- Refranes acerca del origen y el estatus, cultural y económico
- Acerca de la habilidad para el liderazgo
- Nacieron la nobleza y la aristocracia
- Refranes sobre fantasías infantiles y su contraste con la actitud madura adulta
- Refranes de injusticias y abusos aceptados por la ideología del sistema de poder que predomina, promotor del individualismo
- Refranes sobre la mujer y consecuencias de vivir en condiciones de predomino masculino
- Algunos refranes sobre el hombre
- Algunos refranes que abordan la tendencia homosexual
- Algunos refranes sobre pendejos
- Refranes de poblanos
- Bibliografía
"Secreto de uno, no lo es de ninguno;
Secreto de dos también es de Dios;
Secreto de tres, ya mero no lo es".
Refrán popular.
Sabemos ya que los refranes, en general, son un producto de la integración y síntesis de la experiencia representacional, funciones yóicas todas, pues son estructuras preliminares y que darán sustento a la capacidad simbólica (de la cual el refrán es un producto) que preserva de pasar a la acción. Es decir, reaccionar impulsivamente. Por eso en todos ellos, se hacen evidentes descargas sustitutivas y mecanismos defensivos en formas manifiestas de denuncia, (o sea comandados por la proyección), que confrontan a aquel que se convierte en el "blanco" de la aplicación, por medio de contenidos que traslucen impulsos sexuales y/ o agresivos.
Por tanto, pueden con frecuencia, ridiculizar humorística y, casi, poéticamente, a quienes se les aplican. Por ejemplo, contra el afecto de envidia y la destructividad que estimula, se observan reacciones de auto exaltación narcisista, misma que también se observa, por cierto, ante el trastocamiento de diversas alteraciones de la autoestima. Entonces, alguien que se pone envidioso puede asumir una actitud de superioridad y hacer un comentario despectivo y mordaz respecto de aquel que le provocó su envidia. Si goza de cierta cultura y una inteligencia, al menos promedio, podrá observar con detalle y detectar un defecto en el "blanco", al cual ridiculizará denunciando de manera caricaturizada justamente ese defecto. Si consigue tramitar así, es decir, cuasi-sublimatoriamente la descarga, digamos afanándose inconscientemente por no reflejar o evidenciar su desazón, eventualmente podrá crear frases que se acerquen mucho a una creación poética pero con un cierto toque humorístico.
En general, la experiencia de frustración estimula reacciones agresivas. Pero también las experiencias agradables alteran el estado emocional. Del proceso reactivo, se puede observar que lo disparan múltiples factores: causas externas como las relacionales, situaciones y cosas materiales; e internas como el temperamento heredado, libidinal o agresivo; fisiológicas como el dolor y/ o psicológicas como la minusvalía o la compensación a través de actitudes de superioridad y físicas como la altura el sobrepeso, el color o diferentes "defectos" físicos.
Ante la reacción emocional, con frecuencia la capacidad intelectual puede disminuir; pero la madurez emocional, gracias al desarrollo del "sentido del humor", puede evitar que esa disminución sea una regla. El "gatillo" puede ser el sentirse rechazado, sufrir alguna pérdida, ponerse envidioso, obtener algo inesperado e incluso alcanzar un logro. Veamos algunos ejemplos y una tentativa de análisis, misma que se abordará, en unos casos a través de la asociación entre refranes y en otros valiéndonos de la Psicología en general y del Psicoanálisis en particular.
Refranes acerca del origen y el estatus, cultural y económico
"Tiene más el rico que empobrece, que el pobre que enriquece". Resulta que, sobre todo, dada la historia de México, muchos antiguos ricos de abolengo dejaron de serlo porque, eventualmente, "vinieron a menos". Pero en el mejor de los casos, lograron conservar de sus épocas de gloria, el "linaje", la cultura, la educación y las "buenas costumbres", las cuales son más accesibles cuando, evidentemente, no se tiene el apremio del hambre. Muchos antiguos poderosos se justificaron de sus caídas por medio de los cambios, ni tantos ni tan de fondo, que produjeron la guerra de independencia y la Revolución. Será que no todos tuvieron la habilidad de Santa Anna (1794-1876) o la que Juan Rulfo (1918-1986) rescató en el personaje central de Pedro Páramo.
Por las causas que hubieren sido, la verdad, es que "el rico que empobrece" pudo haber perdido dinero y propiedades, pero no el orgullo ni tampoco su inteligencia, capacidades y experiencia o habilidades y talentos. Muchos de esos ricos, lo fueron porque sus ancestros acumularon la riqueza. Es decir, fueron ricos de "abolengo". Unos rasgos envidiosos y voraces pudieron estar entonces muy acusados en las personalidades de aquellos. Pero no en los que los heredaron, dos o hasta tres generaciones posteriores. Éstos más bien eran, algo así como lo que hoy consideramos "jounior´s". Con la ventaja de que no se tenía en el país en aquellos tiempos, tantas posibilidades de degradación social y moral como las que encontramos actualmente: una gran diversidad de drogas y "antros" para todos los gustos y posibilidades económicas.
