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Sobre la génesis y naturaleza del Derecho (Fenómeno regulatorio) (página 3)


Partes: 1, 2, 3

  1. El Derecho entendido como estructura de orden, es la más perfecta caracterización del Derecho. El orden, permite al Derecho y a la norma cabalgar unidos por todos los rincones del mundo, en beneficio del hombre. Interpretando (normando) y tratando de entender y componer la vida del hombre. Pero eso, el Derecho y la norma sin el hombre, no son nada. Mejor dicho no se manifiestan, o expresan sin el hombre. Evidentemente, el Derecho se manifiesta y expresa a través del hombre y la norma a través del lenguaje.

    El hombre y Derecho no son dos entidades disímiles dentro de este concepto, son dos realidades y conceptos concomitantes. La estructura de orden permite al Derecho, estar al servicio del hombre y al hombre, la facultad de "hacer". Por esta aptitud, el hombre forja, crea, construye, idea; mejor dicho, hace. Especie de don especial, es una facultad, una capacidad y una potestad natural que permite al hombre, transformar su entorno y el medio donde vive. Por otro lado, por medio del Derecho, el hombre forja y crea valores y cultura; esto es, forja y crea: equilibrio, paz, armonía, orden social y accede a una verdad relativa.

    El hombre no ha venido al mundo, para ser el rey de la naturaleza, ni para ser un ente de barro, condenado a morir como designio fatal y cruel. Ha venido sobre todo, ha crear, forjar y transformar su entorno y realidad, para vivir en armonía y equilibrio, y luego descansar en paz. Para lograr todo ello, el hombre crea: arte, cultura, ciencia, tecnología y civilización. Y también puede, deshacer, desandar y destruir, como actos contrarios a su propia existencia.

    Precisamente, el hombre se distingue por su capacidad, o facultad de hacer algo. En su lucha contra la angustia, la soledad y destino para la muerte, su aptitud y capacidad creativa es el antídoto especial contra todo ello: se construye asimismo. Por el trabajo vive y ha logrado distinguirse del mono, y también, existe y vive como tal. Las normas y las leyes están en directa relación con el quehacer del hombre; por eso, no son permanentes y perfectas.

    Para algunos, el Derecho y la historia, son la moderna forma de ser, de la filosofía; antiguamente la filosofía, contenía y abarcaba todo. La historia y el Derecho revitalizan en la actualidad a la filosofía, y contradiciendo la tesis de, crisis del Derecho y la filosofía, se retroalimentan y elevan ambos conceptos dentro del mundo de las ciencias sociales.

    El Derecho es considerado modernamente, como un "sistema atomístico" según el concepto de Bertrand Russell, y la norma, como "hechos atomísticos". Se ha dicho también, que el Derecho y la norma se manifiesta en todo orden de cosas, ya sea como ropaje jurídico, axiológico, ético y lógico. Son una unidad, dentro de la diversidad universal; pero, no son la misma cosa.

    Según el concepto popperiano, el Derecho ha sido contrastada (verificada y falsada=Popper), mejor dicho comprobado su existencia, a través de la realidad y la experiencia social. Sin embargo, la aplicación del Derecho ha tenido diferentes connotaciones: positivo y negativo. La balanza en todo caso, se inclina hacia el lado positivo, hacia el imperio de la verdad, hacia la vigencia del Derecho y la filosofía.

    La sociedad contemporánea, es una muestra de este afán. El Derecho ha defendido de alguna manera, a la vida, la libertad individual, el honor, la dignidad, la verdad y la propiedad, la seguridad y la paz social. En algunas oportunidades la seguridad y solidaridad social, son finalmente, los valores que han logrado la sobre vivencia de la humanidad.

  2. El hacer del Derecho
  3. La norma

La norma protege un valor jurídico, que puede ser de orden natural (bienes naturales), de orden social (bienes sociales y culturales) y de orden lógico (bienes espirituales). En el fondo las normas son juicios o enunciados dialécticos, y sintéticos (no analíticos y abstracciones, como las matemáticas, la lógica y la poesía). Son verdades de hecho y razón, porque contienen enunciados concretos y sociales, y enunciados lógicos de razón. Enunciados que tienen un componente lingüístico y fáctico; por consiguiente es ciencia y filosofía. Ciencia y filosofía, porque resuelve convenientemente la relación entre enunciados y experiencias. Enunciados diversos, donde generalmente el ser, es ligado a un acto, y el acto ligado a una consecuencia, bajo fórmulas como las siguientes: Si el ser (A), hace (B), es (C). En otros casos: dado (A y B) seres, hacen (C), es (D). "Quien (ser) comete homicidio (acto del ser), sufrirá pena de cárcel (sanción al ser). Si el ser se obliga (S), y el acto se ejecuta (R), es (SR): "Por la compra-venta el vendedor se obliga a transferir la propiedad de un bien al comprador y éste a pagar su precio en dinero".

Las normas protegen concretamente seis valores fundamentales: la vida, la propiedad, el honor, la libertad, la verdad y la seguridad. Alrededor de estos valores y yuxtaposiciones, gira el ejercicio de la justicia. En lo concreto, la justicia aparece en el escenario jurídico, en aplicación del Derecho adjetivo o subjetivo (obligación y el debe ser de la norma) y el Derecho sustantivo o procedimental (que señala, la puerta, la ruta y la meta jurídica: justicia).

Las sociedades, más complejas, tienen normas complejas, y las sociedades elementales, normas elementales. Las sociedades modernas, caracterizan por su complejidad, profundidad, detalle y tecnología, producen normas mejor estructuradas o elaboradas. Es el caso de las Constitucionales Políticas, que contienen los valores y los principios necesarios para la vida en sociedad. Y según como se oriente, poseen normas convencionales, fiscalizadoras, organizadoras, coercitivas, preventivas, ordenadoras, reguladoras; de carácter, privado, público o social.

En un mundo globalizado como la actual, los países o Estados, utilizan mucho la tecnología y la ciencia en general y según como está estructurado el poder, se encuentra el sistema político, económico y jurídico. Por ejemplo, existen los de corte liberal, conservador, socializante, o simplemente democrático. En lo fundamental, han desaparecido las sociedades teocráticas, autocráticas, imperialistas y plutocráticas que antes imperaban. A partir de la Revolución Francesa, con mayor exactitud, existe la división de poderes y la tendencia es implementar, sociedades más fielmente democráticas, con un poder político que emane de la voluntad popular y el habitante goce a plenitud de sus derechos.

La justicia debe tener un componente jurídico, ético y axiológico referido a la vida, la propiedad, el honor, la libertad, la seguridad y solidaridad, como en tiempos primigenios. Los nuevos valores se irán incorporando, según como vaya cambiando la vida. Los problemas de trasplante de órganos, la biodiversidad y el medio ambiente, la escasez de los recursos naturales, el tráfico de estupefacientes, la clonación, el robo informático, la propiedad intelectual y otros temas, no existían en el pasado.

