En la actualidad, este enfoque está evolucionando hacia la gestión de riesgos del ciberespacio (Information Assurance), donde podemos concluir que la ciberseguridad consiste en la aplicación de un proceso de análisis y gestión de los riesgos relacionados con el uso, procesamiento, almacenamiento y transmisión de información o datos y los sistemas y procesos usados basándose en los estándares internacionalmente aceptados.
Sigue planteando el autor que la ciberseguridad debe ser considerada como servicio público, al ser esencial para todos los ciudadanos, independientemente de la naturaleza pública o privada del prestador del servicio.
Además, el Estado deberá regular y proporcionar garantías razonables para el logro de un nivel de ciberseguridad adecuado. Una de las vías utilizadas por los países de nuestro entorno geopolítico para otorgar la consideración de servicio público a la ciberseguridad es la definición de una Estrategia Nacional en materia de Ciberseguridad.
Estas estrategias se soportan sobre una serie de pilares básicos entre los que se incluyen el liderazgo del Estado, la gobernanza, la gestión del I+D+i, la educación, el impulso económico y la legislación y coordinación internacional. En nuestro país aún no se ha definido esta estrategia.
Así, recientemente ha sido definida la Estrategia Española de Seguridad (EES), pero no existe una estrategia específica en materia de ciberseguridad, aunque se hayan llevado a cabo multitud de acciones para la protección del ciberespacio.
Para Easton, D. (1990) "La educación es uno de los pilares básicos para la ciberseguridad. Multitud de países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Francia, Alemania, Holanda o Japón han establecido una serie de acciones de carácter estratégico para coordinar el desarrollo y consolidación de la educación en materia de ciberseguridad".
Estos países han desarrollado iniciativas específicas en materia de cibereducación y ciberconcienciación, necesarias ambas para que sus ciudadanos conozcan los fundamentos más básicos de la seguridad en el ciberespacio, incluyendo campañas de sensibilización y concienciación y acercando la normalización y las tecnologías relacionadas con esta materia.
Estas iniciativas han sido incluidas, igualmente, en los planes educativos desde la enseñanza primaria a la formación universitaria.
Otras iniciativas incluyen el aumento del número y las competencias de profesionales en esta materia, incluyendo especialistas en seguridad de la información, delincuencia informática, investigadores, expertos jurídicos, etc.
En España aún no se ha definido una estrategia en materia de ciberseguridad, aunque se haya definido recientementela Estrategia Española de Seguridad (EES) y se hayan llevado a cabo acciones para la protección del ciberespacio.
Para ello, se incluyen mejoras específicas sobre los programas educativos en materias relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y el derecho.
Además, se están tratando de incluir incentivos, apoyos y reconocimientos de la excelencia en la investigación sobre seguridad cibernética y el desarrollo de productos y sistemas relacionados con la ciberseguridad, incluyendo la gestión de patentes.
Por último, un grupo de iniciativas abogan por la profesionalización, las certificaciones y acreditaciones personales y de sistemas y organizaciones.
La gestión del conocimiento en materia de ciberseguridad tiene como objetivo transferir el conocimiento y la experiencia existente entre todos los actores y profesionales con responsabilidad en la protección del ciberespacio, de tal manera que este conocimiento sea un recurso disponible para el resto de actores y la sociedad en general.
Esta gestión del conocimiento incluye procesos, tecnologías y metodologías para obtener la información, clasificarla, organizarla, almacenarla y comunicar el conocimiento.
El objetivo final es transformar el conocimiento residente en todos los actores y profesionales en un activo intelectual que preste beneficios y se pueda compartir.
En España hay diferentes agentes que tienen responsabilidad directa en la educación sobre la ciberseguridad y que incluyen a toda la comunidad educativa, a las organizaciones profesionales, a la propia industria y al Gobierno.
Las competencias relacionadas con la gestión operativa de la ciberseguridad están repartidas entre un conjunto de organismos e instituciones, que dependen de diferentes ministerios del Gobierno central y que aglutinan gran parte del conocimiento relacionado con la ciberseguridad.
Para este autor, entre los organismos más relevantes se encuentran:
El Centro Criptológico Nacional (CCN), dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que tiene, entre sus misiones, la gestión de la seguridad del ciberespacio dependiente de cualquiera de los tres niveles de las administraciones públicas: estatal, autonómico y local.
El Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco), dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, es responsable de gestionar, a través de su CERT, la defensa del ciberespacio relacionado con las pymes españolas y los ciudadanos en su ámbito doméstico.
El Centro Nacional para la Protección de las Infraestructuras Críticas (CNPIC), dependiente del Ministerio del Interior, procura la ciberseguridad relacionada con estas infraestructuras.
El Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil y la Unidad de Investigación de la Delincuencia en Tecnologías de la Información de la Policía Nacional, dependientes ambos del Ministerio del Interior, son responsables de combatir la delincuencia que se produce en el ciberespacio.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), dependiente del Ministerio de Justicia, responsable de hacer cumplir la normativa en materia de protección de datos personales.
Además, en la administración autonómica existen centros homólogos a los referidos a nivel central como el CSIRT-CV de la Comunidad Valenciana y las Agencias de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid y de la Generalitat de Cataluña, que igualmente tienen responsabilidades en la gestión de la ciberseguridad en su ámbito autonómico.
En el ámbito de la comunidad educativa, el Ministerio de Educación, con responsabilidades en la cooperación y colaboración entre las comunidades autónomas y las entidades locales en materia educativa incluyendo, además, a las universidades y centros de formación privados.
También las organizaciones profesionales deben participar en la gestión del conocimiento, incluyendo programas formativos, participando y gestionando congresos y foros o participando de forma directa en la formación de profesionales de las administraciones públicas para la mejora de sus competencias mediante programas de certificación del personal.
Por último, y no por ello menos importante, el sector privado, pero no solamente con su rol de gestión de la mayor parte de las infraestructuras críticas, sino también en su función de proveedor de productos y servicios relacionados con la seguridad de las Tecnologías de la Información y en su labor de investigación, innovación y desarrollo.
Watzer, M. (1999) plantea que: "En el caso de la gestión del conocimiento sobre la ciberseguridad, podemos hablar de "Geoestrategia del Conocimiento" ya que en el mundo de la ciberseguridad la gestión del conocimiento se constituye como esencial para la existencia y la prosperidad de la nación, por su importancia estratégica".
Esto implica que son necesarias transferencias estructuradas y estratégicas del conocimiento, incluyendo el desarrollado de una metodología de gran alcance que permita a todas las organizaciones mencionadas con anterioridad formalizar e institucionalizar la transferencia, el manejo, el almacenamiento y la accesibilidad de los activos de conocimiento.
Una base de este dominio sobre ciberseguridad se compondrá de información, datos, experiencias, procesos y sistemas de información. Cada uno de estos componentes requiere de diferentes medios de transmisión y conservación.
Esta "Geoestrategia del Conocimiento" deberá empezar por realizar una evaluación exhaustiva de las áreas de conocimiento que deben ser transferidas y del catálogo de los ya existentes, sin olvidar los lugares en que los que el inventario de activos de conocimiento residen. Esta geoestrategia incluirá talleres de transferencia de conocimiento, entrevistas, un Observatorio sobre Ciberseguridad, programas de concienciación ciudadana y una red de expertos.
Debe de conformarse un marco estratégico para avanzar en el inventario de los activos de conocimiento, valorando cada uno de ellos y dando prioridad al diseño de la arquitectura de gestión del conocimiento. Una vez que se conforme este marco se pueden llevar a cabo proyectos para la adquisición de los conocimientos más adecuados y las iniciativas de gestión, que variarán dependiendo de la naturaleza de cada uno de los agentes y la base de conocimientos.
Por ejemplo, los datos cuantitativos pueden ser almacenados en una base de datos recién creada, mientras que los nombres de contacto pueden ser referenciados dentro de un tipo muy diferente de activo.
Algunos componentes de este marco pueden ser tecnologías basadas en las plataformas electrónicas tales como comunidades de interés y comunidades de prácticas, redes sociales, un mapa organizacional, la creación de una red amplia de expertos y el desarrollo de formatos de transferencia de conocimientos y procesos a través de gestores documentales y de contenidos.
___ (2000) "En las últimas décadas la sociedad ha sido víctima de uno de los peores flagelos hasta ahora conocidos: el terrorismo, que es un hecho expresivo de violencia que se lo puede ver durante toda la historia (conquistas, guerras) con sus más variadas formas de expresión y crueldad".
Si pudiera dar una primera definición general de terrorismo mencionaría que, de acuerdo con la Resolución 1269 del Consejo de Seguridad, un acto terrorista es cualquier acto destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un civil o cualquier otra persona que no participe directamente en las hostilidades en una situación de conflicto armado, cuando, el propósito de dicho acto, por su naturaleza ó contexto, sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo.
