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Hacia un Multiculturalismo de la Complejidad (página 5)


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Bibliografía

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Notas

  • (*) Eley, G.: Un mundo que ganar. Historia de la izquierda en Europa 1850-2000, Crítica, Barcelona, 2003, p. 25.
  • (2*) Este estudio es fruto de una estancia en Méjico (Guadalajara) financiada por la Comunidad Autónoma de Canarias en el marco de su política de apoyo a la investigación. Dicha experiencia tuvo lugar en los meses de octubre y noviembre del 2000 en el seno de dos cátedras del ITESO (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente): la Cátedra de Desarrollo Humano de la UNESCO y la Cátedra Paulo Freire. Agradezco desde aquí el entrañable cariño con el que me acogieron… a ellos/as se dedica este trabajo
  • (3*) Citado por Robert Borofsky, en su trabajo "Posibilidades culturales", en VV.AA.: Informe mundial sobre la cultura: Cultura, Creatividad y Mercados, Ediciones UNESCO-Fundación Santa María, Madrid, 1999, p. 65.
  • (4*) Del poema "Los próximos diez mil años", de Jorge Riechmann en Viento Sur, Nº 67, Marzo, 2003, p. 104.
  • (5*) Los rituales del caos. Citado por Carlos Alberto Torres.
  • (6*) Citado en Torres, C.A.: Democracia, educación y multiculturalismo, Siglo XXI, México, 2001, p. 13.
  1. El anti-intelecualismo es cosa de la derecha y de la izquierda aunque la derecha tienda siempre a hacer de ella una gestión más eficaz, como expresa Eve Kosofsky: "Después de todo, el término `políticamente correcto´ tiene su origen en una sátira mediante la cual las feministas experimentales y teóricas, los queers, las gentes de izquierdas (de cualquier color, clase y sexualidad) luchaban contra la estulticia del anti-intelectualismo feminista y de izquierdas. El desprecio intimidatorio y aspirante a populista al que la escritura difícil, ambiciosa o con connotaciones sexuales se enfrenta en círculos de derechas no suele ser muy diferente de la recepción que ha tenido en la izquierda. Al parecer, a muchos universitarios feministas y de izquierdas les rechinan los dientes por la manera en que la derecha ha unido indiscriminadamente su destino discursivo con el de los teóricos y `deconstruccionistas´- al igual que, para ser justos, muchos teóricos que no han mostrado ningún interés por políticas de clase, raza, género o sexualidad pueden quedar más que desconcertados al encontrar sus nombres bajo los rótulos del `marxismo´ o del `multiculturalismo´. El éxito de la derecha en agrupar tantos y tan encontrados movimientos bajo la rúbrica de la `corrección política constituye un golpe de cínica perversión que no tiene precedentes desde las purgas académicas y artísticas de Alemania y Rusia en los años treinta". Kosofsky, E.: "A(queer) y ahora", en Mérida, R. (Ed.): Sexualidades transgresoras. Una antología de estudios queer, Icaria, Barcelona, 2002, pp. 49-50.
  2. López Pérez, R.: "Constructivismo radical de Protágoras a Watzlawick", Revista Electrónica Excerpta, Nº 7, Universidad de Chile, 2003.
  3. Ibid. p. 1.
  4. En tal sentido puede consultarse el libro de Watzlawick, P. -Krieg, P. (Comp. ): El ojo del observador. Contribuciones al constructivismo, Gedisa, Barcelona, 2000.
  5. Ibid., p. 3.
  6. Austin, J.-L.: Como hacer cosas con las palabras, Paidós, Barcelona, 1982, p. 44.
  7. Taylor, C.: El multiculturalismo y la política del reconocimiento, FCE, México, 1993.
  8. "Decir algo es hacer algo (…) la suposición de que decir algo, al menos en todos los casos dignos de ser considerados, esto es, en todos los casos considerados, es siempre enunciar algo, y nada más que eso. No hay duda de que esta suposición es inconsciente y errónea, pero al parecer es completamente natural en filosofía". Austin, J.-L.: Cómo hacer cosas con las palabras, op. cit., p. 49.
  9. Eribon, D.: Identidades. Reflexiones sobre la cuestión gay, Bellaterra, Barcelona, 2000, p. 55.
  10. Es interesante en este sentido el libro de Álex Grijelmo: La seducción de las palabras, Taurus, Madrid, 2004, en donde se comenta: "Las palabras tienen, pues, un poder oculto por cuanto evocan. Su historia forma parte de sus significado pero queda escondida a menudo para la inteligencia. Y por eso seducen. Y esa capacidad de seducción no reside en su función gramatical (verbos, sustantivos, adverbios, adjetivos… todos por igual pueden compartir esa fuerza) ni en el significado que se aprecia a simple vista, a simple oído, sino en el valor latente de su sonido y de su historia, las relaciones que establece cada término con otros vocablos, la evolución que haya experimentado durante su larguísima existencia o, en otro caso, el vacío y la falsedad de su corta vida. Nietzsche dijo que toda palabra es un prejuicio, y que toda palabra tiene su olor. Sí. Porque toda palabra es previa a sí misma, existía antes de pronunciarla. Y en eso reside su poder". p. 29.
  11. Tal y como cita el informe sobre la cultura de la UNESCO (Kroeber y Kluckohn: "Culture: a critical review of concepts and definitions", Papers of the Peabody Museum, Harvard University, Vol. 47, Nº 1), estos autores registraron más de 150 definiciones de la cultura. En Borofsky, R.: "Posibilidades culturales", art. cit., p. 65.
  12. Citado por McLaren, P. J.: "Prólogo", en Kincheloe, J.L.-Steinberg, S.R.: Repensar el multiculturalismo, Octaedro, Barcelona, 1999, p. 21.
  13. En este trabajo vamos a entender por multiculturalismo, el fenómeno de la pluralidad cultural en toda su extensión (no solamente la étnica ligada al fenómeno racial). Este concepto tiene su desarrollo sobre todo en los años ochenta en Estados Unidos y ha tenido un peso relevante en la Sociología de la Cultura desde entonces. Puede verse una buena aproximación de esta voz en el trabajo de: Coelho, T.: Diccionario crítico de política cultural: cultura e imaginario, ITESO/CNCA/SCGJ, Guadalajara, 2000.
  14. VV.AA.: Informe mundial sobre la cultura…, op. cit., p. 5.
  15. Aquí citamos al revés un famoso estudio de ciencias políticas de Ferrer Rodríguez, E.:: De la lucha de clases a la lucha de frases: de la propaganda a la publicidad, Taurus, México, 1995.
  16. Siguiendo a A. Hargraves, distinguimos entre: modernidad, modernismo y modernización. Modernidad describe una determinada condición social con componentes sociales, políticos, culturales y económicos. Por modernismo entendemos una forma intelectual, de componente fundamentalmente intelectual y estético-cultural, expresada en ocasiones a través de un movimiento que recibe la misma denominación. Y, por último, entendemos modernización como un proceso económico y político de desarrollo y cambio en el contexto de desarrollo del capitalismo internacional. Hargraves, A.: Profesorado, cultura y postmodernidad, Morata, Madrid, 1996, p. 51. Para una elaboración más desarrollada de las transformaciones del concepto de modernidad y modernización ligados al discurso filosófico contemporáneo, puede consultarse: Habermas, J.: El discurso filosófico de la modernidad, Taurus, Madrid, 1991.
  17. Borofsky, R.: "Posibilidades culturales…", art. cit, p. 64.
  18. Polanyi, K.: La gran transformación. Crítica del liberalismo económico, La Piqueta, Madrid, 1989.
  19. Según testimonio de L. Trotsky, Lenin había dicho que: "En la medida en que una cultura es proletaria no es aún cultura. En la medida en que existe una cultura ya no es proletaria". Citado en Bueno, G.: El mito de la cultura, Editorial Prensa Ibérica, 1996, p. 12.
  20. Hobsbawm, E.: "La izquierda y la política de la identidad", en New Left Review, Nº 0, Ediciones Akal, 2000, p. 114.
  21. Ibídem, pp. 117-119.
  22. Como ya advierte Amy Gutmann: "Las cuestiones acerca de de la posibilidad y la forma de reconocimiento de los grupos culturales en la política se encuentran entre las más grandes y preocupantes del programa político de muchas sociedades democráticas". Gutmann, A.: "Introducción", en VV.AA.: El multiculturalismo y la política del reconocimiento, F.C.E., México, 1992, p. 17.