En el pasado por ejemplo, la propiedad versaba sobre cuatro tipos de bienes: la res (cosa), la humana (esclavitud), los animales, las tierras y las joyas. Más adelante aparecieron, los bienes espirituales y los tributos y ofrendas a Dios. En la Edad Media, apareció la servidumbre, sustituyendo la esclavitud. En la Edad moderna, la propiedad empresarial y jurídica, sustituyó a la servidumbre, y contemporáneamente ha surgido la propiedad intelectual (conocimiento, creatividad, arte, intento), como formas de nueva propiedad, fundamentalmente de las corporaciones. De igual forma se vienen modificando conceptos y valores acerca el honor, libertad, seguridad y el desarrollo.

Las normas, -según los especialistas-, tienen determinadas particularidades o características, como: heteronimia (norma impuesta), exterioridad (regulación de la voluntad manifiesta), bilateralidad (deberes y derechos de los sujetos), imperatividad (mandato de hacer o no hacer), coercibilidad (facultad de sanción); generalidad (dirigida a la comunidad), hipotecidad (condicionalidad vinculante), finalidad (búsqueda de valores), espacialidad y temporalidad (dirigida a cada país y según el marco temporal establecido).

Las leyes, las costumbres y la jurisprudencia, son de alguna manera, "modos de manifestarse de las normas". Igualmente, los modos de administrar la justicia, han ido cambiando, según cada país y cada tipo de sociedad. Se administró justicia en nombre de los dioses, por los soberanos y pontífices; luego, por una corte de ancianos, sacerdotes y príncipes, y más adelante, por una corte de nobles y castas dominantes; finalmente, por tribunales especializados. Los cambios más notables y profundos, se han producido a partir de la conformación del Parlamento inglés puritano, (Commonwealth), que el 30 de enero de 1649, encabezado por Oliver Cromwel, decapitó a Carlos I; y posteriormente, la Revolución Francesa, lleva al cadalzo, al rey Luis XVI, el 21 de enero de 1793. A partir de estos acontecimientos, en la mayoría de los estados y países, existe un Poder Judicial, con atribuciones especiales de administrar justicia, y un Poder Legislativo, encargado de otorgar leyes y el Ejecutivo, de hacerlas cumplir.

Contemporáneamente existe una sistemátización y jerarquización de las normas. En la cúspide se halla la Constitución Política, seguido por las Leyes Orgánicas, Ordinarias, las Resoluciones Legislativas, Supremas, Ministeriales, los Decretos, Reglamentos, etc., concebidos, según su implicancia, facultad reguladora, el tiempo y espacio jurisdiccional, y otras razones.

II

  1. SOBRE LA NATURALEZA DEL DERECHO: EL DERECHO COMO INTERACCIÓN: "NATURAL, SOCIAL Y MENTAL".

El Derecho es un ser vivo, porque pertenece al mundo de la realidad; al mundo de los hechos y al mundo de las ideas. Se desenvuelve, dentro de lo concreto, donde realmente vive y existe el hombre. Esta realidad es objetiva y subjetiva, y por lo tanto, es interactiva. Y esta interactividad, se manifiesta en tres dimensiones, estructuras, o planos siguientes:

A. Interacción y regulación natural: hombre = naturaleza, (pertenece al ámbito de las ciencias naturales)

B. Interacción y regulación social: hombre = sociedad, (pertenece al ámbito de las ciencias sociales)

  1. Interacción y regulación mental: hombre = mente racional, (pertenece al ámbito de las ciencias gnoseológicas y psíquicas)

En el acontecer de estos tres procesos, o elementos, se manifiesta, o existe el Derecho y la juridicidad. Es un acontecer "TRIFORME", o "JUSTRIFORME (JUSREALISMO, o JUSDIMENSIONAL)", de triple fundamento y ejercicio interactivo. Jurgen Habermas, en su Teoría de la Acción Comunicativa, dice que, la acción comunicativa es: "una interacción mediada por símbolos", cuyo núcleo fundamental son las normas o reglas obligatorias, y estas reglas, definen las formas recíprocas de conducta, entendidas y reconocidas intersubjetivamente.

En este caso, la interacción "jusdimensional o jusreal", es un acontecer objetivo, que ocurre en el plano de la naturaleza, la sociedad y lo gnoseológico, o mental. En todo caso, el jusdimensionalismo permite al hombre, vivir y existir, y también, expresarse mediante la escritura, el lenguaje y los símbolos.

El proceso de interacción y regulación, no es ajeno a las leyes físicas, sociales y gnoseológicas como: movimiento y reposo, causa y efecto, espacio, tiempo; que permiten precisamente, una situación de aleatoriedad, interferencia, interrelación, conexión, unión, cúpula, contradicción, sinergia, mezcla, entroncamiento, concatenamiento, connubio, matrimonio, yuxtaposición, de los fenómenos naturales, sociales e intelectivos.

2. El Derecho como: orden regulatorio (interacción: natural, social y racional, producto de la relación del hombre con su entorno y fuero interno).

Representado de la siguiente manera:

  1. Es un acto inmediato y directo que, ocurre de la forma más natural y sensible, sin que exista mediación alguna. Al parecer, es la primera y principal forma de interacción.

    Es un acontecer inevitable y natural, porque no existe otra forma de conexión, contacto o interrelación entre el ser humano y la naturaleza. De esta interrelación depende la vida y existencia del hombre, y no hay otra forma para que la sustancialidad y esencialidad del hombre se desenvuelva. Precisamente, el hombre está constituido de la misma sustancia de la naturaleza. Si cabe, es una reproducción, o copia de la materialidad de la naturaleza.

    En cuanto su esencialidad, el hombre depende de la existencia de la naturaleza y de su propia racionalidad. Esta dependencia, es natural, fortuita y efímera, distinta a la sustancialidad humana que, depende permanentemente de la naturaleza, aunque de modo cambiable, o mutable.

    El hombre puede alterar o modificar su ser esencial, más no así, su sustancialidad que se produce por imperio propio y ajeno. Ambos existen en el tiempo, espacio y en la naturaleza (materia, energía, gravedad, partículas, células, etc.). La única forma de vivir y existir del hombre es, en contacto con la naturaleza, y no hay otra forma. De la naturaleza extrae todos sus recursos materiales: agua, luz, oxígeno, energía, alimentos, cobija, vivienda, herramientas, artefactos y maquinarias, para organizar su vida. Y extrae también, sus recursos espirituales: ideas, visiones, abstracciones, deducciones, imaginaciones, elucubraciones, delusiones y una gama de actos volitivos, cognitivos y estimaciones, que son estudiadas por las ciencias naturales y biológicas.

    La relación del hombre con la naturaleza, es natural, fortuita, concomitante y recíproca. Esta relación, es producto de una intensa conectividad y correspondencia, entre el hombre y la naturaleza. Por muy inteligente, brillante y eficaz sea el hombre, no puede evitar o ignorar este acontecer y aporte de la naturaleza. El hombre es incapaz de vivir y existir de otro modo, o de construir un mundo físico-material distinto y diferente a la realidad de la naturaleza. Es incapaz, por ejemplo, de ir, o retornar al pasado, vivir una eternidad, renacer, o volver a nacer, estar en dos lugares a la vez. Significa entonces que, el hombre tiene fronteras y límites, dentro del acontecer: los límites y las fronteras de la naturaleza. Por eso, la naturaleza es su fuente, medida, frontera y sustancia.

