"Allí está el centro de la tormenta y las respuestas de los políticos estadounidenses son clave para capear este vendaval". Las cifras respaldan claramente esta opinión, dice Frank Nielsen, director ejecutivo de la firma de análisis MSCI Barra.
"Los datos muestran con aterradora claridad que EEUU domina el comportamiento de los inversores". De hecho, el grado de correlación entre Wall Street y el resto del mundo ha aumentado, y Estados Unidos ha hecho bajar los mercados asiáticos y europeos cuando las ventas se aceleraron, y ha contribuido también a una modesta recuperación a finales de octubre.
Las acciones europeas han estado en un 86% correlacionadas con los mercados de Estados Unidos en los últimos meses, dice Nielsen, desde la media del 78% a lo largo del período de julio de 2007 hasta abril de 2008. Esto significa que el 86% del movimiento en los mercados europeos se puede deducir observando EEUU.
Japón: impactante
Con Japón, el caso es chocante: la correlación directa se ha más que doblado, hasta el 65% en septiembre, desde una media del 30% en el período julio-abril. Y Nielsen dice que hay indicios de que la conexión aumentó en octubre al 80%. En los últimos meses, todo el mundo ha pagado el precio del hundimiento americano. Más del 46% de la capitalización de las acciones globales se ha evaporado este año, y la volatilidad del mercado ha alcanzado niveles récord desde mediados de septiembre. En Estados Unidos, la capitalización del mercado ha bajado casi un 35%.
Para Hugo Young, gestor de fondos de Aberdeen en Singapur, "estadísticamente, Asia está en buena forma, pero los mercados están más conectados ahora porque las economías están más ligadas entre sí. El capital ahora viaja mucho". A corto plazo, los analistas ven peligro de que los inversores que se atrevan a asomar la cabeza, estén donde estén, resulten mal parados al final.
– No estamos en 1929, al menos de momento (Cinco Días – 11/11/08)
Los expertos rebaten la analogía con la Gran Depresión.
(Por N. Rodrigo)
La comparación de la crisis bursátil actual con el crac de 1929 ha pasado de considerarse una exageración a convertirse en un lugar común. Un símil que encuentra en las caídas verticales de la Bolsa, en el riesgo de colapso total del sistema bancario y en la dureza de la recesión que, según todos los analistas, espera al mercado. Y, también, en los sucesivos rebotes que no cuajan ni significan el suelo del mercado. Unos factores que se encuentran también en la crisis japonesa de los años 90, que llevó el índice Nikkei a rozar los 40.000 puntos. Actualmente cotiza en 9.000, y tendría que subir un 300% para volver al nivel que tenía a finales de 1989.
De momento, el índice S&P 500 perdió un 45,8% en las 55 semanas posteriores al máximo. En 1929 el Dow Jones perdió un 45% y en 1990 el Nikkei un 42%. Aunque, en los dos precedentes históricos, Dow y Nikkei habían subido más durante los cinco años anteriores al pico (un 276% y un 229%) que el S&P entre 2003 y 2008 (un 101,5%).
Citi elaboró la semana pasada un informe buscando patrones en crisis anteriores. "Hay posibilidades de que se esté formando una base para lo que podría ser un rally fuerte, pero podría emerger posteriormente un mercado bajista de varios años y caídas similares a las que estamos viendo", apunta el banco, que ve similitudes actuales con el comportamiento de los mercados en 1919-1921 y 1937-1938.
La entidad apunta que el volumen de las caídas es similar al de las crisis de 1972, 1973 y 1989, "son periodos similares, pero la gran diferencia es la velocidad de las caídas, mucho mayor esta vez", señala.
Citi no considera, al menos hoy por hoy, que la crisis actual emule al doloroso crac de 1929, que dio lugar en Estados Unidos a la Gran Depresión. Algo que comparte la mayor parte de los expertos, que, en general, se resisten a hacer paralelismos. "No hay reglas fijas; cada crisis es de una forma", afirma José Luis Cárpatos, analista de Serenity Markets, "yo, personalmente, creo que no se pueden descartar posibilidades, por muy remotas que parezcan". Cárpatos alude a la llamada teoría del cisne negro: "Históricamente se pensó que los cisnes eran blancos, pero en el siglo XVII se encontró un cisne negro en Australia; a veces una observación, una situación puntual cambia axiomas establecidos durante siglos".
Cisnes negros
1929 fue uno de esos cisnes negros. La Bolsa cayó un 89% desde 1929 hasta los mínimos, que no marcó hasta 1932. Durante este periodo el índice vivió hasta siete rebotes significativos, en los que al menos subió el 20%. Pero volvía a marcar mínimos antes de remontar. Los rebotes en mercados bajistas son un patrón común. Desde el pico del S&P en octubre pasado, el índice registró dos repuntes (del 12% en marzo y del 8% en junio) y un rebote del 18% después de mínimos. En España, el Ibex ha marcado las mayores subidas desde que fue creado en los 12 meses transcurridos desde el máximo -se marcó el 8 de noviembre, algo después que el del S&P 500-. De hecho, el último rebote desató un tirón de casi 2.000 puntos en una semana; un 23%.
"Esta crisis no se parece a ninguna otra. Pero hay que tener cuidado con las comparaciones; si es como la del 29, esto no ha hecho más que empezar", comenta Luis Benguerel, de Interbrokers. "La tendencia a corto plazo es alcista, pero a medio y largo es bajista. En el mejor de los casos nos quedan meses y meses de Bolsa horizontal", añade.
Una tendencia alcista, en todo caso, no supone que una crisis se pueda dar por cerrada. En 1929 el Dow Jones remontó un 46% tras la primera oleada vendedora, pero luego siguió a la baja. No recuperó el nivel anterior a 1929 hasta noviembre de 1954, más de 25 años después.
Las fotografías de las multitudes aglomeradas en Wall Street, la imagen -probablemente apócrifa- de los brokers tirándose por la ventana, la frase de Franklin Delano Roosvelt -"no hay que tener miedo más que al propio miedo"- o la eclosión cultural que llevó aparejada la Gran Depresión -John Steinbeck en la literatura, Robert Johnson en la música– seguirán ocupando su lugar como iconos del crac bursátil y la crisis económica. La mitología está a salvo. Al menos, de momento.
– El Banco Mundial alerta de que el comercio global caerá el próximo año por primera vez desde 1982 (El Confidencial – 12/11/08)
Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, señaló a Reuters que la entidad estima ahora que el comercio global caerá el próximo año por primera vez desde 1982 debido a la crisis financiera internacional. Sobre el aumento de peticiones de préstamos, Zoellick respondió: "Antes habríamos incrementado nuestros préstamos de 13.500 millones de dólares en unos pocos miles de millones, pero lo que hemos visto en el último mes, literalmente en los últimos días, es que grandes países están viniendo a nosotros". El jefe del Banco Mundial dijo que países como México, Indonesia y Colombia, preocupados por el acceso al crédito para financiar proyectos de desarrollo, están recurriendo al fondo de contingencia de la institución.
– El reino de la impunidad (El País – 12/11/08)
En la economía de mercado hay desastres: hipotecas basura, artimañas financieras, quiebras, despidos, pobreza… Pero nadie los ha causado, se han producido solos. Es el único espacio ajeno a la responsabilidad
(Por Francisco J. Laporta)
Creo que hay que ponerse a dar forma y tono a esa voz inarticulada y latente que ha surgido aquí y allá en estas últimas semanas preguntándose irritada dónde están los responsables económicos del gran desaguisado que estamos viviendo. Se trata de una catástrofe financiera pero, como las demás catástrofes, va a producir padecimiento, privaciones, ansiedad y miseria. La gente va a sufrir, y lo que ese rumor difuso busca medio a tientas es saber a quiénes puede serle exigida la responsabilidad de todo ello. No me parece que sea una demanda insensata.
