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Pensamiento fundacional cubano: forja de utopías y realidades (página 4)


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Por su notable inteligencia y fácil aprendizaje, a pesar del sacrificio económico que les significaba, sus padres lo enviaron a estudiar a La Habana, al colegio Nuestra Señora de los Desamparados, dirigido por Antonio Medina y Céspedes, un maestro afroamericano inspirado en la obra pedagógica de José de la Luz y Caballero. En 1868 estalló la llamada Guerra de los Diez Años. El clima de violencia que empezaba a imperar, decidieron a los padres de Juan Gualberto, apoyados económicamente por Catalina Gómez, a mandarlo a Francia a estudiar el oficio de constructor de carruajes.

En julio de 1872 llegaron a París, Francisco Vicente Aguilera y el general Manuel de Quesada, para recolectar fondos para los independentistas en Cuba. Al necesitar de un traductor, Juan Gualberto fue contratado, estableciendo su primer vínculo político. En 1875 nace la Tercera República Francesa y Juan Gualberto suspende sus estudios al obtener un puesto como periodista en la revista "Revue et Gazette des Theatres", que será el comienzo de su carrera periodística.

A finales de 1878 retorna a La Habana, donde conoce a José Martí. A partir de entonces nace una común empatía fundada en ideales compartidos que estrecharía su amistad y sus objetivos por la independencia de Cuba. Funda el periódico La Fraternidad en 1879, cuya publicación se interrumpe al ser deportado, debido a su simpatía y vinculación a los clubes revolucionarios y movimientos conspirativos de esa época.

A su regreso a Cuba en 1890, José Martí lo designa como su delegado en la Isla para los preparativos de la guerra. A él le correspondió dar la orden de alzamiento armado el 24 de febrero de 1895, Apresado poco tiempo después es nuevamente deportado y preso en Ceuta. Miembro de la Asamblea Constituyente, convocada durante la primera intervención norteamericana, se destacó por su oposición a la aprobación de la ignominiosa Enmienda Platt.

Después de que el 20 de mayo de 1902 se declarase a Cuba una República, supuestamente independiente, escribe como periodista revolucionario, artículos y crónicas en los que critica las posturas pro anexionistas, actitud consecuente con su inalterable lealtad al legado martiano, que mantuvo hasta su muerte. Ejemplo de honestidad, vive en su modesta vivienda en La Habana, ejerciendo el periodismo y consecuente crítico a las maniobras politiqueras y entreguistas de los gobiernos de la época. Muere el 5 de marzo de 1933, en la capital cubana, a los 80 años de edad.

Juan Gualberto Gómez mantuvo a lo largo de su vida una actitud de principios inclaudicable en contra de todo lo que atentase contra la soberanía de su patria: primero contra el colonialismo español y posteriormente contra la humillante Enmienda Platt, que aprobada, hizo nacer un remedo de república.

A su regreso a Cuba en 1890, después de su largo destierro, reanuda la publicación del periódico "La Fraternidad", en una época de auge del autonomismo claudicante, donde aparece su artículo "¿Por qué somos separatistas?, que le costó la clausura del mismo y 8 meses de prisión.

En el mismo éste expresa que…"…no podemos educar nuestros cerebros, instruir nuestra inteligencia en principios americanos para después que se nos gobierne a la antigua usanza europea. No podemos continuar abogando por una cultura libre pensadora, laica y progresista, para después topar con leyes clericales, con prácticas reaccionarias. No podemos seguir viviendo bajo un régimen de reacción, cuando nuestras aspiraciones y nuestra cultura reclaman uno de libertad y democracia. No podemos, por último, continuar sosteniendo una política general de recelo, una política comercial de privilegios y favores personales y una política industrial de monopolio" (77).

Ya como miembro de la Convención Constituyente que debía redactar la Constitución de 1901 se convierte en uno de los más firmes y consecuentes opositores a la aprobación de la Enmienda Platt, junto con Salvador Cisneros Betancourt.

Sancionada la misma el 2 de marzo de 1901, por el Presidente McKinley, como Enmienda a la Ley de Créditos del Ejército norteamericano, el general Wood prontamente se la da a conocer a Domingo Méndez Capote, como Presidente de la Convención Constituyente.

En la carta le comunica que…"…tengo el honor de informar a Vd. de que el bill que contiene las anteriores disposiciones respecto de Cuba es ya ley por haberla aprobado el Presidente de los Estados Unidos y que el Presidente espera la acción que acerca de ella tome la Convención" (78).

Conocida la comunicación por los delegados el 7 de marzo, para consternación general, se acuerda crear una Comisión para dar respuesta a la misma, cuya ponencia central estuvo a cargo de Juan Gualberto Gómez. En la misma, aparte de rechazar la Enmienda Platt en su conjunto, se criticaba de manera especial la cláusula tercera (Derecho de intervención por parte de Estados Unidos cuando le conviniera a sus intereses); la cláusula Sexta (Omisión de la Isla de Pinos de los límites de Cuba hasta un futuro acuerdo con Estados Unidos) y la cláusula Séptima (Concesión mediante venta o arriendo de tierras para establecer estaciones navales en nuestro territorio).

La Comisión fundamenta su negativa a aceptarlas …"…pues entiende que atentan al principio de la independencia y soberanía del pueblo de Cuba, a la par que mutilan injustificadamente el territorio de la Patria, apartándose por completo del contenido de la Joint Resolution de 20 de abril de 1898, del Tratado de París (del que los cubanos resultaron excluidos. N. del A.) y de todos los compromisos y declaraciones anteriores del Gobierno de los Estados Unidos".

A continuación se pasa a valorar cada una de sus cláusulas particularmente la referida al derecho de intervención bajo el pretexto de "conservación de la independencia cubana", "para el mantenimiento de un gobierno ordenado" (a criterio del gobierno norteamericano. N. del A.) y "para la protección de vida, propiedad y libertad individual). Al respecto, Juan Gualberto Gómez, su redactor principal, plantea premonitoriamente, que como consecuencia de tal derecho…"…sólo vivirían los gobiernos cubanos que cuenten con su apoyo y benevolencia (del Gobierno de Estados Unidos); y lo más claro de esta situación sería que únicamente tendríamos gobiernos raquíticos y míseros, conceptuados como incapaces desde su formación, condenados a vivir más atentos a obtener el beneplácito de los Poderes de la Unión que a servir y defender los intereses de Cuba. En una palabra sólo tendríamos una ficción de gobierno, y pronto nos convenceríamos de que era mejor no tener ninguno, y ser administrado oficial y abiertamente desde Washington, que por desacreditados funcionarios cubanos dóciles instrumentos de un Poder extraño e irresponsable…lo que significaría…deshonrar antes de que nazcan a todos los gobiernos cubanos, condenándolos a un estado de inferioridad tan bochornoso, que ningún cubano digno y meritorio se prestará a figurar en ellos, y tan entorpecedor, que serán ineficaces cuantos esfuerzos intente para cumplir los deberes más elementales que incumban a los gobiernos" (79).

XXI. – Manuel Márquez Sterling (1872-1934):

"Los bienes de la independencia, que el separatista conquistó, los ha despilfarrado, los ha comprometido, los ha agotado en la República, el desconcierto de los partidos que invocaron el nombre de los principios, pero en pugna con los principios".

Nace en la sede diplomática de la República de Cuba en Armas en Lima, Perú, donde su padre se desempeñaba como delegado mambí, el 28 de agosto de 1872. A los diez años de edad pasa a junto a su familia, a Puerto Príncipe (hoy Camagüey, en Cuba), donde cursa la primera enseñanza. En 1889 se gradúa como bachiller en el Instituto de Segunda Enseñanza de Puerto Príncipe. Debido a problemas de salud, sus padres lo enviaron a México a reponerse durante un año.

Retorna a Camagüey, y en 1891 matricula en la Universidad de La Habana la carrera de leyes. De vuelta a México, trabaja como empleado bancario y colabora en diversas publicaciones. En 1894 conoce a José Martí y se vincula a los preparativos de la Guerra de Independencia, pero su mala salud le impide participar en la contienda. En Nueva York trabaja como secretario de Gonzalo de Quesada, quien le encomienda la organización del archivo de José Martí. Terminada la guerra, regresa a Cuba y desempeña en Camagüey un puesto en la inspección del censo.

Desde muy joven se vincula al periodismo. A los quince años funda la revista "El Estudiante", y un año después colabora en "El Pueblo". En 1889 ingresa en la redacción de "El Camagüeyano", periódico fundado por su padre. Durante su primera estancia en México publica artículos en "El Eco del Comercio" y en "La Revista de Mérida". Funda además el semanario "La Lucha", de tendencia revolucionaria, y es corresponsal de La "Discusión". Durante la Primera ocupación militar de los Estados Unidos en Cuba colaboró en "La Verdad". En La Habana escribió para "Patria", "Cuba libre" y "El Fígaro" (1900 – 1926).

Durante toda su vida combate con sus escritos y palabra, la imposición de la Enmienda Platt. En 1901 figura entre los fundadores del periódico "El Mundo", en el cual desempeña el cargo de jefe de redacción. Fundador en 1913 del diario "Heraldo de Cuba", el cual abandona para fundar "La Nación", tres años más tarde, en el que promueve una campaña contra la reelección del presidente Mario García Menocal (1917). Por su intensa y brillante ejecutoria, Márquez Sterling es considerado una de las figuras más representativas del periodismo cubano.

