- Presentación
- Introducción
- Naturaleza de la Geopolítica
- Geoestrategia
- A Modo de Conclusión
- Bibliografía
- Anexos
APUNTES SOBRE GEOPOLÍTICA Y PODER
Primera edición, junio 2014
El contenido del presente texto se ha elaborado para fines didácticos con destino a los docentes y alumnos de la educación superior, especialmente del área de estudios sociales.
Es para mí un momento de regocijo presentar a la comunidad educativa y a los estudiantes de educación superior la colección de ensayos sobre geopolítica, geoestrategia, liderazgo y poder, escritos que no solamente reflejan las preocupaciones intelectuales del autor sino también, su interés por ofrecer con destino a la educación universitaria, perspectivas que deben llamar la atención sobre los debates y tendencias de la sociedad mundial de nuestro tiempo.
Los ensayos en cuestión están organizados en conjuntos temáticos a saber: el primero recoge una serie de ensayos a propósito de los elementos de la geopolítica, desde una mirada conceptual e histórica. El segundo conjunto recoge las inquietudes y perspectivas alrededor de la geoestrategia y las condiciones e implicaciones de la búsqueda de la seguridad hemisférica.
Además de la relación entre liderazgo y poder proponiendo a los lectores una valoración histórica comparada entre dirigentes provenientes de experiencias históricas y culturales diferentes y enfrentadas o explorando las características del liderazgo a partir de la identificación de circunstancias políticas y sociales desafiantes en diferentes momentos de la historia.
Los presentes ensayos que hoy se entregan a la sociedad deben constituirse, sin duda, en un referente bibliográfico importante para identificar y comprender algunas de las claves de la compleja y vertiginosa dinámica de cambios y contradicciones, temores y expectativas que, desde 1991, con el fin del orden mundial bipolar y la iniciación de la postguerra fría se vienen experimentando como sociedades nacionales y como humanidad.
________
El autor
Francisco Artíles es profesor de Historia en la Universidad Nacional Evangélica, también imparte docencia en educación media en el Liceo Ingenio Arriba. Se dedica a la orientación de tesis y monográficos. Con relación a su preparación académica, posee una Maestría en Educación, una Licenciatura en Educación Mención Ciencias Sociales, además de un Profesorado en Ciencias Sociales, realizó también un Postgrado en Educación de Adultos y una serie de cursos relacionados con la Metodología de la Investigación. En la actualidad, esta concluyendo una Licenciatura en Psicología Educativa.
Mi insipiente trayectoria como docente universitario en el área de humanidades específicamente en estudios sociales, me motivó a compilar en este texto algunos de los ensayos que se han escrito sobre tales temas se trata, en particular, la parte titulada "Apuntes sobre Geopolítica", una sección de este trabajo en la cual se organizan con fines académicos viejos y nuevos conceptos, dispersos muchos de ellos olvidados, pero siempre vigentes.
Esta publicación contiene dos partes: la primera de ellas nos aproxima a los conceptos de los clásicos de la geopolítica y ha sido concedida para permitir a docentes y alumnos una aproximación ordenada y lógica al conocimiento de los elementos básicos necesarios para el estudio de esta ciencia.
La segunda parte es una consecuencia de la primera; la geoestrategia, conforme a la definición de Zbignev Brzinski "en la gestión estratégica de los intereses geopolíticos; el análisis de este tema se entiende la seguridad hemisférica como los vínculos por razones geopolíticas y geoestratégicas a los intereses de la potencia, tomando en cuenta los elementos del liderazgo y el poder a escala mundial.
____________________
Santiago, R.D. junio 2014.
Capítulo I:
1.1-Geopolitica
La geopolítica es un objeto de estudio dinámico e interdisciplinario que requiere del marco teórico que le ofrecen las ciencias políticas, las relaciones internacionales, la geografía, y otras ciencias como la economía y la historia. Las relaciones internacionales contribuyen con el concepto de poder, desempeño, interrelación y configuración sistémica. La geografía hace lo propio con la idea de espacio vital; la economía con la noción de riqueza y recursos y la historia con la concepción de evolución y dinámica.
Al igual que las disciplinas mencionadas, la geopolítica presenta el doble desafío de trabajar, por un lado, a nivel teórico-metodológico y, por el otro, a nivel empírico a través de los estudios de caso. La primera dimensión da el armazón conceptual para entender la segunda de ellas.