Sin embargo, no es fácil de contestar, porque la economía parece operar como una suerte de orden objetivo e ineluctable de cuyos resultados nadie se hace cargo. Incluso hay un modo de hablar que presenta las situaciones económicas como producto de procesos objetivos sin agentes que los produzcan. No sé si tal visión será plausible desde el punto de vista de la ciencia social; de lo que estoy seguro es que no es inocente desde la óptica jurídica o moral. Friedrich Hayek, el viejo santón del mercadismo, afirmaba que si no hay acción humana de la que pueda decirse que ha causado un estado de cosas no puede lisa y llanamente hablarse de injusticia. Y así le parecían a él muchas de las realidades causadas por la actividad económica del mercado. Como eran efecto de la conjunción de innumerables acciones anónimas e irrelevantes, las consecuencias de esa economía no podían ser calificadas de justas o injustas, estaban al margen de la crítica jurídica o moral. Es ésta, en efecto, una convicción que se ha incorporado inconscientemente a nuestros discursos económicos cotidianos.
En la economía de mercado suceden cosas pero nadie es responsable. Es el reino de la impunidad. Esto, por cierto, contrasta con algunas otras de nuestras actitudes cotidianas, presididas muchas veces por una obsesiva, a veces incluso obscena, búsqueda de la responsabilidad. Sea un fallo del sistema judicial, un accidente aéreo, un problema sanitario, un atropello social, un remoto crimen histórico o un episodio de corrupción, allá se van todos los sabuesos, expertos en chismes, jueces de portada (o aspirantes), testigos oficiosos y oficiantes, periodistas de investigación y público en general a descubrir y despellejar al causante. Y pobre de aquel que por azar haya pasado por allí. Puede dar por descontado que le van a dejar en cueros, cualquiera que haya sido su parte en el suceso. El reino de la vida económica, por el contrario, parece impenetrable al juicio de responsabilidad. Hay crisis, recesión, pobreza, paro, lo que sea, pero nadie los ha producido. Se han producido solos.
Seguramente es razonable pensar que ciertos resultados económicos son efecto de multitud de pequeñas acciones de gentes que no los pretenden; se trata de consecuencias de acciones colectivas que nadie está en condiciones de imputar individualmente. El mercado libre de un bien, la vivienda de alquiler por ejemplo, establece unos precios que son la conjunción de múltiples acciones individuales de oferta y demanda, y no podemos señalar a nadie como responsable de la subida o bajada de esos precios. Ésa es la razón que se aduce para declarar la general irresponsabilidad por las consecuencias económicas del curso del mercado. Mucho me temo que en estos días se pretende lo mismo con respecto al desastre económico que vivimos.
Muchos analistas económicos, sin embargo, no han dudado en demandar ahora un incremento de la regulación del sector financiero. De pronto, se han topado con la realidad desnuda de un mercado sin trabas y parecen medrosos, aunque antes nos hayan venido restregando los principios un día sí y otro también. El mercado es el mercado -nos decían- y cuando uno entra en él lo hace a su riesgo. Si se pierde, será muy de lamentar, pero ésas son las reglas. No hay andaderas paternales, ni intervenciones que distorsionen la limpia competencia, ni funestas injerencias extraeconómicas. Hasta los Gobiernos -sobre todo los Gobiernos- han de ser reducidos a la impotencia económica: recaudar impuestos es algo casi siempre inconveniente; bajarlos o suprimirlos es la panacea económica universal. Nada de inmiscuirse en la política monetaria; para eso están los organismos reguladores técnicos e independientes. Las decisiones de estos organismos, que no respondían ni responden ante nadie, obtendrán su calidad y pureza de criterios científicos, objetivos, anteriores a toda veleidad política. Y no mencionemos la deuda: debería estar prohibida constitucionalmente, el déficit cero es el estado de beatitud.
Esto era la teoría, la realidad parece otra. En la realidad las cosas funcionan según el tipo de agente que actúa en el mercado. Si somos usted o yo las reglas son inflexibles, y nos hundimos o nos salvamos solos. Y por lo que respecta a la responsabilidad, si se da el caso de que somos actores económicos individuales, modestos, con un cargo sin brillo en alguna pequeña sociedad anónima, hemos de tener cuidado con lo que le hacemos a los demás, a la sociedad o a los socios porque enseguida nos empapelan. Deberemos mantenernos siempre alerta para no dañar a nadie por culpa o negligencia, enterarnos bien de todo lo que pasa en nuestra pequeña sociedad y estar prestos a responder. Pero si uno es consejero de una gran entidad financiera las cosas cambian misteriosamente. Mimado con retribuciones de escándalo, parece destinado a reunirse de vez en cuando en la última planta sin enterarse de lo que pasa debajo. Si las cuentas van bien hoy, nada que objetar. Pero si se tuercen súbitamente mañana, tampoco pasa nada. En el peor de los casos se irá usted a casa con un buen pellizco. Ni siquiera cabe pensar que sociedades así puedan desaparecer por los efectos del mercado. Hay demasiada gente cuyos trabajos y ahorros penden de ellas. Y, claro, en seguida se abjura de la antigua fe y de las virtudes de la competencia y se recurre al Gobierno para salvarlas de la quema. De lo que hayan hecho sus responsables no se habla. El villano ha sido el mercado.
Seguramente por eso, quien más quien menos se está preguntando hoy si es que todo esto es de verdad una catástrofe anónima, si es que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que haya dado en conceder hipotecas inverosímiles (que sus obligados, sujetos con ingresos inciertos, no iban a poder pagar porque el mercado ha dictaminado también que las más altas cotas de competitividad se alcanzan con los contratos basura); si es que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que haya hecho maniobras financieras para incluir semejantes títulos en paquetes de camuflaje para ser ofrecidos como inversión; si es que en los consejos de administración no ha habido nadie, ningún sujeto real, que ni se haya enterado de eso; si es que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que haya otorgado a semejante producto una calificación financiera de excelencia; si es que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que se haya lanzado a invertir tontamente en tales productos; si es que no ha habido nadie, ningún sujeto real, que haya envenenado la información a los demás agentes financieros desencadenando una desconfianza cerval en el sistema; si es que en los organismos reguladores no ha habido nadie, ningún sujeto real, que no advirtiera el peligro.
Muchos, en efecto, se están preguntando atónitos si eso ha sido la resultante fría de un mecanismo anónimo e irresponsable, o si, por el contrario, ha sido la consecuencia de actos de ambición, negligencia e irresponsabilidad en cadena, de personas de carne y hueso a las que debe buscarse pacientemente y pedirles cuentas civiles y penales. Y no desean saberlo porque añoren la resurrección de la planificación y el dirigismo económico, sino precisamente porque valoran las instituciones de la economía de mercado como un hito de la civilización, y no quieren verlas en manos de enredadores, truchimanes ni logreros, por muy enfundados que estén en trajes impecables.
(Francisco J. Laporta es catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid)
– La difícil tarea de alcanzar unidad en la cumbre del G-20 (The Wall Street Journal – 12/11/08)
Los líderes mundiales que se reunirán en Washington apoyan acciones coordinadas, pero cada uno tiene su propia
(Por Bob Davis)
Los líderes de 20 de los países más poderosos del mundo se reunirán aquí el viernes, supuestamente para hablar con una sola voz sobre cómo manejar la crisis económica que se cierne sobre el mundo. Sin embargo, cuando se intente pasar a la acción, no espere unidad. Lo más probable es que se levante una Torre de Babel nacionalista.
Los franceses quieren ponerle riendas al desenfrenado capitalismo global y construir un nuevo orden regulatorio. Los estadounidenses ven esa pretensión con sospecha. Los británicos dijeron en un principio que querían "un nuevo Bretton Woods", lo que suena a un llamado a rehacer, o incluso sustituir, el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones internacionales concebidas en esa conferencia en New Hampshire en 1944. Ahora quieren un FMI más poderoso. Los rusos, a su vez, tratarían de vetar la última idea británica. Quieren un FMI que no imponga lo que Arkady Dvorkovich, un máximo asesor del Kremlin, llama "condiciones políticas" a sus solicitantes de préstamos.
Mientras, los chinos -que el domingo anunciaron un amplio plan de estímulo económico- quieren una mayor influencia sobre las decisiones del FMI. Todos los participantes restantes quieren que los chinos financien los programas de préstamos del FMI independientemente de si la estructura de poder se cambia rápidamente.
Ministros de finanzas y jefes de bancos centrales del Grupo de los 20 se reunieron el fin de semana en São Paulo como preparación para la próxima cumbre económica. Hablando en una conferencia de prensa durante la reunión, el director administrativo del FMI, Dominique Strauss-Kahn, reconoció que los líderes tienen visiones distintas sobre el mejor modo de operar en el futuro. Dijo que la razón para ser optimista acerca de la cumbre del G-20 es que todas las partes involucradas creen que una acción coordinada es fundamental.