En 1943, se funda la Escuela Profesional de Periodismo, primera de su tipo en Cuba y cuarta en América Latina, la que adopta su nombre. Su carrera diplomática es paralela a la periodística. En 1907 es designado cónsul general de Cuba en Buenos Aires. A partir de ese año y hasta el final de su vida desempeña cargos diplomáticos en Latinoamérica y Estados Unidos. En 1913 presenta cartas credenciales al presidente Francisco I. Madero, de México, cuyo gobierno es derrocado en febrero de ese mismo año como consecuencia de un golpe de Estado. Márquez Sterling denunció la complicidad en estos sucesos del embajador norteamericano Henry Lane Wilson. El 22 de febrero de ese año Madero fue asesinado en un costado del Palacio de Lucumberri, en Ciudad México.

Escribió artículos sobre la Revolución mexicana, entre los cuales se destaca el reportaje que sirvió de fuente a su libro "Los últimos días del presidente Madero". En 1924 es nombrado director de la Oficina Panamericana del Ministerio de Estado. En 1929, durante el gobierno de Gerardo Machado, acepta su controversial designación como embajador en México, lo que le vale las críticas de muchos revolucionarios.

En 1934, cuando el presidente Carlos Hevia se ve forzado por Fulgencio Batista a dimitir, Márquez Sterling, entonces secretario de Estado, acepta la presidencia temporal, durante varias horas, hasta que se le traslada el poder a Carlos Mendieta. Como embajador en Washington le corresponde, el 29 de mayo de 1934, firmar el Tratado de Reciprocidad Comercial entre Cuba y Estados Unidos, con el cual se derogó la Enmienda Platt. Fallece el 9 de diciembre de ese mismo año.

En el ejercicio del periodismo y en su vida personal y pública, Manuel Márquez Sterling promueve por todas las vías posibles el adecentamiento de la actividad política en Cuba y el rechazo a toda medida que afectase de una u otra forma, nuestra soberanía.

En su escrito, "La diplomacia en nuestra historia", (La Habana, Cuba: Instituto Cubano del Libro; 1967. Página 17) éste afirma como…"…lo estupendo e inexplicable de los anexionistas es que sus actos y proyectos estaban en desacuerdo con la política y los propósitos de los Estados Unidos; y la revolución hubiera estorbado a la diplomacia americana al extremo de que, en vez de favorecerla en su provecho, el gobierno de Washington habría ayudado a exterminarla" (80).

Se percibe en esa reflexión, la comprensión por Márquez Sterling, de que en las décadas del 40 y 50 del siglo XIX, aún sin estar unificado Estados Unidos como nación, solo logrado tras el desenlace la su Guerra civil (1860-1865), no era criterio de su gobierno, aceptar el fortalecimiento de los estados sureños separatistas, con la incorporación de un estado más de la Unión, con el peso político que ello representaría en su representación en el Congreso. Ello por supuesto no representaba el abandono de sus ambiciones de apoderarse de Cuba, como se demostró en su intervención en Cuba, con el falso pretexto altruista, en 1898, de ayudar a nuestro pueblo en su lucha por su independencia, como lo expresaba en la "Joint Resolution".

La influencia de los viejos hábitos coloniales, en la nueva república, nacida el 20 de mayo de 1902,con todos los riesgos que ello implica, le lleva a valorar, con cuestionable criterio, no exento de pesimismo, en su artículo "Gobernar y desgobernar", publicado en "La Nación" el 12 de septiembre de 1916, acerca del papel determinante del pueblo en la consolidación de su institucionalidad, cuando afirma como…"…el pueblo de Cuba no es, ni sabe ser obstáculo al buen gobierno ni tampoco al mal gobierno. Es fácil para gobernarlo. Y fácil para desgobernarlo. Sufre y calla…En dieciséis años ha hecho un buen aprendizaje, no tan complete como quisiera el idealista, pero bastante para encaminar a su verdadera senda (…) Lo que no ha aprendido todavía el pueblo de Cuba es lo que tiene él de responsable en la mala y fraudulenta administración, cómo él debe y puede pedir que domine la inmoralidad; cuanto le daña y cuanto compromete sus intereses el administrador infiel, o el legislador torpe o el mandatario corruptor…Sin duda, nuestro noble pueblo atraviesa un periodo singular de su evolución republicana. Es todavía casi el mismo pueblo de la colonia. Los nuevos hábitos de la República tropiezan con los viejos hábitos del cautiverio. La esclavitud le irrita pero no le sorprende. Cuando la esclavitud le cause al mismo tiempo sorpresa e irritación, será más fácil gobernarlo que desgobernarlo" (81)

En 1917 reflexiona en su artículo "A la injerencia extraña, la virtud doméstica" donde critica el alejamiento de los gobiernos en la república de los intereses del pueblo, que supuestamente los eligieron dado…"…que lo que ha logrado el gobierno con esta equivocada táctica, es alejarse, más aún de lo que estaba, de la opinión pública; ahondar, más aún que antes, la pugna entre sus intereses políticos y los intereses políticos del pueblo; añadir a los agravios de ayer los agravios de hoy; condenarse a sí mismo, por su propio fallo; agregar a las pruebas, que lo hacían sospechoso, las pruebas que esclarecen de un modo absoluto su olvido de las prácticas republicanas, su olvido del régimen democrático, su olvido de los derechos que conquistaron, para el pueblo, los procures inmortales" (82).

En su artículo "Separatismo y República" (1919) éste valora como…"…a la República le ha faltado la confianza del futuro; le ha faltado el verbo coordinador del separatismo; le ha faltado el sentido de su reivindicación. Los bienes de la independencia, que el separatista conquistó, los han despilfarrado, los ha comprometido, los ha agotado en la República el desconcierto de los partidos que invocaron el nombre de los principios, pero en pugna con los principios. En vez de vigorizar su disciplina, el separatismo se disgregó; creía terminada su obra en los momentos de comenzarla más en firme" (83).

El papel de la necesaria etica en la política lo expresa en su artículo "Las leyes y los hombres", publicado en "La Nación" el 28 de diciembre de 1917, donde expresa que…"…hay unos cubanos de muy sana intención, los cuales piensan que hacienda mejores leyes, haríamos buenos a los hombres malos; y hay, asimismo, otros cubanos, a nuestro juicio clarividentes, los cuales vuelven la oración por pasiva y dicen: cambiando estos hombres malos por otros mejores, habría más eficiencia en las leyes, apreciadas ahora, a través de los espejismos de una política engañadora y torpe…Para gobernar a Cuba, y salvarla de su postración actual, solo es menester que los partidos lleven al poder a hombres de inteligencia y de cultura, de elevación moral y de carácter sólido, facultados para dirigir los acontecimientos en la senda gloriosa de la libertad, la verdadera conductor de los hombres hacia los grandes y hermosos designios humanos (84).

XXII. – Alfredo Miguel Aguayo (1866-1948):

"Aunque de pensamiento político conservador, este destacado pedagogo, promovió en la educación cubana, la importancia del papel del maestro y el método educativo en la formación de valores cívicos".

Como pedagogo de vasta cultura, ejerce gran influencia en la pedagogía cubana de la primera mitad del siglo XX, cuya obra se divulga también en América Latina. Se le considera como uno de los fundadores de la pedagogía científica cubana y un activo promotor de la investigación pedagógica. Éste nace en Ponce, Puerto Rico, el 28 de marzo de 1866. Desde 1879, cuando contaba 13 años se traslada con su familia a Cuba donde establece su residencia permanente…

En 1885, matrícula en la Universidad de La Habana, donde obtiene los títulos de Doctor en Leyes, y en Pedagogía. Para su sustento realiza las más disímiles labores como aprendiz de tipógrafo, empleado de correos y traductor de cables, las que alternaba con el estudio. Con 18 años, se desempeña como profesor en el Colegio "La Divina Caridad" y en la escuela del Círculo de Trabajadores de La Habana, de la cual llega a ser director. Durante los años finales de la Colonia, es amenazado y perseguido por las autoridades coloniales, lo que le obliga a emigrar a los Estados Unidos en el año 1895.

Regresa a Puerto Rico y ocupa los cargos de juez de instrucción y magistrado, e incursiona en estudios filosóficos y literarios, pero muy pronto se dedica plenamente a la enseñanza. Libre Cuba del colonialismo español, retorna a su patria adoptiva, y continúa ejerciendo el magisterio en los años de la república mediatizada.

Habla y escribe, con pleno dominio, en francés, italiano, inglés, alemán y latín, lo que le permite nutrirse de las corrientes del pensamiento pedagógico de su época. Trabaja en el Instituto "San Manuel y San Francisco", posteriormente denominado "Instituto Hoyo y Junco" donde conoce de métodos y procedimientos que se pronuncian en contra del escolasticismo y el aprendizaje memorístico.

Como profesor de la Escuela Normal puso en práctica métodos didácticos que le permitieron enriquecer su formación. En 1901 y 1902, se desempeña como Superintendente Provincial de Escuelas; en 1903, crea la primera Escuela Normal por correspondencia y en 1904 participa en la elaboración del Manual o Guía para exámenes de maestros cubanos.

Publica en 1904 su Tratado de Pedagogía y el 23 de abril de 1906, alcanza el Doctorado en Pedagogía y obtiene la cátedra de Profesor Auxiliar en la Escuela de Pedagogía, creada en 1901. En 1912, se le confiere la condición de profesor titular de las cátedras de Psicología, Historia de la Pedagogía e Higiene escolar de la Universidad de La Habana.

En 1932, se publican sus obras "Didáctica de la Escuela Nueva" y "Filosofía y nuevas orientaciones de la educación", ambas de gran trascendencia en las transformaciones que tienen lugar entonces en la pedagogía en Cuba. Su obra pedagógica resulta muy extensa, y cuenta con más de 400 títulos. Entre estos podemos mencionar: "Enseñanza de la Lengua Materna en la escuela elemental", "Elementos de Geografía Universal", "Pedagogía", "Pedagogía para Escuelas y Colegios Normales", "Tratado de Psicología Pedagógica", "Pedagogía Científica", "Psicología y Dirección del Aprendizaje" y "La Democracia y su defensa por la educación". Con edad ya avanzada es reconocido como Profesor Emérito de la Universidad de La Habana. Fallece en la capital cubana, a los 82 años, el 30 de abril de 1948.

