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El cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense (página 19)


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Por lo que se refiere a la maquila, aunque el valor agregado de ésta tan sólo representaba 1,2% del PIB en 1998, su participación en el sector manufacturero sí es importante, ya que el 99% de las más de 300 empresas maquiladoras son de carácter industrial y representaron, en promedio de los años 1990-1996, el 20,5% del empleo, el 12,9% de la producción y el 15% de las exportaciones del sector. El 70% de las empresas maquiladoras son industrias textiles, el 18% ensambladoras, el 7% metalmecánicas y el 4% electrónicas (Muñoz y Pacheco, 1999, pp. 77-78).

Las empresas instaladas en las zonas francas generan algo más de valor agregado que las maquiladoras, alrededor del 3% del PIB en 1998, y entre ellas destacan también las industriales, ya que el 24,1% de las firmas son textiles, el 12,1% electrónicas y el 10,3% metalmecánicas. Las empresas manufactureras aportan alrededor del 95% de las exportaciones totales de las zonas francas, destacando las textiles, con el 45%, y las metalmecánicas, con el 38% (Muñoz y Pacheco, 1999, pp. 76-77).

Donde sí se aprecia un cambio significativo es en la orientación de la producción industrial hacia el exterior. En la actualidad cerca del 23% de la producción industrial se destina a los mercados internacionales; por subsectores la industria textil destina el 48%, la metalmecánica, el 27,2% y la química, el 24,2%. Además, las manufacturas han pasado de representar el 36,6% de las exportaciones totales en el periodo 1986-1989, a representar el 45,8% de las mismas en el periodo 1990-1996; si nos fijamos en las exportaciones no tradicionales, el 75% de ellas en periodo 1986-1996 fueron manufacturas (Muñoz y López, 1999, pp. 92-93).

Si atendemos a la clasificación de las exportaciones industriales en función del recurso utilizado más intensivamente, los resultados muestran un significativo cambio (Tabla 6.4). Las exportaciones de productos industriales intensivos en recursos naturales están siendo desplazadas por las de productos intensivos en escala, las de productos de base científica y las de productos diferenciados, lo que indica que Costa Rica se movería, dentro del modelo de desarrollo competitivo de las naciones de Porter (1991, pp. 674-701), desde la fase del desarrollo impulsado por los recursos naturales y el factor trabajo, en la que se encontraría aún, hacía la fase del desarrollo impulsado por la acumulación; esto se justifica por el hecho de que las exportaciones de productos industriales intensivos en estos recursos representaban en 1995 el 60% de la producción, frente al 74,5% de 1986, y que las exportaciones de productos industriales intensivos en escala, diferenciación del producto y base científica han pasado de representar el 25,3% en 1986 al 39,7% en 1995.

Esto contrasta con la clasificación de las exportaciones industriales de la OCDE, que puede considerarse que se encuentra en la fase del desarrollo basada en la innovación, donde las exportaciones de productos industriales intensivos en recursos naturales y factor trabajo representaban en 1995 el 35,5% y las de productos intensivos en escala, diferenciación del producto y base científica el 64,5%, (19,2% de este último tipo).

Según los datos de la Tablas 6.4 puede afirmarse que ha habido una reestructuración de las exportaciones industriales de forma que las de productos intensivos en recursos naturales, mayoritarias, vienen perdiendo peso en favor de las de productos base científica y las de productos diferenciados, lo que indica que la competitividad espuria de la industria costarricense se está transformando lentamente en una competitividad auténtica, según la terminología de Fajnzylber (1990).

Por lo que se refiere a la articulación productiva del sector manufacturero con el resto de la economía costarricense ésta es poco significativa, ya que el 64% de los insumos industriales son importados, el 32% son suministrados por la propia industria y tan sólo el 4% de ellos son suministrados por otros sectores (primario y terciario) (Muñoz y Pacheco, 1999, p. 88).

TABLA 6.4

COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES MANUFACTURERAS POR RAMAS

SEGÚN RECURSOS DE USO INTENSIVO DE COSTA RICA Y DE LA OCDE (1986-1995).

