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Las “externalidades” de la globalización: ¿Cuán peligrosa es la economía global? (página 9)

Enviado por Ricardo Lomoro


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Los grandes bancos rescatados y también los bancos regionales están rezagados respecto del desempeño de las acciones del índice S&P 500, dijo Coxe.

Los bancos aún poseen en sus libros los desprestigiados productos hipotecarios sin haber marcado esas inversiones para reflejar la depreciación de sus valores de mercado. Esto hace que los bancos luzcan más saludables de lo que son realmente, y demora el reconocimiento que podría terminar arrastrando al mercado de acciones completo a territorio negativo, dijo.

Otra señal de que posiblemente esté apareciendo una burbuja, según indicó Coxe, está en el sobredesempeño de las acciones de baja capitalización frente a sus contrapartes más grandes. Esto muestra que "hay mucha especulación", apuestas sobre las empresas más pequeñas que posiblemente son financiadas con el dinero barato provisto por la Fed, dijo.

Coxe no está tan convencido de que los precios del petróleo reflejen una burbuja, principalmente debido a que los aumentos están explicados, en parte, por legítimas interrupciones de los suministros provocadas por el conflicto en Medio Oriente y el norte de África. Sin embargo, "la liquidez que está siendo suministrada por los bancos centrales está incluida en ellos", dijo Coxe sobre los precios del petróleo. "Si se quita (la liquidez), definitivamente no tendríamos el petróleo en los tres dígitos".

En una venta masiva general del mercado, las clases de activos que resultarían relativamente ilesas incluyen los bonos de alta calidad denominados en monedas que no son el dólar, como la deuda del gobierno canadiense, dijo. Las acciones relacionadas con las materias primas, aunque probablemente sufrirían algunas pérdidas, serían impulsadas por una cierta cantidad de demanda, sugirió Coxe; incluso en una economía apagada, es necesario que se produzcan bienes.

Vikram Mansharamani, un profesor de Yale que en marzo (2011) publicó "Boombustology", un libro que hace una cronología histórica de los ciclos de auge y estallido, dijo que muchas áreas de la economía china ahora están mostrando señales de advertencia sobre burbujas.

"Así es como luce el dinero fácil", dijo Mansharamani en una entrevista, y destacó ejemplos del dinero especulativo que está ingresando a los mercados inmobiliarios de China, ejemplos que, dijo, incluían centros comerciales casi vacíos, ciudades escasamente pobladas y rascacielos deshabitados.

Cuando la Fed, enfrentada con una economía estadounidense desolada tras la crisis financiera, inyectó dinero en el sistema, "éramos un paciente muy enfermo aquí en Estados Unidos", dijo Mansharamani.

"Estábamos en nuestro lecho de muerte, por lo que las autoridades monetarias nos dieron una fuerte dosis de adrenalina; directo al corazón". Pero debido a que China fija el valor de su moneda, el yuan, al valor del dólar estadounidense, la inyección de liquidez de la Fed también dejó a China llena de dinero, sostuvo.

"También recibieron la medicina. El problema era que ellos no estaban enfermos", dijo.

Esos dólares baratos -y el dinero barato que surgió desde otros bancos centrales que siguieron el ejemplo- han ayudado a impulsar una burbuja en China que retumba en toda la economía mundial, dijo Mansharamani, desde inversiones directas en los mercados inmobiliarios de China a una escalada de los precios de los bienes básicos que crean las materias primas para alimentar el crecimiento de China hasta los distribuidores de los productos chinos.

A medida que el dinero fácil comience a llegar a su fin, el mayor motor del crecimiento mundial podría tambalear, dijo Mansharamani.

Cuando la Fed y otros grandes bancos centrales finalmente aumenten las tasas, "gran parte de la fiesta terminará", dijo French de Mises Institute. "Al menos temporalmente".

"La apreciación de las monedas en Latinoamérica es el "mayor desafío macroeconómico" que enfrenta la región en el corto plazo, señaló el jueves el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, o BID, Luis Alberto Moreno"… La apreciación de las monedas, el "mayor desafío macroeconómico" para América Latina (The Wall Street Journal – 28/4/11)

En el Foro Económico Mundial sobre América Latina, Moreno señaló que todos los países en los mercados emergentes estaban lidiando con la apreciación de sus monedas debido a que el capital fluye hacia áreas en medio de una expansión económica. El origen de ese capital es Occidente, donde las bajas tasas de interés y el lento crecimiento han hecho que los inversionistas en economías desarrolladas como Estados Unidos y Europa busquen mayores tasas de rendimiento en el mundo en vías de desarrollo.

El "terremoto" de Japón y el "tsunami" que sacudió la cadena productiva mundial

– "Réplicas" en el mundo (los laberintos de la producción global)

"Se anticipa que las interrupciones de las actividades económicas en Japón como consecuencia del terremoto y el tsunami se extiendan por toda Asia en las próximas semanas. Esto empeora aún más el panorama económico de la región, en un momento en que ya luchaba contra los efectos del alza de los precios del petróleo y los alimentos"… Desde Japón al resto del mundo: el impacto económico del terremoto (The Wall Street Journal – 14/3/11)

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Los temores sobre el impacto que tendrá el sismo en la economía global arrasaron con los precios a futuro de los metales industriales, incluyendo el cobre, el aluminio y el níquel, y empujaron al alza el oro, considerado como un refugio.

Pese a la catástrofe, todavía se espera que Asia registre un vigoroso crecimiento este año (2011), con estimaciones para el Producto Interno Bruto de 7,5% a 8%, excluyendo a Japón. Sin embargo, los economistas ya estaban pronosticando que el crecimiento se desaceleraría respecto al año pasado (2010), cuando el PIB de la región superó 9% en un repunte de la crisis financiera mundial, durante el que los bancos centrales elevaron las tasas de interés y los consumidores comenzaron a controlar el gasto.

Algunas de las compañías japonesas más icónicas han sido duramente golpeadas. La acción de la automotriz Nissan Motor Co. perdió 9% el lunes mientras que Tokyo Electric Power Co., la propietaria de las plantas nucleares dañadas, ni siquiera operó al comienzo de la sesión.

El desastre de Japón suma otra serie de incertidumbres, por lo menos en el corto plazo. El sismo del 11/3/10 dañó instalaciones vitales de infraestructura y puede dejar a muchas fábricas sin electricidad durante varias semanas, lo que pone en peligro las cadenas de abastecimiento de los mayores exportadores del continente. Las plantas de acero, papel y electrónicos de consumo seguían cerradas el lunes (14/3).

"Los puertos están cerrados y las entregas se ven afectadas, sobre todo en la industria eléctrica: los contenedores están bloqueados en los puertos", dijo Fu Wing Hoong, el presidente de la Asociación de la Industria Eléctrica y Electrónica de Malasia, un importante productor de componentes electrónicos, incluyendo algunos que dependen de piezas fabricadas en Japón.

En las próximas semanas, las grandes tecnológicas globales enfrentarán costos más altos para estos componentes y una posible escasez de productos. Partes esenciales como chips de memoria y pantallas de cristal líquido se utilizan en electrónicos de consumo como los teléfonos inteligentes y los televisores. Una interrupción en los envíos de Japón puede perjudicar seriamente a estas compañías.

"Prevemos oscilaciones extraordinarias y escasez de suministros a corto plazo, como resultado de este terremoto", dijo Jim Handy, analista de Objective Analysis.

Varios fabricantes del sector tecnológico, incluyendo Sony Corp., Panasonic Corp. y Fujitsu Ltd., han cerrado sus plantas para evaluar los daños sufridos y planear cómo lidiar con los cortes de suministro eléctrico que podrían prolongarse varias semanas.

Un ejemplo del impacto: los precios del chip NAND flash de 32 gigabits, que compañías como Apple Inc. utilizan para teléfonos y computadoras tipo tableta, dieron un salto de casi 18% al final de la jornada bursátil de ayer, según DRAMeXchange, el mayor mercado para chips en Asia.

En la industria automotriz, los grandes fabricantes prolongarán la suspensión de sus operaciones locales al menos hasta el miércoles.

Toyota Motor Corp. dijo el lunes (14/3) que ha interrumpido la producción en todas sus fábricas en Japón a medida que trata de ajustarse a los problemas logísticos causados por el desastre. Un informe de IHS Automotive calcula que en torno a 45% de la producción global de la automotriz se ha visto afectada por el terremoto. Según un representante de la mayor automotriz del mundo en término de ventas, esta medida resultará en una pérdida de producción de 40.000 vehículos.

Honda Motor Co. dijo que extenderá la paralización de sus actividades hasta el domingo (13/3), lo que podría costarle la producción de 16.600 autos.

Nissan no volverá a reiniciar las operaciones en sus plantas cercanas al epicentro al menos hasta el viernes. Las otras cuatro, cerca de Tokio y Fukuoka, en el sur de Japón, permanecerán cerradas hasta el miércoles (16/4).

