En estos precisos instantes se observa algo profundamente disfuncional, que raya en lo escandalosamente irresponsable, en el díscolo comportamiento de nuestra élite política; las cosas siguen su curso habitual en el momento económico más poco habitual de nuestras vidas. Parece que no captan que nuestro sistema financiero está en peligro.
"Parece que ya no hay unidad. La situación de urgencia parece menos agobiante", decía Bill Frenzels, ex congresista republicano durante 10 legislaturas y que en la actualidad trabaja para la Brookings Institution, en declaraciones a CNBC.com el pasado viernes.
No quiero que desaparezca del mapa la industria del automóvil de Detroit, pero ¿qué se supone que deberíamos hacer con los directivos de ese sector que viajan a Washington por separado en tres jets privados, piden que se les rescate con el dinero de los contribuyentes y no presentan un plan detallado para emprender una reconversión?
Los mercados bursátiles y crediticios no se han dejado engañar. Las acciones han empezado a cotizar a niveles de gran depresión, no a niveles de recesión. Ahora, con cuatro euros, se puede comprar una acción de Citigroup, y con lo que sobra, pedir algo en McDonald's.
En consecuencia, es muy posible que Barack Obama tenga que tomar la decisión más importante de su presidencia, antes incluso de que haya comenzado.
"Hay que hacer inmediatamente una valoración profunda que determine cuál es la dimensión y la gravedad de la situación", afirma Jeffrey Garten, catedrático de finanzas internacionales de la Yale School of Management. "Se trata de una valoración crucial. ¿Pensamos que bastará con unos 150.000 millones de euros para zanjar el problema o creemos que, a pesar de todo lo que hemos hecho hasta ahora -a pesar de los 560.000 millones de euros para sacar a flote a los bancos, del descenso de los tipos de interés y del modo en que ha intervenido directamente la Reserva Federal para apuntalar determinados mercados-, aún falta mucho para tocar fondo y que lo que tenemos delante es un profundo agujero en el que podría caer todo el mundo?".
Si es más bien lo segundo, entonces nos hace falta un enorme catalizador de confianza y capital para dar la vuelta a la situación. Y éste sólo lo pueden proporcionar el nuevo presidente y su equipo, en sincronización con las otras grandes economías del mundo.
"El mayor error que podría cometer Obama", añade Garten, "sería pensar que el problema es menor de lo que es en realidad. Por otro lado, sobrestimar lo que se necesitará para resolverlo es mucho menos peligroso".
La sabiduría popular dice que es bueno para un presidente empezar desde abajo, porque entonces sólo se puede ir hacia arriba. Y es cierto, a menos que el suelo se derrumbe antes de que ponga manos a la obra.
(Thomas L. Friedman es columnista del diario The New York Times. (c) New York Times News Service, 2008)
– Reportaje: Primer plano – Marcha atrás en la ortodoxia – Los Gobiernos y los bancos centrales sacan toda su artillería contra la crisis (El País – 30/11/08)
(Por Alicia González)
El gurú de la crisis, Nouriel Roubini, sostiene que "tiempos desesperados exigen medidas desesperadas y extremas". Y nada más desesperado, en su opinión, que la amenaza de deflación, suspensiones de pagos y trampas de liquidez que atenazan a la economía mundial.
En eso están todos los gobiernos del mundo en este momento. Rebajas de impuestos a empresas y consumidores, compras de créditos dudosos, inversiones en obra pública… Todo es poco para evitar la fatídica combinación que supone el desplome de la actividad, frenazo del consumo, restricción del crédito y caídas de precios a la que parece abocada sin remedio la economía mundial.
A eso se comprometían, precisamente, los líderes del G-20 el pasado 15 de noviembre en Washington. "Usaremos medidas fiscales para estimular la demanda doméstica con efecto inmediato, según sea necesario, mientras se mantiene un marco político enfocado a la sostenibilidad presupuestaria", decía el punto número siete del comunicado. La ortodoxia parece haber quedado relegada ante el riesgo de que la recesión global deje paso a una depresión. Las autoridades están llevando a cabo una movilización sin precedentes de todos los recursos disponibles, aunque eso se traduzca en la vuelta a los déficit públicos, un incremento en las emisiones de deuda de los Estados desconocido en los últimos años y la puesta en marcha de políticas hasta ahora consideradas heterodoxas, como las aprobadas esta última semana en Estados Unidos.
La Reserva Federal ha llevado a cabo una fuerte inyección de liquidez en la economía para animar el crédito a las familias y a las pequeñas y medianas empresas. Se trata de una medida excepcional, no sólo por el elevado volumen de la medida (800.000 millones de dólares, frente a los 700.000 millones del plan de rescate del Gobierno) sino por el cambio de estrategia que implica.
"Aunque aún es demasiado pronto para saber si las últimas medidas son suficientes para marcar un punto de inflexión en la crisis crediticia, cada una de ellas supone un cambio radical en la forma en la que los responsables políticos y económicos de Washington están respondiendo a la crisis", aseguraba Barclays Capital en un informe.
Mientras los planes del Gobierno se financian con dinero de los contribuyentes a través de la emisión de deuda pública, los del banco central implican, de hecho, darle a la máquina de hacer dinero. Así, el balance del banco ha pasado en los últimos meses de 800.000 millones a 2 billones de dólares. Todo con un doble objetivo: aumentar la liquidez del mercado y evitar el riesgo de deflación.
La Reserva ha tenido que adoptar estas medidas ante la amenaza de "quedarse sin munición", como lo definió su ahora presidente Ben Bernanke en 2002. Entonces, como miembro del Consejo de Gobierno de la entidad, apostaba porque la Reserva comprara deuda pública e incluso privada si los tipos de interés se aproximaban peligrosamente a cero.
Seis años después, ése es el escenario que baraja la entidad. Con el precio del dinero en el 1%, los analistas apuestan por una nueva rebaja en diciembre hasta el 0,5%. A partir de ese nivel, la rebaja de los tipos de interés deja de ser un instrumento efectivo de política monetaria y son necesarias otro tipo de medidas.
Ahí es donde se enmarca el cambio de estrategia de la entidad dentro de las denominadas políticas de expansión cuantitativa. Es lo que hizo Japón entre el año 2001 y 2006, un tiempo durante el que mantuvo los tipos de interés en el 0,15%, pero proporcionando al mismo tiempo provisiones suficientes de reservas al sistema bancario para fomentar la ampliación de los créditos. Y fue eso lo que permitió a Japón salir de una década de crisis, según asegura Mark Spiegel, analista de la Reserva Federal de San Francisco.
Europa en esta ocasión ha ido por delante de Estados Unidos. Aunque la política monetaria europea aún cuenta con mucho margen de actuación, con el precio del dinero en el 3,25%, el BCE lleva desde hace aproximadamente un mes ofreciendo cantidades de dinero ilimitadas en las subastas semanales de liquidez a un tipo fijo, un claro giro hacia políticas cuantitativas.
"Lo cierto es que el BCE tardó en actuar y ahora permite barra libre de liquidez" a los bancos, asegura José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Eso ha incrementado en un 50% el neto que presta al conjunto del sistema financiero respecto a los niveles de agosto de 2007.
UBS señalaba en un reciente informe que tanto el euro como el sistema financiero articulado en torno a la moneda única nacieron con defectos de origen que esta crisis ha sacado a la luz. Entre ellos, que la responsabilidad de la política monetaria reside en el BCE mientras la responsabilidad sobre el sistema bancario reside en los bancos centrales. "Eso significa, in extremis, que Europa carece de un prestamista creíble de último recurso", dicen los analistas de UBS. Como dijo en su puesta en marcha el entonces presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, "estoy seguro de que el euro nos obligará a introducir un conjunto de nuevos instrumentos de política económica. Es políticamente imposible proponerlos ahora. Pero algún día habrá una crisis y esos instrumentos serán creados". A estas alturas, el debate ni siquiera se ha planteado entre los miembros del consejo de la entidad.
Las autoridades europeas también parecen haber hecho caso omiso de los buenos propósitos expresados en la cumbre de Washington y cada día parece más difícil articular un plan de estímulo económico coordinado a nivel comunitario.
