La era de la desigualdad (¿Consecuencia directa del imperialismo monetario?) Parte II (página 3)
Enviado por Ricardo Lomoro
"No importa si son mensuales o trimestrales, los números suben mientras ellos siguen ahí, estáticos. "Más y más de lo mismo". Se entrecortan las palabras. Cansancio, escepticismo, impotencia… resignación. Años en unas listas que no entienden de generaciones. Abuelos, padres e hijos aquejados por una enfermedad para la que no llega el antídoto y te consume con los años. La EPA de este jueves arroja 187.300 más al precipicio. Seis parados de esos casi seis millones relatan una caída de la que parece imposible levantarse"… Tres generaciones, en paro (elmundo.es – 24/1/13)
Indignarse es de lo poco que les queda. Bárcenas, Urdangarin, Mulas… Nombres como los suyos, pero que ocupan otras listas que también crecen. "Lo bueno de tener tanto tiempo libre es que estás mucho más informado. Ves lo que está pasando y cuando estás en nuestra situación… es incomprensible, pero mejor no decir en voz alta lo que siento". Habla Antonio López García, según muchos de los que le entrevistan "un cadáver laboral" a sus 54 años. Su mujer corre la misma suerte. Abuelos ya, aún tienen una hija de 14 años que vive con ellos. El futuro no sonríe a estos almerienses, residentes en Benahadux. Y lo saben. "Se me viene el mundo abajo cuando me levanto cada mañana. Un día y otro y otro…". Reconoce que está cayendo en una depresión, "no somos capaces de levantar cabeza. Cada día me pregunto: ¿Y ahora qué?". No hay respuesta. Todo empezó hace tres años, este técnico en prevención de riesgos no se lo esperaba. "Llegó el jefe y dijo: "Este mes hemos cobrado, el que viene no". Y se acabó". A partir de ese momento, "a lo que salga". Reconoce que está "moralmente acabado" y que los años se convierten en un muro infranqueable. "En las entrevistas te lo dicen abiertamente. Cumples con todos los requisitos, pero hay empresas que están jubilando a gente con tu edad"…
"La tala ilegal en el hogar de los antiguos dioses griegos, según la mitología, se ha incrementado 300%. Al aumentar un tercio el costo del combustible para calefacción, muchos recurren a la madera del monte"… Los griegos cortan sus árboles en busca de calor (BBCMundo – 3/2/13)
El hogar de los antiguos dioses griegos está cubierto de nieve. El camino empinado y las laderas que conducen al monte Olimpo, atraviesa un bosque exuberante y fértil. Sin embargo, ahora la vegetación está mostrando algunos espacios vacíos: los restos de árboles preciosos que ya no están. Se trata de una de las peores talas ilegales de Grecia. La práctica, en este lugar, ha aumentado en más de 300% en el último año, luego de que un nuevo impuesto provocara el alza (de más de un tercio) del precio del aceite para la calefacción. La gente que ya no puede pagarlo está buscando madera que le ayude a calentar su hogar…
"Un estudio también revela que en el 9% de los hogares alguna de las personas que se había emancipado ha tenido que volver a casa. Estas son algunas de las principales conclusiones del Barómetro Madrid Vivo sobre la familia en España realizado por el Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia "The Family Watch" con encuestas a 600 hogares de toda España y presentadas hoy en Madrid"… El 64,2 % de los padres piensa que sus hijos vivirán peor que ellos (Gaceta.es – 5/2/13)
Este estudio señala que para más de la mitad de los encuestados -el 53,4 por ciento- la crisis ha hecho que su calidad de vida haya empeorado en el último año, la situación económica es peor percibida en la actualidad para un 90,5 por ciento que hace un año, cuando este porcentaje se situaba en el 88,3 por ciento y el 60,2 por ciento de los preguntados tiene algún familiar en el paro. Además, según ha subrayado el director general de The Family Watch, Ignacio Socías, las familias tienen unas perspectivas de futuro más pesimistas que las que presentaban hace un año. En este contexto, la institución familiar sigue siendo la mejor valorada y en época de crisis -según ha señalado la vicepresidenta de este instituto, María José Olesti- "cobra especial protagonismo" ya que "sirve de colchón" a todos sus miembros y presta soporte económico y anímico. En este sentido, el barómetro señala que en casi la mitad de los hogares hay aportaciones de las personas más mayores de la familia para que ésta pueda subsistir y el 96 por ciento de los encuestados opina que esta institución es el "sustento básico" para mantener la cohesión social. Además, en el 10 por ciento de los hogares uno de los miembros que se había emancipado ha tenido que volver a casa, ya sea una persona joven o ancianos que han abandonado las residencias como medida de ahorro…
"El sistema se tambalea con menos de 1,8 cotizantes por pensionista en un país con una tasa de paro del 26%"… Uno de cada tres españoles es pensionista o está en el paro (Negocios.com – 5/2/13)
El sistema de pensiones en España urge de un pacto nacional porque camina hacia una situación de quiebra ante el incesante crecimiento de pensionistas y parados. La Seguridad Social lleva seis meses perdiendo de forma continuada cotizantes. Con los datos de enero, la caída en el último año ha sido del 4,59%, con una pérdida de cotizantes de 778.829 trabajadores en un año, que ha dejado el número de personas afiliadas en 16.179.438. Sólo en enero se han perdido 263.243 cotizantes y nada hace presagiar que la tendencia vaya a cambiar en los próximos meses. Por el contrario, los pensionistas no hacen nada más que crecer. El número de pensiones contributivas de la Seguridad Social alcanzó la cifra de 9.008.348 en enero, el 1,5% respecto al mismo mes de 2012. De esas pensiones, 5.402.863 pensiones fueron de jubilación, un 2% más; 2.331.812 pensiones de viudedad (+0,5%); 940.843 de incapacidad permanente (-0,1%); 295.221 de orfandad (+7,3%); y 37.609, a favor de familiares (-1,3%)…
Como dije al principio de este recorrido de cabotaje por la hemeroteca reciente: "Hay ocho millones de historias (como estas) en la ciudad desnuda…". Ahora, creo que ya son más (y "sangran" todavía)…
(Algunas de mis tristes y queridas causas perdidas o la amargura de la victoria)
En el Paper – "Tiempos modernos" ("realidades cercanas" de un capitalismo sin control) Parte I, publicado en 15/7/12, dije:
(Apartado 1) – Trabajando como esclavos (el robo del futuro)
"Snippet" de verano (julio europeo)
¿Qué son los "snippets"? Snippets viene snip (inglés) y significa pequeño fragmento (extraído de algo)
Es un término del idioma inglés utilizado en programación para referirse a pequeñas partes reusables de código fuente, código binario o texto. Comúnmente son definidas como unidades o métodos funcionales que se pueden integrar fácilmente en módulos mucho más grandes, aportando funcionalidad. También se utiliza la palabra para referirse a la práctica de minimizar el uso de código repetido que es común en muchas funciones, por medio del uso de un solo método que pueda ser reutilizado.
En otros casos, he realizado mi comentario final en forma de "blog", así que esta vez (para aquellos lectores "adictos" a las nuevas técnicas de comunicación) voy a probar un formato diferente: "Snippet" – Dato o comentario – Desarrollo breve – Pregunta abierta al final (para el que quiera contestarla).
En un Paper anterior: La pandemia de las abuelas, publicado el 21/4/04, escribí:
(Pandemia: enfermedad endémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región).
El neo-capitalismo de mercado ha logrado -entre otras maravillas- "conchabar" a las abuelas (y hasta a algún abuelo) para cerrar la ecuación de dependencia laboral familiar. En vez de dos trabajadores por el precio de uno (más adelante lo explicaré), ya pueden contabilizar tres, cuatro (cuando no, cinco o seis) por el precio de uno (y ni siquiera a ese uno le pagan bien). Joder, ¡eso sí que es "crear" valor!
Bueno valor, valor,… lo que se dice valor, es el que tienen las abuelas para "criar" a sus nietos, mientras los padres están en el "bosque" animado que le "ofrecen" los fundamentalistas del mercado.
La historia (y la histeria), merece su "racconto". Aunque más valdría llamarlo "recuento"…de víctimas, por supuesto.
Todo comenzó con el "feminismo"… (seguro que con esto, ya perdí a las lectoras). Pero, por favor, tengan paciencia y lean un poquito más…Luego ustedes deciden. Total…con un clic, me mandan al carajo, y sin dolor. Sólo unos renglones más, antes de dar o quitar razones.
La "verdad" neoliberal absoluta, incontrastable, definitiva e irreversible, necesitaba que las mujeres "tomaran" el mando.
Nada es casual, nada es gratuito, nada es espontáneo (como verán más adelante, si estoy en lo correcto).
Las mujeres "debían" incorporarse al mercado de trabajo. Las mujeres debían dejar el hogar (las tareas del hogar, digamos) para "realizarse", para "encontrarse" a sí mismas, para "ser" personas…
Ganar la calle (a veces se me va el lápiz, y casi escribo "hacer" la calle, aunque sea en las oficinas, escuelas, universidades, juzgados o despachos).