La buena noticia

Los economistas aseguraron que la buena noticia es que las grandes inversiones en proyectos de reconstrucción ayudarán con el tiempo a levantar la economía de Japón, lo que a su vez podría dar lugar a un aumento de la demanda de algunos productos asiáticos, como la madera y otras materias primas. Sin embargo, no se prevé una recuperación hasta finales de año, sino más bien una fuerte desaceleración, o incluso una contracción, en el próximo trimestre o dos.

El comercio entre Japón y otros países asiáticos puede caer de forma abrupta en el corto plazo, dijo Tim Condon, un economista de la región de Asia de ING en Singapur. Esto, sumado a otros problemas como las elevadas tasas de inflación, significa que "la próxima ronda de revisiones de crecimiento de Asia será a la baja", previó.

Japón sigue siendo un pilar de la economía de la región a pesar de cederle hace poco su puesto como la segunda economía del mundo después de Estados Unidos a China. Todavía es la mayor fuente de inversión extranjera directa para muchas partes de Asia y un generador clave de ingresos procedentes del turismo, especialmente para países como Tailandia, que recibe aproximadamente un millón de japoneses al año. Además, Japón es una fuente importante de remesas para países como Filipinas.

– El gran proveedor (el rol de Japón en las cadenas de suministros globales)

"Las crecientes dudas sobre la capacidad de Japón para contener y sobreponerse rápidamente a un desastre nuclear estremecieron los mercados financieros y la economía mundial el martes. La situación subraya un cambio abrupto en los riesgos que afronta la recuperación global"… Japón suma un nuevo riesgo para el repunte de la economía global (The Wall Street Journal – 15/3/11)

Mientras la tercera economía del mundo enfrentaba temores cada vez más agudos sobre la posibilidad de una contaminación radioactiva general e imponía restricciones como el racionamiento eléctrico, compañías desde la automotriz alemana BMW AG al fabricante estadounidense de aviones Boeing Co. se preparaban para posibles interrupciones en sus cadenas de suministro. En los mercados globales, las bolsas y los precios de las materias primas cayeron y las monedas fluctuaron violentamente en medio de las incertidumbres en torno a Japón y una escalada de las tensiones en Medio Oriente.

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"El mundo se está convirtiendo rápidamente en un lugar que infunde más temor", dijo Torsten Slok, economista jefe internacional de Deutsche Bank Securities en Nueva York. "La reacción de los inversionistas ciertamente puede amplificar el impacto sobre la recuperación".

Luego de un derrumbe de 10,5% en el índice Nikkei de Japón el martes (15/3), el Promedio Industrial Dow Jones retrocedió 297 puntos para luego repuntar y cerrar con una caída de 137,74 puntos en 11.855,42 puntos. El Nikkei acumula un descenso de 17,5% desde el terremoto del viernes.

Los precios del petróleo para entrega en abril cayeron 4% en Nueva York para ubicarse en US$ 97,18 el barril mientras que el cobre también declinó ante las previsiones de una menor demanda de Japón. En tanto, el costo de asegurarse contra una cesación de pagos del gobierno japonés subió 51% con respecto a la semana pasada, en medio de las preocupaciones sobre cómo Japón, el país desarrollado más endeudado del mundo, hará frente a los costos de la reconstrucción.

Todo esto deja de manifiesto lo mucho que ha cambiado el panorama de la economía global desde comienzos del año (2011), cuando la principal inquietud era determinar el impacto de la inflación en los países emergentes y los problemas de deuda en Europa sobre una recuperación que avanzaba a paso firme liderada por la industria manufacturera. Ahora, los economistas y las empresas tratan de evaluar las ramificaciones de la crisis en Japón y la agitación en Medio Oriente y el norte de África sobre ámbitos tan variados como la producción automotriz y el precio de los semiconductores.

Las malas noticias abundaron el martes en Japón y alrededor de Asia, sembrando dudas sobre la capacidad de Japón de recuperarse del desastre tan rápido como se esperaba.

Las automotrices japonesas y otras empresas extendieron los cierres de sus plantas durante varios días, lo que podría trastocar la entrega de productos como los autos y los chips de memoria flash que van dentro de los iPhones y iPads. Miles de turistas han cancelado vuelos desde y hacia Japón. La aerolínea taiwanesa EVA Airways anunció, por ejemplo, la cancelación de 56 vuelos entre Japón y Taiwán, algunos hasta finales de junio.

La brusca caída en la demanda de una materia prima, el caucho, llevó a los líderes regionales de la industria a convocar a una reunión sobre el tema.

Changyong Rhee, economista jefe del Banco Asiático de Desarrollo en Manila, Filipinas, manifestó, en todo caso, que las compañías asiáticas tienen suficiente flexibilidad para ajustarse a la mayoría de circunstancias que les depare Japón.

Mientras más duren las interrupciones en Japón, mayor será el efecto en las cadenas de suministro de los fabricantes globales. Japón es el cuarto mayor exportador del mundo y representa 14% de los envíos de productos automovilísticos y 60% del silicio que se utiliza para fabricar chips. El martes (15/3), los precios de los componentes para algunas computadoras habían subido hasta 10%.

"Mi negocio se verá bastante afectado", contó Y.T. Chong, director gerente de Eita Electric, una compañía malaya que provee interruptores automáticos y otros productos para edificios altos. Muchos de los componentes se fabrican en dos plantas en Japón. "No puedo comprarlos de otro país porque son artículos que se venden bajo una reconocida marca japonesa y tienen que venir de Japón", explicó. Agregó que dos envíos valorados en US$ 200.000 están detenidos indefinidamente por problemas en el puerto de Yokohama en Japón entre otros temas.

En Alemania, BMW trata de determinar cuándo tendrá que sufrir interrupciones en su cadena de suministro, indicó su jefe de adquisiciones Herbert Diess.

Aunque la automotriz alemana tiene un buen stock de la mayoría de las piezas que recibe directamente de Japón, la situación de proveedores indirectos de componentes electrónicos para paneles digitales y sistemas de navegación, por ejemplo, es más incierta. En Estados Unidos, Boeing ya ha señalado que la producción de aviones podría verse afectada si las interrupciones en los proveedores de partes duran varias semanas.

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Aunque la devastación y las muertes causadas por el terremoto y tsunami se limitan a pocas zonas de Japón, los coletazos económicos son nacionales.

La logística de los proveedores se ha visto severamente alterada debido a restricciones a la circulación de vehículos de carga en las carreteras así como recortes impredecibles de electricidad que hacen difícil planificar.

Mientras tanto, la sombra de una crisis nuclear está provocando que muchas compañías se resistan a pedirle a su personal que se reporte para trabajar hasta que la situación se aclare.

Uno de los mayores dolores de cabeza para los gerentes de plantas el racionamiento de electricidad, que podría durar hasta finales de abril (2011), según Tokyo Electric Power Co. Los economistas de la consultora estadounidense IHS Global Insight estiman que 10% de la generación eléctrica de Japón podría quedar suspendida durante los próximos meses.

La crisis de Japón aumentaría las compras de ciertos productos. Las siderúrgicas de India Essar Steel Ltd. y Steel Authority of India Ltd. prevén que las exportaciones de acero terminado a Japón den un salto en los próximos meses a medida que el país se recupera y algunos propietarios de edificios de madera en la costa de Japón los reemplacen con estructuras más firmes. Thai Union Frozen Products PCL, uno de los mayores productores de atún enlatado del mundo, proyectó un alza de las ventas a Japón debido a los daños sufridos en las áreas donde se procesan los mariscos.

Se espera, asimismo, que el desastre japonés haga que las empresas de todo el mundo se replanteen sus planes de contingencia y su vulnerabilidad a los impactos externos. China ya está trabajando para incrementar la sofisticación de los bienes que puede producir internamente y depender menos de las firmas extranjeras.

– El tsunami económico preocupa al mundo (¿quién "tiró" de la cadena?)

En su blog el premio Nobel de economía Paul Krugman se muestra "aterrorizado por las muertes y nervioso por los posibles trastornos en la producción mundial" mientras que otros economistas observan que la tragedia se añade la desaceleración china, los problemas de la eurozona y el lastre financiero del estallido de 2008.

¿Será esta crisis en Japón el golpe definitivo a una delicada economía global?

En diálogo con BBC Mundo, Kil Dosanjh, especialista en Asia del Economist Intelligence Unit (EIU), señaló que el factor nuclear será fundamental.

"Mientras haya incertidumbre a este nivel, los mercados permanecerán nerviosos. Si no hay un serio problema de radiación nuclear -y por el momento no parece haberlo- en unas semanas debería retornar la normalidad", señaló.

Laberintos de la producción

Si la crisis financiera de 2007-2008, mostró los peligros de un mundo interconectado que podía derrumbarse como un castillo de naipes, la tragedia en Japón muestra los riesgos de una cadena productiva global.

A pesar de que ha sido superado por China como segunda economía mundial, Japón sigue siendo esencial para ciertos mercados como el electrónico y el automotriz.

Japón produce un 30% de las tarjetas de memoria (que se usan en cámaras electrónicas y teléfonos inteligentes) y cerca del 15% de la Memoria Ram (computadoras).

