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El cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29

  1. Introducción
  2. Costa Rica y el cambio estructural
  3. ¿Qué pretendíamos conseguir con esta investigación?
  4. Metodología y marco teórico
  5. Análisis del cambio estructural en Costa Rica
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Introducción

Decía Heráclito que uno no puede bañarse dos veces en el mismo río, porque la segunda vez, ni el río es el mismo y ni uno es el mismo, ya que todo fluye. De eso trata esta memoria, del fluir de una economía en desarrollo, Costa Rica, y de por qué hoy no es la misma que hace unos años… tampoco nosotros somos los mismos.

¿Por qué interesa estudiar la evolución reciente de una economía en desarrollo?.

Han pasado más de cincuenta años desde que los llamados pioneros del desarrollo iniciaron sus estudios y el problema del subdesarrollo persiste; son contados los casos de países subdesarrollados que han alcanzado niveles de desarrollo que los equiparen con los países del Primer Mundo. Así pues, la Economía del Desarrollo, en particular, y la Ciencia Económica, en general, tienen el problema del subdesarrollo entre sus asignaturas pendientes; aunque lo mismo puede decirse del resto de las Ciencias Sociales.

Por otro lado, los artífices de la política económica de los países subdesarrollados han de enfrentarse permanentemente con la tarea de hacer que éstos avancen por la senda del desarrollo; por ello, no se trata de un simple tema de interés teórico. La utilidad práctica de los estudios de desarrollo es incuestionable. Teniendo en cuenta todo lo anterior, la presente investigación se centra en el estudio del proceso de desarrollo de una economía subdesarrollada, de una economía latinoamericana subdesarrollada.

La mayoría de las colonias latinoamericanas de España y Portugal pasaron a ser naciones independientes en el primer cuarto del siglo XIX y este hecho generó una especie de mutación de los sistemas socioeconómicos latinoamericanos que tuvo entre sus manifestaciones un cambio estructural, lo que permitió a su vez que, desde entonces, dichos sistemas funcionasen siguiendo las pautas de un modelo primario-exportador. La nueva estructura socioeconómica mantenía a estas economías en una situación de subdesarrollo, por lo que a medidos del siglo XX, tras una serie de cambios políticos y sociales, comienzan a implementarse de forma generalizada en la región las llamadas políticas de industrialización por sustitución de importaciones; dichas medidas generaron un nuevo cambio estructural que hizo que los sistemas socioeconómicos latinoamericanos funcionasen conforme a un modelo primario-exportador doméstico-industrial. Sin embargo, la crisis de la deuda en los años ochenta puso en cuestión la estrategia de desarrollo de las décadas anteriores y, tras una serie de cambios políticos y sociales, favoreció la aplicación de las políticas reformistas (ajuste estructural) como nuevo modelo de desarrollo; el resultado está siendo la conformación de una nueva estructura socioeconómica en la región.

La importancia del tema queda refrendada por el sin fin de trabajos que en los últimos diez años se han estado publicando sobre los procesos de reforma económica (ajuste estructural) en todo el mundo, mucho más prolijo para el caso de América Latina en los últimos cinco años. Entre estos trabajos podemos citar, a modo de ejemplo, las obras y recopilaciones de: R. H. Bates y A. O. Krueger, Political and Economic Interactions in Economic Policy Reform: Evidence from Eight Countries (1993); de V. Bulmer-Thomas, The New Economic Model in Latin America and its Impact on Income Distribution and Poverty (1996); de S. Edwards, Crisis y Reforma en América Latina. Del desconsuelo a la esperanza (1997); o de J. Cypher y J. Dietz, The Process of Economic Development (1997).

Respecto de la actualidad del tema, podemos decir que, hoy en día, la mayor parte de los países latinoamericanos han renunciado a los viejos esquemas proteccionistas y, en un contexto democrático, están aplicando políticas de reforma económica como políticas de desarrollo; así pues, el estudio de algún proceso reformista, relativamente exitoso y con suficiente trayectoria temporal para apreciar sus efectos, podría ser de importancia para comprender los demás procesos que se están llevando a cabo en la región.

Hemos elegido como nuestro objeto de estudio la economía costarricense a partir de 1948. El hecho de centrar el estudio en los últimos cincuenta años se debe fundamentalmente a que la Economía del Desarrollo se ha ido conformando desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, por tanto, las políticas económicas de desarrollo implementadas en los diferentes países con distintos resultados, se corresponden con los enfoques teóricos de esta disciplina.