Así, el terrorismo se constituye así tanto en el ámbito interno como en el mundial, como en una vía abierta a todo acto violento, degradante e intimidatorio, y aplicado sin reserva o preocupación moral alguna. No es, por lo tanto, una práctica aislada, reciente ni desorganizada pero no por ello estructurado.
Los fines buscados por esta forma de "guerra" no convencional pueden tener fines políticos, religiosos, culturales y lisa llanamente la toma del poder por un medio totalmente ilícito. Por dichas causas, el mundo se ve sacudido diariamente con noticias de atentados producidos en la vía pública, donde pierden la vida gente inocente y totalmente ajena a esa "guerra" o intereses diversos.
Después del llamado "Martes Negro" se puede hablar de un renacimiento del terrorismo, ya que dentro de los temas que abarca el concepto de Seguridad Internacional; el terrorismo recobra importancia y es visto como el enemigo del mundo, este enemigo esta dispuesto a atacar en cualquier momento a cualquier actor de la Sociedad Internacional y por lo tanto el combatirlo es uno de los objetivos primordiales de los Estados.
El autor anterior se refiere a estos dos grandes conceptos aterrizándolos en el ámbito que nos compete, es necesariamente un análisis mecanizado de lo que, a mi parecer, me parece la relación entre estos términos y el terrorismo, en general.
Guerra, en el sentido más generalizado, se puede entender como el enfrentamiento entre dos o más entes para conseguir fines específicos. En las guerras civiles internas, son dos partes contrastantes ideológicamente dentro de un mismo Estado las que entran en constante contienda. Desde mediados del siglo pasado, el término guerra adquirió un nuevo y renovado sentido.
No necesariamente tendría que referirse a un acto destructivo mediante el cuál se dieran enfrentamientos sangrientos, matanzas, frentes armados y todo este tipo de luchas físicas, legítimamente constituidas. Con el inicio de la llamada "Guerra Fría" apareció una tipología estrictamente ideológica en la que no necesariamente tenía que usarse el medio violento para dicha contienda.
Relacionándolo con el fenómeno del terrorismo. La guerra juega un papel temporal en alguna etapa del fenómeno. La más clara es la que queda entendida como un fenómeno consecuente al terrorismo, y esto fue claramente ejemplificado con los atentados del llamado Martes negro en Estados Unidos. Esto revolucionó por completo los sistemas de defensa y seguridad nacional de dicho país, generando un cambio en el sistema político y en la manera de recibir insumos ante las demandas y el temor de la gente.
Aquí es donde se puede entender mejor el concepto de "revolución" dentro del fenómeno del terrorismo.
En estricto sentido, la revolución es entendida como el cambió o la modificación en la estructura interna del sistema político de cierto Estado. En el caso del 11 de Septiembre no solo fueron las modificaciones que se hicieron en la estructura interna de gobierno, ni la creación de secretarias y departamentos nuevos encargados del tema de seguridad, ni el aumento tan grande de presupuesto en esos rubros, sino que ese fenómeno contribuyó, también, a influir en el resultado electoral que tres años más adelante aconteció en ese país.
Para_______ (2003) hay tres tipos de terrorismo definidos a continuación:
Es entendido como el asesinato deliberado de gente inocente de manera azarosa, con la finalidad inmediata de propagar el miedo y el terror en toda la población para así poder alcanzar objetivos políticos, ideológicos y religiosos. Ejemplo: la IRA o disidencia del ejército republicano irlandés, a quienes se les atribuye el atentado del carro bomba en Omagh que en 1998 dejó 29 muertos, y la ETA, organización fundada en España en 1959 que lucha por lograr la independencia del País Vasco (norte de España y sur de Francia). Ha matado a más de 800 personas, incluyendo al presidente del gobierno español Luís Carrero Blanco, en 1973.
Se da en gobiernos de carácter autoritario y totalitario que ejercen acciones videntes contra sus propios súbditos con la intención de promover y propagar el miedo, el terror, y hacer altamente difícil la oposición política. Ejemplo, Sudamérica a partir de los años 70as, principalmente en Argentina y Chile.
Son, prácticamente, asesinatos de civiles en cantidades totales que obliguen a la rendición del enemigo. Ejemplo, el lanzamiento de la bomba atómica en la ciudad de Hiroshima, por parte de Estados Unidos.
Perpetrada contra objetivos no combatientes (población civil). Un civil es siempre un no combatiente, aunque el asesinato de un civil en un contexto bélico debe considerarse un crimen de guerra más que un acto terrorista, pero en tiempos de paz un militar es también un no combatiente.
Por ello la definición de la ONU de 1999 incluía entre las posibles víctimas de actos terroristas no sólo a los civiles sino "a cualquier otra persona que no participe directamente en las hostilidades en una situación de conflicto armado".
Con el propósito de influir en una audiencia. Se ha dicho a menudo que el terrorismo pretende matar a pocos para aterrorizar a muchos. El nuevo terrorismo masivo, cuya manifestación paradigmática fueron los atentados del 11 de septiembre, ha puesto en cuestión la primera parte de esa máxima, pero no la segunda.
El objetivo de una acción bélica es conquistar un territorio o poner fuera de combate una unidad enemiga, es decir objetivos físicos.
El objetivo del terrorismo es por el contrario aterrorizar a una población para forzar a un gobierno a actuar de determinada manera, es decir un objetivo psicológico. Por ello se denomina acción terrorista aquella cuyos efectos psicológicos son desproporcionados respecto a sus efectos puramente físicos.
La gravedad del terrorismo está ligada a su carácter premeditado. Se debe de excluir del concepto terrorismo la violencia que puede surgir de pronto, en el curso de una manifestación por ejemplo, aunque sus resultados puedan ser fatales. Por el contrario, cuando un grupo organizado planea de antemano una acción violenta en la calle, esta puede ser considerada un acto terrorista, aunque no busque provocar muertes.
De acuerdo con la posición común del Consejo Europeo, pueden considerarse también actos terroristas los ataques contra la integridad física de una persona, o aquellos años causados a instalaciones públicas o privadas que puedan poner en peligro vidas humanas o causar daños económicos importantes.
Puesto que un término que abarca demasiadas contenidos, conviene no confundir terror estatal y terrorismo. Desde el punto de vista del derecho internacional las manifestaciones del terror ejercido por un Estado a través de sus agentes oficiales entran de lleno en los conceptos de crímenes contra la humanidad y de crímenes de guerra. En cambio parece oportuno incluir dentro de los actos terroristas los ejecutados por agentes clandestinos de un Estado.
De otra manera sería imposible decidir si un determinado acto, es un acto terrorista, hasta establecer si sus actores son miembros de una organización no estatal o agentes clandestinos de un Estado. Un Estado puede cometer crímenes, incluso crímenes gravísimos como los de guerra y contra la humanidad, a través de sus aparatos oficiales, pero tales crímenes sólo entrarían en la categoría de terrorismo si se realizan mediante agentes clandestinos.
El autor citado plantea que desde el principio el elemento fundamental para entender toda su particular postura acerca de este tema. El menciona que el terrorismo "es una practica indefendible", al ser esta dirigida indiscriminadamente contra la clase en su conjunto con el crudo objetivo de "matar a unas personas para aterrorizar a otras".
Menciona también tres características clave para entender el carácter del terrorismo. Estas son su carácter aleatorio, degradante y atemorizador. Se atreve a dar por supuesto, y a mi parecer con muy justificada razón, el principio según el cual cualquier acción terrorista es un acto injusto; pero, "la injusticia de las excusas sin embargo, no puede darse por supuesta: hay que argumentarla".
Las posibles excusas que, de manera autónoma y sin citas ajenas, pone de manifiesto Walzer para exponer al terrorismo son las siguientes:
1-Es el último recurso ya que se opta por el cuando fracasa todo lo demás.
2-Es aplicable a los movimientos de liberación nacional que luchan contra los Estados poderosos y establecidos. (Aquí según MB, no existe otra alternativa posible)
3-Solo el terrorismo, y nada más que este funciona. Logra los fines de los oprimidos sin la participación de los mismos.
4-El terrorismo es el recurso universal.
La acción política solo funciona generando temor en hombres y mujeres inocentes.
Al final de exponer lo que para el son las cuatro excusas mas comunes del terrorismo, menciona M.W que "ninguna de las cuatro sirve". Me propongo sostener su postura dando finalmente mi análisis y comentarios finales.