Todo, forma parte de una cadena. Un producto como el Iphone involucra a nueve compañías situadas en seis países: China, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Alemania y Estados Unidos.

La subeditora del Financial Times, Gillian Tett, señala en un artículo este miércoles (16/3) que el impacto es difícil de medir. "Uno de los problemas es que todavía nadie parece entender bien las dificultades que pueden surgir del eslabonamiento de estas cadenas productivas. Por ahora se piensa que el impacto será limitado, pero si el cierre de las fábricas se extiende mucho tiempo, el daño puede diseminarse", señala Tett.

Laberintos financieros

El Banco Central de Japón ya ha anunciado una inyección de US$ 700.000 millones para reactivar su economía y mantener el sistema crediticio a flote.

Japón tiene una deuda equivalente al 200% de su PIB en el marco de un mundo agobiado por la deuda soberana en los países desarrollados.

Pero, además, es el segundo tenedor de bonos estadounidenses por un valor de US$ 900.000 millones.

Si financia su reconstrucción con estos bonos, impactaría su valor, complicándole a EEUU el financiamiento de su gigantesco déficit.

Según, Kil Dosanjh, el gobierno nipón, que ha sugerido que usará sus reservas, no echará mano a los bonos.

"Esto tendría un efecto desestabilizador. Creo que el gobierno usará otro tipo de reservas a su disposición. Una cosa a favor es que la deuda japonesa no es con extranjeros sino con inversores locales. De manera que no ejercerá una fuerte presión en los mercados internacionales.", señaló a BBC Mundo Dosanjh.

El túnel y la luz

La zona más dinámica del planeta, Asia, es el destino de un 58% de las exportaciones japonesas y origen de un 61% de sus importaciones.

A corto plazo, sin embargo, la crisis puede tener algunos aspectos positivos para muchos países, incluidos los asiáticos. Japón es un fuerte importador de petróleo y materias primas. Con el repliegue de la demanda nipona, el precio del crudo y el de algunas materias primas registró un claro retroceso. La presión inflacionaria global disminuirá gracias a esto, aligerando el riesgo de un incremento de la tasa de interés para la zona euro y el Reino Unido.

La reconstrucción misma dinamizará sectores a nivel mundial y local. La demanda de cemento y acero se incrementará y el sector de la construcción podría liderar una recuperación económica japonesa. Los optimistas recuerdan que en el terremoto de Kobe en 1995 la economía se recuperó rápidamente.

Como muchas otras cosas hoy, todo dependerá del enigma nuclear.

¿Alguien se acuerda (ahora) del "just in time"? Barato, barato, barato y, yo no soy tonto… resulta (casi) imposible

"Las empresas de todo el mundo se están apresurando a repensar sus cadenas de suministro por el impacto que tuvo en ellas el terremoto de Japón y muchas pueden encontrar que no estaban tan bien preparadas como pensaban"… El terremoto expone riesgos para la cadena de suministros (The Wall Street Journal – 17/3/11)

Los expertos en logística dijeron que luego del sismo quedaron expuestos puntos débiles cruciales para una serie de compañías globales, como aquellas del sector de productos electrónicos, que son el motor de las economías de Taiwán y Corea del Sur, y de la industria automotriz, que ha ayudado a Tailandia a ser un importante centro exportador. En muchos casos, las compañías están ralentizando la producción para evitar quedarse sin componentes que vienen solamente de Japón. Otras se están moviendo para tratar de encontrar proveedores alternativos.

Las compañías con un amplio rango de abastecedores, y la capacidad de recurrir a grandes reservas de materias primas, están logrando posicionarse mejor para lidiar con el impacto de crisis como la generada por el terremoto japonés.

"Lo que las buenas compañías hacen es mirar la cadena de suministros como si fuera una película en lugar de una foto", dijo Yogesh Malik, un socio de McKinsey & Co. En vez de juzgar a una cadena de suministros en función de lo que los proveedores pueden entregar en un momento dado, una compañía bien preparada trata de tomar en cuenta los crecientes precios del petróleo, el activismo de los ambientalistas y los riesgos regulatorios para determinar si la cadena funcionará durante los siguientes cinco años.

"No es cuestión de si algo va a salir mal, sino de cuándo va a salir mal", dice Malik.

Otro aspecto a considerar es que las compañías frecuentemente compran partes de un productor que depende de materias primas o componentes pequeños que vienen del extranjero, por ejemplo de Japón. Muchas empresas están tratando de determinar cuánta exposición tienen a ese tipo de cuellos de botella escondidos.

La división tailandesa de Honda Motor Co. anunció el jueves (17/3) que estaba pidiendo información a sus proveedores respecto a la disponibilidad de componentes electrónicos fabricados en Japón. El principal ejecutivo de la compañía en Bangkok, Atsushi Fujimoto, dijo que la automotriz tenía suficientes partes como para mantener la producción en marcha en Tailandia hasta mediados de abril (2011) y está considerando utilizar proveedores alternativos si sus plantas japonesas siguen cerradas.

También en Tailandia, el director gerente de Mazda Motor Corp., Yuji Nakamine, dijo que el fabricante de autos está esperando información desde Japón respecto a los suministros de componentes y está desacelerando la producción cerca de Bangkok. "Todos los fabricantes japoneses están afectados pero necesitamos más tiempo para obtener detalles más claros de nuestros proveedores", dijo.

En Taiwán, mientras tanto, Nan Ya Printed Circuit Board Corp. está buscando nuevos proveedores de bismaleimida triazina, una resina utilizada en la fabricación de los circuitos que se encuentran en muchos teléfonos inteligentes. Su principal proveedor, Mitsubishi Gas Chemical Co., suspendió la producción en Japón el miércoles. Nan Ya "está acelerando las pruebas de un sustituto", dijo una persona al tanto de la situación. "Normalmente tomaría entre tres y cuatro meses, pero esta vez probablemente tome un mes", explicó.

Advanced Semiconductor Engineering Inc., una gran compañía taiwanesa de empaquetamiento de chips, dijo que estaba negociando para asegurar nuevos suministros de compuestos para moldes plásticos, que son utilizados para envasar a los semiconductores, de China y Corea del Sur.

Incluso las compañías que dicen que no fueron afectadas por la crisis japonesa dicen que no lo han sido "hasta ahora" o "todavía". El fabricante surcoreano de chips de memoria Hynix Semiconductor Inc. dijo que tiene una reserva suficiente de discos de silicio para continuar operando normalmente a corto plazo. "Pero si la situación se extiende más, podría impactar no solamente a Hynix sino a toda la industria de fabricación de chips", dijo una portavoz.

Mediante la acumulación de reservas y la diversificación de proveedores, las compañías se pueden ahorrar inesperados shocks en sus suministros. Muchos productores globales se han movido en los últimos años para reducir su lista de proveedores como forma de obtener precios más bajos de los que retienen. Eso crea riesgos si la base más pequeña de abastecedores no es capaz de entregar los bienes.

Recientes hechos como las turbulencias políticas en Medio Oriente y en el norte de África, la erupción volcánica del año pasado en Islandia y la decisión china en septiembre pasado de reducir la exportación de minerales de "tierras raras", utilizadas en muchos procesos industriales, deberían haber puesto en alerta a las empresas. "El incremento de los riesgos y las interrupciones en las entregas están viniendo hacia nosotros a un ritmo furioso y es absolutamente crítico que las compañías estén preparadas con planes de contingencia detallados", escribió recientemente Jeff Karrenbauer, presidente de Insight Inc., una consultora con base en Virginia que se especializa en cadenas de suministro y logística.

Hasta cierto punto, el desastre en Japón es un caso especial. El país había logrado hacerse un nicho como fabricante de primer nivel de muchos componentes y materiales avanzados, y las empresas japonesas frecuentemente dominan sus industrias. Japón entrega 78% del suministro global de materiales de electrodos para baterías de iones de litio, casi todas las películas polarizadas de protección para pantallas de cristal líquido y grandes cantidades de otros materiales de alta tecnología, de acuerdo con Credit Suisse AG.

Sin embargo, las crecientes preocupaciones sobre el suministro de esos bienes están mostrando cómo los desastres pueden desencadenar shocks de la oferta en la economía global.

La sueca Volvo Cars, una división de Zhejian Geely Holding Group Co., dijo (17/3) que tiene solamente una semana de suministro de componentes japoneses y que a menos que la compañía pueda comprar más pronto, la producción recibirá un golpe importante.

– La industria mundial acusa la sacudida (no sólo la banca subestima los riesgos)

– El efecto económico del terremoto en Japón: un análisis por industria (The Wall Street Journal – 25/3/11)

(Por Andrew Dowell)

La devastadora combinación que se dio en Japón de terremoto, tsunami y crisis nuclear fue una advertencia que le sirvió de recordatorio a empresas en todo el mundo de cuánto dependen del país asiático.

