Sabemos que a lo largo de la historia de la humanidad, la retórica ha estado indisolublemente ligada a la política. El uso instrumental del discurso es tan antiguo como el lenguaje mismo. Basta con volver la vista a los filósofos griegos para convencernos de esta afirmación. Ya Aristóteles, y antes, los sofistas de la antigua Grecia, habían llegado a la conclusión de que el hombre, siendo esencialmente político tenía también la capacidad de usar la palabra para expresar sus puntos de vista, por lo tanto, además de político era también retórico. Tanto en Grecia como en Roma, la tradición del uso de la retórica formaba parte de la vida de cada orador en su desempeño público o político.
No obstante a la existencia de múltiples definiciones del concepto de retórica, los especialistas coinciden en que es en la política donde la retórica encuentra su más amplio campo de desarrollo, aunque es indudable que podemos encontrar la retórica en otros sectores del quehacer humano como por ejemplo la religión, la filosofía, la literatura y la ciencia.
Por otra parte, es cierto que el discurso político, sea oral o escrito, es el objeto fundamental de la retórica, vista como base del discurso encaminado a comunicar e influir sobre un auditorio determinado.
Sobre este aspecto, los críticos ocupan diferentes posiciones en cuanto a la finalidad misma de la retórica. Unos (Gill y Whedbee 2000) apuntan al carácter persuasivo de la retórica, otros hacen hincapié en el aspecto valorativo de la misma, todos coinciden sin embargo en subrayar el carácter instrumental de la retórica ya que de una forma u otra, es un medio para reforzar, transformar o replicar a las opiniones de un público determinado.
De esta forma acudimos al concepto de que la retórica actual (López Eire 1998) se ampara bajo la teoría de la Pragmática y, aún mejor de la Lingüística Pragmática de la Interacción, que es la modalidad teórica de la lingüística que concibe que hablar es hacer, y que la función esencial del lenguaje es la interacción, y que su texto no es sólo el conjunto o sistemas de signos que el hablante codifica y el oyente descodifica, sino también el conjunto de concepciones y asunciones que son compartidas por el hablante y el oyente.
Andando en esta dirección, debemos afrontar los puntos de encuentro entre la retórica y el discurso político si vemos como retórica el arte de hablar y escribir bien y de emplear el lenguaje de manera eficaz para deleitar, persuadir o conmover y el discurso político como el conjunto de mensajes verbales (orales o escritos), producidos por los políticos, que tratan cuestiones de interés para un grupo social determinado.
En este sentido, la noción de discurso se define (Benveniste1974) en relación con el acto de enunciación que subyace a todo enunciado, esto es, supone un emisor y un receptor y en el primero la intención de influir en el otro de algún modo.
Desde la segunda mitad del siglo XX la gran difusión de los medios de comunicación y posteriormente de la informática ha provocado que las personas se encuentren expuestas a numerosos tipos de mensajes verbales de los cuales una gran cantidad puede ser considerada de naturaleza política. La creciente mediación de los mensajes políticos tiene importantes consecuencias, sobre todo en lo que respecta a la variedad de recepción, interpretación y crítica del habla política y de los textos políticos.
Obviamente, si entendemos lo político de una forma amplia, el lenguaje político aparece en medios no estrictamente políticos, que van desde los textos de teoría política, el comentario político de un periodista, la conversación entre amigos y llega, sobre todo, al discurso de los llamados líderes políticos y de opinión. En la difusión del mensaje político de estos últimos juegan un papel importantísimo los medios de comunicación si tenemos en cuenta que los líderes políticos hablan públicamente de frente a los medios de comunicación.
Si analizamos el sentido estricto del término discurso político (Fernández1999) vemos que da pie a dos observaciones, de una parte se podría identificar con el sintagma el lenguaje de los políticos, No obstante, la connotación peyorativa que lo rodea desaconseja su empleo y recomienda su sustitución por el más ambiguo el lenguaje político.