    En el ámbito del Derecho, esta relación y conectividad produce una gama de valores jurídicos: derechos biológicos, patrimoniales y naturales. Esta relación de sujetos y objetos es de carácter jurídico y valorativo; no se trata de sólo objetos, o "cosas en sí y para sí", y de apariencias, o quimeras creadas por el pensamiento del hombre, como Platón expresa, en su narración de la Caverna. Es una relación viva, productiva y favorable al hombre.

    Las cosas y la naturaleza están en la naturaleza del hombre, en su esencialidad y ser, como una realidad fáctica. El hombre por este hecho, no es más ni menos, respecto la naturaleza. Es un estar evidente, de compuestos orgánicos, químicos y físicos, y de sustancialidad material. Se ennoblece el hombre con la naturaleza y es la razón por la que, debe convivir armoniosamente.

    Por este proceso interactivo, la vida del hombre es el primer y principal valor jurídico y social existente. El derecho a la vida se halla reconocido, normado y consignado en todas las ramas del saber humano y en todas normas jurídicas como: las Constituciones, Códigos Civil y Penal y las normas del Derecho Internacional, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

    La interacción e interrelación del hombre con la naturaleza es, inevitable, necesaria y concreta. Gracias al acto interactivo, el hombre habla, canta, modela, ama, sueña y vive como vive. Igualmente, elabora, fabrica y crea objetos y sujetos inimaginables, como las operaciones matemáticas, lógicas y el lenguaje mismo: hace cultura y civilización. El hombre utiliza en esta labor, su mente o pensamiento y su cuerpo mismo, forjando, arte, armonía, belleza, paz y también destrucción.

    El hacer y crear del hombre, tiene fronteras físicas, aun cuando su pensar e imaginación, lo conduzca a realidades inimaginables o irrealidades sin límite. En este camino, el hombre equivocadamente en tiempos arcaicos y primitivos, rindió culto a la naturaleza, considerándolo un Dios, o un ser sobrenatural y mágico: benefactor o demoníaco. La naturaleza, fue considerada como una deidad llena de poderes especiales, sin conexión alguna con el hombre. Un ser superior y diferente al hombre.

    Más adelante, cuando descubre su racionalidad, se envanece y considera: un Dios racional. La Diosa naturaleza desaparece y es sustituida por el Dios hombre. Un acto vano y desquiciante, producto de la soberbia del hombre, que Theodor Adorno, considera enajenó al hombre, esclavizándolo nuevamente.

    La naturaleza no es una entidad ajena al hombre, tampoco el hombre, respecto de la naturaleza. Están unidos e interactuados armoniosamente. Existe sin embargo, un modo de ser del hombre y otro de la naturaleza. El modo de ser del hombre respecto la naturaleza, es natural (estructural), dialéctico e histórico. Es un modo de ser, regulado y regulatorio, que produce situaciones, connotaciones y valores especiales, de orden social (cultural) y jurídico. La relación del hombre con el agua, (líquido elemento) por ejemplo, produce normas sobre el "derecho de aguas"; frente a la tierra: derecho de tierras; frente al espacio aéreo: "derecho aéreo"; frente al medio ambiente y los recursos naturales: derecho de medio ambiente, etc.

    Entonces el proceso interactivo, hombre = naturaleza, produce una realidad jurídica de sujeto (hombre) y objeto (cosa). Esta relación natural, tiene representación jurídica en el contexto de la naturaleza, en el ámbito de la relación del hombre frente a la naturaleza y frente a los demás hombres. En lenguaje humano, esta relación es reconocida, regulada y normada; es el lenguaje del hombre frente a la naturaleza (que es su naturaleza), puesto que no puede vivir de otra manera que, bajo el lenguaje del Derecho: regulándolo, regulándose y amándola.

  2. PROCESO DE INTERACCIÓN: HOMBRE = NATURALEZA.

    El segundo modo de existir y vivir del hombre es en la sociedad: "sociedad de hombres". En efecto, el hombre nace, vive y existe en el seno de la sociedad, como lo hace en la naturaleza. Pero este vivir y depender de la sociedad, es otra limitación o limitante, en grado y forma diferente al de la naturaleza. El hombre, no puede vivir fuera de la sociedad; sería condenarse a perecer y aún, desaparecer como especie.

    La historia de la humanidad comienza con la creación del hombre y la mujer sobre la tierra, prolijamente narrados, en los mitos y leyendas más remotas. En la cultura Occidental, la creación de Adán y Eva en la Paraíso Terrenal, es el hito más importante del proceso de formación y desarrollo del hombre y la sociedad. El Antiguo Testamento (Génesis) de la tradición judía y cristiana, narra la creación de Adán y Eva. Refiere el texto, que Dios creó a Adán un día Sábado, "a su imagen y semejanza"; pero luego, cuando se da cuenta que la vida de Adán es incompleta y sin mayor sentido, tuvo que crear a Eva de la costilla de Adán, como consorte, compañía y complemento. La vida edénica y paradisíaca de Adán y Eva termina cuando son expulsados del "Paraíso Terrenal": felicidad y paz eterna. Adán y Eva, desacataron el mandato (Ley-norma) de Dios. "Vivirán con el sudor de su frente y procrearan hijos como las estrellas del cielo", fue la sentencia y condena divina de Dios.

    Entonces, según el texto Bíblico, hubo un momento en que Dios reconoce la impracticabilidad de la vida célibe y solitaria del hombre, y corrige esta situación. Eva (mujer) es creada para formar una vida comunitaria, de convivencia y sociedad familiar. Expulsados del Paraíso Terrenal, Adán y Eva inician la construcción de la sociedad, con el sudor de su frente.

    Efectivamente, el hombre y la mujer tienen la facultad y aptitud de reproducirse sexual y pluricelularmente. Y de esta unión y reproducción biológica, nace la sociedad y posteriormente, la gama de valores de carácter social (cultural), jurídico y económico fundamentalmente. El proceso de interacción hombre-hombre, produce desde luego, esa gama de valores relacionados con la vida del hombre en sociedad. Es el caso por ejemplo: los derechos al nombre y apellido, a la imagen, dignidad, honor, familia, herencia, curatela, actos de disposición del cuerpo, mayoría de edad, libertad, usufrúctuo, asociación, representación, propiedad, contrato y otros, que aparecen de esa interrelación social.

    La primera y más profunda forma de interacción social, es la que ocurre entre: hombre = mujer, y es la que produce finalmente, los grandes conglomerados humanos. La explosión en cadena, nace de ese pequeño núcleo, hasta llegar a las actuales civilizaciones y mega polis. Ha tenido mucho que ver en este proceso social, el descubrimiento del trabajo, el lenguaje, la escritura y todos los adelantos técnicos, científicos y culturales.

    Para el caso, existen dos tipos de proceso interactivo social: la individual y la asociativa o comunitaria (de masa). La segunda modalidad, es la realizada por grupos, o por individuos, por consenso o disenso: personas. Pertenecen a este tipo de interacción, las instituciones asociativas como, las cooperativas, sociedades, asociaciones, comunidades, personas jurídicas y los Estados.