Por el lado de la demanda, el país representa casi 9% de la producción económica mundial y ha sido un importante puerto de entrada a Asia para todo tipo de empresas, desde bancos a minoristas. La destrucción alteró ventas, desplazó al personal y probablemente despertará una actitud cautelosa por parte de los consumidores, que durará un tiempo.

Pero es el lado de la oferta el que ha sido la fuente de las mayores sorpresas. Economistas que pensaron que tenían un buen entendimiento para poder calcular el impacto descubrieron, tras un examen más exhaustivo, que Japón era una fuente importante de toda clase de componentes avanzados ampliamente usados en Asia y otros lugares para ensamblar productos finales.

Japón fabrica el 60% de los discos semiconductores de silicio, la base de los chips de computadoras. El cierre de dos fábricas debido al terremoto eliminó una cuarta de la oferta mundial. Credit Suisse afirma que el país también fabrica 90% de una sustancia llamada resina BT que se usa para fabricar circuitos impresos.

Los inventarios de estos productos parecen mantenerse a niveles aceptables, pero otros problemas tuvieron un impacto mucho más inmediato. Automotrices de todo el mundo, por ejemplo, tuvieron dificultades para hacer frente al cierre de una fábrica de Hitachi Ltd. al norte de Tokio que fabrica sensores de aire que se usan para medir la cantidad de aire que ingresa a los motores.

Hitachi fabrica 60% del suministro mundial. Esta semana, General Motors Co. fue obligada a cerrar una planta en Louisiana, y Peugeot-Citroën tuvo que reducir la producción en la mayoría de sus plantas europeas.

Los productores en una variedad de industrias aún tratan de dilucidar el posible impacto sobre sus cadenas de suministro y se esfuerzan por conseguir partes o proveedores alternativos. Muchos comprenden el impacto sobre sus propios proveedores, pero es más complicado intentar controlar los cambios causados a los proveedores de sus proveedores.

En última instancia, el ritmo de la recuperación en Japón determinará la severidad de cualquier escasez y la escala del daño causado a las empresas en todo el mundo.

Japón es el cuarto mayor exportador mundial y empresas como Caterpillar Inc. recurren al país como una plataforma para fabricar equipos que luego venden en China y otros lugares.

Algunas empresas que fabrican maquinaria de construcción podrían recibir un impulso en momentos en que el país se sumerge cada vez más en el desafío de la reconstrucción. Algunos estiman que la factura final podría ascender a US$ 200.000 millones. El gobierno japonés pagará una gran parte, pero empresas aseguradoras podrían tener que hacerse cargo de hasta un 20% del total.

He aquí cómo se vieron afectadas las industrias más importantes de Japón:

Chips

Los fabricantes de chips para computadoras enfrentan varios problemas. Asumiendo que aquellos que se encuentran en la zona del terremoto pueden reanudar sus operaciones en esas fábricas, lo cual no puede darse por hecho dados los problemas de suministro eléctrico, sufrirán la posible escasez de materias primas y clientes cuyas plantas podrían estar también paralizadas.

Uno de los mayores interrogantes es el suministro de las llamadas obleas o wafers de silicio, discos del tamaño de un plato que constituyen la base de la fabricación de microchips. La firma de investigación IHS iSuppli estima que Japón concentra en torno a 60% de la producción mundial de este componente; dos fábricas, que representan 25% de los envíos de wafers de silicio, fueron cerradas después del sismo.

"Se trata de un desafío a largo plazo", dijo Paul Reilly, vicepresidente ejecutivo y director general de finanzas de Arrow Electronics Inc., uno de los mayores distribuidores de chips. "Estamos siguiendo de cerca la situación".

La mayoría de fabricantes de chips suelen acumular varias semanas de inventarios de estas obleas. El impacto potencial sobre este sector depende de cuándo los fabricantes de wafers puedan regresar a su producción tradicional y la rapidez con que puedan reaccionar las fábricas alternativas.

Estas incertidumbres afectan a otros miles de componentes, cada uno con diferentes niveles de inventario, previsiones de reinicio de la producción y fuentes alternativas de manufactura.

Renesas Electronics Corp. tiene ocho plantas en el área afectada por el terremoto en diferentes etapas de recuperación. La compañía es el mayor productor de microcontroladores, chips utilizados para controlar operaciones electrónicas en miles de productos, incluyendo autos y electrónicos de consumo.

ON Semiconductor Corp. también vende una amplia variedad de chips para distintas aplicaciones. Cuenta con seis fábricas en la zona del epicentro que han sufrido con los apagones.

Toshiba Corp. y su socio SanDisk Corp. lograron en gran parte esquivar los problemas en sus fábricas de chips de memoria flash utilizados en productos tan populares como el iPhone y el iPad de Apple Inc. Pero otra planta de Toshiba sufrió daños, junto con otra especializada en las pantallas de cristal líquido.

Texas Instruments Inc. aportó uno de los informes más detallados del impacto del terremoto, en el que comunica que una fábrica en Miho que representaba 10% de sus ingresos de 2010 probablemente no recuperará su plena capacidad hasta septiembre.

(Por Don Clark y Lorraine Luk)

Electrónicos

Japón es la cuna mundial del negocio de los electrónicos, donde se producen muchos de los ingredientes clave de los aparatos más populares, como las láminas de silicio utilizadas para chips de memoria y baterías. Aun así, los mayores fabricantes de consolas de videojuegos, televisores y otros electrónicos de consumo siguen sin saber con exactitud en qué medida sus consumidores sentirán los efectos del terremoto.

Los fabricantes de electrónicos de consumo aún no han recortado sus metas de producción como consecuencia del desastre. Pero incluso compañías que aseguran no haber sufrido ninguna clase de interrupción en sus operaciones se muestran cautelosas y añaden la frase "por ahora" a sus evaluaciones.

Nintendo Co., por ejemplo, está a punto de lanzar un producto importante, la presentación el 27 de marzo en Estados Unidos de su consola portátil en tres dimensiones Nintendo 3DS. El gigante asegura que ninguno de sus empleados resultó herido y todas sus instalaciones siguen intactas.

"Las operaciones, incluyendo los envíos de productos a futuro, no se han visto afectados de manera significativa, por ahora", señaló Nintendo en un comunicado.

Otros aparatos populares, como el iPad 2 de Apple, dependen de componentes de Japón que podrían enfrentar una escasez. El iPad 2 contiene cinco componentes que vienen de Japón, incluyendo los chips de memoria flash de Toshiba Corp. y una brújula electrónica de AKM Semiconductor, según un análisis del producto llevado a cabo por IHS iSuppli. Con todo, la firma asegura que Apple podría encontrar las partes con proveedores de otros países.

Apple no quiso revelar si ha sentido el impacto de la situación en Japón. El suministro de iPads 2 sigue siendo escaso. Actualmente, el sitio de Apple muestra retrasos de hasta cinco semanas para la entrega del aparato.

Sony Corp. dijo que las operaciones en 9 de sus 25 fábricas en Japón, que producen desde baterías y chips a equipos de audio, estuvieron temporalmente paralizadas, al menos en parte, debido a daños causados por el terremoto y problemas de suministro eléctrico. Tres de ellas han reiniciado sus operaciones, si bien sólo parcialmente. La empresa calcula que podrá reiniciar la actividad en otras 6 plantas que siguen cerradas por escasez de partes a partir del primero de abril.

Aun así, Sony informo que no cree que los envíos internacionales de televisores y consolas PlayStation 3 se vean afectados ya que son fabricados fuera de Japón.

Pero incluso las fábricas que no se vieron directamente afectadas por el desastre han sufrido debido a los apagones de electricidad y problemas de infraestructura. Sharp Corp. dijo que su planta de ensamblaje de televisores en Tochigi empezó a reanudar sus operaciones el 15 de marzo, aunque sus jornadas de trabajo se han reducido.

(Por Nick Wingfield y Yukari Kane)

Autos

Por más de dos décadas, Japón y sus fabricantes de autos han estado en ascenso, quitándole participación de mercado a sus rivales estadounidenses y europeos, estableciendo estándares de calidad y obteniendo grandes ganancias.

Sin embargo, luego del terremoto, Japón se encontrará con que su posición ha sido desafiada. Por el resto del año y posiblemente por más tiempo, los fabricantes nipones tendrán que concentrar sus energías y recursos en reconstruir sus plantas locales, dando a sus rivales de Estados Unidos, Corea del Sur y Europa oportunidades de sacar ventaja en otros lugares, especialmente en los mercados emergentes incluyendo a China e India.

En Estados Unidos, el panorama ya cambió, y los más grandes fabricantes japoneses están a la defensiva. Toyota Motor Corp., luego de los problemas que tuvo con la calidad de sus productos el año pasado, está perdiendo participación, que le ha sido quitada por Hyundai Motor Co. Pero Ford Motor Co. y General Motors Co. también están fortalecidas.

El sismo está causando dificultades a los fabricantes europeos y estadounidenses que dependen de algunas partes fundamentales fabricadas en Japón, principalmente electrónicas. Pero el impacto debería ser de corto plazo porque la industria automotriz y sus proveedores tienen significativas operaciones regionales. Una gran mayoría de los autos vendidos en América del Norte son fabricados allí. Lo mismo ocurre en Europa, China, América del Sur y otros mercados.

