestimentas, de un ropaje revolucionario, explicita una voluntad de regeneración, una segunda piel, un instrumento para la identidad con la utopía revolucionaria, el neopoulismo utópico venezolano no ha sido la excepción. Chávez y sus seguidores intentaron arrogarse la bandera venezolana como su nueva vestimenta, pronto sus opositores la reivindicaron para sí, hoy compartida sigue siendo de ambos bandos. Sin embargo, el chavismo reaccionó con prontitud a objeto de que sus seguidores adoptaran como símbolos de pertenencia al proceso revolucionario la franela, la camisa, la chaqueta de color rojo como la boina del comandante, así como el chaleco de pescador que identifica también a los partidarios del régimen y del partido de gobierno. El hábito vuelve a hacer al monje.
El neopatrimonialismo chavista
En este capítulo estableceremos la relación entre el Mito del Dorado y su expresión en la conducción de la política económica y en el manejo de los recursos fiscales de la Nación por parte del Presidente Hugo Chávez que puede ser calificada, de acuerdo con los más recientes enfoques político – económicos, como de neopatrimonialismo, debido a la transformación del Estado en "propiedad privada" de quien ejerce el poder ejecutivo o detenta la dominación de un partido mayoritario.
1. El Mercantilismo y el Mito del Dorado.
A continuación examinaremos la noción y rasgos más descollantes del sistema mercantilista, pondremos especial énfasis en su desarrollo en España, para luego precisar la significativa contribución del mito del Dorado en la consolidación del mercantilismo español.
A. Concepto y características del mercantilismo
Los estudiosos de la Historia de la Economía Política coinciden en señalar que fue Adan Smith quien introdujo el término para referirse al sistema comercial o mercantil, sin embargo, subrayan que: "al presente se entiende el mercantilismo como una fase de la historia económica que corre entre la Edad Media y el tiempo del laissez faire, con la consideración debida por las diferencias que es menester admitir entre los diversos países." (47) En efecto, existe también consenso en afirmar que más que un sistema económico en sí mismo, el mercantilismo fue más bien un tiempo, una época, una fase especial del acontecer económico, caracterizada por la homogeneidad relativa de las prácticas económicas, y en especial comerciales, – y no necesariamente por principios o preceptos formales – adoptadas por diversos países en el lapso que transcurrió de la Edad Media hasta la época liberal.
En este orden de ideas, el mercantilismo se asocia con el nacimiento de los modernos Estados Nacionales europeos. Sus inicios se ubican a mediados del siglo XV, en tiempos en que los nacientes estados debían sustituir el inmenso poder que sobre la vida de la sociedad medieval ejerció la Iglesia Católica y proteger, además, su existencia como entidades políticas autónomas e independientes, por primera vez soberanas. En esta perspectiva histórica, Baptista, citando algunas precisiones acerca de este período mercantilista formuladas por Gustav Schmoller, recuerda lo siguiente: "…teniendo como referencia el tiempo medieval que ha quedado atrás, – la ciudad-mercado formaba un sistema completo de moneda, crédito, comercio, impuestos, finanzas, cerrada sobre sí misma y manejada como un todo unido sobre un plan establecido; un sistema que tenía su centro de gravedad en los puros intereses locales.Lo que se tiene frente a los ojos, en la Edad Media, son centros económicos locales y municipales.todas las fuerzas empujaban la sociedad hacia una reorganización sobre bases más amplias y apuntaban a la creación de Estados Nacionales." (48)
Por supuesto que cada Estado Nacional adoptó su propia manera de hacer las cosas en términos del mercantilismo: en Francia tomó el nombre de Colbertismo; en Alemania y Austria se denominó Cameralismo; en Inglaterra se le atribuye su origen, hacia 1550, vinculado con las propuestas del grupo de los bullionistas. En todo caso, a pesar de las particularidades que asumió el mercantilismo en diferentes espacios políticos, todos los autores mercantilistas conciben la economía de sus respectivos estados nacionales como un todo, y subordinan los intereses individuales al interés nacional, al de la colectividad.
Entre las máximas o prácticas promovidas por las naciones mercantilistas destacan fundamentalmente las siguientes:
La asimilación entre riqueza nacional y metales preciosos, en especial oro y plata, constituyéndose éstos en la base de sustentación de la economía mercantilista. En consecuencia, sí una nación no disponía de minas o no tenía acceso directo a ellas, debía adquirir comercialmente los metales preciosos. Como bien lo expresa Baptista en el subtitulo correspondiente de su ya citada obra: Dinero es poder tanto como poder es dinero. Sin embargo, luce conveniente recoger también la extensa cita de Jacob Vine que ayuda a comprender mejor esta asociación de conceptos: "la identificación de la riqueza con los metales preciosos, bien si es un supuesto tácito o explícito que yace tras su razonamiento, ha de considerarse, sin embargo, como una fase extrema de la doctrina mercantilista prominente en la literatura, que influyó de modo importante dentro de la opinión pública. Se utilizó de alguna manera apologéticamente por sus adherentes menos vehementes, y no estuvo presente del todo, e incluso fue de modo expreso repudiada por los escritos de unos pocos entre los más ilustrados mercantilistas, cuya ilustración, sin embargo, tendió a tomar la forma de dejar de lado algunas proposiciones centrales del mercantilismo. Algo de la aparente identificación puede haber sido puramente terminológica, aunque debe repetirse que la ambigüedad de la terminología estaba muy cerca, como causa y efecto, de una genuina confusión del pensamiento." (49)
El fomento del crecimiento de la población, en virtud de que una nación con mayor cantidad de habitantes estaba en mejor disposición para proveerse de fuentes de mano de obra, de militares, y podía también contar con un mercado de mayores proporciones.
El desarrollo de la industria, aunque la misma estuviese prohibida de ser ejercida en las colonias de las potencias mercantilistas.
La intervención del Estado en la vida económica, dando origen al concepto del Estado intervencionista.
La necesidad de contar con una balanza de pagos favorable, positiva, es decir, que el valor de las exportaciones superase al de las importaciones. La mayor parte de las naciones mercantilistas poseían colonias que servían como mercados naturales a los productos de la metrópoli, y, a su vez, actuaban como proveedoras de materias primas. El mercader inglés Thomas Mun (1571 – 1641) fue uno de los principales propulsores y defensores de esta máxima durante su desempeño como director de la East India Company.
Algunos autores dividen la historia del mercantilismo en tres etapas:
La fase monetaria: cuyas manifestaciones principales consistieron en prohibir la exportación de las monedas, su alteración física y la fijación de su curso legal.
