El cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense (página 20)

TABLA 6.9

BALANZA POR CUENTA CORRIENTE (1980-1997).

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Vargas y Sáenz (1994), MIDEPLAN (1995-b) y MIDEPLAN (1998-b).

Datos en porcentajes del PIB; BCC: saldo de la balanza por cuenta corriente; BC: saldo de la balanza comercial; BS: saldo de la balanza de servicios; BR: saldo de la balanza de rentas; BSR: saldo de otros bienes, servicios y rentas; BT: saldo de la balanza de transferencias; EXP: exportaciones (incluye el valor agregado por los regímenes especiales); IMP: importaciones; VIAJ: viajes.

TABLA 6.10

COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES DE BIENES (1980-1998).

Fuente: elaboración propia a partir de datos suministrados por BCCR.

Datos en porcentajes del total de las exportaciones de bienes; PT: productos tradicionales; CAFÉ: café; BAN: banano; OPT: otros productos tradicionales (carne, azúcar, cacao y fertilizantes); PNT: productos no tradicional (incluye el valor agregado por los productos de los regímenes especiales); AM: productos agropecuarios y del mar; IND: productos industrializados; RZF: valor bruto de los productos del régimen de zona franca; RAT: valor bruto de los productos del régimen de admisión temporal (perfeccionamiento activo).

Los datos entre paréntesis se corresponden con los resultantes de aplicar un método contable diferente, consistente en incluir dentro de las exportaciones de productos no tradicionales el valor bruto de los productos procedentes de los regímenes especiales; en este caso también se incluyen dentro de las exportaciones no tradicionales las de cacao y fertilizantes, cuya importancia es realmente marginal.

Por otro lado y a pesar de la persistencia de algunas de las razones que explicaban el déficit estructural de la balanza por cuenta corriente bajo el creodo intervencionista (la imitación de las pautas de consumo de las sociedades desarrolladas, la retribución de la inversión extranjera, la dependencia energética del exterior…), la transformación de la estructura productiva ha permitido que el citado déficit, pese a mantenerse, pierda la relevancia que tenía.

Las políticas de liberalización externa han traído consigo un proceso de apertura por medio del cual han aumentado las exportaciones y las importaciones; pero también se ha alterado la composición de las mismas. Por otro lado, la entrada de divisas en el país, en forma de transferencias unilaterales y capitales oficiales a largo plazo, recogen el importante volumen de cooperación internacional recibido durante los años ochenta. También en la balanza de capitales puede apreciarse como Costa Rica se ha convertido en un país atractivo para la inversión extranjera, especialmente desde finales de los ochenta.

La balanza por cuenta corriente presenta un déficit crónico y errático debido la combinación de la evolución de las distintas balanzas que la componen (Tabla 6.9). La balanza comercial presenta un déficit crónico y errático, mientras que el déficit también crónico de la balanza de rentas va disminuyendo con el tiempo. La balanza de servicios, por su parte, ha pasado de ser deficitaria en los ochenta a ser superavitaria en los noventa, hecho al que no es ajeno el desarrollo del turismo, que ha conseguido compensar el déficit crónico de la partida de embarques. La balanza de transferencias, por otro lado, a pesar de presentar un superávit crónico tuvo una mayor importancia entre 1983 y 1992, donde las donaciones en forma AOD fueron importantes, sobre todo las procedentes de la AID norteamericana, cuya retirada de Costa Rica coincide con la disminución del citado superávit. Por último, merece la pena destacar el superávit creciente de la partida de otros bienes, servicios y rentas.

Si observamos la evolución de las exportaciones de bienes desde que se comenzaron a aplicar las políticas reformistas, éstas han aumentado ligeramente su participación en el PIB, pasando de representar el 24,9% en 1985 al 31,2% en 1997. Sin embargo, no es esta variación cuantitativa la más relevante, sino la que afecta a la composición de las exportaciones, que se ha visto seriamente modificada, dando lugar a una diversificación de las mismas. Los llamados productos tradicionales, a saber, café, banano, carne, azúcar, cacao y fertilizantes, disminuyeron su participación en el total de las exportaciones pasando de representar el 61,9% en 1986 al 32,4% en 1998 (20,5% si se aplica un cómputo distinto[19](Tabla 6.10).

Como contrapartida los productos no tradicionales pasaron de representar el 38,1% en 1986 al 67,6% en 1998 (79,5% si se aplica un cómputo distinto) (Tabla 6.10); se consideran productos no tradicionales todos aquellos no incluidos en la clasificación de tradicionales, divididos en dos bloques, por un lado los agropecuarios, del mar y otros (pescado, camarones, langosta, plantas y raíces, flores, follaje, legumbres y tubérculos, piñas, semillas para la siembra, ganado en pie), y por otro, todos los productos industrializados excepto los fertilizantes (manteca, grasa y aceite de cacao, conservas de legumbres, hortalizas y frutas, pastas y purés de frutas, jaleas y mermeladas, preparados no alcohólicos para elaboración de bebidas, medicamentos de uso humano y veterinario, productos de perfumería y aceites esenciales, desinfectantes, insecticidas y fungicidas, materias plásticas y resinas artificiales, llantas y neumáticos de caucho, cueros y pieles preparados, madera y manufacturas de madera, papel higiénico, textiles sintéticos, géneros de punto, prendas exteriores de vestir, calzado y componentes, vidrio y manufacturas de vidrio, bisutería, láminas y tubos galvanizados, productos de aluminio, manufacturas en metales comunes, aparatos de refrigeración, aparatos mecánicos, mobiliario médico quirúrgico y valor agregado por maquila).

El cambio más importante de estos catorce años lo ha supuesto la inversión de los pesos de los productos tradicionales y no tradicionales en el total de las exportaciones. Destaca, por un lado, la reducción del peso del café desde el 35% que representaba en las exportaciones totales de 1986 hasta el 10,8% de 1998 (7,3% según otro cómputo), la disminución más moderada del peso del banano desde el 27,5% de 1983 hasta el 17,8% de 1998 (12% según otro cómputo), a pesar del aumento de peso experimentado durante la primera mitad de los noventa (30,4% en 1992), y la importantísima caída del resto de los productos tradicionales que han pasado a ser marginales (1,7% del total de las exportaciones en 1998; 1,1% según otro cómputo); por otro lado, los productos agropecuarios y del mar triplicaron su participación desde el 7% de 1982 hasta el 21,8% de 1998 (14,8% según otro cómputo) y los productos industrializados pasaron de representar el 27,7% en 1986 al 45,9% en 1998 (24,2%, según otro cómputo en el que se contabilizan a parte los productos industriales de los regímenes especiales); especial atención merece el aumento de las exportaciones de los regímenes especiales que se han duplicado durante los años noventa pasando de representar el 21,6% del total en 1991 al 40,6% en 1998, año en el que experimentaron un importante crecimiento, al que no son ajenas las exportaciones de la empresa transnacional INTEL (Tabla 6.10).

TABLA 6.11

DISTRIBUCIÓN DE LAS EXPORTACIONES DE BIENES POR MERCADO DE DESTINO (1980-1998).

Fuente: elaboración propia a partir de datos de MIDEPLAN (1995-b), MIDEPLAN (1998-b), CEFSA (1999) y datos suministrados por el BCCR.

ET: exportaciones totales (tradicionales y no tradicionales; porcentajes en relación con el total de dichas exportaciones); ENT: exportaciones no tradicionales (porcentajes en relación con el total de las exportaciones no tradicionales); CA: Centroamérica; RM: resto del mundo; EEUU: Estados Unidos (incluido en RM); ZFAT: exportaciones procedentes de los regímenes de zona franca y admisión temporal (perfeccionamiento activo) de las que se desconoce el destino (se contabilizan por su valor bruto y sólo hay datos desde 1991; con anterioridad a esa fecha se contabilizaba el valor agregado por las actividades del régimen de admisión temporal, incluyéndose dentro de las exportaciones no tradicionales). Los valores entre paréntesis se han calculado siguiendo la nueva metodología del FMI de forma que las exportaciones procedentes de los regímenes de zona franca y admisión temporal se contabilizan por su valor bruto, mientas que el resto de los valores de las exportaciones no tradicionales llevan incorporados el valor agregado de las exportaciones procedentes de dichos regímenes (en el caso del de zona franca sólo desde 1992).

Las políticas reformistas han diversificado y transformado la composición de las exportaciones y han aumentado la participación de los productos industriales (el 64,8% en 1998, incluyendo el valor bruto de regímenes especiales).

Otro de los cambios más importantes del sector exterior es el que se ha producido en los mercados de destino de los exportaciones no tradicionales. Mientras en 1980 el 66% de estas exportaciones se dirigían a Centroamérica y el otro 34% al resto del mundo, en 1997 tan sólo el 23,4% se dirigían a Centroamérica y el otro 76,6% al resto del mundo (Tabla 6.11). Y si nos referimos a las exportaciones totales (tradicionales y no tradicionales) en 1981 el 23,6% se dirigían a Centroamérica y el 76,4% restante a otros mercados (30,1% a Estados Unidos), mientras que en 1997 a Centroamérica sólo iba el 9,9% de las mismas, el 59,2% a otros mercados (29,7% a Estados Unidos) y el 30,9% procedía de los regímenes especiales de exportación desconociéndose su destino.