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Refranes y asociaciones libres (página 2)


Partes: 1, 2, 3

En fin, en el refrán: "En la guerra, el comercio y el amor, todo se vale", esa ideología le otorga un significado de "validez" social y cultural del tipo: "si cuento con los recursos económicos, militares y armamentistas, en supuesta "buena lid", tengo derecho a despojar a una nación entera y tomarla si me place. Con todo y su gente -las que me interesen por lo menos- como botín de guerra. Y, asimismo, la consumación del acto, me da derecho a exterminar a quienes me estorben, ya porque se resistan, ya porque no me gusten por rebeldes o por feos.

En la misma línea se puede entender el refrán estadounidense de la invasión del Oeste: "Indio bueno es indio muerto". Y es que, pues, los indios no se dejaban, pelearon sin tregua. Y como los gringos valientes parece que sólo existen en las películas de vaqueros, de héroes de guerra o de agentes secretos, de ahí su peligrosidad. Cuando se asustan, echan mano de un arma o de todos sus encantos para conseguir ayuda; disponen de la guardia nacional o de toda su milicia, no importa que sea para exterminar una termita "persecutoria". Pero, regresando al refrán anterior, "En la guerra, el comercio y el amor todo se vale" mientras que no se golpee los intereses de los grandes consorcios trasnacionales, porque entonces, no todo es válido.

Hoy día se le llama "piratería". Simplemente porque: "El que hace la ley, hace la trampa". Eso les ha ganado a los abogados el "prestigio" de "abogansters". No es lo mismo que, de repente, te encuentres en algún tianguis una prenda de "marca" a precio de "trapo", que seguramente fue robada y que sí provee de elementos como para evitar comprarla, a que nos sintamos atraídos por los compactos de diez o doce pesos. Si te alineas a la "ley", bueno, ve a Mix shop, Gandhi, Liverpool, Palacio de Hierro, etc., y, para empezar, supera tu propio rollo obsesivo de duda en conflicto con el snobismo, al descubrir que en todos lados vale diferente: en Gandhi vale doscientos pesos, en Liverpool doscientos noventa y cinco, en El Palacio trescientos cuarenta y siete pesos.

En efecto, los "piratas" de los tianguis no traen la misma fotografía de la portada, los estuches son más delgados y frágiles y, eventualmente, alguna pieza tiene algún defecto, no siempre. La mayoría están bien. Pero el acabose es pensar que alguien que gana el salario mínimo y quiera darse el gusto de escuchar cierto tipo de música, no compre el compacto pirata, y, entonces, renuncie a comer durante una semana por comprarlo en algún otro lugar, "legalizado".

¿Pues qué pasó con: "La economía de la libre competencia"? No, que "no pagan impuestos", "no pagan regalías a los artistas", "no tienen gastos fijos", en tanto que industria informal, etc. Es decir, las trampas, las autorizan y legitiman las estructuras en el poder. Entonces, no siempre es valido el refrán, hay un filtro que se reservan dichas estructuras.

Los chinos, como los japoneses en su momento, hoy día copian todo lo que se cruza en su camino y luego regresan y lo ofrecen a la venta a un precio que no costea, por lo menos aquí, ni la materia prima. Y contra los chinos no ha habido una campaña abiertamente hostil. Ni por parte de los gringos. Antes al contrario, le acaban de hacer unos millonarios préstamos para que se desarrollen en el capitalismo.

O sea que: "El miedo no anda en burros" porque los gringos pues se desorganizan con las ideas socialistas. Pero además ¿quién se anima a conflictuarse con el país más grande y poblado del mundo que, además, tiene una cultura marcial milenaria y, desde hace varias décadas, también armamentista?

En otras palabras: "El que las hace no las tolera", porque la piratería siempre ha existido. Piénsese en la venta de armas de los gringos a todos sus oponentes y, por otro lado, ¿cómo empezaron los grandes consorcios orientales como Sony o Samsung? Pero no es privativo de otras naciones y de cualquier producto. En los laboratorios farmacéuticos, por ejemplo, es: "El pan nuestro de cada día". ¿Si no?, dígame alguien ¿cuál es la diferencia entre el Enterovioformo y el Senoformo como no sea la de que, el segundo se lo pirateó Laboratorios Senosiain?; por último, tampoco todo se vale en el amor cuando se trata de mi esposa, mi hija, mi madre o mi hermana. La hija, la esposa, la hermana o la mamá de otro, (quien lo dude corrobórelo con "Y tu mamá también"), ese ya es otro cantar. Estará en función de los propios "atractivos" y capacidad persuasiva, habilidad seductora, etc. y, en último de los casos, de la "liviandad de aquellas". "En la guerra, el comercio y el amor todo se vale", si y sólo si, no tenga que ver con mi persona, ni con mis intereses, ni con mi familia. Sobre todo si soy una figura de poder.

Tal vez por esto la proliferación tan espantosa de la inseguridad social. Porque no podemos dejar de pensar que mientras haya corrupción, pobreza, injusticia social y tan escandalosas diferencias en la distribución de la riqueza, controles convenencieros para el ejercicio de los negocios y el trabajo, e incongruencias tan surrealistas como que Karl Marx y Van Gogh hayan muerto en la inopia o Freud que, en diferentes momentos de su vida, necesitó que amigos como Breuer lo respaldaran económicamente (Anzieu, 1959/ 1978); y, por otro lado, que Michael Jordan hubiera ganado sesenta y cinco millones de dólares en un solo año, cuando estrenó su película Space Jam (de dominio público), esos problemas parecen, en realidad, irresolubles. Al menos con la ideología que predomina.

En efecto, la paz y la seguridad social también parecen problema irresoluble. ¿De qué se puede esperar que vivan los doce millones de amerígenas que tenemos en el país, si, lo propio, sus tierras en que vivieron incluso sus más lejanos antepasados prehispánicos, se las expropiaron o, hasta la fecha, se las roban con justificaciones del talante de que no pueden tener animales porque sus propiedades han sido absorbidas por la "mancha urbana" u otro tipo de recurso legaloide? Sin contar que se los sigue considerando inferiores. ¿De qué espera el gobierno que vivan los… diez o veinte mil fabricantes de productos piratas?; ¿en qué les va a permitir trabajar, (porque están trabajando, sólo que fuera de la reglamentación legal), donde, además, pudieran tener unos ingresos razonables, ganar un sueldo o salario realístico y decoroso? Porque si no es así, cualquier propuesta es una ofensa a la inteligencia más elemental.

Desde esta perspectiva tenemos que pensar por qué los secuestradores y los asesinos de Chihuahua que parecen estar –se dice que seguramente, en asociación con figuras de poder de acá de México y de allá de Estados Unidos o de Japón– traficando con órganos de mujeres y/ o "vendiendo" filmes de violaciones que culminan en asesinato. También se dice, en efecto a nivel de rumor, que en Japón son un producto para la red y: "Se venden como pan caliente". El pueblo sabe que "Donde hay dinero el diablo enreda la cola". A todos nos espanta, horroriza, enfurece e indignan, esos actos. Pero a ojos de los gringos, el problema parece ser la pobreza. Que a nadie extrañen sus estrategias y políticas, pues ya se conocen. Lo peor es que parecen haber aprendido a ya no decirlas, las ejecutan: "Pobre bueno es pobre muerto". ¡Y lo están haciendo, en África y en todo el "tercer mundo"!

Mientras no se tome consciencia y se trabaje, trascendiendo fronteras, arduamente, en soluciones de fondo y la creación de estructuras acordes con la realidad para que todos puedan acceder a vivir en condiciones humanas y decorosas, no es posible observar una verdadera voluntad de soluciones. Eso significa que el problema de la inseguridad social, seguirá, más bien, creciendo.

El impactante y reprobable ataque a las Torres Gemelas (suponiendo sin conceder que haya sido real), a manos de terrorista, puede pensarse abordando algunos refranes: "El valiente vive mientras el cobarde quiere".

Nuestros tristemente celebres vecinos del norte, cuya valentía está en entredicho: "Ni tardos ni perezosos", desde el desconcierto, el pánico, el lógico dolor y la consecuente –pero en ellos característica- cobardía, asumieron un, por demás, peligroso y destructivo: "No busco quién me las hizo, sino quién me las pague", lo cual, dada su ideología y su condición auto-nominada y auto asumida de "amos del mundo" –auto nombramiento, en efecto, pero: "Aléguenle al ampayer"- parece haber disparado su paranoia. La incapacidad para detenerse y reflexionar acerca de cómo le han hecho para, tan eficientemente agenciarse todo ese odio -mismo que, además ya pasó a las acciones, y en su propia casa- los llevó a exterminar al pueblo Talibán.

Y, ¿quién tiene la certeza de que fueron ellos?, su estrategia, en realidad la estrategia del miedo: "La mejor defensa es el ataque".

Evidentemente, es una estrategia de tipo esquizoparanoide. Y no se puede garantizar que no estuvieran: "Dando palos de ciego"; esa estrategia es también "vieja conocida" desde la época de pre-industrialización de la guerra y por los países guerreros.

Más de acá, y guardando las dimensiones, sería: "El que pega primero, pega dos veces"; que no específica si con razón o sin ella; tal vez complementario, con: "¡Fusílelo y después verigua!", que se le atribuye a Francisco Villa. Sin embargo, éste último parecería mas inclinado en la línea de un deshumanizado, "no pierdan tiempo, ni se arriesguen", y diferente del: "The time is Money", de los norteamericanos, el cual podría servirnos para pensar lo que han dicho muchos, que utilizando como pretexto una estrategia de persecución de terroristas, la "fabricaron" ellos mismos. Porque se les ocurrió tratar de subsanar su economía mal trecha, atacando e invadiendo Irak, justamente para subsanarla vendiéndoles armas "por debajo del agua" y con petróleo ajeno.

O sea, suele suceder que, en efecto, abusando del poder: "No dan paso sin huarache" o "No dan brinco sin huarache", aunque ese tipo de zapato no sea su estilo, porque ese es calzado de "indio". Por lo demás, Villa es la única figura mexicana que no se les "agachó" (en él, tal vez se habrá inspirado el hoy difunto (2005) ex-embajador de México en la ONU, Aguilar Zínser –noviembre del 2003- cuando declaró que los norteamericanos tratan a México "como si fuéramos su patio trasero" y esperando que nos la pasemos "comiendo camote", y es de conocimiento público cómo le fue) Si bien tampoco ellos eran en los tiempos de Villa, lo que son hoy. Los estadounidenses, por su historia y su misma idiosincrasia, parecen negados de poder recurrir a refranes del tipo: "El que nada debe, nada teme", el cual podría estimular que se acercasen a una necesaria actitud reflexiva, más sana y reparativa, previsora.

Pero eso no va con el estereotipo de su personalidad y su "caracteropatía nacionalista". En pocas palabras, ellos, por maquiavélicos y ventajosos, parecen debérselas a todo el mundo. Y con los verdaderos americanos, desde que llegaron a América se empezaron a endeudar. Simplemente porque, según la historia, "pidieron permiso" para asentarse en una pequeña región del Este y terminaron, de una u otra manera, apropiándose de todo el enorme territorio con que cuentan actualmente. Y esto, a partir de que se percataron de que había oro. Invadieron todo el norte de la región. Únicamente respetaron lo que ya se había agenciado Inglaterra directamente para la corona: Canadá. Destruyeron cualquier signo de resistencia, a juzgar por el exterminio que perpetraron de los indios del norte.

Podrá tener cierta validez su justificación para la ocupación, al menos una parte se "la compraron a Santa Anna" y pues, en efecto, desde su perspectiva voraz, tal vez eran "tierras improductivas". Aún así, eso no puede justificar el genocidio. La situación de las comunidades de amerígenas del norte en aquellos tiempos, pareciera que era similar a la que denunciara Marcos (¿estrategia de Carlos salinas?) en enero de 1994.

La "ceguera" y falta de voluntad del gobierno no tiene límites, hace ya diez años y, vergonzosamente, sólo se han puesto "parches" en el sureste mexicano. Todo se conserva empantanado hasta la fecha, incluyendo el supuesto diálogo con Marcos. El norte pre-gringo, como el Chiapas de hoy, eran tierras olvidadas, por donde "Dios no pasó", para bien en el norte mientras no llegaron los gringos, y sus pobladores originales porque no se acercaban los españoles. Para mal en el sur, porque no estaban en las mismas condiciones. El problema en el sur de México es un problema intestino, dada la gran cantidad de extranjeros "propietarios". En el norte, como en el sur, todo tenía dueño, pertenecía a una gran cantidad de tribus y comunidades de amerígenas nativos, que tenían sus respectivas organización, cultura y espiritualidad, mismas que, inclusive hasta hace muy poco, seguía intrigando a buena parte de antropólogos y sociólogos gringos.

Las estructuras de Estado del México en aquellos tiempos, naciente, habrán, en efecto, faltado a ese otro refrán que dice que: "Al ojo del amo engorda el caballo", pero debe haber sido una "rebatinga" con lo que se concentraba hacia la parte más poblada, en materia de minas y haciendas, donde, además, hasta la mano de obra era, en realidad, regalada, pues los españoles se trajeron africanos en calidad de esclavos, por negros, y, hasta bien entrada la revolución, también nuestros amerígenas, por morenos, lo eran. Es decir, españoles y portugueses: "No cantan mal las rancheras", comparados con los gringos de hoy, por lo menos "no las cantaban mal" en ese tiempo.

La única atenuante que podrían tener es que ha sido común, para todos los hombres a lo largo de la historia, regirse según un: "¿A dónde vas Tomás?, a donde hay más", independientemente de que sea real o sólo una fantasía como, según la historia, ocurrió con "El Dorado".

Total que como si fuera una "canija maldición": "De fuera vendrá, quien de tu casa te echará". Y parecería que los contendientes en la guerra de independencia, los criollos y peninsulares contra la monarquía, se llenaban las manos con lo del centro, como para "invertir" en expediciones hacia el norte. De manera similar, los poderosos en la revolución, ni siquiera calcularon que se les podían colar o separar gente como Villa y Zapata, más bien mestizos. El problema de los indios del norte, fue su desunión, la mayoría, guerreros, entre los que, curiosamente había tribus que despreciaban el individualismo como los Hopis, (Schoeck, 1969) Hubieron célebres guerreros, como Jerónimo, que le propinó varias "noches tristes" a Custer y al ejército invasor. Por cierto que en un calendario, en la parte de atrás de una de las hojitas, me encontré una breve historia de "Gerónimo"(:

  • …nació en la actual Arizona, no se sabe a ciencia cierta cuando. Pero murió en 1909. Fue el último gran jefe apache, huyó en 1873 a México al frente de un grupo de Chiricahuas y en las áridas montañas de la Sierra Madre, protagonizó, durante más de diez años, una feroz lucha de resistencia y sin esperanza para su pueblo contra el ejercito estadounidense. Cuando en 1609 unos pocos inmigrantes ingleses fundaron la ciudad de Jamestown, en Virginia, entre ellos y el remoto pacífico se extendía un vasto territorio ocupado por aproximadamente medio millón de indios de distintas tribus.

  • Justo trescientos años después, cuando en 1909 falleció el gran último jefe apache, Gerónimo, el genocidio prácticamente se había consumado. Gerónimo hostigado desde su juventud por los poderosísimos invasores, pasó en los últimos años de su vida a convertirse en un símbolo útil para la flamante conciencia nacional norteamericana.

  • El inclemente punto de vista impuesto por Hollywood se encargó de desposeerlo de los últimos vestigios de su dignidad y así pasó a engrosar la epopeya de los pioneros, tanto más gloriosa cuanto más temibles, salvajes y valientes habían sido los enemigos a los que habían tenido que enfrentarse. Gerónimo alcanzó una indeseable popularidad universal y alimentó una de las más engañosas mitologías del siglo XX.

Lo que es la psicopatía gringa: "Para muestra basta un botón", desde entonces, cambiaban armas por oro, a los indios para que pelearan contra los mismos soldados gringos. Y los corrompían con Wisky.

Como los gringos proveen de "Mucha tela de donde cortar", veamos otro refrán que parece haber surgido por ahí de los 60s ó 70s, y que dice que: "Cuando a los gringos les da tos, a nosotros nos da pulmonía", quizás con la influencia de: "Cuando se enojan, hasta el niño Dios hace pucheros", tal vez más claro decir que cuando se asustan. Y es que cómo no, si nos endosan los gastos de sus desgracias. Los gobiernos mexicanos hasta la fecha, se conducen como estados asociados a la política y la economía de ellos. Porque ¿quién no se enteró de la petición de Fox a Fidel Castro: "desayunas y te vas" y del ridículo en que quedó? Siendo los gringos los "amos" del poder, el dinero y las armas, hoy día nos queda el consuelo, si es que se le puede decir así, de que: "Mal de todos consuelo de tontos", pues no somos los únicos alineados y alienados.

El mismo problema del "narco", (no olvidemos que teníamos que ser periódicamente "certificados", "jalada gringa" que cambió cuando se supo lo del "rápido y furioso") no ha de tener un origen muy diferente que aquel que le dio la base de su poder económico a la Vidriera Monterrey y a los fabricantes de tequila, cuando la 2ª guerra mundial. La táctica era embrutecer con tequila a los soldados gringos, para que –lo cual no parece nada fácil- perdieran el miedo.

Se dice que los Gómez Cepeda (curiosame3nte fundadores del PAN): "De ahí, se fueron al cielo con todo y zapatos". Pero en las guerras de Corea y Vietnam, no fue con tequila, seguramente las crudas cobraban sus dividendos, fue con marihuana, opio, heroína y alguna otra cosa. Fueron los gringos quienes pusieron a sembrar, por la demanda y la paga en dólares, a todo Latinoamérica, al menos cuando la guerra de Vietnam, porque descubrieron que con la droga pues también "hacían valientes" a sus soldados.

Pero lo más terrible, es que una estrategia de este tipo -muy en la línea de "Los fines justifican los medios"- significó ofrecer a sus propios hijos en holocausto y, no obstante, no pudieron derrotar a los vietnamitas.

Gila, el humorista español, aquel que hacía sus chistes hablando por teléfono, ironizó sobre la inteligencia de los estadounidenses (confrontar Con Forrest Gump) cuando inventó el chiste basado en el hecho de que todos los orientales a ojos de occidente parecen idénticos, y decía que los gringos habían perdido la guerra porque todos los días en la mañana salían y mataban al mismo.

Y el sistema de poder gringo, como les ha ocurrido ya varias veces: "En el pecado llevó la penitencia", por mucho que no tengan "consciencia" de ello, o intenten defenderse basados en la proyección, porque ahora, no pueden controlar el consumo de droga de sus adolescentes. ¿Qué podemos esperar los demás, "humildes mortales", si "en el pecado lleva la penitencia" cualquier neurótico "normal" promedio, al tener que pagar con síntomas sus fantasmáticas intenciones de realización de deseos?

La situación actual de los Estados Unidos, se prestó para la aplicación de varios refranes, porque son los máximos representantes del momento, en materia de ideología individualista, la cual exportan y porque acusar a Hussein de fabricar armas biológicas que nunca encontraron, nos recuerda ese otro refrán que dice que: "El león cree que todos son de su condición", mismo que denuncia una suerte de combinación entre proyección y racionalización, al servicio tanto de deshacerse de lo malo propio, como de justificarse del abuso que se comete, al ver eso malo propio proyectado en el otro y darse a la tarea de destruirlo. Que conveniente ¿no?

Lo justo es que se vea también a los estadounidenses desde otras perspectivas. Pero pues "Ya picados de gachupín", no sin antes agregar, por la indignación a nivel mundial que provocó tal y tan reciente abuso, que: "Siembra vientos y cosecharás tormentas", esta simbolización permite vislumbrar la corresponsabilidad en los desenlaces a futuro de la historia. Porque nadie hicimos nada. A manera de chiste y tanto por la intensidad como por la magnitud de los hechos perpetrados y la dimensión de ciertos fenómenos propios de la región del norte de América, cabe decir "siembra vientos y cosecharás tornados".

"En el pecado llevó la penitencia", también se le puede aplicar a Osama Bin Laden, si es que, en efecto, él fue el del ataque a las Torres, porque exterminaron a los Talibanes que ni siquiera eran su pueblo, recordemos que él es Saudita. En ese sentido: "Se le hizo chico el mar pá aventarse un buche", o no echó de ver las consecuencias de su decisión.

Este refrán también, con frecuencia, refleja la imprudencia del adolescente tan hipersensible e intolerante ante el aburrimiento o su fracaso al intentar producir, libidinalmente, experiencias satisfactorias en el contexto de la cotidianidad; lo cual lo coloca ante la necesidad de buscar y generar el placer de la emoción, por vía del incremento en la concentración de adrenalina en la sangre, que resulta muy riesgoso pues es una especie de antídoto tanático. Su peligro radica en el hecho de que la adrenalina, como cualquier droga, causa adicción. Luego el organismo la demanda. La ideología del sistema en el poder la absorbe (el nuevo circo romano), y entonces, nacieron los deportes extremos, los cuales por su grado de peligrosidad, representan una especie de seudo-sublimación o "producto" al servicio de la enajenación.

Respecto al refrán anterior, "siembra vientos y cosecharás tormentas", también significa que todo tiene una lógica. Decía el fundador del PUP con todo aquel aire de humorismo refinado y culto, que "las grandes pendejadas" eran de la "gente grande", porque de los que no eran "gente grande", no se podían esperar más que "pendejaditas".

A nivel del sistema familiar ese refrán guarda cierta relación con otro: "Cría cuervos y te sacarán los ojos" pues tiene mucho que ver con el individualismo. Un individualista asume de manera natural aquello de "los fines justifican los medios". Y de este refrán se derivó un chiste: "Cría cuervos y tendrás muchos". Si se educa a los hijos de manera que lleguen a sentir y pensar que todo lo pueden, todo se lo merecen y todo se les permite, serán unos perfectos individualistas, pero al mismo tiempo, tendrán mucho como para ser psicópatas o terroristas: de la casa, del barrio, o de donde puedan desplegar sus talentos. Se dice que tanto a Osama Bin Laden como a Sadam Hussein, los protegieron, formaron y entrenaron los mismos gringos. O sea, en tal caso, son sus propios hijitos "cuervos", como los sindicalistas lo son del PRI.

Un refrán a propósito de esos personajes, si es que las cosas fueron así: "Dijo el sabio Salomón en la página primera, sólo Adán no fue cabrón porque no hubo quien lo hiciera". Adán gozó que no hubo quien lo hiciera empezando por su infancia, porque no tuvo. Y luego, porque no había otros hombres que hubieran querido someterlo o manipularlo. Aunque como en lo personal a mi no me consta nada de lo que los gringos les achacan a esos dos personajes –figúrense que cuando "La tormenta del desierto" o "La guerra de las galaxias", como se dice que la llegó a llamar el presidente actor, se decía que Hussein era "El anticristo"- yo no asevero nada, sólo lo relaciono con los refranes y lo que de "verdad", siempre tienen. Después de todo: "De los perros se ve, de los gatos se oye, de la gente se dice".

Pero además de los gringos, pensemos en la alianza que hicieron con Inglaterra y España. Los líderes de esos países han de tener ambiciones importantes en relación con esa alianza, de seguro petróleo, porque ambos tienen problemas de inestabilidad interna, y justamente en la línea del terrorismo. Quizás atenuados en Inglaterra pero no erradicados, y en España, la verdad es que nunca han podido resolver su conflicto con los vascos como para que no se percaten que están importando un enemigo terrorista más.

Entonces no sólo no pensaron que: "Cuando veas a tu vecino rasurar pon tu barba a remojar", a propósito del 11 de septiembre, sino que "Se fueron a meter al ajo". Tampoco captarán que están "sembrando vientos…" y que, de alguna manera, "Se les hizo chico el mar pa´aventarse un buche".

Refranes sobre la mujer y consecuencias de vivir en condiciones de predomino masculino

Dicen unos versos de una conocida canción de Joan Manuel Serrat:

"No llores porque no me voy a quedar

Me diste todo lo que tú sabes dar.

La sombra que en la tarde da una pared.

Y el vino que me ayuda a apagar mi sed.

¿Qué más puede ofrecer una mujer? "

Joan Manuel Serrat.

La mujer, con varias ventajas sobre el hombre, tiene mucha tarea atrasada: instrumentar el drenaje de una gran cantidad de resentimientos acumulados y construir la oportunidad de poder devolver al sistema patriarcal, (ojalá que de manera productiva y no revanchista como parece haberle ocurrido al hombre al salir del "matriarcado"), sometimiento, afrentas y humillaciones milenarias sufridas. La verdad es que la humanidad no puede darse el lujo de una "guerra ínter-sexual" mientras los poderosos terminan de destruir el planeta.

Más nos vale, porque la hegemonía del "divide y reinaras", encuentra su complemento perfecto con el: "A río revuelto ganancia de pescadores". Esa es la labor de la ideología. Incluso, ampliando algo que ya habíamos mencionado, hoy se dice mucho alrededor de que el ataque a las Torres fue una estrategia de los mismos gringos para legitimar a Bush en el poder y para reactivar su economía "fabricando" las condiciones que les permitieran retomar y explotar su trayectoria y experiencia guerrera. Después de todo no sería la primera vez (piénsese en lo que se dice respecto de que sabían del ataque japonés a Pearl Harbor) y que, además, son los más grandes fabricantes de armas y, tecnológicamente, los más calificados del mundo.

Pero, regreso mejor a los refranes de mujeres. Parafraseando a Engels, (1884), desde la aparición de la propiedad privada, justamente en relación con la "posesión exclusiva" de la mujer, a ellas les ha tocado: "Bailar con la más fea" o "con el más feo" porque en relación con los hombres: "Debajo de la manta, ni la hermosa asombra, ni la fea espanta", y es que pasó a ser un objeto, una posesión. Fue cosificada y mercantilizada. En el mejor de los casos, para los gringos y algunos pueblos europeos, fue convertida en un "objeto de lujo".

Hasta la fecha, muchas mujeres parecen asumirlo más o menos inconscientemente. A muchas de ellas se les ha tornado muy importante embellecerse por vía cosmética y de múltiples cirugías, para conseguir mejores condiciones de vida.

Si es que fue cierta la época del matriarcado, pareciera que, en efecto, el patriarcado, tiene matices como de revancha. "Bailar con la más fea" significa que al sujeto en cuestión le tocan las desventajas dentro de una dinámica manipulada e ilógica que presupondría que, incluso por azar, por cada mala se podría esperar que la siguiente fuera buena, es decir, 50-50. En ese sentido nos recuerda algo escrito antes; "cuando nos ha tocado bailar con la más fea" es, por lo menos en parte, equiparable a: "No sentir lo duro sino lo tupido", mientras dure el baile. Un refrán como éste, se le habrá inventado a un boxeador, después de una hondonada de golpes preliminares a caer o a que le detuvieran la pelea. Pero también se aplica a las lluvias, por ciclones, en las tierras altas. Una esperanza en el caso del boxeador que, después se pudiera decir que: "Lo salvó la campana". Pero entonces, la mujer se ha tenido que ajustar a la dinámica y ejercicio del machismo, no sin haber gozado de algunas ventajas, como ocurre con los síntomas, al principio permiten una adaptación que sólo con el tiempo cobra sus dividendos. Pero seguimos hablando de la mujer y sus contradicciones, porque igual llegó a ya "no haber sentido lo duro sino lo tupido" y, acaso, no siempre la "salvó la campana". Si ¿no?, quién creen que se habrá inventado aquel refrán de: "Dios y hombre", pues una de dos, si no fueron los curas, fueron mujeres dependientes.

Pero, pues no debemos olvidar que "Los caminos del Señor son misteriosos". Y una herencia para aquellos que se la creyeron a pie juntillas, fue escribir la historia de la alta incidencia de infartos en los hombres comparado con una mínima que padecían, hasta hace poco, las mujeres. Porque con el gran desempleo existente hoy día, se han incrementado los suicidios de hombres, han disminuido los de mujeres y éstas están emparejando las estadísticas en materia de proclividad al infarto (Testimonio verbal de la Maestra Zoila Rodríguez, UIC. México. 2004)

Su contrapartida fue: "Mujer y demonio", pero esa sí sabemos que está en la Biblia, aludiendo a la exigencia y dificultad del celibato. Imagínense, ahora resulta que si al curita o religioso: "Se le calienta la hormona", es culpa de una mujer que trae al demonio adentro, o del demonio que se mete en una mujer para "tentar" al pobrecito indefenso.