La fase del balance de los contratos: tiene su origen en las prácticas mercantilistas inglesas; consistía en un conjunto de normas que regulaban la celebración de contratos entre comerciantes ingleses y extranjeros. Usualmente se pautaban, entre otras, las siguientes restricciones: obligación para los comerciantes ingleses de traer al país, en metálico, una parte del precio de sus ventas en el extranjero; obligación de los comerciantes extranjeros que vendían sus artículos en Inglaterra de emplear el dinero recibido en pago en la compra de productos ingleses. Con estas regulaciones se concretaba la voluntad de los mercantilistas para que el Estado pusiese en práctica mecanismos legales agresivos y defensivos para promover y proteger las ventajas derivadas del comercio internacional.
La fase de la balanza comercial: Recordemos de nuevo que, en criterio de los propulsores del mercantilismo, la balanza comercial era el instrumento fundamental para enriquecer a la Nación, en la medida en que el valor de las exportaciones superase al de las importaciones, con el fin de obtener un saldo positivo.
B. El Capitalismo de Estado y el Mercantilismo español
Los historiadores de España consideran que el logro de la llamada Unidad Nacional bajo el reinado de los Reyes Católicos marcó un hito importante que propicio el florecimiento de doctrinas y prácticas estatales que promovieron un capitalismo de Estado, y un sistema mercantilista bastante sui géneris y ampliamente criticado por sus negativos y desfavorables resultados para la economía española de la época de la colonización de América.
En lo relativo a la concentración de riquezas en manos de la monarquía, en un apretado análisis, el historiador Jacob Pirenne resume esta situación de la siguiente manera: "A fines del Siglo XV, España iniciábase en las prácticas del capitalismo de Estado.en la Península Ibérica, después de la expulsión de moriscos y judíos y la confiscación de sus bienes, pasaban a disposición de la monarquía enormes recursos financieros, el Estado fue la principal, por no decir la única, potencia financiera, y ese capitalismo estatal, puesto al servicio de una monarquía centralizada, permitió a ésta una independencia total y la afirmación de un absolutismo que pronto se hizo autoritario; en el terreno económico, ese capitalismo permitió la realización de grandes empresas como la del descubrimiento del Nuevo Mundo y la fundación de vastos imperios coloniales." (50)
El descubrimiento de América incorporó una nueva corriente mercantil a las dos que los españoles atendían comercialmente para la época: la de norte de Europa y la del Mediterráneo. Fray Tomás de Mercado, en su obra Suma de Tratos y contratos de 1569, narra que, para entonces, España "tiene contratación en todas partes de la Cristiandad y aun en Berbería. A Flandes cargan lanas, aceites y bastardos; de allí traen todo género de mercería, tapicería y librería. A Florencia envían cochinilla, cueros; traen oro hilado, brocados, perlas, y de todas aquellas partes gran multitud de lienzos. En Cabo Verde tienen el negocio de los negros, negocio de gran caudal y mucho interés. A todas las Indias envían grandes cargazones de toda suerte de ropas; traen de ellas oro, plata, perlas y cueros en grandísima cantidad.Todos los factores (comerciales) penden unos de otros, y todo casi tira y tiene respecto al día de hoy a las Indias, Santo Domingo, Tierra Firme y México, como partes do va todo lo más grueso de ropa y do viene toda la riqueza del mundo." (51) (las negritas son nuestras)
Las ingentes cantidades de oro, plata y piedras preciosas traídas de las Indias a España contribuyeron, en lo político, a fortalecer el poder de la monarquía, al concentrar en manos del rey la casi totalidad de las rentas coloniales y, en lo económico, a profundizar el carácter mercantilista de la economía española. No se dispone de datos seguros y confiables acerca de la magnitud – muchas veces exagerada o intencionalmente deformada – de los envíos de oro y plata que comenzaron a llegar a España en proveniencia del Nuevo Mundo. Sin embargo, se conoce que desde 1503 afluyeron a la metrópoli colonial cantidades importantes de metales preciosos desde La Española, Cuba y Puerto Rico, que se incrementarían paulatinamente con las conquistas de México y Perú, y se elevarían de manera extraordinaria con la explotación de las minas de Potosí, Guanajuato y Zacatecas, y con el tratamiento del mineral de plata con mercurio, es decir, con la aplicación de la técnica de la amalgama.
Los historiadores de este período mercantilista español confirman que: "desde mediados del siglo XVII hasta el cuarto decenio del siglo XVII se mantienen los envíos a un nivel casi constante y luego disminuyen, sin cesar por completo." (52) En todo caso, según las dispares cifras de algunos tratadistas modernos, las cantidades de oro y plata enviados de las Indias a la metrópoli estuvieron en el orden de 181.333 kilos de oro y 16.886.815 kilos de plata, según las investigaciones de J. Earl Hamilton; y de 300.000 Kilos de oro y 25.000.000 kilos de plata, de acuerdo con las pesquisas más optimistas de Pierre Chaunu.
Este intenso comercio con las Indias Occidentales, con América, promovió el desarrollo y consolidación del mercantilismo español, el cual se sustentó en instituciones y prácticas como las siguientes:
La imposición de un monopolio comercial: mediante el llamado pacto colonial el producto de la exportación de metales preciosos desde las colonias americanas fue la base de la percepción por parte de la monarquía española del llamado quinto real, aplicado igualmente a las diversas mercancías o productos –alimenticios, manufacturados, de lujo – que eran enviados a América. A los efectos de la recaudación de este impuesto España constituyó un monopolio comercial controlado por la Casa de Contratación, creada en 1503 y sita en Sevilla. Esta institución tenía como objetivo fundamental reunir en sus almacenes todas las mercaderías que se exportaban a las Indias y se importaban de las mismas, y a presidir sus compra, venta y transporte. Otra vez de acuerdo con las cifras de Chaunu, sólo el 2% del comercio legal escapó del estricto control monopólico sevillano.
La protección y defensa de las rutas comerciales: España puso en práctica una política de convoyes armados –flotas de Nueva España y armadas de Tierra Firme – que permitía la protección de los envíos comerciales y el control de la recaudación de los impuestos derivados del comercio con las colonias, aunque la multiciplicidad y complejidad de los procedimientos administrativos alargaban los tiempos de navegación. Las flotas que partían anualmente desde Sevilla tenían destinos diferentes: la primera se dirigía al Sur, a Venezuela, Nueva Granada y Diarén, la segunda tomaba rumbo a las grandes islas, Honduras y Nueva España; a partir de esos centros se establecían dos rutas por el Pacífico: el célebre Galeón de Manila que partía de Acapulco con productos de inconmensurable valor, y el codiciado enlace con el Perú y Chile. Desde 1554, los navíos no regresaban juntos a la metrópoli, ya que los provenientes de Nueva España llegaban más tarde a Cuba. La importancia que estas flotas comerciales tuvieron para España fue tal que: "un contratiempo que supusiera la no llegada de un convoy era un auténtico revés económico, implicaba la posibilidad de una suspensión de pagos de la Real Hacienda en la feria de Medina del Campo y, en el fondo, una dificultad para realizar la política de la Monarquía. Eso explica que la piratería fuera en ocasiones una actividad de Estado organizada por potencias rivales para impedir la llegada de los tesoros de las Indias." (53) De esta forma, la Casa de Contratación no fue sólo una casa de negocios para proteger los derechos patrimoniales de los reyes españoles, sino que se transformó también en todos estos disímiles organismos a la vez: un departamento del Gobierno, un Ministerio de Comercio, una Escuela de navegación y una Aduana para el comercio colonial.