    El proceso interactivo individual, es como la vivida o representada por Robinson Cruosoe, en la isla solitaria: (Novela de Daniel Defoe, 1660-1731). En efecto, Robinson Cruosoe, naufraga y logra sobrevivir en una isla. Para poder sobrevivir en una solitaria isla, tuvo que asumir una vida estrictamente disciplinada, estoica, puritana o espartana. Administraba su tiempo y cuerpo escrupulosamente, ejecuta racionalmente una serie de actividades útiles para sobrevivir y remontar el infortunio. Finalmente, el cumplimiento de normas autoimpuestas, le permite conservar la vida. En efecto, ejecuta racionalmente una serie de actividades y tareas útiles para sobrevivir y remontar al infortunio.

    Existe entonces, dos tipos de interacción social, y en cada uno de ellos, tiene que ver la voluntad. Sin embargo, la voluntad, puede ser utilizada positiva y negativamente; por ejemplo, pintar una obra de arte, o construir una vivienda, es un acto positivo y opuestamente, robar o suicidarse, es negativo. Ambos actos, para el Derecho, tienen implicancia jurídica.

    La interacción social, puede ser considerada como la columna vertebral del proceso interactivo del hombre. A la izquierda del cuerpo social, se encuentra la naturaleza, como lo más notorio y antiguo. Desde luego, es lo más fundamental para la vida y la existencia, fuente de la riqueza material y espiritual del hombre. Puede ser considerado también, como la sustancia y carne del cuerpo social y por lo mismo, el pasado, el presente y el futuro del cuerpo social.

    La relación interactiva con la naturaleza, es ciega, sorda y muda, y por eso, requiere de un elemento vivificante, que exprese todo lo que hace el hombre. Este elemento comunicador y vivificante, se encuentra a la diestra del cuerpo social: el intelecto. Este tercer elemento o componente, es relativamente joven, promisorio y deslumbrante. Tiene la virtud de dirigir o direccionar, la vida del hombre. Pero, así como se manifiesta brillante y descollante, es inestable, débil y contradictorio.

    La mente es el laboratorio donde se estructura la vida del hombre, allí se convencionaliza y forja, la norma jurídica, y la personalidad del Derecho. El Derecho en este laboratorio adquiere, rostro, ropaje, lenguaje y los adornos necesarios; pero, en función de la estructura del cuerpo social.

    El Derecho se manifiesta entonces, como una evocación estructural, cultural y moral del proceso de interacción social. El Derecho se desprende del seno de la interacción social, natural y gnoseológica; por eso, el Derecho como la norma, son el argumento lógico de la realidad y del pensamiento.

    Al pensamiento le gusta producir el lenguaje, los enunciados y las normas de regulación y de orden. Siendo así, los valores: moral, social y jurídico son productos del estado de orden, y el orden, es fruto directo del proceso interactivo mencionado.

    En función de la vida del hombre: existencia, dignidad, integridad, aspiraciones y necesidades, se articulan las normas del Derecho. Entonces, la interacción social, es la columna vertebral del quehacer vital del hombre.

    Es necesario distinguir la conducta social individual y grupal. Cuando los tratadistas se refieren a la conducta como componente del Derecho, expresan generalmente al acto mecánico, superficial y expresivo del acto en sí, sin tomar en cuenta a las dos formas de conducta humana. La conducta social de naturaleza jurídica es entonces aquella, envuelta en los tres componentes: lo físico y orgánico, lo químico y cognitivo, y finalmente, lo expresivo, manifiesto y volitivo.

  3. INTERACCIÓN: HOMBRE = SOCIEDAD
  4. INTERACCIÓN: PSÍQUICO=RACIONAL.

La tercera forma de vivir y existir del hombre, es mediante la interacción racional y psíquica: "sociedad de ideas". Esta sociedad de ideas ha sido estudiada y difundida por los más grandes pensadores de la humanidad: psicólogos, neurólogos, filósofos y demás especialistas. Y pertenece su estudio, al campo de las ciencias gnoseológicas, lógicas y psicológicas. En este sentido, ha formado parte de las distintas escuelas: idealismo, racionalismo, empirismo, positivismo lógico, metafísica-teológico, pragmatismo, criticismo, estructuralismo, trascendentalismo, escepticismo, fenomenología (lo que aparece, lo que se manifiesta) y demás concepciones del pensamiento humano. Sólo cabe mencionar que, el proceso interactivo e introspectivo psíquico-racional, referido a la relación de la mente con el cuerpo: lo físico y mental, o lo interno y externo, es una realidad evidente, que merece especial atención.

El filósofo y científico argentino, Mario Bunge explica que sobre este proceso, existen dos doctrinas contrapuestas: "el dualismo y el monismo". El "dualismo", según Mario Bunge, conceptúa lo físico y lo mental como sustancias heterogéneas: "lo que es físico no es mental y recíprocamente, por tanto, son heterogéneos, o bien independientes o interdependientes".

Dice también Mario Bunge, que sobre el dualismo: "no queda ya filósofo que defienda, porque científicamente es inviable".

La doctrina "monista" según Bunge, considera que las dos sustancias, "aunque heterogéneas actúan la una sobre la otra".

Mario Bunge no aclara: "qué es la sustancia mental, ni de qué modo interactúan con la física" y la denominada, noción de acción recíproca está referida tan sólo para "cosas concretas". Entonces resulta que, el "interaccionismo, como el paralelismo", son "imprecisos y estériles". Y en el caso del dualismo, "jamás ha sido formulado en términos científicos" y -por eso- es: "una de las tantas conjeturas del conocimiento ordinario o precientífico", o un "disfraz de nuestra ignorancia", según cita de Spinoza.

Entonces el problema básico del interaccionismo, es la dicotomía injustificada con el que se separó al "sujeto del objeto", y labrar sobre esta separación artificial, el "mito del fantasma en la máquina" (Gilbert Ryle-Inglaterra, 1900-1970). Separación donde, lo que hace la mente y el espíritu, es propio, "privado, no-espacial e inmaterial", sin participación del cuerpo y de los objetos.

Precisamente esta separación artificial, produce un nuevo Dios: mente-pensamiento, que maneja a su libre albedrío: las pasiones, las angustias, las aspiraciones, los ideales, los sentimientos, las abstracciones, las obnubilaciones, alucinaciones y demás productos interactivos.

Este nuevo modelo, es contrario al proceso interactivo: hombre=mente, y por consiguiente, produce una racionalidad injusta, abusiva y vanidosa. La mente es conceptuada como una sustancia distinta y diferente al mundo material; esto es, separada de su fuente y naturaleza, o peor, no tiene fuente y naturaleza. Este tipo de racionalismo, es el que ha producido la denominada: sociedad liberal, con su ethos moral. Sociedad sustentada en principios artificiales: sociedad de clases, que produce una nueva esclavitud.

Significa entonces que la naturaleza y el hombre no son vistos como una misma entidad, o son tratados como entidades diferentes y sin conexión alguna. Esta postura de negarse asimismo, o no reconocer el elemento biológico y someterse a los designios de la razón y la metafísica, y de esta manera, justificar las guerras y los genocidios, como actos propios de la naturaleza humana.