La propuesta de la Comisión de poner en marcha rebajas fiscales y ayudas presupuestarias equivalentes al 1,5% del PIB se ha encontrado con el rechazo tajante de Francia y Alemania, especialmente lo que respecta a la rebaja del IVA. Se trata de un plan de 200.000 millones de dólares –"aunque puede ser necesario más para atajar la crisis", advertía el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso- al que Bruselas apenas aporta 30.000 millones. Algunos Estados miembros cuentan con escaso margen presupuestario, dado que su nivel de déficit ya roza el 3% del PIB, pero Bruselas está dispuesta a hacer la vista gorda. "En circunstancias excepcionales uno puede utilizar la máxima flexibilidad", admitió Barroso.
Sin esperar a un acuerdo, Londres ya ha puesto en marcha su propio plan, con el objetivo principal de impulsar el consumo a través de una rebaja del IVA. En total, 20.000 millones de libras (24.000 millones de euros), el mayor plan de estímulo aprobado en el Reino Unido desde 1988, equivalente al 1,1% del PIB.
Para paliar, aunque sea parcialmente los costes del plan, el Gobierno laborista ha anunciado que, a partir de 2011, subirá el impuesto sobre la renta del 40% al 45% a quienes ganen más de 150.000 libras anuales (180.000 euros). Y ahí radica un cambio fundamental en la política aplicada por Reino Unido y la mayor parte del mundo occidental en la última década. Desde la llegada de la conservadora Margaret Thatcher al poder en 1979 (a la que se sumaría con la misma filosofía liberal Ronald Reagan en Estados Unidos en 1981) el tipo máximo del IRPF sólo ha hecho que bajar, una tendencia a la baja que Tony Blair como primer ministro acentuó.
"Es la vuelta a los años setenta", aseguraba Bill Jones, profesor de políticas de la Universidad de Manchester. "Es un retorno a las diferencias entre los dos partidos políticos y el fin temporal de las políticas de consenso. Es como si los laboristas, de pronto, hubieran roto su camisa de fuerza".
Es la línea que también anticipa el nuevo Gobierno demócrata en Estados Unidos. Como candidato presidencial, Barack Obama criticó con dureza las rebajas fiscales para las rentas más altas llevadas a cabo por el Gobierno de George Bush. Los nuevos asesores presidenciales descartan que el plan de estímulo que Obama aprobará nada más ser investido presidente vaya a incluir subidas de impuestos para estos colectivos. Pero el propio Obama reiteraba esta semana su intención de que "los más ricos paguen un poco más para que podamos invertir en el crecimiento y recuperar la economía". Toda una declaración de intenciones.
Y un planteamiento muy diferente a algunas de las medidas -que no las declaraciones- del Gobierno español. El plan de estímulo aprobado por el Consejo de Ministros el pasado mes de abril incluía la eliminación del impuesto sobre el patrimonio, ahora en tramitación en el Senado y por el que el Estado dejará de ingresar unos 1.800 millones de euros anuales. La medida ha sido muy bien acogida por aquellos obligados a pagar este impuesto, entre otros, los que acumulan bienes por valor superior a los 600.000 euros. "No sabía que yo fuera socialdemócrata y que lo fuera tanto", se ha comentado con sorna en algunos reservados de los restaurantes más caros de Madrid a la vista del ahorro que esa medida supondrá para sus comensales.
Vuelta a los déficit
Los planes de rescate financiero y de estímulo económico conllevan la vuelta al déficit público y a las emisiones de deuda masivas. Los últimos cálculos apuntan que el deterioro de las cuentas públicas de los países desarrollados se situará de media en el 4,1% del PIB en 2010, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Mayor será el impacto de los planes de estímulo para Estados Unidos, que verá cómo sus cuentas públicas registran un déficit del 6,8% en dos años, el mayor déficit entre los de la OCDE. Sin embargo, algunos analistas privados apuntan que el déficit alcanzará niveles próximos al 8% del PIB en economías como la del Reino Unido e incluso España.
A la hora de gastar ese dinero, la OCDE reconoce que la inversión en infraestructuras puede ser un buen instrumento, aunque tarda en instrumentarse y ponerse en marcha y, por tanto, en trasladarse al resto de la economía. De ahí que apunte alternativas como las rebajas de impuestos o las transferencias de renta a las familias más endeudadas y con menos recursos. Sí subraya que "una vez que haya signos claros de recuperación será necesario deshacer con rapidez los estímulos macroeconómicos para evitar que se asienten las presiones inflacionistas en la economía".
Pero eso no resultará nada fácil. La economista jefe de Schroders, Keith Wade, sostiene que "resulta difícil para los gobiernos dar marcha atrás en los planes de estímulo, especialmente cuando están asociados a objetivos políticos prioritarios", como los trabajadores menos cualificados o los hogares de menor renta. Eso supone que una vez que comienza la recuperación de la actividad en el sector privado "el mantenimiento de la expansión presupuestaria deriva en un sobrecalentamiento y en más inflación". Un pronóstico que resultaría amenazante en cualquier otro momento pero no tanto ahora, cuando el riesgo de una espiral deflacionista se ha hecho evidente.
En ese sentido, el elevado endeudamiento público tampoco sería ahora una amenaza para los precios "dada la debilidad de la demanda del sector privado", insiste Schroders en su análisis. Todo ello dibuja un escenario similar al de los años sesenta, con el IPC por debajo del 2% pero sin entrar en deflación.
– Obama anuncia la mayor inversión en un plan de infraestructuras en 50 años (Expansión – 6/12/08)
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado que su plan para crear al menos 2,5 millones de nuevos puestos de trabajo incluye la mayor inversión en infraestructuras desde los años 1950 y un gran esfuerzo para reducir el uso de energía del Gobierno.
Asimismo, Obama ha dicho que se dará un fuerte impulso para expandir el acceso a internet de gran velocidad y para modernizar las escuelas en todo el país.
"Necesitamos acción y acción ahora", ha declarado Obama en su mensaje radiofónico semanal del Partido Demócrata, un día después de que los datos del Gobierno revelaran que en noviembre se han destruido 533.000 empleos, la cifra más alta en 34 años.
Obama, que asumirá el cargo el próximo 20 de enero, ha prometido actuar rápidamente para sacar a la economía estadounidense de una recesión que ya ha llevado a la tasa de desempleo hasta el 6,7% y se espera que esté por encima del 8% para finales del próximo año.
El presidente electo anuncia un importante esfuerzo para construir edificios públicos más eficientes energéticamente
El presidente electo ha comenzado pidiendo a su equipo económico que presente un plan para crear al menos 2,5 millones de empleos para 2011. Además, está previsto que el Congreso apruebe un nuevo paquete de estímulo económico en enero que podría estar listo para la firma de Obama justo para el momento en que este tome posesión de su cargo.
"Primero lanzaremos un importante esfuerzo para construir edificios públicos más eficientes energéticamente. Nuestro Gobierno paga actualmente la factura energética más cara del mundo", ha subrayado Obama. Según el presidente electo, cambiar los antiguos sistemas de calefacción e instalar bombillas de bajo consumo en los edificios federales ahorrará a los contribuyentes miles de millones de dólares, además de crear nuevos empleos.
Sistema federal de autovías
También se crearán millones de nuevos empleos con el "la inversión única mayor en nuestra infraestructura nacional desde la creación del sistema federal de autovías en los años 1950", subrayó Obama, sin dar una cifra exacta.
En virtud del plan, los estados perderán dinero federal a menos que actúen rápidamente para construir y reparar carreteras y puentes. "Fijaremos una norma simple, úsalo o piérdelo", ha indicado.
El plan, que dijo que anunciará en mayor detalle en las próximas semanas, incluye la modernización de escuelas para que sean eficientes energéticamente y la instalación de ordenadores en las clases. "También renovaremos nuestras autopistas de la información. Es inaceptable que Estados Unidos esté en el puesto número quince en adopción de la banda ancha", ha lamentado.
En este sentido, ha expresado su intención de que más escuelas y bibliotecas estén conectadas a la red y que los hospitales estén conectados entre sí electrónicamente. El que todos los médicos y hospitales en Estados Unidos utilicen tecnología punta y puedan acceder a registros médicos electrónicos podría ayudar a "prevenir errores y ahorrar miles de millones de dólares cada año".
– Krugman cree que los planes de rescate de los Gobiernos podrían no llegar a tiempo
(Expansión – 7/12/08)
El premio Nobel de Economía 2008, el estadounidense Paul Krugman, se ha mostrado preocupado por lo rápido que puedan aplicar los Gobiernos sus planes para superar la actual crisis, ya que la economía está empeorando a gran velocidad.