Huelga decir que ambas se son mutuamente necesarias para entender la complicada trama del juego internacional. Para fines del presenta artículo, interesa desarrollar el plano teórico-metodológico con el objetivo contribuir no sólo al conocimiento, sino también al mejoramiento de los países periféricos, particularmente los latinoamericanos.
La creación de una teoría implica observar la realidad, su evolución y detectar las variables más significativas, incluyendo el motor que direcciona la configuración de esa realidad. Resulta imposible conocer la evolución de la geopolítica y sus posibilidades, en particular en el caso de América Latina, si no se hace abordando los aspectos teóricos y metodológicos de las ciencias que concurren con ella.
La teoría es el resultado de un proceso de abstracción a partir de variables significativas, seleccionadas de una realidad que conduce a un nivel explicativo, y se realiza desde una perspectiva: una ubicación a partir de la que se sitúa el teórico para observar esa realidad.
A esta perspectiva o ubicación desde la que observamos la realidad se denomina cosmovisión: una idea de la organización del mundo que crea el marco o paradigma para el resto de las ideas y que inspira teorías o modelos en todos los niveles. Muestra el diseño universal de la realidad en su esencia y se aplica a todos los campos: la política, la economía, la religión, la moral o la filosofía.
En ningún caso la realidad se comportará según nuestras aspiraciones o intereses si no tenemos en cuenta su forma de funcionamiento. La realidad no es amorfa, tiene inteligencia y vida propias, sigue sus propias leyes: las leyes de la naturaleza.
Cuando se habla de política internacional y, en particular, de geopolítica, se deben tener en cuenta variables destacables como "dominación", "poder", "influencia", "independencia", "soberanía", "interdependencia", "integridad territorial", "estabilidad política y social", "desarrollo", "prestigio" y "seguridad", entre otras.
Desde la perspectiva de la periferia, habría que agregar: el para qué del poder, que conlleva la idea de "resistencia", "construcción de poder", "autonomía"; además de los reclamos de justicia.
A partir del proceso de abstracción e interrelación de estas variables significativas se pueden armar modelos descriptivos y explicativos que permiten alcanzar la teoría.
Los modelos se elaboran generando sistemas analíticos a partir de las variables encontradas. Se lleva a cabo un proceso inductivo-empírico al escoger las variables más significativas y construir los modelos analíticos que permitirán desarrollar un proceso hipotético-deductivo.
Se puede desarrollar un sistema de preguntas correlacionales en el que intervengan perspectivas de diferentes disciplinas científicas para el trabajo en geopolítica.
Se trata de un proceso de naturaleza entrópico y heurístico que ya ha sido estudiado por Tucídides y Aristóteles y desarrollado por otros investigadores de la realidad como Maquiavelo, Hobbes, Nietzsche y Morgenthau.
Se denomina proceso entrópico a los caminos que se escogen, de manera racional o no, para ir en una dirección determinada, buscada o impuesta.
En la geopolítica el objetivo rige el camino con base en lo que se elige o se impone, se decide qué caminos seguir y cuáles no.
En ese sentido, el riesgo permanente que se tiene en la toma de decisiones sólo puede ser cubierto por una lectura clara sobre el funcionamiento de la estructura del sistema. Esto implica tener en consideración una de las variables centrales: el poder y la forma en que se configura el sistema.
En general, cuando se habla de la estructura del sistema se hace referencia al tope del sistema, depreciando el significado que puede tener la resistencia desde abajo. Hoffmann fue el primer autor en trabajar la estructura del sistema como una totalidad e integralidad, más allá del o de los súper poderes que hay en su tope.
La estructura hoy está conformada por actores heterogéneos entre los que hay Estados, empresas, banca y organizaciones de la sociedad civil.
Así, las ilustraciones que siguen ejemplifican la nueva manera de visualizar la geopolítica en los aspectos económico, político, social y cultural.
Ilustración 1
En geopolítica, el proceso heurístico es la forma en que se elige de la manera más adecuada evitando, a su vez, imposiciones. La capacidad de predecir si se puede ir en una dirección u otra está sujeta a múltiples factores que dificultan establecerla con precisión.
Una cosa es el mundo y su realidad y otra la descripción que se hace del mundo. Es necesario diferenciar entre la realidad que está fuera del ser humano y el proceso discursivo que se utiliza para operar en esa realidad.
En distintas ocasiones, la verdad objetiva se confunde con el discurso del poder. No se toma el conocimiento directamente de las leyes naturales, sino a través de las prácticas humanas. Independientemente de la retórica y el discurso, las leyes de la naturaleza están ahí y no pueden ser soslayadas.