Como resultado, la mayoría de los fabricantes podrán volver a funcionar normalmente con bastante rapidez mientras que Japón se rezagará.

El terremoto también es una amenaza para la mayor fortaleza de la industria automotriz japonesa: las exportaciones. En 2010, 4,9 millones de nuevos vehículos fueron vendidos en Japón pero los fabricantes exportaron un total de 9 millones de unidades. Ningún otro país que fabrica vehículos es tan dependiente de las exportaciones. Pero ahora que muchas plantas están ociosas, el negocio exportador está para quien lo tome, al menos temporalmente.

Más adelante, a medida que más fábricas sean construidas en mercados con mano de obra barata, las exportaciones niponas sentirán más presión. Las compañías de Japón tendrán que evaluar si pueden continuar exportando desde sus plantas locales que presentan altos costos. La respuesta podría encontrarse en Tailandia, donde Nissan Motor Co. se está preparando para hacer lo que alguna vez fue impensable: exportar pequeños autos a Japón.

(Por Neal E. Boudette)

Acero

En 2010, Japón superó a China para convertirse en el principal exportador de acero del mundo. A pesar de la caída esperada en las exportaciones de acero japonés como resultado del terremoto, es poco probable que el mercado mundial de este producto vea una volatilidad prolongada en los precios y el suministro.

Esto se debe a que las acerías en Estados Unidos, Europa, Asia y otros lugares, todavía están sintiendo los efectos de la recesión global y están sub-utilizadas. Grandes siderúrgicas de 64 países están operando a aproximadamente 82% de su capacidad, de acuerdo con la Asociación Mundial del Acero.

Estas plantas están incrementando su producción. Los astilleros de Asia, que dependen de las acerías japonesas, han pedido a la compañía surcoreana Posco, la tercera fabricante de acero del mundo por volumen, que incremente su producción destinada a embarcaciones para compensar posibles interrupciones en el suministro. Y los fabricantes de acero de China y Taiwán dicen que sus plantas pueden proveer a las compañías que dependen de proveedores nipones.

Los analistas de la industria predicen que la producción japonesa podría caer hasta 20%, o 24 millones de toneladas anualizadas, en los próximos tres meses. Nippon Steel Corp y JFE Steel Corp, las dos principales siderúrgicas de Japón, dijeron que sus altos hornos que habían sido temporalmente cerrados por el terremoto ya están operando de nuevo. Pero la energía sigue siendo el gran problema que enfrentan todas las acerías japonesas. Estas plantas, fundamentalmente aquellas que funden acero reciclado para fabricar un nuevo producto, consumen enormes cantidades de electricidad y han sido afectadas por los cortes del suministro generados por el vacío que dejó la crisis nuclear en la red de suministro.

Río Tinto, el segundo proveedor mundial de mineral de hierro transportado por mar, no espera que bajen las ventas, aún cuando Japón el segundo importador podría recortar las compras en el corto plazo. Otras siderúrgicas compensarían la demanda, según Sam Walsh, director de las operaciones de mineral de hierro en Australia de Rio Tinto. A largo plazo se espera que la reconstrucción de Japón use grandes cantidades de acero.

(Por Robert Guy Matthews)

Manufactura

Las consecuencias del terremoto posiblemente crearán algunos problemas menores en todo el mundo para los fabricantes y compradores de maquinaria. Pero a largo plazo, algunas grandes compañías industriales dicen que la masiva reconstrucción en Japón podría llevar a un crecimiento de su actividad.

Empresas con sede en Japón, incluyendo Komatsu Ltd, Hitachi Construction Machinery Co. y Kobelco Construction Machinery Co. son los principales fabricantes globales de excavadoras y las exportan a todo el mundo.

Algunos concesionarios de Estados Unidos han advertido que las entregas de excavadoras desde Japón, al menos en el corto plazo, podrían demorar 60 o más días más de lo habitual.

Caterpillar fabrica excavadoras, máquinas cargadoras y tractores en Japón que, en su mayoría, exporta a China y otros países de Asia. Todavía no ha tenido ninguna interrupción significativa a su cadena de suministro en Japón o en otros países.

A largo plazo, los ejecutivos de Caterpillar esperan que la reconstrucción incremente la demanda del sector de la construcción y de equipos de generación de energía si como consecuencia del terremoto se usa menos la de origen nuclear. El desastre también podría ayudar a Japón a salir de años de estancamiento económico, dijo el presidente ejecutivo de Caterpillar, Doug Oberhelman.

Deere & Co depende de Hitachi para recibir importantes componentes utilizados en sus excavadoras. Deere dijo que espera algunas demoras en las entregas de algunas de ellas. Tres de las plantas de Hitachi en Japón reanudaron la producción, pero otras dos siguen ociosas y no se sabe cuándo volverán a funcionar.

(James R. Hagerty)

Alimentos

Los temores de contaminación por radiación en el suministro de Japón probablemente perjudicarán las exportaciones de alimentos del país, incluso cuando los expertos aseguran que el riesgo es casi inexistente para su producto más popular, los mariscos.

Japón depende mucho de las importaciones de alimentos por lo que las exportaciones son relativamente pequeñas. Según la Organización de Comercio Exterior de Japón, el país exportó unos US$ 3.270 millones en alimentos en 2009, de los cuales US$ 1.470 millones, o 45%, provenían de los productos de mar y sus versiones procesadas.

Muchos países han cancelado sus importaciones de alimentos japoneses. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) ha prohibido los lácteos, así como algunas frutas y vegetales de las áreas afectadas en Japón. La agencia también dijo que comprobará la calidad de todos los alimentos, incluyendo los productos de mar, en busca de contaminación por radiación.

Singapur ha suspendido sus importaciones de lácteos, frutas y vegetales, productos de mar y carnes de las cuatro prefecturas consideradas en riesgo de contaminación. Australia ha emprendido medidas similares, mientras que Corea del Sur y Tailandia han incrementado sus pruebas sobre los alimentos japoneses.

En EEUU, los productos de mar, snacks y frutas y vegetales procesados constituyen las importaciones más comunes de Japón, si bien apenas representan 4% de las importaciones totales de alimentos. En 2010, las exportaciones japonesas de productos de mar a EE.UU. sumaron US$ 246,3 millones, una pequeña fracción de los US$ 14.730 millones en productos de mar provenientes de todo el mundo que EEUU importó el año pasado.

De hecho, muchos de los alimentos japoneses más populares son producidos en el extranjero. Por ejemplo, los fideos Nissin y Maruchen y la salsa de soya Kikkoman se hacen en varias plantas en EEUU para su distribución en el país.

A su vez, Kobe, cuna de la reconocida clase de carne de res, se encuentra a casi 650 kilómetros al sur de la atribulada central nuclear de Fukushima, por lo que se considera que está fuera de peligro.

(Por Elizabeth Holmes)

Químicos

Las empresas petroquímicas japonesas sufrieron pocos daños permanentes por los desastres naturales de Japón. JX Nipón Oil & Energy Corp., Mitsubishi Chemical Corp. y otros fabricantes en la zona de impacto suspendieron sus operaciones para evaluar la situación y lidiar con los apagones eléctricos, lo cual podría seguir siendo un problema en los próximos meses. Pero muchas plantas están de nuevo en funcionamiento e incrementando lentamente su producción para compensar por el tiempo perdido.

Las grandes excepciones son Maruzen Petrochemical Co. y Cosmo Oil Co., que cuentan con refinerías químicas en Chiba que sufrieron incendios y probablemente permanecerán cerradas por un período prolongado.

Japón consume gran parte de su producción de petroquímicos básicos como el etileno y el polietileno -ingredientes clave para diferentes clases de plásticos- y exporta la mayor parte del resto a sus vecinos asiáticos. Sin embargo, es poco probable que cualquier declive en la producción nipona de estos commodities químicos provoque escasez a largo plazo en el mercado local o el Asia oriental, un importante mercado, debido a que cuentan con abundantes reservas, aseguraron productores y corredores.

Más importante en el comercio global son las resinas epoxi y otros plásticos de alta gama utilizados en productos como motores eléctricos, circuitos para computadoras y chapas de autos. General Motors Co. y otras automotrices en EEUU ya están reduciendo la producción de algunos de sus modelos por la falta de algunos componentes de Japón. Los fabricantes de computadoras también podrían sentir la presión. Según un análisis, Japón es la fuente de 90% de las resinas epoxi utilizadas en los circuitos impresos de todo el mundo.

Reconstruir los hogares y reponer los autos en las zonas principalmente rurales que fueron devastadas por el terremoto y el tsunami incrementará la demanda en Japón de petroquímicos, desde el butadieno, para fabricar componentes de la carrocería de un auto, a plásticos y disolventes utilizados en la construcción. Sin embargo, el rápido envejecimiento de la población de Japón significa que, pese a cualquier repunte por el esfuerzo de reconstrucción, la industria química enfrenta un mercado local cada vez más pequeño.

(Por Ben Lefebvre)

Energía

Las fallas expuestas en el sistema nuclear de Japón podrían dar un nuevo impulso a los combustibles fósiles, a medida que disminuyen las posibilidades de un renacimiento atómico.

Los reactores nucleares inutilizados por el sismo representan alrededor de 8% de la capacidad de generación eléctrica de Japón y no volverán a funcionar en años. El gas natural llenará la mayor parte de ese vacío, lo que hará que el consumo de combustible aumente aproximadamente un tercio, informó la Agencia de Información de Energía.

Japón ya es el principal importador de gas natural licuado (GNL) del mundo, y la perspectiva de un alza en la demanda ya está despertando al mercado de este producto de su adormecimiento generado por la recesión. Embarques extra de GNL ya están en camino a Japón y Rusia ha prometido que enviará más gas natural a Europa a través de gasoductos, lo que libera más GNL que irá en barcos a Japón.

La crisis podría resultar en una reducción de la oferta en el mercado mundial de GNL a partir de 2012, de acuerdo con la empresa de consultoría en temas energéticos IHS Cambridge Energy Research Associates. Exxon Mobil Corp, Royal Dutch Shell PLC y otras importantes empresas energéticas occidentales que han hecho grandes apuestas al gas porque habían quedado marginadas de muchas oportunidades de negocios con el petróleo, se van a beneficiar.

Todo esto ocurrirá a expensas de la energía nuclear. La crisis de Japón perjudicó las esperanzas inmediatas de un nuevo amanecer para esta industria. Ahora Europa, China y Estados Unidos están analizando de cerca sus programas nucleares y los inversionistas se están retirando de las empresas de servicios públicos que dependen en forma significativa de la energía atómica.

Aunque la crisis afectará a la energía nuclear durante, quizás, una década, a largo plazo su escasas emisiones de gases de efectos "invernadero" le asegurarán un rol en el sistema energético mundial, dice Bill Colton, vicepresidente de Exxon para planificación corporativa estratégica. "No pienso que la sociedad vaya a alejarse tan fácilmente" de este tipo de energía, dijo.

Japón consumirá más petróleo a medida que enciende sus generadores eléctricos que utilizan diesel, pero el incremento será en gran medida compensado por una reducción de la actividad económica, y por lo tanto los precios del petróleo crudo no tendrán un aumento tan importante. La industria refinadora, sin embargo, se verá sacudida porque Japón demandará más derivados del petróleo, ya que más de la cuarta parte de sus refinerías no están funcionando.

(Por Ángel González)

Finanzas

Los bancos globales probablemente sufrirán pérdidas por los préstamos respaldados por inmuebles que fueron devastados. Y la ola de ventas en la bolsa junto con la volatilidad del tipo de cambio que se produjeron luego del desastre podría afectar sus resultados operativos. Pero también están posicionados para beneficiarse de un esfuerzo de reconstrucción que seguramente requerirá mucho crédito.

Willem Buiter, economista jefe de Citigroup Inc, que tiene 5.000 empleados en Japón, la plantilla más numerosa para un banco estadounidense, predice "un boom masivo en el mercado inmobiliario y en la infraestructura por la reconstrucción".

Las compañías de seguros ayudarán a refinanciar ese esfuerzo al hacerse cargo de entre 10 y 20% de la cuenta a pagar por daños a las propiedades que puede llegar a los US$ 200.000 millones, pero sus pólizas podrían subir a medida que el desastre pone en evidencia la importancia de asegurar las propiedades.

Los pagos que se pueden demandar a las aseguradoras en caso de terremoto tienen un tope de US$ 7.000 millones. El gobierno japonés absorbe cualquier pérdida por encima de ese umbral.

No existe un respaldo así para los daños sufridos por las propiedades comerciales, y el costo de la interrupción de los negocios es otro factor impredecible, de acuerdo con Moody's Investors Service. La mayoría de los fabricantes estadounidenses, por ejemplo, tienen algún tipo de cobertura para los casos de interrupción de los negocios, que podría hacer que los aseguradores tengan que pagar en caso de que haya interrupciones como consecuencia del sismo en la cadena de suministro.

El grupo asegurador American International Group y la reaseguradora Swiss Re han calculado sus pérdidas por el desastre en US$ 700 millones y US$ 1.200 millones, respectivamente. De hecho, Moody's dijo que los reaseguradores globales, como Lloyd's de Londres, ayudarán a las empresas de seguros a limitar sus riesgos ya que absorberán "una parte significativa de las pérdidas".

Las acciones de las tres principales aseguradoras de inmuebles de Japón, Tokio Marine Holdings Inc. Mitsui Sumitomo Insurance y Sompo Japan Insurance, cayeron 23% o más desde los máximos de febrero, en los diez días posteriores al desastre. Pero las acciones se recuperaron levemente en los últimos días en medio de informes sobre progresos en el enfriamiento de la planta nuclear japonesa dañada.

Tres aseguradores de vida de Estados Unidos con significativa exposición al mercado japonés- Aflac Inc, Prudential Financial Inc. y MetLife Inc- enfrentan pérdidas "moderadas" generadas por las miles de víctimas, según Moody's. Podrían también enfrentar una pérdida de ingresos por pólizas si quienes las compraron en las zonas afectadas encuentran que otras cuentas a pagar son más urgentes.

(Por Randall Smith)

Aerolíneas/Viajes

Los ejecutivos de las aerolíneas esperan que la reciente ralentización en los viajes de los japoneses sea temporal, y que la demanda aumente a fines del año a medida que avancen los esfuerzos de reconstrucción. Pero los hoteles operados por cadenas globales en la región del Pacífico, podrían sufrir si menos japoneses viajan al extranjero.

Delta Air Lines Inc, la principal compañía aérea de Estados Unidos con presencia en Japón, estima que la suspensión temporal de los vuelos diarios al aeropuerto de Haneda en Tokio y en otros lugares de Japón reducirá en una cifra que irá de US$ 250 millones a US$ 400 millones las ganancias de 2011, dijo el presidente de Delta Ed Bastian el martes 24 de marzo en una conferencia con inversionistas.

United Continental Holdings, y AMR Corp. American Airlines, aún no han suspendido sus vuelos a Japón. "Por supuesto, nadie sabe lo que puede traer el futuro", dijo el tesorero de AMR Beverly Goulet. AMR todavía planea lanzar la semana próxima una empresa conjunta con Japan Airlines Corp.

Delta y aerolíneas de Singapur, Australia, China y Corea del Sur han anunciado que están reduciendo los vuelos a Japón. Delta quiere reducir su capacidad entre 15 y 20% hasta mayo.

(Por Timothy W. Martin y Alexandra Berzon)

Así y todo algunos insisten en la "deslocalización" (¿por qué será?)

– Las multinacionales de EEUU recortan empleo nacional, pero contratan en el extranjero (El Confidencial – 22/4/11)

Estados Unidos reabre el debate sobre si el fenómeno de la globalización -en términos de deslocalización- beneficia o no a la economía del país, concretamente por la debacle que conlleva en materia de empleo. Los datos del Departamento de Comercio pertenecientes a la primera década del siglo XXI muestran que las multinacionales estadounidenses -que dan trabajo al 50% de la población ocupada del país- redujeron en 2,9 millones los puestos laborales en territorio nacional,  mientras emplearon a 2,4 millones de personas más en el extranjero.

Los datos fueron recogidos en el periódico estadounidense The Wall Street Journal en un artículo publicado esta semana. Las cifras contrastan con las relativas a la década de los 90, cuando el número de trabajadores que constituían dichas compañías experimentó un aumento en el total de empleados que ejercían tanto en el interior como en el exterior del país. De este modo, durante los últimos diez años del siglo XX, el incremento acumulado de empleados dentro de EEUU fue de 4,4 millones, mientras en el exterior se produjo un aumento de 2,7 millones de personas empleadas.   

  En este sentido, The Wall Street Journal señala que la tendencia subraya la creciente importancia que están adquiriendo otras economías, con los países asiáticos al frente, para las multinacionales estadounidenses, mientras queda en evidencia la vulnerabilidad de Estados Unidos para el propio país en una época de estancamiento en la creación de empleo y salarios congelados. Los analistas más críticos apuntalan que los datos podrían reflejar una pérdida de atractivo de Estados Unidos como territorio en el que las grandes compañías puedan invertir y contratar.

De acuerdo a los últimos datos del Departamento de Empleo de Estados Unidos, su tasa de desempleo descendió en marzo con respecto al mes de febrero por cuarto mes consecutivo, desde el 8,9% al 8,8%. Sin embargo, pese al avance, la cifra continúa siendo elevada teniendo en cuenta el 4% de tasa de paro registrada en enero del 2000. El economista Matthew Slaughter señaló en los años 90 que, en las grandes compañías, "por cada empleo que creaban en el extranjero… generaban cerca de dos trabajos en EE.UU. para sus filas". Su teoría era válida en el contexto de la época -tal y como se refleja en los datos-, pero no tiene nada que ver con la tendencia que ha tenido lugar en los últimos diez años donde el empleo exterior ha crecido en detrimento del nacional.

Fijando la atención en las cifras de 2009, un año recesivo con frenos en las ventas y en los gastos de explotación, las multinacionales del territorio recortaron 1,2 millones de empleos -equivalentes al 5,3%- en el interior del país, mientras la reducción en el extranjero fue de 100.000 trabajadores -un 1,5%-. Muchas de las empresas que integran el panorama empresarial estadounidense no son claras a la hora de expresar a cuántas personas emplean fuera de sus fronteras. Otras, incluso, se niegan a ofrecer los datos exactos en relación a esta cuestión. 

La deslocalización ha dado lugar a que muchas empresas hagan uso de trabajadores en el exterior para reducir los costes en mano de obra. Sin embargo, los Gobiernos pretenden obtener detalles a partir de noviembre sobre las estrategias que están manteniendo las empresas en este sentido, para detectar cuáles de ellas recortan más trabajos dentro del territorio nacional y los añaden en el exterior del país. Al mismo tiempo, pretenden detectar cuáles son los motivos que conducen a esta tendencia. 

En la mayor parte de las empresas consultadas por The Wall Street Journal -entre las que se encuentran General Electric, Cisco, Oracle, Carterpillar y Microsoft-, sus directivos hacen referencia a que este aumento en el número de empleados de fuera del país responde a una estrategia de internacionalización de la empresa y no a un método para recortar gastos. La tecnológica Microsoft es la única de ellas que, durante los últimos cinco años, añadió más empleos en Estados Unidos (15.300) que en el exterior (13.000). Aproximadamente el 60% de los empleados de la compañía trabajan en el interior del país.

– Filipinas desbanca a India como paraíso de la deslocalización (El Confidencial – 6/5/11)

A principios de mes, la compañía india Tech Mahindra anunciaba la deslocalización de sus servicios de atención telefónica a la periferia de Manila. Un contrato millonario y 600 puestos de trabajo de los que se ha informado con preocupación en la prensa económica india y con asombro en la anglosajona. No es para menos: el hecho de que una multinacional del tigre asiático instale sus call centers en Filipinas es como si un restaurante italiano mandase a hornear sus pizzas a Albania. El caso trasciende lo anecdótico y muestra una tendencia. Empresas como Microsoft, Cisco, IBM, Disney, Warner Bross, Expedia o HSBC han despedido a sus telefonistas y consultores en Bangalore, Nueva Delhi o Bombay para contratar otros en este archipiélago del Sudeste Asiático. Un síntoma claro de que la batalla la está ganando el competidor más pequeño: el filipino, una economía desastrosa que, sin embargo, cuenta con un gran capital humano. Además de ser una de las naciones con menor tasa de analfabetismo de Asia (7%), es el quinto país con más angloparlantes del mundo.

De hecho, algunos estudios (como el IBM´s Global Locations Trend) aseguran que Filipinas ya adelantó en 2010 a su competidor. El ascenso ha sido vertiginoso: la industria ha crecido un 46% desde 2006, la mejor noticia que ha recibido últimamente la maltrecha ex-colonia española. Actualmente, la deslocalización de servicios (un 70% de los cuales son de atención telefónica) genera cerca de 10.000 millones de dólares al año en el país, lo que supone más de un 5% del PIB filipino. Las nóminas de más de 600.000 personas, en su mayoría con estudios, dependen del pujante sector, con sueldos que superan en un 53% la media salarial en trabajos de cualificación semejante, según datos de la Organización Internacional del Trabajo.

Para muchos filipinos, el outsourcing -inexistente hace una década- se ha convertido en un maná que cae de madrugada, a causa de la diferencia horaria con Estados Unidos y Europa, sus principales clientes. Barrios enteros disfrutan de una insólita laboriosidad nocturna que también beneficia a compañías de taxis, restaurantes, comercios y actividades de ocio con los ritmos cambiados, como discotecas y salas de fiestas que abren sus puertas al amanecer. "Se puede considerar que es una industria mágica, que empieza cuando se pone el sol y en la que predomina la gente joven", explica Jojo Uligan, representante del Contact Center Association of the Philippines, uno de los lobbies que han aparecido para defender el negocio y que ahora exigen nuevas ventajas fiscales. Las oportunidades de inversión han empezado a atraer incluso a empresas que están ofreciendo servicios de atención telefónica en español, el idioma de los antiguos colonizadores que hoy sólo conservan un puñado de familias de clase media y alta. Tanto es así que el Instituto Cervantes de Manila dispone desde hace algún tiempo de cursos de idioma orientados especialmente a formar telefonistas.

El salario base de un operador recién contratado ronda los 13.000 pesos (unos 200 euros) más extraordinarios por noches y fines de semana. Según varios trabajadores consultados, la cifra puede llegar a multiplicarse por diez si se asciende en la jerarquía de la empresa. Se trata de sueldos más que decentes en un país donde más de la tercera parte de sus 94 millones de habitantes vive en la miseria y donde predomina una economía informal que pocas veces respeta los 10.500 pesos en los que se sitúa el salario mínimo.

En sus páginas web, las asociaciones del sector comentan y comparan los pros y contras de deslocalizar en India y Filipinas. Al parecer, los servicios tienden a ser algo más baratos en el subcontinente indio, pero la productividad es mayor en los call centers filipinos. Sus operadores, resultan más rápidos y resolutivos, en parte por su mejor acento hablando inglés y por su asimilación de la cultura estadounidense, potencia que dominó el archipiélago durante décadas y que sigue siendo un referente cultural omnipresente. Los empresarios también valoran mucho la capacidad para capear clientes iracundos. "Los filipinos son más respetuosos, más dulces y tienen más paciencia que los indios", aseguran.

Se trata igualmente de una cuestión de expectativas. En las grandes ciudades filipinas, el sector atrae a jóvenes brillantes, graduados universitarios con escasas oportunidades laborales o dispuestos a renunciar a su carrera profesional a cambio de un sueldo decente. Y es que, como contábamos en un artículo del año pasado, Filipinas es un país negado para retener el talento dentro de sus fronteras: una nación con vocación emigrante que forma a millones de personas que acaban dispersas por los cuatro rincones del planeta. Uno de cada diez filipinos trabaja en el extranjero. Ahora, gracias a la globalización y la revolución tecnológica, pueden hacerlo sin tener que emigrar. Frente a ellos, las expectativas de los jóvenes indios con estudios son algo más ambiciosas, debido al dinamismo de su economía y a las inversiones en educación científica.

Para algunas voces críticas, el éxito de los call center filipinos es otro reflejo del drama de un país destrozado por la corrupción y la ineptitud de su clase dirigente y empresarial. "Éste es un país pobre pero para nosotros también es degradante haber estudiado duro durante años y acabar resolviendo por teléfono los problemas de una señora de Texas que no sabe encender el ordenador", me decía el año pasado Bernard Karganilla, decano de la Universidad de Manila.

El gran saqueo: yo rescato, tú rescatas… nosotros quebramos

El último rescatador inmóvil (los auténticos "paganos" de la crisis). Las víctimas del espiral vicioso (¿el "quid pro quo" de la globalización?)

"La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha advertido de que, si se continúa con las actuales políticas económicas, la recuperación de los niveles de empleo previos a la crisis se retrasará hasta 2015 en las economías avanzadas"… La OIT asegura que el empleo tardará cinco años en alcanzar niveles previos a la crisis (Negocios.com – 1/10/10)

Así lo afirma en el "Informe sobre el Trabajo en el Mundo 2010: ¿De una crisis a la siguiente?", en el que sostiene que "han aparecido nuevos nubarrones en el horizonte del empleo" y que "las previsiones han empeorado de manera sustancial en varios países".

"Si bien el empleo ha vuelto a crecer en las economías emergentes y en desarrollo, aún son necesarios más de ocho millones de puestos de trabajo para volver a los niveles de empleo que existían antes de la crisis en estos países", añade.

El informe explica que esta situación se deriva de que las medidas de estímulo fiscal que fueron "vitales" para evitar una crisis mayor, ahora están siendo retiradas en países donde la recuperación, si es que existe, aún es "floja". Además, señala que las causas más profundas de la crisis todavía no han sido correctamente corregidas.

Ante este panorama, la OIT apuesta por colocar el trabajo en el centro de la recuperación económica y hacer del pleno empleo un objetivo macroeconómico clave, al igual que lo son la baja inflación y las políticas fiscales sostenibles.

Para ello, propone, en primer lugar, un "fortalecimiento de las políticas centradas en el empleo para reducir el riesgo de un aumento del paro a largo plazo". A continuación, propone "fomentar un mayor nexo entre los salarios y las ganancias productivas en países con superávit", para impulsar una rápida creación de empleo sostenible.

Finalmente, la OIT apuesta por que se lleve a cabo una verdadera reforma financiera que permita canalizar el ahorro hacia la inversión productiva y la creación de empleo más estable.