Es verdad que hasta estos tiempos, la ciencia no ha logrado descifrar o explicar, con claridad y precisión, el momento exacto, del quiebre sublime, o la unión feliz, de lo físico y la mente, o viceversa. Existen evidencias objetivas (biológicas y físicas) y gnoseológicas que muestran el proceso interactivo en general, pero no se sabe cómo y de qué manera, se produce el quiebre, o la unión feliz, de lo físico y lo mental. No existe sin embargo, una doctrina seria que niegue realmente la unión "interactiva" de lo mental y lo físico.

La ciencia hace esfuerzos denodados por encontrar y explicar la forma y el instante preciso de cómo se produce ese nexo interactivo y su posterior floración. Su descubrimiento, acabará sin duda con las especulaciones pre-científicas. Existe sin embargo, para los científicos un conjunto de cosas diferentes que al combinarse natural o artificialmente, producen nuevos conjuntos cosificados. Es el caso por ejemplo de una modesta calculadora o computadora, que es el producto de: corriente eléctrica, o señal electrónica, conductores, silicio y el chip del hardware para trasladarse al reino del software donde se produce una gama de combinaciones visuales y auditivas de estricto orden lógico y gnoseológico dirigido. Combinaciones con los que se piensa imitar al cerebro humano, a través de las variaciones de las secuencias de bitios. Este mismo fenómeno ocurre en el campo de la química genética y orgánica, acaso con mucha más propiedad, naturalidad y eficacia.

En la mente humana ocurren similares procesos interactivos. La memoria por ejemplo, depende de dos elementos materiales: el hipocampo, situado a ambos lados del cerebro. Su daño destruye la capacidad de recordar, como cuando hay alteraciones y enfermedades. Una atrofia, un virus, o la falta de química hormonal, (dopamina, serotonina p.e.), o la carencia de un aminoácido (triptófano, p.e.), o para el caso, una desconexión neuronal, (neurotrasmisores p.e.), la falta de irrigación y metabolismo sanguíneo, la desregulación genética, etc, incapacitan al cerebro humano. Significa entonces que, las alteraciones en los elementos corpóreos, físicos, o químicos, producen alteraciones psíquicas y noseológicas, o inciden en el funcionamiento del cerebro y el prensamiento, comprobables o falsables, empírica y científicamenteque.

Los especialistas explican por ejemplo, que la actividad metabólica sanguínea incide en el funcionamiento del córtex y el subcórtex que regula el movimiento muscular del cerebro; en tanto que el tallo encefálico, controla la respiración y el ritmo cardiaco. El metabolismo sanguíneo incide también, en la actividad del sistema límbico y la amigadala, vinculados a la actividad emocional y las áreas relacionadas con la memoria y el procesamiento sensorial. En este orden de cosas, el ámplio córtex crea las ideas (teorías, cálculos matemáticos, etc.), e inversamente la interconexión entre el córtex y el sistema límbico, produce depresión en las personas. Otra zona importante para la actividad mental, según los científicos, es el córtex prefrontal que controla los impulsos del placer y nuestra cólera; por eso, una pequeña alteración o lesión de esta región puede acarrear una personalidad alterada: apática o belicosa.

En el aspecto genético, el organismo humano está compuesto por el ADN que reside en el núcleo de cada célula y el ARN (ácido ribonucleico-productor de proteínas), que es la fuente de todo el vocabulario genético del hombre. Una variación mínima de la composición genética produce cambios en la organización e inteligencia humana. Más allá de la frontera genética, están las partículas atómicas; luego, es pura energía, y un poco más allá un misterioso fenómeno, cuya dilucidación, puede proporcionar el punto de partida de la inteligencia o pensamiento humano.

Existe entonces un proceso interactivo mental evidente y complejo, como el caso de una guitarra de madera que, produce sonido y melodía, con la intervención de un complejo: la madera, cuerdas, clavijas y otros aditamentos corpóreos, y físicos como el viento, el medio ambiente y la mano del artista o ejecutante.

En el fuero interno del hombre, ocurre una variada gama de actos interactivos e introspectivos, de carácter cognitivo y psíquico, interiorizados y exteriorizados, que convierten al hombre en un ser especial. El lenguaje es la evidencia de este proceso, que es una variada gama de enunciados lógicos y gnoseológicos comunes, científicos, técnicos o descabellados; -esto es- certeros o errados, reales o ideales. También el hombre, tiene la aptitud de producir figuras reales e irreales, como las figuras virtuales, que son especie de combinación de: mente y materia. Y contradictoriamente, el hombre, produce situaciones de insatisfacción y autodestrucción.

Entonces, en el cerebro humano ocurre el proceso interactivo, por la que puede: intuir, percibir, tener sensaciones, ideas, conciencia, juicio, razón, voluntad, memoria, imaginación, abstracción, alucinación y demás elucubraciones de fuente intelectiva y psíquica, fuente sensorial o química y fuente real o física. Son aptitudes que han venido formándose y evolucionando a través del tiempo.

Los científicos afirman que biológicamente la zona prefrontal es la última en desarrollarse en los niños, y tiene gran incidencia en la conducta del ser humano. Existe entonces, una unión interactiva entre lo físico y lo mental que, permite al hombre, "ser lo que es", o vivir y existir como ser humano. Implica también que, el cerebro humano como organismo biológico depende de la naturaleza biológica del hombre y se manifiesta o expresa a través del lenguaje, la escritura, los signos, la ciencia, la cultura, la tecnología, el arte, las convenciones, el Derecho, la filosofía, la religión, etc.

Por esta virtud interactiva: físico–mental del hombre, el universo es interesante y valioso, y en el "caso" que dejara de ser habitado por seres inteligentes como el hombre, no tendría significación y valor. Sería algo así, como el reino de las esencias sin nombre y razón.

La función principal del cerebro es entonces, producir ideas y juicios, y con ellos organizar la vida del hombre, en función de sus aspiraciones, intereses y sueños. Según Max Weber estas ideas se dirigen a lo: teleológico (fines), valorativo (valores), tradición (costumbres) y sentimientos (sueños, emociones y evocaciones).

Pero el cerebro, no lo hace espontánea y arbitrariamente, utiliza la urdimbre o sustancia que recibe de la realidad y del fuero interactivo interno. Entonces el cerebro, es una máquina maravillosa que tamiza, organiza y convencionaliza, el producto percibido o recepcionado en el cerebro, y luego, arquetipa a través de las normas, los valores y el lenguaje.

Por la interacción intelectiva y psíquica (dos procesos) germina magistralmente el Derecho. El cuerpo de este Derecho está formado si cabe, por el cerebro, o la mente, el corazón, por los valores, y el lenguaje del Derecho, por las normas y las leyes. Esta "triada" de potencialidades produce la urdimbre o hipóstasis que organiza a su vez, la vida del ser humano. El Derecho también nace de esta potencialidad, ya sea como norma, ley, costumbre, jurisprudencia, disposiciones, convenciones, reglamentos, ordenanzas, constituciones, recibos, facturas, códigos, de carácter jurídico, moral y axiológico.

Mediante el cerebro, el hombre tiene la aptitud de distinguir lo bueno y malo de los objetos, actos sociales y humanos. Igualmente, distingue lo verdadero y falso; lo errado y certero, lo inerte y lo vivo; en función de la vida y existencia del hombre.