Este esquema mercantilista español sustentado en prácticas monopólicas y fiscalistas, ha sido ampliamente cuestionado. Las críticas más relevantes se relacionan con los siguientes argumentos:
La hegemonía política fue alcanzada sin contar con el florecimiento económico, la Hacienda Española practicó como único sistema el de trampa y adelante, siempre empujada por la perentoriedad de lo político y lo militar.
El deseo de atesorar y valorizar el oro de las Indias se vio prontamente frustrado, debido a que la escasa producción nacional hacía indispensable la importación de bienes desde otras naciones, lo que condujo a tener que utilizar los metales preciosos para pagar el saldo negativo de la balanza comercial y los empréstitos que los reyes obtenían para financiar la hegemonía política y militar. Así, los beneficiarios finales del mercantilismo español fueron los financistas y comerciantes extranjeros. Ya las Cortes de 1588 a 1593 lo habían registrado: "Con poder estar (nuestros reynos) los más ricos en el mundo oro y plata en ellos ha entrado y entra de las Indias están los más pobres porque solo sirven de puente para pasarlos a los otros Reynos nuestros enemigos y de la Santa Fe Católica."
En lo referente al comercio monopólico, un sinnúmero de restricciones y un monopolio en demasía celoso, sumados a un creciente contrabando ejercido por extranjeros en Cádiz o en Sevilla, son el resultado final de la historia comercial de España con las Indias. Así la Corona de Castilla vio pasar el comercio con el Nuevo Mundo a manos rivales, su marina reducida a niveles insospechados conducida por tripulaciones y bajeles suministrados por comerciantes extranjeros, quienes desviaban la riqueza española en su propio origen.
Las repercusiones de la política mercantil fueron desastrosas para los burgueses nacionales, quienes perdieron la influencia que habían tenido; la nobleza sobre la que se apoyaba el absolutismo, empleó las disponibilidades financieras que se le atribuían en la compra de fincas, promoviendo así la creación de inmensos e ineficientes latifundios, trabajados por un campesinado que vivía míseramente.
Entre 1500 y 1650 se triplica la cantidad de metales preciosos. Las entradas de oro y plata superaron la producción de bienes y servicios y, ante el temor a la escasez o aumento de los precios, se efectuaron compras inmediatas de oro y plata: De esta forma, se aceleró la circulación del dinero y los precios subieron, mientras que los salarios se incrementaron a un ritmo menor que los precios. La inflación en España fue también un producto de su política mercantilista. Ya en 1608, Pedro de Valencia lo advertía: "El daño vino del haber mucha plata y mucho dinero, que es y ha sido siempre.el veneno que destruye las Repúblicas y las ciudades. Piénsase que el dinero las mantiene y no es así: las heredades son labradas y los ganados y pesquería son las que dan mantenimiento."
Al no existir empleo bien remunerado en la agricultura, y muy poco o ninguno en la industria o el comercio, la población española terminó empleándose en la Administración Pública o en órdenes religiosas. A fines del siglo XXVIII, los empleados estatales eran la quinta parte del censo y un 30% de los españoles formaban parte del clero o de órdenes religiosas, o vivían a expensas de la Iglesia Católica. (54)
En fin, la situación planteada por el capitalismo de Estado y el mercantilismo en España puede verse muy bien resumida en estos versos de Francisco de Quevedo y Villegas:
"Nace en las Indias honrado
Donde el mundo le acompaña;
Viene a morir en España
Y es en Génova enterrado.
Pues quien le trae al lado
Es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero
Es Don Dinero."
C. La contribución del mito del Dorado
Para entender mejor la contribución que el mito del Dorado tuvo sobre el desarrollo de la España mercantilista, es conveniente tener presente las motivaciones, el imaginario, la ideología, su percepción del mundo medieval que el conquistador español trajo al momento de encontrarse con un Nuevo Mundo. Uslar Pietri anota que: "Lo que vino de afuera también era viejo. Vino en los conquistadores la Castilla del final de la Edad Media, con una lengua y una religión formadas en más de quince siglos de historia. Con una estructura social y una concepción del mundo que venía de las más viejas fuentes de Mediterráneo.Todo lo más vetusto de Occidente llegó con ellos. Lo primero que hacían era aplicar una institución romana: establecer un cabildo, y dar un nombre del santoral católico a las nuevas tierras.El español que llega a América viene con la visión de que simplemente ha encontrado un espacio que llenar y que va a reproducir lo que dejó. Va a crear una nueva España, una nueva Castilla, una nueva Andalucía." (55)
Este español que se topa con lo que después se denominaría América, trae consigo motivaciones diversas y contradictorias, entre las que destacan las siguientes:
La ideología caballeresca como herencia significativa y específica de la Alta Edad Media. En efecto, más de la mitad de los españoles que vinieron a las Indias en los tiempos de la colonización eran hombres de armas. Entre ellos había un predominio evidente de los segundones de la nobleza e hidalgos, en quienes estaba muy arraigada la mentalidad guerrera y aventurera de la época, exaltada al máximo por los héroes de las novelas de caballería .Recordemos que la expresión hidalgo, fijodalgo en la Edad Media, resulta de la expresión hijo de algo. Para Menéndez Pidal tiene el sentido de hijo de valía, hijo de pro, osease, hombre que tiene un valer heredado, Américo Castro, por su parte, vincula el de algo más bien con riqueza, bondades. En todo caso, la expresión fijodalgo: "se usó a veces durante la edad Media en sentido amplio, aludiéndose con ella a todo noble por linaje, pero comprendiendo en esa denominación, no sólo a los nobles de segunda categoría o infanzones, sino a los miembros de la clase nobiliaria superior o burocrática, como los magnates o ricos-hombres, sin embargo, el uso más corriente fue el de designar con el nombre de fijosdalgo a los nobles de categoría secundaria o infanzones." (56)
La fama es un componente fundamental de la ideología individualista de la época, cuando los héroes, el victorioso caballero andante o el enriquecido mercader, eran los personajes públicos por antonomasia a ser emulados. Cualquiera que se prendase de sí mismo y de sus heroicas acciones, dignas de la posteridad, hubiese podido bien acoger el célebre epitafio del poeta español Gómez Manrique: "Aquí muerto yace el hombre que vivo queda su nombre."
