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Ideología e información: reflexiones acerca de las políticas de información en educación primaria en Uruguay (página 8)

Enviado por Fernando Montenegro


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Pero la lectura de textos electrónicos y de hipertextos requiere un lector o una lectora habilidosa, autónoma, crítica, capaz de transferir su competencia de lectora de un soporte a otro y, de hacer un uso creativo de las posibilidades que ofrece el hipertexto. Los resultados de diferentes estudios y de las evaluaciones escolares sugieren que la realidad es otra, que solamente una fracción de las personas escolarizadas adquieren las habilidades necesarias para constituirse en lectores críticos."

Ante la irrupción de las TIC en el terreno de la educación latinoamericana, De Moura Castro (1998 citado en Torres, 2005, p. 27) sostiene: "En la década del 2000, las computadoras empezaron a entrar en el sistema escolar público en la mayoría de países, pero sin una política informática vinculada a la educación e incluso sin una distribución racional. Hay muchos casos de planteles o comunidades que reciben computadoras sin tener energía eléctrica o presupuesto para financiarla. A menudo faltan materiales básicos (pizarra, bancas, libros, instalaciones sanitarias, etc.) pero hay computadora. Las familias, que no pueden costear los útiles escolares, ahora tienen que solventar los costos de la energía eléctrica y del técnico contratado para enseñar a los alumnos."

Es en el análisis de las propuestas sugeridas por el gobierno visualizamos dos conceptos que, a nuestro entender, constituyen la piedra de toque a la hora de encauzar una real y profunda discusión sobre las Políticas Educativas, y más aún, sobre la información como cimiento de las mismas. Estos conceptos clave son "Sociedad de la Información" y "Alfabetización".

3.5.4.1. LA "SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN": EL NUEVO DISCURSO BURGUÉS

El fenómeno multidireccional –producto de la sociedad burguesa- denominado "Sociedad de la Información" tiene su origen en la década del 70.

"La idea de la "sociedad de información" aparece de la mano del sociólogo estadounidense Daniel Bell, quien en 1973 publicó El advenimiento de la sociedad post-industrial donde formula que el eje principal de ésta será el conocimiento teórico y advierte sobre la transición de una economía de producción hacia una economía de servicios, en la cual los servicios basados en el conocimiento habrían de convertirse en la estructura central de la nueva economía y de una sociedad apuntalada en la información, donde las ideologías resultarían sobrando." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 53)

A partir de ese momento, una serie de profusas investigaciones han tenido lugar en diferentes campos -a los cuales la Bibliotecología no escapa-, ya que la "Sociedad de la Información" afecta a la sociedad en su conjunto. "Sociedad de la Información es una de esas expresiones que día a día gana mayores credenciales, más por su efecto de impacto que por su claridad conceptual. Como van las cosas -y ante el descrédito del término globalización-, parecería destinada a convertirse en la marca de los tiempos que corren y del futuro. Tan es así que la Asamblea de Naciones Unidas acordó dedicarle una cumbre mundial que se realizará en dos fases, la primera en Ginebra, del 10 al 12 de diciembre 2003, y la segunda en Túnez, del 16 al 18 de noviembre 2005." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 5)

Tal como expresa Gómez (2003, p. 8), "Hablar de la "Sociedad de la Información" se está haciendo común, aunque la primera fase de la Cumbre Mundial que consideró este tema haya pasado casi desapercibida."

Ante la indiferencia evidenciada por países como el nuestro, el Grupo de Trabajo

sobre Contenidos y Temas de Sociedad Civil -GTCT- sostiene:"Hemos notado que algunos gobiernos de países en desarrollo no dieron su apoyo activo para una mayor participación de observadores creyendo que esto podría conducir a un indebido dominio del debate y de las opiniones por parte de organizaciones internacionales y de países desarrollados de la Sociedad Civil y del sector privado. Creemos que para cambiar esta percepción, deben comprometerse esfuerzos para intensificar la presencia, independencia y participación de las circunscripciones de la Sociedad Civil dentro y desde sus propios países." (2005, p. 9)

La CMSI pautó el interés de los líderes políticos y económicos -en especial de los países del primer mundo- por regular la "Sociedad de la Información", es decir, por establecer las formas en que la "Sociedad de la Información" se desarrollará y avanzará, homologando una Declaración y un Plan de Acción con los lineamientos de las políticas directrices que habrán de primar en dicha sociedad.

"Partiendo de un enfoque que ve a la sociedad de información como un resultado de la "revolución" tecnológica registrada en el plano de la información y comunicación, esta cita se presenta como destinada a ingenieros y expertos cibernéticos y a los sectores de poder que pisan fuerte en los negocios de este sector. Los primeros para arreglar los asuntos de las cañerías y conexiones, los segundos para entenderse sobre cómo va a operar la "mano libre del mercado"." (GTCT, 2005, p. 5-6)

Siendo así, la Agenda de Túnez para la Sociedad de la Información (2006) en su punto 14 establece "Somos muy optimistas porque los avances de la tecnología de las comunicaciones y las redes de datos a alta velocidad aumentan constantemente las oportunidades de los países en desarrollo y las economías en transición de participar en el mercado mundial de los servicios habilitados por las TIC sobre la base de su ventaja comparativa. Estas oportunidades incipientes son un intenso estímulo comercial para la inversión en infraestructuras TIC en esos países. Por lo tanto, en el marco de políticas de desarrollo nacionales, los gobiernos deben adoptar medidas para favorecer un entorno habilitador y competitivo propicio a las inversiones necesarias en infraestructuras TIC y al desarrollo de nuevos servicios. Al mismo tiempo, los países deberían perseguir políticas y medidas que no desalienten, obstaculicen o impidan la participación continua de estos países en el mercado mundial de los servicios habilitados por las TIC."

El convidado de piedra a esta instancia, la sociedad civil organizada, sorteando obstáculo tras obstáculos en la etapa preparatoria de la cumbre – en el caso de América Latina, la Conferencia Regional realizada en Bávaro en febrero de 2003, y las reuniones del Comité preparatorio -Prepcom- en Ginebra -, ha logrado poner sobre el tapete el tema de los derechos humanos, logrando tocar así un nervio vital: el de la legitimidad.

"Nuestra visión de las sociedades de la información y la comunicación se basa esencialmente en el ser humano. La dignidad y los derechos de todos los pueblos y cada persona han de promoverse, respetarse, protegerse y afirmarse. Restablecer la inexcusable disparidad entre los niveles de desarrollo, así como entre la opulencia y la pobreza extrema, debe ser, por tanto, nuestra primera preocupación." (GTCT, 2003)

Esto es, cuestionar si la comunicación es un derecho humano fundamental o tan solo un rubro más del mercado.

Gómez (2003, p. 8), coincidiendo con la visión de los planteos del GTCT establece, "Desde nuestra perspectiva, la Sociedad de la Información no puede ser considerada un fenómeno basado simplemente en el desarrollo de la infraestructuras. Aunque muchos intereses así lo desean, no puede limitarse a ser un nuevo y más desarrollado mercado de mercancías (información, cultura, datos, etc.) donde las personas son consideradas como simples consumidores y las razones de su desarrollo la lógica mercantilista y la búsqueda de lucro.

La Sociedad de la Información debe estar centrada en las personas, y construirse respetando todos los derechos humanos."

En este sentido, los planteamientos reivindican al ser humano como eje central de la discusión, priorizando sus derechos y necesidades fundamentales.

En Montevideo el 31 de agosto de 2004, un conjunto de organizaciones, instituciones y personas a título individual, atendiendo a que la importancia que tienen los Medios de Comunicación en la actualidad no se corresponde con la capacidad de análisis, reflexión, opinión y propuesta de parte de nuestra Sociedad Civil, la cual advierte la necesidad de crear un espacio para reflexionar e incidir en la definición de las Políticas Públicas en materia de Comunicación, pautaron la constitución del Foro de Comunicación y Participación Ciudadana[13](2003), donde se "[…] aspira a tratar todos los temas vinculados a la comunicación y a las tecnologías de la información y comunicación (radiodifusión y políticas de Internet, medios de prensa, rol de los comunicadores, acceso a la información, etc.), bajo los principios rectores del ejercicio pleno de los derechos humanos. Se pretende democratizar las comunicaciones y reclamar la efectiva vigencia del derecho a la libre información, el cual no depende solamente de formulaciones jurídicas, sino de una justa redistribución económica de los recursos que permita el ejercicio de esa libertad, según una concepción integral, interrelacionada e interdependiente de los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y de los pueblos. Asimismo, se busca generar mecanismos de participación democrática de la sociedad, para minimizar la "brecha digital" entre quienes pueden acceder a las tecnologías de la información y comunicación y quienes están marginados de las mismas, que son la mayoría."