La elección de Costa Rica se debe a varias razones; entre ellas a que es uno de los países que aplicó con éxito la política de industrialización por sustitución de importaciones, alcanzando niveles de desarrollo bastante destacados no sólo a escala regional, sino en el contexto de los países en vías de desarrollo. Y lo hizo a raíz del cambio político acontecido en el país tras la Guerra Civil de 1948 y la promulgación de la Constitución de 1949, vigente hasta la actualidad.

Además, fue uno de los primeros países latinoamericanos en iniciar la implementación de políticas reformistas tras la crisis de la deuda, a raíz de un nuevo cambio político. Dichas medidas han logrado generar una transformación de la economía costarricense que le ha permitido mantener un crecimiento sostenido desde mediados de los ochenta (aunque debemos reconocer que la evolución de los últimos años pone en cuestión dicha sostenibilidad). Este proceso se ha caracterizado por unos indicadores macroeconómicos bastante aceptables para el conjunto de la región latinoamericana, por unos efectos sociales mínimos y por una reducción de los niveles de pobreza, que crecieron durante la crisis.

Y debemos añadir que el proceso de desarrollo de Costa Rica ha tenido lugar en un marco político democrático con un amplio consenso nacional. Tras la abolición del ejército en 1948, este pequeño país centroamericano se ha convertido en un oasis de paz, estabilidad y alternancia política en el tumultuoso contexto de la América Latina del último medio siglo, caracterizada por golpes militares, guerras civiles, dictaduras y gobiernos sin alternancia democrática.

Pero concretamente, nuestra investigación queda limitada al estudio del cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense a raíz de la crisis de principios de los años ochenta y de la nueva estructura socioeconómica que se ha ido conformando. Esta acotación de nuestro objeto de estudio viene condicionada por dos hechos; el primero es la abundancia de estudios que sobre esta temática existen para el periodo 1948-1980, por lo que difícilmente podríamos aportar nada nuevo en relación con dicho periodo; el segundo es que nos interesa la realidad económica presente y dado que ésta no es una investigación de historia económica sino de estructura económica, creemos que debemos centrarnos en lo reciente, lo cual no es óbice para que mantengamos una perspectiva histórica.

Costa Rica y el cambio estructural

Los orígenes más remotos del sistema socioeconómico costarricense los podemos encontrar en el periodo colonial, que iría desde 1560 cuando Juan de Cavallón comienza la conquista hasta que la Capitanía General de Guatemala proclama su independencia de España en 1821. El modelo histórico estructural que explica el funcionamiento del sistema socioeconómico costarricense en ese periodo es el modelo colonial. El territorio de lo que hoy conocemos como Costa Rica estaba bajo la administración de la Corona Española, pero a diferencia de otras zonas coloniales, se encontraba en una situación de aislamiento y de abandono por parte de la metrópoli, dada la falta de algún producto interesante para el comercio. Durante la etapa colonial se implementaron dos modelos de cambio estructural menor que trataron de reorientar la producción, primero hacia la plantación de cacao a partir de 1650 y después hacia la de tabaco a partir de 1780.

Las sucesivas crisis del modelo colonial costarricense estuvieron vinculadas a las limitaciones que el régimen mercantilista de la metrópoli imponía, por eso cuando a Costa Rica llegó la proclamación de independencia de la Capitanía General de Guatemala, ésta fue muy bien acogida y se inició un periodo de inestabilidad política que una vez resuelto, permitió un cambio estructural basado en el fomento del monocultivo del café, en la apertura comercial y la exportación de café y en la conformación de lo que se conoce como el Estado patriarcal. De dicho cambio estructural surgió un modelo histórico estructural primario-exportador de tipo agrario, basado en una agricultura de economía integrada, que tenía como eje central de toda actividad económica el café.

Tras el golpe militar de Tomás Guardia en 1870, el modelo sufrió un nuevo cambio estructural, de forma que la nueva estructura vino a tener entre sus elementos al Estado liberal, al ferrocarril y a las plantaciones bananeras; así, la agricultura de enclave se convirtió en un complemento de la agricultura de economía integrada y el bicultivo café-banano pasó a ser el eje de la actividad económica de un modelo primario-exportador más complejo.

La llegada al poder de Rafael Ángel Calderón Guardia en 1940 dio paso a la conformación de una nueva estructura socioeconómica, que pese a estar basada en el modelo primario-exportador, incorporó un nuevo tipo de Estado, el socioliberal, caracterizado por una gran intervención en lo social y un liberalismo en lo económico.

Un nuevo cambio estructural se produjo tras la Guerra Civil de 1948, cuando el Estado comenzó a intervenir en la economía de forma decidida y se fomentó una agricultura de exportación más diversificada. Sin embargo, este reajuste fue insuficiente y la nueva élite política del país impulsó un nuevo cambio estructural basado en el fomento de la industrialización por sustitución de importaciones, completado con un permanente apoyo al sector exportador; al mismo tiempo el Estado intervencionista se iba consolidando.

