Las “externalidades” de la globalización: ¿Cuán peligrosa es la economía global? (página 6)
Enviado por Ricardo Lomoro
Citaremos al profesor Wade: "Los bancos fueron privatizados en el año 2000 mediante un precio rápido y dirigido políticamente. La propiedad pasó a personas que tenían estrechas relaciones con los partidos de la coalición conservadora gobernante que apenas tenía experiencia en la banca moderna". Los reguladores bancarios "prefirieron una reglamentación reguladora lo más liberal posible". (Robert Wade, The Financial Times, 1/7/2008). Por supuesto lo que quiere decir el buen profesor es que la elite islandesa vio la oportunidad de hacer negocios con el sistema bancario y por lo tanto arregló todo para que así fuese. La democracia parlamentaria simplemente fue un medio para conseguir este objetivo. Estas acciones, por supuesto, fueron aplaudidas por la clase capitalista mundial y alabada por instituciones como el FMI.
Los bancos, de trabajar principalmente como bancos comerciales internos, extendieron sus operaciones a la banca de inversión. La desregulación permitió a los bancos, empresas e individuos pedir prestadas grandes sumas de dinero y este capital ficticio provocó un boom masivo. La mayor parte de este dinero procedía de fuera de Islandia en lo que se conocía como "bicicleta financiera" (operaciones en las que se toma dinero prestado en una moneda a tasas bajas para colocarlo en otra moneda a tasas más altas. N. del T). Era una forma que tenían los especuladores capitalistas de pedir dinero prestado fuera de Islandia, es decir, a la Eurozona, a tipos de interés bajos, a cambio de coronas islandesas y después prestar a los bancos, empresas e individuos islandeses a tipos de interés más altos.
Mientras los tipos de interés en zonas como la Eurozona estaban bajos y el crédito en estos lugares era fácilmente accesible, la fiesta continuó. Los bancos y las empresas se endeudaron para financiar inversiones tanto en Islandia como en el extranjero. Se dedicaron a comprar valores en Europa incluidas muchas empresas hipotecarias británicas. El Banco Central de Islandia levantó los requerimientos necesarios de reservas e intentó frenar el aumento de la inflación causado por el boom financiero incrementando los tipos de interés hasta un 15 por ciento. Esto provocó una afluencia de capital extranjero, un aumento de la bicicleta financiera y más boom. Se proclamó el milagro de la economía islandesa, incluso algunos ideólogos burgueses llegaron a anunciar que era "el primer país del mundo gestionado como un fondo de alto riesgo", eso hacía que Islandia fuese el modelo para el futuro.
Por supuesto, la fiesta no podía durar eternamente. Durante el último año, en la medida que la crisis económica se ha intensificado, los bancos empezaron a ser reticentes a prestar dinero y han estado pidiendo la devolución de sus préstamos. La bicicleta financiera en Islandia terminó y los préstamos a los bancos islandeses debían ser devueltos. El problema es que ahora los bancos islandeses tienen un alto nivel de apalancamiento, es decir, deuda con relación a los activos reales. The Financial Times informaba el 8 de octubre que según el Banco Central de Islandia, el dinero adeudado por los bancos del país al extranjero en el segundo trimestre de 2008 era seis veces el PIB de Islandia. A los ojos de los capitalistas Islandia se ha convertido en un "sistema bancario razonablemente grande con un pequeño país acoplado" (The Financial Times. 8/10/2008), pero el sistema bancario también estaba en crisis. El gobierno islandés aprobó medidas de pánico y ordenó a los bancos vender sus activos en el extranjero y repatriar el dinero. El 5 de octubre el gobierno anunció que no había necesidad de introducir medidas especiales. En medio de la crisis financiera mundial el parlamento aprobó una ley, con el apoyo de la oposición, que permitía al gobierno hacerse cargo de los bancos. Ese mismo día el primer ministro se dirigió a la nación y anunció "la perspectiva es desalentadora para muchos".
Se suspendió la bolsa y como los bancos no tenían suficiente dinero para cubrir sus deudas, uno por uno fueron nacionalizados. Landsbanki fue nacionalizado el 7 de octubre, lo que empujó al gobierno británico a congelar unos 4.000 millones de libras en valores de Landsbanki recurriendo a la ley antiterrorista. La justificación legal fue combatir una "acción que iba en detrimento de la economía británica", el gobierno británico dijo que había utilizado sus poderes para proteger a los pequeños depositarios británicos porque no estaba claro que Landskanki pudiese cubrir sus obligaciones. Como explicaba The Financial Times: "Para aquellos con dinero atado a su sistema bancario (el de Islandia)… las pérdidas amenazan con ser grandes" (8/10/2008). No contento con etiquetar las acciones de un banco como acciones terroristas, al día siguiente el gobierno británico se hizo cargo de la administración de la filial británica del banco islandés, Kauphting, provocando que la empresa con base en Islandia entrase en bancarrota técnica. El gobierno islandés se vio obligado a nacionalizar también Kaupthing.
Por supuesto esta es la manera en que los capitalistas y sus representantes se tratan entre sí. El gobierno británico no representa a los trabajadores de Gran Bretaña ni el gobierno islandés representa a los trabajadores islandeses. Cuando están amenazados los beneficios de su clase capitalista, el gobierno británico hace lo que sea, sobre todo si es contra un país pequeño y menos poderoso. Así que incautaron los bienes de los bancos islandeses en Gran Bretaña independientemente del efecto que eso tenga para su aliado. A cambio el gobierno islandés tuvo que recurrir a la carta nacionalista e intentó culpar al gobierno británico. En realidad lo que hay detrás es la locura del sistema capitalista.
Los bancos de Islandia no estaban expuestos a las hipotecas basura cuando se desencadenó la crisis del crédito el año pasado. Pero sí estaban metidos en la burbuja especulativa que ha experimentado el capitalismo mundial durante el último período, una burbuja que ahora ha pinchado. El gobierno ha nacionalizado los bancos, el estado no tiene recursos para hacer frete a todas las obligaciones de los bancos y ahora se enfrenta a la bancarrota. En el año 2000 los activos combinados de los bancos islandeses eran inferiores al PIB anual de ese año, ahora se calcula que esos activos, basados en la deuda, son aproximadamente 10 veces el PIB.
Dicen que el gobierno está negociando un préstamo con Rusia y otro con el FMI. Como saben los trabajadores argentinos, el FMI se asegura de que la clase obrera pague las extravagancias de la clase dominante. En cualquier caso, independientemente del endeudamiento adicional que contraiga el gobierno para hacer frente a la crisis a corto plazo, está claro que sobre la base del capitalismo no hay soluciones creíbles para los trabajadores islandeses. En medio de las nacionalizaciones de los bancos en la prensa británica citaban a una mujer que decía: "No tenía dinero antes, no tengo dinero ahora (…) Conozco a un chico que antes del último fin de semana tenía 3.000 millones de coronas y después 600 millones. Pero su esposa aún compra en Prada". (The Guardian. 8/10/2008). Se trata de una comparación de los sacrificios que hace cada clase cuando se trata de la crisis. Desgraciadamente, este sólo es el principio, las condiciones para la clase obrera empeorarán. Pero este contraste entre los privilegiados y los pobres no se tolerará mucho tiempo…
(Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=75380)
La "exuberancia irracional"… de los vikingos (¿Un caso de "menos muertos"?)
Hemeroteca
– Islandia se perfila como el primer país víctima de la crisis financiera, según el "Financial Times" (ABC – 27/3/08)
El diario británico Financial Times señaló ayer a Islandia, un país con menos de 300.000 habitantes repartidos en 103.000 kilómetros cuadrados, aunque con uno de los niveles de vida más altos del mundo, como la primera víctima de la crisis financiera internacional, al anunciar que el banco central de ese pequeño país había subido por sorpresa los tipos de interés 1,25 puntos porcentuales hasta el 15% en un intento de restablecer la confianza y alejar la posibilidad de una recesión en su economía.
La institución monetaria del país del norte de Europa justificó la medida por el "deterioro de las condiciones de crédito en los mercados financieros internacionales". En lo que llevamos de año, el krona, la moneda islandesa, se ha depreciado un 22% frente al euro, por lo que la entidad advierte que si no se invierte esta tendencia la economía del país afronta una "espiral alcista de la inflación, los sueldos y los precios de las exportaciones".
"Sólo el tiempo dirá si la medida funciona", ha afirmado el gobernador del banco central islandés, Ingimundur Fridriksson, al rotativo británico. "Islandia es una economía pequeña pero dependiente del exterior y expuesta, por lo tanto, a los movimientos en la economía internacional"…
– La crisis convierte a Islandia en el Bear Stearns del Atlántico Norte (El Mundo – 27/4/08)
El pequeño país nórdico afronta una crisis que ha puesto en peligro los cimientos de su economía, hasta ahora una de las más sólidas de Europa.
(Por Pablo Pardo / Washington)
La economía de Islandia se funde más deprisa que sus glaciares cuando les estalla uno de sus famosos volcanes al lado. En lo que va de año, la corona se ha depreciado un 27% frente al euro. Y todo a pesar de que el banco central de ese país ha subido los tipos 125 puntos básicos, hasta el 15,5%. Una medida a la desesperada que no ha evitado que, por segunda vez en cinco meses, Standard and Poor's rebajara la semana pasada la calificación de la deuda de ese país.