En un mismo plano, las reivindicaciones surgidas en el marco del II Foro Social Mundial -Porto Alegre 2002-, donde tiene lugar el lanzamiento de la Campaña por los Derechos de la Comunicación en la Sociedad de la Información – CRIS- bajo el impulso de entidades de la sociedad civil, incluyen: "Presionar por el acceso equitativo y asequible a las TIC para todos, especialmente para grupos tradicionalmente marginados tales como las mujeres, los minusválidos, los pueblos indígenas y los pobres de zonas rurales y urbanas – Promover el acceso como un derecho fundamental a ser realizado en el espacio público, y no como una variable dependiente de las fuerzas de mercado y la rentabilidad – Garantizar acceso a la información y los conocimientos como herramientas para el empoderamiento – Destacar y reforzar las condiciones que aseguren no sólo el acceso a las TIC sino a la sociedad de la información como un todo, de una manera que sea sostenible financiera, cultural y ecológicamente." (CRIS, 2005)

Empero, solo alguno de los puntos planteados por la misma fueron contemplados en la Declaración.

"Por el sobredimensionamento que los organizadores de la CMSI han asignado a las tecnologías, lo más probable es que un conjunto de temas sustantivos se queden por fuera, más allá de las presiones y esfuerzos que puedan realizar las organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, el hecho que éstas hayan podido establecer un espacio para el intercambio, la reflexión y la elaboración de propuestas consensuadas, constituye un paso positivo que, necesariamente, precisa trascender la cumbre para trasladar el debate al conjunto de la sociedad." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 14)

Como afirma el GTCT (2003), "El amplio mandato que tuvo la CMSI fue el ocuparse de los asuntos económicos y de desarrollo social de larga data a través de las nuevas perspectivas y oportunidades planteadas por la revolución de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC). Se esperaba que la Cumbre identificara y articularía nuevas posibilidades y paradigmas de desarrollo que se hayan hecho posibles dentro de la Sociedad de la Información, y desarrollar opciones de políticas públicas para permitir y plasmar estas oportunidades. En conjunto, es imposible no concluir que la CMSI no ha logrado cumplir con estas expectativas. Especialmente la fase en Túnez, la cual fue presentada como la "la cumbre de las soluciones", no produjo logros concretos para ocuparse de modo significativo de las prioridades de desarrollo."

Este hecho es plausible de comprobar si analizamos el punto 51 de la Declaración de Principios de la CMSI (2003), donde los intereses de globalizar aún más el consumo se tornan harto evidentes: "Las TIC también deben contribuir al establecimiento de pautas de producción y consumo sostenibles y a reducir las barreras tradicionales, ofreciendo a todos la oportunidad de acceder a los mercados nacionales y mundiales de manera más equitativa. Las aplicaciones deben ser fáciles de utilizar, accesibles para todos, asequibles, adaptadas a las necesidades nacionales en materia de idioma y cultura, y favorables al desarrollo sostenible."

De esta manera, los intereses antagónicos de la sociedad quedan expuestos entre quienes no ven más allá de los intereses del capital y quienes promueven un mundo más justo y menos excluyente.

"Nuevamente, he ahí, cara a cara, la propuesta de un futuro basado en los intereses y la especulación mercantiles -que es el que se cocina anualmente en Davos, en el Foro Económico Mundial-, y la que considera que el "mundo no es una mercancía" y, por lo mismo, que "otro mundo es posible", que tiene al Foro Social Mundial (FSM) como su referente." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 6)

Este antagonismo también se presenta entre los países ricos, por un lado, y los países pobres, por el otro. La primacía de los intereses capitalistas ya podía palparse desde las reuniones preparativas de la Cumbre. "De las intervenciones realizadas se desprende que un primer grupo de presión está compuesto por el sector de los "grandes negocios", es decir, principalmente el sector transnacional del Norte. Este participa en el proceso preparatorio y en la Cumbre misma, prevista para finales del 2003 en Suiza y para el 2005 en Túnez, a través del Comité Coordinador de Interlocutores de Negocios (CCBI, por sus siglas en inglés). Este Comité está presidido por la Cámara Internacional de Comercio, e integrado, entre otros, por el Consejo Empresarial para las Naciones Unidas, el Comité Asesor de la Industria y los Negocios para la OCDE, el Diálogo Global Empresarial para el Comercio Electrónico, la Comisión Global de la Infraestructura de la Información, el Consejo Internacional Empresarial de Estados Unidos y el Foro Económico Mundial." (Tamayo, 2002)

Siendo así, y atendiendo al desarrollo de la Cumbre, se visualiza que "Los países del Norte participan en condiciones y con metas muy diferentes a los del Sur. Los primeros comprenden los países de alto nivel de desarrollo, que son también donde más se han desarrollado las TIC; en sus economías el manejo de la información y el conocimiento ocupan un lugar preponderante ya sea en el trabajo, la educación, el comercio, la medicina o el entretenimiento. A la vez, estas tecnologías han sido precisamente una de las herramientas utilizadas para extender el poder de las empresas transnacionales (principalmente con asiento en los países del Norte) a todo el planeta. Nada sorprendente, entonces, que la hegemonía comunicacional e informativa del Norte pretenda ser reforzada y ampliada a través de la CMSI." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 138)

Por su parte, "Los países del Sur constituyen un segundo bloque –si bien no siempre actúa en forma unitaria-, que participa en condiciones de desventaja y desigualdad en la llamada "sociedad de la información". El marco único impuesto por el Norte para acceder a "la sociedad de la información" les deja poca capacidad de maniobra. Su principal tema de presión común, liderada por África, es el del financiamiento, que ha surgido como uno de los aspectos más conflictivos para las relaciones Norte-Sur en la Cumbre." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 139)

La información, entonces, se convierte en la sociedad capitalista en una mercancía, regida por las leyes de producción, venta y compra.

"En el nuevo orden mundial, propio de la revolución tecnológica en la que prevalece la microelectrónica y sus aplicaciones (robótica, informática, telecomunicaciones y telemática) la información, cobra un especial sentido, pues se plantea con el rol articulador de la acumulación capitalista y es el elemento condicionante de la dinámica económica, socio-cultural y política." (Quintero Castro; [et. al.], 2003, p. 51)

En este sentido, "[…] la información y el conocimiento se están transformando cada vez más en recursos privados que pueden ser controlados, vendidos y comprados, como si se tratara de simples mercancías y no de elementos fundamentales de la organización y el desarrollo social." (GTCT, 2003)

Ante esta situación Tamayo (2002) apunta: "Básicamente las grandes corporaciones están interesadas en desarrollar el comercio electrónico global que comprende tanto bienes como servicios. En este sentido, plantean que se debe construir un marco político adecuado, lo que implica la creación de un ambiente que atraiga las inversiones en tecnología e infraestructura, incluyendo la liberalización de las telecomunicaciones, la protección de los derechos de propiedad intelectual, la libertad de comunicación en Internet, la seguridad, la protección de datos y la privacidad."

Como anota Bissio (1997), "Así como con cualquier otro mercado, la información privatizada no está ahí para cubrir una necesidad, sino para satisfacer una demanda, es decir, una necesidad con el correspondiente poder adquisitivo."

John Dryden (200? Citado en Tamayo, 2002) representante de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico -OCDE-, que agrupa a los 30 países más desarrollados del mundo expresa: "La experiencia de la OCDE es que nosotros necesitamos tomar en cuenta el rol clave jugado por el sector privado en la creación de la sociedad de la información, principalmente en la infraestructura que esta última debe construir. Esto puede fácilmente ocurrir bajo un marco de competencia empresarial -y por lo tanto regulado- que aliente las inversiones."

Este hecho se motiva en que "En la sociedad capitalista basada en las ideologías del mercado, el acceso a la información sólo se entiende a la que la comunidad usuaria pueda comprar con dinero." (Muela Meza, 2004a, p. 5)

Kranich (2003, p. 7) plantea "Access to information is fragile. All sorts of barriers can restrict the public"s access to ideas."

La información, generada en la sociedad -por lo tanto de sentido público- al quedar a expensas del mercado, se convierte en un bien de consumo y se transforma para el proletariado en una nueva fuente de desigualdad e injusticia social, dividiendo a la sociedad entre los ricos en información y los pobres en información.

"La política neoliberal de los servicios bibliotecarios, sometidos a las leyes del mercado, está propiciando un orden documental para usuarios privilegiados. Por lo tanto, la satisfacción de las necesidades de información está siendo acotada paulatinamente para la gente adinerada." (Meneses Tello, 2005)

El capital es, en este sentido, una de las barreras a las que hace referencia Kranich.