En la psique en cambio, está la conciencia que anida al Yo. Según Sigmundo Freud en este lugar (conciencia-YO) se produce el equilibrio o desequilibrio del hombre, por estar sujeto a dos entidades: Súper Yo (conciencia cultural) y el "Ello", o inconsciente y subconsciente. Según Freud, acosan al Yo, ambas entidades, y en este juego dicotómico, los instintos y las pulsiones (eros=tanatos) intervienen o interfieren modelando la conducta o proceder de la persona, ya sea en sentido positivo o negativo. Este juego dicotómico, o interactivo, es procesado por la mente que decide finalmente la ruta o conducta a seguir. Existe sin embargo, límites o dilemas, frente a los que la mente escoge primero, luego decide, y finalmente actúa, manifestando o sin manifestar.

El papel de la mente es de suma importancia y es la que da sentido a la vida del hombre, y según cómo escoja y actúe, o según como procese sus instintos y facultades psíquicas y cognitivas florece su vida, o deviene en negación, ocaso y destrucción.

El proceso interactivo, mente y psique, produce en tiempos arcaicos una sociedad teocrática y esclavista, basado en que la naturaleza era un Dios. Más adelante, la razón (cogito, el absoluto) se vuelve un nuevo Dios, y produce la segunda esclavitud del hombre. En tiempos contemporáneos y posmodernos, nace una nueva racionalidad: homogenizante y emancipadora. Acaso nazca por esta vía la racionalidad que produzca armonía con: la naturaleza, sus semejantes y consigo mismo.

En el mundo se produce un continuo proceso de interacción, cuya naturaleza se refleja en todo orden de cosas y con mayor relevancia en la organización jurídica denominada "Derecho", que es el encargado de la organización, control, seguridad y bienestar del hombre.

3. CARACTERÍSTICAS DEL "JUSREALISMO" SEGÚN EL PROCESO INTERACTIVO Y REGULATORIO.

Desde el punto de vista del proceso interactivo y regulatorio, el Derecho tiene las siguientes características:

  1. Estructura y naturaleza regulatoria: natural y social
  2. Estructura de orden dialéctico
  3. Estructura de seguridad
  4. Estructura racional y positiva

4. FUENTES MEDIATAS Y PRIMERAS DEL DERECHO

Teniendo en cuenta las características del proceso interactivo y fenómeno regulatorio existente, son fuentes mediatas y primeras del Derecho, los siguientes:

1. La naturaleza y el cosmos,

2. La evolución y formación del hombre,

3. Las religiones,

4. Los movimientos sociales y culturales: la formación de las ciudades, las guerras y la actividad científica y tecnológica del hombre.

5. FUENTES INMEDIATAS Y ÚLTIMAS DEL DERECHO

Igualmente, son fuentes inmediatas y últimas del Derecho, los siguientes elementos:

l. El Poder de autoridad,

2. El Estado y las leyes

3. Las costumbres,

4. La doctrina y jurisprudencia

5. La declaración de voluntad, (contratos).

6. FUNDAMENTOS TEÓRICOS DEL DERECHO:

  1. Según esta postura, el Estado tiene como fin la realización de la justicia ciega, así como de otros valores. El Estado debe velar por que los ciudadanos sean virtuosos, prohibiendo aquello que sea inmoral y contrario a la naturaleza humana. Este precepto, obviamente es contradictorio e incumplible por la naturaleza del Estado que representa a las clases dominantes, responsables de los peores desatinos, vesanias y corruptelas. Una sociedad dividida en clases sociales, no puede promover, ni tutelar valores de justicia, libertad, bienestar, equidad y el respeto por la vida, como fundamento de la existencia social. La pena de muerte como castigo, aplicado por el Estado a los gobernados, en su condición de tutor y al mismo tiempo promotor y causante de las mayores muertes e iniquidades es un contrasentido y acto de cinismo mayor.

  2. La virtud como fundamento
  3. La escasez como fundamento

Esta tesis, sostiene que el Derecho es creado y administrado por el Estado, -estado de naturaleza- para superar los conflictos que genera la situación de escasez o disputa de bienes limitados. Esta postura Hobbiana, contraria a la tesis paradisíaca, (pensamiento teológico), sostiene que la escasez de bienes, no permite, o hace innecesario la existencia de la norma jurídica. Para Hobbes, los hombres se encuentran en una situación de guerra, por estar en la naturaleza del hombre principios de: competencia, desconfianza y ansia de poder, o gloria.

Contra esta tesis, el ser humano demuestra estar capacitado para producir, transformar, crear y distribuir sus alimentos y los bienes que, son necesarios para su supervivencia. Desde este punto de vista, los conflictos son propios de las sociedades desequilibradas, alienadas y pervertidas.

  1. Justicia y voluntad del más fuerte

Sostiene esta tesis que, el Derecho se sustenta en la necesidad de limitar la voluntad arbitraria del más fuerte. El derecho del más fuerte es el reconocimiento de la llamada "ley de la selva", donde el más fuerte físicamente -en el pasado- y el más poderoso en la actualidad, imponen su voluntad. Las clases dominantes, históricamente han dispuesto de la libertad, voluntad y vida de los sectores dominados, y limitar esta arbitrariedad, sería para los postulantes de esta tesis, la solución. El Derecho al servicio de una justicia evolucionista.

D. La justicia como igualdad y reciprocidad

Esta tesis Rousoniana, sostiene que el reconocimiento que hacemos los seres humanos, de tener los mismos derechos y obligaciones, permite una condición igualitaria. Para este punto de vista, el Derecho permite una relación de reciprocidad.

E. El Derecho en sí.

Surgido de la conectividad del hombre con su entorno y consigo mismo, y como parte de un proceso natural y propio de lo más grande e inconmensurable, como de lo más pequeño e inaprensible. Este acto regulatorio e interactivo, produce lo que todo el mundo percibe, el estado de orden, donde cada cosa, bien, fenómeno y el hombre, son parte de este proceso y estructura natural, dialéctico y regulatorio.

Albert Einsten, dice al respecto, que el universo se encuentra en "expansión", lo que significa estar en movimiento, frente a la impresión de que el mundo sereno, parece estar hecho de eternidad. Einsten, considera que las únicas causas de la aceleración de las masas de un sistema son las propias masas; y que igualmente: "Se ha determinado que la inercia de un sistema depende necesariamente de su contenido de energía y esto conduce en forma directa a la noción de que la masa inerte es energía latente…El comportamiento geométrico de los cuerpos y la marcha de los relojes dependen de los campos gravitatorios, que a su vez son producidos por la materia".

Si todo fluye y nada es eterno, perfecto, inconmovible (sereno) por el accionar (existencia) de las fuerzas naturales y sociales concomitantes, el Derecho, como tal, es apenas un reflejo de tal estructura: un agente regulatorio jurídico, que se manifiesta como parte del movimiento de las fuerzas naturales, sociales y mentales existentes. Algo así, como lo explica Bertrand Russell:

"El punto principal de la moderna teoría para el filósofo está en que la materia deja de ser una "cosa" y queda constituida por emanaciones de una región; algo así como las influencias que caracterizan a las habitaciones frecuentadas por los espíritus en los cuentos de fantasmas…En el mundo físico tiene lugar toda suerte de acontecimientos, pero las mesas y las sillas, el Sol y la Luna, nuestro mismo pan cotidiano, se han convertido en descoloridas abstracciones, meras leyes manifiestas en la sucesión de los acontecimientos que se producen en las radiaciones procedentes de ciertas regiones"

Significa también que las normas y leyes sociales, no siempre existieron como lenguaje y estructura; pero siempre existieron como acto, como elemento, como movimiento, como sustancialidad y en las actuales sociedades, son irrenunciables como ejercicio jurídico racional. Especie de necesidad y acto antropomórfico

En las sociedades modernas, la palabra, la escritura y la imagen tienen mucho valor, y el Derecho no es ajeno a esta característica consustancial. En el futuro una imagen, un gesto, una acción o conducta, o una simple señal convencional puede ser el agente o la forma como se regule una sociedad. La forma de expresarse de una norma, a no dudarlo, ha venido evolucionando y cambiando: costumbre, oral, escrita, visual, gesticular y virtual. Por otro lado, el Derecho, se expresa bajo parámetros, económicos, sociales y culturales de cada época y lugar. En el pasado, fue costumbre, mito, tabú, símbolo y rito

. El Dr. MARIO ALZAMORA VALDEZ, en el Prólogo de su libro "INTRODUCCIÓN A LA CIENCIA DEL DERECHO", dice: "El derecho no es una pura esencia universal y abstracta, sistema de reglas lógicas ni vida humana o conducta. El derecho es un modo de existencia social del hombre regida por normas que encarnan valores."

III

CONCLUSIÓN.

Dijimos al inicio del presente trabajo que, para una "correcta simbiosis entre la teoría y la praxis del Derecho", había que "clarificar, o encontrar, el ser y la génesis histórica" del Derecho. Modestamente, el presente trabajo contribuye a ese noble propósito. Pensamos también, que ha llegado el momento de que, la humanidad encuentre el "estado de gracia", que las primitivas culturas proclaman haber vivido. Los conocimientos más avanzados de la actualidad, tienden a ese objetivo final: encontrar la sociedad edénica, o eudaimónica. En el trasfondo, todas las sociedades han buscado afanosamente esa meta y objetivo humano, sin haber logrado realmente.

La existencia misma del Derecho y de las normas jurídicas y sociales, son la demostración de que, el hombre y la humanidad viven y forman parte de un estado de regulación, interacción y orden, bajo disímiles y formas diferentes, como por ejemplo: paz, armonía, libertad, equilibrio, solidaridad, orden y bienestar. La existencia misma de estos bienes y valores, es la evidencia de que el hombre batalla por alcanzar esa sociedad, no tanto paradisíaca, sino de armonía y homínido.

Esta sociedad de: justicia, igualdad, libertad, verdad y felicidad, no es utopía, o creación heroica de la fantasía. Es una sociedad, donde cada ser humano tenga la oportunidad de satisfacer sus necesidades materiales y espirituales básicas, en total identidad e igualdad.

Nada en el hombre, debe ser lo contrario al hombre, y el hecho mismo de que el universo, se encuentre en equilibrio natural permanente por millones de años, permitiendo al hombre, estar en el lugar ideal, es la confirmación de que se encuentra dotado de los mismos fundamentos básicos y primarios de la naturaleza y los fenómenos existentes en ella. Significa en realidad, que los mismos componentes y fluidos de nuestro cuerpo, son los mismos que existen en la naturaleza. Dicho también, que la mente y el cuerpo son una reproducción de esa forma de existencia.

Deepak Chopra que, -mencionamos anteriormente- dice al respecto que, nuestras moléculas están relacionadas con un fragmento de inteligencia. Para nadie es extraño que, en el hombre existe un vivir natural e inteligente, un vivir misterioso, que se encuentra químicamente en el material genético del ADN y el ARN., que trabajan durante la vida activa como cerebros y memorias y no se sabe en qué momento son pensamiento creativo, imaginativo, intuitivo, lógico, analítico y racional. Existe entonces una comunicación e interrelación entre ambos conceptos y realidades que, permiten la existencia de la vida y de todo lo que ella representa: el Derecho, por ejemplo.

En el plano social, el fundamento es el mismo; los hombres estamos obligados a interactuar, convivir y compartir dentro de los límites de nuestra propia individualidad o libertad: compartir todo, incluido el mundo subjetivo y espiritual. Y, cualquier comportamiento opuesto, es negación y arbitrariedad a la macro y micro realidad. Significa en todo caso que, el hombre está llamado -o condenado- a convivir y compartir, dentro de los términos: "existo y él existe"; " vivo y él vive"; "me alimento y él se alimenta"; "tengo y él tiene"; "amo y él ama"; "deseo y él desea"; "hago y él hace"; "decido y él decide", etcétera. Son conceptos que, confirman el mandato natural de la interrelación: mente-cuerpo, hombre-hombre y hombre naturaleza. Como la antimateria es a la naturaleza, el ego y las pulsiones instintivas y sensoriales negativas, son a la conciencia y razón humana. Existe una contradecir o contractuación natural, dentro del estado regulatorio natural. Nosotros formamos parte de esta realidad que confirma la existencia palpable y reproducible, o transformable.

La unión conyugal, es el lugar común y natural de la relación convivencial del hombre. Al matrimonio concurren dos voluntades, dos fuerzas disímiles en su existencia y forma, pero concurrentes en su fundamento y esencia; convienen libremente, procurarse amor, servicio y beneficio mutuo. Acto espiritual y físico libertario; acto humano, virtuoso por excelencia, como reflejo de su ser, naturaleza y evidencia.

Los animales, también se procuran asistencia y convivencia mutua; en los hombres, es superlativa, por estar dotado de: inteligencia, conciencia y voluntad.

Compartir y convivir, es por si mismo, un acto social y cultural de la civilización, y por tanto, el fundamento de los bienes espirituales y materiales logrados por el hombre en su devenir. Entonces, la tarea del hombre en la tierra, es compatibilizar y usar su libertad, en función de sus necesidades espirituales y materiales, que no son otra cosa que la búsqueda de equilibrio y bienestar. Por esta circunstancia, el trabajo deviene en complemento social y económico necesario, para reforzar y consolidar dicha convivencia y unión, dentro de un contexto mayor: la estructura jurídica.

El bienestar y desarrollo de la humanidad, es por extensión natural y lógica la prolongación de la unión convivencial de los hombres. Compartir y convivir, es la llave maestra puesta en manos de los hombres para, lograr el desarrollo, el bienestar y la felicidad del hombre.

Los hijos, son el resultado de esta santa unión; nacen o vienen al mundo por voluntad y acto natural, libre y espontáneo de las parejas. La presencia de los hijos, certifica y sublima la unión convivencial y constituyen el motor y acicate para el desarrollo de las familias y el bienestar de la sociedad.

El nacimiento de un nuevo ser genera de hecho, nuevos deberes y derechos, de todo tipo: social, moral, económico y jurídico. El desequilibrio en este campo, o el mal uso de la libertad individual en todos los terrenos, produce una serie de lesiones y distorsiones en las relaciones humanas, y perjudica a toda la sociedad.