Aunque de pensamiento político conservador, este destacado pedagogo, promueve en la educación cubana, la importancia del papel del maestro y del método educativo en la formación de valores cívicos. Al respecto el Dr. Justo Chávez en su obra "Bosquejo histórico de las ideas educativas en Cuba", destaca como…"…al concluir la década del 30 –después de fracasar la revolución contra la tiranía de Gerardo Machado (1930-1933) – la educación cubana presentaba un cuadro deprimente. En la práctica escolar imperaban los rasgos más nocivos del tradicionalismo educacional, lo que se expresaba claramente en un retraso en relación con las necesidades del progreso económico y social al que aspiraba el país. La crítica más fuerte que se hacía a la educación se centraba en: el autoritarismo, la falta de vinculación de la escuela con la vida, el negarle al sujeto que aprende el protagonismo necesario, el dedicarse a una deficiente instrucción y despreocuparse por el desarrollo espiritual del individuo".

Y añade:

"Desde mediados de la década del 30, cuajó la intención de resolver las deficiencias señaladas, de manera diferente a como se había enfrentado en las décadas anteriores y más en consonancia con las corrientes en boga en los Estados Unidos y Europa. Se introdujeron entonces los postulados del llamado Movimiento de la Escuela Nueva. Este complejo enfoque de la educación se fundamenta en el pragmatismo y el positivismo y asumió también las posiciones del liberalismo burgués de fines del siglo XVIII e inicios del XIX. Este movimiento educacional es asumido en Cuba, en un primer momento, casi acríticamente, pero después la realidad cubana impuso a algunos de sus seguidores, las adecuaciones e interpretaciones que les hicieron plantearse problemas no asumidos plenamente por esa corriente educativa fuera de Cuba, lo que le imprimió un sello de autenticidad…Los representantes más destacados en Cuba fueron; Alfredo M. Aguayo, Diego González, Ana Echegoyen, Piedad Maza y otros, que sobresalieron en ese momento" (85).

XXIII.- Juan Miguel Dihigo Mestre (1866-1952)

"Autor de numerosos trabajos sobre filología y lingüística".

Se destaca en variadas ramas del saber, particularmente como lingüista, filólogo y pedagogo. Nace en La Habana el 8 de mayo de 1866, Realizó valiosas contribuciones a las ciencias pedagógicas, entre las que se encuentran la fundación del primer laboratorio de fonética experimental en la Universidad de La Habana y el Museo de Arqueología Clásica. Autor de numerosos trabajos sobre Filología y Lingüística.

Se gradúa como Licenciado en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, en 1887, y un año más tarde obtiene, en esas mismas disciplinas, el grado de Doctor. En 1898 se le otorga el Doctorado en Derecho Civil y Canónico, en el propio alto centro docente. Ejerce como Catedrático de Lengua Griega de la Universidad de la Habana, donde se desempeña simultáneamente en las Cátedras de Lingüística y Filosofía, y en Historia de la Pedagogía. Prepara varios programas para los cursos de griego que imparte, siguiendo las más modernas teorías y orientaciones europeas.

Realiza varias contribuciones de importancia a la práctica de las ciencias pedagógicas, entre las que se encuentran: la fundación del primer laboratorio de fonética experimental, en la Universidad de La Habana, en 1908, único de su tipo que existió durante aquellos años en América Latina y la creación, en 1919, del Museo de Arqueología Clásica.

El laboratorio y museo adjuntos a la Cátedra de Lingüística, llevaron su nombre y funcionaron gracias a sus particulares gestiones e iniciativas. Con el primero se inicia en Cuba la rama experimental de la lingüística, y el segundo sirve para combinar la enseñanza teórica con la práctica. Fundador y posteriormente Presidente de la Junta Municipal de Educación de La Habana. Elegido miembro, desde 1910, de la Academia de Historia de Cuba.

En el año 1912 asiste al Jubileo de la Universidad Nacional de Atenas y al Congreso Internacional de Orientalistas, representando a la Universidad de La Habana. Participa como delegado a las fiestas del Tercer Centenario de la Universidad de Oviedo, España. Es miembro corresponsal de la Sociedad Filológica Helenista de Constantinopla, e integra la Asociación Lingüística de París y la Asociación para el fomento de los estudios griegos en Francia.

Cuando en 1905 comienza la edición de la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de La Habana, la cual funda junto a su tío Arístides Mestre y Hevia, ocupa el cargo de jefe de redacción, para después pasar a ser su director, en 1914. Autor de numerosos trabajos sobre filología y lingüística. Entre ellas podemos mencionar:

—"La lengua árabe y la historia de España. Necesidad del estudio de la lengua árabe para el conocimiento positivo de la historia de España (Tesis para el doctorado en Filosofía y Letras, leída y sostenida el 22 de junio de 1888). Imprenta La Antillana de G. Cacho-Negrete, La Habana, 1888

—"Sinopsis de gramática griega". Imprenta La Constancia, La Habana, 1894

—"Elogio del Dr. Nicolás Heredia y Mota, profesor de Historia de la Literatura Española e Historia de las Literaturas Modernas Extranjeras". Imprenta y Librería La Moderna Poesía, La Habana, 1902

—"La fonética experimental en la ciencia del lenguaje". Imprenta Avisador Comercial, La Habana, 1911

—"La Biblia desde el punto de vista lingüístico". Imprenta El Siglo XX, La Habana, 1913

—"El habla popular al través de la literatura cubana. Estudio sobre su transformación". Imprenta El Siglo XX. La Habana, 1915

—"El movimiento lingüístico en Cuba". Imprenta El Siglo XX, La Habana, 1916

—"La Universidad de la Habana. Bosquejo histórico". Imprenta El Siglo XX. La Habana, 1916

—"Cómo puede conocerse la historia por las monedas". Imprenta El Siglo XX. La Habana, 1921.

—"Elogio del Dr. Juan Francisco de Albear". Imprenta El Siglo XX. La Habana, 1921

—"La vida de la Academia de la Historia (1910-1924)". Imprenta El Siglo XX. La Habana, 1924".

Realiza a su vez importantes contribuciones a las ciencias pedagógicas. Fallece en La Habana, el 14 de enero de 1952.

XXIV. – Eduardo Chibás Ribas (1915-1951)

"El autenticismo surgió a la acción revolucionaria precisamente para oponerse a esa visión miope, extranjerizante y fatalista de nuestras posibilidades como pueblo, que nos condena eternamente a factoría extranjera".

Nace en la ciudad de Santiago de Cuba el l 9 de septiembre de 1915. Cursa sus estudios primarios en el colegio "Dolores "en esa ciudad. Posteriormente matricula el primer año de Bachillerato como alumno interno, en el curso académico 1920-1921, en el "Colegio de Belén" en la Habana. En el mes de mayo de 1925 se matricula en el Instituto de La Habana y obtiene el título de Bachiller. Ingresa en la Universidad de La Habana el 30 de septiembre de 1926.

La actividad de Chibás en el escenario político cubano alcanza una significativa trascendencia. El 17 de diciembre de 1925, cuando aún cursaba el primer año como estudiante de Derecho, en la Universidad de La Habana, participa, en la que se le reconoce como su primera actividad política publica, en la masiva manifestación popular que exige la liberación del dirigente estudiantil, Julio Antonio Mella, por el gobierno Machadista y cuya vida corría serio peligro, por la huelga de hambre que éste inicia, en protesta por su arbitraria detención. Consecuencia de la misma sufre Chibás la primera de sus encarcelaciones. En esta ocasión debe pagar una fianza de $ 1000, suma apreciable para la época.

A principios de 1927 cuando el presidente Gerardo Machado opta por prorrogarse en el poder, a partir de una arbitraria reforma constitucional, se organiza el Directorio Estudiantil Universitario que lo cuenta entre sus miembros. El 21 de diciembre del propio año, el Consejo Universitario, por exigencia del gobierno, toma el acuerdo de expulsarlo por cuatro años de la Escuela de Derecho así como dicta la clausura definitiva de la Universidad Popular "José Martí", fundada por Julio A. Mella, en 1923.

Como consecuencia de sus artículos periodísticos en los que formula fuertes críticas al gobierno, se radica la causa 228 de 1929 contra éste y un grupo de revolucionarios, por el delito de conspiración para la sedición. Sufre prisión desde el 25 de febrero de 1929, hasta el 30 de junio del propio año, en que por presión popular es liberado junto con los otros involucrados en esa causa. Obligado a marchar al exilio, durante su permanencia en New York, en el mes de julio del propio año, en unión de otros compañeros, funda la Unión Cívica de Exilados Cubanos (UCEC).

A fines de diciembre de 1930, retorna a Cuba de forma clandestina. Desde ese momento y hasta la caída de Machado, el 12 de agosto de 1933, lucha contra la dictadura en estrecha unión con el Directorio Estudiantil de 1930. En 1934 cuando el ex sargento y ahora coronel Fulgencio Batista derroca al gobierno de Grau San Martín, Chibás publica artículos periodísticos exigiendo que se convoque a una Convención Constituyente y se establezca un régimen de derecho en Cuba. En 1939 resulta elegido con gran votación para representar a la Provincia de La Habana, en la Convención Constituyente en la que desempeña un gran protagonismo.