Al referirse a la actual revolución tecnológica y su impacto en la profundización de la diferencias sociales, la autora plantea "The Internet promises to bridge the gap between the information haves and have-nots in our society. No longer divided by geographic, linguistic, or economic barriers, electronic information can span boundaries and reach into any neighborhood with just the click of a mouse." (Kranich, 2003, p. 7)

En este sentido, el GTCT (2005) concluye: "El acceso a Internet para todos y en todas partes, especialmente para las poblaciones en desventaja y en las áreas rurales, debe ser considerado como un bien público mundial. En muchos casos los enfoques de mercado no son adecuados para abordar las necesidades de conectividad particulares de regiones y poblaciones en desventaja. En muchas de estas áreas, se le debería dar la prioridad inicial al acceso a las TIC más tradicionales –radio, televisión, video y telefonía– mientras se desarrollan las condiciones necesarias para lograr su conectividad total a la Internet. La estructura y desarrollo de la información a menudo requiere también la atención del desarrollo de infraestructura mucho más tradicional así como caminos y electricidad."

En concordancia, Siqueira Bolaño (199?, p. 2-3) apunta que "A mudança profunda por que passam hoje todos os sistemas de comunicação aponta não para um avanço da democracia, mas para a constituição de um mundo em que o poder, cada vez mais con centrado, torna viável uma "ação comunicativa" crítica para determinadas parcelas da população mundial, ficando a imensa maioria excluída e iludida pela possibilidade de uma participação periódica em processos eleitorais cada vez mais inócuos, inclusive no que se refere à política interna, já que o poder de decisão, mesmo nessa matéria, encontra-se em outra parte."

Más aún, Burch, León y Tamayo (2003, p. 38), puntualizan "Así, el desarrollo tecnológico, las nuevas formas y orientaciones que asume la comunicación no son, pues, un resultado "natural" e ineluctable del curso de la historia, sino de requerimientos sociales, económicos, políticos e ideológicos muy determinados […]" para luego acotar a partir de Nye y Owens (1996 citado en Burch; León; Tamayo, 2003, p. 62): "Más que nunca antes el conocimiento es poder. El país que pueda encabezar mejor la revolución de la información será más poderoso que cualquier otro. En el futuro previsible ese país es Estados Unidos. Esta nación tiene fuerza aparente en poderío militar y en producción económica. No obstante su ventaja comparativa más sutil es su capacidad para recoger, elaborar, actuar sobre la misma y diseminar información, una ventaja que ciertamente aumentará durante la próxima década. Esta ventaja proviene de las inversiones de la guerra fría y de la sociedad abierta de Estados Unidos, gracias a lo cual domina importantes tecnologías de comunicación y de elaboración de información –vigilancia desde el espacio, transmisiones directas, computadoras de alta velocidad- y tiene capacidad sin par para integrar sistemas complejos de información."

Pues bien, tomando en cuenta la Declaración de San José, realizada en San José de Costa Rica (1976, p. 1), debemos recordar que "[…] es un derecho humano el acceso a todos los bienes de la cultura y la participación libre y democrática en las varias manifestaciones del espíritu […]"

En la misma línea, el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU, 1940) reconoce el derecho de todas las personas a la educación: "Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten."

Más aún, la IFLA (2005) plantea dentro de la CMSC "Everyone has the right to freedom of expression; this right includes freedom to hold opinions without interference and to seek, receive and impart information and ideas through any media and regardless of frontiers."

No obstante, tal como sostiene Suadein (2002, p. 334), "El acceso democrático a la información, a pesar de estar registrada en la mayoría de las Constituciones de América Latina, cada vez se restringe más a una pequeña parte elitista de la población. La porción restante queda marginada del proceso de ciudadanía, desconociendo los derechos y deberes que les corresponden en la sociedad. Este es el gran conglomerado de los excluidos."

Más aún, con el advenimiento de la "Sociedad de la Información", "El derecho a la información y las ideas del ciudadano está ahora bajo ataque. Los cobros a los servicios de las bibliotecas públicas están siendo promocionados y, en el caso de los servicios en línea, ya han sido introducidos […]", a lo que agrega "[…] deberíamos estar muy desconfiados de aquellos que sugieren que un recurso tan importante como la información deberías ser distribuido de acuerdo a las leyes del comercio." Usherwood, 1989 citado en Muela Meza, 2004a, p. 11)

Conforme a lo apuntado anteriormente, solo cabe mencionar que durante el proceso preparatorio de la Cumbre "Los organizadores solo permitieron a las ONGs participar el primer día. Los dos días siguientes, esto es el 17 y 18 de septiembre, los gobiernos se reunieron a puerta cerrada. Las pocas ONGs que pudieron estar presentes en Ginebra se declararon francamente decepcionadas y señalaron que las deliberaciones deben ser abiertas, más aún cuando se abordan los temas de contenidos que son de interés público. Ante las protestas, el presidente del proceso preparatorio de la CMSI, Adama Samassekou, se reunió con los representes civiles señalando que se ha tomado esta decisión debido a que los gobiernos tienen que abordar temas "sensibles". Agregó que entre los gobiernos existe desconfianza respecto a las ONGs pero que, a medida que avance el proceso, esas desconfianzas pueden irse superando. Igualmente apuntó que, en lo que respecta a la participación del sector privado en la Cumbre está clara su identidad, pero que, en lo que toca a la sociedad civil, se debe clarificar el concepto mismo de sociedad civil, ya que ésta cubre una diversidad de actores. Finalmente señaló que el papel de la sociedad civil y del sector privado es proveer de insumos a los gobiernos que son los que toman las decisiones." (Tamayo, 2002)

Es más, "Eventos paralelos abiertos al público en general fueron organizados por la Sociedad Civil tanto en la Cumbre de Ginebra como en la de Túnez, en línea con una larga tradición de las Cumbres de la ONU. En Túnez, la iniciativa de una parte de la Sociedad Civil para organizar la "Cumbre Ciudadana sobre la Sociedad de la Información" fue impedida de realizarse. En la Cumbre de Ginebra, el evento paralelo "We Seize" (Nos Apoderamos) fue clausurado y posteriormente reabierto. Esto es un aviso de que a pesar de la firma hecha por los gobiernos de compromisos de derechos humanos, derechos fundamentales como la libertad de expresión y libertad de asociación no pueden darse por sentados en ninguna parte del mundo." (GTCT, 2005, p. 6)

Con acierto, Meneses Tello (2005) apunta que "Los efectos de las políticas del neoliberalismo, planificadas y practicadas por los centros neurálgicos del poder financiero transnacional, han trastocado también la esfera de la cultura bibliotecaria, importante sector que influye de diferentes modos en la generación, propagación y dominación del gran capital."

Tal como expresa Torres (2005, p. 15), "El mundo que viene perfilándose en los últimos veinte años es un mundo de bienestar y posibilidades ilimitadas para pocos y de penuria y privación para muchos, en el que se expanden con la misma celeridad las nuevas tecnologías y las viejas y nuevas formas de la pobreza y la exclusión social. "Sociedad de la información" y "sociedad del conocimiento" para una minoría, mientras la mayoría de la humanidad ve alejarse el viejo y modesto objetivo de la alfabetización universal y de una educación básica de calidad para todos."

Resulta entonces pertinente precisar que "[…] para evitar confusión en cómo definir la Sociedad de la Información o del Conocimiento, que son neologismos meramente provenientes de la publicidad comercial del mercado capitalista, uno debería tratar las bases teóricas subyacentes del fenómeno. De la evidencia analizada en este estudio, enraizada en los teóricos de las ciencias sociales, Sociedad de la Información ni siquiera es nombrada como tal. […] Lo que pudiera ser una definición relevante para la SI de acuerdo a la nomenclatura actual de nuestra realidad -y no a los sueños futurísticos- sería el nuevo modo de desarrollo del capitalismo, "capitalismo informacional" o "informacionalismo" en el análisis de Castells, donde la fuerza conductora podría ser la sociedad red desde un enfoque y alcance local hasta global, precisamente impulsada por las siempre en crescendo revolución de las TIC […] No obstante, es esperado que la lectora o el lector entienda la diferencia entre la terminología popular (Sociedad de la Información, o Sociedad del Conocimiento) y los fundamentos teóricos, el análisis y descripción societal, los cuales de hecho están enraizados en la realidad y que de hecho pueden contener diversas formas de nombrarles, no necesariamente como popularmente se les conozca." (Muela Meza, 2004a, p. 8)

A ello, debemos adicionar el preciso aporte de Burch, León y Tamayo (2003, p. 7) que, aludiendo a la "Sociedad de la Información" sostienen que "[…] se trata de un término ambiguo, con una fuerte connotación ideológica. En efecto, el que se haya acuñado esa etiqueta para caracterizar la sociedad contemporánea, como si se tratara de una nueva fase histórica, se debe a la orientación tecnologista que prevalece en las esferas de poder. Esto es, una lectura de la historia cuyos hitos se presentan marcados por las innovaciones tecnológicas, atribuyéndolas a éstas una lógica propia que no sólo las coloca por fuera de las dinámicas sociales, sino como causa primera del cambio social. Ese es el relato de la secuencia de artefactos específicos considerados como definitorios de la evolución de la humanidad (máquinas, ferrocarriles, automóviles, radios, televisores, etc., para no ir muy atrás), que hoy tiene como máxima expresión a las llamadas nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC)."

En el trabajo "Se cayó el sistema: enredos de la Sociedad de la Información", los autores analizan el término bajo tres puntos de vista que consideramos fundamentales:

"El concepto de "sociedad de la información", como construcción política e ideológica, se ha ido imponiendo en las dos últimas décadas del siglo XX, junto e inseparablemente con otro de uso muy común: la globalización neoliberal que apunta a obtener, en el período mas corto posible, la liquidación de toda instancia reguladora, estatal o no, la liberalización de todos los mercados (de mercancías, capitales, servicios, patentes, etc.), y la instauración de la "gobernanza mundial" y de un mercado mundial unificado y totalmente autorregulado. En este sentido, la "sociedad de la información" apunta a encubrir y maquillar la globalización neoliberal cuyos desastrosos resultados para los dos tercios de la humanidad son bien conocidos.

En segundo lugar, como construcción geopolítica, la "sociedad de la información" (con el poder mediático globalizado a la cabeza, los satélites, los sistemas mundiales de vigilancia electrónica, etc.) constituye un factor estratégico para asegurar la dominación militar, económica y política por parte de Estados Unidos y sus subordinados: Japón y la Unión Europea.

Desde el punto de vista económico, por último, la "sociedad de la información" es un componente fundamental para asegurar la expansión y las tasas de ganancias de los países centrales y las transnacionales." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 67-68)

Tomando en cuenta el papel desempeñado por la información en este nuevo modelo desarrollo, Vercellone (2004, p. 66) define a esta nueva etapa del capitalismo como "capitalismo cognitivo". "Por este concepto se designa el desarrollo de una economía basada en la difusición del saber y en la producción del conocimiento que pasa a ser la principal apuesta de la valorización del capital. En esta transición, la parte del capital inmaterial e intelectual, definida por la proporción de trabajadores del conocimiento -knowledge workers- y de las actividades de alta intensidad de saberes -servicios informáticos, Investigación y Desarrollo, enseñanza, formación, sanidad, multimedia, software– se afirma, en lo sucesivo, como la variable clave de crecimiento y de la competitividad de las naciones."

Apuntalando esta etapa de desarrollo capitalista, la CMSI en el punto 11 de su Declaración (2003) se compromete "[…] a materializar nuestra visión común de la sociedad de la información para nosotros y las generaciones futuras. Reconocemos que los jóvenes constituyen la fuerza de trabajo del futuro, están a la vanguardia de las TIC y son también los primeros que las adoptaron. En consecuencia, deben ser facultados como estudiantes, conceptores, contribuyentes, empresarios y formuladores de decisiones."

Atendiendo al acceso irrestringido a la información, sostenemos que hoy, la sociedad actual, presenta una dicotomía particular en lo que refiere a la libertad de la información y el uso y manipulación que ejercen sobre ella los diferentes Estados. "Para poder transformar la sociedad en una más justa e igualitaria, muchas luchas tienen que ser libradas sobre la información. Estaría muy bien llamarle a este objetivo "libertad de la información". Desafortunadamente, esa frase ya ha sido tomada por la legislación que se supone permitiría a los ciudadanos el acceso a los documentos gubernamentales. La legislación de libertad de acceso a la información no ha sido muy exitosa en abrir el gobierno al escrutinio público. Los políticos y los burócratas del gobierno han restringido el acceso de varias formas, incluyendo el cobro de cuotas que hacen de una burla el nombre de "libertad de información". E incluso que la "libertad de información" funcionara bien, es una libertad muy limitada, ya que no hace nada respecto contra el secreto corporativo, la ley de difamación, la vigilancia y apropiamiento de la información." (Martin, 1998 citado en Muela Meza, 2004b, p. 5)

Es por ello, que convenimos precisar que las legislaciones de derecho de libertad de acceso a la información pública gubernamental es "[…] es un concepto limitado, inadecuado, falaz y mendaz para nuestro período actual en la historia." (Muela Meza, 2004b, p. 4), y ante ello, abogamos utilizar el concepto de "liberación de la información" (Martin, 1998; Muela Meza, 2004b) como el más aplicable a fin de desafiar las corrupciones del Estado y las clases detentoras del poder.

Tal como alude la carta de CRIS (2005), "Cada día disminuye un poco más nuestra libertad de comunicar y crece el control por parte de gobiernos y corporaciones, bien sea por merma en la confiabilidad y capacidad de supervisión de los poderes legislativos, o por erosión de principios consagrados sobre protección de la información, coberturas legales y libertades civiles, o por retención excesiva de información, control y monitoreo del entorno electrónico bajo pretexto de combatir el cibercrimen o el terrorismo."

Las limitaciones mencionadas son justificadas inescrupulosamente por la Declaración de la CMSI (2003a). "Si bien se reconocen los principios de acceso universal y sin discriminación a las TIC para todas las naciones, apoyamos las actividades de las Naciones Unidas encaminadas a impedir que se utilicen estas tecnologías con fines incompatibles con el mantenimiento de la estabilidad y seguridad internacionales, lo que podría menoscabar la integridad de las infraestructuras nacionales al atentar contra seguridad. Es necesario evitar que las tecnologías y los recursos de la información se utilicen para fines delictivos o terroristas, respetando siempre los derechos humanos."

Es más, en su Plan de Acción (2003b) añade "Los gobiernos, en cooperación con el sector privado, deben detectar, impedir y combatir la ciberdelincuencia y el uso indebido de las TIC, definiendo directrices en que se tenga en cuenta el trabajo que se hace actualmente en estos ámbitos, considerando la posibilidad de promulgar normativas que permitan investigar y castigar efectivamente la utilización indebida, propiciando una colaboración eficaz, reforzando el apoyo institucional a nivel internacional para evitar, detectar estos incidentes y reaccionar de forma apropiada, y promoviendo la enseñanza y la sensibilización."

Es ante esta realidad que se torna imprescindible "Asegurarse que la "sociedad de la información" incremente, en lugar de reducir, los derechos humanos a la privacidad, la libertad de expresión, la comunicación y libre asociación." (CRIS, 2005)

Desde nuestro rol de profesionales de la información, y tomando en cuenta la mercantilización de la información y las TIC en esta nueva etapa de expansión capitalista, es preciso tomar conciencia política del papel que nos incumbe, lejos de las pretensiones de neutralidad.

Entendemos, desde Rebellato (2000, p. 33), que "La conciencia política se genera desde un trasfondo significativo de experiencia; se encuentra íntimamente articulada con la vida cotidiana, con las historias de vida, con la construcción de identidades, con la memoria colectiva. Las clases explotadas y los sujetos dominados perciben la viabilidad del camcio a partir de experiencias y prácticas de transformación; desde el horizonte de sus vivencias, de sus artículaciones, de sus vículos, de sus lazos comunitarios. La subjetividad -dialógica, resistente, propositiva, beligerante- aparece en el corazón de una ética de la dignidad y de la liberación."

En este entendido, "La nueva era exige transformaciones no solo en la mentalidad, también en una nueva actitud crítica y más reflexiva, pues la tendencia en la educación es lograr desarrollar la capacidad de acceso, comprensión y creación del mundo virtual, y éste atravesado por un mundo político, económicos y socio-cultural que es urgente de igual manera comprenderlo y, más importante aún, intervenir en él." (Quintero Castro; [et. al.], 2003, p. 51)

Como sostiene Lencinas (2004, p. 3), "Más allá de la discusión de cómo una sociedad se protege contra agresiones terroristas, la complicidad -en forma voluntaria u obligada- de las bibliotecas para socavar el derecho a la privacidad, atenta en forma directa contra el derecho a pensar libremente, el derecho a la libre expresión y el derecho a la información. Esta situación conduce a eliminar la razón de ser de la biblioteca en una sociedad democrática que es, la de proveer sistemas para que ciudadanos y ciudadanas puedan acceder a la información, en cuánto las vacía de todo contenido."

Siendo así, Usherwood (1989 citado en Muela Meza, 2004a, p. 12) plantea: "Otros han argumentado que para los profesionales de las bibliotecas públicas involucrarse con problemas que ellos perciben como no propios de las bibliotecas afectaría la neutralidad de las bibliotecas y los bibliotecarios. Es nuestro argumento de que si la biblioteca esta llamada a ser una fuerza social, no puede darse el gusto de llamarse neutral sobre algunos asuntos, por ejemplo el racismo institucionalizado. […] Como sociedad debemos desarrollar políticas para asegurar que el ciudadano promedio tenga acceso a la información y a las ideas. Como profesionales debemos asegurar que el servicio de la biblioteca pública sea una parte integral de éstas políticas."

Convenimos señalar, el estrecho lazo que une las acertadas expresiones desde el saber bibliotecológico realizadas por Usherwood, y las reflexiones desde la educación por parte de Freire (1992: ).

"No hay nada parecido a un proceso educativo neutral. La educación, o bien funciona como un instrumento utilizado para facilitar la integración de la generación más joven dentro de la lógica del sistema actual y obtener su conformidad al mismo, o bien se convierte en "la práctica de la libertad", en virtud de la cual hombres y mujeres se enfrentan crítica y creadoramente con la realidad y descubren la forma de participar en la transformación de su propio mundo"

En contrapartida, la IFLA (2005) plantea "Libraries and information services are essential to the sound operation of the inclusive Information Society. Their impartial operation helps to safeguard universal civil rights. Libraries enable intellectual freedom by providing access to information, ideas and works of imagination in any medium and regardless of frontiers."

Tal como fue expresado en capítulos anteriores, consideramos que la postura de imparcialidad propuesta por la IFLA es totalmente inconsecuente, ya que desde esta premisa -y bajo una falsa neutralidad- se esta avalando el actual régimen de explotación y exclusión que hoy sufrimos la mayoría de los seres humanos.

Ahora bien, aludiendo a la utilización de las TIC dentro del quehacer bibliotecológico, Quintero Castro, Quiroz Pérez, Vásquez Quijano y Lopera Lopera (2003, p. 52-53) sostienen que "Las tecnologías relacionadas directamente con el campo bibliotecológico son integradas por las tecnologías de la información y la comunicación compuestas por la informática, las telecomunicaciones y la unión de estas dos la telemática; con ellas se hace la apropiación de los artefactos donde se instalan los programas propios para la optimización de los servicios; en el ámbito de las telecomunicaciones la bibliotecología se beneficia de los desarrollos en este campo por la comunicación satelital y la conexión en red permitiendo la efectiva, eficiente y eficaz transferencia de la información en su proceso de registro, almacenamiento, acceso y recuperación. Este proceso técnico y, tal vez muy plano, de la utilización de las tecnologías en el campo bibliotecológico, merece un análisis crítico y una posición más completa del fenómeno tecnológico, pues no se puede reducir este vasto campo a la utilización de algunos artefactos y programas. Se trata también de construir una nueva visión mediante la reflexión y toma de posición frente al uso de las tecnologías en la bibliotecología, para que su papel sea de articulación frente a las necesidades socio-educativas y la interconexión con otras esferas y centros culturales, así como también en el papel de la bibliotecología para aportar a la transformación de las ciencias y la tecnología como parte integrante de la cultura que, apoye el desarrollo de una actitud de la innovación y de acción reflexiva en torno al fenómeno tecnológico."

Retomando la crítica al quimérico término de "Sociedad de la Información", debemos considerar como un argumento irrefutable los datos brindados por Ferraro y Rosser (1994, p. 32-35):

  • millones de personas viven en la absoluta pobreza (más de una quinta parte de la población mundial)

  • 100 millones de personas viven totalmente en la calle o intemperie

  • 800 millones de personas pasan hambre diariamente

  • 1.750 millones de personas no tienen acceso seguro a agua potable (más de una quinta parte de la población mundial)

  • 1.500 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud básico (más de una quinta parte de la población mundial)

Esta realidad, que golpea sobre todo a los países de África, Latinoamérica, Indochina y Medio Oriente -todos ellos con deudas externas inabordables- , hace impensable que los mismos puedan sortear la mentada brecha digital.[14]

El término brecha digital "[…] en la versión más difundida, aunque simplista, es vista como un asunto de cables y "conectividad", cuando en el fondo se trata de un problema mayor: el salto tecnológico dado por los países centrales y las transnacionales afincadas en ellos es de tal magnitud que toda perspectiva de acortar la brecha por parte de los demás países resulta inviable bajo el marco existente." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 8)

En tanto, la sociedad civil (GTCT, 2003) apunta: "La desigual distribución de las TIC y la falta de acceso a la información que tiene una gran parte de la población mundial, fenómenos que suelen denominarse brecha digital, son de hecho una expresión de nuevas asimetrías en el conjunto de brechas sociales existentes. Éstas incluyen las brechas entre el Norte y el Sur, los ricos y los pobres, los hombres y las mujeres, las poblaciones urbanas y rurales, aquellos que tienen acceso a la información y aquellos que carecen del mismo. Dichas disparidades pueden verse no sólo entre las diferentes culturas, sino también dentro de las fronteras nacionales."

Esta brecha entre ricos y pobres se profundiza cuando hablamos de educación.

Cuadro 1. América Latina. Personas de 15 a 19 años sin educación primaria completa, por quintiles de ingreso.

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Tomado de: Torres, 2005, p. 144.

"En el ámbito de la educación, la investigación, la ciencia y la tecnología, lo que se está produciendo es una agenda dual e inaceptable: mientras que el discurso habla de "reducir las brechas" entre el Norte y el Sur, en la práctica éstas se vienen agrandando. En 1990, la agenda mundial de Educación para Todos (1990-2015), se comprometía con una visión amplia de educación plasmada en 6 Objetivos. En el 2000, la Agenda del Milenio (2000-2015) estableció 8 Objetivos de mínimos. Los dos objetivos en educación incluidos –universalizar la educación primaria (cuatro años de escolaridad/ "supervivencia hasta el quinto grado") y promover la igualdad entre géneros (matrícula y culminación de la escuela primaria)– son mucho más restringidos que los acordados una década antes en la iniciativa Educación para Todos por las mismas agencias (Naciones Unidas y Banco Mundial). En el caso de América Latina y Caribe, además, los Objetivos del Milenio están muy por debajo no sólo de las aspiraciones históricas de nuestros pueblos, sino del desarrollo educativo y social ya alcanzados." (Torres, 2005, p. 15)

Empero, la Declaración de Principios de la CMSI (2003a) estipula: "Reconocemos que la educación, el conocimiento, la información y la comunicación son esenciales para el progreso, la iniciativa y el bienestar de los seres humanos. Por otra parte, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) tienen inmensas repercusiones en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. El rápido progreso de estas tecnologías brinda oportunidades sin precedentes para alcanzar niveles más elevados de desarrollo. Gracias a la capacidad de las TIC para reducir las consecuencias de muchos obstáculos tradicionales, especialmente el tiempo y la distancia, por primera vez en la historia se puede utilizar el vasto potencial de estas tecnologías en beneficio de millones de personas en todo el mundo."

A propósito, la carta de la CRIS (2005) plantea que "En la sociedad de la información, la mayor parte de la población mundial carece de acceso a las infraestructuras e instrumentos necesarios para generar y comunicar información y conocimiento. Diferentes iniciativas, entre ellas la CMSI, pretenden encarar el problema. Ellas se apoyan generalmente en el supuesto de que el acceso universal a las TIC será finalmente alcanzado mediante soluciones mercantil, y que el acceso más amplio contribuirá necesariamente a aliviar la pobreza y alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio. Nosotros impugnamos tal supuesto."

Consideramos, por ende, utópico pretender hablar de "Sociedad del Conocimiento" o "Sociedad de la Información" al fenómeno que, mucho menos que abarcar a la sociedad en su conjunto, conduce a un número cada vez mayor de seres humanos a la exclusión y analfabetismo informacional. "La pregunta es información ¿para cuántos? ¿para qué clases sociales?" (Meneses Tello, 2005)

Mientras, la CMSI (2003b) plantea: "Seguiremos concediendo especial atención a las necesidades particulares de los habitantes de los países en desarrollo, los países con economías de transición, los países menos adelantados, los pequeños países insulares en desarrollo, los países sin litoral en desarrollo, los países pobres muy endeudados, los países y territorios ocupados, los países que se están recuperando de conflictos y los países y regiones con necesidades especiales, así como a las situaciones que plantean amenazas graves al desarrollo, tales como las catástrofes naturales. […] Reconocemos que la construcción de una sociedad de la información incluyente requiere nuevas modalidades de solidaridad, asociación y cooperación entre los gobiernos y demás interesados, es decir, el sector privado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales. Reconociendo que el ambicioso objetivo de la presente Declaración -colmar la brecha digital y garantizar un desarrollo armonioso, equitativo y justo para todos- exigirá el decidido compromiso de todas las partes interesadas, hacemos un llamamiento a la solidaridad digital, tanto nacional como internacionalmente."

Teniendo en cuenta estos puntos, la Agenda de Túnez para la Sociedad de la Información (2006) en su punto 28 sostiene: "Acogemos complacidos el Fondo de Solidaridad Digital (FSD) creado en Ginebra, mecanismo financiero innovador y de naturaleza voluntaria, al que pueden contribuir voluntariamente todas las partes interesadas, que tiene por objeto transformar la brecha digital en oportunidades digitales para el mundo en desarrollo, centrándose principalmente en las necesidades concretas y urgentes que se suscitan en el plano local y buscando nuevas fuentes voluntarias de financiación de "solidaridad". El Fondo se sumará a los mecanismos de financiación de la Sociedad de la Información existentes, mecanismos que deberían seguirse utilizando plenamente para financiar el crecimiento de nueva infraestructura y servicios TIC."

Sin embargo, esto solo constituye una farsa más del sistema y sus lacayos.

"Aunque la Cumbre discutió la importancia de nuevos mecanismos de financiamiento para las TIC para el desarrollo (ICTD, en ingles), esta no logró reconocer que el financiamiento para las ICTD presenta un reto mucho mayor que el del financiamiento para el desarrollo tradicional. Túnez tampoco logro reconocer que son requeridos nuevos medios, y fuentes de financiamiento y que se requiere la exploración de nuevos modelos y mecanismos. […] El financiamiento de las TIC para el desarrollo requiere de innovación social e institucional, con mecanismos adecuados para la transparencia, la evaluación y el seguimiento. Los recursos financieros necesitan ser movilizados a todos los niveles -local, nacional, e internacional-, incluyendo aquellos a través de la realización de los compromisos de Asistencia Oficial para el Desarrollo (ODA, en inglés) acordados en el Consenso de Monterrey e incluyendo la asistencia a los programas y actividades cuya sostenibilidad a corto plazo no puede ser demostrada inmediatamente a causa del bajo nivel de recursos disponibles en su inicio." (GTCT, 2005, p. 5)

Convenimos señalar que "En el discurso promocional de la sociedad de información, es muy común escuchar que con ella llegarán tiempos mejores para la convivencia social y democrática, cuando a lo que asistimos es más bien a una degradación de la democracia. Las posibilidades que ofrecen los recursos tecnológicos de información y comunicación hoy existentes, efectivamente permiten pensar en una democracia participativa real, donde el derecho a participar en la toma de decisiones políticas sea ejercido por el conjunto de la ciudadanía. Estos recursos posibilitan no sólo que cada conjunto social esté debidamente informado sino que pueda interrelacionarse tanto internamente como externamente para participar en el proceso de decisiones que configuran el mundo y el futuro. Posibilidad, sin embargo, anulada por el carácter excluyente que imprime la globalización neoliberal en nuestras sociedades, donde las mayorías ven secuestrada su palabra, sin poder gravitar en lo que les concierne e interesa." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 8)

En este sentido, Martínez Arellano (2003 citado en Muela Meza, 2004a, p. 16) analiza el rol de las bibliotecólogas y bibliotecólogos en la "Sociedad de la Información", criticando el proceso de exclusión social dentro de la misma: "Por otra parte, una frase hecha y que frecuentemente es repetida sin analizar su contenido es la que predica que las nuevas tecnologías facilitan la distribución de bienes y servicios. Lo que expresa pareciera estar bien, ser algo deseable, pero queda desvirtuada si no la complementamos convenientemente: las nuevas tecnologías facilitan la distribución de bienes y servicios entre quienes tienen acceso a ellas. Queda así evidenciado que una de las formas que adquiere el proceso de exclusión es el que dirige hacia aquellos que no pueden acceder a esas tecnologías. En el siglo pasado, con la revolución industrial, los pobres permanecían dentro de la sociedad, podían insertarse de modo alguno en la producción; los pobres de hoy, en cambio, están fuera de la cultura y del conocimiento, por tanto, no tienen cabida en la sociedad ni posibilidad alguna de inserción en la producción actual (caracterizada por el acceso y uso de la información)."

Esta pretendida "Sociedad de la Información" se deshace en evidencias al momento de observar las cifras que proporciona la UNICEF (2005) en cuanto a educación a nivel global, donde las diferencias entre los países más ricos con respecto a los más pobres demuestran la imposibilidad de hablar de un fenómeno con alcance totalizador.

Cuadro 2. Educación a nivel global.

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Tomado de: UNICEF, 2005, p. 124.

Centrando nuestro análisis en América Latina, la región con la mayor desigualdad[15]es decir, peor distribución de la riqueza en el mundo podemos considerar varios indicadores.

El primero de ellos es la evolución de la pobreza:

. "De un total de 512 millones de habitantes, cerca de la mitad (222 millones de personas) son hoy pobres y de estos, 96 millones sobreviven en la indigencia.

. Entre 1999 y 2002 la tasa de pobreza aumentó del 43,8% al 44% y la indigencia alcanzó al 19,4% de la población.

. Entre el 2000 y el 2002 creció en 15 millones el número de pobres.

. La pobreza afecta sobre todo a los sectores más vulnerables: niños, ancianos, mujeres, grupos indígenas.

. Hay pérdida de expectativas y de visión de progreso, incluso de futuro, en amplios sectores de la población.

En los últimos 20 años:

. 91 millones de personas se convirtieron en pobres.

. hay 40 millones más de indigentes.

. 226 millones viven con menos de dos dólares al día.

. 102 millones no tienen los ingresos necesarios para consumir el mínimo de proteínas y calorías básicas para subsistir.

. aumentó y profundizó la pobreza en los sectores marginales.

. desapareció la clase media (los "nuevos pobres", 23 millones de personas, según la CEPAL)

1960: la clase media representaba el 53% de la población.

1990-2000: 7 millones de personas de la clase media pasaron a ser pobres.

2000: la clase media representaba el 23% de la población.

. Creció la brecha entre ricos y pobres: brecha en ingresos y brecha en servicios (salud, educación, telefonía, acceso a Internet, etc.)

. Las poblaciones de emergencia (villas miseria, favelas, barriadas, chabolas) se han multiplicado.

. Incrementó la mendicidad.

. El trabajo se convirtió en bien escaso y el desempleo en crónico y corriente (para el 2003, el desempleo oscilaba entre el 10,7% y más del 20% en algunos países)." (Torres, 2005, p. 133)

En lo que refiere a la deuda externa:

. "América Latina y el Caribe ocupa el primer lugar de endeudamiento, con el 32% de la deuda mundial de los países en desarrollo; le siguen Asia Oriental y del Pacífico 22%), Europa del Este y Asia Central (21%), Oriente Medio y Norte de África (9%), África Subsahariana (9%), y Asia del Sur (7%).

. Tres países latinoamericanos –Bolivia, Honduras y Nicaragua– fueron integrados a la Iniciativa para los Países Pobres Muy Endeudados (PPME o HIPC en su sigla en inglés), planteada por el Banco Mundial y el FMI en 1996." (Torres, 2005, p. 124)

Cuadro 3. América Latina. Evolución de la deuda pública (Proporción del PBI y al 31 de diciembre de cada año)[16]

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Tomado de: Torres, 2005, p. 134.

En tanto, el déficits en salud pública se expresa en las siguientes cifras:

. "1 de cada 130 mujeres muere durante el embarazo o el parto. (En Estados Unidos muere una de cada 3.500).

. Persisten grandes brechas en la mortalidad infantil. En Bolivia mueren 83 niños de cada 1.000 antes de cumplir un año de edad (En Canadá mueren 5,7 de cada 1.000 niños).

. 190.000 niños mueren anualmente por enfermedades que pueden prevenirse o controlarse (enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias).

. 218 millones de personas carecen de protección en salud.

. 100 millones no tienen servicios básicos de salud.

. 160 millones carecen de agua potable.

. 82 millones de niños no tienen acceso a programas de inmunización." (Torres, 2005, p. 133)

Por su parte, los problemas de trabajo y empleo se exponen a continuación:

. "1 de cada 3 empleos en América Latina es informal.

. 17 millones 500 mil menores de edad trabajan, mientras que.

. entre 17 y 19 millones de adultos están desempleados y necesitan trabajar." (Torres, 2005, p. 133)

Cuadro 4. América Latina. Tasas de desempleo según sexo y edad, en zonas urbanas, década de 1990, 17 países.

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Tomado de: Torres, 2005, p. 134.

Por último, haremos referencia al impacto de la pobreza en la infancia y en las familias, atendiendo a que en América Latina la mayoría de los pobres son niños y la mayoría de los niños son pobres:

. "58% de los niños menores de 5 años son pobres.

. 57% de los niños de 6 a 12 años son pobres.

. 36 % de los niños menores de 2 años están en situación de "alto riesgo alimentario".

. 22 millones de niños menores de 14 años trabajan.

. Más del 20% de los hogares han sido destruidos y están a cargo de mujeres pobres.

. Aumento de la tasa de renuencia de parejas jóvenes a formar familia por la incertidumbre económica.

. Aumenta el número de hijos ilegítimos.

. Aumenta el número de niños cuya familia no logra protegerlos y el número de niños y niñas que trabajan (22 millones menores de 14 años trabajan largas jornadas).

. Aumento del número de madres adolescentes.

. Incremento de la violencia doméstica.

. Aumento de la población de niños, totalmente desprotegidos por la familia y la sociedad, que viven en las calles." (Torres, 2005, p. 134)

Aludiendo a la realidad nacional, Santiago (2006) expresa que "La sociedad uruguaya, que compite en deformidades con otras del continente que han vivido también la crisis del modelo de acumulación capitalista, ese que siempre, en lo grueso, privatiza las ganancias y socializa las pérdidas, sufrió en el 2002 un desplome generalizado, multiplicando la marginalidad de sectores de población que parecen soldados a una situación espantosa. […] Se necesitan cambios reales, especialmente, en una sociedad que por la aplicación del modelo neoliberal y su inviabilidad manifiesta, terminó esta etapa del proceso con una de las deudas externas per cápita mayor del hemisferio occidental, la que exige al gobierno apretar los torniquetes de la economía para lograr un superávit previo del 3.5 por ciento. Cifra gigantesca para los uruguayos que surgió de un acuerdo con el FMI. Esfuerzo que ojala -guardando en un bolsillo nuestro ya histórico escepticismo- determine que no sigamos, a contrapartida de ese esfuerzo, pagando con la deformidad económica, la consolidación de la situación de los marginados y asalariados hambreados por sueldos vergonzantes. Pero hay otro hecho: la niñez no tiene esos tiempos, no puede esperar. Cuando los efectos de la marginalidad comienzan a sentirse, son miles los botijas que pierden su educación, en un proceso de desculturización fenomenal en su incidencia sobre la sociedad en su conjunto, soportando además las secuelas físicas y psicológicas de la miseria. Todo un proceso dramático que es "balconeado" por el resto de la sociedad que se conmueve por las imágenes de los desnutridos, pero que cuando se refiere a la problemática de la inseguridad inmediatamente los instala en el campo del enemigo y los margina, más, mucho más."

Sin embargo, y a pesar de que la realidad es ineludible, la CMSI (2003a) sostiene, tal vez ingenuamente, "Nos comprometemos asimismo a evaluar y a seguir de cerca los progresos logrados en cuanto a la reducción de la brecha digital, teniendo en cuenta los diferentes niveles de desarrollo, con miras a lograr los objetivos de desarrollo internacionalmente acordados, incluidos los consagrados en la Declaración del Milenio, y a evaluar la eficacia de la inversión y los esfuerzos de cooperación internacional encaminados a la construcción de la sociedad de la información."

Pero, ¿somos ciegos?, ¿reducción de la brecha digital?, ¿alcanzar los objetivos de la Declaración del Milenio[17]Es imperioso analizar a que embaucadores intereses responden los planteamientos de la CMSI, porque si de una cosa podemos estar seguros, es de constituyen una total falacia.

Ante este panorama, y profundizando aún más en las insoslayables diferencias que el capitalismo expresa, sostenemos que "Las Múltiples Pobrezas no se agotan en el diagnóstico de las carencias que hacen a la satisfacción de las necesidades tradicionalmente llamadas básicas u obvias, que ya no son tan obvias, tal como por ejemplo trabajo, vivienda, salud, educación sino que abarca el estudio de una completa realidad de Pobrezas (en plural) en relación con carencias en la satisfacción de necesidades fundamentales, […] como la necesidad de protección o cuidado, la necesidad de pensamiento reflexivo o de entendimiento y la necesidad de participación política. Cualquier necesidad humana que no es adecuadamente satisfecha socialmente revela una pobreza social y genera procesos de exclusión y de aumentos de la violencia internalizada en las relaciones sociales." (Sirvent, 1996 citado en Aparicio, 2003, p.1)

En consecuencia Muela Meza (2004a, 14) plantea que "[…] las asociaciones bibliotecarias líderes a nivel mundial deberían traer este asuntos a los foros de debate mundial y ante los que elaboran políticas informacionales a todos los niveles, por ejemplo: ONU, UNESCO, ITU, UNIDO, etc. Ellas deberían unir fuerzas para que todas juntas se manifiesten y cabildeen los organismos mundiales acreedores: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y a los países del G8: EEUU, Gran Bretaña, Francia, Japón, Alemania, Canadá, Italia y Rusia para buscar la posibilidad de que se les cancele total y permanentemente la deuda externa a dichos países deudores."

Las apreciaciones de Muela Meza presentan un interesante matiz, máxime si tenemos en cuenta que "The economic debts of the developing world will not be fully repaid, quite simply because the people who live in the developing world cannot afford to repay them. The harsh reality of poverty in poorer countries was an initial stimulus for the loans." (Ferraro; Rosser, 1994, p. 32)

Empero, "[…] éstas son las consecuencias que el terror holocáustico que ni la IFLA, FAIFE, ALA ni ningún otro organismo bibliotecario o documental evidencia, menos se cuestiona, y mucho menos toma acción de resistencia o contra tan funesta holocáustica realidad que masacra diariamente a la población del mundo […]." (Muela Meza, 2004a, p. 13)

Pues bien, ha quedado claro que el fenómeno de la "Sociedad de la Información" es un fenómeno multidireccional, y como consecuencia, debe ser abordado interdisciplinariamente.

Desde el campo de la Bibliotecología, no debemos olvidar que el suministro y acceso de la información y de las TIC debe obedecer a un único fin: el usuario.

La Declaración de Principios de la CMSI (2003a) en su punto 9 sostiene "Reconocemos que las TIC deben considerarse como un instrumento y no como un fin en sí mismas. En condiciones favorables estas tecnologías pueden ser un instrumento muy eficaz para acrecentar la productividad, generar crecimiento económico, crear empleos y posibilidades de contratación, así como para mejorar la calidad de la vida de todos. Por otra parte, pueden promover el diálogo entre las personas, las naciones y las civilizaciones."

Desde nuestra perspectiva, las TIC constituyen parte de "[…] un conocido repertorio de promesas mesiánicas de felicidad, prosperidad, igualdad, armonía universal, satisfacción cultural y un largo etcétera, que se ha repetido con cada innovación técnica en comunicación." (Burch; León; Tamayo, 2003, p. 9)

En dicho sentido, es fundamental precisar que"La calidad de la información no comienza en las antenas parabólicas ni con los equipos electrónicos -unas y otros indispensables-, sino en la capacidad de comunicación y de expresión de una persona, en su nivel de uso del lenguaje. Una educación de calidad no es la que únicamente acumula información, sino la que hace crecer la conciencia de los alumnos -que es otra manera de decir la capacidad crítica-, y sobre esa conciencia agudizada, expandida, alerta, crea las condiciones de acceso a la información. De la misma manera que el tesoro de oportunidades de una gran biblioteca es inútil si no se sabe leer, si no se sabe manejarla, los satélites y las redes electrónicas serán una colosal y costosísima manera de simular calidad sino llegan a una población capaz de comunicarse y expresarse a través del lenguaje que, como ya lo dije, hoy en día es oral y a la vez escrito. Una educación de calidad descansa sobre un manejo cada vez más profundo y capaz del lenguaje, oral y escrito, pues el uso del lenguaje es lo que hace crecer la capacidad crítica." (Garrido, 1999 citado en Muela Meza, 2004, p. 17)

Las palabras de Garrido encuentran terreno fértil en la Bibliotecología cuando las analizamos en relación a lo planteado por Kranich (2003) "Access to abundance does not ensure access to diversity. Instead, we now have access to more and more of the same ideas, with alternatives marginalized more and more by such forces as corporate profiteering, political expediency, and the whimsy of the marketplace. The promise of new technologies is imperiled by powerful political and economic forces."

Reflexionando a partir de Muela Meza (2004a, p. 22), el fenómeno de la TIC"s "[…] no se las puede ver unidimensionalmente o unidireccionalmente: obtengo la tecnología, doy alfabetización computacional, el usuario aprende, el usuario es autosuficiente y se completa el ciclo de autoaprendizaje de habilidades para toda la vida. Visto así es la mejor forma de preservar en el pensamiento de la preponderancia de las élites sobre los hambrientos, miserables y desposeídos."

Con ello, la acción del profesional de la información debe dirigirse hacia una "alfabetización informacional" que no reproduzca las políticas impulsadas desde los gobiernos por las élites dominantes y, que por el contrario, contribuyan a la emancipación y toma de conciencia social de las clases desposeídas.

"Hoje, o novo proletariado não trabalha mais com signos ou coisas, mas com massas humanas brutas. Acompanha os povos em trânsito em meio às tempestades da grande mutação. Ele humaniza os corpos, os espíritos, os comportamentos coletivos. Do coração da batalha, forja às cegas , sem jeito, as armas da autonomia. Eis os novos

"paus para toda obra" da sociedade, os anônimos que produzem as condições da riqueza longe das luzes do espetáculo, aqueles cujo trabalho é, ao mesmo tempo, o mais duro, o mais necessário e o mais mal pago: a legião dos educadores, diretores de colégio, professores, formadores em geral. Vem encorpar esse contingente a multidão de assistentes, trabalhadores sociais, policiais… e carcereiros que não aguentam mais! E não esqueçamos a massa de auxiliares: os associativos, os não-governamentais, os caritativos, aqueles prontos a ajudar em todas as infelicidades, todo o povo miúdo que segue atrás dos fracassados e recolhe as vítimas da desterritorialização. Esses novos proletários carregam sobre seus ombros o relacional de massa, o laço social intensivo. Esses justos se encarregam de inserir toda uma população deixada por sua própria

conta. E, graças à mobilidade e à aceleração dos fluxos, todos vivem à beira da exclusão, arriscando-se a saltar para fora. O novo proletariado só se emancipará pela união, saindo de suas categorias, prescindindo das alianças com aquele cujo trabalho se assemelha ao seu (mais uma vez, quase todos), evidenciando a operação que efetua na sombra, fazendo com que a produção da inteligência volte a ser objeto central de preocupação explícita de todos, investindo na pesquisa sobre a engenharia do laço social a fim de instrumentar, na medida do possível, aqueles que moldam o humano com as mãos nuas e à força do afeto. Quando o novo proletariado se tornar consciente

de si mesmo decidirá suprimir-se enquanto classe, instituirá a socialização geral da educação, da formação e da produção de qualidades humanas." (Lévy, 1994 citado en Siqueira Bolaño, 199?, p. 21-22)

3.5.4.2. LA ALFABETIZACIÓN INFORMACIONAL: UNA VISIÓN HUMANIZANTE

Es preciso señalar que "Plantearnos las Ciencias Sociales desde los procesos educativos, esto es como área de conocimiento que tiene la finalidad de generar las capacidades para explicar e interpretar la sociedad, junto a su aporte al fortalecimiento de la democracia y a la constitución de sujetos democráticos desde la escuela, implica un doble reconocimiento:

  • que desde la perspectiva crítica, las Ciencias Sociales tienen posibilidad de colaborar en la transformación de la realidad.

  • y que para que los sujetos puedan intervenir en la realidad con intención transformadora, las ciencias sociales pueden ofrecer el instrumental para un buen conocimiento crítico de esa realidad." (Gimeno, 2001, p. 9)

Por ende, analizar la crisis de paradigmas de interpretación de la realidad social, la problemática de la información y de los procesos educativos, entre otros fenómenos sociales que podríamos señalar, reclama una Ciencia Social crítica e interdisciplinaria que en sus aproximaciones a la realidad potencie y desarrolle la multicausalidad y las diferentes perspectivas para poder comprender los hechos, sin desconocer que detrás de todos estos fenómenos sociales subyace su centro clasista.

En este sentido, la educación posee un papel crucial. "Pero no cualquier tipo de educación, sino aquella que permite aprendizajes críticos. La que desarrolla la problematización ante la realidad y permite construir nuevas explicaciones de los hechos que vivimos. La que impulsa la búsqueda colectiva de soluciones a los problemas que confrontamos porque considera que el conocimiento se valida cuando somos capaces de intervenir en la transformación y en el cambio de nuestra realidad […]." (Gimeno, 2001, p. 13)

Apostando a una práxis pedagógica crítica, Rebellato plantea algunos desafíos que consideramos apropiado visualizar desde la Bibliotecología:

? "Seguir construyendo una teoría crítico-emancipadora frente al proyecto neoliberal y continuar radicalizando sus postulados. Porque es más radical el peligro de destrucción de la vida, de la naturaleza y la creciente dificultad para superar la actual crisis de civilización, dado que nos enfrentamos a la expansión de una ética y una cultura que pretenden ahogar los potenciales emancipadores. Esta tarea teórico-práctica debe ser profundamente innovadora, para elaborar nuevos temas, desafíos y caminos alternativos.

? Articular los poderes populares hacia una democracia radical y apostar a una democracia integral construida desde la sociedad civil, así como a la constitución de nuevas subjetividades colectivas.

? Transformar la educación y recuperar su dimensión ético-política." (Tani; [et. al], 2004)

Consecuentemente, Casa Tirao (200, p. 5-6) sostiene: "Concibo la educación como un proceso permanente e integral que dura toda la vida del hombre y de la mujer y creo que en este proceso la alfabetización tiene un rol fundamental pero sólo podrá ser realmente efectiva cuando en ella se encuentre presente la relación de los individuos con su medio. […] No cabe duda, entonces que la alfabetización, como cualquier otro proceso educativo, debe ubicarse en el aquí y el ahora de los sujetos a quienes está dirigida con el riesgo, en caso contrario, de transformarse en un quehacer inútil y frustrante."

Desde la visión de la práctica educativa como dimensión de la práctica social, Freire (1997, p. 86) plantea "[…] en cuanto práctica social, la práctica educativa en su riqueza, en su complejidad, es un fenómeno típico de la existencia y, por eso mismo, un fenómeno exclusivamente humano. De ahí también, que la práctica educativa sea histórica y tenga historicidad. La existencia humana no tiene el punto determinante de su trayectoria fijado en la especie. Al inventar la existencia, como los materiales que la vida les ofrece, los hombres y las mujeres inventarán o descubrirán la posibilidad que implica necesariamente la libertad, que no recibirán más que luchando por ella."

El alfabetizador brasileño afirma además que "[…] no debemos suponer que lo obvio resulta claramente comprensible. De ahí nuestro axioma inicial: toda práctica educativa implica, por parte del educador, una posición teórica. Esta posición, a su vez, implica una interpretación del hombre y del mundo, a veces más y a veces menos explícita. No podría ser de otra forma. El proceso de orientación de los seres humanos en el mundo no incluye la asociación de imágenes sensoriales, como sucede con los animales. Implica, por encima de todo, pensamiento-lenguaje, es decir la posibilidad de conocer a través de la praxis, por el medio de la cual el hombre transforma la realidad. En el caso del hombre, este proceso de orientación en el mundo no puede entenderse ni como un acontecimiento subjetivo, ni puramente objetivo o mecánico, sino sólo como un acontecimiento en la cual la subjetividad y la objetividad se encuentran unidas. Concebida de este modo, la orientación en el mundo plantea la cuestión de los objetivos de la acción en el nivel de percepción crítica de la realidad."(Freire, 1990, p. 63)

En este sentido, concebimos que la información se concibe como la base de la relación pensamiento-lenguaje, y de ahí su importancia otorgado por el poder hegemónico burgués para su apropiación y empleo como componente estratégico de los AIE y, fundamentalmente del AIE escolar, hecho por demás demostrado a lo largo del presente trabajo.

"El mundo siempre se ha impulsado por la INFORMACIÓN indistintamente del medio que se utilice para transmitirla o, la época en que se esté viviendo o, el lugar donde nos desarrollemos. La información fue, es y será el motor del quehacer humano." (Garmendia Bonilla, 2005, p. 2)

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