"Todos tenemos reservas sobre cuánto pueden gastar los Gobiernos para sostener la economía", pero más importante es saber si los planes de rescate aprobados por los países se pueden poner en marcha a la velocidad necesaria, ha dicho Krugman en una rueda de prensa en Estocolmo, donde el próximo miércoles recibirá el premio Nobel de Economía 2008.
Krugman, premiado por sus trabajos sobre comercio internacional que le llevaron a diseñar una "nueva geografía económica" y una "nueva teoría del comercio", insistió en que el momento actual es "muy difícil" y de "transición" en cuanto a sistemas económicos.
"Las cosas van a ponerse peor por lo que es difícil prever qué medidas de rescate pueden funcionar", ha añadido este profesor de Economía y Asuntos Exteriores en la Universidad de Princeton desde 2000 y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2004.
Un aspecto que puede ayudar, según destacó, es la experiencia japonesa. "Tenemos que estar agradecidos con los japoneses por haber tenido ese largo periodo con presión deflacionista en la economía que nos demuestra que esas cosas pueden pasar y también qué políticas funcionan y cuáles no".
Respecto a qué se les escapó a los expertos para no advertir la seriedad de la crisis, Krugman ha indicado que, en su caso, no fue consciente de "lo frágil que era el sistema financiero". "No me di cuenta, como le pasó a casi todo el mundo, de la extensión en la que el sistema bancario tradicional, terriblemente protegido, estaba siendo sustituido por la banca paralela, que son bancos de hecho pero que no son bancos, que no están regulados como los bancos".
Esa "vulnerabilidad y fragilidad de ese nuevo sistema bancario paralelo no debería haber sido una sorpresa, pero lo fue. Esta crisis era algo que se esperaba pero su extensión ha sido un schock", afirma este economista y periodista estadounidense, de 55 años y conocido por ser un gran crítico del presidente George W. Bush y su política neoliberal.
No repetir errores del pasado
Sobre la próxima administración estadounidense de Barack Obama, señaló que "conocen bien los riesgos" de las últimas décadas de políticas económicas. "No hay riesgo de que lo repitan". No será una administración proteccionista, ha dicho Krugman, que aseguró con rotundidad:""hay muchas cosas por las que estoy preocupado y el proteccionismo en Estados Unidos no es una de ellas".
Al respecto indicó que no piensa que el nuevo Gobierno estadounidense haga nuevos acuerdos comerciales ni que "gaste ningún capital político en tratar de hacer regresar la ronda de Doha a los raíles".
Igualmente alabó la elección del próximo secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, al que calificó de "muy inteligente y de mente muy abierta". "Fue rápido en darse cuenta de la vulnerabilidad del sistema financiero y dio discursos sobre los riesgos antes de que la mayoría de la gente se diera cuenta de la amplitud" de la crisis.
Pese a reconocer la gravedad de la situación en general y del sector bancario y de la industria automovilista en particular -que se enfrentan en su país a un riesgo de desaparición en su estructura actual debido a la dispersión geográfica-, Krugman no dejó de bromear sobre la economía. En Estados Unidos, explicó, el problema han sido las enormes cantidades de dinero que algunos han hecho en la banca de inversiones, pero "ese es un problema que creo que ya se ha solucionado", afirmó irónico. Y terminó, entre risas, diciendo que su felicitación favorita tras anunciarse que era el ganador del Nobel es la de un amigo referida al premio en metálico que recibirá (diez millones de coronas suecas -un millón de euros-) y que decía: "espero que encuentres el banco aún en pie para poner tu dinero".
– Análisis: Economía global -¿Dañará el gasto de hoy a la economía de mañana? (El País – 7/12/08)
(Por Paul Krugman)
Hay ahora mismo un intenso debate sobre lo dinámicos que deberían ser los intentos del Gobierno de EE UU por invertir la marcha de la economía. Muchos economistas, entre los que me incluyo, están pidiendo una gran expansión fiscal que impida que la economía entre en caída libre. A otros, sin embargo, les preocupa el lastre que unos grandes déficit presupuestarios puedan suponer para las generaciones futuras.
Pero quienes se preocupan por el déficit están completamente equivocados. En las condiciones actuales, no hay que sacrificar lo que es bueno a largo plazo por lo que lo es a corto plazo; una expansión fiscal fuerte mejoraría realmente las perspectivas económicas a largo plazo.
La afirmación de que los déficit presupuestarios empobrecen a la larga la economía se basa en la creencia de que los préstamos adquiridos por el Gobierno excluyen a la fuerza la inversión privada: que el Gobierno, al emitir grandes cantidades de deuda, impulsa al alza los tipos de interés, lo que hace que las empresas sean reacias a invertir en nuevas plantas y equipos, lo cual, a su vez, reduce la tasa de crecimiento económico a largo plazo. En circunstancias normales, este argumento tendría mucho a su favor.
Pero ahora mismo las circunstancias son de todo menos normales. Plantéense lo que sucedería el año que viene si la Administración de Obama cediese ante los halcones del déficit y redujese la escala de sus planes fiscales. ¿Haría esto que bajasen los tipos? Está claro que no conduciría a una disminución a corto plazo de los tipos de interés, que están más o menos controlados por la Reserva Federal. La Reserva ya está manteniendo esos tipos tan bajos como le es posible -prácticamente a cero- y no variará su política a menos que vea alguna señal de que la economía amenaza con recalentarse. Y esa perspectiva no parece realista por el momento.
¿Y qué hay de los tipos a más largo plazo? Estos tipos, que ya están en su nivel mínimo desde hace medio siglo, son principalmente el reflejo de los tipos a corto plazo que se esperan para el futuro. La austeridad fiscal podría hacerlos bajar aún más, pero a costa de generar expectativas de que la economía siga profundamente deprimida durante mucho tiempo, lo cual reduciría la inversión privada en lugar de incrementarla.
La idea de que, cuando la economía está deprimida, una política fiscal rígida reduce de hecho la inversión privada no es simplemente un razonamiento hipotético: es exactamente lo que sucedió en dos episodios históricos importantes.
El primero tuvo lugar en 1937, cuando Franklin Roosevelt cometió el error de seguir los consejos de quienes se preocupaban por el déficit en aquella época. Redujo radicalmente el gasto del Gobierno recortando a la mitad la inversión en la Administración para la Mejora del Trabajo y subiendo los impuestos, entre otras cosas. El resultado fue una grave recesión y una caída pronunciada de la inversión privada.
El segundo episodio tuvo lugar en Japón 60 años después. En 1996 y 1997, el Gobierno japonés intentó equilibrar su presupuesto recortando el gasto y subiendo los impuestos. Y, de nuevo, la recesión que provocó indujo una caída pronunciada de la inversión privada.
Para que quede claro, no estoy argumentando que tratar de reducir el déficit presupuestario sea siempre negativo para la inversión privada. Se puede afirmar razonablemente que la moderación fiscal de Bill Clinton en los años noventa contribuyó a alimentar la gran explosión de la inversión que se produjo en EEUU durante esa década, la cual, a su vez, llevó a una recuperación en el crecimiento de la productividad.
Lo que hizo que la austeridad fiscal fuese tan mala idea tanto en los EEUU de Roosevelt como en el Japón de los años noventa fue el hecho de que se daban unas circunstancias especiales: en ambos casos, el Gobierno dio marcha atrás frente a una trampa de la liquidez, una situación en la que, a pesar de que la autoridad monetaria había recortado los tipos de interés todo lo posible, la economía seguía funcionando muy por debajo de su capacidad.
Y ahora nos encontramos ante la misma clase de trampa, y por eso quienes se preocupan por el déficit están fuera de contexto.
Una cosa más: la expansión fiscal será todavía mejor para el futuro de EEUU si una gran parte de ella se lleva a cabo en forma de inversión pública: construcción de carreteras, reparación de puentes y desarrollo de nuevas tecnologías, todo lo cual hará más rico al país a largo plazo.
¿Debería el Gobierno mantener indefinidamente una política de grandes déficit presupuestarios? Desde luego que no. Aunque la deuda pública no es tan mala como mucha gente cree -básicamente, es dinero que nos debemos a nosotros mismos-, a la larga, el Gobierno, al igual que los particulares, tiene que compensar sus gastos con sus ingresos.
Pero ahora mismo tenemos un déficit básico en el gasto privado: los consumidores están redescubriendo las ventajas del ahorro en el mismo momento en que las empresas, quemadas por los excesos del pasado e incapacitadas por las dificultades del sistema financiero, están recortando sus inversiones. Ese desfase terminará por corregirse, pero, hasta que lo haga, el gasto del Gobierno debe cargar con el muerto. De otro modo, la inversión privada, y la economía en su conjunto, se hundirán aún más.
Resumiendo: la gente que piensa que una expansión fiscal hoy será mala para las generaciones futuras se equivoca radicalmente. La mejor línea de actuación, tanto para los trabajadores de hoy como para sus hijos, es hacer todo lo que haga falta para poner esta economía en el camino hacia su recuperación.
((c) 2008 New York Times Service Traducción de News Clips)
– El histórico plan de Obama (Intereconomía – 8/12/08)
Parece ser que la inversión pública es el único camino para la recuperación. El anuncio de Barak Obama, presidente electo de EEUU ha supuesto un revulsivo para los mercados financieros tras anunciar uno de los mayores planes de "rescate" económico basado en la inversión multimillonaria en infraestructuras.
Desde la era de Eisenhower no se anunciaba un plan semejante. Obama se ha comprometido salvar o crear al menos 2,5 millones de puestos. Se pretende aprobar inmediatamente después de que Obama acceda a la presidencia el 20 de enero. Aunque no se ha concretado el plan de actuación, se asegura que podría oscilar entre 400.000 y 700.000 millones de dólares.
Durante su discurso, Obama anunció el mayor plan de infraestructuras desde los años cincuenta y ha recordado que EEUU es el país que más energía consume en el mundo y se comprometió a reemplazar los viejos sistemas de calefacción de los edificios públicos. También prometió emprender el mayor programa de modernización de los edificios de escuelas públicas que Estados Unidos jamás ha visto.
El presidente electo ha indicado que el plan para recuperar la economía estadounidense contempla además aumentar el acceso a internet de alta velocidad, mejorar las escuelas, reducir la dependencia del petróleo y ahorrar miles de millones de dólares.
El plan será presentado al Congreso cuando reanude las sesiones en enero. "Vamos a invertir el dinero de tus impuestos en maneras nuevas y más inteligentes y vamos a poner una regla sencilla: o lo usas o lo pierdes. Si un Estado no actúa rápidamente para invertir en carreteras y puentes en sus comunidades, perderá el dinero", dijo Obama en su alocución, dirigida al ciudadano medio.
– El Capitolio, contra los máximos responsables de Fannie Mae y Freddie Mac (El Confidencial – 10/12/08)
Richard Syronn, Daniel Mudd y Franklin Raines, durante su declaración ante el Congreso (Efe).
Son el origen del origen de la crisis financiera que afecta al mundo entero. Ayer, el presidente y consejero delegado de Freddie Mac, Richard Syronn, el presidente y consejero delegado de Fannie Mae, Daniel Mudd, y el ex presidente de Fannie Mae, Franklin Raines, testificaron ayer en el Comité que investiga el "papel de estas firmas hipotecarias en la crisis financiera" en el Capitolio en Washington. El comité trata de analizar las decisiones que tomaron estos ejecutivos en sus empresas para determinar si constituyen delito.
Según una información aparecida ayer en The Washington Post, los dirigentes de estas empresas habían sido advertidos hace varios años sobre los riesgos de los créditos hipotecarios de riesgo (las llamadas hipotecas subprime). "Documentos internos de Freddie Mac muestran que los dirigentes del grupo habían sido advertidos hace años sobre el hecho de que ofrecían préstamos hipotecarios que podrían poner en peligro a la sociedad, crear dificultades para los tomadores de préstamos y desarrollar préstamos más arriesgados en todo el sector", explica el diario norteamericano.
Debido al riesgo que hacían pesar sobre el conjunto del sistema financiero norteamericano con sus miles de millones de dólares de pérdidas, Fannie Mae y Freddie Mac fueron puestos en setiembre bajo la tutela del poder público.
– EEUU se encamina a su peor recesión desde la Gran Depresión de los años 30 (The Wall Street Journal – 12/12/08)
(Por Phil Izzo, Brenda Cronin y Sudeep Reddy)
La economía estadounidense se está deteriorando a un ritmo mucho más rápido de lo esperado hace tan sólo unas semanas. Esto sugiere que la recesión será más profunda y duradera de lo que se temía.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que las exportaciones, que hasta mediados de año habían servido de salvavidas para la economía, cayeron 2,2% en octubre a medida que la demanda extranjera de bienes estadounidenses continuó cuesta abajo. El déficit comercial subió en octubre a US$ 57.200 millones, frente a los US$ 56.600 millones de septiembre, a pesar del considerable abaratamiento del petróleo. Otro informe del gobierno indica que las solicitudes iniciales de prestaciones de desempleo en la primera semana de diciembre saltaron a un total de 573.000, el mayor nivel en 26 años. El número de trabajadores que siguen cobrando compensación por desempleo aumentó a 4,33 millones en la semana que terminó el 29 de noviembre.
Mientras tanto, los datos más recientes de la Reserva Federal (Fed) revelan que las familias del país redujeron su nivel de endeudamiento por primera vez desde que el banco central empezó a recopilar esta información en 1952. Aunque se trata de una tendencia positiva a largo plazo, el aumento del ahorro quiere decir que los consumidores están gastando menos, lo que constituye un nuevo golpe para una economía en la que el consumo equivale al 70% del Producto Interno Bruto.
Pronósticos actualizados
La ráfaga de cifras oficiales obligó a los economistas a actualizar sus pronósticos acerca de la magnitud de la contracción. Ahora creen que la recesión continuará hasta entrado el primer semestre de 2009. Es probable que estas sombrías noticias le den un empujón a los planes del presidente electo, Barack Obama, para orquestar un gigantesco plan de estímulo fiscal.
La consultora Macroeconomic Advisers aludió a las exportaciones y otras señales como justificación para revisar a la baja en un punto porcentual su previsión para el PIB del actual trimestre, a un declive anualizado de 6,6%. Si el pronóstico acierta, este trimestre rivalizaría con los lapsos más negros de la recesión de principios de los años 80. La economía cayó 7,8% en el segundo trimestre de 1980 y 6,4% en los tres primeros meses de 1982.
De todas formas, la cifra final del PIB podría ser más alta. Algunas firmas de consultoría siguen pronosticando un declive de poco menos de 5% para este trimestre y 4% para los primeros tres meses del año que viene.
Los economistas que participaron en la última encuesta de The Wall Street Journal estiman en promedio que el declive del PIB, que empezó en julio, sigua durante los dos primeros trimestres de 2009. Si tienen razón, sería la primera vez en que la economía estadounidense se contrae durante cuatro trimestres consecutivos durante la posguerra.
La mayoría de los economistas espera que junio de 2009 marque el final de la recesión que, según la Oficina Nacional de Investigación Económica, empezó en diciembre de 2007 (EEUU no se ciñe a la regla que define una recesión como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo). EEUU, de esta manera, experimentaría una recesión de 18 meses, el período más largo desde la Gran Depresión. Las recesiones de 1973-75 y 1981-82 duraron 16 meses. "Las peores recesiones solían ser provocadas por sucesos que pillaron por sorpresa a las empresas", apuntó Bruce Kasman, economista de J.P. Morgan Chase & Co. Además, añade que es poco probable que las ganancias de las empresas sufran tanto como en las recesiones pasadas. "Este colapso tuvo un preludio. Por eso, la intensidad de lo que pasó es atenuada a lo largo de un período de tiempo más largo".
En general, los 54 economistas que participaron en la encuesta predicen que el PIB se contraerá a una tasa anualizada de 4,3% en el cuarto trimestre y 2,5% y 0,5% en los dos primeros trimestres de 2009, respectivamente. El cálculo preliminar del Departamento de Comercio sugirió una caída del PIB de 0,5% en el tercer trimestre. Los economistas fueron sondeados entre el 5 y el 8 de diciembre.
A lo largo del primer semestre de 2008, "lo único que impidió que la economía reflejara técnicamente una reducción del PIB fue el comercio", dijo Brian Bethune, economista de IHS Global Insight. "Aunque el crecimiento que veíamos era débil, era lo suficientemente fuerte para mantener a las fábricas relativamente ocupadas y absorber parte del shock de una economía local débil", añade. Ahora, sin embargo, Bethune señala que las exportaciones contribuirán muy poco.