En las controvertidas elecciones de 1940 es electo presidente Fulgencio Batista, con el respaldo de los militares, las clases ricas de la nación y la embajada norteamericana. En las mismas, Chibás resulta electo representante a la Cámara por el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico). En el año 1944, éste ya tiene su media hora dominical en la radio donde aboga por el triunfo electoral del candidato Ramón Grau San Martín, en las próximas elecciones, que gozaba entonces de gran popularidad, más que por sus méritos personales, por las medidas revolucionarias adoptadas por Antonio Guiteras durante el llamado Gobierno de los 100 Días. En 1947 un grupo de militantes del PRC (A), encabezados por Chibás, inconformes con la política gubernamental, que frustrando las esperanzas populares, se sume en la mayor corrupción política y administrativa, deciden formar un nuevo partido con el nombre de Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).

En la contienda electoral de 1948, el PPC(O) presenta como candidato presidencial a Eddy Chibas. No obstante, con la ayuda del gobierno auténtico en el poder, resulta electo Carlos Prío Socarrás. Tras las elecciones parciales de 1950, Chibás, ya como senador, continúa su incansable batalla por la erradicación del peculado en la hacienda pública cubana. Todas las encuestas que se hicieron en esta época daban como triunfador a éste en las elecciones generales programadas para junio de 1952, en que éste figuraría como candidato a la presidencia por el PPC(O).

Enfrascado en una controversial polémica con Aureliano Sánchez Arango, Ministro de Educación en el gabinete de Carlos Prío, a quien acusa públicamente de corrupción administrativa, se compromete públicamente desde su hora radial, de presentar las pruebas de su denuncia. No obstante, la persona que debía entregarle al líder ortodoxo las pruebas del hecho es sobornado e incumple su compromiso. En respuesta, el 5 de agosto de 1951, durante su hora radial de los domingos, por la emisora CMQ, el prestigioso líder atentó contra su vida al terminar su discurso, recalcando, en sus últimas palabras que ese era su "último aldabonazo a la conciencia cubana". Tras varios días de dramática agonía, fallece el carismático líder político, en el Centro Médico Quirúrgico en La Habana, el 16 de agosto de 1951. Su sepelio constituye una impresionante demostración popular de apoyo a las ideas que defendía y de rechazo al corrupto gobierno auténtico.

Para valorar las causas que determinaron el protagonismo de Chibás como dirigente político de gran arraigo popular, particularmente en la etapa comprendida de 1947 a 1951, es necesario conocer los principios éticos, que regían su conducta, en un ambiente caracterizado por la politiquería, el latrocinio y la desembozada actividad de grupos gansteriles, que bajo la supuesta motivación de ideales revolucionarios, vivían del presupuesto de la República, con la anuencia del gobierno (86).

Chibás utiliza frecuentemente tanto su programa radial dominical, que gradualmente alcanzó gran radio-audiencia, así como la prensa escrita, para expresar sus criterios con gran pasión, pero validados, con su ejemplo personal de dirigente incorruptible, virtud muy escasa entre los políticos de la época.

Desde sus polémicas intervenciones en el seno de la Asamblea Constituyente, ya se expresaba su actitud rebelde y cuestionadora, pero siempre guiadas por el respeto a las mejores tradiciones del pensamiento progresista cubano. Los intentos de algunos delegados batistianos de que se autorizase en determinadas dependencias oficiales, el uso de la bandera representativa del 4 de septiembre junto a la bandera cubana, motivo que Chibás expresase que…"…ésta es la bandera nacional y esa es la única que debe flotar en las dependencias militares, en los edificios públicos y en las dependencias oficiales. Por eso pido hoy a la Convención Constituyente, se apruebe por unanimidad establecer de manera precisa, para que no haya lugar a divisiones intestinas o divisiones intelectuales de nuestro pueblo, que en los edificios del Estado solamente pueda flotar la bandera nacional, la bandera de la República de Cuba" (87).

Fulgencio Batista, se ha convertido desde el 4 de septiembre de 1933 en el verdadero poder en Cuba, como jefe del Ejército Nacional y más aún tras el golpe de estado al llamado gobierno de los 100 Días, compartido con Ramón Grau Martín y Antonio Guiteras, en enero de 1934. Utilizando como testaferros a Miguel Mariano, Gómez, Carlos Mendieta y por último a Federico Laredo Bru, implanta un régimen represivo, pero con el beneplácito del gobierno de los Estados Unidos, al convertirse en fiel cancerbero de sus inversiones en el país. En julio del 1940 obtiene una controvertida victoria en las elecciones efectuadas, "legalizando" un nuevo mandato presidencial, en esta ocasión, figurando él personalmente como Presidente de la República (1940-1944).

Chibás, elegido en 1940 como Representante a la Cámara, aún desde las filas del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), en la oposición, se convierte en un crítico sistemático de sus desmanes. En una intervención ante el Congreso, el 30 de septiembre de 1942, denuncia como…"…el gobierno no puede contener el agio y la especulación porque todo el mundo sabe que ellos son fomentados, controlados y dirigidos desde el Palacio Presidencial. Han organizado al país entero para el peculado, y lo han dividido en zonas de influencia para explotarlo mejor" (88).

En declaraciones al diario "Prensa Libre", en diciembre de 1942, expresa que…"…tal parece que vivimos en un país salvaje donde impera la brava y en el cual los funcionarios públicos dirimen las cuestiones en plena vía pública. Esta semana el Gobierno ha ofrecido sólo en la capital dos ejemplos elocuentes: el tiroteo de la Manzana de Gómez y el asesinato del Alcalde de Marianao" (89).

El 26 de marzo de 1943, la revista "Bohemia" se hace eco de una nueva denuncia, donde éste expresa como…"…los actuales vampiros de la política cubana, bien cebados como están con la sangre que desde hace años vienen succionando al pueblo escuálido de Cuba, no se encuentran satisfechos todavía con lo que han atracado ya, sino que quieren más y más y siempre más. Ese el motivo de la proposición de la Ley de Ampliación Tributaria que crea impuestos nuevos por valor de 20 millones de pesos al año" (90).

Son conocidas las decisiones erróneas tomadas por los comunistas cubanos, al apoyar la candidatura de Batista en 1940 e incluso de aceptar un Ministerio en su gabinete. Tal decisión respondía a la política oportunista seguida por los Estados Unidos de flexibilizar sus relaciones con la Unión Soviética, su importante aliado entonces en la II Guerra Mundial. Batista, político astuto y sin muchos escrúpulos, aparentó convertirse en el gran demócrata, legalizando el Partido Comunista y restableciendo relaciones diplomáticas con la otrora potencia enemiga. Los comunistas cubanos, sistemáticamente acosados por todos los gobiernos anteriores, e interpretando desacertadamente en las condiciones de Cuba, la directiva de la Internacional Comunista, referente a la creación en todos los países de frentes populares en la lucha contra el fascismo, escogen a un pésimo aliado: un Batista a quien el pueblo conocía bien por sus desmanes, corrupción y medidas represivas contra el pueblo.

Ello provocó una fuerte crítica de Eddy Chibás publicada en el diario "Prensa Libre", el 9 de noviembre de 1943, donde éste afirma que…"…es evidente que ya no quedan en el Comité Central del Partido Comunista, hombres de la talla de Julio Antonio Mella, Martínez Villena Gabriel Barceló, Fernández Sánchez, Chelala, etc.. A esos dirigentes comunistas, aunque estaban en campo distintos al mío, siempre les reconocí dignidad y valor. Se jugaban la vida frente a los gobiernos y eran incapaces de pactar con un traidor como Arévalo porque no eran iguales que éste, no se vendían a los gobernantes ni la policía" (91).

Chibás, como buena parte de nuestro pueblo, celebra la rotunda victoria de Ramón Grau San Martín y del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) que lideraba, en las elecciones de 1944, pensando que con él acabarían las calamidades que siempre acompañaron a los desgobiernos anteriores: politiquería, corrupción y subordinación a los intereses norteamericanos.

Al respecto escribe en el diario "El Crisol", el 7 de agosto de 1944, como…"…el autenticismo surgió a la acción revolucionaria precisamente para oponerse a esa visión miope, extranjerizante y fatalista de nuestras posibilidades como pueblo, que nos condena eternamente a factoría extranjera. Aspiraciones a convertir en realidad los anhelos de liberación que encendieron la fe del mambí y le llevaron, frente a todas las penalidades y sacrificios a la gesta heroica de la independencia….Aprobamos que tan solo hacía falta, para romper el cerco que asfixiaba a la República y nos condenaba a la condición de parias en nuestra propia tierra, un grupo de cubanos de vergüenza en la gobernación del Estado, orientados por un propósito firme de servir a la patria y capaces de dirigirla con energías frente al vocerío y a la oposición de las fuerzas opuestas a la independencia: los eternos lacayos del imperialismo" (92).

No demora mucho Eddy Chibás en darse cuenta de que tanto Grau, como los principales funcionarios públicos del nuevo gobierno, en nada se diferencian de los que han desgobernado a Cuba desde el 20 de mayo de 1902 por lo que junto a un grupo de militantes del Partido Auténtico en el poder, declaran su determinación de crear una nueva agrupación política que denominarán como Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), en 1947.

El 18 de mayo de 1947 escribe en "El Crisol" como…"…el autenticismo, bajo el gobierno del doctor Grau San Martín, ha sido violado en su doctrina y en su programa, maltrecho y desconocido en sus hombres dirigentes como en sus viejos afiliados y combatientes de los días heroicos. El Partido, como órgano político nuevo, es un mito. No se ha reunido una sola vez en Asamblea Nacional, ni su Comité Ejecutivo, desde que el Dr. Grau San Martín, resultó electo Presidente de la República, hace tres años…Los organismos funcionales, que constituyen la esencia revolucionaria del partido, hoy no mandan en el gobierno…..La crisis permanente del gobierno del Presidente Grau San Martín, crisis caracterizada por imprecisión en materia de gobierno, por la incapacidad en el ejercicio de las funciones públicas, por su política divisionista y tortuosa en sus relaciones con el PRC, el Congreso de la República y la Confederación de Trabajadores de cuba, por su falta de unidad de método, de plan político, se ha agravado con el arribo reciente a las posiciones de comando de gentes sin historia, ni capacidad reconocida, así conocida por el fraude y la corrupción administrativa crecientes. La crisis del Gobierno produce la Crisis del Partido, la cual a su vez determina la crisis misma de la revolución cubana. Ideas y procedimientos nuevos: nacionalismo, antiimperialismo y socialismo, independencia económica, libertad política u justicia social. Esas fueron las consignas de las promociones revolucionarias del 23, 27 y del 30 (93).

Ante el asesinato del dirigente comunista del sector azucarero, Jesús Menéndez, durante el mandato del PRC (A), Chibás denuncia en el diario "El Crisol", el 25 de enero de 1948, como…"…sería torpe y mezquino contemplar el asesinato de Jesús Menéndez como un caso esporádico, como una simple peripecia de las contiendas políticas, como un accidente de la lucha anti-comunista. No, no es eso. Se trata de un ataque brutal y deliberado del gobierno a toda la clase trabajadora, a la inmunidad parlamentaria, al congreso y al orden constitucional. Ese crimen inaudito no es una mera consecuencia fortuita del clima de violencia que vive el país, sino que expresa claramente la política gubernamental de ahogar en sangre la lucha de la clase trabajadora en demanda de sus legítimos derechos y perturbar el proceso electoral" (94).

El gobierno de Carlos Prío Socarrás, candidato por el Partido Auténtico, gana las elecciones de 1948, con el apoyo de toda la maquinaria política y recursos oficiales. Su ejecutoria, que rebasa los desmanes y deshonestidad de su maestro Grau, sume al pueblo en un estado de letargo y desconfianza hacia los políticos y los partidos, que sólo Chibás, con sus apasionadas intervenciones radiales y vibrantes escritos, logra revivir en sus más justas aspiraciones.

El líder ortodoxo, con su consigna de "¡Vergüenza contra dinero!", obtiene lo que hasta entonces ningún dirigente ha logrado: nuclear al pueblo tras su carismática personalidad y la fe en su honestidad personal. A su vez, bajo su inspiración se ha ido conformando en la Juventud Ortodoxa, una nueva generación de revolucionarios, que lidera Fidel Castro junto con Juan Manuel Márquez, Luis Orlando Rodríguez y tantos otros, que contrastan con los políticos a la vieja ultranza que se han logrado infiltrar en la dirigencia ortodoxia y que posterior al holocausto de Chibás, que lo conduce al suicidio, traicionarán su ideal ético-político.

Apenas dos meses antes de su trágico "pistoletazo", el líder ortodoxo expresa en la entrevista que le concede al periodista Mario García del Cueto, publicada en la revista "Bohemia, el 8 de junio de 1951, ante la pregunta: "¿Qué haría usted por Cuba si fuera presidente?":

"Reintegrar al pueblo los dineros que le han sido robados por mandatarios venales y políticos sin escrúpulos; he aquí una consigna cardinal de la ortodoxia en el poder; absoluto respaldo a los tribunales de justicia en el ejercicio de sus funciones específicas y especialmente en la tarea de exigir responsabilidades a los malversadores del erario público; democracia política y efectiva sin condenas que la limiten, como el Decreto- Mordaza y las sistemáticas agresiones del gobierno de Prío a la libre expresión del pensamiento; propugnar una política de altos salarios, compatible con la realidad económica y social y propiciar un régimen democrático en el campo sindical, dominado por una cleptocracia pseudo-obrera; poner al alcance de la economía popular de primera necesidad, a través de una honrada política de precios y abastecimientos; hay que acometer la reforma agraria que reclama el guajiro cubano, estafado reiteradamente con demagógicos repartos de tierra y situarlo en el justo disfrute de sus riquezas; propender a la nacionalización de los servicios públicos que deben ser considerados como factores de bienestar social y no como empresas monopolistas, y, en general, a la cubanización del país y la ortodoxia continuará en el poder su política de identificación con las democracias y de repudio de las dictaduras. Comunismo y fascismo coinciden en el odio a la libre determinación de los pueblos" (95).

En su última transmisión radial dominical por la CMQ, el 5 de agosto de 1951, conocida como "El ultimo aldabonazo", Chibás manifiesta como…"….hace cinco siglos el Tribunal de la Inquisición le gritaba a Galileo: ¡Mentiroso, engañador! ¡Presenta las pruebas de que la Tierra se mueve alrededor del sol! Galileo no pudo presentar las pruebas físicas del hecho evidente, y fue condenado, pero siguió repitiendo firme en su convicción moral, ¡Pero se mueve, pero se mueve!…Hace cinco años acusé al Ministro de Educación José Manuel Alemán de robar los dineros del material y el desayuno escolar y de estar fomentando en Miami un imperio de propiedades inmuebles. El Ministro Alemán y todos sus corifeos atronaron el espacio gritando: ¡Mentiroso! ¡Calumniador! ¡Presenta las pruebas! Yo no pude presentar las pruebas físicas de que se estaban robando el dinero del Tesoro Nacional, pero seguí repitiendo en mi convicción moral: ¡se lo roban! ¡Se lo roban! Ahora yo acuso al gobierno de Carlos Prío Socarrás de ser el más corrompido de cuantos ha tenido la República hasta el presente y a su Ministro de Educación Aureliano Sánchez Arango…..de robarse los dineros del material y el desayuno escolar y de realizar grandes inversiones en Guatemala y otras repúblicas de América Central"

Para agregar posteriormente:

"El domingo pasado desde esta misma tribuna de orientación y combate presenté al pueblo pruebas irrefutables de la enorme corrupción del régimen de Prío, fotografías de escuelas y hospitales en la miseria, contrastando con las fincas y palacetes ostentosos de gobernantes que hace poco vivían en la pobreza. Sin embargo, a pesar de las continuas depredaciones de Machado, Batista, Grau San Martín y Carlos Prío, no han conseguido embotar la sensibilidad moral del pueblo cubano, lo que habla muy alto de la firmeza de sus virtudes, mis palabras del pasado domingo no tuvieron que la grave situación requería. Cuba necesita despertar, pero mi aldabonazo no fue quizás lo suficientemente fuerte. Seguiremos llamando a la conciencia del pueblo cubano".

Y finalizaba:

"¡Compañeros de la Ortodoxia, adelante! ¡Por la independencia económica, la libertad política y la justicia social! ¡A barrer a los ladrones del gobierno! ¡Pueblo de Cuba, levántate y anda! ¡Pueblo cubano, despierta! ¡Este es mi último aldabonazo!" (96). A continuación se produce el disparo.

La muerte de Eduardo Chibás, ocurrida el 16 de agosto de 1951, después de varios días de cruel agonía, resultó una pérdida irreparable para las aspiraciones populares y del Partido Ortodoxo de alcanzar la victoria, casi incuestionable, en las elecciones a celebrarse en junio de 1952. La organización política, ahora en manos de políticos tradicionales, carentes de carisma y sin arraigo popular, como Millo Ochoa y Roberto Agramonte, complejiza aún más la situación política del país, que se debate en el enfrentamiento particularmente entre el sector estudiantil y el gobierno priista y sus funcionarios corruptos, sólo hábiles en trapacerías y chanchullos politiqueros.

Fidel Castro en su intervención en el Aula Magna de la Universidad de La Habana el 16 de agosto de 1951, expresaba como…"…ha muerto nuestro líder cuando más esperanzados estábamos en conservar su preciosa vida. Duro es hablar con un nudo en la garganta y el pecho oprimido por inmenso dolor. . Pero, no obstante, la responsabilidad de este momento trascendental para los destinos de nuestra Patria, impone el deber de hablar responsablemente a la ciudadanía, con serenidad, pero con la energía y firmeza que nos impone el compromiso contraído con la historia de llevar adelante los grandes ideales de Eduardo Chibás".

Para agregar:

"¡Tiemblen de pavor y espanto los que en el lecho de muerte vertieron torrentes de oprobio sobre su vida ejemplar de redentor y apóstol! Las calumnias con que lo hirieron en sus últimos momentos caerán como estigmas indelebles sobre la deshonra de sus detractores. Como un predicador, como el fundador de una nueva ética, un culto nuevo a la Patria, viene a llorar a sus pies la multitud afligida y lacerada de dolor. Ya no podrá decirse que era un aspirante desenfrenado a la Presidencia de la República. Ya no podrán acusarlo de ser un egoísta y ambicioso. Mientras otros extendían su mano pordiosera, pidiendo de limosna un poco de respaldo del pueblo, él, que lo tenía más que nadie y con la meta del triunfo personal al alcance su mano, lo renunció todo en el más extraordinario gesto de desinterés. Porque le importaba más el porvenir seguro de la Patria que el éxito probable de su persona. Ahora, desaparecido para siempre entre los vivos, inmolado en el altar de Cuba, no podrán decir los roedores mezquinos de su gloria que buscaba ventajas personales" (97).

XXV. – Carlos de la Torre Huerta (1858-1950).

"Entró en contacto con Felipe Poey Aloy, y realizó sus primeras incursiones en lo que sería su profesión definitiva: la malacología".

