Las “externalidades” de la globalización: ¿Cuán peligrosa es la economía global? (página 3)
Enviado por Ricardo Lomoro
Bear Stearns aseguró a sus inversionistas a principios de la semana pasada que era solvente, pero la especulación de que enfrentaba una contracción de liquidez hizo que algunos corredores y fondos de cobertura limitaran su exposición a la firma. El viernes la Fed y J.P. Morgan Chase & Co. proveyeron financiamiento de emergencia a la firma de Wall Street fundada hace 85 años durante una período inicial de 28 días. Ayer, al cierre de esta sección, Bear Stearns ultimaba los detalles de su venta a J.P. Morgan en momentos en que crecía la preocupación de que la crisis de confianza podría profundizarse en caso de que no encontrara un comprador antes de la apertura de los mercados el lunes por la mañana.
Según fuentes cercanas, la compra ascendería a los US$ 2.200 millones, unos US$ 20 la acción. Tal valor es un tercio menos que el precio de cierre de la acción de Bear, que el viernes se derrumbó un 47% para quedar en US$ 30 en la Bolsa de Nueva York. El año pasado, la acción de Bear Stearns llegó a costar US$ 170.
Hay pocas señales de que lo peor haya quedado atrás. El "momento de la recuperación" es cuando las predicciones son demasiado pesimistas, dice Summers. Lo más probable es que ese momento no haya llegado. Una encuesta llevada a cabo por The Wall Street Journal entre más de 50 economistas a principios de marzo encontró un profundo viraje hacia el pesimismo. Cerca del 70% dice que EEUU está actualmente en recesión y en promedio asignan una probabilidad de cerca de 50% a que esta recesión sea peor que las dos anteriores. La mayoría cree que los precios de los inmuebles sigan cayendo durante 2009 y tal vez 2010. Aunque hay un continuo debate sobre el tratamiento de los problemas actuales, empieza a surgir un consenso sobre las causas. "El aumento de los impagos en las hipotecas subprime fueron el principal catalizador", dijeron los líderes del Tesoro, Henry Paulson, la Fed, Ben Bernanke, y la Comisión de Bolsa y Valores, Christopher Cox, en un informe sobre las lecciones aprendidas con la crisis. "Sin embargo, ese golpe inicial dejó al desnudo y exacerbó otras debilidades del sistema financiero global".
Kenneth Rogoff, economista de la Universidad de Harvard y ex economista del Fondo Monetario Internacional, dice que la actual crisis tiene muchas madres: la burbuja inmobiliaria, los préstamos hipotecarios de alto riesgo y el déficit de EEUU en cuenta corriente. Durante años, Rogoff y otros economistas advirtieron que el déficit en cuenta corriente era insostenible. Últimamente, la brecha se ha reducido, pero la combinación de la crisis crediticia y el enfriamiento de la economía, podría generar un ajuste más acelerado y potencialmente más peligroso…
– El "tercer" tiempo (de la crisis de crédito a la crisis del descrédito)
"Subprime. Tiene que pronunciarse "subpraim". Monolines; diga usted "monolains". Default; "difawl". Repítalo varias veces. Ahora construya la siguiente frase: la caída de las hipotecas de riesgo por la crisis crediticia arrastra a las aseguradoras de deuda.
Nuestro particular curso de inglés avanza viento en popa. Estamos incorporando nuevas palabras a velocidad de vértigo y además, de manera gratuita. No hay que comprar un periódico, ni recortar un cupón…. Sólo prestar atención a la actualidad. Además, por el mismo precio nos enseña inversiones alternativas mediante estructuras de crédito"… decía Javier Ablitas en su artículo "El año que descubrimos a las "monolines"…" publicado en Interecomonia el 25/2/08.
A finales de los años noventa, unos años antes de que se iniciase el mercado bajista, los ratios de las acciones tecnológicas alcanzaban alturas estratosféricas con PER de ciencia ficción. Por aquellos años se argumentaba un nuevo paradigma para la economía mundial que justificaba y aparentemente mantenía esa situación.
Las burbujas tienen muchos factores en común. Entre ellos un aparente cambio de paradigma en las reglas naturales de la economía, lo que en teoría justifica razonablemente esa situación de desequilibrio creciente.
Interesante es el fenómeno al que estamos asistiendo, en el que el pilar que se está tambaleando tiene su origen dentro de la estructura financiera más íntima.
La ingeniería financiera, apoyada en las infinitas combinaciones construidas con sus derivados, ha permitido la proliferación de activos que se han considerado, tal vez demasiado fácilmente, como una panacea de seguridad y estable rentabilidad para el mundo financiero.
Todos hemos tenido que aprender qué es un CDS, CDO, ABS, y el resto de combinaciones que antes creíamos pertenecían al mundo del automóvil. Los derivados de crédito han proliferado más allá de lo esperado, tal vez de la misma forma en que a finales de los años noventa muchas compañías de internet cotizaban a ratios virtualmente infinitos. En concreto, se estima que el riesgo de contrapartida de los CDS alcanza un valor de mercado de unos 45 billones (trillones americanos) de dólares. El problema aparece ahora porque muchas entidades, públicas y privadas, tienen en su cartera este tipo de activos calificados con AAA gracias a las compañías monoline. Empresas que, como MBIA y Ambac, cubrían el riesgo de las emisiones de terceros, asegurándoles un rating superior al que por sí mismos no habrían alcanzado y permitiendo así una distribución masiva entre las carteras de los institucionales.
De repente, si las agencias de rating bajan la calificación crediticia de esas compañías monoline, automáticamente se rebajará el rating de los activos a los que aseguran y muchas entidades se verán forzadas a venderlos (no pueden tener en cartera activos por debajo de un cierto nivel de rating), provocando una reacción en cadena que desestabilizaría aún más la grave crisis de liquidez y confianza que reina en los mercados.
Es sencillo continuar mentalmente con la caída de fichas de dominó de este proceso. Lo importante es darse cuenta de dónde está el peligro hoy, y contra qué lucha realmente la Fed con sus agresivas bajadas de tipos.
La desconfianza hacia el sector financiero crece por momentos. Los problemas yo no se centran sólo en la exposición a las hipotecas subprime. Las aristas de la crisis se multiplican, generando un efecto bola de nieve que no parece tener fin. La tensión que vive el mercado de crédito es un claro reflejo con los diferenciales en máximos, los precios de las coberturas por las nubes y la imposibilidad de colocar deuda.
La crisis, bancaria fundamentalmente, está llegando a un punto crítico que amenaza con llevarse por delante la economía real. La propuesta de Bernanke del 4/3/08 de que los bancos condonen parcialmente las hipotecas es señal evidente de lo desorientado que anda todo el mundo, hoy día, brutal confusión entre lo público y lo privado…
Entre la codicia y la miopía (la parálisis del pensamiento)
(Con la decisión de no alejarme de la franqueza y la honestidad en un momento en que esas cualidades son de lo más necesarias)
Cantando las verdades del barquero, sin la más mínima compasión
Si alguien le dice: Tú bebe, que yo conduzco. ¿Usted qué hace? Pues bebe…
Si alguien le dice: Tú bebe, que yo pago. ¿Usted qué hace? Pues bebe…
Y si alguien le dice: Tú bebe, que yo pago y conduzco. ¿Usted qué hace? Muy probablemente beba el "doble o más". Hasta que el cuerpo aguante, digamos…
Pues eso es lo que han hecho las entidades financieras. Disparar con pólvora del Rey y sin ningún control cinegético. Entonces, lo que tenía que pasar pasó. No hay sorpresas. La sorpresa es sorprenderse. ¿Se podría haber esperado otro resultado de una economía de manos libres y sin espejo retrovisor?
Ahora tratan de escapar. O sea: ¿Cómo servirse de la globalización sin ser globalizado? ¿Cómo preservar la riqueza que generan esos monstruos financieros sin cara y sin ideas que no sean las de obtener más beneficios?
Otra cosa es resolver quién paga la fiesta. Ellos, seguro que no. La "tranquilidad" de los mercados los transforma en "testigos protegidos". Se cambiarán la identidad, la figura y el domicilio, aunque seguirán siendo los mismos. Los "paganos" serán los descolgados de la riqueza que generan esos monstruos financieros sin cara y sin ideas que no sean las de obtener más beneficios. Los miembros de la "manada" (como dicen despectivamente los "brokers" de Wall Street) no sólo pagarán (pagaremos) la pólvora, sino que, además, serán (seremos) las piezas a abatir. "Imbéciles por 2". Cornudos y apaleados.
El problema no es que nos vayamos a la mierda, sino que no sabemos si habrá mierda para todos. Algunos han confundido libertad de mercado con licencia para estafar. La libertad de mercado no debe ser ilimitada.
Una economía "a dos velas": los bancos centrales y los fondos soberanos. ¿Y si alguno las sopla? ¿Y si una corriente de aire…? ¿Y si el batir de las alas de una mariposa…?
¿De la burbuja financiera al fin del "súper-boom? Debilitamiento y agonía de la economía en Estados Unidos. Debilitamiento y agonía del modelo del libre mercado. Debilitamiento y agonía del modelo neoliberal (privatización, desregularización, financierización).