¿Por qué hablar de excusas del terrorismo si este ultimo no es ni siquiera una practica aceptable y legítimamente constituida para conseguir y justificar movimientos de liberación nacional, por ejemplo? Por eso apoyo la tesis de Walter al dudar que el terrorismo haya logrado la liberación nacional alguna vez , ya que uno como integrante de un Estado con una ideología especifica, cualquiera que esta fuera, no es capaz de sustentar que se puede conseguir la libertad individual o social a través de luchas armadas y privando a otros semejantes del mismo derecho a vivir que poseemos inherentemente todos nosotros.
De igual manera, uno no puede argumentar que simplemente por el hecho y la condición natural de ser más débil y vulnerable que el otro, tengo el derecho y el deber de destruirle para destruir el poder y la sumisión que este pudiere ejercer en algún momento determinado ante mi bienestar.
Esa es otra de las tesis de los movimientos religiosos más radicales y fundamentalistas que creen que les da derecho a atentar contra la vida de personas inocentes pertenecientes (y solo por ese hecho) a otro tipo de ideología distinta a la suya.
Finalmente se identifican las características específicas de lo que el llamado "nuevo terrorismo" tiene a su alcance.
La plantación sumamente cuidadosa del atentado ya que buscan afectar a una gran parte de la población con una sola acción.
La infiltración en la vida diaria y el tan vasto conocimiento que tienen del enemigo. Las Armas de Destrucción Masiva se encuentran al alcance de los Grupos Terroristas por lo que la amenaza se hace latente. Actualmente, hay redes entre grupos terroristas que traspasan las fronteras de los Estados y esto es lo que hace más difícil la captura de los líderes o militantes.
La selección meticulosa de aquellos individuos que realizarán el acto terrorista. Al momento de infundir terror y pánico con violencia se aseguran de transmitir su mensaje y de contar con un medio de difusión masiva para hacerlo.
_______ (2003) después de la Segunda Guerra Mundial se fue extendiendo el reconocimiento de que la naturaleza y el proceso del gobierno internacional debían cambiar para que las formas más extremas de violencia contra la humanidad fueran proscritas y la creciente interconexión e interdependencia de las naciones reconocida. El derecho internacional cambió, de ser una ley que rige entre los Estados exclusivamente, a considerar las personas individuales y los grupos como objetos del derecho internacional.
También, se generalizó la opinión contraria a la doctrina según la cual el derecho internacional se refiere principalmente a asuntos políticos y estratégicos del Estado. El derecho internacional fue progresivamente aumentando su competencia en la organización y la regulación de materias económicas, sociales y ambientales.
El crecimiento de las organizaciones y colectividades internacionales y trasnacionales, desde la Organización de las Naciones Unidas y sus organismos hasta movimientos sociales y grupos de presión especiales, alteró la forma y la dinámica tanto del Estado como de la sociedad. La intensificación de los procesos de interconexión regional y global, y la proliferación de los acuerdos internacionales y las formas de cooperación intergubernamental para regular el crecimiento sin precedentes de estos fenómenos, especialmente en la segunda mitad del siglo XX, erosionaron la distinción entre asuntos externos e internos, entre política internacional y doméstica.
El Estado se convirtió en una arena fragmentada de elaboración de políticas, permeado por los grupos internacionales, así como por las agencias y fuerzas domésticas. Del mismo modo, la penetración general de la sociedad civil por actores trasnacionales alteró su forma y dinámica. Con el incremento de la interconexión global, la cantidad de instrumentos políticos a disposición de los gobiernos nacionales y la efectividad de esos instrumentos muestra una clara tendencia a declinar.
Respondiendo a la pérdida de un amplio espectro de controles, formales e informales, sobre las fronteras que anteriormente habían servido para restringir la circulación de bienes y servicios, factores de la producción y tecnología, y el intercambio cultural y de ideas.
Los Estados pueden experimentar una nueva reducción de las opciones debido a la expansión de las fuerzas e interacciones trasnacionales que reducen y restringen la influencia que los gobiernos particulares pueden ejercer sobre las actividades de sus ciudadanos.
Para Bauman (1993), "El Estado era precisamente una agencia que reclamaba el derecho legítimo —y poseía los recursos para ello— de formular e imponer las reglas y normas a las que estaba sujeta la administración de los asuntos en un territorio dado; reglas y normas que —se esperaba— transformarían la contingencia en determinación, el azar en regularidad, el caos en orden".
La tarea de crear el orden social requiere esfuerzos enormes, constantes, para seleccionar, trasladar y condensar el poder social, lo cual a su vez exige recursos tales que sólo el Estado, con un aparato burocrático y jerárquico, puede reunir, concentrar y desplegar. La soberanía legislativa y ejecutiva del Estado moderno descansaba necesariamente sobre el "trípode" de las soberanías militar, económica y cultural.
Durante medio siglo, y hasta hace pocos años, sobre ese mundo parcelado por los Estados soberanos se superpusieron dos bloques de poder, uno encabezado por Estados Unidos y el otro por la Unión Soviética. Ambos promovían un grado de coordinación creciente entre los órdenes administrados por los Estados dentro del reino de su "metasoberanía".
Se promovía un principio nuevo de integración supraestatal. La "escena global" se convertía en el teatro de la coexistencia y la competencia entre grupos de Estados, en lugar de entre todos éstos. Los dos superbloques supieron acercar a sus zonas de influencia a diversos Estados para, hasta cierto punto, controlarlos.
En la era de los bloques, la no alineación, la negativa a pertenecer a uno de los superbloques, aferrarse obstinadamente al principio de la soberanía suprema conferida al Estado aparecían como el equivalente de la ambigua "tierra de nadie", que los Estados modernos combatieron con uñas y dientes, para poder quedarse con ella durante la era de su formación.
A fin de conservar su poder de policía para imponer la ley y el orden, los Estados tuvieron que buscar alianzas y ceder porciones crecientes de soberanía. Y cuando se desgarró la Unión Soviética, apareció un escenario desconocido. Emergieron nuevos Estados que buscaban, de alguna forma, activa y empecinadamente ceder sus derechos soberanos, suplicaban que les quitaran la soberanía y la disolvieran en las estructuras supraestatales.
Viejas o nuevas naciones que escapaban de las jaulas federalistas en las que la recién fenecida superpotencia soviética las había encerrado contra su voluntad, ahora utilizaban su nuevo poder de decisión para buscar la disolución de su independencia política, económica y militar en la Unión Europea y la alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Las tres patas del trípode de la soberanía están rotas. Se podría decir que la rotura de la pata económica es la más rica en consecuencias. Perdida la capacidad de equilibrar las cuentas, guiados sólo por los intereses expresados políticamente por la población dentro de su área de soberanía, los Estados nacionales se convierten cada vez más en ejecutores y plenipotenciarios de fuerzas sobre las cuales no tienen la menor esperanza de ejercer algún control.
La instituciones interestatales y supranacionales que se han creado y pueden actuar con el consenso del capital global ejercen presiones coordinadas sobre todos los Estados para que destruyan sistemáticamente todo lo que pudiera desviar y demorar el movimiento libre del capital y limitar la libertad de mercado.
Uno de los principales problemas del Estado-nación, dentro del proceso de globalización, se presenta en su potestad de recaudar impuestos y el control de esta facultad que constituyó los primeros elementos de la institucionalización del poder. El deseo de atraer capitales extranjeros hace difícil el control de los capitales nacionales, por la necesaria flexibilidad financiera, los capitales son hoy en día, móviles y escasos.
El impuesto ya no es una decisión soberana desde el momento en que el lugar de la residencia y de la inversión ya no son un dato sino una opción, y que el valor añadido se forma de manera demasiado abstracta para que pueda asignarse su creación a un lugar preciso. Existen aún, ciertamente, extensos sectores de la actividad económica no liberados de los condicionamientos del territorio.
Pero, tan pronto como pretende gravar las nuevas formas de la creación de la riqueza, el Estado nacional entra en competencia con el mundo entero y no puede impunemente exigir más impuestos que sus competidores en la carrera por el capital y el talento. Incluso donde él aún se cree soberano, el Estado nación debe plegarse a una nueva limitación que desnaturaliza, a partir del impuesto, la relación que hasta entonces se establecía entre los ciudadanos y la nación.
Un Estado no puede permitirse aumentar sus impuestos más allá del nivel de países comparables sin provocar la fuga al extranjero de los capitales. Esto significa, el empobrecimiento de los Estados-nación y su incapacidad para financiar las prestaciones colectivas por medio del impuesto. Son cuatro las características de la economía internacional que afectan y transforman al Estado nacional:
1-La inversión ya no está sometida a limitaciones geográficas. En este momento, sea cual sea el lugar del mundo en que se asiente, si la oportunidad es atractiva, el dinero llegará a ella.