Islandia se enfrenta a una tormenta perfecta: alta inflación, derrumbe de la divisa y una recesión que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), provocará una caída del PIB del 1,8% en 2009. Toda una catástrofe para una nación modélica. Porque Islandia es un país que, en lo que va de década, ha crecido a un escalofriante 5% de media anual y que, según la ONU, es la nación del mundo con mejor Índice de Desarrollo Humano, un modelo estadístico que muchos economistas consideran el más idóneo para evaluar la situación real de un país, ya que computa tanto variables económicas -como el PIB per cápita- como otras sociales, entre las que están la educación o la esperanza de vida. Pero ahora, semejante joya es calificada en Wall Street como "el Bear Stearns del Atlántico Norte", en referencia al quinto mayor banco de inversión de EEUU, que se colapsó en marzo.
Y toda esa crisis viene de la contracción del crédito que comenzó en EEUU hace 10 meses. Islandia, una economía pequeña -con apenas 305.000 habitantes y un PIB de 13.500 millones de euros- corre el peligro de ser la primera nación en convertirse en víctima del colapso del crédito ocasionado por la explosión de la burbuja inmobiliaria americana.
Claro que no todo lo malo viene de EEUU. En realidad, el impresionante crecimiento de Islandia tenía mucho de ficticio. Como explicaba Standard and Poor's en la nota a sus clientes en la que explicaba la nueva bajada del rating, "el apalancamiento de la economía (de Islandia) ha alcanzado un nivel sin precedentes".
En los últimos cuatro años, el crédito concedido por los bancos como porcentaje del PIB se ha disparado del 130% al 384%. Y la deuda del sector privado, que equivalía al 184% del PIB en 2004, llegó en 2007 al 400%. En 2006, el déficit por cuenta corriente de Islandia -que mide la cantidad de ahorro externo que necesita una economía para financiar su crecimiento- fue de un surreal 25,4% del PIB. En otras palabras: los islandeses habían construido un paraíso a crédito. Y ahora el crédito se ha terminado.
Es una situación que recuerda a la de otro país que se está viendo tremendamente afectado por la crisis: España. Porque, según el FMI, el déficit por cuenta corriente islandés se reducirá este año al 8%, es decir, 2,5 puntos menos que el de España. La gran diferencia es que España obtiene gran parte de los capitales que necesita de otros países de la zona del euro, con los que no existe riesgo de tipo de cambio. Aunque, a cambio, nosotros no podemos devaluar, de modo que nuestra crisis sólo puede solucionarse con recortes de los salarios reales.
Así que la súbita contracción del crédito desatada por la crisis inmobiliaria de EEUU ha atrapado a Islandia. El heroísmo suicida de su banco central al subir más y más los tipos no está teniendo efecto en un mercado en el que, simplemente, no hay liquidez. Encima, las autoridades no están siendo precisamente un modelo de gestión. El gobernador del banco central islandés, David Oddsson, ha culpado de la crisis a los especuladores "faltos de escrúpulos", y ha amenazado con actuar como hizo Hong Kong en 1998: interviniendo masivamente con dinero público en todos los mercados. Pero a Oddsson se le ha olvidado el pequeño detalle de que el Gobierno de la ex colonia británica literalmente nadaba en dólares, mientras que Islandia tiene unas reservas inferiores a 2.000 millones de euros. Como ha declarado el economista islandés Thor Herbertsson al Financial Times: "Islandia no corre más peligro que los bancos de Wall Street". Lo que, visto cómo están los bancos de Wall Street, no es precisamente ningún llamamiento a la calma.
Apoyos
Europa del este y el Báltico corren el mismo peligro
Islandia puede ser la primera economía de la periferia de Europa que sufra un contagio brutal de la crisis del crédito. Pero tras ella pueden venir otras. De hecho, toda la zona del euro podría acabar rodeada de países en crisis. Esa es una posibilidad que preocupa al FMI, debido a los enormes déficits por cuenta corriente de varias economías ex comunistas. Y también al sector privado.
En una nota para sus clientes, el banco de inversión Merrill Lynch explicaba la semana pasada que "seguimos preocupados por el potencial de que haya shocks en ciertos países europeos con desequilibrios significativos", en referencia a Rumanía y Letonia.
Para Moritz Kraemer, de Standard and Poor's, "la restricción del crédito global podría golpear a la deuda soberana de los mercados emergentes europeos con más dureza que a los de otras regiones". Para Kramer, además de Rumanía y Letonia, también son muy vulnerables Turquía, Kazajistán, Hungría, Polonia, Bulgaria, Lituania y Ucrania.
La economía se desacelera
El país nórdico ha crecido en lo que va de la década a un increíble ritmo del 5% anual.
Islandia ocupa el primer puesto en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas.
La deuda del sector privado llegó en 2007 a un 400% del PIB, cuando en 2004 era sólo del 184%.
El FMI cree que el PIB caerá un 1,8% en 2009. Su déficit por cuenta corriente fue del 25,4% en 2006.
Los islandeses han construido su paraíso económico a crédito. Y el crédito se ha terminado…
– El capitalismo "en entredicho" – Islandia nacionaliza los tres mayores bancos del país y podría pedir ayuda al FMI (Expansión – 9/10/08)
La debacle del sistema financiero de Islandia se ha completado hoy con la nacionalización de su mayor banco, Kaupthing, de forma que el Estado escandinavo, ahogado por el déficit, pasa a tener el control de los tres mayores bancos del país. Para dar este nuevo paso, Islandia, después de las ayudas económicas recibidas de Rusia y Suecia, estudia recurrir al FMI.
La oleada de nacionalizaciones en la banca se produce en una situación extrema en las cuentas públicas del país. No en vano, en las últimas jornadas el Gobierno ha tenido que salir al paso de los rumores de una posible "suspensión de pagos". Las agencias de calificación crediticia han aumentado si cabe estos temores, con los recortes de rating emitidos por S&P y Moody´s en los dos días precedentes.
La falta de recursos económicos, con un déficit público disparado y una divisa desplomada, ha forzado al Gobierno islandés a recurrir a otros países para financiar estos planes de salvamentos bancarios. Primera fue Rusia, con el inicio de negociaciones para una préstamo de 4.000 millones de euros, y ayer la "vecina" Suecia, con 518 millones de euros para garantizar la liquidez de la división sueca de Kaupthing.
Las garantías del banco central sueco (Riksbank) no han sido suficientes para evitar, hoy, la nacionalización del mayor banco islandés. En el día de ayer el Riksbank señalaba ya que Kaupthing, todavía, era solvente, pero advertía que las condiciones del mercado financiero islandés hacían difícil asegurar sus obligaciones de pago.
Sin apenas recursos para llevar a cabo la nacionalización de Kaupthing, el primer ministro islandés ha reconocido que estudia solicitar ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional. La deuda del sistema bancario de Islandia es equivalente, nada menos, que a 12 veces la economía del país, según Bloomberg.
La crisis extrema del país escandinavo forzó al banco central a intentar fijar un tipo de cambio fijo para su divisa, la corona islandesa, y evitar así la continuidad de su desplome. Pero una vez más la falta de recursos para estabilizar la divisa llevó al banco central a abandonar ayer estos intentos.
– Reino Unido congela los activos del banco islandés Landsbanki (El Confidencial – 10/10/08)
El Gobierno británico ha congelado todos los activos del banco islandés Landsbanki en el Reino Unido después de que fuese nacionalizado y declarado insolvente, informaron hoy los medios locales. El primer ministro británico, Gordon Brown, en unas declaraciones anoche a los medios en Londres, criticó la negativa de Islandia de garantizar los depósitos de los ahorradores del Reino Unido.
Tras la nacionalización de Landsbanki el pasado martes, unos 300.000 clientes británicos de IceSave, subsidiaria de esa institución islandesa, no pudieron acceder a sus depósitos. Además, unas noventa administraciones locales y otros entes públicos del Reino Unido tienen depositados unos 717 millones de libras (910 millones de euros) en los bancos islandeses.
Según fuentes oficiales, funcionarios del Tesoro británico viajan hoy a Reikiavik para analizar con las autoridades de ese país la crisis bancaria y sus efectos en los ahorradores. Brown ha criticado las medidas de la Administración islandesa y las ha calificado de "ilegales" y "completamente inaceptables".
El jefe del Gobierno islandés, Geir Haarde, criticó al Reino Unido por recurrir a medidas antiterroristas para congelar los activos. Las administraciones locales del Reino Unido han solicitado al ministro de Economía, Alistair Darling, que ofrezca a sus depósitos en los bancos islandeses nacionalizados las mismas garantías que anunció el miércoles para los ahorradores privados británicos.
Tras garantizar la totalidad de los ahorros de los clientes particulares en las filiales británicas de los bancos islandeses Kaupthing y Landsbanki, Darling indicó que el Gobierno no puede garantizar los ahorros de las administraciones locales porque en su caso se trata de "inversores informados".