El problema de los bancos es de excesivo apalancamiento ya que cuentan con unos activos tangibles que, en muchos casos, superan en más de 30 veces sus bases de capital. De ser unas compañías de intermediación han pasado a convertirse, en los últimos años, en unos grandes almacenes que acumulan todo tipo de mercancías, mejores y peores (el hecho de que Citigroup haya decidió descargar 400.000 millones de dólares de su balance, da buena prueba de la verdad de la afirmación y de la dimensión del problema).
¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? Por un esquema viciado de remuneración al que se destinan, en la banca de inversión, hasta el 50% de los ingresos. A más endeudamiento, más ingresos, mayores bonus. Como resultado de ello los bancos resultan ser unas grandes agencias de comunicación ya que, mientras el conjunto del mercado discute la legitimidad de los gestores de hedges o de capital riesgo para hacerse con un 20% de lo obtenido con su trabajo, el sistema retributivo bancario mantiene esa frontera de recompensación en todos los entornos bajo la excusa de retener el talento.
¿Cómo han podido justificar los bancos niveles tan nimios de capitalización? Por la falsa sensación de seguridad que dan los modelos de riesgo basados en el Value at Risk o VaR que no tienen en cuenta los sucesos extremos (o colas en una distribución normal) que son los que, en definitiva, causan las crisis. El análisis VaR es como un airbag que funciona siempre… menos cuando sufres el accidente. La infraestimación del riesgo real conduce a una acumulación de activos "seguros" cuyo consumo de capital es mínimo, lo que finalmente provoca que el retorno sobre recursos propios o ROE de los bancos se dispare. Todo ello, construido, eso sí, sobre un punto de partida inválido.
¿Qué estaban haciendo mientras los reguladores? Repasemos tanto a las agencias de rating como a la SEC o CNMV norteamericana. De las primeras, se puede censurar la ausencia de medios pese a su condición de garantes de la calidad de las emisiones del mercado (3-4 profesionales para… toda la banca de inversión estadounidense), su falta de perspectiva sobre el negocio bancario (que había pasado de empaquetador a tenedor de activos, como ya he señalado), la falta de continuidad en su análisis y la prioridad que en el mismo dan a la información pública frente a los propios modelos de valoración.
El segundo objeto del reclamo es la SEC. Aquí la crítica se centra en la normativa aprobada por el regulador bursátil norteamericano en 2004 que, por una parte, ampliaba el concepto de capital que pasaba a incluir instrumentos híbridos y deuda subordinada, (ojo, "por participar de las características del mismo"), legitimaba el VaR como mecanismo para que los brokers pudieran calcular su capital regulatorio, en segundo lugar y, por último, daba un tratamiento paritario a los activos líquidos e ilíquidos del balance a efectos de consumo de recursos propios. A cambio de lo que parecía ser un mayor control por parte del órgano supervisor, las entidades afectadas lograban reducir en más de un 40% sus necesidades de capital. Si las agencias ayudaron a engordar la vaca, fue el propio regulador el que ayudó a que la misma naciera ya con el cuerno retorcido.
Conclusión preliminar: Han creado un sistema basado en grandes instituciones financieras excesivamente apalancadas e infracapitalizadas; demasiado importantes como para que el regulador pueda permitir su caída sin acudir antes a su rescate; en las que todos, propietarios, acreedores y empleados son ampliamente remunerados si las cosas van bien mientras cuentan con el respaldo de los contribuyentes si, por el contrario, las cosas se tuercen. Capitalización de ganancias y socialización de pérdidas, esto es: lo contrario de lo que defendería Robin Hood.
Esta crisis ha puesto de manifiesto las limitaciones de los mercados. Todo el mundo debería comprender que la idea de que los mercados funcionan perfectamente es absolutamente errónea. Las implicaciones de esto es que hay un amplio margen para la regulación. Las regulaciones de los bancos comerciales deben extenderse a los de inversión, hedge funds y otras formas de instituciones financieras. Necesitamos requisitos de capital, supervisión e información. Cualquier institución que requiera de ayuda de emergencia en una crisis debe estar sujeta a algún régimen de regulación.
Muchos de los problemas que ha traído consigo esta crisis podrían haberse evitado con la regulación adecuada. Aun así, soy bastante escéptico con que haya un cambio fundamental porque hay gente que ha ganado mucho dinero con este modelo…
(Del Paper publicado el15/9/2009)
¿Existe alguna terapia de choque contra la crisis? ¿Y para prevenir las futuras? Desconstruyendo los discursos oficiales (Parte I)
Esperando a Godot: El G-20 y los demás… (De la Cumbre al precipicio)
The show must go on (All that jazz)
Según la Reserva Federal (Fed), primero hay que resolver los problemas de la economía financiera y luego (en consecuencia) resolver los problemas de la economía real. No se puede lo uno sin lo otro. Si por un momento aceptamos la hipótesis (Krugman y otros), ¿qué ocurre (así y todo), si no se resuelven los "problemas" de la economía financiera?
Una "economía de casino" con "el mercado" (¡todo!) como "presunto implicado" (bancos, gobiernos, organismos de control, gurús, empresas de calificación, analistas, operadores financieros, hedge funds, agentes bursátiles, traders, brokers y demás patulea). La oligarquía bancaria.
¿Los mismos que nos metieron en esto, nos van a sacar? ¿Serán capaces de ponerle límites a una economía "ansiolítica"? ¿Estarán dispuestos a "desfinancierizar" la economía? ¿Aceptarán "desglobalizar" la economía? ¿O sólo habrá parches y no reformas?
Permítanme dudar al respecto (dicen que un pesimista es un optimista informado). Creo que estamos ante una "simulación" en toda regla. Sólo se trata de mantener un modelo de hacer empresa en el que unos pocos se benefician de la asunción de riesgos, si sale bien; y todos nos tenemos, de un modo u otro, que apretar el cinturón si ocurre lo contrario. Rehenes de la información peligrosa, víctimas de la locura crediticia. Irresponsabilidad corporativa sin el menor atisbo de componente social… La economía del espejismo.
No es un problema entre Smith y Marx o entre Keynes y Friedman. Han sido "todos" tergiversados, falsificados y… traicionados. Hasta a Hayek, lo han extraviado por los "senderos de libertad". O sea.
De creer que lo que era bueno para General Motors era bueno para Estados Unidos, se ha pasado a creer que lo que era bueno para Wall Street era bueno para Estados Unidos… ¿Terminará igual?
"Pecados financieros" (de palabra, obra u omisión). Que de todo ha habido (¿y hay?). "Paradojas caminando". Han corrido a socorrer a los bancos, gobiernos conservadores (Bush), demócratas (Obama), laboristas (Brown), demócrata cristianos (Merkel), napoleónicos (Sarkozy), fascistas (Berlusconi), indocumentados (Rodríguez Zapatero)… y sigue la lista de "falsificadores". Muchas manos para un solo cadáver.
¿Los que no supo, quiso o pudo resolver el G-8 (G-9, con la "mafio-economía" rusa), puede hacerlo el G-20 (un "rejunte" infumable de "todo a 100", que por oler, huele hasta a "sobaco")? Tal vez, sólo se trate de sacarle dinero a los árabes y chinos, que son los únicos ricos verdaderos (eso sí, sólo su clase dirigente -tribal o comunista). ¿Salvarán al "mundo financiero" (lo demás, "puede esperar"…), el capitalismo feudal y/o el capitalismo comunista? El resto del G-20 es un decorado, actores secundarios, utilería, "socios del silencio"… "culiparlantes". Se "conforman" con salir en la foto. Hacer creer en sus respectivos países que son "importantes", que los invitan a la reunión de los poderosos, que opinan, que los consideran… (ni que decir de los que "mendigan" una silla de prestado, como España -aunque sea "medio culo"-, sin voz ni voto, pero con foto, sonrisa y telediario)… En fin, un G-¡Je!-20- surreal y triste.
Desde aquel sábado de noviembre en que el saliente George W. Bush -con los enviados del presidente recién elegido haciéndole sombra- se comprometió con sus colegas de los cinco continentes a coordinarse, supervisar más el sector financiero y evitar nuevas quiebras, poco ha mejorado para la economía a los dos lados del Atlántico. Desde entonces, aunque los mercados están más tranquilos y han colapsado menos bancos, a marzo de 2009, más de 2,5 millones de personas en EEUU se han quedado sin trabajo, y al menos otro millón en la UE, donde ya se calcula que habrá cerca de 22 millones de parados el próximo año.
Desde su investidura, a marzo de 2009, Obama ha conseguido aprobar un paquete de estímulo fiscal de 800.000 millones de dólares, además de 400.000 millones en garantías a Citigroup y Bank of America, y ha propuesto otro plan de rescate semipúblico para limpiar los activos tóxicos de, al menos, 600.000 millones.
En diciembre, los europeos se comprometieron a gastar cerca de 200.000 millones, aunque ha habido pocas novedades respecto a los paquetes ya aprobados en otoño (el último esfuerzo común son 50.000 millones en préstamos para países fuera de la zona euro). Pero, aparte de la escasez de datos positivos, la coordinación es aún una promesa.