– The end of "the american dream" (en los últimos años un 42% ha tenido que pedir dinero prestado a familiares o amigos)

"Si hay una característica que definía a los norteamericanos era el optimismo. El sueño americano, la creencia de que cualquiera podía llegar a donde quisiera a base de trabajo, ha sido uno de los mitos fundamentales de su historia. Ahora, apenas uno de cada cuatro mantiene la ilusión"… Los estadounidenses dejan de creer en el sueño americano (Libertad Digital – 2/10/10)

El optimismo ha sido siempre uno de los factores que mejor han definido al norteamericano medio. En Europa son comunes las bromas acerca de su candidez, su credulidad o su falta de conocimientos sobre todo aquello que esté más allá de sus fronteras; pero lo que nadie había podido negar hasta ahora era su perenne ilusión. Pasara lo que pasase, desde EEUU siempre llegaba un aire de esperanza, sobre un mundo mejor que esperaba ahí fuera. Las imágenes fundadoras de esta sociedad (una ciudad sobre una colina, la frontera, la república de hombres libres que tienen derecho a la "búsqueda de la felicidad") inciden en un horizonte ilimitado en el que el individuo, gracias a su trabajo y a su esfuerzo, podía conseguir lo que se propusiese (y sin tener que llamar en su ayuda al Gobierno).

Sin embargo, décadas de intervencionismo y la última gran crisis económica podrían estar acabando con este sueño americano. Según una encuesta de Rasmussen Reports publicada a finales de septiembre de 2010, sólo "el 26% de los adultos norteamericanos" creen que es posible para cualquiera llegar a EEUU y hacerse rico. Y, quizás más preocupante, es el 58% de los que creen que una "buena ética del trabajo" será recompensada convenientemente.

Además, estos datos no son un ejemplo aislado. En otras encuestas de noviembre de 2010 se puede ver que la ilusión parece haber abandonado a los habitantes de la primera potencia del mundo. También Rasmussen destaca que "sólo el 35% de los adultos en EEUU" cree que su país tenga la mejor economía del mundo, frente a un "46%" que no está en desacuerdo.

Quizás todo esto tenga que ver con un intervencionismo creciente que con Barack Obama ha llevado al Gobierno de Washington a acaparar casi el 50% de toda la riqueza del país. En un país que siempre ha creído en el individuo, el poder público ha ido acaparando desde hace décadas una presencia que nunca había tenido. Y puede que eso también llegue al ánimo de sus ciudadanos.

También ha influido la crisis. Según un estudio del Pew Center, un 55% de los estadounidenses se siente golpeado por la crisis, frente a un 45% que se han logrado librar de sus malos efectos. Entre aquél porcentaje de ciudadanos que siente que su situación económica ha empeorado sensiblemente en los últimos años, "un 43%" ha estado en el paro en algún momento desde 2007, un "42%" ha tenido que pedir dinero prestado a familiares o amigos, y "un 60%" ha retirado grandes sumas de dinero de sus ahorros.

En este sentido, no extrañan los resultados de otras dos encuestas de Rasmussen conocidas en los últimos dos días. Así, sólo el 38% de los norteamericanos creen que la economía mejorará de aquí a un año, frente a un porcentaje igual que piensa no será así. Aunque al menos el 52% ve el futuro a cinco años con más optimismo. Por otro lado, sólo el 31% piensa que el país está yendo en una "buena dirección", frente al 63% que cree que el camino tomado en los últimos años no es el adecuado.

Y al final de todos estos porcentajes, estadísticas, encuestas y preguntas, lo que queda es la foto de una sociedad que en los últimos años ha perdido aquello que siempre al distinguió, caracterizó e impulso: algo tan sencillo y tan poderoso a la vez como la esperanza en un futuro mejor.

El retorno de Margaret (la sociedad del malestar)

"El Gobierno británico llevará a cabo una gran revisión del sistema de prestaciones sociales con el objetivo de simplificarlo y de promover la cultura del trabajo frente a la cultura del subsidio, según los planes del ministerio de Economía"… El Gobierno británico anuncia una gran revisión de las prestaciones sociales El Economista – 2/10/10)

El titular de Economía, George Osborne, adelantó en una entrevista con el diario "Daily Telegraph" (2/10/10) las líneas maestras de este plan, cuyos detalles previsiblemente se conocerán en la primera semana de noviembre (2010) durante la celebración de la conferencia anual del Partido Conservador en Birmingham (centro de Inglaterra).

Empeñado en reducir con urgencia el déficit público británico, que en el año 2010 se ha situado en cerca de 174.000 libras esterlinas (200.000 millones de euros), el Gobierno de coalición de conservadores y liberaldemócratas ha hecho de la reforma de los servicios sociales un objetivo central.

Un subsidio único

Osborne está convencido de que se pueden ahorrar miles de millones de libras con una racionalización de las prestaciones sociales, creando un único subsidio que sirva por igual a los desempleados que buscan un empleo y a quienes reciben ayuda económica del Estado por diversos problemas.

Según informó la cadena pública BBC, el ministro de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith, ha logrado "un amplio consenso" en el Gobierno para impulsar unas políticas que premien el trabajo y disuadan a los ciudadanos de seguir viviendo gracias a los subsidios estatales porque de esta manera ganan más dinero que con un empleo.

Las estimaciones del Gobierno es que se podrían ahorrar de esta manera 9.000 millones de libras (10.300 millones de euros), que se sumarían a los 11.000 millones de libras (12.600 millones de euros) que el Ejecutivo ya recortó en su primera revisión de los presupuestos generales del Estado el pasado mes de junio (2010).

Según adelanta el diario "The Times", millones de ciudadanos sufrirán la eliminación de prestaciones actuales, como los subsidios a la vivienda, la ayuda por discapacidad o el complemento salarial, que se sustituirán por un denominado un "crédito universal".

El nuevo sistema pretende que cualquier persona que acepte un puesto de trabajo tenga mayores ingresos que si decide seguir cobrando el subsidio de desempleo, lo que a la larga, según el Gobierno, evitará abusos y ahorrará dinero a las arcas públicas.

La política de recortes está causando fricciones en el seno del Gobierno, entre los representantes de los distintos departamentos, cuyos titulares en algunos casos han advertido del desgaste político que estas medidas representan para el Ejecutivo.

El más contundente ha sido el ministro de Defensa, Liam Fox, quien consideró "draconianos" los recortes en los servicios públicos, una afirmación que el propio primer ministro, David Cameron, se apresuró a calificar como "infundada".

– Guy Sorman (La nueva solución liberal) oficia el funeral del Estado de bienestar europeo (Q.E.P.D.)

– Descanse en paz el Estado de bienestar (Project Syndicate – 8/10/10)

(Por Guy Sorman)

PARÍS – Generalmente es más fácil ver el principio de algo que su fin. El Estado de bienestar, que nació en 1945 en la Gran Bretaña de la posguerra, llegó a su fin esta semana, cuando George Osborne, Ministro de Finanzas del Reino Unido, rechazó el concepto del "beneficio universal", la idea de que todos, no sólo los pobres, deben beneficiarse de la protección social.

El arquitecto del Estado de bienestar, Lord Beveridge, lo describió como una estructura concebida para proteger al individuo "desde la cuna hasta la tumba". Este modelo llegó a imperar en todos los países de Europa Occidental, y las tradiciones y políticas locales definieron la diversidad de su aplicación. Para la década de los sesenta, toda la Europa democrática era socialdemócrata, una combinación de libre mercado y protección social masiva.

El éxito de este modelo superó con mucho todas las expectativas y durante décadas fue la envidia del mundo, como nunca llegaron a serlo ni el capitalismo del "Viejo Oeste" estadounidense, ni el socialismo de Estado soviético o maoísta. La democracia social parecía ofrecer lo mejor de los dos mundos, eficiencia económica y justicia social.

Es cierto que siempre hubo algunas dudas persistentes sobre el Estado de bienestar europeo, sobre todo a partir de los ochenta, cuando la globalización llegó a las puertas del continente. Limitadas por los costos financieros que conllevaba el Estado de bienestar -y tal vez también por los desincentivos psicológicos y financieros que incluía- las economías europeas comenzaron a desacelerar, el ingreso per cápita se estancó y el desempleo se hizo permanente.

Los defensores europeos del libre mercado nunca fueron suficientes para reducir el Estado de bienestar. Ni siquiera Margaret Thatcher pudo tocar el Sistema Nacional de Salud. En el mejor de los casos, como en Suecia y Dinamarca, el Estado de bienestar dejó de expandirse.

El Estado de bienestar resistió a las críticas y al dolor de las economías estancadas convirtiendo a la clase media en su colaboradora. En efecto, la genialidad política de los creadores del Estado de bienestar fue darse cuenta de que beneficiaría a la clase media incluso más que a los pobres.

Consideremos los beneficios de salud. En Francia se ha demostrado que la clase media gasta más per cápita en su salud que el 20% de los franceses más pobres. Como consecuencia, el sistema nacional de salud de hecho proporciona un beneficio neto para quienes ganan un salario promedio.

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