Los problemas que enfrenta la cumbre son en parte conceptuales, en parte políticos. No está nada claro cómo se puede impedir que la crisis económica empeore dada la compleja interacción entre los problemas hipotecarios, la restricción del crédito, la solvencia bancaria y la caída en la demanda del consumo global. El FMI planea usar la conferencia para presionar a los países a administrar una gran dosis de gasto keynesiano, incurriendo en grandes déficit presupuestarios para reducir los impuestos y aumentar el gasto. Estados Unidos ya ha tomado pasos en esta dirección, pero muchos países europeos se mantienen escépticos.
Otro imponderable es cómo evitar una potencial futura crisis. Es fácil hablar sobre mayor regulación. Pero ¿de qué tipo? ¿Y cuánta regulación debería ser transnacional?
El principal problema político en la conferencia es EEUU. Aunque es una reunión del G-20, la economía estadounidense es tan grande y su influencia en las instituciones internacionales tan vasta que un cambio significativo en el sistema económico global no puede ocurrir sin el consentimiento de ese país.
Sin embargo, el auspiciador de la conferencia, el presidente George W. Bush, tiene menos de tres meses restantes de mandato y no puede comprometer a su país en nada más allá que esa fecha, mientras que el presidente electo, Barack Obama, no está listo para llevar a cabo una reforma general de la economía global. Los líderes europeos proponen una segunda cumbre 100 días después de la conferencia de Washington, un mes luego de que Obama asuma la presidencia.
Lo mejor que puede surgir de la reunión de esta semana es un compromiso para hacer que la reforma financiera siga siendo una prioridad. Tras la crisis asiática de 1988, el FMI instó a que se hiciera cambios en "la arquitectura financiera global", incluyendo la creación de un tribunal de bancarrotas internacional para lidiar con los casos de cesación de pagos de países. Pero una vez que se recuperó la economía global, el interés en un cambio se amainó y la idea de la corte de bancarrotas murió.
En esta reunión, el FMI planea presentar algunas nuevas ideas de regulación, incluyendo modelos que están siendo creados para identificar burbujas financieras antes de que se formen. Los economistas del FMI están estudiando crisis anteriores de manera global para ver cómo los precios de los activos se convierten en grandes problemas a lo largo de varios años, para luego evaluar si existen indicadores de dificultades futuras. El FMI también está debatiendo si se postula al cargo de regulador financiero global o propone una "red" de instituciones internacionales.
Los países europeos están proponiendo un "colegio de supervisores" para las mayores instituciones financieras. En esta idea, por ejemplo, los reguladores de Citigroup de distintos países se reunirían para intercambiar información.
La debilidad de todas estas propuestas es cómo implementarlas. Durante años, los europeos y estadounidenses han ignorado los consejos del FMI sobre cómo manejar problemas en sus países, mientras esperan que los países en desarrollo cumplan con los requisitos del fondo para recibir préstamos de emergencia. A principios de año, el FMI trazó un plan para que EEUU recapitalizara sus bancos y se lo presentó al Departamento del Tesoro, que lo ignoró. Los británicos y franceses no son diferentes, dice Simon Johnson, ex economista en jefe del Fondo.
Obama no ha tomado una postura sobre el sistema financiero global. Durante la crisis asiática, algunos de sus principales asesores económicos -que trabajaron en la Casa Blanca de Clinton- usaron al FMI para promover las políticas económicas estadounidenses. Esta vez, el gobierno de Obama será juzgado internacionalmente, en parte sobre si está dispuesto a recibir asesoría además de impartirla.
– Los supervisores piden al G-20 regular los mercados privados (Cinco Días – 13/11/08)
Los supervisores quieren poner luz y taquígrafos en los mercados OTC (over the counter), los mercados privados donde proliferan los productos de inversión derivados de la ingeniería financiera, que constituyen el germen de la crisis financiera mundial.
(Por Fernando Martínez)
Todos quieren participar en la cumbre que se celebrará en Washington el próximo sábado y que representará la clave de bóveda del nuevo orden financiero internacional. El comité internacional de supervisores Iosco, cuyos miembros regulan el 95% de los mercados de capitales del mundo, ha enviado una carta abierta a los miembros del G-20 en la que propone como acción urgente la regulación de los mercados OTC, que pasarían así a estar dentro de la órbita de control de Iosco.
"A la vista de la presente crisis, se ha hecho evidente que las brechas de regulación, especialmente aquellas derivadas de determinados productos poco o nada regulados, deben ser cerradas e Iosco es el vehículo adecuado para ello", afirma la organización en su comunicado. "Igualmente, cada vez queda más claro que, aunque las estructuras regulatorias deben seguir siendo nacionales, son deseables decisiones globales y consistentes", añade la asociación.
Los mercados OTC funcionan mediante acuerdos privados entre comprador y vendedor. Carecen, por tanto, de contraparte que garantice la liquidez y permanecen ajenas a la actividad supervisora de entidades públicas como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En estos mercados han proliferado productos derivados alternativos a las herramientas tradicionales de inversión, que han propiciado grandes rentabilidades, pero que a falta de una adecuada supervisión han degenerado en un problema de proporciones mundiales y están detrás de la restricción global de crédito que amenaza ahora la economía.
Respaldo político
Iosco reclama más coordinación a escala internacional, pero con un apoyo gubernamental visible.
"Para resolver la actual crisis, es crítica la coordinación y cooperación entre los reguladores financieros y los Gobiernos, siempre respaldada por una voluntad política para hacer los cambios regulatorios y legislativos que sean precisos", explican los supervisores. "Actualmente, Iosco ofrece la experiencia técnica global necesaria para ayudar a las autoridades financieras en el desarrollo e implementación de soluciones globales comunes en respuesta la actual crisis global en los mercados de capitales", añade la entidad.
Lo que Iosco busca es que sus principios de regulación sean adoptados de forma universal, "incluso aunque se requieran modificaciones en la legislación". Estos principios fueron establecidos en 1998, se reforzaron en 2002 con el memorándum Iosco MOU y se actualizan cada año.
La línea de trabajo de los supervisores pasa por cuatro puntos: fijación de estándares internacionales de información financiera que las compañías cotizadas deben remitir a las autoridades nacionales; fortalecer la confianza de los inversores a través de "la cooperación transfronteriza en la supervisión y analizando las cuestiones suscitadas por las ventas abusivas a corto en la actual situación"; impulsar la transparencia y el desglose de información de todos los productos y financieros, y, por último, establecer normas globales para las agencias de rating, cuya actuación ha quedado en entredicho en la presente crisis.
Desciende el volumen del negocio de CDS
La actividad en derivados para cobertura de impagos, los llamados Credit Default Swaps (CDS) cayó un 1% en el primer semestre del año, según los datos divulgados por el Banco Internacional de Pagos (BIS, en sus siglas en inglés). Es la primera vez que este segmento se contrae desde que se recogen estadísticas.
El volumen global de CDS ascendió a 57,325 billones de dólares (45,86 billones de euros), frente a los 57.894 millones con los que había cerrado 2007. La medida empleada por el BIS es la de volumen nominal pendiente, que son todos aquellos contratos ya realizados, pero que aún no han sido liquidados. La actividad total en los mercados OTC mantiene un ritmo de crecimiento vigoroso, ya que ascendió unos 683,725 billones de dólares, lo que supone un incremento del 14,8% respecto a diciembre del año pasado y del 32,4% sobre junio de 2007.
La partida más importante es la de los contratos de cobertura de tipos de interés, que representa un 67% de todo el mercado. El crecimiento de los derivados sobre divisas, cuyo volumen aumentó en 6,7 billones durante los seis primeros meses del año, ha hecho que este segmento pase a ser el segundo en importancia, por delante de los CDS.
– Recesión mundial en 2009: EEUU (-0,9%), Eurozona (-0,5%) y Japón (-0,1%) (El Confidencial – 13/11/08)
(Por E. Sanz)
Los peores presagios se confirman. La desaceleración de la economía mundial será un hecho en 2009. Las últimas previsiones de la OCDE apuntan hacia un crecimiento negativo en Estados Unidos del 0,9% durante el próximo año, del 0,5% en la zona euro y del 0,1% en Japón.