Antes de la revolución, ya no digamos de la guerra de independencia, la actividad era predominantemente rural en México. La capital era un "pueblo grande", en el sentido que Salvador Novo otorgó al término. (En alguna ocasión él dijo aquello de: "Fuera de la ciudad de México, todo es Cuautitlán") Eso fue una ventaja para esos personajes que cayeron en desgracia. Además, tuvieron la oportunidad de ser "rescatados" por los ricos hábiles, que a la manera de muchos hacendados, se preservaron, por vía de las maniobras, corrupción y terminaron consolidándose en las nuevas estructuras de poder.
Muchos de ellos no sólo conservaron sus bienes, sino que asumieron el gobierno independiente y post-revolucionario. Al fin de las cuentas: "Todo quedó en familia". Quienes cayeron en "desgracia", fueron acomodados por los que se preservaron en posiciones estratégicas de jerarquía. Así, al mismo tiempo pudieron recomenzar incursionando en puestos directivos, políticos y de la administración pública. Sus relaciones, cultura y educación; su "don de mando", carisma y capacidad de liderazgo, se los permitió.
Por otro lado, surgieron o llegaron algunos "advenedizos", habilidosos arribistas y comerciantes, que lograron capitalizar envidia y voracidad de forma productiva, e hicieron surgir una nueva "clase social", la de los "nuevos ricos". Gente "ignorante", con muy escasa educación, pero con dinero. Para desazón y envidia de ricos venidos a menos, pues criticaban su escasa cultura y falta de "estilo", elegancia y "personalidad". Ellos acuñaron eso de: "La educación se mama". Enarbolando, entonces, una bandera de "aristócratas", consiguieron hacer sentir mal a esos los nuevos ricos, segregándolos o utilizándolos para financiarse. Después de todo, acaso les llevaría años culturizarse. Y cultura, educación y buenas costumbres, son algo, que efectivamente, no tiene precio. Por lo demás, el México contemporáneo es resultado de haber crecido como la hierba silvestre. Y, no obstante que las diferencias económicas, en realidad, se conservan y son profundas, "No toda la hierba del monte es orégano", la educación formal, académica, al menos en parte, y por fortuna, dejó de ser un privilegio exclusivo de las clases pudientes. Sin embargo, hasta la fecha se conservan grupúsculos que se regocijan autonombrándose "aristocráticos". Pero no lo son en sentido estricto, como no sea por el snobismo, los lujos y los vicios que se permiten o se pueden pagar. Y no lo son simplemente, porque aquí no hay una monarquía. Acaso, los "herederos" de la aristocracia de las monarquías sean los políticos y, un poco, parafraseando a Marx, la burocracia: la "clase dorada". Aunque sólo por el hecho de que viven del erario y tienen garantizado un ingreso, trabajen o no.
De ahí, y es de dominio público, las dificultades que han tenido que sortear los "políticos del cambio", con la burocracia que les heredaron los políticos de los partidos que estuvieron, en su momento, en el poder. Y claro, además con alguno que otro envidioso dentro de su propio partido. Los "perdedores" se han afanado, sistemáticamente, en sabotear toda clase de nuevas propuestas. Y hay que reconocer que ninguna de ellas contempla las verdaderas necesidades del pueblo. Nadie quiere "perder" más en sus respectivos feudos de poder. Y, obvio, mantenidos por el pueblo. Y ahí sí, como si fueran aristócratas.
"Como nunca pastor, siempre borrego". Probablemente desde sus envidias, un rico venido a menos se sentía con derecho de aplicarle a un nuevo rico este refrán. Una variante sería: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda". Pero significa más que lo obvio. Tiene que ver con la actitud altiva que por vía de la compensación, puede hacer: "Perder el piso", con relativa facilidad, al encumbrado, mismo que reacciona con "furia de indignación" cuando viene a menos. Tal reacción no es privativa del "nuevo rico", a cualquiera le pasa si es que encuentra vía de defensa contra la herida narcisista, por los senderos de la enfermedad del mismo nombre, asumiendo actitudes de superioridad. Literalmente, un pastor cuida, conduce y atiende a sus borregos para que se alimenten, no se pierdan, no se enfermen, crezcan, engorden, produzcan lana y carne. Podrá asignar algunos a su propio consumo, pero con otros, comerciará. En fin, la religión Católica, simboliza al Cristo, como el Cordero que se ofrece a sí mismo en sacrificio, para redimirnos del pecado. Pero antes de ese triste final, se asume como El Pastor, que profesa la palabra de Dios y trae como encomienda la de guiarnos por el camino del Amor.
El narcisópata o enfermo del narcisismo, se equipara con Cristo, pues se siente: "Sentado a la derecha del Padre". Es decir, hijo predilecto de Dios, en las buenas pero no en las malas. Lo justo sería que todos: "En las anchas y en las angostas", "Jaláramos parejo" porque, ¿la verdad? finalmente la naturaleza, sus frutos y bondades son de todos. Sin embargo, parece "naturaleza humana" que la gente "cambiemos" cuando la situación nos coloca en condiciones favorables. No es fácil conservarse solidario, como dice el refrán: "En las duras y en las maduras". De tal manera que, la alteración del narcisismo en su polo de tendencia hacia la grandiosidad, orilla a las personas a que, frecuentemente, terminen: "Pagando con monedas de inteligencia", pues la percepción se altera al grado de parecer que el encumbrado, percibe una "realidad" exclusiva que para nada tiene que ver con la que perciben los demás. Por ejemplo, Fox, llegó a declarar que la pobreza ya no sólo no se había incrementado, sino que ¡ya había sido erradicada!