Las autoridades locales británicas, "pilladas" en Islandia
Las autoridades locales están irritadas por esa resistencia del Gobierno central ya que, afirman, invirtieron en la banca islandesa siguiendo los consejos del ministerio de Economía de llevar el dinero adonde diese mayor rentabilidad. Las cifras más altas corresponden al gobierno del condado de Kent, con 50 millones de libras (63 millones de euros), al ayuntamiento de Nottingham, con 42 millones (unos 53 millones de euros), Brent, con 27 millones de libras (34 millones), y a la administración del barrio londinense de Westminster, con 17 millones de libras (21,4 millones).
La Autoridad Supervisora Financiera Islandesa (FME) dispuso esta semana la nacionalización de Kaupthing, el mayor banco del país, después de asumir el control total sobre el tercero, el Glitnir, y de hacer lo mismo con el segundo, el Landsbanki. El Gobierno británico indicó el miércoles que va a emprender acciones legales contra Islandia después de que el país nórdico le informara de que no tiene dinero para cumplir con sus obligaciones de garantía de depósitos.
– Gran Bretaña demanda a Islandia por un "corralito" a los depósitos (El Economista – 10/10/08)
El Primer Ministro británico, Gordon Brown, ha condenado a Islandia por su decisión de nacionalizar dos de sus principales bancos, que derivó en la práctica en el primer "corralito", y su incapacidad para garantizar los ahorros de hasta 350.000 británicos. Brown anunció que tomará "medidas legales contra las autoridades islandesas para recuperar el dinero perdido" depositado por los británicos en filiales de bancos islandeses en el Reino Unido.
El ministro de Economía británico, Alistair Darling, precisó que la intención es recurrir primero al programa de compensación oficial de Islandia, aunque se sospecha que "no tiene ningún dinero".
"El gobierno islandés, créanlo o no, me dijo ayer (por el martes) que no tenía intención de cumplir con sus obligaciones" en Gran Bretaña, declaró Darling a la prensa.
El Estado de la isla del Atlántico norte nacionalizó el martes al 100% el Landsbanki, y al 75% el Glitnir, segundo y tercer bancos del país. El Landsbanki tenía en el Reino Unido las filiales Icesave -por Internet– y Heritable Bank.
No retira dinero
El banco online Icesave advertía el martes en página Web que no recibía depósitos ni atendía pedidos de retiro de efectivo. El banco tiene más de 350.000 clientes en el Reino Unido y Holanda, que habrían depositado más de 7.000 millones de euros (casi 10.000 millones de dólares).
El gobierno islandés, que el lunes advirtió que el país está al borde de la quiebra -pese a ser líder en desarrollo humano, según la ONU- garantizó los "depósitos domésticos", pero no los realizados en el extranjero. De ahí las acciones legales anunciadas por Londres, en un intento por tranquilizar a los ahorristas británicos.
Frente al colapso de los bancos islandeses, el gobierno de Brown anunció que asegurará los ahorros que tengan los británicos en esas entidades. Las autoridades de Londres informaron que los clientes británicos del banco Icesave podrán recuperar sus ahorros mediante el Programa británico de Compensación de los Servicios Financieros (FSCS, en inglés). Además, acordaron traspasar al banco holandés ING parte de las cuentas depositadas en filiales británicas de entidades islandesas.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Economía dijo que ha dado los primeros pasos para congelar los activos del Landsbanki en el Reino Unido hasta que se aclare la situación de la entidad.
Más tarde el premier islandés, Geir Haarde, afirmó que su gobierno está buscando "una solución mutuamente satisfactoria" con Gran Bretaña por los depósitos realizados por unos 300.000 clientes en el Icesave.
Islandia está "determinada a no permitir que la actual crisis financiera ensombrezca la larga amistad" con Londres, aseguró Haarde. El mayor banco de Islandia, Kaupthing, también está en dificultades y ha recibido préstamos tanto del Banco Central de ese país y del Banco Nacional de Suecia, en este último caso para proteger a los inversores suecos…
– Islandia se convierte en el "país subprime" de la banca europea (El Mundo – 10/10/08)
(Por Eduardo Suárez / Corresponsal)
Londres.- El efecto mariposa que convirtió a un conjunto no demasiado elevado de hipotecas estadounidenses de mala calidad en el mayor desestabilizador de la economía mundial en 80 años puede tener su reflejo europeo en Islandia. La quiebra del sistema financiero de este ignoto país de apenas 300.000 habitantes amenaza con resquebrajar aún más al del Reino Unido, cuyos bancos, empresas y hasta ayuntamientos han acudido en los últimos años a la volcánica isla tras sus jugosos tipos de interés de más del 14%.
Si el premier Gordon Brown, que acaba de nacionalizar buena parte de su banca, no ataja la infección, ésta puede afectar a todo el sistema financiero europeo.
La amenaza se antoja exagerada pero es real. Básicamente por las conexiones entre las instituciones financieras de los dos países, fluidas, promiscuas y fructíferas durante la última década. Los problemas llegan ahora que la economía de la pequeña isla volcánica se tambalea por la tormenta bursátil y el Gobierno de Reykjavik no es capaz de capearla.
El primer ministro islandés, Geir Haarde, anunció ayer dos medidas urgentes. La primera, la suspensión de la actividad de las Bolsas hasta el próximo lunes para frenar la especulación. La segunda, la tercera nacionalización de una entidad financiera en menos de una semana. Esta vez le tocó el turno al Kaupthing, el banco más grande de la isla. Antes habían pasado a manos del Estado el Landsbanki y el Glitnir.
El colapso bancario islandés responde a dos grandes causas: la regulación deficiente de su banco central y el tamaño insuficiente de sus entidades. En relación con la primera, el gran error del regulador fue concentrar sus esfuerzos en la lucha contra la inflación. ¿Por qué? Porque creó una atmósfera propicia para los especuladores, que llevaban su dinero a Islandia atraídos por los altísimos tipos de interés y una moneda -el krona- completamente maleable. Cuanto más alto eran los tipos, más dinero foráneo llegaba. Y cuanto más dinero foráneo llegaba, más se disparaban el crecimiento y la inflación. Y cuando más se disparaba la inflación, más subían los tipos. Así se fue alimentando una burbuja que ahora ha pinchado.
La segunda causa de la debacle es el tamaño desmesurado de los bancos de la isla, que manejan un volumen de negocio que multiplica por 10 el PIB islandés. La mayoría son instituciones creadas sobre fundamentos sólidos, y bien gestionadas. Su vulnerabilidad no nace de su insolvencia sino de sus problemas de liquidez, que un Estado minúsculo como Islandia no puede remediar.
Hasta aquí el origen de la crisis de Islandia. Pero, ¿cuáles son sus ramificaciones en el Reino Unido? Dos. La primera tiene que ver con la actividad de los bancos islandeses en suelo británico. Muchos ciudadanos dejaron en ellos sus ahorros atraídos por sus altos tipos de interés. Lo hicieron también decenas de municipios y autoridades locales, que querían maximizar el dinero de las contribuciones. Unos y otros se ven atrapados ahora en el laberinto. A los primeros el Gobierno británico les ha garantizado sus ahorros con varios apaños: a los clientes de Kaupthing, adjudicándole a ING el negocio del banco; a los de Landsbanki, congelando sus activos de la mano de la legislación antiterrorista.
Peor lo tienen las autoridades locales, que invirtieron su dinero en las entidades islandesas por consejo del Tesoro y a las que ahora el Tesoro se resiste a ayudar. Según la oposición conservadora, el montante podría ascender a 1.300 millones de euros, todos dinero de los contribuyentes.
La otra ramificación de la crisis de Islandia en el Reino Unido es la que conduce a la economía real. En los últimos años, muchos empresarios británicos han recurrido a los bancos islandeses en busca de financiación. Es una lista larga que va del chef Gordon Ramsay al magnate inmobiliario Robert Tchenguiz pasando por supermercados como Sainsbury o tiendas de ropa como Karen Millen o House of Fraser. Como anécdota, cabe decir que entre las víctimas está un equipo de fútbol -el West Ham-, cuyo dueño es islandés Bjorgolfur Gudmundsson.
Está por ver si todos aguantan el tirón de la crisis en un momento en el que conseguir dinero se antoja cada vez más complicado. Si no lo hacen y la economía británica se contagia, Brown y su ministro Darling -que parecían haber evitado el abismo con su plan de rescate-, podrían volver a coquetear con el precipicio.
Por el momento, el premier ayer hizo dos cosas. En primer lugar llamó al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, para explicarle los pormenores de su plan de rescate bancario. En segundo, emitió una furibunda bronca a los banqueros a través de la televisión, a quienes exigió que asuman sus responsabilidades por los problemas del sistema.
– En una semana, Islandia pasa de nación rica a país exangüe (El Economista – 11/10/08)
La tormenta financiera se abatió con fuerza sobre el Atlántico Norte y en una semana Islandia pasó de ser una nación rica con un éxito económico casi insolente a un país exangüe al borde de la quiebra.
"Es una semana excepcional que espero que no volvamos a vivir", declaró el viernes el primer ministro islandés, el conservador Geir Haarde, durante una rueda de prensa, en la que afirmó que el país no está al borde de la bancarrota. Y sin embargo fue él quien el lunes agitó el fantasma de una isla arruinada en un discurso a la nación que dio la nota en una semana en la que abundaron las malas noticias.
Frente a un sector financiero hipertrofiado (de ocho a diez veces el PIB) aislado ahora de los capitales extranjeros, el gobierno eligió el método fuerte, incluso dirigista. Primero se dotó de un arsenal legislativo sin precedentes en Europa otorgando al Estado la posibilidad de dirigir al conjunto del sector bancario y luego anunció la toma de control de los tres principales bancos del país: Glitnir, Landsbanki y Kaupthing, provocando asombro en los medios financieros y poniendo punto final a la confianza que había en la economía islandesa. En ese contexto pidió auxilio a Rusia, con la que el martes negociará un préstamo de 4.000 millones de euros.
Islandia, una pequeña isla de 313.000 habitantes, que no es miembro de la Unión Europea (UE), era hasta ahora uno de los Estados más ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En los últimos diez años, su economía creció como promedio un 4% anual con un salto del 7,7% en 2004.
"El gobierno no ha hecho más que agravar los problemas paso a paso", estimó Benedikt Stefansson, ex economista del banco Landsbanki, ahora en el paro, al igual que cientos de empleados de los 8.700 del sector bancario. Igual que Gunnar Haraldsson, director del Instituto Nacional Económico, Stefansson acusó al Banco Central y a su gobernador, David Oddsson, ex primer ministro que en los años 1990 impulsó la liberalización del sector bancario.
Y explicó que la entidad emisora negó un préstamo en títulos a Glitnir y aconsejó al gobierno que se hiciera con el control del tercer banco del país. En ese momento, "el derrumbe total del sistema bancario fue inevitable", dijo, antes de hacer hincapié en el deterioro de las agencias de calificación financiera, la caída libre de la corona islandesa y la crisis de liquidez posterior. "Era perfectamente previsible y podría haberse evitado, aunque hubiera que pagar un precio elevado", aseguró.
A pesar de este análisis que comparte la opinión pública, en una mezcla de impasibilidad nórdica y de optimismo, los islandeses de a pie no parecían muy afectados y mucho menos proclives a la rebelión contra la atípica coalición gubernamental, formada por el Partido Conservador y el Partido Socialdemócrata. Claro que dos manifestaciones, hecho rarísimo en la isla, se llevaron a cabo de forma espontánea el miércoles ante el Parlamento y el viernes ante el Banco Central, para pedir la renuncia de David Oddsson.
Pero el viernes por la noche, el ambiente era relajado en bares y restaurantes con bastantes clientes en este periodo de crisis. "No sirve de nada quedarse encerrado en casa", afirmaba Gudmundir, de 23 años, uno de los muchos jóvenes superendeudados de la isla.
La crisis, que debería superarse en algunos años, según el jefe del gobierno islandés, no tuvo siquiera una pausa durante el fin de semana. Este sábado, Islandia y Gran Bretaña anunciaron haber logrado un "avance significativo" y acuerdos de principio para que los clientes británicos del Icesave, una de las sucursales del Landsbanski, sean reembolsados, después de que sus cuentas fueran congeladas. "Se ha logrado un avance significativo sobre los ahorristas del Icesave con acuerdos de principio para un rápido reembolso", indicó un comunicado conjunto. Según la prensa británica, más de 300.000 británicos tienen una cuenta en ese banco islandés por un total estimado en 5.100 millones de euros.
Paralelamente, Reikiavik alcanzó un acuerdo similar con Ámsterdam para los clientes holandeses del Icesave, en virtud del cual el país nórdico se comprometió a reembolsar a cada ahorrador hasta 20.887 euros…
– Un modelo en escala de la economía de casino
Tal vez, por vivir en un pequeño archipiélago en el Atlántico (Islas Canarias). Tal vez, por haber escuchado relatos de los últimos 50 años y haber sido testigo del desastre ecológico en los últimos 20 años, encuentro alguna semejanza en lo que doy en llamar un fenómeno de daño ecológico económico. Resultado de experimentos "catastróficos" (casi siempre, especulativos) en un Universo en Miniatura.
Intentaré explicarme. Los que realizan estudios biológicos preparan experimentos científicos en escala reducida y de ser posible con cobayas (a veces humanas -lamentablemente-, si se trata de países en desarrollo). Deben ser "conejillos de Indias" (nunca mejor dicho) de las mismas características genéticas (todos hermanos o hijos de hijos) para que las pruebas no se distorsionen. Finalmente, se proyectan los resultados del ensayo a toda la población.
Para aquellos a los que interesen los ensayos médicos, les adjunto el mail que me remitió el gran científico argentino (y amigo) Prof. Ricardo Negroni, en respuesta a mi solicitud de "fe de erratas". Ustedes podrán dar o quitar razón a mi hipótesis…
"En los ensayos de los medicamentos hay un cronograma a seguir que no puede ser alterado, so pena de recibir, no sólo penalidades muy serias sino también el total rechazo de la sociedad y de sus pares. Los cobayos (en la Argentina son masculinos), al igual que las ratas, los ratones y los perros son usados para estudiar tanto los efectos de las drogas como la fármaco-cinética de las mismas, es decir lo que pasa con estas drogas una vez que ingresan al organismo de un mamífero, también se estudian los efectos colaterales del fármaco administrado durante tiempos cortos, medianos y largos y a diferentes dosis, estos últimos incluyen su capacidad cancerígena y mutagénica. Sólo cuando estas etapas han finalizado se puede pasar a su aplicación en el humano, inicialmente se estudia la fármaco-cinética en "voluntarios sanos", estos voluntarios reciben una paga de alrededor de 5.000 dólares por someterse a las pruebas, que duran entre un día y una semana. A continuación se estudian los efectos de la droga sobre los pacientes que sufren la enfermedad que se pretende curar y este estudio debe ser hecho en forma comparativa y en doble ciego contra la droga que es habitualmente usada en ese momento para el tratamiento de la afección. En el doble ciego el médico tratante no sabe que droga está dando, tampoco lo saben los evaluadores de los resultados; sólo cuando todos los resultados están disponibles se rompen las claves secretas y se conoce la verdad. Los pacientes deben firmar un consentimiento informado al ingresar al protocolo de investigación y tienen derecho a salir del mismo en cualquier momento sin mediar explicación alguna. Todo protocolo de investigación clínica es rigurosamente examinado por los comités de investigación y de ética de las instituciones en donde se llevan a cabo los estudios y por las autoridades sanitarias del país. Las empresas farmacéuticas han comprendido finalmente que las mentiras tienen patas cortas, traen desprestigio y grandes pérdidas económicas. Cada droga que sale a la venta significa alrededor de 10 años de estudio, 1.000 drogas similares descartadas y una inversión de 200 a 300 millones de dólares, En general se prefiere para los ensayos clínicos países que cuenten con un buen nivel médico, personal entrenado en ensayos anteriores y grandes instituciones de salud que tengan un flujo importante de pacientes. En Latino América los países preferidos son Argentina, Brasil, Colombia y México. Lo de usar a los humanos como cobayos ha pasado a la historia y pertenece a la era pre-talidomida".
En alguna medida (por tamaño, lejanía y homogeneidad), Islandia ha sido el más perfecto laboratorio en escala humana para probar los efectos letales de la financierización de la economía. Ahora, los diletantes de Wall Street pueden continuar jugando con sus experimentos especulativos. Una ingeniería financiera que se parece mucho a una ingeniería genética. Un "campo de concentración" financiera donde probar nuevos productos, nuevas fórmulas, distinta farmacopea y ver sus efectos. Auschwitz, Dachau, Buchenwald,… la rutina cotidiana. Ángeles de la muerte.
¿Es Islandia un "cisne negro"? ¿O importa poco, por tratarse de un caso de "menos muertos"? Terminar como cobayas… ¿Qué será del mañana…?
¿Qué es un cisne negro? Para empezar, es un hecho improbable, sus consecuencias son importantes y todas las explicaciones que se puedan ofrecer a posteriori no tienen en cuenta el azar y sólo buscan encajar lo imprevisible en un modelo perfecto. El éxito de Google y YouTube, y hasta el 11-S, son "cisnes negros".
¿Por qué no reconocemos el fenómeno de los cisnes negros hasta que éstos se producen? Según Nassim Nicholas Taleb (El cisne negro – El impacto de lo altamente improbable – 2008), los seres humanos nos obcecamos en averiguar lo específico, cuando nos deberíamos centrar en las generalidades. Somos incapaces de estimar realmente las oportunidades, demasiado vulnerables al impulso a simplificar, narrar y categorizar, y no lo bastante abiertos a recompensar a quienes saben imaginar lo "imposible".
Nuestro cerebro está hecho para ver más orden del que realmente hay. Y aunque esto pudo ser de mucha ayuda en las circunstancias dentro de las que vivieron nuestros más remotos antepasados, no nos sirve de mayor cosa a la hora de predecir, por ejemplo, una drástica caída de los precios accionarios.
Estamos programados para crear historias simples sobre fenómenos muy complejos y variados; de modo que siempre terminamos falseando la realidad. El resultado de esto es que perdemos control de la realidad y nos volvemos incapaces para predecir cualquier anomalía estadística.
¿Qué es un caso de "menos muertos"? Hickey y Egger son los dos autores que detentan el mérito de haber estudiado a las víctimas de los asesinos en serie con más profundidad. En uno de sus estudios, el primero de ellos desvelaba que la mayoría de ellos son mujeres y niños, es decir, personas vulnerables y fáciles de controlar. Comprobó que, en general, los asesinos en serie han victimizado a más mujeres adultas (el 65% del total estudiado) que a hombres adultos, pero la mitad de todos los delincuentes investigados había matado por lo menos a un hombre adulto y el 24% al menos un niño.
En base a los referidos estudios de Hickey ("Serial murderers and their victims" – 1991) y los suyos propios, Egger ha desarrollado el perfil típico de las víctimas de los asesinos en serie y el concepto de "less-dead" (los "menos muertos"). Para este autor, son "aquellos que en la mayoría de los casos se encuentran indefensas o son percibidas como incompetentes dada su situación, el lugar o el status social que detentan en su entorno". Algunas de estas víctimas, procedentes de estratos sociales devaluados cuando están vivas (vagabundos, "sin techo", prostitutas, inmigrantes, homosexuales, niños, desaparecidos,…) se convierten en "menos muertos".
Para la sociedad, pierden cualquier importancia que pudieran tener, ya que representan estigmas indeseables que, en realidad, merecen desaparecer. Para algunos autores, estos mismos prejuicios también influyen en la policía que, según ellos, no toma el mismo interés en la resolución de estos crímenes que en la de otros casos en que la "importancia social" de las víctimas implica una mayor presión de la opinión pública para la pronta resolución del asunto. Algo que conocen los asesinos y que explica, también, el por qué los "less-dead" son con tanta frecuencia elegidos como víctimas.
Islandia era el lugar adecuado para las cobayas de una utopía. Un caso paradigmático de contagio económico. Una tormenta perfecta en la isla encantada. Un caso de "menos muertos". Una fórmula macabra (como en la guerra): "más muertos de ellos por menos muertos de nosotros". Sadismo de fábrica. Las metáforas de un día.
Los científicos locos que se inventaron todos esos derivados que casi destruyen al sistema financiero mundial jamás se preguntaron (tampoco interesaba): ¿Son menos muertos las víctimas?… ¿Están menos muertos por ello?… ¿Duraran menos muertos?
Seguramente ya vendrán los "talibanes del mercado" (¿Cato Institute?) a afirmar (estómagos agradecidos) que el fiasco financiero es una "consecuencia involuntaria". La transformación de activos en valores supuestamente debía repartir el riesgo a personas dispuestas a manejarlo, pero en cambio terminó concentrándose en manos de gente que no lo entendía. O sea, un efecto colateral (dicho sin retintín).
Reykjavik, la capital de Islandia, había sido en los últimos años un modelo para todas las ciudades del mundo por el crecimiento de su riqueza. En la última década, este pequeño país de 313.000 habitantes había sido un ejemplo a copiar, una de las economías pujantes de Europa, la sexta nación más rica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sin embargo, ahora es vista como "un canario en una mina", según los expertos de economía. Un débil animal capaz de detectar -y sufrir- el peligro antes que nadie.
Wall Street (Islandia fue un laboratorio de ingenuidad) implosionó, en gran medida, debido a que los internos, los corredores estrella y los genios locos, se apoderaron del manicomio.
El fin de la "saga" islandesa cierra la etapa esplendorosa de la última década, impulsada por la expansión del sector financiero, que representa nueve veces el Producto Interior Bruto (PIB), pero que se ha derrumbado en unos días y ha arrastrado al abismo a todo un país, el más golpeado hasta ahora por la crisis financiera internacional…
Coda (3/4/11): Islandia "enjaula" a sus banqueros
Se busca. Hombre, 48 años, 1,80 metros, 114 kilos. Calvo, ojos azules. La Interpol acompaña esa descripción de una foto en la que aparece un tipo bien afeitado embutido en uno de esos trajes oscuros de 2.000 euros y tocado con un impecable nudo de corbata. Se ve a la legua que se trata de un banquero: este no es uno de esos carteles del salvaje Oeste. La delincuencia ha cambiado mucho con la globalización financiera.
El tipo de la foto se llama Sigurdur Einarsson. Era el presidente ejecutivo de uno de los grandes bancos de Islandia y el más temerario de todos ellos, Kaupthing (literalmente, "la plaza del mercado"; los islandeses tienen un extraño sentido del humor, además de una lengua milenaria e impenetrable). Einarsson ya no está en la lista de la Interpol. Fue detenido hace unos días en su mansión de Londres. Y es uno de los protagonistas del libro más leído de Islandia: nueve volúmenes y 2.400 páginas para una especie de saga delirante sobre los desmanes que puede llegar a perpetrar la industria financiera cuando está totalmente fuera de control.
Nueve volúmenes: prácticamente unos episodios nacionales en los que se demuestra que nada de eso fue un accidente. Islandia fue saqueada por no más de 20 o 30 personas. Una docena de banqueros, unos pocos empresarios y un puñado de políticos formaron un grupo salvaje que llevó al país entero a la ruina.
La fábula de una isla de pescadores que se convirtió en un país de banqueros tiene moraleja: "Tal vez sea hora de volver al comienzo", reflexiona su presidente. "Tal vez todo ese dinero y ese talento que absorbe la banca cuando crece demasiado no sólo se convierte en un foco de inestabilidad, sino que detrae recursos de otros sectores y puede llegar a ser nocivo, al impedir que una economía desarrolle todo su potencial", dice el presidente Grímsson.
La magnitud de la catástrofe fue espectacular. La inflación se desbocó, la corona se desplomó, el paro creció a toda velocidad, el PIB ha caído el 15%, los bancos perdieron unos 100.000 millones de dólares (pasará mucho tiempo antes de que haya cifras definitivas) y los islandeses siguieron siendo ricos, más o menos: la mitad de ricos que antes. ¿De quién fue la culpa? De los bancos y los banqueros, por supuesto. De sus excesos, de aquella barra libre de crédito, de su desmesurada codicia. Los bancos son el monstruo, la culpa es de ellos y, en todo caso, de los políticos, que les permitieron todo eso. OK. No hay duda. ¿Solamente de los bancos?
"El país entero se vio atrapado en una burbuja. La banca experimentó un desarrollo repentino, algo que ahora vemos como algo estúpido e irresponsable. Pero la gente hizo algo parecido. Las reglas normales de las finanzas quedaron suspendidas y entramos en la era del todo vale: dos casas, tres casas por familia, un Range Rover, una moto de nieve. Los salarios subían, la riqueza parecía salir de la nada, las tarjetas de crédito echaban humo", explica Ásgeir Jonsson, ex economista jefe de Kaupthing.
La guerra de las divisas (EEUU utiliza el "arma de destrucción masiva" de la flexibilización monetaria o "Quantitative Easing", contra sus "socios" comerciales)
– "Estamos en medio de una guerra cambiaria internacional"
"Las palabras del ministro de finanzas del Brasil Guido Montega el lunes destaparon un secreto a voces en circuitos gubernamentales y financieros"… La guerra de las divisas (BBCMundo – 1/10/10)
El primer ministro de Japón señaló que seguiría interviniendo en los mercados de divisas "cuando fuera necesario".
La Cámara de Representantes de EEUU votó a favor de un proyecto de ley que podría allanar el camino a sanciones comerciales a China como represalia por la política cambiaria de este país.
"Estamos presionando a China porque su moneda está subvaluada", explicó el presidente Barack Obama.
El problema es que lejos de ser excepciones, China y Japón encabezan una larga lista de países -de Corea del Sur a Colombia y Suiza- que han intervenido en los últimos meses (2010) en el mercado de divisas para controlar el precio de la moneda nacional.
Según los detractores, se trata de una medida "desleal" para mantener artificialmente bajo el valor de la moneda y favorecer las exportaciones a fin de ganar competitividad en el comercio internacional.
El gran temor es que una generalización de estas políticas obstaculice la frágil recuperación económica mundial como sucedió en la crisis de los años 30.
La posibilidad de una guerra comercial entre EEUU y China, los dos motores de la economía mundial, es el principal peligro.
Según la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, si China no interviniera en el valor de su moneda, EEUU crearía "millones de puestos de trabajo y reduciría el déficit comercial en unos 100 mil millones de dólares".
Según el gobierno chino, EEUU está desviando la atención de sus problemas internos por motivos políticos (elecciones de renovación del congreso en noviembre).
En una reunión bilateral el 23 de septiembre (2010), el primer ministro chino, Wen Jiabao, le advirtió al presidente Barack Obama que China no iba a cambiar de política porque una valorización del Yuan del 20% llevaría a una masiva pérdida de puestos de trabajo y bancarrotas sin otorgar ningún beneficio a EEUU.
El conflicto sino-estadounidense ha estado cocinándose a fuego lento en los últimos cinco años.
El 15 de septiembre se añadió a la cocción un ingrediente inesperado.
El Banco Central de Japón intervino por primera vez desde 2004 en los mercados de divisas con una venta masiva de yenes y, como aclaró este el primer ministro Naoto Kan, va a seguir haciéndolo.
El gobierno de Kan lo justificó por la crisis económica que atraviesa el país que no ha logrado despegar de la burbuja financiera e inmobiliaria que vivió a fines de los 80.
En Estados Unidos el congresista republicano Tim Murphy lo interpretó como la luz verde que la política intervencionista china estaba dando a países como Japón.
En la Unión Europea, los 16 miembros que manejan el euro como moneda, acusaron a Japón de irresponsabilidad.
"Acciones unilaterales de este tipo no son apropiadas para lidiar con los desequilibrios globales", señaló el presidente de los países de la eurozona Jean-Claude Juncker. La palabra clave es "unilateral".
¿Acuerdo posible?
Una manera de evitar devaluaciones competitivas como la de los años 30 es llegar a acuerdos internacionales que den una mayor previsibilidad a la política monetaria internacional.
Los acuerdos de Bretton Woods de 1944 tomaron esta experiencia en cuenta para establecer un sistema de tipo cambio fijo que rigió hasta principios de los 70, pero el modelo histórico que muchos empiezan a analizar para evitar una guerra cambiaria son los acuerdos del Hotel Plaza en los 80.
En septiembre de 1985, Estados Unidos, Francia, Alemania Occidental, Japón y el Reino Unido se reunieron en el Hotel Plaza en Nueva York y acordaron una depreciación coordinada del valor del dólar estadounidense.
Estados Unidos pudo mejorar su desequilibrio comercial con las otras naciones y el acuerdo fue la base para una coordinación macroeconómica internacional de los países del G7 de ahí en adelante.
Pero el acuerdo no es visto con buenos ojos por China que es consciente del alto precio que pagó Japón.
"Con la competitividad de sus exportaciones dañada por la apreciación de su moneda y con la presión estadounidense para que redujera su superávit de cuenta corriente, Japón eligió una expansión monetaria que terminó en una burbuja y la década perdida de los 90", puntualizó esta semana el editor del Financial Times, Martin Wolf.
La estrategia del gobierno estadounidense parece apuntar a aumentar la presión sobre China de cara a la cumbre del G20 en Corea del Sur en noviembre.
En la cumbre de Toronto en abril esta presión no dio el resultado deseado.
El canciller de Brasil, Celso Almorín, dejó en claro a finales de octubre (2010) que no formaría parte de una campaña para obligar a Pekín a apreciar su moneda. Como recordó Amorin, "China es nuestro principal socio comercial".
Lo que está claro es que, a octubre de 2010, no hay acuerdo internacional en la "guerra de las divisas".
– La gula insaciable de los inversores (conozco esta canción)
– La deuda en moneda local abre el apetito de los inversionistas foráneos (The Wall Street Journal – 4/10/10)
(Por Mark Gongloff y Alex Frangos)
La carrera global de los inversionistas para obtener retornos más altos los está haciendo comprar deuda de los mercados emergentes emitida en moneda local, lo que agrega las fluctuaciones del tipo de cambio a la lista de riesgos que enfrentan los tenedores de bonos.
La más reciente evidencia se conoció el lunes cuando el Banco de Desarrollo Asiático (BDA) informó que los inversionistas extranjeros se están quedando con una porción cada vez mayor de la deuda en moneda local. Los inversionistas de Estados Unidos, en particular, calculan que se pueden beneficiar tanto de las relativamente altas tasas de interés de los mercados emergentes como por la debilidad del dólar estadounidense.
Para las empresas y gobiernos de los países emergentes, la deuda en moneda local alivia el riesgo cambiario de endeudarse en dólares u otras monedas duras.
Los inversionistas extranjeros controlaban a fines de julio el 27% de la deuda en moneda local del gobierno de Indonesia, por ejemplo, lo que representa una alza respecto al 16% de un año atrás. En el caso de Malasia la cifra ascendió a 18% en junio, muy por encima del 10% de un año atrás, de acuerdo con el organismo.
Los inversionistas tienen buenas razones para comprar bonos de mercados emergentes para el largo plazo, incluyendo sus mejores perspectivas de crecimiento, el fortalecimiento de las divisas locales con respecto a las del mundo desarrollado y niveles más bajos de deuda pública y déficit fiscal. Al mismo tiempo, parte del dinero que se está volcando a los mercados emergentes proviene de los bolsillos de inversionistas que aprovechan las bajísimas tasas de interés en las economías desarrolladas, particularmente en EEUU, para hacer ganancias fáciles prestando dinero a los intereses más altos que imperan en otros países.
Los riesgos, sin embargo, están aumentando. La deuda denominada en moneda local hace más fácil a los deudores devolver el dinero en caso de un pánico financiero en el cual las monedas se debilitan bruscamente. Pero una abrupta caída de las divisas también reduce el valor de los bonos para los inversionistas foráneos.
Los inversionistas globales han inyectado US$ 39.500 millones en los fondos dedicados a la renta fija de los mercados emergentes en lo que va del año, de acuerdo con el proveedor de datos EPFR Global, lo que ya batió un récord anual.
Entre los beneficiarios está México que en el pasado se declaró en cesación de pagos de su deuda denominada en dólares. México ahora cuenta con su mercado de bonos en moneda local capaz de financiar tres cuartas partes de sus necesidades. Los extranjeros han sido responsables de una gran parte de la demanda en los últimos meses, señala José Antonio Ordas Porras, jefe de mercados globales de BBVA México. "Hemos observado un movimiento hacia la compra de deuda mexicana en pesos y eso va a continuar. Los gobiernos locales prefieren endeudarse en sus propias monedas más que en dólares. Ese fue un pecado del pasado, el pecado de la década de los años 80", explicó.
Los bonos soberanos de los países emergentes han tenido rendimientos de casi 13,3% este año, según Barclays Capital Indexes. El retorno está muy por encima del 6,5% de los bonos estadounidenses que arrojan mayor rendimiento. El Promedio Industrial Dow Jones, por su parte, acumula un incremento de 3,1% para lo que va del año.
"No puedo pensar en muchas clases de activos que tengan grado de inversión y liquidez con este tipo de retornos", dice Francisco Javier Murcio, viceadministrador de portafolio para estrategia de mercados emergentes en Standish Mellon Asset Management.
La deuda soberana de Brasil a diez años en reales, por ejemplo, rinde casi 12%, lo que supera ampliamente el retorno de 2,5% que brinda el bono de Estados Unidos a diez años. Standard & Poor's califica la deuda de Brasil a largo plazo en moneda local de BBB+, lo que lo deja holgadamente en el terreno de grado de inversión.
El flujo de moneda extranjera genera dolores de cabeza para las autoridades domésticas que combaten la inflación e intentan impedir un sobrecalentamiento de sus economías.
En los últimos doce meses, los gobiernos de Asia y América Latina en algunos casos han amenazado con tomar y en otros han tomado medidas para debilitar sus monedas y reducir el flujo de fondos. El lunes, sin ir más lejos, Brasil aumentó el impuesto sobre la inversión extranjera de portafolio.
Los analistas recalcan que aunque a menudo estos esfuerzos no son efectivos, constituyen un riesgo para los inversionistas foráneos.
Los rendimientos son altos en esos países en parte para compensar el riesgo de enfrentar políticas oficiales hostiles, los sobresaltos cambiarios y otros factores de incertidumbre.
– Bernanke se va a la guerra (envileciendo el dólar frente al resto de las divisas)
""Es una guerra monetaria internacional". Éste fue el anuncio de Brasil, confirmado ahora por el FMI. La FED envilece el dólar con su política monetaria, provocando pérdidas a los tenedores de activos y dañando a las potencias exportadoras. Los emergentes, China y Japón, ya han declarado la guerra a la FED"… Bernanke desata la primera "guerra monetaria" a nivel mundial del siglo XXI (Libertad Digital – 6/10/10)
La crisis financiera y económica que estalló en 2007 se está transformando ahora en una guerra monetaria a nivel mundial con importantes implicaciones a nivel geopolítico. En una primera fase, los principales bancos centrales del planeta, liderados por la todopoderosa Reserva Federal de EEUU (FED), aplicaron una bajada histórica de tipos hasta niveles próximos al 0%. Posteriormente, se lanzaron a poner en marcha programas extraordinarios para expandir el crédito mediante la compra masiva de todo tipo de activos (deuda pública, bonos hipotecarios y corporativos), el llamado quantitive easing.
Sin embargo, nada ha funcionado hasta el momento para impulsar la ansiada recuperación económica. Tras tres años de política monetaria inédita a nivel internacional desde hace décadas, la FED trabaja ahora de forma intensa para intentar envilecer el dólar frente al resto de divisas, y así tratar de impulsar las exportaciones de la economía estadounidense al tiempo que inyecta más dinero en los circuitos bancarios para generar inflación y monetizar deuda.
Alta ingeniería monetaria para salir del atolladero. La estrategia de la FED está logrando su primer objetivo: el dólar cae respecto al euro, la libra, el yen japonés y las divisas de los países emergentes, entre otras. Como resultado, las materias primas suben y el precio del oro bate récords -la onza marcó ayer 1.340 dólares en el mercado de Nueva York-. No obstante, el billete verde sigue ejerciendo un papel hegemónico en el mercado monetario como divisa de reserva internacional.
Sin embargo, la política del presidente de la FED, Ben Bernanke, ha desatado la guerra. Brasil lo advertía claramente a finales de octubre (2010): "Estamos en medio de una guerra monetaria internacional", en el que cada país, a través de su respectivo banco central, trata de debilitar su moneda para impulsar la competitividad exterior.
El dólar ha bajado cerca de un 25% respecto al real brasileño en los primeros nueve meses del año 2010. Brasil ya ha intervenido, al igual que Corea del Sur.
A mediados de octubre (2010), el banco central de Japón (BoJ) entró directamente en el mercado para devaluar el yen. En la primera semana de noviembre (2010) ha reducido el tipo oficial de interés hasta el 0% y ha aprobado un nuevo programa para comprar deuda pública y bonos corporativos por valor de 60.000 millones de dólares.
Desde entonces, son varias las potencias y países emergentes que se han ido sumando a esta pugna por depreciar sus divisas. Los bancos centrales de Reino Unido, Nueva Zelanda, Australia, Canadá y el propio Banco Central Europeo (BCE) están ahora estudiando con atención estos últimos movimientos, que amenazan con revalorizar sus monedas restando competitividad a sus economías. El franco suizo alcanza también máximos históricos contra el dólar, por lo que su banco central podría volver a intervenir.
Tal y como muestra el siguiente gráfico elaborado por el analista David Rosenberg, la guerra ya ha estallado y ahora tan sólo se intensifica. Los bancos centrales compiten entre sí desde 2007 para devaluar sus respectivas monedas.
Pero lo que hasta hace poco parecía realizarse de forma coordinada bajo la tutela de la FED, ahora se está desarrollando al grito de "sálvese quien pueda". No obstante, en la reunión del G20 de abril de 2009 en Londres, las principales potencias del planeta se comprometieron a "abstenerse de todo tipo de devaluación competitiva", mientras que en la pasada reunión de Toronto, celebrada en junio (2010), insistieron en la necesidad de que los tipos de cambio estén orientados hacia el "mercado", es decir, que "reflejen los fundamentos económicos subyacentes" para "contribuir a la estabilidad de la economía mundial". Compromisos que son ya papel mojado.
Y es que, en la actualidad, no sólo está en juego el comercio exterior sino también las inversiones en activos nominados en dólares. China posee cerca de 847.000 millones de dólares en bonos del Tesoro de EEUU, y desde el pico alcanzado el pasado junio (2010) el valor del dólar ha bajado un 12,4%.
Así, el principal acreedor de EEUU ha perdido unos 100.000 millones de dólares en términos reales debido al envilecimiento del billete verde (pérdida de poder adquisitivo). El caso de Japón, el segundo gran acreedor estadounidense, es similar: algo menos de 100.000 millones en pérdidas, aproximadamente.
¿Hasta cuándo estará Pekín dispuesta a consentir esta erosión intencionada en sus inversiones? Por el momento, el Gobierno chino lleva meses diversificando su compra de deuda pública (comprando europea, por ejemplo) y activos (materias primas) al tiempo que reduce su exposición a los bonos del Tesoro de EEUU. De hecho, compró recientemente deuda nipona a fin de forzar una intervención del BoJ en contra del dólar.
Al mismo tiempo, Washington y Bruselas siguen solicitando a Pekín que permita revaluar su moneda, cuyo valor está ligado al dólar. Según los analistas de la Casa Blanca, el yuan está subvalorado un 25% respecto al dólar. Pero el Gobierno chino se niega en redondo a que su moneda fluctúe libremente, al menos, por el momento. Y es que, revaluar el yuan implicaría más pérdidas en sus activos nominados en dólares.
Es más. Recientes informaciones apuntan a negociaciones secretas entre China y Francia para establecer una "mayor coordinación en los tipos de cambio" o, lo que es lo mismo, buscar alternativas al dólar. La sustitución del billete verde como reserva de referencia internacional lleva discutiéndose de un modo creciente desde el inicio de la crisis y parece que volverá a ser abordado en la próxima reunión del G20 en noviembre (2010). Rusia y las potencias emergentes de América latina ven también con buenos ojos una moneda alternativa al dólar como divisa de reserva internacional.
El problema es que esta guerra monetaria podría desencadenar efectos secundarios sobre el comercio mundial. En un contexto de tímida demanda y débil recuperación económica, las devaluaciones competitivas a nivel mundial podrían desencadenar una guerra comercial mediante barreras proteccionistas.
Y es que no todas las potencias podrán aumentar simultáneamente sus balanzas exteriores. Ganar competitividad mediante el envilecimiento de la moneda, dañando de paso al vecino, amenaza con aumentar los aranceles y las barreras comerciales a fin de frenar el impacto sobre sus economías internas.
Gran Depresión
La actual situación recuerda, pues, mucho a la guerra, primero monetaria y después comercial, que tuvo lugar durante la Gran Depresión de los años 30. La devaluación competitiva no benefició a nadie entonces, ya que todas las monedas se devaluaron unas contra otras. Sin embargo, sí causó importantes y negativos efectos, tales como crecientes tensiones políticas, mayor incertidumbre en el mercado sobre el tipo de cambio y, finalmente, proteccionismo comercial.
– Manipulador de su divisa (una verdad incómoda)
– La estafa de los tipos de cambio flotantes (Libertad Digital – 6/10/19)
(Por Antal E. Fekete – Tribuna Libre)
Al presionar a China para que siga el ejemplo de Japón revaluando el yuan contra el dólar, los doctores monetaristas americanos parecen no entender que están pidiendo a China que asuma una pérdida semejante a la que ya asumió Japón.
La teoría de Milton Friedman sobre los tipos de cambios flotantes es el pilar sobre el que se fundamenta el sistema monetario desde 1971. Pero ha dado lugar a un régimen coercitivo porque los estatutos del FMI prohíben a los países miembros estabilizar y fijar entre ellos el valor de sus monedas. Cualquiera que lo intente queda etiquetado como un "manipulador de su divisa" y es amenazado con sanciones comerciales.
Esta prohibición es perfectamente comprensible, pues se ha diseñado para proteger el esquema que permite a EEUU robar furtivamente los dólares excedentarios que consiguen en sus balances los países exportadores.
Funciona de la siguiente manera: EEUU atrae con sus cantos de sirena a los confiados países exportadores para que se zambullan en el agujero negro de la revaluación monetaria contra el dólar. A partir de ese momento, un buen pedazo de sus excedentes monetarios en dólares, son succionados por EEUU. En efecto, Norteamérica fuerza a sus socios comerciales que incurran en un fuerte superávit comercial para que subvencionen a continuación y sin darse cuenta una cancelación parcial de la deuda americana mediante la revaloración de su moneda.
Es así como funciona este robo, donde EEUU hace el papel de banca en la partida, porque al final de la jornada se apropia de buena parte de las fichas del resto de jugadores. Y esto lo consigue gracias a ese juego de espejos que es la libre flotación de divisas. Pero ningún régimen que se base en el robo puede perdurar. El único sistema monetario que opera en igualdad para todos los países es el de cambios fijos. Y la única forma de construir un sistema de este tipo es hacer que el conjunto de monedas internacionales sean canjeables por oro.
La teoría de Friedman es una gran mancha en la ciencia económica y mancilla la buena fe en la que deberían basarse las relaciones comerciales entre EEUU y sus socios.
Cambios fijos contra cambios flotantes
Al presionar a China para que siga el ejemplo de Japón revaluando el yuan contra el dólar, los doctores monetaristas americanos parecen no entender que están pidiendo a China que asuma una pérdida semejante a la que ya asumió Japón, por valor de varios billones de dólares. Porque China lleva sus libros contables en yuanes. De forma que si su moneda se revalorizara un 10% contra la moneda americana, automáticamente se produciría una reducción también del 10% en la cuantía de sus reservas en dólares nominadas en yuanes.
Pero entonces surge la siguiente pregunta. ¿Con qué derecho un país con déficit exteriores crónicos como EEUU, y que ya incumplió el pago de sus obligaciones el 15 de agosto de 1971, puede pedir a China que cancele parte de su deuda?
Aún hay más. Si China cede a la presión americana y revaloriza el yuan, esto significaría no sólo una reducción directa de la deuda, sino mantener el compromiso de que otros países se deberán añadir a continuación a esta peculiar disciplina monetaria impuesta de forma unilateral. Dejando a la altura del betún la idea de que son naciones libres e independientes las que comercian entre ellas por su propio beneficio. Este hecho haría de China un vasallo de EEUU, un papel no puede aceptar por propia dignidad nacional.
Incumbe al deudor y no al acreedor hacer los ajustes necesarios para corregir los desequilibrios comerciales. La posición contraria es la que defiende Keynes y es una falacia. Vuelve las cosas de arriba a abajo porque penaliza el ahorro y el trabajo de los acreedores, al mismo tiempo que premia la indolencia y el derroche de los deudores.
