En lo que se refiere a las denominadas Misiones Presidenciales, de acuerdo con la escasa información oficial disponible, tenemos las siguientes, cuyos objetivos, de acuerdo con la página web de los Círculos Bolivarianos son:
La Misión Robinson es la operación cívico militar más importante de la historia republicana de nuestro país, la cual tiene como finalidad formar corazones para la libertad, enseñando a leer y a escribir a más de un millón de venezolanos distribuidos por todo el territorio nacional. Pueblo y Fuerza Armada forman el Ejército de la Luz, llevando un mensaje de amor y patria que no podrá ser borrado jamás. Todo el poder del conocimiento llega a las comunidades más remotas gracias a la dedicación de los hijos de Bolívar. Alcanzar la independencia cultural de nuestro pueblo, enseñando a leer y escribir a un millón de venezolanos, a través de la operación cívico militar más grandioso de la historia republicana, cumpliendo así con el sueño de Robinson y de Bolívar, consolidar la libertad y la integración de América Latina.
La Misión Vuelvan Caras es la participación del pueblo venezolano junto al gobierno revolucionario, en la transformación social y económica del país, mediante laeducación y el trabajo, hasta lograr una calidad de vida digna para todos.
La Misión Ribas es un Programa Educativo que el Gobierno Bolivariano del Presidente Hugo Chávez Frías está desarrollando con la finalidad de incluir a todas aquellas personas que no han podido culminar su bachillerato. Esta Misión beneficiará a todos los ciudadanos sin importar su edad, que quieran terminar sus estudios secundarios luego de haber cursado la primaria.
La Misión Barrio Adentro es una iniciativa del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en respuesta a las necesidades sociales más urgentes de la nación. Promueve el desarrollo de la salud, educación, cultura y deporte en las comunidades más necesitadas del país. Es un Programa Social para el pueblo; donde participan las comunidades para lograr mejores condiciones de vida. Integra a países hermanos en el cual profesionales de la medicina oriundos de Cuba conjuntamente con médicos venezolanos brindan asistencia médica a los ciudadanos
La Misión Sucre: Facilitar la incorporación y prosecución de estudios en la educación superior de todos los bachilleres y bachilleras que, a pesar de sus legítimas aspiraciones y plenos derechos, no han sido admitidos o admitidas en ninguna institución de educación superior oficial, e incrementar el nivel educativo de la población venezolana. También tiene como objetivo, promover la reflexión, discusión, concepción e implantación de un nuevo modelo educativo universitario, con base en los imperativos de la democracia participativa y protagónica, el diálogo con los actores involucrados teniendo como referencia fundamental el proceso histórico, social, político y económico que vivimos
A las descritas misiones, se añade la también llamada en ocasiones Misión Mercal, a la que nos referimos con anterioridad. Los beneficiarios de estos programas sociales, ahora misiones, reciben una simbólica prestación monetaria – una beca de escaso poder adquisitivo – durante su participación en cualquiera de las mencionadas misiones.
Estos programas y misiones presidenciales responden a la voluntad de Chávez para poner de lado el marco institucional heredado de la IV República, promoviendo su debilitamiento y suplantación por otro que le permita reforzar su propuesta neopatrimonialista, mediante la profundización del clientelismo. En efecto, el propio Presidente afirma que: "para que ese proceso se convierta en un proyecto viable, en un proyecto concreto, en un proyecto verdaderamente revolucionario, necesario es aplicar una serie de estrategias, de tácticas y de transformación integral" (Discurso pronunciado el 29 de abril de 1999). Y en la ya citada entrevista a Harnecker confirma: "aquí hay una Revolución. Ha habido un cambio en la estructura jurídico-política. Que esa estructura sea imperfecta, que está viciada, que está amenazada, que es muy incipiente, todo eso es verdad, pero existe una nueva estructura naciente que hay que cuidar, potenciar, fortalecer."
Para cuidar y fortalecer las estructuras y políticas clientelistas, y así apuntalar el neopatrimonialismo de Chávez, el presupuesto asignado directamente a la Presidencia de la República, en los últimos cinco años, ha experimentado un crecimiento real del 1.237 %. Con el apoyo del análisis realizado por el periodista Andrés Rojas Jiménez en El Nacional del 12 de mayo de 2004, podemos entender mejor este desmedido crecimiento del presupuesto disponible para su ejecución por el Presidente Chávez: "El rally que tiene el presupuesto de la Presidencia de la República es indetenible, incluso cuando la comparación se hace en dólares con el fin de evitar las distorsiones que ocasiona la devaluación del bolívar en los cálculos. En 1998 – durante el último gobierno del presidente Rafael Caldera – los gastos de funcionamiento de la oficina del primer mandatario se fijaron en 2,3 millardos de bolívares, que para la época podían compra 4,5 millones de dólares mientras que los 115,7 millardos de bolívares equivalen a 60,2 millones de dólares al tipo de cambio oficial de 1.920 bolívares por dólar."
En lo que se refiere a la eficiencia e impacto de las Misiones para dar respuesta a la situación que cada una de ellas busca resolver, aún es muy temprano para tener una visión integral de su pertinencia e impacto. Sin embargo, en relación con la más antigua – la Misión Robinson – ya comienzan a escucharse opiniones de expertos, como la de la investigadora del CENDES, Mabel Mundó, quien, en análisis recogido en El Nacional del 3 de junio de 2004, expresa las siguientes inquietudes acerca de estos aspectos de la misma:
Disparidad de la información en cuanto al número de analfabetas en el país, el Censo Nacional de 2001 identifica 1,08 millones y el gobierno 1,5 millones.
Participación de menores en la Misión que, en su criterio, deben estar en una institución escolar debido a la importancia de la escuela primaria en el proceso de aprendizaje en socialización.
Responsabilidades difusas y compartidas entre diferentes organismos públicos que poco o nada tienen que ver con el asunto educativo, tales como el Instituto Nacional de Tierras, PDVSA, la Fuerza Armada, Corpozulia o CADAFE:
Intereses distintos a los propiamente educativos por parte de los beneficiarios de la Robinson. En este sentido, Mabel Mundó constata que: " apenas una mínima parte de los egresados de las misiones no piden continuar sus estudios, sino que les den algo a cambio: vivienda, salud, empleo o simplemente que los ayuden."
Objetivos diferentes a los de alfabetización, ya que en la misión " se ve un claro objetivo de vuelta al campo", ya que muchos de sus estímulos tienen que ver con la labor agrícola, y se pregunta: "Ahora bien, ¿este es un país con un modelo agrario? ¿Cómo insertar en él a la población que quiere trabajar en bienes y servicios?"
Por último, la investigadora subraya la gran contradicción inmanente en la Misión Robinson, ya que sus beneficiarios " piden inclusión en las políticas públicas del país, piden estabilidad, empleo, salud, vivienda, ¿a través de una política educativa se puede lograr todo eso? ¿Entonces cómo insertar a la población pobre, pero alfabetizada, que también necesita lo mismo?". Y concluye que a falta de una buena política de paro forzoso, vivienda, salud, estos programas se amarran al programa educativo, "pero se excluye a la población que no está en él."
c. La nueva sociedad civil
Otro de los elementos distintivos e identificatorios del neopatrimonialismo es el prebendalismo. Recordemos que la prebenda es básicamente una renta aneja, un ingreso que se deriva del otorgamiento de un oficio, empleo lucrativo y poco trabajoso. En los regímenes neopatrimoniales, estas prebendas se otorgan con fondos provenientes del Tesoro Nacional, de la Hacienda Pública, a sectores o grupos de la sociedad civil, existentes o promovidos por el propio régimen, con el fin de asegurar y fortalecer sus vínculos con el líder y asegurar también la lealtad y fidelidad a las decisiones y ejecutorias presidenciales.
El gobierno del Presidente Chávez ha sido prolijo en prebendas, su propia configuración cívico – militar impone el otorgamiento de ventajas y beneficios que aseguren, por un lado, el vínculo de la Fuerza Armada y de la sociedad civil emergente a las políticas de la revolución bolivariana, y por el otro, la fidelidad al propio presidente.
En lo que se refiere a la vinculación pueblo – Fuerza Armada (74), nada puede ser más explicito y dicente que las emocionadas palabras pronunciadas por Chávez en honor al Libertador Simón Bolívar: "Seguiremos con tu idea y con tu praxis. Seguiremos los soldados de Venezuela al servicio del pueblo venezolano como tú lo planteaste y lo dijiste. Seguiremos al pie de la letra tu mandato en Santa Marta cuando te convertiste en ceniza: Unión. Unión. «Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, bajaré tranquilo al sepulcro». Los soldados y el pueblo, seguiremos el mandato, Padre, y juramos los soldados de tu Ejército libertador y de tu Fuerza Armada Libertadora, que seguiremos al pie de la letra ese mandato cuando dijiste que el soldado debe estar siempre al servicio del pueblo y cuando incluso maldijiste un día diciendo: «Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su pueblo». Pues los soldados venezolanos seguiremos tu mandato para merecer tu bendición y estar siempre al servicio de nuestro pueblo y siempre al servicio de nuestra Patria. Así que aquí venimos, Padre, y yo soldado, sencillamente soldado, recojo la voz de muchos para venir a ofrendarte, Padre. Para venir a decirte gracias por todo lo que nos has dado, pero para también pedirte que tal como lo sabemos y tal como lo dijiste un día, la suerte de Venezuela no me será indiferente ni aun después de mi muerte. Te seguimos pidiendo tu ayuda. Tienes tu puesto y seguirás teniendo tu puesto en el primer lugar de esta batalla por la dignidad porque eres el líder y porque seguirás siendo el líder por los siglos de los siglos. Que Dios te bendiga, Padre, Bolívar." (Palabras en el Panteón Nacional el 24 de julio de 2000, día del 217º aniversario del natalicio de Simón Bolívar)
En lo referente a la nueva sociedad civil bolivariana, emergente destacan los Círculos Bolivarianos como el factor social de mayor relevancia promovido por el propio Chávez. En efecto, en la citada entrevista a Harnecker, el presidente enfatiza: "En todas partes debe haber círculos bolivarianos y deben construirse redes sociales de círculos bolivarianos, y varias redes sociales van conformando una corriente de círculos bolivarianos que se va transformando como en un río. Las varias corrientes deben ir conformando las fuerzas bolivarianas… Es ese movimiento el que va a garantizar, por encima de todos los riesgos y peligros, la consolidación de proceso revolucionario."