Quizás: "Como el zopilote: arriba nos ve chiquitos y abajo come carroña", el pueblo opinaría así. Su significado es obvio.
Acerca de la habilidad para el liderazgo
Es muy interesante, ver que esta habilidad significa, que hay una relación directa entre el dirigir y el haber sido dirigido que va más allá de la evidente. Un líder o director capaz, lo es porque posee ciertas habilidades heredadas y porque lo aprendió. En su momento, no le habrá provocado conflicto y debe haber aceptado y asumido ser dirigido, debe haber sido cuidado, y, en el mejor de los casos, amado. Por lo menos, respetado, fundamentalmente en su creatividad. Sólo así, habiendo jugado un rol, se puede incursionar en el complementario: dirigir, cuidar y, sería ideal que también amar a quienes se dirige, en los sentidos humano, social, ético y moral del término. Porque, en efecto, un líder, está al servicio de quienes liderea y no al contrario, como suele entenderse y ha ocurrido a lo largo de la historia.
A la mayoría: reyes, emperadores, empresarios y gobiernos en general, les ha pasado, salvo sus gloriosas excepciones y en las películas de Disney, que en un momento dado, se han convertido en verdaderos sátrapas y tiranos. ¿Por qué ocurre así?, tal vez porque "como nunca pastor siempre borrego". El Pastor es Cristo pero la religión dice que vino como Oveja, y a cumplir una encomienda tan difícil, que implicaba terminar como "Cordero de Dios": muriendo para quitar el pecado del mundo. Vino a ser "ofrecido" en sacrificio, a ser inmolado. Y lo fue. Pero entonces, cómo diferenciar, por ejemplo, que:
De líder a "chivo expiatorio".
Muchos líderes han terminado, irónicamente, más bien como "chivos expiatorios", (el Sha de Irán, y, aquí en México Maximiliano y Carlota; más recientemente: Durazo y Raúl Salinas, por ejemplo) la diferencia es que sus supuestos "sacrificios", en realidad egoístas, no solo son olvidados, sino más bien desenmascarados. Con alguna atenuante sólo a través de la negociación para proteger riqueza acumulada o una supuesta honestidad de otro. En política hasta hace poco se hablaba de "concertacesiones". Sin embargo, llega un día que los más "fuertes", amenazados, junto con los liderados les "ajustan las cuentas" precipitándolos hacia el"chivoemisarismo".
La ambición y la adicción al poder, convierte a muchos y muy pronto, en explotadores de sus mismos liderados, porque si estos no son seducidos y sistemáticamente engañados, políticamente, con mentiras y habilidad psicopatoide, terminan "teniendo" que ser sometidos, las más de las veces, con violencia. Hasta que, cuando consiguen librarse de sus propias fantasías oral pasivo receptivas y dependientes, y de sus temores, se dan a la tarea de organizarse y terminan rebelándose. Un día, lo hacen violentamente.
Ahora podemos abordar eso de que: "El tango se baila entre dos". En este refrán se alude a la dinámica de lo relacional y vincular. Y, parafraseando a Minuchin (1983), dos "bailan" la danza de su relación, de común acuerdo, por mucho que sea doliente. Ambos juegan el rol de objeto y de sujeto según dinámicas, en ocasiones de paridad perversa, en ocasiones de "dominio sumisión". Pero además, como por lo regular suele ocurrir, se observa la posibilidad del intercambio en los roles como algo siempre presente. Por eso otorga sentido a expresiones como: "Ponerse de pancita", "Ponerse de pechuga", incluso, "Ponerse de pechito", la cual se aplica a quienes consienten en ser manipulados por otro, coparticipando. Por ejemplo, se le dice a alguien que "invite" en estos términos: "Ponte de pancita con las chelas".
Cuando fui estudiante de la vocacional, se acostumbraba decir entre estudiantes: "Pórtate idiota con los refrescos", invitando a alguien a "ponerse de pancita". Todas estas expresiones se refieren a lo mismo. Por ejemplo: ceder, no defenderse, dejarse, ofrecerse, someterse, sin violencia, ya fuera consciente o inconscientemente, con tal de ser aceptado. En otras ocasiones por miedo o idealismo, incluso por supervivencia, como ocurre con la mayoría de los animales frente al líder del grupo, manada o comunidad animal. Porque sin duda que hay ventajas en la pertenencia. Trátese de organización social o de comunidad animal, y en muchos sentidos. Por ejemplo, en la manada es mayor la probabilidad para la supervivencia, según las dinámicas predador-depredador, pues constituye una garantía de salvaguarda para la prole. Pero, claro, tiene un precio: el sometimiento y asunción de la ley, las reglas, normas y prohibiciones que impone el líder. Sin embargo, más tremendas no obstante, en sociedades humanas. Y no sólo por las renuncias que demanda la cultura en aras de la civilización. Sino de la forma dispareja como funciona la ley. Cuando un simio se agacha y levanta el "fundamento" ante la actitud agresiva del simio líder, pareciera como que le dice: -conmigo no hay problema, acaso yo soy acá una "nacha" más- Si la suerte o "el destino", llevan a ese simio hasta el liderazgo, mínimo, exigirá lo mismo a los otros machos subyugados. Ahí empezamos a vislumbrar los riesgos cuando nos referimos a personas. Que Dios no quiera que el líder, en el camino, se enferme, altere o degrade. La mayoría se enferman de poder y ambición olvidándose de que un líder, está al servicio de sus liderados y entonces terminan por: "Pasarse de lanzas".
Pero, además, ¿quién determina al líder? Entre los animales su propia fuerza, agresividad y ferocidad. Entre la gente, se supone que la habilidad, inteligencia y experiencia; en algunas ocasiones todavía, la edad que puede englobar la mayoría de esos atributos. Y en otras, pues padrinazgos, compadrazgos, etc. Pero en otras más, las mismas que en los animales. De esta forma, seguramente:
Nacieron la nobleza y la aristocracia
Y la intención más o menos legítima de colarse a ellas por vía del matrimonio. Cuando se institucionalizó el individualismo y en las monarquías fueron enfermando de ambición, poder y narcisismo autoexaltado, resulta que fueron los dioses mismos los que los habían elegido.
Con el avance, penosamente lento, de la organización social, los líderes son ahora elegidos por votación. Esto ha provocado que se afinen toda clase de marrullas, incluso, informáticas. Manipulaciones, estrategias fraudulentas y tácticas de terror, llegado el momento. Por lo tanto, cuando arribamos al abuso "legal", institucionalizado, al descaro y la intimidación concomitantes a un lógico sometimiento por terror, miedo y dependencia, como que agarramos parecido con los simios de hace rato.
Dice Esther Cimet, a propósito de la relación terapeuta-paciente, que: "Cada quien tiene el analista que se merece" (testimonio verbal, UIC, 1994. México) parafraseando a quien dijo aquello de que: "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece". Es decir, otra vez se hace evidente que "el tango se baila entre dos". Por ejemplo, para que cunda la enfermedad de alguien que se altera del narcisismo, tiene que haber otro u otros que lo estimulen, promuevan y se sometan a él, ya por miedo, ya por conveniencia, o por lo que gusten y manden. Pero también en la enfermedad de las parejas opera "el tango se baila entre dos" porque curiosamente: "Dios los hace y ellos se juntan", o si se quiere como en los chistes: "Dios los hace y Freud los junta" o bien "Dios los hace y el viento los amontona". Siempre un victimario encaja con otro que es víctima potencial y luego intercambian los roles, porque la presencia manifiesta de uno de los dos fenómenos, presupone la presencia latente del otro. Quiere decir que cuando se observa manifiestamente una "necesidad" de uno de los tipos en uno, se encuentra su complemento también manifiesto en el otro, y los opuestos en cada uno, se conservan latentes. Esto obedece a las "leyes" de la dinámica, relacional e intrapsíquica, principalmente propuesta por Jung, en sus "Tipos psicológicos" (1934), y se confirma con la "locura de dos" tipificada por los franceses.
Así es que la próxima vez que alguien se sienta tentado a comentar que su pareja es una abominación, que sea valiente y asuma que, entonces él mismo ha de ser otra. Simplemente porque: "Cada oveja con su pareja". Y las relaciones entre personas muy diferentes, ya sea social, cultural y económicamente, en ocasiones también racial, o incluso de grado de locura, equilibrio emocional, etc., sólo ocurren como una experiencia efímera, generalmente dramática, y pasajera o en las telenovelas.
Porque si de lo que se trata es de no quedarse solos, resulta que: "Siempre hay un roto para un descocido y una media rota para un pié podrido". Solo que así, suena bastante feo. Alguien dijo alguna vez que hablar mal de la familia era como hablar mal de sí mismo. Y pues sí. Expresarse mal de la pareja es exponerse, como victimizable, tonto, masoquista o al menos despistado e ingenuo. Cuando las cosas terminan en rompimiento de vínculos, la realidad de estos refranes, podría darnos luz respecto al hecho de que, en lo clínico, los hemos encontrado asociados con el surgimiento de trastornos psicosomáticos, algunos tan graves como el cáncer mismo (Romero, 2003) desde lo que de psicosomático puede tener esa enfermedad.
El rompimiento de vínculos parece potenciar la regresión psicosomática como si de esa manera se pudiera concretar o instrumentar la negación respecto del dolor emocional y/ ó moral.
Por lo demás, la reflexión me trajo a la memoria otro refrán: "¿De qué murió el quemado?… de puritito ardor", porque hablar mal de otro al que, en el mejor de los casos, un día se amó, significa que no puede, quien habla, terminar de desprenderse de él, y tal vez como una dificultad infantil que se podría remontar hasta los tiempos del proceso mahleriano de separación-individuación.
Con este otro refrán: "Del odio al amor sólo hay un paso", se denuncia una reacción neurótica, pues se alude al recurso histérico de reprimir el deseo porque en lo inconsciente se considera al objeto del deseo como un subrogado del objeto incestuoso. No obstante, ocurre la reactivación de fantasías infantiles del tipo incorporación-expulsión oral, alternando con otras de incorporación-expulsión anal y genital. Y desde la perspectiva que veníamos trabajando, se deduce que también será válido decir lo contrario, que del amor al odio sólo habrá un paso. Y es que una "falla" venida de alguien amado, se sufre más que una agresión flagrante de parte del peor enemigo.
Tal vez algo eso sintió Julio Cesar cuando fue traicionado, al percatarse de que su ahijado Bruto, participó en el complot que culminó con su asesinato. Se le atribuye haberle dicho al estar agonizando: "¿Tú también, Bruto hijo mío?". Y es que para, odiar, a otro, se requiere haberlo amado primero.
Decepciones sistemáticas, agresiones recurrentes, abuso e inducción de temor; impredictibilidad, inconsistencia, etc., tal vez sean preliminares para que, de amado pase alguien a ser odiado, por mucho que otro refrán diga que: "A un amigo no se le olvida y a un compadre no se le traiciona".
Sin embargo: "Las ansias de novillero", la envidia y la ambición, en tanto que "Dios dio la vida y el diablo la movida", estimulan el anhelo de usurpar (ó robar) el poder y posesiones de alguien amado que ha sido idealizado o que simplemente es superior. Dichos anhelos, infiltrados o inducidos por el afecto de envidia, se convierten en enfermedad: ansia de poder y ambición sin miramientos. La dinámica mental se ve absorbida por una economía de odio, en la cual el instinto de muerte predomina sobre el afecto de amor al regresionar hasta ámbitos de mayor polaridad. Y en este tipo de economías mentales, la represión ya no opera, el sujeto se escinde.
Pero, entonces, Bruto simplemente habría podido contestarle al emperador: "Nada personal Cesar". En pocas palabras, entre el placer y el asco, media la desaprobación producto de la educación, como entre el deseo y la anarquía, media la integración y cohesión del Superyó instancia: aceptación e internalización de la ley y del juicio lógico y crítico, producto del desarrollo intelectual, moral y ético.
Tal vez porque el dinero, el poder y una forma egoísta o "interesada" de amor suelen coquetear entre sí. La asociación me regresó muy cerca del principio, pues se inició este capítulo hablando de ricos y pobres: "El que nunca ha tenido y llega a tener…". Parece relativamente fácil perder la dimensión de la realidad, cuando, por ejemplo llega dinero a manos llenas.
Es posible que a quien le llega el dinero de sorpresa, no posea un plan ni una cultura de ahorro y administración. Además de que: "El dinero es bienvenido, aunque venga en bolsa sucia". Y aún cuando el pueblo dice que "El dinero es la cagada del diablo", también se dice que "El dinero no es Dios, pero hace milagros". En efecto, también se dice: "El dinero no lo puede todo", o que "El dinero no tiene familia".
Para muchos es dramático llegar al poder. Porque, además, poder y dinero tienen una extraña e infalible atracción. En realidad los grandes narcos, los delincuentes de cuello blanco, los peores corruptos, los "cabeza" de la mafia, son y han sido gente con un enorme poder económico. No son improvisados ni vienen de abajo. Son "personajes" de la elite, gozan de relaciones de alto nivel, saben de administración, política, inversiones y finanzas. Y es que:
"El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente". El tirano se fabrica a sí mismo desde sus propias fantasías enfermas de sentirse "dueño" de todo y de todos. Es decir, incluyendo a la gente. Sobre todo a la mujer. Y bueno, ¿quién no ha visto al "hábil" oportunista, "acomedido", "barbero", "lame botas", que le arrima la silla al jefe o le "quita las pajas"? Cuando Don Fidel decía que: "El que se mueve no sale en la foto", evidentemente que quería decir que era estratégicamente conveniente ocuparse de ser visto el mayor número posible de veces, cerca o junto del presidente o de su ya conocido sucesor.
La incondicionalidad, es la mejor manera de conseguirlo, estar: "Pa´lo que gustase y mandase". ¿Cómo no se va a enfermar el líder si además de sus propios y "normales" riesgos de enloquecer, sufre los embates sistemáticos y subrepticios de toda una "corte" o comparsa de "bichos" perversos, familiares o amigos, políticos "hábiles" y oportunistas, los cuales funcionan "como si" fueran gente que lo "quiere" bien y que están dispuestas a trabajar.