Relevante científico que realiza importantes aportes en sus investigaciones como malacólogo y zoólogo. Su extensa obra comprende trabajos de geología, paleontología, arqueología e historia. Carlos de la Torre nace en Matanzas, el 15 de mayo de 1858. Cursa sus primeras letras en el colegio La Empresa, de Matanzas, hasta ser clausurada por las autoridades españolas, y sustituida más adelante por el colegio "Los Normales", fundado por su progenitor, Bernabé de la Torre.

A los 10 años ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas, posteriormente clausurado con motivo del estallido de la Guerra de los diez años, en 1868. Continúa sus estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, donde en 1874 obtiene el título de bachiller en Artes. En ese mismo año ingresa en el curso preparatorio de medicina de la Real y Literaria Universidad de La Habana, concluido con notas de sobresaliente. Entra en contacto con Felipe Poey Aloy, y realiza sus primeras incursiones en lo que sería su profesión definitiva: la malacología.

Durante 1876 se ve obligado a regresar a Matanzas, a causa de haber adquirido fiebres palúdicas en los pantanos de Atarés. En 1880 obtuvo la plaza de ayudante preparador de física y química y conservador del Museo de Historia Natural en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y matricula en la Universidad de La Habana. En 1881 alcanza el título de licenciado en Ciencias y el premio extraordinario con matrícula de honor para realizar el doctorado en la Universidad Central de Madrid, donde recibe el título de doctor en Ciencias Naturales, en 1883. Ese año obtuvo la plaza de profesor de Historia Natural, Fisiología e Higiene, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Puerto Rico; en 1885 se desempeña como de profesor de Anatomía Comparada en la Universidad de La Habana.

En 1890, la Real Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP) le encarga la realización de una expedición a Puerto Rico, Santo Domingo y la región oriental de Cuba. Como resultado de ésta, en 1891 pronuncia una valiosa conferencia en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana sobre «Cráneos deformados y objetos arqueológicos descubiertos en las cavernas de Maisí». En esta última zona estudia, además, la enfermedad de los cocoteros que asolaba el territorio, y descubre sus causas.

De igual forma, colabora con Fermín Valdés Domínguez y otros patriotas, quienes trabajaban en los preparativos del futuro estallido independentista. Durante 1892 recorre la parte central de la Isla. Sus observaciones le permitieron efectuar importantes consideraciones para determinar la edad geológica de Cuba. Desde el punto de vista paleontológico obtuvo valiosos hallazgos, como el de los restos fósiles del Megalocnus rodens, descubiertos en los baños de Ciego Montero, en la actual provincia de Cienfuegos, válidos para demostrar la naturaleza continental de la Isla en el pleistoceno, y el de Ammonites, en los baños de la Bija, en Cruces, Cienfuegos, evidencias de la existencia del Jurásico en Cuba.

Pronuncia el discurso de apertura del curso universitario 1895-1896, con su intervención "Primeras noticias acerca de la fauna americana, suministradas por el Almirante Colón en el Diario de su Primer Viaje". Poco después, tras el estallido de la Guerra de Independencia viaja a Inglaterra, donde asiste al Jubileo de la Reina Victoria, e intercambió con los destacados científicos Bendall, Pomsomby y Fulton. Por otra parte, en Francia se pone en contacto con los científicos Hamy, Verneau, Milmez-Edward y Perrier.

En 1897, un año antes de culminar la Guerra de Independencia, cumple una misión especial cuando viaja a los Estados Unidos: entregar a Tomás Estrada Palma un mensaje de Marta Abreu. Poco después viaja a México, donde mantuvo relaciones con los científicos Dujes, Herrera y Aguilera, y se desempeña como profesor en el liceo francés de Chihuahua. Regresó a Cuba durante la Primera ocupación militar de Estados Unidos en Cuba y resulta electo concejal, teniente alcalde y alcalde de La Habana, en cuya función tuvo a su cargo los actos por la proclamación de la república, el 20 de mayo de 1902. Participa junto al general Máximo Gómez en la fundación del Partido Nacional Cubano y resulta elegido como representante a la Cámara y presidente de ese cuerpo, en 1904.

Se desempeña como profesor de geología, paleontología y antropología de la Universidad de La Habana (1900), decano de la Facultad de Letras y Ciencias (1920) y rector del alto centro docente (1921). Alcanza los grados de doctor en Farmacia (1921) y de doctor en Medicina (1922). Publica numerosos libros de texto y se le considera entre los fundadores de la ciencia pedagógica cubana. Su actitud de enfrentamiento a la dictadura de Gerardo Machado, lo obliga a un nuevo exilio en Estados Unidos, donde desempeña la presidencia de la Junta Revolucionaria. Tras la caída de la tiranía regresa a Cuba, donde ocupa el cargo de presidente del Consejo de Estado (1934), para renunciar poco después y reincorporarse a la cátedra universitaria. Designado miembro técnico del Instituto Finlay y director del Departamento de Biología (1935). Durante 1936, en Washington, trabaja en su obra Familia Annularidae, colabora con el científico Paul Bartsch y es curador de moluscos del Museo Nacional de Estados Unidos.

En 1948 sostuvo encuentros con el rey Leopoldo de Bélgica, interesado en la malacología, quien visita a Cuba. Aunque ya de edad avanzada, continua sus exploraciones; trabaja en su obra sobre Polidontes cubanos y sobre los Helix, publica monografías acerca de los moluscos, y presta especial atención a la preparación de sus archivos y a la organización de sus colecciones de polymitas, una de las cuales dedica al Museo de Washington.

Miembro de las prestigiosas instituciones científicas nacionales: la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, la Real Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana}, la Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey y la Sociedad Geográfica de Cuba. De igual forma, participa en las labores de relevantes sociedades científicas extranjeras: la Societé Zoologique de France, la Academia de Ciencias de Filadelfia, la Sociedad Española de Historia Natural, el American Museum of Natural History of New York, Estados Unidos, la Malacological Society of London, la Academia Leopoldina de Naturalistas de Halle, Alemania, la Academia Chilena de Ciencias Naturales, la Sociedad de Historia Natural de México y la American Malacological Union.

Acreedor a distinciones como Diplome D´Honeur del Institud du Midi, Francia (1901), Doctor of Sciences Honoris Causa de la Universidad de Harvard (1912), Gran Cruz de la Orden Nacional Carlos Manuel de Céspedes de la República de Cuba (1935), Chevalier de L´Orden Nacionale de la Legion d´Honeur, de la República de Francia (1936), Profesor Eméritus de la Universidad de La Habana (1938); Doctor Honoris Causa de la Universidad de Friedrich Schiller, de Jena, Alemania (1938); Honory Member of the Washington Academy of Sciences (1939). Fallece en La Habana, el 19 de febrero de 1950.

XXVI. – Jorge Mañach Robato (1898-1961):

"Son reconocidos sus antológicos ensayos, donde expone sus puntos de vista vinculados a su preocupación por la cultura cubana".

Relevante escritor, profesor e intelectual cubano. Nace en Sagua La Grande, en la antigua provincia de Las Villas, en 1898. Reside en España con su familia desde los nueve a los quince años. Regresa con ellos a La Habana en 1913 y al morir su padre en 1915, viaja a los Estados Unidos donde se gradúa en la Universidad de Harvard, en 1920. Se le concede una beca de postgrado a cursar en La Sorbona, en París, donde se matricula en Derecho.

Regresa a Cuba en 1922. En la Universidad de La Habana obtiene los doctorados en Derecho Civil (1924) y en Filosofía y Letras (1928). Catedrático desde 1940 de Historia de la Filosofía en la Universidad de la Habana, se distingue por su activa participación en la vida política de su tiempo y por su compromiso en el desarrollo y divulgación de la cultura en su patria. Cultivó intensamente el ensayo periodístico y el filosófico, la crítica, la biografía y el teatro.

En 1923 participa en, la «Protesta de los Trece», contra la corrupción administrativa en el gobierno de Zayas. Posteriormente se incorpora al Grupo Minorista. Son reconocidos sus antológicos ensayos, donde expone sus puntos de vista vinculados a su preocupación por la cultura cubana, "Crisis de la Alta Cultura en Cuba" (1925) e "Indagación del Choteo" (1928). Integra el equipo de editores de la "Revista de Avance" (1927-1930), órgano principal de la vanguardia literaria y artística en Cuba, en la época, que deja de publicarse ante la represión del gobierno de machado.

Participa en la lucha antimachadista como miembro de la organización ABC, de carácter reformista y burgués, fundada por Joaquín Martínez Sáenz. Funda en diciembre de 1932, el mismo año en el que publica su ensayo "El Pensamiento Cubano: su trayectoria", el programa de radio La Universidad del Aire, pionero en Hispanoamérica en el uso de los medios de comunicación de masas para la difusión de la cultura. En 1933, Espasa-Calpe publica en España su biografía Martí, el apóstol, considerada aún hoy una de las más reconocidas biografías de José Martí y en la que destaca la belleza de la prosa.

En 1934 forma parte de uno de los gobiernos de transición que siguieron a la caída de Machado en 1933, pero después de romper ABC con el gobierno y debido al aumento de la represión policíaca, marcha al exilio en Estados Unidos. Allí ocupa una cátedra en la Universidad de Columbia hasta su regreso a Cuba en 1939, cuando es electo delegado a la Asamblea Constituyente (1940). En 1940 obtiene por oposición la nueva cátedra de Historia de la Filosofía, en la Universidad de la Habana, y es elegido Senador por la provincia de Oriente.

Es designado Ministro de Estado (1944) al final del gobierno constitucional de Fulgencio Batista. Posteriormente se integra al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) fundado por Eduardo Chibás en 1947. En esta época polemiza públicamente con José Lezama Lima a propósito de la poética del grupo de la revista Orígenes. En 1949 reanuda La Universidad del Aire y en 1950 funda el programa televisivo Ante la Prensa.