La conquista espiritual: el conquistador español apeló permanentemente al carácter católico y evangelizador de la Empresa de Indias; el cronista Bernal Díaz del Castillo lo confirma en respuesta a Hernán Cortés: ".y los que habíamos sido en el concierto le respondimos que no era bien traernos engañados; que en Cuba pregonó que venía a poblar e que viene a rescatar, y que le requeríamos de parte de Dios Nuestro Señor y de su majestad que luego poblase, y no hiciese otra cosa, porque era muy gran bien y servicio de Dios y su majestad."
La aventura estuvo por supuesto indisolublemente asociada con el descubrimiento, la conquista y la colonización de América. De ninguna otra forma se podría denominar el móvil que llevó a ese conjunto de hombres a perseverar en su intento de conocer en profundidad la nueva y disímil realidad geográfica y cultural que el Nuevo Mundo ofrecía. Tan sólo en lo geográfico, imaginemos la nueva dimensión: "hombres que nunca habían visto un río más grande que el Guadalquivir desembocaron en el Amazonas, en el Plata, en el Orinoco, en el Magdalena, Hombres que nunca habían visto una montaña más alta que los Pirineos se encontraron con el Aconcagua, con la cordillera blanca del Perú, con las murallas de nieves más gigantescas que el mundo conoce fuera de Asia. Las llanuras, las selvas inmensas, e inagotables, el espacio geográfico, en una dimensión que ellos no conocían, y la presencia de una naturaleza activa y agresiva que tampoco existía para ellos." (57)
La fortuna que para los españoles suponía, por un lado, la posesión de tierras y brazos para trabajarlas, y por el otro, fruto de la visión mercantilista predominante, la posesión de metales preciosos, y en especial, oro. Otra vez Bernal Díaz del Castillo realiza la crónica de esa incesante y obsesiva búsqueda de fortuna, de oro, por parte de los conquistadores de América: "porque me dicen muchos curiosos lectores que ¿qué es la causa de los verdaderos conquistadores que ganamos la Nueva España y la grande y fuerte ciudad de México, porqué no nos quedamos en ella a poblar y no nos veníamos a otras provincias? Tienen razón de lo preguntar; quiero decir la causa por qué, y es esto que diré. En los libros de renta de Montezuma mirábamos de qué partes le traían el oro, y donde había minas y cacao y ropa de mantas; y de aquellas partes que veíamos en los libros que traían los tributos de oro para el gran Montezuma, queríamos ir allá."
El incontenible afán de encontrar el oro del Dorado, en medio de la perspectiva mercantilista de la época, fue suficiente motivación, detonador de incursiones y expediciones en épocas y localidades distintas por parte de aventureros españoles, alemanes y hasta por el propio Walter Raleigh, quien consignó el testimonio de su incesante búsqueda en tierras guayanesas, en su conocida y difundida obra Discovery.
Mucha razón tiene el doradista Ramos Pérez, quien después de años de investigación concluye lo siguiente acerca del Dorado y su trascendental relevancia: " el mito, según las conclusiones a las que llegamos, más que estar en un lugar concreto, vive latente, hasta que brota en la mente de los que le adivinan, como resultado de una suma de elementos: primero, de una teoría – que de momento nada tiene que ver con él – sobre el ámbito que suponían más propicio para la existencia de veneros auríferos, en la que participan por congio , sucesivos conquistadores, después, por las sugestiones localizadas y concretas que originan una exaltación imaginativa y, por último, con la superposición interpretativa determinada por unas nociones subyacentes que se transportan a la realidad, al reconocerse en ella una serie de indicios confirmantes." (58)
2. El nuevo Dorado: el petróleo en la economía y la sociedad venezolana
Sería redundante y alejado de nuestro propósito realizar un exhaustivo análisis de la influencia y repercusiones que el petróleo ha tenido sobre la vida nacional, en general, y el rentismo petrolero sobre la economía venezolana, en particular. Son muchos las reflexiones que venezolanos ilustres de diferentes formaciones profesionales y militancias políticas, han realizado sobre el tema para confirmar que: " En Venezuela.la división internacional del trabajo y el atraso del país a comienzos de siglo dieron lugar a un proceso de desarrollo bajo condiciones atípicas, con una renta de la tierra de monto creciente, como fuerza motriz primordial. De allí la clasificación del capitalismo venezolano como un capitalismo rentístico.Este capitalismo peculiar constituye el tema central del pensamiento económico venezolano." (59)
Arturo Uslar Pietri, en su celebrado artículo Sembrar el petróleo publicado el 14 de julio de 1936 en el diario Ahora, fue el primero en subrayar de manera enfática el carácter deformante de dicho recurso sobre la economía venezolana: " El petróleo no es una cosecha ni una renta, sino el consumo continuo de un capital depositado por la naturaleza en el subsuelo."
En este acápite lo que más interesa destacar son los efectos que nuestro nuevo Dorado – el petróleo – ha tenido sobre la participación cada día más creciente del Estado en la vida económica, el capitalismo de Estado venezolano.
A. Efectos económicos
Entre las consecuencias nocivas de la influencia del petróleo en la economía nacional, podemos subrayar las siguientes:
Sector público y privado dependiente de la exportación petrolera y, en especial, del ingreso fiscal petrolero.
Sector privado excesivamente dependiente de las decisiones de política pública, como es el caso en materia de gasto corriente, inversión, protección económica, subvenciones, precios, financiamiento, política laboral, monetaria o cambiaria.
Control ineficiente de la inflación generada por el exceso de circulante ocioso sin destino productivo.
Débil competencia entre empresarios, reforzada por el carácter familiar de los grupos empresariales.
Búsqueda de alta rentabilidad a corto plazo como respuesta a los ciclos de precios el petróleo y a las cambiantes políticas petroleras de los gobiernos de turno.
Baja competitividad internacional de las empresas venezolanas.
Empresas públicas de baja rentabilidad, debido a políticas de subvenciones sociales o económicas, a las altas reivindicaciones sindicales, a la partidización y el clientelismo político, así como a la falta de productividad y competitividad.
Concentración del ingreso en manos de un reducido sector de la población.