¿Una excepción? El predominio de una economía de odio por traumatismos o carencias; abusos y ultrajes, asociados a ciertas condiciones que le permitieron aprender a manipular, arengar y coordinar los esfuerzos de otros para sus propios fines, una buena herencia en materia intelectual: "dotación natural", talento y carisma, en ciertas condiciones propicias, facilitaron el surgimiento de Hitler. Se dice que en esos tiempos la Alemania pre-nazi vivía una terrible recesión y con una inflación "galopante", de tal suerte, que sólo los comerciantes judíos que se dieron a especular con lo básico, parecían, no padecer la situación. La inteligencia de Hitler, sus habilidades naturales, una economía mental de escisiones y un narcisismo maltrecho, parecen haber sido algunos de los atributos sobresalientes que se conjugaron para que llegara hasta el poder en Alemania, e incluso, a la antesala de la conquista del mundo.
A poco más de cincuenta años de eso, la verdad, no sabemos que "tan mejor" nos fue. En efecto, Hitler estaba loco, pero su locura se disparó conforme fue creciendo su poder. Y, por lo demás, ¿qué se puede opinar del júnior Bush? ¿O de la Merkel?… ¿O del ominoso Netanyahu? En el ejercicio del poder y con dinero, siempre se confirma ese riesgo.
Y es que: "El que a dos amos sirve con alguno queda mal", y, en sentido estricto, con los dos. Pongamos por ejemplo, que una lucha interna entre preservarse justo o abusar, deviene en conflicto, –cuando hay recursos-, conflicto por no perderse en el egotismo (reactivación del "Self grandioso exhibicionista arcaico" parafraseando a Kohut, 1971-1977) Si de verdad se lucha internamente, parece infranqueable el esfuerzo por lo visto. Y es risible, en ocasiones, porque proyecta la pequeñez o la miseria del arribista. Algunos que ni en sueños pudieron habérselo imaginado, a veces, con una triste jefatura se ponen a "volar". Muchos otros son capaces de "pagar" con… vayan a saber ustedes qué, por un puesto de mediana jerarquía. Me refiero a, menor que una Secretaría de Estado, esos ya son altos jerarcas y aquí en México son "puestos" para la elite o estrategias para no compartir el poder y, al mismo tiempo, contar con un incondicional estratégicamente colocado. De todas maneras sería como sacarse la lotería.
"Servir a dos amos" se parece o equivale a ese otro refrán que dice que es como pretender: "Chiflar y comer pinole", el que lo intente no podrá o correrá el riesgo de ahogarse, pues son acciones incompatibles.
Por otro lado, ¿qué confianza, gratificación o satisfacción posible puede esperar un líder honesto, si se rodea, por ejemplo de sindicalistas que supuestamente lo legitiman, o se le "pegan como lapas", Fideles Velásquez, Judas Iscariotes y bichos por el estilo? El riesgo de ser traicionado y terminar "crucificado" por los mismos "liderados" arengados por su líder, siempre está presente. Desde la dilución del Superyó ante el fenómeno de las masas, la proyección del Ideal del Yo en la figura del líder y/ o la introyección de la representación del líder que pasa a ocupar en la estructura del Self el lugar del Ideal del yo, lleva a los seguidores a la indiferenciación con él y a la pérdida de la voluntad.
Este proceso, en "Psicología de la masas y análisis del yo", Freud, (1921), lo explicó excelentemente. Sin embargo, podríamos agregar que esa identificación primitiva de los liderados con su líder es ciertamente tan primitiva, que habría que situarla dentro de la dinámica de las identificaciones introyectivas y proyectivas. Porque se indiferencian líder y liderados. Por eso éstos últimos pueden ser manipulados al grado de quebrantar su voluntad, por aquel que pudo haber enfermado al grado de perder el juicio lógico y crítico y la dimensión de la realidad. La regresión coloca a los sujetos en la masa, dentro de la dinámica y la economía de fantasías oral-pasivo-receptivas y dependientes, niveles a las cuales se accede porque la regresión es masiva.
En ese nivel de funcionamiento mental no es remoto que se reactiven el sadismo, la voracidad y la envidia primaria, dando lugar a un proceso de realimentación de la degradación de los procesos mentales y convirtiendo a los seguidores, sin voluntad, en una turba incontrolable e irracional.
Tarde o temprano, las decepciones sistemáticas de los, y una cierta culpa inconsciente en, "colaboradores" y liderados, los hace proclives a reaccionar con furia primitiva contra su propio líder, sirva como ejemplo el caso de Robespierre (1758-1794) Sólo la existencia de un interés honesto y auténtico, lo cual es una ironía, podría atenuar la reacción lógica. Y de todas maneras no hay garantía en ello.
En el caso de las terapias grupales de corte psicoanalítico, por ejemplo, la herramienta que constituye la interpretación, no sólo permite "hacer consciente lo inconsciente", sino que otorga "realidad" a los pacientes de manera recurrente. El análisis e interpretación sistemática, tanto en lo relacional como en lo interpersonal, de las transferencias lateral y centralizada, agrega una bondad al trabajo grupal: que se analice la patología del carácter. Y hace posible que la regresión se conserve, relativamente, bajo control. Es un objetivo, pero también es una ventaja. Porque al líder: el analista, sólo le queda el recurso de "amar", en esencia, verdaderamente, a sus liderados o lo que se persigue con ellos y para ellos: la salud. Y sin embargo, corre el riesgo, de todas maneras, de poder ser "crucificado". En último de los casos, la honestidad permitiría aspirar a ser un mártir y no un "chivo expiatorio".