La convivencia social, es el primer peldaño de la intrincada red social de la humanidad. Los pueblos y las culturas son el sello y producto de esta mancomunidad. El hombre, mediante el matrimonio, o relación convivencial, -(célula básica-amor convivencial)-, construye a la sociedad, poniendo en acción su esencialidad y libertad. Los hijos, son la expresión más lograda de esta unión, y no cabe duda que, en toda unión humana, se anida o autogenera, el amor y los valores sociales y jurídicos correspondientes.

"No hay sobre la tierra sino dos cosas preciosas", dice el filósofo Gastón Berger: "la primera el amor; la segunda, bien lejos atrás, la inteligencia".

El amor, es la fuerza motriz interna, capaz de lograr las más grandes hazañas sociales y humanas. El poeta italiano Francisco Petrarca, en el siglo XIV, cantando al amor de la bella Laura, a quien conoció en una iglesia, dice: "Dura es la ley del amor, pero por más dura que sea, hay que obedecerla, pues la tierra y el cielo están unidos por ella desde el principio de los tiempos".

El amor ha sido materia prima de las más grandes obras de arte y de la literatura universal. El hombre se encuentra impregnado y atravesado de la palabra amor. El amor, es la fuente de armonía y goce pleno: "Dulce sueño para los que se aman mutuamente". Implica también, la realización de las aspiraciones más sentidas; sobre todo, del acto de entrega del espíritu y el cuerpo, sin parangón.

Cuando la libertad del individuo llega al límite máximo de su esencialidad, ni un milímetro más y ni un milímetro menos, se produce un estado de equilibrio social perfecto. Acaso, este equilibrio es el sustento del amor, o también, de la existencia del ser humano. El lugar donde se produce, la unión de le mente con el cuerpo; el lugar, donde inicia y activa el pensamiento y la inteligencia. Al irradiarse este equilibrio humano perfecto, existe en la sociedad, paz, bienestar y desarrollo.

La civilización, construida sobre estos cimientos, es de hecho, justa, limpia, equilibrada y cristalina como el agua, donde la vida y la existencia, se organizan como un remanso de bienestar y felicidad natural. Orden natural, orden social y orden mental, son los arquetipos de esta unidad y mancomunidad, como expresión natural de la interrelación o conectitud del hombre, con su entorno y fuero interno.

Entonces, compartir y convivir, es el destino del hombre, y lo opuesto: la muerte y la autodestrucción. El exterminio, la destrucción y la violencia del hombre, es un acto ajeno, o impropio a la naturaleza e inteligencia del hombre. Cuando los animales salvajes, recurren a la violencia lo hacen por el mero afán de sobre vivencia o instinto de conservación. Mecanismo de defensa y supervivencia, ante la presencia o inminencia de una agresión contra su vida; por ejemplo, frente a animales depredadores, o para saciar el hambre. El hombre, por su inteligencia, conciencia y voluntad, no tiene esa necesidad, de hacer uso de actos defensivos como "ataca y huye". Su inteligencia y raciocinio le permite optar y transformar su entorno y realidad, y fabricar por ejemplo, una gama de alimentos y bienes para satisfacer sus necesidades básicas y fundamentales. No tiene necesidad de destruir y exterminar, para solucionar sus problemas de supervivencia y alimentación. Esa es la diferencia y la razón de su existencia y vida.

El asesinato y las guerras, no están en la naturaleza y razón del hombre. Son actos irracionales, nacidos y ejecutados a partir de los apetitos instintivos desmedidos. Las guerras, son creados por el hombre y por lo mismo son actos artificiales. Se forja e inicia en la mente, por impulso de los instintos y el ego, y una vez asimilados, son impulsados y ejecutados por la voluntad racional del hombre; por eso son irracionales. Sin otra justificación y razón valedera, el asesinato y las guerras, atentan contra la libertad y existencia del hombre, y por lo mismo, opuestos al acto natural de: procrear, compartir y convivir. Y, siendo la muerte es una negación de la vida, es opuesto al amor y a todos los valores relacionados con la vida y existencia del hombre y la sociedad.

Millones de hombres luchan por alcanzar el amor y la convivencia pacífica; son los que construyen la sociedad y la civilización. Y quienes destruyen, son los desquiciados, pervertidos y alienados. Obsesionados por su ego e instintos, tales individuos, no tienen reparos en utilizar la violencia, con tal de satisfacer sus instintos y ego. En todo caso, el amor y su apuesta por la vida, se imponen y han salido triunfantes, y al lado de esta apuesta, se halla el Derecho.

La libertad es entonces, la medida de todos los valores del individuo, que se da con el acto de vivir y existir. Cualquier menoscabo o hipoteca de la libertad, produce la esclavitud y alienación del individuo, que es la forma encubierta, de la muerte en vida. El Derecho al ser reconocido como instrumento jurídico de la humanidad, lucha precisamente contra los antivalores y las aberraciones sociales: desigualdad, injusticia, esclavitud, fraude, robo, asesinato y otros actos destructivos de la naturaleza, la sociedad y el hombre mismo. El Derecho es el parapeto o escudo jurídico, contra todos estos atentados.

Los jueces del Supremo Tribunal de las Fuerzas Aliadas que, el 25 de Noviembre de 1945 en la ciudad de Nuremberg, dictaron sentencia, contra los criminales y jerarcas nazis del régimen hitlerniano, apelaron en sus locuciones jurídicas, a sus preocupaciones teóricas sobre la naturaleza del Derecho por aplicar. Disintieron como era obvio, reflejando la proliferación de las doctrinas, contrapuestas y en competencia.

La sociedad espera una doctrina auténtica y más precisa del fenómeno jurídico llamado Derecho. El Derecho, tiene un papel delicado y especial en la comunidad mundial, que por las razones ampliamente señaladas, en el pasado, estuvo al servicio de una casta, o grupo social que utilizó la violencia, como artículo de dominación; le toca ahora, estar al servicio de la humanidad entera, sin menoscabo alguno. Este es, el reto mayor del Derecho contemporáneo.

Las comunidades y sociedades primitivas ágrafas, forjaron normas de convivencia y conducta arcaica, y valores morales, sociales y jurídicos, relacionados con el instinto de conservación y los afanes cosmogónicos y míticos propios de su incipiente desarrollo racional y cultural. Las sociedades contemporáneas, basadas en el desarrollo del pensamiento y el lenguaje, están capacitadas para construir el esqueleto lógico y fáctico de una sociedad ideal.

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90. TRES ENSAYOS SOBRE TEORÍA SEXUAL: Sigmund Freud, (Alianza Editorial, Madrid, 1978)

 

 

 

Autor:

Yliam Alejandro Tinoco Altez

FECHA NACIMIENTO: 24 de Marzo de 1945

ESTUDIOS REALIZADOS:

PRIMARIA: Escuela Pre-Vocacional de varones

Acobamba – Huancavelica

SECUNDARIA : -Colegio Municipal Nuestra Señora de la Candelaria, Acobamba

-Colegio Particular Salesiano, Huancayo-Junín

SUPERIOR: -Centro de Instrucción de Oficiales de la Policía Nacional del Perú.

-Universidad Nacional Mayor de San Marcos

GRADOS OBTENIDOS : -Capitán de la Policía Nacional del Perú (retiro)

-Bachiller en Derecho y Ciencias Políticas

Partes: 1, 2, 3
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