  23. Mohan Raho, J.: "Cultura y desarrollo económico", en VV.AA.: Informe mundial sobre la cultura…, op. cit., p. 28.
  24. VV.AA.: Comisión mundial de la cultura y desarrollo: nuestra diversidad creativa, UNESCO, París, 1995.
  25. Borofsky, R.: "Posibilidades culturales", art.cit., p. 64.
  26. Puede verse una exposición de este problema en el trabajo de Varela, J.: "Aproximación al análisis genealógico de la escuela en el marco de la sociología francesa de la educación", Cuadernos de Realidades Sociales, Nº 14-15, 1979, pp. 20-21.
  27. Foucault, M.: Las palabras y las cosas, Siglo XXI, Madrid, 1989.
  28. Rodríguez, R.: El liberalismo conservador contemporáneo, Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, La Laguna, 1998, p. 205.
  29. Trilling, L.: Beyond Culture. Essays on Literature and Learning, London, Penguin Books, 1965, pp. 12-13.
  30. Crozier, M; Huntington, S.P. ; Watanuki, J.: The crisis of democracy. Report on the governability of democracies to the Trilateral Commision, New York, New York University Press. Citado en, Rodríguez, R.: El liberalismo conservador…, op. cit., p. 205.
  31. Se puede consultar en este sentido los trabajos de O´connor, J.: The fiscal crisis of the state, New York, St. Martin´s Press, 1973; y también, Accumulation Crisis, New York, Basil Blackwell, 1984.
  32. Una de las diferencias más importantes a destacar entre el pensamiento liberal y el conservador es la noción de tiempo y el signo del mismo desde una perspectiva diametralmente distinta. Como dice Robert Nisbet, en intelectuales como E. Burke, de talante profundamente conservador, subyace toda una filosofía de la historia, una filosofía en contra del progreso, que ve el pasado reciente como un deterioro irremediable de la grandeza, especialmente de la grandeza medieval, de la grandeza de una religión que no ha sido superada, de la caballería, de grandes instituciones elitistas como fueron las universidades, las corporaciones, los feudos y los monasterios. La grandeza, en definitiva, de un cuerpo de pensamiento unificado y sintético. Por el contrario el pensamiento liberal tiene una raíz enteramente moderna y se mueve en clave de la propia Dialéctica de la Ilustración. Para una buen contraste entre el pensamiento liberal y el conservador pueden explorarse las obras de, Gray, J.: Liberalismo, Alianza, Madrid, 1992 y de Nisbet, R.: Conservadurismo, Alianza, Madrid, 1995, p. 34.
  33. Para obtener una aproximación más detallada ver, Taylor, Ch.: El multiculturalismo y "la política del reconocimiento", F.C.E., México, 1993. Si se quiere consultar una trabajo más sistemático sobre los orígenes de la identidad contemporáea occidental, se puede ver: Taylor, Ch.: Fuentes del yo. La construcción de la identidad moderna, Paidós, Barcelona, 1996.
  34. Por ciudadanía sustantiva entendemos, siguiendo a S. García y Lukes, S., la conjunción de tres elementos importantes de la ciudadanía actual: la posesión de ciertos derechos así como la obligación de cumplir ciertos deberes en una sociedad específica; la pertenencia a una comunidad política y, por último, la oportunidad de contribuir a la vida pública de esa comunidad a través de la participación. Como ellos mismo dicen, la ciudadanía así entendida: "…es resultado de conflictos sociales y luchas por el poder que se producen en coyunturas históricas concretas. Algunas han sido luchas de clases, otras el resultado de enfrentamientos étnicos y geopolíticos". En, García, S.- Lukes, S. (Comp. ): Ciudadanía: justicia social, identidad y participación, Siglo XXI, Madrid, 1999, pp. 1-2.
  35. Rodríguez, R.: El liberalismo conservador…, op. cit., p. 245.
  36. Ibídem, p. 128.
  37. Para una representación conservadora y atroz del problema puede consultarse el trabajo de Huntington, S.P. : El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Paidós, Barcelona, 1997. Para una caracterización idealizada de cierto liberalismo ingenuo, puede consultarse el trabajo, Touraine, A.: "Iguales y diferentes", en VV.AA.: Informe mundial… op. cit.
  38. Siguiendo a Mohan Rao, por globalización neoliberal entendemos un proceso que tiene las siguientes características fundamentales: Crecimiento de los flujos internacionales de bienes y recursos // Crecimiento económico de los últimos cincuenta años // Cambios tecnológicos y políticos trascendentales // Revolución de la información y las comunicaciones (reducción del costo de las transacciones) // Derribo de barreras comerciales y liberalización // En, Mohan Rao, J.: "Cultura y desarrollo económico", art. cit., p. 33.
  39. Walzer, M.: "Comentario", en Taylor, Ch.: El multiculturalismo… op. cit, p. 139.
  40. Ibídem,. p. 140.
  41. Kymlincka, W.: "Nacionalismo minoritario dentro de las democracias liberales", en García, S. – Lukes, S.: Ciudadanía: justicia social…, op. cit., p. 131.
  42. Ibídem, p. 129.
  43. Rodríguez, R.: El liberalismo conservador…, op. cit., pp. 62-63.
  44. Kincheloe, J.L.- Steinberg, S.R.: Repensar el multiculturalismo, Octaedro, Barcelona, 2000, pp. 39-43.
  45. Kymlika, W.: "Nacionalismo minoritario dentro de las democracias liberales", art. cit., p. 150.
  46. Es curiosa esta escisión tendente a pensar los elementos por separado cuando la primera convergencia cultural es la convergencia de las políticas económicas internacionales (con instituciones que velan por la disciplina de las políticas económicas, la vigilancia de liquidez de fondos y divisas, y los pagos puntuales de deudas públicas y privadas internacionales). Además se habla ya desde el punto de vista del mercado de la presencia imprescindible de una cultura del ahorro para un crecimiento estable. Las consecuencias de este tipo de escisiones las hemos tratado en, Castilla, J. L.: "¿Qué globalización económica para qué globalización cultural?, (pendiente de publicación).
  47. Grossberg, L: "Cultural Studies, modern logics, and theories of globalisation", en McRobbie (Ed.): Back to reality: social experience and Cultural Studies, Manchester University Press, citado, en VV.AA.: Informe mundial sobre la cultura…, op. cit., p. 169.
  48. Ibídem, p. 105.
  49. Ibídem, p. 25.
  50. Ibídem, p. 170.
  51. Esta descripción de San Juan de la Cruz de lo que es un ejido, aparece junto a esta precisión: "terreno inculto en las afueras de una población, destinado a usos comunes diversos, como lugar de recreo, para establecer las eras, para estacionar ganado, etc.", en la voz correspondiente en la Gran Enciclopedia Larousse, Planeta, Barcelona, 1988.
  52. Maria José Albesa (Funcionaria del Ministerio de Educación y Ciencia, y empresaria), El Ejido (Almería). Comentario extraído de El País Digital (Sección Debates: Xenofobia en España). Marzo, 2000.
  53. Joaquín Estefanía: "El racismo de las mil caras", El País Digital, Debates, Febrero, 2000.
  54. La prensa ha sido, como siempre, parte responsable en la capacidad para estigmatizar y hacer lecturas políticas de los acontecimientos. De hecho, como sabemos, acaban conduciendo el sentido político que adquieren los mismos. Esta perversión está tan incrustada en la vida profesional de los periodistas que acaban viendo como natural y dentro del orden lógico de las cosas los fenómenos más rocambolescos. Así por ejemplo, en México, los periodistas tienden a distinguir entre "muerto" o "cadáver", según sea el carácter ilustre de la persona siniestrada.
  55. Estos dos acontecimientos no son más que un punto de la conflictiva situación que vivía el pueblo desde hacía bastantes años. La inseguridad ciudadana, los robos, los asaltos, las violaciones, entre otras cuestiones definieron el carácter del encuentro cultural que se producía.
  56. Gema Martín Muñoz: "El Ejido o el fracaso de una política", El País Digital, Febrero, 2000.
  57. Kristalnacht o noche de los cristales rotos ocurrida en Alemania como antesala de la persecución judía.
  58. Rodríguez Guerra, R.: El liberalismo conservador contemporáneo… op. cit., p. 134.
  59. Huntington, S.: El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Paidós, Barcelona, 1997.
  60. Joaquín Estefanía: "El racismo de las mil caras", art. cit.
  61. Cita extraída del libro de García, S.- Lukes, S. (Comp. ): Ciudadanía: justicia social, identidad y participación, Siglo XXI, Madrid, 1999.
  62. "En general, el ejército es importante para el desarrollo económico. Por ejemplo, fue en el ejército donde primero se desarrolló en la Antigüedad el sistema de salarios. En forma similar, entre los romanos, el peculium castrense fue la primera forma legal en la que fue reconocido el derecho a la transferencia de propiedad de quienes no eran padres de familia. Asimismo el sistema de gremios entre la corporación de Fabri. Aquí también se inició el uso de maquinaria en gran escala. Aun el valor especial de los metales y su uso como moneda parece haber estado basado originalmente… en su significación militar. La división del trabajo dentro de una rama, se llevó a cabo primero en los ejércitos. Toda la historia de las formas de la sociedad burguesa está sorprendentemente resumida aquí". Marx a Engels, septiembre 25 de 1857. Selected Correspondence, pp. 98-99. Citado en, Baran, P. A.-Sweezy, P. M.: El capital monopolista, Siglo XXI, México, 1986, p. 144.
  63. Hobsbawm, E.: "La izquierda y la política de la identidad", art. cit., p. 120.
  64. Fraser, N.: "¿De la redistribución al reconocimiento?", New Left Review, Nº 0, Akal, Madrid, 2000, p. 153.
  65. Castilla, J.L.: "De una Sociología de la Cultura a una Sociología por las Culturas: lecciones de la Educación Popular", Tempora, Pasado y Presente de la Educación, Nº 3 (Segunda Ëpoca), La Laguna, 2000. Para un análisis más complejo sobre las implicaciones del poder en el pensamiento postmoderno: Castilla, J.L.: Análisis del poder en Michel Foucault. Crítica del poder y consecuencias para la Sociología de la Educación, Servicio de Publicaciones de la Univ. de La Laguna, La Laguna, 1999.
  66. Ovejero, F.: La libertad inhóspita. Modelos humanos y democracia liberal, Paidós, Barecelona, 2002, p. 24.
  67. Como ejemplo de análisis con una mirada desde el postmodernismo de izquierda tenemos un conjunto amplio de estudios postcoloniales, feministas, etnoraciales, queer, etc. La mayor parte de estos se corresponden con la caracterización que hacen Joe L. Kincheloe y Shirley R. Steinberg en relación al "multiculturalismo teórico" (Kincheloe, J.L.-Steinberg, S.R.: Repensar el multiculturalismo, Octaedro, Barcelona, 2000). Por postmodernismo radical entendemos el conjunto de propuestas que teniendo una raíz profundamente postestructural se tornan conservadoras y se desplazan en un sentido netamente diferenciado de la dialéctica de la ilustración (nos referimos a intelectuales como Maffesoli, Gluskmann y Lyotard, entre otros).
  68. Sussue Hyakawa, en El puente sobre el río Kwai (1951), de David Lean. Citado por Ovejero, F.: La libertad inhóspita, op. cit., p. 15.
  69. "El liberalismo, que alguna vez aspiró a ser una filosofía política, aspiración que todavía perdura en algunos esfuerzos académicos, no pasa hoy de ser un conjunto de razonables intuiciones asentadas en nuestra cultura política compartida". Ovejero, F.: La libertad inhóspita…, op. cit., p. 263.
  70. Ibídem, p. 265.
  71. Felix Ovejero lo define como el PIAS (Paradigma de Individuos Antisociales en Sociedad). Ibídem, p. 40.
  72. Estas síntesis las hemos tomado del trabajo de Ródenas, P. : "Identidad de la política. Una cartografía de las filosofías políticas tardomodernas", Laguna. Revista de filosofía, Nº 1, La Laguna, 1992, pp. 38-39.
  73. Este tipo de razonamiento aparece explícitamente desarrollado mejor en el último trabajo de Brian Barry, ver en este sentido: Barry, B.: Culture and equality, Londres, Blackwell, pp. 3-15.
  74. Ovejero, F.: La libertad…, op. cit., p. 82.
  75. Como expresa convenientemente Kymlicka, este derecho diferenciado no puede ser asimilado necesariamente a derechos colectivos, puesto que existen derechos de diferencia que son ejercidos desde los sujetos individuales exclusivamente. La expresión derechos colectivos sugiere una falsa dicotomía: "Podemos ver ahora por qué el término derechos colectivos resulta de poca ayuda a la hora de describir las diversas formas de ciudadanía diferenciada en función del grupo. El problema es, por una parte, que el término es demasiado amplio y, por otra, que no logra trazar la distinción entre restricciones internas y protecciones externas. Pero un problema más profundo es que dicho término sugiere una falsa dicotomía con los derechos individuales". En, Kymlicka: Ciudadanía multicultural, Paidós, Barcelona, 1996, p. 71.
  76. Ibid. p. Último cuadro.
  77. Barry, B.: Culture and Equality, op. cit., p. 3.
  78. Según Barry, la máxima "divide y gobierna" del multiculturalismo tiende en general a beneficiar al status quo imperante. Ibídem, pp. 3-15.
  79. Ibídem, p. 10.
  80. Una contraejemplo de compatibilización entre derechos diferenciados y defensa exhaustiva de la libertad y la igualdad no liberal lo encontramos en los trabajos de Nancy Fraser. Ver en ese sentido, Fraser, N.: Iustitia interrupta. Reflexiones críticas desde la posición "postsocialista", Universidad de los Andes/Siglo del hombre editores, Colombia, 1997.
  81. Ibídem, pp. 10-15.
  82. Negri. A.-Hardt, M.: El trabajo de Dionisos, Akal, Madrid, 2003, p. 32. Barry critica a los marxistas que no es sólo la Ilustración la que se volvió insensible a la diferencia, sino también el marxismo y el propio K. Marx. En ambos casos, lo que se establece según él es un ajuste de cuenta con el derecho que tiende a liquidarlo. Desde nuestra perspectiva, lo que se tiende a liquidar no es tanto el derecho como el desarrollo del derecho burgués. Poco puede hablarse de la relación entre el derecho y un nuevo orden social imaginado, porque más bien poco produjo Marx sobre el segundo. En cualquier caso, para una discusión de interés sobre K. Marx, el derecho y el principio de justicia puede revisarse el debate que ha venido dándose en el marco de la New Left Review desde mediados de los 80. Puede verse: Geras, N.: "The Controversy about Marx and Justice", New Left Review, March-April, 1985.
  83. Ovejero, F.: op. cit., p. 25.
  84. "Ni el republicanismo unitario ni el postmodernismo brindan una clara alternativa al culturalismo liberal", en Kymlicka, W.: La política vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía, Paidós, Barcelona, 2003.
  85. Levi, J. T.: El multiculturalismo del miedo, Tecnos, Madrid, 2003, p. 29.
  86. Ibídem., p. 52.
  87. Ibídem., p. 55.
  88. Ibiden., p. 56.
  89. Barry, B.: Culture…, op. cit., pp. 3-15.
  90. Ovejero, F.: La libertad…, op. cit., p. 141-152.
  91. Kymlicka diferencia tres grupos fundamentales: inmigrantes (aquellos recién llegados a un país que son legalmente admitidos y tienen derecho a obtener la ciudadanía); trabajadores invitados o inmigrantes ilegales (no tienen derecho a convertirse en ciudadanos, pese a que en algunos casos pueden ser residentes permanentes del Estado); minorías nacionales (grupos que formaban sociedades completas y operativas en su tierra natal histórica antes de verse incorporadas a un Estado mayor). Kymlicka, W.: La política…, op. cit., pp. 11-33..
  92. Una sociedad se define mejor por lo que niega que por lo que afirma, decía M. Foucault. Esta forma de poner en jaque la autoconfianza de la razón ilustrada es, como veremos, un aporte fundamental para la definición del concepto de diferencia. Como comentaba M. Foucault en relación con los asilos: "…lo importante no es que las cadenas hayan caído cuanto descubrir el mito que ha dado sentido a esa liberación, abriéndola a una razón poblada de temas sociales y morales…". En Foucault, M.: Histoire de la folie à l`âge classique, Gallimard, Paris, 1995, p. 499. Para una revisión completa del concepto de poder puede consultarse nuestro trabajo: Castilla, J. L.: Análisis del poder en Michel Foucault, Servicio de Publicaciones Universidad de La Laguna, La Laguna, 1999.
  93. Kymlicka, W.: La política…, op. cit., p. 38.
  94. Ibídem., p. 120.
  95. Ibídem., p. 39.
  96. Es importante aclarar que en este aspecto hay distintas posiciones dentro del liberalismo cultural, pues hay quien acepta las restricciones internas siempre y cuando exista la posibilidad de abandonar el grupo de referencia. Ver, en este sentido, Kymlicka, W.: La política…., op. cit., p. 36-37.