La lenta tortura de Japón
Inmediatamente después de conseguir que el dólar fuera una moneda inconvertible, EEUU comenzó a desarrollar un déficit comercial imparable. Usando la falsa teoría de Milton Friedman según la cual los tipos de cambios flotantes hacen más fuerte la moneda del país con excedentes comerciales, los japoneses comenzaron a exportar mientras los americanos se cruzaban de brazos. Llegado el momento, los americanos movieron ficha y Japón se vio obligado a revalorizar su moneda sin darse cuenta que estaba incurriendo en una pérdida de reservas monetarias equivalente a la revalorización.
Es decir, si un dólar pasó de 300 a 100 yenes, entonces la deuda americana con Japón se redujo un 66%. O lo que es lo mismo, el excedente de divisas quedó reducido a un 33%. Esta clara intervención fue llamada en su momento como una opción de "libre mercado", cuando es evidentemente una estafa. Los japoneses estuvieron trabajando muy duro más de 20 años para exportar a los americanos, pero llegado el momento sólo han cobrado un 1/3 de lo estipulado.
Evidentemente, los timos a esta escala tienen sus consecuencias. De hecho es lo que está haciendo quebrar a Japón, que era precisamente uno de los países con mayor fortaleza financiera del mundo. Porque cuando ha llegado la hora de usar las reservas almacenadas, resulta que se han evaporado gracias a los funestos acuerdos del Hotel Plaza.
Cuando los japoneses han protestado, los doctores americanos del dinero se han apresurado a explicar que la solución consistía en que Japón se endeudara para incurrir en gasto público. Pero nunca han dicho que EEUU iba a corregir su balanza comercial, que es precisamente lo que se debería haber hecho. Por eso Japón ha pasado de ser un país prácticamente sin deuda a encontrarse ahora mismo con el agua al cuello, de forma que hasta China tiene que comprar la deuda nipona para impedir que suban los tipos de interés en el país y evitar su colapso. Todo un detalle que a buen seguro China sabrá aprovechar en su momento.
EEUU ha jugado con Japón el papel de un matón, vendiendo en esta partida internacional de póker de las monedas inconvertibles un farol, que consiste simplemente en que los dólares son instrumentos monetarios válidos para cancelar las deudas. Pero esto no es cierto y ya va siendo hora de que alguien destape el farol antes de que nuevos países sucumban a la presión y pierdan sus excedentes de reservas. Puede ser que China sea el primer país en despertar. Y si además permite monetizar el oro, entonces resolverá el actual embotellamiento de la deuda. A continuación EEUU perdería su liderazgo monetario mundial, evidentemente.
(Antal E. Fekete, experto en teoría monetaria)
Los países emergentes son "inundados" por la expansión monetaria de la Fed
"Las economías de los mercados emergentes, desde Sudáfrica hasta Brasil pasando por Tailandia, se están llevando la peor parte de las medidas monetarias expansivas que el mundo desarrollado ha adoptado, a medida que el dinero fluye a los mercados que ofrecen altos rendimientos, impulsando sus divisas y complicando sus políticas económicas"… Los países emergentes pagan los platos rotos por el estímulo monetario del mundo desarrollado (The Wall Street Journal – 7/10/10)
"La Fed está inundando los mercados con liquidez, Japón está inundando los mercados con liquidez y el Reino Unido está inundando los mercados con liquidez. El problema es que un montón de dinero no se está quedando donde fue puesto", explicó David Carbon, economista de DBS en Singapur.
Los inversionistas toman dinero prestado a tasas de interés que están casi en cero en las economías desarrolladas que están atravesando problemas y lo envían a países como Brasil, Indonesia y Sudáfrica, donde los retornos son más altos y el crecimiento más robusto.
Impulsando la reciente ola de flujos está la creencia de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) reanudará sus esfuerzos para estimular el crecimiento a través de compras de deuda soberana, lo que inyectará más dinero en el sistema bancario, una práctica conocida como "flexibilización cuantitativa".
"Con los billones de dólares de la primera fase de la flexibilización cuantitativa todavía para quemar y con otro billón de una segunda etapa aparentemente en camino, seguramente va a tomar más que algunas semanas o meses o trimestres hasta que este tren se detenga", señala Carbon. Calcula que US$ 2.000 millones por día fluyen de los mercados desarrollados a las economías emergentes de Asia, basándose en que varios países han acumulado cerca de US$1 billón (millón de millones) en reservas desde que los mercados financieros comenzaron a recuperarse en abril de 2009.
Ese flujo de dinero está causando dolores de cabeza, encareciendo las monedas y perjudicando a los exportadores. Esta enorme cantidad de dinero también puede crear distorsiones económicas en países más pequeños, incluyendo un alza de la inflación y temores de que los fondos podrían irse tan rápido como llegaron, lo que afecta a los mercados y los sistemas financieros.
"Muchas economías que están recibiendo importantes flujos de capital tienen que tomar medidas para evitar (que se creen) burbujas y problemas en sus economías", dijo el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Stauss-Kahn, en una conferencia de prensa el jueves durante la apertura de la reunión anual del organismo (2010).
A largo plazo, aseveró, dejar que las monedas se aprecien es la mejor forma de lidiar con la situación, aunque no especificó a cuáles se refería. A corto plazo, agregó Stauss-Kahn, los países que reciben dinero pueden aumentar las regulaciones y las reservas de los bancos centrales y tomar otras medidas para controlar los flujos de capital. Durante muchos años, el FMI se había opuesto a los controles de capital, pero esa postura ha cambiado últimamente.
Complicando la situación para muchos países están los esfuerzos de China por controlar férreamente el valor de su moneda. El mayor exportador del mundo dejó que el yuan se apreciase menos de 2% contra al dólar desde que anunció que modificaría su régimen cambiario en junio (2010). Mientras tanto, divisas como la rupia indonesia, el baht tailandés y el real brasileño se fortalecieron 10% en relación a la moneda estadounidense en ese lapso. La disparidad hace que muchos otros países emergentes teman que China esté ganando una ventaja competitiva para sus exportaciones, lo que los ha llevado a intervenir en el mercado para evitar que sus monedas suban demasiado rápido.
"El centro del problema es el desequilibrio entre China y EEUU", consideró el presidente del banco central de Israel, Stanley Fischer, esta semana. "Esta situación está causando agudas tensiones en los mercados mundiales".
Las intervenciones en los mercados cambiarios provocan que el dinero que ya es barato se derrame por la economía mundial todavía más. A medida que los países intervienen, absorben el flujo de dinero y en general lo reciclan comprando bonos del Tesoro estadounidense. Esto mantiene baratos los costos de tomar dinero prestado en EEUU. Los inversores entonces toman el dinero y lo colocan otra vez en los mercados emergentes que ofrecen altos rendimientos.
Brasil también tomó medidas en la primera semana de noviembre (2010) para controlar los flujos de capital a su economía, duplicando un impuesto a las inversiones extranjeras en algunos bonos brasileños e incrementando el dinero que el banco central tiene disponible para intervenir en los mercados cambiarios. En el año 2010, Indonesia y Taiwán implementaron medidas más tibias para disuadir los súbitos flujos y salidas de capital.
La opinión de los que saben ("las políticas de enriquecimiento a costa de los demás sólo conseguirán empobrecernos a todos")
– Las políticas de enriquecimiento a costa de los demás empobrecen la economía mundial (Project Syndicate – 7/10/10)
(Por Raghuram Rajan)
CHICAGO – El capital mundial no para. Como unos tipos de interés bajísimos en los países industriales envían capital por todo el mundo en busca de rendimientos mayores, varios bancos centrales de países con mercados en ascenso están interviniendo intensamente, comprando las entradas de capitales extranjeros y reexportándolos para impedir que sus divisas se aprecien. Otros han estado imponiendo controles de capital de un tipo o de otro. En las últimas semanas, el Japón ha pasado a ser la primera gran economía industrial que ha intervenido directamente en los mercados de divisas.
¿Por qué nadie quiere entradas de capital? ¿Qué políticas intervencionistas son legítimas y cuáles no? ¿Y en qué acabarán todas esas intervenciones, si continúan ininterrumpidamente?
La porción de entradas de capital que no es reexportada representa las entradas netas de capital, que financian el gasto nacional en productos extranjeros. Así, pues, una razón por la que a los países no les gustan las entradas de capital es la de que significan más "pérdidas" de demanda interna hacia el extranjero. De hecho, como las entradas de capitales hacen con frecuencia que se aprecie el tipo de cambio interno, fomentan un mayor gasto en productos extranjeros, porque los productores nacionales dejan de ser competitivos.
Otra razón por la que a los países no les gustan las entradas de capitales extranjeros es la de que parte de ellos podrían ser dinero especulativo, deseoso de entrar cuando los tipos de interés extranjeros son bajos y los precios de los activos locales están aumentando y que se apresura a salir a la primera señal de problemas o cuando vuelven a atraerlo las oportunidades en sus países de origen. Las corrientes volátiles de capitales inducen volatilidad en la economía que las recibe, al hacer que los auges y las crisis sean más pronunciados de lo que, en caso contrario, habrían sido.
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