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Pensamiento fundacional cubano: forja de utopías y realidades (página 3)


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En 1881 se establece en Nueva York, lugar donde comienza a planificar y organizar la independencia de Cuba, colaborando en los periódicos neoyorquinos "The Hour" y ·The Sun". A partir de este momento, todas sus energías las dedica a organizar "La Guerra Necesaria". Discursos, publicaciones y encuentros con veteranos y "pinos nuevos "para reiniciar la lucha independentista, son actividades mediante las cuales logra con gran esfuerzo nuclear a los cubanos emigrados en los llamados clubes revolucionarios, célula fundamental de lo que más tarde sería el Partido Revolucionario Cubano (PRC), fundado por éste el 10 de abril de 1892 en el Club San Carlos, Cayo Hueso, Florida (EE.UU.).

Ya en esta época, además de resumir en su obra y acción lo más avanzado del pensamiento político cubano, es un americanista convencido en la necesidad de la unión de lo que él denominó Nuestra América. El 5 de septiembre de 1881 escribe sus "Cartas de Nueva York· o ·Escenas norteamericanas", que aparecerán en diferentes diarios estadounidenses como "La América" (de Nueva York) ·La Opinión Nacional" (de Caracas), "El Partido Liberal" (de México), "La Nación" (de Buenos Aires) y otros.

En 1882 escribe la mayoría de los poemas conocidos como "Versos libres". En 1883 es redactor de la revista "La América", de la que más tarde sería su director. En 1885 publica "Amistad funesta", considerada hoy como la primera novela modernista. En 1886 trabaja sin descanso como corresponsal en Nueva York de diversos periódicos latinoamericanos como "La América", "El Latino Americano", "La República" (de Honduras) y "La Opinión Pública" (de Montevideo). El 16 de abril de 1887 se encarga del consulado de Uruguay en Nueva York, en septiembre termina la traducción de "Ramona", de Helen Hunt Jackson, colabora en "El Economista Americano" de Nueva York y trabaja en la traducción del poema "Lalla Rookh", de Thomas Moore, que no ha podido ser hallada.

El 25 de marzo de 1889 aparece publicada en "The Evening Post", su escrito "Vindicación de Cuba" en respuesta a un artículo injurioso del diario "The Manufacturer" de Filadelfia sobre Cuba y los cubanos. En julio de ese año aparece "La Edad de Oro", revista mensual dedicada a los niños de América enteramente redactada por él y del que sólo salieron cuatro números. El 24 de julio de 1890 es nombrado cónsul de Argentina en Nueva York, unos días después como cónsul del Paraguay y en octubre comienza a trabajar como instructor de español en la clase nocturna de la escuela central de Nueva York. En agosto de este año se produce la ruptura definitiva con su esposa Carmen Zayas-Bazán. Ésta, a través del cónsul español radicado en Nueva York lo separa de su hijo y escapa sin su consentimiento.

Ese mismo año es designado representante de Uruguay en la Comisión Monetaria Internacional Americana de Washington D. C. Para dedicarse por entero a su labor patriótica de organización de la guerra en Cuba y para acallar las protestas del cónsul español, en octubre de 1891 renuncia a todos sus cargos de cónsul de Argentina, Uruguay y Paraguay, así como a la presidencia de la Sociedad Literaria Hispano-Americana. Invitado por Néstor Leonelo Carbonell a nombre del Club Ignacio Agramonte llega a Tampa el 25 de noviembre de 1891 y el 26 y 27 del propio mes, pronuncia sus discursos "Con todos y para el bien de todos" y "Los Pinos Nuevos".

El 10 de abril de 1892, en reunión de presidentes de las agrupaciones patrióticas de los clubes en el Hotel Duval House, se aprueban las bases y estatutos del Partido Revolucionario Cubano. Funda el periódico Patria, que aparece el 14 de marzo de 1892 y es elegido delegado del Partido Revolucionario Cubano. El 31 de agosto parte a entrevistarse con Máximo Gómez, en Montecristi (República Dominicana). De regreso a Nueva York continua con su actividad patriótica, hasta que el 25 de mayo de 1893 se traslada de nuevo a Santo Domingo, donde una vez más se entrevista con Gómez y el 30 conferencia con el Mayor General Antonio Maceo, en San José de Costa Rica.

El 28 de octubre pronuncia en Nueva York un discurso en honor de Bolívar, y prosigue su intenso trabajo de organización a través de una copiosa correspondencia y viajes incesantes por Estados Únicos, Costa Rica, Panamá, Jamaica, y México, país donde se entrevista con su presidente Porfirio Díaz. Hacia finales de 1894 casi ha completado los detalles del «Plan Fernandina», consistente en invadir la isla de Cuba mediante tres expediciones coordinadas con levantamientos internos; pero el plan fracasa, por una delación.

Una vez fracasado el plan, el 30 de enero de 1895, sale de Nueva York hacia Cabo Haitiano en compañía de Mayía Rodríguez y de Enrique Collazo. El 25 de marzo, después de conocer las noticias del alzamiento en Cuba, redacta "El manifiesto de Montecristi", programa ideológico de la revolución, firmado por él y por Máximo Gómez en la ciudad dominicana del mismo nombre. El 1 de abril sale de Montecristi hacia Cuba con Máximo Gómez y otros patriotas en la goleta Brothers, cuyo capitán se niega a cumplir lo pactado, de llegar hasta las costas cubanas. Finalmente el 10 del mismo mes parten de Cabo Haitiano en el vapor Nordstrand hacia Cuba y desembarca el día 11 en horas de la madrugada en el sitio conocido como Playitas de Cajobabo -territorio guantanamero-, al sur de la región oriental de la Isla.

El 13 de abril de ese propio, en pleno monte, establecen contacto con hombres de la guerrilla de Félix Ruenes y más tarde con las fuerzas de José Maceo, hermano del heroico general Antonio Maceo El 3 de mayo redacta Martí un manifiesto donde aborda las causas de la guerra, que debe ser publicado en el "New York Herald". El 15 de abril, los generales veteranos de la Guerra de los Diez Años, Máximo Gómez y Antonio Maceo, en justo reconocimiento a su labor titánica de organizar la guerra y unir a los cubanos en un mismo objetivo, la independencia, lo nombran Mayor General del Ejército Libertador. Reconocido como Presidente de la República en Armas el 10 de mayo de 1895 es nombrado asimismo como Delegado del Partido Revolucionario Cubano.

Un día antes de morir, el 18 de mayo de 1895, le escribe a su amigo Manuel Mercado en un campamento cerca de Dos Ríos, la que sería su última carta, considerada su testamento político y visión premonitoria de lo que sería la política imperialista de los Estados Unidos en Latinoamérica. El 19 de mayo de 1895 cae en combate en el lugar conocido como Dos Ríos, en un enfrentamiento contra una tropa española al mando del coronel llamado Ximénez de Sandoval. Sus restos descansan en el mausoleo ubicado en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

En el ideario martiano se sintetizan los mayores valores del pensamiento progresista cubano del siglo XIX y le permite proyectarse, por su trascendencia, a las más legítimas aspiraciones del pueblo cubano, en sus luchas reivindicativas, contra los gobiernos corruptos y entreguistas de la pseudorrepública, que respondían, casi invariablemente, a los intereses de la oligarquía nacional, fiel aliada del capital foráneo.

Prosista admirable, hombre de vasta cultura, pensador agudo, poeta sensible, patriota virtuoso, orador de palabra fácil, que siempre rubricó con su personal ejemplo, nuestro Apóstol logra, tras titánico empeño, en aunar voluntades y acciones, para organizar, en medio de innúmeras dificultades, las condiciones necesarias para la Guerra Necesaria, que su temprana caída en combate en Dos Ríos, no le permitió apoyar con su excepcional talento.

Resulta fiel continuador de las ideas bolivarianas sobre una América única, que denominó como Nuestra América, así como los peligros que representaban para nuestras jóvenes naciones y en particular para Cuba, las ambiciones hegemónicas y expansionistas de los Estados Unidos de Norte América, a partir de su tránsito, en las décadas finales del siglo XIX, como previera Karl Marx y V.I. Lenin, a la fase imperialista.

Las novedosas concepciones de su ideario educativo y pedagógico sentaron cátedra en la enseñanza cubana, lo que permitió la supervivencia de nuestras mejores tradiciones ético-patrióticas, aún en los momentos más convulsos de nuestra etapa neocolonial y se erigió como bandera de combate, para muchas generaciones de revolucionarios.

Siempre estuvo presente en el ideario martiano, el papel insustituible de la actividad educativa, como premisa de la aspiración independentista. De ahí sus reflexiones, en prosa de incontrastable belleza, sobre los que él denominara, con toda justicia, los Padres Fundadores. No hubo aspecto esencial del ideario pedagógico cubano, cimiento y forja de nuestra identidad cultural y nacional, que no fuese abordado por él, con creatividad y hondura. Para el Apóstol crear la escuela nueva es…"…sustituir al espíritu literario de la educación con el espíritu científico…" (38), lo que extendía a las propias universidades, dado que…"…al mundo nuevo corresponde universidad nueva…"…ya que…"…es criminal el divorcio entre la educación que se recibe en una época y la época…"…pues…"…en tiempos teológicos, universidad teológica. En tiempos científicos, universidad científica" (39).

¿En qué se fundamenta la aspiración martiana acerca de la más idónea formación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes? Para él estaba fuera de toda duda de que…"…el niño desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez y debe trabajar porque puedan ser honrados todos los hombres y debe ser un hombre honrado" (40). De lo que se infiere cómo la ética educativa martiana, continuadora de una tradición pedagógica fraguada en la práctica escolar y en el pensamiento de altos vuelos de sus predecesores, se nutre de la sabia solidez del componente patriótico. Para quien patria es humanidad, ésta y la educación marchan juntas y juntas deben afrontar logros, riesgos y vicisitudes. En los marcos de esa concepción educativa…"…sólo un pueblo de hombres educados será un pueblo de hombres libres…"…pues…"…la educación es el único medio de salvarse de la esclavitud" (41).

Para Martí, el legado del pensamiento progresista precedente, se hizo carne y espíritu, basado en su convicción personal de que la ética personal educa pueblos. En su escrito "Los hombres de la guerra", publicado en "Patria" el 23 de abril de 1892, reflexiona como…"…hablaba un cubano días atrás de lo que se ve ahora por Cuba, de cómo persiste la generación pasada, de cómo piafa la nueva generación. Hablaba de los que allí quedan, de los que pasean allá sigilosos, lejos de los teatros salvos, el alma del país. Y se contaban cuentos de la guerra; de las costumbres señoriales que se iban convirtiendo, con el heroísmo común, en costumbres democráticas; de algunas frases de característica sencillez. Uno contó de Ignacio Agramonte, cuando le regalaron un buniato (Se respeta ortografía del texto. N. del A.), que no alcanzaba para todos y se lo dio a su caballo. Otro dijo lo de la miel, cuando le trajo un poco de ella un asistente, y él la hizo zambumbia, a que alcanzase para todos. Y entonces contó otro lo del Marqués de Santa Lucía (Se refiere a Salvador Cisneros Betancourt. N. del A.), cuando le preguntaron cómo era que andaba en lomillo, en la montura de juncos que usan por Camagüey los campesinos pobres, cuando ya era Presidente de la Cámara, y en la revolución hombre mayor. Y el Marqués dijo:

– Porque yo siempre creí que mientras no tuviera silla el último soldado de caballería, el gobierno no debía montar en silla (42).

¿A qué República aspiraba Martí, una vez lograda su plena soberanía?

En su discurso pronunciado en el Liceo Cubano, de Tampa, el 26 de noviembre de 1891, conocido como "Con todos y para el bien de todos" éste proclama como…"…para Cuba que sufre la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella…Yo abrazo a todos los que saben amar. Yo traigo la estrella, y traigo la paloma en mi corazón….Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre, En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre…O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás; la pasión , en fin, por el decoro del hombre, o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres, ni una sola gota de sangre de nuestros bravos. Para verdades trabajamos y no para sueños…. ¡Ahora a formar filas! ¡Con esperar, allá en lo hondo del alma, no se fundan pueblos!….Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: Con todos y para el bien de todos" (43).

XIII. – Salvador Cisneros Betancourt (1828-1914):

"¿Con qué derecho el Senador Platt, ni todo el Congreso, con el presidente de la República a su cabeza, puede disponer de los asuntos privativos de Cuba?".

EI Marqués de Santa Lucía, nace en Puerto Príncipe, actual ciudad de Camagüey, el 10 de febrero de 1828. Pertenece a una de las familias principeñas más acaudaladas, dueña de grandes extensiones de tierra y otras propiedades Enviado a estudiar a los Estados Unidos, permanece en ese país unos cinco años hasta su regreso en 1846. La Guerra Grande (1868-1878) constituye una dura prueba para la familia del Marqués. Hombres y mujeres acostumbrados a una vida acomodada vieron sus existencias transmutadas en incertidumbre, hambre y muerte.

Preside la Junta Revolucionaria de Puerto Príncipe, creada en 1866. Asiste a las reuniones conspirativas de San Miguel de Rompe y la Hacienda Muñoz representando a los camagüeyanos. El inicio de la guerra lo sorprende en La Habana, por lo que regresa a Camagüey para organizar el apoyo a la misma. El 3 de noviembre de 1868, en el liceo de la Ciudad, convoca a todos los comprometidos a reunirse, al siguiente día, en las orillas del río Clavellinas, distante unas tres leguas, donde se materializa el alzamiento de los camagüeyanos. Participa en el combate de Arenillas y preside el Comité Revolucionario de Camagüey.

Delegado por Camagüey a la Asamblea Constituyente de Guáimaro, donde resulta elegido presidente de la Cámara de Representantes. Estuvo entre los principales promotores de la destitución de Carlos Manuel de Céspedes como presidente de la República en Armas, expresión de la siempre latente disparidad de criterios entre camagüeyanos y orientales, acerca de la mejor forma de conducción de la guerra: la civilista, con predominio de las decisiones de la Cámara; o la que propugna la autorización al Presidente para tomar decisiones respecto a las operaciones militares sin la necesaria consulta y autorización de ésta.

Depuesto éste, el 27 de noviembre de 1873, lo sustituye en la presidencia, dado que desde el 13 de abril de 1872 se había acordado que en caso de quedar vacante la más alta magistratura encontrándose ausente el vicepresidente, el encargado de asumir el cargo sería el presidente de la Cámara. Su gestión como presidente cesó el 29 de junio de 1875, día en que renuncia presionado por la demanda de los sediciosos de Lagunas de Varona. Regresa a la Cámara de Representantes, en la cual resulta nuevamente electo presidente. Constituye el único de los diputados que se negó a renunciar y a que la Cámara se disolviera durante su última sesión, una vez firmado el ominoso Pacto del Zanjón, que nunca reconoce. Marcha a los Estados Unidos, de donde sólo regresa en 1884.

Iniciada la Guerra del 95 se alza en armas el 5 de junio de ese año, al frente de 12 camagüeyanos, en Las Guásimas de Montalbán, en Santa Cruz del Sur. Se suma al mayor general Máximo Gómez, en Sabanilla del Junco (Guaicanamar). Preside la Asamblea Constituyente de Jimaguayú donde resultó electo Presidente de la República en Armas, que lo convierte en el único cubano que ocupa ese cargo en dos ocasiones. Junto con los miembros de su gobierno acompaña a la columna invasora, bajo el mando del mayor general Antonio Maceo, desde Mangos de Baraguá hasta Ciego de Potrero, en Sancti Spíritus desde donde regresa a Oriente.

Es elegido delegado a la Asamblea de La Yaya en septiembre de 1897, donde afloran intereses contradictorios entre los allí representados, en una época donde el gobierno norteamericano busca cualquier pretexto para la intervención. Vota en contra de la destitución del mayor general Máximo Gómez como General en Jefe del Ejército Libertador, propuesta en la Asamblea del Cerro, en plena ocupación norteamericana, y que determina la disolución de esta. Como delegado por Camagüey a la Asamblea Constituyente de 1901 se opuso firmemente a la aprobación de la enmienda Platt. Electo senador, también por Camagüey, para el primer Congreso de la República. El 2 de agosto de 1907 inicia un movimiento patriótico con el objetivo de oponerse a la corriente anexionista, que resurge durante la segunda intervención militar norteamericana (1906-1909), que pretendía que Cuba se convirtiera en un protectorado norteamericano.

Funda el 10 de octubre de ese año, la Junta Patriótica de La Habana. El 26 de marzo de 1913 resultó proclamado presidente del Comité Pro Abolición de la Enmienda Platt. Muere, en la Ciudad de La Habana, el 28 de febrero de 1914.

Salvador Cisneros Betancourt constituye un ejemplo a imitar en su actitud ético-político consecuente a todo lo largo de su vida. No obstante perder su fortuna personal en aras de su lucha por la independencia de su patria, mantuvo de forma irrestricta la defensa de sus principios. Pero es a partir de la primera intervención norteamericana, de enero de 1899 hasta su propia muerte, donde su trayectoria revolucionaria revela sus mayores virtudes (44).

La Asamblea Constituyente encargada de redactar y aprobar la Carta Magna de la república naciente, se reunión en su primera sesión el 5 de noviembre de 1900, en el antiguo Teatro "Irijoa", ahora rebautizado como Teatro Martí. Estaban presentes, 26 de los 3i delegados elegidos. Su composición era la siguiente: 17 civiles así como 13 generales y 3 coroneles, participantes en las guerras de independencia. En la misma solo participaban dos negros: Juan Gualberto Gómez y Martín Morúa Delgado.

Los delegados asumían diversas ideologías acorde a sus intereses de clase y personales: Conservadores de diversos matices, desde más moderados como el general Domingo Méndez Capote; pro estadounidenses como Gonzalo de Quesada y marcadamente reaccionarios, como el ex autonomista Eliseo Giberga, así como anti plattistas como Juan Gualberto Gómez, Salvador Cisneros Betancourt, los generales Rafael Portuondo Tamayo y José Braulio Alemán y el coronel Manuel Sanguily.

Como describe la Dra. Hortensia Pichardo en su libro "Documentos para la historia de Cuba"…"…el día 7 de marzo de 1901 conoció la Convención Constituyente la comunicación de (General Leonard) Wood al Dr. Domingo Méndez Capote, presidente de la misma, en que le participaba que la Enmienda Platt era una ley de Estados Unidos y que el Presidente de dicho país . Y a continuación se copiaba el articulado de la Enmienda Platt. Colocados ante esta disyuntiva, los Delegados discutieron largamente, propusieron soluciones, enmiendas a la Enmienda, una comisión fue enviada a Washington; al fin, agotados todos los esfuerzos, hechas todas las gestiones posibles, para cambiar los términos de la Enmienda, todo inútilmente, la Convención se decidió a poner a votación su aceptación definitiva o no, el día 12 de junio de 1901. La Enmienda fue aprobada por 16 votos contra 11" (45).