Surgió de esta forma el modelo histórico estructural primario-exportador doméstico-industrial, basado en la producción de bienes de consumo destinados al mercado interno o al Mercado Común Centroamericano, y en el desarrollo del sector exportador de productos primarios que permitía financiar las importaciones de bienes de capital e intermedios para la producción de bienes de consumo.

Este modelo sufrió un reajuste hacia principios de la década de 1970, cuando el Estado decidió aumentar su participación en la economía, dedicándose también a actividades productivas para evitar que éstas cayesen en manos de las empresas transnacionales; había surgido el Estado empresario y se habían introducido en la estructura económica del sistema algunos de los elementos que determinarían la crisis del modelo primario-exportador doméstico-industrial y propiciarían un nuevo cambio estructural a mediados de la década de 1980.

La crisis puso de manifiesto las limitaciones del modelo de desarrollo de industrialización por sustitución de importaciones y desestabilizó la estructura socioeconómica que dicha estrategia había conseguido crear en el país. El citado modelo, que forma parte de la teoría estructuralista del desarrollo, arrancaba del supuesto de que el subdesarrollo está directamente vinculado a la especialización productiva primaria de los países pobres y que el libre comercio internacional no hace sino perpetuar una estructura socioeconómica dependiente y subdesarrollada.

La recomendación de los estructuralistas para enfrentar este problema y generar un cambio estructural, fue una política de desarrollo consistente en sustituir las importaciones de productos industriales por manufacturas de producción nacional. Este proceso de sustitución trajo consigo la necesidad de proteger dicha producción nacional de la competencia de otros países; para ello se crearon una serie de barreras proteccionistas y medidas de apoyo a la citada producción sustitutiva. Todo ello obligó al Estado a intervenir activamente en la economía, creando un gran número de regulaciones, e incluso a asumir el papel de empresario, cuando la iniciativa privada no era capaz de desarrollar el aparato productivo de estos países y no se deseaba acudir a la inversión extranjera. Debido a ello, el Estado tuvo que hacer frente a un considerable y creciente gasto público, procedente tanto de la administración pública como del sector público empresarial.

Ante la imposibilidad de cubrir dichos gastos con los ingresos fiscales se recurrió al endeudamiento externo. En los años setenta los tipos de interés internacionales eran muy bajos y el dólar se encontraba devaluado, por lo que el endeudamiento no constituyó mayor problema; sin embargo, cuando a comienzos de los ochenta aumentaron tanto los tipos de interés como la cotización del dólar, la situación cambió, sobrevino la crisis de la deuda y las estructuras socioeconómicas de los países que habían seguido este modelo de desarrollo vivieron un periodo de fuerte inestabilidad.

El pago del servicio de la deuda exigía un gran volumen de divisas por parte de los países que habían implementado la industrialización por sustitución de importaciones y eso era algo que el modelo difícilmente podía generar; la protección había originado un sesgo antiexportador y la producción nacional no era competitiva fuera de los mercados protegidos. Además, las pocas divisas que obtenían las economías eran destinadas a las importaciones de bienes intermedios y de capital, necesarios para generar la producción sustitutiva, que era esencialmente de bienes de consumo.

La crisis afectó a todos los países que habían seguido las recomendaciones estructuralistas, Costa Rica, en eso, no fue una excepción, es más, fue el primer país latinoamericano, antes incluso que México, en declarar la moratoria en el pago de la deuda, en 1981.

A partir de aquí el comportamiento político y económico de Costa Rica ha sido algo diferente al de sus vecinos latinoamericanos, podría decirse que pionero, junto a Chile. Costa Rica, rápidamente, tras un cambio de gobierno, inicia un proceso de apertura y firma una serie de acuerdos de estabilización y de ajuste estructural con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y los Estados Unidos, los cuales les permitieron acceder a un importante volumen de ayuda al desarrollo. Estas entidades consiguieron influir decisivamente para que en el país se implementara un nuevo modelo de desarrollo.

Costa Rica había optado, casi inevitablemente, por un nuevo modelo de desarrollo basado en la promoción de exportaciones no tradicionales. Dicha estrategia de desarrollo se incardina dentro de la teoría neoliberal del desarrollo que preconiza la liberalización externa e interna de la economía. Según los autores neoliberales para que las economías subdesarrolladas puedan desarrollarse han de generar un proceso de crecimiento sostenido, que sólo puede alcanzarse aprovechando las oportunidades que ofrece el mercado mundial en el contexto de la globalización; para ello es necesario que los productos que dichas economías generan sean competitivos y esto no puede lograrse bajo un sistema comercial proteccionista. El resultado de todo esto es que las economías subdesarrolladas deben desmontar sus sistemas de protección para permitir que la competencia externa active un proceso de cambio estructural; proceso que requerirá también una importante reforma del Estado, que liberalice la economía y que permita al mercado realizar su función de asignar eficientemente los recursos para que la producción sea competitiva.

