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San Martín


Partes: 1, 2

    1. Vida, obra y legados éticos y morales del General Don José de San Martín
    2. Conclusiones
    3. Bibliografía
    4. Bibliografía comentada

    Introducción

    En los años que llevo como estudiante, siempre se me intentó inculcar que la Historia debía ser abordada con objetividad, pues es ésta la única manera de lograr imparcialidad en los resultados que se obtendrán. Objetivo que no supe o no quise alcanzar, pues siempre sentí que debía comprometerme en alguna forma con lo que leía, que la historia debe ser abordada con pasión, con compromiso, debe generar discusión, debates que lleven no solo a entender lo que pasó con la frialdad de un matemático, sino que debe ser rescatada para ejemplo de las generaciones que son producto de ese entramado de pequeñas y grandes historias. Destacar las acciones de aquellos que pese a las limitaciones que todos tenemos tuvieron el coraje de enfrentar sus miedos e intentaron alcanzar sus sueños, sueños que significaron la libertad de millones y el sacrificio de muchos que acabaron generalmente olvidados, muriendo la mayoría de ellos en circunstancias extrañas o en la mayor de las pobrezas.

    Este trabajo no ha sido relizado con la finalidad de resaltar las hazañas bélicas del General San Martín. Es nuestra intención la de intentar desentrañar su parte más ¨humana¨, analizando su niñez, su temprana partida hacia Europa y cómo allí fue forjando su temple y espíritu en los campos de batalla más diversos. Apreciaremos en el transcurso del trabajo que San Martín no sólo fue un gran estratega, sino que fue una persona honesta, sensible ante el dolor o la necesidad ajenos, padre amoroso y amigo incondicional, supo apreciar el arte en todas sus formas, fomentó y creó bibliotecas, estricto frente a las indisciplinas pero reconocedor de los que valientemente defendieron los ideales revolucionarios, magnánimo con el enemigo vencido, poco amigo de la política, siempre prefirió estar junto a sus hombres antes que ocupar cómodos escritorios, en definitiva un ser virtuoso al cual es necesario rescatar como ejemplo en este presente donde predomina la individualidad, el narcisismo y el ostracismo. Rescatándolo no como un héroe de bronce, sino como ejemplo de valores morales y éticos que lamentablemente parecen "pasados de moda" en estos tiempos que nos tocan en suerte transitar.

    Vida, obra y legados éticos y morales del General Don José de San Martín

    Su vida

    Yapeyú, fundada en febrero de 1627, pueblo de misiones jesuíticas, era cabeza del Departamento que reunía también a los pueblos de La Cruz, Santo Tomé y San Borja. Se ubicaba en la margen derecha del Alto Uruguay, en una zona de fértiles planicies y tupidos bosques.

    ¨A él llegó hacia el año 1775, con el cargo de Teniente Gobernador, el oficial del ejército español, Don Juan de San Martín, quien había sido ascendido al grado de oficial Mayor el 1° de abril de 1769¨ (1) Estando él en la banda oriental del río Uruguay, contrajo matrimonio por poder, el 1° de octubre de 1770, con Doña Gregoria Matorras, una joven española que residía en la capital del virreinato, la cual se trasladó a Yapeyú poco tiempo después.

    ¨De ese matrimonio nacieron los hijos: Manuel Tadeo, en 1772 y posiblemente en Buenos Aires; Juan Fermín, en 1774; Justo Rufino (posiblemente en 1776), en Yapeyú; José Francisco, casi con seguridad en 1777, (25 de febrero), también en Yapeyú y María Elena, en La Calera (Uruguay), el 18 de agosto de 1778.¨ (2)

    Al poco tiempo Don Juan fue sustituido en su cargo de Teniente Gobernador y se trasladó a Buenos Aires con toda su familia. ¨Llegados a Buenos Aires, Juan compró dos propiedades, una casa pequeña en el barrio de Montserrat y otra grande en la calle San Juan, donde se instaló la familia.¨(3)

    Con apenas seis años cumplidos, en 1783, José partió hacia España, desembarcando en Cádiz; recalan más de un año en Madrid y finalmente su padre, que ya contaba con 57 años, es destinado a un regimiento en Málaga como ayudante supernumerario. Hacia 1785 , José de San Martín ingresa al Seminario de Nobles de Madrid, donde estudió francés, latín, castellano, baile, música, dibujo, poética, retórica, esgrima, equitación, historia natural, física experimental y matemática.

    En el año 1789 egresó del Seminario de Nobles y presentó su solicitud, con la edad mínima requerida, para iniciarse en la carrera de las armas en el Regimiento de Murcia. El color del uniforme del Regimiento de Murcia era celeste y blanco, colores que coincidieron casualmente con los que orgullosamente libertaría medio continente treinta años después. En la edad en que los destinatarios de este trabajo dedican sus horas al sano estudio y a la no menos sana diversión, el cadete José de San Martín fue destinado junto con su regimiento a Melilla, una guarnición en África. Tuvo allí su bautismo de fuego contra un ataque de los moros, sitio que duró unos 37 días, sufriendo el hambre y el insomnio con el que tuvo que convivir en las campañas militares en las que participó, tanto en África, Europa o América.

    De África pasó a Europa, más exactamente al ejército de Aragón, donde luchó contra los ejércitos napoleónicos. Pronto, debido a su valentía y astucia se destacó en diferentes batallas, siendo ascendido a Segundo Subteniente del Regimiento de Murcia, contaba solo con 16 años. En 1795 y debido a su comportamiento fue ascendido nuevamente, esta vez con el grado de Teniente Segundo.

    En 1795 España fue derrotada por Francia firmándose el Tratado de Basilea, siendo obligada a convertirse en aliada de esta última, entrando de esta manera en guerra con Inglaterra.

    Por más de un año, San Martín y su Regimiento fueron parte de una escuadra naval. Tuvo allí su bautismo de fuego en el mar y en 1798 fue derrotada su escuadra siendo tomado prisionero por un barco inglés.

    A pesar de ello su carrera militar continuó y debido a sus actuaciones en 1808 es ascendido a Teniente Coronel. Una afección en las vías respiratorias que no lo dejaría en paz por el resto de su vida lo mantuvo unos meses lejos del frente de batalla; pese a sus problemas de salud San Martín pidió su reincorporación y combatió con valor en varias batallas que le sumaron más prestigio al ya obtenido anteriormente y admiración por parte de subordinados, pares y superiores.

    Por más de dos décadas San Martín luchó contra moros, franceses, ingleses y portugueses, pero su vida no transcurrió solamente de batalla en batalla. En sus momentos de descanso y paz solía debatir con sus compañeros de armas y con algunos americanos, sobre los vientos de libertad republicanos que soplaban desde la Revolución Francesa. Poco a poco se fue dando cuenta de que la causa en España estaba perdida frente al control napoleónico, es entonces que decidió continuar su lucha en América. Cuando más tarde se le preguntó con respecto a esta cambio en su vida él respondió: ¨La revolución de España es de la misma naturaleza que la nuestra; ambas tienen la libertad como objeto y la opresión por causa¨(4)

    Esta síntesis de la vida que llevó el General Don José de San Martín antes de volver a su tierra natal fue realizada con el ánimo de que el lector comprenda, en principio, el contexto internacional en que se desarrolló la infancia y juventud de Don José y como influyó esto en su formación. Visto desde nuestra óptica actual quizás no parece muy importante, pero en esos momentos el mundo era un gran campo de batalla donde los intereses mezquinos de una nobleza enquistada en el poder durante siglos se resistían agónicamente a ser suplantados por el derecho de los pueblos a ser libres y artífices de su propio destino.

    Este fue el clima político y social en el que creció y se desenvolvió San Martín; sintió, pese a los años que no estuvo en su tierra natal, el llamado que de allí provenía, y tras una breve estadía en Londres, se trasladó hacia Buenos Aires a escribir las páginas gloriosas que le estaban destinadas en la incipiente historia sudamericana.

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