Para "ser" personas había que dejar la antigua piel de madre y ama de casa. Lo que "mola" es estudiar, trabajar, disponer de dinero, consumir, fumar (igual o más que los hombres), beber (igual o más que los hombres), conducir un auto propio (igual o peor que los hombres), liberarse de la "caca" de los niños (cuando no de los niños, al completo), liberarse de la "tutela" del marido, de la dependencia económica, de limpiarles la mierda, de vaciarle los ceniceros, de aguantar los ronquidos…
Para alcanzar ese "status" (ofrecido, promovido, difundido, por los auspiciantes) las jóvenes se lanzaron "en masa" a las universidades. Como eran, son y serán, más inteligentes que los hombres, más perseverantes, más "empollonas", más… (casi todo), no les costó mucho superar a la población masculina en los centros de estudio, superar las notas en los exámenes de sus colegas del otro sexo, ganar becas, concursos y oposiciones, pero…nada es casual, nada es gratuito, nada es circunstancial…
Una vez alcanzada la cualificación profesional correspondiente había que continuar en la "escala" del progreso, de la autonomía, de la independencia…Para ello había que incorporarse al "mercado" de trabajo. Iba de suyo. ¡Y ahí empezaron a llegar las facturas!
Todos los halagos anteriores, todas las ofertas promocionales, todo el psicoanálisis, todo el feminismo, toda la literatura independentista, liberal y auto afirmativa las llevaba al desfiladero (por qué no decir al precipicio) del trabajo fuera de casa. ¿Y si no para qué?
Para sacudirse la esclavitud de la casa se iniciaron en la esclavitud de la empresa. Ya podía verse quién era el titular de las facturas…
Sin exagerar, han cambiado las tareas "menudas" por… "menudas" tareas. Y "eso", no era todo. Aún faltaba lo peor.
Cuando estaban bien "comprometidas" (¿infiltradas, suena muy duro?)…cuando se habían transformado en unas "consumistas" irredimibles…cuando el "look" americano les sentaba de maravillas…descubrieron que ya nunca nada podría volver a ser como antes.
Los grandes almacenes, la tarjeta de crédito, la hipoteca, las letras, los viajes, los electrodomésticos, el móvil, el PC, el portátil… (y la madre que los parió), ya no le dejarían volver atrás…
Tienen hipotecado el destino. Sólo se puede seguir hacia adelante. ¡Sólo se puede huir al futuro!
Prisioneros de senda
Para la huida hacia el futuro el "sistema" les tenía preparado otro plato de alta cocina. La otra cuchilla de la tijera. La otra cara de la falsa moneda. La otra fase de la trampa.
Para aquellas mujeres que formaban pareja (en cualquiera de sus modalidades; hasta casándose, si aún se me permite mencionar la alternativa), la hipoteca se extendía "un poco" más allá, involucraría a los compañeros, llegaría hasta los "niños" (si es que accidental o premeditadamente, los tenían).
Aquí la ecuación se complica un poco. Necesita de cierto detalle y paciencia. Les ruego ambos.
Los trabajadores masculinos tienen bajas remuneraciones para alcanzar el nivel de consumos "satisfactorios" (en definición de los profetas del mercado). La "única" forma de completar ingresos, es con el trabajo de la mujer.
Ese es el gran término de la ecuación. Esa es la trampa de la sociedad de mercado. Para ir al "mercado" ya no basta con el trabajo del hombre, se necesita el trabajo de la mujer también.
Para "adquirir", para "participar", para "seguir" rodando, se necesita de los dos. Con un sólo sueldo no alcanza. Con el de dos… un poco más, pero… tampoco.
¿Cómo es eso?
Los "dueños" de la globalización, los "hacedores" de mercado, los "crupier" de la economía de casino, los "plásticos" de la economía de Madonna, los turbo-capitalistas, necesitan "crear" valor pagando por el trabajo de dos (hombre y mujer), el precio de uno (lo que antes ganaba sólo trabajando el hombre).
Tal vez si presento la "secuencia" de la dependencia, se puedan seguir más fácilmente los términos de la ecuación:
1) Antes, las empresas tenían que pagar al trabajador lo suficiente para mantener el hogar sin que su mujer tuviera que trabajar fuera.
2) Si se aumentaba la "oferta" de mano de obra esa remuneración podría rebajarse (por aquello de la ley de oferta y demanda).
3) Para aumentar la oferta -contundentemente- existía la posibilidad de atraer a las mujeres al mercado de trabajo.
4) Para ello había que:
a) motivar a las mujeres para que salieran a trabajar fuera de su casa
b) capacitar a las mujeres para que fueran útiles en las tareas de empresa
c) incorporarlas al mercado de consumo, para que nunca más pudieran volver atrás
d) convencerlas que la única forma de "ser" mujer era incorporándose al mercado de trabajo
5) Una vez alcanzado el escalón anterior ya se tenía la suficiente "oferta" y con el debido nivel de formación como para desafiar a los hombres rebajando su remuneración.
6) El siguiente paso ha sido (y es) remunerar a la mujer por debajo del hombre (para igual tarea). Según datos sus salarios son inferiores, al menos, en un 30%.
7) Con hombres y mujeres subidas al "carro" triunfal del consumismo imparable, se tenían las "dependencias" suficientes, como para asegurar una oferta de mano de obra casi "cautiva".
8) Otro paso más, y ya se podía pagar a dos por el precio de uno. Se necesitaban dos sueldos, para pagar las cuentas que antes se pagaban con un sólo sueldo.
9) Para que ninguna mujer "osara" desafiar el destino que se le tenía preparado en la "aldea" global, se llenaron manuales, tratados y libros, se presentaron en cuanto programa de radio y televisión fuera posible, se dieron conferencias, cursos y coloquios, alabando la "independencia" femenina. Toda mujer que no se incorporaba al "camino", poco menos que era considerada una "islámica" (que es como decir una "cautiva"). Todo hombre que se animara a "objetar" la tendencia, poco menos que era considerado un "talibán" (que es como decir un dictador primitivo y retrógrado).
10) Sólo faltaba un paso en ese "mundo de fantasía y consumo", para que la "libertad e independencia" fueran completas: no tener hijos. O tener uno sólo si fuera "irremediable"…
11) Las empresas "castigan" a las embarazadas. El plan de carrera se trunca. El sueldo se reduce. El contrato no se renueva. Los permisos se retacean…
12) El marido mira a su mujer con ojos acusatorios. Eh, tú, lindo momento para quedarte embarazada. Justo cuando teníamos que cambiar el auto. Justo cuando quería cambia el PC. Justo cuando quería cambiar el televisor por uno más grande que la pared. Justo cuando quería comprar el DVD. Justo cuando…
13) La mujer siente que pierde su independencia. Siente que su jefe la mirará mal. Siente que se juega la renovación del contrato "basura", que tanto le costó conseguir. Siente que "otra" vez se irá al paro.
14) Será posible que este "mocoso" de mierda nos haga "bajar" de la sociedad de consumo. Tan bien que nos iba con todas esas tarjetas de crédito, con todas esas letras, con todos esos "chirimbolos" que nos hacían "creer" tan felices…
15) Al fin tienen razón mis amigas (y amigos) que no quieren tener hijos. O el auto o el niño. O las vacaciones o el niño. O el ascenso en el empleo o el niño. O ser una mujer como las de la tele o una "mora" de mierda chancleteando detrás del marido. ¡Joder!
¿Exagero?…
(31/3/12) Momento en que escribo este párrafo. Han pasado 8 años (que se dice fácil). En la Unión Europea (en vías de subdesarrollo) hay un paro juvenil que va desde el 30% (en los países miembros más exitosos, si es que queda alguno), al 50% en los PIGS (más "pigs" que nunca). En los graduados universitarios el paro alcanza el 30%.
La globalización, la deslocalización, la privatización, la desregulación, el librecambio, la financierización… han propiciado la era de la desigualdad, han provocado una vida "low cost". El "fin de la historia" que se ofrece a la juventud es un "regreso a la edad media". No era el "camino de la servidumbre" que temía Hayek, pero sí el desenlace.
La precarización, el salario del miedo, la temporalidad, atenazan al trabajador. Las deudas los "esclavizan" y el "paro" (generalmente de larga duración) los transforma en "parias" sociales, dependientes de la caridad (familiar, al principio, y de las organizaciones filantrópicas, al final).
Los jóvenes están más expuestos a largas jornadas, a contratos temporales o informales con bajos salarios, a una protección social escasa o inexistente, y a no tener una voz en el trabajo.
La incapacidad de encontrar trabajo genera una sensación de vulnerabilidad, inutilidad y ociosidad entre los jóvenes. Por eso la brecha del empleo juvenil plantea retos importantes, pero además implica fuertes costos económicos en términos de pérdida de ahorros y capital humano, y costos sociales en acciones de prevención de la delincuencia o el uso de drogas.
Tendencias del empleo y desempleo de los jóvenes
El crecimiento de la población juvenil sigue superando el crecimiento del empleo.
El desempleo juvenil sigue aumentando en la mayoría de las regiones del mundo.
Es más probable que los jóvenes estén desempleados que los adultos.