En el presente trabajo nos proponemos realizar una modesta aproximación al estudio del lenguaje político visto a través de algunos de los diferentes aspectos de la lingüística del discurso que nos permitirán establecer las características más importantes del mismo.
Para el análisis que realizamos hemos seleccionado un corpus limitado basado en el estudio de algunos de los discursos del líder cubano Fidel Castro. Como es sabido, la amplísima producción de discursos del presidente cubano no nos permitiría hacer un estudio exhaustivo dentro del marco estrecho de este trabajo, por lo que hemos seleccionado solamente los discursos pronunciados en al año 2005 y entre ellos, los que tienen como tema central el histórico enfrentamiento político entre Cuba y los Estados Unidos de América.
A partir de 1959, año en que el abogado (el dato, como veremos más adelante, será importante) Fidel Castro llega al poder luego de haber triunfado en una guerra civil que duró dos años, las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos comienzan a deteriorarse inmediatamente después que Castro comenzara a promulgar leyes de corte nacionalista que afectaban a los intereses estadounidenses en la Isla. A partir de este momento empieza la interminable lucha de Castro por denunciar ante el mundo los continuos ataques terroristas de los Estados Unidos contra Cuba, su revolución y su pueblo. Este argumento será el centro del análisis de nuestro trabajo y nos permitirá analizar algunas de las características más importantes del discurso político que se ponen de manifiesto de manera evidente en los discursos del presidente cubano.
Castro, graduado en leyes en la Universidad de la Habana, conoce estupendamente todas las leyes ya sea de la retórica, como arte de encantar, persuadir o conmover así como las del discurso político y de la comunicación de masas para lograr el objetivo de influir sobre el destinatario que lo escucha o lo lee. Como líder político, en sus discursos Castro establece relaciones muy particulares no sólo en el campo lingüístico, sino, y sobre todo, en el campo socio político.
Uno de los aspectos más importantes es la relación que crea Castro entre él, como emisor del discurso, el destinatario directo, es decir implícito, que serían los estados Unidos, y el destinatario indirecto o explícito, que serian los terceros, los que lo escuchan o leen.
La primera categoría, a quién va dirigido el discurso, frecuentemente es centro de apelaciones o llamadas transformando de este modo el discurso unidireccional en una especie de diálogo en el que actúa sin embargo un solo emisor:
Realmente hay un millón de puntos que necesitan respuesta, ¿lo sabe usted bien, señor George W. Bush? 01.05.2005
¿Serán estúpidos, o, mejor dicho, serán tan estúpidos? 01.05.2005
Como se puede observar, en el segundo ejemplo, la omisión intencional del pronombre hace que la pregunta adquiera un carácter ambiguo. El uso de los pronombres ustedes (que como sabemos es usado en toda América Latina en lugar de vosotros) o ellos podría cambiar el sentido implícito o explícito de la misma pero no cambia en absoluto su sentido político y ofensivo.
La segunda categoría es sumamente importante para el orador ya que en ella se incluyen todos los ciudadanos, una categoría que en el discurso castrista es asumida como pueblo y de hecho el mismo adquiere un peso relevante ya sea por su presencia física o por la capacidad que Castro le atribuye de intercomunicar con el orador convirtiendo aquí el discurso en un verdadero diálogo.
Pero vean, ahí tienen una prueba de quiénes son esos caballeros. 15.04.2005
Compañeras y compañeros:
Hoy se cumplen 49 años del arribo del yate Granma a las costas de la patria 02.05.2005
Vean, lástima ahí que cuando habló de las dos laticas, no salió tan claro, porque por lo menos yo viéndolo por la televisión aquí, apareció la letra más…, ¿está el texto?, manden a buscar el texto, para que conste en acta (Risas). Sí, porque esto es una especie de juicio al imperio, ¿comprenden? 17.04.2005
Escuchen, escuchen, escuchen, resistir un poco más, que hoy, por suerte para ustedes, no seré muy extenso (Exclamaciones de: "¡No!"). La naturaleza nos ha ayudado, vean qué fresco y qué sombra, todo está a favor de nuestra noble causa. 01.05.2005
Una de las formas principales a través de la cual el emisor del discurso político establece una relación directa con el receptor es el uso de la primera persona del plural que puede ser interpretada de diferentes maneras. En la conversación cotidiana, nosotros puede abarcar las categorías hablante-oyente, en el caso del discurso político, abarca al hablante, a los oyentes presentes y a todo el que pueda escuchar a través de los medios masivos de comunicación. Para Castro estas dos categorías se reducen a una sola con un fuerte carácter ideológico: el pueblo.
En este punto creemos oportuno detenernos en el aspecto ideológico del discurso político que en el caso que nos ocupa es importantísimo. Partimos de que el término es de gran ambigüedad y que, según su significado filosófico de análisis científico del pensamiento, de las ideas y de los estados de ánimo, define el complejo de argumentos, juicios y valores que sirven para expresar o justificar los intereses de una clase social. Visto de esta manera, Castro ha apuntado en todos estos años a poner en primer plano de sus discursos el tema de los valores de la clase obrera como plataforma político ideológica de la revolución cubana.
Dado el profundo carácter político ideológico del discurso castrista, una de sus características más importantes la constituye el uso de la primera persona del plural en sus diferentes variantes: flexión verbal, pronombre personal (nosotros) o adjetivo posesivo (nuestro), que es una de las formas más usadas por el emisor político para involucrar a las personas que lo escuchan.
Hoy podemos añadir: no podrían recoger siquiera el polvo de su suelo, y tendrían que derramar mucha más sangre que en cualquier otro lugar del planeta (Aplausos). ¡Lo juramos! 26.07.2005
realmente, nosotros les podemos ofrecer información gratuita, lógica y elemental. A nosotros no nos ha costado más que unos papelitos, leer unos periódicos. 15.04.2005
Esta no es una marcha contra el pueblo de Estados Unidos, como hemos dicho antes y lo reiteramos hoy; es una marcha contra el terrorismo, a favor de la vida y de la paz de nuestro pueblo y del pueblo hermano de Estados Unidos, en cuyos valores éticos confiamos. 17.05.2005
Al usar la tercera persona de los verbos poder y jurar en el primer ejemplo, Castro, de una manera antológica dentro del análisis del discurso político, establece una unidad indisoluble entre el binomio mitente-destinatario. Como antológico es también en el discurso político el uso, sobre todo en el discurso de políticos de izquierda y comunistas, del posesivo nuestro unido en este caso a una entidad de tanto valor positivo y emotivo como pueblo, unidad que adquiere en este ejemplo su valor máximo. A través del uso de nuestro el líder se identifica con el destinatario, es decir, con el pueblo, integrando ambos una unión indisoluble.
Si bien es cierto que el uso de la primera persona del plural es importante en el acto comunicativo que se establece en el discurso político, no menos importante es la presencia de la primera persona del singular. El pronombre yo o en su lugar la desinencia verbal de la primera persona ocupan un lugar importante en el discurso ya que en torno a él se estructura todo el sistema de referencias de personas, tiempos o lugares del discurso.
En el discurso político de Castro el uso de la primera persona del singular se hace imprescindible como garantía y continuidad de sus más de 40 años de poder en Cuba. Tengamos en cuenta que el YO hablante no es solo el Presidente de la República de Cuba, sino también el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, el Primer Secretario del Partido Comunista y el Comandante en Jefe de las fuerzas armadas. De lo anterior deriva que la presencia del yo, desde el punto de vista del análisis del discurso político, sea amplísima, ya sea como emisor discursivo o como eje principal de la historia y los acontecimientos.
Veamos dos ejemplos: en el primero vemos el uso directo del yo ocupando una posición determinante en los acontecimientos históricos, en el segundo, donde hace uso no sólo de la desinencia verbal, sino también de pronombres y adjetivos pertenecientes a la primera persona, logra trasmitir la comunicabilidad requerida del discurso a la vez que se pone de nuevo en el centro de los hechos históricos. Nótese en este ejemplo como hábilmente logra combinar el uso del yo con el uso de las personas del plural: yo-nosotros-ellos… todos, el pueblo.
Las relaciones habían sido buenas, y estaban en un dilema porque quien estaba en la presidencia dijo que si yo iba él no iba, y, entonces, le iban a aguar la fiesta, porque si él no iba —y era el Presidente de Estados Unidos— a una reunión, la fiesta se agua. Yo era Presidente no sólo de esta nación, era Presidente del Movimiento de Países No Alineados. 15.04.2005
Agradezco a nuestro pueblo heroico y generoso el privilegio de conmemorar este aniversario del asalto al Moncada y al cuartel Carlos Manuel de Céspedes habiendo transcurrido tanto tiempo después de aquellos hechos. […] Me atrevo a dar las gracias en mi nombre y en el de todos ellos, porque llevo sobre mi conciencia el peso enorme de haberlos persuadido a realizar tan atrevida acción, sin que el azar me haya impedido recorrer tan largo trecho de lucha revolucionaria hasta este instante emocionante, 52 años después. 26.07.2005
En el caso de los textos que analizamos, el discurso político de Castro no es solamente de carácter informativo, en él hay una fuerte denuncia y un extraordinario poder de agitación, logrando así una reacción positiva en el destinatario que va a reforzar el componente ideológico del discurso. Para ello el líder apela a recursos lingüísticos variados, como la utilización de expresiones propias del registro coloquial o expresiones valorativas de fuerte carga emocional. He aquí un ejemplo en el que Castro, comenzando una intervención pública ante miles de personas, hace uso de palabras pertenecientes a un registro lingüístico elevado como himno, aniversario, insignias, mercenarios, junto con una expresión de eminente corte coloquial como merengue en la puerta de una escuela.
Hemos cantado el himno, y como no podemos olvidar que hoy se cumple un aniversario de aquel artero ataque sorpresivo por parte de naves aéreas del gobierno de Estados Unidos, con insignias cubanas, pues creemos conveniente que recordemos algunas imágenes relacionadas con los hechos de aquellos días, que señalaban el inicio del ataque mercenario imperialista; de mercenarios y del imperialismo, porque los dos venían en el mismo convoy, uno detrás del otro, esperando que le hicieran la cabeza de playa, que no duró nada, el clásico merengue en la puerta de una escuela. 15.04.2005
Estamos de acuerdo con la afirmación de que el lenguaje político tiene un léxico propio si entendemos el vocabulario político, según la distinción propuesta por Coseriu (1987), como la terminología relativa a las nociones e instituciones políticas, aunque según el modo como se emplee, todo léxico puede ser político. Como vemos en el siguiente ejemplo, Castro usa de forma irónica el término plomero (fontanero), de marcado corte coloquial-profesional para calificar lo que fue un acontecimiento político histórico, el caso Watergate, haciendo obvia alusión al origen de la palabra inglesa.
Todo eso es mucho peor que lo de los plomeros de Watergate, es mucho más grave. Un país que está en guerra, un país cuyos soldados están combatiendo allá en Afganistán y en Iraq, en una lucha, según dicen, contra el terrorismo. 15.04.2005
Otro de los mecanismos mediante los cuales el emisor se hace presente en el discurso es a través de la intertextualidad, es decir, entrelazando las propias aserciones con las aserciones del discurso del otro. En el ejemplo que vemos a continuación, las palabras de Castro se contraponen al texto citado. De este modo las declaraciones del otro adquieren una connotación argumentativa a la vez que un valor negativo. De esta forma el orador hace más creíble las verdades que propone y subraya el valor de sus declaraciones.
"El presidente cubano, Fidel Castro Ruz, denunció la presencia del terrorista Luís Posada Carriles en Isla Mujeres el pasado 15 y 16 de marzo cuando encalló la embarcación de tipo camaronera llamada ‘Santrina’ cuando se dirigía de las Bahamas a Miami, Florida". No dice el supuesto terrorista, ni el acusado de terrorista, o el presunto a quien Cuba acusa, ¿no?, sino "denunció la presencia del terrorista Luís Posada Carriles". 17.04.2005
Un ejemplo muy particular de la utilización ínter textual es el que registramos a continuación donde Castro, en aras de reforzar la valoración ideológica del mensaje hace una citación de sus propias palabras logrando un fuerte efecto emocional y afectivo dentro su auditorio.
Y al contemplar esta gigantesca, insuperable y emocionada multitud, recuerdo, como si fuera hoy aquel inolvidable 15 de octubre de 1976, el instante en que despedíamos a las víctimas del monstruoso sabotaje contra el avión cubano en Barbados, que me hizo exclamar: "¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!" 1.05.2005
Como vemos en los dos ejemplos que siguen, otra forma recurrente de la intertextualidad es el uso de la ironía y la parodia. Con este aspecto Castro frecuentemente desvaloriza a sus contrincantes del norte:
Ellos no llevaban un par de laticas, ellos llevaban cuarenta y tantos kilogramos de TNT para hacer volar el Paraninfo de la Universidad. Y vean, "dos laticas" nada más, "ahí se entra por una ventana con un par de laticas y se acaba aquello, y es menos riesgoso". Ese es el experto en urbanismo, y le pueden añadir en urbanidad. 15.04.2005
Si quieren saber, si quieren salir del misterio, la propia prensa, si quiere investigar, ahí tienen los datos. ¡Que busquen el barco antes de que lo hundan, antes de que lo escondan! ¡Vayan rápido allí los reporteros y las televisoras y busquen el barco! Si quieren les doy el dato otra vez exacto. Se llama Santrina. Deletreo: S, a, n, t, r, i, n, a. No voy a decir como dicen: S de Santiago, a de Argentina, n de nación, t de terroristas, r de ratones, i de ignorantes, n de negativa y a de animales (Risas y aplausos). Vayan y búsquenlo rápido antes de que lo pinten de otro color. 15.04.2005
Desde el punto de vista de la construcción sintáctica los críticos coinciden en que no existen rasgos y construcciones sintácticas específicas dentro de la lengua de comunicación política (Fernández 1999). Una aproximación a la sintaxis de este tipo de discurso resulta complicada ya que la relación entre los elementos sujetivos y las construcciones sintácticas no se puede establecer automáticamente. Por este motivo en el presente trabajo nos referiremos solamente a algunos aspectos de la construcción sintáctica del discurso político.
Cierto, existen determinadas tendencias en el uso de construcciones específicas dentro del discurso político como, por ejemplo, el caso de ciertas construcciones oracionales (negativas, interrogativas, impersonales) que permiten al emisor expresar opiniones y criterios de manera indirecta sin asumir la responsabilidad de haberlos expresado. El funcionamiento efectivo de este tipo de construcciones tiene que ver en gran medida con los valores referenciales y con los contenidos implícitos del discurso.
Este tipo de oraciones son construcciones sintácticas muy productivas dentro del discurso político por su marcado carácter utilitario en el marco de las estrategias comunicativas, asi como en el acento polémico que frecuentemente trasmiten al discurso político. Es importante destacar que con el uso de estas estructuras el emisor no solo tiene en cuenta a sus interlocutores, sino que se vale de ellas para estructurar el discurso.
En lo que se refiere a las oraciones negativas queremos señalar el modo en que son usadas por el líder cubano para reforzar, contraponer y enfatizar con ellas el carácter polémico del discurso. Veamos dos ejemplos en los cuáles Castro, con la negación y la contraposición enfatiza sus postulados políticos.
Pero en aras de la justicia, nuestra preocupación no es el costo político que tengan que pagar, porque no nos anima un espíritu de venganza, sino una seguridad total de que tenemos la razón y de que los argumentos de Cuba son irrebatibles. 17.04.2005
La historia del pillaje y del saqueo imperialista y neocolonial de Europa en África, con pleno apoyo de Estados Unidos y la OTAN, así como la heroica solidaridad de Cuba con los pueblos hermanos, no han sido suficientemente conocidas, aunque sólo fuese como merecido estímulo a los cientos de miles de hombres y mujeres que escribieron aquella gloriosa página que para ejemplo de las presentes y futuras generaciones no debieran olvidar jamás. 2.12.2005
En el próximo ejemplo vemos la unión de oraciones interrogativas y negativas de nuevo con la intención de subrayar el carácter polémico del discurso.
¿Hasta cuánto se puede prolongar esta situación de ahora?, la de ahora, después pueden venir otras y otras. ¿Qué harán en este momento? Uno más o menos tiene una idea de lo que debieran hacer. ¿Seguridad de que lo hagan? No es posible saberlo; lo que sí observamos es desconcierto, es como si no supieran qué hacer. 17.04.2005
Al referirnos a los enunciados interrogativos, que son muy abundantes en todo el discurso político y de manera muy especial en el discurso de Castro tenemos que señalar que dado su carácter incitativo, no conllevan a una petición de respuesta sino que son usadas para establecer la interacción con el receptor. En este marco se encuadran las preguntas retóricas, cuyo uso frecuente en el discurso político es evidente.
¿Será posible que el Presidente de Estados Unidos no conociera eso, o al menos no lo preguntara cuando alguien le dijera que se estaba hablando de que Posada Carriles había llegado allí, algo que hiere tremendamente el prestigio de Estados Unidos, el honor de Estados Unidos, la moral del pueblo norteamericano? ¿Es posible que no lo supiera? 15.04.2005
¿Cómo puede el gobierno de Estados Unidos, y menos el actual, acusar a Cuba, la víctima, y ponerla en primer lugar en la lista de terroristas, cuando lo que debieran hacer es ponerla en el primer lugar de los países que han sido víctimas, durante casi medio siglo, del terrorismo imperialista ?(Exclamaciones). 1.05.2005
Como puede verse en el ejemplo anterior, Castro, gran conductor y comunicador de masas, establece un contacto emotivo tan estrecho con el receptor "pueblo" que este responde a las preguntas retóricas del orador. Este procedimiento, aunque no es típico en el discurso político, resulta frecuente en los actos públicos done hace uso de la palabra el Máximo Líder por el alto nivel ideológico y emotivo del mismo.
Otro tipo de enunciado bastante frecuente en el discurso político son las oraciones impersonales. En el caso que citamos Castro hace un uso reiterado de oraciones impersonales sintácticas, es decir, que no admiten un sujeto e introducidas por el pronombre personal se, que trasmiten al discurso un carácter mucho más general y abierto.
Si desde el punto de sintáctico estamos hablando de omisión de sujeto, desde el punto de vista contextual el orador establece claramente de quien se habla en el discurso. Veamos los ejemplos:
Todo eso se creó, 180 000 empleados y 30 000 millones de dólares, 22 entidades, 15 agencias y toda la tecnología más moderna.… 15.04.2005
…se incumplieron acuerdos sobre la emigración ilegal; se rechazaron propuestas de cooperación en temas vitales como la lucha contra el tráfico de drogas y de personas y para obstaculizar e impedir acciones terroristas; se multiplicaron las calumnias; se calificaba a Cuba de país terrorista; se inventaban descabelladas mentiras sobre la fabricación de armas biológicas… 26.07.2005
Al inicio de nuestro trabajo hacíamos referencia a la estrecha unión existente entre retórica y discurso político, por lo tanto creemos oportuno hacer un breve análisis de las principales figuras retóricas que entran a formar parte activa del discurso político y en consonancia, del discurso de quién ha sido por casi cincuenta años paradigma de orador en todo el mundo. Fidel Castro.
Tratar el tema de la retórica al hablar de la caracterización del discurso político presupone andar un camino ya trillado en cuanto la primera sirve de base al segundo. Es por eso que la gran mayoría de los políticos acuden a las figuras retóricas mezclándolas al contenido político con el fin de conseguir la aceptación y el consenso del receptor.
Refiriéndonos a las figuras retóricas, que son tantas y tan variadas, nos detendremos en aquellas que Castro usa con mayor frecuencia como son la metáfora, el uso de aforismos y frases hechas y el uso de repeticiones, un recurso este último que Castro ha usado a través del tiempo en manera, creemos, exagerada.
Nos ocuparemos en primer lugar de la metáfora por su frecuente uso en el discurso político debido seguramente, a su ambigüedad y a su poder expresivo. Por otra parte creemos que la forma fundamental del entendimiento humano es un proceso metafórico (Gill y Wdbee, 2000); la mente comprende una idea desconocida sólo por comparación con o en términos de algo que ya conoce. De este modo, el lenguaje metafórico de un texto presenta una perspectiva particular de la realidad que estructura la comprensión de una idea en términos de algo que ya comprendió previamente.
Citaremos a continuación algunas de las metáforas usadas por Castro en el último año, donde las imágenes empleadas ayudan a la comprensión de la realidad que pretende hacer llegar el orador al destinatario: bomba de tiempo, rumiar su odio, bautizó con cinismo.
Tienen una bomba de tiempo en sus manos. A fuerza de jugar con el terrorismo, engendrarlo, apoyarlo y desarrollarlo, nada tiene de extraño que les haya caído una bomba de tiempo en las manos. 1.05.2005
La extrema derecha nazi-fascista que se apoderó de la dirección del imperio no ha cesado de rumiar su odio impotente contra nuestra Patria. 26.05.2005
…pocos años más tarde el presidente norteamericano Ronald Reagan los bautizó, con particular derroche de cinismo, como "combatientes de la libertad". 02.12.2005
En lo que se refiere al uso de las frases hechas y aforismos el discurso de Castro está plagado de ellos. No porque su discurso pertenezca sólo al registro coloquial, sino, como ya habíamos visto anteriormente, porque Castro mezcla diferentes registros lingüísticos con el fin "retórico" de "encantar" a sus oyentes. Además del ya visto "merengue en la puerta de una escuela, encontramos además "papa caliente" y "sacar el cuerpo al muerto".
Los cubanos saben bien lo que es una papa caliente acabada de sacar, tal vez de una olla de presión, que está encendida: 01.05.2005
Se afirma, por otra parte, que el gobierno salvadoreño habría hecho saber al de Estados Unidos por diversas vías que no quiere a Posada Carriles en su país —todo el mundo sacándole el cuerpo al muerto, como ratones que huyen en medio de la tempestad, 01.05.2005
Como sabemos, la repetición de frases o palabras en un texto, también llamada anáfora, tiene la función de reforzar la idea, la imagen o el concepto, más aún si es usada en el discurso político donde uno de los objetivos más importantes es influir en el receptor. Las repeticiones pueden ser de dos tipos, nominales (a través del pronombre personal o del nombre) y verbales. Los ejemplos que damos a continuación pertenecen a este último grupo:
Los cubanos saben bien lo que es una papa caliente acabada de sacar, tal vez de una olla de presión, que está encendida: quema las manos, quema los labios, quema la lengua, lo quema todo, y así andan, con una papa especial que no se quiere enfriar y, además, no la dejaremos enfriar (Aplausos). 01.05.2005
Si llega a ser cualquier revolucionario en manos de ésos; si llega a ser un iraquí en manos de los invasores; si llega a ser un prisionero de Abu Ghraib, si llega a ser un prisionero de Guantánamo… 15.04.2005
¡Abajo el terrorismo!
¡Abajo las doctrinas y los métodos nazis!
¡Abajo el genocidio!
¡Abajo las mentiras!
¡Vivan la solidaridad, y la hermandad y la paz entre los pueblos!
¡Abajo las mentiras!
¡Viva la verdad!
17.05.2005
Como vemos, la utilización de estas estructuras repetitivas verbales está en función de su empleo como recurso retórico ya que en general no corresponde a una exigencia informativa, sino a la necesidad de reforzar la idea y adornar el discurso político.
En el primer caso, con la repetición del verbo quemar, Castro trasmite toda la situación dramática que implica el tener en mano una noticia riesgosa. En el segundo, la repetición de la estructura verbal del condicional refuerza el sentido de probabilidad que pretende poner de manifiesto el orador.
En el último fragmento, la dicotomía repetitiva abajo-viva es característica en la posición en que la encontramos aquí, es decir, al final del discurso y cumpliendo una fortísima función exhortativa.
A modo de conclusiones podemos señalar que en el breve análisis realizado se ponen de manifiesto algunas de las características más importantes del discurso político. Hemos comenzado por establecer su relación práctica con la retórica discursiva, señalando la gran influencia de la misma sobre el discurso político en el sentido del aporte que hace al mayor lucimiento de los planteamientos que pretende hacer llegar el mitente a sus receptores.
De igual forma, hemos analizado algunas de las características lingüísticas del discurso político tales como la utilización pronominal, el uso de la ironía, la intertextualidad, la sintaxis y algunos de los recursos retóricos presentes con mayor frecuencia en el discurso político como son la metáfora, las frases hechas y las repeticiones.
Así mismo, hemos hecho un alto para analizar la interrelación entre el mitente del discurso y su receptor. Con el fin de ilustrar nuestro análisis presentamos un corpus compuesto por discursos del presidente cubano Fidel Castro, hábil conocedor de las leyes de la retórica y del discurso político ya sea por su formación intelectual que por su extensa práctica en el oficio del discurso político.
Bibliografia
Libros y artículos
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Diccioonarios on-line
Corpus
Discursos de Fidel Castros tomados de.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/
- Discurso pronunciado en el acto conmemorativo por el aniversario 30 de la Misión Militar cubana en Angola y el aniversario 49 del desembarco del Granma. Día de las FAR, el 2 de diciembre de 2005.
- Discurso pronunciado en el acto por el aniversario 60 de su ingreso a la universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005.
- Discurso pronunciado en el acto central por el Aniversario 52 del asalto a los cuarteles Moncada y "Carlos Manuel de Céspedes", Teatro Carlos Marx, 26 de julio de 2005.
- Palabras pronunciadas al inicio de la gran Marcha del Pueblo Combatiente de la Capital contra el Terrorismo, el día 17 de mayo de 2005.
- Discurso pronunciado en el acto por el Día Internacional del Trabajo efectuado en la Plaza de la Revolución el 1ro de mayo del 2005.
- Intervención Especial del Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, ante dirigentes del Partido, el Estado, el Gobierno y la Unión de Jóvenes Comunistas, representantes de las organizaciones de masa, oficiales, combatientes de las FAR y el MININT, familiares y víctimas sobrevivientes de los actos terroristas del imperio en nuestro país, en el Palacio de las Convenciones el 17 de abril de 2005.
- Intervención Especial del Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, ante dirigentes del Partido, el Estado, el Gobierno y la Unión de Jóvenes Comunistas, representantes de las organizaciones de masa, oficiales, combatientes de las FAR y el MININT, familiares y víctimas sobrevivientes de los actos terroristas del imperio en nuestro país, en el Palacio de las Convenciones el 15 de abril de 2005.
Autor:
Manuel Barriuso Andino
Docente de lengua española
Universidad de la Insubria
Como, Italia.
Fecha de realización.
Abril 2006