Un consejo para quienes deben respetar el celibato, les dice el pueblo: "Salud y el credo, atrás un dedo, por si se les sale un… suspiro". Pero "mujer y demonio" equipara a ambos, o sea que ¿son uno y lo mismo?, esto permite deducir que es una flagrante proyección racionalizada. La mujer viene tratando de no, simplemente, renunciar de forma pasiva, a cualquier posibilidad de cambio, en aras de un respeto y tratamiento igualitario. En efecto, ha pagado elevados precios. El hecho de que cada vez sean más las mujeres que optan por renunciar a la maternidad o decidan no casarse, es ejemplo de ello. Y es que la maternidad ha de ser algo duro de no asumir, pero esclaviza y ancla, al menos en la fantasía, con un hombre.

Y, nuevamente las diferencias, habrán sido motivo de muchos corajes y envidias por la libertad y el libertinaje del hombre de la cultura del machismo: "Envidia del pene" y algo más. Pero, que contradicción porque también la mujer ha jugado su papel activo en ese asunto. En cualquier momento de la niñez del hijo que hubiera podido significarle feminidad o amaneramiento, pues de inmediato era motivo de angustia y, automáticamente, era inducir y reforzar cualquier actitud o conducta hacia el otro extremo. Y aunque así ha sido, no tenemos nada que hacer al respecto si nos comparamos, por ejemplo con los japoneses o con los musulmanes. Quizá por eso la condición de la mujer allá es todavía más tremenda.

El refrán: "La mujer es fuego, el hombre estopa, llega el diablo y sopla", quizás variante de "El hombre es fuego, la mujer estopa, llega el diablo y sopla", a saber, nos coloca a hombres y mujeres en una situación de condescendencia: "Curándonos en salud", por mucho que, y aunque: "De nada sirve curarse en salud", pues al menos brinda la oportunidad de justificarnos hasta cierto punto, dado el poder del instinto o de la pulsión sexual; y digo hasta cierto punto, porque, en efecto, desde la fuerza natural del instinto, la cual, de no ser así, podría poner en peligro la supervivencia de la especie, más un temperamento fuerte, que además, es herencia, pues sí, se puede aceptar.

Pero ni estamos en peligro de extinción por decaimiento sexual, por lo menos en América, sino más bien desfasados en materia demográfica y contaminando por lo mismo; por lo tanto, no podemos dejar de pensar que el refrán se lo hubiera inventado alguien: "De temperamento ardiente" o de precariedad moral, ya sea rigidez o indulgencia. Porque ¿en dónde se deja la ternura?, podría disculparse en el adolescente e inmaduro, pero no se justifica en general. Un poco en broma pero no de mentiras, "la mujer es fuego…" pero como soplete y "el hombre estopa…" pero como bañado en gasolina, las veces del diablo las tendría que jugar el consumo de drogas o el trastorno fronterizo, por lo demás, valiéndose del "lenguaje del cuerpo" e irradiaciones de feromonas, porque o es locura o ignorancia y primitivismo casi animal, el abandonarse al instinto. Nietzsche, se volvería a morir.

Pero si en materia de poder y de ambición los "poderosos" y "desarrollados" reflejan andar tan mal, que les permite ir tan bien que: "Van en caballito de hacienda", apropiándose de lo ajeno, destruyendo la ecología y "usando" a la gente como peones de ajedrez y de los otros, a lo mejor podríamos darnos el chance de: "Pegarle duro al peligro", por aquello de correr riesgos sin las debidas precauciones conceptivas, o lo que es igual que decir: "Ponerle Jorge al niño" sin ton ni son y con singular alegría. Pero sería "hacerle el juego" al instinto de muerte, por aquello de las prácticas de alto riesgo.

Pasando a otra cosa pero dentro de la misma línea, todos hemos escuchado y contado chistes de gallegos. Y como dice el refrán: "Cuando el río suena, agua lleva" que, dicho sea de paso, vale para todo lo que se dice de los gringos; pareciera que los gallegos no se han preocupado mucho por cultivarse culturalmente. Pero ¡ah! cómo son buenos para ganar billetes. Una amiga de origen gallego, profesionista, me decía que no le ofenden para nada los chistes de gallegos, que sobresalen, efectivamente, la mayoría porque privilegian trabajar, hacer negocios y generar dinero, sobre el estudiar y prepararse académicamente. Que tienden a ser muy cerrados pues procuran no casarse más que entre gallegos y que, aquí en México, son los dueños de la mayoría de los hoteles de paso que hay, entre otros tipos de negocios. Ahora ya sabemos que, acaso, los gallegos son los culpables en el hecho de que "la mujer sea fuego y el hombre estopa", o sea, ellos han de ser el diablo que "sopla" llenándonos la Calzada de Tlalpan con hoteles de paso, ya hasta llevan un buen tramo de la carretera federal a Cuernavaca. Pero, bueno, después de esta broma de gallegos, "cuando el río suena agua lleva" significa, que hay cosas que resulta muy difícil ocultarlas y que la gente captamos mucho más de manera intuitiva que lo que de manera consciente podemos referir. Porque hay conocimientos, como el de los refranes que, en mucho, se nutren justamente de información intuitivo-inconsciente.

"A la mujer ni todo el amor ni todo el dinero". Desde su inseguridad, el hombre, y dada la actitud femenina de dependencia, pretende ejercer un control sobre la mujer, colocándola en la condición de "algo" de su propiedad, para lo cual debe resquebrajarles el narcisismo, normalmente, mayor en ellas. Pero, de alguna manera, pareciera que se pretende mantenerla "motivada", como en cierto estado de deprivación, tal como los psicólogos experimentalistas hacen con sus sujetos experimentales, para potenciar su respuesta y proveer de las condiciones para el "moldeamiento" de ciertas conductas "deseables". En ese sentido, el refrán denuncia que aquel que no puede "controlar" a su mujer, no sabe la estrategia y por ello, la probabilidad de pasar a ser un "mandilón" es mayor. Asimismo, vale para reflexionar sobre la tendencia del varón a la autoexaltación narcisista, pero proyectada en la mujer.

Se acostumbra decir que cuando alguien se casa ya tiene "seguro" al otro y entonces: "Enseña el cobre" porque mientras novios, todos procuramos presentar, "nuestra mejor cara" ocultando desplantes y defectos de carácter como vicios o ciertas costumbres que descubrimos como incompatibles con las de la pareja en cuestión. De ahí que también el pueblo descubrió que: "Si quieres conocer a Inés, vive con ella un mes". En el análisis, la forma por excelencia para analizar el carácter, es la psicoterapia analítica de grupo, porque es desde la forma de reaccionar y el modo de relacionarnos, como se pueden resaltar los rasgos del carácter y analizar lo que provocan en el (los) otro(s) El analista debe señalar esas sutilezas; puede y debe hacerlo en el análisis individual, pero, asimismo, deberá ser capaz de no temer la transferencia negativa y desarrollar habilidad para interpretarla sistemáticamente y así evitar una de las formas que provoca el surgimiento de la "reacción terapéutica negativa". La convivencia en la cotidianidad es la mejor forma de conocer al otro a profundidad. En ese sentido, el pueblo tampoco se equivoca cuando ha dado un espacio considerable a la posibilidad de las "uniones libres" previas al matrimonio, o como una forma permanente de relación. Por lo demás, pareciera que fue un hombre que se quería "curar en salud" o una suegra quienes inventaron el refrán, porque, aunque hay unos peores, Inés es un nombre preferentemente femenino, sin embargo, hay quienes se han aventado la puntada de llamar a un hijo José Inés.

"Las mujeres son el diablo, parientes del alacrán, cuando ven al hombre pobre paran el rabo y se van". En grupos de adolescentes, frecuentemente los muchachos se quejan de que "todas las mujeres son unas interesadas" y racionalizan diciendo que si no tienes auto o que si no vistes ropa de marca, no "te pelan".

Hay otro refrán que puede complementar lo que se pretende decir aquí: "Cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana". Es decir, muere, se suicida o huye. La primera vez que escuché este refrán, justamente me lo dijo un amigo que habiendo tenido que cerrar su negocio, se quejaba del cambio de humor y de actitud de su esposa. Y, a fuerza de estar él mismo "metido" en la situación, no se percataba de su propia alteración. Era evidente que estaba entre deprimido, enojado y desesperado. Por lo mismo, intolerante y reactivo. Pero, ¿qué se debería esperar de la mujer?, ¿que no tomara ninguna providencia en aras de su seguridad, bienestar y tranquilidad?

Hubo tiempos en que las parejas se casaban: "A la buena de Dios" y empezaban "de las nada" o a partir de lo que los padres les daban. La desaparición del modelo de la familia extensa, en el cual, incluso, el recién casado trabajaba con el padre, el abuelo o algún familiar y la esposa se agenciaba a la familia y a las actividades de la casa de sus suegros, ya no es más una alternativa. Principalmente para bien. Porque por eso era que muchos niños menores de veinte años se casaban. Ahora si que aventándose: "Como el borras", y confiando en la buena suerte o simplemente sin pensar. Y luego, sin ninguna guía ni consejo, incursionaban en la paternidad, con los asegunes conocidos por todos. La decisión de casarse "a la buena de Dios" o: "A la viva México", ocurría en tiempos en que primaba el abrigo de la ignorancia, principalmente en la mujer, y a partir del modelo rural de familia extensa de hace más de medio siglo. "A la viva México", alude a la forma como inició la guerra de independencia. La "conspiración" había sido descubierta y todo se tuvo que acelerar. Justamente fue Hidalgo el que arengó con el "grito de independencia".

Quizás desde los buenos deseos de los mayores, se inventó este otro refrán: "Todos los niños vienen con su torta bajo el brazo", tal vez porque, sin darse apenas cuenta, algunos padres, en el mejor de los casos, asumían en automático la responsabilidad que se camuflajeaba con la emoción y el contento de ver a un descendiente. De cualquier manera, tener un hijo marca el momento para cambiar de actitud frente a la vida. Hay quien lo puede hacer y hay quienes no. Pero lo sano sería que el cambio de actitud del padre fuera lo que garantizara que el niño "viniera" con su torta bajo el brazo. La realidad y muchas madres abandonadas o engañadas, hicieron madurar a la mujer. Después, la economía, impredecible por cierto, que la empezó a demandar en ámbitos industriales y comerciales, así como el deseo de superación y las posibilidades de estudiar a nivel, primero técnico y luego universitario, la ha llevado a mejor decidir escoger que ser escogida, y a planear qué quiere hacer con su vida. De tal manera que hoy día muchas mujeres deciden no casarse, tener un hijo sin casarse o, incluso, no tener hijos. Muchas de ellas son empresarias e industriales, cabeza de familia; otras son directoras de área o gerentes y por ello, también cada vez son más las familias que viven con "roles invertidos".

A mis pacientes adolescentes cuando se expresan como se observara antes: "todas las mujeres son unas interesadas" suelo decirles irónicamente, -pues si, ya no se dejan utilizar y se ocupan de prever su futuro, su seguridad y optan por su conveniencia, ahora ellas escogen. ¿Qué ingratas verdad? Y ellos entienden la ironía. Si estuviéramos como los gringos que pueden alcanzar un ingreso decoroso, incluso en la condición de contratados, las mujeres seguirían, tal vez, sintiendo que se les hace un favor al quererlas. Si no hubiera sido ella quien empezara a ver por sí misma, quizás estaría igual que hace cincuenta o cien años. Por eso, se habrá inventado aquello de que: "El que quiera azul celeste, que le cueste" y quizás hoy, más que nunca, es claro que todo tiene un costo. Nada es gratis. Del impuesto por las puertas de Santa Anna (1794-1876) al impuesto por enfermar que quiso cobrar Fox y que en cada sexenio se vuelve a mencionar -porque cobrar impuesto por las medicinas significa eso en esencia, aún cuando no sería sano olvidarse del "comercio con el dolor humano" de muchos médicos y laboratorios farmacéuticos- en realidad, hay poco de diferencia. Pero, por ejemplo los impuestos de tenencia, el "ietu" y el impuesto sobre nóminas es otra "santa annada" que se inventaron los del PRI. Sin embargo, se puede entender que con la política de "salario mínimo" existente y entre más seamos y más destruyamos la naturaleza, haya, asimismo, más demanda, escasez y, por ende, carestía. También se puede pensar que no ha de ser fácil la decisión para los políticos de, simplemente bajarse los sueldos, reducir sus excedentes de personal, correr a una gran cantidad de burócratas que sólo sirven para armar "embotellamientos" en las oficinas de gobierno (como los de tránsito en el periférico en horas pico o por los "segundos pisos" y las autopistas urbanas), y que son herencia: "hijos" del paternalismo y estrategias mediatizadoras priístas, sobre todo por el papel que juegan sus propios "hijos cuervos": los líderes sindicales a quienes los mismos políticos llegan a temer. Quizás más los políticos nuevos, los no priístas, porque todo mundo recuerda como le fue a La Quina con Salinas de Gortari.

Y es que con los políticos de hoy, como con los puerqueros: "En el negocio de los puercos todo es dinero y en el negocio del dinero todos son puercos". Eso justifica aquello de: "En la política se ganan amigos de mentiras y enemigos de adeveras". Pero, "Para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo". Carlos Salinas de Gortari fue el último de los presidentes (hasta ahora) de la antigua camada. De aquellos que mandaban matar periodistas, opositores y estudiantes y "corregían" sus errores con sangre. De los mismos que, como Echeverría, se adueñaron de territorios enteros.

En fin. Pero, ¿por qué habría de conformarse eternamente la mujer con un trato desventajoso, injusto e impar? Y por otro lado, ¿cómo encontrar el justo medio entre el trabajar para pagar y darse lo que uno quiere y necesita, sin caer víctima de la corrupción, la superficialidad y/ o la enajenación, dado el bombardeo sistemático de publicidad y mercadotecnia a través de todos los medios de comunicación masiva? Más o menos se entiende que "azul celeste" quiere significar un lujo. Y no es tan simple como que el que se lo quiera dar, que lo pague. Porque si es un político, lo va a pagar con dinero del pueblo. Si es un empresario, va tener que escamotearlo de los impuestos o "apretar" más la nómina o bajar la calidad de sus materiales, y si es un (¿habrá una frontera bien definida entre ellos?) delincuente de cuello blanco tendrá que incrementar sus ilícitos, etc.

Si "azul celeste" se refiere a una mujer hermosa, narcisista, ambiciosa y caprichosa: "Sálvese el que pueda" porque, además, se pierde la cordura. Pero no es cosa de la mujer, porque como bien aconseja la moraleja de la ranita que quería emigrar a la ciudad: "Nunca hay que perder la cabeza por unas nalguitas"; el hombre, para que así ocurra tiene que: "Ser tierra fértil", lo cual es frecuente durante la adolescencia o en la crisis de madurez pues, como se dijo antes son los períodos de la vida en los que, por re-exacerbación del impulso sexual y la angustia existencial, el hombre suele "Ponerse de pancita".

Los sabios del pueblo sugieren: "A la mujer y al aguardiente, de repente". O como en la variante: "A la mujer y al viento, pocas veces y con tiento". Obvio, se refieren a un tipo de acercamiento con intención de: "Echarse una cana al aire" porque cuando las cosas no son claras en ese sentido, en realidad se engaña, y provoca en la mujer resentimiento e indignación plenamente justificados. Por eso será que: "A la mujer, como a los charcos, derecho y de frente". Es decir sin mentir, sin dobleces, sin querer: "Pasarse de listo", porque como decía mi papá "Sale uno a buscar pendejo y lo encuentran a uno".

Otro refrán dice: "A la mujer, por lo que valga y no nada más por la nalga". Este es un bonito refrán que denuncia la "cosificación" de la mujer, por un lado, y la escisión por el otro; pues quiere decir que hay dos tipos de mujeres: "buenas" y "malas", buenas y feas, valiosas y desvaloradas u honestas y prostitutas. Pero denuncia también la debilidad masculina ante la fuerza del impulso y la encomienda instintivo-biológica, de naturaleza animal, "embarazadora", del hombre, misma que, en su momento, estuvo probablemente al servicio de la supervivencia de la especie. Para ello, la percepción visual, como en la mayoría de los animales que no se rigen directamente por el olfato, juega el papel central en la atracción para la activación del impulso sexual. De hecho, hay una serie de expresiones: "está embarazable", "está ensabanable", "está muy correcta", "está muy potable", etc., que aluden a lo mismo: la vista comandando a los demás sentidos. Y aquí detectamos otra dificultad: ¿cómo encontrar el justo medio entre la necesidad al servicio de la civilización, de aspirar a la fidelidad –y como observara Freud en "La moral sexual <<cultural>> y la nerviosidad moderna" (1908d)- sin enfermar emocionalmente, por la represión, y/ o la amargura?

Para la mujer la fidelidad es algo menos complicado porque su encomienda, la maternidad y el maternaje, le ocupan años. Pero también porque la ideología de la cultura en el poder, la a moldeado desde, casi siempre para reprimirse. Aún así, la mujer contemporánea se permite una libertad sexual mucho mayor que hace un par de décadas, y claro, para el pueblo, con el riesgo de que después se diga que: "Les pasó lo que al tamal de la tía Chencha que se lo acabaron a probadas". Pero el verdadero peligro es otro, porque es bien probable que muchas de las enfermedades de origen sexual, encubran sentimientos de culpa inconscientes y sean, por tanto, inducidas o hasta "buscadas" por necesidad inconsciente de "purga".

Otro refrán de mujeres dice: "Beatas de las que el diablo arrebata". Denuncia a las mujeres que, de repente, no salen de, o no fallan a, la iglesia. Pero luego, así como algunas pueden ser muy "modernas" y locuaces en ciertos lados, otras podrán ser, por lo general, coléricas, hostiles, altivas o despreciativas.

En términos de agresividad, hay un refrán que dice: "A la mujer brava, darle cuerda larga" que se parece, por cierto, al refrán, ya visto, "Dale cuerda, solito se manea". Es decir, "A la mujer brava…" déjala que solita se amuele. ¿De dónde tal seguridad? Probablemente denuncia el hecho de que la mujer, siendo principalmente más emocional que el hombre, se pierde con mayor facilidad tanto por el enojo, como por el enamoramiento. Antes veíamos que el hombre se pierde más fácilmente que la mujer por el impulso sexual. Una amiga analista, de origen judío, me comentaba en alguna ocasión que la mujer se enamoraba a partir de la experiencia sexual, mientras que el hombre se podía mantener "enamorado" en tanto que no conseguía que la mujer cediese al coito. Me parece que, quizás en ocasiones puede ser así. Sigue teniendo mucho de enigmático el por qué se enamora la gente.

Dice un chiste "El enamoramiento embrutece, tanto, que hasta la gente se casa". Y luego: "A la mujer casada, el marido le basta". ¿Y quién dice? No pasa por el hecho de ser casada o no, también cuenta que el marido cumpla con su deber y que, entre ambos, haya por lo menos "voluntad". Por lo demás, será el deseo del que inventó el refrán.

La contrapartida: "La mujer, como la escopeta, cargadas y atrás de la puerta". Es decir, controladas y a la mano. ¿Qué tanto se puede permitir la mujer estando embarazada?, por lo tanto se la tiene segura. Y la escopeta, si de repente la requiere alguien y no la encuentra y si a las mil que la halla resulta que no está cargada y los cartuchos perdidos, pues valiente arma. Este es un refrán también del México predominantemente rural, de los tiempos en que la mujer no contaba más que para robársela y embarazarla, pues luego ni sus papás la querían. Recuérdese el corrido de la Martina. Cuando "le pinta el cuerno" al marido -siendo una niña de 15 años, que extraño, o el marido "era puñal", nunca estaba o le fallaba el arma- éste la lleva con sus suegros a devolverla y resulta que el suegro le dice que no, que la iglesia se la entregó y que él no se la recibe. O el suegro le sabía algo a su hija y ni así, o "que poca". Ahora si que la mataron por culpa de él. Algo de eso ha de ocurrir con las muertas de Juárez.

Otro refrán dice que: "A la mujer, el diablo le dio el saber". Bueno, de entrada se está reconociendo que la mujer sabe. O sea que el que inventó este refrán a lo mejor venía "pagando con monedas de inteligencia", pues no se había percatado de que las mujeres no nada más piensan, sino que pueden ser tremendamente agudas, pues además de la inteligencia intelectual, cuentan con la intuitiva en un nivel muy superior al del hombre.

Sin embargo, también pudiera estar denunciando el hecho de que con el paso del tiempo, el ímpetu del varón cede y el de la mujer crece; el hombre, porque tiende a deprimirse al envejecer y la mujer porque se torna colérica. El varón, sobre todo el de clase media y de ciudad, porque cifra su valía en su potencia sexual y laboral. La mujer, porque pondera qué tanto pudo haber valido la pena su proyecto de vida, la tolerancia y sus esfuerzos ante un marido que ya dio lo que podía y a lo mejor se esperaba más de él. Pero esta evaluación ocurre cuando la vida ya se le está acabando. (Corrobórese con el trabajo "Problemas vitales del hombre adulto" en Psicoterapia de niños y adolescentes de Annemarie Dührssen, 1960-1966) Mi papá decía: "En el momento que empiezas a entender la vida, ya te vas".

"A la mujer y al ladrón, quitarles la ocasión" y otra vez, el que lo creó se vale de la proyección porque ahora resulta que la mujer sólo anda buscando la ocasión, ¿pues qué pasó con aquello de que la mujer reprime más? Sin embargo, queda claro que el que debe hacer el esfuerzo por no andar: "Buscándole ruido al chicharrón" es más bien el hombre, en aras de la civilización. O como se observa en la siguiente variante, es él, el que debe de ocuparse de no andar: "Buscándole tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro".

En el intento por "querer curarse en salud", seguramente que también un hombre inventó ese otro refrán que dice: "A la mula y a la mujer, a palos se ha de vencer"; y esta idea está tan al orden del día que es bien probable que muchos de los que todavía acostumbran a golpear a sus mujeres, estén plenamente convencidos de que así debe de ser. Y basta con que estemos al pendiente de las noticias o de los programas incluso importados de televisión, para que nos demos cuenta de que no es privativo de ninguna "cultura" ni de ningún nivel social.

"La mujer buena no tiene ojos ni orejas" o sea que debe tolerarlo todo, ¿si no? no es buena. Muy coherente con: "La mujer que te quiere no dirá lo que en ti viere". En efecto, cuando amamos a alguien, sus "defectos", en el mejor de los casos, nos parecen "pecatta minuta". De eso a ser tonto, en tanto que hay de defectos a defectos, pues hay mucha diferencia.

Desde el resentimiento y la inseguridad paranoide, para muchos hombres: "La mujer es honrada hasta las dos de la tarde" como si por la necesidad de comer tuviera que perder la honra.

Este tipo de hombres débiles aconsejan: "La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa" o sea, no sólo atemorizada. El concepto de mujer que un varón tiene, se remonta a la imagen que internalizó de su propia madre y como: "De todo hay en esta viña del señor", la locura misma habrá tenido que ver con la calidad de relación temprana vivida. Pero esto nos estaría hablando de la enfermedad emocional de hombres y mujeres y no de particularidades de la mujer. Probablemente, un estudio más profundo de refranes sobre la mujer podría darnos luz para entender mucho de lo que actualmente pasa en materia de violencia intrafamiliar y violencia hacia la mujer en particular.

"La mujer, en sus quehaceres, para eso son las mujeres". Es decir, en casa y en las labores del hogar. Dadas las, ya viejas, condiciones económicas difíciles, sólo a regañadientes y con desconfianza, todavía cuesta trabajo a muchos hombres "tolerar" que sus esposas trabajen. ¿Será un resabio de la paranoia que indujeron los abusos sexuales de algunos hacendados de las épocas pre-revolucionarias? ¿O una herida narcisista heredada del mestizaje amerígena-español?

Quizás la mejor manera de pensarlo es otra vez desde el Psicoanálisis kleiniano, a partir del pasaje "normal" por la posición esquizoparanoide y las dificultades, también "normales", que conlleva esa etapa. Específicamente, por el hecho de que la relación temprana bebé-madre, los involucra a ambos.

Es decir, esa primera relación es, invariablemente, entre el bebé y una mujer y en circunstancias, muchas veces, condicionadas. Unas fortuitas y otras determinadas por la patología, del hombre, de ella, de ambos, de la familia y/ o de la sociedad.

Algunos refranes sobre el hombre

"Hombre que no da y cuchillito que no corta, si se pierden no importa". Se espera que el rol del hombre sea el de proveedor, de modo que si no lo cumple no le significa ningún atractivo a la mujer. En alguna ocasión un amigo le decía a otro: Oye que bien está tu secretaria ¿ya le brincaste? Y el otro le respondió –No cómo crees, luego no me la podría quitar de encima. A lo que el primero respondió: ¿A poco se te hace difícil deshacerte de una chava?, con que no le des de comer, solitas se regresan a su casa. (¡!) Sin palabras.

"Hombre casado burro domado". Evidentemente que al casarse, lo sano es que se aboque uno a cumplir con las obligaciones y responsabilidades que implica la decisión, y la condición. A partir de entonces, la dependencia respecto de los padres y el placer de la irresponsabilidad que entran en crisis con la necesidad de independencia en la adolescencia, son totalmente incompatibles con el rol de casado.

Es una tarea nada fácil de entender y asumir en el principio del matrimonio, sobre todo cuando en la propia familia de origen no era claro. Otra canción de Serrat, dice:

"La mujer que yo quiero

Me ató a su yunta

Para sembrar la tierra

De punta a punta

La mujer que yo quiero

Me ató a su yunta

Pero por favor, no…

se lo digas nunca"

Joan Manuel Serrat.

O sea, más que de burro, en condición de buey. Eso es enamorarse. Para el hombre implica renunciar a la irresponsabilidad y a la actitud materna indulgente. Tiene que trabajar y sostener a su familia. Y entre más macho, que no pueda tolerar que su esposa trabaje, más tendrá que trabajar él. Como buey, de sol a sol. Pero también debido a eso es que se dice que son las mujeres las promotoras del estatus.

Del enamoramiento: "Hombre enamorado, espíritu esclavizado", porque el objeto de amor lo es todo y vale todo, uno no es nadie y sin el amor del ser amado tampoco vale nada. En otro refrán el pueblo observa: "El que se enamora no lo nota, pero al poco tiempo se vuelve idiota" y aunque eso les pasa a hombres y mujeres, seguramente que estos refranes fueron inventados por los amigos, en parte tristes, en momentos celosos y en otros, envidiosos, de los enamorados. O por las suegras… Al enamoramiento se debe la gradual disolución, en ocasiones no sólo de la dinámica original, del grupo de adolescentes. En realidad el refrán denuncia también la pérdida, cualitativamente hablando, de cierto grado de libertad y autonomía. Por lo demás, a partir del establecimiento de una relación, las decisiones ya no son unilaterales, principalmente respecto de lo que atañe a la pareja. Y tampoco podemos soslayar el hecho de que para algunas madres, la hija significa trabajo doméstico y/ o aporte económico, y, entonces, lo que menos les emociona es que la hija se enamore.

Cuando las cosas llevan hasta el matrimonio, para el pueblo: "Hombre casado, hombre acabado". Desde mi propia condición de casado, creo que lo que se querrá decir es que se convierte uno, necesariamente, en un señor. Lo que se acaba, o, por lo menos, se debe de acabar, es el "reventón". Sobre todo cuando vienen los hijos. Incluso, el hombre debe tornarse prudente y precavido. En lo emocional, no se puede más, sin consecuencias, escamotear la ternura. Quizás una dificultad en ese rubro es lo que hace a padres primitivos "actuar" el impulso sexual con los hijos y de ambos sexos. Y aunque la ignorancia no justifica la locura, tampoco la cultura, la inteligencia y la economía, son garantía de salud o equilibrio emocional: "En todos lados se cuecen la habas".

De alguna manera, este refrán me recuerda ese otro que dice que: "A la bondad la llaman tarugada, y al bondadoso tarugo". Y es que el individualismo "aconseja" que el que no aprovecha las "oportunidades", sin miramientos, es un tonto. Encontrar el justo medio entre las oportunidades lícitas y las transgresiones, es una cuestión que cada vez se hace más nebulosa. Ya cuando fue creado este refrán la bondad parecía un valor pasado de moda. Hasta la palabra "tarugo", en el Larousse (1992) no la incluyen. En la biblioteca de consulta Microsoft Encarta (2003) la definición que se encuentra más apropiada nos dice que es "Una persona de rudo entendimiento" o un "Hombre de mala traza pequeño y gordo"; pero otra definición allí mismo observa que es "Un pedazo de madera, trapo u otro material que sirve para tapar un agujero". En las máquinas industriales de coser, se le llama "tarugo" a un trozo de madera de forma cilíndrica situado en la parte superior derecha del mueble y que sirve para recargar la "cabeza" de la máquina cuando se necesita revisarla o limpiarla. Es decir, su papel se reduce a soportar el peso de la cabeza de la máquina, pues se la recarga sobre él. En otras palabras un "tarugo" es algo o alguien que sirve exclusivamente para algo elemental y superfluo. Y si la bondad es una "tarugada" quiere decir que es una tontería, una cosa intrascendente, superflua. Interesante, ¿no?

Lo "importante", es, y muy en coherencia con "los fines justifican los medios" de la ideología del sistema en el poder, ganar, salirse con la suya, demostrar que se es "superior", más capaz, más osado o más "fuerte". En las películas gringas, el tarugo equivaldría al "perdedor" o al "nerd" que contempla los valores de antaño, otras cosas que no son el deporte, ser el "más popular" o la violencia. Por eso sus niños, cuando se frustran, balean compañeros y maestros en las escuelas… no les gustará ser tarugos…

Pasando a otro refrán, el pueblo detecta muy bien las actitudes del paranoide: "Hombre celoso, es cornudo o quiere serlo". ¿Se imaginan? ¿Por qué un hombre querría ser "cornudo"?, bueno, pues la teoría psicoanalítica contempla que un cierto montante de libido de naturaleza homosexual (fijaciones al objeto incestuoso o fijación entre el final de la etapa esquizoparanoide kleiniana y la anal freudiana) ha permanecido sin resolverse con las consabidas consecuencias en términos de permanencia de libido de naturaleza homosexual no ligada que induce "pendientes" en los procesos de identificación psicosexual.

Según el modelo kleiniano, debido a ciertos pendientes en la elaboración de las ansiedades persecutorias (0 a 3 meses), se refuerzan, y, posteriormente, por fijación, se reeditan a niveles de etapa anal, retentivo-incorporativa, (13 a 30 meses) con las consecuencias de la re-exacerbación de placeres anales. Impulsos que siendo propios del erotismo que se organiza en esa zona del cuerpo, tienen que ver con la estimulación y surgimiento de fantasías inconscientes de gratificación erótica, pero mezcladas desde las formas de gratificación oral incorporativa, y traspoladas a la zona anal. De tal manera que provocan en el paranoico, fantasearse a sí mismo en el rol de la mujer cuando está en el coito. Luego, ponerse celoso, se deduce, que es algo que ocurre con respecto de otro que al que le parece "atractivo" es más bien a él mismo. El pueblo, por tanto, "sin saber" pero "sospechando", alude a que el celoso "quiere ser cornudo". Entendemos, por tanto que, en su fantasía inconsciente, de manera vicaria y fantasmática, es él mismo el que será objeto del acercamiento erótico e incorporará analmente al que "provoca" sus celos.

El pueblo agrega: "El que hambre tiene, en pan piensa". Y entonces, complementando, "quiere ser cornudo" porque así satisface un deseo inconsciente.

Este es un refrán paradigmático de una interesante hipótesis: El ser humano posee ciertos "conocimientos" especializados que no pueden más que ser concebidos como intuiciones verdaderas o como contenidos dentro de un "Inconsciente colectivo". Para Chomsky (1972/ 1997) sería porque, para él, las estructuras sintácticas son innatas.

A propósito de ese refrán, otro dice: "Hombre dormido, culo perdido" y aquí el Psicoanálisis nos faculta para interpretar: "dormido" es equiparable a inconsciente pues sabemos, desde la doctrina freudiana de interpretación de los sueños, que los sueños, como los "ensueños diurnos" son "Intentos de cumplimientos de deseos…" debido a que son disfrazados o distorsionados por y "… con predominio de la elaboración secundaria" (Freud, 1900)

Por otro lado, el refrán: "Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente" denuncia que no estar pendiente, es como estar dormido; que es equivalente a decir: "Estar en la luna". Es decir, sin enterarse de lo que ocurre a su alrededor, en la tierra. Una frase al respecto dice, "pon los pies en la tierra" y en España se acostumbra decir como regaño cuando alguien está despistado o comete un error "Qué tienes en la cabeza". Un chiste de principios de los setenta era decirle a otro con el que no se estaba de acuerdo: "Estas madreado de tu cabeza". El siguiente refrán alude a lo mismo: "Lo vacunaron con una aguja de tocadiscos", que corresponde a la forma simbólico-artística de los refranes para decirle a alguien que está loco. O, como dicen hoy los jóvenes, que está "debrayando".

"Hombre envuelto o cobijado, o es muy flojo o trae algo robado". Con la primera parte: "hombre envuelto o cobijado", lo primero que se piensa es en el indio dormido con el sombrero puesto, de las figurillas artesanales antiguas y que extranjeros ignorantes interpretaron como que en México no había más que de dos leches o puros indios "güevones" o charros a la usanza de Jorge Negrete. Acá, también durante los setenta, se decía: "No le hagas al ensarapado" que nos sirve para interpretar la segunda parte del mismo refrán "… o trae algo robado". O sea, decirle a otro que no le "hiciera al ensarapado" significaba "qué ocultas", "qué escondes", "Escupe Lupe" o desembucha. Incluso: "No te hagas pendejo, no te quieras pasar de vertebra".

La molestia ante la actitud reticente de alguien, podría inducir a que se le aplicara, agresivamente, otro refrán, "Ya estás…": "Como el conejo, misterioso y pendejo", pero aquí ya se manifiesta precisamente el enojo o molestia que provoca su supuesta reserva, la cual se siente inapropiada o exagerada.

"Hombre hablador y vano, nunca sabio". Una canción de Alberto Cortes basada en un poema de Violeta Parra dice: "Aprender a callar, esa es la clave, si se tienen intenciones de saber" y en otra parte agrega: "Que suerte he tenido de nacer para aprender a callar cuando habla el que más sabe…"

Hay varios refranes que tienen un significado similar a estos versos, por ejemplo: "No a todos les va bien el puro, nomás a los hocicones". Pero en este, además, se está confrontando a un "echador".

Otro refrán, más conocido, dice: "El pez por la boca muere" afín al, también bastante conocido: "Más pronto cae un hablador que un cojo".

En términos generales, los últimos siete refranes denuncian la importancia, el valor que el hombre debe otorgar a su palabra. De ello depende su hombría, de manera que: "La mujer por la honra, el buey por el asta y el hombre por la palabra". Pero acá queda en evidencia el auge del machismo: la "honra" de la mujer estaba representada por su fidelidad y su virginidad; el buey es el mismo hombre cuando se casa o cuando es engañado, generalmente, por una mujer considerada deshonesta. Es decir, es ella la culpable. Pero "la palabra del hombre", esa es la ley. Y bueno, Cristo es el Hijo del Hombre y con la palabra transmitía la Ley del Padre. Y bueno, no olvidemos el "En el nombre del padre" lacaniano.

Y a propósito de parejas: "El hombre es carne de cañón; la mujer, cañón de carne". Acá parece denunciarse, la fuerza del impulso sexual, la mujer puede controlar y "utilizar" a un hombre apasionado. Pero también se puede pensar que "la mujer es un cañón", valiéndose de sus atractivos físicos y la resonancia instintivo-impulsiva, sexual, del hombre; misma que lo torna en un "blanco fácil", pues "se pone de pancita", para bien y para mal. Es decir, ante una intención libidinal u hostil de parte de ella. Para esta última, bastará que estuviera resentida y trastornada, con "sed de venganza". En ambas posibilidades, la mujer, desde el dominio que puede ejercer sobre el varón, lo puede "proyectar" a ser productivo o destructivo, con otros y/ o consigo mismo.

La justificación para este razonamiento podría encontrarse en el hecho de que cuando se observa a niñas y adolescentes curiosas, precoces, coquetas y maquilladas, suele decirse que "Son carne de cañón" y que "Están en la edad de la punzada".

Entonces, es el hombre el que resulta que, ventajosamente, "Compra boleto" para el resentimiento posterior. Y es que como dice el refrán: "El hombre apasionado no quiere ser consolado", en donde el pueblo denuncia el placer perverso masoquista del hombre asociado con el apasionamiento, el cual, por regresivo, nubla la función del razonamiento. El hombre, por su parte, y sirva el ejemplo para percatarnos de que se siguen creando nuevos refranes, racionaliza: "Si lo uso me da SIDA y si no lo uso se me oxida" claro, hay que ver con quién se lo usa…

Complementando algo mencionado antes, se acostumbra decir que las púberes, hombres y mujeres, en ese caso: "Están en la edad de la punzada". Este proverbio se deduce inventado por una mujer. Lo habrá captado a fuerza de haber pasado por la misma experiencia, o por envidia de la belleza y atrevimiento juveniles.

Los hay también románticos y cuasipoéticos, con un tono, menos hostil: "La mujer es una pera que en el árbol está dura; cuando se cae de madura, la coge el que no la espera y goza de su hermosura". Seguramente éste lo inventó un hombre "con suerte", pues denuncia que hay quienes "se comen la pera madura" sin hacer la labor correspondiente, como en el ya visto: "Ariles y más ariles, ariles del carrizal, me picaron las avispas, pero me comí el panal". Pero aquel también parece denunciar que, con el paso del tiempo, el narcisismo femenino decae ante el envejecimiento normal y puede llegar a devenir enfermedad del narcisismo en forma de la cual, al inducir depresión se defenderá con un carácter colérico. Y si le damos crédito a Kohut, (1971-1977), podríamos complementar lo propuesto por Dürhssen (1960-1966), pues pareciera que, al envejecer, muchas mujeres, por el abuso de que fueron objeto, acumulan resentimiento y se llenan de "furia de indignación".

"El hombre bueno no necesita abolengo", porque la bondad es un verdadero valor, desecha las ventajas. Otra forma de decirlo, es que la bondad presupone honestidad y actitudes justas, para lo cual, es imprescindible el respeto por uno mismo, por la realidad y por los demás. El poder y la riqueza, asociadas al abolengo (prestigio viejo, patrimonio y riqueza que viene de los abuelos), denuncia que alguien no luchó por lo que es, ni por lo que tiene.

Aunque el haberlo hecho tampoco es garantía de nada pues: "Un tonto y su dinero pronto se separan", donde se denuncia que para el que hereda como para cualquiera, la bondad es un patrimonio que aunque también se puede "heredar" como valor, muchos deben forjarlo y todos esforzarse por preservarlo. La prepotencia y un sentimiento de superioridad, serán un riesgo posible. Pero, en realidad, en todos. Porque: "El hombre es el lobo del hombre", pues cuando los líderes enferman del narcisismo, no piensan más que en sí mismos. Y sus procesos superiores se degradan, viéndose infiltrados por los instintos, ansia de poder y ambición. Entonces, "profesan" siendo un "ejemplo" enfermo, "dan línea" con sus actos, en relación con todo lo que se permiten, y a toda la jerarquía descendente. De tal manera que, si no establecen una tiranía evidente para ejercer algún control, es factible observar un proceso de generalización de la corrupción, el abuso y las transgresiones. Parece que eso pasó con los setenta y dos años de priístas en el poder. Y la bondad se pierde, arrastrando los demás valores.

"El hombre castiga el acto, Dios la intención", siempre y cuando se pueda preservar "El temor a Dios". Porque hay momentos en que la realidad nos confronta con la imposibilidad de preservar la fe. Y no nos queda más remedio que echar de menos los tiempos de los caudillos.

¿Será, pues, naturaleza humana que: "El hombre es honrado hasta que quiere"? La teoría de "La pulsión de muerte" (Freud, 1920-1923) es el único recurso teórico que puede permitirnos reflexionar al respecto. Justamente por su carácter instintivo, nos recuerda el origen animal del hombre.

Después, y, por el progreso de la civilización, es que: "El hombre es un péndulo entre la tristeza y la alegría". El ser humano no nada más se entristece por sus carencias y pérdidas, también por sus fallas morales. Se dice que el Superyó es corruptible (Testimonio verbal del Dr. José de Jesús González Núñez, UIC. 1986) se diluye en alcohol, "negocia" internamente las transgresiones, trabajando duro, además de que se disocia por enfermedad mental. Entonces, las "alegrías" que se puede procurar el sujeto por vía de la descarga instintiva, son efímeras y reactivan "núcleos actuales", agrandan los "hoyos en el continuo de las representaciones" (Botella, C. y S., 2001) Y lo instintivo no llena los vacíos internos que dejan las experiencias de "Lo irrepresentado" (Winocur, 1999) resultado del desentreveramiento, en detrimento de la neutralización, de las energías instintivas.

"El hombre hasta de sufrir se cansa". Las circunstancias se han prestado, en algunas ocasiones, para que ante la queja descalificadora de algún paciente resistencial, respecto de ciertos conflictos que no ha podido resolver, exprese: "Estoy harto de esto, estoy cansado de lo otro", a manera de confrontación, la intervención que me he permitido hacer ha sido en línea de: -¿En serio estás harto?- el paciente asiente esperando ya con una sonrisa, a fuerza de saber mi estilo, en efecto, en ocasiones duro, y complemento –Entonces quiere decir que ahora si vas a hacer el esfuerzo por ordenar tu vida- Todo tiene un límite y, en efecto, "El hombre hasta de sufrir se cansa" entonces resuelve. Otra forma de decirlo es que llega a cansarse de gratificaciones masoquistas. Entonces, se afana en resolver. Ello le puede requerir desprenderse de deseos de venganza, de fantasías infantiles de dependencia y pasividad, entre otras, lo cual puede temer enormemente por los resabios infantiles de su personalidad, inseguridad y culpas neuróticas. Se requiere realmente de "cansarse" de sufrir para, por lo menos cambiar de actitud frente a la vida. Se potenciará, por lo tanto, la productividad al resignarse la energía invertida en la rumia melancolicoide.

Es indiscutible que: "El hombre nació para trabajar, como el ave, para volar", y su derecho al descanso y al placer, se lo debe de ganar con su trabajo, so pena de no tener para lo más elemental. Ya antes veíamos que "La ociosidad es la madre de todos los vicios". También a mi padre le escuche aquello de: "El que nació se chingó, y el que va a nacer, se va a chingar". Si bien era una expresión que acompañaba un regaño cuando no se había cumplido con los deberes y andaba uno "perdiendo el tiempo", se refiere justamente a que "El hombre nació para trabajar". Y en todos los tiempos y a todas las edades, hay deberes que cumplir.

Después de todo: "Hombre luchador, hombre vencedor", pues como también ya veíamos antes, "El que persevera alcanza" o "El que porfía, mata venado" y triunfar o tener éxito no es, por lo justo, acumular atropellando a los demás. El hombre sano lucha por nobles ideales y se afana en preservarlos. La verdadera civilización se forja así.

"El hombre que sabe, pronto sobresale", siempre que no se saboteé a sí mismo. Porque el desequilibrio emocional es experto en provocar esas incongruencias. En ese sentido, otro refrán, que he podido emplear a manera de interpretación, con cierta frecuencia es aquel de: "Destruyes con la mano izquierda, lo que construyes con la derecha". Parece obvio que lo que hay, de fondo, en una actitud así, es "compulsión de repetición", y, probablemente, se nutre de sentimientos inconscientes de culpa o de una reactividad impulsiva, exacerbada, la cual, a propósito de: "Después de la tempestad viene la calma", puede ser sentida y pensada, como traduciéndose en depresión, minusvalía y culpa. Con sus deseables excepciones, generalmente la mayoría de las personas dejan de pensar cuando se enojan. Si "la suerte" ayuda, no se desarrolla una "concha" caracterológica, y después se presenta la resaca. "Después de la tempestad", desde el modelo psicoanalítico kleiniano, pasa el sujeto a posición depresiva, y ese es el momento para "bordar" con la intervención, pues: "Una cosa lleva a la otra": surge la "necesidad de reparar" (Klein, 1926-1935) Habrá que acompañar al paciente para que se desprenda de los aspectos maníacos originarios del recurso, y pueda, así entrar de lleno en la intención realística de reparación, de manera que pueda acceder a la sublimación propiamente tal. Cuando "se deja de pensar" porque la furia invade, se hace difícil discriminar al hombre pensante del troglodita.

De tal manera que un hombre preparado, por regresión, actúa como en el refrán: "Hombre ignorante, es poco tolerante". La ignorancia confronta a personas pensantes con sus más o menos disminuidos recursos para defender las ideas. La frustración y la sensación de impotencia, orilla al sujeto por dos senderos posibles: la renuncia amargada o la agresividad que rompe el diálogo. Es decir: "La tolerancia es pequeña cuando la ignorancia es grande". Siendo justos, habría que agregar, en el ejemplo que se viene manejando, "o cuando el temperamento es fuerte".

"El hombre y el diablo, no tienen ni cómo ni cuando". Este refrán más que como interpretación parece útil para reflexionar en un problema clínico: en la infiltración por los instintos: el Ello tiende a subyugar al Yo y a asumir el liderazgo del "aparato mental". Pulsiones de vida y muerte fluyen sin la posible influencia reguladora del Yo. En ocasiones puede funcionar plantearle al paciente la escisión, como hacen en las caricaturas, figurabilizando las partes de su personalidad en términos de "su diablito interno" que azuza para la agresión, la venganza y la transgresión, y, por el otro lado "su angelito interior" que se angustia, se preocupa y se afana en que se preserve justo y honesto, valiéndose de subjetivas promesas de salud y "paz interior". La práctica clínica y la dinámica vincular, hacen posible que podamos platicar las cosas en esos términos (Corrobórese con el trabajo "Análisis de niños con los adultos" de Ferenczi, 1931) con los pacientes, sin que parezca demasiado infantil. La mayoría asume como un juego la situación y la encuentran divertida e, incluso, útil. Habrá que cuidarse de plantear las cosas de la manera más "neutral" posible, simplemente exponiéndole los cuadros. Pues a propósito del "juego", podrían sentir que se les prohíbe algo, y reaccionarán como niños malcriados.

Partes: 1, 2, 3
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