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La mentira y la Neurociencia Aplicada

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. La intención cuenta… y mucho
    2. ¿Por qué mentimos?
    3. Ocultar y falsear
    4. La mentira tiene sus variedades
    5. Mentira y confianza
    6. En resumen

    La mentira, sus funciones, sus caracterizaciones y sus bases neurales: La Neurociencia Aplicada (IV)

    En una ponencia anterior (La verdad acerca de la mentira) hacemos hincapié en muchas de las funciones adaptivas que nos proporciona el uso de la mentira, incluyendo su empleo por muchas especies que decepcionan al predador potencial, fingiendo injuria y discapacidad.

    El primer psiquiatra que prestaría atención clínica a esta materia — la acción de mentir por engaño — para tantos reprobable — fue el suizo Antón Delbrück (1862-1944) quien acuñó el término, caído en desuso, de la Pseudología Fantástica.

    La definición aceptada de este término es la siguiente: "Un síndrome clínico caracterizado por la fabricación fantaseada, usualmente elaborada, consistiendo de una superestructura de algunas realidades; erigidas sobre una fundación de distorsiones engañosas. Esta condición se detecta principalmente en el grupo diagnostico del psicopático y en otras categorías con tendencias a la impulsividad. Parece ser que se origina en un esfuerzo de producir un incremento del ego. La fantasía en sí, se cree solo temporalmente y muy pronto se abandona cuando el paciente se confronta con evidencia contraria. La Pseudología Fantástica debe de ser diferenciada de la confabulación (Adaptado de: Psychiatric Dictionary por R. Campbell).

    Aunque no existe mucha evidencia para comprobarlo, se ha descrito que el mentiroso patológico posee un sustrato básico anatómico cerebral.

    Veamos, porque he aquí donde se encuentra el punto de inserción de la neurociencia aplicada.

    Un reporte reciente de que casi un 40% de los casos designados como pseudología fantástica tienen una historia de trastornos del SNC. Hallazgos que combinados con los de la disfunción coexistente hemitalámica derecha, sugieren la posibilidad de que otros mecanismos subyacentes en el cerebro pueden jugar una función en su origen. (Véase: J. Modell J: Pathological lying associated with thalamic dysfunction demonstrated by [99mTc] HMPAO SPECT. J Neuropsychiatry 4:442–6, 1992).

    Pero, aunque la psiquiatría no ha dado cupo a la decepción en su venerado DSM-IV-TR — en el mismo existen muchas categorías diagnósticas cuyos criterios sintomáticos implican directa o indirectamente el uso de la falsedad o de la mentira.

    Una lista de esas categorías se reproduce a continuación:

    • Simulación (Malingering)

    DSM-IV-TR define el Trastorno por Simulación como la producción falsa e intencional de síntomas físicos y psicológicos extremadamente exagerados, motivados por incentivos externos como son la obtención de compensación financiera, la prescripción de drogas por médicos incautos, o para soslayar trabajo, servicio militar o persecución criminal — para no mencionar, evadir obligaciones conyugales contraídas. Mientras que el propósito de mentir es evidente en la simulación, muy a menudo no es claro que sea mentir patológicamente. En esta situación el problema permanece irresuelto ya que unos abogan por su origen inconsciente, y otros lo consideran un acto de psicopatía común. (Véanse mis artículos: El Caso Difícil Número 7 y El Narcisismo Patológico, publicados en monografías.com).

    • Confabulación

    Esta categoría describe falsificaciones de la memoria que aparecen con un estado de consciencia claro asociado con amnesia orgánica. El paciente intenta cubrir por faltas en la memoria con el uso de materiales improvisados. En la mentira patológica no existe amnesia de origen orgánico. Además, el patrón distintivo de la confabulación característicamente afecta la memoria reciente, en la presencia de memorias remotas, atención y concentración que permanecen intactas. La Confabulación se diagnostica como parte de los trastornos amnésicos relacionados con el abuso de sustancias, como son el Síndrome de Wernicke-Korsakoff, la Ceguera Cortical (Síndrome de Anton) y la anosognosia. (Véanse mis ponencias: La Memoria: Sus Problemas y sus Curas y La Locura Megaloblástica).

    • El Síndrome de Ganser

    La mentira en este síndrome está limitada a dar respuestas aproximadas en lugar de las elaboradas fantasías características de la mentira patológica. Además, el Síndrome de Ganser se asocia con otros rasgos que no son característicos de la mentira patológica, como son ofuscación de la consciencia, con amnesia resultante, alucinaciones y alteraciones sensoriales de naturaleza histérica.

     

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