¿Por qué son más altas las tasas de desempleo juvenil que las tasas de desempleo de los adultos?
Las tasas de desempleo juvenil están entre 2 y 6 veces más altas que las tasas de desempleo de adultos dependiendo de la región. En la mayoría de las regiones los jóvenes tienen tres veces más probabilidad de estar desempleados que los adultos.
Los jóvenes son más vulnerables que los adultos en los tiempos económicamente difíciles (La explicación: último en entrar, primero en salir).
A un joven a menudo le falta información sobre el mercado laboral y experiencia en buscar trabajo (La explicación de la falta de experiencia en buscar trabajo).
Otra posibilidad es que los jóvenes se demoran más en buscar el trabajo correcto, lo que significa que tal vez esperan más para encontrar el trabajo que cumpla sus requisitos (La explicación de "buscar hasta encontrar el trabajo correcto").
Los jóvenes que están apenas empezando en la fuerza de trabajo seguramente no tienen recursos financieros para reubicarse, nacional o internacionalmente, en búsqueda de trabajo (La explicación de falta de movilidad).
La inactividad entre los jóvenes está aumentando. Por otro lado, la fuerza juvenil, y por lo tanto el denominador del cálculo de la tasa de desempleo juvenil, está disminuyendo en muchas partes del mundo a medida que más jóvenes se matriculan en el sistema educativo o permanecen en él más tiempo o se salen de la fuerza laboral como trabajadores desalentados.
Juan Somavia, Director General de la OIT, sostiene: "Generar empleo para los jóvenes no es suficiente. En el mundo resulta difícil cuando no imposible que los jóvenes consigan trabajo. Pero además, cada vez tienen más dificultades para encontrar trabajo decente. Los jóvenes de hoy no necesitan un trabajo cualquiera, sino uno que les permita contribuir como trabajadores, ciudadanos y agentes de cambio. Este es el reto que enfrentamos".
Me gustaría decir, aunque no puedo, que los jóvenes de hoy tienen ideas claras sobre sus aspiraciones laborales y sociales, y esperan contar con opciones para alcanzar su autonomía y ser ciudadanos activos.
Me gustaría decir, aunque no puedo, que los jóvenes de hoy ejercen, con todo derecho y razón, presión social, sobre los líderes políticos y económicos, para que enfrenten el desafío de desarrollar y aplicar las estrategias que les den a los jóvenes de todo el mundo una oportunidad real y equitativa de acceder a un empleo pleno y productivo y al trabajo decente.
Me gustaría decir, aunque no puedo, que los jóvenes de hoy están luchando por un mundo mejor y no tragando la "sopa boba" que le ofrece la sociedad de consumo a cambio de una vida "anestesiada", "pasiva", "gaseosa", "anómica", "jibarizada" "vegetal", "tetrapléjica" y con la respiración asistida provista por la droga, el alcohol, la televisión y el fútbol.
Me gustaría decir, aunque no puedo, que la juventud de hoy está en la "calle" en estado de lucha permanente, en estado de rebelión permanente, reclamando, exigiendo o provocando el cambio de régimen político y económico hacia una sociedad más justa, equilibrada, sostenible, democrática y ética.
Pregunta abierta al final: ¿Hay soluciones para (contra) este fracaso?
(Para ayudarles a reflexionar, les dejo con una cita escrita en mi Paper del 21/4/04)
"Antes del fin"
Así se titula un libro de mi admirado y respetado Ernesto Sábato (Seix Barral – 1998); y con una cita del "maestro" (este sí, y no Greenspan), deseo finalizar el artículo, dejando para vuestra reflexión y análisis -si corresponde- lo dicho e insinuado (ojalá sea útil):
"Para conseguir cualquier trabajo, por mal pago que sea, los hombres ofrecen la totalidad de sus vidas. Trabajan en lugares insalubres, en sótanos, en barcos factoría, hacinados y siempre bajo la amenaza de perder el empleo, de quedar excluidos.
Al parecer, la dignidad de la vida humana no está prevista en el plan de la globalización. La angustia es lo único que ha alcanzado niveles nunca vistos. Es un mundo que vive en la perversidad, donde unos pocos contabilizan sus logros sobre la amputación de la vida de la inmensa mayoría. Se ha hecho creer a algún pobre diablo que pertenece al Primer Mundo por acceder a los innumerables productos de un supermercado. Y mientras aquel pobre infeliz duerme tranquilo, encerrado en su fortaleza de aparatos y cachivaches, miles de familias deben sobrevivir con un dólar diario. Son millones los excluidos del gran banquete de los economicistas…
Los jóvenes sufren: ya no quieren tener hijos.
No cabe escepticismo mayor.
Así como los animales en cautiverio, nuestras jóvenes generaciones no se arriesgan a ser padres. Tal es el estado del mundo que les estamos entregando.
La anorexia, la bulimia, la drogadicción y la violencia son otros de los signos de este tiempo de angustia ante el desprecio por la vida de quienes nos mandan…
Te hablo a vos…
No quiero morirme sin decirles estas palabras
Tengo fe en ustedes. Les he escrito hechos muy duros, durante largo tiempo no sabía si volverles a hablar de lo que está pasando en el mundo. El peligro en que nos encontramos todos los hombres, ricos y pobres.
Esto es lo que ellos no saben, los hombres del poder. No saben que sus hijos también están en esta pobre situación.
No podemos hundirnos en la depresión, porque es de alguna manera, un lujo que no pueden darse los padres de los chiquitos que se mueren de hambre. Y no es posible que nos encerremos cada vez con más seguridades en nuestros hogares.
Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está afuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las que están en peligro…
Si, muchachos, la vida del mundo hay que tomarla como la tarea propia y salir a defenderla. Es nuestra misión.
No cabe pensar que los gobiernos se van a ocupar. Los gobiernos han olvidado, casi podría decirse que en el mundo entero, que su fin es promover el bien común.
La solidaridad adquiere entonces un lugar decisivo en este mundo acéfalo que excluye a los diferentes. Cuando nos hagamos responsables del dolor del otro, nuestro compromiso nos dará un sentido que nos colocará por encima de la fatalidad de la historia.
Pero antes habremos de aceptar que hemos fracasado. De lo contrario volveremos a ser arrastrados por los profetas de la televisión, por los que buscan la salvación en la panacea del hiperdesarrollo. El consumo no es sustitutivo del paraíso…
Tengamos en consideración entonces las palabras de María Zambrano: "No se pasa de lo posible a lo real sino de lo imposible a lo verdadero". Muchas utopías han sido futuras realidades"…
Buscando respuestas (escrito en enero de 2013)
El desempleo y la pobreza están en alza, la pregunta es: ¿cuánto dolor puede soportar una sociedad antes de que haya tenido suficiente?
Las desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados, durante la crisis financiera ¿resultan ser un "daño colateral" de la depresión, o un "proyecto inconfesado" de exclusión social?
He tratado de presentarles gráficos, cifras e informes (…), dar vuelta el telescopio para mostrarles a las personas que están al otro lado del espejo de la socialización de las pérdidas (…) y finalmente, el lado íntimo de la crisis, algunos dramas individuales y sueños estancados (…), que sospechables "analistas" interpretan (con cinismo e insensibilidad) como "daños colaterales" de la depresión, y que yo considero (sin esperanza y sin miedo), la consecuencia directa de un "proyecto inconfesado" de exclusión social.
Una crisis sin fondo donde las víctimas de la pobreza se instalan en una normalidad quebradiza.
La pérdida de ingresos es el comienzo del dramático tobogán hacia la exclusión social (si faltan redes de apoyo, como la familia, todo conduce a la exclusión social).
El desapego de las clases dominantes (política y empresaria) ante la desigualdad de los ingresos. Un sistema de castas con una actitud de indiferencia ante la distribución del ingreso (la sociedad mala).
Por razones de edad (68 años) y por las experiencias vividas (primero en Argentina -el país "de los senderos que se bifurcan"- y en los últimos 25 años en España -un exilio voluntario, con la ilusión de brindar a mis hijas (y ahora, nietos) la posibilidad de vivir un proyecto europeo de social democracia, craso error-, reconozco que mi análisis puede resultar sesgado. Hasta, tal vez, cegado.
Un sesgo (tal vez, ceguera) provocado por haber sido educado en los valores y objetivos de la clase media. Una clase media que primero se extinguió -no sin dolor- en mi país de origen, y que ahora asisto -consternado- al intento de exterminio (con premeditación y alevosía) en varios países europeos.
Para referirme, con nostalgia, al "holocausto" de la clase media (y su impacto social y económico), y por aquello de la "argentinización" de la economía de los países, antes, avanzados, y actualmente, en "vías de subdesarrollo" (*), citaré parte del artículo escrito por Marcos Aguinis en el Diario La Nación (de Argentina), publicado el 22/6/12:
(*) La progresión y el impacto de la crisis en estos cinco años, sigue la misma pauta que la de América Latina de los 80. Las causas son similares (aumento de liquidez que degenera en préstamos irresponsables y burbujas especulativas), las medidas adoptadas son similares (recorte del gasto público, aumento de la presión fiscal sobre las clases medias y bajas, e impunidad de los gestores irresponsables) y, lamentablemente, las consecuencias van en la misma dirección: más pobreza y más desigualdad.