  97. Puede ser conveniente citar aquí el irónico comentario de Antonio Machado en Juan de Mairena en relación a la libertad y el liberalismo: "La libertad, señores (habla Mairena a sus alumnos), es un problema metafísico. Hay, además, el liberalismo, una invención de los ingleses, gran pueblo de marinos, boxeadores e ironistas". En Machado, A.: Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo 1936, Castalia, Madrid, 1991, pp. 51-52.
  98. Como dice Yael Tamir, también citado por Kymlicka: "la mayoría de los liberales son nacionalistas". Kymlicka, W.: Ciudadanía…, op. cit., pp. 133-34.
  99. Kymlicka, W.: Políticas…, op. cit., pp. 59-61.
  100. Ovejero, F.: La libertad…, op. cit., p. 30.
  101. Esta confrontación entre sociología y liberalismo no deja de ser una construcción abstracta, no sólo porque hay sociólogos liberales, sino porque existen importantes recorridos sociológicos que ponen el acento en la capacidad de los sujetos para construir la realidad. En cualquier caso, y como signo de contraste, hagamos notar dos iconos reclamados por ambos elementos: para el liberalismo el icono de Robinson Crusoe constituye el referente de aquel estado puro y solitario de un sujeto ideal sin interferencias; el icono para la sociología lo constituye el "pequeño salvaje de Aveirón", la representación de que el individuo sólo es pura animalidad y que la existencia de derechos previos no es más que una gran ilusión absurda.
  102. Se hace necesario aclarar en este punto que el concepto de diferencia es de Derrida (différance), y con él hace notar tanto el concepto de diferir, es decir, ser diferente o disímil, como la idea de posponer, retrasar. La dispersión de los significados y la construcción del mismo lenguaje pasa por esta ambivalencia impidiendo el acceso a la verdad profunda de una narrativa. En Foucault esta diferencia aparece no sólo como un pliegue del discurso, sino como una forma en la que el poder produce diferencias normalizándolas.
  103. En este punto hemos de hacer notar que M. Foucault desarrolla el principio de diferencia a partir de una preocupación por el reconocimiento más que por la redistribución. Este aspecto reconocido por él mismo en numerosas ocasiones vuelve a todas luces incompleto su análisis en esta dimensión.
  104. Los trabajo de Judith Butler son aleccionadores al respecto y suponen una orientación crítica al liberalismo basado en el derecho fundamental. Ver en este sentido, Butler, J.: Mecanismo psíquicos de poder, Cátedra, Madrid, 2001.
  105. Alvarez, J.: Michael Foucault: verdad, poder, subjetividad. La modernidad cuestionada, Ediciones Pedagógicas, Madrid, 1996, p. 5.
  106. Por Filosofía del Concepto entendemos al amplio espectro de intelectuales franceses que van desde G. Bachelard a B. Cangüilhem, éste último profesor de M. Foucault, notablemente preocupados por las transformaciones de los discursos científicos y sus consecuencias para la producción científica.
  107. Jorge Arditi en un excelente prólogo a la obra de Donna J. Haraway comenta en relación con esto que la crítica de la razón centrada en el sujeto no sucumbe ante la falta de esperanzas por dos razones: "Primero, porque al negar la inocencia de su lectura puede hacerse auténticamente comprometida, tanto política como moralmente. Pero también porque al negar su inocencia y reconocer la parcialidad de su propia visión puede evitar el impulso que ha pervertido toda comprensión a través de nuestra historia (la historia del Occidente, escrita por la voz única y omnívora del Hombre Blanco…): el impulso para esencializar, para transformar toda cosa en la imagen de uno mismo". En Haraway, D. J.: Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Cátedra, Madrid, 1995, pp. 14-15.
  108. Los Queer Studies constituye un marco de trabajo multidisciplinario integrado como regionalidad de los Cultural Studies. La erosión de la identidades unitarias a través de la resignificación de lo "raro" y lo "extraño" en afirmación provocadoras a través de los "performances" dibujan un combate social en torno a la otredad de características muy interesantes. Para un lectura inicial de estos estudios puede revisarse el trabajo: Kosofsky, E.: Epistemología del armario, Ediciones de la tempestad, Barcelona, 1998.
  109. Para Levi, su concepto de diferencia extiende su crítica dentro del campo liberal para poder pensarla sin necesidad de acudir a las tres tradiciones liberales más notorias: la economía neoclásica, la jusrisprudencia angloamericana y la teoría neokantiana de los derechos. La separación de este macrocosmos liberal le sitúa en un punto de vista liberal distinto, con un concepto de diferencia más antropológico, pero en ningún caso llega a atravesar la barrera de la crítica de la racionalidad. Ver, en ese sentido, Levi, J.T.: El multiculturalismo…, op. cit., p. 298.
  110. Bien es cierto que en su libro La política vernácula aclara que "…sin el fomento de la ciudadanía, el multicultuarlismo es, casi invariablemente, una receta para la exclusión y una forma de racionalizarla", pero es justamente eso, racionalizarla y estatalizarla lo que hace en su razonamiento teórico, sólo así puede explicarse lo sobredimensionado de la figura del Estado frente a la sociedad civil y lo que es más importante la carencia de análisis sobre un diagnóstico de la ciudadanía occidental. Este tipo de cuestiones no suelen aparecer de forma sistemáticamente estudiadas, de tal manera que lo que él llama principios liberales democráticos o democracia deliberativa acaban siendo principios sostenedores pero convenientemente situados al margen de cualquier discusión. Kymlicka, W.: La política…, op. cit., p. 210.
  111. Habermas, J.: "Citizenship and national identity: some reflections on the future of Europe", citado en: Torres, C.A.: Democracia, educación y multiculturalismo, Siglo XXI, México, 2001, p. 15.
  112. McPherson, C.B.: The Real World of Democracy, citado en Torres, C.A.: Democracia…, op. cit., p. 15.
  113. Citado en Canclini, N.G.: "Opciones de políticas culturales en el marco de la globalización", en VV.AA.: Informe mundial sobre la cultura. Cultura, creatividad y mercados, UNESCO/Acento, Madrid, 1999, p. 169. Este aspecto nos revela cómo la división social del trabajo constituye un eje importante e imprescindible para pensar el multiculturalismo complejo.
  114. Por ejercicio crítico de la modernidad entendemos lo que ha sido consustancial a la propia modernidad, la descrita por la Escuela de Frankfurt como la dialéctica de la modernidad. Una dialéctica que no supone otra cosa que la autocrítica reafirmada de una racionalidad que busca la emancipación del sujeto. En tal sentido, la postmodernidad no es solamente "el deporte de tundir la Ilustración" (como cita Brian Barry), sino más bien hacer del espíritu ilustrado la forja de la autocrítica. Cómo esa autocrítica resulte de dolorosa para algunos es harina de otro costal. Barry, B.: Culture…, op. cit., p. 5.
  115. Negri, T.-Hardt, M.: El trabajo de Dionisos, op. cit., p. 37.
  116. El problema de las retóricas desnormalizadoras es que son críticas que se pueden extender hasta el infinito y son a todas luces autorreferenciales. Es en el fondo la idea de que toda identidad es poder opresivo, lo que autolimita la capacidad de resistencia de los propios grupos humanos que se resisten a la normalización. Esta paradoja aparece bien expresada en el movimiento Queer. La identidad con frecuencia es un poder o contrapoder imprescindible.
  117. Torres, C.A.: Democracia…, op. cit. p. 275.
  118. Seguiremos aquí el trabajo de Jorge Rodríguez Guerra: Rodríguez, J.: Capitalismo flexible y Estado de Bienestar, Comares, Granada, 2001.
  119. En ese sentido pueden verse las críticas que desarrolla Peter McLaren a la llamada "pedagogía crítica": "la pedagogía crítica se ha vuelto tan totalmente psicologizada, tan liberalmente humanizada, tan tecnologizada y tan postmodernizada conceptualmente, que su actual relación con luchas de liberación más amplias parece severamente atenuada si no es que fatalmente terminada (…) ha sido ampliamente domesticado". En Torres, C.A.: Ciudadanía…, op. cit., p. 186.
  120. Hagamos notar aquí que muchas diferencias históricamente construidas generadoras de identidad parten de injusticias configuradas antaño, y respetarlas puede suponer reforzar los mecanismos de opresión. En tal sentido la crítica a la ambigüedad del multiculturalismo crítico debe atemperarse porque lo que es ambiguo en sí mismo son los significados y los sentidos e interpretaciones que damos a una realidad necesariamente compleja.