Sin embargo, coincidimos totalmente con Uslar Pietri cuando, en su oportunidad, advertía que el más pernicioso efecto sería el que citamos: " una parte de esa gran riqueza.se ha invertido en crear un Capitalismo de Estado.Ese Capitalismo de Estado tiene consecuencias graves. Si sigue creciendo ilimitadamente, Venezuela va a llegar a ser un país, no ya de dependientes del petróleo, sino de dependientes del Estado, y ese capitalismo monstruoso del Estado, llegará fatalmente a convertirse.en una terrible máquina de tiranizar." (60)
B. Efectos socio-políticos
En lo concerniente a los efectos negativos de la dependencia del rentismo petrolero sobre la vida social y política nacional, podemos destacar las siguientes:
Necesidad de un gasto público creciente, como producto del reforzamiento del Estado como exclusivo mecanismo distribuidor de una renta petrolera insuficiente ante nuevas y extendidas demandas sociales.
Corrupción administrativa generalizada y establecida como práctica común en la forma de hacer negocios con el Estado.
Creencia arraigada de vivir en un país rico. Ya Rómulo Betancourt lo había constatado: "mentalidad minera de nuevos ricos manirrotos, comenzaron a adquirir los sectores privilegiados de la población. El ininterrumpido fluir de dólares estimuló las importaciones, se hipertrofió el comercio y se configuró, para años, esa fisonomía de nación principalmente consumidora de mercancías extranjeras." (61)
Distribución desigual del ingreso nacional, aumento desmedido de la pobreza crítica y de la economía informal. Una vez más con Uslar Pietri: "una población emocional y socialmente desajustada, de conuqueros, trabajadores manuales no clasificados, de millares de niños y adolescentes abandonados, se mueve o tiende hacia las ciudades y las regiones donde brilla el azariento atractivo de la riqueza petrolera, como si quisieran pasar, por una operación de magia colectiva, en las aldeas y pueblones que no han salido todavía de lo más dormido de nuestra época colonial, a la abundancia, al dinero y al lujo de las pródigas ciudades donde se concentra la riqueza nueva." (62)
En fin, como bien lo señalan Baptista y Mommer: "Es así como la experiencia vivida revela una abierta desproporción entre los medios empleados – la renta percibida y gastada – y el desarrollo real de la economía nacional. Esta desproporción es la que se siente como un fracaso." (63)
3. Concepto de patrimonio real: diferencia entre Corona y Rey
Desde la antigüedad, se denomina patrimonio real al conjunto de bienes que constituyen el patrimonio del rey en cuanto regente y que se distinguen de los bienes de la Hacienda del Estado, y, por supuesto, de los particulares del monarca o majestad. En efecto, ya a partir del principado de Augusto, se diferenció en el Imperio Romano entre el tesoro público formado por el Erario (Aerarium Saturni) y el fisco imperial (Fiscus Caesaris) y el patrimonio particular del emperador. Sin embargo, en la práctica, después de la desaparición del Emperador Augusto, este patrimonio privado fue usurpado por sus sucesores y se fue transmitiendo de unos a otros como un patrimonio del Emperador en cuanto tal, el llamado Patrimonium Principis, distinto de los bienes privados (res privata) de cada emperador o gobernante. El patrimonio imperial o real, según el caso, estaba constituido fundamentalmente por grandes dominios territoriales. (64)
En un excelente ensayo de Manuel García – Pelayo acerca la Corona como símbolo y concepto político, el politólogo nos ayuda entender mejor esta distinción entre Corona y Rey, y, en consecuencia entre el patrimonio de uno y otro. Sintetiza nuestro autor sus reflexiones acerca de la Corona de la siguiente forma: ".la Corona se manifiesta como un centro jurídico ideal de integración:
a. De bienes, de derechos y de poderes de índole heterogénea, pero que en todo caso, comprende los iura y las potestades referentes a la utilidad pública.
b. De un territorio no solo concebido como simple objeto de poder político (por ejemplo: tal feudo o tal tierra perteneciente a la Corona), sino como algo de lo que la Corona misma es su configuración política y que, por tanto está indisolublemente articulado a esta, de lo que son denominaciones como Corona Anglaie, Corona Bohemiae, etc.
c. De la dignidad, oficio o cargo real que es ejercido por el monarca, según el orden de sucesión del trono y que, por tanto, y como vinculado trasciende a la persona física del Rey.
d. De ciertos cargos del Gobierno central.
e. De los estamentos que se consideran vinculados al rey por razón de la Corona y que entienden que atañendo la Corona a todos no puede modificarse su status sin el asentimiento de todos
f. Del conjunto de lealtades que derivan de estas vinculaciones." (65)
A los fines de nuestro análisis, vale la pena citar de nuevo a García Pelayo en lo concerniente a la ampliación de sus conclusiones en relación con el tema más específico de la diferenciación entre Rey Y Corona: "Rey y Corona.se desprende que la Corona es concebida como una entidad jurídico pública distinta de la persona física del rey." (66)
Establecida esta muy importante diferencia entre Corona y Rey, examinemos cuál fue su repercusión sobre la titularidad jurídica de las Indias al momento de su descubrimiento por el Almirante Cristóbal Colón.
4. Las Indias: patrimonio de los Reyes Católicos
Desde el momento mismo del descubrimiento de las Indias, de la futura América, se planteó una preocupación fundamental en relación con la fundamentación jurídica, el justo titulo, que sustentase el dominio por parte de España y de los Reyes Católicos de la conquista y posterior colonización de los nuevos territorios de ultramar. (67)
En este sentido, los historiadores de la España colonial reconocen que: ".el problema de los títulos que justificarán la dominación española en Indias, confundido parcialmente con el de la condición de los indígenas y la licitud de las encomiendas, devino el tema central de aquellas Juntas consultivas para las Indias celebradas bajo la inspiración soberana a lo largo de la primera mitad del siglo XVI, aparte de la elaboración doctrinal que numerosos autores, teólogos y juristas formularon con carácter privado, o con cierta relación con los aludidos debates." (68)
En un primer momento, se consideró suficiente recurrir al titulo romanista del propio descubrimiento, basado en un texto de las Siete Partidas de Alfonso X, el Sabio, que permitía sujetar las tierras descubiertas al señorío de Castilla; además las tierras descubiertas por Colón se encontraban fuera de la zona reservada a Portugal de acuerdo con el Tratado de Alcazovas.
Sin embargo, en virtud de que muchos de los territorios descubiertos estaban poblados, en la corte se arguyó que este titulo romanista no era suficiente, ni totalmente aplicable al caso de las recién descubiertas Indias. Estas argumentaciones, unidas a la rivalidad marítima entre España y Portugal, y una posible amenaza de guerra entre ambas naciones por los nuevos territorios del Poniente Atlántico, obligaron a los Reyes Católicos a recurrir a la autoridad temporal del Papa, bajo el concepto medieval del dominus orbis, a fin de que éste les permitiera disponer a su albedrío de los territorios en manos de infieles, idólatras y paganos, y transferirlos, en plena soberanía, a un dignatario cristiano para evangelizarlas.
