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Análisis de la sociedad argentina

Enviado por muzampa


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La mirada de Basualdo
  3. La dinámica de las políticas menemista desde la visión de otros autores
  4. Conclusión y cierre
  5. Bibliografía utilizada

Introducción

La acentuada crisis que se manifiesta en 1989 y que finaliza con la entrega anticipada del poder por parte de Raúl Alfonsin a manos del peronista Carlos Menem debido a un brote hiperinflacionario y a un marcado deterioro de la economía en general, marca el inicio de una nueva etapa marcada por una serie de reformas estructurales que el nuevo gobierno va a implementar y que va a dar lugar a una suerte de rearmamiento, por parte de los sectores económicos dominantes, de coaliciones entre fracciones nacionales y conglomerados internacionales que van a aprovechar el proceso de privatización de las empresas publicas, la apertura comercial y la valorización financiera para generar ganancias estrepitosas para sus arcas a costa de un deterioro marcado en las cuentas publicas y una concentración y regresividad del ingreso cada vez mayor, tapado durante los primeros años por la coyuntura favorable que permitió el crecimiento ininterrumpido del PBI durante cuatro años seguidos (desde 1991 a 1994) y reactivo marcadamente el consumo de la población.

El trasfondo político de todo este proceso es lo que vamos a tratar de descifrar en este trabajo, viendo quienes pugnaron por su creación y mantenimiento durante diez años cuando desde 1994 el modelo hacia agua, y cual fue la dinámica política que corrió por detrás de estas medidas en cuanto a coaliciones, arreglos y conveniencias. La exposición se hará teniendo como base el texto "Sistema político y modelo de acumulación en la Argentina" de Eduardo Basualdo, que luego será complementado con visiones afines y criticas.

El análisis de la dinámica de las políticas económicas del gobierno menemista:

La mirada de Basualdo

Conviene primero aquí retomar algunas reflexiones que Eduardo Basualdo hace de cómo se van moldeando la relación entre los grupos económicos y del estado que se funda en la necesidad de encontrar un punto en común entre los grupos nacionales y los extranjeros, durante los primeros cimbronazos de la hiperinflación, y la necesidad de un cambio de rumbo de las políticas económicas: " Si bien la crisis hiperinflacionaria de 1989 expresa la pugna entablada dentro de los sectores dominantes del nuevo patrón de acumulación, resulta evidente que un nuevo punto de equilibrio entre el capital concentrado interno y los acreedores externos exige no solo redefinir el carácter del Estado sino modificar también de una manera significativa la distribución del ingreso, y mas aun la propia relación entre capital y trabajo. Por lo tanto, no se trata de una crisis que resulta, como antaño de la pugna distributiva sino de un replanteo de las relaciones estructurales básicas entre el capital y el trabajo, pero mediado por la disputa dentro del establishment económico que conduce el desarrollo del nuevo patrón de acumulación."[1] Desde la perspectiva de Basualdo aquí comienza a valorizarce lo que el autor denomina el transformismo argentino: "Durante esta etapa hay, aunque lentamente y con resultados desiguales, un significativo avance en la construcción del transformismo argentino que les permite a los sectores dominantes seguir inmovilizando a los sectores populares ya no mediante el aniquilamiento físico y el terror dictatorial sino a partir del descabezamiento incruento que conlleva la cooptación de los dirigentes de los otros sectores sociales. Pero la construcción de este sistema de dominación es conducida, como ya se menciono, por una de las fracciones que componen los sectores dominantes y, por lo tanto, con resultados claramente sesgados"[2] . El tardío diagnostico del gobierno y su falta de consenso político, menguo las chanses de hacer las reformas en ese momento, postergándolas para un gobierno decidido y que no titubeara.

La asunción de Menem estuvo enmarcada por una profunda contradicción entre el capital concentrado interno y los acreedores externos. Mas allá de esto el gobierno establece relaciones con las facciones nacionales marcando la voluntad de acercar las relaciones entre empresarios y el sistema político. Debido a esto, el ministerio de economía se pone en manos de empresarios de la firma Bunge y Born, y las primeras medidas sesgadas en este sentido. Las posteriores presiones de los acreedores extranjeros dieron lugar a una serie de reformas estructurales. Los primeros intentos (la ley de emergencia económica, la ley de reforma del Estado y la reforma impositiva) derivaron en una nueva hiperinflación y en sucesivos cambios ministeriales que dieron a Domingo Cavallo la oportunidad de lanzar su plan de convertibilidad.

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