Los dos lados del Atlántico, y también la mayoría de las potencias emergentes, están de acuerdo en que falta confianza para restablecer el crédito, paralizado, sobre todo, desde la caída de Lehman Brothers en septiembre, pero la receta para recuperar el valor perdido no es nada evidente.
La UE se ha enzarzado en una pelea con Washington sobre las cifras de sus planes de estímulo para responder a las críticas efectuadas por Larry Summers, el poco querido consejero económico de Obama. Según la UE, sus gastos extras por la crisis supondrán un 3,3% de su PIB de media entre este año y el siguiente, incluyendo el aumento de las prestaciones de desempleo y otras formas de protección social, mientras que EEUU superará el 5% sólo con sus ayudas a los bancos, descuentos fiscales para las empresas e inversiones públicas en infraestructuras y otros proyectos. En cualquier caso, hay una brecha entre el 3,4% de Alemania y el 1,3 de Francia, según los datos del FMI para 2009 y 2010.
El FMI también sostiene que los países que aumentan el gasto social de manera automática necesitan menos esfuerzo fiscal, si bien Paul Krugman, premio Nobel de Economía, señala que los europeos trampean al sumar el paro y la inversión en fibra óptica como si tuvieran el mismo efecto en el relanzamiento de la economía. En cualquier caso, Krugman considera que las acciones de EEUU y la UE son igual de insuficientes. También el gurú Nouriel Roubini asegura que evitar la recesión en L será posible sólo si hay "acciones políticas mucho más agresivas y coordinadas" entre Washington y el resto del mundo.
La respuesta oficial europea es que, para solucionar esta crisis, no sólo para prevenir la siguiente, es esencial más regulación que dé seguridad a los mercados. Sin embargo, incluso sus propias iniciativas de crear supervisores o controlar las agencias de calificación de riesgo o los hedge funds requieren años de proceso legislativo hasta llegar a aplicarse.
Los americanos apoyan más controles pero no consideran que sean la prioridad absoluta para salir de esta crisis. "No tiene sentido intentar reconstruir una casa mientras se está quemando", dijo Paul Volcker, ex presidente de la Reserva Federal y consejero de Obama, en una reciente reunión de la Casa Blanca.
El presidente no es partidario de dejar aparcada la regulación, pero se resistirá a supervisores trasnacionales. Puede que, finalmente, los americanos y los europeos hablen con una sola voz, pero el tono de partida es bastante más bronco del esperado hace unos meses, cuando Europa se rendía ante Obama.
Entre los dos bloques hay muchos puntos de acuerdo, como el no permitir el colapso de grandes bancos, pero falta consenso en los detalles. Por ejemplo, el complicado plan para limpiar de activos tóxicos las entidades estadounidenses llega con pocas exigencias de reestructuración o control estatal, a diferencia del modelo de bancos malos apoyado por la UE, que obliga a la aprobación y el control continuo desde Bruselas y los gobiernos nacionales.
De hecho, en este caso, "el camino al infierno" que escandaliza a Topolanek ha despertado las críticas hasta de los más convencidos demócratas, como Jeffrey Sachs, de la Universidad de Columbia, que define el plan de Geithner como "un velado intento de transferir cientos de miles de millones de dólares de los contribuyentes americanos a los bancos comerciales".
La reunión celebrada en Londres podría haber pasado a la historia como la Cumbre de las Cumbres. Se perfilaba como la reunión más importante de los últimos 80 años entre los líderes del G-20, secuela del encuentro que a mediados de noviembre tuvo lugar en Washington, pero finalmente se han desvanecido las importantes expectativas generadas. Los principales mandatarios del mundo parecieron conformarse con ofrecer un mensaje de unidad y coordinación global en un momento en que como telón de fondo está la peor crisis financiera internacional desde la Gran Depresión y la primera recesión económica global, con un comercio que desciende y un desempleo que aumenta en todo el mundo.
Ex presidentes de los bancos centrales y demás reguladores son los que de facto estuvieron guiando a los líderes de las 20 mayores economías del mundo en un argumento clave para evitar que otra crisis de estas características se vuelva a producir: subir los tipos de interés cuando el crédito se extienda y forzar a los bancos a construir un colchón de liquidez en tiempos de abundancia para utilizar en los años difíciles. Sobre el papel parece sencillo pero el caso es que Greenspan no lo hizo en su día.
Según publica Bloomberg, fue Paul Volcker, también exFed, quien aseguró en enero que "la preocupación por la estabilidad financiera es importante no sólo en tiempos de crisis sino también cuando se producen rápidas expansiones del crédito y aumenta el endeudamiento".
Pero dejando a un lado todos los asuntos económicos, monetarios, financieros y demás menesteres del G-20 que se han revisado por activa y por pasiva, el gran ausente de la crisis en la Cumbre y no por ello menos importante ha sido el factor social.
En este sentido, William White, el que fuera presidente del Bank for International Settlements, según un artículo que publica Bloomberg, no deja de acordarse de Adolf Hitler. Al margen del pánico económico hay que tener en cuenta los costes sociales de la crisis, más si se compara con la Gran Depresión. "Cuando piensas en las grandes turbulencias económicas, yo siempre me preocupo de que se dejan de lado cuestiones políticas y sociales muy rápido". Es peligroso olvidar estos factores a favor de una burbuja que ha degenerado en un abrupto problema económico.
Frente a la peor crisis de la economía mundial en décadas y que aún no ha tocado fondo- los líderes concluyeron la cumbre al otorgarle principalmente al Fondo Monetario Internacional la responsabilidad de lanzar advertencias sobre problemas futuros y evaluar si los miembros del grupo cumplen sus promesas acerca de la regulación y los paquetes de estímulo fiscal.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), considerado en gran medida irrelevante hace seis meses, fue el mayor ganador de la cumbre de líderes del Grupo de los 20. Los líderes mundiales acordaron cuadriplicar la capacidad financiera del FMI a US$ 1 billón (millón de millones) para manejar las crisis en los países en desarrollo y le encargaron al Fondo monitorear si los países del G-20 están estimulando sus economías suficientemente y reformando sus sistemas regulatorios. Además, le pasaron otra tarea: dar señales de alerta tempranas de problemas financieros que se agravan. "El FMI está de vuelta", dijo el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn. "Hoy tenemos la prueba".
Se trata, sin embargo, de responsabilidades que van más allá de las tareas tradicionales del FMI y que probablemente requieran que la entidad sea más dura con sus principales accionistas. Las tareas asignadas sin dudas pondrán a prueba la capacidad del FMI para reprender a sus 185 países miembro. El FMI generalmente emite advertencias privadas, no públicas, que los gobiernos de países poderosos suelen ignorar.
Las medidas podrían aliviar el sufrimiento ocasionado por la actual crisis de la economía global, pero muchas son declaraciones de principios que deberán tener un seguimiento. El G-20 ya convino otra reunión para este año.
El FMI no es la única entidad internacional con mayores responsabilidades. La Junta de Servicios Financieros -una versión ampliada del Foro de Estabilidad Financiera, un grupo de reguladores internacionales con sede en Suiza- tendrá la misión de coordinar los grandes cambios regulatorios globales. La Organización Mundial del Comercio, por su parte, se encargará de velar por que los miembros del G-20 cumplan sus promesas de mantener a raya el proteccionismo.
Las funciones encomendadas al Consejo de Estabilidad están a medio camino entre la regulación y la supervisión, una fórmula heredada de su naturaleza original, una mesa que reunía a ambos lados de la actuación pública sobre el sector financiero. Para reforzar esta misión, el Consejo, además de abrir la puerta a los países emergentes, ha incorporado a otras instituciones de supervisión, más allá de los bancos centrales: estarán las agencias internacionales de mercados de valores, contabilidad y seguros.
El Consejo también evaluará cómo funcionan las propuestas que ultima el Banco Internacional de Pagos, a través del comité de Basilea II, para evitar que un colapso en los mercados de crédito y títulos de deuda, como el que ha ocurrido ahora, deje secos de capital a los bancos y de liquidez al sistema financiero. El comité publicará, a principios de 2010, normas para elevar los requerimientos legales de capital mínimo (ahora el 4% de los activos), establecer qué títulos (básicamente acciones ordinarias) pueden considerarse capital de máxima calidad y extender las provisiones anticíclicas para crear colchones de liquidez cuando el crédito crece. Y revisará el efecto del actual sistema de calificaciones, monopolizado por tres agencias privadas de EEUU, en la multiplicación del riesgo excesivo.
Pero no hay que esperar que las nuevas reglas entren en juego antes de finales de 2010. Si para entonces la presión de la crisis afloja y no se mantienen los compromisos, se recordaría como un brillante ejemplo de la máxima de El Gatopardo, la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: "Algo tiene que cambiar para que todo siga igual".
"Por la magnitud del reto que afrontamos y de las medidas que hemos adoptado, Londres será parte de la Historia", proclamó el presidente de EEUU, Barack Obama, al cierre de la cumbre, recibiendo una insólita salva de aplausos de los periodistas al final del acto, otra demostración más del poder de seducción del líder estadounidense.