Entre los que votaron en contra de tan infamante documento se encontraba un venerable anciano de 73 años, de los cuales había dedicado más de tres décadas a la lucha ininterrumpida por la independencia de su patria: Salvador Cisneros Betancourt. En su voto particular éste expresa como…"…según aparece en el acuerdo del Senado y Cámara de Representantes de Estados Unidos, no se deja elección a los cubanos para nada, supuesto que tienen que aceptar las conclusiones propuestas por el senador Platt, que fue aceptada en ambas cámaras por 135 votos contra 111, y pasada al Presidente, fue sancionada por éste, viniendo a ser Ley.

La Convención en mi concepto debe rechazarla sin discusión de ninguna clase y ratificar las conclusiones que en su última sesión acordó, aunque yo no las acepté, a pesar de reconocer el mérito de ellas y de comprender que no se podía haber hecho con más acierto y justicia; pero que por las razones que expuse, no podía hacerlo sin prevaricar de mis principios radicales.

Hoy, por estas mismas razones, y las más que expondré, me veo en el caso de hacer mi voto especial sosteniendo lo que en el anterior afirmé: que la Convención no puede ni debe entenderse en las relaciones que deban existir entre los Estados Unidos y la non-nata República de Cuba. Las razones que en mi anterior voto expuse, subsisten con más fuerza para ésta y son las siguientes:

Que con dichas relaciones está de manifiesto que los americanos no vinieron a Cuba puramente por humanidad como pregonaban; sino con miras particulares y muy interesadas.

Que no debemos caer en una celada; vendiendo nuestra honra e independencia absoluta, por concesiones que hagamos a favor de los Estados Unidos, sin que por su parte nos concedan ventaja alguna…"

Para agregar en otra parte del documento;

"Hace mucho tiempo que incondicionalmente han debido reconocer nuestra soberanía e independencia absoluta: supuesto que la hemos ganado según ellos mismos lo confiesan y lo comprueba la . Ellos deben confiar en el agradecimiento y buena fe de los cubanos; y contar con las buenas disposiciones de estos, para que voluntariamente y sin que lastimaran nuestra dignidad y decoro, se les concedieran cuantas concesiones y beneficios pueda dársele a la nación m.as privilegiada; no entendiéndose por estos menoscabo a la soberanía e independencia de Cuba y que jamás aparezca como imposición por su parte, ni menos como un negocio de compraventa"

Y se agrega más adelante:

"¿Con qué derecho el Senador Platt, ni todo el Congreso con el presidente de la República a su cabeza puede disponer de los asuntos privativos de Cuba? Ahora bien, es tan palparía y enorme la injusticia que solo tuvieron una exigua mayoría de veinte individuos. Pero a pesar de eso, hay que tener en cuenta que en su mayor parte el pueblo de Estados Unidos está a favor de la independencia de la Isla de Cuba sosteniendo la , que sin duda la han olvidado los que votaron a favor de la Enmienda Platt.

Sin duda el Presidente de la república americana, se ha olvidado por completo del puesto que ocupa para descender a la del más vulgar opresor y tiranuelo; oprimiendo a la reciente República de Cuba, que tantas pruebas de abnegación ha demostrado para conseguir su independencia absoluta. ¡Ningún cubano permitirá que se cercene un átomo de su territorio y mucho menos que se vulneren las facultades de una naciente nación, pisoteada su soberanía e independencia absoluta! "(46).

Derogada formalmente en 1934, la Enmienda Platt siguió influyendo negativamente sobre los gobiernos mediatizados de la pseudorrepública y deja al país, el legado nefasto de la Base Naval de Guantánamo, contra la voluntad del pueblo cubano.

XIV.- Carlos Baliño (1848-1926):

"Todo lo que no sea socialización de los medios de producción, contenida en el programa máximo del Partido Socialista Internacional, deja al obrero a merced de la explotación burguesa".

Uno de los precursores más lúcidos del pensamiento marxista cubano. Vínculo de dos generaciones: junto a José Martí funda el Partido Revolucionario Cubano y junto a Julio Antonio Mella, el Partido Comunista de Cuba. Baliño nace en Guanajay, provincia de Pinar del Río el 13 de febrero de 1848. Cursa estudios de teneduría y de arquitectura, que no concluye. En 1868 ingresa en la Academia de Pintura de San Alejandro, pero debido a la grave situación económica familiar, se ve obligado a abandonar sus estudios.

Después de fracasar en sus intentos por encontrar trabajo en La Habana, como obrero tabacalero, se traslada a Estados Unidos a fines de 1868. En Cayo Hueso es elegido como vocal del Gremio de Escogedores, participa activamente en el movimiento obrero y colabora en el periódico independentista"El Yara". En Tampa contribuye a fundar Ibor City y es co-fundador, con Ramón Rivero, del primer gremio obrero, «Caballeros del Trabajo». Retorna a Cayo Hueso, donde labora como redactor en el periódico "La Tribuna del Pueblo", desde el que ejerce una activa propaganda por la libertad de Cuba y de la clase obrera.

Conoce a José Martí, en 1892, en Cayo Hueso, momento a partir del cual lo acompañará sin vacilaciones en su bregar revolucionario Suscribe las bases y el acta de constitución del Partido Revolucionario Cubano (1892). La inseguridad económica lo obliga a emigrar a Georgia, donde radica una significativa comunidad de cubanos. Durante todos estos años en Estados Unidos, desarrolla una intensa labor de propaganda política junto a Martí y a otras figuras de la emigración.

Tras finalizar la guerra contra España, en 1898, retorna a Cuba. En 1902 publica artículos en la prensa de la época en defensa de los derechos de los trabajadores. Continúa desplegando una intensa actividad política con vistas a la organización del Partido Obrero (1904) transformado a instancias suyas en Partido Obrero Socialista y publicando sus escritos con en el periódico "La Voz Obrera", órgano del partido.

En 1906 firma el acta de constitución del Partido Socialista de Cuba, surgido de la refundición del Partido Obrero Socialista y de la Agrupación Socialista Internacional, creada también con su contribución. Miembro de la Agrupación Socialista de La Habana, cuya presidencia llega a ocupar en 1910. Colabora por esta época en "El Socialista", órgano de la referida Agrupación. Colabora, además en "El Productor", "El Obrero Cigarrero" y "Justicia y Lucha de Clases", del que funge como director.

A partir de 1919 contribuye a reorganizar los pequeños grupos socialistas en agrupaciones comunistas. En 1922 se desempeña corrector de pruebas en el "Boletín del Torcedor" y de la revista "Juventud", dirigida por Julio Antonio Mella, a quien había conocido ese mismo año. En unión, entre otros, de Mella y José Miguel Pérez (El Isleño) funda el Partido Comunista de Cuba en 1925. Muere en La Habana en 1926.

Carlos Baliño, como ninguna otra figura representativa del pensamiento progresista cubano, expresa la articulación del legado patriótico del siglo XIX, el ideario martiano y el marxismo, adecuado este último a las peculiaridades de nuestra patria. De origen obrero, supo plasmar en su actividad revolucionaria, los intereses del aún incipiente proletariado cubano, que tuvo que enfrentarse sucesivamente a la lucha independentista frente al colonialismo español y posteriormente a la oligarquía nacional, dependiente del capital foráneo, desarrollando su actividad revolucionaria, anticipadora para su época, en condiciones singularmente difíciles.

Ya Cuba se proyectaba como el modelo ideal de neocolonia en América Latina. ¿Cuál era en realidad el mencionado progreso, promotor de una "estable y justa civilización" como se ufanase Teddy Roosevelt? Para Luís Marino Pérez en su artículo "Los problemas cubanos" publicado en la revista "Reforma Social", en 1914…"…el comercio, las industrias y la banca se hallaban en 1902 en manos extranjeras y estas fueron adquiriendo también la tierra, sin que hasta la fecha haya conquistado para sí el cubano ninguna de estas fuentes de bienestar" (47).

Baliño funda el 18 de noviembre de 1903 en La Habana el Club de Propaganda Socialista de la Isla de Cuba, dedicado exclusivamente a divulgar las ideas esenciales del Marxismo. En 1905 surge bajo su patrocinio el Partido Obrero Socialista en sustitución del Partido Obrero (1904) de posiciones de carácter reformista. El 14 de mayo de 1905, éste escribe en el diario "La Voz Obrera" su artículo "Adelante" donde expresa que…"…si el programa íntegro del Partido Obrero se realizase mañana mismo, el sistema de explotación capitalista quedaría en pie….Todo lo que no sea socialización de los medios de producción, contenida en el programa máximo del Partido Socialista Internacional, deja al obrero a merced de la explotación burguesa más o menos atenuada…Se ha hablado aquí más de una vez de un para Cuba, como si esta tierra, desde las leyes especiales de antaño, estuviese destinada que todo sea especial para ella. Extraviando y confundiendo se ha hablado de un socialismo especial para Cuba, como si fuera una comarca apartada y remota a donde no llegasen, como manifestaciones de la vida moderna, las fuerzas pujantes de la industria, el traqueteo incesante de la maquinaria, las rapiñas del agio, la productividad centuplicada del trabajo, la explotación despiadada de los de arriba y el sufrimiento sin tregua de los de abajo. Y ese de que se ha hablado tendría mucho de especial, pero no tenía nada de socialismo. Porque no se ocupaba sino de insignificantes reformas y estas aplazadas para las calendas griegas. Era un socialismo que no intentaba socializar nada…" (48).

En el propio diario escribe el dirigente comunista su artículo "Verdades socialistas" en el que proclama que…"…lo que quieren los socialistas es que esas conquistas de la ciencia, que esos goces intelectuales que proporcionan al hombre el arte y la literatura, que esas comodidades y satisfacciones, que esos refinamientos de que hoy disfruta un corto número de privilegiados, sea patrimonio de todos los seres humanos. Y con lógica incontrovertible demostrar que puede y debe ser así" (49).

En 1905, coincidente con las importantes conmociones sociales que tenían lugar en la Rusia Zarista, premisas de la Revolución de Octubre de 1917, aparecen en las páginas de "La Voz Obrera", los artículos de Baliño: "Las huelgas de Rusia" (17 de febrero) y "La fiesta del trabajo" (Primero de mayo) y el 19 de agosto de 1906, su escrito "La Revolución Rusa" (50).

Baliño es palpable ejemplo de cómo en la forja del pensamiento progresista cubano, acorde al propio desarrollo de la clase obrera en nuestra patria, están presentes las aspiraciones e intereses de los trabajadores, esenciales productores de la riqueza material y espiritual y no de élites intelectualistas, distantes de su pueblo.

XV.-Enrique José Varona (1849-1933):

"El imperialismo americano ha llegado a su cúspide, y a las cúspides se puede llegar; pero en ellas no es posible permanecer".

Este destacado escritor, filósofo, sociólogo y pedagogo cubano nace en Santa María de Puerto Príncipe provincia de Camagüey, Cuba, el 13 de abril de 1849. Cursa sus primeros estudios en su provincia natal, que culmina en La Habana, donde se establece su familia. En 1868 al estallar la Guerra de los Diez Años se incorpora al campo de batalla. Al finalizar ésta, en 1878, con el Pacto del Zanjón, influenciado por la frustración reinante, se vincula al movimiento autonómico y reinicia sus actividades literarias. Dicta y publica en La Habana sus célebres «Conferencias Filosóficas sobre Lógica, Psicología y Moral». Más tarde, ante el fracaso de su gestión como diputado a las Cortes de España representando a Cuba, rompe con el autonomismo.

Entre 1885 y 1895 colabora con "El Libre Pensamiento", "La Habana Elegante", "La Ilustración Cubana" y "La Revista Cubana", en la que publica varios trabajos de carácter filosófico, político, literario y científico. A solicitud de José Martí en 1895, asume en Nueva York la redacción del periódico Patria, órgano oficial del independentista Partido Revolucionario Cubano (PRC), y en 1896 pronuncia la conferencia titulada: «El Fracaso Colonial de España».

Durante la ocupación norteamericana desempeña el cargo de Secretario de Hacienda y posteriormente el de Instrucción Pública y Bellas Artes, implantando la modernización de la enseñanza mediante el Plan Varona. Con el establecimiento de la República en 1902 se dedica íntegramente a su labor como catedrático de la Universidad de La Habana y reedita sus conferencias filosóficas, actualizándolas con lo más avanzado del pensamiento de principios de siglo. Regresa a la política, vinculado al Partido Conservador y asume la vicepresidencia de la República durante el gobierno de Mario García Menocal (1913-1917).

El pensamiento de Varona estuvo muy marcado por las influencias de su época. Al principio es la huella dejada por Félix Varela y José de la Luz y Caballero, los que influenciaron en su pensamiento humanista, y más tarde asume las posiciones positivistas, muy en boga en la época entre nuestros intelectuales, pero con rasgos "sui géneris", adaptado a nuestra realidad, incluso desde posiciones ateístas. A medida que avanza el nuevo siglo, particularmente desde 1921, se hacen evidentes en su pensamiento manifestaciones de pesimismo, en las que se aprecia la impronta de Nietzsche. Algunos estudiosos de su obra lo han catalogado como un «escéptico creador». Lo anterior se plasma en los aforismos contenidos en su obra "Con el eslabón".

La enseñanza para Varona desempeña un papel primordial en la sociedad, por lo que debía estar apoyada por recursos y valores modernos y científicos. Defensor infatigable de la modernidad, la ciencia, la enseñanza y la democracia como pilares fundamentales del bienestar de una nación.

En 1921 pronuncia su discurso «El imperialismo yanqui en Cuba». Colabora en la Revista bimestre cubana, y es presidente de honor de la Academia de Historia y miembro de la Academia de Artes y Letras. En 1923 preside en La Habana, a solicitud del líder estudiantil comunista Julio Antonio Mella, el acto de fundación de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). Apoya el movimiento de la reforma universitaria y las luchas de los jóvenes por derrocar la dictadura de Gerardo Machado, lo que lo convierte, en sus últimos años de vida, en el mentor y maestro de los jóvenes universitarios cubanos. Fallece el 19 de noviembre de 1933, en su casa de El Vedado, en La Habana.

Enrique José Varona, miembro del gabinete bajo el mandato del general Wood, encargado de impulsar las reformas educativas en la enseñanza media y superior, desempeña en las tres primeras décadas del siglo XX, una influencia significativamente positiva en la reforma educativa y la formación de los maestros a los que siempre valora por su insustituible su rol en la sociedad y como garantía de continuidad del pensamiento pedagógico progresista del siglo XIX (51).

Se deben a Varona reformas muy importantes en los planes de estudio en la enseñanza media y universitaria, en los primeros lustros de la República. Abogó incansablemente por una enseñanza científica, no memorística y formas de evaluación que realmente ayudarán no sólo a medir conocimientos sino a estimular el pensamiento racional de los estudiantes.

No obstante su conservadurismo, logró desentrañar los problemas políticos y económicos que limitaban el progreso en su patria, así como el peligro que entrañaba el injerencismo de los Estados Unidos y el control que ejercía en nuestra economía, que supeditaba al país a sus designios imperialistas, limitando nuestra soberanía. En su conferencia "El imperialismo a la luz de la sociología", pronunciada en la Universidad de La Habana el 11 de enero de 1905, se expresa una línea de pensamiento conducente a la comprensión de la esencia de las relaciones de dependencia impuestas por Estados Unidos a Cuba.

En la misma éste nos brinda la siguiente definición de imperialismo:

"Debemos entender (…) por imperialismo la forma de crecimiento o integración de un grupo humano, cuando llega expresamente a tener forma de dominación política, sobre otros grupos diversos, de distinto origen, próximos o distantes del núcleo principal…Cuando un pueblo ha llegado a ciertas condiciones sociales no se limita a extender el radio de su acción en la forma de su antigua organización, a depósitos comerciales colocados a gran distancia del territorio nacional o de la metrópoli: acompaña por lo general, al fenómeno de expansión, el de la dominación política" (52).

La prórroga de poderes dictada inconstitucionalmente por Gerardo Machado, en 1927; el agravamiento de la crisis económica a nivel mundial y el acrecentamiento de las medidas represivas contra opositores del régimen, constituyen premisas para el inicio de la Revolución del 30. Expresión de la época convulsa son los criterios de Enrique José Varona, publicados por la "Revista Avance de 1930", en su edición de junio, sobre la situación de Cuba y el contexto internacional donde esta se inserta en las que pregunta…"… ¿Y el colosal imperio americano? Su sombra ingente se proyecta sobre nosotros, sobre nuestros vecinos. Tremenda amenaza silenciosa que va paralizando como secreta ponzoña nuestra sangre. Sin vacilar respondo: el imperialismo americano ha llegado a su cúspide, y a las cúspides se puede llegar; pero en ellas no es posible permanecer" (53).

Sólo unos meses después, el 20 de agosto de 1930, el periódico "El País" publica declaraciones de Varona, a solicitud de su director Ramón Zaydín, acerca de sus criterios sobre la situación nacional, donde éste reitera…"…que a mis ojos no ha vivido Cuba momentos más sombríos….Gravita sobre nosotros y nos aplasta una montaña. En lo alto está la bandera norteamericana que, si tuviera tiempo para ello, se reiría de los liliputienses que hormigueamos allá abajo. Luego vienen los dueños extranjeros de los enormes centrales azucareros. Pulpo enorme que extiende sus tentáculos por todo nuestro suelo, cuya savia absorbe" (54).

El propio diario "El País" publica en su edición del 19 de agosto de 1930 la entrevista realizada por su director al propio Varona, en la que éste afirma, con singular previsión, como…"…el socialismo en sus diversas fases y estructurado a las circunstancias de cada pueblo, es el régimen, que implantado hoy en varios países, sustituirá al sistema capitalista en un futuro inmediato. Vamos, sin querer o queriéndolo, hacia el socialismo" (55).

Su vocación patriótica y honda eticidad, permitieron que su lúcido pensamiento, proporcionara valiosos aportes a la conformación de nuestra identidad cultural y nacional, basada en la diversidad pero siempre regida por el amor compartido a la tierra natal.

XVI.- Rubén Martínez Villena (1899-1934):

"Para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos / la patria que los padres nos ganaron de pie".

En la casa de tablas hoy marcada con el No. 68, situada en una calle que más tarde toma el nombre de Máximo Gómez nace Rubén Martínez Villena el 20 de diciembre de 1899 en Alquízar, antigua provincia de La Habana. A los 5 años su familia se traslada a La Habana. Comienza a escribir sus primeros versos a los 11 años. Un año matricula en el Instituto de Segunda Enseñanza. En 1916 se gradúa de Bachiller en Letras y Ciencias y en septiembre del mismo año matricula en la Escuela de Derecho de la Universidad de La Habana hasta graduarse en el año 1922.

Alterna sus estudios con su trabajo en el gabinete del doctor Don Fernando Ortíz, lo que propicia la formación de su conciencia antiimperialista y carácter patriótico. Desde muy joven Villena demuestra habilidades para la literatura, estimulado por sus padres y fomentado por las relaciones entabladas con intelectuales de la talla de Enrique Serpa y Juan Marinello. Tuvo una breve pero fecunda vida como poeta. Legó poemas impregnados de un sensible lirismo y contenido ético-patriótico como "La Pupila Insomne", "Mensaje Lírico Civil" "El gigante", "Insuficiencia de la escala y el iris", entre otros.

En 1926, como miembro de la Liga Anticlerical redacta su folleto: "Cuba, factoría yanqui". Muy pronto su nombre comienza a conocerse en los círculos intelectuales vinculado al acontecer político de la Isla. No es casual, entonces, su liderazgo en el grupo que suscribe la conocida como "Protesta de los 13", motivada por la fraudulenta gestión administrativa del presidente Alfredo Zayas. Consciente de la necesidad de establecer vínculos entre el movimiento obrero y el estudiantado, que destacan como los grupos más radicales entonces en la sociedad cubana, participa en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes invitado por Julio Antonio Mella.

Con el decursar del tiempo, sus estudios de abogacía son puestos a disposición de éste, representándolo como abogado defensor en más de una ocasión. La Falange de Acción Revolucionaria, el Grupo Minorista y el Movimiento de Veteranos y Patriotas se convertirían en poco tiempo en espacio factible para conocer de la inconformidad de Villena con la situación existente en Cuba. La maduración de su pensamiento político se expresa en su militancia en el primer Partido Comunista de Cuba, fundado por Mella y Baliño, en 1925.

Activo opositor al gobierno de Gerardo Machado, dirige la huelga general contra la dictadura; escribe una carta de protesta contra la prórroga de poderes y funge como asesor legal de la Federación Obrera de La Habana y la Comisión Nacional Obrera de Cuba. En mayo de 1924 marcha hacia la Florida para aprender a pilotar un avión con el fin de bombardear objetivos militares en La Habana, que era su compromiso en el frustrado alzamiento organizado por el Movimiento de Veteranos y Patriotas, cuyos principales dirigentes traicionaron, sobornados por el Presidente Zayas. Es apresado por las autoridades norteamericanas y tiene que regresar a Cuba. En 1928 es electo miembro del Comité Central del PCC. Viaja a la URSS como forma de escapar del terror que sobre él se desata y con el objetivo de tratar de curarse de la tuberculosis. En Moscú trabaja en la Sección Latinoamericana de la KOMINTERN. Al agravarse su enfermedad regresa al sanatorio del Cáucaso. Recibe la noticia de lo irreversible de la misma y decide regresar a Cuba.

A pesar de su enfermedad y de conocer su próximo fin, organiza y dirige la Huelga General Revolucionaria que derroca a Machado el 12 de agosto de 1933. Participa contra todos los consejos de su médico Gustavo Aldereguía, en el recibimiento de las cenizas de Mella en el año 1933. En diciembre de ese propio año, su delicado estado de salud le obliga a ingresar en el Sanatorio La Esperanza, en La Habana, donde fallece el 16 de enero de 1934.

La década de los veinte y primera mitad de los 30, representa en la historia de Cuba, una etapa de singular importancia pues en la misma, en el enfrentamiento al gobierno de Alfredo Zayas (1920-1924) y a la dictadura de Gerardo Machado (1925-1933) surgen líderes políticos de la talla de Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena. En la misma se profundiza de manera extraordinaria la conciencia política de nuestro pueblo y se inicia, de manera más profunda, el proceso de articulación del marxismo, con el ideario martiano y el rico legado ético-patriótico del pensamiento progresista cubano.

El mandato de Zayas, maculado por la nefasta actuación del enviado norteamericano Enoch Crowder, supuesto asesor económico, quien se entrometía descaradamente en las decisiones políticas del gobierno, con la anuencia de éste, constituyó un escarnio para nuestra ya limitada soberanía, gracias a la vigencia de la Enmienda Platt. A su vez imperaba la corrupción a los más altos niveles y se concertaron empréstitos con la banca norteamericanas, que endeudaron aún más al país e incrementa su dependencia al capital foráneo. El gobierno de Zayas, sucedido por el nefasto mandato machadista, acrecienta la dependencia del país a la banca y monopolios extranjeros, agravado con la crisis económica mundial de 1929, donde los precios del azúcar, nuestro principal rubro de exportación, caen a niveles ínfimos. A ello se agrega el autoritarismo y carácter despótico de Gerardo Machado, gracias a lo cual la represión más salvaje contra obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales, alcanzó gran virulencia. Y como contrapartida el incremento de la oposición a su gobierno por personalidades y organizaciones de diversos matices ideológicos, desde el fascistoide ABC liderado por Joaquín Martínez Sáenz; la agrupación conservadora y políticamente falta de prestigio del ex presidente Mario García Menocal, hasta las posiciones más radicales representadas por los estudiantes, sindicatos y el Partido Comunista. En esa vorágine de acontecimientos se destaca la figura de Rubén Martínez Villena.

Raúl Roa García, amigo personal, compañero en la lucha revolucionaria y su más destacado biógrafo, lo describe como…"…de estatura mediana, cuerpo frágil, cabellera tempestuosa de reflejos entre castaños y áureos, palidez con leve tinte rosáceo, frente cogitabunda, nariz venteante, labios finos, mentón partido y manos elocuentes. Pero lo que más sobresalía e impresionaba de su estampa física eran sus ojos verdes transparentes y taladrantes, verdeazules a veces, otras rojoverdes, según los encandilara el entusiasmo o la indignación. Cuando abría los párpados de improviso, daba la extraña sensación de que se le fugaban un instante de las órbitas. Fruiciosa ironía sofrenada amargura, o fruncido desdén irrumpía, en ocasiones, en la fluencia cordial de su sonrisa. Si grave de tono y sobrio a menudo en el trato externo, cuando se ganaba su intimidad, decidor y jovial. Conversador extraordinario, saltaba de un tema a otro con sorprendente maestría, hasta cautivar al interlocutor. Polista temible: rendía o machacaba. Su poder de persuasión solía ser irresistible. Y, como luciéndole de oculta veta, siempre más preocupado por el prójimo que de sí mismo. En su espíritu múltiple entrechocaban acordes y contrapuntos sin deshilachar la armónica urdimbre de la sinfonía" (56).

Villena, marxista convencido, entrega todas sus energías físicas e inteligencia a la lucha contra la injusticia y a favor de los más humildes, así como a combatir el imperialismo norteamericano, que avasallaba desde su propia fundación, la formal soberanía de su patria. Al respecto escribió todo un enjundioso tratado, que tituló "Cuba: factoría yanqui" histórico-económico, compuesto de un preámbulo y trece capítulos. En el mismo valora como a partir de la primera ocupación y amparados en la Enmienda Platt, la economía cubana quedó bajo la tutela casi exclusiva del capital norteamericano, que se convirtió en su principal acreedor, dada la política estimulada por éste, de otorgar créditos leoninos y el lacayismo de los gobiernos cubanos por asumirlos. Como expresa Martínez Villena en el preámbulo de la obra…"…de este modo el gobierno de los Estados Unidos, cómplice de banqueros y representantes del capitalismo, ganaba, ganaba, para influir sobre la conquista de la América y asegurar su predominio en el continente, una importante posición estratégica desde el punto de vista militar y político….En los veinticuatro años de República, esto es, en lo que va del siglo XX, la situación de Cuba, como esclava del capital yanqui, se ha asegurado definitivamente" (57).

El primero de abril de 1923, los participantes en la Protesta de los 13, ocurrida el 28 de marzo de 1923 (58) deciden fundar la organización "Falange de Acción Cubana", que tenía como objetivo, coordinar la actividad de los intelectuales, junto con las demás clases y sectores sociales, en pro de promover el adecentamiento de la vida pública cubana- Para ello acordaron publicar una selección del ideario martiano y tomaron como lema el pensamiento martiano: "Juntarse; esta es la palabra de orden". El documento en que se dan a conocer públicamente los propósitos de la organización es redactado por Martínez Villena. En la misma se proclama que…"…el objeto de la sociedad es la difusión gratuita de la cultura general y cívica, y para ello hay que dar la carga definitiva contra la ignorancia: la ignorancia primordial, producto del analfabetismo, y la ignorancia cívica, producto del desconocimiento de los deberes y derechos que corresponden del gobernante y del ciudadano: Falange de Acción Cubana echará a galope la palabra y la pluma y educando con el ejemplo usará los derechos que algunos desconocen…Cuando un pueblo como el de Cuba, ha llegado a un lamentable estado de indiferencia y desconfianza respecto a los hombres y hechos del presente, está preparado a soportar sumiso la burla y la explotación. Y otros, timoratos, no se atreven a ejercitar…." (59).

En 1933, después de dos años de estancia en la otrora Unión Soviética donde labora intensamente como responsable de la Sección Latinoamericana del Komintern, ya desahuciado por los médicos, dado lo avanzado de su enfermedad, decide regresar a Cuba. En su retorno permanece un tiempo en Nueva York, donde desarrolla una intensa actividad. Prácticamente el mismo día de su llegada pronuncia la conferencia "El problema de Cuba" en la Liga Antiimperialista de Estados Unidos y colaboró en periódicos y revistas progresistas, como "Mundo Obrero", "Vida Obrera", "Luchador del Caribe" y "El Comunista". En mayo de 1933 publica en "El Mundo Obrero" su trabajo ·Las contradicciones internas del imperialismo yanqui en Cuba y el alza del movimiento revolucionario".

En el mismo valora como…"…el problema principal para el imperialismo yanqui es Cuba es el conflicto con sus propias dificultades internas, dificultades de un régimen de explotación y dominación, ya consolidado en la penetración casi exclusiva de los sectores básicos en la economía de un país, pero que ha llegado a ser insoportable para las masas en el mismo momento en que empieza a dar muestras de descomposición interior".

Para agregar que…"…este problema plantea al imperialismo yanqui en Cuba dos cuestiones; primero, como reconquistar, neutralizar o reducir a los elementos de su seno que se vuelven en su contra no en calidad de elementos independientes que se vuelven a su avance, sino- lo que es más grave- en calidad de partes del propio conjunto de las fuerzas imperialistas que se desintegran al empuje de las contradicciones internas; segundo, como conservar su dominio sobre las masas explotadas y oprimidas imponiendo la sumisión pacífica al proletariado y a las capas de campesinos pobres que, seguidos por sectores de la pequeña burguesía urbana y campesinos medios, están llevando a cabo, bajo la dirección del Partido Comunista, una lucha creciente contra el régimen burgués-feudal- imperialista de asesinato y de hambre".

Para expresar en otra parte de su análisis que…"…en ese sentido y teniendo en cuenta todos los hechos anteriormente señalados, es posible afirmar que Cuba constituye en el presente el eslabón más débil de la cadena imperialista en el Caribe" (60).

Martínez Villena, como poeta de fina sensibilidad y una ética política de entrega total a su ideal revolucionario, expresaba en su "Mensaje Lírico-Civil", la propia esencia de su vida:

Hace falta una carga para matar bribones/para acabar la obra de las revoluciones;/para vengar los muertos que padecen ultrajes,/para limpiar la costra tenaz del coloniaje/para poder un día, con prestigio y razón,/extirpar el Apéndice de la Constitución; /para no hacer inútil, en humillante suerte/el esfuerzo y el hambre y la herida y la muerte;/para que la República se mantenga de sí,/para cumplir el sueño de mármol de Martí;/para guardar la tierra, gloriosa de despojos,/ para salvar el templo de Amor y la fe;/para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos/la patria que los padres nos ganaron de pie (61).

XVII. – Julio Antonio Mella (1902-1929):

"¿Acaso en nuestra propia República no han impuesto siempre los magnates de Washington y Wall Street al Presidente que les convenía a sus intereses?"

Nace el 5 de marzo de 1903 en La Habana. Eran sus padres, Nicanor Mella y Brea, de origen dominicano y Cecilia Magdalena Mac Partland y Diez, natural de Inglaterra. En su niñez visita en varias ocasiones, New Orleans, en Estados Unidos. Cursa la primera enseñanza en varios colegios católicos de La Habana. Viaja brevemente a México en 1920 con el propósito de estudiar la carrera militar. Pronto regresa a Cuba. Obtiene su título de bachiller en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río, en 1921. El propio año matricula en la Universidad de La Habana, las carreras de Derecho y Filosofía y Letras. Pronto se involucra en la lucha estudiantil contra el gobierno de Alfredo Zayas. Participa asimismo en la demanda de una integral reforma universitaria. Participa en la fundación de la Federación Estudiantil Universitaria, en 1922. Sus primeros trabajos aparecen publicados en la revista universitaria "Alma Máter" de la cual es administrador (1922-1923). En octubre de 1923 organiza el I Congreso Nacional de Estudiantes y al mes siguiente, funda la Universidad Popular "José Martí". Director y redactor de la publicación "Juventud" (1923-1925). En 1924 funda la "Liga Anticlerical" y al año siguiente, la Sección Cubana de la Liga Antiimperialista de las Américas. En 1925 funda el Instituto Politécnico Ariel junto con Alfonso Bernal del Riesgo. Uno de los fundadores, junto con Carlos Baliño, en 1925, del primer Partido Comunista de Cuba. En septiembre de 1925 es expulsado de la Universidad de La Habana por su enfrentamiento al gobierno de Gerardo Machado. Detenido en noviembre del propio año por supuestas "actividades terroristas", se declara en huelga de hambre. La negativa de Machado de liberarlo por poco le cuesta la vida. En muy mal estado físico, sólo es liberado gracias a una exitoso reclamo popular. En 1926, debido a la persecución a que es sometido por los cuerpos represivos del machadato, marcha al exilio en México. En este hermano país continua su actividad revolucionaria y publica sus escritos en los periódicos "Cuba Libre", "El Libertador", "Tren Blindado", "El Machete" y el diario obrero habanero, ""Boletín del Torcedor". En febrero de 1927 asiste al Congreso Mundial Contra la Opresión Colonial y el Imperialismo, celebrado en Bruselas, Bélgica. Participa activamente en la Liga Campesina Nacional de México. Participa en Moscú, antigua Unión Soviética, en el Congreso Internacional de la Sindical Roja. En 1927, junto con Leonardo Fernández Sánchez y Alejandro Barreiro, organiza la Asociación de los Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos (ANERC). El 10 de enero de 1929 cae asesinado en México, por asesinos a sueldo enviados por Machado.

Una de las personalidades más descollantes del pensamiento progresista cubano en la primera mitad del siglo XX, Julio Antonio Mella logra articular armónicamente, el ideario martiano y su ideología marxista, a partir de su visión ético humanista de la peculiar realidad político y económica de su patria, en la época que le correspondió vivir. Surgido de las aulas universitarias, como líder estudiantil, creativo e inclaudicable, abrazó a su vez con fervor la lucha a favor de los intereses de la clase obrera.

Mella desempeña un importante papel entre los fundadores de la Federación de Estudiantes de la Universidad de La Habana, en la que figuraban en su directiva, Felo Marinello, como Presidente y éste como Secretario. Así su nombre aparece entre los firmantes del documento que así lo atestigua, publicado en el diario "La Discusión" con fecha 10 de diciembre de 1922 titulado "Manifiesto a los estudiantes universitarios", donde se expresa como…"…ha tiempo que en el ánimo de todos los estudiantes cubanos universitarios se va concretando como ideal colectivo, el noble empeño de precipitar la evolución de nuestra Universidad en el sentido de su organización y funcionamiento hasta alcanzar el alto grado de perfección y desarrollo en que hoy se desenvuelven organismos de igual origen étnico y que fueron modulados al calor de la misma ideología".

Para agregar que…"…esta intención robustecida por las palabras viriles, de inconformidad y renovación que informan siempre la actuación universitaria de nuestros profesores más preclaros, como (Enrique José) Varona, (Carlos de) la Torre, (Miguel Aguayo) y Rodríguez Lendián; esta intención, repetimos, se hizo propósito inquebrantable, decisión enérgica, la tarde memorable en que magnetizados nuestros corazones juveniles por la palabra gallarda y erudita del Honorable Rector de la Universidad de Buenos Aires, doctor José Arce…Hasta ahora el fraccionalismo egoísta y la dispersión sistemática fueron nuestros guías y ya lo veis: las Asociaciones Estudiantil asisten inermes al espectáculo claudicante quietismo, de lenta agonía que ofrece la Universidad cubana, pese a la savia juvenil que la nutre, afanosa de progreso y perfección" (62).

Con fecha 30 de diciembre de 1922 y publicada en el periódico "El Mundo" en su edición del primero de enero de 1923, se da a conocer la "Declaración de la Federación Estudiantil sobre la autonomía universitaria" donde se enfatiza como…"…la Universidad de La Habana tiene el derecho de regir sus destinos con amplia autonomía, sin la intervención del Gobierno, ya que esa intervención en los muchos años que han transcurrido no ha sabido hacer del Primer Centro Cultural de la República un centro digno de nuestra capacidad y fama de pueblo culto e intelectual" (63).

En definitiva por decreto presidencial del entonces Presidente Alfredo Zayas, publicado en la Gaceta Oficial con fecha 19 de marzo de 1923, se da un paso muy importante en ese propósito al autorizar la inclusión en los Estatutos de la Universidad de La Habana…"…el establecimiento de una Asamblea Universitaria que se compondrá de representantes del Claustro General y de los graduados y estudiantes en la proporción y condiciones que se expresarán. Serán funciones de dicha Asamblea la elección del Rector de la Universidad, acordar los proyectos que considerase procedente para reformas en los planes de estudio, salvando el derecho de las Facultades; proponer al Claustro General sin perjuicio de la iniciativa de éste, los proyectos o reformas de los Estatutos de la Universidad y cualquiera otra atribución que le confieran los Estatutos con arreglo a la ley" (64).

Gracias al empeño de Mella se pudo efectuar el I Congreso Nacional de Estudiantes, efectuado en La Habana del 15 al 23 de octubre de 1923, con representación de los estudiantes de la enseñanza media. En el mismo participaron estudiantes insertos en un amplio mosaico ideológico. Al revisar las actas del mismo se puede apreciar el grado de radicalización del pensamiento estudiantil en la época. En el día de su clausura Mella dio lectura a su trabajo "El deber del estudiante ante la situación internacional de la América" que resultó largamente ovacionado.

En el acta día final del mismo, con fecha 23 de octubre, se hace constar entre otras, las propuestas de Mella, aprobadas en el mismo:

—Celebración de Congresos Latinoamericanos de Estudiantes.

— Celebrar Juegos Olímpicos Inter-Universitarios…"pero renaciendo estos juegos con toda su pureza y fin que los tiempos actuales permiten",

— "Recomendar a los Estudiantes y Profesores la formación del nuevo espíritu universitario a base de la lucha por la mayor justicia social y de una mayor fraternidad, entre los pueblos que tienen la misma orientación que nosotros…."

— "El Primer Congreso Nacional de Estudiantes se declara contrario a todos los imperialismos y especialmente en contra de la intromisión del imperialismo yanqui en nuestros asuntos interiores".

— "Se declara igualmente contra la aplicación y existencia de la Enmienda Platt".

— "Se declara contrario a la Doctrina Monroe y al Pan Americanismo".

— "Se declara contrario al actual sistema económico imperante en Cuba"

— "El Primer Congreso Nacional de Estudiantes enviará un cordial saludo a la Federación Obrera de La Habana, le comunicará los acuerdos tomados en este Congreso y le hará presente los deseos de una perfecta unión entre Estudiantes y Obreros, mediante el intercambio de ideas e intereses, con el fin de preparar la transformación del actual sistema económico, político y social, sobre la base de la más absoluta justicia".

— "Pedir a la Junta de Educación que derogue el acuerdo por el cual los niños de las Escuelas Primarias no deben aprender la historia y los hechos de los países latino- americanos en los días de fiesta patriótica de esas naciones, y que se ponga a las Escuelas Primarias los nombres de esas Repúblicas, estableciendo el intercambio y realizando estos actos según el ruego del Consejo Nacional Superior de Enseñanza de la República Argentina".

— "Que se conmemoren en la Universidad las fiestas nacionales de la América Latina, explicando su significado" (65).

Mella es el principal promotor de la creación de la Universidad Popular "José Martí", cumpliendo el acuerdo del Primer Congreso Revolucionario de Estudiantes, que daría acceso a la educación a los obreros En el acto de inauguración el 3 de noviembre de 1923, en el Aula Magna del alto centro de estudios, éste expresa como…"…aquí nos reunimos para unir esfuerzos a favor del mejoramiento de la cultura del pueblo. La universidad popular es una institución para todos y un camino abierto para obtener un futuro mejor"

Aunque la misma tuvo una breve existencia, pues no respondía a los intereses de la oligarquía gobernante, pasado casi un lustro de su creación, en 1927, durante su exilio en México, el líder revolucionario edita un folleto titulado "El cuarto aniversario de la Universidad Popular José Martí" donde valora como…"…las aulas se han cerrado, pero las páginas de los libros se abren. La propaganda continúa. La Universidad Popular ha muerto-grita el Gobierno con una satisfacción de analfabeto triunfante. La Universidad Popular vice- grita el proletariado consciente de Cuba. Muchos han caído. Muchos más caerán. Pero todavía no se ha matado una idea, un solo principio" (66).

Julio Antonio Mella publica en 1924 un folleto contentivo de su escrito "Cuba, un pueblo que nunca ha sido libre" en el que expresa que…"…el dominio yanqui en la América no es como el antiguo dominio romano de conquista militar, ni como el inglés, dominio imperial comercial disfrazado de Home Rule, es de absoluta dominación económica con garantías políticas cuando son necesarias".

Y agrega como…"…para estas garantías se confeccionó la Enmienda Platt, se ocupó militarmente a naciones como Haití y Santo Domingo, con el fin de imponer el terror asesinando, para asegurar así la colocación de sus sobrantes monetarios.

Muchos escritores pregonan para solucionar el problema de la América . Nosotros no sabemos ya lo que se quiere decir con patriotismo; pues vemos que es la primera virtud de todos los gobiernos que hacen los empréstitos, entregan la tierra a los extranjeros y asesinan o expulsan a los obreros que se levantan a pedir simples derechos constitucionales contra las compañías americanas…Se nos dirá que no es éste el patriotismo que se pide. Nosotros afirmamos que no puede haber otro en el poder, pues no permitirán los Estados Unidos su elevación. ¿Acaso en nuestra propia República no han impuesto siempre los magnates de Washington y Wall Street al Presidente que les convenía a sus intereses? Y, no han cerrado la principal puerta de avance de los pueblos: la revolución, al manifestar que no se reconocería a ningún gobierno revolucionario…hasta que se rinda su vasallaje a los señores del azúcar y del petróleo".

Para enfatizar como…"…en toda la América sucede igual. No se sostiene un Gobierno sin la voluntad de los Estados Unidos, ya que el apoyo del oro yanqui es más sólido que el voto del pueblo respectivo. Hoy los pueblos no son da ya que la sociedad está hecha para ser gobernada por el Dólar y no por el ciudadano. Cualquier gran rico de yanquilandia tiene más dólares que ciudadanos todos los países de la América. El Dólar vence hoy al Ciudadano; hay que hacer que el Ciudadano venza al Dólar…" (67).

Ya en México publica como folleto su escrito "El grito de los mártires" donde denuncia, en su introducción, como…"…ante la ofensiva sanguinaria del tirano y su amo: el imperialismo capitalista yanqui, este folleto es una respuesta. Es también un homenaje a los únicos núcleos revolucionarios de Cuba, que aún defienden la libertad a costa de su vida, a esos obreros y campesinos, a esos pocos estudiantes e intelectuales que se han sabido poner frente al tirano y sus desmanes, a estos es el homenaje, Como un aliento a los caídos- su memoria jamás será traicionada por los que aún viven- como un aliento a los que luchan, como una venganza de los que vamos a caer…" (68).

Para Mella, el internacionalismo era el antípoda del estrecho y reaccionario chovinismo. Pero a su vez, valoraba que sólo puede ser solidario con los otros pueblos, quien ama intensamente su suelo natal y siente regocijo de sus orígenes. En su escrito "Glosando los pensamientos de José Martí" enfatizaba como no es necesario para ser internacionalista odiar al suelo en que se nace, olvidarlo, despreciarlo y atacarlo…No. Internacionalismo significa, en primer término, liberación nacional del yugo extranjero imperialista y, conjuntamente, solidaridad, unión estrecha con los oprimidos de las demás naciones" (69).

XVIII.- Antonio Guiteras Holmes (1906-1935):

"Todos los servidores del imperialismo se parecen y tienen forzosamente que seguir el mismo camino".

Líder revolucionario cubano que se destaca durante la revolución de 1930. Nace el 22 de noviembre de 1906 en Filadelfia, Pennsylvania. Hijo de padre cubano, Calixto Guiteras, y madre norteamericana, Marie Theresse Holmes. Desde niño crece oyendo las historias de su tío, José Ramón Guiteras, quien diera su vida por la libertad de Cuba durante la primera guerra de independencia y las de su tío abuelo irlandés, John Walsh, quien fuera uno de los más importantes líderes de la independencia de Irlanda. Su padre, hombre culto y de pensamiento liberal, supo inculcarle su amor por la Patria y a José Martí.

La familia Holmes, por problemas de enfermedad del padre, se traslada a Cuba en 1913. Guiteras estuvo atento a los acontecimientos vinculados a la Reforma Universitaria y a la agitación estudiantil encabezada por Julio Antonio Mella. Desde el Instituto de Pinar del Río, donde cursaba sus estudios, participó activamente en las actividades que allí se realizaban para apoyar las acciones revolucionarias del estudiantado. Ya desde esta época se va destacando por sus sentimientos antiimperialistas y condena enérgicamente la política injerencista del embajador de los Estados Unidos en Cuba.

Conoce y admira a Mella, a quien apoya en su huelga de hambre, y participa activamente en el movimiento popular que se desarrolla para liberar al líder estudiantil. En 1927 integra el Directorio Estudiantil Universitario (DEU), lo que implica su primera aparición en el escenario político cubano. Durante el periodo comprendido entre los años 1929 y 1932, continúa enriqueciendo su experiencia política y revolucionaria y su accionar estuvo dirigido principalmente a la obtención de armas para la insurrección que derrocaría a la tiranía de Gerardo Machado (1925-1933).

En 1932 decide romper con los viejos caudillos nacionalistas y fundar la Unión Revolucionaria (UR), en la que agrupa a todas las pequeñas organizaciones que ya lideraba. Desde el UR, Guiteras lanza el "Manifiesto al pueblo de Cuba", donde expuso un programa centrado en la unidad de todas las fuerzas antimachadistas. El punto central de este documento fue el llamado a la lucha armada como vía más práctica para derrocar la dictadura. Luego de la caída de la dictadura de Gerardo Machado, Guiteras es nombrado, por el gobierno que surge del movimiento militar revolucionario del 4 de septiembre, como gobernador de la provincia de Oriente, en la cual posee un notable prestigio.

En octubre de 1933 es llamado para integrar el Gabinete de Ministros del gobierno presidido por Ramón Grau San Martín, en el cual ocupa los cargos de Ministro de Gobernación, Marina y Defensa, adoptó medidas en favor del pueblo pero que afectaban los intereses políticos y económicos norteamericanos en Cuba, como la nacionalización de la compañía de electrizad y la de teléfonos El gobierno de los 100 días, como comúnmente se le conoce, es derrocado el 15 de enero de 1934, por un golpe de estado elucubrado por Fulgencio Batista, ya jefe del ejército, con el apoyo de la embajada yanqui. Inmediatamente después que se instaura el impopular gobierno de Batista y su testaferro Carlos Mendieta, con la influencia determinante del nuevo embajador norteamericano, Caffery, el insobornable Antonio Guiteras, decidió organizar la insurrección armada, al considerarla como única una vía posible de lucha en aquel momento histórico.

Con un grupo de revolucionarios crea la organización TNT en abril de 1934 y al incorporar a otros combatientes contra el régimen, en junio de ese año, funda Joven Cuba. Su plan táctico contemplaba organizar una expedición procedente de México que desembarcara por Oriente, para iniciar la lucha armada. Con tal motivo se organiza la salida de Guiteras, y un grupo de combatientes hacia el país azteca. Por una delación de Carmelo González, amigo de la infancia de un miembro de la organización, que conocía de los planes, Guiteras es sorprendido en El Morrillo, Matanzas por tropas al mando del teniente Rafael Díaz Joglar, cuando intentaba abandonar el país. En el desigual enfrentamiento, muere el 8 de mayo de 1935 junto a Carlos Aponte, el revolucionario sandinista nicaragüense.

