Bases teórico- metodológicas acerca de la formación de valores.
En nuestra época la problemática de los valores ha adquirido una relevancia de primer orden, y está en el centro de agudas disquisiciones teórico – filosóficas. Ante las preguntas : ¿Puede el hombre hallar solución al conflicto que durante milenios ha tenido con su propia esencia ? ¿ Podrá el hombre realmente llegar a ser feliz ?¿ Cuándo el hombre será hermano del hombre y no su lobo ?. Las respuestas menudean, y por supuesto, son múltiples los puntos de vista en dependencia de la concepción del mundo de quien interprete este fenómeno; respuestas a veces con un marcado énfasis reaccionario.
El problema incide en que el hombre moderno inmerso en su vorágine, que ha traído como resultado la formación de un mundo unipolar a cuya cabeza se encuentra el país más poderoso y agresivo del planeta, la situación del mal llamado fin de la guerra fría, la desideologización de las relaciones internacionales, el proceso de globalización y la política neoliberal de algunos estados del tercer mundo, llega uno a preguntarse si existe algo en el ser humano indestructible que le permita establecer un diálogo fraterno con sus semejantes y al mismo tiempo dar su vida por los mismos.
El estudio de la personalidad constituye una de las problemáticas más importantes de la ciencia filosófica, pedagógica y psicológica por las variadas manifestaciones y especificidades que la caracterizan en correspondencia con las condiciones concretas de vida y existencia . Para la educación cubana, el objetivo de formar una personalidad armónica e integralmente desarrollada responde a un propósito esencial de la política del Estado .
Este tema es objeto de análisis de diferentes ciencias en especial de las sociales, a su vez, es una cuestión evidentemente práctica, lo cual se refleja en múltiples investigaciones acerca de la personalidad y su formación que se realizan en el mundo contemporáneo.
Dentro de las temáticas más importantes que han sido estudiadas relacionadas con la formación de la personalidad en general y en particular sobre la educación en valores, la moral ocupa un destacado lugar, por lo que constituye una preocupación no sólo en la formación de la juventud sino también en los trabajadores, empresarios que son personas adultas.
Es importante analizar que las formaciones morales como parte de la regulación inductora de la personalidad guían y dirigen la actuación del hombre y hacen que asuma una actitud correcta y acertada frente a las exigencias que la vida y la sociedad contemporánea plantean. Al respecto, el Dr. Juan Morí Lois expresa: "La educación debe priorizar los valores y revelar los ideales, preparar al hombre para la vida. "(1).
Uno de los propósitos esenciales de nuestra educación es formar un hombre con principios y valores que les permitan enfrentar las complejas situaciones, asimilar los cambios y buscar soluciones acertadas a los problemas complejos del mundo moderno.
La formación moral no puede ser impuesta al hombre desde el exterior, requiere de cierto sistema individual de valores, puntos de vista, ideales, los cuales se exigen en el sujeto de forma determinada y que en la misma medida que revelen sus relaciones con los que le rodean, reflejen además un sistema individual de significados, modelos a seguir, los que consecuentemente deben ser la guía de la actuación.
La moral, como forma de la conciencia social, origina en el hombre motivaciones decisivas que permiten orientar su conducta hacia objetivos concretos. Su particularidad específica, como forma de la conciencia social, está dada en que refleja los vínculos del ser social, sus relaciones con los demás personas, la actitud del individuo, ante el trabajo, el colectivo y todo lo que le rodea, es decir, hacia su entorno natural y social.
La moral es, siguiendo el criterio de M. Rosenthal y P. Ludin, la "forma de la conciencia social en que se reflejan y se fijan las cualidades éticas de la realidad social. La moral constituye un conjunto de normas de convivencia y de conducta humana que determinan las obligaciones de los hombres, sus relaciones entre sí y con la sociedad."(2)
El concepto expresado denota claramente que no se valoran en la moral únicamente contenidos normativos, conductas estandarizadas, sino especialmente la posición activa de cada sujeto, su individualidad y las formas que utilice en la regulación del comportamiento.
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