Al final (nada es cierto) los líderes del G-20 pretendieron salvar el mundo en 11 minutos. Los mandatarios de los países que componen el G-20 dedicaron más tiempo a comer y posar para la sesión de fotos con la prensa que a discutir sobre la profunda crisis económica y financiera global, apenas once minutos por intervención.
La Cumbre acordó un gasto de 5 billones de dólares, de los que cuatro billones habían sido ya comprometidos por los planes nacionales. Cada líder ha tenido una intervención de 11 minutos para acordar el fin de los paraísos fiscales y triplicar los recursos del FMI… Nosotros, los líderes del Grupo de los Veinte…
La pirámide monetaria (Secretos y mentiras)
"La crisis global actual -con una pérdida de US$ 50 billones (millones de millones) en acciones, bienes raíces, commodities y ganancias operativas en 15 meses- no puede achacarse sólo al impago de un ínfimo 7% de las hipotecas de alto riesgo (valoradas probablemente en más de US$ 1 billón) que la detonó. El verdadero villano es la falta de confianza en el papel en el que los activos están impresos. Si no restauramos la confianza en el papel, las nuevas moras -en tarjetas de crédito o créditos estudiantiles- detonarán otro colapso del papel que hundirá la economía mundial.
Considere que todo lo que tenemos de valor pasa de mano en mano en papel o títulos de propiedad. A principios de la década había unos US$ 100 billones en títulos de propiedad representando bienes tangibles como tierras, edificios y patentes en todo el mundo, y unos US$ 170 billones representando la propiedad de activos semilíquidos como hipotecas, acciones y bonos. Desde entonces, sin embargo, financistas agresivos han fabricado lo que el Banco Internacional de Pagos estima son US$ 1.000 billones en nuevos derivados (valores respaldados por hipotecas, obligaciones de deuda colateralizada, y seguros contra las cesaciones de pagos) que han inundado el mercado"… (Los activos tóxicos eran activos invisibles – The Wall Street Journal – 26/3/09 – Por Hernando de Soto)
"Si bien la necesidad de "cortar el despilfarro en el gasto gubernamental" se ha convertido en el mantra de cada campaña política en los últimos cuarenta años, Washington se ha embarcado en la mayor expansión del gobierno de la historia. Durante décadas, el gasto público masivo no se ha financiado a través de medios adecuados como los impuestos, sino simplemente por la emisión de deuda. En 2000, la deuda del Tesoro de EEUU se elevaba a la pasmosa suma de 5 billones de dólares. Hoy día, se está acercando a tres veces esa cifra. Si se incluyen otras obligaciones y pasivos, la deuda nacional asciende a unos ¡55 billones de dólares!
En los últimos meses, cientos de miles de millones de dólares han sido asignados por el Congreso para "rescates" a corto plazo del sistema financiero. Ello debería sentar las bases para reformas más profundas ¿verdad? Incorrecto. En su lugar, ingentes cantidades han sido gastadas para sacar de apuros a entidades y sus contrapartidas, a la par, en vez de dejarles pagar por sus imprudencias.
Algunos sostienen que los activos tóxicos representan sólo una parte muy pequeña de los activos totales del sistema bancario. Pudiera ser, pero el verdadero problema es el enorme tamaño de los activos tóxicos en relación tanto al capital de los bancos como a la capacidad financiera del gobierno.
Según el BIS, el total de las inversiones mundiales en derivados, incluyendo el mal entendido mercado de CDS, llegó a alcanzar cerca de 700 billones de dólares, ¡más de 20 veces la producción anual total del mundo! La parte de EEUU fue aproximadamente de 419 billones, cerca de 40 veces su producción anual"… (Un remedio peor que la enfermedad – El Confidencial – 27/3/09 – Por Fernando Suárez)
"Gran parte del exceso de ahorro mundial fue a parar a EEUU. ¿Por qué? Bernanke citaba "la profundidad y complejidad de los mercados financieros del país (que, entre otras cosas, han permitido a las familias acceder con facilidad al dinero del mercado inmobiliario)". Profundidad, sí. Pero ¿complejidad? Bueno, se podría decir que los banqueros estadounidenses, confiados tras un cuarto de siglo de celo liberalizador, lideraron al mundo a la hora de encontrar formas complejas de enriquecerse disimulando el riesgo y engañando a los inversores.
Y los sistemas financieros muy abiertos y escasamente regulados eran la característica de otros muchos receptores de grandes entradas de capital. Esto podría explicar la correlación casi espeluznante entre los elogios conservadores de hace dos o tres años y el desastre económico actual. "Las reformas han convertido a Islandia en un tigre nórdico", proclamaba un informe del Cato Institute; Cómo se ha convertido Irlanda en el tigre celta era el título de un artículo de la Heritage Foundation; El milagro económico estonio se titulaba otro. Estos tres países atraviesan ahora una profunda crisis"… (La venganza del exceso – El País –29/3/09– Por Paul Krugman)
"Socializar las pérdidas y privatizar los beneficios es más preocupante que las consecuencias de nacionalizar los bancos. El trato se vuelve cada vez peor para los contribuyentes estadounidenses. En la primera ronda de inyecciones de efectivo obtuvieron aproximadamente 0,67 dólares en activos por cada dólar que pusieron (aunque los activos estaban casi con seguridad sobrevalorados y su valor cayó enseguida). Pero con las últimas inyecciones de efectivo se calcula que los estadounidenses reciben 0,25 dólares, o menos, por cada dólar que ponen. Malas condiciones significan una gran deuda nacional en el futuro. Una de las razones por las que posiblemente estamos obteniendo malas condiciones es que si obtuviésemos un valor justo por nuestro dinero, a estas alturas seríamos el accionista mayoritario de al menos uno de los grandes bancos.
No confundamos salvar a los banqueros y a los accionistas con salvar a los bancos. Estados Unidos podía haber salvado a los bancos, y haberse olvidado de los accionistas, por mucho menos de lo que ha gastado.
La economía de la filtración de la riqueza casi nunca funciona. Dar dinero a los bancos no ha ayudado a los propietarios de viviendas: cada vez hay más desahucios"… (La manera de no recuperarse – El País – 29/3/09– Por Joseph E. Stiglitz)
"En 2009, dado que la crisis aún hace que a muchas pequeñas y medianas empresas les sea difícil obtener siquiera un nivel mínimo de financiamiento para mantener inventarios y comerciar, el PIB global está al borde del precipicio. Existe la posibilidad real de que el crecimiento mundial registre su primera contracción desde la Segunda Guerra Mundial.
Con toda probabilidad, en una gran cantidad de países habrá caídas de la producción de entre el 4% y el 5% y algunos sufrirán desplomes a niveles de auténtica depresión, del 10% o más. Lo que es peor, a menos que los sistemas financieros se recuperen, el crecimiento seguirá siendo decepcionante durante varios años, sobre todo en países de la "zona cero" como Estados Unidos, Gran Bretaña, Irlanda y España. El crecimiento a largo plazo de Estados Unidos podría ser particularmente desalentador, a medida que la Administración de Obama conduzca al país hacia niveles europeos de seguridad social y distribución del ingreso.
Los países con tasas de crecimiento de tipo europeo podían manejar obligaciones de deuda del 60% del PIB cuando las tasas de interés eran bajas. Pero con el aumento de las deudas de muchos países al 80 o 90% del PIB, y puesto que las bajas tasas de interés actuales son claramente un fenómeno temporal, pronto habrá problemas. Muchos de los países que están acumulando enormes cantidades de deuda para rescatar a sus bancos tienen sólo perspectivas moderadas de crecimiento a mediano plazo, lo que plantea dudas reales de solvencia y sostenibilidad"… (¿Cuál es la fase final del déficit? (El País – 5/4/09 – Por Kenneth Rogoff)
"Las perspectivas futuras son muy negativas. De hecho, hay quienes ya están aconsejando abiertamente a la gente que retire su dinero de los depósitos y atesore, haciendo caso omiso al seguro de depósitos de la FDIC, debido a su precaria situación de solvencia. Los hay también, que como el bloguero de The Market Ticker, Karl Denningen, prevén una tasa de desempleo en EEUU del 20%.
En este contexto de medidas políticas alocadas y excesivamente onerosas para el contribuyente, y de consecuencias probables nefastas, Fekete acaba su artículo ofreciendo un panorama que pone los pelos de punta: profetiza el colapso total de la economía, como si del pinchazo de un globo se tratara, pero no en forma de hiperinflación y destrucción del dólar, sino de hiperdeflación y destrucción de la economía.
No obstante, no entiende esta crisis como un fenómeno casual, sino como "parte de la progresiva desintegración de la civilización occidental, que empezó con el sabotaje gubernamental del patrón oro en la primera parte del siglo XX". A estas alturas, Ben Bernanke podría llegar a "tener el honor de administrar el golpe de gracia a nuestra civilización", concluye"… (EEUU se enfrenta a la "hiperdeflación" y al "colapso económico" – Libertad Digital – 6/4/09 – Sobre Antal E. Fekete – Autores Invitados)
"En un reciente informe, Barry Eichengreen, experto en la Gran Depresión y profesor de Económicas en el Political Science at the University of California, Berkeley (EEUU), y Kevin O'Rourke, profesor del Trinity College de Dublín (Irlanda), han recopilado la evolución de la economía global a lo largo de los últimos meses. La conclusión no deja lugar a dudas: La actual crisis supera, de momento, en intensidad y rapidez al crack del 29"… (La crisis económica mundial supera ya a la Gran Depresión de 1929 – Libertad Digital – 7/4/09)
"El problema más grave que ahora puede plantearse consiste en que la intervención de gobiernos y bancos centrales pueda dificultar o incluso obstaculizar completamente el mencionado proceso espontáneo de reajuste. Especialmente preocupante, en este sentido, es la decisión adoptada por Ben Bernanke y su Reserva Federal, consistente en rebajar prácticamente a cero los tipos de interés, inyectando en forma de créditos toda la liquidez que sea necesaria para salir de la crisis.
Es claro que este tipo de políticas monetarias, lejos de acelerar la recuperación, la retrasan y dificultan, en la medida en que alargarán innecesariamente la agonía de los procesos empresariales que es preciso liquidar cuanto antes, si es que, como sucedió en Japón, no se bloquea indefinidamente la recuperación, al perder las empresas inviables todo incentivo para reestructurarse (de hecho en Japón no se ha salido de la recesión en más de una década pues el roll over indefinido de préstamos ha hecho posible la devolución generalizada de los préstamos morosos con otros de nueva creación, y así sucesivamente)"… (El error fatal de Ben Bernanke – Expansión – 10/4/09 – Por Jesús Huerta de Soto)
"La Administración de Estados Unidos ya ha hipotecado un gasto público de más de 10 billones de dólares para salvar a sus bancos y la Comisión Europea ha aprobado desde septiembre de 2008 más de 50 medidas nacionales para estabilizar el sistema financiero por un valor total de unos 3 billones de euros, pero esto no es suficiente, según el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz.
El economista, gran defensor del gasto público y del déficit para impulsar la demanda, lanza un mensaje neokeynesiano a los gobiernos de todo el mundo: estas enormes cantidades de dinero no son suficientes para superar la crisis financiera internacional y su contagio a la economía real"… (El Nobel Stiglitz cree que hace falta más gasto público en EEUU y Europa – Libertad Digital – 10/4/09)
"Ahora, gran parte del éxito aparente del sector financiero ha resultado ser una ilusión. (Las acciones de Citigroup han perdido más del 90% de su valor desde los días en que Weill se felicitaba a sí mismo). Y lo que es peor, el hundimiento del castillo de naipes financiero ha causado estragos en el resto de la economía, de forma que el comercio mundial y la producción industrial actuales están cayendo más rápidamente que durante la Gran Depresión. Y la catástrofe ha dado pie a llamamientos en favor de una regulación mucho mayor del sector financiero.
Pero tengo la impresión de que los políticos siguen pensando sobre todo en reorganizar las casillas del organigrama de supervisión bancaria. No están ni mucho menos preparados para hacer lo que hay que hacer, que es volver a convertir la banca en algo aburrido.
Una parte del problema es que la banca aburrida equivale a banqueros más pobres, y el sector financiero todavía tiene muchos amigos en puestos muy altos. Pero también es un problema de ideología: a pesar de todo lo que ha sucedido, la mayoría de la gente que ocupa puestos de poder sigue asociando las finanzas sofisticadas con el progreso económico.
¿Se les podrá convencer de lo contrario? ¿Tendremos la fuerza de voluntad necesaria para llevar a cabo una reforma seria del sistema financiero? Si no, la crisis actual no será algo puntual, sino el patrón que seguirán los acontecimientos venideros". (Hacer que la banca sea aburrida (El País – 19/4/09– Paul Krugman)
"Es probable que éste sea el peor año para la economía internacional desde la II Guerra Mundial, pues el Banco Mundial calcula que la reducción será del 2%, aproximadamente. Incluso los países en desarrollo que hicieron todo bien -y aplicaron políticas reguladoras y macroeconómicas mucho mejores que las de EEUU- están sintiendo sus efectos. Es probable que, a consecuencia en gran medida de una caída en picado de las exportaciones, China siga creciendo, pero a un ritmo mucho menor que el de entre 11% y 12% de los últimos años. A no ser que se haga algo, la crisis hundirá más en la pobreza nada menos que a 200 millones de personas.
Esta crisis mundial requiere una reacción mundial, pero, lamentablemente, el deber de reaccionar sigue circunscrito en el nivel nacional. Cada país intentará formular su plan de estímulo con vistas a las repercusiones en sus ciudadanos… y no a escala mundial. Al evaluar las mayores repercusiones del estímulo, los países contrapesarán los costos para sus presupuestos con los beneficios desde el punto de vista del aumento del crecimiento y del empleo para sus economías. Como una parte del beneficio (una gran parte en el caso de las economías pequeñas y abiertas) irá a parar a otros, es probable que los planes de estímulo sean menores y estén peor formulados de lo que deberían, razón por la cual se necesita un plan de estímulo mundialmente coordinado"… (Los países en desarrollo y la crisis mundial – El País – 26/4/09 – Por Joseph E. Stiglitz)
"¿Podemos darnos el lujo de reparar nuestros sistemas financieros? La respuesta es sí. Lo que no podemos permitirnos es lo contrario. La gran pregunta es, más bien, cuál es el mejor medio de hacerlo. Pero la reparación del sistema financiero, si bien es fundamental, no basta.
El último informe de Estabilidad Financiera Global del Fondo Monetario Internacional ofrece un contundente y aleccionador análisis sobre el estado del sistema financiero. El organismo eleva a cerca de 4,4 billones de dólares (3,3 billones de euros) sus cálculos aproximados sobre las provisiones. Esto se debe en parte a que el informe incluye estimaciones sobre activos europeos y japoneses, que ascienden a 1,1 billones de dólares y 149.000 millones de dólares respectivamente, y sobre los activos que los bancos de las economías desarrolladas poseen en mercados emergentes, que alcanzan los 340.000 millones de dólares.
Si lo ponemos en contexto, las provisiones que calcula el FMI equivalen a 37 años de las ayudas oficiales al desarrollo concedidas en 2008. Las provisiones que se estiman sobre los activos estadounidenses y europeos, en manos principalmente de entidades de estas regiones, también ascienden al 13% del producto interior bruto conjunto de ambas áreas.
El FMI también realiza evaluaciones sobre los requisitos de capital de los bancos. Comienza con las provisiones globales que se han dado a conocer hasta finales de 2008, que ascienden a 510.000 millones de dólares en EEUU, 154.000 millones de dólares en la eurozona y 110.000 millones de dólares en Reino Unido.
El capital recaudado hasta finales de 2008 suma 391.000 millones de dólares en EEUU, 243.000 millones de dólares en la eurozona y 110.000 millones de dólares en Reino Unido. Pero el FMI prevé provisiones adicionales en 2009 y 2010 por valor de 550.000 millones de dólares en EEUU, 750.000 millones de dólares en la eurozona y 200.000 millones de dólares en Reino Unido. Frente a esto, cifra las reservas netas en 300.000 millones de dólares en EEUU, 600.000 millones de dólares en la eurozona y 175.000 millones de dólares en Reino Unido.
Según el FMI, el capital extraordinario necesario para reducir el apalancamiento de 17 a 1 (o el capital común al 6% de los activos totales) ascendería a 500.000 millones de dólares en EEUU, a 725.000 millones de dólares en la eurozona y a 250.000 millones de dólares en Reino Unido. Para un desapalancamiento del 25 al 1, las cantidades necesarias serían 275.000 millones de dólares en EEUU, 375.000 millones de dólares en la eurozona y 125.000 millones de dólares en Reino Unido.
En las actuales circunstancias, las posibilidades de captar esas cantidades en los mercados son nulas. Además, es probable que ni siquiera esas cifras fueran suficientes. Después de todo, los cálculos del FMI sobre las provisiones potenciales de los activos en EEUU se han multiplicado por tres en sólo un año y no debería sorprendernos que volvieran a aumentar.
No obstante, éstas no son las únicas intervenciones necesarias. Hasta ahora los gobiernos han aportado hasta 8,9 billones de dólares para la financiación de los bancos mediante planes de compras de activos. Sin embargo, la cantidad es sólo una tercera parte de sus necesidades financieras"… (Reparar los sistemas financieros es sólo el principio (Expansión – 28/4/09 – Por Martin Wolf – The Financial Times)
"El 15 de julio de 2007, The New York Times publicaba un artículo con el titular "Los más ricos entre los ricos, orgullosos de una nueva Época Dorada". Entre los "nuevos titanes", el que destacaba más prominentemente era Sanford Weill, ex presidente de Citigroup, que insistía en que él y sus homólogos del sector financiero habían obtenido su inmensa fortuna gracias a sus aportaciones a la sociedad.
Poco después de que se publicara dicho artículo, el edificio financiero que Weill se congratulaba de haber ayudado a construir se venía abajo, y provocaba con su caída inmensos daños colaterales. Aunque consigamos evitar que se repita la Gran Depresión, la economía mundial necesitará años para recuperarse de esta crisis.
Todo esto explica por qué debería preocuparnos que las remuneraciones en los bancos de inversión, tras bajar el año pasado, vuelvan a dispararse, hasta los niveles de 2007. ¿Por qué es esto preocupante? Déjenme contarles los motivos. En primer lugar, ya no hay razón para creer que los magos de Wall Street realizan de hecho una aportación positiva a la sociedad, y mucho menos una aportación que justifique esas nóminas desmesuradas"… (Dinero a cambio de nada – El País – 3/5/09 – Paul Krugman)
"Stiglitz no fue muy optimista sobre las medidas adoptadas para hacer frente a la crisis. "Cuando de la reunión del G-20 sale la decisión de fortalecer el papel del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Foro de Estabilidad Financiera, que son instituciones que gestionaron mal las crisis de los años 90, no podemos tener mucha esperanza sobre la resolución actual de la crisis", afirmó.
Pero además de las medidas internacionales, el premio Nobel también realizó un balance negativo sobre los planes para combatir la crisis de Estados Unidos.
Por un lado, acusó a la Administración Obama de apostar por "mantener vivos bancos zombis", incentivando la creación de instituciones "todavía mayores" de las que ya existían. Por otro, consideró que los apoyos a la economía "llegaron demasiado tarde, fueron demasiado pequeños y mal diseñados".
Además, defendió que "la doctrina de la derecha sobre la economía de mercado falló claramente" y demostró "la importancia de regular los mercados"… (Stiglitz pronostica una recesión profunda tras la "caída libre" de la economía – Cinco Días – 8/5/09)
"Branko L. Milanovic, asesor del Carnegie Endowment for International Peace, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la cooperación internacional, y economista jefe del grupo de investigación de desarrollo del Banco Mundial es experto en desigualdad, una materia sobre la que ha escrito diversas obras y a la que achaca la crisis actual.
¿Sus investigaciones para el Banco Mundial a qué conclusión le han llevado sobre el origen de la crisis actual?
Creo que para entender el origen de la crisis actual uno tiene que analizar la desigualdad de ingresos a nivel mundial. Desde 1978 ha aumentado mucho y en el año 2006 regresó a niveles de 1929. Esto significa que en los últimos 30 años mucha gente se ha hecho rica y disponía de grandes sumas para invertir. Debido a las cantidades tan enormes de capital disponible se necesitaban intermediarios y estos tenían cada vez más dificultades para encontrar oportunidades de inversión. Por ello, poco a poco fueron buscando activos menos regulados y más arriesgados. Por otro lado, el aumento de la desigualdad significa que la clase media de EEUU no creció al mismo ritmo que la economía. Sabemos que el salario medio en EEUU ha estado congelado 30 años. Por eso hacer participar a la clase media del crecimiento del país se convirtió en una prioridad política. Al mismo tiempo para los ricos crecía la necesidad de encontrar dónde invertir su dinero, por lo que las dos partes encontraron un nexo de unión. Y no dudaron en prestar a gente que hoy sabemos que no era solvente. A todas las partes les interesaba que fluyera el crédito fácil y muchas familias comenzaron a vivir por encima de sus prioridades. Esta combinación provocó que la deuda de las familias en relación al PIB pasara del 40% al 100%…
¿Como experto en la materia cree que la globalización es positiva? ¿No ha hecho el mundo más vulnerable?
No hay ninguna duda de que ha hecho el mundo más vulnerable. Sólo hay que mirar a las economías de Europa del Este por ejemplo. Países como Estonia o Letonia recibieron grandes cantidades de flujos de inversión y han tenido crecimientos impresionantes cercanos al 10%. Ahora se han visto muy expuestos por la salida de capital y la caída de las exportaciones. En ese sentido sí se han vuelto más vulnerables pero sin la globalización aunque hubieran estado menos afectados ahora también estarían menos desarrollados"… ("El origen principal de la crisis es la desigualdad" (Cinco Días – 9/5/09 – Entrevista Branko L. Milanovic)
"Esta recesión es compleja: una crisis económica combinada con una crisis financiera. Antes de que se iniciara, los endeudados consumidores estadounidenses eran el motor del crecimiento mundial. Ese modelo se ha roto, y tardará en ser sustituido, porque aunque se pudiera sanear los bancos estadounidenses, la riqueza de las familias está por los suelos y los estadounidenses se endeudaban y consumían dando por hecho que el precio de sus casas subiría eternamente.
La caída del crédito empeoró las cosas, y las empresas, enfrentadas a unos altos costes de endeudamiento y a unos mercados en descenso, respondieron con rapidez recortando inventarios. Los pedidos cayeron bruscamente -de manera muy desproporcionada respecto al descenso del PIB-, y los países que dependían de los bienes de inversión y duraderos (gastos que podían posponerse) se vieron especialmente golpeados…
El sistema bancario ha sido sometido a una prueba para ver si está adecuadamente capitalizado -una prueba de "resistencia" a la que no se ha aplicado estrés-, y algunos bancos no han podido superarla. Pero en lugar de aprovechar la oportunidad para recapitalizarse, quizá con ayuda estatal, los bancos por lo visto prefieren responder a la japonesa: capear el temporal.
Los bancos zombis -muertos, pero que todavía caminan entre los vivos- están, usando las inmortales palabras de Ed Kane, "apostando por la resurrección". Repitiendo el desastre de las cajas de ahorro en la década de 1980, los bancos están usando una contabilidad peligrosa (se les permitía, por ejemplo, mantener los activos desvalorizados en sus libros sin amortizarlos, con la falsa pretensión de que podían retenerlos hasta su vencimiento y que de algún modo se volverían sólidos). Peor aún, se les está permitiendo endeudarse a bajo precio con la Reserva Federal de Estados Unidos, respaldados por avales defectuosos, y al mismo tiempo asumir posiciones arriesgadas.
Algunos de los bancos registraron ganancias en el primer trimestre del año, basadas principalmente en trucos contables y beneficios de explotación (léase "especulación"). Pero esto no va a hacer que la economía eche a andar rápidamente. Y si las apuestas no salen bien, el coste para los contribuyentes estadounidenses será aún mayor…
Arreglar el sistema financiero es necesario para la recuperación, pero no basta con eso. La estrategia estadounidense para arreglar su sistema financiero es cara e injusta, porque recompensa a los mismos que causaron el caos económico. Pero hay una alternativa que básicamente significa seguir las normas de una economía de mercado normal: una permuta financiera de deudas por capital social"… (La primavera de los zombis (El País – 17/5/09 – Por Joseph E. Stiglitz)
"La actual crisis mundial es "mucho peor" que la década de 1930 porque los sistemas financieros y economías de todo el mundo se han vuelto más interdependientes, según el autor del bestseller Cisne Negro, Nicholas Nassim Taleb.
"Este es el período más difícil que está atravesando la humanidad porque los gobiernos no tienen ningún control". De hecho, según Taleb, la actual crisis acabará superando a la Gran Depresión de los años 30. Un mensaje que contrasta con las recientes declaraciones emitidas por los responsables de organismos internacionales de referencia como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) o la Reserva Federal de EEUU (FED), junto a la mayoría de los gobiernos.
Taleb va aún más allá y advierte de que la economía global se dirige hacia una "gran deflación", aunque no descarta futuros riesgos inflacionistas debido a la impresión de billetes por parte de los principales bancos centrales del mundo desarrollado, en consonancia con la previsión del profesor Antal Fekete. Como resultado, el "oro" experimentará un "rally masivo" como valor refugio por excelencia con el fin de mantener el poder adquisitivo, informa Bloomberg.
La actual crisis mundial es la peor desde la Gran Depresión que se produjo tras el crack del 29 en EEUU, añade el conocido analista. Además, añade que el euro y el dólar van a estar sometidos a fuertes presiones frente activos más sólidos como el oro o la divisa china. Señala que la inversión en deuda pública presenta "muchos riesgos ocultos", y apunta a la posibilidad de que se produzcan pérdidas billonarias en el mercado de crédito de derivados (CDS), que se emplea como un seguro para garantizar la inversión en todo tipo de deuda pública y empresarial"… (No todos ven fondo: "Lo peor está por llegar" y superará a la Gran Depresión – Libertad Digital – 20/5/09)
"Exactamente, ¿cuál es el volumen de deuda pública en el que tiene que incurrir un presidente para ser considerado un irresponsable? Bien, uno mucho mayor al parecer que las cantidades masivas previstas por el presidente Obama. La versión final de sus presupuestos para el ejercicio 2010, dada a conocer la semana pasada, constituye un ejemplo de manual de creación de riesgos económicos e interés político.
Veamos. De 2010 a 2019, Obama proyecta un déficit anual neto de 7,1 billones en total; esos se suman al déficit de 1,8 billones de dólares del ejercicio 2009. Hacia 2019, la razón entre deuda federal pública y producto interior bruto alcanzaría el 70%, por encima del 41% de 2008. Será el más elevado desde 1950 (80%). La Oficina Presupuestaria del Congreso, usando pronósticos menos halagüeños, eleva estas estimaciones. Los déficits 2010-19 sumarían 9,3 billones de dólares; el cociente entre deuda y PIB en 2019 sería del 82%. Pero aguarde: incluso estos totales pueden quedarse cortos. Según diversas estimaciones, el plan de salud de Obama podría costar 1,2 billones de dólares a lo largo de una década; Obama sólo ha presupuestado 635.000 millones. Además, los considerables déficits se registran a pesar de la acusada contracción del gasto en defensa. De 2008 a 2019, el gasto federal total se elevaría un 75%, pero el gasto en defensa sólo sube un 17%. A menos que las amenazas en el extranjero cedan, tanto el gasto militar como los déficits podrían elevarse.
Republicanos cabreados aparte, estas cifras sobrecogedoras han recibido muy poca atención. Todo el mundo tiene la vista puesta en la crisis económica actual, que explica y justifica gastos abultados durante unos cuantos años. Pero casi nadie se da cuenta de que esos déficits se prolongan indefinidamente"… La peligrosa deuda de Obama (El Mundo – 24/5/09 – Por Robert J. Samuelson)
"Los reguladores del sistema financiero británico anticiparon la crisis que sacudió el año pasado a los grandes bancos del Reino Unido en 2004, con un simulador que indicó que el hoy nacionalizado Northern Rock estaba en el punto de mira.
Según informa hoy el diario "Financial Times", la simulación realizada por la Autoridad de Servicios Financieros (FSA), el Banco de Inglaterra y el ministerio de Economía alertó sobre los riesgos que implicaba el modelo de negocio de Northern Rock, que apostó por las hipotecas de alto riesgo y contaminó al resto del sistema. La simulación sobre la posible evolución de los bancos también indicó que los eventuales problemas del Northern Rock -que el Gobierno rescató con 26.600 millones de libras- podrían afectar al HBOS, que en 2004 tenía la mayor cartera de hipotecas del país". (Los reguladores financieros británicos anticiparon la crisis de los bancos en 2004 – Expansión – 30/5/09)
"Algunos de los principales hedge fund británicos han advertido al Tesoro de que podrían verse obligados a abandonar al país a menos que se introduzcan cambios drásticos a un borrador de la directiva europea.
Estos fondos de inversión libre han comenzado incluso a pensar en mudarse a Suiza en el caso de que la normativa, a la que un gestor ha llegado a describir como "un complot de Francia contra Londres", no se vuelva a redactar. Otros se plantean Nueva York como destino alternativo.
Sus advertencias coinciden con una campaña de los hedge fund contra el borrador de la directiva sobre gestoras de fondos de inversión alternativas, que se modificó en el último momento para pedir a la Comisión Europea que estableciera un límite a los préstamos. Los grupos de capital riesgo también se muestran en contra de la normativa"… (Los hedge fund amenazan con abandonar Reino Unido – Expansión – 4/6/09 – Por James Mackintosh, George Parker y Nikki Tait – The Financial Times)
"Los estados miembros de la UE han utilizado hasta ahora 1,48 billones de euros para medidas de apoyo a la banca -inyecciones de capital, garantías, compra de activos "tóxicos", liquidez- ante la crisis financiera.
Ese es el dinero que los países ya han hecho efectivo, pero el importe máximo de todas las medidas aprobadas es más del doble, ya que asciende a 3,72 billones de euros. Estos datos están incluidos en un informe del Comité Económico y Financiero, un organismo técnico en el que están representados los Veintisiete, sobre la efectividad de las intervenciones públicas en el sector financiero que el próximo martes debatirán los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) en su reunión mensual". (Los 27 ya han usado 1,48 billones para apoyar a la banca ante la crisis – El Economista – 5/6/09)
Creo que ya han leído (parcialmente) el argumento de la obra. Ahora (si lo desean) pueden entrar al Teatro. Se presenta en escena la Ópera Bufa: El G-20 y los demás… Con la actuación especial de Obama Super Star y el "corus line" compuesto por algunos bobos solemnes, ciertos patriotas de hojalata y otros juguetes de ocasión. Por favor, ocupen sus butacas y apaguen los teléfonos móviles. El espectáculo va a comenzar…
Reunión del G -¡Je!- 20: De la Cumbre al precipicio (SuperObama: ¿Imperator o stripper?)…
(No olvidar lo inolvidable… no sólo se ha perdido la disciplina, sino también la vergüenza)
(Se presenta únicamente la parte de la Hemeroteca vinculada al tema que nos ocupa)
– Proteccionismo o totalitarismo (El Mundo – 19/4/09)
El politólogo francés Emmanuel Todd acusa en su última obra al libre comercio de fomentar la desigualdad.
(Por Rubén Amón)
París.- Acostumbra a decirse que la pujanza de la derecha en Europa -y el consecuente retroceso de las izquierdas- proviene del miedo a la inmigración, del pavor a la inseguridad y de la supuesta mayor aptitud de los conservadores ante las emergencias económicas. Emmanuel Todd, demógrafo, politólogo y visionario, desmiente las tres razones en Después de la democracia. A cambio, propone dos, que además son estructurales: el envejecimiento de la población (a más edad, más conservadurismo) y la estratificación del sistema educativo. Es decir, que la promesa de una formación académica y universitaria para todos ha "degenerado" en una jerarquía de los estudios superiores. El resultado consiste en la aparición de las elites y en el correspondiente esquema de la desigualdad, agravado por el empobrecimiento de la clase media y por el riesgo de la pirámide social.
Todd reivindica el proteccionismo como alternativa y como única solución a la prosperidad económica y política. No se refiere a un proteccionismo nacional ni patriótico, sino a una fórmula comunitaria y cooperativista. Empezando porque Europa se defienda del librecambismo exterior y consiga regular un mercado interno más o menos autosuficiente que, además, reforzaría la autoestima geopolítica del continente en beneficio de 450 millones de ciudadanos.
"El problema de la democracia", explica Todd a MERCADOS, "consiste en que la clase política se niega a admitir que el librecambio es el origen del descenso del poder adquisitivo, de las desigualdades y de la consiguiente depresión social".
El demógrafo francés defiende la mundialización como expresión del intercambio cultural, pero denigra la globalización en cuanto constituye una amenaza depredadora. De hecho, la fórmula del proteccionismo no sería una característica específica de la UE, sino que es recomendable en los demás espacios continentales con sus recetas.
En caso de despreciarse la oportunidad del proteccionismo, Todd advierte del modo en que puede generalizarse la cultura del chivo expiatorio. O sea, el recurso de atribuir los problemas a motivos arbitrarios como la inmigración, el islamismo o la identidad. "Cuando el problema es artificial, la solución es imposible, pero la clase política se vale de excusas como solución ante la incompetencia". Acusa a Sarkozy y a sus colegas de descansar en las confesiones ajenas -el Islam, mayormente- el problema del vacío religioso propio. También entiende que el modelo del chivo expiatorio no hace sino estratificar la sociedad y "desconstruirla" en guetos, etnias y peldaños, subestimando que tal esquema comporta todos los riesgos de una bomba de relojería.
– Explota la penúltima fase subprime: la degradación masiva de deuda pública (Libertad Digital – 23/5/09)
(Por M. Llamas)
Las agencias de calificación de riesgos han degradado la calidad de la deuda pública de Reino Unido, y la próxima rebaja afectará a EEUU. De hecho, la firma Schroeder advierte de que la devaluación de la libra que provocará dicha rebaja crediticia amenaza a Gran Bretaña con una crisis similar a la padecida por Islandia en 2008. Es decir, la quiebra del propio Estado y, por lo tanto, la necesidad de acudir a un crédito extraordinario del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Y es que, tal y como avanzó Libertad Digital el pasado enero, el tsunami bancario avanzaba el colapso de la deuda pública en EEUU y Gran Bretaña. Dicha rebaja de calidad, no sólo amenaza con encarecer hasta niveles insostenibles la financiación de la Administración Pública en ambos países, sino que, además, puesto que dichas potencias presentaban la máxima calificación posible (triple A), su degradación conllevará un nuevo recorte de la deuda soberana al resto de economías. Detrás irá España, Irlanda, Grecia y Portugal, entre otros países.
Tras el estallido de la crisis subprime en el verano de 2007, las grandes potencias se han lanzado al rescate de sus respectivos sistemas financieros mediante la inyección de cantidades ingentes de dinero público. Además, la crisis financiera ha desembocado en una profunda recesión económica a nivel mundial, la peor desde la Gran Depresión de los años 30. Ante tal situación, los gobiernos han aprobado importantes planes de gasto público con el fin de reactivar la economía. Tales medidas se han materializado en un sustancial aumento del déficit fiscal y, por lo tanto, también de la deuda pública.
De hecho, según el FMI, la deuda pública de los países del G-20 superará el 100% del PIB en 2014, frente al 70% de media que presentaban en el año 2000 o tan sólo el 40% en 1980. Las degradaciones soberanas están, pues, garantizadas. Algunos países llegarán antes. Standard & Poor´s estima que Gran Bretaña puede llegar a doblar en los próximos cuatro años el nivel de deuda pública, de modo que "si alcanza el nivel del 100% en 2013, haría incompatible una calificación de AAA" para la economía del Reino Unido, advierte la agencia una nota remitida el jueves.
El caso de EEUU es, incluso, más grave, ya que su nivel de deuda pública, según los datos oficiales, supera ya ampliamente los 11 billones de dólares -casi el 76% del PIB-, mientras que el Gobierno estima que el déficit presupuestario rozará el 13% del PIB en el presente ejercicio. Y ello, sin contar el ingente volumen de dinero público comprometido en el rescate de la banca y su economía. El gurú de la deuda pública Bill Gross avanza que la triple A de EEUU es ya insostenible.
Ante tal perspectiva, China y Japón, principales acreedores del Gobierno de EEUU ya han advertido de que no están dispuestos a seguir financiando ese ingente volumen de deuda mediante la compra de letras del Tesoro.
Así pues, no es de extrañar que la Reserva Federal de EEUU haya incrementado sus medidas no convencionales, consistentes en la adquisición de deuda pública mediante la impresión de billetes -hasta 300.000 millones de dólares en deuda a largo plazo-, tal y como reflejan los últimos datos relativos a su balance.
El problema es que, en caso de que el Tesoro no pueda colocar la emisión de deuda prevista para 2009 y 2010 entre los inversores, o tenga dificultades para su refinanciación, el dólar caerá con fuerza ya que su valor depende, en última instancia, de la deuda soberana (futura recaudación de impuestos a los contribuyentes). Ni que decir tiene que una fuerte depreciación del billete verde socavará los cimientos sobre los que se sustenta el actual sistema monetario internacional, cuyo monopolio ostenta el dólar.
Ante esta perspectiva, y anticipándose a lo que podría ocurrir, los principales bancos centrales del planeta han comenzado a deshacer sus posiciones en la divisa de EEUU, es decir, se desprenden de dólares. y a fortalecer sus reservas cono oro. Destaca el caso de Rusia y China.
De este modo, la degradación de la deuda pública avanza, a su vez, una tercera fase: la crisis monetaria, tal y como avanzó LD. En abril de 2008, este mismo periódico adelantaba que la denominada crisis subprime acontecería por etapas, extendiéndose a todo tipo de deuda, desde hipotecas -de calidad y no calidad- a créditos empresariales y de consumo, aseguradoras, créditos derivados y, por supuesto, deuda pública.
El estallido de la deuda soberana es la penúltima fase de la crisis subprime. La lucha sin cuartel por colocar papel se está produciendo desde casi dos años. Una dinámica que en la literatura económica suele conocerse como "scramble for liquidity" o lucha por lograr la liquidez. Ante las necesidades presentes y la perspectiva futura de carencia de caja, los diversos inversores han tratado de cambiar sus activos menos líquidos por otros más líquidos. El problema es que esos activos líquidos son progresivamente más escasos, tal y como ilustra la pirámide invertida de John Exter (ver arriba).
La última fase de la crisis afecta al papel moneda. Las tensiones ya se están trasladando a este activo, tal y como muestras la fuerte devaluación de la libra respecto a otras monedas (euro) y del dólar respecto al yen y el oro. El vértice de la pirámide, el activo más líquido que existe es, precisamente, el oro, moneda por excelencia, por ser éste el único activo financiero que no es el pasivo de nadie más. En este sentido, algunos analistas, tales como Nouriel Roubini, Jim Rogers, Peter Schiff o Antal Fekete, aunque con visiones distintas, prevén el futuro colapso del billete verde.
De hecho, la tensión que sufre el dólar ha aumentado en las últimas semanas, tal y como muestran los siguientes gráficos que recoge Bespoke Investment:
Con el consiguiente aumento del riesgo crediticio de EEUU y de Gran Bretaña, tal y como avanzó LD:
Por último, al igual que la crisis crediticia margina entre agentes económicos más y menos solventes, el Estado no es ajeno a este proceso. No obstante, el Estado también puede quebrar. De hecho, varios países han tenido que acudir a créditos extraordinarios del FMI para evitar la suspensión de pagos. El caso más llamativo fue el de Islandia, pero amenaza con extenderse a otros países, sobre todo, las economías de América Latina y del Este de Europa, muy dependientes del crédito y la inversión exterior.
Así, tal y como se pregunta el analista Edward Hugh en RGE Monitor, "¿será Hungría la nueva Islandia?". Se avecinan nuevas quiebras soberanas. Es decir, la suspensión de pagos de deuda pública. Algunos analistas internacionales ya plantean abiertamente que algunas potencias -en referencia EEUU y Gran Bretaña- están entre la espada y la pared, y tan sólo tienen dos vías posibles para afrontar la factura pública de los rescates: puesto que las subidas de impuestos son muy impopulares, los gobiernos tendrán que optar entre la hiperinflación (la depreciación monetaria evapora las deudas) o la suspensión de pagos. La penúltima fase de la crisis crediticia ha dado comienzo…
– Helicóptero Trichet (Cinco Días – 4/6/09)
(Por José Carlos Díez)
El pasado mes el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, se comprometió públicamente en dar a conocer hoy, tras la reunión del Consejo del banco, los detalles de su última y novedosa medida: la monetización de deuda. Con esta medida, el BCE cruza el umbral de la ortodoxia monetaria y se une a sus homólogos estadounidenses y británicos para luchar contra la deflación de activos que está provocando la mayor contracción de crédito conocida desde la Gran Depresión.
La decisión debería haberse tomado en octubre, pero no está exenta de mérito. El BCE recibió el prestigio y la credibilidad del Bundesbank alemán, credibilidad que se fraguó en su decidida lucha contra la inflación, especialmente en los años ochenta.
En los años veinte, los alemanes sufrieron los devastadores efectos de la hiperinflación que acabó con el ahorro de todas las generaciones vivas, con la estabilidad social conseguida en la República de Weimar y abrió las puertas a la victoria del partido Nazi, liderado por Adolf Hitler.
Alemania está inmersa en una campaña electoral, el resultado es incierto y la decisión heterodoxa del BCE ha entrado en campaña. Angela Merkel acaba de criticar públicamente la decisión, lo cual supone romper las reglas del juego político germano que respeta la decisión constitucional de independencia del banco central.
Los economistas alemanes deberían hacer pedagogía y explicar a la sociedad que la situación actual dista mucho de la de los años treinta. En aquellos años, Alemania tenía que reparar el coste de la Primera Guerra Mundial y pagaba en moneda extranjera cada mes cantidades ingentes de dinero. Su moneda comenzó a depreciarse y el pago de la deuda externa aumentaba en la misma proporción. El Gobierno vio limitada su capacidad para hacer frente a sus pagos y pedía prestado al banco central dinero que acaba monetizándose. El dinero depreciaba aún más la divisa y aquello acabó en hiperinflación.
Ahora, Europa apenas tiene deuda externa, existe un mercado de capitales muy desarrollado y los estados europeos financian su desequilibrio fiscal con deuda pública. Pero el BCE ve cómo, a pesar de bajar los tipos al 1% y dar acceso ilimitado a tipo fijo a los bancos a sus subastas de liquidez, el dinero no llega a empresas y familias y los flujos de nuevo crédito están en caída libre. Por lo tanto o se toman medidas heterodoxas o continuaría el riesgo de una depresión económica, patología diferente a la hiperinflación pero con la misma capacidad destructiva.
Alemania ha sido uno de los grandes ahorradores mundiales y ha financiado todos los excesos de crédito de la Edad Dorada, por lo que no puede vivir en una burbuja al margen del mundo. Sus bancos se dedicaron a comprar todos los activos que circulaban por el ciberespacio y son los más afectados por la deflación activos.
Por lo tanto, lo que alguien le debería explicar a la canciller Angela Merkel es que o el BCE se pone a comprar activos y pone fin a la deflación o sus bancos seguirán teniendo pérdidas y el Estado tendrá que seguir inyectando dinero de los contribuyentes en las entidades, entrando en escenarios de insostenibilidad de las finanzas públicas como le sucedió a Japón.
Esperemos que los miembros del Consejo del BCE no se arruguen y sigan adelante con la medida. Lo más conveniente sería comprar deuda ya emitida en los mercados secundarios y atraer al mercado de cédulas a inversores privados, con el fin de ir creando canales de financiación estable para el sistema bancario, al margen de las subastas del BCE y de la deuda avalada por los estados.
Ahora los inversores comienzan a contemplar una salida inflacionista de la crisis y temen que los bancos centrales pierdan el control. Ojalá veamos inflación, pero la historia nos dice que las crisis de deflación de deuda son difíciles de digerir y la inflación tarda años en llegar. La economía mundial está saliendo de la recesión pero la brecha de producción negativa acumulada es elevada, las tasas de paro crecientes y el uso de la capacidad instalada se ha hundido, por lo que los riesgos de deflación superan a los de inflación.
En el siglo XVII, Galileo también fue acusado por los Toloméicos de heterodoxia. Amenazado con la hoguera purificadora afirmó "me retracto pero aún así se mueve". Esperemos que ahora la razón se imponga a la metafísica.
– Los 27 ya han usado 1,48 billones para apoyar a la banca ante la crisis (El Economista – 5/6/09)
Los estados miembros de la UE han utilizado hasta ahora 1,48 billones de euros para medidas de apoyo a la banca -inyecciones de capital, garantías, compra de activos "tóxicos", liquidez- ante la crisis financiera.
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