Costa Rica inició su proceso de apertura comercial con gran celeridad y lo concluyó en plazo razonable; sin embargo, la liberalización interna de la economía fue más tímida, más lenta e incluso puede considerarse inacabada, y es ésta una de las causas de los elevados déficits fiscales que ha soportado Costa Rica en los últimos años y que ponen en cuestión la sostenibilidad de su crecimiento económico.

De la implementación de estas medidas reformistas se derivó un cambio sustancial en la estructura socioeconómica de Costa Rica, de forma que sus elementos y sobre todo sus interrelaciones (leyes estructurales) son, a finales de los noventa, muy diferentes de los existentes a finales de los setenta. Así pues, una nueva estructura socioeconómica será la que explique el funcionamiento y la evolución del sistema socioeconómico costarricense de principios del siglo XXI.

Cabría preguntarse por qué estudiar el cambio estructural y la nueva estructura económica de Costa Rica y no cualquier otro aspecto del desarrollo de esta economía. Entre las razones podríamos argumentar las siguientes: en primer lugar, porque al dirigir nuestra investigación hacia estos aspectos, podemos captar la globalidad de la realidad socioeconómica costarricense; en segundo lugar, porque ello nos permite adoptar una perspectiva dinámica y estudiar la estructura económica en evolución; y, en tercer lugar, porque este enfoque nos permite introducir el análisis social y político, lo que creemos relevante para explicar la evolución de la economía costarricense.

Así pues, nos adentraremos en el estudio del último cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense y de la estructura resultante, tratando de dar respuestas a un par de cuestiones, ¿por qué ha cambiado la estructura socioeconómica costarricense desde principios de los ochenta? y lo que es más importante, ¿cuál es la nueva estructura socioeconómica que caracteriza a Costa Rica hoy en día?

¿Qué pretendíamos conseguir con esta investigación?

El objetivo general de la presente investigación es conocer las razones que llevaron al cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense y las características y el funcionamiento de la nueva estructura socioeconómica.

Dada la generalidad de dicho objetivo y de cara a su consecución creemos conveniente desglosarlo en cuatro objetivos específicos, a los que hemos sumado un quinto objetivo de carácter metodológico. Dichos objetivos son:

a) Constatar la existencia de un cambio estructural en el sistema socioeconómico costarricense desde principios de los años ochenta hasta la actualidad.

b) Conocer la naturaleza y las repercusiones de la crisis que vivió el sistema socioeconómico costarricense a principios de los años ochenta.

c) Conocer las razones que llevaron a la aplicación en Costa Rica de un modelo de desarrollo tan distinto de los aplicados con anterioridad.

d) Determinar los efectos del nuevo modelo de desarrollo sobre la estructura socioeconómica costarricense.

e) Elaborar un método adecuado para el análisis del cambio estructural de una economía en desarrollo.

En este sentido hemos elaborado una serie de hipótesis tras cuya demostración, si procede, obtendremos unas conclusiones. Estas hipótesis son las siguientes:

  • Las leyes estructurales de la actual estructura socioeconómica costarricense son, en su mayoría, distintas de las existentes a principios de los años ochenta.

  • La crisis del sistema socioeconómico costarricense de principios de los años ochenta era de tal intensidad que impedía la autorregulación del mismo y como consecuencia tuvo lugar un relevo en la élite política del país.

  • La nueva élite política, condicionada por el problema de la deuda externa y por la ayuda financiera internacional, optó por abandonar el creodo intervencionista y saltar hacia un creodo neoliberal, como forma de devolverle la estabilidad al sistema.

  • El modelo de desarrollo basado en políticas de reforma económica, como manifestación del creodo neoliberal, ha originado al ser aplicado una nueva estructura socioeconómica en Costa Rica.

¿Cómo hemos realizado esta investigación?

Entendemos que el estudio del sistema socioeconómico ha de ser abordado de manera interdisciplinar, por equipos donde al menos participen, además de economistas, sociólogos, juristas, politólogos e historiadores; aquí nos hemos limitado a hacer nuestra aportación desde el campo de la economía. Precisamente porque trabajamos desde una perspectiva económica, nuestro marco teórico de referencia no puede ser otro que la Economía del Desarrollo, como se explica en el capítulo 2.