El director de estudios del departamento económico de la OCDE, Jorgen Elmeskov, señala, no obstante, que existe un cierto grado de incertidumbre en torno a estas previsiones y que de ellas dependerá la profundidad y la duración de la crisis financiera, la principal causa de la recesión actual.
El Producto Interior Bruto (PIB) de los países de la OCDE se espera que se contraiga un 0,3% en 2009 antes de recuperarse en 2010, cuando se espera un crecimiento positivo del 1,5%.
– Las agencias de "rating" no podrán calificar y asesorar al mismo tiempo (ABC – 13/11/08)
(Por Maribel Núñez / Bruselas)
La Comisión Europea propuso ayer estrechar la regulación de las agencias de calificación financiera ("rating" en inglés) para que aumente su grado de responsabilidad en las "opiniones" que emiten, al tiempo que tengan más incompatibilidades para calificar y asesorar simultáneamente.
El comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, explicó ayer que esta nueva regulación, que debe ser refrendada por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, "es estricta porque pretende restablecer la confianza de los mercados". Algunos sectores acusan a las agencias de calificación de ser corresponsables de la actual crisis financiera, al no haber valorado suficientemente el riesgo de productos financieros opacos y, después, haber tardado en bajar la calificación de las entidades afectadas.
Bruselas propuso ayer que en el futuro estas agencias, cuyos honorarios proceden de las empresas que califican, no puedan caer en conflictos de intereses, con lo que no podrán asesorar a sus clientes sobre las inversiones que a su vez están calificando. Además tendrán que hacer públicos sus métodos de trabajo, hacer un informe de transparencia anual y poner en marcha un sistema de control interno. Sus consejos de administración deberán tener al menos tres miembros con una remuneración independiente de la marcha económica de la empresa.
A lo anterior se le añadirá la obligación de las agencias de incluirse en un Registro Europeo de Agencias de Calificación que se creará para tal fin y habrá supervisión por parte de los órganos respectivos en los países miembros. La idea es que si alguna agencia de calificación no cumple con la normativa pueda ser excluida del Registro y así pierda el derecho de trabajar en la UE.
La Comisión Europea llevará esta propuesta a la Cumbre Financiera del G-20 del 15 de noviembre en Washington para intentar que se haga extensiva al resto de países.
– Los cinco mayores especuladores financieros declaran ante el Congreso de EEUU (El Confidencial – 13/11/08)
(Por E. Sanz)
Cinco de los gestores de hedge funds más ricos y poderosos del mundo se enfrentan hoy al Congreso de Estados Unidos que quiere saber hasta qué punto la falta de transparencia de la industria supone un riesgo para el sistema financiero mundial.
John Paulson (Paulson & Co.), George Soros (Soros Fund Management), Philip Falcone (Harbinger Capital Partners), James Simons (Reinaissance Technologies) y Kenneth Griffin (Citaldel Investment Group) deberán testificar hoy ante la Cámara de Representantes del Congreso para explicar el papel que juegan y ha jugado los hedge funds en los mercados financieros así como la situación regulatoria en la que se encuentran. Todos ellos tienen bajo gestión unos 120.000 millones de dólares, según estimaciones de ABC News.
TESTIFICAN ANTE LA CÁMARA DE REPRESENTANTES DE ESTADOS UNIDOS
Los mayres especuladores declaran ante Congreso »
El presidente del Comité de Supervisión y de Reformas del Gobierno de la Cámara de Representantes, el demócrata Henry Waxman, ha pedido expresamente que testifiquen, después de que cada uno de ellos haya registrado este año ganancias estimadas en 1.000 millones de dólares. La comparecencia de estos tres gestores es la última de una serie de intervenciones ante el Congreso con el objetivo de investigar las causas y los efectos de la crisis financiera. También han tenido que someterse al interrogatorio de la Cámara de Representantes los máximos responsables de Fitch, Moody"s y S&P 500.
La industria de los hedge funds, que está viviendo uno de los ejercicios más duros de su historia en cuanto a rentabilidades y reembolsos -sólo en octubre perdió 100.000 millones de dólares en octubre según estimaciones de Eurekahedge-, ha sido acusada de provocar el colapso de dos de los mayores bancos de inversión estadounidenses así como de haber provocado las fuertes caídas en bolsa de las últimas semanas.
De hecho, Paulson llegó a apostar más de 1.140 millones de euros por la caída en bolsa de los bancos británicos, mientras que en España, Philip Falcone apostó 580 millones de euros contra Santander, BBVA y Popular.
Waxman pedirá a estos cinco gestores que den al Comité una lista de todos los fondos controlados, el total de activos bajo gestión, informes a inversores así como los documentos sobre la posiciones de cada fondos en posiciones en CDS -credit default swaps-.
Asimismo, se les ha requerido información sobre el nivel de riesgo asociado a cada hedge fund y los detalles sobre el dinero que han recibido en los últimos años. Los elevados cheques recibidos por los principales ejecutivos de Wall Street han sido duramente criticados por Waxman.
Soros Fund Management, del millonario y filántropo George Soros, dijo el mes pasado que espera que la crisis financiera mundial provoque un duro revés a la industria de los hedge funds, que puede perder hasta un tercio de su volumen actual. Se estima que Soros ganó hasta 1.000 millones de dólares apostando contra el desplome de la libra esterlina en 1992.
Por su parte, John Paulson, dueño de Paulson & Co, apostó el año pasado por el hundimiento del mercado financiero y este año espera que varios de sus fondos entren en beneficios pese al tsunami financiero. Por el contrario, Kenneth Griffin, dueño de Citadel Investment Group, se enfrenta a serias dificultades después de que sus buques insignia. Kensington y Wellington hayan perdido un 38% sólo desde principios de noviembre.
En los últimos años, ser gestor de un hedge fund ha sido una de las carreras más lucrativas del mundo. Sin embargo, la debacle bursátil que ha sacudido a las bolsas de todo el mundo también ha provocado un duro castigo para estos productos de inversión alternativa. Y el futuro no parece demasiado alentador. Algunos expertos prevén un auténtico "baño de sangre" dentro de la industria con caídas de entre el 30% y el 60% para algunos de estos fondos por culpa, por un lado, del colapso de las inversiones y, por otro, de la masiva retirada de capitales por parte de sus clientes.
– "Sería un error que unos meses de crisis acaben con 60 años de capitalismo" (El Economista – 13/11/08 20:48h)
El todavía presidente de EEUU, George W. Bush, ha defendido "a ultranza" el sistema capitalista como la forma más eficiente de dirigir la economía mundial en una conferencia celebrada en el Manhattan Institute de Nueva York. "Sería un error que unos meses de crisis acaben con más de 60 años de éxito y libre mercado", aseguró el presidente saliente, que será sustituido por el demócrata Barack Obama en enero.
Bush ha pedido este jueves "más tiempo" para tomar las medidas necesarias y salir de la crisis, y lo ha hecho ante los altos mandatarios del G-20. El todavía presidente ha llevado a cabo una exposición en la que ha defendido el capitalismo como la mejor de las formas posibles para dirigir las economías del mundo, y ha asegurado que "no es perfecto, pero si es la forma más eficiente de dirigir las economías mundiales".
"El capitalismo deja a los ciudadanos elegir su futuro", ha añadido Bush. "Les deja trabajar, ahorrar o invertir sabiamente. Millones de personas se benefician de esta forma. El capitalismo de libre mercado es el motor de la movilidad social. Es lo que hace posible que cualquier persona abra su negocio, o que una madre soltera vaya a la Universidad o que un extranjero abra un restaurante".
"El libre mercado ha permitido a Japón, por ejemplo, convertirse en la segunda economía del mundo, y a Corea del Sur convertirse en un gran país avanzado", manifestó.
Bush también ha tenido tiempo para criticar a los países que no adoptan el libre mercado como fórmula para dirigir sus economías. "Los países que no han empleado el capitalismo de libre mercado se han visto perjudicados. Países como Cuba o Irán, donde son grandes exportadores de petróleo y no tienen gasolina ni para circular con sus propios coches".