Los Círculos Bolivarianos, de acuerdo con su web oficial, son una forma de organización social, que materializa el principio de la democracia participativa, consagrada en la Constitución Nacional, permitiendo a las comunidades asumir el protagonismo en la construcción de la sociedad, la vinculación y corresponsabilidad en los asuntos del Estado, basada en derechos, deberes y garantías constitucionales y el ejercicio pleno de la ciudadanía. Su visión es la de una sociedad definida por la participación protagónica, solidaria y dinámica de las comunidades organizadas en la gestión pública y la contraloría social, caracterizada por el elevado nivel de formación ciudadana e integración de sus miembros, comprometidos estos con los principios de la Constitución, valores y principios promovidos en el árbol de las tres raíces: el pensamiento de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora.
A estos fines, los círculos tienen como misión: organizar y poner en movimiento a la sociedad venezolana para materializar el precepto constitucional que consagra la democracia participativa, para crear los espacios reales y efectivos que permitan al pueblo protagonizar las decisiones trascendentales del país y lo lleven a alcanzar la mayor suma de felicidad posible, con elevados índices de calidad de vida, desarrollo humano integral y desarrollo local sustentable y sostenible.
Para el cumplimiento de su misión, visión y objetivos, los círculos cuentan con las denominadas Casas Bolivarianas, es decir, espacios comunitarios de formación ciudadana, de encuentro, intercambio, articulación, unidad y fortalecimiento de las organizaciones, movimientos, instancias e instituciones vinculadas a la construcción y consolidación del poder popular, orientados en la defensa, construcción y desarrollo de la propuesta del proyecto de país y de la nueva sociedad contenidos en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela.
Estas iniciativas en el dominio militar y popular (acompañadas de las consabidas prebendas, pago de personal, viajes, viáticos, aumentos de sueldo, bonos, programas especiales para adquisición de vivienda y vehículos, vivienda, becas y otras canonjías financiadas con ingresos del Estado) dirigidas a reforzar la deteriorada legitimidad del gobierno de Chávez, son complementadas con otras que buscan asegurar el apoyo de sectores diversos de la sociedad civil. Sindicatos chavistas, confederaciones sindicales bolivarianas, clase media y empresarios en positivo se suman a los medios de comunicación comunitarios para respaldar y difundir el mensaje salvífico y redentor de la utopía regresiva bolivariana liderada por el Presidente Hugo Chávez Frías.
Anexo
Carta del Almirante a los Reyes Católicos (1498)
Partí en nombre de la Santísima Trinidad el miércoles 30 de mayo de 1498 de Sanlúcar de Barrameda y navegué a las Islas Madera por camino no acostumbrado, por evitar los perjuicios que me hubiera causado una armada francesa que me aguardaba cerca del cabo de San Vicente, y de allí a las Islas Canarias. De aquí partí con una nave y dos carabelas; envié los otros navíos directamente a la Isla Española, y yo navegué rumbo al Sur con propósito de llegar a la línea equinoccial, y de allí seguir al Poniente hasta que la Española quedase al Norte. Llegando a las islas de Cabo Verde (falso nombre, porque son tan secas que no vi en ellas cosa verde alguna) con toda la gente enferma, no osé detenerme en ellas y navegué al Sudoeste 480 millas, donde anocheciendo tenía la Estrella Polar en cinco grados. Allí me desamparó el viento y entré en una zona de calor y tan grande, que creí que se me quemarían los navíos y la gente. El desorden fue tal que no había persona que osase descender bajo cubierta a reparar las vasijas y víveres. Duró este calor ocho días, el primero de los cuales fue soleado y los siete siguientes de lluvia y nublados, que si hubiesen sido soleados como el primero creo que no hubiéramos podido escapar de manera alguna. Plugo a Nuestra Señora, al cabo de esos ocho días, darme buen viento de Levante y yo seguí al Poniente, mas no osé declinar hacia el Sur porque hallé grandísimo cambio en el cielo y las estrellas. Decidí, pues, mantener rumbo Oeste y navegar a la altura de Sierra Leona hasta donde había pensado encontrar tierra para reparar los navíos, remediar la escasez de víveres y tomar agua, que ya no tenía. Al cabo de diecisiete días en que Nuestro Señor me dio viento favorable, el martes 31 de julio, al mediodía, avistamos tierra. Yo la esperaba desde el lunes anterior y había mantenido el rumbo invariable hasta entonces, mas el martes, al salir el sol, careciendo ya de agua, decidí dirigirme a las islas de los caribes y tomé esa dirección. Como su Alta Majestad siempre ha usado de misericordia conmigo, por suerte subió un marinero a la gavia y vio al Poniente tres montañas juntas. Dijimos la Salve Regina y otras oraciones, y dimos todos muchas gracias a Nuestro Señor; después dejé el camino al Norte y me dirigí a tierra; llegué con el crepúsculo al cabo que llamé de la Galea [hoy cabo Galeote] después de haber bautizado a la isla con el nombre de Trinidad. Allí hubiera encontrado puerto de haber sido más hondo; había casas, gente y muy lindas tierras, tan hermosas y verdes como las huertas de Valencia en marzo. Pesóme cuando no pude entrar a puerto, y recorrí la costa hasta el extremo Oeste; navegadas cinco leguas hallé fondo y anclé las naves. Al día siguiente me di a la vela buscando puerto para reparar los navíos y tomar agua y víveres. Tomé una pipa de agua y con ella anduve hasta llegar al cabo; allí hallé abrigo del viento de Levante y buen fondo, donde mandé a echar el ancla, reparar los toneles y tomar agua y leña, y envié gente a tierra a descansar de tanto tiempo que andaban penando.
A esta punta la llamé del Arenal [hoy punta de Icacos] y allí se halló la tierra hollada de unos animales que tenían las patas como de cabra que, según parece, había en abundancia, aunque no se vio sino uno muerto. Al día siguiente vino del Oriente una gran canoa con 24 hombres, todos mancebos, muy ataviados y armados de arcos, flechas y escudos, de buena figura y no negros, sino más blancos que los otros que he visto en las Indias, de lindos gestos y hermosos cuerpos, con los cabellos cortados al uso de Castilla. Traían la cabeza atada con un pañuelo de algodón tejido a labores y colores tan finos, que yo creí eran de gasa. Traían otro de estos pañuelos ceñido a la cintura y se cubrían con él en lugar de taparrabo.
Cuando llegó la canoa sus ocupantes hablaron de lejos, y ni yo ni otro alguno les entendimos, mas yo les mandaba a hacer señas de acercarse. En esto se pasaron más de dos horas; si se aproximaban un poco, luego se alejaban. Yo les hacía mostrar bacines y otras cosas que lucían enamorándolos para que viniesen; al cabo de buen rato se acercaron algo más de lo que hasta entonces habían hecho. Yo deseaba lograr información, y no teniendo ya cosa que mostrarles para atraerlos mandé subir un tamboril al castillo de popa para que tañesen, y unos mancebos para que danzasen, creyendo que se acercarían a ver la fiesta; mas cuando vieron tañer y danzar dejaron los remos y echaron mano a los arcos y los encordaron, embrazó cada uno su escudo y comenzaron a tirarnos flechas.
Cesó el tañer y el danzar y mandé a sacar una ballesta; ellos me dejaron y se dirigieron a otra carabela y de golpe se fueron debajo de la popa. El piloto entró con ellos y dio un sayo y un bonete al que le pareció ser el principal de la canoa, concertando que iría a hablar con ellos a la playa. Éstos allá se fueron y le esperaron, pero como él no quiso ir sin mi licencia, al verlo venir con la barca a mi nave regresaron a la canoa y se fueron; nunca más los vi, ni a ellos ni a otros de esta isla.
Cuando llegué a la punta del Arenal hallé una boca grande, de dos leguas de anchura de Poniente a Levante, que se abre entre la isla de Trinidad y la Tierra de Gracia; para pasar al Sur había que pasar unos hileros de corrientes que atravesaban la boca y traían un rugir muy grande; creí que sería un arrecife de bajos y peñas infranqueables. Detrás de ésta había otro hilero, y otro más, trayendo todos un rugir tan grande como las olas de la mar que van a romper y dar en peñas. Fondeé en dicha punta, fuera de la boca, y hallé que venía agua del Oriente hasta el Poniente con tanta furia como hace el Guadalquivir en tiempos de avenida, y esto continuó día y noche, tanto que creí que no podría volver atrás por la corriente ni ir adelante por los bajos. En la noche, ya muy tarde, estando a bordo de la nave oí un rugir muy terrible que venía del Sur hacia nosotros. Me paré a mirar y vi que, levantando la mar de Poniente a Levante, venía una loma tan alta como la nave, y todavía venía hacia mí poco a poco; sobre ella venía un hilero de corriente rugiendo con gran estrépito, con aquella furia del rugir que dije me parecían ondas de la mar que daban en peñas. Aún hoy en día tengo el miedo en el cuerpo, pues creí me volcaría la nave cuando llegase bajo ella. Pasó la ola y llegó hasta la boca, donde se mantuvo por mucho tiempo.
Al día siguiente envíe la barca a sondear la boca y hallé que en el lugar más bajo tenía seis o siete brazas de fondo, y de continuo andaban aquellos hileros, unos por entrar y otros por salir. Plugo a Nuestro Señor darme buen viento y atravesé la boca hacia adentro, donde hallé tranquilidad. Por suerte se sacó agua del mar y la hallé dulce. Navegué hacia el Sur, hasta una sierra muy alta, distante unas 26 leguas de la punta del Arenal; allí habían dos cabos de tierra muy alta, el uno hacia el Oriente, perteneciendo a la isla de Trinidad, y el otro hacia Occidente, correspondiente a la Tierra de Gracia. Hallé una boca muy angosta [Boca Grande] más estrecha que la existente en la punta del Arenal con los mismos hileros y el mismo rugir fuerte del agua; como allá, la mar era dulce.
Hasta entonces yo no había logrado información de ninguna gente de estas tierras, y lo deseaba vivamente. Por tanto, navegué a lo largo de la costa hacia el Poniente; cuanto más andaba hallaba el agua de la mar más dulce y sabrosa. Navegando un gran trecho, llegué a un lugar cuyas tierras me parecieron labradas; allí fondeé y envié las barcas a tierra, donde hallaron que los habitantes se habían ido recientemente, y encontraron el monte cubierto de monos; regresaron, y considerando que ésta era tierra montuosa y que me parecía que hacia el Poniente las tierras eran más llanas y estarían más pobladas, mandé levar anclas y recorrí la costa hasta el cabo de la serranía, donde anclé en un río.
Luego vino mucha gente, y me dijeron que llamaban a esta tierra Paria, y que hacia el Poniente estaba más poblado. Tomé cuatro de ellos y navegué hacia ese rumbo; andadas unas ocho leguas, más allá de una punta que llamé de la Aguja [punta de Alcatraces] hallé las tierras más hermosas del mundo, muy pobladas. Llegué allí una mañana, antes del mediodía, y por ver este verdor y esta hermosura acordé fondear y ver los pobladores, de los cuales algunos vinieron en canoas a rogarme, de parte de su rey, que descendiese a tierra. Cuando vieron que no hice caso de ellos vinieron a la nave en numerosas canoas, y muchos traían piezas de oro al cuello, y algunos, perlas atadas a sus brazos. Me alegró mucho verlas y procuré con empeño saber dónde las hallaban; me dijeron que allí y en la parte Norte de aquella tierra.
Quise detenerme, mas los víveres que traía, trigo, vino y carne para esta gente de acá, que obtuve en España con tanta fatiga, se me hubieran echado a perder. Por tanto, yo no buscaba sino llevar los bastimentos a lugar seguro y no detenerme en parte alguna. Procuré conseguir algunas perlas y envié las barcas a tierra. Esta gente es muy numerosa, toda muy bien parecida, del mismo color que los que vi, y muy tratable; la gente nuestra que fue a tierra los halló muy tratables, y fueron recibidos muy honrosamente. Dicen que luego que llegaron las barcas a tierra vinieron dos personajes principales con todo el pueblo; creen que el uno era el padre y el otro el hijo.
Los llevaron a una casa muy grande hecha a dos aguas, no redonda como tiendas de campo cual son otras. Allí tenían muchas sillas donde los hicieron sentar y también ellos tomaron asiento, e hicieron traer pan, gran variedad de frutas y vino de muchas clases, blanco y tinto, aunque no de uvas; deben ser producidos de diversas frutas, así como de maíz, que es una simiente que hace una espiga como una mazorca, de la cual llevé yo allá y hay mucha en Castilla; parece que el que lo producía mejor lo tenía en alta estima y lo vendía en alto precio.
Los hombres estaban todos juntos a un extremo de la mesa y las mujeres al otro. Recibieron ambas partes gran pena porque no podían entenderse, ellos para preguntar a los otros por nuestra patria, y los nuestros por saber de la de ellos. Después de haber comido en casa del más viejo los llevó el mozo a la suya, donde hicieron otro tanto. Más tarde los llevaron a las barcas en que vinieron a la nave. Yo levé anclas porque andaba muy de prisa por poner en lugar seguro los víveres que había obtenido con tanta fatiga, y que estaban deteriorándose, y también por remediarme a mí mismo, pues estaba enfermo de los ojos por falta de sueño; pues si bien es cierto que cuando fui a descubrir la Tierra Firme estuve treinta y tres días sin dormir y quedé algún tiempo sin vista, no se me dañaron tanto los ojos ni se me inyectaron de sangre, ni sufrí tantos dolores como ahora.
Esta gente, como ya dije, son todos de muy linda estatura, altos de cuerpo y de lindos gestos, de cabellos largos y lacios, y traen las cabezas atadas con unos pañuelos labrados, como ya dije, hermosos, que parecen de lejos de seda y gasa; traen otro más largo ceñido a manera de taparrabo, tanto los hombres como las mujeres. El color de esta gente es más blanco que otros que he visto en las Indias; todos traían al cuello algo a la usanza de esta tierra, y muchos traían piezas de oro bajo colgadas al cuello. Sus canoas son muy grandes y de mejor hechura que otras que he visto, y más livianas; en medio de cada una tienen un apartamento como cámara, en que vi andaban los principales con sus mujeres. Llamé a este lugar Jardines porque esto asemejan. Asiduamente procuré saber dónde cogían aquel oro, y todos me señalaban una tierra frente a ellos hacia el Poniente que era alta, mas no lejana. Pero todos me decían que no fuera, porque allá se comían a los hombres, de lo que deduje que sus habitantes eran caníbales y que serían como los caribes, mas después he pensado que pudiera ser que lo dijeran porque allí habían animales feroces. También les pregunté dónde cogían las perlas, y me señalaron el Poniente y el Norte, detrás de las tierras en que estábamos. No intenté comprobarlo por lo de los víveres, por la enfermedad de mis ojos y porque una nave grande que traigo no es apropiada para semejante hecho.
El tiempo transcurrido en tierra fue breve y se pasó todo en preguntas. Cuando los nuestros regresaron a los navíos, lo que sería al atardecer, levé anclas y navegué al Poniente, y así mismo al día siguiente, hasta que hallé que no habían más que tres brazas de fondo, creyendo yo todavía que ésta era una isla y que no podría salir al Norte; y así visto, envié una carabela ligera adelante a ver si había salida o si estaba cerrado. Así anduve mucho camino hasta un golfo grande, en el cual parecía que habían otros cuatro medianos, saliendo de uno de ellos un río grandísimo. Hallaron siempre cuatro brazas de fondo y el agua muy dulce, en cantidad tan grande como jamás antes vi. Quedé muy descontento cuando comprendí que no podía salir al Norte, al Sur ni al Poniente porque estaba cercado por todas partes de tierra; por tanto, levé anclas y torné atrás para salir al Norte por la boca que antes descubrí, sin poder regresar a la población que había visitado por causa de las corrientes, que me desviaron. En todo cabo hallaba el agua dulce y clara que me llevaba con fuerza al Oriente, hacia las dos bocas a que me he referido; entonces conjeturé que los hilos de la corriente y aquellas lomas que salían y entraban en estas bocas con aquel rugir tan fuerte era la pelea del agua dulce con la salada. La dulce empujaba a la otra para que no entrase, y la salada luchaba para que la otra no saliese. Conjeturé que allí donde están situadas las dos bocas en un tiempo hubo tierra continua que unía la isla de Trinidad con Tierra de Gracia, como podrán ver Vuestras Altezas del mapa que con ésta les envío. Salí por la boca del Norte y hallé que el agua dulce siempre vencía; cuando pasé, lo que hice a fuerza de viento, estando en una de aquellas lomas hallé en aquellos hilos de la parte de dentro el agua dulce, y en los de fuera, salada.
…
Yo siempre creí que la Tierra era esférica; las autoridades y las experiencias de Ptolomeo y todos los demás que han escrito sobre este tema daban y mostraban como ejemplo de ello los eclipses de luna y otras demostraciones que hacen de Oriente a Occidente, como el hecho de la elevación del Polo de Septentrión en Austro. Mas ahora he visto tanta deformidad que, puesto a pensar en ello, hallo que el mundo no es redondo en la forma que han descrito, sino que tiene forma de una pera que fuese muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón o punto más alto; o como una pelota redonda que tuviere puesta en ella como una teta de mujer, en cuya parte es más alta la tierra y más próxima al cielo. Es en esta región, debajo de la línea equinoccial, en el Mar Océano, el fin del Oriente, donde acaban todas las tierras e islas…
…
Torno a mi propósito referente a la Tierra de Gracia, al río y lago que allí hallé, tan grande que más se le puede llamar mar que lago, porque lago es lugar de agua, y en siendo grande se le llama mar, por lo que se les llama de esta manera al de Galilea y al Muerto. Y digo que si este río no procede del Paraíso Terrenal, viene y procede de tierra infinita, del Continente Austral, del cual hasta ahora no se ha tenido noticia; mas yo muy asentado tengo en mi ánima que allí donde dije, en Tierra de Gracia, se halla el Paraíso Terrenal.
Y ahora, hasta tanto sepan las noticias de las nuevas tierras que he descubierto, en las cuales tengo asentado en mi ánima que está el Paraíso Terrenal, irá el Adelantado con tres navíos bien aviados para ello a ver más adelante, y descubrirá todo lo que pudiere hacia aquellas partes. Entretanto yo enviaré a Vuestras Altezas esta carta y el mapa de las nuevas tierras, y acordarán lo que se deba hacer, y me enviarán sus órdenes, que se cumplirán diligentemente con ayuda de la Santísima Trinidad, de manera que Vuestras Altezas sean servidos y hayan placer. Deo gratia
Citas y notas
(1) Benítez, Fernando. La ruta de Hernán Cortés. Fondo de Cultura Económica, México, 1974, pp. 28 y 29
(2) Castagno, Antonio. Símbolos y mitos políticos. Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1980, p.26
(3) Idem, p.35
(4) Eliade, Mircea. Aspects du mythe. Gallimard. Paris, 1963, pp. 16 y17
(5) Uslar Pietri, Arturo. La invención de América Mestiza. Fondo de Cultura Económica, México,1996, p.104
(6) Acosta, Vladimir. La humanidad prodigiosa. El imaginario antropológico medieval.
Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, 1996, p.14
(7) Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Instituto Fernández de Oviedo, Madrid.1940, p152
(8) Ramos Pérez, Demetrio. El mito del Dorado. Su génesis y proceso. Biblioteca de la
Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1973, pp.13 y sig.
(9) Pardo, Isaac J. Fuegos bajo el agua. Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1990, p.
(10) Idem , p.12
(11) Uslar Pietri, Ob.cit. p.107
(12) Cf. López de Gómara, Francisco. Historia General de las Indias. Biblioteca de Historia. Orbis, Barcelona,1985,P.50
(13) Uslar Pietri, Ob. cit, p.451
(14) Idem, p.107
(15) Pardo, Ob. cit., p.769
(16) Cf. Pardo, Ob. cit., p.770
(17) Benítez, Ob.cit., p.14
(18) Pardo, Ob. cit., p.628
(19) Benítez, Ob. cit., pp.16 y 17.Sobre el particular se puede consultar también el extenso y documentado análisis: Entre las siete ciudades y el Asía "Magnocánica" en Colección Documental del Descubrimiento (1470-1506) Tomo I. Editorial MAPFRE.S.A. Madrid, 1994, p. XCIII y sig.
(20) López de Gómara, Ob. cit., p.298
(21) Uslar Pietri, Ob. cit., p. 408. La primera edición del Amadís de Gaula se hizo en Zaragoza en 1508, pero se cree que hubo otra anterior. En 1510 se publicaron Las Sergias del Esplandián.
(22) Cf. Gutiérrez Conteras, Francisco. América a través de sus códices y cronistas. Aula Abierta, Salvat, Barcelona, 1982, pp. 34 y 35
(23) Bayle, Constantino, El Dorado fantasma. Madrid, 1943, p. 384
(24) Uslar Pietri, Ob. cit., pp. 261 y 26
(25) Izquierdo Gallo, Mariano. Mitología Americana. Guadarrama, Madrid, 1956, p. 261 y siguientes.
(26) Cf. Pedro Simón. Tercera Noticia de las Segundas Noticias. Litorales de Tierra Firme en Ramos Pérez, Ob.cit.
(27) Ibidem
(28) Idem, p.462
(29) Cf. Neusüss, Arnhelm. Utopía. Barral Editores, Barcelona, 1971, p.83
(30) Servier, Jean. La Utopía. Fondo de Cultura Económica, México, p.7
(31) Neusüss, Ob. cit., p.16
(32) Idem, p.17
(33) Cf. Servier y Neusüss, Ob.cit., y Servier, Jean. Historia de la Utopía. Monte Ávila Editores, Caracas, 1967, pp. 228 y siguientes.
(34) Cf. Pardo, Ob.cit., pp.779 y siguientes.
(35) Ibidem
(36) Romero, María Teresa y Romero, Aníbal. Diccionario de Política. Panapo, Caracas, 1994, p.169
(37) Trocello, María Gloria. Dos primos hermanos: patrimonialismo y populismo en Kairos. No 6. Revista de Ciencias Sociales en Google.com
(38) Stambouli, Andrés. La política extraviada. Fundación para la Cultura Urbana. Caracas, 2002, p.216
(39) Cf. Burdeau, Georges. Traité de Science Politique. Tome V. Les Régimes Politiques. L.G.D.J .Paris, 1970. p, 241 y sig.
(40) Brewer-Carías, Allan. La Constitución de 1999. Editorial Jurídica Venezolana / Editorial Arte. Segunda Edición. Caracas, 2000. p, 8
(41) Idem, pp.68 y 69.
(42) Badell Madrid, Rafael. Ese libro tiene tantas ediciones en Venezuela siglo XX. Libro 3 .Fundación Polar. Caracas, 2000. pp. 57 y sig.
(43) Sosa, Arturo S.J. en Arvelo Ramos, Alberto. El dilema del chavismo. El Centauro Ediciones. Caracas, 1998, p. 97
(44) Servier, Jean. Historia de la Utopía, Ob. cit., p.233
(45) Meier E., Henrique. Seguridad, Estado, Sociedad y Derecho. Ediciones Homero. Caracas, 2003, pp. 26 y 27
(46) Servier, Historia de la Utopía. Ob. cit., p. 237 y sig.
(47) Cf. Baptista, Asdrúbal. Límites de la Economía Política. Editorial Panapo. Caracas, 1996. p. 74 y sig.
(48) Idem, p.71
(49) Idem, p.78
(50) Pirenne, Jacob. Historia Universal Volumen III. Editorial Éxito. Barcelona, 1974. p.239
(51) Cf. Aguado Bleye, Pedro. Manual de Historia de España. Tomo II. Espasa Calpe S. A. Madrid, 1981, p. 988 y sig.
(52) Cf. Diccionario de Historia de España. Tomo 3. Ediciones de la Revista de Occidente. Madrid. 1969. p.130
(53) Gutiérrez Contreras, op. cit. p.41
(54) Cf. Pirenne, Gutiérrez Contreras, Aguado Bleye, Diccionario de Historia de España.
(55) Uslar Pietri, op. cit., pp.281, 321 y 322
(56) Cf. Gutiérrez Contreras y Diccionario de España, op. cit., Tomo 2, p. 357
(57) Uslar Pietri, op. cit., p. 324
(58) Ramos Pérez, op. cit., p. 2
(59) Sobre el particular Baptista Asdrúbal y Mommer Bernard. El Petróleo en el pensamiento económico venezolano: un ensayo Ediciones IESA. Caracas, 1987. p. 106. Igualmente de los mismos autores: Teoría económica del Capitalismo Rentístico. Ediciones IESA. Caracas, 1997. Asimismo, Moreno León, José Ignacio. América Latina: Del Realismo Mágico a la Sociedad Global. Ediciones CEPET y Editorial Panapo. Caracas, 1994; el documento en Google.com del Grupo Interdisciplinario de Estudio de Venezuela de la Universidad de Los Andes. Venezuela: Renta Petrolera, Políticas distribucionistas, crisis y posibles salidas, y el ensayo de Astorga, Pablo. Un vecindario al cual pertenecemos en Venezuela siglo XX, Libro 1, op. cit.
(60) Idem, p. 41
(61) Betancourt, Rómulo. Venezuela. Política y Petróleo. Editorial Senderos. Bogotá, 1969. p. 85
(62) Uslar Pietri, Arturo. Medio Milenio de Venezuela. Cuadernos Lagoven. Caracas, 1986. p.p.301 y 302
(63) Baptista y Mommer. El petróleo en el pensamiento económico venezolano. op.cit., .107
(64) Cf. Diccionario de España, 3, op. cit., p.p. 185 y sig.
(65) García – Pelayo, Manuel. Del mito y de la razón en el pensamiento político. Selecta de Revista de Occidente. Madrid, 1968. p. p. 50 y 51
(66) Idem, p. 46
(67) Sobre el particular consultamos los ya citados Manual de la Historia de España, el Diccionario de Historia de España y La Colección Documental del Descubrimiento.
(68) Diccionario de Historia de España, 3, op.cit., p.p. 769 y sig.
(69) Aguado Bleye, op. cit., p. 322
(70) Pérez de Tudela y Bueso, José en Colección Documental del Descubrimiento. op.cit., p. CXCV
(71) Casanova, Eduardo. En los tiempos de Bolívar. Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri de la Universidad Metropolitana, Caracas, 2004, p. 322
(72) Trocello, op.cit., p.2
(73) Para más detalles consultar en Internet la entrevista Un Hombre, un pueblo efectuada por Marta Harnecker a Hugo Chávez, p.35 y sig.
(74) Para un análisis más detallado consultar en Internet el libro digital de Marta Harnecker. Militares junto al pueblo. .
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