Abandona nuevamente Cuba en 1953 tras el asalto al estudio de la CMQ donde se radiaba La Universidad del Aire por porristas del dictador Batista, que ha ocupado de nuevo el poder tras el golpe militar del 10 de marzo de 1952.Vuelve a Cuba en 1955 y, después de abandonar públicamente el Partido Ortodoxo, promueve la fundación, el 9 de abril de 1955, del Movimiento de la Nación, que intenta aglutinar toda la oposición política a Batista.

Al fracasar este movimiento, se auto-exila en España en1957. El 20 de septiembre de 1958 representa a la Universidad de La Habana en los actos del CCCL Aniversario de la Universidad de Oviedo. Mañach regresa a Cuba en febrero de 1959, una vez derrocado Batista. Su propia formación intelectual, forjada en gran parte en universidades norteamericanas y sus convicciones políticas tradicionalmente conservadoras, determina su decisión de viajar hacia Puerto Rico a ocupar una cátedra en la Universidad de San Juan en Río Piedras, Puerto Rico. Fallece en ese país, donde había establecido su domicilio definitivo, en junio de 1961, sin haber finalizado su último ensayo "La teoría de la frontera", publicado póstumamente en 1970.

XXVII.- Emilio Roig de Leuchsenring (1889-1964)

"No creemos que entre las naciones de hoy haya sufrido ninguna más que Cuba a manos del imperialismo".

Nace en La Habana el 23 de agosto de 1889. Cursa sus primeros estudios en el Colegio de Belén. En 1905 publica su primer artículo, «Impresiones de viaje», en el Diario de la Marina. Se gradúa de Bachiller en Letras y en Artes en el Instituto de la Habana (1908). En 1912, su trabajo "¿Se puede vivir en La Habana sin un centavo?" gana el primer premio en el concurso de artículos humorísticos convocado por la revista "El Fígaro". Colaboró en la "Revista Jurídica· (1912-1913).

Desde 1913 labora como redactor y jefe de redacción de ·Gráfico". Director de la "Revista de Derecho" (1913-1917). Jefe de despacho del Primer Congreso Jurídico Nacional (1916) y Redactor de la revista "Social" (1916-1920). Se gradúa en la Universidad de La Habana de Doctor en Derecho Civil y Notarial (1917). En 1921 emprende un viaje por Alemania, Francia, España, América Latina y Estados Unidos. Colabora en los "Anuarios de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional" (1921-1930).

Miembro de la "Comisión nacional codificadora" (1922). Fundador y secretario de la "Revista de Derecho Internacional" desde 1922 y fundador de la revista "Cuba Contemporánea", de cuya redacción formó parte desde 1923. Apoya públicamente a los protestantes de la Academia de Ciencias (Protesta de los Trece, 1923) y se integra a la Falange de Acción Cubana, fundada por Rubén Martínez Villena. Integrante del Grupo Minorista, su buffet se convierte en uno de los puntos de reunión del mismo. Colabora en los "Archivos del Folklore Cubano" (1924). Director literario de "Social" a partir de 1925. Subdirector de la revista "Carteles" (1925-1930). Comisionado intermunicipal de La Habana de 1927 a 1935, salvo durante el período de 1931 a 1933, en que la dictadura machadista decreta la ocupación del Municipio.

En 1935 se le designa Historiador de la Ciudad de La Habana. A iniciativa suya se crea la Oficina del Historiador de la Ciudad (1936), de cuya organización se hace cargo. Se ocupa además de ediciones, como los "Cuadernos de historia habanera", las "Actas capitulares del Ayuntamiento de La Habana" y la "Colección histórica cubana y americana". Dirige la "Revista de Estudios Afrocubanos" (1937). Con su trabajo "Martí en España" ingresa en 1938 en la Academia de la Historia. Miembro de la "Liga Antifascista a favor de la República española" (1939).Fundador en 1940 y presidente de la "Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales".

Periodista colegiado en 1943. Dirige el "Archivo Histórico Municipal". Miembro de la "Junta Nacional de Arqueología y Etnología", del "Colegio Nacional de Periodistas", de la "Comisión de Monumentos, Edificios y Lugares Históricos y Artísticos Habaneros", de la "Sociedad Cubana de Derecho Internacional", del "Colegio de Abogados de La Habana" y de otras instituciones. Colabora además en "El Mundo", "Revista Bimestre Cubana", "Alma Latina", "El Teatro", "Heraldo de Cuba", "El País", "Bohemia", "Revista de la Universidad de La Habana", "La Discusión" y "Vanidades". Sus trabajos divulgaron el pensamiento antiimperialista de Martí y la penetración imperialista en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Fallece en La Habana el 8 de agosto de 1964.

El pensamiento cubano tiene a uno de estudiosos más prolíficos en Roig de Leuchsenring; pero lo que más destaca en éste, es que nunca colocó a los pies del falso objetivismo o el carácter desideologizado de la ciencia , su profundo sentimiento patriótico y su fe inquebrantable en los valores humanos. Ello, en vez de restar méritos a su trabajo en el campo de la investigación, le permitió ahondar en la relación estrecha entre ciencia y conciencia.

Su amplia bibliografía comprende recopilaciones con prólogos suyos y obras hechas bajo su dirección como: "El libro de Cuba" (La Habana, 1925); "El Ideario cubano"; "José Martí" (1936); "Máximo Gómez" (1936) y "Antonio Maceo" (1946), editados en los "Cuadernos de historia habanera"; "Curso de introducción a la historia de Cuba" (La Habana, Municipio de La Habana, 1937-1938. 3 t.); "Hostos y Cuba" (La Habana, Imprenta. Molina, 1939); "La revolución de Martí, 24 de febrero de 1895" (La Habana, Municipio de La Habana, 1941); "Antonio Maceo. Cartas y otros documentos". T. 1. (La Habana, 1950); "Veinte años de actividades del Historiador de la Ciudad de La Habana: 1935-1955" (La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1955. 5 t.); "Bolívar, el Congreso Interamericano de Panamá, en 1826, y la independencia de Cuba y Puerto Rico" (La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1956) y "El pensamiento político de Martí" (La Habana, 1960).

Su pensamiento, esencialmente antimperialista se expresa en su obra y en la mayor parte de su extensa bibliografía. Entre sus libros más trascendentes figuran: "Historia de la Enmienda Platt. Una interpretación de la realidad cubana" (1935), "Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos" (1950) y "Martí antimperialista" (1953).

En su enjundioso trabajo "Tradición antimperialista de nuestra historia" (1962), concebido originalmente para impartir como conferencia en un evento organizado por el entonces Sindicato Nacional de Trabajadores Gastronómicos, en los años iniciales de la Revolución, al rebasar ampliamente su objetivo general, se publica posteriormente inserto en el folleto "Ocho Conferencias revolucionarias", editado por el propio sindicato.

Al valorar en el mismo las "Raíces de nuestro antiimperialismo" expresa como…"…no es creación de hoy el antiimperialismo en Cuba. En antiimperialismo, como en tantas otras cosas que integran la fisonomía de la nación, la Revolución no ha hecho sino ahondar en la cantera viva de nuestro pueblo y sacar a plena luz sus verdades, sus problemas, sus ansias, que todo un conjunto de falsas superestructuras se empeñaba en ocultar o asfixiar…..No creemos que entre las naciones de hoy haya sufrido ninguna más que Cuba a manos del imperialismo…sino que ni un solo momento, a lo largo de su historia, ha dejado el pueblo de Cuba, hasta aquí, de ser víctima del imperialismo: y la victima en la que se ensañó con especial crudeza y falsía, sin dejarle un momento de respire, y queriendo arrebatarle, no solamente todos los bienes materiales, base del progreso, sino hasta el sentimiento de su propia dignidad, la fe en si mismo, resorte de todo mejoramiento, al fingirle que no había sido capaz de conquistar por si solo su propia libertad" (98)

XXVIII.-Fernando Ortiz (1881-1968)

"Y vosotros, niños cubanos, cuando tengáis en vuestras manos el porvenir de esa nación libre, que crearon para vosotros las generaciones idas, sed cubanos, muy cubanos… ¡siempre cubanos!"

Nace en La Habana el 16 de julio de 1881. A los dos años pasa a vivir en Menorca, Islas Baleares, donde cursa la escuela primaria y se gradúa de bachiller en 1895. Regresa a Cuba e inicia estudios de Derecho en la Universidad de La Habana, los que continúa, a partir de 1899, en Barcelona, donde obtiene el título de Licenciado en Derecho en 1900. Completa sus estudios en la Universidad de Madrid, donde se gradúa como Doctor en Derecho en 1901.

Vuelve a Cuba en 1903 donde es nombrado en el servicio consular de la naciente República, trabajando en La Coruña, Génova, Marsella y en París. En 1905 realiza estudios de Criminología en Italia, donde establece relaciones con César Lombroso y Enrique Ferri. Al regresar a Cuba en 1906 se inicia su trabajo como abogado fiscal de la Audiencia de La Habana y obtiene por oposición, en 1909, la plaza de Derecho Público, en la Universidad de La Habana.

Se vincula a la Sociedad Económica de Amigos del País y reinicia en 1910, la publicación de la Revista Bimestre Cubana. Entre 1917 a 1927 es electo representante a la Cámara. Funda con José María Chacón y Calvo la Sociedad del Folklore Cubano y dirige durante sus cinco años de existencia, la revista Archivo del Folklore Cubano. Formó parte del Grupo Minorista y desarrolló actividades contra la dictadura de Gerardo Machado. En 1931 pasa a residir en Washington, hasta la caída del tirano.

Funda en 1936 la Institución Hispanoamericana de Cultura y en 1937, la Sociedad de Estudios Afrocubanos. En las décadas del 40 y 50 participa en numerosas conferencias internacionales representando a nuestro país, como figura descollante en la investigación del folklore afrocubano.

En su larga y fructífera vida, que dedica no sólo a la etnología, sino que abarca también las ramas de la sociología, lingüística, musicología, jurisprudencia y crítica, publica más de cien títulos, entre los que podemos citar: "Apuntes para un estudio criminal": "Los negros brujos" (1906); "Los mambises italianos" (1909); "Entre cubanos" (1914); "Los negros esclavos" (1916), "Los cabildos afrocubanos" (1921); "Historia de la arqueología indocubana" (1922); "Glosario de afronegrismos" (1924); "Alejandro de Humboldt y Cuba" (1930); "Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar" (1940); "Martí y las razas" (1942); "Historia de la arqueología indocubana" (1942); "Las cuatro culturas indias de Cuba" (1943); "El engaño de las razas" (1946); "El huracán, su mitología y sus símbolos" (1947); "La música y los areitos de los indios en Cuba" (1948); "Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba" (1951); "Los instrumentos de la música afrocubana", en cinco volúmenes (1952), e "Historia de una pelea cubana contra los demonios" (1959).

Publicaciones póstumas de obras inéditas de Fernando Ortiz son: "Hampa afro-cubana, los negros curros" (1986) y "La santería y la brujería de los blancos" (2000). Hasta su muerte, ocurrida el 10 de abril de 1968, investiga y divulga los complejos procesos de transculturación que forjaron nuestra identidad cultural y nacional.

Hombre meticuloso y comprometido en el campo de la investigación científica es reconocido, con todo mérito, como el tercer descubridor de nuestra nación, parejamente con Cristóbal Colón y el sabio alemán Alejandro de Humboldt. No es posible abordar el estudio de las raíces de nuestra identidad cultural, premisa indispensable del origen de nuestra nacionalidad, soslayando la obra investigativa de don Fernando Ortiz.

A él se debe en ese campo el imprescindible concepto de transculturación (en sustitución del hasta entonces más utilizado de aculturación) unánimemente aceptado por los investigadores nacionales y no pocos de los extranjeros, pues explica más acertadamente las raíces multiétnicas y multiculturales de nuestra identidad.

Sus estudios acerca de la esencial importancia desempeñada por los negros y mulatos, particularmente, en nuestra cultura, tuvo que afrontar escollos aparentemente infranqueables, de un acendrado racismo, discriminador y amoral, forjado en siglos de prejuicios de colonialismo hispano, fortalecido por la influencia anglo sajona, que trasciende a la naciente república.

Pero en Ortiz no encontramos a un científico encerrado en su torre de marfil, sino que alienta, en su etica de acendrado patriotismo, la ocupación por todo lo que castrase los valores, sustentadores de nuestra genuina cubanía, sin límites geográficos o ideológicos, ajeno a esquemas y dogmatismos. Acerca del aún incierto destino de la naciente república y percatado del necesario papel del pueblo, apertrechado de la necesaria fortaleza moral para enrumbarlo, aunque con tintes de cierto pesimismo, escribe en su "Carta abierta al ilustre señor don Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca", con fecha del primero de mayo de 1906, publicada en el periódico cubano "El Mundo", que…"…no sabemos adónde vamos, hambrientos de ideales, infelices abúlicos, languidecemos al borde de la vida, esperando que algún piadoso caminante nos arroje migajas de civilización" (99).

En discurso pronunciado en 1912, en el Centro Gallego de La Habana, recogido en la obra "Órbita de Fernando Ortiz", La Habana, Cuba, 1973, se lamenta…"…de la crisis intensa que atraviesa la patria mía…Una crisis de sumo cuidado: la consolidación de la soberanía nacional. Yo no sé por qué causa, pero ello es lo cierto, que Cuba en estos tiempos no tiene el vigor de Cuba heroica…". A la que da el remedio, dado que…"…los cubanos, por pocos que seamos, seremos muchos si estamos unidos; y por pequeños que fuésemos, por nuestras virtudes, seríamos grandes"

Para culminar, se dirige a los niños cubanos con estas palabras:

"Y vosotros, niños cubanos, cuando tengáis en vuestras manos el porvenir de esa nación libre, que crearon para vosotros las generaciones idas, sed cubanos, muy cubanos… ¡siempre cubanos!" (100).

En 1921, en conferencia impartida en la Sociedad Económica de Amigos del País, titulada "La decadencia cubana", éste valora como…"….el imperialismo ha dividido en el aún llamado Nuevo Mundo, dos regiones; una, como Superamérica, en el ápice continental y otra, como Sudamérica, en la base sustentadora. En la historia moderna la primera ha sido el impulso, la otra es el remolque. Aquella operó con la ciencia y los técnicos, ésta otra operó con la tradición y la rutina… Si el imperialismo emerge en el Norte, no es por climas, razas, ni colores de la piel ni del pelo, sino principalmente, y junto con otras causas menos decisivas, por una mejor orientación de las energías colectivas, por una más acertada estrategia social".

Para agregar más adelante:

"Pero los norteños tuvieron la Reforma, no solamente la religiosa, sino también la filosófica, la política y la económica, una Gran Reforma; y los sureños; , quedaron sin reformar. La vigilia por la transformación y la soñera de la conformidad. Unos y otros invadieron el Nuevo Mundo, con el espíritu reformista en el norte y con el conservador en el sur. Nuevas formas y viejas formas. Allá fue la implantación de novedades, aquí el reacomodamiento de vejeces. Allá un mundo de renacimiento en la modernidad, aquí otro de medievalidad obstinada. América Hispana producía los metales preciosos a raudales. España los hacía dineros para invertirlos en empresas que asegurarán una vida mejor en el otro mundo. Europa los convertía en capitales que trabajaran para el mejoramiento de la vida en este mundo mismo. Las naciones de ciencia y producción se hacen fuertes imperios, mientras las hispánicas, sin excluir la misma península, pasan a ser colonias económicas y a , según el histórico proverbio" (101).

Acerca de la necesaria unidad continental, valora como…"…si alguna entidad geográfica parece creada para una íntima coordinación de sus intereses económicos, políticos e históricos, esa es el continente Americano. Todos los climas, todas las producciones, todas las en su verticalidad geográfica de polo a polo. Pero la privanza asfixiante de los oligopolios (Como denominaba Ortiz a los monopolios. N. del A.), trabaja más para el distanciamiento y discordancia entre los factores nacionales de América, que para su integración continental. La fuerza, con expresión de garrote o de bomba, podrá encadenar los diversos elementos, como esclavos en un mismo cepo, pero no podrá lograr una organización visceralmente vital…..Hace falta para un panamericanismo leal y transcendente, que el que vaya por delante sea el del sustento seguro, material y espiritual, de toda la unidad Americana. Es necesario que la panamericanidad formularia y discursera, de banderas y música, se truque por una sustantiva y enérgica panamericanía, como habría dicho Unamuno. Hay que recomenzar otro New Deal interamericano, un Renew Deal que traiga a todos los pueblos de América, plenitud de cultivos, minas, máquinas, laboratorios, escuelas, universidades y decoros cívicos. ¡Ah! Y jarros de buena leche al alba de cada día" (102).

XXIX. – José María Chacón y Calvo (1892-1969):

"Sus principales aportes estuvieron relacionados con la labor de compilación de obras literarias de gran significación".

Desarrolla una labor relevante en el campo de la crítica, historia y teoría literarias. Abogado, escritor y profesor. Nace en Santa María del Rosario, poblado perteneciente a la ciudad de la Habana, Cuba, el 29 de octubre de 1892. Cursa los estudios primarios en su ciudad natal. Se recibe de bachiller en 1911. Ese mismo año, con Salvador Salazar, Felipe Pichardo Moya y otros, funda la Sociedad Filomática. Se gradúa de doctor en Derecho, y en Filosofía y Letras, en la Universidad de La Habana, en 1915 y 1913, respectivamente. Propicia con su labor la creación de la "Revista Cubana" y de los "Cuadernos de Cultura".

Sus principales aportes estuvieron relacionados con la labor de compilación de obras literarias de gran significación. Ejerce la docencia en la Cátedra de Literatura Cubana, de la Universidad Católica de Villanueva, entre 1946 y 1961. Labora como abogado consultor de la Secretaría de Justicia. También imparte conferencias en la Cátedra «Francisco de Vitoria» de la Universidad de Salamanca.

Durante esos años de su primera estancia en Madrid colabora en la "Revista de Filología Española". Realiza trabajos en los Archivos de Indias y de Simancas. Mantuvo relaciones de trabajo con Ramón Menéndez Pidal. Electo vicepresidente de la Sección Iberoamericana, así como académico correspondiente de la "Academia de Historia de España". En Cuba es designado director de la "Sociedad de Conferencias", en 1923. Ese mismo año es cofundador de la "Sociedad de Folklore Cubano" así como director de cultura del Ministerio de Gobernación, cargo que desempeña entre 1934 y 1944.

Representa a Cuba en el XXVI Congreso Internacional de Americanistas, efectuado en Sevilla, España, en 1935, en calidad de vicepresidente. Ejerció como profesor visitante de Middelbury College (1944) y de la Columbia University. Trabajó en la cátedra de literatura cubana en la Universidad Católica de Villanueva de 1946 a 1961. Ocupó durante algún tiempo la vicepresidencia de la Academia Nacional de Arte y Letras y miembro de la Academia de la Historia y presidente de la Academia Cubana de la Lengua.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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