Parafraseando a Jay Haley (1986-1991), en su libro "Las tácticas de poder de Jesucristo", el poder Omnipotente de Jesús fue el resultado de la relación entre la fe de fieles verdaderos y auténticos, y la asunción del poder conferido, con amor, compromiso y responsabilidad, por Jesús. Es decir, de manera también auténtica y honesta, asumido con, y por, amor, por Él. De ahí se deriva que, realmente, era el Hijo del Padre. ¿Quiere decir que los demás no lo somos?, no. Quiere decir que El Hijo y El Padre eran uno y la misma persona: Dios.
A partir de las hipótesis de Haley, también se reflexiona que cuando no se asume el poder, una vez que se accede a él, se puede perder. En la familia, el padre lo asume, porque éste es un poder auténtico, y en el fondo, se nutre del amor. Fuera de la familia, lo común es que se ejerza. Quien no lo asume, como el que no lo ejerce, lo pierden. No asumirlo y no ejercerlo, es como no tenerlo. Y en ambos casos, se requiere salud y equilibrio emocional para no terminar lastimando o destruyendo a los hijos y a los liderados. Algunas personas que acceden al poder de manera fortuita o circunstancial, observan un alto grado de probabilidad de fallar, porque, en tal caso, no ostentan un poder legítimo. Pareciera, entonces, que no se lo pudieran creer, no lo pudieran razonar, se vieran infiltrados por el narcisismo o invadidas por el pánico.
También el poder se pierde porque se asume mal (piénsese por ejemplo en jóvenes huérfanos o llenos de odio contra sus propios padres) o se ejerce mal. Ya porque el nivel intelectual no ayude o porque se diluya la inteligencia ante el embate del narcisismo enfermo, o porque el líder sienta que no da la talla y se llene de pánico o se pierda en el egotismo y ejerza un gobierno tiránico. Esto último provoca las revoluciones. Pero ¿la verdad? Es que el poder puede llevar a la capacidad de hacer milagros. Otra forma de decirlo sería que las personas podemos hacer verdaderos milagros con la gracia y la bendición del Padre. Con la fe (capacidad de preservar la confianza en que las cosas saldrán bien) y el amor por un lado, la responsabilidad y el compromiso, por el otro. Pues cuando se abusa del poder, ocurren los derrocamientos o golpes de Estado.
El pueblo no habrá reflexionado, quizá, todo esto cuando inventaron el refrán. Pero, ¡que sabiduría!, ¿o no? "El que a dos amos sirve, con alguno queda mal", refleja el hecho de que un líder natural tendría que olvidarse de intereses egoístas, pues no es fácil conciliar los intereses egoístas con los del grupo, de hecho, con los de nadie.
El riesgo es terminar como "chivo expiatorio". El poder legítimo y auténtico, busca el bienestar común, es el poder del amor, la integración y la sabiduría. Este poder no manipula, tampoco somete, no "acumula" ni "explota". Es un verdadero compromiso responsable y, en esencia, no se ejerce, ni se asume, en sentido estricto, se irradia, se comparte y, es hacedor de milagros.
Refranes sobre fantasías infantiles y su contraste con la actitud madura adulta
"Si ves a tu vecino rasurar, pon tu barba a remojar". La tendencia a pensar que por tonto le ocurrió una desgracia a otro, es una defensa narcisista. No se pretende negar que, a veces, el infortunio, los accidentes y las pérdidas sean producto de los propios errores. Una actitud sana y ecuánime, no narcisopática, ni negadora, conduciría, en aras de la prevención a no desestimar la reflexión y autoobservación. Así, se incrementa la posibilidad de estar al menos un poco más conscientes de nosotros mismos, como para evaluarnos con objetividad, ejerciendo un mejor control sobre los propios impulsos, con mayor y mejor apego a la realidad. Ante determinadas actividades, es imprescindible. Y en la mayoría, sería una garantía contra imprevistos. Lo ideal es que pudiéramos estar más atentos en actividades y procedimientos delicados, y conscientes de nuestros recursos. En último de los casos, la gran mayoría de errores y fracasos ocurren, más que por otra cosa, por la tendencia a acumular tensión, como producto de necesidades insatisfechas, inhibiciones o culpas.
Muchos de estos estados y sus emociones correspondientes, son inconscientes y pueden provocar fantasías impulsivo-destructivas y perversas. Operando desde lo inconsciente, en ocasiones, funcionan al servicio del "auto-sabotaje", porque son resultado de una cierta "necesidad de castigo", y ésta, a su vez, se relaciona con la repetición compulsiva de patrones que de alguna manera tienen un matiz penitencial-purgativo. Entonces las motivaciones se nutren de deseos de venganza y las conductas pueden devenir bizarras, distorsionadas, incongruentes y disfuncionales; no pueden ser exitosas y si dolientes, pues son la ejecución de actos irracionales, cuyos resultados suelen ser, con frecuencia, destructivos y hostiles. Están condenadas al fracaso por abuso e impredictibilidad. Inconscientes en gran medida.
Cuando las motivaciones en lo profundo y las conductas que se producen reflejan desviaciones de naturaleza perversa, están, a veces, al servicio de una especie de placer masoquista también inconsciente. No pueden ser óptimas porque reflejan acciones, algunas veces, contra-fóbicas o inauténticas y otras veces, flagrantemente egoístas.
"Si ves a tu vecino rasurar pon tu barba a remojar", es un recordatorio muy sano de que: "Al mejor cazador se le va la liebre". Y es desde las "locuras normales" en el sentido estadístico, que todos estamos a riesgo.
Podemos pensarlo de acuerdo con Piaget y su "Teoría del desarrollo cognoscitivo" (1964), el ser humano está en constante transformación, desde el nacimiento. Y por otro lado, el mismo Piaget resaltó que la realidad, a su vez, está también en transformación constante. Hace varios siglos Heráclito aquel filósofo griego posterior a Parménides que reflexionó sobre la carrera contra la tortuga, lo dijo así: "Nadie se baña dos veces en el mismo río".
La fantasía narcisista pasiva induce pensamientos de que existe una fórmula, "mágica" con la cual se puede solucionar y resolver la vida completa, de una vez por todas y para siempre. Fantasía de una fórmula mágica que permitiría al sujeto en cuestión: "Dormirse en sus laureles". La vida y la realidad se encargan de enseñarnos que no existe una solución total y permanente, de ese tipo, aunque "nos lo enseñe tan tarde…" que ni ánimos de agradecérselo. "Al mejor cazador se le va la liebre", porque los estados emocionales fluyen por un camino paralelo al de la razón. El entreveramiento (Romero, 2003) de la emoción y el intelecto requiere del esfuerzo consciente y preconsciente, activo y sistemático, inteligente, ético y moral y de manera permanente.
Sin embargo: "Uno pone y Dios dispone", porque las circunstancias juegan su papel. Lo emocional tiene sus propios límites, diferentes en todos, pero además por lo regular, cada quien tiene su propio: "Talón de Aquiles", debido a eso es que se puede ser -como un rasgo característicamente personal- inestable o emocional en exceso.
A eso se deberá lo que dice el pueblo de que: "Cada quien habla de la feria según le fue". Ya sea que se "hable" con las actitudes, desde la influencia de las contradicciones como le ocurre a muchos histeroides; vegetativamente, como es el caso en la regresión psicosomática; con altibajos en la autoestima como es el caso del que enfermó del narcisismo; a través de conducta desviada, perversa e impulsiva, ya sea sexual y/ o agresiva como es el caso de los trastornos fronterizos, o por medio de síntomas en general. En las neurosis Freud observó como consecuencia dificultades para amar y trabajar. Los problemas de tipo relacional coartan el crecimiento, el progreso y la satisfacción personales.
También esto es un problema para el neurótico. Quiere decir que en el transcurso del desarrollo temprano, la gente pasamos por experiencias, sentidas, en mayor o menor grado, como traumáticas. Estas son inevitables, y dejan huella. Sentimientos como la nostalgia son producto de necesidades de afecto insatisfechas. Otro tipo de huella puede tener que ver con el resentimiento, anhelos de amor u odios no procesados. En ocasiones, aferramiento respecto de fantasías o expectativas de gratificación, o deseos de venganza. Cuando se sienten como algo extraño a la personalidad, caso de los síntomas, generalmente provocan sufrimiento y significa que se está más cerca de lo neurótico. Cuando no se puede ni siquiera ubicar esas experiencias, sino sólo padecerlas en forma de somatizaciones, por ejemplo, se está más cerca de los trastornos severos: narcisopatía, psicosis, estados fronterizos. Más aún, cuando son absorbidos por la caracterología, ni siquiera se padecen en lo personal, aún cuando provoquen enfermedad física; son los demás los que sufren a causa del caracterópata. Pero eso sí, los trastornos, siempre encuentran canales para manifestarse. Entonces, "cuando veas a tu vecino rasurar…" sería muy sano que en vez de afanarnos en explicar las causas de sus fallas, mejor pudiéramos "… poner la propia a remojar", es decir, revisarnos nosotros y lo nuestro.
Refranes de injusticias y abusos aceptados por la ideología del sistema de poder que predomina, promotor del individualismo
Un juicio como: "lo que es bueno para mí, es justo que me ocupe de lograrlo a cualquier precio", el desarrollo de la sociología reaccionaria, (Comte, 1798-1857 y Weber, 1864-1920 por ejemplo), estimuló que fuese llevado vía de la simbolización hasta: "Los fines justifican los medios". En adelante, es parte esencial, por adopción, de la ideología de los países ricos, en todos los ámbitos y con Estados Unidos a la cabeza. No importa cómo ni a qué precio, hay que lograr el objetivo. Sin embargo, no es de ellos, como es evidente, el mérito de su invención. Lo más probable es que los gringos tengan otras simbolizaciones similares.
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