DESCRIPCIÓN

CR-1986

CR-1989

CR-1995

OCDE-1995

EPII RECURSOS NATURALES

65,2

59,4

51,0

14,5

EPII MANO DE OBRA

9,3

10,8

9,0

21,0

EPII ESCALA

15,4

19,0

17,1

22,8

EPI DIFERENCIADOS

4,8

4,8

8,5

22,5

EPI DE BASE CIENTÍFICA

5,1

5,7

14,1

19,2

OEPI

0,2

0,3

0,3

Fuente: Muñoz y Pacheco (1999, p. 87).

Datos en porcentajes del total de las exportaciones industriales; CR: Costa Rica; OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico; EPII: exportaciones de productos industriales intensivos en…; EPI: exportaciones de productos industriales…; OEPI: otras exportaciones de productos industriales.

Por lo que se refiere a los otros dos subsectores del sector secundario, la explotación de minas y canteras continúa teniendo una presencia marginal (menos del 0,2% de valor de la producción manufacturera), mientras que la construcción viene perdiendo peso en el conjunto de la producción nacional desde principios de los años noventa situándose en los últimos años en torno al 3,5% del PIB.

6.2.3.- El sector terciario y el boom del turismo.

El sector servicios también se ha visto seriamente afectado por las políticas reformistas, en particular destacan las medidas de reforma del Estado, de fomento del desarrollo turístico, de liberalización financiera, de liberalización de las importaciones y de promoción de las exportaciones.

Las medidas de reforma del Estado, con el abandono de algunas de sus funciones, han conducido a una perdida de peso de la producción correspondiente al Gobierno en favor del sector privado.

En el desarrollo turístico ha influido decididamente en la política de promoción del mismo por medio del contrato de turismo, aunque el ambiente de paz y estabilidad política vivido en Centroamérica desde finales de los años ochenta también ha sido un elemento significativo, por lo que puede apreciarse aquí la rentabilidad económica de los esfuerzos de intermediación en los conflictos realizados por el Gobierno de Costa Rica. Junto a este elemento político, hay otros factores que han influido decididamente en el auge del turismo, entre los que pueden citarse los siguientes: la bondad del clima tropical, el atractivo de los parajes naturales (protegidos por la política de parques nacionales), la cualificación de una mano de obra con altos niveles de educación y conocimiento de idiomas (inglés, fundamentalmente), sin olvidar los avances en sanidad.

El sistema financiero ha experimentado un significativo crecimiento gracias a su liberalización, que a pesar de no haber sido completada (persiste, por ejemplo, el monopolio de los seguros en manos del INS), ha permitido una importante expansión de las actividades financieras privadas.

La liberalización de las importaciones y la promoción de las exportaciones han revitalizado, por otra parte, las actividades comerciales de importadores y exportadores.

Si nos fijamos en la Tabla 6.5 puede observarse como la producción realizada por el Gobierno ha pasado de ser el 26,5% del total de los servicios en 1980, al 21,4% en 1998. Como contrapartida, los servicios financieros, los seguros y los servicios a empresas han crecido desde el 9,2% de 1980 hasta el 14,3 de 1998, así como otros servicios personales (educación, sanidad, ocio…) que han pasado del 7,7% de 1980 al 13,4% de 1998.

TABLA 6.5

VALOR AGREGADO DE LA PRODUCCIÓN DE SERVICIOS POR SECTORES (1980-1998).