Ante un público entregado que aplaudía cada una de las intervenciones de Bush, el presidente de EEUU ha asegurado que se debe avanzar para que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial sean más transparentes.
"El liderazgo de EEUU se mantendrá"
Bush ha concluido el mitin declarando que "sería un error que unos meses de crisis acaben con más de 60 años de éxito y libre mercado".
"Como presidente de los EEUU he visitado desde fábricas de la empresa Caterpillar en pleno corazón de EEUU, hasta ferias comerciales en Ghana. He hablado con agricultores en Guatemala que también han abierto sus mercados al extranjero con éxito, y para lo único que me ha servido es para darme cuenta de la importancia del capitalismo para salir adelante".
"Los líderes de todo el mundo deben tomar medidas y adoptarlas a sus respectivas economías", añadió.
Respecto al liderazgo de EEUU como primera potencia económica del mundo. Bush ha asegurado que el liderazgo estadounidense en el mundo se mantendrá "porque los mercados de EEUU son flexibles y pueden recuperarse". "Lo vimos en los 80, cuando EEUU pasó de la estanflación al crecimiento. Lo vimos tras los ataques terroristas en 2001", concluyó Bush.
– G-20: entre la historia y la nada (BBCMundo 13/11/08 13:17GMT)
(Por Marcelo Justo)
¿Cimiento de un nuevo orden financiero internacional o irrelevante pie de página?
Ese es el dilema que enfrenta la cumbre del G-20 este fin de semana en Washington. Nadie espera que esta amalgama de naciones dispares -los ricos del G7, las nuevas potencias del BRIC (Brasil, Rusia, India, China), y países varios como Argentina, Corea del Sur, Turquía y Arabia Saudita entre otros-, pueda acordar con dos sesiones de trabajo de 90 minutos una nueva arquitectura financiera mundial.
"Tendremos declaraciones generales y se necesitará mucho trabajo adicional para que eso se refleje en propuestas concretas. El significado más impactante de la reunión es que las nuevas naciones emergentes serán parte de la negociación", señaló a BBC mundo Kevin Young, especialista en Política Internacional de la "London Scholl of Economics".
Pero el tiempo urge.
En una declaración el viernes 7 de noviembre, la Unión Europea indicó que el G-20 debería aportar soluciones en los próximos 100 días. El plazo se cumple a fines de febrero: aproximadamente un mes después de la asunción de Barack Obama.
Lo viejo y lo nuevo
¿Se puede comparar esta cumbre del G-20 con la reunión de 44 naciones en Bretton Woods en 1944 que definió el orden internacional que regiría al mundo capitalista de la posguerra?
Los acuerdos de Bretton Woods crearon instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Reconstrucción y Desarrollo (IBRD, luego absorbido por el Banco Mundial) para evitar turbulencias económicas globales como la de los años 30.
Según críticos del FMI, como el "Bretton Woods Project" -una organización independiente que vigila la conducta de las organizaciones creadas en 1944-, las crisis financieras de estos últimos 20 años demuestran el fracaso de estas instituciones. "Pero el problema no se limita al FMI. En ese sentido, una reforma de la arquitectura financiera internacional tiene que tratar muchos temas a la vez: el sistema bancario, los paraísos fiscales, la regulación internacional", indicó a BBC mundo Jesse Griffiths, del "Bretton Woods Project".
Es que la elemental estructura acordada en Bretton Woods naufragó a principios de los 70 cuando Estados Unidos impuso la libre flotación de la moneda pero, además, se vio erosionada por la creciente importancia del capital financiero.
Para muchos, la desregulación de las bolsas de los años 80, la liberalización del mercado de capitales de los 90 y el impacto de la revolución tecnológica, dibujaron un planeta muy diferente al de la posguerra y desnudaron la impotencia de las instituciones internacionales vigentes.
"La regulación a nivel nacional resulta totalmente insuficiente para un sistema financiero internacional que cuenta con una presencia creciente de nuevos agentes como fondos de inversión, compañías de seguro y otros actores que hoy tienen una presencia fundamental y simultánea en distintos países", señaló a BBC Mundo Jordi Galí, economista de la "Barcelona Graduate School of Economics", un centro internacional de posgrado en economía.
Economía y política
En vísperas de la cumbre de Washington unas 260 ONG y organizaciones humanitarias, dieron a conocer una declaración en la que reclaman el fin de la agenda desreguladora y privatizadora global, una mayor transparencia institucional mundial y claros límites al FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio.
Hasta hace poco un programa de esta naturaleza parecía una agenda radical con escasas posibilidades de aplicación. La peor crisis financiera global desde los años 30 ha cambiado el clima intelectual del debate y, al menos en el significado superficial de algunas palabras, distintos líderes europeos coinciden en la necesidad de crear "un nuevo orden global financiero" (José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea) o garantizar un "sistema transparente" (el primer ministro Gordon Brown ante la ONU). Sin embargo, la disparidad política de los miembros del G-20 puede empantanar las conversaciones o tornarlas en un juego vacuo de declaraciones altisonantes.
¿Cuánto terreno común pueden encontrar los países del BRIC y del G7 o miembros individuales como Rusia y Estados Unidos?
En este contexto, los 100 días de la Unión Europea parecen más una expresión de deseos que una posible realidad. Más teniendo en cuenta que la cumbre del G-20 en Washington tienen de anfitrión a un protagonista debilitado: George W. Bush.
El factor Obama
El presidente saliente es lo que en inglés llaman un "lame duck", un pato rengo. Pero además, sus diferencias con Obama en temas de política económica abren un signo de interrogación sobre lo que se pueda acordar con Bush. Mientras que Bush sólo aceptó a regañadientes la idea de una reforma financiera internacional, el presidente electo fue uno de los signatarios el año pasado de un proyecto de ley contra los paraísos fiscales.
En la campaña, Obama indicó que quería reforzar la exigencia de liquidez y transparencia de las instituciones financieras, y regular los Fondos de Inversión, las agencias calificadoras de crédito como Standard and Poor y las transacciones de complejos instrumentos financieros como los derivativos. Un programa de esta naturaleza se complementa bien con las reformas que impulsa la Unión Europea y contaría con el apoyo de algunas naciones en desarrollo.
"Es posible que el G-20 no sea el escenario final de estas discusiones, pero sí puede suministrar una iniciativa sobre qué instituciones es necesario crear o cuáles se pueden reformar para la coordinación de una nueva regulación y supervisión financiera internacional", indicó a BBC mundo Jordi Galí.
Pero organizaciones como el "Bretton Woods Project" alertan contra soluciones superficiales. "La reunión de los países del G-20 puede ser un primer paso, pero lo que se necesita es un debate realmente global. No se trata de acordar un incremento de fondos para el FMI o algunas medidas rápidas para salir del paso. No se soluciona con eso: un parche no sirve", puntualizó a BBC Mundo Jesse Griffiths, del "Bretton Woods Project".
– Los "hedge funds" se defienden: "No hemos causado esta crisis" (Cinco Días – 14/11/08)
(Por Ana Nieto)
Los gestores de cinco de los mayores hedge funds del mundo se sentaron ayer ante un comité del Congreso de EEUU para decir que ellos no han causado esta crisis. En general, se mostraron a favor de una mayor transparencia en el sector.
George Soros, John Paulson -gestor de Paulson & Co-, Kenneth Griffin de Citadel, James Simons de Renaissance Technologies y Philip Falcone, responsable de Harbinger Capital, se sentaron ayer delante del comité de Supervisión y Reforma en la Cámara de Representantes para hablar de su papel en la actual crisis financiera. Y su respuesta fue clara: "No la hemos causado".
Pese al precedente del Long Term Capital Management en los noventa y al hecho de que la industria de los hedge funds esté desregulada Griffin se mostró contundente y afirmó que "el actual tsunami lo han provocado las instituciones financieras como los bancos", enfatizó, "que están regulados".
Simons fue más específico y señaló la culpa es de los reguladores que se desentendieron de su labor con respecto a la banca de inversión, es decir la SEC, los credit default swaps (CDS o derivados de crédito) y las agencias de crédito por calificar benévolamente productos que han resultado ser tóxicos. Paulson, uno de los gestores que antes vio la emergencia de la crisis actual y que más beneficio ha sacado de ella, explicaba que desde hace años desconfía de las agencias de calificación y sus veredictos sobre los activos ligados a las hipotecas, y que por ello su fondo sigue en beneficios.
Antes que ellos comparecieron expertos universitarios, y algunos de ellos señalaron que por su tamaño y el papel en los mercados, los hedge funds pueden ser la fuente de riesgos sistémicos. Soros y Simons aceptaron este escenario sin dar demasiados detalles y Paulson optó por una postura maximalista al explicar que cualquier institución altamente apalancada, como han estado los bancos, presenta riesgos. "Creo que los requisitos para el apalancamiento en el sistema financiero tienen que ser más duros", sentenció.
Simons y Soros se mostraron partidarios de una mayor regulación y transparencia en el sector, que fue abrazada con más reticencias por el resto de panelistas. Griffin observó que presentar más información a las autoridades no podía significar que esta fuera pública pues sería como "dar a conocer la fórmula de la Coca-Cola".
Este gestor aceptó que las últimas semanas habían sido duras para su gestora, Citadel. Pero en general, lo ha sido para todos. El sector ha perdido activos valorados en 100.000 millones de dólares en octubre según la consultora Eurekahedge. Los clientes de estos fondos retiraron ese mes 60.000 millones.
Una mala nota para el plan de rescate de Paulson
Los gestores de hedge funds celebran que el Tesoro haya virado por completo en su plan original de comprar activos ilíquidos. Para quienes ayer testificaron en la Cámara de Representantes, es más fácil y menos arriesgado que el Gobierno inyecte capital en el sistema financiero antes de que compre activos que están sin precio en el mercado. Pero John Paulson siguió siendo crítico. "La estructura se puede mejorar porque es muy beneficioso para la banca, y Warren Buffett, que compró Goldman, tiene mejores condiciones que el Gobierno". Paulson critica que, a diferencia de Europa, no se limiten ni el dividendo ni las compensaciones.
– "Ustedes son más ricos que Dios" – El Congreso de EEUU interroga a los propietarios de los "hegde funds" (El Mundo – 14/11/08)
(Por Pablo Pardo)
De un lado, George Soros (7.170 millones de euros de patrimonio, presidente del fondo que lleva su nombre); Philip Falcone (1.355 millones, el pobre del grupo, director de Harbinger); Kenneth Griffin (consejero delegado de Citadel, 2.400 millones); Jim Simons (4.400 millones, director de Reinassance); y John Paulson (2.400 millones, presidente del fondo de su nombre). Frente a ellos, Henry A. Waxman, miembro de la Cámara de Representantes, con un patrimonio inferior a los 1,6 millones de euros.
Ese fue el intercambio que tuvo lugar el jueves en el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Los 43 miembros de ese grupo legislativo sentaron a los cinco mayores iconos de la industria de los hedge funds. Así que por un lado estaban sus señorías, con un salario de 135.000 euros anuales, y por otro, cinco caballeros que, cada uno de ellos ganó el año pasado más de 800 millones de dólares, según explicó el representante demócrata por Maryland Elijah Cummings.
El que alguien gane esas cifras simplemente por realizar unas órdenes de compra en el momento adecuado justo cuando la economía de un país está sufriendo su mayor crisis en décadas le garantiza una mala prensa, tan mala como hermosa es su cuenta corriente. Así que la reunión de ayer fue tensa. "Ustedes cinco son más ricos que Dios", lanzó Cummings en un momento dado, según la transcripción del intercambio de The Wall Street Journal. Y, además, la forma de operar de los empresarios situados frente a él le daba munición para el ataque.
Porque los hedge funds son grandes fondos no regulados, basados en paraísos fiscales, que asumen riesgos inconcebibles y totalmente opacos. Eso los hace víctimas propiciatorias en caso de crisis. En abril de 2005, el entonces vicecanciller alemán, Franz Muntefering, los llamó "plagas de langosta". Y el ex primer ministro malasio, Mahatir Mohammed, los convirtió en 1998 en una espectacular punta de lanza de una conspiración occidental para "que no prosperemos".
En el colapso de los mercados los hedge funds han sido atacados dos veces. La primera, en septiembre, cuando varios países limitaron drásticamente las ventas a corto, en las que se apuesta por la caída de un valor, una técnica muy común en estos fondos. La segunda, ahora, porque muchos atribuyen la volatilidad de los mercados a los esfuerzos de estos fondos por equilibrar sus balances.
Con semejante situación, los millones valían poco. Abrió la sesión Falcone, con una proclamación de su "orgullo por lo que hemos hecho en Harbinger", seguido del recordatorio de que "la compensación en el sector se basa en los resultados". Y, como si él fuera el político, se lanzó a celebrar sus orígenes humildes. "No todos hemos nacido en la Quinta Avenida", dijo, en referencia a la calle más cara de Nueva York.
Soros -que tiene una historia aún más increíble porque escapó del Holocausto de milagro- defendió-, como siempre, una mayor regulación del sector. Y, también muy en su línea, vaticinó grandes catástrofes. "Una recesión mundial es ahora inevitable, y la posibilidad de una depresión no puede ser descartada", dijo, con su habitual acento húngaro.
Otros no fueron tan condescendientes. Paulson lanzó un sarcástico "agradezco su preocupación por el código fiscal" a Cummings cuando éste comentó que los gestores de hedge funds apenas pagan impuestos. La reunión sirvió para revelar de nuevo el desencuentro entre el Capitolio y Wall Street, casi tan grande como las diferencias de ingresos entre los miembros de uno y otro lugar.
– El gran tsunami del crédito exterior – La banca europea es la más expuesta al crack de los países emergentes: 3,5 billones (Libertad Digital – 14/11/08)
(Por M. Lamas)
La quiebra de Islandia no es sólo histórica, sino que constituye un fenómeno muy significativo acerca del alcance y la profundidad real de la crisis financiera que está sufriendo el planeta.
El gobierno islandés, que hasta 2 años constituía todo un ejemplo de desarrollo para los analistas de la ONU, se ha visto obligado a solicitar créditos de urgencia a diversos organismos internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) o la Reserva Federal de EEUU (Fed). De hecho, ha tenido que pedir ayuda a Rusia e, incluso, a algunos paraísos fiscales como Islas Feroe.
La cuasi suspensión de pagos de este país colocó en graves aprietos a algunos bancos europeos. Sobre todo, a los británicos, que han emprendido acciones judiciales para recuperar parte del dinero invertido en este país, cuyo crecimiento a lo largo de la última década se basó casi exclusivamente en la financiación exterior y la concesión de crédito barato
Así, la banca británica podría haber sufrido unas pérdidas próximas a los 74.000 millones de dólares debido a su elevada exposición crediticia a la economía de este país. En el caso de las entidades alemanas, la factura podría ascender a cerca de 22.000 millones de dólares.
Sin embargo, esta difícil situación amenaza con reproducirse en otros países. Y es que, los inversores temen que la crisis financiera desencadene una crisis monetaria en múltiples países. El peligro aquí reside en la elevada exposición de la banca europea a las burbujas económicas de los países emergentes.
Sobre todo, en Europa del Este y algunos Estados de Latinoamérica, cuyas economías han crecido durante los últimos 15 años gracias, en gran medida, a la concesión de crédito fácil, que ha sido impulsada por los bancos centrales mediante la aplicación de una laxa política monetaria (mantenimiento arbitrario de tipos de interés muy bajos durante mucho tiempo).
No obstante, crece el número de países que recurren a los créditos de urgencia de los organismos internacionales para tratar de estabilizar sus respectivas monedas, como Hungría, Ucrania o Pakistán, entre otros.
De hecho, el riesgo de la deuda pública se ha disparado en múltiples países, al tiempo que se produce una huída de capitales, tal y como acontece en Rusia. Una señal inequívoca de la creciente incertidumbre que mantienen los inversores sobre la solvencia (capacidad de pagar sus deudas) de determinados Estados y economías nacionales.
Como muestra de las tensiones que viven los mercados monetarios, la Reserva Federal de EEUU (Fed) tuvo que proporcionar recientemente una línea de financiación de emergencia a México, Brasil, Singapur y Corea del Sur.
Pero ¿se puede cuantificar este riesgo? La respuesta es sí. El crédito exterior (transfronterizo) total en todo el mundo asciende a 37 billones de dólares. Es decir, el dinero que prestan los bancos comerciales para invertir en otros países.