Distintos estudios han abordado la evolución de la economía costarricense desde principios de los ochenta hasta nuestros días; entre ellos destacan los trabajos y recopilaciones de: J. M. Villasuso, El nuevo rostro de Costa Rica (1992), que sólo recoge la década de los ochenta y la perspectiva es pluridisciplinar; de R. Jiménez, Estabilidad y desarrollo en Costa Rica. Las reformas pendientes (1998); de C. Conejo, H. Mora y J. R. Vargas, Costa Rica hacia el siglo XXI. Balance de las reformas económicas 1983-1998 (1999); de E. Lizano, Ajuste y crecimiento en la economía de Costa Rica 1982-1994 (1999), aunque no recoge la Administración Figueres; y de C. Sojo, Democracias con fracturas. Gobernabilidad, reforma económica y transición en Centroamérica (1999), aunque incluye a otros países y está elaborado desde una perspectiva pluridisciplinar.

Sin embargo, ninguno de los trabajos antes citados estudian la evolución de la economía costarricense desde una perspectiva sistémica y evolutiva y no aplican el análisis estructural. Algunos antecedentes importantes de la aplicación del análisis estructural al estudio de la economía costarricense lo constituyen los trabajos de: H. Fallas, Crisis económica en Costa Rica. Análisis de los últimos veinte años (1981); de R. Carcanholo, Desarrollo del capitalismo en Costa Rica (1981); y el clásico Estudio sobre la economía costarricense, de R. Facio (1942).

Nuestro trabajo por el contrario trata de aplicar el análisis estructural desde una perspectiva compleja y evolutiva al estudio del sistema socioeconómico costarricense entre 1980 y 1998. El marco metodológico y conceptual en el que incardinamos, por tanto, esta investigación es el de la economía compleja y evolutiva desde una perspectiva sistémica y dentro del mismo utilizamos como método el análisis estructural; ambos aparecen desarrollados en el capítulo 1.

Entendemos que es imposible pretender reducir las modificaciones que se producen en un sistema socioeconómico a una simple variación cuantitativa de parámetros, suponiendo la homogeneidad de los niveles del fenómeno. De esta forma, el enfoque cualitativo, a la vez que cuantitativo, se hace absolutamente necesario para analizar los problemas económicos en su plena dimensión estructural. Así pues, en esta investigación hemos utilizado lo que se denomina la triangulación, es decir, la combinación de técnicas de investigación cualitativas y cuantitativas, ya que consideramos que ambas metodologías son complementarias.

La combinación de ambos enfoques puede apreciarse en las sucesivas fases que hemos ido recorriendo a lo largo de toda esta investigación sobre el proceso de desarrollo de Costa Rica.

En un primer momento nos llamó la atención la peculiaridad de su proceso de desarrollo, ya que en pleno istmo centroamericano había logrado alcanzar unos niveles de vida y una estabilidad democrática muy alejados de los propios de esa región. Entendíamos que para comprender el proceso peculiar de desarrollo de Costa Rica no nos bastaba con acudir a las obras de referencia y a los meros datos estadísticos. Por ello, nos propusimos que nuestra primera estancia de investigación en ese país fuese un proceso de inmersión sociocultural, de forma que pudiésemos captar esos sutiles detalles que no se perciben por la mera lectura de los diferentes documentos.

Nuestro trabajo comenzó con la observación detallada y próxima a los hechos; se trataba de buscar lo específico dentro de lo cual se podrían o no descubrir determinados patrones; no estábamos atado por ningún modelo teórico concreto y nuestras generalizaciones las fuimos elaborando sólo tentativamente a partir de los datos recogidos.

Elegimos como técnica cualitativa la entrevista en profundidad y así, durante nuestras cuatro estancias en el país, mantuvimos encuentros con destacados investigadores sociales (politólogos, economistas y sociólogos) y con importantes políticos del país; entre ellos merece la pena destacar al Dr. D. Juan Manuel Villasuso (ex Ministro de Planificación)[1], al Dr. D. Carlos Vargas (ex Ministro de Planificación), al Dr. D. Manuel Solís (Director del Instituto de Investigaciones Sociales), a la Dra. Dª Ciska Raventos (Subdirectora del Instituto de Investigaciones Sociales), al Dr. D. Jorge Rovira (Catedrático de Sociología e Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales), al Dr. D. Juan Rafael Vargas (Subdirector del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas y Director de la Maestría en Economía), a D. Carlos Sojo (Investigador de la FLACSO), a D. Melvin Álvarez (Director del División de Investigación del Banco Central Costa Rica), a Dª Odete Fonseca (Asesora Parlamentaria en la Asamblea Legislativa), a Dª Rebeca Araya (Asesora en la Asamblea Legislativa), a D. Olegario Sáenz (Funcionario del Área de Análisis del Desarrollo de Ministerio de Planificación y Política Económica), a Dª Evelyn Villarreal (Investigadora del Proyecto Estado de la Nación) y a D. Luis Ramírez (Investigador del Instituto Costarricense de Estudios Políticos "Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia"). Además, entrevistamos de manera informal a personas representativas de distintos estratos sociales (amas de casa, pequeños empresarios, trabajadores públicos, empleados urbanos del sector privado, trabajadores rurales, estudiantes, funcionarios de distintos organismos, responsables de sindicatos, fundaciones y organizaciones no gubernamentales, consultores privados, funcionarios de la Agencia Española de Cooperación Internacional en Costa Rica, extranjeros residentes, otros investigadores extranjeros…); ello nos permitió captar aspectos de nuestro objeto de estudio complementarios con los descubiertos en las entrevistas formales.