Habría que encontrar un punto de equilibrio entre el determinismo establecido por las leyes naturales y la posibilidad de alcanzar una autonomía de ellas, tal que permita llevar a cabo la mejor decisión posible.
En ese sentido se plantea la pregunta: ¿Qué ocurre en el sistema mundial? Se puede contestar a través de la generación de modelos de análisis o sistemas analíticos que constituyen sistemas de preguntas interrelacionados y correlacionados y que permiten representar la realidad de forma simulada.
Por lo que dentro de la configuración mundial existen modelos analíticos representativos, a través del proceso heurístico, contempla áreas temáticas como el enfoque de los cambios "en el sistema", los procesos de descolonización, la constitución de un movimiento de países no alineados, las consecuencias de la Guerra de Vietnam para el equilibrio de poderes, la creación de la OPEP y sus consecuencias en la economía y las finanzas globales, el surgimiento de la Comisión Trilateral (Trilateral Commission) y su incidencia en el orden económico internacional, el surgimiento del transnacionalismo y sus consecuencias sobre el Estado–nación, la emergencia de organizaciones de la sociedad civil como las ONG, etcétera.
Para Borón, A. (2005) "Cada uno de estos procesos generó cambios de diferente categoría en el sistema global, tales como a) cambios en el estado o situación del sistema, que muestran cuando se presentan cambios que modifican al sistema, sin modificar la posición relativa (statu quo) de los principales actores que conducen al sistema, o a su estructura (por ejemplo, el proceso masivo de descolonización de África durante la década de los 60 en África); b) cambios en el statu quo del sistema, que muestran cuando hay variaciones en la posición relativa de los principales actores entre sí (como el fin de la Guerra de Vietnam, su "unificación" dentro del bloque oriental y la necesidad del gobierno de Estados Unidos de "aliarse" con el enemigo de su enemigo (China comunista) para recuperar el equilibrio perdido en el sudeste asiático); c) cambios en las reglas del funcionamiento de la estructura que se dan cuando los cambios en el estado del sistema hacen que se altere de manera irreversible la organización del sistema y el patrón de interacciones (es el caso, entre otros, de la crisis producida por los miembros de la OPEP en 1973".
De acuerdo con lo anterior, Chomsky (2004) explica que: "La configuración del sistema mundial y el proceso histórico de globalización han sido la resultante de la expansión y la dominación económico-comercial, militar, político-ideológica, cultural y religiosa". Las civilizaciones más influyentes y poderosas marcaron las pautas para el resto del planeta, expandiéndose progresivamente, dando lugar al mundo complejo actual basado en culturas dominantes y sobrevivientes. La afirmación anterior queda configurada en la ilustración que sigue:
Ilustración 2
En ese sentido, después de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la política de contención ideada por George F. Kennan (alias "X") (llevada a cabo por el presidente norteamericano Harry S. Truman), el mundo se dividió en dos bloques impermeables durante cincuenta años bajo el lema amigo-enemigo.
Con el fin de la Guerra Fría, se acabaron las viejas divisiones ideológicas y comenzó a imponerse una división más difícil de reconocer basada en la tecnología. Ya no son las ideologías sino la tecnología la que crea una nueva y profunda división del mundo en bloques o conglomerados geoeconómicos.
Además, la innovación comercial es hoy en día, por lo general, el producto tanto de una visión científica básica como de la ingeniería aplicada, que cuenta con el respaldo de patentes. La investigación básica depende de las universidades y los laboratorios estatales (la aplicada de firmas privadas, cuyo objetivo es la ganancia)
La innovación exitosa requiere que los académicos, el Estado y las empresas trabajen unidos.
Sin embargo, ciertos sectores académicos en Estados Unidos insistieron en la continuidad del esquema de confrontación frente a un enemigo mundial. Del Mister "X" de la post Segunda Guerra Mundial, se pasó al Mister "H" del post bipolarismo. Huntington, emulando a Kennan, desarrolló un nuevo concepto de dominación imperial: "El choque entre civilizaciones".
Según Gidden, A. (2000) "Los factores dominantes en el proceso resultante del fin del sistema bipolar y del comienzo de la globalización han sido la necesidad de competitividad como factor central para operar como actor en el sistema, la búsqueda de control sobre la energía, el control sobre el agua potable y los recursos naturales y la búsqueda de mano de obra barata".
En ese mismo orden, se dio una expansión explosiva de los actores trasnacionales, ocupando espacios, ya no como grupos de presión sino como factores de poder en la dirección del sistema.
