Creación de la Asociación Latinoamericana de Integración en 1.980. Bajo iniciativa de El Libertador Simón Bolívar, el Congreso de Panamá es el antecedente ideológico más importante que en materia de integración existe en el continente americano, en especial para los países de América Latina[3]El Libertador Simón Bolívar, planteó la necesidad de unión no sólo en lo económico, sino también en lo político de la América Española, para así poder hacer frente a los desafíos que deberían enfrentar los nacientes Estados independientes, teniendo muy en cuenta la presencia de los EEUU en el continente. Casi medio siglo después, la Primera Conferencia Panamericana, convocada por EE.UU, planteó la posibilidad de establecer una unión aduanera panamericana. En esta se evidenciaron los distintos intereses de EE.UU y América Latina en materia de integración, los EE.UU dio prioridad a temas de comercio, mientras para América Latina era primordial obtener garantías políticas que aseguraran su independencia. Entre 1.960 y 1.980, la integración económica en América Latina tuvo momentos importantes. El primero, la creación de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC)[4] en 1960 por el Tratado de Montevideo, que no pudo alcanzar el objetivo de lograr un mayor intercambio comercial entre sus miembros. En ese mismo año, se estableció el primer Acuerdo de Integración sub-regional de América Latina, el Mercado Común Centroamericano (MCCA). Posteriormente, en 1.975 con un fuerte apoyo del Presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, se creó el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) con los objetivos de promover un sistema de consulta y coordinación para concertar posiciones y estrategias comunes de América Latina y el Caribe, en materia económica, ante países, grupos de naciones, foros y organismos internacionales, así como impulsar la cooperación y la integración entre países de América Latina y el Caribe.
En 1.980 por el Segundo Tratado de Montevideo, se creó la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)[5], que pese a la crisis económica que comenzaba a afectar a la región tuvo un papel más dinámico que su predecesora. Los objetivos de la ALADI se centran en:
1.- Promocionar y regular el comercio recíproco, complementación económica y búsqueda de ampliación de mercados.
2.- Crear en forma progresiva un Mercado Común Latinoamericano.
3.- Regular y fomentar el comercio agropecuario intra-regional.
Actualmente el proyecto del ALCA plantea nuevos desafíos a los acuerdos de integración vigentes en el continente y en especial a los de América del Sur, pues aún respetando los acuerdos preexistentes, podría alterar fuertemente el actual comercio intra y extra bloque. Igualmente, las enormes asimetrías económicas y sociales, no sólo entre EEUU y América del Sur, sino entre los propios países sudamericanos, generan grandes desafíos. En el caso de América Central y el Caribe Insular[6]el ALCA significaría la institucionalización de la realidad actual, es decir, la presencia hegemónica de EEUU en todos los ámbitos.
El impacto del ALCA, se presentaría en distinto grado en América del Sur, en donde –como hemos mencionado- coexisten la CAN y el MERCOSUR, dos procesos de integración importantes, pero con notables asimetrías económicas, sociales y políticas. Este impacto se haría sentir en laS esferas internas y externas de cada uno de los países de la sub-región:
En lo interno, podría modificar -entre otros aspectos- las regulaciones en áreas tan sensibles como las legislaciones laborales y del medio ambiente.
En lo externo, el ALCA podría generar desvío de comercio de los países de América del Sur, en especial los del MERCOSUR a través de un aumento del intercambio comercial con EE.UU, disminuyendo el comercio intra-bloque y su comercio con la Unión Europea (UE), incrementando así el nivel de interdependencia económica y política con los EE.UU. América del Sur, reúne a cinco economías de importante nivel de desarrollo, catalogadas en el Reporte de Desarrollo Humano de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1.999, como mercados emergentes: Argentina, Brasil, Colombia, Chile y Venezuela, estos cinco países representan el 91,03[7]del Producto Bruto Interno (PBI), el 89,03% de las exportaciones, el 81,2% de la superficie, el 98,9% de las importaciones y el 83,9 % de la población total del sub-continente.
Estas cifras tornan evidente que un eventual acuerdo comercial en América del Sur, impactaría en la creación y posterior funcionamiento del ALCA, debido a que un acuerdo hemisférico, tendería a incrementar el poder de negociación de la región y no podrá generar menos comercio que el existente antes de su funcionamiento.
Igualmente, la influencia que el ALCA tendría para estos cinco países no sería similar. Colombia y Venezuela, tienen debido a su vecindad una relación comercial histórica con EE.UU lo que unido a sus vínculos con México en el Grupo de los Tres (G3)[8], hace que el NAFTA sea un mercado importante.
Venezuela, a través del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP)[9]de EE.UU, coloca 4.400 productos libres de pago de arancel en el mercado estadounidense, muchos de los cuales son manufacturados y semi-manufacturados, rubros agropecuarios, e industriales primarios. Simultáneamente constituye una alternativa para el primer y segundo proveedor de petróleo de EEUU, hecho que lo convierte en el país suramericano que dirige el mayor porcentaje (44%) de sus exportaciones al mercado de ese país.[10] Chile, es el único país latinoamericano de América del Sur que no participa como miembro pleno de algún bloque económico de integración, sólo está asociado al MERCOSUR. La economía chilena juega un papel muy importante en el desarrollo del libre comercio en la región sudamericana y continental, debido a que es una economía acostumbrada desde hace más de veinte años a competir en el comercio mundial. Dentro de América Latina, Chile es el país con mayores posibilidades de integrarse al NAFTA ya que posee Acuerdos de Libre Comercio firmados con Canadá y México con una estructura muy parecida al proceso de integración antes mencionado. En consecuencia, expresamente en la Cumbre de Québec (Abril 2001), se planteó la posibilidad de llegar a un acuerdo de característica similares con los EEUU. La posible adhesión de Chile al NAFTA, podría cambiar el escenario de la negociaciones hemisféricas, debido a que la propuesta de Brasil perdería a un país importante económica, comercial y políticamente, facilitando al gobierno de EEUU la imposición de su criterio en las negociaciones.
Argentina y Brasil, las dos principales economías del MERCOSUR, representan aproximadamente el 53,4%[11] de las exportaciones y el 76,29% del PBI de América del Sur, según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
El ALCA impactaría en el MERCOSUR, pues de materializarse el proyecto de EE.UU sin lograr antes su fortalecimiento, podría estimular una disminución en el comercio entre Argentina y Brasil, así como una retracción de sus exportaciones industriales y semi industrializadas, ante la competencia de productos provenientes especialmente de los EEUU, Canadá y México.
La propuesta de creación del ALCSA en 1.993, se enmarca como lo indica el análisis introductorio precedente en la necesidad de Brasil -como principal economía sub-regional y del MERCOSUR- de obtener una posición más ventajosa en defensa de sus intereses en materia de libre comercio hemisférico y no ver disminuida su condición de "pequeño Global Trader"[12].
Por lo tanto, podría sostenerse que la creación del ALCA implicará para el (gobierno de) Brasil una disminución en su influencia económica en América del Sur y a su vez la posibilidad de que ciertos sectores de su economía sean afectados negativamente al no poder competir con las empresas de EE.UU. Ello significaría un retroceso en los beneficios políticos y económicos que la política exterior y comercial de Brasil ha logrado en los últimos años. Entre estos beneficios se destaca, el otorgarle una mejor posición para ser reconocido en el sistema internacional como potencia media, en lo que el MERCOSUR ha jugado un papel importante, ya que a través del mismo ha logrado adecuarse a las nuevas condiciones del sistema económico mundial de bloques económicos, aumentando su poder de negociación en foros internacionales y en especial con la UE principal socio comercial del bloque. Igualmente, ello le valió obtener un incremento en las inversiones extranjeras directas (IED)[13] en su economía y un mejoramiento en la imagen internacional del país, manteniendo a su vez una estructura de comercio exterior diversificada en varios mercados y buscando un acercamiento casi obligado con el resto de los países de América Latina.
En este contexto, nuestra investigación se basará en la hipótesis de que la propuesta del ALCSA en 1.993 y la actual negociación de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR, se presentan como una estrategia que conjuga intereses políticos y económicos de Brasil debido a que significaría la posibilidad de aumentar los beneficios que en estas áreas el MERCOSUR le ha otorgado en la última década:
En lo político, le permitiría poder presentarse como el eje de la integración de América del Sur, aumentando su influencia al ser referente económico de la región.
En lo económico, contribuiría a mejorar la competitividad de sus empresas a través de la ampliación del mercado de América del Sur. Igualmente, le permitirá en el ALCA poder defender los beneficios obtenidos previamente al eventual funcionamiento de este acuerdo continental.
1.1.- Objetivo General: Nuestro objetivo principal apunta a analizar desde una perspectiva económica y política, el interés del Brasil en el logro de un acuerdo de libre comercio en América del Sur, que involucra a los dos principales acuerdos sub-regionales existentes ya mencionados la CAN y el MERCOSUR. Los objetivos específicos que se desagregan a continuación, tienden a ponderar la viabilidad de esta iniciativa a través del análisis de los obstáculos, ventajas y operatividad.
1.1.1.- Objetivos Específicos:
Explicaremos cómo la construcción de un espacio económico sudamericano ayudaría a mejorar fuertemente su inserción internacional, multiplicando los beneficios favorables del MERCOSUR. De esta manera se posicionaría de manera más ventajosa en las negociaciones hemisféricas, en especial con EE.UU, teniendo en cuenta el papel que México unido al NAFTA juega para América del Sur y satisfaciendo a su vez las demandas internas de los sectores económicos que podrían ser perjudicados con el ALCA.
Determinaremos las ventajas y dificultades de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR, destacando los distintos modelos y enfoques entre ambos con énfasis en el área de solución de controversias, donde existe una notable diferencia. Tal diferencia, pudo haber llevado a circunscribir esta área a las normativas de ALADI y la Organización Mundial del Comercio (OMC) con el objetivo de llegar a un rápido acuerdo.
Finalmente, evaluaremos el proceso de negociación entre la CAN y el MERCOSUR, analizando el Acuerdo Marco entre ambos bloques, especialmente el área de Solución de Controversias adscripta a las normativas de ALADI y la OMC. Igualmente, analizaremos los acuerdos firmados entre la CAN-Brasil y la CAN-Argentina, finalizando con una exposición sobre los principales desafíos que la CAN y el MERCOSUR enfrentan actualmente.
Para el logro de estos objetivos concentraremos nuestro estudio en el período comprendido entre fines de la década de los ochenta hasta Agosto de 2.001, sin dejar de hacer referencia a acontecimientos ocurridos previamente si el cumplimiento de nuestros objetivos lo requieran.
El estudio de la construcción de un área de libre comercio sudamericana como parte de una estrategia comercial de negociación de Brasil ante el ALCA, realizado en el marco de la Maestría en Integración y Cooperación Internacional del Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario (CERIR) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Institución reconocida dentro y fuera de las fronteras argentinas por su solidez y alto nivel académico en el área de las Relaciones Internacionales (RRII), posee una personal y especial importancia, pues el mismo es realizado por un Internacionalista venezolano, lo cual se traduce en una oportunidad de estrechar vínculos académicos y de conocimiento mutuo.
Es también importante, debido a que de poder establecerse un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR y más allá de las motivaciones originarias, estaríamos ante un hecho que influiría notablemente en los países de la sub-región suramericana y en toda América Latina, pues sería un área de importantes recursos naturales y económicos en el ámbito mundial, con la posibilidad de establecer asociaciones estratégicas para la productiva y racional explotación de los mismos.
Igualmente la construcción de un espacio económico sudamericano, cambiaría el panorama de negociaciones comerciales hemisféricas, pues como plantea el economista brasileño Rodrigo de Azevedo Santos, "ésta ayudará a exigir mayores accesos en el ALCA, que no podrá generar menos comercio que el preexistente, esto puede significar una fase intermedia, o transitoria, hacia un mercado mas ampliado en el contexto del ALCA"[14] 1.2.- Metodología de la Investigación: Para el logro de nuestros objetivos, la técnica del análisis nos ayudará a manejar con profundidad el tema en estudio, por medio de la clasificación de categorías preestablecidas así como los elementos provenientes de fuentes bibliográficas y hemerográficas.
El análisis histórico, nos permitirá presentar los hechos y factores que explican el contexto internacional en el que surge la propuesta del ALCA, y cómo dicho contexto significa para América del Sur una nueva postura frente a la integración económica y para realizar un balance de la misma. Igualmente, nos ayudará a estudiar los diferentes enfoques políticos y modelos de integración implementados en el sub-continente sudamericano, para analizar la viabilidad o no del establecimiento de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR como respuesta al proyecto de EEUU. La herramienta del análisis documental, por medio de la utilización de documentos escritos (libros, periódicos, y archivos)[15], nos ayudará a determinar si la propuesta brasileña, es una alternativa para la región o una estrategia brasileña. Esta técnica nos permitirá el análisis del presente y de los desafíos del MERCOSUR y la CAN.
Igualmente, la búsqueda en Internet constituye una herramienta muy valiosa que nos ha permitido acceder de manera rápida a documentos de diversos organismos oficiales tales como acuerdos, tratados y a datos estadísticos, artículos y editoriales de prestigiosos medios de comunicación impresos nacionales e internacionales, importantes para el desarrollo y estudio del tema.
II. Marco teórico – conceptual
Para fines de la década de los ochenta e inicios de los noventa, los cambios ocurridos en el sistema económico e internacional, determinaron el desarrollo de las relaciones internacionales y una reformulación de antiguas teorías, en búsqueda de una mejor interpretación y adaptación a la nueva realidad internacional la que gira en muchos aspectos alrededor de la economía internacional.
2.1.- Cambios Ocurridos en el Sistema Internacional:
La consolidación de una economía de alcance mundial constituye un proceso que desde fines de los años setenta, ha generado en las vertientes teóricas un alto grado de atención. Diversos aportes apuntan a dar cuenta de transformaciones como la baja fungibilidad del poder militar en especial en cuestiones económicas y el debilitamiento de los Estados como actores de las Relaciones Internacionales.
En esta línea de análisis, podemos ubicar los aportes de Richard Rosecrance, quien rompe con el enfoque realista, centrando en una concepción del poder a partir de recursos tradicionales como el territorio y acuña la expresión de Estado Virtual. Este se vincula con el concepto de eficiencia empresarial, lo importante ya no es la extensión del territorio sino la capacidad de producción, la participación en el comercio mundial y la eficiencia. Rosecrance[16]considera que el Estado se encuentra en creciente desventaja y su capacidad de acción se hace más estrecha frente a las presiones de la competencia internacional, dándole una preponderancia a la cultura económica mundial. En este sentido podemos mencionar el caso del Reino Unido, donde el proceso de privatización de las empresas del Estado, no consideró a los trabajadores y privilegió el cumplimiento del objetivo de esa política, lograr una mayor competitividad y dinamismo en la economía internacional.
En esta línea se enmarcaron los fuertes procesos de ajustes en el aparato estatal de los gobiernos de Margareth Thatcher en el Reino Unido y de Ronald Reagan en EEUU, que serían implementados posteriormente en los países en vías de desarrollo, bajo el precepto de que el ajuste estructural y la apertura económica ayudarían a una mejor inserción de nuestras economías al mundo y su nueva realidad económica.
En América Latina "agotado el modelo anterior, los países de la región se lanzan o son lanzados simultáneamente a buscar la estabilización, liberalización y pago de la deuda""[17]casi en forma paralela, se ejecutaron estas medidas de ajuste, las cuales fueron aun más profundas que las realizadas en los países desarrollados, derivando en una ola de inestabilidad social, que se reflejó en los saqueos de Caracas y Buenos Aires a finales de la década de los ochenta.
En América del Sur, el proceso de disminución del tamaño del Estado se tradujo en un proceso muy dinámico de venta de las empresas públicas: "para 1.999, treinta y tres por ciento de las cien corporaciones más importantes de América Latina habían pasado a manos de inversores extranjeros, en su mayoría de Estados Unidos[18]"". Igualmente, existió un incremento en la presencia de capitales de la UE en importantes sectores de la región, especialmente en el área financiera y de telecomunicaciones.
Al proceso de venta de los principales activos del Estado en toda la región[19]lo acompañó el desmontaje de la incipiente estructura de bienestar social, a través de los procesos de reforma del sistema previsional, y reformas en las leyes laborales, siempre en búsqueda de flexibilizar la relación empresa-trabajador, con el objetivo de hacerse más atractivos a la inversión extranjera, tratando de estar más acorde a la nueva realidad económica mundial.
Así, posiciones más radicales afirman que "hoy y para el futuro previsible, la civilización internacional es y será gobernada por la cultura económica mundial".[20] Como hemos mencionado, la economía internacional influyó para que dentro de importantes vertientes teóricas[21]se otorgara una mayor importancia a los nuevos actores internacionales y a la creciente interdependencia mundial, en el llamado enfoque globalista. La interdependencia significa pérdida de autonomía que afecta la identidad nacional y reduce la libertad para modelar las relaciones internas; la necesidad de adaptarse a estímulos externos, aprender continuamente a enfrentar y utilizar los impulsos siempre cambiantes que provienen del mundo exterior y que las estructuras económicas, políticas y sociales deben transformarse para que se ajusten a circunstancias externas; a mayor interdependencia menor libertad nacional.
El desmembramiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y su área de influencia, a principios de los años noventa, amplió el alcance de la interdependencia al adoptar estos países reformas pro-mercado. También en el plano político marcó el nacimiento de un sistema internacional de múltiples escenarios, para ciertos académicos como Kennet Jacobson[22]por un lado la consolidación de EE.UU como única potencia militar y por el otro, el predominio de los temas económicos en el plano internacional, siendo este último un escenario multipolar, con la intervención de distintos actores.
En consecuencia, "con el fin de la guerra fría, comienza a diseñarse un nuevo mundo de alianzas económicas que vienen a reemplazar a las alianzas militares surgidas después de la II Guerra Mundial"[23] Es así que, desde mediados y fines del siglo XX, surgieron en el escenario mundial, una serie de procesos de integración en sus distintas variantes o etapas[24] Zonas de Libre Comercio Unión Aduanera.
Mercado Común.
Unión Económica.
En los últimos años se han profundizado los procesos de regionalización creados antes de la década de los noventa. También se han celebrado una importante cantidad de Acuerdos Multilaterales creando nuevos procesos de integración multilateral, así como también un importante número de Acuerdos Bilaterales que mencionaremos más adelante en el caso especifico de América Latina.
En el escenario internacional, esta nueva realidad de interdependencia económica, no afectó únicamente a los países latinoamericanos, por el contrario vimos un redimensionamiento en materia de integración en Asia, África, Europa Occidental y Europa del Este. La UE profundizó sus lazos a través de las últimas modificaciones con los Tratados de Maastricht (1.992) y de Ámsterdam (1.997) e implementó una política monetaria común con la introducción del Euro, lo cual es un importante paso en su proceso de integración no sólo económica sino política.
Los países de la esfera de la ex-U.R.S.S, han celebrado en forma acelerada acuerdos de libre comercio buscando una más rápida inserción con sus diferentes socios europeos de occidente y con el mundo. En 1.993, se creó la Central European Free Trade Área (CEFTA), que integran Bulgaria, Hungría, Eslovenia, República Eslovaca, República Checa, Polonia, y Rumania, la cual facilitó en alguna manera la posterior firma de veintiocho (28) acuerdos bilaterales desde 1.990 hasta la actualidad. Igualmente, algunos de los países de esta región son candidatos a ingresar a la UE, que ha firmado acuerdos de libre comercio en este mismo período con países dentro y fuera de Europa.[25].
Desde 1.992, la European Free Trade Área (EFTA), integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, creada en 1.960 en la Convención de Estocolmo, celebró acuerdos de libre comercio con varios de estos países, en una clara señal de apoyo a la nueva realidad política de la Europa Oriental y una búsqueda de nuevas oportunidades comerciales. La EFTA, celebró acuerdos con Bulgaria, República Checa, República Eslovaca, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovenia en los años noventa.
En el continente americano y en especial en América Latina, los años noventa evidencian una proliferación de Acuerdos Bilaterales, regionales y entre bloques comerciales, incrementando el nivel de interdependencia económica, que se puede ver claramente en la siguiente relación de acuerdos firmados en el área de integración y comercio entre 1.960 y 1.989.
> Años 60: Tres > Años 70: Cinco.
> Años 80: Ocho > Años 90: Treinta.
Desde 1.990 hasta el presente, en el continente americano se han celebrado aproximadamente treinta acuerdos comerciales, de estos, uno reformó un proceso de integración (CAN) y tres crearon nuevos bloques regionales:
> Grupo de los Tres (G3) 1990-1995[26] > Mercado Común del Sur (MERCOSUR) 1991 > NAFTA (North American Free Trade Agreement) 1992-1994 > Comunidad Andina de Naciones (CAN) 1996-1998.
En el marco del ALCA de 1.994 al presente se han realizado tres Cumbres Hemisféricas, Miami 1.994, Santiago de Chile 1.998 y más recientemente en Québec 2001. En forma bilateral, en esta última década se firmaron aproximadamente veinticuatro (24) Acuerdos de Libre Comercio, Alcance Parcial o Complementación Económica, lo cual ubica a los países por número de acuerdos firmados de la siguiente manera:
Cuadro N° 01 Acuerdos firmados por los países de Norte, Sur, Centro América y República Dominicana de 1960 a Julio de 2001
PAIS | A | B | C | PAIS | A | B | C | ||||
México | 13 | 9 | 10 | Paraguay | 7 | 1 | 5 | ||||
Chile | 12 | 10 | 10 | Uruguay | 7 | 1 | 5 | ||||
Colombia | 11 | 6 | 8 | Bolivia | 6 | 3 | 6 | ||||
Venezuela | 11 | 3 | 7 | Honduras | 6 | 2 | 4 | ||||
Argentina | 9 | 3 | 7 | Guatemala | 6 | 4 | 3 | ||||
Panamá | 9 | 9 | 2 | Costa rica | 6 | 3 | 4 | ||||
Ecuador | 8 | 4 | 6 | República Dominicana | 5 | 5 | 3 | ||||
Brasil | 7 | 1 | 5 | Perú | 5 | 1 | 5 | ||||
El salvador | 7 | 3 | 4 | Canadá | 4 | 3 | 3 | ||||
Nicaragua | 7 | 3 | 4 | EE.UU. | 4 | 2 | 2 |
Fuente: Elaboración propia. Datos: Unidad de Comercio de la OEA. (A)Todos los Acuerdos firmados en el área de comercio e integración, incluyendo ALALC y ALADI, y los acuerdos que conforman los distintos bloques económicos 1960-2001 ( B:)Acuerdos Bilaterales de Libre Comercio, Alcance Parcial, Alcance Parcial y Complementación Económica, Acuerdos Preferenciales Temporales No-Recíprocos desde 1960-2001 (C) Acuerdos firmados en los años noventa, incluyendo participación en bloques económicos y los acuerdos firmados como miembros de los mismos. Esta proliferación de acuerdos comerciales ha profundizado la interdependencia económica y política de los países latinoamericanos. Hoy en día, la fuerte interrelación de economías como la colombiana y la venezolana, o la argentina y la brasileña, es innegable. Esto ha tocado aspectos más allá de lo económico y comercial llegando a influenciar en la esfera política y cultural. En palabras del Dr. Roberto Lavagna "la apertura vía acuerdos regionales es diferente de las formas de apertura unilateral ya que tienen un contenido de interdependencia que implica que las acciones de los países miembros tiene derrames, si se quiere, capacidad de influir sobre los otros socios"[27] Los proyectos del NAFTA y el MERCOSUR, que se originan a principios de los años noventa, nacen al mismo tiempo que se acentúan las reformas estructurales en México y los países del Cono Sur y en que su apertura a la economía internacional se incrementa. Ello trae aparejado un aumento de la interdependencia entre México y sus socios de América del Norte y del Brasil y Argentina, la cuarta y quinta economía más importantes del continente americano.
Las reformas que han implementado los países de América Latina, y en especial los países de América del Sur, con el objetivo de incrementar su participación en el comercio mundial, han generado beneficios económicos a ciertos sectores de sus economías, así como también ha originado demandas por parte de aquellos sectores que se han visto perjudicados en el proceso.
El Estado en América Latina se encuentra con dificultades para satisfacer las demandas de los sectores que se han visto afectados con los procesos de apertura y liberalización comercial ya que "la participación en el orden monetario internacional restringe su elección de políticas internas financieras y de empleo"[28] Una consecuencia del nivel de interdependencia mundial y la globalización de los mercados financieros, sin duda lo fue la repercusión que tuvieron las crisis de los mercados financieros internacionales[29]de México (1.994-1.995), Asia (1.997), Rusia (1.998) que afectaron en mayor medida a países como Argentina y Brasil, y a su vez en cada ocasión los efectos que estas crisis causaban en cada país, generaron imputs en su relación con el otro. "Las relaciones de interdependencia siempre implicaran costos, dado que la interdependencia reduce la autonomía; pero es imposible determinar a priori si los beneficios de una relación serán mayores que los costos. Nada asegura que las relaciones que denominamos interdependientes puedan caracterizarse como de beneficio mutuo"[30].
Con un nivel de interdependencia en aumento, es inevitable que ciertas medidas de política interna afecten las relaciones entre los países, al respecto Keohane nos dice, "en la medida que las relaciones de interdependencia aumentan, las políticas internas de los diferentes países interfieren entre sí cada vez más"[31] .
Un claro ejemplo de estas premisas, lo constituyó la medida de devaluación de la moneda brasileña en 1.999, que afectó notablemente el comercio con los países del MERCOSUR. Esta medida obedeció a circunstancias de política interna, debido al enfrentamiento entre el ex- Presidente y Gobernador del Estado de Minas Gerais Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso, lo cual había generado la posibilidad de una declaración de cesación de pagos de la deuda de este Estado, así como de operaciones especulativas en el mercado interno por parte de empresarios. Los países de América del Sur, luego de las dos guerras mundiales, se vieron –como hemos mencionado- obligados a establecer mayores vínculos económicos[32]incrementando así el nivel de interdependencia entre ellos y entre cada uno y los EEUU.
América Latina y en especial América del Sur, juega un papel importante para ciertos grupos económicos de los EEUU. La región es actualmente la única del planeta con la cual este país tiene un saldo favorable en su balanza comercial, lo que se pone en evidencia con el paulatino incremento de las IED estadounidenses "que superan ampliamente a las inversiones provenientes de la UE y Japón"[33]. Igualmente, América del Sur es un importante proveedor de materias primas y energéticas a EEUU, lo que le ha garantizado durante décadas la provisión de los insumos necesarios para su desarrollo industrial. La necesidad de expandir su presencia en el mercado sudamericano, se entrelaza con la necesidad de política exterior de afianzar sus vínculos comerciales y establecer con el ALCA el principal bloque económico del Mundo. El ALCA representaría un mercado de 780 millones de personas, las cuales representan el 20% del comercio y 40% del PBI mundial.
La propuesta brasileña del ALCSA en 1.993 y las actuales negociaciones de acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR, surgen como una respuesta al interés de EE.UU de establecer una zona de libre comercio en todo el continente. Es así que, para Brasil en el logro de constituir un espacio económico sudamericano se combinan objetivos económicos internos y externos. En éste eventual escenario la relación que se plantearía entre Brasil y el resto de los países de la región, reflejarían vínculos de interdependencia asimétrica[34]lo que le otorgaría a éste país un importante poder de negociación.
Podemos mencionar evidencias empíricas de este tipo de interdependencia existente en las relaciones comerciales del continente. El caso de México es emblemático, la puesta en marcha del NAFTA, ha significado que el 80% de las exportaciones de ese país se dirijan al mercado de EEUU. El crecimiento económico mexicano de los últimos años, se ha visto impulsado por la permanente expansión de la economía estadounidense en los últimos ocho años, expansión que está entrando en un período de desaceleración (2.000-2.001). Ello se traduce para México en un aumento del desempleo, debido al cierre de importantes fábricas en el territorio mexicano, como resultado de políticas de reducción de costos, ante la expectativa de que la economía de EEUU continuará desacelerándose.
En el área fiscal, la influencia de la política monetaria de EEUU afecta en forma importante las finanzas y mercados de la sub.-región. Esta influencia es más evidente en países como Ecuador y El Salvador, cuyas economías están dolarizadas, en Argentina donde su moneda tiene una paridad fija con el dólar a través de la Ley de Convertibilidad[35]y en Panamá donde circula libremente la moneda local (Balboa) y el dólar estadounidense.
En tanto, la relación Argentina – Brasil, constituye un ejemplo de interdependencia compleja con asimetrías marcadas, lo cual otorga a Brasil una posición menos vulnerable.
Poco podríamos entender de la integración hemisférica, en especial de la posibilidad de construcción de un espacio económico sudamericano, si no consideramos el rol del Estado y del Mercado en el ámbito global y en particular en América latina y el contexto ideológico económico que envuelve a esta nueva etapa de la integración.
2.1.1.- Estado y Mercado en América Latina: El Estado, constituyó gradualmente una respuesta – al menos parcial- a las necesidades sociales, económicas y políticas de la sociedad a partir de la edad media. En este período de la historia europea, surge en el individuo la necesidad de enfrentar al poder feudal, con el objetivo de lograr su libertad, lo cual derivó en una consolidación del poder Real. El establecimiento y consolidación de los Estados Nacionales se produjo formalmente en 1.648 con la Paz de Wesftalia y el nacimiento del Estado Moderno Con el surgimiento de los Estados Nacionales aparece el concepto de fronteras, y se configuran las ideas de nación, territorio, población y ejército. El siglo XVIII trae consigo una nueva forma de Estado que se extenderá hasta el presente, el Estado Liberal Democrático.
En el caso de Europa, en el proceso histórico de formación del Estado, la existencia de un mercado precedió a la formación de un sentimiento de destino común, de identidad y nacionalidad. Es decir, en la etapa de formación del Estado, el mercado fue un factor impulsador del mismo. Para Oscar Oszlack[36]la formación de un mercado nacional es importante, debido a que la economía va definiendo un ámbito territorial, diferenciando estructuras productivas y ayudando a homogeneizar intereses de clases, lo cual contribuye a formar un carácter nacional.
En el caso de los países latinoamericanos, este proceso de formación del Estado tuvo etapas muy diferentes. Estas, explican en parte las dificultades que la región enfrenta hoy ante la integración. "América Latina, no transitó las etapas clásicas del proceso de formación del Estado, América Latina pasó de las comunidades indígenas al capitalismo incipiente español" [37] Si bien el Estado en América Latina se formó –jurídicamente- luego de la independencia de España y Portugal en el siglo XIX, este proceso creó al interior de cada ex –colonia profundos disensos, divisiones e incluso acentuó la desarticulación entre centros económicos locales (generalmente capitales y ciudades portuarias) y el resto del territorio. Esta desarticulación, marcó el desarrollo desigual en lo interno e incluso pudo influir en la concentración poblacional en centros urbanos, dejando fronteras vacías, que en la etapa actual de integración para algunos teóricos es un obstáculo a superar.
Al respecto el Doctor Kaldone Nweheid nos cometa "es ahora cuando nuestros países están despertándose del fenómeno no europeo y en cierto modo sin precedentes, de buscar su integración a través de fronteras vacías, dormidas, despobladas y hasta hostiles a la propia noción de desarrollo con auditoria. Los europeos se han cohesionado a través de fronteras vivas, despiertas, pobladas e integradas al mismo espacio del cual ellas apenas forman partes externas" [38] 2.1.1.1.- El nuevo rol del Mercado y su influencia en el Estado:
A mediados y fines de la década de los ochenta ocurren una serie de cambios en el sistema político y económico mundial, los cuales llevan a las RRII a buscar nuevas teorías para interpretar la nueva realidad. Uno de estos cambios fue el crecimiento y fortalecimiento de los mercados internacionales, que se incrementó con la ayuda de nuevas tecnologías que impulsaron un mayor flujo comunicacional.
En esta nueva etapa, el mercado que en la antigüedad ayudó en el proceso de construcción del Estado, debido a sus nuevas dimensiones, es el mismo que esta minando las bases del Estado Nacional, debido a la falta de mecanismos del propio Estado para poder controlar a las fuerzas del mercado, así como los efectos negativos que estos le ocasionan. Podría decirse que ni los propios países desarrollados se imaginaron el impacto que el poder de los mercados tendría en sus sociedades. Así por ejemplo lo plantean Jeffrey Sachs[39]y Kenichi Ohmae[40]al decir que se está causando un cambio radical en el papel del Estado, y que los gobiernos han perdido el poder para regular a los mercados mundiales de capitales.
Los únicos aspectos en los cuales el Estado aun no pierde fuerza frente a los mercados mundiales y las empresas multinacionales, para Anthony Giddens[41]son los factores de territorialidad y control de los medios de violencia. Se hace necesario un restablecimiento del equilibrio de poder, es decir, sin disminuir el protagonismo del mercado, fortalecer al Estado como actor primordial e indispensable en la política, pues el Estado crea y permite el marco en que actúa el mercado.
"El Estado territorial, figura dominante en la política mundial durante cuatro siglos a partir de la finalización del feudalismo, está siendo eclipsado por actores no territoriales, como las corporaciones multinacionales, los movimientos sociales transnacionales y las organizaciones internacionales"[42] El rol del Estado en América Latina se enfrenta con múltiples y complejos desafíos[43]éste se ve afectado tanto por las consecuencias propias de la globalización, como por una aguda crisis de representación y gobernabilidad, debido a la falta de credibilidad de la clase política, un elevado endeudamiento y niveles de pobreza, exclusión y desigualdad alarmantes. Es así como la integración surge como una buena alternativa para enfrentar estos desafíos, apuntando a una mejor inserción en la economía internacional, siempre y cuando los gobiernos prevean el impacto social que un proceso de apertura económica implica.
2.2.- La Lógica Económica en América Latina en los Años Noventa:
La difícil situación económica de América Latina a finales de la década de los ochenta e inicios de los noventa, evidenciado en procesos de aguda inflación e insolvencia del Estado, propiciaron las mejores condiciones para que en los años noventa, América Latina quede entrampada en la lógica neoliberal[44] Los países de América del Sur, llegan a la adopción de políticas neoliberales en forma casi forzada debido a su coyuntura económica en deterioro e impuestas por los centros financieros internacionales, los EE.UU. y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el denominado Consenso de Washington (apertura económica, deuda externa, captación de inversiones). Si bien por lo menos en el discurso diario, estas políticas económicas han sido reiteradamente criticadas en ciertos sectores de la dirigencia política pero han logrado adhesión de los mismos.
Todas las reformas que se han realizado en la última década en el ámbito político y económico, han estado orientadas hacia el mercado y han buscado mejorar la eficiencia económica de cada uno de los países. En este contexto y como analizaremos más adelante, coinciden tanto la concepción y lanzamiento del MERCOSUR, como el relanzamiento del Pacto Andino (convirtiéndose en Comunidad Andina de Naciones), con los procesos de reformas políticas y económicas neoliberales.
Esto explica en parte el mayor dinamismo que en el intercambio comercial posee el MERCOSUR, pues el mismo es un complemento e instrumento en el proceso de apertura y reformas económicas estructurales emprendidas por Argentina y Brasil.
La CAN, con un perfil más institucionalizado y menos comercial, se reforma estableciendo mecanismos que lo ayudaron a adecuarse al nuevo contexto económico hemisférico y mundial. En este sentido fue fundamental el establecimiento de la zona de libre comercio entre Colombia y Venezuela en 1994 que ayudó a dinamizar y aumentar notablemente el intercambio comercial intra-zona, debido a que estos países son el principal motor económico del bloque y representan (1990-1999) el 75 %[45] de las exportaciones y el 58,8% de las importaciones totales del bloque.
Este proceso de liberalización comercial, fue acompañado en ambos casos, con reformas en las áreas tributaria, financiera, laboral, así como el proceso de privatización y cambios en el sistema previsional. Todo esto, como ya hemos mencionado con el objetivo de presentarse individual y colectivamente más atractivos para la captación de inversiones extranjeras.
III. El libre comercio en las Americas
El objetivo del presente capítulo es el de analizar desde una perspectiva económica y política, el interés de Brasil en el logro de un acuerdo de libre comercio en América del Sur. Este posible acuerdo tendría a Brasil como principal economía y ayudaría a mejorar fuertemente su inserción internacional, multiplicando los beneficios favorables del MERCOSUR, logrando una postura más sólida en las negociaciones hemisféricas, en especial con EE.UU, satisfaciendo las demandas internas de los sectores económicos que podrían ser perjudicados con el ALCA.
Para ello, iniciaremos con una breve exposición de los lineamientos -incluyendo tanto cambios como continuidades- en la política exterior de Brasil en la década del noventa, las transformaciones ocurridas con la vuelta a la democracia en los ochenta y los efectos de la crisis de la deuda externa. También, consideraremos el nuevo rumbo económico y político de los años noventa con las reformas económicas, la nueva política industrial y la búsqueda de una mayor competitividad. Posteriormente, explicaremos la visión e importancia del MERCOSUR para Brasil; beneficios económicos y políticos, así como su comportamiento económico dentro del bloque.
Finalmente abordaremos el ALCA y las consecuencias que presenta la iniciativa de EE.UU para Brasil, los intereses contrapuestos de Brasil y EE.UU; la visión desde el MERCOSUR y otros países de América del Sur, la importancia del MERCOSUR en la estrategia brasileña ante EE.UU, el impacto del ALCA en la economía brasileña, y la visión del ALCA desde la UE.
3.1.- Lineamientos y Cambios en la Política Exterior de Brasil:
La vinculación entre el Brasil, el país de mayor importancia económica de América del Sur y sus vecinos ha tomado un nuevo dinamismo en la década de los noventa con el final de la guerra fría. Históricamente ha sido percibido como un gigante dormido, debido a su gran extensión territorial con poca presencia de población fronteriza. A excepción de las fronteras con sus socios del MERCOSUR que poseen una dinámica económica importante, con el resto de los países sudamericanos la importancia económica y poblacional es escasa.
En materia de política exterior, a Brasil se le ha reconocido el poseer una línea de continuidad, incluso, esta condición es mencionada por importantes políticos de la talla del ex- Secretario de Estado de EE.UU Henry Kissinger, quien describe al servicio diplomático brasileño como "o mais eficiente da América Latina, bem treinado, poliglota, defendendo o interesse nacional do Brasil com um misto de charme, persistência e sofisticada avaliação da realidade internacional"[46].
Durante los últimos gobiernos militares de Brasil a fines de la década de los setenta e inicios de los ochenta, se implementaron políticas industriales activas, que incluían medidas proteccionistas, buscando compatibilizar los intereses de fracciones del capital internacional con el nacional, en nombre del desarrollismo[47] La transición del Brasil a la democracia significaría la elaboración de un nuevo proyecto nacional, cuya implementación se demoró debido a que sí bien hubo un cambio de régimen político, no hubo un cambio en los elementos constitutivos del Estado, es decir, existió una continuidad administrativa. Por otro lado, gran parte de la transición brasileña se realizó en medio de una creciente emergencia de la sociedad civil, en lo económico y social.
Es así que, a partir de 1.984 la política exterior se planteó la necesidad de repensar el lugar de Brasil en el mundo de la política y la economía. En el ámbito económico, el Brasil declaró la moratoria unilateral de su deuda externa el 20 de febrero de 1987, suspendiendo los pagos de intereses correspondientes a una deuda de $ 67.000 millones durante el gobierno de José Sarney, debilitando notablemente la credibilidad del país en el exterior. Esta crisis económica coincidió con los primeros años del regreso a la vida democrática, lo que hizo difícil que ésta diera respuestas efectivas a las demandas de la sociedad.
Durante la década de los noventa va a resultar importante el carácter profesional de Itamaraty. También sería fundamental el nuevo orden internacional después de la caída del muro de Berlín en 1.989 y las relaciones con EE.UU más allá de la formulación de una política exterior, la posición de Brasil en estos dos temas estará muy vinculada a la definición de un nuevo proyecto nacional.
Los lineamientos de la política exterior de Fernando Collor de Melo[48]1.990-1.992) estuvieron enmarcados en un abandono del modelo substitutivo de importaciones y las acciones de la política exterior en esta área. Es así que podemos decir que la base de la política exterior de Collor estuvo en la percepción de que un alineamiento con los EE.UU se constituiría en la mejor o única forma de asegurarse la buena voluntad y cooperación necesarias para el ingreso de Brasil al Primer Mundo y tener un trato privilegiado por parte de EE.UU en el contexto de América Latina.
Es así que, el Brasil se planteó un proceso de apertura más rápido que el de México y no tan salvaje como el de la Argentina. A la par de esta apertura del mercado interno, Collor planteó la creación en tres años de un Mercado Común en el Cono Sur. Esta política había sido planificada por los Presidentes José Sarney y Raúl Alfonsin como un Área de Libre Comercio Brasil – Argentina para ser implementada en 10 años. Así, este proyecto pasó a ser un Mercado Común rápidamente con el apoyo del entonces Presidente de Argentina Dr. Carlos Menem.
Lo que Collor con su alineamiento a EE.UU no supo precisar, es que si bien los EE.UU emergieron como única potencia política y militar, en lo económico se planteaba un escenario multipolar lo que le demandaría a este país una nueva estrategia y limitaría las posibilidades de ayuda hacia la región en los mismo términos a la que podía realizar en el periodo de la guerra fría.
Por lo tanto, los EE.UU tuvieron una atención especial para la política exterior de Collor otorgándole el centro del relacionamiento internacional de Brasil dejando de lado a la entonces Comunidad Económica Europea -principal mercado de productos brasileños- y los países asiáticos. Collor parecía conformarse con una industrialización de segundo nivel para Brasil y mantenerse en su posición de potencia media. Esto unido a los shocks que las reformas económicas causaron en importantes grupos económicos, originaron la percepción de que el país había perdido su capacidad de auto-gobernarse y definir su política macroeconómica.
Durante el gobierno del Dr. Itamar Franco (1.992-1.994) Brasil esta inmerso en una medio aguda crisis económica y política. Es así que la política exterior de Franco buscó recuperar el status internacional al cual Brasil tiene derecho a través de un proyecto de país más acorde a la altura del pueblo brasileño. Recobrar su autonomía en materia macroeconomía y mejorar el poder de negociación con otras naciones y en consecuencia lograr una inserción satisfactoria en la economía mundial.[49] En consecuencia observamos que se produce un cambio en los objetivos de la política exterior: Por un lado busca lograr el desarrollo del país ligado a los intereses nacionales y por el otro, una inserción internacional no exclusiva, es decir, hecha en varios sentidos y direcciones. Durante el gobierno de Itamar Franco el Brasil tendría una posición más dinámica hacia América Latina a través de la integración regional, en momentos en que los EE.UU habían lanzado la Iniciativa para las Américas y posteriormente se consolidaría el NAFTA. En este contexto y en palabras del entonces Canciller Celso Amorin "América del Sur es la primera prioridad, en modo especial el MERCOSUR y las relaciones con Argentina[50]En este sentido se retomó la Iniciativa Amazónica que daría base a la elaboración del ALCSA, con el propósito de buscar un espacio económico en América del Sur buscando mayor fuerza en el escenario internacional y que el propio Dr. Itamar Franco presentaría en Santiago de Chile en 1.993.
Resulta pertinente destacar que el ALCSA como proyecto formulado por la Cancillería de Brasil formó parte de la política exterior del país únicamente durante la Presidencia de Itamar Franco.
Igualmente fue importante en materia de política exterior el fortalecimiento de los vínculos con países de lengua portuguesa; las relaciones de Brasil con países desarrollados; combatir el proteccionismo; las relaciones con India, Rusia y China y darle fuerza al multilateralismo.
Posteriormente bajo la Presidencia del Dr. Fernando Henrique Cardoso, (1.994 y actualmente en ejercicio) existirían nuevos cambios en el ámbito de la política exterior. La política exterior de Brasil en este período "ha significado la culminación de un esfuerzo conceptual de inserción internacional iniciado en el gobierno de Itamar Franco[51] El Presidente Cardoso plantea una inserción internacional de Brasil al nuevo sistema internacional sobre la base de la victoria contra la inflación y el programa de reformas. Con el objetivo de constituirse en: Un interlocutor viable de América del Sur e incrementar el interés en el exterior en su economía. Esto ha determinado la llamada Diplomacia Presidencialista. Este cambio tiene por objetivo refundar la credibilidad externa sobre la estabilidad interna (económica) y una interrelación directa entre el Plan Real y la política exterior. En el área de integración el Presidente Cardoso ha planteado como un objetivo fundamental el fortalecimiento del MERCOSUR, los vínculos de éste con otros bloques como la UE, un eventual acuerdo con México y la construcción de un espacio económico sudamericano a través de un acuerdo entre la CAN y el MERCOSUR. Este eventual acuerdo contiene el mismo objetivo que tuvo el Presidente Franco con el ALCSA, es decir fortalecer la posición de su país en las negociaciones del ALCA Igualmente, durante la presidencia del Dr. Cardoso ha existido un mayor dialogo de Itamaraty con el sector privado. El clima de estabilidad (económica) y apertura justificaron este acercamiento así como el inicio del MERCOSUR unido a las posibles consecuencias del ALCA y el resultado de las negociaciones multilaterales de comercio, motivaron la articulación entre Itamaraty y los empresarios.
De esta manera, observamos como el MERCOSUR se constituye en una plataforma más fuerte desde donde el Brasil puede negociar en mejores condiciones en los foros internacionales y en sus negociaciones bilaterales, logrando a través del mismo:
Adaptarse al nuevo escenario mundial de bloques económicos.
Lograr una posición más favorable en las negociaciones comerciales internacionales.
Es así que durante la década del noventa se hacia necesario igualmente la formulación de una nueva política industrial para responder en forma eficiente y productiva a los nuevos desafíos económicos.
3.1.1.- La Nueva Política Industrial y el MERCOSUR:
En 1.990 se lanzó una Nueva Política Industrial y de apoyo al comercio exterior, cuyo objetivo sería el de "aumentar la eficiencia productiva"[52], a través del trabajo conjunto del Estado con el empresariado privado, teniendo como base que una inserción internacional efectiva del país pasaría por una modernización de las industrias y un redimensionamiento del tamaño del Estado.
En consecuencia, se dio un especial apoyo a los sectores industriales para que la modernización impactase positivamente al resto del aparato industrial. Se trabajó con una noción articulada de la industria, es decir, buscar beneficiar en forma paralela a varios sectores industriales a través de la cadena de producción. Igualmente, en materia de importaciones, se estableció un arancel medio del 14,2 %[53] y una acción directa del Estado en la generación de una mayor demanda dirigida a los sectores de tecnología de punta.
Estas medidas apuntaban hacia una modernización y apertura de la industria brasileña, permitiendo en muchos casos una mayor competencia en el mercado interno con productos importados, muy similar a la política aplicada en los países del sudeste asiático. Estos países, aumentaron su competitividad vía importaciones, abriendo en forma indiscriminada sus mercados a las empresas y productos extranjeros, obligando a la industria nacional a modernizarse, competir por el mercado interno y mejorar así sus condiciones de competir en el mercado internacional.
Los instrumentos que el Brasil implementó para mejorar la competitividad de su industria fueron:
Programa Brasileño de Calidad y Productividad: Dirigido a los sectores de bienes y servicios, enfrentando cinco problemas que afectan en forma notable a la industria en este sector, como lo son, la utilización de métodos de gestión empresarial atrasados, una inadecuada infraestructura tecnológica, inexistencia de articulación entre la industria, sistemas de financiamiento y tecnología, poca capacitación de recursos humanos y la cultura del conformismo con relación a la calidad de los productos.
El Programa de Apoyo a la Capacitación Tecnológica de la Industria: Buscando un incremento de la inversión empresarial en ciencia y tecnología, a través de incentivos fiscales. Esto también, a través de una mayor integración de la empresa privada con los centros universitarios.
Programa de Competitividad Industrial: Busca mejorar la competitividad industrial a través de la apertura comercial.
En materia de reforma del Estado, el otro pilar sobre el cual se basó esta búsqueda de competitividad a partir de 1.990, fue la ejecución de cinco reformas[54]en sintonía con el paradigma neoliberal consideradas como claves en la redefinición del Estado:
Reforma en el área orgánica: Una mayor descentralización del Estado y la disminución de su participación efectiva en la economía.
Reforma en el área tributaria: Una simplificación de la estructura tributaria, una considerable reducción impositiva para las empresas y exportaciones, modernización de los órganos encargados de la recaudación impositiva.
Privatización: Venta de importantes empresas en el área de telecomunicaciones, petróleo y gas.
Reforma administrativa: Mayor flexibilización laboral, fin de la estabilidad de los funcionarios, prohibición de huelga en los servicios esenciales y una mayor disciplina de sueldos en los sectores legislativo y judicial.
Reforma de la seguridad social: Reestructuración del sector previsional, edad mínima de jubilación 53 y 48 años para hombres y mujeres.
En este sentido, vemos como el Brasil busca una mayor modernización de su industria, una apertura al mundo, una disminución del rol del Estado en la economía y la creación de mejores condiciones productivas. Con el MERCOSUR persigue una mejor inserción internacional; con la nueva política industrial su objetivo es aumentar y consolidar su presencia el mercado del Cono Sur, pudiendo a través del mismo cubrir las posibles perdidas que la apertura de su economía pudiese generarle,"el proyecto del MERCOSUR era percibido como un instrumento que permitiría enfrentar las nuevas condicionalidades del sistema internacional con mejores capacidades políticas y económicas"[55].
3.2.- El MERCOSUR y sus consecuencias para Brasil:
Si definimos el MERCOSUR desde el significado que posee para sus cuatro miembros, diríamos que, es el instrumento para la adecuación industrial y productiva de Argentina a la nueva realidad económica internacional, buscando una mejor inserción externa. El MERCOSUR, es parte de la política económica y comercial de Brasil con el objetivo de mejorar su imagen internacional y presentarse como referente económico y político de la región; la necesidad de los industriales del Uruguay[56]en ampliar el comercio con sus socios regionales y la condicionalidad externa del Paraguay[57]de mantenerse dentro de un sistema democrático.
El establecimiento de un mercado ampliado entre Argentina y Brasil, se había formulado durante la Presidencia Raúl Alfonsin y José Sarney como un Área de Libre Comercio Brasil – Argentina, a establecerse en un plazo de diez años. Posteriormente se firmaron los Acuerdos de Integración Argentino – Brasileños (Acta de Buenos Aires en 1.990), se constituye con el Tratado de Asunción en 1.991 con Paraguay y Uruguay, se implementa como Unión Aduanera a partir de 1.995, y ha tenido modificaciones en los Protocolos de Brasilia para la Solución de Controversias (1.991) y el Protocolo de Ouro Preto (1.994), el cual le da al MERCOSUR personalidad jurídica internacional, como organismo internacional pudiendo celebrar Acuerdos.
Para Brasil, el MERCOSUR es visto como "una alternativa intermedia entre la continuidad de su política nacionalista y la economía liberal predominante en el mercado mundial"[58], debido a que por un lado -como hemos expuesto- se implementaron políticas tendientes a fortalecer la industria nacional y al mismo tiempo, se adecuaba al país a la nueva realidad económica regional y mundial.
Más aún para algunos analistas, el MERCOSUR, le ha permitido a Brasil, una "base más de apoyo para su estrategia de alcanzar el reconocimiento como potencia media mundial, en virtud del liderazgo que ejercería al interior del bloque, y a través de éste en el Cono Sur: Brasil intentaba así disputar a EE.UU la hegemonía en el ámbito sub-regional sudamericano"[59] La relación con los EE.UU, es importante no sólo en el área de política exterior, "sino un aspecto ligado a la necesidad de formulación de un proyecto nacional"[60]. En esta formulación, la integración regional tanto con el MERCOSUR como con el resto de América del Sur, y su objetivo de consolidar su presencia en este mercado consolidándose como el referente económico y político de la región, se ve amenazado o puede verse diluido por el ALCA.
Desde el punto de vista político el MERCOSUR representa para Brasil:
Instrumento importante en la redefinición de la inserción internacional.
Es una prioridad absoluta que no dejara de existir por la participación en un acuerdo de mayores dimensiones geográficas.
Incremento de su poder de negociación con EE.UU y la UE.
Medio de convergencia regional.
El mejor instrumento para el acercamiento con otros bloques regionales.
Ventajas económicas y fortalecer su influencia en la política mundial.
Posicionarse como portavoz de América Latina ante la UE y precursor de la integración económica de la región.
La importancia del MERCOSUR para Brasil, radica en el valor estratégico que el bloque le da en el escenario internacional y no tanto en su valor económico, debido a que el volumen de comercio que el país tiene con el bloque no alcanza al 15 % del total de sus exportaciones (Ver Anexo 1, Págs. 119-120 ).
Es así que, con el MERCOSUR como plataforma Brasil ha logrado posiciones coordinadas en diversos foros internacionales en áreas de interés:
En el ALCA, donde en un primer momento se opuso con éxito a la propuesta de EE.UU de negociar en forma bilateral y no entre bloques el establecimiento de un área de libre comercio continental, así como el criterio de "single undertaking, nada está negociado hasta que todo no esté negociado"[61].
En la Ronda del Milenio de la OMC (Seattle-EE.UU, 1.999) en materia de subsidios agrícolas, donde junto a otros países de importante performance comercial, el grupo CAIRNS, India y Sudáfrica, lograron obstaculizar la propuesta de los países desarrollados de establecer criterios de Dumping Laboral[62]y Dumping Ambiental, las cuales afectaban notablemente a los mercados emergentes. También debe destacarse, el nivel de diálogo político y de cooperación de los países del MERCOSUR con sus pares de la UE -desde la constitución del bloque- ha sido significativo para Brasil y para el resto de los países miembros del MERCOSUR.
La UE, es el principal socio comercial del Brasil y del bloque[63]Además el capital europeo especialmente de Alemania y España, ha ganado un espacio importante en la región, desde el inicio de los procesos de privatización. También debe destacarse que a diferencia de las relaciones comerciales del bloque con EE.UU, el diálogo con la UE no se limita a aspectos comerciales. La diferencia está en que el Acuerdo Marco de Cooperación con la UE y el MERCOSUR de 1.995, incluye una instancia de diálogo político, pero básicamente es un acuerdo de librecambio. Desde la puesta en marcha del MERCOSUR en 1.995, la economía brasileña ha visto aumentar constantemente el ingreso de IED, para 1.990 el monto invertido en Brasil provenientes de capitales extranjeros fue de 324 millones de dólares, en 1.995 se ubicó en 4.849 millones y en 1.999 alcanzó la cifra de 31.490 millones de dólares[64] Al analizar las cifras de IED para América Latina en la década de los noventa, vemos que el MERCOSUR se presenta como el principal receptor de capitales foráneos. En forma individual, Brasil ha sabido presentarse -debido a su política de captación de inversiones- como un mercado importante y estratégico para la inversión y la producción de empresas que deseen vender a la región.
Al presentarse el MERCOSUR como un mercado atractivo para los capitales y empresas multinacionales, es obvio que éstas buscarán abarcar el mercado latinoamericano desde un punto específico, en este sentido, el Brasil se ha constituido -debido a políticas muy criticadas por el resto de los socios del bloque- en el destino de estas inversiones, atraídos por los incentivos que el gobierno en el ámbito municipal, estatal y nacional ofrece a las empresas que decidan instalarse en el país[65] Entre estas políticas de incentivo a las inversiones están:
Diferenciamiento del Impuesto a la Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS) en la compra de materias primas.
Eliminación del pago de impuestos municipales durante diez (10) años.
Otorgamiento de financiación a través del Banco de Desarrollo Económico (BNDES) con tasas subsidiadas por el Estado, lo cual hace que el costo financiero en Brasil sea de un 13% menos que en la Argentina Otorgamiento del mismo trato nacional para empresas extranjeras.
Provisión de la infraestructura industrial para el asentamiento de empresas (energía eléctrica, terrenos). Reduciendo en un 40% el costo de construcción de una planta industrial en ese país.
Estas políticas han estado afectando fuertemente a la Argentina, debido a que en los últimos años un importante número de empresas han decidido trasladarse a Brasil estimulados también por los menores costos laborales. Esta situación se ha agravado a raíz de la devaluación brasileña de 1.999, la cual aumentó en un 30%[66] la competitividad debido a su tipo de cambio de con respecto de su socio del MERCOSUR. Igualmente, el nivel de costos laborales en Brasil lo hace atractivo a la hora del establecimiento de nuevas empresas. En comparación, el costo anual por trabajador obrero es casi del 48,9 % menos que en la Argentina. En el primero el costo anual es de 9.000 dólares, mientras que en el segundo es de 18.400 dólares estadounidenses.
Resulta pertinente resaltar que este incremento de IED a Brasil durante los últimos años consideramos se debe a los aspectos antes mencionados, por un lado el proceso de apertura económica y privatizaciones; el establecimiento del MERCOSUR y las políticas brasileñas tendientes a captar capitales foráneos. Por lo tanto, el establecimiento de un espacio económico sudamericano a través de un acuerdo de libre comercio entre la CAN y el MERCOSUR podría aumentar el atractivo de los inversionistas extranjeros en la economía de Brasil.
En Abril del 2.001, las medidas económicas del Ministro de Economía de Argentina Domingo Cavallo de reducir los aranceles para bienes de capital, haciendo que los empresarios brasileños compitan en igualdad de condiciones con empresas de todo el mundo en el mercado argentino, constituyeron un perforamiento del Arancel Externo Común (AEC) del MERCOSUR generando duras críticas de industriales de ese país.
Este perforamiento del AEC de forma unilateral por parte de Argentina, estuvo acompañado con las declaraciones del Ministro Cavallo, durante una conferencia en la Universidad de Harvard (Abril 2001), sobre la conveniencia de que su país apuntase hacia un acuerdo de libre comercio con EE.UU, así como que el MERCOSUR debía volver a ser una Zona de Libre Comercio para facilitar el paso hacia el ALCA. Esto fue interpretado duramente en Argentina y Brasil pues existió la sensación de una muerte del MERCOSUR.
"O Mercosul, para Brasília, não morreu. Nem poderia. É estrategicamente importante mantê-lo vivo, ainda que persistir nessa linha esteja requerendo, nos dias de hoje, uma enorme dose de paciência"[67] En estas declaraciones del Canciller Brasileño queda evidenciado el interés estratégico del MERCOSUR en la actualidad para su país, sobre todo en momentos en que los EE.UU están efectuando una nueva ofensiva diplomática en favor de sus intereses en el ALCA, con el eventual acuerdo de libre comercio con Chile, el ofrecimiento "informal" a la Argentina de un acuerdo similar y el acercamiento al Uruguay, lo cual trataremos más adelante.
Con respecto a las medidas del Ministro Cavallo, Lafer indicó que el apoyo de su gobierno estaba motivado "'Por uma questão estratégica, resolvemos apoiá-lo (Cavallo) neste momento; é do nosso interesse sermos solidários nos desafíos que enfrenta"[68] y que el mismo era dado en espera de que en el futuro este gesto sea reconocido por su socio del MERCOSUR.
3.3.- El ALCA: Intereses de EE.UU e Intereses de Brasil: La propuesta de creación del ALCA, es presentada formalmente por parte de los EE.UU en la Primera Cumbre de las Américas, realizada en la ciudad de Miami en Diciembre de 1.994 por el Presidente Bill Clinton, propuesta que desde 1.994 ha sido tratada en dos Cumbres de las Américas, Santiago 1.998 y Québec 2.001 y en seis reuniones Ministeriales, Denver 1.995, Cartagena 1996, Belo Horizonte 1.997, San José 1.998, Toronto 1.999 y Buenos Aires 2.001.
Esta propuesta de EE.UU, se presenta en un contexto de expansión constante de su economía que coincide con la implementación de fuertes reformas económicas y políticas en América Latina, con el incremento de relaciones comerciales de Europa y Japón con la región, y en especial, con el incremento constante del déficit comercial de los EE.UU en su comercio exterior.
Con el ALCA, se evidencia que los EE.UU miran hacia América Latina en momentos en los que su coyuntura internacional se lo impone. Si recordamos brevemente los momentos en que EE.UU tuvieron políticas activas hacia la región, veremos que todos coinciden con una coyuntura especial en su política exterior[69]de seguridad o comercial, que hace que su actitud hacia la región cambie, al respecto podemos precisar:
Proceso de Independencia: Necesidad de alejar la presencia europea de sus fronteras. (Doctrina Monroe).
Primera Guerra Mundial: La gran depresión económica, aparición del nazismo y fascismo y posteriormente la Segunda Guerra Mundial: La necesidad de aprovisionamiento de materias primas, consolidación como principal socio comercial de América Latina desplazando a Inglaterra. (Política de Buena Vecindad) Guerra Fría: Necesidad de evitar que la región cayera bajo la influencia comunista, en lo cual la Revolución Cubana significó un quiebre en el modelo de relaciones de EE.UU. con la región ( Alianza para el Progreso).
Post Guerra Fría: Necesidad de consolidar su presencia en el mercado de América Latina, (Iniciativa para las Américas y posteriormente el ALCA ).
Es así como, para inicios de la década de los noventa los EE.UU continúan siendo el país más endeudado del mundo, su déficit comercial se incrementaba fuertemente en especial con Japón, China, los países del Sudeste Asiático y Alemania debido a la pérdida de capacidad productiva y de competitividad de sus productos ante las innovaciones tecnológicas de estos países[70] Esto evidenciaba en forma clara que el nuevo escenario internacional estaría regido por las relaciones económicas internacionales, modificando y actualizando conceptos en las RR.II, la presencia de nuevos actores con un peso en ocasiones más importante en materia económica que los propios países desarrollados como los son las empresas multinacionales, y fundamentalmente, el sector financiero. Los EE.UU en lo económico perciben claramente la división del mundo en bloques regionales, por un lado la UE, por el otro China, Japón y los países asiáticos, y cobran cada vez más importancia los llamados mercados emergentes (Argentina, Brasil, Australia, Chile, México, Sudáfrica, India, Venezuela, Turquía, Singapur).
Así, para 1.989 los EE.UU firman el Acuerdo de Libre Comercio con Canadá, al que se sumaria México en 1.994, creando el NAFTA. Ello se constituiría en el primer paso para lograr crear un bloque comercial continental bajo su influencia. "Si Washington no toma la iniciativa en el terreno comercial nos encontraremos con que los japoneses y los europeos intentarán erigirse en sus socios y serán ellos los que crearán puestos de trabajo en sus países, en lugar de nosotros en el nuestro".[71] En un primer momento, la administración del Presidente Clinton generó expectativas a la región con la posibilidad de obtener un Fast Track o Vía Rápida, este mecanismo de negociación permitiría al Presidente negociar acuerdos de libre comercio, que no estarían sujetos a la aprobación del Congreso estadounidense y sin posibilidad de que éste realice enmiendas.
La importancia de la obtención del Fast Track o Trade Promotion Authority (TPA) (como llama a este instrumento la administración de George W. Bush) radica en que "EE.UU. tiene claro que cuando se habla de ALCA, se habla de la expansión del mercado de ese país"[72]. El Fast Track, otorgaría a los EE.UU una ventaja importante en las negociaciones, pues a través del mismo podría consolidar su estrategia original de establecer negociaciones bilaterales con los países de la región teniendo al NAFTA como eje logrando:
La atracción de aquellos países y regiones (Centroamérica y el Caribe Insular, Argentina, Chile, Uruguay) que enfrentan menos problemas de asimetrías[73]y un mayor comercio con su economía.
Evitar el largo proceso de una negociación continental, pues como hemos mencionado los acuerdos firmados no tendrían que ser aprobados por el Congreso estadounidense, en donde no existe una posición favorable hacia el ALCA. Esta posibilidad se desvaneció en el gobierno de Clinton, ya que los congresantes de su propio Partido se opusieron a un acuerdo hemisférico, debido a que un buen número de ellos provenían de Estados del sur del país cuyas economías agrícolas podrían verse afectadas con la entrada de productos de América Latina con legislaciones laborales y ambientales mucho más flexibles. Igualmente, fue importante la posición de los países del MERCOSUR, que se basa en que las negociaciones se realizaran bajo el principio de Single Undertaking, respetando los bloques ya existentes y los beneficios que estos producen para sus miembros[74]es decir, el ALCA no puede generar para los países del MERCOSUR, la CAN u otro bloque, menos comercio que el ya existente intra-bloque. La nueva administración del republicano George W. Bush, cuenta con varios factores a su favor en la consolidación del ALCA y el logro del Fast Track en el Congreso estadounidense, debido a: George W. Bush, viene de ocupar la Gobernación de Texas, un Estado con gran presencia hispana que se ha beneficiado del NAFTA y de las relaciones con el norte de México.
Su partido (Republicano) tiene una visión favorable sobre el libre comercio hemisférico y a diferencia con el partido Demócrata, no poseen fuertes lazos con sindicatos ni grupos protectores del medio ambiente, dos voces de oposición importante al ALCA.[75] La nueva administración republicana en los pocos meses que lleva en la Casa Blanca ha tenido importantes gestos políticos hacia América Latina. A sólo pocos meses de haber asumido la Presidencia. El primer viaje al exterior de George W. Bush como Presidente lo hizo a México y se ha entrevistado con casi todos los Presidentes de la región.
En el ALCA los intereses de los EE.UU. en materia de negociaciones se concentran en áreas que son sensibles y de interés para Brasil, debido al impacto que las mismas tienen en sectores industriales de este país sudamericano.
Con relación a estos intereses, podemos precisar por parte de EE.UU. los siguientes temas:
Propiedad Intelectual, medio ambiente y legislación laboral.
Tema agrícola, para EE.UU. debe tener un tratamiento particular, Washington se remite a los compromisos asumidos en la OMC, como referente obligado de las negociaciones. EE.UU. no acepta la inclusión de crédito y garantías a la exportación de productos agrícolas en materia de subsidios, queriendo darle un tratamiento separado, basándose en que las mismas están incluidas dentro de las disposiciones de la OMC, y concluyen en que la reducción de estos beneficios únicamente se podrán tratar en negociaciones multilaterales.
Persiste en que la legislación interna de cada país en materia de Antidumping y Medidas Compensatorias, prevalezcan sobre cualquier disposición que se acuerde en el ALCA.[76] Los EE.UU. en los últimos años ha implementado prácticas para-arancelarias que afectan las exportaciones no sólo de países de América Latina sino de todo el mundo, en este sentido, países como Chile, México, Venezuela y Estados partes del MERCOSUR se han visto afectados por estas prácticas desleales. También en materia de subsidios agrícolas, Washington los ha triplicado en los últimos diez años, pasando de 9.700 US $ millones a 29.300 US $ millones de dólares[77]un monto similar a la deuda externa de Venezuela.
Con una política de subsidios tan elevada, sería imposible para los productores agrícolas de América Latina y en especial del MERCOSUR el acceder en condiciones competitivas al mercado de EE.UU. Esta posición de EE.UU. y Canadá de no negociar en el ALCA los subsidios agrícolas buscó no debilitar su posición ante la UE.
"Há fortes resistências às propostas brasileiras por parte de outras delegações, sobretudo as dos EUA e do Canadá. Ambos os países sustentam que não poderiam concordar em eliminar subsídios no Hemisfério sem que compromissos semelhantes fossem assumidos na OMC, sobretudo pela União Européia"[78] Brasil en la pasada reunión del ALCA en Buenos Aires y en la Cumbre de Québec (Abril 2.001), alcanzó con el MERCOSUR y el apoyo de otros países oponerse a esta posición defendida por EE.UU. y Canadá logrando que en la Declaración de Buenos Aires, una cláusula en la que se incorpore en la agenda inmediata de negociaciones la discusión sobre subsidios agrícolas, " intensificando esfuerzos para alcanzar un entendimiento común a fin de mejorar las reglas y procedimientos relativos a la operación y aplicación de leyes antidumping y de derechos compensatorios, a fin de no crear obstáculos injustificados al libre comercio en el Hemisferio"[79] Si bien en esta materia no sólo el Brasil se vería afectado si la propuesta de EE.UU. hubiese sido aceptada sin oposición, es indudable que a la hora de negociar el que se hubiese hecho desde el MERCOSUR con el apoyo de otros países como Venezuela, otorgó mayor fuerza a la posición brasileña.
Para el gobierno de EE.UU., en el marco del ALCA más allá de las dificultades internas a enfrentar con la nueva correlación de fuerzas en el Senado con la renuncia al partido Republicano del Senador Jeffords, " o embaixador Robert Zoellick, o representante comercial dos EUA, deixou claro que o Brasil é o principal obstáculo ao avanço da ALCA"[80] 3.3.1.- Intereses de Brasil y efectos del ALCA en su Industria:
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