Compaginamos estas entrevistas con la búsqueda de información documental directa e indirecta, información estadística e información legislativa. Visitamos los principales centros de investigación del país (Universidad de Costa Rica, Universidad Nacional, Universidad Latinoamericana de la Ciencia y la Tecnología, Facultad Latinoamericana de las Ciencias Sociales…), las principales bibliotecas (Banco Central de Costa Rica, Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica, Universidad de Costa Rica, Universidad Nacional, Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo, Banco Interamericano de Desarrollo…) y los ministerios y organismos públicos más relevantes al objeto de la investigación (Banco Central de Costa Rica, Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica, Ministerio de Hacienda, Ministerios de Agricultura y Ganadería, Ministerio de Economía, Industria y Comercio, Ministerio de Relaciones Exteriores, Asamblea Legislativa, Instituto Costarricense de Turismo, Instituto Costarricense de Electricidad, Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, Caja Costarricense del Seguro Social, Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia, Dirección General de Estadísticas y Censos, Instituto Nacional de Seguros, Proyecto Estado de la Nación…).

Al mismo tiempo asistimos a diversas conferencias y seminarios sobre el desarrollo de Costa Rica, ya que nuestras estancias coincidieron con momentos de intenso debate político y social sobre esta materia.

En nuestra primera estancia de investigación, de tres meses de duración durante 1995, se realizaron la mayoría de las entrevistas en profundidad y se visitaron los principales centros.

Simultáneamente con todo el proceso de recogida de documentación, fuimos analizando la coherencia de la información procedente de las distintas fuentes y realizamos la correspondiente clasificación temática de la misma. Esto nos permitió ir analizando la información clasificada, por medio de la lectura de los distintos documentos y de la elaboración de distintos indicadores de carácter relativo, en el tiempo, en el espacio o en relación con el total que representaban.

El proceso de clasificación y análisis de la información se completó con posterioridad a la estancia de investigación, lo que puso de manifiesto algunas lagunas documentales que se subsanaron, en parte, con una segunda estancia de dos semanas, en 1996, que nos permitió además actualizar nuestra información bibliográfica, estadística y legislativa, y visitar algunos de los organismos que nos quedaron pendientes en la primera estancia.

A partir de aquí, procedimos a periodificar la evolución de la economía costarricense, lo que nos permitió delimitar ya concretamente nuestro objeto de estudio, el cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense a raíz de la crisis de principios de los años ochenta y de la nueva estructura socioeconómica que se ha ido conformando. Simultáneamente, quedó definido también nuestro marco metodológico, que sería el análisis estructural.

En medio de este proceso realizamos una tercera estancia de investigación, de dos meses de duración, en 1997, donde además de continuar con algunas visitas, repetir otras y actualizar nuestra información documental, volvimos a realizar algunas entrevistas informales y en profundidad, aprovechando las mismas para contrastar una serie de hipótesis tentativas con las opiniones de diferentes investigadores del país.

Con posterioridad, profundizamos en los aspectos de la metodología tratando de integrar los viejos enfoques estructuralistas, que aún siguen siendo válidos, con las más recientes aportaciones procedentes del campo de la concepción compleja y evolutiva de la economía.

Una vez aclarados estos aspectos, se elaboraron las hipótesis a la luz de la información analizada; dichas hipótesis se detallan con posterioridad.

Continuamos profundizando en el análisis de nuestro objeto de estudio, en aras a demostrar nuestras hipótesis, extraer las oportunas conclusiones y redactar la memoria final de la investigación.

En medio de esta última fase, se realizó una cuarta estancia de dos semanas de duración durante 1999, en la que se recopiló la documentación necesaria para completar algunos vacíos de información, se adquirió la bibliografía más novedosa aparecida sobre el objeto del estudio y se realizaron algunas entrevistas informales y en profundidad, al objeto de captar las apreciaciones que se tienen sobre la situación de la economía costarricense bajo la Administración Rodríguez y sobre las perspectivas de futuro.

Las fuentes utilizadas para esta investigación han sido muy diversas. Del lado de información estadística hemos contado con las principales bases de datos económicos del país, tanto impresas como en soporte magnético, así como con un importante volumen de datos estadísticos no publicados pero que fueron suministrados por distintos organismos, en especial por el Banco Central de Costa Rica y por el Ministerio de Planificación y Política Económica. El recurso de las bases de datos virtuales accesibles por medio de internet fueron un importante complemento.

Del lado de la información jurídico-política, hemos consultado las principales normas de la legislación económica del país, así como los principales documentos de política económica donde se recogen las directrices de la política del Gobierno, en particular, los planes nacionales de desarrollo y algunos documentos políticos del Ministerio de Planificación y Política Económica. Así mismo, las noticias de prensa también fueron de gran utilidad para el estudio de determinados planteamientos de algunos líderes políticos.

Del lado de los análisis económicos, distinguimos tres tipos diferentes según las fuentes; en primer lugar, tendríamos los análisis primarios realizados por los organismos públicos encargados de la difusión de la información económica del país, en particular el Ministerio de Planificación y Política Económica y el Banco Central de Costa Rica; en segundo lugar, estarían los análisis secundarios, elaborados y publicados por distintos investigadores del país basándose en las fuentes estadísticas, la legislación aprobada, los análisis primarios de los organismos públicos y otros análisis secundarios, entre ellos destacan los procedentes del Proyecto Estado de La Nación; y, en tercer lugar, nos encontraríamos con la información y los análisis procedentes de las distintas entrevistas con importantes personalidades e investigadores del país.

¿Con qué limitaciones hemos tenido que enfrentarnos en esta investigación?

Realizar una investigación sobre una realidad social global y compleja, que además se refiere a un periodo de tiempo amplio, ha supuesto la principal limitación con la que hemos tenido que enfrentarnos.

Estudiar la economía de un país que no es el propio, que se encuentra a miles de kilómetros de distancia y en el que no se ha residido durante el periodo objeto de estudio, era un importante reto. Considerar que dicha tarea sólo puede ser abordada por investigadores del país va en contra de los principios de cualquier ciencia. Realizar dicha tarea a partir de unos cuantos datos y documentos recogidos durante una estancia de dos semanas suponía correr el riesgo de que nuestra investigación se convirtiera en un informe de misión, alejado de la realidad que pretendíamos estudiar. Había que encontrar un término medio y éste fue la inmersión sociocultural en la realidad costarricense durante tres meses y el refuerzo de dicha experiencia con nuevas visitas más breves. Debemos confesar que en este caso hemos tenido la excepcional oportunidad de contar, desde 1996, con la colaboración de una investigadora social costarricense que nos ha servido como interlocutora en las discusiones sobre el tema, como fuente de información directa de los acontecimientos de la vida política costarricense y como correctora de distintos trabajos previos. El hecho de que dicha investigadora se convirtiera posteriormente en mi esposa, reforzó la inmersión sociocultural con lazos familiares y personales.

Pese a esta limitación, que creemos haber salvado de forma conveniente, contábamos, no obstante, con una ventaja vinculada. Teníamos la oportunidad de estudiar una realidad social totalmente desconocida para nosotros y sobre la que no teníamos ningún juicio de valor previo a la investigación; luego estábamos en inmejorables condiciones para realizar una investigación relativamente objetiva, lo cual no ocurre cuando el científico social analiza una realidad de la que forma parte.

La segunda limitación importante era el acceso a la información de una realidad social tan distante físicamente. Con independencia de los resultados de la aplicación de técnicas de investigación cualitativa y del proceso de inmersión sociocultural, las diferentes instituciones costarricenses que visitamos nos brindaron toda la información disponible que les solicitamos, en muchos casos, obsequiándonos documentos, en otros entregándonoslos en soporte magnético para facilitarnos el transporte y, la mayoría de las veces, permitiéndonos hacer copia de distintos documentos (públicados, públicos no publicados y de circulación restringida). En otros casos acudimos a distintas librerías (de libro nuevo y de libro usado) donde pudimos adquirir ejemplares de los documentos que necesitábamos. Afortunadamente la información disponible en Costa Rica sobre nuestro objeto de estudio es abundante, el problema residió en la recopilación y posterior transporte de tanta documentación. Los recursos disponibles en internet, en particular datos estadísticos, que se actualizan continuamente, y prensa digital, que recoge información de los acontecimientos políticos que afectan a la economía del país también fueron de gran utilidad. Los contactos profesionales, personales y familiares también nos facilitaron, por correo electrónico y por correo ordinario, documentos puntuales que fuimos necesitando.

¿Cómo se encuentra organizado el contenido de esta memoria de investigación?

Si excluimos del cómputo la presente introducción, las conclusiones, la bibliografía y un anexo, esta memoria de investigación está compuesta por seis capítulos, agrupados en dos bloques.

El primer bloque, o parte, está formado por dos capítulos dedicados a la exposición de la metodología y el marco teórico de la investigación, mientras que en el segundo bloque, compuesto por cuatro capítulos, se analiza el objeto de estudio.

En concreto el capítulo 1, denominado "Planteamiento metodológico", está dedicado a explicar la metodología de análisis que hemos empleado, el análisis estructural aplicado a un sistema en evolución, así como los conceptos claves que de ella se derivan (estructura, sistema, creodo, autopoiesis, cambio estructural…) y un método de análisis del cambio estructural.

El capítulo 2, denominado "Marco teórico", se dedica a presentar el debate que se ha dado durante los años noventa en el seno de la Economía del Desarrollo, sintetizando las aportaciones de las principales corrientes, la neoliberal, la neoestructuralista y la alternativa.

En el capítulo 3, denominado "El contexto regional e histórico de Costa Rica", se resalta la singularidad de Costa Rica dentro de la región centroamericana, se hace un recorrido por su historia y se define la estructura socioeconómica de dicho país a principios de los años ochenta.

El capítulo 4, denominado "Crisis y salto creódico en Costa Rica", se dedica al estudio de la crisis que se produjo en el país a principios de los años ochenta, del cambio de poder que de ella resultó, del salto creódico (mutación) que se produjo en el sistema y del modelo de desarrollo que comenzó a implementarse una vez superada la crisis.

En el capítulo 5, denominado "Las políticas de reforma", se analizan las políticas de ajuste estructural implementadas en Costa Rica como nuevo modelo de desarrollo.

El capítulo 6, denominado "La nueva estructura socioeconómica costarricense", está dedicado a constatar la existencia de un cambio estructural y a analizar los elementos e interrelaciones que caracterizan la estructura socioeconómica costarricense en nuestros días, así como el modelo estructural que la define, cerrándose el capítulo con unas consideraciones acerca del desarrollo del sistema socioeconómico costarricense y unas perspectivas de futuro.

¿Quiénes han contribuido de forma significativa a esta investigación?

La investigación que aquí se presenta no hubiese podido realizarse sin el concurso e influencia de distintas personas e instituciones que, de diferentes formas, realizaron sus contribuciones a lo largo del proceso de investigación. El mérito que en ella se encuentre corresponde sin duda a sus aportaciones, los errores y omisiones son, sin embargo, de la exclusiva responsabilidad de este doctorando.

En primer lugar, debo agradecer a la Universidad Internacional de Andalucía – Sede Iberoamericana Santa María de La Rábida, por haberme concedido la beca que me permitió cursar los estudios de Maestría sobre Desarrollo Económico en América Latina y que sirvieron de base para esta investigación.

En segundo lugar, esta investigación no hubiese llevado a cabo de no ser por la financiación recibida de distintas entidades. El Programa de Movilidad "Estancias en Centros de Investigación Extranjeros para Becarios de FPI" del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) aportó los recursos necesarios para las dos primeras estancias en Costa Rica. La tercera estancia fue financiada por el "Programa de Movilidad de Investigadores" del IV Plan Propio de Investigación de la Universidad de Huelva. La financiación de la cuarta estancia provino de una "Ayuda para la Realización de Tesis Doctorales" concedida por la Asociación de Industrias Químicas y Básicas de Huelva (AIQB); al Ministerio de Educación y Ciencia del Gobierno Español (hoy Ministerio de Educación y Cultura), a la Universidad de Huelva y a AIQB, pues, mi agradecimiento.

En tercer lugar, debo agradecer a las instituciones que me acogieron como investigador visitante en Costa Rica y me brindaron toda clase de facilidades, más allá incluso de lo que pueda considerarse como hospitalidad; estos organismos fueron el Instituto de Investigaciones Sociales, la Maestría en Economía y la Maestría Centroamericana de Ciencias Políticas, los tres de la Universidad de Costa Rica.

En cuanto a las personas de las que he recibido inestimable colaboración, tanto en España como en Costa Rica, la lista es interminable, aun así nos gustaría hacer explícito nuestro agradecimiento a las siguientes personas.

A la Dra. D. Manuela A. de Paz Báñez, por aceptar una vez más dirigir una de mis investigaciones, por la amabilidad con que leyó los borradores de este trabajo, parte de ellos durante sus vacaciones, por sus siempre apreciados consejos y por la paciencia demostrada al tratar de convencer de sus errores a este testarudo discípulo.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29
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