Según un reciente estudio de la compañía financiera Absolute Return Partners LLP, la banca europea (incluida la británica) mantiene una deuda viva (pendiente de cobro) superior a los 3,5 billones de dólares en los mercados emergentes.
Casi tres cuartas partes del crédito total concedido a los mercados en desarrollo de Europa del Este, América Latina y Asia durante el periodo del boom crediticio (4,7 billones de dólares). Y una cifra muy superior a la sangría de pérdidas que ha provocado hasta el momento la crisis financiera a las entidades de medio mundo (2,8 billones de dólares, según los últimos cálculos del Banco de Inglaterra).
Los préstamos transfronterizos que ha concedido la banca europea y británica a los mercados emergentes representa el 21% y el 24% de su PIB, respectivamente. Una cuantía muy superior a la exposición de la banca estadounidense, próxima al 4% de su PIB, o la banca de Japón (5%).
El país más expuesto a las economías emergentes es Austria, cuyo crédito exterior a estos países (sobre todo Europa del Este) representa casi el 85% de su PIB nacional. Y es que los bancos austriacos han desarrollado una estrategia de inversión "muy agresiva" en estos países, próxima a los 300.000 millones de dólares, según el citado documento, al que ha tenido accedo LD.
Una cifra superior al crédito concedido por la banca alemana a esta región de Europa.
De hecho, los bancos austriacos son los principales titulares de deuda de Hungría y Ucrania, cuyas economías están atravesando por importantes problemas, hasta el punto de tener que solicitar ayuda financiera al FMI y el BCE.
La debilidad económica de los países del Este se debe, sobre todo, al rápido e intenso crecimiento que han experimentado sus respectivos déficits por cuenta corriente, que en la actualidad asciende casi al 10% del PIB de estas economías (un porcentaje muy similar al de España). El déficit de la balanza por cuenta corriente refleja los ingresos y pagos por operaciones comerciales, servicios (turismo), rentas y transferencias que realizar los agentes económicos de un determinado país respecto al exterior.
Tal indicador muestra la necesidad de financiación externa de una determinada economía, ya que refleja la diferencia entre lo que consume y produce un país. El déficit exterior de Europa del Este sitúa a esta región en una situación muy vulnerable en el actual contexto de crisis financiera y restricción del crédito. De hecho, su actual situación recuerda al colapso financiero que sufrieron los países asiáticos en los 90, según estos analistas.
Tal y como advierte un reciente informe elaborado en octubre por Morgan Stanley, el deteriorado sector financiero de la OCDE (grupos de países más desarrollados del mundo) se podría ver aún más asfixiado por el enorme volumen de crédito destinado a las economías emergentes.
El informe pone además el acento en algunos países, aparte de la enorme exposición de la banca austriaca. Las entidades de Reino Unido están muy expuestas a los mercados emergentes de Asia y América Latina. Tan sólo Polonia destaca como principal receptor de crédito procedente de Reino Unido en Europa del Este. La economía polaca se está deteriorando con rapidez, pero sus dificultades por el momento son menores que las que presentan Hungría o Ucrania.
Mientras, la banca sueca está muy expuesta a los países bálticos. Así, los tres países bálticos (Letonia, Lituania y Estonia) deben un total 123.000 millones de dólares, 83.000 de los cuales proceden de Suecia.
Los expertos también advierten de los riesgos que corre Italia. Y es que, la deuda pública italiana es una de las más grandes de los países desarrollados del planeta (equivale al 107% de su PIB). Además, la banca italiana también es un gran prestamista de Europa del Este. Una de sus principales entidades, Unicredit, cuenta con una deuda viva (pendiente de cobro) próxima a los 130.000 millones de dólares en estos países.
Por último, destaca la exposición de España a los países de América Latina. En este sentido, el documento señala que la banca nacional posee casi el 30% de la deuda transfronteriza viva en estos países (más de 300.000 millones de dólares), frente al 17% de la banca estadounidense. No obstante, la banca española sufrió fuertes caídas en la bolsa tras la decisión del Gobierno argentino de nacionalizar los fondos de pensiones privados.
Las tensiones en el mercado monetario continúan in crescendo en los mercados emergentes, cuyas divisas sufren cada vez más los efectos que se derivan de la huida de capitales extranjeros y el elevado endeudamiento exterior.
En este sentido, sus monedas nacionales corren el riesgo de sufrir un colapso al estilo de Islandia que, en caso de producirse, afectaría de forma contundente fuerza a la banca europea debido a su elevada exposición crediticia. Muy superior además a la que presenta la banca estadounidense.
– Cumbre de Washington – Los líderes alcanzan un compromiso para reformar los mercados financieros (Cinco Días – 16/11/08)
La cumbre del G20 concluyó ayer con un compromiso de amplios rasgos para reformar y fortalecer los mercados financieros y con el propósito de reunirse de nuevo en menos de seis meses para evaluar los progresos obtenidos.
La reunión celebrada en Washington finalizó con un comunicado en el que las principales economías desarrolladas y en desarrollo, incluidas España, Argentina, México y Brasil, acordaron "sentar las bases de una reforma para garantizar que una crisis global, como ésta, no se repita".
El plan expuesto en el comunicado final de diez páginas prevé, entre otros asuntos, un sistema de alerta ante problemas como los que provocaron la crisis en el sector inmobiliario estadounidense y prevé el establecimiento de mecanismos para detectar inversiones arriesgadas o fraudulentas.
Determinar cómo vayan a hacerlo corresponderá ahora a sus ministros de Economía, que tienen para ello de plazo hasta finales de marzo. Los mandatarios volverán a reunirse antes del 30 de abril, posiblemente en Londres. Para entonces ya será presidente de EEUU Barack Obama, el sucesor del anfitrión de la cumbre, George W. Bush.
Obama no acudió a la cumbre, para evitar hacer sombra a Bush, aunque envió a dos representantes, la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright, y el ex congresista republicano Jim Leach, que mantuvieron una intensa agenda de reuniones con los participantes en la reunión del G-20.
En una declaración al final de encuentro, Bush declaró que esta cumbre ha sido un "éxito" pero advirtió que "queda mucho trabajo por hacer" y que por sí sola "no va a resolver los problemas del mundo"
Estados Unidos ha logrado imponer su tesis de que no conviene crear organismos y supervisores internacionales, como defendía Europa, así como su oposición a una regulación excesiva que atente contra el libre mercado.
El G20 afirmó que las reformas que se van a poner en marcha tendrán éxito solo si "descansan en el libre mercado, en el respeto a la propiedad privada, y la libertad de comercio e inversión". En esta misma línea, el comunicado final anima a concluir antes de final de año la ronda de liberalización comercial de Doha.
No obstante, los países del G20 reconocen que es necesario fortalecer la transparencia y la regulación de los mercados, pero deja claro que ello debe ser responsabilidad de cada país. Las reformas adoptadas por un país deben descansar sobre cinco principios, entre los que se incluye aumentar la responsabilidad y la transparencia de los mercados, así como reforzar la regulación, señala el documento.
En concreto, recomienda que se ponga límite a las remuneraciones excesivas de los altos directivos, se controlen mejor las actividades de las entidades financieras trasnacionales, y se tomen medidas anticíclicas, para evitar el agravamiento de las crisis.Precisamente, España aportó como ejemplo en la cumbre las provisiones anticíclicas que el Banco de España impuso a las entidades financieras a principios de esta década, y que permitió crear un colchón financiero para los tiempos de crisis.
El último de los puntos hace referencia al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, que deberían ser reformados para, entre otras cosas, dar un mayor peso a las naciones en desarrollo.
Los participantes en la cumbre coincidieron hoy en destacar la gran importancia del evento.
El mandatario francés, Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la UE, calificó la reunión de "histórica" y aseguró que confirma el peso político del Viejo Continente.
"Todos los países hicieron un llamamiento para el relanzamiento concertado" de la economía mundial. "Ese es el mensaje que estamos enviando a los mercados", dijo el líder galo, acompañado del presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.