Por si esto fuera poco, el final de la recesión probablemente no marcará el final del desempleo. En otras recesiones, la contracción del mercado laboral continuó durante muchos meses después de la declaración oficial del fin de la recesión. "El mercado laboral se ve muy mal y va a seguir así", dijo Allen Sinai de Decision Economics.
Muchos analistas mencionaron un esperado paquete de estímulo fiscal como la clave para sacar a EEUU de la recesión, pese a que los detalles siguen siendo poco claros. La mayoría de los economistas consultados expresaron su confianza en el equipo económico de Obama. Casi la mitad de los participantes dijo que el nuevo equipo es significativamente mejor que el actual. Un cuarto opinó que el nuevo equipo es moderadamente mejor.
– Tribuna: Laboratorio de ideas Kenneth Rogoff – La inflación es el menor de los males (El País – 14/12/08)
Es tiempo de que los principales bancos centrales del mundo reconozcan que un repentino episodio de inflación moderada sería extremadamente útil para desenredar el tremendo atolladero de la deuda actual.
No obstante, la inflación es una forma injusta de amortizar efectivamente las deudas no indexadas de la economía. La inflación en los precios obliga a los acreedores a aceptar pagos en una moneda devaluada. Sí, en principio, debería haber una forma de remediar los males del sistema financiero sin recurrir a la inflación. Lamentablemente, cuanto más estudiamos las alternativas, incluyendo las inyecciones de capital a los bancos y la ayuda directa a los tenedores de hipotecas inmobiliarias, más claro resulta que la inflación sería un apoyo y no un obstáculo.
Las finanzas modernas han logrado crear una dinámica de una complejidad tan pasmosa que desafía los enfoques normales para enfrentarse a las deudas. La titulización, las finanzas estructuradas y otras innovaciones han entretejido tanto a los varios actores del sistema financiero que resulta esencialmente imposible reestructurar una institución financiera a la vez. Se necesitan soluciones que abarquen todo el sistema.
Una inflación moderada a corto plazo -digamos del 6% durante dos años- no arreglaría los problemas, pero los mejoraría significativamente, con lo que otras medidas serían menos costosas y más efectivas.
Es cierto que una vez que se deje salir al genio de la inflación de la botella podría llevar varios años volverlo a meter. Nadie quiere volver a vivir las luchas contra la inflación de los años ochenta y noventa. Pero en este momento, la economía se tambalea a orillas del precipicio del desastre. Ya tenemos una recesión global hecha y derecha. A menos que los Gobiernos tomen el control del problema, corremos el riesgo de sufrir un deterioro mundial como no se ha visto desde los años treinta.
Las acciones de política necesarias implican estímulos macroeconómicos agresivos. Idealmente, la política fiscal debería enfocarse en la reducción de impuestos y el gasto en infraestructura. Los bancos centrales ya están recortando las tasas de interés por todas partes. Es probable que en todo el mundo las tasas de interés oficiales se acerquen a cero; las de Estados Unidos y Japón ya se situaron ahí. A la larga, el Reino Unido y la zona del euro decidirán acercarse lo más posible.
También se deben tomar medidas para recapitalizar y dar una nueva reglamentación al sistema financiero. Mientras el sistema financiero siga recibiendo respiración artificial de los Gobiernos, como sucede en Estados Unidos, el Reino Unido, la zona del euro y muchos otros países, habrá riesgos enormes.
La mayoría de los bancos más grandes del mundo son esencialmente insolventes y dependen de la ayuda y los préstamos continuos de los Gobiernos para mantenerse a flote. Muchos bancos ya admitieron sus pérdidas abiertas en las hipotecas inmobiliarias. Sin embargo, a medida que la recesión se agudice, una nueva oleada de impagos de bienes raíces comerciales, tarjetas de crédito, fondos privados de capital y de cobertura de riesgos golpeará las hojas de balance de los bancos. A medida que los Gobiernos traten de evitar la nacionalización abierta de los bancos, se verán obligados a realizar segundas y terceras recapitalizaciones.
Incluso el extravagante rescate del gigante financiero Citigroup, en el que el Gobierno de Estados Unidos ya ha desembolsado 45.000 millones de dólares de capital y respaldado pérdidas de más de 300.000 millones de dólares de créditos fallidos, puede resultar insuficiente. Al observar el panorama de los problemas restantes, incluyendo el mercado de varios miles de millones de dólares del mercado de los credit default swaps, es claro que el hoyo en el sistema financiero es demasiado grande para taparlo completamente con los dólares de los contribuyentes.
Ciertamente, una parte clave de la solución es permitir que quiebren más bancos, garantizando que los ahorradores, pero no necesariamente los acreedores, reciban todo su dinero. Sin embargo, este camino será costoso y doloroso.
Eso nos lleva de regreso a la opción de la inflación. Además de atenuar los problemas de la deuda, un episodio moderado de inflación reduciría el valor real (ajustado a la inflación) de las propiedades residenciales, lo que facilitaría la estabilización de ese mercado. En ausencia de una inflación significativa, los precios nominales de las casas tendrían que caer un 15% adicional en EEUU y más en España, el Reino Unido y muchos otros países. Si la inflación aumenta, los precios nominales de las casas no necesitan caer tanto.
Por supuesto, dada la recesión en curso, tal vez no sea tan fácil para los bancos centrales fomentar ni siquiera un poco de inflación en estos momentos. En efecto, parece que lo único que pueden hacer es evitar una deflación sostenida o la caída de los precios.
Afortunadamente, crear inflación no requiere gran ciencia. Todo lo que los bancos centrales necesitan hacer es seguir imprimiendo billetes para comprar deuda pública. El riesgo principal es que la inflación podría descontrolarse y ser del 20% o 30% en lugar del 5% o 6%. En efecto, el temor a ese descontrol paralizó el Banco de Japón durante una década. Pero ese problema se puede salvar fácilmente. Con una buena política de comunicación se pueden contener las expectativas de inflación y se puede reducir tan rápido como sea necesario.
Se tendrán que utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para solucionar esta crisis financiera, que es de las que ocurren una vez en un siglo. Al mirarlo en el contexto de una posible depresión global, el temor a la inflación equivale a preocuparse por un posible contagio de sarampión cuando se corre el riesgo de contraer la peste.
(Kenneth Rogoff es profesor de economía y políticas públicas en la Universidad de Harvard y fue economista en jefe del FMI. Copyright: Project Syndicate, 2008.www.project-syndicate.org)
– La industria de "hedge funds", en estado de shock (El Confidencial – 15/12/08)
(Por José Manuel Gómez-Borrero)
La noticia del viernes pasado sobre el fraude piramidal cometido por Bernard Madoff tiene a toda la industria de hedge funds, gestores e inversores, en estado de shock. Siento reconocer que al no haber nada de información precisa y creíble sobre el asunto y haber varias contradicciones en la denuncia del FBI, todo lo que voy a contar aquí es pura especulación, pero voy a intentar plantear una serie de cuestiones que ayuden al análisis de la situación:
De entrada, quiero decir que lo que parece que ha pasado, no debería poder pasar en un hedge fund. Es prácticamente imposible. Me explico. Desde que se institucionalizó la inversión en hedge funds se introdujeron una serie de salvaguardas de manera que cuando alguien invierte dinero en un hedge fund (que es un gestor generalmente no regulado y libérrimo para gestionar el dinero como le plazca) no se limita a transferir su dinero a una cuenta en las Islas Cayman a nombre de un grupo de señores muy listos con oficina en Park Avenue, sino que lo hace a una cuenta custodiada y administrada por terceras partes independientes, creíbles y solventes completamente separadas del gestor. De hecho, el gestor sólo tiene autorización para ordenar operaciones de compra o de venta de diferentes instrumentos financieros sobre esa cuenta, pero no tiene capacidad de tocar esos activos. Es la primera regla. Estar seguro de que el gestor no se puede llevar el dinero. Así pues, primera precisión: Contrariamente a lo que estamos leyendo en prensa, Madoff NO ES UN HEDGE FUND. Madoff es un broker y asesor financiero (regulado por la SEC, por cierto) que gestionaba dinero de clientes.