2-En segundo lugar tenemos que la industria tiene también una orientación mucho más global en la actualidad que la que tenía antes.
3-El movimiento tanto de inversiones como de industrias se ha visto facilitado en gran medida por la tecnología de la información, que hace posible que hoy una empresa pueda operar en diferentes partes del mundo sin tener que construir un sistema empresarial completo en cada uno de los países en los que tiene presencia.
4-Los individuos consumidores también han adoptado una orientación mundial. Los consumidores cada vez desean más productos, mejores y más baratos, vengan de donde vengan.6
En el contexto de un orden global altamente interconectado, muchos de los dominios tradicionales de actividad y responsabilidad estatal —defensa, gestión, comunicación, sistemas administrativos y legales— no pueden ser regidos sin recurrir a formas internacionales de cooperación.
Los Estados han debido aumentar el nivel de integración política con otros Estados —las redes regionales como la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos. La nueva política global —que implica, entre otras cosas, procesos de toma de decisiones multiburocráticos entre y dentro de las gestiones gubernamentales e internacionales, políticas inducidas por agencias y fuerzas internacionales y nuevas formas de integración multinacional entre los Estados— ha creado un marco dentro y a partir del cual se redefinieron los derechos y las obligaciones, los poderes y las capacidades de los Estados.
La interconexión regional y global desafía tanto la soberanía como la legitimidad de los Estados. Son un peligro a la soberanía porque la autoridad política de éstos se ve desplazada y comprometida por los sistemas regionales y globales de poder, ya sean políticos, económicos o culturales.
Y son un reto a la legitimidad del Estado porque, con la mayor interdependencia regional y global, éstos no pueden suministrar bienes y servicios fundamentales a sus ciudadanos sin la cooperación internacional, y aun esta última puede resultar bastante inadecuada frente a problemas globales —desde el calentamiento global hasta los volátiles movimientos de los mercados financieros— que pueden escapar a la regulación política.
Entrelazados con estas transformaciones políticas y legales están los cambios en el orden militar mundial, producto de la "guerra global preventiva". Pocos Estados, excepto quizá Estados Unidos y China, pueden hoy contemplar en solitario el unilateralismo o la neutralidad como estrategias creíbles de defensa.
Las instituciones de seguridad global y regional han cobrado mayor protagonismo conforme ha ido desarrollándose una colectivización de la seguridad nacional. Pero no sólo se han hecho multinacionales las instituciones de defensa.
También ha cambiado el modo de fabricación del armamento. Nos encontramos con un fuerte incremento en las concesiones, los acuerdos de coproducción, las operaciones conjuntas, las alianzas corporativas y la subcontratación. Esto significa que son pocos los países que pueden decir, en términos globales, que tienen una capacidad de producción militar completamente autónoma.
Lo mismo puede señalarse en relación con las tecnologías civiles claves, como la electrónica, que son vitales para los sistemas avanzados de armamento y que son a su vez producto de industrias altamente globalizadas.
La paradoja de la globalización de la violencia organizada es que la seguridad nacional hoy se está convirtiendo en un asunto colectivo o multilateral. Además, los Estados ya no tienen un monopolio de la fuerza, como demuestra el crecimiento del terrorismo trasnacional y los sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Por primera vez en la historia, aquello que más hizo por dotar a los modernos Estados-nación de un objetivo y un propósito, esto es, la seguridad nacional, y que ha estado en el corazón mismo de la moderna estabilidad, ahora sólo puede lograrse de forma efectiva si los Estados-nación se unen y agrupan recursos, tecnología, inteligencia, poder y autoridad.
Por ejemplo, desde el Tratado de Maastricht de 1991 hasta el intento fallido de elaborar un Tratado Constitucional para la Unión Europea (UE) en 2004, se ha establecido el claro propósito de extender no sólo el alcance de la unión económica y monetaria sino también el marco de cooperación en materia de seguridad. Los Estados miembros de la UE ya no son los únicos centros de poder dentro de sus propias fronteras.
Al crear una comunidad de duración ilimitada, con sus propias instituciones, su propia personalidad y, sobre todo, con poderes reales debidos a una limitación de la soberanía o a una transferencia de los poderes de los Estados a la comunidad, los Estados miembros han restringido sus derechos soberanos.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que los poderes de la Unión fueron constituidos mediante la "cesión voluntaria" de los Estados individuales de ciertas porciones de su soberanía, una cesión que, en realidad, ha contribuido a la supervivencia del Estado-nación en Europa enfrentado al dominio de Estados Unidos en las tres décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial y a la emergencia del desafío económico japonés.
Dentro de la Unión, la soberanía está ahora claramente dividida: se extinguieron, por lo tanto, las concepciones que postulan a la soberanía como una forma de poder público indivisible, ilimitado, exclusivo y perpetuo, materializado dentro de un Estado nacional.
En Europa es posible distinguir a la UE como una forma de regionalismo político, es decir, se trata de un grupo geográfico de Estados-nación contiguos que comparten varios atributos comunes, que tienen niveles de interacción significativos y que disfrutan de una cooperación institucionalizada gracias a una estructura multilateral formal. La UE probablemente pueda describirse mejor no como un régimen internacional, ni como un Estado federal, sino como una red de Estados que implica una comunidad de soberanías.
Sin embargo, no podemos afirmar que exista una crisis total del Estado-nación, pues si bien éste ha sufrido un declive, los nacionalismos, la independencia territorial y el deseo de establecer, reconquistar o mantener la soberanía no parece haber desaparecido del todo.
Según P. Evans (1990): […] estos procesos de la globalización ciertamente contribuyen a la percibida evaporación de la autoridad estatal, pero el Estado no es eclipsado por el simple hecho de que sea más dependiente del comercio […] Los actores trasnacionales poderosos pueden tener un interés en limitar la habilidad del Estado para reprimir sus propias actividades, pero ellos también dependen de un Estado capaz de proteger sus beneficios, especialmente aquellos de posesiones valiosas intangibles. En esta óptica, la persistencia de la centralidad institucional del Estado es más verosímil que un posible eclipse del Estado.
2-2-Seguridad Mundial en el Contexto de la Globalización
_______ (1991) "En los últimos años una gran cantidad de países que han transitado de formas autoritarias de gobierno, han manifestado su adhesión hacia la fórmula democrática como la mejor". Ante el eminente fracaso del "socialismo real" la pauta democrática ha mantenido su fortaleza frente a cualquier forma de gobierno.
Entre 1974 y 1990 treinta países de Europa, América Latina, Asia y África transitaron de diversas formas de gobiernos autoritarios hacia la democracia. Todos ellos implicaron, de alguna forma, semejanzas que los incluye en lo que Huntington ha dado por llamar "tercera ola" de la democracia, cuyas características son: transiciones rápidas, éxito relativo, dependencia del desarrollo local; y se dieron tanto en el mundo industrial, en el socialista y en el Tercer Mundo.
El problema que se presenta a la democracia moderna, es que la interconexión regional y global desafía las formas nacionales tradicionales en que se resolvían las cuestiones clave de la democracia. Esta cuestión obedece a la idea de interconexión del mundo, donde algunas de las políticas del Estado-nación pueden afectar a otro, como puede ser el caso de la tala de bosques, la construcción de plantas nucleares en la frontera nacional, o variaciones en la tasa de interés de algún país que puedan afectar a otro por la interconexión de las economías.
Las implicaciones de este hecho son considerables, no sólo para las categorías de consenso y legitimidad, sino también para todas las ideas clave de la democracia: la naturaleza del cuerpo político, el significado de la representación, la forma y el alcance adecuados de la participación política y la relevancia del Estado-nación democrático, enfrentado a las relaciones y restricciones del orden internacional, como garante de los derechos, las obligaciones y el bienestar de los ciudadanos.
Decisiones adoptadas por organizaciones cuasirregionales o cuasisupranacionales, como la Unión Europea (UE), la Organización del Atlántico Norte (OTAN) o el Fondo Monetario Internacional (FMI), disminuyen el espectro de decisiones al alcance de las mayorías nacionales.
Por lo tanto, la idea de una comunidad que se gobierna a sí misma de forma efectiva y determina su propio futuro —una idea que constituye el núcleo de la comunidad democrática misma— es hoy en día altamente cuestionada y problemática.
La globalización denota expansión y profundidad de las relaciones sociales e instituciones a través del espacio y el tiempo, de forma tal que, por un lado, las actividades cotidianas resultan cada vez más influidas por los hechos y acontecimientos que tienen lugar del otro lado del globo y, por el otro, las prácticas y decisiones de los grupos y comunidades locales pueden tener importantes repercusiones globales.
Dentro del espectro de agencias y organizaciones internacionales se encuentran aquellas cuyo principal cometido es técnico: la Unión Postal Universal, la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la Organización Meteorológica Mundial y muchas otras. Estas agencias suministran extensiones de los servicios ofrecidos por los Estados nacionales.
Puesto que sus tareas fueron precisamente delimitadas, han sido políticamente inobjetables. En el extremo opuesto se hallan las organizaciones como el Banco Mundial (BM), el FMI, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Salud y la Cultura (UNESCO) y, por supuesto, la ONU misma. Referidas al manejo y la distribución de reglas y recursos, estos cuerpos han sido controvertidos y politizados.
El mandato original del FMI era asegurar la estabilidad monetaria en una economía abierta, sustituyendo al patrón oro, que había cumplido esa función de forma satisfactoria hasta la Primera Guerra Mundial. Tal cosa presuponía que las intervenciones del FMI debían imponer ajustes a todas sus partes cuando sus balanzas de pago experimentaran déficit o superávits. Durante la primera fase de su existencia, el FMI dio la impresión de cierta eficacia en la medida en que ayudó a restablecer la convertibilidad de las monedas europeas (1948-1957) y, posteriormente, a lograr el ajuste de las economías europeas (1958-1966).
A partir de 1967, sin embargo, el FMI no logró mantener la estabilidad. A partir de la adopción del sistema general de monedas flotantes en 1973, puede decirse que la existencia del FMI se puso en cuestión, aunque la institución sobrevivió adoptando nuevas funciones.
Para Easton (2001) "Las cuestiones políticas que se plantean cuando se analizan el nivel y el alcance de la condicionalidad del FMI, también se presenta cuando se estudia el BM". Como la principal institución internacional de promoción del desarrollo, el BM en la década de 1980 quedó asociada de forma directa con las medidas de ajuste estructural y sectorial, exigiendo a los solicitantes el cumplimiento de estrictas normas de austeridad monetaria y fiscal, la mayor apertura de la economía al sector privado, la remoción completa de las protecciones domésticas contra las fuerzas de la economía internacional, y una mayor confianza en los mecanismos del mercado para la solución de los problemas productivos y distributivos.
Más recientemente, la condicionalidad se ha extendido hasta incluir exigencias de "buen gobierno", lo cual comprende respeto por los derechos humanos, mecanismos democráticos liberales de política y administración pública efectiva. Estas prescripciones a los créditos de promoción del desarrollo son vigorosamente respaldadas por la coalición dominante de los países industriales avanzados que ejercen el control efectivo de la política del BM.
Los derechos soberanos de los Estados son violados por las directivas políticas del BM; éstas socavan el espacio político para la autodeterminación nacional.
El BM destina un tercio de sus recursos a los denominados programas de ajuste sectorial, el necesario complemento a las estrategias instituidas por el FMI al dictado del G7 y de la administración estadounidense. Y con todo, la historia del BM está estrechamente unida a la expansión del proyecto desarrollista del Tercer Mundo.
En la reconstrucción europea, Washington se apropió directamente del papel del Banco, mediante su gestión del Plan Marshall. El BM, siempre ha estado apegado a las decisiones estratégicas de Washington. El Banco nunca se ha considerado a sí mismo como una institución pública, en competencia o en conflicto potencial con el capital privado.
Por el contrario, se ha autoconsiderado un agente cuya tarea es apoyar la penetración del capital en el tercer mundo merced a las trasnacionales. Los costos de las operaciones del BM siempre han sido significativamente mayores que los de actuaciones semejantes emprendidas por autoridades nacionales o por agencias de ayudas bilaterales o multilaterales.
Muchas de las intervenciones del BM no han traído los beneficios que se podrían esperar y por el contrario han favorecido al capital privado. Por ejemplo, en las intervenciones del Banco en el sector minero del planeta fueron directamente articuladas con las de las empresas trasnacionales.
El Banco proporcionó garantías contra el riesgo de nacionalización y subvencionó indirectamente a las compañías mineras al hacerse cargo de proyectos de infraestructura (carreteras, electrificación, minas, trenes, puertos). En el sector agrícola, el Banco se ha centrado en destruir la autonomía del mundo campesino, acabando con la economía de subsistencia mediante su apoyo a formas de crédito orientadas a tal fin.
En otros sectores, el BM ha realizado igualmente otras funciones significativas con el objeto de reforzar la integración dependiente de las economías del Tercer Mundo. Ha abierto los mercados a las exportaciones de crudo y ha alentado la dependencia del petróleo, algo que agrava el déficit comercial de muchos países.
Ha promovido también la explotación de las selvas con fines exportadores, sin tomar en consideración los grandes daños producidos a la ecología o la devastación del país.
Por su parte el GATT y la OMC, instrumentos reguladores del comercio, constituyen la tercera dimensión del sistema de regulación junto con el FMI y el BM. Los principios que fundamentan su actuación son los de apertura y libre comercio: evitar la discriminación a favor de los productores nacionales y también la conducta agresiva por parte de los exportadores (dumping); reducir los aranceles y prohibir otras formas de restricción cuantitativa -formas abiertas como las cuotas y también prácticas desleales enmascaradas bajo regulaciones administrativas o sanitarias injustificadas.
El tipo de globalización, llevado a cabo por el BM, el FMI, los Estados líderes, las empresas trasnacionales y las élites políticas ha sido llamada por algunos autores como "globalización desde arriba" (globalization from above), quienes critican que este tipo de globalización promete la prosperidad económica, pero a la vez incrementa la polaridad entre ricos y pobres y que también retoma la bandera democratizadora, una bandera que supuestamente da control a la población en condiciones reales de su vida diaria, pero que, sin embargo, el resultado de esa "falsa democratización" no es otra cosa más que la marginación y la pobreza; la bipolaridad a la que está sometida el mundo en el sentido de que la radicalización desde arriba equivale a una polarización entre regiones (norte frente a sur) y, por lo tanto, una masiva migración de los países pobres a los ricos.
Frente a dicha postura, luego se propone una "democratización desde abajo" (globalization from below); ésta resulta mayormente legítima a los ojos de la población en general, pues demanda a través de las comunidades sus derechos a la nutrición, el medio ambiente, la democratización local, nacional, de las instituciones políticas trasnacionales y la pacificación en centros de conflicto.
Los actores que figuran en este tipo de globalización son sujetos sociales internacionales que suelen llamarse de diferentes formas desde las organizaciones a favor del medio ambiente Green Peace, Amnistía Internacional, movimientos feministas, movimientos a favor de los derechos humanos, organismos no gubernamentales, movimientos políticos y religiosos, son una serie de actores que vienen a formar parte de una pluralidad internacional de nuevos sujetos sociales, así como movimientos que nacen a escala nacional y se extienden hasta llegar a una solidaridad global, facilitado por la introducción de mecanismos tales como la nueva tecnología comunicativa, redes de información y una serie de innovaciones tecnológicas que facilitan la acción social y política de los ciudadanos activistas del mundo.
Así, el nivel que los movimientos sociales dan a la democracia se traduce en un reclamo generalizado de la ciudadanía por mayor participación en la toma de decisiones, fuera del ideal clásico del Estado-nación democrático.
Los Estados han iniciado la construcción de instituciones políticas o parapolíticas supranacionales que correspondan al ámbito de operación global de los flujos financieros y las empresas multinacionales, como son el caso de la UE, o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El reconocimiento por parte de los Estados nacionales de su incapacidad de resolver por sí solos los problemas esenciales de la economía y de las relaciones políticas internacionales vacía cada vez más de contenido a las instituciones nacionales, convirtiéndolas en mecanismos intermedios de una maquinaria más compleja y de ámbito superior, alejándolas por tanto de su función de representación directa de los ciudadanos de sus territorios.
2.3-Liderazgo y Poder
_______ (2002) "La tercera revolución industrial apareció inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial y es en la actualidad cuando empieza a tener un impacto significativo en cómo la sociedad organiza su actividad económica". Adecuadamente programadas, estas nuevas máquinas pensantes, las computadoras y sus avanzados software, son capaces de realizar funciones conceptuales, de gestión y administrativas y de coordinar el flujo de producción, desde la propia extracción de materias primas hasta el mercadeo y la distribución de servicios y productos acabados.
La transición hacia una sociedad de la información con una reducida mano de obra es la tercera etapa de un gran cambio en los paradigmas económicos marcados por la transición desde las fuentes renovables a las no renovables de energía y desde las fuentes biológicas de poder a las mecánicas.
La provisión de servicios y el manejo de la información constituyen la médula de la actual producción económica. Podríamos decir que el paso del dominio de la industria al dominio de los servicios y la información, es un proceso de informatización. El sector de los servicios abarca una amplia gama de actividades que van desde los cuidados de la salud, la educación y las finanzas hasta el transporte, el entretenimiento y la publicidad.
Este cambio no significa que la producción industrial vaya a dejarse a un lado del todo, ni siquiera que cese de tener un papel importante, incluso en las regiones más dominantes del planeta.
Para Hardt (2000) "La primera consecuencia geográfica del tránsito de una economía industrial a una economía informática es la descentralización radical de la producción". Los procesos de modernización y el pasaje al paradigma industrial provocaron la intensa aglomeración de las fuerzas productivas y migraciones masivas de mano de obra hacia los centros que se convirtieron en ciudades fábricas, como Manchester, Osaka y Detroit.
La eficiencia de la producción industrial masiva dependía de la concentración y la proximidad de los elementos para poder crear el área fabril y facilitar el transporte y la comunicación. Pero la informatización de la industria y el creciente dominio de la producción de servicios han hecho que tal concentración de la producción ya no sea necesaria.
El tamaño y la eficiencia ya no se relacionan de manera lineal; en realidad, la producción en gran escala en muchos casos ha llegado a ser un obstáculo. Los adelantos en las telecomunicaciones y en las tecnologías de la información hicieron posible una desterritorialización de la producción que dispersó efectivamente las fábricas y evacuó las ciudades fábrica.
La comunicación y el control pueden ejercerse eficientemente a distancia y, en algunos casos, los productos inmateriales pueden transportarse a través del mundo con una demora y un gasto mínimos. Hoy es posible coordinar varias instalaciones de producción diferentes para que produzcan simultáneamente una sola mercancía de modo tal que las fábricas pueden dispersarse en diversas locaciones.
________ (2002) "La informatización de la producción ha tendido a liberar al capital de toda limitación territorial y de negociación". Hoy el capital puede retirarse de la negociación con una población local dada trasladando su producción a otro punto de la red global o puede sencillamente emplear su capacidad de hacerlo como un arma de negociación.
Poblaciones laborales completas, que habían gozado de cierta estabilidad y cierta fuerza contractual, se hallaron sumergidas en situaciones de empleo cada vez más precarias. Una vez que se debilita la posición de la fuerza laboral, la producción en red puede volver a aplicar antiguas formas de trabajo no garantizado.
Las multinacionales buscan ubicarse en lugares donde puedan obtener grandes ganancias. Como es el caso de Bangalore en la India. En ninguna parte del mundo existe un contraste entre la tecnología del futuro y las prácticas fabriles del pasado como el que se puede observar en Bangalore.
Empresas de ámbito global como IBM, Hewlett-Packard, Motorola y Texas Instruments se reúnen en esta ciudad. En un país caracterizado por la pobreza y la preocupación social, Bangalore es "una isla de cierta influencia y de clara estabilidad social". Esta ciudad india se ha convertido en la Meca de la tecnología informática para las empresas multinacionales dedicadas al mundo de la electrónica y de la computación, deseosos de fundar sucursales cerca de nuevos mercados florecientes.
Las redes computarizadas y las tecnologías de las comunicaciones propias de los sistemas de producción actuales permiten controlar más extensamente el desempeño de los trabajadores desde una locación central, remota. La centralización del control se advierte más claramente cuando se la considera en una perspectiva global.
La dispersión geográfica de la fabricación creó una demanda de administración y planificación cada vez más centralizadas y de una nueva centralización de productores de servicios especializados, particularmente de servicios financieros.
Los productores de servicios financieros y de servicios relacionados con el comercio, concentrados en unas pocas ciudades clave —como Nueva York, Londres y Tokio— administran y dirigen las redes globales de producción. Como un desplazamiento demográfico masivo, entonces, la decadencia y evacuación de las ciudades industriales dio pasó a la creación correspondiente de las ciudades globales.
La revolución en la microelectrónica, en la tecnología de la información y en las computadoras, ha establecido vínculos electrónicos mundiales prácticamente instantáneos que, al combinarse con los desarrollos tecnológicos de la televisión, los cables, el satélite y el transporte aéreo, transformaron radicalmente la naturaleza de las comunicaciones.
El desarrollo de nuevos sistemas de comunicación crea un mundo en el que las particularidades de cada lugar y la individualidad de cada persona están constantemente entrelazadas por redes de comunicación regionales y globales. Este tipo de redes ligadas por las tecnologías de la información son fundamentales para los desarrollos legales, organizacionales y militares que transforman las comunidades políticas modernas y el sistema de Estados en general.
Por ejemplo, la extensión de relaciones diplomáticas y redes de cooperación militar, el desarrollo y la supervisión del derecho internacional, y el reconocimiento de la ONU como un foro de importancia, son todos procesos que recibieron el impulso de los nuevos sistemas de comunicación y todos dependen de ellos como medios para proseguir sus proyectos.
Castells (2004), ha planteado que: "En un nuevo tipo de sociedad que podría denominarse como la sociedad de flujos". Una sociedad en la que la base material de todos los procesos está hecha de flujos, en la que el poder y la riqueza están organizados en redes globales por los que circulan flujos de información.
Dichos flujos son asimétricos y expresan relaciones de poder. Pero aún más importante es el poder de estos flujos: los flujos financieros, de tecnología, los de creación de imagen, los de información. La lógica de la sociedad de los flujos escapa con frecuencia a sus controladores, como los gobiernos que luchan por regular los mercados financieros.
En ese sentido, se plantea una clara disyuntiva entre la autoridad formal del Estado y el alcance espacial de los sistemas contemporáneos de producción, distribución e intercambio, cuyas operaciones con frecuencia limitan la competencia y la efectividad de las autoridades políticas nacionales. Aun cuando las multinacionales tienen una clara base nacional, sus actividades están orientadas a maximizar su competitividad y rentabilidad internacionales.
La implementación de tecnologías de la información y la automatización de la producción han hecho que las empresas multinacionales tengan un gran poder en condicionar a los diferentes Estados nacionales sobre las condiciones laborales que más les favorecen.
Las empresas multinacionales, deseosas de mantenerse flexibles y activas frente a la competencia global, optan cada vez más por contratar trabajadores eventuales, con la finalidad de poder responder con rapidez a las fluctuaciones del mercado. El resultado es un incremento en la productividad y una mayor inseguridad del empleo en todos los países del mundo.
En cada economía avanzada, las nuevas tecnologías y las nuevas prácticas directivas desplazan trabajadores, creando una masa laboral en la reserva.
El desempleo en la industria se debe, en gran parte, a la introducción de nuevas tecnologías que permiten ahorros en mano de obra o en tiempo de proceso y, también, a la reestructuración de los modos de producción.
Para U. Beck (2009), "Los problemas actuales de la sociedad del trabajo se encuentran en el marco de una economía política de la inseguridad —o de la economía política de la sociedad de riesgo mundial—, la cual se caracteriza principalmente por cinco puntos":
1-En la economía política de la inseguridad, el nuevo juego (y declive) del poder se expresa entre unos agentes vinculados a un territorio (gobiernos, parlamentos, sindicatos) y unos agentes económicos desvinculados de todo territorio (el capital, las finanzas y el comercio).
2-En esto se basa la impresión de que el margen de maniobra de los Estados se reduce al dilema de o bien "pagar" la creciente pobreza con un mayor índice de desempleo (como ocurre en la mayoría de los países europeos) o bien tolerar un índice escandaloso de pobreza a cambio de algo menos de desempleo (como ocurre en Estados Unidos).
3-Esto está relacionado con el hecho de que la sociedad laboral se acerca a una crisis a medida que las personas son sustituidas por tecnologías inteligentes. La creciente tasa de desempleo no se puede seguir achacando a crisis económicas cíclicas, sino a los éxitos de un capitalismo tecnológicamente avanzado.
Esto significa también que ha fracasado el viejo instrumental económico-político y que todo trabajo remunerado se ve amenazado por el miedo a su posible terminación o sustitución.
4-La economía política de la inseguridad describe con ello un efecto dominó. Lo que antes se complementaba y reforzaba de manera recíproca (pleno empleo, pensiones más seguras, elevados ingresos fiscales, márgenes de maniobra de la política estatal) se ve ahora en recíproco peligro.
5-Por su parte, las estrategias ortodoxas pasan a la defensiva. Los empresarios reclaman tener la capacidad de despedir más fácilmente a sus trabajadores. La flexibilidad laboral significa también que el Estado y la economía traspasan los riesgos a los individuos.
Por lo que en la medida en que más relaciones laborales se desregularizan y flexibilizan más rápidamente se transforma la sociedad laboral en una sociedad de riesgo, un riesgo que no es calculable ni para el modo de vida de cada individuo ni para el Estado y la esfera política. Bajo el influjo de la economía política de la inseguridad se modifica también de manera drástica el aspecto general de la sociedad.
Se están resquebrajando los fundamentos de la encomiada estatalidad asistencial y, con ello, de la democracia cotidiana, es decir, la imagen que tiene de sí la sociedad del trabajo fundada en un compromiso de clases institucionalizado. El capitalismo mundial, al debilitar el conjunto de valores de la sociedad laboral en los países occidentales, resquebraja además la alianza histórica entre capitalismo, Estado nacional y democracia. El capitalismo de los propietarios, que no tiene otro objetivo que los beneficios, está produciendo un divorcio entre trabajadores, Estado y democracia.
________ (2010) "La sociedad del riesgo describe una fase de desarrollo de la sociedad moderna en la que los riesgos, políticos, ecológicos e individuales creados por el impulso de innovación eluden cada vez más el control y las instituciones protectoras de la sociedad industrial". La sociedad del riesgo es un estadio de la modernidad en el que los peligros producidos en el curso del desarrollo de la sociedad industrial se hacen predominantes.
El acceso a la sociedad del riesgo se produce en el momento en que los peligros que la sociedad produce consecuentemente socava y/o anulan los sistemas de seguridad establecidos por el cálculo de riesgos existentes en el Estado. En contraste con los primeros riesgos industriales, los riesgos nucleares, químicos, ecológicos, entre otros, no pueden ser limitados ni en cuanto al tiempo ni en cuanto al espacio, no es posible exigir responsabilidades por ellos conforme a las normas establecidas de causalidad, culpa y responsabilidad legal.
En este contexto de sociedad del riesgo, la posibilidad misma de llevar a cabo de forma exitosa las políticas nacionales, de un país que actúa solo, es decir, en la prosecución de sus objetivos económicos, se encuentra reducida. Las medidas monetarias y fiscales de los gobiernos nacionales individuales suelen estar dominadas por los movimientos de los mercados financieros internacionales.
Este factor, combinado con la dependencia de los niveles de empleo, inversión y rentas dentro de un país, de las decisiones de las compañías multinacionales sobre la ubicación de sus plantas, sugiere que la capacidad de un gobierno para implementar de forma efectiva estrategias macroeconómicas independientes está, cuando menos, fuertemente limitada.
Ante dicho escenario apremiante, que restringe la capacidad efectiva de acción de la política institucional, emergen una serie de estrategias prácticas de política no institucional conducida por la reactivación de un "individualismo reflexivo" que genera un proceso de retorno a lo social, lo que Beck denomina como subpolítica (subpolicy). La constitución de la reflexividad en sociedades del conocimiento, como proceso crítico-auto-reflexión desde el conocimiento mismo, no viene tanto desde los movimientos sociales o de la clase media ilustrada, a las que por cierto Beck no deja de atribuirle un valor importante, pero paradójicamente este proceso implica a todos sin restricción como individuos desde la vida cotidiana, con los procesos complejos que desempeñan los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y la educación ecologista.
En este sentido, termina vinculándose en cierta forma con el proyecto ilustrado y la perspectiva racionalista de Habermas, pues pugna por una "crítica del obrar" que, por medio del ejercicio y aplicación cognitiva-estética, genere las transformaciones y consiga romper las inercias de lo instituido y estructuralmente predominante.
Ante una sociedad del riesgo que amenaza la estabilidad y la misma subsistencia del planeta, el impulso de la "subpolítica social" puede contribuir a la disminución de la incertidumbre ante un paradigma tecnocientífico luego demasiado ensimismado para admitir riesgos y responsabilidades, pero sobre todo reactivando los diversos campos de lo social para impugnar por una madurez democrática.
A grandes rasgos, las transformaciones que el Estado-nación ha sufrido dentro del contexto de la globalización pueden caracterizarse por el hecho de que ya no se puede suponer que el lugar del poder político efectivo está en los Estados nacionales; diversas fuerzas y actores en el ámbito nacional, regional e internacional comparten el poder efectivo y lo intercambian.
La actuación de los Estados en sistemas regionales y globales cada vez más complejos afecta tanto su autonomía —al alterar los costos y los beneficios de las políticas y al influir en los programas institucionales- como su soberanía -al cambiar el equilibrio entre las estructuras jurídicas y las prácticas administrativas nacionales, regionales e internacionales.
Las distinciones entre aspectos políticos internos y cuestiones externas, preocupaciones soberanas de un Estado-nación y consideraciones internacionales ya no están bien definidas. Los gobiernos se enfrentan a problemas tales como el narcotráfico, el empleo de recursos no renovables, epidemias, la administración de los desechos nucleares, la difusión de armas de destrucción masiva y el calentamiento global, que no se pueden clasificar de una manera significativa en estos términos.
De hecho, en todas las áreas principales de la política, la interconexión de las comunidades políticas nacionales en los flujos y procesos regionales y globales las hace tomar parte en una intensiva coordinación y regulación transfronterizas.
El núcleo de la estructura del sistema de Estados-nación puede ser caracterizado por una fuerte tensión entre la consolidación de su operar administrativo y la legitimidad democrática dentro de las fronteras del Estado y la implementación de una política de poder fuera de esas fronteras. La creciente implicación de los Estados en redes regionales y globales, particularmente durante la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI, alteró la magnitud y el alcance de su autoridad y su soberanía.
La intensificación de las interconexiones regionales y la proliferación de relaciones globales plantean importantes interrogantes referidos, por un lado, a la aptitud de los Estados para resolver efectivamente las demandas provenientes de las fuerzas trasnacionales y, por el otro, a la actuación eficiente de los Estados ante la gran cantidad de personas por ellos afectadas.
La internacionalización de la producción, las finanzas y otros recursos económicos erosionan inexorablemente la capacidad de un Estado nacional para controlar su propio futuro democrático: se registra una brecha entre la idea de la comunidad política que determina su propio futuro y la dinámica de la economía política contemporánea.
Resulta significativamente paradójico que en estos momentos la democracia formal se haya extendido ampliamente en el mundo y tenga una fuerte legitimidad, mientras que por otro lado el Estado-nación parece cada vez estar más maniatado por las fuerzas del capital transnacional y las redes de interconexión global que ponen en entredicho su capacidad para llevar acabo la conducción de la política económica y el desarrollo nacional.
La globalización de la economía hace depender la riqueza de las naciones, empresas e individuos, de movimientos de capital, de cadenas de producción y distribución que se interrelacionan en el conjunto del planeta, socavando por tanto la especificidad de un determinado territorio como unidad de producción y consumo.
Parece claro que en la sociedad de la información lo global condiciona lo local y los flujos electrónicos estructuran la economía a partir de relaciones entre unidades espacialmente distantes. Las empresas trasnacionales ya no tienen que limitarse a recurrir a los conjuntos de recursos cercanos a su país de origen. Tampoco tienen que limitarse a depender de los esfuerzos de los gobiernos para atraer recursos de otros lugares del mundo y canalizarlos hacia los usuarios finales.
Como los mercados mundiales funcionan por su cuenta, los Estados-nación ya no tienen que desempeñar el papel de creadores de mercado.
El crecimiento en el desempleo continuará contaminando la economía global, vulnerando la capacidad de los Estados nacionales para gestionar, de forma efectiva, sus propios asuntos domésticos. La informatización de la producción ha tendido a liberar al capital de toda limitación territorial, de negociación y compromiso con una determinada población y su respectivo gobierno.
Por lo tanto, ante la debilidad del Estado nacional frente al creciente poder de las empresas trasnacionales se corre el riesgo de que se desarrollen situaciones de empleo cada vez más precarias. Una vez que se debilita la posición de la fuerza laboral, la producción en red puede volver a aplicar antiguas formas de trabajo no garantizado, repercutiendo también en la calidad de nuestras democracias.
Además, en el contexto de la seguridad mundial se han desarrollado una serie de encuentros con el propósito de delimitar los puntos geoestratégicos que se orienten hacia una política uniforme en cuanto a la seguridad mundial en el contexto de la globalización, las cuales se enumeran a continuación:
En el artículo 2 de la Carta de la Organización de los Estados Americanos, los Estados Miembros proclaman que uno de los propósitos esenciales de la Organización es "afianzar la paz y la seguridad del Continente".
La Asamblea General, desde 1991, ha adoptado una serie de resoluciones sobre la cooperación para la seguridad hemisférica, a través de las cuales se abarcan las varias dimensiones de la seguridad hemisférica. En la resolución 1123 de dicho año, la Asamblea General estableció el marco de cooperación en el hemisferio al declarar que: "la situación internacional favorece la adopción de medidas para garantizar la seguridad hemisférica, fortalecer los procesos democráticos en todos los Estados Miembros y para dedicar en éstos, el mayor número de recursos al desarrollo económico y social;" … y que "tales medidas requieren mecanismos de consulta mutua e intercambio de información regional que faciliten la estructuración de un clima de estabilidad institucional, progreso y confianza."
La Organización ha reconocido que: "la paz no es meramente la ausencia de guerra, sino que también comprende la interdependencia y la cooperación para fomentar el desarrollo económico y social y que, además, el desarme, el control y la limitación de armamentos, los derechos humanos, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la protección del medio ambiente y el mejoramiento de la calidad de vida de todos, son elementos indispensables para el establecimiento de sociedades democráticas, pacíficas y más seguras."
Dentro de este marco, la Organización ha destacado las contribuciones regionales a la seguridad global, la necesidad de un mayor diálogo sobre cooperación en cuestiones de paz, confianza y seguridad entre las naciones del Hemisferio y ha recomendado el pronto inicio de un proceso de consultas con miras a avanzar en la limitación y control de armas convencionales.
La Asamblea General ha considerado el Tratado de Tlatelolco como una medida de cooperación para la seguridad ya que constituye uno de los aportes más transcendentes al derecho internacional y a los incesantes esfuerzos para evitar la proliferación de las armas nucleares y garantizar la paz y la seguridad internacionales.
Este Tratado se ha constituido en el modelo para el establecimiento de otras zonas libres de armas nucleares en diferentes regiones del mundo, tales como la del Pacífico Sur (Tratado de Rarotonga), la del Sudeste Asiático (Tratado de Bangkok, texto en inglés solamente) y la del África (Tratado de Pelindaba, texto en inglés solamente), las cuales una vez vigentes cubrirán más de la mitad de los países del mundo y todo el Hemisferio Sur.
Asimismo, mediante la resolución "Confianza mutua en las Américas" AG/RES. 1500 (XXVII-O/97), la Asamblea General encomendó al Consejo Permanente que considerara la conveniencia de aprobar un marco jurídico sobre el tema de la notificación anticipada de las adquisiciones de armamentos importantes, contemplados en el Registro de Armas Convencionales de las Naciones Unidas. Como consecuencia, la Asamblea General adoptó en 1999 la Convención Interamericana para la Transparencia en las Adquisiciones de Armas Convencionales.
En la Cumbre de Santiago, los Gobiernos decidieron llevar a la práctica las medidas aprobadas en las Declaraciones de Santiago y San Salvador sobre fomento de la confianza y de la seguridad. Asimismo, los Gobiernos dieron todo su apoyo a los esfuerzos de desminado, decidieron promover la transparencia, en cuanto a políticas de defensa, y la solución pacífica de las controversias existentes en el hemisferio.
Por otra parte, los Jefes de Estado y de Gobierno encargaron a la OEA, que a través de la Comisión de Seguridad Hemisférica:
1-Realice el seguimiento de los temas relativos a las medidas de fomento de la confianza y de la seguridad.
2-Realice un análisis sobre el concepto de seguridad internacional en el Hemisferio.
3-Estudie las formas de fortalecer las instituciones del Sistema Interamericano relacionadas con el tema de seguridad hemisférica.
4-Realice una Conferencia Especial sobre Seguridad a comienzos de la próxima década.
5-Convoque a una Conferencia regional de Seguimiento a las Conferencias de Santiago y San Salvador.
6-Informe a los Estados de los avances realizados en cuanto a esta iniciativa.
Del 29 de noviembre al 3 de diciembre de 1998, se realizó en Cartagena, Colombia, la Tercera Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas. En la Conferencia, los Ministros de Defensa firmaron la Declaración de Cartagena, en la cuál reafirmaron su apoyo para fomentar la confianza entre los Estados. Los ministros también acordaron fortalecer la cooperación hemisférica en la lucha contra el terrorismo.
El Secretario de Defensa de los Estados Unidos, William S. Cohen, se refirió en forma implícita a la nueva relación existente entre el terrorismo y los desastres naturales; y manifestó que "el papel de la milicia reside en que las capacidades militares son indispensables para luchar contra ambos".
Los ministros acordaron que, como la amenaza del terrorismo aumenta a medida que la tecnología de avanzada se vuelve más accesible, las fuerzas armadas deben cooperar más plenamente a fin de proporcionar protección efectiva a la ciudadanía. (El US Arms Control and Disarmament Agency publicó un libro de documentos de referencia en septiembre de 1998).
Ante la importancia adquirida por el tema de seguridad hemisférica en la II Cumbre de las Américas y los mandatos encomendados a la OEA, la Secretaría General, en fecha 2 de octubre de 1998, ha designado un Coordinador para los Asuntos de Seguridad Hemisférica cuyas funciones serán:
1-Brindar y coordinar el apoyo técnico a la Comisión de Seguridad Hemisférica
2-Ser responsable de mantener y difundir a los Estados miembros la documentación relacionada a los Asuntos de Seguridad Hemisférica, excepto aquellos que son de la competencia exclusiva de la Unidad para la Promoción de la Democracia y del Departamento de Derecho Internacional
3-Asesorar al Secretario General sobre el apoyo a la Comisión de Seguridad Hemisférica.
La Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA, entidad encargada del seguimiento de esta iniciativa, estableció un Grupo de Trabajo sobre la elaboración de una Convención sobre transparencia en las adquisiciones de armas convencionales.
Este Grupo de Trabajo se reunió en ocho oportunidades logrando avances importantes en la elaboración de dicho documento cuyo objetivo es el de contribuir a la apertura y transparencia regionales, mediante el intercambio de información sobre los sistemas de armas comprendidos en el registro de Armas Convencionales de Naciones Unidas. Dicho registro comprende carros y vehículos blindados, aviones de combate, naves de guerra, misiles y lanza misiles.
Durante el desarrollo del Vigésimo Noveno Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA, los Ministros de Relaciones Exteriores de los 34 Estados miembros decidieron aprobar el proyecto de Convención Interamericana sobre Transparencia en las Adquisiciones de Armas Convencionales.
El documento consta de 15 artículos y una lista de armas convencionales. La adopción de éste instrumento jurídico responde a objetivos tendientes a disminuir el riesgo de conflictos regionales, aumentando la seguridad de los Estados y contribuyendo a la paz y seguridad internacionales. La Convención fue firmada por los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Dominica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. El tratado entrará en vigencia cuando sea ratificado por seis países.
La Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA efectuó dos sesiones para considerar estos mandatos.
El 25 de Febrero de 1999, la CSH efectuó una revisión de la implementación de las medidas de fomento de la confianza y de la seguridad adoptadas en Santiago y San Salvador, respectivamente, para lo cual contó con la presencia de los presidentes de ambas conferencias.
En esa oportunidad los Estados miembros informaron sobre las medidas ya adoptadas por sus respectivos países con miras a implementar las medidas de fomento de la confianza y de la seguridad, y reiteraron la importancia de dichas medidas para alcanzar la transparencia en la región y señalaron que la consideración de este tema en la OEA es índice del compromiso asumido por los Estados miembros con las medidas de fomento de la confianza y de la seguridad.
Posteriormente, los días 20 y 21 de Abril del presente año, la CSH celebró una especial, con la participación de expertos de las capitales para a) realizar un análisis sobre el significado, alcance y proyección de los conceptos de seguridad internacional en el Hemisferio, con el propósito de desarrollar los enfoques comunes más apropiados que permitan abordar sus diversos aspectos, incluidos el desarme y el control de armamentos; y b) identificar las formas de revitalizar y fortalecer las instituciones del sistema interamericano relacionadas con los distintos aspectos de la seguridad hemisférica.
En dicha oportunidad, la discusión incluyó la redefinición del concepto de seguridad y las nuevas amenazas de seguridad; el papel de la OEA, de la Secretaría General de la OEA y de la Junta Interamericana de Defensa; el fortalecimiento de la Comisión de Seguridad Hemisférica; la cooperación entre los Estados miembros para lograr una solución temprana a las controversias y una respuesta a las amenazas a la seguridad; y la necesidad de contar con mecanismos para mantener la seguridad a largo plazo.
Como resultado de este primer intercambio de ideas, la Asamblea General de la OEA, realizada en Guatemala, en junio del presente año acordó las siguientes actividades:
1-Encomendar a la Secretaría General de la OEA que prepare estudios o actualice los existentes, sobre el estado que guardan el TIAR y la JID y que compile instrumentos legales relativos al sistema interamericano vinculados a los distintos aspectos de la seguridad hemisférica;
2-Encomendar a la Secretaría General que prepare una compilación actualizada sobre la participación de los Estados miembros de la OEA en los acuerdos multilaterales sobre desarme y el control de armamentos;
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