Teniendo en cuenta estos criterios, el 3 de mayo de 1493, el papa Alejandro Borgia, Alejandro VI, promulgó la bula Inter Cetera – que junto con otras cuatro bulas del mismo pasaron a ser conocidas como las Bulas Alejandrinas – en la que otorgaba a los reyes de Castilla y a sus sucesores el señorío sobre las tierras e islas descubiertas, es decir, que la titularidad sobre las Indias recayó sobre los reyes como personas y no sobre sus coronas.
Esta titularidad de los Reyes Católicos sobre las Indias, hace que la reina Isabel la Católica, en su testamento fechado en 1507, declaré: "el reino de Granada y las tierras y las islas y tierra firme del mar Océano, descubiertas o por descubrir, ganadas o por ganar, han de quedar incorporadas a sus reinos de Castilla y León; pero manda que se pague a su marido Fernando la mitad de lo que rentaren. Era, ni más ni menos, un legado voluntario, y se refería no a la mitad de las tierras, sino a la mitad de sus rentas, y no de todas las islas y tierras de Indias, sino de las que en ese momento de hacerse el legado estuviesen descubiertas y ganadas. Sin embargo, Don Fernando, en más de una ocasión, habló como de cosa suya la mitad de las Indias." (69)
Sin embargo, la línea que fija la bula papal es poco precisa: a 100 leguas de las Azores y de Cabo Verde, a Occidente de ella, lo que se descubriese para España, a Oriente para Portugal. El rey de Portugal Juan II no acepta este arbitraje geográfico de su Santidad y envía a sus embajadores reclamando un nuevo acuerdo. Como resultado de la negociación se suscribe el Tratado de Tordesillas de junio de 1494, según el cual se fija el nuevo límite a 370 leguas de Cabo Verde y se acuerda que también pertenecerá a España todo lo ya descubierto a 250 leguas de dicha demarcación. Los efectos de este pacto han sido objeto de consideraciones disímiles, de opiniones a favor y en contra, sin embargo, como bien lo señala Juan Pérez de Tudela y Bueso: ".la concordia de Tordesillas fue cardinal en sus efectos. Para comprenderlos mejor en su totalidad bastaría con suprimir imaginativamente aquel acuerdo: ni Castilla ni Portugal hubieran podido sin él dar continuidad coherente a sus respectivas empresas ultramarinas, embargadas por una rivalidad vieja que ahora se hubiese agigantado. El monopolio sobre un marco geográfico era una condición de lógica instrumental para la colonización moderna (como ya lo había sido en la antigua), y el convenio de 1494 se apresuró a comprenderlo." (70)
De esta forma, a pesar de la alteración del ámbito geográfico de actuación de uno y otro imperio allende los mares, en el Poniente Atlántico, permaneció sin cambios, inalterable, la titularidad de la propiedad de América española en cabeza de los Reyes Católicos y sus sucesores. Eduardo Casanova lo ilustra muy bien, cuando, en su novela En los Tiempos de Bolívar, asevera para justificar y entender mejor la Guerra de Independencia de América del Imperio Español: "no hay rey en España, y se trata de que el vínculo de América no es con el Estado, sino con la persona del Rey, de manera que se ha roto y ha surgido el derecho de gobernarse por sí solos para los americanos." (71) (las negritas son nuestras)
Venezuela: patrimonio de Hugo Chávez
Hemos señalado que el neopatrimonialismo implica la concentración de los recursos públicos, en este caso, los ingresos fiscales, en una elite que termina transformando el Estado en propiedad privada, en patrimonio personal – en nuestra realidad en patrimonio presidencial- de quien ejerce el poder ejecutivo o detenta el control de las decisiones del partido mayoritario gobernante.
La ya citada investigadora María Gloria Trocello, en referencia al neopatrimonialismo sostiene lo siguiente: "Según Weber, la dominación tradicional es la que sostiene a estos regímenes y se caracteriza porque la dominación tradicional se sostiene en la tradición, dándole al ungido amplios poderes arbitrarios. Si nos enfocamos en los patrimonialismos modernos, y procuramos adaptar los conceptos weberianos podemos concluir: la legitimidad que se obtiene por el voto popular produce.una valoración mítica que adquiere la funcionalidad de la santidad de las ordenaciones en los modos de legitimación tradicional.En la legitimación se requiere de un señor que no es un superior sino un señor personal.La estructura patricial de dominación es patrimonial cuando aparece un cuadro administrativo personal del señor y los compañeros se transforman en súbditos…De acuerdo con esta caracterización weberiana, podríamos decir que los patrimonialismos modernos centrarán sus prácticas en dos instituciones: el clientelismo y el prebendalismo. El primero tendrá entre sus prácticas directas la entrega de bienes a las clases más pobres y el segundo como un sistema de favores con los leales al régimen, generalmente en otras clases sociales. (72) (las negritas son nuestras)
Examinemos a continuación algunas de las prácticas y modalidades de actuación que caracterizan al gobierno del Presidente Hugo Chávez como neopatrimonialista.
A. El país como ventaja comparativa
Aunque el término ventaja comparativa es de uso común en la Economía Política e Internacional, en la actualidad, y en especial desde la perspectiva gerencial, es utilizado para referirse exclusivamente al valor de las riquezas naturales, a los atributos físicos de los que está dotado un país. Se diferencia así la ventaja competitiva de la comparativa, la primera se relaciona con la inteligencia de la gente, con su conocimiento, con su talento, con su capacidad para crear riqueza y prosperidad, a pesar, incluso, de la no tenencia de recursos naturales, la segunda, por el contrario, enfatiza el valor de los recursos naturales, del clima y la vegetación, de los metales preciosos, del petróleo. En fin, un eslogan francés, no exento de suficiencia y arrogancia ilustró a cabalidad esta diferencia durante el embargo perolero impuesto por los países árabes en la década de los setenta: En Francia no tenemos petróleo, pero tenemos ideas.
A objeto de ilustrar el énfasis que el Presidente Chávez le otorga a las ventajas comparativas venezolanas, citemos su descripción estratégica de Venezuela, que por supuesto no excluye la gloria libertadora de Bolívar, ni el carácter heroico de nuestro pueblo: " un país con una fachada Caribeña, dos mil doscientos kilómetros tiene Venezuela de costas en el Caribe. Decenas de Islas algunas más grandes que algunos otros países del Caribe. Una fachada caribeña, una fachada atlántica que nos da salida por el Orinoco, a ese inmenso Océano Atlántico y una fachada Andina que nos une. Venezuela es como un engranaje, un engranaje geopolítico entre el Caribe, la Amazonía y los Alpes, una excepcional ventaja geopolítica. Pero no solo es un país con más de medio millón de kilómetros cuadrados de mar territorial y zona económica exclusiva. En la fachada caribeña Venezuela limita por el Norte no como nos enseñaron a nosotros cuando éramos niños, «Venezuela limita por el norte con el Mar Caribe», no. Venezuela limita por el norte con República Dominicana, Venezuela limita por el norte con Estados Unidos. Ahí está el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Venezuela, limita por el Norte con los Países Bajos, el Reino de los Países Bajos, Venezuela limita por el Caribe con Francia, los llamados Territorios de Ultramar, lo cual nos da una configuración geopolítica sumamente interesante. Además de todos estos países, Venezuela pertenece a esa gran cuenca del Amazonas, siete millones de kilómetros cuadrados —me refiero a toda la Cuenca— con la que nos interconectamos no solo con la selva, sino con los grandes ríos. El Orinoco se une con el Amazonas, por ejemplo, en una gigantesca arteria vial, es como la arteria del Continente Suramericano, una de las riquezas, creo que las riquezas que tiene, el más grande que tiene el planeta, en cuanto a recursos de vías, biodiversidad y reservas para la vida humana. Venezuela, además, cuenta con la más grande reserva de petróleo del mundo, cuando incluimos las gigantescas e incalculables reservas que fueron descubiertas hace pocas décadas, de lo que se llama la Faja Bituminosa del Orinoco, todas las riberas nortes del Orinoco tienen una gigantesca e incalculable reserva de petróleo, solo que superpesado. Eso nos coloca en el primer lugar en el mundo en depósitos naturales de petróleo. Y además ya tenemos la tecnología, ya estamos convirtiendo petróleo superpesado que es como piedra, un proceso tecnológico, en petróleo liviano. De seis, siete grados API, lo llevamos allá mismo en nuestro territorio a veintiocho grados API, petróleo liviano. Venezuela, con millones de kilómetros cuadrados de hectáreas de tierras fértiles, de grandes sabanas para la cría, la siembra. Venezuela, con recursos de agua dulce gigantescos, somos el séptimo país en recursos de agua dulce en el mundo, grandes ríos, grandes lagos, además del mar. Venezuela con bellezas turísticas como el salto de agua más alto del mundo y Canaima, que es en verdad un paraíso. Venezuela, con grandes riquezas minerales de bauxitas, de hierro, montañas de hierro a flor de piel, minerales preciosos, oro, diamantes." (Visión Estratégica de Venezuela, Madrid, 16 de abril de 2002)
Es evidente que no sería objetivo decir que la visión estratégica del Presidente Chávez se limite a exaltar únicamente nuestros recursos naturales, nuestras ventajas comparativas, pero tampoco se puede negar que es una percepción presidencial de reiterado corte mercantilista, rentista y doradista. En esta perspectiva, Venezuela sigue siendo, en el imaginario presidencial, yacimiento petrolero, plataforma de gas, minas de oro y de diamantes, costas idílicas, selva lujuriosa, imponentes montañas, animales sin nombre conocido e inmensos mares de agua dulce.
En el mismo momento de su toma de posesión, el 2 de febrero de 1999, así lo subrayaba: "¡Tanta riqueza¡, se preguntarán ustedes; la reserva de petróleo más grande del mundo, la quinta reserva más grande del mundo en gas, oro, un inmenso Mar Caribe rico y hermoso que nos une con tantos hermanos de ese mare nostrum, ríos inmensos, caudalosos, hay pueblos que han tenido que hacer ríos debajo del desierto, han tenido que construir ríos debajo de la arena para llevarle agua a sus pueblos, nosotros somos uno de los países con mayor reserva de agua dulce del mundo entero, millones de hectáreas de tierra fértil, inmenso territorio propicio para el turismo, un pueblo joven, alegre, dicharachero, caribeño y pare ahí de contar."
De allí el desmedido interés, el innecesario protagonismo del Presidente de la República en el otorgamiento de una concesión de gas, en la firma de un convenio para la explotación de la orimulsión, en la suscripción de un contrato con una empresa multinacional minera, en fin, en todo aquel acto administrativo que suponga la explotación de las ventajas comparativas nacionales.
B. El agrarismo bolivariano
Un corolario de esta visión de explotación prioritaria del sector primario de la economía, muy propio además del pensamiento utópico, lo constituye el agrarismo sustentado por el presidente Chávez y la revolución bolivariana. En este sentido, Chávez enfatiza: "Que no se queden los campos abandonados, sería muy doloroso ver tanta tierra fértil y los campesinos a un lado sin trabajo, sin tierra, sin crédito, eso es muy doloroso porque ellos viven de eso y el país necesita la producción para elevar su nivel de independencia y de soberanía. No podemos seguir importando casi todo lo que nos comemos, tenemos que producir aquí. La agricultura tiene rango constitucional de primer orden y lo tendrá, tiene rango estratégico incluso de seguridad del país y así lo vamos hacer y las Fuerzas Armadas también están incorporándose a esto. Hemos activado ya varias granjas cívico militares para integrarnos con todos esos recursos a este proyecto que es estratégico, granjas integrales. (Alocución presidencial a los 100 días de gobierno)
Como bien lo subraya Joaquín Marta Sosa, refiriéndose a la ya citada frase de Uslar Pietri – sembrar el petróleo -, en palabras también aplicables al agrarismo bolivariano: "Sembrar no es una apuesta industrial, moderna, urbana, es una metáfora agro-rural. Es decir, la Venezuela pos-petrolera debe ser una Venezuela pre-petrolera, y regresar a la economía productiva, es decir, a la del campo, como si el petróleo fuese un túnel en el tiempo en cuya oscuridad debe desaparecer para hacer posible el mito del eterno retorno, en este caso el de la recurrencia mítica de lo agrario. De esta manera "sembrar el petróleo" es volver al mito del "buen salvaje" por otra vía: el petróleo nos ha deformado al punto de convertirnos en el mal salvaje, su "siembra" nos devolverá a la perdida y edénica condición de "buenos salvajes". Y en contra de ese mito identitario convertido en mito motor, según el cual somos un país petrolero, afirmación de la que Uslar descree, llega a escribir cosas tan terribles y definitivas como esta: "necesitamos librarnos como quien se libera de un peligro de muerte de la dependencia petrolera." (Conferencia Queremos tanto al mito dictada el 17 de marzo de 2004).
Además de la vuelta a la tierra, de la exaltación arcádica de lo rural, los utopistas clásicos también propugnaban la necesidad de graneros, de despensas populares. En coherencia con la visión utópica bolivariana se crean los mercados populares, los llamados Mercal, cuya misión y mecanismos de acción son los siguientes: efectuar el mercadeo y comercialización, permanente, al mayor y detal de productos alimenticios y otros productos de primera necesidad, manteniendo la calidad, bajos precios y fácil acceso, para mantener abastecida a la población venezolana y muy especialmente la de escasos recursos económicos, incorporando al grupo familiar, a las pequeñas empresas y a las cooperativas organizadas, mediante puntos de comercio fijos y móviles; desarrollando una imagen corporativa en todos sus procesos y con apego a las normas que rigen la materia; para garantizar la seguridad alimentaria. En ejercicio de su objeto, la empresa podrá comprar, vender y permutar dichos productos, instalar mercados permanentes, puntos de venta fijos, módulos de mercados ambulantes, así como desarrollar megamercados o mercados populares en cualquier parte del territorio nacional.
En su programa Aló Presidente del 2 de Mayo de 2004, Chávez vuelve a enfatizar el carácter agrarista de su gobierno, así como la importancia que le otorga a graneros, despensas y centros de acopio comunitarios: "Venezuela tiene que volver a ser un país agro – productor, un país que produzca buena parte de lo que nosotros nos consumimos, alimentos para la vida, alimentos para la soberanía, alimentos para la fortaleza mental, para la fortaleza física, para la fortaleza individual y sobre todo la colectiva. La agricultura, eje estratégico para la vida nacional, pero no sólo de la agricultura, de la producción, sino se trata de la cadena agroalimentaria. Desde allí, desde los campos del Guárico dicen que está muy buena la producción de arroz.Todo el arroz que estamos consumiendo es arroz nacional, y en esa dirección tenemos que seguir avanzando. El arroz, el maíz, el ganado vacuno como la carne de pollo, la carne de pescado, los alimentos básicos para la dieta alimentaria.que sea asequible, que llegue a todos.Eso es parte del compromiso de este gobierno con Venezuela y estamos aquí en ese camino.Así que estas instalaciones. las estamos recuperando, así como hemos estado recuperando en todo el país: silos, depósitos, galpones, terrenos, etc."
No en vano, con el fin de alimentar su utopía bolivariana, el Presidente Chávez acentúa, en sus alocuciones y entrevistas, sus orígenes campesinos, evocando el paraíso rural perdido, su Arcadia barinesa.
C. Nuevas modalidades para la asignación de los recursos públicos
Al momento de conceptuar el neopatrimonialismo, es decir, la patrimonialización del Estado, destacamos que entre sus características constitutivas y diferenciadoras teníamos dos de sus mecanismos fundamentales de actuación: el clientelismo y el prebendalismo, enfatizando que el primero, el clientelismo, tiene como práctica privilegiada de acción la entrega de bienes y la prestación de servicios, sin costos o a menores costos, a las clases más pobres de la sociedad; el segundo, el prebendalismo, implica el otorgamiento de favores, de concesiones graciosas, de prebendas, a aquellas personas leales al régimen, generalmente pertenecientes a clases sociales altas y medias, profesionales, empresariales y militares. En esta oportunidad, analizaremos las nuevas modalidades de actuación instituidas por el Presidente Chávez para enfatizar el carácter neopatrimonialista de su gobierno.
a. El Aló Presidente
Instaurado como un eficaz y novedoso mecanismo audiovisual de comunicación directa del primer mandatario con el soberano, con sus gobernados acerca de sus programas de gobierno y sus realizaciones, el programa televisado Aló Presidente prontamente se transformó en un mecanismo de Chávez para llevar a cabo tareas y actividades insólitas y fuera de lugar tales como:
Despedir públicamente a funcionarios del Estado y de sus empresas.
Agredir – hasta el insulto, la burla y la descalificación personal – a cualquier crítico u oponente, nacional o extranjero, de su gestión gubernamental.
Incitar a sus seguidores a ejercer acciones violentas de retaliación y hostigamiento a los opositores a su régimen.
Designar a los nuevos integrantes de su cambiante tren ministerial o de sus colaboradores más cercanos.
Anunciar inéditos programas gubernamentales no previstos en los planes operativos aprobados para su ejecución por los organismos de la Administración Pública.
Y, lo que es más grave, realizar la asignación directa de fondos a cualquier actividad de su ocurrencia, transferir o asignar partidas presupuestarias de un organismo a otro o a alguna nueva Misión gubernamental.
A través de esta inaudita y personalizada manera de gestionar el Estado y sus ingresos fiscales, los venezolanos asistimos, cada domingo, a un largo talk show presidencial que sustituye sin más a otras instancias y niveles de decisión pública, muy especialmente en lo que se refiere a la asignación y distribución de los recursos de la Hacienda Pública Nacional, del Tesoro Nacional, de PDVSA, de la CVG o cualquier otro ente del Estado que el Presidente Chávez maneja, gestiona, manipula, según su mejor criterio y personal prioridad.
El mismo Presidente en esos episódicos actos de contrición personal que realiza en momentos de su interés político, ha reconocido, y por supuesto justificado, los excesos y las distorsiones que él mismo introduce en las reglas del quehacer público y del manejo fiscal. En efecto, en entrevista realizada a por la periodista chilena Marta Harnecker, Un hombre, Un pueblo, Chávez expresa lo siguiente, acerca de su programa Aló Presidente: "Bien, tengo que decirte que la situación política del país afecta el programa; la coyuntura hace a veces que cambie lo planificado, he cometido errores o hago comentarios que no estaban previstos. Una de las críticas que he oído es que tú has anunciado el despido de gente que se entera de ello a través del programa. Ese es uno de los errores más graves que yo he cometido, además con un pito. (Ríe)"
En fin, con pito o sin él, con sinceros u oportunistas arrepentimientos, al momento de redactar estas reflexiones nos acercamos al Aló Presidente No 200, el Presidente Chávez continúa utilizando su espacio comunicativo dominical para profundizar la patrimonialización personal del Estado venezolano.
b. Los Programas Sociales y las Misiones Presidenciales
Donde mejor y con mayor claridad se evidencia el carácter clientelar del neopatrimonialismo del gobierno de Hugo Chávez es en los innumerables, diversos y apresurados programas y misiones de corte social y populista que ha emprendido a lo largo de su gobierno.
En lo que se refiere a los Programas Sociales, creados al inicio del gobierno de Chávez como producto de una improvisación solidaria entre los militares, el gobierno y algunos sectores populares – aunque improvisados al fin -, puestos en marcha y abandonados los más, bajo el nombre de Plan Bolívar 2000, tenemos una larga lista de iniciativas llevadas a cabo por cada componente de La Fuerza Armada, que incluye, entre otros, los siguientes:
Rutas Sociales.
Pescar 2000.
Plan Casiquiare 2000.
Barranco Yopal y Carabalí.
El Plan Avispa.
Carretera a más bajo costo.
Voluntariado Médico. (73)
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