El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, calificó la reunión de "muy positiva" y aseguró que, tras la cumbre, las expectativas para la recuperación económica y para el combate de una "recesión generalizada" son "mucho mayores" que hace una semana.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que "salgo de aquí con la certeza de que la geografía política del mundo ha ganado una nueva dimensión", mientras que la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, consideró que la crisis financiera mundial no es sólo un problema económico sino que marca el fin de una etapa histórica y política.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, subrayó que "la crisis no se originó en los países en desarrollo. Por el contrario, el dinamismo que ha tenido la economía global pudo sostenerse gracias a la vitalidad de las economías emergentes".
– Declaración de la cumbre sobre los mercados financieros y la economía (El Economista – 16/11/08)
– Declaración institucional:
1. Nosotros, los dirigentes del Grupo de los Veinte, hemos mantenido una primera reunión en Washington en la fecha del 15 de noviembre de 2008, en medio de graves problemas que afectan a la economía mundial y a los mercados financieros. Estamos decididos a reforzar nuestra cooperación y a trabajar en común para restaurar el crecimiento económico en el mundo y para llevar a cabo las reformas necesarias en los sistemas financieros mundiales.
2. A lo largo de los últimos meses, nuestros países han tomado medidas urgentes y excepcionales para sostener la economía mundial y estabilizar los mercados financieros. Estos esfuerzos deben continuar. Al mismo tiempo, debemos sentar las bases de unas reformas que contribuyan a garantizar que una crisis global como la que nos ocupa no vuelva a producirse jamás. Nuestro trabajo se va a guiar por una confianza compartida en que los principios del mercado, unas condiciones de comercio y de inversión sin trabas y unos mercados financieros regulados de manera eficaz fomentan el dinamismo, la innovación y el espíritu emprendedor que resultan esenciales para el crecimiento económico, el empleo y la reducción de la pobreza.
– Causas primordiales de la crisis actual
3. Durante un período de fuerte crecimiento económico, crecientes movimientos de capital y estabilidad prolongada en lo que lleva transcurrido de década, las partes actuantes en el mercado han tratado de conseguir rendimientos más altos sin una valoración adecuada de los riesgos y no han puesto en práctica la debida diligencia. Al mismo tiempo, se han combinado unas normas deficientes de aseguramiento frente a riesgos, prácticas poco fiables de gestión de riesgos, productos financieros cada vez más complejos y opacos y el consiguiente apalancamiento excesivo para crear puntos vulnerables en el sistema. Los responsables políticos, los reguladores y los supervisores de algunos países avanzados no evaluaron ni abordaron de forma adecuada los riesgos que se estaban acumulando en los mercados financieros, ni siguieron el ritmo de la innovación financiera, ni tuvieron en cuenta las complejidades de las medidas reguladoras internas dentro del sistema.
4. Entre otros importantes factores subyacentes a la situación actual figuran unas políticas macroeconómicas incoherentes e insuficientemente coordinadas y unas reformas estructurales inadecuadas que han llevado a unos resultados macroeconómicos insostenibles a escala global. Estas circunstancias, en su conjunto, han tenido su parte de responsabilidad en los excesos y, en último término, han dado como resultado una grave alteración del mercado.
– Medidas que se han adoptado y que se van a adoptar
5. Hasta la fecha, hemos tomado medidas fuertes e importantes para estimular nuestras economías, proporcionar liquidez, reforzar el capital de las instituciones financieras, proteger ahorros y depósitos, abordar las deficiencias de regulación y descongelar los mercados crediticios, y estamos trabajando en asegurar que las instituciones financieras internacionales (IFIs) estén en condiciones de proporcionar un apoyo esencial a la economía mundial.
6. Sin embargo, es necesario hacer más para estabilizar los mercados financieros y sostener el crecimiento económico. El impulso económico se está desacelerando de manera sustancial en las principales economías y las perspectivas globales han empeorado. Muchas economías de mercado emergentes, que han contribuido a sostener la economía mundial durante esta década, siguen experimentando todavía un crecimiento satisfactorio, pero se están viendo afectadas de manera adversa cada vez más por la desaceleración mundial.
7. Frente a este telón de fondo de condiciones económicas en franco deterioro en todo el mundo, hemos estado de acuerdo en que hace falta una respuesta política en todos los órdenes, basada en una cooperación macroeconómica más estrecha, que restablezca el crecimiento, evite consecuencias indirectas negativas para el gasto público y ayude a las economías de mercado emergentes y a los países en vías de desarrollo. Como medidas inmediatas para la consecución de estos objetivos, así como para abordar los problemas a más largo plazo, nos proponemos:
– mantener nuestros esfuerzos con todo vigor y tomar las medidas adicionales que sean necesarias para estabilizar el sistema financiero.
– reconocer la importancia de la contribución de la política monetaria, que se considera adecuada a las condiciones internas de cada nación.
– recurrir en la medida apropiada a medidas fiscales para estimular las demandas internas con efecto inmediato, al mismo tiempo que se mantiene un marco político conducente a la sostenibilidad fiscal.
– ayudar a las economías emergentes y en vías de desarrollo a que tengan acceso a financiación en las actuales condiciones de dificultades financieras, facilitándoles liquidez directa y apoyo programado.
– Subrayamos el papel importante que corresponde al Fondo
Monetario Internacional (FMI) en la respuesta a la crisis, nos complacen sus nuevas facilidades de liquidez a corto plazo e instamos la revisión ya en curso de sus instrumentos y servicios para garantizar la flexibilidad;
– animar al Banco Mundial y a los demás bancos de desarrollo multilateral (BDMs) a emplear a fondo toda su capacidad en apoyo de sus prioridades de desarrollo y nos complace la adopción reciente de nuevos servicios del Banco Mundial en las áreas de infraestructuras y financiación del comercio;
– garantizar que el FMI, el Banco Mundial y los demás BDMs cuentan con recursos suficientes para seguir desempeñando su papel en la superación de la crisis.
– Principios comunes de reforma de los mercados financieros
8. Además de las medidas ya mencionadas, vamos a poner en marcha reformas que han de reforzar los mercados financieros y los regímenes reguladores con vistas a evitar crisis en el futuro. Toda regulación es, primera y principalmente, responsabilidad de los reguladores nacionales, que constituyen la primera línea de defensa contra la inestabilidad de los mercados. Sin embargo, nuestros mercados financieros tienen un ámbito global de actuación, de modo que resulta necesario intensificar la cooperación internacional entre los reguladores y reforzar las normas internacionales, así como, allí donde sea preciso, llevarlas a la práctica de manera coherente, para lograr la adecuada protección frente a acontecimientos globales, regionales y transfronterizos adversos que afecten a la estabilidad financiera internacional.
Los reguladores deben garantizar que sus decisiones contribuyan a la disciplina del mercado, evitar consecuencias potencialmente negativas para otros países, incluyendo un arbitraje regulador, y apoyar la competencia, el dinamismo y la innovación en los mercados. Las instituciones financieras deben cargar asimismo con su responsabilidad en la confusa situación actual y deberían asumir la parte que les corresponda para superarla, lo que incluye reconocer sus pérdidas, aumentar su transparencia y mejorar sus prácticas de gobierno interno y gestión del riesgo.
9. Nos comprometemos a poner en marcha políticas coherentes con los siguientes principios comunes de reforma:
– reforzar la transparencia y la responsabilidad: vamos a reforzar la transparencia de los mercados financieros, lo que implica aumentar la información exigible sobre los productos financieros complejos y hacer que las compañías informen de manera exhaustiva y fiel sobre sus condiciones financieras. Deberían situarse los incentivos en una misma línea para evitar una excesiva asunción de riesgos.
– mejorar la regulación en profundidad: nos comprometemos a reforzar nuestros regímenes reguladores, una supervisión prudente y la gestión de riesgos, así como a garantizar que todos los mercados financieros, sus productos y los que actúan en los mercados están regulados o sometidos a supervisión de la manera más adecuada a sus circunstancias. Vamos a ejercer una supervisión estricta sobre las instituciones de clasificación crediticia, coherente con un código internacional de conducta consensuado y reforzado. Asimismo, vamos a hacer que los regímenes reguladores sean más eficaces a lo largo del ciclo económico, al mismo tiempo que se asegure que la regulación sea eficaz, que no coarte l a innovación y que fomente un mayor intercambio de productos y servicios financieros. Nos comprometemos a realizar evaluaciones transparentes de nuestros sistemas nacionales de regulación.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |