La era de la desigualdad (¿Consecuencia directa del imperialismo monetario?) Parte II (página 13)
Enviado por Ricardo Lomoro
Y esta impermeabilidad ante la realidad va acompañada de una asombrosa falta de compasión.
Si siguen los debates sobre el paro, se sorprenderán de lo difícil que es encontrar a alguien del bando republicano que dé señales siquiera de una pizca de compasión por los parados de larga duración. El hecho de estar parado se presenta siempre como una opción, algo que solo les sucede a los perdedores que, en el fondo, no quieren trabajar. En efecto, uno tiene a menudo la sensación de que el desprecio por los parados es lo primero, que las supuestas justificaciones de las políticas despiadadas son una racionalización a posteriori.
La consecuencia es que, en la práctica, a millones de estadounidenses se les ha dado por perdidos, rechazados por sus posibles empleadores y abandonados por unos políticos cuya falta de claridad mental solo es comparable a la dureza de sus corazones.
(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008.© New York Times Service 2014)
Los bancos que se comieron a la economía (Project Syndicate – 24/2/14)
(Por Howard Davies)
Londres.- EL gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, sorprendió a su audiencia en una conferencia el año pasado cuando especuló que los activos de la banca en Londres podrían crecer hasta más de nueve veces el PIB británico para 2050. Su pronóstico representó la simple extrapolación de dos tendencias: la continua profundización financiera en el mundo (esto es, un mayor crecimiento de los activos financieros que de la economía real), y la continuidad de la participación londinense en los negocios financieros mundiales.
Puede tratarse de supuestos razonables, pero la estimación resultó profundamente inquietante para muchos. Alojar un enorme centro financiero, con bancos locales gigantescos, puede ser costoso para los contribuyentes. En Islandia e Irlanda, los bancos superaron la capacidad de sus gobiernos para apoyarlos cuando fue necesario. El resultado fue desastroso.
Más allá de los posibles costos de rescate, hay quienes sostienen que la hipertrofia financiera daña la economía real porque desvía talento y recursos que podrían utilizarse mejor en otras partes. Pero Carney sostiene que, por el contrario, el resto de la economía británica se beneficia por estar en medio de un centro financiero mundial. "Estar en el centro del sistema financiero mundial", dijo, "amplía las oportunidades de inversión para las instituciones que protegen los ahorros británicos y refuerza la capacidad de las industrias manufactureras y creativas del RU para competir en forma global".
Ciertamente, ese es el supuesto sobre el cual se ha construido el mercado londinense y la línea argumental que propagaron sucesivos gobiernos. Pero ha entrado en la línea de fuego.
Andy Haldane, uno de los lugartenientes que heredó Carney en el Banco de Inglaterra, ha cuestionado la contribución económica del sector financiero, destacando su «capacidad para vigorizar e incapacitar a grandes partes de la economía no financiera». Sostiene (en un discurso reveladoramente intitulado "La contribución del sector financiero: ¿milagro o espejismo?") que la contribución al PIB informada por el sector financiero ha sido significativamente sobrevalorada.
Dos escritos recientes suman dudas al asunto. En "El crecimiento de las finanzas modernas", Robin Greenwood y David Scharfstein, de la Escuela de Negocios de Harvard, muestran que la participación de las finanzas en el PIB estadounidense casi se duplicó entre 1980 y 2006, justo antes del comienzo de la crisis financiera (del 4,9 % al 8,3 %). Los dos factores principales que impulsaron ese aumento fueron la expansión del crédito y el rápido aumento de los recursos dedicados a la administración de activos (asociados, no casualmente, con el crecimiento exponencial del ingreso en el sector financiero).
Greenwood y Scharfstein sostienen que la financialización tuvo sus pros y sus contras: puede haber habido más oportunidades de ahorro para los hogares y fuentes de financiamiento más diversas para las empresas, pero el valor agregado de la actividad de administración de activos fue ilusorio. En gran parte, implicó una costosa y excesiva rotación de las carteras, mientras que el aumento del apalancamiento implicó fragilidad para el sistema financiero en su conjunto e impuso grandes costos sociales cuando los hogares sobreendeudados quebraron.
Stephen G. Cecchetti y Enisse Kharroubi, del Banco de Pagos Internacionales -el banco central de los bancos centrales-, van más lejos todavía. Sostienen que el rápido crecimiento del sector financiero reduce el aumento de la productividad en otros sectores. Utilizaron una muestra de 20 países desarrollados y encontraron una correlación negativa entre la participación del sector financiero en el PIB y la salud de la economía real.
Los motivos de esta relación no son fáciles de establecer en forma definitiva y las conclusiones de los autores son controvertidas. Pero resulta claro que las empresas financieras compiten con otras por los recursos, especialmente por la mano de obra calificada. Los físicos o ingenieros con doctorados pueden inclinarse por desarrollar modelos matemáticos complejos sobre los movimientos del mercado para bancos de inversión o fondos de cobertura, donde habitualmente son llamados «lumbreras». O pueden usar sus talentos para desarrollar, por ejemplo, energías alternativas para iluminar las ciudades.
Cecchetti y Kharroubi encontraron evidencia de que efectivamente son las empresas intensivas en investigación las que sufren más cuando las finanzas florecen. Para estas empresas es más difícil reclutar profesionales habilidosos cuando las empresas financieras pueden pagar salarios más elevados. Y no solo nos referimos a los "quants" (diseñadores de modelos cuantitativos). En los años previos a la crisis financiera de 2008, más de un tercio de los MBA de Harvard, y una proporción similar de los graduados de la London School of Economics, fueron a trabajar a empresas financieras. (Hay quienes cínicamente pueden afirmar que alejar a los MBA y a los economistas de los negocios reales es una bendición, pero dudo que eso sea así).
Los autores descubrieron además otro efecto intrigante. Los períodos de rápido crecimiento en los créditos suelen estar asociados con aumentos explosivos de la construcción, en parte porque los inmuebles son relativamente fáciles de colocar como garantía crediticia. Pero la tasa de crecimiento de la productividad en la construcción es baja y el valor de muchos proyectos impulsados con créditos luego resulta escaso o negativo.
Entonces, ¿deben los británicos ansiar con entusiasmo el futuro esbozado por Carney? Quienes desean dedicarse a las operaciones con derivados ciertamente tendrán más confianza en sus perspectivas laborales. Y otras partes de la economía que brindan servicios al sector financiero -los concesionarios de Porsche y los clubes de striptease, por ejemplo- sentirán un estímulo similar.
Pero si las finanzas continúan acaparando una cantidad desproporcionada de los profesionales más destacados, es posible que para 2050 quede poco de la industria manufacturera británica, e incluso haya menos empresas de alta tecnología que en la actualidad. Quienes se preocupan por los desequilibrios económicos y la excesiva dependencia del volátil sector financiero, ciertamente esperarán que este aspecto de la «orientación prospectiva» del Banco de Inglaterra resulte tan poco fiable como lo han sido sus predicciones sobre el desempleo.
(Howard Davies, a professor at Sciences Po in Paris, was the first chairman of the United Kingdom"s Financial Services Authority (1997-2003). He was Director of the London School of Economics (2003-11) and served as Deputy Governor of the Bank of England and Director-General of the Confederation of…)
¿Puede funcionar una sociedad sin valores? (El Confidencial – 2/3/14)
(Por Diego Sánchez Meca)
Probablemente, los dos factores que con mayor intensidad han generado cambios profundos durante las últimas décadas en las sociedades occidentales y en el modo de vida de quienes pertenecemos a ellas han sido los avances científico-técnicos, por un lado, y la evolución del modelo económico, por otro. Los desarrollos imparables de la tecnología han ido requiriendo una superespecialización que ha acabado por poner en manos de los expertos y de los "tecnócratas", no sólo las decisiones técnicas, sino también la mayor parte de las decisiones políticas, económicas y sociales, mediatizadas por sus previsiones y sus informes preceptivos. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que el tipo de racionalidad que preside esos informes y, por tanto, esas decisiones es tan sólo una racionalidad instrumental, un conjunto de operaciones funcionales de contrastación de datos, de deducciones e inferencias lógicas, que en ningún momento da cabida ni permite incluir reflexión alguna sobre los fines últimos, sobre los significados no funcionales de lo que se decide, o sobre los valores que se promueven o debilitan con lo que resulte de tales decisiones. Se piensa que todo esto de los valores, de los significados y de los fines queda relegado al plano de las subjetividades individuales y de las creencias de cada uno, y que, como la religión, debe tener su lugar propio en la esfera de lo privado. En lo público, hemos pasado de un modo de entender la vida en el que había sagrado y profano a otro donde la totalidad de los fenómenos se unifican bajo el concepto de mundo. Un mundo ya sin misterios, desencantado, racionalizado.
La repercusión de esta exigencia de especialización y de funcionalidad instrumental ha afectado, pues, no sólo al conocimiento del mundo físico y al de las estructuras externas de la sociedad, sino también a la interioridad misma de los individuos. Al quedar engranados en un funcionamiento general, objetivo y diferenciadamente especializado, los individuos humanos ya no son quienes dan sentido y coherencia a los procesos o ámbitos de lo que científica, técnica, económica o socialmente sucede, sino que su existencia se reduce a cumplir con los respectivos papeles que en ese funcionamiento anónimo y sus dinámicas se les exigen y se les obliga a desempeñar.
Por otro lado, el modo como ha evolucionado últimamente el modelo económico capitalista confluye y refuerza este debilitamiento del individuo como ser humano. La crisis económica, financiera, política y social que padece Europa ha enfilado por fin hacia una deriva clara y visible: el interés público y los procesos democráticos han sido secuestrados por los intereses de unos pocos. Lo dice el informe "Gobernar para las élites: secuestro democrático y desigualdad económica", elaborado recientemente por la organización Oxfam Intermón. El estudio está hecho a partir de datos objetivos ofrecidos por diversas instituciones oficiales e informes internacionales, datos que se confirman con los que ofrecen también la OCDE, el BM, los Luxembourg Income Studies o la propia Comisión Europea.
Especial hincapié se hace en el espectacular aumento de las desigualdades económicas, a causa de la masiva concentración de los recursos económicos en manos de una minoría y su incidencia en la sociedad y, particularmente, en determinados sectores de ella. Los datos son muy elocuentes, y hablan por sí solos: la mitad de la riqueza mundial está en manos del 1% de la población, y buena parte de esa riqueza está a buen resguardo en paraísos fiscales. La riqueza de 85 individuos es la misma que la de los 3.570 millones de personas que forman la mitad más pobre de la población mundial. Un alto directivo en una gran empresa puede llegar a ganar hoy unas 900 veces más que un empleado medio de esa misma empresa. Pero, aparte de estos datos, diariamente muchas noticias nos confirman cómo y a qué velocidad ascienden los niveles de pobreza sobre todo en los países más pobres, o en qué cuotas están las cifras de paro juvenil. El número de españoles atendidos en los servicios de acogida de Cáritas ha pasado de 370.000 en 2008 a 1'3 millones en 2013. En medio de esta situación se señala a determinados chivos expiatorios como, por ejemplo, los inmigrantes, y así se desvía la atención de los problemas que deberían acometerse sin más dilación. ¿Qué hacen los centros de decisión europeos, Bruselas o Berlín? A la vista de todo esto, ¿se puede seguir hablando todavía, con alguna credibilidad, de "comunidad europea" y de "modelo social europeo"?
Es evidente que una desigualdad de esta naturaleza es destructiva, pues socava la sociedad desde dentro. Rompe el contrato social, y no es extraño, por tanto, que provoque desórdenes, conflictos sociales e inestabilidad. Una forma de orden social aceptable para la mayoría sólo puede ser la que se basa en un consenso que reúna, exprese y realice, en cierta medida, la aspiración común a que unos valores y unas ideas ampliamente compartidos configuren el proyecto conjunto y el sentido de ese orden social. Hoy ya no se impone el orden tradicional y las creencias del pasado automáticamente para organizar una sociedad. La socialización de los individuos y su coexistencia pacífica se producen cuando la incorporación de unos valores, creencias y significados representan una cierta instancia normativa efectiva y mayoritaria a la que poder recurrir, en situaciones de conflicto, a modo de legitimación. Si esto no se da, si en vez de promoverlo y potenciarlo se ignora o directamente se socava, la sociedad deja de existir como sociedad y se convierte en una masa informe de individuos a la que es preciso controlar y dominar. La burocracia administrativa y gubernamental se vuelve autónoma. La sociedad tal vez funcione, pero no satisface las exigencias de sentido de los individuos que estallan, sobre todo, en situaciones de conflicto. El Estado, la Administración, aparece como una fuerza externa hostil y enemiga que amenaza con abatirse sobre los individuos y aplastar sus aspiraciones de libertad y de realización personal. Esa es la razón de la ruptura social abierta, o, como mínimo, de la desimplicación y la huida fuera de la sociedad de individuos que se ven así relegados a la marginalidad.
Se puede pensar, sin duda, en una sociedad que, como una máquina, funcione sin necesidad de fundarse en significados y valores. Tal vez los asesores de las grandes empresas, de los gobiernos y de sus dirigentes, han hecho valer la idea de que la necesidad general de que la sociedad funcione hace finalmente que los individuos acaben por aceptar las situaciones de hecho y la legalidad ordenada y promulgada de manera decisionista por los poderes políticos. De lo que se deduciría que el reconocimiento fáctico de estas situaciones y de esta legalidad hace innecesaria la cuestión de su grado de racionalidad o la de su fundamentación en valores. Yo no creo que esto sea así. Las cosas no son tan simples como esta teoría funcionalista quiere hacer ver. Porque en una sociedad así se ha de suponer que se tiene que dar, por parte de los ciudadanos, la pura aceptación inmotivada de cualquier situación o de cualquier legalidad. Y esto no sucede. Los que creen que sí, olvidan y ocultan de manera sospechosa la necesidad concomitante, por parte del Estado, de un creciente reforzamiento de sus capacidades de vigilancia, de control y de represión para hacer frente y sofocar la insatisfacción y la no adhesión de los ciudadanos al sistema. Ocultan que estas sociedades arrastran un potencial explosivo de rebelión que hace que en ellas cualquier iniciativa de mayor reforzamiento del orden, o de imposición de leyes que chocan con sus sistemas de valoración, provoquen la contestación y la resistencia civil.
El informe de Oxfam Intermón concluye que "las élites económicas están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico, que socavan la democracia". El modo en que se han llevado a cabo los recortes sociales, el rescate de la banca con fondos públicos, los desahucios, el comportamiento de las compañías eléctricas y la actitud del gobierno al respecto, etc., son cosas tan visibles y claras que hacen crecer la conciencia pública de hasta dónde llega el poder de los grandes. En España, el 80 % de la población cree que las leyes están hechas para favorecer a los ricos y a los poderosos. O sea, para que se beneficie una minoría en detrimento de la mayoría. Esta brecha representa una grave amenaza para la paz y la estabilidad política, pero también, sin duda, para el propio sistema capitalista que la está provocando. Se habla de recuperación económica, pero ¿para quiénes? Los ciudadanos de a pie no la notan.
No se trata, por tanto y en definitiva, de rechazar el progreso técnico y económico que ha producido nuestro nivel de desarrollo, sino de entender la necesidad de no prescindir de una visión de conjunto más amplia. En este sentido, es inteligente darse cuenta de la función insustituible que juegan los valores y los significados. Ni los valores ni los significados pueden ser sustituidos por los simples intereses. Aunque debilitado y alienado, el ser humano como humano no ha muerto. Y eso significa que es capaz de pensar, y que dimensiones importantes de su existencia individual y social discurren, más allá de lo puramente material y funcional, guiadas por aspiraciones de libertad e ideales de realización cuya fuerza no es prudente desestimar.
– El crecimiento futuro es un enigma (Project Syndicate – 27/2/14)
(Por Jean Pisani-Ferry)
París.- Para la mayoría de los gobiernos, saber qué tasa de crecimiento económico puede esperarse en años futuros es una pregunta clave. Y al menos para las economías avanzadas, se ha vuelto particularmente difícil de responder.
Si el pasado es buen predictor del futuro, el panorama es sombrío. A partir de 2008, el crecimiento económico estuvo siempre por debajo de las previsiones. De los países más afectados por la crisis financiera, sólo unos pocos (Estados Unidos, Alemania y Suecia) pudieron retomar una senda de crecimiento sostenido, e incluso en esos casos, el PIB de 2013 fue mucho menor a lo que se proyectaba antes de la crisis.
La opinión de consenso entre economistas y políticos es que la crisis financiera y la crisis del euro dañaron la demanda y la oferta, pero que ya comenzó un proceso gradual de recuperación.
Por el lado de la demanda, dice este argumento, la demanda interna todavía padece los efectos del endeudamiento privado de antes de la crisis y del endeudamiento público que se generó como consecuencia de la crisis, y es probable que esto siga así varios años más, hasta que el peso de las deudas empiece a reducirse en forma sostenida. Entonces los consumidores comenzarán gradualmente a gastar e invertir otra vez (como ya comienza a ocurrir en Estados Unidos) y la política fiscal volverá a ser neutral (como ya sucede en Alemania).
Por el lado de la oferta, la crisis redujo el crecimiento potencial de la producción porque (al menos en Europa) las empresas invirtieron menos y eso impidió la adopción de nuevas tecnologías. Además, en algunos casos (por ejemplo el Reino Unido) la caída de los salarios y la flexibilidad de las normas de despido alentaron a las empresas a sustituir capital por mano de obra, con lo que se redujo el nivel de producción por empleado. La saturación de los mercados de capitales y la resistencia al malestar social también demoraron el reemplazo de empresas viejas por otras nuevas más eficientes. El resultado agregado fue una productividad menor a la prevista: en el Reino Unido, se necesitaron más horas-hombre por unidad de producto en 2013 que en 2007. Es probable que el efecto de la crisis sobre la oferta también se mantenga hasta que las empresas inviertan en nuevos equipos, se acelere la innovación y se reanude el proceso de rotación en los mercados de trabajo.
Pero la tesis de que las economías avanzadas se recuperarán gradualmente ha sido blanco de críticas en sus dos partes. Por el lado de la demanda, hace poco Larry Summers (economista de Harvard y alto funcionario estadounidense durante las presidencias de Bill Clinton y Barack Obama) indicó que es posible que los problemas de las economías avanzadas sean producto del estancamiento secular.
Summers considera que el endeudamiento anterior a la crisis no fue una anomalía exógena, sino la consecuencia de una insuficiente demanda global. La distribución global del ingreso se había modificado, con transferencia de ingresos de las clases medias de los países avanzados hacia los ricos y hacia las economías emergentes, lo que dio lugar a un exceso de ahorro a escala mundial. El único modo de evitar el estancamiento era que la clase media se endeudara cada vez más, con la ayuda de bajos tipos de interés y grandes facilidades para el crédito.
Dicho de otro modo, la sobreabundancia de ahorro (como la denominó el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke) ya existía antes de la crisis y puede seguir afectando la demanda global, a menos que las clases medias de los países emergentes se conviertan en el nuevo consumidor de última instancia de la economía global. Aunque es probable que eso suceda en algún momento, los esfuerzos de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional en el contexto del G-20 para lograr dicho proceso de redistribución de la demanda todavía no han sido suficientes.
Por el lado de la oferta, las dudas surgen de una nueva disputa entre los economistas y los expertos en tecnología en relación con el ritmo del avance tecnológico. Para Robert Gordon, de la Universidad Northwestern, las tecnologías de la información y las comunicaciones ya dieron la mayor parte del aumento de productividad que podía esperarse de ellas, y no hay a la vista una nueva gran ola de innovación que pueda compensar la desaceleración del crecimiento potencial. Los países rezagados todavía podrán cosechar los dividendos de la modernización, pero los países que ya están en la frontera tecnológica deberán aceptar que a partir de ahora, un crecimiento anual per cápita muy bajo, apenas superior al 1%, será lo normal.
En cambio, dos investigadores del MIT, Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, aseguran que todavía está por producirse una "segunda era de las máquinas". Afirman que el crecimiento incesante del poder computacional, la conectividad internacional y el potencial casi infinito para generar innovaciones nuevas a partir de la recombinación de procesos existentes producirán grandes transformaciones en la producción y en el consumo, así como la máquina de vapor transformó el mundo en el siglo XIX. Esto permitiría esperar una aceleración del crecimiento, al menos si se lo mide correctamente.
Combinar los cuestionamientos a la idea de recuperación de las economías avanzadas citados por Gordon y Summers es desalentador. Si la tesis de Gordon sobre un bajo crecimiento de la productividad es correcta, la herencia de deuda de la crisis y los problemas con las finanzas públicas durarán mucho más de lo previsto. Si además, Summers tiene razón en que la demanda seguirá siendo insuficiente, es probable que la combinación de problemas financieros y desempleo masivo persistente aliente a los gobiernos a adoptar soluciones radicales: impago de deudas, inflación o proteccionismo financiero.
Si por el contrario la razón la tienen Brynjolfsson y McAfee, el crecimiento será mucho más firme y el endeudamiento dejará de ser problema antes de lo esperado. En este caso, la cuestión será cómo lidiar con los efectos que las nuevas tecnologías tendrán en cuanto a reducción de la necesidad de mano de obra y aumento de la desigualdad de los ingresos.
Esto vale especialmente si estas transformaciones se dan en el contexto de desempleo masivo persistente descrito por Summers. El riesgo está en que se produzcan problemas sociales inmanejables, conforme los avances tecnológicos comiencen a ser vistos como beneficio para los ricos y causa de más padecimiento para las masas. En semejante escenario, los gobiernos necesitarán encontrar respuestas innovadoras.
Tal vez estas hipótesis parezcan descabelladas. Pero aunque sean preguntas ciertamente difíciles de responder, no son en absoluto irrelevantes.
(Jean Pisani-Ferry teaches at the Hertie School of Governance in Berlin, and currently serves as Commissioner-General for Policy Planning in Paris. He is a former director of Bruegel, the Brussels-based economic think tank)
La historia secreta de la crisis financiera (Project Syndicate – 7/3/14)
(Por Harold James)
Princeton.- La gran novela de Balzac Las ilusiones perdidas termina con una exposición de la diferencia entre "historia oficial", que son "todas mentiras", e "historia secreta", que es la historia real. Antes resultaba posible ocultar las verdades escandalosas de la historia por mucho tiempo -inclusive para siempre-. Ya no.
No hay lugar donde esto resulte más evidente que en los relatos de la crisis financiera global. La historia oficial retrató a la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo y otros bancos centrales importantes como si la suya hubiera sido una acción coordinada para rescatar al sistema financiero global del desastre. Pero transcripciones publicadas recientemente de reuniones en 2008 del Comité Federal de Mercado Abierto, el principal organismo de toma de decisiones de la Fed, revelan que la institución efectivamente emergió de la crisis como el banco central del mundo, mientras que seguía respondiendo principalmente a los intereses norteamericanos.
Las reuniones más significativas se llevaron a cabo el 16 de septiembre y el 28 de octubre -luego del colapso del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers- y se centraron en la creación de acuerdos bilaterales de canje de divisas destinados a asegurar una liquidez adecuada. La Fed otorgaría créditos en dólares a un banco extranjero a cambio de su moneda, que el banco extranjero aceptaba volver a comprar después de un período determinado al mismo tipo de cambio, más intereses. Esto les dio a los bancos centrales -especialmente a los de Europa, donde enfrentaban una escasez de dólares ante la huida de los inversores estadounidenses- los dólares que necesitaban para prestarles a instituciones financieras domésticas en problemas.
De hecho, el BCE fue uno de los primeros bancos en llegar a un acuerdo con la Fed, seguido por otros bancos centrales de países avanzados importantes, entre ellos el Swiss National Bank, el Bank of Japan y el Bank of Canada. En la reunión de octubre, cuatro economías emergentes "diplomática y económicamente" importantes –México, Brasil, Singapur y Corea del Sur- se sumaron a la acción, y la Fed se comprometió a establecer líneas de canje por un valor de 30.000 millones de dólares con cada uno de sus bancos centrales.
Aunque la Fed actuó como una especie de banco central global, sus decisiones estuvieron forjadas, principalmente, por los intereses estadounidenses. Para empezar, la Fed rechazó las solicitudes de algunos países -cuyos nombres aparecen en la transcripción publicada- para sumarse al esquema de canje de divisas.
Más importante aún, se fijaron límites para esos canjes. La esencia de la función de prestador de último recurso de un banco central tradicionalmente ha sido la oferta de fondos ilimitados. Como no hay ningún límite respecto de la cantidad de dólares que la Fed puede crear, ningún participante del mercado puede adoptar una posición especulativa en su contra. El Fondo Monetario Internacional, en cambio, tiene recursos limitados que extienden los países que lo conforman.
El creciente papel internacional de la Fed desde 2008 refleja un giro fundamental en la gobernancia monetaria global. El FMI surgió en un momento en que los países eran victimizados permanentemente por conjeturas informales de los banqueros de Nueva York, como la aseveración de J.P. Morgan en los años 1920 de que los alemanes eran "esencialmente un pueblo de segunda categoría". El FMI fue un actor crítico del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, y su función era la de servir como mecanismo de seguro universal -no que pudiera ser utilizado para promover intereses diplomáticos contemporáneos.
Hoy, como demuestran claramente los documentos de la Fed, el FMI ha quedado marginado -en particular, por su proceso de políticas ineficiente-. De hecho, en el inicio de la crisis, el FMI, en la suposición de que la demanda de sus recursos se mantendría permanentemente baja, ya había comenzado a hacer recortes de personal.
En 2010, el FMI se propuso una resurrección y se presentó como un actor esencial para la resolución de la crisis del euro -empezando por su papel en la refinanciación del rescate griego-. Pero aquí, también, se ha revelado una historia secreta -una historia que destaca cuán sesgada se ha vuelto la gobernancia monetaria global.
El hecho es que sólo Estados Unidos y los países excesivamente representados de la Unión Europea respaldaron el rescate griego. En verdad, las principales economías emergentes se opusieron férreamente. El representante brasileño llegó a decir que era "un rescate de los tenedores de deuda privada de Grecia, principalmente instituciones financieras europeas". Hasta el representante suizo condenó la medida.
Ahora que los temores de un repentino colapso de la eurozona han cedido paso a un debate prolongado sobre cómo se hará frente a los costos a través de "bail-ins" (quitas sobre depósitos no asegurados) y cancelaciones, la postura del FMI se volverá cada vez más enrevesada. Aunque se supone que el FMI tiene más jerarquía que otros acreedores, habrá pedidos de cancelación de un porcentaje de los préstamos que ha emitido. Los países de mercados emergentes más pobres se opondrían a una medida de estas características, con el argumento de que sus ciudadanos no deberían tener que pagar la cuenta por un despilfarro fiscal en países mucho más adinerados.
Hasta los defensores originales de la participación del FMI se empiezan a pronunciar en contra del Fondo. Los funcionarios de la UE están indignados por el aparente esfuerzo del FMI de ganar respaldo en los países deudores de Europa solicitando cancelaciones de toda la deuda que no emitió. Y el Congreso de Estados Unidos se ha negado a respaldar la ampliación de los recursos del FMI -parte de un acuerdo internacional negociado en la cumbre del G-20 en 2010.
Mientras que la indignación que generó la designación de otro europeo como director del FMI en 2011 probablemente va a garantizar que el próximo director del Fondo no provenga de Europa, el papel cada vez menos transcendente del FMI da a entender que eso no importará demasiado. Como demuestra la historia secreta de 2008, lo que importa es quién tiene acceso a la Fed.
(Harold James, a senior fellow at the Center for International Governance Innovation, is Professor of History and International Affairs at Princeton University and Professor of History at the European University Institute, Florence. A specialist on German economic history and on globalization, he is …)
– Hyman Minsky, el hombre que explicó el secreto de la crisis de 2008 (BBCMundo – 24/3/14)
(Por Duncan Weldon)
El economista estadounidense Hyman Minsky, quien falleció en 1996, creció durante los años de la Gran Depresión, un evento que moldeó su forma de pensar y lo impulsó a indagar sobre sus causas, y reflexionar sobre cómo se podría evitar que se repitiera.
La vida de Minsky transcurrió a los márgenes de la economía, pero sus ideas ganaron popularidad repentinamente con la crisis financiera de 2007/8. Para muchos, su obra ofrecía una de las explicaciones más plausibles de por qué había ocurrido.
La demanda de sus libros, agotados desde hace años, se disparó de golpe. Copias de sus textos cambiaron de manos por cientos de dólares, un valor bastante aceptable para libros interminables con títulos como "Estabilizando una economía inestable".
Importantes personajes de la banca, entre los que figuran Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos y Mervyn King, exjefe del Banco de Inglaterra, lo citan a menudo. Y el premio Nobel de Economía Paul Krugman bautizó una charla de alto perfil sobre la crisis financiera como "La noche que releyeron a Minsky".
¿Qué tienen sus ideas que volvieron a capturar la imaginación de los economistas actuales? A continuación, les presentamos cinco de sus ideas.
1 – La estabilidad es desestabilizante
La principal idea de Minsky es tan simple que para explicarla hacen falta sólo cuatro palabras: la estabilidad es desestabilizante. La mayoría de los macroeconomistas trabajan con lo que llaman "modelos de equilibrio". La idea es que una economía de mercado moderna es, fundamentalmente, estable. Eso no quiere decir que nada nunca cambie, sino que crece de forma estable.
Para que se produzca una crisis económica o un boom repentino tiene que ocurrir una suerte de shock externo, ya sea un aumento en los precios del petróleo, una guerra o la invención de internet.
Minsky no estaba de acuerdo con este postulado. Él creía que el sistema mismo puede provocar sacudones por su propia dinámica interna. Él pensaba que, durante períodos de estabilidad económica, los bancos, las firmas y otros agentes económicos se volvían complacientes.
Estos asumen que los buenos tiempos están allí para quedarse y comienzan a asumir mayores riesgos para aumentar sus beneficios. Por esta razón, las semillas de la próxima crisis se plantan en las épocas de bonanza.
2 – Tres etapas de la deuda
Esquemas Ponzi
Es similar a un esquema piramidal, una empresa en la que los fondos de los nuevos inversores -a diferencia de las ganancias genuinas- se usan para pagar las elevadas ganancias de los inversores actuales.
Su nombre proviene del estafador italiano Carlo Ponzi (1882-1949). Estos esquemas están destinados a colapsar apenas disminuyen las nuevas inversiones o cuando un número significativo de inversores deciden retirar simultáneamente sus fondos.
Minsky tiene una teoría -"la hipótesis de la inestabilidad financiera"- que sostiene que los préstamos atraviesan tres etapas diferentes. Las llamó cobertura, especulativa, y Ponzi, en referencia al estafador italiano Carlo Ponzi.
En la primera etapa, poco después de una crisis, los bancos y los prestatarios son cautelosos. Los préstamos son por montos modestos y el prestatario puede devolver el préstamo inicial y los intereses.
Con el aumento de la confianza, los bancos comienzan a ofrecer préstamos de los que el solicitante sólo puede pagar los intereses. Por lo general, el prestatario ofrece un bien como garantía cuyo valor está en ascenso.
Finalmente, cuando la crisis anterior es ya un recuerdo del pasado, llegamos al estadio final. En este punto, los bancos hacen préstamos a firmas o personas que no pueden pagar ni el dinero inicial ni los intereses. Todo esto se hace con la creencia que los precios de los bienes aumentarán.
La forma más fácil de entender esta situación es compararla con una hipoteca típica.
Una operación de cobertura es equivalente a una hipoteca común, en la que uno paga intereses y capital, una operación especulativa es como una hipoteca en la que uno sólo paga los intereses y una operación Ponzi es algo aún más allá. Es como pedir una hipoteca, no hacer ningún pago por varios años y cruzar los dedos para que el valor de la casa suba lo suficiente como para que su venta cubra los pagos del préstamo inicial y los pagos que no se hicieron.
Este modelo es una descripción bastante acertada de la clase de préstamos que condujo a la crisis financiera.
3 – Momentos Minsky
¿Se acuerda del coyote y el correcaminos? Bueno, el coyote a punto de caer ilustra perfectamente lo que se conoce como el "momento Minksy".
El "momento Minsky" es un término acuñado por economistas que describe el momento en el que el castillo de naipes se desploma. Las operaciones Ponzi se basan en el aumento del valor de los bienes y cuando este empieza eventualmente a caer, los prestatarios y los bancos se dan cuenta de que hay deudas en el sistema que nunca podrán recuperarse. La gente se apresura a vender bienes lo cual provoca una caída aún mayor en los precios.
Es como cuando el personaje de una caricatura se cae por un precipicio. Sigue corriendo por un rato creyendo que están sobre una superficie sólida. Pero, de repente, se da cuenta de que algo pasa -el momento Minsky-, mira hacia abajo y no ve más que vacío. De inmediato se desploma hacia el suelo. Esa fue la crisis de 2008.
4 – Temas financieros
La crisis de 2008 puso sobre el tapete el funcionamiento interno del sistema financiero.
Hasta hace relativamente poco, la mayoría de los macroeconomistas no estaban muy interesados en los detalles más sutiles de los sistemas bancarios y financieros. Los veían como un intermediario que transfería el dinero de los que ahorraban a los que pedían prestado. Algo así como la mayoría de la gente que no está interesada en los detalles de los caños y demás estructuras mientras les funcione la ducha. Mientras haya agua caliente y el agua no falte, no hay necesidad de entender la minucia de su funcionamiento.
Para Minsky, los bancos no eran simplemente caños sino más bien algo así como un motor. Es decir, no solo intermediarios para mover el dinero a través de un sistema sino instituciones interesadas en generar ganancias con un incentivo para prestar. Esta es la parte del mecanismo que hace que las economías sean inestables.
5 – Mejor las palabras que las matemáticas y los modelos
Recordando a Minsky
•"Hy era un personaje exuberante", recuerda Lawrence Meyer, economista y exgobernador de la Reserva Federal, quien trabajó con Minsky en la Universidad de Washington. "Le gustaba escandalizar a la gente. Creo que eso le hacía mucha gracia".
•"Lo impulsaba ver que las teorías convencionales eran ilusorias, un punto de vista estilo Disneyworld sobre el mundo real", dice el economista australiano Steve Keen. "A él le interesaba ensuciarse las manos en el mundo real. Creo que Minsky nos dio la primera visión razonable del capitalismo, con todas las "verrugas" y cosas que el capitalismo es".
Desde la II Guerra Mundial, la teoría económica se ha vuelto más matemática, basándose en modelos formales que explican cómo funciona.
Para hacer un modelo hace falta hacer ciertas presuposiciones complejas, y los críticos argumentan que a medida que los modelos y las matemáticas se hacen más complejos, las conjeturas sobre las que se sustentan, se divorcian cada vez más de la realidad. Los modelos terminan volviéndose un fin en sí mismos.
Si bien se formó en matemáticas, Minsky prefería lo que los economistas llaman una aproximación narrativa. Se inclinaba por expresar sus ideas con palabras. Muchos de los grandes, desde Adam Smith a John Maynard Keynes o Friedrich Hayek, trabajaban así.
Mientras que las matemáticas son más precisas, las palabras le permiten a uno expresar ideas complejas que son difíciles de modelar. Nos referimos a ideas como la incertidumbre, la irracionalidad y la exuberancia. Los seguidores de Minsky dicen que esto contribuyó a crear una visión de la economía mucho más realista que otras teorías económicas.
– La riqueza por encima del trabajo (El País – 30/3/14)
(Por Paul Krugman)
No parece arriesgado afirmar que Capital in the Twenty-First Century (El capital en el siglo XXI), la obra magna del economista francés Thomas Piketty, será el libro de economía más importante del año (y tal vez de la década). Piketty, posiblemente el mayor experto mundial en desigualdad de rentas y patrimonio, hace algo más que documentar la creciente concentración de la riqueza en manos de una pequeña élite económica. También defiende de forma convincente el argumento de que estamos volviendo al "capitalismo patrimonial", en el que las altas esferas de la economía están dominadas no solo por los ricos, sino también por los herederos de esa riqueza, de modo que el nacimiento tiene más importancia que el esfuerzo y el talento.
Por supuesto, Piketty reconoce que todavía no hemos llegado a eso. Hasta ahora, la opulencia del 1% superior de Estados Unidos se ha debido principalmente a los sueldos y las primas de los ejecutivos más que a las rentas procedentes de las inversiones y más aún que a la riqueza heredada. Pero seis de los diez estadounidenses más ricos son ya herederos, más que emprendedores hechos a sí mismos, y los hijos de la élite económica de hoy parten de una posición de inmenso privilegio. Como señala Piketty, "el riesgo de un giro hacia la oligarquía es real y da pocos motivos para el optimismo".
Así es. Y si quieren sentirse aún menos optimistas, piensen en las actividades a las que se dedican muchos políticos de Estados Unidos. Puede que la incipiente oligarquía de EE UU todavía no esté completamente formada, pero uno de nuestros dos principales partidos políticos parece entregado a defender los intereses de la oligarquía.
A pesar de los desesperados intentos de algunos republicanos por fingir que no es así, la mayoría de la gente se da cuenta de que el Partido Republicano actual pone los intereses de los ricos por encima de los de las familias corrientes. Sin embargo, sospecho que hay menos gente que se dé cuenta de hasta qué punto el partido defiende las rentas de la riqueza por encima de las nóminas y los salarios. Y el predominio de los rendimientos del capital, que puede heredarse, sobre los salarios -el predominio de la riqueza sobre el trabajo– es el fundamento del capitalismo patrimonial.
Para ver de lo que hablo, empecemos por las políticas y propuestas políticas reales. Todo el mundo sabe que George W. Bush hizo todo lo que pudo por bajarles los impuestos a los muy ricos, que las rebajas destinadas a la clase media que aprobó básicamente eran una estrategia política para ganar más votos. Lo que es menos sabido es que las mayores rebajas fiscales beneficiaron no a los que cobraban sueldos muy altos, sino a los que no tenían oficio ni beneficio y a los herederos de las grandes fortunas. Es cierto que el segmento tributario superior sobre la renta se redujo del 39,6% al 35%. Pero el tipo impositivo más alto sobre los dividendos bajó del 39,6% (porque tributaban como rentas ordinarias) al 15%, y el impuesto sobre el patrimonio se suprimió por completo.
Algunos de estos recortes fiscales se revocaron durante el mandato del presidente Barack Obama, pero la cuestión es que la gran campaña de reducción de la presión fiscal de la época de Bush consistió principalmente en bajar los impuestos que gravaban los rendimientos del capital. Y cuando los republicanos reconquistaron una de las cámaras del Congreso, inmediatamente presentaron un plan -la "hoja de ruta" del representante Paul Ryan- que instaba a la eliminación de los impuestos sobre los intereses, los dividendos, las plusvalías y las propiedades inmobiliarias. Según ese plan, alguien que viviese únicamente de las rentas no tendría que pagar ningún impuesto federal.
Esta parcialidad de la política en favor de los ricos se ha visto reflejada en una parcialidad de la retórica; a menudo, los republicanos parecen tan concentrados en elogiar a los "creadores de empleo" que se olvidan de mencionar a los trabajadores estadounidenses. En 2012, el representante Eric Cantor, líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, estuvo en boca de todos por conmemorar el Día del Trabajo con una publicación en Twitter que ensalzaba a los empresarios. Y más recientemente, Cantor les recordó a los asistentes a una concentración del Partido Republicano que la mayoría de los estadounidenses trabajan para otros, lo que explicaba, al menos en parte, por qué tenían tan poco éxito los intentos de poner de relieve el supuesto menosprecio de Obama hacia los empresarios. (Otra explicación es que Obama no ha hecho tal cosa).
De hecho, no es solo que la mayoría de los estadounidenses no posea una empresa, sino que los ingresos de las empresas y los rendimientos del capital están cada vez más concentrados en manos de unos pocos. En 1979, el 1% de las familias más ricas representaba el 17% de los ingresos empresariales; en 2007, el mismo grupo obtenía el 43% de los ingresos empresariales y el 75% de las plusvalías. Pero este pequeño grupo de élite recibe todo el cariño del Partido Republicano y la mayor parte de su atención política.
¿Por qué está pasando esto? Bueno, tengan en cuenta que los hermanos Koch se encuentran entre los 10 estadounidenses más ricos, al igual que los cuatro herederos de Wal-Mart. Las grandes fortunas sirven para comprar una gran influencia política, y no solo mediante contribuciones a las campañas. Muchos conservadores viven dentro de una burbuja intelectual de comités de expertos y medios de comunicación cautivos que, en última instancia, está financiada por unos cuantos megadonantes. No es de extrañar que quienes están dentro de la burbuja tiendan a dar por hecho, instintivamente, que lo que es bueno para los oligarcas es bueno para Estados Unidos.
Como ya he insinuado, las consecuencias pueden parecer cómicas a veces. Lo que sí hay que recordar, sin embargo, es que la gente de dentro de la burbuja tiene mucho poder, y lo emplea para defender a sus patrocinadores. Y la deriva hacia la oligarquía continúa.
(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel 2008 – © 2014 New York Times Service)
En la Parte III del Paper – Informes de organismos internacionales – Primer trimestre del año 2014, se presenta una amplia selección de textos, tablas y cuadros, vinculados con la desigualdad de los ingresos.
Pero antes de pasar a ello, permítanme, con toda humildad, "codearme" con los que saben, y presentar mi "opinión" personal, en una suerte de "blog ampliado". Si están muy apurados, o cansados de la "tabarra", pueden ir directamente a la Parte III.
(Abril 2014) "Inequality in focus". Un SPECT cerebral de la crisis: "para que no se olvide lo inolvidable", ecografía de la hemeroteca Septiembre 2013 – Marzo 2014
Más de seis millones de personas cobran ayudas sociales en Alemania. No figuran en las estadísticas del paro pero suponen un gasto de 37.100 millones para el Estado germano. (El Economista – 1/9/13)
La industria automotriz de los EEUU ha llevado a cabo una importante reforma de su sistema remunerativo. Como consecuencia, los empleados nuevos reciben un sueldo que puede ser alrededor de 50% menor que el de trabajadores más antiguos. (The Wall Street Journal – 1/9/13)
La desigualdad social está aumentando no sólo porque cada vez el mundo esté más dividido entre dos clases de trabajos, sino porque muchos de ellos no ofrecen los recursos necesarios para la subsistencia. Prácticamente una cuarta parte de los puestos de trabajo en los Estados Unidos se remuneran por debajo del umbral de la pobreza, y eso que hablamos de una zona geográfica especialmente favorecida en cuanto a nivel de vida. (El Confidencial – 4/9/13)
El Departamento de Empleo y Pensiones de Reino Unido impondrá sanciones a un millón de trabajadores británicos que cobran menos del salario mínimo por "no trabajar lo suficiente" si no hacen por aumentar sus ingresos, según ha desvelado este sábado el periódico británico "The Guardian". (Vozpópuli – 7/9/13)
Desde el año 1997 al año 2007, la proporción de ingresos que acumulan los hogares estadounidense que se encuentran en el 1% superior de la curva de distribución de ingresos se incrementó en un 13,5 %. Esto es equivalente a desplazar $ 1,1 millones de millones de los ingresos totales anuales de los estadounidenses hacia dichas familias – esta cifra representa más que el total de los ingresos del 40% de los hogares estadounidenses en la parte inferior de dicha curva de distribución. (Project Syndicate – 5/9/13)
En todo caso, sea cual sea la causa de la concentración creciente de la renta en las clases más altas, el efecto es que está socavando todos los valores que definen a Estados Unidos. Año tras año nos vamos apartando de nuestros ideales. Los privilegios heredados están desplazando a la igualdad de oportunidades, y el poder del dinero está ocupando el lugar de la verdadera democracia. (El País – 15/9/13)
Hacerse mayor en Alemania está empezando a ser prohibitivo. Tanto para las familias de los ancianos como para los propios jubilados se hace cada vez más difícil asumir el coste de una residencia o de un cuidador a domicilio. ¿La solución? Salir de Alemania. La "exportación de abuelas", como han acuñado el fenómeno en los medios germanos, está la orden del día. (El Economista – 16/9/13)
La fortuna total de los 400 estadounidenses más ricos asciende en la actualidad a 2 billones de dólares (1,5 mil millones de euros), unos 300.000 millones más que el año anterior y más del doble que hace diez años. (Expansión – elmundo.es – 16/9/13)
Un nuevo estudio publicado hoy en el British Medical Journal asegura que en 2009, un año después de iniciarse la crisis económica mundial, la tasa global de suicidios en hombres aumentó un 3,3%, con un incremento de aproximadamente 5.000 suicidios en todos los países analizados, respecto a la tendencia prevista. (El Confidencial – 18/9/13)
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves un recorte del 5% del presupuesto (US$ 4.000 millones anuales) para las ayudas en cupones de alimentos de las que se benefician más de 47 millones de estadounidenses de escasos ingresos. (BBCMundo – 20/9/13)
El hecho de que en media en la UE-27 el 40% del desempleo sea de larga duración indica que existen factores estructurales que provocan que casi la mitad de los parados no puedan encontrar un empleo en un tiempo razonable. (Fedea – 25/9/13)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no esconde una nueva vuelta de tuerca a los bolsillos de los contribuyentes europeos. El organismo que preside Christine Lagarde plantea, en su informe Fiscal Monitor de octubre, una eventual quita a la riqueza de las familias europeas para que la deuda pública de 15 estados europeos recupere sus niveles de 2007. En el citado informe, la institución económica llega a concretar una cifra: el 10% de los ahorros familiares. (Vozpópuli – 16/10/13)
El número de personas que llevan más de doce meses sin empleo en el conjunto de la OCDE alcanzó en el segundo trimestre de 2013 los 16,86 millones, un 95,4% más que los 8,63 millones que existían antes de que comenzará la crisis de 2008. (Negocios.com – 17/10/13)
La realidad prueba la existencia de una tendencia inevitable de paulatina minoración del peso de los salarios en la riqueza de muchos estados del primer y segundo mundo. Este deterioro sólo puede ser sustituido por rentas de capital -más propensas al ahorro, por cierto- en un espectro reducido de la población, precisamente el que se sitúa en el lado amable de la polarización social. En cualquier caso, el proceso, para los analistas de Fidelity, tiene carácter estructural y no coyuntural, esto es: ha venido no sólo para quedarse, sino que se agudizará en el futuro inmediato. En estas naciones el empleo se fue… ¿para nunca volver? (El Confidencial – 17/10/13)
En los países de la OCDE a mediados de los 70 el número total de desempleados estaba en torno a los 10 millones, entre los cuales casi ninguno eran parados de larga duración, eran de ciclo corto. Ahora los países de la OCDE, los más ricos del planeta, tienen cerca de 50 millones de parados, sin contar a los precarios. No estamos hablando de la nueva clase obrera, estamos hablando de la novísima clase obrera: se vuelve a las situaciones anteriores, de deterioro y precarización general de las condiciones trabajo. (El Confidencial – 19/10/13)
La crisis económica que comenzó en 2008 está sacudiendo la estructura social de los países que la están sufriendo. De la misma manera que en India, Chile, Perú y Brasil, está disminuyendo el número de pobres y creciendo el de gente que entra en la categoría de clase media, en Europa pasa lo contrario; millones de personas están recorriendo el camino contrario que anduvieron sus padres o abuelos: de la clase media a la pobreza. (Vozpópuli – 3/11/13)
Los líderes republicanos intentan moderar un tanto su lenguaje, pero es cuestión más bien de tono que de contenido. No cabe duda de que les sigue enardeciendo la idea de asegurarse de que los pobres y los desafortunados reciben la menor ayuda posible, y de que -tal como lo expresó el diputado Paul Ryan, presidente de la Comisión Presupuestaria de la Cámara de Representantes- el colchón de protección social se está convirtiendo en "una hamaca en la que se acuna a gente físicamente sana para que vivan de la dependencia y la complacencia". Sus propuestas presupuestarias incluyen recortes salvajes de los programas de protección social como los cupones para alientos o el programa Medicaid. (El País – 3/11/13)
La mitad de los habitantes de Nueva York (un 46%) son pobres o "casi pobres" (los que viven por debajo del 150% del límite local de la pobreza, 30.940 dólares, unos 23.000 euros al año para una familia de cuatro), según un análisis de la propia Administración Bloomberg. Eso es muy poco en Nueva York, donde el alquiler medio supera los 3.000 dólares mensuales. La modestia se percibe enseguida que uno sale de Manhattan o de las zonas nobles de los boroughs que la rodean: Queens, Brooklyn, Bronx y Staten Island. Al mismo tiempo, la ciudad alberga a unos 400.000 millonarios y es la zona metropolitana del mundo con más milmillonarios. En New York City viven 8.337.000 personas. Una de cada 16 es rica. (El Confidencial – 6/11/13)
La crisis financiera mundial no parece haber afectado a las grandes fortunas del planeta, más bien todo lo contrario. Desde marzo del 2009 su número y su riqueza se han duplicado. Un lustro en el que los activos totales de estos 2.170 multimillonarios pasaron de sumar 3,1 billones de dólares a 6,5. Como subrayan los propios autores del informe, la crisis global está detrás de una serie de "cambios tectónicos en la distribución de la riqueza mundial", que parece haber incrementado las brechas económicas entre los más ricos y los más pobres. Además, ha puesto en entredicho la existencia en el futuro de una clase media en la que pueda incluirse el grueso de la población. (El Confidencial – 7/11/13)
María, de padres mexicanos pero con pasaporte estadounidense, no vive en uno de esos países remotos y pobres que retratan los informes sobre trabajo infantil que realiza el Departamento de Trabajo. Tampoco es un caso aislado. Forma parte de una comunidad numerosa y de la que se habla incluso menos que de los obreros infantiles del textil en Bangladesh o de la minería en Bolivia: la conformada por el medio millón de niños que, según cálculos de organizaciones como Human Right Watch, trabajan a sueldo de grandes corporaciones agrícolas en Estados Unidos. (El Confidencial – 8/11/13)
Según el informe The future of employment, realizado por los profesores de la Universidad de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, el 47 por ciento del empleo total está en situación de alto riesgo, "ya que muchas de sus ocupaciones son susceptibles de ser automatizadas en una o dos décadas". En una primera fase, la mayoría de los trabajadores del sector del transporte y de la logística, así como los administrativos y, en general, todos los relacionados con la oficina, y los vinculados a los procesos de fabricación y producción, "son susceptibles de ser sustituidos por el capital informático". (El Confidencial – 8/11/13)
La "becarización" del mercado de trabajo, el paro y la precariedad rebajan las expectativas de quienes se han formado toda su vida para encontrar un lugar en el mundo… La crisis económica ha quebrado el "proyecto de vida" de los más ansiosos por encontrar un trabajo acorde a su formación, algo que no siempre ocurre… La oportunidad que no llega suscita una importante frustración y puede generar emociones como el desánimo y la tristeza si la situación se prolonga, señala el sociólogo… La espera resulta especialmente larga para los "eternos becarios precarios". (Negocios.com – 10/11/13)
La población en riesgo de pobreza o exclusión social en España representa ya el 28,2% de todos los españoles, según datos del análisis de Eurostat realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) y difundido este martes… El Estado miembro con la tasa de pobreza más alta sigue siendo Bulgaria, donde casi la mitad de la población sufre ése riesgo, seguido de Rumanía, que tiene en esta situación al 41,7 por ciento de sus habitantes. En Letonia, Grecia, Lituania y Hungría prácticamente un tercio de la población está en riesgo de pobreza y en Italia e Irlanda roza el 30%, conforme los datos difundidos por el IEE. Los países europeos con menos población en riesgo de pobreza son Alemania, Eslovenia, Francia y Dinamarca con cifras en torno al 19%. En Luxemburgo y Suecia las cifras bajan al 18% y se sitúan alrededor del 17% en Finlandia y Austria. La República Checa y los Países Bajos logran que sólo un 15% de su población esté en riesgo de pobreza o exclusión social. (Gaceta.es – 13/11/13)
El repunte de la zona euro después de una prolongada recesión perdió fuerza en el tercer trimestre, intensificando los temores de que el bloque esté en medio de una "década perdida" caracterizada por estancamiento económico, desempleo y descontento político. Aunque se espera que el crecimiento mejore ligeramente el año entrante, la zona euro está muy lejos de recuperar el nivel de producción y empleo que tenía antes de que se desatara la crisis financiera y económica. (The Wall Street Journal – 14/11/13)
Hemos entrado en una nueva era del trabajo, en un nuevo modelo (un new normal) que está reconfigurando el mapa de trabajos y ocupaciones que se demandan y cuya verdadera dimensión veremos en los próximos años. Para desgracia nuestra, según asegura el informe realizado por el think tank Resolution Foundation y por la London School of Economics, donde se muestra cómo desde el inicio de la crisis han crecido los trabajos de alta cualificación y los que requieren escasa formación pero han desaparecido con preocupante rapidez los situados en el estrato medio. El estudio, titulado ¿Una crisis polarizante?, señala cómo el Reino Unido se dirige hacia un mercado del empleo que únicamente tendrá dos niveles, con una parte superior de la escala laboral, la de la alta gestión, la consultoría y el trabajo de alta cualificación que está creciendo un 16% desde el inicio de la crisis, y un sector inferior, el de los servicios y hostelería, que ha aumentado un 17% en ese mismo periodo. (El Confidencial – 15/11/13)
¿Son las burbujas de activos la única manera en que los bancos centrales pueden impulsar la demanda? Los principales economistas están empezando a preguntárselo. Y tanto los expertos como los gobernadores de bancos centrales se inclinan claramente a favor de mantener los precios de los activos al alza si esa es la única manera de lograr que la economía siga adelante. Esto resultará ser, indudablemente, un error, aunque dadas las limitaciones con las que operan los gobernadores de los bancos centrales, es un error que probablemente crean que no tienen más remedio que cometer. (The Wall Street Journal – 18/11/13)
Durante años, el 1 por ciento más rico ha acumulado más ingresos que el resto. Desde 1979 hasta el 2007, por ejemplo, el 1 por ciento de las familias más pudientes han visto sus ingresos crecer un 275 por ciento, de acuerdo a un estudio de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Por su parte la parte inferior de las familias, registraron un incremento en sus ingresos de alrededor del 18 por ciento. El reciente premio Nobel de Economía, Robert Shiller, puso de manifiesto la semana pasada que la desigualdad de ingresos es "el problema más importante que enfrentamos en la actualidad". Al mismo tiempo, la candidata del presidente Obama para dirigir la Reserva Federal, Janet Yellen, definió la desigualdad de ingresos como un problema "extremadamente difícil" y "muy preocupante". (El Economista – 18/11/13)
Las mujeres que trabajan en empleos temporales tienden mucho menos a tener hijos antes de los 35 años que las que tienen un trabajo estable, según concluye un estudio que publica el último número de la revista científica Human Reproduction que emplaza a las autoridades a eliminar las barreras del mercado laboral que dificultan a las parejas formar una familia. (Expansión – 20/11/13)
Una de las tiendas que Walmart posee en el estado de Ohio, EEUU, ha pedido a sus clientes que donen alimentos para sus mal pagados empleados, acto que muestra que los sueldos de la compañía no son suficientes para que sus trabajadores puedan alimentarse. "Por favor, donen artículos de comida aquí, para que los asociados necesitados puedan disfrutar de la cena de Acción de Gracias", se leía en un cartel en la tienda. Kory Lundberg, un portavoz de Walmart, dice que la preocupación de la administración por sus empleados es una cosa positiva. "Esto es parte de la cultura de la empresa para reunirse alrededor de los asociados y cuidar de ellos cuando se enfrentan a dificultades extremas", dijo. (El Economista – 20/11/13)
Una entrada mucho más tardía al mercado laboral, una fuerte inversión tanto temporal como económica en la formación personal, las exigencias de un mercado laboral cada vez más competitivo, la inestabilidad económica y personal y la difícil conciliación entre trabajo y familia despejan un resultado claro en la ecuación de los millenials: cada vez, y hasta que las circunstancias cambien, tendrán menos hijos. (Vozpópuli – 24/11/13)
¿Qué pasaría si la crisis simplemente se hubiese acabado y en realidad nos estuviésemos enfrentando a un nuevo escenario en el que el escaso crecimiento es lo normal, una especie de estancamiento secular?, planteó el exsecretario del Tesoro estadounidense y asesor de Obama ante una selecta audiencia en un foro del FMI. Delante de una distinguida audiencia, con personajes de la talla de Ben Bernanke o Martin Feldstein entre los oyentes, el exsecretario del Tesoro estadounidense, excandidato a presidir la Fed y asesor de Obama, Larry Summers, pronunció hace unos días un discurso que conmocionó a la comunidad de académicos y analistas por radical a la par que convincente y estremecedor: ¿y si la economía estadounidense y por extensión la occidental no es capaz de crecer y crear empleo?, ¿y si sólo puede hacerlo a fuerza de crear burbujas con los consiguientes riesgos? (Vozpópuli – 24/11/13)
Actualmente vivimos en un mundo en donde nos piden que escojamos entre más pobreza o más desigualdad, en donde una tienda de Walmart en Ohio pide a los clientes que donen comida ¡para sus propios empleados!, en donde McDonald"s sugiere a sus empleados buscar un segundo trabajo para sobrevivir o bien cortar la comida en más trocitos para sentirse llenos antes (¡!). Antes era pobre quien no trabajaba, pero hoy en día incluso con un trabajo se puede ser igual de pobre, ¿qué está pasando aquí? (El Confidencial – 2/12/13)
"Las tendencias combinadas de creciente desigualdad y decreciente movilidad social suponen una amenaza fundamental para el "sueño americano"", dijo el presidente en un discurso en Washington DC. El presidente lamentó que la movilidad social de EEUU es incluso menor que la de países como Alemania, Canadá o Francia. Además subrayó que los niveles de desigualdad de ingresos en la primera economía del mundo sean "comparables a los de Jamaica o Argentina". Para el mandatario, esta desigualdad en las oportunidades que ofrece la economía a los ciudadanos se explica por cuestiones "no tanto de raza como de clase". "Debemos avanzar más allá de la falsa noción de que esto es una cuestión exclusiva de las minorías", remarcó. Obama, que dijo que la creciente brecha que separa a ricos de pobres es el "principal desafío" de su país, criticó al Congreso y a la oposición republicana por preocuparse más de reducir el déficit fiscal que los problemas del día a día de los ciudadanos. "El implacable y creciente déficit de oportunidades es una amenaza mayor que nuestro déficit fiscal en contracción", dijo. "Aunque no podemos prometer igualdad de ingresos, sí tenemos que garantizar igualdad de oportunidades". (BBCMundo – 5/12/13)
Vivimos en un mundo condicionado por una intervención monetaria sin precedentes en tamaño y forma: la Reserva Federal multiplicó por 4 su balance hasta los 4 billones de dólares, y el BCE por su parte lo multiplicó por 3 superando los 3 billones de euros en su punto álgido. Vivimos en un mundo que ha pasado por una crisis de gravedad similar a la del año 1929, e incluso peor si hacemos caso a los datos mencionados en el famoso discurso de Larry Summers. No solo eso, vivimos en un mundo en donde se desconocen los límites y la verdadera estabilidad del sistema financiero creado tras Bretton Woods. Tanto es así que dos de los Premios Nobel de Economía de este año, Eugene Fama y Robert Shiller, a pesar de sus discrepancias intelectuales, parecen ponerse de acuerdo en una cosa: existen motivos para preocuparse. El primero, defensor de la Hipótesis de los Mercados Eficientes y por tanto contrario al concepto de "burbuja", cree que existe riesgo de que los mercados financieros digan "no" a la financiación de los déficits públicos, lo que provocaría una recesión global en 2014. El segundo, conocido defensor del concepto "burbuja", dice estar muy preocupado por el boom vivido por las acciones estadounidenses y por el Real Estate en algunos países. (El Confidencial – 9/12/13)
El continuo flujo de inmigrantes ayuda a tapar en las estadísticas la salida de jóvenes italianos hacia otros países. Sólo desde el punto de vista demográfico el saldo para Italia es positivo. Bajo cualquier otra óptica, este movimiento poblacional es muy negativo para sus intereses: Italia importa en su mayoría mano de obra barata, sin competencias específicas, destinada en muchos casos a la clandestinidad y a trabajos precarios y sin contrato. Exporta por el contrario una generación de jóvenes con alta formación, dominio de idiomas y experiencia internacional. El cuadro recuerda mucho al que vive hoy España, pero en Italia el problema ya existía desde antes de la crisis. Ésta sólo lo ha agravado. (El Confidencial – 16/12/13)
El mejor argumento para restar importancia a la desigualdad es el estado de depresión de la economía. ¿Acaso no es más importante recuperar el crecimiento económico que preocuparse de cómo se distribuyen sus beneficios? Pues no. Para empezar, aunque solo se tenga en cuenta el impacto directo de la desigualdad creciente en los estadounidenses de clase media, no cabe duda de que el problema es grande. Además, es probable que la desigualdad haya desempeñado un papel importante a la hora de crear el caos económico en que nos encontramos, y crucial en nuestro fracaso para salir de él. Empecemos por las cifras. Por término medio, los estadounidenses siguen siendo mucho más pobres ahora que antes de la crisis. Para el 90% de las familias que están en lo más bajo, este empobrecimiento refleja que el pastel económico se está reduciendo y, al mismo tiempo, que la participación en él es cada vez menor. ¿Qué es más importante? Sorprendentemente, la respuesta es que las dos cosas son más o menos comparables. Es decir, la desigualdad está aumentando con tal rapidez que a lo largo de los últimos seis años ha lastrado tanto los ingresos del estadounidense medio como pobres han sido los resultados de la economía, si bien el periodo incluye la peor depresión económica después de la década de 1930. Desde una perspectiva más a largo plazo, el aumento de la desigualdad pasa a ser de lejos el factor individual más decisivo para explicar la caída de los ingresos de la clase media. (El País – 22/12/13)
Durante la recesión entre diciembre de 2007 y julio de 2009 la mayor economía del mundo perdió casi 8,4 millones de puestos de trabajo y para millones de personas la reactivación no ha resuelto el prolongado desempleo. De acuerdo con el grupo de estudio Economic Policy Institute, de Washington, la proporción de trabajadores que han estado sin empleo por más de seis meses subió de 17,6 % de los desempleados antes de la recesión a más del 45,6 por ciento en el segundo trimestre de 2010, y así se ha mantenido hasta ahora… Para más de un 1,3 millones de personas que han estado sin empleo en Estados Unidos durante más de seis meses la temporada de fiestas llega hoy a un fin duro con la cancelación del subsidio pagado por el Gobierno federal. (Expansión – 28/12/13)
Según las mejores estimaciones, la proporción del ingreso general del 10% más rico de EEUU superó el 50% en 2012 por primera vez en la historia, mientras que 22% del ingreso que correspondió al 1% más rico se superó solamente en 2007, 2006 y 1928. Los ingresos del 10% más rico son dos tercios más altos que hace 20 años, mientras que los del 1% más rico se han más que duplicado… Pero para todo el resto, es decir cerca de un 90% de los estadounidenses, no se ha elevado el ingreso en comparación con el de hace 10 o 20 años, para compensar lo que ahora parece una década que se ha perdido del todo. Al contrario, han seguido perdiendo terreno. (Project Syndicate – 31/12/13)
Hasta 750.000 jóvenes en el Reino Unido sienten que "no tienen nada por lo que vivir", según un estudio de la organización no gubernamental Prince's Trust. El informe asegura que cerca de un tercio de los jóvenes que han estado desempleados durante un período prolongado han contemplado el suicidio. El documento pide medidas urgentes para que "los jóvenes desempleados de hoy no se transformen en jóvenes sin esperanza". (BBCMundo – 2/1/14)
Los ingresos en efectivo de una familia media, una que está en la mitad estadística, apenas se mantuvieron a la par con la inflación. Sume a eso el seguro de salud y otros beneficios que no se entregan en efectivo y verá que ha subido mucho más. Sin embargo, he aquí un hecho llamativo: Al ajustar por inflación, un trabajador típico a tiempo completo ganó menos en 2012 (US$ 49.398) que su equivalente de 1987 (US$ 50.166). Debido a que más mujeres fueron educadas y obtuvieron empleos con mejores salarios, su situación fue mejor: sus ingresos medios subieron 16%. ¿A dónde se fue todo ese dinero? Desproporcionadamente a los que están en mejor situación, los mejor educados, a las parejas de dos profesionales, los ganadores en Wall Street y Silicon Valley. La tecnología y la globalización favorecen a los mejor educados. El auge de las finanzas pagó muy bien a unos pocos. Los ingresos de aquellos en la cúpula de casi cualquier campo subieron más rápido que aquellos en el medio. Diferentes medidas muestran variaciones en la gama, pero la tendencia es clara: los datos más recientes del censo estadounidense muestran que la participación de los ingresos antes de impuestos que van al 5% de las familias más acaudaladas subió de 15,7% en 1962 a 17,2% en 1987 a 21,3% en 2012. Las tasas impositivas más altas sobre los ricos y los beneficios dirigidos a los más pobres limitan esta tendencia, pero esa redistribución de la riqueza no ha compensado las fuerzas de mercado que aumentan la inequidad. (The Wall Street Journal – 2/1/14)
En los últimos años, los economistas han estado repasando el alfabeto para describir la forma de la tan esperada recuperación… empezando por una optimista V, continuando con una más pesimista U y acabando con una desesperante W, pero ahora una ansiedad más profunda está empezando a acechar a la profesión: el miedo a lo que yo llamo una recuperación "en forma de L". (Project Syndicate – 5/1/14)
La política de RC de la Reserva Federal y las variantes de ella en otros países han hecho que los balances de los más importantes bancos centrales aumentaran espectacularmente (de entre cinco y seis billones de dólares antes de la crisis a casi 20 billones ahora), con lo que los mercados financieros se han vuelto adictos al dinero fácil, lo que ha propiciado, a su vez, una búsqueda mundial de réditos, una inflación artificial de los precios de los activos y una asignación inapropiada del capital. A consecuencia de ello, cuanto más dure la RC, mayor será el daño colateral causado a la economía real. Ahora la preocupación estriba en que, cuando la Reserva Federal comience a reducir progresivamente la RC y disminuya la liquidez en dólares de los mercados mundiales, resurgirán los problemas estructurales y los desequilibrios. Al fin y al cabo, las reformas que aumentan la competitividad en muchas economías avanzadas distan aún de haber concluido, mientras que la relación entre el total de deuda pública y privada y el PIB es ahora un 30 por ciento mayor que antes de la crisis… La desaceleración del crecimiento mundial se está produciendo sobre un fondo de aumento de la desigualdad económica, debido a una menor participación de la mano de obra en los ingresos nacionales, fenómeno mundial resultante de la mundialización y del progreso tecnológico, que constituye una grave amenaza para las autoridades. Los sistemas que propagan la desigualdad o que no parecen poder detener su aumento contienen el germen de su propia destrucción, pero en un mundo interdependiente no hay una solución evidente, porque la gran movilidad de las corrientes de capital alimenta la competencia mundial entre sistemas tributarios. (Project Syndicate – 6/1/14)
"Los pobres no pueden dormir porque tienen hambre", es la famosa cita del economista nigeriano Sam Aluko, dicha en 1999, "y los ricos no pueden dormir porque los pobres están despiertos y con hambre". A todos nos afectan las profundas desigualdades de los ingresos y la riqueza, ya que el sistema económico del que depende nuestra prosperidad no puede seguir enriqueciendo a unos mientras empobrece a otros. En tiempos difíciles, los pobres pierden fe en sus líderes y en el sistema económico, y en tiempos de vacas gordas son demasiados pocos los que disfrutan de los beneficios. El coeficiente GINI, un indicador de la desigualdad económica, se ha ido elevando en los países en desarrollo y en los desarrollados, como Estados Unidos. En Europa ha crecido la desigualdad debido al rápido aumento del desempleo, especialmente entre los jóvenes. Algunos han reaccionado con manifestaciones callejeras, otros han respaldado a partidos xenófobos de extrema derecha; muchos más observan en silencio, cada vez más enfadados y resentidos con los políticos y el sistema que representan. El problema se aprecia crudamente en las megaciudades del mundo, que representan cerca del 80% del PIB global. Pero hasta en las más desarrolladas las disparidades pueden saltar a la vista. Por ejemplo, si se viaja en el metro de Londres apenas 6 millas (o 14 paradas) hacia el este, desde el centro del gobierno en Westminster hasta Canning Town, la esperanza de vida de los habitantes va reduciéndose seis meses en cada estación. (Project Syndicate – 8/1/14)
El Papa Francisco advirtió en noviembre que "las ideologías que defienden la autonomía absoluta del mercado" están impulsando al crecimiento rápido de la desigualdad. ¿Está el Papa Francisco en lo correcto?… En los EEUU, las estadísticas son sorprendentes en ambos extremos de la distribución del ingreso. La cuarta parte inferior de los hogares estadounidenses casi no ha recibido ningún aumento en su ingreso real (ajustado a la inflación) durante los últimos 25 años. Ellos ya no están compartiendo los frutos del crecimiento de su país. El 1% de los estadounidenses, sin embargo, han visto que sus ingresos reales casi se han triplicado durante este período, y su participación en el ingreso nacional ha alcanzado el 20%, una cifra que no se veía desde la década de 1920… La globalización explica algo del estancamiento de ingresos en el cuarto inferior en EEUU y en otras economías desarrolladas. La competencia de los trabajadores chinos con salarios más bajos ha reducido los salarios en Estados Unidos. Pero el cambio tecnológico puede ser un factor más fundamental – y un factor que conlleva consecuencias para todos los países. (Project Syndicate – 8/1/14)
La Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo ha aprobado una propuesta de resolución en la que se pide a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) que combatan con más dureza el trabajo no declarado y precario, entre otros los minijobs y los falsos empleos a tiempo parcial, y que garanticen protección social adecuada a todos los trabajadores. La resolución, que aún deberá pasar por el Pleno, condena el abuso de contratos de trabajo atípicos para eludir el cumplimiento de las obligaciones en materia de empleo y protección social. Por ello, estima que las leyes deberían atender a los derechos de seguridad social y de protección social a la persona y no al contrato laboral, "garantizando así una protección social digna para todos, incluidos los trabajadores autónomos y los trabajadores asalariados, independientemente del tipo de contrato de trabajo o de su situación laboral". (El Economista – 10/1/14)
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