Elogio de la clase media
"Prejuicios fósiles mantienen el desprecio por la clase media. Se la menciona con cierto pudor, porque no tiene límites claros y se la vincula con los rasgos mezquinos, crueles e insensibles de la burguesía y pequeña burguesía bien descriptos en poderosos textos de la literatura universal. Sin embargo, la realidad no es tan esquemática ni rígida. Ahora sabemos que la clase media no se reduce a sus defectos, porque defectos tienen todos los niveles.
Ya es hora de enaltecer sus virtudes, especialmente las de la clase media argentina, que llegó a ser la más importante y fértil de toda América latina. Nuestro país la desarrolló de forma excepcional. No hay otro donde haya alcanzado tanto desarrollo y gravitación en brevísimo tiempo, sobre un territorio distante y bastante desertificado…
De una generación a otra, la clase media no sólo acrecentaba su volumen, sino su protagonismo. Tanto en el campo como en las ciudades empezó a consolidar valores que operaron como semillas. Esos valores dieron sustento a tres culturas: la cultura del trabajo, la cultura del esfuerzo y la cultura de la honestidad. Había consenso en que nada llegaba gratis. Ningún derecho se obtenía sin la correlativa obligación. Era posible prosperar, pero sólo mediante la actividad intensa y correcta. La deshonestidad era tan mal vista que una familia dejaba de asomarse a la vereda si alguno de sus miembros cometía un delito.
No se estableció un paraíso bíblico, porque abundaron las excepciones. Pero predominaban las tres culturas mencionadas. En el optimista clima que reinaba dentro y fuera del hogar flotaba el anhelo del progreso. Una "sana" ambición, como se dice ahora, porque la ambición a secas ha comenzado a sonar como una disonancia. Era común la ambición de tener una vida digna, constituir familias sólidas, educar a los hijos, gozar de la cultura, ascender. No se aspiraba a fortunas enormes, sino a las que permitiesen lograr los objetivos irrefutables (maravillosos) de la vida digna, la familia sólida, la buena educación de los hijos y un razonable progreso. Los menciono con insistencia, porque son los caminos que deberíamos recuperar.
Por desgracia, esas tres culturas empezaron a ser derruidas en la primera mitad del siglo XX. La cultura del trabajo fue reemplazada por la de la mendicidad, la cultura del esfuerzo por la del facilismo y la cultura de la honestidad por la de la corrupción. Lo revela con una elocuencia insuperable el tango "Cambalache", compuesto en 1935, hace casi ochenta años. Tiene una estremecedora vigencia.
Todavía resuena la burla que entonces se hacía a los inmigrantes analfabetos que se apuraban por tener un "hijo dotor". Pese a las dificultades de todo orden, los tuvieron, y en gran cantidad. El estudio era un dato cotidiano, infaltable, obligatorio. Todos los niños debían ir a la escuela y una gran parte luego pasaban a establecimientos técnicos o colegios secundarios. Hasta en el servicio militar se debía educar a los conscriptos. Al mismo tiempo, crecieron las universidades con profesionales, docentes e investigadores que asombraron al planeta y hasta obtuvieron el premio Nobel. Era un ejército de gente admirable que, en su inmensa mayoría, por supuesto, se originaba en la clase media.
En aquella época de predominante clase media se aplaudía el mérito, se elogiaba la tenacidad. No se concebía consolar al que quedaba abajo haciendo descender al que llegaba arriba, porque significaba igualar hacia la fosa y quitar incentivos (nefasta política establecida más adelante). No se le tenía miedo ni desconfianza a la competencia, porque movilizaba los resortes del esfuerzo y mejoraba los resultados del conjunto. Era una mirada opuesta a la que vino después.
Los docentes estaban bien pagados. Eran "maestros" de verdad, no simples y aburridos "trabajadores de la educación". Se esmeraban por mejorar la calidad educativa. Recibían un gran respeto por parte de los alumnos y sus padres (no era concebible que sufrieran las agresiones de los últimos tiempos). Desempeñaban roles centrales en la vida social. Como parte de esa obsesión por el estudio brotaron centenares de bibliotecas públicas, pagadas, cuidadas y ensalzadas por la misma gente. En ese ámbito circulaban los fermentos del empeño y la decencia que caracterizaban a una clase media que no dejaba de crecer. Se multiplicaban los escritores, periodistas, dramaturgos y talentos artísticos en las bellas artes, la música y el teatro. Era una primavera larga, con los altibajos de la adolescencia que caracteriza a ese período, por supuesto.
En lugar de descalificarla -como hacen ideólogos arcaicos-, deberían desplegarse los proyectos que contribuyeran a convertir la clase media argentina en el lugar hacia donde se afanen por integrarse quienes sufren pobreza y desconsuelo. No es la clase media la que tiene que achicarse, sino la clase pobre y desposeída, que ya supera la mitad de nuestra población.
Los profesionales no obtienen una retribución equitativa a sus méritos o empeños. La educación declina. Ni una sola de nuestras universidades se menciona en el ranking de las cien mejores del mundo. Las certeras bofetadas del tango "Cambalache" no son tenidas en cuenta para superarlas. A la inversa, parecieran haberse convertido en una guía de mucha gente, en especial los versos que dicen "el que no roba es un gil" y "todo es igual". No todo es igual, aunque hacia allí impulsa un igualitarismo utópico que descalifica el trabajo, no honra el esfuerzo, calumnia la competencia y defiende a los corruptos…
Un grueso sector de la clase media está compuesto por las pymes. No es frecuente escuchar que se las tenga debidamente en cuenta. Son las proveedoras de muchísimos puestos de trabajo y esa virtud no es objeto de halagos entusiastas. En ellas se ejercen la imaginación y el músculo. No viven de la limosna ni de los subsidios. Funcionan en las ciudades grandes y pequeñas, en el campo y en los lugares más alejados del país. Pero sufren una impiadosa extorsión impositiva. El dinero que se les quita no se dirige a obras de infraestructura ni a una mayor eficiencia del Estado, sino para mantener un Estado elefante, voraz, ciego, irracional y caprichoso, que desperdicia sus riquezas en burocracia, amigos, ñoquis y punteros.
La clase media parece condenada hoy en día. Durante el "Rodrigazo" se publicó en el entonces diario La Opinión un artículo cuyo título se hizo famoso: "Réquiem para la clase media". Fue acertado. La clase media declinó tanto que ya ni es atractiva para los que buscan conseguir votos"…
De un "bi-bis", a los "ni-nis" ("¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?" – Cicerón – 55 AC)
Mi experiencia "bi"-nacional, está en camino de "doblar" la frustración, el dolor y el espanto, en un patético "bis". Por eso, y porque mis fuerzas ya flaquean, deseo dejarle a los ni-nis algunos interrogantes, con la esperanza que sean ellos los puedan dar respuesta (y si es posible -también, deseable- el debido escarmiento).
¿Por qué este engaño, práctica generalizada en (casi) todos los países avanzados, en (casi) todos los sectores económicos (transables y no transables), y en (casi) todas las mayores corporaciones globales?
¿Por qué dicen flexibilización y/o productividad y/o competitividad, cuando quieren decir mano de obra de usar y tirar y/o despido libre y/o salarios tercermundistas?
¿Cómo se le explica a alguien a quien se le permitió vivir aceptablemente bien y que ahora vive muy parcamente o simplemente mal, que nunca va a volver a vivir cómo vivió?
Esta crisis es la primera en la que las expectativas para su después no son las de volver a una situación mejor a la existente antes de que esta crisis comenzase.
En esta hora de post burbuja (antes que formen otra, y tengamos que volver a pagar sus pérdidas), ¿no habrá llegado la hora de hacer un acto de justicia y responsabilidad, y que cada palo aguante su vela?
¿Se puede salir de la crisis haciendo más grande el problema?
¿No han sido ya, demasiado los "polvos" (en todas sus acepciones), para estos lodos (en su interpretación más cenagosa)?
¿Cuánto tiempo más puede durar el asalto a la clase media y a los pobres por los intereses especiales de los ricos (procurando hacer sostenible lo insostenible)?
¿Puede ser que la "nueva pobreza" no tenga contestación social?
¿Es posible esperar de aquellos que "ni" estudian "ni" trabajan, alguna forma de reacción social? ¿Para cuándo el "estallido" social (esperable y deseable)?
¿O al final (como antes en Argentina y ahora en Europa, EEUU, o Japón), ganarán aquellos que los han condenado a No estudiar y No trabajar, volviendo a ganar logrando, esta vez (para mayor escarnio), que No piensen? IPhone, tweets, drinks…
"Antes que sea demasiado tarde", vuelvan los jóvenes a releer al Maestro Sábato: "Tengamos en consideración entonces las palabras de María Zambrano: "No se pasa de lo posible a lo real sino de lo imposible a lo verdadero". Muchas utopías han sido futuras realidades"… luego, por favor, "piensen"… y "actúen" en consecuencia. Eso espero.
En el Paper – Los "nuevos" pobres, de los países ricos (un relato trágico de la crisis) (I), publicado el 15/2/14, decía:
Obertura
Los "nuevos" pobres son aquellos que no vieron venir la cachetada. Aquellos que se creyeron "predestinados" a ser más ricos que sus padres. Aquellos que "hipotecaron" la mitad de los ingresos familiares (o más) para vivir en una casa, muy por encima de sus posibilidades. Aquellos que "confiaron" en el empleo continuo y el ingreso creciente.
Dicen Alberto Minujin y Gabriel Kessler, en su libro "La nueva pobreza en la Argentina" – Temas de Hoy – 1995) que, "los "nuevos" pobres se parecen a los no pobres en algunos aspectos socioculturales, como el acceso a la enseñanza media y superior, el número de hijos por familia -más reducido que entre los pobres estructurales- etc.; y a los pobres de veja data, en los aspectos asociados a la crisis: el desempleo, la precariedad laboral, la falta de cobertura de salud, entre otros"…
No es fácil captar en toda su extensión las consecuencias que la pauperización de una parte considerable de la clase media (norteamericana o europea, en el caso que nos ocupa) tiene para aquellos que la sufren en carne propia como en la sociedad en su conjunto. Es que este hecho marca un punto de no retorno, el fin de un tipo determinado de sociedad.
Hasta no hace muchos años, los ciudadanos de Estados Unidos y los países miembros de la Unión Europea, habían formado una sociedad relativamente integrada, en la que una importante clase media había surgido como resultado de un proceso de movilidad social ascendente cuya continuidad no se ponía en cuestión. Desde 1989 (caída de muro de Berlín) en adelante, y ahora, luego de algo más de seis años de empobrecimiento masivo de la clase media, no hay duda de que estos países ya no son los mismos países.
El empobrecimiento de una parte importante de las clases medias de estos países (antes considerados "avanzados") no fue un acontecimiento natural ni una catástrofe inexorable, ni tampoco un hecho que pueda ser analizado en forma aislada. Fue el resultado de una serie de factores de orden externo e interno; un proceso para cuya comprensión sería necesario referirse a la poderosa transferencia de recursos del sector público hacia el sector privado, al endeudamiento público y privado, la pérdida de derechos sociales y la falta de una intervención estatal eficaz dirigida a los sectores más vulnerables.
Simultáneamente, se conformó la contracara indisociable del empobrecimiento masivo: la globalización, la privatización, la desregulación, la deslocalización, el libre movimiento de capitales y mercancías… la "nueva" riqueza, que alcanza su apogeo en gran medida en individuos y grupos económicos muy vinculados con el poder político.
En suma: el empobrecimiento fue (y sigue siendo) un hecho económico, un hecho social y un hecho político.
(Parte I) – El fin del sueño americano
¿Un fundamento que se desmorona?
El aumento de la diferencia de renta entre la población se ha convertido en una cuestión controvertida en EEUU, a medida que los liberales critican la disminución de la clase media y los conservadores argumentan que una economía de mercado saludable debe recompensar el esfuerzo, el espíritu emprendedor y la toma de decisiones arriesgadas. Pero en lo que concierne a la cuestión relativa a la movilidad económica, o la capacidad del individuo de ascender en el nivel de renta, la mayor parte de las personas parece estar de acuerdo: la movilidad ascendente es algo bueno.
De hecho, los conservadores siempre citan la movilidad económica como razón para no preocuparse por la cada vez mayor desigualdad de los ingresos. Si las personas tienen la posibilidad de subir socialmente, no importa que algunos sean muy ricos y otros estén muchos escalones por debajo en el nivel de renta: con la movilidad económica, las personas no se quedan atrapadas en el punto de partida.
Sin embargo, un volumen cada vez mayor de datos muestra que la movilidad económica ya no es tan común en EEUU como mucha gente piensa. Además, varios estudios muestran que la movilidad económica disminuye a medida que la desigualdad de renta aumenta, señal de que en los próximos años podría ser más difícil para las personas pasar de la pobreza a la clase media, o de la clase media hasta lo alto de la pirámide.
"Estudios recientes indican que hay menos movilidad económica en EEUU de lo que siempre se ha creído", dice un estudio de The Economic Mobility Project(Proyecto de Movilidad Económica) elaborado por The Pew Charitable Trusts, The American Enterprise Institute, The Brookings Institution, The Heritage Foundation y por The Urban Institute. "Los últimos 30 años registraron una caída gradual considerable en el crecimiento de la renta de la familia media en comparación con las generaciones anteriores. Según algunas medidas, somos, de hecho, una sociedad menos móvil que la de muchos otros países, entre ellos Canadá, Francia, Alemania y la mayor parte de los países escandinavos. Eso pone en duda la idea de EEUU como tierra de oportunidades".
¿Cuál es el motor de la movilidad económica?
Se utilizan dos tipos de medidas para evaluar la movilidad económica, observa Nikolai Roussanov, profesor de Finanzas de Wharton. En primer lugar, está lo que se llama movilidad "absoluta", que es la riqueza de los hijos comparada con la de los padres. En segundo lugar, está la movilidad "relativa", que es la capacidad de los hijos de alcanzar una posición económica superior a la que sus padres tenían, que es lo que sucede cuando los hijos de los pobres se incorporan a la clase media.
Aunque ambos tipos de movilidad sean importantes, la movilidad relativa es bastante interesante porque revela hasta qué punto las personas se ven limitadas por las circunstancias de nacimiento o son capaces de ascender en comparación con otras. El estudio del Proyecto de Movilidad Económica dice que la movilidad relativa determina si un país tiene una sociedad que premia la meritocracia, en que las personas progresan por el esfuerzo propio, o si su sociedad está basada en factores de suerte, o incluso si se trata de una sociedad "estratificada en clases", en que los hijos tienden a ocupar la misma posición que los padres.
Los americanos siempre se consideraron una sociedad de meritocracia, sin embargo los datos indican que ése no es necesariamente el caso. "La mayor parte de los estudios muestra que, en EEUU, cerca de un 50% de las ventajas derivadas de tener padres de renta elevada son transmitidas a la generación siguiente", concluye el estudio del Proyecto de Movilidad Económica. "Eso significa que uno de los mayores indicadores del éxito económico futuro de un niño –identidad y características de sus padres- está predeterminado y no se tiene control alguno sobre eso".
Evidentemente, padres prósperos pueden dar a sus hijos una buena educación y otras ventajas que, en general, no están disponibles para las personas de baja renta. Aunque los hijos de padres con más dinero puedan fracasar debido a la pereza, falta de ingenio o mala suerte, de media, ellas se benefician de la buena situación inicial. Al medir la movilidad económica entre las generaciones comparando la renta de los hijos con la de los padres, el estudio del Proyecto de Movilidad Económica constató que los americanos tienen un grado un poco mayor de movilidad que la población de Reino Unido, pero menos que la población de Francia, Alemania, Suecia, Canadá, Finlandia, Noruega y Dinamarca. En los cuatro últimos países citados, el grado de movilidad es dos o tres veces mayor que en EEUU.
Un segundo estudio del Proyecto constató que "un 42% de los niños nacidos de padres pertenecientes a la quinta parte inferior de la distribución de la renta continúan ahí, mientras que un 39% nacidos de padres de la quinta parte superior continúan en los primeros puestos. Solamente cerca de un tercio de los americanos fueron clasificados en el grupo de "ascenso social", o, en otros términos, ganaban más que sus padres y habían alcanzado la quinta parte superior de la escala de la distribución de la renta.
Además, "la historia del pobre que se vuelve rico es más común en Hollywood que en la vida real", concluyó el Proyecto Movilidad. "Solamente un 6% de los niños nacidos de padres pobres con renta familiar muy baja llegaban al nivel superior".
¿Qué hace que la movilidad económica aumente o disminuya?
Un factor fundamental es la desigualdad de los ingresos: cuanto mayor es la desigualdad, menor la movilidad. Roussanov destaca que se necesita menos renta adicional para subir de un quinto al siguiente si la pirámide es más plana, y más renta si es más inclinada. Tal vez eso ayude a explicar la mayor movilidad de Europa y de Canadá. "No está claro si hay más movilidad en las sociedades europeas (…) esto porque la distribución de la renta allí es más compacta", dice Roussanov.
La mayor parte de los especialistas cree que hay otros factores en juego, pero no hay duda de que la desigualdad de la renta está aumentando de forma clara en EEUU. Durante una charla el día 12 de enero (2012) en el Center for American Progress, Alan B. Krueger, economista de Princeton y presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Obama, presentó datos que muestran una fuerte correlación entre desigualdad de renta y ausencia de movilidad económica. De las diez economías desarrolladas analizadas en el estudio, EEUU tenía la mayor desigualdad y la menor movilidad medidas por el éxito de los hijos en alcanzar niveles superiores al de sus padres. Países con nivel de desigualdad menor -Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca- tenían una movilidad más elevada.
De 1947 a 1979, la tasa real (ajustada por la inflación) de aumento de los ingresos era casi el mismo en todos los niveles de renta de EEUU, dijo Krueger citando cifras de la Oficina del Censo que señalaban un 2,5% de crecimiento anual en la quinta parte de renta más baja y un 2,2% en la quinta parte superior. Después, de 1979 a 2010, las rentas anuales cayeron un 0,4% en la quinta parte más baja y subieron un 1,2% en la más alta. En 1970, un 50% de las familias americanas pertenecían a la clase media; en 2010, ese porcentaje era del 42,2%. Según La Oficina del Presupuesto del Congreso, de 1979 a 2004, la tasa de renta real después de descontados los impuestos subió un 9% en la quinta parte inferior, un 69% en la superior y un 176% entre el 1 % más rico.
Citando diversos economistas, Krueger dijo que el cambio tecnológico, que reduce la demanda de trabajadores que no dominan el uso del ordenador y no tienen conocimientos de nivel más elevado, fue el principal factor del aumento de la desigualdad de renta. Entre otros factores importantes destacan: comercio internacional, descenso del salario mínimo después de ajustado por la inflación, caída de afiliación a los sindicatos e inmigración creciente. Además, la disminución de la renta en la era Bush, las ganancias de capital y los impuestos sobre propiedades inmobiliarias contribuyeron aún más a enriquecer a los americanos más ricos. La mayor parte de los países europeos, dijo Krueger, tienen sistemas de impuestos más progresivos que el de EEUU, lo que contribuye a aplanar la pirámide de la renta.
Herring y Roussanov observan que la movilidad de la renta también se vio afectada por el descenso del nivel de la enseñanza. EEUU, dice Herring, "se ha quedado muy por detrás de otros países en desempeño educativo en prácticamente todos los niveles (…) No hay duda de que los estándares han caído. Un menor número de estudiantes termina la facultad, y de los que la terminan, un grupo muy pequeño tiene conocimientos suficientes para hacer una especialización en ciencias o ingeniería".
Eso tuvo lugar en una época, dice Roussanov, en que "la importancia de la educación aumentó", es decir, el trabajador con poca formación tiene menos oportunidad de conseguir empleos bien pagados. "Es evidente la percepción de que el sistema de enseñanza, en particular el sistema de enseñanza primaria, se ha deteriorado con el paso del tiempo". Los últimos años, añade Herring, la crisis financiera y sus consecuencias contribuyeron al declive de la movilidad económica. No hay sólo millones de personas desempleadas, o ganando menos de lo que ganaban antes de la crisis, sino también hay muchas que se encuentran en un verdadero callejón sin salida porque no consiguen vender sus casas.
"Una de las razones por la que las recesiones americanas han sido más superficiales y cortas que en la mayor parte de los otros países se debe al hecho de que los trabajadores americanos siempre han demostrado una disposición notable para trasladarse a lugares donde hay trabajo cuando se quedan sin empleo", dice Herring. "Como el mercado inmobiliario está deprimido, muchos trabajadores que, en otras circunstancias, estarían dispuestos a desplazarse a áreas con mejores oportunidades de trabajo están atados a sus casas que no consiguen vender. Es probable que esa situación mejore con el tiempo, pero ya está tardando mucho".
Como la desigualdad está creciendo en EEUU, la movilidad económica caerá en el futuro, dijo Krueger en su charla. "En otras palabras, la continuidad de las ventajas y desventajas de la renta pasada de padres a hijos debería aumentar cerca de un cuarto en la próxima generación como consecuencia del aumento de la desigualdad experimentada por EEUU en los últimos 25 años", dijo. "Es difícil mirar a esas cifras y no sentirse preocupado por el hecho de que el aumento de la desigualdad está poniendo en riesgo nuestra tradición de oportunidad. La suerte de los padres parece un dato cada vez más importante en la sociedad americana".
¿Un fundamento que se desmorona?
Para muchos americanos, la movilidad ascendente es un valor fundamental, el fundamento del Sueño Americano. Pero la desigualdad de la renta y la disminución de la movilidad son dos cuestiones que relacionadas también tienen implicaciones económicas.
El Pew Charitable Trusts constató que un número cada vez mayor de americanos se muestran pesimistas respecto al futuro, y dudan de que la próxima generación sea tan próspera como la anterior. Según la entidad, "en marzo de 2007, un estudio del Pew Research Center mostró que un 73% de los entrevistados -un aumento del 8% desde 2002- coincidían con la afirmación "Hoy sin duda alguna es verdad que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres"".
Si las personas creyeran que no pueden progresar, ¿cómo afectará eso a su dedicación en el trabajo o su búsqueda de otras formas de enriquecimiento como, por ejemplo, cursos de especialización o un curso superior? Las personas atrapadas en los escalones inferiores de la pirámide son talentos que se pierden: innovadores, investigadores, emprendedores, educadores, artistas y líderes políticos y empresariales que no recibieron atención. Algunos investigadores dijeron que la creciente desigualdad y la caída en la movilidad han llevado al consumidor a pedir más préstamos para mantener los niveles deseados de consumo, lo que contribuye a que tengan lugar sucesos como la burbuja inmobiliaria. Otros dicen que la demanda del consumidor, que es crítica para el crecimiento económico, se ve más perjudicada cuando hay menos gente en la clase media y hay más personas pobres.
Krueger recurrió a un cálculo simplificado para mostrar que de 1979 a 2007, un 1% de las personas de renta más elevada tuvieron un aumento de renta del 13,5%, o cerca de US$ 1,1 billones en 2007. Como los ricos ahorran cerca de la mitad de los incrementos de rentas, frente a un 10% del resto de la población, esa renta desviada redujo el consumo anual en US$ 440.000 millones. Aunque admita que esa cifra pueda ser cuestionada, Krueger concluyó diciendo que "los cálculos dejan claro que la economía estaría en mejor situación, y la demanda agregada sería más robusta, si el tamaño de la clase media no hubiera disminuido como consecuencia del aumento de la desigualdad".
Herring y Roussanov observan que EEUU ha de redoblar su compromiso con la educación. "Una fuerza laboral menos preparada será sin duda menos móvil porque no tendrá flexibilidad para adaptarse a las condiciones económicas en proceso de cambio", dice Herring. "El declive de la movilidad de la fuerza de trabajo lleva al declive de la movilidad social y a una sociedad en que pocos de nosotros querrían vivir".
"Sea como sea, la idea de que EEUU es la tierra de las oportunidades dotada de una movilidad excepcional continúa vigente en Estados Unidos y en el resto del mundo", añade Herring. "Es muy importante, para motivar a las personas, que ellas se esfuercen en sacar lo mejor de sí mismas, pero tal actitud no puede durar mucho si no hay evidencias sólidas de que vale la pena. Eso dependerá de arreglar el sistema de enseñanza, pero nadie parece dispuesto a hacerlo".
Roussanov añade: "No queremos que las personas se queden atrapadas en la pobreza simplemente porque tuvieron la mala suerte de nacer pobres"…
(Fuente: Wharton School de la Universidad de Pennsylvania – 25/01/12)…
(B) – La exclusión social (la cara más fea de la crisis del Primer Mundo)
La crisis de los rehenes… (un camino a ninguna parte)
Llega el Apartado más triste del relato, difícil, desagradable, angustioso, doloroso, penoso, sangrante, desolador, desconsolador,… cuando los "grandes números" se transforman en "dramas personales", en nombres, caras, voces, desdichas, tragedias, calamidades, desventuras, miedo, espanto, horror, desesperación, depresión, pánico…
Desempleo y la falta de oportunidades económicas, caída de los salarios reales y de los ingresos familiares, grandes brechas de riqueza, altos índices de pobreza, crisis educativa, niveles de desigualdad tercermundista, cupones de comida, carencia de sanidad pública, desahucios, villas miseria, inseguridad alimentaria infantil, fracaso escolar… tristes records del país más poderoso de la tierra, sufridos por su propia gente.
Gente que alguna vez creyó en "el sueño americano"… que se imaginó libre por siempre de padecer las lacras del Tercer Mundo, y que hoy vive la pesadilla de una post guerra sin haber tenido ninguna guerra, que hoy arrastra la desesperanza de su propia vida, las dudas sobre las posibilidades de sus hijos y el recelo por el futuro de sus nietos.
Gente que hasta ayer tenía un empleo (o dos, contando el de su mujer), un salario razonable y seguro (o dos, contando el de su mujer), casa propia (con deuda hipotecaria a largo plazo), probablemente dos automóviles (uno todo terreno, para ir al súper), colegio o universidad para los hijos, plan de pensiones, seguro de salud, club, gimnasio, vacaciones, viajes, ocio, esparcimiento, hobbies, todos los electrodomésticos y chucherías electrónicas novedosas que las grandes tiendas ofrecían, más teléfonos móviles que miembros del hogar, varios ordenadores… en fin, todo aquello que satisfacía el consumismo glotón y confirmaba el "american way of life".
Casi todo ello (en muchos casos pueden quitar el "casi") se ha ido perdiendo. El empobrecimiento ha desestructurado lo cotidiano; ha derribado con la violencia de los hechos, proyectos y expectativas que daban sentido a las propias acciones. No es sorprendente, entonces, que también ponga en jaque las creencias que el individuo se ha forjado por años acerca de sí mismo, sobre el lugar que ocupaba en el mundo, en síntesis, sobre su propia identidad. Los empobrecidos se preguntan quiénes son en esta sociedad. Les preocupa saber si siguen siendo de clase media a pesar de todo, lo cual les lleva a preguntarse qué es ser de clase media, en definitiva.
¿Un pasado mejor, una antigua jerarquía en el trabajo, un título profesional, que no se borran, alcanzan como requisito para mantenerse en la clase media? ¿Quién cambió: ellos, el resto de la sociedad, ambos? Y si toda la clase media se empobreció: ¿acaso no se sigue siendo de clase media, solo que masivamente devaluados? ¿Cuál es la frontera? ¿Hay un límite objetivo o en última instancia todo depende de cómo se ve uno? ¿Quién decide si sigo siendo o ya no soy: yo mismo, mis amigos, la sociedad? Si ya no soy de clase media, ¿Qué soy?
"El empobrecimiento va erosionando poco a poco los basamentos en los que se sostiene la propia identidad social; es decir la percepción de una ubicación en la estructura social y de un posicionamiento con respecto a otros grupos sociales que forman parte de esa misma sociedad. Se trata de una preocupación central entre los nuevos pobres… Sin embargo, el interrogante sobre la propia identidad difícilmente pueda concluir en una respuesta acabada, y menos que menos común para todos los empobrecidos. La hibridez propia de la nueva pobreza, la coexistencia en la misma persona de hábitos, relaciones sociales, títulos y creencias propias tanto de su pasado no pobre como de su presente pobre, posibilitan que una misma persona pueda considerarse como perteneciendo todavía a la clase media, si toma en cuenta lo que aún posee y no dejará nunca de poseer -"soy un profesional, a pesar de todo"- , o bien como un expulsado, si toma en cuenta lo que perdió"… (La nueva pobreza en la Argentina – Alberto Minujin & Gabriel Kessler)
Si el empobrecimiento erosiona de algún modo la propia identidad social, es interesante ver específicamente por qué vías lo hace. En muchos casos, la crisis de identidad aparece en relación directa con la caída de poder adquisitivo, la contracción del consumo. Esta es una visión muy extendida de lo que definiría a la clase media: el consumo. Una identidad que se sostiene en base al acceso a bienes y servicios que permitían algo más que lo puramente ligado a la supervivencia. Identidad construida en base a determinada ropa, salidas, vacaciones, electrodomésticos, automóvil…
La clase media aquí se define entonces en la cotidianidad, en los hábitos de consumo, de frecuentación de lugares y en la manipulación de bienes. Quizá parezca a simple vista una identidad "superficial", más ligada a una cuestión de imagen y al consumismo que a un sentimiento profundo. Sin embargo, es esta propia cotidianidad, ligada a los hábitos, a la casa, a todo aquello con lo que uno se relaciona cada día, lo que constituye gran parte de la identidad de la clase media, en tanto identidad.
Identidad cotidiana , que no exige ningún compromiso ni rito particular para reafirmar su pertenencia, como sí se le requiere, por ejemplo, a quien se considera feligrés de una determinada religión o miembro de una agrupación política. Se es de clase media por el solo hecho de vivir como se vive. Y éste es también su talón de Aquiles en la caída: los cambios en los hábitos cotidianos implican la desestructuración de las bases de identidad.
Otra forma de erosión de la identidad, es la terrible sensación de que aquello que se es, que siempre se ha sido y de lo que se está orgulloso, ha perdido todo su prestigio social. Para algunos de ellos, la identidad aparece puesta en tela de juicio al ver retrospectivamente que todos los ideales y valores alrededor de los cuales estructuraron su vida no han dado los frutos esperados. Lo que aparece en escena es la sensación de haber hecho una elección equivocada, o en su caso, la sensación de que "cuando te tocaba, te escamotearon el premio".
Hasta ahora me he referido a nuevos pobres que sufren la depreciación salarial, pero que todavía están ocupados; distinta es la erosión de la identidad que se produce al sufrir el desempleo. A veces el cuestionamiento de la identidad viene dado por la mirada de los demás, hasta la de los más cercanos. A veces, la mirada de los demás interviene para calificar de modo positivo o negativo una misma conducta, dependiendo, justamente, del grupo social donde se la ubica. En la construcción de la identidad intervienen también prejuicios, estereotipos, imágenes de clase que sirven no solo para construir una imagen de los otros, sino, por sobre todo, para establecer una frontera entre esos otros y uno mismo. La pobreza implica una marca, un estigma que los nuevos pobres luchan por evitar.
Considerarse "clase pobre" o aun perteneciente a la clase media tiene consecuencias distintas, como por ejemplo con relación a autopercibirse como objeto legítimo de políticas públicas. Muchas familias que sufren una verdadera situación de pobreza, llegan a considerar que, de todos modos, "su situación es transitoria", que no era a ellos a quienes se debía ayudar, sino a los "verdaderos pobres".
Entran en juego aquí muchos factores: en primer lugar la sensación de estigma frente a medidas de tipo asistencialistas. Muchas familias en muy mala situación llegan a sentirse muy incómodos ante una medida de "darles" y, más aun, algo tan íntimo como es la elección de la dieta familiar. Pero además, sin excepción, lo que los nuevos pobres exigen es trabajo, trabajo bien remunerado, que permita restablecer el piso mínimo de justicia que exigen de su sociedad: "que si trabajas te alcance para vivir".
Permanecer en la clase media ayuda a resguardar la identidad ante el dislocamiento generalizado de la cotidianidad. La inscripción dentro de la categoría colectiva puede actuar como un eje estructurante de demandas: el desfase entre aquello a lo que la propia condición -en tanto profesional, trabajador o miembro de la clase media- debería permitir acceder y lo que realmente hoy se tiene se transforma a veces en la base legítima de una serie de reivindicaciones, aunque no lleguen al terreno de lo público y de la acción colectiva. Sin embargo, permanecer exige también un esfuerzo, a menudo sobrehumano, de resguardo de ciertas prácticas cuya supresión confirmaría que la expulsión de clase ha acontecido.
En el otro extremo, estar fuera de la clase media puede tener un efecto dresestructurante, sobre todo en aquellos que no han podido encontrar un nuevo refugio. Pero en muchos de los que se ven como "ex clase media" o directamente ya dentro de la "clase baja" o "trabajadora", llevará también a una mayor resignación frente a la vivencia de las limitaciones y carencias hoy socialmente aceptadas como propias de tal grupo.
Un ideal tambaleante: el progreso
Los estadounidenses han sido educados con la idea de progreso como un destino, un puerto de llegada que daba sentido a gran parte de sus acciones y, sobre todo, a sus sacrificios. En la base de sus creencias más profundas el futuro y el progreso aparecen casi fusionados, como si fueran lo mismo: el progreso aparece como el signo de los tiempos, como si todo debiera progresar, perfeccionarse, mejorar con el correr de los años. Mirar hoy el pasado y caer en la cuenta de que, por más sacrificios y ahorros que se hayan hecho, por más que se hayan cumplido las reglas, el "saldo da en rojo", es uno de los más duros golpes para los que han caído: el empobrecimiento es la afrenta más grande que pueda hacerse a la idea de progreso, es su mayor desmentida.
Renunciar a la idea de progreso es demasiado doloroso: implica resignarse a la inexistencia de algún principio de justicia que rija el mundo, algo que se mantenga en pie a pesar de las vicisitudes circunstanciales que la mano del hombre inflija. El progreso funciona como principio de justicia y equidad de base de todo orden social: una creencia que promete que a mayor esfuerzo, a mayor mérito y sacrificio, corresponderán mayores logros…
Out of order: el ascensor social está averiado (asalto a la ilusión)
"La idea de ir a la universidad -y la expectativa de que la próxima generación estará mejor educada y será más próspera que su predecesora- ha sido durante años una de las ambiciones innatas de la clase media del país"… EEUU: el ascenso social va en descenso (The Wall Street Journal – 17/12/12)
Sin embargo, ahora existe una profunda preocupación, debido a que esta movilidad ascendente va en sentido inverso. Andreas Schleicher, asesor especial de educación en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dice que Estados Unidos es actualmente la única gran economía del mundo en la que la generación más joven no estará mejor educada que la anterior. "Es un asunto de gran importancia porque gran parte del poder económico actual de EEUU se basa en el alto grado de capacitación de los adultos, que ahora está en riesgo", dice Schleicher. "Estas habilidades son el motor de la economía de EEUU y ahora ese motor está fallando", agrega Schleicher, uno de los expertos más influyentes del mundo en educación internacional. Las estadísticas del informe anual de la OCDE muestran que sólo uno de cada cinco adultos jóvenes de EEUU consigue un nivel educativo más alto que el de sus padres. Este es uno de los índices más bajos de ascenso social en el mundo desarrollado. A pesar de ser un país cuya imagen está basada en el optimismo y la oportunidad, EEUU es ahora un lugar en el que es poco probable que un hijo con padres poco educados llegue a la universidad. Mucho menos probable que en cualquier otro país industrializado. Es exactamente lo contrario a un final feliz de Hollywood…
Algunos comentarios "de película": sobre cómo, un señor bajito "venido a más", le cuenta la "triste realidad" a una clase media americana, "venida a menos"
"Robert Reich siempre fue el más bajito de la clase. Por eso tiende a levantar la voz y a crecerse en público con su sentido del humor. En tiempos de crisis, sus delirantes clases sobre la riqueza y la pobreza en Berkeley rompieron los confines universitarios. Cientos de jóvenes hacían cola todas las semanas para escucharlo. Le invitaron a trasladar el aula al foro del movimiento Occupy, que hizo suyos algunos de sus originalísimos e ilustrativos dibujos… La verdad "incómoda" de la economía (Elmundo.es – 9/2/13)
Pero Robert Reich no es un economista anti-sistema, no nos confundamos. Fue secretario de Trabajo con Bill Clinton, auspiciado precisamente por Larry Summers. Estuvo vinculado al poder, aunque lleva más de 15 años por libre. Fustigó por igual a republicanos y demócratas y se desmarcó con un libro, "Aftershock", que intentó explicar al gran público el antes y después de la debacle financiera. "Aftershock llegó a manos del director de cine Jacob Kornbluth ("El mejor ladrón del mundo") y de ahí surgió la "terrible idea" de hacer un documental sobre un tema tan palpitante como poco "sexy": la desigualdad económica…
El mensaje de Reich es así de simple: "La desigualdad nos ha llevado a un callejón sin salida. El 70% de la economía depende del gasto de los consumidores. Pero la clase media no gasta por la pérdida de empleo y de poder adquisitivo. Y las empresas no contratan porque no tiene clientes. Entre tanto, los Gobiernos han caído en la trampa de la austeridad y hacen que se contraiga aún más de la demanda. Simultáneamente, permiten que el 1% de los más ricos se hagan con más y más riqueza". En apenas dos minutos y medio, ayudado por su rotulador negro, Robert Reich es capaz de explicar la "verdad" sobre los impuestos, y cómo es posible que multimillonarios como Mitt Romney acaben pagando sólo el 14% de sus ingresos. En "Desigualdad para todos", orquestada en torno a las conferencias de Reich en Berkeley, los ricos como Nick Hanauer (inversor de capital riesgo) toman ocasionalmente la palabra y admiten que deberían pagar más impuestos. El propio Hanauer rompe ante las cámaras el mito: "No crean eso de que los millonarios crean empleo; quienes crean de verdad empleo son las clases medias"…
"Esta es la dinámica en la que estamos metidos", explica Reich. "La clase media, que era el motor de la economía, vive al límite y está totalmente exprimida. El poder adquisitivo ha caído en picado desde finales de los años setenta, mientras que los ricos han ido aumentando las diferencias. Los cien americanos más ricos ganan más que los 150 millones de americanos en el fondo de la pirámide. La mitad de los activos en Estados Unidos están en manos de 400 millonarios… Eso no es sólo malo para la economía, es malo para la democracia". Sostiene Reich que la debacle financiera es precisamente un subproducto de la desigualdad, y recuerda como en el 2007 se alcanzó el mayor "pico" en la diferencia entre ricos y pobres desde 1928, un año antes del famoso "crack". Nos previene el profesor de Berkeley contra la polarización extrema, la política del miedo y los falsos profetas que suelen medrar en épocas de incertidumbre económica…
¿Externalidad positiva?: la crisis vuelve a reunir bajo un mismo techo a toda la familia
"Es Estados Unidos se denomina generación sandwich a aquellos trabajadores entre los 40 y 59 años de edad que viven bajo el mismo techo con, por lo menos, un padre anciano y un hijo mayor de 18 años, brindándoles apoyo económico y cuidado físico y emocional"… La generación sandwich se multiplica en EEUU (BBCMundo – 9/2/13)
Un reciente estudio encontró que este grupo demográfico, que acarrea con esa doble carga, ha crecido debido a la falta de recuperación económica del país que limita las posibilidades de empleo de los jóvenes profesionales y a la longevidad de los ancianos. La situación compromete el bienestar de estos trabajadores así como sus propios planes de jubilación, mientras que trabajadores sociales alertan que ni la sociedad ni el gobierno estadounidense han encarado el creciente fenómeno ni tomado las medidas necesarias para paliar sus consecuencias. El Centro de Investigación Pew reveló en febrero de 2013 que cada vez hay más padres aportando significativamente al sustento económico de sus hijos adultos a la vez que se encargan de las necesidades de sus padres en proceso de decrepitud. Hay dos tipos de personas en la generación sandwich. Un grupo son aquellos adultos entre 40 y 59 años que tienen un padre de más de 65 viviendo con ellos, al tiempo que crían sus hijos menores. El otro grupo es el que asume la responsabilidad del cuidado de los padres y sostiene a sus hijos adultos mientras cursan la universidad o están desempleados. Según los datos del Pew, mientras el primer grupo se ha mantenido estable, el segundo ha crecido de 20% a 27% de las personas de mediana edad, desde 2005. Una de las principales razones es la crisis económica global de 2008, de la cual Estados Unidos no ha logrado recuperarse. "Los hijos adultos no pueden encontrar empleo y tiene que vivir en casa de sus padres. Ellos, a su vez, están tratando de ahorrar para su propia jubilación, sienten que ya han apoyado a sus hijos y quieren que vuelen por sí solos pero no pueden abandonarlos", dijo Lynn Feinberg, especialista en cuidado familiar de la Asociación de Personas Jubiladas de EEUU (AARP, por sus siglas en inglés). La otra causal son los padres ancianos que están viviendo muchos más años con malestares de salud crónicos múltiples que requieren atención constante y compleja en casa…
Así paga el Nobel de la Paz a su mejor "héroe" de guerra (Yes, we can)
"El Navy SEAL que acabó con la vida del líder de Al Qaeda dice en su primera y única entrevista sentirse abandonado por el Gobierno de Estados Unidos"… El hombre que mató a Bin Laden está en el paro y sin seguro médico (El País – 12/2/13)
Los Navy SEAL -el elitista grupo de la armada encargado de operaciones especiales- viven bajo un grueso manto de secretismo. Sus identidades son anónimas y en caso de violar ese acuerdo pueden pagar con la cárcel. A los 23 hombres que la noche del 1 de mayo de 2011 volaron al interior de Pakistán para dar caza y captura al "más infame terrorista de nuestro tiempo" -en palabras del jefe de la CIA, Leon Panetta- se les ordenó que al día siguiente olvidaran lo sucedido e hicieran como que no había pasado nada. De esos 23 Navy SEAL, uno de ellos descerrajó tres tiros en la frente al líder de Al Qaeda, al enemigo público número uno de EEUU. Pero su identidad es secreta y por seguridad lo mejor sería que accediera a un programa de protección de testigos. El único problema es que tal programa no existe en el Departamento de Defensa. Tan anónimo es el hombre que mató a Bin Laden que puede que su próximo trabajo sea conducir un camión de reparto de cerveza en Milwaukee. Eso es lo que le ofreció el Ejército cuando decidió dejar atrás 16 años de pertenencia a la Marina, compuestos por 12 despliegues en el exterior y más de 30 enemigos abatidos…
¿Cómo "cotizará" en Wall Street que en EEUU haya 17 millones de niños con hambre?
"Según las últimas estadísticas, casi 17 millones de niños en EEUU no siempre tienen acceso a suficiente comida saludable"… Ser niño y pobre en EEUU (BBCMundo – 15/3/13)
La comida está siempre en los pensamientos de Kaylie Haywood, una niña estadounidense de 10 años y de su hermano Tyler, de 12. En un banco de alimentos organizado por entidades de caridad en la ciudad de Stockton, en Iowa, Estados Unidos, los hermanos debaten con su madre acerca de los 15 productos que pueden llevarse. No les queda mucho dinero para gastos extras. Por eso, la elección es importante: ya han metido en su cesta salsa de manzana y probablemente hagan lo mismo con los espaguetis enlatados, las albóndigas y los raviolis. Pero cuando Kaylie pide carne molida, se rechaza su propuesta ya que la habitación de motel en la que vive no tiene nevera. Así que cuando quieren mantener un producto fresco lo meten en un lavadero con hielo. Tampoco tienen un lugar para cocinar. No es la primera vez que la familia está en dificultades para conseguir comida. "No hacemos tres comidas al día: desayuno, comida y cena", lamenta Kaylie. "Cuando tengo hambre, me siento triste y decaída"…
Niños que pasan hambre en EEUU
•16,7 millones de niños viven en hogares con "inseguridad alimentaria".
•Los estados más afectados son el Distrito de Columbia, Oregón, Arizona, Nuevo México y Florida.
•Los hogares encabezados por madres solteras son más vulnerables al hambre infantil.
Fuente: Feeding America
La batalla de la Colina de la Hamburguesa
"Los trabajadores de comida rápida de McDonald's y otras grandes empresas de comida rápida están en huelga para lograr un aumento de sus salarios. Según los grupos de protesta, los empleados están buscando un salario de 15 dólares por hora, casi el doble del salario mínimo"… ¿Cuánto costará un Big Mac si McDonald's accede a duplicar el sueldo de sus empleados? (El Economista – 30/7/13)
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