AÑO

CRH

GOB

EA

TAC

FSSE

BI

OSP

1980

35,0

26,5

3,7

7,3

9,2

10,5

7,7

1981

34,8

25,3

4,7

8,5

9,6

9,6

7,6

1982

41,6

22,3

4,5

8,8

9,5

6,4

6,9

1983

37,1

23,0

7,2

9,1

10,4

5,4

7,8

1984

36,9

23,9

6,4

9,1

9,8

5,5

8,3

1985

36,9

23,5

5,8

8,9

10,0

6,2

8,7

1986

35,3

23,5

5,5

8,7

11,5

6,7

8,8

1987

35,8

22,2

5,3

8,6

12,2

6,8

9,0

1988

34,9

22,8

5,1

8,6

12,6

6,9

9,1

1989

33,0

23,9

5,3

8,3

13,2

6,6

9,6

1990

32,6

24,2

5,0

8,2

13,9

6,1

10,0

1991

33,7

22,4

5,9

8,7

13,0

5,5

10,8

1992

35,2

21,7

5,8

8,7

12,6

5,0

11,0

1993

33,6

21,9

6,0

8,8

13,6

4,8

11,4

1994

32,5

23,0

5,8

8,5

14,1

4,7

11,4

1995

31,9

23,6

5,4

8,4

14,2

4,3

12,1

1996

32,7

22,2

5,3

9,0

13,9

4,2

12,6

1997

32,3

21,6

4,9

9,6

14,3

4,1

13,1

1998

32,3

21,4

4,8

9,9

14,3

3,9

13,4

Fuente: elaboración propia a partir de Vargas y Sáenz (1994) y datos suministrados por el BCCR.

Datos en porcentajes del total de los servicios; CRH: comercio al por mayor y al por menor, restaurantes y hoteles; GOB: Gobierno general; EA: electricidad y agua; TAC: transportes, almacenamiento y comunicaciones; FSSE: establecimientos financieros, seguros y servicios a empresas; BI: bienes inmuebles; OSP: otros servicios personales.

El comercio al por mayor y al por menor, la restauración y la hostelería sigue siendo el subsector con más peso dentro de los servicios, entre el 30% y el 35% de la producción total, algo a lo que no es ajeno el desarrollo del turismo.

El otro subsector que ha experimentado crecimiento ha sido el de transportes, almacenamiento y comunicaciones, directamente vinculado al aumento de las relaciones comerciales con el exterior y al auge de las actividades turísticas; este sector ha pasado de representar el 7,3% de la producción de servicios en 1980 al 9,9% en 1998.

Sin embargo, al margen de estos cambios cuantitativos, conviene señalar una serie de cambios cualitativos que también se han dado en cuatro tipos de actividades, las financieras, las educativas, las comerciales y las turísticas (Trejos, 1992, pp. 497-507).

Respecto del subsector financiero, se ha pasado de un monopolio público de la banca hacia un sistema de banca mixta. Paso a paso, desde 1984 con la Ley de Equilibrio Financiero hasta 1996 con el Decreto de la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica, la banca privada ha ido adquiriendo competencias hasta situarse en igualdad de condiciones con la banca pública (véase apartado 6.2.5).

La educación también ha sido objeto de una importante transformación cualitativa, especialmente en lo que se refiere a la educación superior, donde también se ha pasado desde un monopolio público de la educación universitaria hasta la proliferación de universidades privadas y estudios parauniversitarios con gran implantación en el país. Además, la alta calidad de determinados centros, tanto públicos como privados, hace que éstos estén empezando a atraer estudiantes de otros países de la región, que acuden en busca de una formación que no existe en sus países de origen. Algo similar ocurre con los servicios sanitarios en cuando a la atracción de pacientes extranjeros.

Una tercera actividad que ha sufrido una importante transformación cualitativa es el comercio, la restauración y la hostelería; de la pulpería y el pequeño comercio especializado del centro de San José, se ha pasado al supermercado de barrio y a los grandes centros comerciales de las periferias de las ciudades del Valle Central; de la soda se ha pasado a las cadenas de comidas rápidas de franquicia extranjera y a los restaurantes especializados, también dentro del Valle Central; y de los pequeños hoteles de San José se ha pasado a los grandes hoteles repartidos por todo el país y el desarrollo de pequeños hoteles rurales (cabinas) en zonas de atractivo turístico.

En cuanto al turismo, el cambio ha sido muy significativo. Se ha pasado de un turismo de paso y de hombres de negocios hacia un turismo de ocio que se queda a disfrutar de los servicios del país. Merece la pena destacar el papel desempeñado por el sector turístico en el proceso de apertura. El número de turistas por año ha crecido desde los 345.200 de 1980 hasta los 939.900 de 1996 (Tabla 6.6).

El desarrollo del sector turístico ha tenido una gran importancia para la economía costarricense fundamentalmente por cuatro razones: ha generado un producto no tradicional exportable a terceros mercados y con gran capacidad para captar divisas; ha conseguido una demanda directa creciente (ingresos por turismo) equivalente a más del 7% del PIB en los últimos años; ha creado un importante volumen de empleos directos e indirectos; y ha permitido la reactivación económica y el mejoramiento social de zonas marginadas (Fonseca, 1999).