  121. Torres, C.A.: Ciudadanía…, op. cit., pp. 270-271.
  122. Negri, A.-Hardt, M.: El trabajo…, op. cit., p. 82.
  123. Recogemos aquí el espíritu del libro de Ovejero, F.: La libertad…,op. cit.
  124. Rodríguez, J.: Capitalismo…, op. cit.
  125. Young, I.M.: La justicia y la política de la diferencia, Cátedra, Madrid, 2000, p. 23.
  126. Moan Rao, J.: "Cultura y desarrollo económico", en VV.AA.: Informe mundial sobre la cultura…, op. cit., p. 28.
  127. Siguiendo a Eva Patricia Gil en un trabajo en el que explica la crítica de Butler a la naturalización de la dualidad sex y genero: "…las mismas categorías sociales que te subordinan al mismo tiempo te producen, es que `el poder jurídico inevitablemente `produce´ lo que afirma sólo representar (…) De hecho, la ley produce y luego oculta la noción de `un sujeto anterior a la ley´´. El poder jurídico produce la ilusión de este `sujeto anterior a la ley´, que funciona como pieza clave en el dispositivo reproductor de las mismas relaciones de poder, y que es característica del liberalismo ya que, al presuponer un `antes´ de lo social y lo jurídico, se instaura la imagen de la sociedad como aquel conjunto de personas que `consienten libremente ser gobernadas y, con ello, constituyen la legitimidad del contrato social´. Es justamente esta lógica de `sujeto anterior a la ley la que nos hace confundir la idea de sujeto constituido por el discurso con la idea de sujeto determinado por el discurso, y nos impide ver la concepción de un sujeto agente si no es en forma de una contradicción". Gil, E.P..: "¿Por qué le llaman género cuando quieren decir sexo?: Una aproximación a la teoría de la performatividad de Judith Butler", Athenea Digital, Nº 2, Otoño, 2002, p. 9.
  128. Kymlicka, W.: La política de…, op. cit., p. 52.
  129. Citado en Rodríguez, J.: Capitalismo flexible…, op. cit., p. 259.
  130. Ibídem.., p. 278.
  131. Keith M. Baker es profesor de Historia de la Universidad de Stanford (EE.UU.). Especialista en historia de la Revolución Francesa y de la Francia de la Edad Moderna. Ha contribuido notablemente a renovar la interpretación histórica en este campo y es, además, el autor de una amplia e influyente obra teórica. Entre sus obras destaca Interpreting the French Revolution (1990) y Enlightenment and the institution of society: notes for a conceptual history (2001). William H. Sewell, historiador y sociólogo a la vez, es profesor de Historia y Ciencia Política de la Universidad de Chicago (EE.UU.). Es especialista en historia del moviemiento obrero del siglo XIX y en historia de Francia. Asímismo, es autor de una obra teórica de amplia reflexión y gran infuencia en sociología e historia. Entre sus obras destacan Trabajo y revolución en Francia (edit. Técnos, 1990), Structure and Mobility: The Men and Women of Marseille, 1820-1870 (1985), y A Rhetoric of Bourgeois Revolution: The Abbé Sieyes and What Is the Third Estate? (1994).
  132. Descombes, J.G.: De Praga a París. Crítica del pensamiento estructuralista y postestructuralista, FCE, México, 1988, p. 284.
  133. Young, I. M.: La justicia y la política de la diferencia, Cátedra, Madrid, 2000, p. 23.
  134. De hecho Habermas concibe al sujeto como producto de interacciones sociales (lingüísticas y prácticas).
  135. Para ser precisos se requiere también un ubicación geográfica concreta puesto que toda política todavía se define de manera fundamental bajo la lógica de los estados nacionales, no obstante, dado el desarrollo enérgico de la literatura sobre la globalización confío se me permita hablar de la política en abstracto sin un marco concreto de aterrizaje.
  136. Geoff, E. Un mundo que ganar. Historia de la izquierda en Europa (1850-2000), Crítica, Barcelona, 2003, p. XI.
  137. Íbid., p. 21.
  138. "Los socialistas y comunistas tuvieron siempre dificultades para ocuparse de una serie de asuntos y grupos sociales que quedaban más allá de su comprensión fundamental de clase sobre el funcionamiento del mundo social y político. Entre muchas otras cosas, estaban la política agraria y los intereses del campesinado, cuestiones referentes a la sexualidad, las relaciones familiares y la vida privada; cuestiones de moralidad social y creencias religiosas, y todo el campo de las diferencias de género en lo social y lo cultural". En, Eley, G.: Un mundo que ganar. Historia de la izquierda en Europa 1850-2000, Crítica, Barcelona, 2003, p. XI.
  139. "La teoría materialista de que los hombre son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la división de la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (…) La conciencia de la modificación de las circunstancias y de las actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria". Marx, K.: Tesis sobre Feurbach, Editorial Progreso, Moscú, 1986, p. 8.
  140. Guevara, E.: "Carta de despedida a sus hijos", Obras Escogidas, Habana, 1985.
  141. Otra forma en la que se nos manifiesta son las estadísticas…, pero dado el grado de insensibilidad y abstracción que nos ofrecen los datos, con frecuencia una historia personal moviliza más sensibilidades que un informe científico.
  142. Castilla, J. L.: "Adversus liberalismo", (pendiente de publicación).
  143. Citado por Brian Barry p. 56.
  144. Para una caracterización del multiculturalismo complejo puede revisarse mis notas en el trabajo: Castilla, J. L.: "Adversus liberalismo cultural", art. cit..
  145. Kymlicka, W.: La política vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía, Paidós, Barcelona, 2003, p. 238.
  146. El concepto de autonomía es entendido por Kymlicka de la siguiente manera: "La autonomía debe entenderse como la capacidad de los seres humanos para razonar de forma autoconsciente, reflexionar sobre sí mismos y autodeterminarse". También en relación con la autonomía llega a afirmar que "incluso los liberales han cuestionado cada vez más el privilegio de la autonomía". Ibid., p. 264 y p. 227 respectivamente.
  147. Hobsbawn, E.: "La izquierda y la política de identidad", New Left Review, Nº 0, Akal, 2000, p. 117-119. Joshua Gamson aclara que "antes de finales de la década de los ochenta, cuando los modelos de actores racionales fueron sometidos a crecientes exámenes críticos, `no se había dedicado demasiada reflexión directa al problema sociológico general de qué es y cómo se constituye la identidad colectiva (Schlessinger, 1987)´. Como sostiene Alberto Melucci (1989), los modelos sobre movimientos sociales centrados en acciones instrumentales suelen tratar la identidad colectiva como un residuo expresivo irracional de las aspiraciones racionales e individuales de obtener logros políticos". Gamson, J.: "¿Deben autodestruirse los movimientos identitarios? Un extraño dilema?", en Mérida, R.(Ed.): Sexualidades transgresoras. Una antología de estudios queer, Icaria, Barcelona, 2002, p. 145.
  148. Derrida, J.: "El otro `Cabo´", en Otra mirada sobre la época, Colección Arquitectura, Nº 29, Murcia, 1994, p. 87.
  149. Estos bloques son un constructo abstracto elaborado por mí para hacer entender un enfrentamiento genérico que está repleto de diferencias, intuiciones, escisiones, precauciones y multiposiciones.