Segundo: La estrategia de inversión que Madoff llevaba muchos años implementando para sus clientes se denomina "split-strike conversion" que consiste en, mediante la compra y venta de acciones líquidas y opciones sobre las mismas, arbitrar las volatilidades esperada y realizada. A los paganos en la materia les parecerá muy sofisticado, pero en realidad es una estrategia más vieja que la tos y que todas las mesas de los bancos de inversión intentan explotar desde hace mucho tiempo. Precisamente porque está muy competida, la rentabilidad de esta estrategia de inversión tiende a ser de Libor+1%, y lo curioso es que Madoff llevaba años y años generando rentabilidades muy superiores (Libor+5% o más) y nadie entendía cómo, por lo que siempre ha habido mucha suspicacia e incluso investigaciones del regulador al respecto (y nunca se había apreciado ningún indicio de fraude). Ahora sabemos cómo lo conseguía, y lo increíble es que el regulador no lo hubiera detectado…
Tercero: La clientela tradicional de Madoff estaba formada por inversores privados de considerable patrimonio personal que, atraídos por la atractiva rentabilidad y baja volatilidad que ofrecía, probablemente confiaban en él por el simple hecho de estar regulado por la SEC y le mandaban la pasta directamente a su empresa (sin administrador ni custodio independiente). Siempre habíamos oído que su modelo de negocio se basaba un poco en el "cocktail-party circuit", o sea, en que los clientes adinerados se recomendaran unos a otros la inversión en los fondos de Madoff cuando coincidían en las fiestas de los Hamptons o del Metropolitan, pero que realmente había poco "due-dilligence" por su parte.
Cuarto: A pesar de que las instituciones, en general, no invertían directamente en los opacos fondos de Madoff (resultaba "too good to be true" y ninguna se arriesgaba a poner dinero si no podía hacer un buen due-dilligence de sus procesos), sí hay una serie de instituciones que contrataban a Madoff para que, aplicando su exitosa metodología de inversión, gestionara su dinero (o el de sus clientes) a través de "feeder funds" o de lo que llamamos "managed accounts", y que, básicamente, consistía en autorizar a Madoff a gestionar unos activos que estarían depositados y custodiados separadamente de los de su empresa por custodios independientes. Son estas "managed accounts" las que una serie de instituciones han empaquetado y han distribuído entre todo tipo de clientes institucionales y particulares alrededor del mundo, entre otros sitios en España. En estos casos, el inversor final confiaba en que el empaquetador/distribuidor hubiera hecho un buen "due-dilligence" de Madoff o que al menos tuviera los activos segregados, controlados y bien custodiados para evitar que lo que ha ocurrido pudiera pasar. Así pues, y sólo estoy especulando, o los activos de estas instituciones realmente estaban segregados y no se han perdido, o éstas han sido objeto del mayor fraude financiero de la historia, en cuyo caso habrá que estudiar las connivencias y responsabilidades de custodios, administradores, auditores y del propio regulador.
Y quinto: Es inevitable que este escándalo salpique a toda la industria de gestión de activos, y especialmente a la industria de hedge funds ya que estos productos que subcontrataban a Madoff como gestor se han vendido como hedge funds. Realmente es lo último que necesitaba este sector tras el complicado año que ha sufrido y la mala prensa que ha recibido. Muchos pensarán que se trata del golpe de gracia para este tipo de gestión y seguro que habrá un gran clamor exigiendo mayor regulación. Sin embargo, quiero terminar insistiendo en que el fraude puede ocurrir en cualquier parte, y que precisamente Madoff estaba regulado por la SEC. La paradoja está en que cuanta más regulación, si el regulador no tiene suficientes medios de supervisión, más peligroso resultará para los inversores, pues éstos, sobreconfiando en el hecho de que el vehículo esté regulado, renunciarán a hacer el due-dilligence que los inversores en hedge funds hacen regularmente.
– ¿Cómo es posible que nadie supiera nada? Las incógnitas del escándalo (El Confidencial – 15/12/08)
(Por E. Segovia / C. Hernanz)
La descomunal estafa de Bernard Madoff plantea una enorme cantidad de preguntas sin respuesta, al menos hasta que avance la investigación judicial. La principal es cómo es posible que nadie supiera nada, ni los responsables de los fondos que gestionaba, todos ellos firmas de primera fila en el panorama internacional de la gestión de activos, ni los auditores de la propia firma de Madoff, ni siquiera la mismísima SEC, el todopoderoso supervisor bursátil de EEUU que ha hecho un ridículo tan espantoso como el de la CNMV en Gescartera.
La SEC supervisaba en teoría a la firma de brokerage de Madoff (Bernard L. Madoff Investment Securities), no a la de gestión de fondos (que, para más inri, ni siquiera tenía estructura jurídica de gestora, sino de advisor, es decir, asesor de inversiones) Bernard L. Madoff Investment LLC, que estaba situada en otro piso del mismo edificio de Nueva York. De hecho, el broker pasó la última inspección en 2005, en la que se le acusó de varias prácticas contrarias a las normas de mejor ejecución de las órdenes. Pero parece inconcebible que la SEC, con un cuerpo de 796 inspectores para estas firmas, no investigara en ningún momento las relaciones entre el broker y la gestora desde que ésta fue registrada en el supervisor en 2006.
Este es un punto relevante, puesto que distintos medios han justificado la inoperancia de la SEC en que se trataba de una gestora offshore con un número reducido de clientes, lo que la deja fuera de la supervisión según la legislación norteamericana a la que se acoge la mayoría de los hedge funds. Sin embargo, Madoff registró su firma hace dos años en EEUU, sin que fuera inspeccionada en ningún momento desde entonces, según informa Bloomberg.
No se trata sólo de la SEC. Para empezar, el propio auditor de Madoff debería haber dado la voz de alerta de que todo el tinglado era un gran fraude. Las sospechas se centran en que no se trata de una de las cuatro grandes de la auditoría, sino de una pequeñísima firma llamada Friehling & Horowitz, que al parecer vivía de un único cliente: Madoff. Luego no es difícil deducir que le hacía las auditorías a su entera satisfacción.
Pero lo que parece más inconcebible a los profesionales españoles del sector es que no se diera cuenta ninguna de las firmas que tenían fondos gestionados por Madoff. Estamos hablando de grandes nombres internacionales como Fairfield, Optimal (grupo Santander), Kingate (del grupo italiano SIM), el gigante suizo de la banca privada UBS, la conocidísima firma de hedge funds Tremont -que elabora el índice Crédit Suisse Tremont-, Nomura, Pioneer (del grupo Unicredito), BNP Paribas, etc. Todas ellas firmas de intachable reputación, con muchísimos años de experiencia y enormes equipos dedicados al análisis en profundidad de los fondos en los que invierten, lo que se conoce como due dilligence, y de gestión de riesgos. De hecho, el famoso Fairfield de Andrés Piedrahita tenía un equipo en Bermudas dedicado en exclusiva a Madoff.
No era Antonio Camacho
Y, pese a todos estos medios, nadie se dio cuenta de nada. Con el agravante de que recibían diariamente las operaciones (trades) que supuestamente hacía Madoff con sus fondos. "¿Qué hacían con esos informes? ¿No los cotejaban nunca? ¿Eran todas las operaciones falsas? ¿Cómo las disfrazaba?", se pregunta un profesional con años de experiencia. Es más, "no se entiende que, si los fondos eran suyos y no de Madoff, los activos deberían estar segregados contablemente y no lo habrían perdido todo, como así ha sido", sostiene esta fuente.
Otro experto señala que "todo el mundo veía cosas raras y coincidía en que era imposible ganar año tras año como Madoff con una estrategia de gestión tan sencilla como la suya, pero nadie encontró nada". "Y no estamos hablando de un Antonio Camacho que desaparece con el dinero de la noche a la mañana, sino de un señor que estaba estafando desde hace años y que seguía en su oficina hasta que han ido a detenerle", añade.
¿De dónde salen los 50.000 millones?
Quizá la incógnita más alucinante sea la del propio importe de la estafa: según las informaciones publicadas por los medios norteamericanos, Madoff gestionaba 17.000 millones de dólares a principios de año, que ahora debería ser menor ya que han sido precisamente los reembolsos (cifrados en 7.000 millones) los que han derrumbado el edificio piramidal en que se basaba el negocio. Entonces, ¿de dónde salen los 50.000 millones en que se ha cifrado el fraude? ¿Cómo se explica la diferencia?
Tantas y tan importantes incógnitas han dado pábulo a teorías conspirativas que empiezan a hacer fortuna en el mundillo: "Las gestoras que tenían fondos gestionados por Madoff no son víctimas, sino cómplices de la estafa. Era imposible que nadie supiera lo que estaba pasando; tenían que saberlo y, aun así, miraron para otro lado y siguieron vendiendo estos productos con la esperanza de que nunca iba a descubrirse la estafa. Ahora ha llegado su hora", explica un profesional convencido de esta conspiración.
– Las víctimas de Madoff alrededor del mundo (Intereconomía – 15/12/08)
Listado de los afectado por la estafa piramidal del "broker" Madoff
El "caso Madoff" está sirviendo para echar más leña al fuego de la desconfianza en el sector financiero internacional. Y es que la estafa descubierta por este "tiburón" de las finanzas tiene dimensiones mundiales. Se trata de una estafa piramidal de 50.000 millones de dólares que afecta a inversores a lo largo de todo el globo y de la que ningún país escapa.
Según van pasando los días, más y más entidades financieras y firmas de inversión se confiesan damnificadas por la estafa. A continuación se muestra un listado con algunas de las más importantes firmas internacionales que perderán dinero en mayor o menor medida por culpa de la que ha sido calificada como "la mayor estafa económica de la historia".
El Santander reconoce que gestiona 2.330 millones vinculados al fraude de Madoff
El Grupo Santander, a través del fondo de inversión alternativa Optimal Strategic, gestiona fondos de clientes por un importe de 2.330 millones de euros, que están ligados a productos de la firma estadounidense Bernard L. Madoff Investment Securities, informó hoy la entidad financiera. Fuentes del grupo explicaron a EFE que hay cerca de mil clientes del banco en España con productos ligados a la gestora de Bernard Madoff, presunta responsable de un fraude de alrededor de 37.400 millones de euros (50.000 millones de dólares).
BBVA cifra en 30 millones la inversión de clientes en fondos de Madoff y 300 millones los que podría perder
BBVA confirmó hoy que la suma de la inversión de los clientes de su red internacional en fondos de inversión que a su vez se encontraban depositados en Madoff Investment Securities se sitúa en torno a los 30 millones de euros, si bien indicó que no tiene exposición directa en esta entidad, según un hecho relevante remitido a la CNMV.
Banesto, afectada por la estafa, aunque asegura que su exposición es irrelevante
Banesto figura entre las entidades afectadas por el fraude piramidal de Madoff, aunque su exposición al mismo es "irrelevante", según han informado fuentes del banco que preside Ana Patricia Botín
Caja Madrid valora su exposición, que califica de "residual"
Caja Madrid tiene una exposición "indirecta" de 2,3 millones de euros a productos relacionados con la firma estadounidense Bernard L. Madoff Investment Securites, presunta responsable de una estafa piramidal que podría alcanzar los 37.000 millones de euros.
Crédit Agricole evalúa en menos de 10 millones de euros sus inversiones
El banco francés Crédit Agricole ha evaluado en menos de 10 millones de euros las pérdidas que ha sufrido por el caso protagonizado por Bernard Madoff, el presunto responsable de un fraude multimillonario.
Société Générale tiene "menos de 10 millones de euros"
El banco francés Société Générale ha evaluado en "menos de 10 millones de euros" las pérdidas que ha sufrido por el caso protagonizado por Bernard Madoff, responsable de un fraude multimillonario.
Unicredit cifra en 75 millones de euros el dinero invertido en el fondo de Madoff
El mayor banco italiano, Unicredit ha anunciado una exposición de 75 millones de euros (unos 100 millones de dólares) al fondo de inversión estadounidense administrado por Bernard Madoff, acusado de fraude.
Royal Bank of Scotland, fuertemente azotado, por la estafa
El Royal Bank of Scotland ha admitido que podría afrontar unas pérdidas de 400 millones de libras (446 millones de euros) por sus inversiones en productos gestionados por la firma Bernard Madoff, responsable de una de las mayores estafas de la historia de la Bolsa de Nueva York.
HSBC cifra en unos 1.500 millones de dólares su exposición
El banco británico HSBC tiene una exposición potencial de unos 1.500 millones de dólares. La entidad ha reconocido que el dinero invertido en el fondo de inversión de Madoff proviene de los préstamos que concedían a clientes y que éstos utilizaban para invertir en el fondo de la estafa.
BNP Paribas tiene casi 500 millones de dólares en el fondo
El banco francés BNP Paribas insistió en que no había invertido directamente en productos de Madoff, pero que está expuesto por sus "actividades de mercados" y por los préstamos que ha concedido a otros fondos que sí habían invertido en esa firma.
Natixis evalúa pérdidas por el caso Madoff en unos 450 millones de euros
El banco francés Natixis evaluó hoy en alrededor de 450 millones de euros las pérdidas que podría tener como consecuencia de la estafa internacional multimillonaria protagonizada por el estadounidense Bernard Madoff.
El hedge fund Fairfield Sentry podría tener cerca de 7.300 millones de dólares.
La firma comercial Ascot Partners ha asegurado que su exposición asciende a los 1.800 millones de dólares.
El banco japonés Nomura anuncia una exposición a los fondos de inversión de Madoff de unos 224,5 millones dólares.
La consultoría Access International Advisors podría llegar a perder por la estafa hasta 1.400 millones de dólares, según ha informado la propia compañía.
La entidad financiera Neue Privat Bank cifra sus pérdidas en 5 millones de dólares.
Korea Life Insurance pierde por culpa de la estafa cerca de 50 millones de dólares.
Korea Teachers Pension tiene invertidos unos 9,1 millones de dólares.
Maxam Capital Management perderá cerca 280 millones de dólares.
Kingate Global Fund cifra sus pérdidas cerca de 2.800 millones de dólares.
La gestora británica de activos Bramdean Alternatives, valora sus pérdidas en el 9,5% del valor neto de sus activos.
Los bancos suizos rozan el pleno, según la prensa nacional
UBS, según fuentes de la propia entidad, tiene una exposición limitada e insignificante.
La financiera suiza Bernbassat & Cie, podría tener una exposición de 935 millones de dólares en el fondo.
El banco suizo Reichmuth & Co. ha anunciado que sus activos invertidos en el fondo de Madoff suman unos 325 millones de dólares.
La entidad suiza Union Bancaire Privee habría perdido unos 850 millones de dólares
El banco suizo Banque Benedict Hentsch podría tener 47 millones de dólares invertidos en el fondo de Madoff.
– Y después de Madoff ¿qué va a pasar? (Intereconomía – 15/12/08)
Si se estaba restituyendo ligeramente la confianza en el sector financiero de Estados Unidos, el fraude multimillonario, que podría hacer esfumarse más de 50.000 millones de dólares, de Bernard Madoff, desentierra los tan criticados métodos del sistema financiero que muchos señalan como responsables de la crisis económica que azota a todo el globo.
¿Que va a pasar ahora? Los afectados norteamericanos ya han empezado a movilizarse. Van a construir sus demandas sobre la base de que los clientes de Madoff nunca recibieron la información que debían sobre el estado financiero de la firma. Las audiencias preliminares serán el 12 de enero, pero los expertos consultados consideran que lo difícil no va a ser probar la culpabilidad de Madoff, algo que él mismo ha hecho, sino conseguir el dinero de vuelta a los afectados.
Antes, el próximo viernes a mediodía los tribunales de Nueva York escucharan las alegaciones presentadas contra Madoff. Se abren dos vías: la civil, de la mano de la SEC, que también está en el ojo del huracán por no haber detectado el fraude. La causa penal la va a llevar a cabo el Departamento de Justicia. Podría durar entre 3 y 5 años antes de que llegue a una resolución. Lo más inmediato es que la SEC confirme qué cantidad de dinero desapareció y congele lo que queda en las cuentas. Pero hay pocas esperanzas de encontrar algo.
Para el final de este Anexo (ahora sí, es cierto), alterando el cronograma (perdón), dejo la palabra (mejor dicho, la letra) al FMI que, como de costumbre, no acierta ni cuando rectifica (cosa que hace con demasiada frecuencia), aunque en este caso (el tsunami crediticio), no puede negar la evidencia y realiza un "mea culpa" (en culo ajeno), en el que, aunque no "asume" la paternidad (¿por inseminación artificial?) de muchos de los desaguisados (dogmas, paradigmas, mitos e iconos dorados), al menos, no "niega" su participación entre los principales escoltas que precedieron el Via Crucis. "Titiriteros", siempre que pudieron; "comparsas", cuando el casting sólo les dejó un papel de extras. Ciertas narraciones han sido tan insistentes, que se las tomó como verdad histórica…
Una sugerente conclusión para la "Tarjeta de cumpleaños" de la crisis financiera. En la que sólo les falta decir: "aquí yacen los frutos de una ambición desmedida que no supo medir sus riesgos". Mientras, los músicos de la Lehman Brothers Jazz Band acompañan, con un Blues melancólico, el cortejo fúnebre por el viejo cementerio de Wall Street…
Ahora, vienen a decir que ha sido cosa de los banqueros. Pero ¿si todos los banqueros estaban conchabados para deteriorar el sistema financiero por qué no lo denunciaban los ministros de Economía o los presidentes de Gobierno? Y si también éstos eran cómplices, ¿por qué los medios de comunicación callaban y sacaban titulares sobre nuestra salud nutriéndose de las mismas estadísticas que alimentaban a los especuladores? Como en toda buena tragicomedia no pueden faltar los bufones podemos preguntarnos, asimismo, ¿por qué los grandes expertos económicos, los cantores de la bondad suprema del mercado, no bramaron ante la evidencia de las trampas que acabarían rompiendo su juguete favorito?
Mientras, Greenspan se declara "atónito" ("Aquellos entre nosotros que han mirado hacia el interés propio de las instituciones emisoras de préstamos para proteger el patrimonio de los accionistas (y yo en especial) nos hallamos en un estado de incredulidad estupefacta" – WSJ; "la actual crisis financiera mundial es un maremoto que se da una vez por siglo"… "esta crisis ha resultado ser mucho más amplia de lo que yo pudiera haber imaginado"… "dado el daño financiero ocurrido hasta ahora, no veo cómo podremos evitar un aumento significativo de despidos y desempleo" – BBC; 24/10/08). Lo que piensan los conversos que han llegado tarde al tren del catastrofismo (como dice el tango: "la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser")…
Del soft landing al hard landing… La "proclamada" desaparición de los ciclos económicos está buscando a su "puta madre"… La bonita idea del "decoupling" se fue por el retrete… La "tierra plana" es una boina sin cabeza… De la "bola de cristal" a la Bolsa de Cristal… Entre el pánico y la capitulación… El conundrum continúa… Por primera vez en mucho tiempo, ya no hay locomotoras para tirar de los vagones… Verdades incómodas… Pensamiento débil… Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo…
Sic transit gloria mundi… Lean, juzguen y opinen.
Perspectivas de la Economía Mundial – Fondo Monetario Internacional – Octubre 2008
Resumen ejecutivo
La economía mundial ha iniciado una fuerte desaceleración al verse confrontada con el shock financiero más peligroso que haya afectado a los mercados financieros desarrollados desde los años treinta. Se prevé que el crecimiento mundial sufrirá una desaceleración considerable en 2008 y comenzará a recuperarse moderadamente solo a finales de 2009. La inflación se mantiene en un nivel alto, debido la escalada de los precios de las materias primas, pero se prevé que se moderará. La situación es excepcionalmente incierta, y los riesgos a la baja son considerables. El desafío de política económica inmediato es estabilizar las condiciones financieras mundiales, fortaleciendo al mismo tiempo las economías durante la desaceleración y manteniendo la inflación bajo control.
Una economía mundial bajo presión
Después de varios años de vigoroso crecimiento, la economía mundial se está desacelerando rápidamente. La actividad económica mundial se ve golpeada por un shock financiero extraordinario y por un nivel de precios aún alto para la energía y otras materias primas. Muchas economías avanzadas están cerca de una recesión o avanzan hacia ella, mientras que el crecimiento en las economías emergentes también se está debilitando.
La crisis financiera, que estalló primero con el colapso del mercado de hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos en agosto de 2007, se ha agravado aún más en los últimos seis meses y entró en una nueva fase agitada en septiembre. El impacto se ha notado en todo el sistema financiero mundial, incluidos los mercados emergentes que lo sienten con una intensidad cada vez mayor. La creciente preocupación por la insolvencia ha dado lugar a resoluciones de emergencia de algunas de las principales instituciones financieras de Estados Unidos y Europa y ha dañado gravemente la confianza. Para responder a esta situación, las autoridades estadounidenses y europeas han adoptado medidas extraordinarias orientadas a estabilizar los mercados, como el suministro de liquidez en gran escala, la rápida intervención para resolver las dificultades de las instituciones debilitadas, la ampliación de la garantía de depósitos y la reciente adopción en Estados Unidos de la legislación por la cual se utilizan fondos públicos para comprar los activos problemáticos de los bancos. No obstante, la situación sigue siendo muy incierta en el momento en que este informe se envía a la imprenta.
Al mismo tiempo, la conjunción del alza de los precios de los alimentos y combustibles iniciada en 2004 y la restricción de la capacidad productiva ha impulsado la inflación hasta niveles sin precedentes en una década. Los aumentos de los precios al consumidor han sido especialmente fuertes en las economías emergentes y en desarrollo. Esta aceleración es reflejo del fuerte peso de los precios de los alimentos en las canastas de consumo de estas economías, un crecimiento aún bastante rápido y expectativas de inflación no suficientemente ancladas. Cabe señalar que, en general, los países que han adoptado regímenes de metas de inflación han logrado mejores resultados. En las economías avanzadas, el encarecimiento del petróleo ha impulsado al alza el nivel general de inflación, pero las presiones de la inflación subyacente parecen controladas.
El reciente deterioro de la evolución económica mundial se produce tras una expansión sostenida de la actividad basada en la integración creciente de las economías emergentes y en desarrollo en la economía mundial. En retrospectiva, sin embargo, la aplicación de políticas macroeconómicas y regulatorias poco restrictivas puede haber contribuido a la aceleración de la economía mundial a un ritmo superior al recomendado y a la acumulación de desequilibrios en los mercados financieros, de la vivienda y de productos. Al mismo tiempo, las fallas del mercado, junto con las deficiencias de política económica, han impedido que los mecanismos equilibradores operaran eficazmente y han permitido la acumulación de tensiones.
No hay indicios de la recuperación y es probable que esta sea gradual cuando aparezca
De cara al futuro, es probable que las condiciones financieras sigan siendo muy difíciles, lo que limitará las perspectivas de crecimiento mundial. Las proyecciones de referencia se basan en el supuesto de que las medidas adoptadas por las autoridades estadounidenses y europeas lograrán estabilizar las condiciones financieras y evitarán nuevos acontecimientos sistémicos. No obstante, aunque el plan de Estados Unidos para eliminar los activos problemáticos de los balances de los bancos se implemente con éxito, el riesgo de contraparte probablemente se mantendrá en niveles excepcionalmente altos durante algún tiempo, lo que retrasará el retorno a una situación de mayor liquidez en los principales mercados financieros. Además, es muy probable que se produzcan pérdidas de crédito adicionales a medida que se desacelera la economía mundial. En estas circunstancias, la capacidad de las instituciones financieras de captar capital se pondrá a prueba. Por lo tanto, como se analiza en la edición de octubre de 2008 del informe sobre la estabilidad financiera mundial, Global Financial Stability Report, el desapalancamiento necesario seguirá siendo un proceso prolongado, lo que implica que el ritmo de creación del crédito -y de actividad- estará sujeto a límites por lo menos hasta 2009.
No obstante, se prevé que varios factores sienten las bases para una recuperación gradual a finales de 2009:
• Se proyecta una estabilización de los precios de las materias primas, aunque a un nivel sin precedentes en 20 años. Cabe prever que los efectos adversos sobre los términos de intercambio resultantes del aumento de los precios del petróleo en más de un 50% en 2008 comiencen a moderarse en 2009, lo que acelerará el consumo en los países importadores de petróleo.
• Se prevé que el sector de la vivienda en Estados Unidos toque fondo finalmente en el próximo año, lo que acabará con el intenso lastre que este ha representado para el crecimiento desde 2006. Cabe esperar que la estabilización de los precios de la vivienda ayude en su momento a limitar las pérdidas del sector financiero relacionadas con las hipotecas, y la reciente intervención de las dos semipúblicas, Fannie Mae y Freddie Mac, favorecerá la disponibilidad de crédito en el sector de la vivienda. Aunque el ciclo de la vivienda y el consiguiente ajuste pueden producirse con rezago en otras economías avanzadas, el impacto global de la crisis financiera será considerable.
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