Antonio Guiteras es una de las figuras más representativas surgidas en el enfrentamiento a la dictadura de Gerardo Machado. De ideas muy avanzadas, y justamente valoradas como peligrosas por los sectores más conservadores y dóciles a los dictados de los intereses del capital extranjero, resultó a su vez incomprendido por algunos de los más radicales, como la dirigencia entonces del Partido Comunista. Ello es resultado de que la Junta de Gobierno, nacida del movimiento de clases y soldados del 4 de septiembre de 1933 (gradualmente usurpada por Batista y sus más cercanos conmilitones), el Directorio Estudiantil Revolucionario y otros dirigentes de sectores de variado matiz político, estaba conformada por tres personalidades que representaban tendencias ideológicas contradictorias: Ramón Grau San Martín (reformista), Antonio Guiteras (radical) y Fulgencio Batista (extrema derecha). (70).

Ángel Alberto Giraudy, compañero de lucha de Guiteras, y fundador con él de "Joven Cuba" escribió en su artículo "En memoria de Antonio Guiteras" (1945) como…"…el pensamiento cardinal de Antonio Guiteras está condensado parcialmente al menos, en el Programa de la Joven Cuba, cuyo proyecto tuve el honor de redactar en unión de Juan Antiga, Antonio Penichet, y otros, allá por 1934…Él sabía que la obra de la revolución cubana se había estancado desde 1898 y que su prosecución debía ser el empeño de las generaciones actuales…Mucho dialogamos sobre tales tópicos. Comprendíamos que la transformación integral que auspiciamos era una labor ímproba, pero estábamos decididos a iniciarlas…Antonio Guiteras fue un antiimperialista convencido desde las aulas universitarias. Comprendía que mientras el imperialismo subsista entre nosotros, no desaparecerán los males que nos aquejan".

Y valora que…"…tratábamos pues, de la necesidad de nacionalizar las tierras, de municipalizar los cementerios, transformar los actuales Registros de la propiedad urbana y rústica- supervivencia de aquellos oficios enajenados de la Corona de España que ésta nos legara- en organismos nacionales, con sustantividad propia, servidos por funcionarios del Estado en beneficio de la nación…No aspirábamos, claro está, a la socialización de la tierra, ni a implantar el socialismo. La era socialista no ha llegado todavía para Cuba. El socialismo no se implanta por rescriptos, ni puede ser realizado por mateotécnicos de nuevo cuño" (71).

Convencido de la necesidad de crear otra organización con un programa concreto, capaz de aglutinar a los sectores más progresistas, crea en mayo de 1934 la Joven Cuba, cuya dirección, estructurada en un Comité Central, compartía con Ángel Garaudy, José Irrisarri, José Ángel González Rubiera y otros jóvenes revolucionarios. Su Programa contenía ideas muy progresistas para la época.

En el mismo se formula como…"…Cuba reúne los requisitos indispensables para integrar una nación, pero no es aún NACIÓN. Ciertamente, las realidades geográficas le dan unidad física; la ausencia de impedimentos formales a las relaciones espontáneas e indispensables entre sus habitantes deriva una unidad demótica; la uniforme regulación ordenancista le produce unidad policial. Desde la , Cuba posee unidad en sus tradiciones, y el destino sustancialmente común vivido por todas sus regiones afirma su unidad histórica. Y tales unidades han sido intensas, suficientemente para determinar cierta analogía psicológica en la población que, -no obstante su heterogénea oriundez-permite hablar de un . Y sin embargo, Cuba no es nación aún, porque carece de aquella unidad funcional en su economía, necesaria para presentarse como un todo capaz de bastarse a sí misma. En una palabra, Cuba permanece en estado colonial. Supeditada al capital extranjero, la estructura económica de Cuba es un aparato que no sirve a necesidades colectivas de dentro, sino a rendimientos calculados por y para los de afuera" (72).

Acerca de la educación, se plantea en el documento programático como…"…la escuela pública debe de ser un instrumento en manos del estado, para formar hombres, por lo tanto, la enseñanza debe socializarse, debiendo el estado supervisar e intervenir la enseñanza privada, laica y religiosa, mientras no se implante integralmente la escuela única…El presupuesto del estado destinado a la educación bajo ningún concepto debe ser inferior al que dedique a ninguna otra atención…El Estado pagará y distribuirá gratuitamente un número de matrículas universitarias no inferior a la cuarta parte de la matrícula general de la Universidad, entre los hijos de trabajadores y guajiros pobres, que seleccionen los sindicatos respectivos" (73).

Guiteras, como todo verdadero líder popular, poseía un pensamiento premonitorio de los acontecimientos que se sucederían en un futuro más o menos distante, si determinadas condiciones objetivas y subjetivas se reproducían, en un determinado contexto, a partir de sus propias peculiaridades. Al responder la pregunta: ¿Qué opina Vd del posible regreso de Machado a Cuba?, que le realizara un periodista de la revista Bohemia, en 1934, éste valora que…"…aunque la repulsa unánime del pueblo hacia todos los que, de manera directa intervinieron en el régimen machadista parece constituir un firme valladar contra ese retorno, los revolucionarios deben estar alertas, pues la conducta del actual gobierno les ha hecho concebir grandes esperanzas y los medios de que disponen son cuantiosos….A pesar de que la semejanza entre el presente régimen y el de Machado es prodigiosa, existe una diferencia esencial; estos permanecen aún en el poder. Y el precedente de aquella sanción es necesario mantenerlo a toda costa para que sea aplicable a la vez a éstos, cuando el pueblo comprenda que todos los servidores del imperialismo se parecen y tienen forzosamente que seguir el mismo camino" (74).

XIX.- María Luisa Dolz y Arango (1854-1928):

"La transformación de un niño no es obra de relámpago…Tenemos que esperar pacientes y tranquilos las aflorescencias graduales y paulatinas de sus sentimientos e ideas".

Esta singular pedagoga nace en La Habana, el 4 octubre 1854, en el seno de una familia de intelectuales. La posición económica de sus padres le permite recibir una esmerada educación, que completa con el estudio de otras lenguas como el inglés, el francés y el alemán. Cursa estudios de magisterio y siendo aún adolescente, imparte clases en el colegio Nuestra Señora de la Piedad. En 1876 obtuvo el título de maestra primaria elemental y al año siguiente el de maestra de instrucción primaria superior. Se la reconoce como la primera mujer en Cuba graduada de Licenciatura en Ciencias Pedagógicas.

Concluye asimismo el doctorado en Ciencias Físico-Matemáticas, para convertirse en la pionera de esa calificación, en la Universidad de La Habana. Ya graduada, comienza a ejercer la docencia, en el colegio habanero "Isabel la Católica", del cual se hace posteriormente propietaria, y al que puso su nombre. Allí tiene oportunidad de aplicar sus ideales pedagógicos y provoca una revolución en los sistemas de enseñanza con la práctica de la educación física y juegos corporales para las niñas y adolescentes. Lucha por la abolición de los castigos corporales que se aplicaban por entonces a los alumnos y se convierte en la primera maestra cubana que alcanzó menciones honoríficas en universidades y academias extranjeras. A lo largo de más de medio siglo, aboga para lograr lo que califica como una "educación enciclopédica y completa, para la mujer". Acorde a ello proclama en 1894 que…"…no podemos, no debemos, pues, contentarnos con enseñar a la mujer sus deberes, con disponerla a cumplir los más penosos y amargos, hasta la abnegación y el sacrificio; es necesario también que le demos a conocer sus derechos, y que la impulsemos a defenderlos con noble orgullo cuando la ocasión lo requiera" (75).

No sólo sobresale en el campo de la educación, sino que también se destaca como una de las primeras feministas cubanas. La notable pedagoga supo ver a tiempo que la mujer debía prepararse convenientemente para poder reclamar, ante la sociedad, los derechos de igualdad con el hombre, de ahí que según sus palabras, se dedicara a formar "mujeres de acción, sanas, robustas, y equilibradas". Tenía ya 70 años cuando fallece en su casa de la barriada habanera de Marianao, el 27 de mayo de 1928.

María Luisa Dolz, ocupa un lugar meritorio entre los educadores cubanos, cuya actividad pedagógica decursa en el tránsito entre las dos centurias. Contemporánea de Martí, nacida en tiempos de máximo auge de las tendencias anexionistas, se convierte en sistemática defensora de los derechos de la mujer, particularmente de acceso a la educación. En su obra "La superación del individuo por medio de una educación integral", expresa sus aspiraciones de que el educador… "…no será nunca el más sabio, sino el que a la vez sea más benevolente, el más discreto, el más delicado, que a la autoridad de la ciencia, una la dignidad del carácter" …pues para tan reconocida pedagoga…"…la transformación de un niño no es obra de relámpago…tenemos que esperar pacientes y tranquilos las aflorescencias graduales y paulatinas de sus sentimientos e ideas…"…si tomamos en cuenta que…"…el tiempo es el factor esencial en toda obra educativa" (76)

XX.- Juan Gualberto Gómez (1854-1933)

"…En una palabra sólo tendríamos una ficción de gobierno, y pronto nos convenceríamos de que era mejor no tener ninguno, y ser administrados oficial y abiertamente desde Washington".

Destacado patriota y periodista. Nace el 12 de julio de 1854, en Sabanilla del Comendador, hoy municipio Juan Gualberto Gómez, provincia de Matanzas, en el ingenio azucarero "Vellocino de Oro", propiedad de Catalina Gómez. Sus padres, Fermín Gómez (Yeyé) y Serafina Ferrer (Fina), eran esclavos, que lograron comprar la libertad del niño antes de su nacimiento.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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