  150. Hobsbawn, E.: "La izquierda…", art. cit., p. 120.
  151. Ibid., p. 122.
  152. Para un grupo importante del movimiento de izquierdas la identidad es un gran error, es lo que J. Butler denomina "un error necesario". Para comprender esta posición hay que partir del concepto de actos performativos, siguiendo la estela de Austin, se interpreta estos actos como formas del habla que autorizan, son enunciados que realizan cierta acción y ejercen un poder vinculante (el poder actúa como discurso). No existe pues, a partir de aquí, un sujeto centrado porque no existe, siguiendo la tradición nietzscheana, un yo "natural". El discurso desplaza al sujeto y sus elaboraciones constituyen el eje a partir del cual no sólo se piensa el orden de lo simbólico con sus regularidades y mecanismos de opresión, sino que también se hace un esfuerzo para desbordar el discurso, para romper sus límites y desarticularlo políticamente. Subvertir las normas del orden simbólico dominante constituye así un acto de radicalidad que con frecuencia se traduce en "parodia" (pese a que autores como J. Butler hayan sido precavidas en relación con la definición emancipatoria de esta categoría). Butler, J.: Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del sexo, Paidós, Buenos Aires, 2002, p. 184
  153. Siguiendo a María Antonia Oliver-Rotger comprendemos mejor la dificultad del término queer como polisémica andadura y objeto de traducción: "Una de las dificultades que ha suscrito esta traducción ha venido dada por la multiplicidad de usos gramaticales y significados del término queer en inglés americano. El adjetivo queer ha derivado en la forma substantiva queerness y en el verbo to queer. La edición de 1994 del diccionario Oxford de inglés incluye varias acepciones. Como adjetivo, queer significa `raro´, `extraño´, `curioso´; en expresiones como to be queer in the head (estar mal de la cabeza), to be in queer street (estar agobiado de deudas), to feel queer (encontrarse mal o indispuesto) tiene un significado negativo. Como sustantivo, significa `maricón´, `homosexual´, `gay´ y lo hallamos en expresiones como queer bashing (ataques gratuitos a homosexuales). Queer es también un verbo transitivo; en la expresión to queer somebody´s pitch tiene la aceptación de `jorobar´. La forma adverbial queerly significa `de un modo extraño, raro´ y la hallamos en expresiones como she looked at me queerly (me miró con cara rara). El substantivo queerness designa `lo raro, lo extraño´". En Mérida Jiménez, R.M.(Ed.): Sexualidades transgresoras. Una antología de estudios queer, Icaria, Barcelona, 2002, p. 27. Para una fundamentación teórica del movimiento queer puede consultarse, Kosofsky, E.: Epistemología del armario, Ediciones de la Tempestad, Barcelona, 1998.
  154. VV.AA.: Informe mundial sobre la cultura: cultura, creatividad y mercados, UNESCO/Acento, Madrid, 1999, pp. 15-20.
  155. El concepto de diferencia es plurisignificante y multidimensional. Una diferencia puede ser algo positivo y algo negativo, puede tener efectos normalizadores opresivos (capacidad para apropiarse de formas y categorías asimilables a un orden considerado normal) o puede funcionar también de forma perversa como desnormalizadora (estigmatizando, estratificando y segregando aspectos interno o próximos a una cultura concreta). En ese sentido, las preguntas que hace A. Sen en torno a la igualdad (¿igualdad de que…?) puede trasladarse al mismo concepto de diferencia (¿diferencia de que…? ¿y con qué efecto…?). Sen, A.: Nuevo examen de la desigualdad, Alianza, Madrid, 1999.
  156. Young, I.M.: La justicia…, op. cit., pp. 71-113.
  157. Eley, G.: Un mundo que ganar…, op. cit., p. 94 (el paréntesis es nuestro).
  158. Downing, J.- Husband, C.: "Comunicación intercultural, multiculturalismo y desigualdad social", ponencia presentada al Congreso IAMCR sobre Comunicación Intercultural, Barcelona, 21-26 de Julio de 2002, p. 2.
  159. Taylor, C.: El multiculturalismo y `la política del reconocimiento´, FCE, México, 1993, p. 56.
  160. Fraser, N.: "Izquierda del 2000. Entrevista de Carlos de la Puente", Rev. Electrónica Caretas, Perú, 2000.
  161. Fraser, N.: Iustitia interrupta. Reflexiones críticas desde la posición `postsocialista´, Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 1997, p. 3.
  162. Fraser, N.: "¿De la redistribución al reconocimiento? Dilemas de la justicia en la era postsocialista", New Left Review, Nº 0, Madrid, 2000,.p. 148.
  163. "En mis trabajos más recientes intenté afinar lo que planteé en ese artículo, porque algunas cosas me parecían muy abstractas, al hablar de `estar a favor del socialismo y la deconstrucción. Me parece que la distinción entre la afirmación y la transformación debe ser necesariamente contextualizada. No se trata de una distinción excluyente. Es decir, es posible llevar a cabo un tipo de reformas que desde un punto de vista abstracto no parecen tener el potencial de una transformación de las estructuras profundas, aunque en un determinado contexto pueden provocar cambios capaces de abrir otras posibilidades que a la vez permitirían cambios más profundos". En Fraser, N.: "Fragmentos de una conversación con Nancy Fraser", Cotidiano Mujer, Nº 34, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Montevideo, 2001.
  164. Fraser, N.: "Repensar el reconocimiento: superar el desplazamiento y la reificación en las políticas culturales", en Radl Philipp, R. (Coord.): Cuestiones actuales de sociología del género, CIS, Madrid, 2001.
  165. El término reificación o cosificación fue planteado por el filósofo marxista Georg Lukács en una serie de trabajos que publicó a comienzos de los años 20 y que fueron recopilados en su famoso trabajo Historia y consciencia de clase. Con este concepto Lukács designaba la problemática analizada por K. Marx en el capítulo II de El capital sobre el fetichismo de la mercancía. Mientras que el capital aparece como el verdadero sujeto social, el trabajador se representa como una mercancía, una cosa, es decir una variante de la alienación en el modo de producción capitalista. Ver, Giner, S.-Lamo de Espinosa, E.-Torres, C.(Eds.): Diccionario de sociología, Alianza, Madrid, 1998.
  166. Fraser, N.: "Repensar el reconocimiento…", art. cit., pp. 31-35.
  167. Ibid., p. 35.
  168. Ovejero, F.: La libertad inhóspita. Modelos humanos y democracia liberal, Paidós, Barcelona, 2002, p. 92.
  169. Kymlicka, W.: La política vernácula…, op. cit., p. 109. Un excelente ejemplo histórico de lo que defiende Kymlicka es el caso de Irlanda del Norte: "Durante el periodo de autonomía de Irlanda del Norte (1920-1972), por ejemplo, los católicos vieron reducido su poder no tanto por la pérdida de ventajas como consecuencia de la división de fronteras (aunque eso también se produjo), sino por la adopción de un sistema electoral (con circunscripciones de un solo miembro y normas de pluralidad) pensado para garantizar la unidad de la mayoría protestante y asegurar al mismo tiempo una oposición católica sin efecto. Éste es un ejemplo más de cómo un compromiso retórico con la democracia y los derechos humanos puede coexistir con la opresión de una minoría nacional". Ibid., p. 108.
  170. Entendemos aquí derechos de minorías de la misma manera que lo hace Kymlicka pero para grupos no idénticos a los que él piensa (minorías étnicas e inmigrantes): "Utilizo la expresión `derechos de las minorías etnoculturales´ (o, para mayor brevedad, `derechos de las minorías´) de forma flexible, ya que con ella aludo a una amplia gama de políticas públicas, derechos y exenciones legales así como a medidas constitucionales que van desde las políticas del multiculturalismo a los derechos lingüísticos, pasando por las garantías constitucionales que reflejan los tratados con los aborígenes. Se trata de una categoría heterogénea, pero todas estas medidas poseen dos importantes rasgos en común: a) van más allá del conocido conjunto de derechos civiles y políticos de la ciudadanía individual que todas las democracias liberales protegen; b) se adoptan con el propósito de reconocer y procurar acomodo a las diferentes identidades y necesidades de los grupos etnoculturales". Kymlicka, W.: La política vernácula…, op. cit., p. 29. Para una tipología compleja de los mismos puede consultarse: Levy, J. T.: El multiculturalismo del miedo, Técnos, Madrid, 2003, p. 170.
  171. Puede verse en esa línea de un concepto no hegemónico de derechos humanos los trabajos de Sousa Santos, 1996.
  172. Según J. Habermas, "las instituciones de libertad constitucional sólo valen lo que la población hace de ellas". Citado en: Torres, C.A.: Democracia, educación y multiculturalismo, Siglo XXI, México, 2001, p. 15.
  173. Yung, I. M.: La justicia…, op. cit., p. 12.
  174. Citado en: Young, I. M.: La justicia…, op. cit., p. 31.
  175. Anderson, P. : Tras las huellas…, op. cit., p. 13.
  176. Intelectuales como A. Negri y A. Hardt han captado la necesidad de esta síntesis aunque discrepamos ampliamente del planteamiento que desarrollan del actual capitalismo. Negri, A.-Hardt, A.: Imperialismo, Paidós, Barcelona, 2002.
  177. Anderson, P. : Tras las huellas…, op. cit., p. 40.
  178. Negri, A.-Hardt, M.: El trabajo de dionisos, Akal, Madrid, 2003, p. 37.
  179. El materialismo histórico es una de las herencias más relevantes de K. Marx para el pensamiento del socialismo revolucionario y para la ciencia social contemporánea, la importancia de su contribución reside en la interpretación de la historia de la humanidad en clave de confrontación material. Por el contrario, la genealogía y la deconstrucción son dos herramientas postestrucuturales, de M. Foucault y J. Derrida respectivamente, a través de las cuales se pone en jaque la filosofía de la conciencia centrada en el sujeto trascendente y racional. Mientras que la deconstrucción centra su trabajo en el lenguaje y su interpretación, la genealogía recorre la historia en la búsqueda de formas en las que el poder se expresa como poder ritual, arquitectónico o discursivo.
  180. El asedio a la noción de clase por parte del pensamiento posmoderno y parte de los Cultural Studies se ha convertido a nuestro juicio en un problema. En tal sentido nos sentimos próximos a F. Jameson cuando argumenta: "Las categorías de clase no son, por consiguiente, en absoluto ejemplos de lo apropiado o de lo autónomo y puro, las operaciones autosuficiente de los orígenes definidas por la denominada filiación de clase: nada resulta más complejamente alegórico que el juego de las connotaciones de clase a lo largo y ancho del campo social, en especial hoy en día; y constituiría un gran error para el marxismo abandonar este campo de análisis extraordinariamente rico y casi intacto partiendo de que las categorías de clase resultan en cierto sentido anticuadas y estalinistas y hay que renunciar a ellas vergonzosamente de antemano para que el marxismo prepare una reaparición en escena respetable y racionalizada en el campo del debate intelectual en el nuevo sistema mundial". Jameson, F.: "La carta robada de Marx", en Sprinker, M.(ed.): Demarcaciones espectrales. En torno a Espectros de Marx de Jacques Derrida, Akal, Madrid, 2002, p. 60. Para una crítica corrosiva y autoinvalidante de los Cultural Studies puede consultarse el trabajo de Carlos Reynoso (Reynoso, C.: Apogeo y decadencia de los Estudios Culturales. Una visión antropológica, Gedisa, Barcelona, 2000).
  181. Como línea de investigación se hace necesario desarrollar un balance de este método de comprensón y análisis de las sociedades contemporáneas a la luz de las aportaciones sociológicas más recientes y desafiantes. Nos referimos entre otros a las contribuciones de A. Giddens en torno a la estructuración, a U. Beck sobre la individuación o la teoría de campos de P. Bourdieu. De lo contrario, cualquier reclamo del materialismo histórico es sólo un brindis al sol que acaba cegando nuestra vista.
  182. Como decía M. Foucault: "El discurso no es la vida; su tiempo no es vuestro", citado en Butler, J.: "Críticamente subversiva", en Mérida, R.F.: Sexualidades transgresoras, Icaria, Barcelona, 2002.
  183. La materia es la que crea el espíritu y no al revés. Marx, K.: "Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política", en Marx, K.: Introducción general a la crítica de la economía política/1857, Siglo XXI, México, 1987.
  184. Citado por Butler, J.: Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del `sexo´, Paidós, Buenos Aires, 2002, p. 17.
  185. Ibíd., p. 28.
  186. Ibíd., p. 58. También cita a Derrida cuando refiriéndose a la alteridad radical de la materia afirma: "Ni siquiera estoy seguro de que pueda haber un concepto de un exterior absoluto". Ibíd., p. 58.
  187. "Los actos performativos son formas del habla que autorizan: la mayor parte de las expresiones performativas, por ejemplo, son enunciados que, al ser pronunciados, también realizan cierta acción y ejercen un poder vinculante. Implicadas en una red de autorización y castigo, las expresiones performativas tienden a incluir las sentencias judiciales, los bautismos, las inauguraciones, las declaraciones de propiedad; son oraciones que realizan una acción y además le confieren un poder vinculante a la acción realizada. Si el poder que tiene el discurso para producir aquello que nombra está asociado a la cuestión de la performatividad, luego la performatividad es una esfera en la que el poder actúa como discurso". Butler, J.: Cuerpos que importan…, op. cit., p. 316.
  188. Butler, J.: El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad, Paidós, México, 2001; Butler, J.: Mecanismos psíquicos de poder. Teorías sobre la sujeción, Cátedra, Barcelona, 2001. Para una revisión específica del tandem sexo-género puede consultarse el artículo de Rodríguez, E. P. : "¿Por qué le llaman género cuando quieren decir sexo?: Una aproximación a la teoría de la performatividad de Judith Butler", Athenea Digital, Nº 2, Otoño, 2002.
  189. Linhart, R.: De cadenas y de hombres, Siglo XXI, México, 1979, pp. 25-26.
  190. Con respecto al primer problema tenemos el planteamiento del K. Marx de La ideología alemana, para quien "la liberación es un acto histórico y no mental" (p. 20) Un acto que requiere un ajuste de cuentas con los jóvenes hegelianos que "afirman que sólo luchan contra frases. Pero se olvidan de añadir que a estas frases por ellos combatidas no saben oponer más que otras frases, al combatir solamente las prases de este mundo, no combaten en modo alguno el mundo realmente existente" (11). En el otro extremo encontramos a J. Butler defendiendo que "el `yo´ es, por tanto, una cita del lugar del `yo´ en el discurso" (p. 57). Marx, K.: La ideología alemana, Léina Editorial, Barcelona, 1998; Butler, J.: "Críticamente subversiva", en Mérida Jiménez, R. (ed.): Sexualidades transgresoras, Icaria, Barcelona, 2002.
  191. Jameson, F.: "La carta robada de Marx", en Sprinker, M.: Demarcaciones espectrales. En torno a Espectros de Marx de Jacques Derrida, Akal, Madrid, 2002, p. 45.
  192. Marx, K.: Tesis sobre Feuerbach, Progreso, Moscú, 1968, p. 4.
  193. Butler, J.: Cuerpos que importan…, op. cit., p. 59.
  194. J. Butler se pregunta: "¿Cómo es posible que una palabra que indicaba degradación haya dado un giro tal? (…) Gran parte del mundo heterosexual tuvo siempre necesidad de esos seres `queer´ que procuraba repudiar mediante la fuerza performativa del término". En Butler, J.: Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del `sexo´, Paidós, Argentina, 2002, p. 313.
  195. Se puede ver en este sentido especialmente mi trabajo: Castilla, J.L.: Análisis del poder en Michel Foucault, Servicio de Publicaciones Universidad de La Laguna, La Laguna, 1999.
  196. "Atender las elecciones pero desatender las circunstancias", en Kymlicka, W.: La política vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía, Paidós, Barcelona, 2003, p. 392.
  197. Yung, I.M.: La justicia y la política de la diferencia, Cátedra, Madrid, 2000, p. 12.
  198. Negri, A.-Hardt, M.: El trabajo de Dionisos, Akal, Madrid, 2003, p. 18.
  199. "Según Marx, en la primera de estas dos fases, la subsunción formal, el proceso de trabajo es subsumido bajo el capital, es decir, queda envuelto en el interior de las relaciones capitalistas de producción de tal forma que el capital interviene como su director o su administrador. Sin embargo, en esta disposición, el capital subsume el trabajo tal y como lo encuentra; el capital se apodera de los procesos de trabajo existentes, desarrollados en modos de producción anteriores o en cualquier caso en el exterior de la producción capitalista. Esta subsunción es formal en la medida en que el proceso de trabajo existe dentro del capital subordinado a su mando como una fuerza exterior importada, nacida en el exterior del dominio del capital. El capital tiende, sin embargo, mediante la socialización de la producción y la innovación científica y tecnológica, a crear nuevos procesos de trabajo y a destruir los antiguos, transformando la situación de los diversos agentes productivos. De este modo, el capital pone en marcha un modo de producción específicamente capitalista. Así pues, la subsunción del trabajo se denomina real cuando los procesos mismos de trabajo nacen dentro del capital y por ende cuando el trabajo queda incorporado no como una fuerza externa sino interna, propia del capitalismo mismo. Desde luego, la transición histórica entre las dos fases constituye una tendencia lenta y gradual que atraviesa diversas etapas intermedias. En el siglo XIX, Marx identificó las características de la subsunción real en la gran industria, una porción exigua de la economía de la época. A través de los constantes avances tecnológicos y de la socialización de estos procesos de trabajo fuera de los muros de la fábrica, las características de la subsunción real han venido ocupando parcelas cada vez más importantes del campo social". Ibid., p. 40.
  200. Ibid, pp. 38-45. Como revela escépticamente Jorge Rodríguez con relación a este absoluto de Negri y Hardt, sigue existiendo un afuera en el capitalismo que escapa a su capacidad de asimilación, sigue existiendo, y no de forma excepcional el trabajo no mercantilizado.
  201. Ibíd., p. 36.
  202. Ibíd., p. 42.
  203. En K. Marx la alienación no es sólo comprendida como la perdida del producto por parte del productor, supone también la pérdida de la propiedad en general (medios de producción y pérdida del control del proceso de producción).
  204. Marx, K.: Manuscritos: economía y filosofía, Alianza, Madrid, 1985.
  205. Sarup, M.: An Introductory Guide to Post-Structuralism and Postmodernism, Athenas, University of Georgia Press, 1989. Citado en Torres, C.A.: Democracia, educación y multiculturalismo, op. cit., p. 176.
  206. Como dice Wittig "los hombres no son diferentes, los blancos no son diferentes, y tampoco los amos. Pero los negros, lo mismo que los esclavos, sí lo son" (…) "el concepto de diferencia no tiene nada de ontológico. Es sólo la manera en que el amo interpreta una situación histórica de dominación. La función de la diferencia es enmascarar en todos los niveles los conflictos de intereses, incluidos los ideológicos". Citado en Bersani, L.: Homos, Manantial, Buenos Aires, 1998, p. 53.
  207. Gloria Anzaldúa estudia un ejemplo muy ilustrativo de lo que queremos decir en torno a la palabra "machismo": "El significado moderno de la palabra machismo, así como el concepto, en realidad es una invención anglo. Para hombres como mi padre, ser `macho´ significaba ser lo suficientemente fuerte como para proteger y mantener a mi madre y a nosotros, sin dejar de ser capaz de mostrar amor. El macho de hoy tiene dudas sobre su capacidad para alimentar y proteger a su familia. Su `machismo´ es una adaptación a la opresión y la pobreza y baja autoestima. Es el resultado de la dominación masculina jerárquica. El anglo, al sentirse inadecuado e inferior e impotente, desplaza o transfiere esos sentimientos al chicano humillándolo. En el mundo gringo, el chicano sufre de excesiva humildad y autoborronamiento, vergüenza de sí y autodesprecio. Entre los latinos sufre de una sensación de inadecuación de la lengua y de su incomodidad concomitante; con los indígenas americanos sufre de una amnesia racial que ignora nuestra sangre común y de culpa porque la parte española de él les quitó la tierra y los oprimió. Tiene una arrogancia excesiva compensatoria cuando esta con mexicanos del otro lado. Desparrama un profundo sentido de culpa racial (…) La pérdida del sentido de la dignidad y el respeto en el macho incuba un falso machismo que lo lleva a despreciar a las mujeres y hasta a maltratarlas. Coexistente con este comportamiento sexista hay un amor por la madre que toma la precedencia sobre todos los demás. Hijo devoto, macho cerdo. Para lavar la vergüenza de sus actos, de su mismo ser, y para manejar al bruto en el espejo, recurre a la botella, al trago, ala aguja y al puño." Citado en Torres, C.A.: Democracia, educación y multiculturalismo, op. cit., pp. 154-155.
  208. Nietzsche, F.: La genealogía de la moral, Alianza, Madrid, 1991.
  209. Butler hace notar como algunos términos como el de nigger (vocablo despectivo para referirse a personas de raza negra) no consigue dar el vuelco que el término queer (vocablo despectivo para referirse a personas con una sexualidad patologizada) ha propiciado una vez que ha empezado a ser patrimonio de la diferencia dentro de la comunidad gay y lésbica de EE.UU. Butler, J.: Cuerpos que importan…, op. cit., pp. 313-314.
  210. Citado por: Torres, C.A.: Democracia, educación y multiculturalismo, Siglo XXI, México, 2001, p. 156.
  211. Guerrero, A. B.(Dtor.): Enciclopedia del nacionalismo, Técnos, Madrid, 1997, p229.
  212. Por poner un ejemplo, no todos los marxistas valoraron por igual el problema de las identidades nacionales (Bauer, Luxemburgo, Kautsky o Lenin). Este último hizo siempre una defensa importante del derecho de autodeterminación nacional aunque se mostrara en general más partidario de los Estados grandes que de la construcción de nacionalidades minoritarias por lo que suponía de avance en el desenvolvimiento de las fuerzas productivas. Por otro lado Lenin desconfió siempre del concepto de autonomía cultural como solución para evitar la fragmentación, pues en último extremo quien de verdad defiende tal autonomía es el nacionalismo burgués en contra del internacionalismo proletario. Ver, Ibid., pp. 283-284.
  213. Castilla, J.L.: "La izquierda y el giro cultural", (pendiente de publicación).
  214. "Algunos de los esquemas adoptados para reducir la vulnerabilidad de la minoría respecto de la mayoría pueden incrementar la vulnerabilidad frente a la discriminación de la minoría de las mujeres en su propia comunidad". En, Kimlicka, W.: La política vernácula…, op. cit., p. 52.
  215. Unos debates en torno a la justicia popular en los que Foucault al historizar radicalmente el concepto de tribunal llega a poner en cuestión hasta la misma idea de justicia. Ver, Foucault, M.: "Sobre la justicia popular: debate con los maos", en Foucault, M.: Microfísica del poder, La Piqueta, Madrid, 1991.
  216. Ródenas, P. : "Identidad de la política. Una cartografía de las filosofías políticas tardomodernas", Laguna, Revista de Filosofía, Nº 1, Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, La Laguna, 1992, p. 33.
  217. Reivindicamos aquí la idea de I. M. Yung de la opresión como concepto estructural a partir del cual se distinguen cinco categorías fundamentales: explotación, marginación, carencia de poder, imperialismo cultural y violencia. Yung, I.M.: La justicia…, op. cit., p. 73.
  218. Para un análisis comparativo de las dos tendencias intelectuales puede consultarse: Castilla, J.L.: "Contribución de Michel Foucault al postmodernismo: notas para el debate nietzscheanismo vs marxismo", Laguna, Revista de Filosofía, Servicio de Publicaciones Universidad de La Laguna, La Laguna, 2000.
  219. Castilla, J. L.: Análisis del poder en Michel Foucault, Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, La Laguna, 1999.
  220. Carey, J. W.: "Reflexiones acerca del proyecto de los estudios culturales (norteamericanos)", en Ferguson, M.-Golding, P. : Economía política y estudios culturales, Edit. Bosch, Madrid, 1998, p. 66.
  221. Castilla, J. L.: Análisis del poder…., op. cit., pp. 303-306.
  222. Sobre la condición criptomarxista del pensamiento de Tomás Moro puede consultarse: Rodríguez, P. : "Introducción", en Moro, T.: Utopía, Alianza, Madrid, 2002. En torno a la extensión limitada del marxismo científico en el movimiento socialista puede verse: Eley, G.: Un mundo que ganar. Historia de la izquierda en Europa 1850-2000, Crítica, Barcelona, 2003, p. 47.
  223. "Se dice, y así lo demuestra la configuración del terreno, que en otro tiempo aquella tierra no estaba completamente rodeada por el mar. Fue Utopo quien se apoderó de la isla y le dio su nombre, pues anteriormente se llamaba Abraxa. Llevó este pueblo tan inculto y salvaje a ese grado de civilización y cultura que le pone por encima de casi todos los demás pueblos. Conseguida la victoria, hizo cortar un istmo de quince millas que unía la isla al continente. Con ello logró que el mar rodease totalmente la tierra". Moro, T.: Utopía, Alianza, Madrid, 2002, pp. 114-115.
  224. "La mesianicidad (…) es cualquier cosa menos utópica: es, en todo aquí-ahora, la referencia a la llegada del acontecimiento más concreto y más real, es decir, a la alteridad más irreductiblemente heterogénea. Nada es más `realista´ y más `inmediato´ que esta aprehensión mesiánica orientada hacia el acontecimiento de quien/lo que viene (…) (preparación activa, anticipación sobre el fondo de un horizonte, pero también exposición sin horizonte y, por tanto, composición irreductible de deseo y de angustia, de afirmación y de miedo, de promesa y de amenaza)." [ Y un poco más adelante] Dado que esa mesianicidad incondicional debe negociar posteriormente sus condiciones en una u otra situación práctica singular, nos encontramos en el lugar de un análisis y una evaluación y, por lo tanto, de una responsabilidad." En Derrida, J.: "Marx e hijos", en Sprinker, M.(ed.): Demarcaciones espectrales. En torno a Espectros de Marx, de Jacques Derrida, Akal, Madrid, 2002, pp. 289-290.
  225. Kincheloe, J.L.-Steinberg, S.R.: Repensar el multiculturalismo, Octaedro, Barcelona, 2000.

 

José Luis Castilla Vallejo

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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