Los actores trasnacionales como las calificadoras de riesgo del país se han transformado en un factor dominante para la posibilidad de que las economías periféricas se desarrollen y sean competitivas.
En el mundo industrializado se dio una alianza estratégica entre los países industrializados-empresas-banca en el área económica-financiera-tecnológica y de la seguridad, expandiéndose, de manera neocolonial (especialmente los europeos) o militar (en el caso de Estados Unidos) para controlar los recursos naturales estratégicos.
Si desean sobrevivir dentro de este proceso, los sistemas políticos deben ser funcionales a este fenómeno. Dentro de este marco, la región opera como una periferia subordinada en vez de ser un actor dentro del sistema. La mayoría de los gobiernos de América Latina desconoce la importancia del poder como factor direccionador en las relaciones internacionales.
En general, su visión positivista, jurídico-institucionalista los ha llevado a operar bajo el espejismo de las instituciones y el derecho a la vida por voluntad propia y, por lo tanto, su posición dentro del sistema depende del respeto que se tenga de las instituciones.
1.2-Organigrama del Poder Mundial
Chomsky (2006) dice que: "El mundo postbipolar comenzó a orientarse hacia la configuración de un sistema multipolar que gira alrededor del eje económico-tecnológico-financiero en el que Estados Unidos debía competir vis-a-vis con Europa y Asia.
Sigue planteando el autor que los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, permitieron al gobierno de George W. Bush reorientar la configuración del sistema y el orden mundial nuevamente hacia el eje estratégico-militar en el que tiene ventajas comparativas y competitivas, exclusivas y excluyentes, favoreciendo la construcción y consolidación de un imperio. A diferencia del romano, en aquél hay un alto componente de transnacionalismo.
De manera que los cambios políticos generados por las elecciones en 2009 en Estados Unidos, crearon cambios en el relacionamiento, aunque más en el orden estratégico que de carácter paradigmático.
Se pasó de la doctrina de intervención preventiva de George W. Bush a las de negociación preventiva y poder inteligente de Barack Obama.
La sociedad civil, que comenzó a quedar desprotegida por las transformaciones del Estado-Nación, comenzó a emerger como un actor significativo, aunque no con el poder suficiente como para generar reglas del juego tan relevantes como las empresas y la banca en el contexto mundial global.
Por otra parte, la modernización que vivió América Latina en la década de 1990, como complemento del proceso de privatizaciones establecido por el Consenso de Washington de 1989, respondió, especialmente en el área de la telefonía, a los intereses de las empresas privadas orientadas al desarrollo de una autopista informática que controlaría la televisión, la telefonía, el movimiento de datos, el comercio, las finanzas, etcétera.
Para Galean, E. (1990) "A partir de la década de 1980, el paradigma del desarrollo pasó a ser la producción y transmisión de conocimiento".
La globalización y la permisividad de los dirigentes políticos favorecieron la profunda mutación del poder que ahora se encuentra en quienes controlan los mercados financieros, los grupos mediáticos planetarios, las autopistas de la información, las industrias informáticas y las tecnologías genéticas.
La autopista informática y la telefonía se han transformado en los instrumentos de control de todos los medios de comunicación y de generación de pensamiento.
Las economías latinoamericanas se abrieron según el mandato establecido en el Consenso de Washington, pero continúan exportando commodities (materias primas) de manera importante, mientras que importan productos de microelectrónica, informática, telefonía, telemática y robótica de los mercados asiáticos en especial.
Para que estos cambios pudiesen materializarse, el Internet se ha transformado en un instrumento de control y dominación desde los actores trasnacionales para el manejo del mercado, y desde los Estados más poderosos para el control de determinados gobiernos.
La red Echelon, o la "Gran Oreja", se desarrolló en la década de 1970 y es operada a escala mundial por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Ella permite interceptar comunicaciones transmitidas vía satélite en todo el planeta.
Es una red de computadoras conectadas con siete estaciones y con 120 satélites operativos alrededor del mundo para interceptar las comunicaciones que transitan por el espacio y reciben, analizan y ordenan la información capturada.
En un principio, Echelon estaba dedicada a interceptar la información de los países del Pacto de Varsovia, pero a diez años del fin de la Guerra Fría sus actividades de espionaje se expandieron hacia otras áreas, como el espionaje industrial y de empresas.
En América Latina se encargan los puestos de escucha instalados en Belice y Puerto Rico para Estados Unidos y Kourou (Guayana) para Francia y Alemania, todos orientados al sur del continente.
En 1982, Gran Bretaña utilizó este sistema durante la Guerra de las Malvinas.
Durante la presidencia de Fernando de la Rua en 2000, 21 líneas telefónicas del ministerio de economía argentino estaban intervenidas vía satélite desde el exterior, con la misma tecnología que utiliza Echelon.
El ministro José Luis Machinea también tenía intervenidas las líneas de la Fundación para el Desarrollo, en la que trabajaba antes de hacerse cargo del Ministerio de Economía, con tecnología que utiliza el sistema Echelon.
En ese sentido, según un informe del Parlamento Europeo, "Washington tiene acceso a toda la información confidencial de México", un país que para Echelon vendría a ser "un libro abierto".
Buena parte de las comunicaciones mexicanas pasan a Estados Unidos de manera directa, de modo que no hace falta ninguna estación especial para interceptarlas.
Se ha revelado la existencia de una red de escucha electrónica rusa. Su nombre en código es Sorm, nacida de los restos de la KGB.
Estados Unidos, Rusia, Francia, Israel y China están ciberarmados; El Reino Unido, Alemania y Corea del Norte también se preparan para un futuro en el que los conflictos se desarrollarán a través de internet.
Hoy, las armas letales no son nucleares sino virtuales. Todos se deben adaptar a esas amenazas. En la mayoría de los países, la infraestructura crítica (redes de distribución de agua y electricidad, transportes y telecomunicaciones) está conectada a internet y carece de las funciones de seguridad adecuadas. Ese déficit las coloca en situación de extrema vulnerabilidad.
1.3-Transición del Poder Global
De acuerdo con Huntington (1990) "Durante la etapa del sistema multipolar (1815-1914), el poder como variable crítica se centró en el control de los espacios geoeconómicos periféricos (colonización y neocolonización) con el fin de tener materia prima para la Revolución Industrial, mano de obra esclava o barata y dominar áreas estratégicas, además de controlar los mares con la finalidad de dominar las rutas comerciales y los mercados".
El poder económico creció apoyado -de manera logística– por el poder estratégico-militar. El paradigma central fue la Revolución Industrial.
Las definiciones que muestran el proceso presentan el concepto de dominio como central, y al de Estado-nación como actor principal de la geopolítica. El último estertor del viejo orden se presentó con la crisis del 29/30.
El eje del poder mundial se desplazó desde Europa, cruzando el Atlántico, hacia Estados Unidos; a la vez, surgieron nuevos actores: Alemania, Japón y la URSS como actor euro-asiático.
En 1939 se inició la Segunda Guerra Mundial y con ella los dos ejes de poder: Estados Unidos-Francia-Gran Bretaña-URSS contra Alemania-Italia-Japón.
Durante esta contienda se continuaron planteando visiones de la geopolítica. Nicholas J. Spykman hablaba de la importancia del poder aéreo. Él incorporó el concepto de rimland (tierra orilla) en referencia a los litorales marítimos euroasiáticos.
Desde su punto de vista, quien controlara el rimland dominaría Eurasia y, a su vez, quien dominara Eurasia controlaría los destinos del mundo.
La evolución de los acontecimientos durante la Segunda Guerra Mundial generaba la presunción de que el futuro orden mundial sería multipolar. Sin embargo, el fin de la conflagración mostró que el nuevo sistema emergía con dos grandes poderes, es decir, una diarquía.
Los acuerdos de paz firmados en Yalta y Potsdam, el reparto de Europa y las esferas de influencia, el pensamiento de Kennan y las políticas de contención de Truman dieron lugar a la Guerra Fría.
En vez de la diarquía se generó un bipolarismo basado en la pugna por la primacía entre dos ideologías incompatibles dando paso a una nueva dinámica geopolítica, acorde con las tendencias del sistema.
Siguiendo los criterios geopolíticos de Halford Mackinder,13 la OTAN y el Pacto de Varsovia se transformaron en dos heartland: el sistema bipolar.
Para este autor, como consecuencia de la Guerra Fría proliferaron los sistemas de seguridad colectivos. El primero de ellos, el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca o Tratado de Río, entre Estados Unidos y América Latina), surgió en 1947; la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre Estados Unidos, Europa Occidental y Turquía), en 1949; el ANZUS (acrónimo de Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, los países signantes), en 1951; el SEATO (Southeast Asia Treaty Organization, entre Estados Unidos y el sudeste asiático), en 1954; el CENTO (Central Treaty Organization o Tratado de Bagdad, entre Asia Central y Gran Bretaña) y el Pacto de Varsovia (entre la URSS y Europa del Este), en 1955.
A fines de los 50 y principios de la década siguiente, se iniciaron a nivel global nuevos procesos que modificaron los criterios geopolíticos: a partir de 1958, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) se transformó en la Comunidad Económica Europea (CEE). Durante el periodo, emergieron por igual las empresas multinacionales y las organizaciones no gubernamentales; se dio un proceso masivo de descolonización en África, continuando y consolidando así el que se había iniciado en Asia durante la postguerra.
En aquella época, surgió también la concepción Cepalina (Comisión Económica para América Latina de la ONU), lo que dio inicio a los procesos integrativos en América Latina.
En ese entonces, los criterios de la geopolítica clásica eran los siguientes:
Con la emergencia y la expansión del transnacionalismo, apareció una nueva tendencia geopolítica. Las 200 empresas transnacionales más poderosas comenzaron a dictar y a condicionar la política mundial, además del comportamiento de gobiernos, ejércitos e instituciones mundiales oficiales o privadas.
Se transformaron en los amos invisibles del planeta: los que manejaban países y presidentes y ejercían control sobre el comercio mundial en más de un 50% y sobre la inversión de capital en el extranjero en más de un 75%.
Hoy, casi 90% de las mayores corporaciones trasnacionales que dominan la industria, la banca y los negocios son estadounidenses, europeas o japonesas, 80% de las principales corporaciones de petróleo y gas son propiedades norteamericanas o europeas. América Latina y África no figuran en la lista.
Muchas de aquellas 200 empresas trasnacionales continúan concentrando sus actividades en equipo eléctrico y electrónico, automóviles, petróleo, productos químicos y farmacéuticos, lo que constituye el motor principal de la producción mundial. Estas concentran más del 30% del PIB mundial.
Cada una de ellas vende más de lo que exporta uno solo de los 120 países más pobres del planeta. Su influencia sobre la producción, distribución y consumo global es determinante para acaparar la mayor parte del capital financiero, información, conocimiento, tecnología y personal capacitado.
A medida que adquieren empresas públicas tienen mayor poder. Si bien la instalación de subsidiarias y filiales impulsa el crecimiento de algunos sectores al crear procesos de industrialización, comercialización y servicios integrados a cadenas internacionales, no responden forzosamente a las necesidades locales ni profundizan la desigualdad, lo que da lugar a nuevas formas de dependencia.
Les interesa la fuerza de trabajo en las diferentes industrias y las contrataciones se dan sin seguridad social, de manera flexible y en ocasiones sin puesto fijo. Inciden en el ámbito laboral, al tiempo que seleccionan a los Estados en función de la mano de obra, de la infraestructura existente y de las facilidades que les otorgan los gobiernos. El dinero generado por estas empresas va a los países de origen, mientras que en el país de residencia sólo queda la mano de obra barata.
En el año 2000, se destinaron en América Latina unos 16,000 millones de dólares a la adquisición de empresas privadas locales por empresas trasnacionales a través de las privatizaciones en Argentina, Brasil y, en menor medida, en Chile que ya había privatizado a mediados y finales de los 70.
Las adquisiciones por parte de empresas trasnacionales en los países periféricos han desequilibrado las reglas del juego comercial internacional a través de situaciones como 1) el decremento de la capacidad productiva de aquéllos y la transferencia de propiedad y control de manos nacionales a extranjeras. Esta transferencia ha ido acompañada del despido de trabajadores y el cierre de algunas actividades de producción, además de que había que pagar al nuevo propietario en divisas; 2) el dominio del mercado interior por parte de las empresas adquirientes, como oligopolios mundiales, y el control de empresas estratégicas y sectores clave como la banca, las comunicaciones y la energía; 3) la disparidad entre los objetivos comerciales de las empresas trasnacionales y los de desarrollo de las economías receptoras y 4) la adquisición de medios de comunicación o de las actividades de esparcimiento que ha constituido una amenaza para la cultura o la identidad nacional al socavar la soberanía nacional y resultar equiparable a una recolonización. Todo ello ha causado la pérdida del control sobre el desarrollo económico.
Según Gorbachov (1993) "En 1991 el mundo atestiguó la desintegración de la URSS y, con ella, se pavimentó el camino del dominio capitalista de los mercados internacionales". En este marco de hegemonía de mercado, resulta irónico que hasta China, otrora irredento bastión comunista, haya podido atraer a 16 mil filiales de trasnacionales, superando así a los propios Estados Unidos y Alemania como polo de atracción.
En lo que respecta al reparto del poder, si se compara el volumen económico de las multinacionales y el PIB de los países del mundo en términos equivalentes, de las 100 primeras entidades por poder económico en el mundo, 51 serían multinacionales y 49 serían países.
Las empresas trasnacionales tienen capacidad global de producción, lo que implica que pueden reubicarla a cualquier lugar donde las condiciones sean más favorables. Asimismo, por su capacidad de negociación con los gobiernos, pueden exigir exenciones fiscales, escasa regulación medioambiental y mano de obra barata no sindicalizada: si no lo consiguen, pueden trasladarse a otro lugar.
84% de la inversión extranjera directa mundial se canaliza a través de este tipo de empresas. Hoy en día, las corporaciones multinacionales controlan gran parte de muchos sectores clave de la economía mundial, como la energía, minería, banca, agricultura, agua y telecomunicaciones.
En este contexto, algunos geopolíticos clásicos han considerado al mundo de la siguiente manera:
Por lo anterior, Borón, A. (2007) plantea la siguiente interrogante:
¿Cuáles han sido los principales problemas geopolíticos de los países latinoamericanos? 1-Los territoriales (fronterizos y coloniales, muchos de los cuales aún continúan; 2-Los económicos desarrollo, deudas, comercio; 3-Los sociales conflictos sociales, desplazos, pobreza, desempleo, hambre, derechos humanos; 4-Los conflictos intraestatales con trascendencia internacional y 5-Los sistemas políticos afines, contrarios o problemáticos.
En materia territorial, la preocupación central, tanto histórica como actual, ha sido la resolución de conflictos regionales: a) problemas fronterizos entre la gran mayoría de países latinoamericanos: b-resolución de conflictos coloniales Malvinas, Guayana Esequibo, Belice y c mixtos (salida al mar de Bolivia.
Gran parte de los estudios geopolíticos hechos en la región se vinculó con estas problemáticas. Muchos de ellos se orientaron al estudio de las hipótesis de conflictos con los vecinos. La configuración territorial en América Latina es la resultante de los intereses económicos y de seguridad durante la etapa de la colonización.
El proceso de descolonización no modificó esto, ya que la región pasó a mantener vínculos neocoloniales por lo que economía y comercio continuaron con los mismos lineamientos.
La formación del Estado-nación en América Latina dejó como consecuencia grandes metrópolis en zonas continentales; caminos y ferrovías desde las zonas de producción agrícola o minera hacia los puertos; interiores de los países con asentamientos poblacionales vinculados al aparato productivo agrícola-ganadero o minero.
Las concepciones geopolíticas en América Latina durante gran parte del siglo XX siguieron los lineamientos de la geopolítica clásica, especialmente la europea. La diferencia la marca la perspectiva brasileña de la perspectiva hispanoamericana.
Travassos, Do Couto e Silva, Terezinha de Castro y Quagliotti de Bellis vieron la potencialidad de Sudamérica continentalmente hablando. Cada uno de ellos lo hizo desde la perspectiva de su propio país (véase el cuadro de la página siguiente).
Según Casall, V. (1997) "En la década de los 60, frente a la geopolítica clásica, se inició la etapa de la geopolítica crítica". Se siguieron los pasos de pensadores como Michel Foucault quien consideraba la geopolítica como un factor de reconstrucción y de transformación global, en especial para los que carecían de poder.
El filósofo pictón le dio una gran importancia al discurso y a los planes de acción y transformación de los gobernantes e intelectuales. Para él, la dominación elitista estaría siempre presente y debía ser reemplazada con una contraélite política e intelectual.
A la geopolítica, a su vez, la consideró como un discurso que concernía a la relación entre conocimiento de poder y relaciones sociales y políticas.
Otro teórico influyente es el noruego Johan Galtung (1990) quien, frente a la geopolítica de la dominación, ha planteado que la conveniencia de construir poder sobre sí mismo.
Si la alternativa poder contrapoder no funciona para la gran mayoría, hay entonces que generar alianzas 'maximizadoras' para sumar poder.
En materia económica, el tema central ha sido el tratamiento de los problemas y las alternativas de desarrollo. Frente al modelo planteado por los grupos neoliberales, se ha optado por seguir el modelo cepalino de substitución de importaciones.
Los países periféricos en general, y América Latina en particular, han buscado formas de alcanzar una mayor participación internacional, en especial en la toma de decisiones o en la conformación del orden global.
Esto ha sido, fundamentalmente, a través de principios y en forma pragmática, en muchos casos improvisada mediante la conformación de una teoría propia.
Existe la creencia de que todos, los dirigentes élites y contraélites en estos países buscan una mayor autonomía, cuando no es cierto. El diseño geopolítico sigue pautas económicas y de seguridad externas.
En la mayoría de los casos, el subdesarrollo y la dependencia se deben a los dirigentes políticos y pensantes con mentalidad dependentista.
Lo anterior se da en el marco de poblaciones con conductas totalmente pasivas en espera de que el líder les resuelva los problemas como se ejemplifica en la siguiente ilustración:
Ilustración 3
Los intentos de desarrollo teórico en América Latina se dividen en:
Teóricos que se centraron en los factores externos.
En ese sentido, Prebis, R. (1985) afirmó que: "Quien habló en su tiempo de cambios estructurales destinados a disminuir la influencia del centro sobre la periferia y a encontrar un camino propio".
El economista argentino planteó la sustitución de importaciones y el proteccionismo, la modernización del Estado y la sociedad, la reforma agraria, la industrialización y planificación.
Concibió a la integración latinoamericana como una forma de generar economías de escala y ampliar el mercado generando una demanda interna favoreciendo así el desarrollo.
Otro enfoque planteado en ese contexto es el desarrollado por Galtung (1985), por parte del principio de que el centro nunca modificará su conducta, por ende, lo que la periferia debe buscar es su propia salida, sea a través de la construcción de un poder sobre sí mismo, sea generando elites alternativas orientadas a la construcción de la autonomía o sea desarrollando la viabilidad nacional conjunta para alcanzar la autonomía.
En el contexto geopolítico actual estos dos enfoques o han dejado de existir o se han ido diluyendo. La concepción cepalina fue abandonada en los 90 con la llegada de la globalización y el neoliberalismo.
La ampliación e integración del mercado fueron utilizadas por la trasnacionales en beneficio propio. La teoría de la dependencia se desgastó y no progresó.
En esa década se instalaron gobiernos mayoritariamente neoliberales, incluyendo a un ex dependentista como Fernando Henrique Cardoso que renegó de sus pensamientos. La teoría de la autonomía no tuvo gran predicamento.
Por consiguiente, las variables internas recibieron menor atención que las externas, tanto en los estudios de política exterior como de política internacional. Los autores no latinoamericanos, particularmente europeos y norteamericanos, han prestado más atención a las características de los sistemas políticos que los latinoamericanos.
En este campo ha predominado el positivismo con una visión jurídico-institucionalista carente de realismo ajena a la idea de poder, desfigurando la idea de geopolítica. Los militares le dieron una visión estratégica basada en las hipótesis de conflicto más que en el aprovechamiento óptimo o la consolidación sobre el espacio.
En este marco, no se ha podido aún generar un pensamiento regional autónomo, ni tampoco formar una élite alternativa en la región. Estas carencias se deben a factores como: a) la falta de acceso a los organismos de investigación científica, cooptados por pensamiento positivista y militarista; b) la incapacidad de publicar debido a la falta de revistas para hacerlo o de acceso a las editoriales que sí han publicado (por razones políticas, de coincidencia o afinidad ideológica) trabajos con contenido positivista y militarista; c) la censura de gobiernos dictatoriales y represivos, o civiles pero mediocres.
La investigación orientada a la heurística, en áreas como la política interna o internacional, es prácticamente inexistente. Toda vez que los políticos o militares que desean actuar recurren a su pragmatismo, que, en realidad, se acerca más a la improvisación. Si hacen algún análisis profundo usan modelos o teorías desarrollados en Estados Unidos o Europa.
Las variables internas son importantes ya que han reproducido actores no estatales con alto grado de incidencia en el comportamiento del Estado, así como del sistema mundial.
La creciente proliferación e incidencia de organizaciones de la sociedad civil, institucionalizadas (ONG) o no, puede transformarse en un factor que detone una nueva geopolítica, en la que la variable sociedad civil comience a tener una participación activa.
Según Brown, (1990) "Desde la época de la independencia, ha habido en América Latina un permanente proceso de fragmentación guiado desde afuera. Incluso se ha presentado una división de esferas de influencia entre Estados Unidos y Gran Bretaña". La región sudamericana y el Caribe británico cayeron en la esfera de influencia, en especial económica, de Gran Bretaña.
Por su parte, México, Centroamérica y el Caribe español cayeron en la esfera de Estados Unidos. De manera paralela, las diferentes disputas territoriales, principalmente por problemas de límites en las fronteras, han hecho que, en vez de converger, los países se mantengan en un constante proceso de autofragmentación.
Página siguiente |