Apoyado por una política de incentivos (contrato de turismo), pero también basado en el aprovechamiento de una serie de ventajas competitivas (imagen internacional de país democrático y pacífico, parques nacionales protegidos, alto nivel educativo de su mano de obra, buen nivel de desarrollo del sistema sanitario y de las condiciones de salubridad…), Costa Rica ha sido capaz de crear un nuevo producto de exportación no tradicional, el turismo, un servicio exportable que se ha convertido en el principal producto de exportación desde 1993, por delante del banano y del café. Se trata de un servicio de demanda fuerte capaz de aprovechar la diferencia de nivel de vida que existe con los países de procedencia de los turistas.

TABLA 6.6

TURISTAS, INGRESOS POR TURISMO Y PARTICIPACIÓN DEL SECTOR EN EL PIB (1980-1997).

AÑO

TURISTAS

INGRESOS

PARTICIPACIÓN

1980

345,2

84,4

1,9

1981

332,3

93,7

3,5

1982

371,6

131,8

5,4

1983

325,2

130,6

4,9

1984

273,5

117,3

3,2

1985

260,1

118,3

3,0

1986

259,0

132,7

3,0

1987

277.9

136,3

3,0

1988

325,0

170,1

3,7

1989

375,9

205,0

3,9

1990

431,4

275,2

4,8

1991

504,6

336,9

5,9

1992

681,9

437,1

6,5

1993

796,0

587,2

7,8

1994

917,0

639,8

7,7

1995

924,0

670,5

7,5

1996

939,9

703,5

7,8

1997

811,5

719,3

7,6

Fuente: datos facilitados por el BCCR y elaboración propia a partir de los mismos.

TURISTAS: número de turistas en miles; INGRESOS: ingresos por turismo en millones de dólares; PARTICIPACIÓN: porcentaje que representan en el PIB los ingresos por turismo.

En este sentido la procedencia de los turistas ha variado en los últimos años, perdiendo peso los centroamericanos en favor de los estadounidenses, los canadienses y los europeos, que han pasado de representar el 45,5% en 1986 al 55,9% en 1996 (Tabla 6.7). La mayoría de dichos turistas ingresan en el país por vía aérea (en torno al 70% – 75%) y son precisamente éstos los que dejan en Costa Rica un gasto diario medio de alrededor de 100 dólares (Fonseca, 1999, p. 239).

TABLA 6.7

TURISTAS SEGÚN ORIGEN (1986-1996).

AÑO

CAN

EEUU

MÉX

AC

CAR

AS

EUR

OP

1986

2,1

31,3

2,2

41,0

1,5

8,2

11,1

2,6

1987

2,6

32,6

2,5

39,1

1,2

7,8

11,6

2,5

1988

4,0

31,2

2,3

37,9

1,5

7,9

12,6

2,6

1989

5,4

33,1

2,3

36,0

1,2

7,6

12,1

2,4

1990

7,1

34,5

2,3

32,2

1,0

7,5

13,1

2,3

1991

7,4

34,4

2,4

32,7

0,9

6,5

13,3

2,3

1992

6,9

35,7

2,3

30,8

0,9

7,0

14,5

2,0

1993

6,5

35,5

2,3

28,3

0,9

7,7

16,7

2,1

1994

6,4

34,6

2,6

29,1

1,0

7,1

17,0

2,2

1995

5,3

36,6

2,5

27,8

0,9

7,5

16,8

2,5

1996

4,6

34,7

2,9

30,0

0,9

7,5

16,6

2,8

Fuente: Fonseca (1999, p. 230).

Datos en porcentajes del total; CAN: Canadá; EEUU: Estados Unidos; MÉX: México; AC: América Central; CAR: Caribe; AS: América del Sur; EUR: Europa; OP: otros países.

La demanda turística tiene dos efectos muy importantes, por un lado, la generación de divisas y, por otro, el estímulo de la oferta. La demanda turística extranjera, que es el grueso de la demanda turística a pesar del crecimiento de la demanda interna durante los últimos años, ha pasado de representar el 1,9% del PIB en 1980 al 7,8% en 1996 (7,6% en 1997; Tabla 6.6), generando divisas por el mismo valor. Al mismo tiempo dicha demanda es un estímulo directo sobre la producción de las actividades turísticas (hospedaje, alquiler de vehículos, agencias de viajes, gastronomía y diversión, transporte acuático y servicio aéreo) y un estímulo indirecto, en función de los eslabonamientos hacia atrás con otros sectores (construcción, mobiliario, alimentación, artesanía, comercio…).

Estos efectos directos e indirectos se observan también en el empleo. Se estima que en el sector de hospedaje se generan 1,5 empleos directos por habitación, si el establecimiento tiene contrato de turismo, y 0,8 empleos directos, si no lo tiene. El sector de hospedaje genera empleos indirectos en el de alimentación y diversión, en una relación de 1,75 empleos en éste por cada empleo en aquel. Estos dos sectores eran los que en 1996 absorbían la mayor parte del empleo directo del turismo, 59,4% el de hospedaje y 30,1% el de alimentación y diversión; dicho empleo directo era en 1995 de alrededor del 12% de la población activa (unos 128.000 empleos) (Fonseca, 1999, pp. 232-233).

La influencia sobre la reactivación económica de zonas marginadas se ha hecho notar en provincias como Puntarenas, Limón y Guanacaste, alejadas del Valle Central donde se localizan las principales actividades industriales y de servicios así como la producción de café; lo mismo puede decirse de determinados cantones alejados del Valle Central pero que no pertenecen a las citadas provincias, como San Carlos.

6.2.4.- El sector exterior y la apertura económica.

El elemento de la estructura socioeconómica costarricense donde mejor se aprecian los cambios como resultado de las políticas reformistas es el sector exterior. Toda la política de apertura económica implementada en Costa Rica desde mediados de los años ochenta (liberalización de importaciones, promoción de exportaciones y atracción de capitales extranjeros) ha provocado importantes cambios en la composición de la balanza de pagos, cambios que reflejan las modificaciones de la estructura productiva y del sistema de financiación del modelo de desarrollo.

La caracterización de Costa Rica como una economía pequeña y abierta es una constante desde la aparición del modelo primario exportador, por lo que el grado de apertura de la economía, medido como el cociente de la suma de la exportaciones y las importaciones entre el PIB, ha sido muy elevado históricamente; sin embargo, tras la aplicación de las políticas reformistas, la economía costarricense es una economía aun más abierta, habiendo pasado de un coeficiente de apertura o dependencia del 63,3% en 1980 a otro del 99,9% en 1998 (Tabla 6.8)[18].

Costa Rica muestra por tanto una clara tendencia histórica a la apertura que se ha acelerado en los años ochenta y noventa, ya que frente 67,1% de media de los coeficientes de apertura de los setenta, se pasó en los ochenta al 73,1% y en los noventa al 87,3% (Tabla 6.8).

Sin embargo, a pesar de la caracterización de Costa Rica como una economía exportadora, la tasa de cobertura, medida como el cociente entre las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios, fue inferior al 100% durante la mayor parte del periodo, revelando así la necesidad de financiación de las importaciones (Tabla 6.8).

TABLA 6.8

COEFICIENTES DE APERTURA Y TASAS DE COBERTURA (1951-1998).

AÑO

COEFICIENTE APERTURA

TASA DE COBERTURA

1951 – 1960

49,8

90,7

1961 – 1970

54,5

81,5

1971 – 1980

67,1

77,5

1981 – 1990

73,1

95,0

1991 – 1998

87,3

94,3

1980

63,3

71,9

1981

91,4

89,8

1982

87,2

106,9

1983

72,8

98,0

1984

68,4

101,2

1985

63,2

94,6

1986

61,8

102,8

1987

67,4

88,4

1988

69,8

95,0

1989

73,5

90,2

1990

75,4

83,0

1991

77,6

97,6

1992

81,0

87,7

1993

84,3

84,4

1994

83,7

91,1

1995

86,3

99,4

1996

91,6

97,2

1997

94,2

100,0

1998

99,9

96,5

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Vargas y Sáenz (1994) y datos suministrados por el BCCR.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29
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