Democracia y democracia. Política y politiquería (página 2)
Enviado por Diego Orlando Bernal Sánchez
El hombre ha creado miles de lenguas, creencias, mitos, costumbres, culturas, música, plásticas y en general desarrolla diferentes formas de permitir la resolución de los conflictos. Un estimativo es que en el mundo existen más de doce mil sistemas legales diferentes[1]La necesidad que surge para resolver los conflictos desarrolla nuevos conceptos y principios morales que se convierten en la base del derecho y en ocasiones de nuevas religiones. La dinámica en la búsqueda de soluciones o el deseo de lograr una liberación del dominio al que se somete, es un proceso que origina el concepto de la reivindicación, el cual se constituye en el motor de los movimientos sociales que tienen el sufrimiento como fuente de actitudes, en principio pueden ser simples reacciones de rechazo, las que no pasan de rebeldía, carente de una teoría política; otras trascienden a movimientos organizados y orientados a fines específicos como sucede con los diferentes movimientos revolucionarios.
En la sociedad aparece el dolor como una afectación al sentimiento del hombre; puede ser de carácter físico, originado en diferentes factores que afectan el cuerpo mediante acciones que pueden ser accidentales o premeditadas. El dolor puede afectar la parte intima del ser, en lo volitivo, generando una vida de hastío al sentirse ajeno por el paradigma social que permite crear un ser que se sumerge en la completa infelicidad favoreciendo intereses mezquinos y dejando de lado sus propios intereses y sus reivindicaciones. El hombre busca huir del dolor, pero esta acción no se puede considerar como un logro para alcanzar la dimensión de la reivindicación, para que la reacción al dolor logre trascender a la dimensión buscada, es necesario adquirir conciencia con claridad de conceptos que permita la sensatez; constituyente de un estado en que el hombre concluye que ha sido privado de algo. La reacción contraria, es decir, cuando no se toma conciencia se caracteriza por la necesidad de justificar el dolor o la privación. En las sociedades que están en una dimensión de enajenación se produce el fenómeno del visionario, que es la persona que alerta sobre la privación y señala este hecho como el factor que origina dolor. El visionario se convierte en el ser que se encarga de lanzar la idea que las cosas pueden ser diferentes, mostrando la función iluminadora de toda utopía. Cuando las aspiraciones son simples deseos la acción se ubica en el plano de los intereses, pero si la reivindicación es de carácter moral la acción esta en el plano del derecho. En esta forma se busca el acceso a un valor merecido. La abolición de la presunta injusticia genera una nueva situación en la que al existir una carencia o privación indebida se busque devolver lo que le pertenece al individuo o a la sociedad. No se trata de una simple conquista o una situación de aceptar privilegios, se trata de restablecer la armonía existente antes de presentarse la privación injustificada. El origen del dolor es factor importante en la estructuración de la sociedad ya que al estar asociado con la privación nos remite al concepto de la propiedad, la que cobra gran importancia al estar relacionada con el sentimiento de justicia. La injusticia se relaciona con la envidia y la privación de algo. Nietzsche considera al hombre como un ser perverso, por eso dijo que pensando mal casi siempre se acierta. El hombre tiene una tendencia a exigir igualdad de condiciones o de posesiones. El origen del resentimiento se encuentra en las ansias de igualdad, por su parte la indignación aparece cuando se priva al hombre de algo que considera de su propiedad, sea la privación de un bien material o inmaterial. La afectación, al privar a una persona de lo inmaterial, en lo psicológico se logra causando dolor y una reacción del individuo a un estado de indefensión o inferioridad posibilitando la agresión, la humillación o el vejamen a que es sometido. Esto permite considerar como Ihering encuentra el origen de la idea de justicia en el patrimonio. Se trata de una conquista de bienes que el hombre no desea abandonar, por querer conservar. El hombre al ser privado de sus bienes siente que le causan un daño o una ofensa, lo que lleva a una reacción violenta contra la acción ejercida para privarlo de su propiedad. Esta tesis lleva a concluir que se actúa justo cuando se cumple con el deber, lo que implica respetar la propiedad del otro y pagar las deudas, tanto materiales como inmateriales. El estado de felicidad es el fundamento de toda organización social. Positivistas como Kelsen y Ross negaron la relación entre justicia y derecho al considerar que la justicia es una idea irracional que no puede tratarse científicamente. Kelsen escribe "Desde el punto de vista del conocimiento racional no existen más que intereses humanos y, por tanto, conflictos de intereses. La solución de estos conflictos puede encontrarse satisfaciendo un interés en detrimento de otro o mediante un compromiso entre los intereses en pugna. Es imposible demostrar que solo una de las dos soluciones es justa"[2].
La sociedad desarrolla su propia moral, la mantiene durante siglos valiéndose de mecanismos de reproducción y de inmunización en contra de toda crítica o visión diferente creada en forma mediática con el fin de ajustar la realidad a unos propósitos determinados. Esta defensa dogmática contra la evidencia o la crítica logra la continuación en la imposición de una visión del mundo o ideología; se busca lograr, con el uso de la comunicación persuasiva, crear una realidad diferente a la que se vive. La idealización del discurso se hace en forma tal que las personas cierran los ojos a la realidad, como una forma de generar una firme creencia en lo que dice el gobernante. Los medios permiten una fácil manipulación de las personas, lo que se parece a lo descrito por Anderson[3]en el cuento del traje nuevo del emperador. Por esto es que la sensatez es la llamada a abrir los ojos frente a la arremetida de los medios que imponen una forma de percibir la realidad. Como en el cuento del traje nuevo del emperador se hace preciso desnudar el poder para que la verdad sea vista en forma clara. Es conocido que un principio del fascismo nazi es que la mentira repetida sin cesar, sea mediante el rumor o con propaganda que en forma perversa la refuerza, deja en el ambiente la sensación que se están diciendo una verdad. La mentira es una herramienta para convencer, para que se asimile la idea de que el líder es quien encarna la salvación de la nación; una vez lograda esta idea se tiene el convencimiento que cualquier ataque que se haga a esta figura es entendido como una agresión a todo el pueblo. El líder se convierte en la representación de la nación; de la patria y de los valores que se deben seguir. Para evitar vivir un modelo autoritario es necesario crear una organización social, estructurado en torno a normas claras, realmente hechas en beneficio de las mayorías más débiles. Al respecto Kelsen escribe que "la búsqueda de la justicia es la eterna búsqueda de la felicidad humana"[4], al convertirse en una finalidad para el hombre no la puede encontrar solo, por ello la busca en la sociedad. La justicia es la felicidad social, para conseguirla se debe garantizar un orden social que satisfaga este anhelo. Platón identifica la justicia con la felicidad, para él un hombre justo es feliz y un hombre injusto es infeliz. En efecto, la afirmación según la cual la justicia es la felicidad no es una respuesta definitiva, apenas constituye una forma de eludir el problema pues una vez hecha esta pregunta surge inmediatamente la nueva cuestión ¿Qué es la felicidad?[5]
Las sociedades elevan sus normas a categoría de constituciones por considerar que respetando ciertos valores se construye la justicia. Las normas se imponen, su practica las vuelve costumbre, cuando este mecanismo no es suficiente se acude a la coacción o el uso de la fuerza, característica del derecho que se atribuye el monopolio de la fuerza. Platón escribió "En mi opinión son los hombres débiles y las masas las que establecen las leyes para sí mismos. Para su propia utilidad implantan leyes, prodigan alabanzas y censuras, quieren atemorizar a quienes son más fuertes que ellos (…) dicen que es feo e injusto poseer más cosas que los demás. Pues, en mi opinión, consideran una felicidad el tener lo mismo, siendo inferiores".[6] Nietzsche considera la moral como hija del resentimiento que siente el débil contra el fuerte.
El deseo de una sociedad justa es la preocupación que dinamiza teorías y procesos jurídicos. Todos desean una sociedad en los que se realicen los postulados de equidad, igualdad, fraternidad, justicia, entre otros propósitos teóricos. La diferencia entre una teoría y otra esta en los intereses que favorecen y la forma como se imponen sus postulados. El para quién es la organización, el porqué se favorece a una determinada población y el cómo se logra garantizar ciertos derechos es lo que determina el gobierno que tiene la sociedad. La constitución es la manifestación de una voluntad social, puede ser impuesta o aceptada. En el caso de ser impuesta, los gobernados o asociados están obligados a aceptar las normas ya que su desacato genera una situación de ser penalizado o castigado por no estar de acuerdo con el orden impuesto. Cuando es aceptada la organización política con sus normas, el sometimiento a ellas es voluntario, esto garantiza que los hombres no pierdan su dignidad y que el gobierno sea legitimo. Este proceso de aceptar la norma y la organización social en forma voluntaria frente a tener que someterse al ordenamiento, es lo que constituye el origen de la diferencia entre un gobierno legal y uno impuesto gracias a la autoridad derivada de una ley. Un gobierno legítimo o aceptado en forma voluntaria por sus gobernados es el producto del consenso, mientras que el gobierno que se fundamenta solamente en su legalidad, es decir que es impuesto, tiene su origen en acuerdos establecidos por los grupos más fuertes de la sociedad.
Las constituciones de los países se debaten en la diferencia de lo público y lo privado. Esta situación marca la organización y las políticas que orientan la sociedad, la moral y el concepto de justicia. Las religiones escapan a este análisis entre lo público y lo privado al lograr ubicar su campo de acción en una dimensión que trasciende la discusión terrenal. El poder en estas organizaciones es incuestionable por su origen divino, en esta forma evitan todo control o análisis elaborado con base en la razón o lo terrenal. Lo público no se puede reducir en forma simplista como la res pública donde la propiedad es convertida en el fundamento de los derechos; de la moral, la dignidad y la organización social, ya que la religión entra a jugar un importante papel para justificar la propiedad y el poder, por ejemplo en España, los títulos de propiedad de muchas de las fincas pertenecientes al ministerio de defensa presentan un misterioso D. C. que es la abreviatura de Derecho de Conquista, recordemos que la conquista tiene un fundamento religioso que consistió en difundir la fe católica.
La propiedad no se da en forma exclusiva hacia fuera, el fenómeno de la propiedad se interioriza en la medida que se toma conciencia de autopropiedad o propiedad de uno mismo, este es el fundamento del desarrollo del concepto de persona y de los derechos que le corresponde, entre los que encontramos el derecho a la intimidad, la libertad, el desarrollo de la personalidad, el disfrute de su ser. Pero no siempre la evolución de estos derechos se ha dado en forma simple y acelerada, recordemos que la esclavitud fue una situación normal, socialmente aceptada y practicada incluso en sociedades que pregonan el principio: "todos los hombres nacen libres e iguales en derechos" pero en los que se podía practicar la esclavitud. La lucha por la igualdad de los derechos presenta ejemplos como el de George Fox, zapatero ingles nacido en 1624, quien funda el movimiento conocido como los quáqueros. Fox era individualista e igualitarista teológico. Nunca se quitó el sombrero delante de nadie por ser un hombre consciente de la dignidad personal y del valor de los individuos. Esto le valió estar preso en varias oportunidades. Su creencia de que el espíritu santo actúa en el interior de todos los hombres lo lleva a concluir que los hombres no necesitan intermediarios para comunicarse con Dios. Su doctrina se funda en una teoría sin dogmas, sin desigualdades ni coacciones y por supuesto, sin la intermediación de pastores. Para él lo importante es dejarse llevar por la fuerza del espíritu santo. El termino quáquers es por el arrebatamiento o trance en que entraban sus seguidores cuando los poseía el poder divino. En 1688 por primera vez los quáqueros se oponen a la esclavitud. En 1716 en Massachussets los quáqueros afirman en un manifiesto que los esclavos tenían derecho a la libertad y que en caso de ser privados de este derecho podían acudir a la vía armada. Valorando esta tesis encontramos que se reconocen dos derechos; la libertad y la resistencia a la tiranía. Este movimiento en 1754, da un paso importante en su lucha por la libertad al asegurar que "vivir con abundancia gracias al trabajo de aquellos a quienes la violencia y la crueldad ha puesto en nuestro poder es incompatible con el cristianismo y la justicia". Ellos fueron quienes fundaron la primera sociedad antiesclavista. En 1772 su movimiento logró una ley que prohibía definitivamente la esclavitud, permitiendo que todo esclavo que pisaba suelo Inglés, se convirtiera en un ser libre.
DEMOCRACIA Y CRISIS SOCIAL
Una forma de establecer el grado de comprensión que tienen las personas del concepto de DEMOCRACIA, en sociedades con esta forma de organización social, se puede determinar analizando la dinámica de integración y participación en la vida pública. Vivir en una sociedad organizada bajo principios democráticos dista mucho de ser actuante en la sociedad, cuando el concepto que se tiene de esta organización social se reduce a considerar que el sistema de gobierno es democrático por el simple hecho de garantizar ciertas libertades individuales, no se puede afirmar que existe un claro concepto de la democracia. El aislamiento de la población con el poder se facilita cuando el control social se presenta como una actividad ajena a la persona. Para lograr la idea de participar en la vida democrática de la nación, juegan un importante papel los medios masivos de comunicación, valiéndose de ellos, las personas que controlan el poder pueden presentar la imagen de una democracia formal en la que los asociados o personas que integran la nación son figuras pasivas de la vida de la sociedad. La marginación en la participación de la actividad pública facilita el proceso de interpretar el mundo como un espacio ajeno a los propios intereses. Un sistema que no permite el desarrollo integral de los individuos generan vacíos en la existencia. El hombre busca llenar estos vacíos acudiendo al consumo patológico, sea de drogas o de objetos. El carácter del supuesto "status" en lo que se consume permite la manipulación del individuo que se somete a una prisión impuesta por el precio de vivir en una sociedad consumista. El triunfo de la sociedad del envase, es la imposición de una forma de vida en la que es más valioso el objeto y la acumulación que el mismo individuo, se da más importancia a la forma que al contenido.
Los conceptos que sirven como referente para calificar si una sociedad es DEMOCRATICA, en algunos estados se reducen a la posibilidad de vivir en forma tranquila, lo que se equipara a la capacidad que tiene el sujeto de adquirir algunos bienes. En esta forma el consumo se convierte en factor que mide el grado de libertad del individuo. Bajo estos conceptos se establece si la sociedad vive en paz o en conflicto. Al identificar la simple tranquilidad con la paz social se reduce el análisis a situaciones que tiene que ver con la posibilidad de un bienestar, pero no de una vida digna con un desarrollo integral. Este pensamiento es producto del impacto que las teorías económicas, políticas y sociales producen en la vida de las personas. Siendo el resultado de factores ajenos a la realidad del individuo, sus análisis al ser carentes de contenido sociológico se limitan a justificar la existencia de la brecha entre la población que tiene una gran acumulación frente a la población sumergida en la pobreza. Estas teorías no son más que discursos mediante los cuales se minimiza la existencia de enormes diferencias en los ingresos. Cuando se desconocen las profundas diferencias que existen entre los miembros de la sociedad se niega el impacto que tienen las políticas impuestas. La idea que el individuo es privilegiado por el simple hecho de disfrutar de beneficios o bienes de consumo, conduce al abandono de aspectos importantes y trascendentales de la vida. El control social logrado mediante acciones que desarrollan una percepción de la realidad mediante la elaboración y asimilación de mitos, genera uniformidad en el lenguaje, ejemplo de esto es cuando se habla de seguridad democrática, se entiende que es la posibilidad de viajar por el país, de moverse por el territorio nacional sin el peligro del secuestro o la acción violenta. A esta política le hacen eco personas que no tienen capacidad económica para alimentarse en forma balanceada, que no se nutren con el mínimo de calorías, seres que apoyan programas para poder viajar por el país sin considerar que no cuentan con recursos para realizar viajes tan costosos y largos. Estas personas en ocasiones carecen para transitar por la misma ciudad. El mito es creado y los resultados favorecen a sus creadores que son los privilegiados, con la aplicación de las directrices con el fin de incrementar su capital. Una razón que permite explicar el porque se siente la necesidad de buscar la razón de ser en el consumo desmesurado o irracional se puede encontrar en el profundo cambio de valores y la necesidad de identificación y reconocimiento. Al considerar lo trivial como algo monástico y lo monástico como trivial[7]se logra transmutar los valores. El olvido de los derechos fundamentales, de la justicia social, la equidad, la inclusión en el sistema y la efectiva participación y construcción en la democracia permite la manipulación de las personas que han invertido sus valores, son los que aceptan la exclusión como algo normal.
La eficaz participación de las personas en lo público es una salida, pensar lo contrario conduce a vivir y reproducir el paradigma excluyente, reflejo de una sociedad integrada por ciudadanos políticamente inactivos. La reducción de la acción política al hecho de cumplir con el solo acto de elegir y ser elegidos es aceptar la dominación de una minoría privilegiada. Esto refleja el reinado del principio de parecer antes que ser, la perpetuidad de los mismos con diferente nombre en el poder.
Los países organizados bajo el sistema democrático, tienen un catalogo de deberes y de obligaciones para todas las personas que viven en su territorio. En Colombia el numeral 5 del artículo 95 de la Constitución nacional establece el deber y la obligación de participar en la vida política, cívica y comunitaria del país. No votar es desconocer y negar el derecho que otorga la Constitución para ejercer el papel de ciudadano. Cuando se falta a este deber constitucional se origina el fenómeno de la abstención para elegir los legisladores y gobernantes. La no participación conduce a tener un gobierno ilegitimo que la sociedad acepta sin reparos, impuesto por las minorías que manejan los gobiernos a su antojo para que respondan a sus intereses particulares.
En Colombia el presidente de la República es elegido por menos del 25% de los votos que pueden depositar las personas que tienen la categoría de ciudadanos. Un estado que se gobierna por la voluntad de las minorías y que se llama democrático no puede ser legítimo. Por esta razón se hace necesario legitimar al gobierno y al estado, lo que se logra mediante la legalidad. El hecho de presentar las elecciones una mínima participación, permite alegar que las mismas se ajustan a lo establecido por la ley, esta es la razón para considerar que los comicios son actos legales y como por arte de magia se transmuta lo ilegitimo en legitimo amparado en el concepto de la legalidad.
Al desconocer que las personas tienen la facultad de ejercer el control social mediante la participación activa, se crea el distanciamiento de los individuos con la administración. Esto constituye el principal impedimento para construir la organización social con una finalidad social. La convicción que la participación activa en los asuntos públicos es ajena a los sujetos que integran la sociedad genera el mito que las mayorías son ajenas a toda actividad política. La abstención a votar o participar en la definición de los derroteros del país[8]es el mecanismo que facilita la reproducción del paradigma impuesto, donde lo público es una actividad ajena a la persona y la sociedad, volviéndose exclusiva de la burocracia.
Aunque la realidad descarga su impacto económico sobre cada persona, en especial los de menos ingresos; las personas no interpretan esta situación como una imposición del poder ni como el desconocimiento de sus derechos, lo que se piensa es que la situación es normal en la vida social. El logro de esta doctrina es la idea que toda resistencia a las políticas o a los políticos que se han impuesto debe ser castigada. El favorecimiento de intereses particulares se aprecia en dos líneas; una de intereses personales para una minoría que acumula gran capital y detenta el poder; la otra, responde con los compromisos adquiridos, con la banca internacional y nacional, esto genera aceptar los planes trazados por estos organismos. En la práctica la aceptación de estas directrices genera perdida de garantías sociales, como los derechos laborales.
Lo anterior lleva a considerar el planteamiento de Habermas que fundamenta el concepto de crisis social en lo establecido por Parson, para quien existe una diferencia entre el sistema de la vida y el mundo de vida. Estas instancias son distintas y pertenecen a una misma totalidad social. Complejidad que junto a la topología de la crisis se presenta al interior de la sociedad capitalista, donde el surgimiento de la crisis en su estructura social es superior al esfuerzo o inversión que conlleva la solución requerida, para la conservación del estado. En esta forma la situación se expresa al interior del sistema social como una contradicción entre los subsistemas económico y político administrativo, que requiere para su funcionalidad estar implícito en el mismo sistema. La esfera socio cultural, cuya característica esencial es la justificación mediante normas de las correspondientes formas de vida, al igual que del sistema en general, el cual se legitima en la medida que supera la crisis. En esta forma se aprecian dos dimensiones de la dinámica social: La primera, orientada a garantizar la funcionalidad del sistema, busca un equilibrio social con mecanismos impersonales, independientes de cualquier consenso normativo. Esta situación es propia de la sociedad capitalista donde la integración esta supeditada al mercado y el orden se logra con el control social. La segunda dimensión se basa en consensos normativos donde la integración se supedita al marco institucional y a los consensos normativos del mundo de la vida. La integración social se basa en el principio del orden social que resulta del consenso. Esta segunda dinámica solo es posible mediante una real DEMOCRACIA presente en una organización social incluyente y participativa.
LA NECESIDAD DEL DESEMPLEO en las democracias.
Al ser estructurado el estado mediante una organización excluyente que favorece el capital, se descuida el bienestar que conlleva tener condiciones de vida digna para la mayoría de las personas, pero la clase dirigente, con la corrupción que ocasionan, necesitan la existencia del desempleo. Esto logra mayor oferta de personas capacitadas que se enfrentan a una mínima oferta de plazas laborales. La ecuación hace que el precio del trabajo disminuya por la existencia de la demanda. La disminución del salario, sumado al aumento de la carga laboral, se disfraza con el falso concepto de la eficiencia. Por esta razón es imposible hablar de justicia social y se desvía este concepto con acciones como la seguridad democrática. En esta forma la persona es considerada eficiente si desarrolla la capacidad de soportar cargas laborales extenuantes y puede sobrevivir con un menor salario. Se crean empleados que desempeñan labores ejecutadas antes por dos o tres trabajadores. La persona acepta en forma pasiva las imposiciones debido al creciente número de inactivos o sin empleo. Aunque la Constitución Nacional establece el trabajo como un derecho de la persona y un deber del estado garantizarlo, el manejo de la economía convierte en un hecho, que se califica como de suerte, cuando la persona cuenta con un empleo que le permite subsistir. La pérdida de algunos derechos fundamentales es aceptada por esta desigualdad social, la existencia del desempleo permite desarrollar nuevas formas de contratación, que acaba la relación laboral, dando paso a las de carácter civil. La idea de la eficiencia facilita la privatización del servicio, todo se presenta como un producto, en esta forma los servicios públicos al ser privatizados pierden su razón de ser y se convierten en un producto y como tal se busca el lucro. La idea de lo privado y de la igualdad de oportunidades que brinda el mercado hace que las personas crean en el imaginario de ser sus propios patrones al convertirse en pequeños empresarios que van a competir con verdaderos monopolios en una relación totalmente desigual. Son muy pocos los que logran resultados favorables en esta competencia. El capitalismo se mueve por la moraleja del rey midas, todo lo que toca lo quiere convertir en oro. Las ansias de riqueza no se ven saciadas y sucede la paradoja de quien trata de calmar la sed tomando agua de mar. Ante esta situación la población reacciona con simples manifestaciones de descontento. Es el caso de Las quejas o críticas que no plantean soluciones ni generan presión social sobre los grupos privilegiados, las acciones carentes de participación activa en la vida pública solo garantizan reproducir la organización social. Esto hace que la forma de gobierno se refuerce. La idea de participar mediante críticas infundadas o la abstención electoral se ha posesionado en las mentes de las mayorías debido a este imaginario. Mediante el desempleo se garantiza el gobierno de las minorías en una dinámica que alimenta la pasividad, al manipular las ilusiones y la esperanza de las personas, es así como se genera una clase de personas que aceptan las decisiones políticas y económicas como algo normal y piensan que son imposibles de evitar, esto facilita mantener el poder.
El desempleo como herramienta en el manejo de las elecciones, se vale de promesas de una plaza de trabajo, las personas se someten a los caprichos de aquellos que controlan el poder con la esperanza de lograr un empleo que les permitan ingresos necesarios para subsistir; otros son seducidos con la ilusión de ganancias rápidas por la corrupción. La errada creencia que la política es cosa de politiqueros es una excusa que reafirma la no participación en la construcción de la sociedad. El convencimiento de ser agentes ajenos a la sociedad reafirma la exclusión social, el mismo ser se autoexcluye debido a la creencia impuesta por quienes controlan el poder en el sentido de presentar lo publico ajeno de las personas que no hacen política, como suelen llamar a esta noble actividad aquellos que controlan el poder. Este pensamiento es bien recibido por la mayoría de la población ya que permite justificar la inacción y el conformismo. Surgen conductas de aislamiento social que son legitimadoras de políticas impuestas por personas que ejercen el poder. No existe la voluntad de las personas que tienen la categoría de ciudadanos, es decir la mayoría de edad, de ejercer el papel de constituyente primario, lo que permite realizar control o veeduría social, esto se debe a la manipulación que hacen los detentadores del poder de la necesidad que se manifiesta en lo básico para una vida digna, siendo el hecho de gozar de empleo una condición importante para tener una vida que responda a esta aspiración.
La manipulación de la necesidad de un empleo tiene la finalidad de lograr un resultado en las elecciones. Encontramos que el censo electoral del año 2006 registra un potencial de votación de 26.595.171 colombianos, es decir personas que gozan del derecho de participar en la elección de los órganos legislativos y ejecutivos de nuestro país. En las elecciones del 12 de marzo de 2006 se registró la siguiente votación: [9]
Votos sufragados y contabilizados como válidos
9.390.408
Número de votos en blanco 272.645
Votos nulos 1.053.721
Tarjetas no marcadas 336.539
El total de votos depositados fue de 10.716.774, cifra que incluye o contabiliza tarjetas no marcadas al considerar que las mismas reflejan la voluntad de no participar[10]no marcar la tarjeta de votación o tarjetón manifiesta la voluntad de las personas de no participar en la elección de aquellos que deben dirigir los destinos del país. La cifra de votantes indican una abstención del 59.7%, la participación es tan solo del 40.3%. El partido que obtuvo la mayoría de votos alcanzó 1.064.256 votos, que equivale al 6.17% del total de personas que pueden votar, esta cifra es diferente al 17.49% que señala El Espectador[11]Teniendo en cuenta esta mínima participación en el ejercicio político, se hace necesario aclarar el concepto de democracia, considerando la diferencia que existe entre legitimación y legalidad en el ejercicio del poder. Lo anterior indica que el 6.17% de las personas que podían votar impusieron su candidato para gobernar a mas del 93 % del total de la población que podía votar.
LA DEMOCRACIA
La palabra Democracia aparece en el latín tardío como democrafia, derivada del vocablo griego dëmokratía – o gobierno popular. Tomando su significado de pueblo que tiene la palabra demos y krateo en su significado de yo gobierno, la democracia viene a ser el gobierno del pueblo. Se trata de una suma imaginaria de los gobiernos individuales que tienen las personas que integran la sociedad, construyendo la abstracción de un gobierno de todos. El concepto -yo gobierno- forma una sola voluntad, esta es la razón de ser de todo gobierno democrático. El –yo- no se refiere al sujeto, es extensivo al pueblo, es la forma como se logra transmutar la palabra democracia en el gobierno del pueblo o el pueblo gobierna. Buscando el beneficio general, protegiendo el interés común. La prevalencia del bien común sobre el interés particular es la principal característica de la democracia.
Las teorías basadas en el contrato social nos remiten al concepto "gobierno del pueblo" característica del planteamiento desarrollado por Juan Jacobo Rousseau[12]Sus tesis consideran la ley como el producto de la voluntad general. Rousseau al observar las acciones humanas concluye que las mismas son motivadas o fundamentadas en el interés particular o individual de cada persona. Considerando que las ideas no tienen capacidad para ser solas, pues su dinámica obedece al interés que las desarrollan y que éste interés puede ser noble o egoísta; compatible o incompatible con el interés de la sociedad, Rousseau encuentra el soporte para considerar que entre los miembros de una sociedad se da una reciprocidad y comunicación generadora de situaciones generales. El interés general es el soporte de lo público y de la sociedad. Surge de la sumatoria del querer individual que se constituye en uno solo al coincidir. Este es el caso de la paz, existe un interés de cada individuo por vivir en una sociedad en paz, es un anhelo que coincide con el de la mayoría de miembros de la sociedad. Generando el sentir social que constituye el interés de la comunidad o interés general. El filósofo ginebrino imagina una sociedad que supera el estado de naturaleza del hombre, por ello basa su teoría en un concepto optimista de la naturaleza humana para concluir que el hombre es bueno por naturaleza, muy contrario a lo sostenido por otros filósofos que parten del concepto de una naturaleza humana egoísta, no altruista[13]visión pesimista que considera al hombre como un ser perverso por perseguir el mal.
No existe certeza de como es el hombre en el estado de naturaleza. Nadie ha podido probar o demostrar como fue ese estado en la historia de la humanidad, por esta razón no podemos asegurar cual de las tesis es la acertada. Al desconocer la esencia del ser en el supuesto estado de naturaleza la teoría se construye sobre supuestos, considerando al hombre sin más limitaciones que las impuestas por su propia conducta. Las teorías se desarrollan mediante observaciones, Rousseau encuentra que el hombre es amable cuando los demás no interfieren en sus intereses y se vuelve agresivo o "malo" al ver limitada su libertad; su teoría establece diferencias entre el buen salvaje y el salvaje egoísta.
La idea de libertad es un hecho que se destaca en el estado natural del hombre, para no interferir en la libertad de los demás ni ser violada la propia libertad, la sociedad elabora un pacto o contrato que posibilita la convivencia sin afectar los intereses de sus miembros, esta dualidad implica que las personas, se conviertan en sujetos de derechos y objeto de deberes. La persona frente al ejercicio del poder asume la doble condición de súbdito y soberano; es súbdito al someterse a la ley que es producto de su voluntad; es soberano por ser quien establece la ley, la crea y la acata; la obedece y se somete a ella sin reparo pero lo hace sin perder la dignidad, de esta forma surge la teoría de la soberanía popular en la cual todos tienen una fracción de la soberanía. La Ginebra de Rousseau permite vivir la soberanía popular sin mayor problema, por ser una comunidad pequeña, es difícil que alguien manipule la voluntad de las personas. Cada uno elige o vota consultando sus propios intereses, esta coincidencia de intereses particulares para el bien de todos estructura el interés general o interés común. El ejercicio democrático sin manipulación permite el triunfo de los intereses particulares, aún cuando se habla de interés común, por resultar beneficiados los intereses de la colectividad, que era precisamente el interés particular de cada uno de los asociados en la sumatoria imaginaria que indicamos.
El ejercicio de la democracia se vivencia en forma directa en la manifestación de la voluntad que decide, aprobar o improbar las normas que rigen a la comunidad en su construcción o estructuración de la misma. La soberanía popular se puede vivir en las Juntas de Acción Comunal, juntas de administración de propiedades horizontales, juntas de gobierno de colegios y demás organizaciones donde las elecciones son directas. También vivimos la soberanía popular y el control social al ser activos en el ejercicio de los espacios que se crean para la convivencia y el bienestar de la comunidad. Este ejercicio democrático representa el triunfo del interés común al coincidir intereses particulares en beneficio de las mayorías, lo que constituye el interés general. En esta forma se responde a los deseos o expectativas de un bienestar colectivo. El derecho se convierte en un eslabón importante en la convivencia y la reparación del entramado social, al asumir el papel de conciliador, lo que permite el acercamiento de los diferentes grupos antagónicos de la sociedad. La norma es la base de la legitimidad, se hace valida en la medida que responda a los intereses de las personas que constituyen la mayoría desfavorecida o débil de la sociedad, pero deja de ser valida la legitimidad cuando se impone la norma en forma arbitraria para favorecer intereses de grupos privilegiados, lo que implica que la legitimidad se logra mediante la fuerza. El concepto ideal de participación y conciliación social se desdibuja con la persuasión que vuelve al individuo un ser hecho en forma exclusiva para el consumo. Introducir el concepto consumista en la actividad política permite convertir su ejercicio en un fenómeno comercial, que niega el sentido de la convivencia en la sociedad. El hombre reduce su papel a una participación secundaria en el entramado social. En el estado de derecho lo más valioso e importante son las instituciones, la autoridad, el orden, la ley y la seguridad democrática, muy diferente a la seguridad social que se debe vivir en la DEMOCRACIA. Esta errada idea es un rezago de la constitución que prevaleció desde 1886 hasta julio de 1991, para mayor claridad de las implicaciones de estos conceptos en nuestra sociedad es oportuno estudiar las diferencias que existen entre las dos cartas magnas, por esta razón asumimos el análisis de sus preámbulos.
ESTADO DE DERECHO
La constitución política de 1886 presenta un preámbulo mediante el cual se logra el control ideológico de la población, al mezclar lo político con lo religioso. Originalmente el preámbulo de la Carta de 1886 estaba redactado como se transcribe:
En nombre de Dios, fuente suprema de toda autoridad, y con el fin de afianzar la unidad nacional y asegurar los bienes de la justicia, la libertad y la paz, hemos venido decretar, como decretamos, la siguiente Constitución Política de Colombia[14]
El plebiscito de 1957 modifico el anterior preámbulo agregando el ingrediente religioso en forma clara tal como se relaciona:
En nombre de Dios, fuente suprema de toda autoridad, y con el fin de afianzar la unidad nacional, una de cuyas bases es el reconocimiento hecho por los partidos políticos de que la religión católica, apostólica y romana es la de la nación, y que como tal, los poderes públicos la protegerán y harán que sea respetada como esencial elemento del orden social, y para asegurar los bienes de la justicia, la libertad y la paz, el pueblo colombiano, en plebiscito nacional decreta… [15]
Los anteriores preámbulos explican la existencia de una sociedad sumida en el conformismo, la apatía y la insensibilidad social. El cambio que hace el plebiscito de 1957 consiste tan solo en agregar que la religión católica apostólica y romana es la religión oficial de la nación. Basado en esta idea se crea el compromiso obligatorio para los partidos políticos y los poderes públicos de protegerla y hacerla respetar. Este Concepto niega la autonomía del individuo y el desarrollo de su personalidad al impedir una cultura por fuera del marco ideológico y teológico impuesto por la religión. Un claro ejemplo de imponer el orden social es que durante años se prohíbe el debate e intercambio de ideas con otras culturas. Situación que desemboca en una fusión e identificación de la religión católica con la cúpula militar. Matrimonio que se aprecia al ver jerarcas de la iglesia católica invitados a celebraciones propias de los militares. Existe una clara intromisión de la iglesia católica en asuntos propios de la sociedad civil. Esto se observa cuando se presentan proyectos de ley que van en contra de la moral católica. La resistencia de esta iglesia se hace mediante un despliegue de acciones como la movilización de sectores de la población que se oponen a los proyectos de ley, con los que se pretende el reconocimiento de derechos fundamentales. En la nueva constitución política de 1991, el libre desarrollo de la personalidad, es un derecho fundamental que sufre el ataque y la condena de la iglesia al señalar que la autonomía del sujeto no puede traspasar las fronteras que impone la moral católica. Se observa la condena al reconocimiento de este derecho frente al silencio que guardan con la explotación individualista de sectores de la población al existir leyes que van en contra de los intereses de las mayorías mas desfavorecidas de la sociedad. Un caso concreto es el no encontrar un pronunciamiento de la cúpula de la iglesia católica, la que guarda un silencio cómplice, en temas como las leyes de UVR o la Ley 100, que tanta desigualdad e injusticia han ocasionado a las mayorías desfavorecidas con su aplicación. Por el contrario se aprecia como desgarran sus vestiduras y amenazan con excomuniones para casos en los que se definen temas que tienen una estrecha relación con los derechos individuales, como es el caso del aborto.
En este marco normativo e ideológico se considera como una verdad lo manifestado por los partidos tradicionales, que en el más claro descaro se turnan el poder durante un largo periodo de la historia del país, todo en nombre de la paz. Este hecho hace que se viva una democracia formal, de papel, al considerar que con solo votar se vive en una sociedad democrática. La realidad es diferente al sistema político social que contiene el papel. En efecto, en la constitución y en las leyes se reconocen ciertos derechos como la libertad de culto o religión, la libertad política o ideológica, las que son restringidas al someter a las mayorías a los caprichos e intereses de sus gobernantes. Esta especie de monarquía que vive el país hace que sea gobernado por un pequeño número de familias que bajo el concepto de estado de derecho y defensa de la nación, mantienen dominada a la población, causando mayor marginamiento de las personas que no pertenecen a su círculo social. A estos seres los señalan como nefastos para la sociedad, en especial a aquellos que se atreven a pensar y actuar en contra de sus imposiciones. Se dan claras desigualdades al negar derechos que hoy se consideran fundamentales, permitiendo que se privilegien abusos que hoy no son aceptados socialmente. La manifestación más clara de este triunfo ideológico de las minorías lo encontramos en la negación de nuestras raíces, los gobernantes se avergüenzan de su ancestro llegando a imponer como insulto decir que alguien es un indio, Campeche, campiano, montañero o agricultor. Esta es la manifestación de ver en el espejo nuestro rostro y escupir la imagen por no sentir que estamos reflejados en ella. En el marco social que establece la constitución de 1886 lo que vale es la institución y no el individuo[16]al prevalecer este concepto se explica como los celadores o funcionarios de algunos hospitales niegan el servicio a una persona que llega a urgencias peligrando su vida por estar primero la entidad, si la persona no esta afiliada o no tiene capacidad de pago debe ser desechada. El argumento para no prestar la atención es la falta de los documentos necesarios y en regla, sin detenerse a considerar que la vida es el bien más preciado que merece toda protección. El estado de derecho no ha desaparecido, prevalece en la actualidad. La ideología impuesta por la iglesia católica es fuerte en las mentes de las mayorías al reproducir una ideología propia del estado de derecho, muy diferente a la del estado social de derecho que consagra la nueva constitución política. Este nuevo ordenamiento ha sido condenado y burlado por personas que añoran vivir en un sistema feudal, a ellos los identificamos fácilmente por su enfermiza persecución en contra de la acción de tutela[17]
Revisado el preámbulo de la Constitución de 1886 se aprecia la ausencia de los derechos fundamentales que contiene la carta de 1991. Es increíble que en 1957 se cite al pueblo para que apruebe un texto constitucional, donde el único cambio es la imposición de un deber legal de proteger la religión católica, apostólica y romana, dejando de lado la protección de derechos fundaméntales. Tampoco se incluye los derechos humanos ni se reconocen derechos sociales. Una persona que desconoce las profundas desigualdades sociales que existen en nuestro país pueden llegar a pensar que en el momento del plebiscito de 1957, Colombia era un estado en el que la única preocupación social era de carácter metafísico o religioso, todo lo que no era católico estaba mal visto, se apreciaba como una amenaza a la institución y a la nación. Manifestación de la ideología arcaica y elitista que encontramos en el temor a las nuevas ideas. Las personas se aferran a la tradición negando el presente, se ancla en el pasado y todo lo explica como designios de Dios, el temor al cambio se basa en la creencia que lo nuevo es peligroso o pecaminoso, las nuevas ideas son presentadas como el motor del desorden social, este es el pensamiento que prevalece en la época en que Colombia fue gobernada bajo la Constitución de 1886 y su plebiscito de 1957. El artículo 47 de la Constitución de 1886 ilustra el concepto elitista y excluyente de las familias o de la clase política que dominaba a nuestro país, esto se evidencia en el siguiente texto:
Art. 47. – Son prohibidas las juntas políticas populares de carácter permanente.[18]
La participación en lo político se reduce tan solo a los partidos, desconociendo el valor de las juntas políticas populares que son la base de la sociedad. Durante más de cien años Colombia vivió sin conocer el concepto de control social y cultura ciudadana, hoy sabemos que la participación política y las juntas de gobierno popular no se puede reducir a la sola existencia de partidos políticos, se debe extender a acciones de la sociedad, del constituyente primario con el único propósito de construir sociedad incluyente en la que prevalezcan los derechos humanos. La historia de nuestro país demuestra el difícil panorama que enfrentan los partidos políticos que se organizan como una forma de hacer contrapeso a los tradicionales partidos liberal y conservador. Los comunistas eran vistos como enemigos de la patria, sufrían la persecución desde los pulpitos donde los responsabilizaban de ser los causantes de los males de la sociedad, por esta razón eran perseguidos, excluidos de la sociedad, desterrados y cuando se abolió esta figura de nuestra normatividad se decretaba su silencio en los medios o su muerte. Un colombiano que no pertenecía a los dos partidos tradicionales encontraba enormes dificultades para ocupar cargos públicos en los que solo se aceptaban personas de los partidos liberal y conservador. Además tenían que demostrar que eran creyentes, feligreses de la iglesia católica, apostólica y romana. En medio de esta ideología surge la tendencia a suplir la falta de libertades mediante el consumismo, la frase de "lo importante no es ser sino parecer", hace carrera.
Queda claro que el estado de derecho es una estado legalista donde prevalece el interés particular sobre el interés común, las instituciones están por encima de los individuos, la participación política se reduce al ejercicio del sufragio y se carece de mecanismos de control. No se reconocen derechos fundamentales, tampoco existen acciones para lograr el reconocimiento de estos derechos mediante tramites judiciales efectivos y rápidos como las peticiones o la acción de tutela, para nombrar tan solo estos dos mecanismos. La base de un estado de derecho esta en la ignorancia de un pueblo que no busca su formación y que se niega a participar de lo público. Para los gobiernos que se basan en estas ideas es más importante promocionar la guerra que la educación. Muestra a la subversión como la causas de la desigualdad y origen de todos los males sociales, esto facilita promocionar la idea que acabando con la oposición o la subversión mediante la guerra frontal se resuelven los problemas de la sociedad, sutil manera de negar la inversión en lo social.
ESTADO SOCIAL DE DERECHO
La constitución de 1991 intenta una salida política al conflicto social que vive el país y que no se ha resuelto por que prima el interés económico de los promotores de la guerra.
Financiar el conflicto implica la inversión de enormes sumas de dinero y genera billonarias ganancias para los intermediarios. Al impulsar una solución a la situación que vive Colombia mediante una guerra frontal, se niegan las causas reales del conflicto, ya que el origen del mismo se encuentra en las crecientes desigualdades que se dan en la sociedad. Cada vez son más los pobres, aumentando las personas que viven en la miseria, frente al crecimiento económico de los monopolios. Las riquezas de una elite, que se hace cada vez más pequeña y billonaria, es el resultado de la creciente masa de personas que a diario son sumergidas en la miseria. Se observa que la inversión social disminuye en la medida que aumentan las privatizaciones. El capitalismo salvaje es el factor que genera violencia, los gobernantes han logrado que sus gobernados crean que los males de la sociedad son producto de la violencia, olvidando que ésta no se puede reducir tan solo a la confrontación armada. Es violencia la falta de salud, vivienda y empleo digno, educación, programas para los más desprotegidos. En general, la ausencia de seguridad social es uno de los factores más desestabilizadores de una sociedad. Este panorama, sumado a la ausencia de participación de la sociedad, se convierte en factor que posibilita la consolidación de la nueva constitución de 1991, con ella se pretende generar una cultura política de participación y control social, lo que se cree origina el reconocimiento de derechos fundamentales, que al ser llevados a la constitución pueden ser reclamados y vividos en forma efectiva.
La nueva visión del hombre que abre un espacio a nivel global es que el individuo y la naturaleza son más importantes que las entidades o las empresas. El respeto se constituye en la base de las relaciones humanas y sustenta la concepción de Estado Social de Derecho, el cual no ha sido vivido en forma plena en nuestra sociedad. Esto se debe en parte a la prevalencia del pensamiento parroquiano y feudal, como un legado de la constitución de 1886 y en parte a los intereses particulares que se encuentran en juego. Aún a mitad del siglo XX la opinión del cura párroco se consideraba por encima de conceptos científicos o filosóficos, en esta época todo giraba en torno a la idea del temor a Dios, era el miedo a cometer algún pecado, solo que no observan los poderosos que mantener a un pueblo en la ignorancia y en la pobreza es el peor de los actos que puede cometer un hombre; en mayor medida cuando esta situación es producto de maniobras con las que se busca privilegiar intereses particulares o una domesticación ideológica.
En la nueva Constitución de 1991, el principio de igualdad es considerado para favorecer a los menos favorecidos, el inciso segundo del artículo 13 de la Constitución establece:
"El estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas a favor de grupos discriminados o marginados.
El estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan".
Los principios y valores, que estructuran la actual constitución política de Colombia, constituyen el catálogo del que se deriva el sentido y la finalidad de las demás normas. Este ordenamiento jurídico, en el que los principios deben estar consagrados en forma explicita o no, constituye el fundamento y la finalidad de la organización política. La convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz presentes en el preámbulo de la Constitución de 1991, son del carácter axiológico. El inciso primero del artículo 2 de la Constitución Política se refiriere a los fines del estado; uno de estos fines es el servicio a la comunidad; otro es la prosperidad general que se logra con el efectivo ejercicio de los principios, derechos y deberes. Entre los que se cuenta la participación de otros valores y principios, como fines que se desean lograr. La relación de los fines y los medios adecuados se relaciona con la opción política del legislador, que ha sido elegido por la votación popular, pero que debido a la libertad que consagra la DEMOCRACIA permite que participen en las elecciones quienes tengan la voluntad y la claridad para hacerlo. Esta razón marca el hecho, de encontrar que la no participación en las elecciones, permite que sea una minoría la que imponga los legisladores, quienes terminan elaborando leyes en favor de sus intereses particulares. Esto constituye un sutil manejo de la ignorancia en nombre de la Democracia.
El control social que se desarrolla en el estado social de derecho otorga importancia a la participación social, haciendo posible el control político social que incluye a los Jueces, estos últimos, en su relación con el legislador y la administración, ejercen mediante los procesos en forma eficaz, el control a los actos de la administración, los que se logran por mecanismos como la acción de tutela, mediante la cual se protegen derechos fundamentales, que no eran reconocidos ni protegidos en el estado de derecho que prevalecían en la constitución de 1886. En el estado social de derecho cobra importancia; el papel que juegan los principios constitucionales en las decisiones judiciales, los valores y normas de la carta magna.
El legislador es el que fija los límites de los valores que deben regir en la sociedad, las leyes tienen que responder a lo establecido en la carta política. El carácter abierto de la constitución Nacional considera que los valores constitucionales son normas interpretativas. La interpretación se basa en los principios, con una visión global de los hechos y del derecho, dejando de ser una simple aplicación mecánica de las normas. Toda interpretación no debe perder de vista el carácter de estado social de derecho como pilar de la organización política y territorial, por esta razón la DEMOCRACIA debe ser participativa, pluralista con respeto de la dignidad humana, el trabajo, la solidaridad, la prevalencia del interés general, la soberanía popular y la supremacía de la constitución.
Los principios constitucionales no solo expresan normas jurídicas para el presente, sino que también marcan el comienzo de un nuevo orden. Los valores expresan fines jurídicos para el futuro, se convierten en la mira que jalona hacia el orden del mañana. Este nuevo orden no será posible sin la participación activa de las mayorías. La indiferencia, el aislarse de la actividad política, no es la mejor opción, se hace necesaria la participación en la construcción del estado social de derecho en forma eficaz. Frente a la tesis de la participación se reacciona con la disculpa que las elecciones son controladas por quien elige, "el que escruta elige", además de la maquinaria electorera. Esta aseveración tiene una enorme carga de determinismo y sumisión. Cuando se piensa que nada puede cambiar, que las mayorías son un ente incapaz, se refuerzan las ideas de los que controlan el poder. El cambio que registran países como Venezuela, Ecuador, Paraguay, Chile, Argentina, Brasil, Nicaragua, tan solo para citar algunos de nuestra América, indica que tan solo cuando las mayorías se deciden y actúan, se transforma la sociedad, lo que se debe traducir en inversión en lo social.
EL CONSUMISMO
Teniendo claro que en nuestra sociedad se practica la democracia y no LA DEMOCRACIA, es la razón para encontrar que la participación política se vive como una acción exclusiva de la época de elecciones. Esto permite entender por qué el ejercicio del sufragio se constituye en la forma exclusiva de participar en la democracia. El cambio en la actual sociedad, de ser lo que se quiere ser, por el afán de ser lo que se tiene o se aparenta ser[19]es el triunfo del capitalismo salvaje, lo que se traduce en creer que el político es lo que aparenta ser. Esta idea desarrolla una forma de actuar sin analizar las propuestas que presentan los candidatos a gobernar, tan solo se tiene en cuenta la imagen que transmite el político. En este nuevo panorama, el asesor de imagen cobra una importancia al reemplazar al asesor político. En este estado de cosas el programa político es lo que menos importa, la preocupación es centrada en lograr un impacto con la imagen. Esta idea se refuerza con fenómenos como el mito y el drama, que permiten convertir la política en una actividad ritualizada, sujeta a ceremonias. Los símbolos se convierten en la base que fundamenta la imagen del candidato. Acción que logra desplazar las propuestas o ideas políticas por la imagen arrolladora, carente de contenido, de proyecto y plataforma política ideológica. La estrecha relación del rito y la práctica es la magia o fundamento de la tendencia social que clama por lo mesiánico. El candidato se presenta como el salvador de la situación que aqueja a la mayoría de la población. Este nuevo pensamiento social facilita la manipulación al permitir convencer que el objetivo perseguido por el candidato es privilegiar a las mayorías. En realidad se favorecen intereses individuales. En esta medida se facilita apelar a la creación del mito como la necesaria existencia de un héroe, para agudizar la teatralidad política, esto logra un ambiente político social fácilmente controlado y manipulado. Al transformar el estado en un espectáculo la imagen actúa como catalizador, la palabra se convierte en simbología del deseo y la identificación de las masas con estos rituales hace que se diluya su identidad. Los símbolos prefabricados logran conducir la voluntad de las mayorías para obtener un control de la autonomía personal, generando el respaldo a políticas que afectan los intereses de las mismas personas que apoyan a quienes trazan estas políticas. En este sentido se hace visible la paradoja del ahorcado, quien gracias al peso de su cuerpo encuentra la muerte.
La acción de convertir el ejercicio de la política en simple mercancía de consumo trivializa lo público, que se entiende como algo ajeno a las personas y exclusivo de los funcionarios del estado. La burocracia se apodera de lo público y transmuta el concepto de servicio por el de favor. Las obligaciones que deben cumplir las personas que trabajan para el estado se presentan como una actitud altruista que debe ser agradecida y no como una obligación que tiene esta persona de servir a la sociedad. El concepto de servicio público significa servir al público, es decir que tiene la obligación de brindar una solución y no de crear trabas o crear obstáculos en la solución de los problemas que se originan en el irrespeto de los derechos. Los medios juegan un importante papel en la transmisión de una ideología o en la creación del imaginario. Al convertir lo público en un tema ajeno a las personas se facilita la manipulación, que gracias a los medios hace creer que lo recibido por tener el derecho, se obtiene gracias al favor que hace una persona o que lo público solo debe preocupar a quien es parte de la administración pública. Pensar lo `público como algo ajeno a las personas es una forma fácil para evitar todo control social y facilita la entrega de la soberanía al dejar libre el camino de las privatizaciones de nuestros recursos naturales y de las empresas estatales.
LA POLÍTICA
Politikê es una palabra de raíz griega que significa arte, doctrina u opinión, referente al gobierno de los estados. Cuando se piensa que la actividad política es una labor exclusiva de las personas que se reclaman como sus propietarios, se acepta la exclusión de lo público. Considerar esta aseveración como una verdad impone un esquema mental, en el que el individuo niega el ejercicio de la actividad pública; administrativa o legislativa. Los mecanismos de control permiten que la persona participe en la administración pública y legislativa, haciendo uso de acciones como el control de legalidad, la tutela, la acción de grupo, la acción de cumplimiento, la acción de inconstitucionalidad y demás mecanismos que permiten un efectivo control social.
La política, como mecanismo para sostener la democracia y no LA DEMOCRACIA, necesita de un líder político que siendo la figura de las minorías, sea aceptado por las mayorías, como un ser predestinado para desempeñar su papel de salvador de la sociedad. Los sujetos que dirigen los destinos de la nación, del estado o la república, al igual que los teóricos de la organización político y social, son vistos por el hombre de la calle como miembros de una clase "especial". Esta distorsión de la realidad afecta el ejercicio de LA POLITICA, que pierde su razón de ser. En esta forma la minoría privilegiada es la que convierte su forma de vivir la política, con sus prácticas corruptas, en una herramienta de sometimiento y dominación. El resultado de esta dinámica es la distorsión del real concepto de LA POLITICA en la mente de las mayorías débiles[20]que le permiten a unos individuos o grupos la imposición de un orden que no ha sido debatido ni aceptado por las personas que lo sostienen con sus tributos. En este panorama surgen prácticas como el clientelismo, las maquinarias electoreras[21]el caudillismo, que impiden la construcción de una sociedad democrática. Frente a esta situación la persona queda imposibilitada de ejercer sus derechos políticos y gracias a la manipulación de su voluntad termina favoreciendo políticas que le niega sus derechos. La inducción del elector a tomar decisiones que no responden a sus deseos, acatando las directivas que trazan los manipuladores o politiqueros mediante maniobras de los personajes que se encuentran en el poder, se logra mediante el divorcio del ejercicio de los derechos que tiene la persona en un sistema democrático, reduciendo su actuar a la simple participación pasiva en las elecciones. Para los gobernantes, que es una clase privilegiada, el único propósito es conseguir el voto de los electores. En esta forma legitiman su acceso al poder, esta práctica se puede apreciar con claridad en algunas ocasiones pero; en otras ocasiones, aún con las funestas políticas que afectan a las mayorías, las personas se lanzan a las urnas para volver a apoyar a los dirigentes corruptos que los han mantenido en una situación de profunda desigualdad. Esta dinámica para elegir al candidato de mayor persuasión o manipulación, responde a la consideración que se debe elegir "al menos malo". Acto que se justifica con pretextos como "no tenemos más opción ¿si no es él entonces quién?". Todos son conceptos elaborados para fortalecer el caudillismo, el mesianismo y la continuidad de clases minoritarias, privilegiadas por el abuso del poder.
Una sociedad fuertemente anclada en el pasado, vive con la nostalgia o la ilusión de tiempos mejores. Es común escuchar la frase antes todo era distinto, antes si había respeto. Manifestaciones que reflejan una sociedad que desconfía del futuro, que es temerosa al cambio, con ideas conservadoras que no permiten intentar algo innovador. Este manejo ideológico crea personas que temen a la transformación. "El predominio del pasado sobre lo futuro estipula el carácter coercitivo de una realidad precisada de redención. La realidad necesitada de redención conforma una conexión coercitiva universal porque en ella el futuro se ve sometido permanentemente al pasado"[22]. Al encontrar que este pensamiento se encuentra integrado a nuestra práctica social como algo "normal" o "natural", es la razón por la cual la ideología crea un paradigma que permite favorecer intereses particulares de la clase económicamente fuerte. Acudimos a la práctica de la más grave violación al derecho que tiene la persona y que es el de elegir con plena libertad, este derecho se constituye en algo fundamental en la DEMOCRACIA.
La historia presenta diferentes teorías y practicas políticas, algunas de estas teorías no han pasado de ser simples "utopías"[23], otras se han puesto en práctica con diferentes resultados. En materia política toda teoría gravita en torno a un interés concreto. La forma como el individuo piensa qué es el actual estado de organización social frente a su deseo o ideal de sociedad, implica un análisis comparativo. En materia de DEMOCRACIA, debemos considerar la sociedad deseada de manera voluntaria, en términos de como debería ser esta organización social. El resultado de este análisis o interpretación indica si estamos o no en una verdadera DEMOCRACIA.
El anhelo de una sociedad justa, igualitaria., en paz, es el motor que origina la teoría y la acción política que privilegia intereses particulares o colectivos. La política es una noble actividad del hombre cuando es ejercida con el propósito de favorecer a la sociedad. Se aprecia que los fines se orientan a conseguir un orden social justo cuando se favorece a las mayorías mas débiles donde la persona dedicada a la POLITICA se dignifica. La negación de este concepto, se encuentra en la actividad de los miembros de la sociedad que no tienen un interés común como objetivo, o praxis política, en esta forma el hombre, o grupo de poder, se individualiza para permitir la dinámica de la manipulación, con la que se logra la satisfacción de intereses particulares, sin importar que al imponer sus directrices afectan a las mayorías débiles. Esta forma de ejercer la política genera reacciones en la sociedad, en principio se buscan mecanismos de control mediante la participación efectiva, en otro momento se produce el señalamiento de algunos sujetos o grupos políticos, los que no se dejan manipular y ven la realidad en forma objetiva. Estos actores muestran a los politiqueros como sujetos ajenos a los intereses de la sociedad, como enemigos del bienestar, generando la condena social que puede llevar a la muerte política del politiquero. Este rechazo social, es el arma que, permite a las mayorías la construcción de una DEMOCRACIA. El politiquero o manipulador pasa de marginador a marginado de la actividad pública, pero estas acciones son propias de sociedades con alta sensibilidad social, donde las personas participan de lo público, lo defienden y construye un orden social, económico, cultura y político basado en la justicia social, fundamento del estado social de derecho. .
El ejercicio del papel de político busca satisfacer deseos egoístas e individuales, cuando se persiguen oscuros intereses, para obtener un provecho en toda actuación. En la política. Esta es la peor distorsión del ejercicio de la política. El comienzo del milenio presenta singulares personajes que se organizan para bastardear[24]los fines de la actuación política. Los llamados "politiqueros"[25] debido a los fines que persiguen con su actividad pública, son el cáncer que corroen LA DEMOCRACIA, saturando el ambiente con mensajes deterministas, desalentadores y negativos, mediante los cuales crean el falso concepto que la actividad política es de la exclusiva orbita patrimonial de la minoría privilegiada.
El verdadero político es un ser honesto, comprometido en la construcción de una sociedad justa, equitativa, participativa y respetuosa de los derechos humanos. Cuando se busca el desarrollo y el fortalecimiento de una sociedad que garantice la vida digna basada en el respeto, se construye y vive LA DEMOCRACIA. El politiquero es un destructor de ideologías, destructor de LA DEMOCRACIA, para él no existen las personas, cuentan la cantidad de votos que cada individuo representa. Esta clase de personas son los señores de la guerra, se presentan como líderes de la Paz, siendo impostores, especuladores o bufones que destruyen LA DEMOCRACIA con la acción que pueden hacer desde el poder que ha sido recibido del mismo pueblo. En esta forma se favorecen las grandes empresas transnacionales o multinacionales que financian las campañas políticas y la compra de conciencias con el fin de lograr el saqueo sistemático de los recursos naturales.
POR QUE DECIDIR
El hombre contemporáneo se caracteriza por su miedo a decidir. Erich Fromm[26]en su obra "El miedo a la libertad" ilustra sobre este tema. La persona que no ejerce su libertad de decidir delega, o remite sus decisiones a otras personas, las que considera más apta para tomar decisiones, simplemente deja que las cosas avancen, esperando que sucedan o se den en forma natural. El dejar pasar, o línea del menor esfuerzo, sin compromiso, es el camino que usualmente se toma cuando surge el temor en la persona obligada a emitir conceptos, ante esta situación se remite a la opinión, directriz u orientación que ha trazado la organización política, social, religiosa o cultural, a la que se encuentra afiliada la persona, su opinión es un repetir de lo considerado por las directivas de la agremiación; no es el sujeto el que habla, es la organización la que da su opinión por medio del sujeto, suplantando a la persona en la toma de una decisión.
Este no decidir es aprovechado por los "magos" de la politiquería que se valen del temor a decidir para imponer sus propias opiniones, fortaleciendo el paradigma de control social, clímax de una desalentadora acción que se hace presente en frases como: "No hay por quien votar ", " todos son iguales " , "es el menos ladrón ", " es mejor malo conocido", "los mismos con las mismas". Esta serie de aseveraciones reflejan la ideología imperante de la doblegación. Negando el ejercicio de la verdadera actividad política, de la vivencia y reivindicación de la individualidad como ser único, inmerso en la sociedad. No se habla del individualismo egoísta, sino que se hace alusión a la individualidad del ser, tomado como sujeto de derechos y obligaciones; se trata del ser complejo.
Llamamos "magos" a los politiqueros, debido a una doble razón; La primera, son capaces de trasmutar su imagen negativa en un símbolo mesiánico, imprescindible en la salvación de la nación; la segunda, estos seres son como el rey Midas[27]todo lo que tocan lo vuelven oro para su provecho. En toda gestión pública ven una ganancia o la buscan hasta obtenerla. Esta característica imprime un toque de carnaval a las elecciones. Cobra importancia la imagen del politiquero sobre el programa que desarrolla, los símbolos se tornan en una necesidad; el color es primordial antes que la orientación político social. Se observa con mayor detenimiento la moda que la hoja de vida del candidato.
LO NATURAL.
Los sofistas presentan una importante y profunda reflexión frente al concepto de Physis. Para Hypias la naturaleza es igualitaria, lo que lleva a considerar la procedencia de un origen común. Al encontrar que el hombre es producto de la misma materia se acepta la igualdad de condiciones y el trato de los hombres se da en el mismo sentido. Este principio sirve de fundamento a la declaración de los derechos humanos[28]Hypias plantea el concepto de democracia como trato igual, ve la igualdad como algo natural en los hombres, sin necesidad de imposiciones.
La tesis opuesta a la de Hypias es la de Calycles, quien considera que la naturaleza es antiigualitaria y los hombres también, en esta forma se concluye que no tienen las mismas capacidades, lo que marca una diferencia en aptitud y capacidad. Basado en esta reflexión se explica la existencia de diferentes profesiones y oficios, al igual que hombres diestros o prácticos y otros que no lo son. En esta forma aparecen los comerciantes, artesanos y políticos, producto de la desigualdad cuyo origen esta en la naturaleza, que premia a unos hombres con una mayor capacidad o disposición para un arte o un oficio, frente a otros que se ven privados de estas cualidades. La justificación de la existencia de regimenes tiránicos, autocracias y del abuso del poder en general, tiene su base en esta clase de determinismo. En lo cotidiano se escucha a las personas manifestar que "las cosas son así y no pueden ser de otra forma", el pensamiento de continuidad en las instituciones y en las personas fundamenta el convencimiento que el político siempre debe ser el mismo y que todo cambio es peligroso; que se debe desconfiar de lo nuevo o innovador. La idea que el político debe ser el mismo, es una forma de acudir al reconocimiento de unas supuestas capacidades innatas o naturales que permiten considerar a un ser con mayor habilidad que otro. El temor de participar en la toma de decisiones y el ejercicio de los derechos que se encuentran consagrados en la constitución política, tiene su principal obstáculo en personas que ven su papel dentro de la democracia, como simples observadores, convencidos que se tienen que someter al arbitrio de los "dirigentes" que manipulan y controlan su opinión y decisión. En este sentido es importante analizar el papel que juegan los medios de comunicación en el manejo ideológico de la sociedad.
Sabemos que no se puede considerar al hombre con la simplicidad que ha prevalecido. Edgar Morin[29]presenta una novedosa visión del hombre, al reconocer que es un ser complejo. No se trata del homo sapiens unidimensional, se trata de un ser con una serie de contradicciones, que se mueve en medio de contrarios. La complejidad del ser lo lleva a reconocer estas situaciones antagónicas.
Racional – delirante (Sapiens – demens )
Trabajador – lúdico ( Faber – ludens )
Empírico – Imaginador ( Empirìcus – Imaginarius )
Económico – Dilapidador ( Economìcos – Consumons )
Prosaico – Poético ( Prosaìcus – poeticus )
Siendo el paradigma determinista de Calycles el impuesto en nuestra sociedad, es fácil entender la desilusión que siembra una visión unidimensional impuesta que se encuentra en el tema de LA DEMOCRACIA. Esta dimensión del ejercicio de la democracia dentro de un ambiente determinista es lo que origina una percepción de la realidad en términos no dialécticos. Cuando se considera que toda situación es eterna e inmutable es fácil pensar que en la misma medida los políticos también lo son. Se crea la idea que son figuras irremplazables, eternas, necesarias e imprescindibles. Con una visión del mundo en este sentido es fácil que la sociedad respete la norma como una forma de aceptar la autoridad, lo que implica un sometimiento a ley. El origen del estado de derecho se puede encontrar en las teorías del contrato social, que toma cuerpo en la constitución Nacional. La actual constitución política fue aprobada y promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente del año 1.991, por esta razón es que en ella se reconoce una serie de derechos y se imponen obligaciones, entre las que esta la de respetar los derechos ajenos, no abusar de los propios, obrar de conformidad al principio de solidaridad social, es decir respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas. Estos preceptos están consagrados en el artículo 95 de la constitución nacional. En esta medida se encuentra que al dejar que otros decidan estamos desobedeciendo el mandato constitucional. Ejercer los derechos y las libertades reconocidas en la constitución política implica responsabilidades, una de ellas es participar activamente en lo público.
En la antigua Grecia el concepto de Physis supone, también, una naturaleza dotada de dynamis propia, potencia vital y expansiva que posee de manera inherente sus leyes de desarrollo y sus límites. Por esto se cree que la physis puede compararse con un ser vivo, el cual nace, crece y muere, donde la muerte marca el limite. Los derechos son ejercidos desde este punto de vista; es decir, nacen-crecen o se viven y mueren o se limitan frente a los derechos de las otras personas. El problema surge cuando no se reconocen límites a la physis, en este sentido tampoco se reconocen límites a los derechos y se interpreta el mundo como algo ilimitado. Los derechos que establece y limitan la norma constitucional, se aprecian en la función que se da al interés particular frente a los intereses de la colectividad. La constitución establece que el interés de carácter particular debe ceder ante el interés general. Este es el espíritu del artículo 133 de la Constitución Nacional, donde se reconoce la libertad a la actividad económica y la iniciativa privada, pero impone que se haga dentro de los límites del bien común. El mismo articulo adiciona este concepto al establecer que la empresa tiene una función social. En esta forma surgen obligaciones que se viven mediante una imposición al estado de impedir la obstrucción o restricción de la libertad económica, lo que permite evitar o controlar cualquier abuso que el individuo (persona) o empresa hagan al aprovechar su posición dominante en el mercado. En una relación individual se puede decir que al encontrar a dos personas frente una situación en la que cada uno reclama un derecho, desde la óptica personalísima e individual, la dimensión del derecho de cada individuo debe contemplar el origen del derecho que tiene su interlocutor. Esto facilita aclarar quien tiene la razón en el momento de reclamar el derecho. En la sociedad se encuentra que este análisis no se hace, ya que se tiene en cuenta el derecho en una sola dirección, baste citar el caso de los bancos o del sector financiero, quienes al ser privilegiados han logrado convertir su actividad en una de las más rentables del momento ya que cobran por guardar el dinero de las personas y cobran por devolverlo. Esto niega el principio del ahorro y del fin social que debe tener toda actividad económica de acuerdo a la constitución, esto sin entrar a considerar el caso de los préstamos de vivienda que se han convertido en las nuevas deudas que se heredaban en el feudalismo y eran imposibles de pagar.
EL SUJETO Y SU PODER CONSTITUYENTE
La distinción entre lo público y lo privado es característica de las ideas liberales de occidente. La relación entre lo social y lo político se aprecia en dos conceptos que se relacionan con la pluralidad de sujetos. Lo social como pluralidad o muestras espontáneas de lo cotidiano, de la vida; lo político como pluralidad que mediante estructuras de poder organizan las relaciones públicas. La población que no ejerce el poder recibe diferentes nombres; se llaman masas, desde el marxismo, en el cual son consideradas la vanguardia de la revolución, la creencia que ellos eran los llamados a dirigir los destinos de la historia de los pueblos es una visión determinista que niega la complejidad del hombre.
Antonio Negrí habla del poder constituyente y lo relaciona con la categoría de multitud. En el poder constituyente el ciudadano es el constituyente primario. Recordemos que constituyente es el que constituye o establece las cortes, asambleas, convenciones, etc. El concepto de constituyente se torna excluyente al dejar por fuera las personas que no pueden participar en las elecciones, este es el caso de los menores de edad, los indocumentados, inmigrantes, enfermos, etc., pero las decisiones que toman estas asambleas, afectan a todos las personas, aunque no se puede decir que por igual. La igualdad ante la ley es un principio de la sociedad occidental, pero entre más diferencias existen en la sociedad menos opera este principio.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |