EE.UU., CIA y Paramilitarismo – "El Imperio contra la Revolución Bolivariana" (página 2)
Enviado por William Izarra
El 11 de abril de 2002, de manera muy bien cubierta hasta ahora, apoyaron a los sectores contrarrevolucionarios que dieron el golpe de Estado al Presidente Hugo Chávez. Aunque no lograron su objetivo, no han dejado de participar a través de la CIA y de organizaciones tipo mampara, brindándole ayuda a la oposición ultraderechista para continuar con la desestabilización. Su meta no es solo salir del Presidente Chávez, sino aniquilar al el Proceso Revolucionario y, con ello, todo signo ideológico contrario al del imperio.
2. Agencia Central de Inteligencia (CIA)
En todas las intervenciones hechas en América Latina y en el mundo entero, los planes militares han dedicado una parte bien significativa al desarrollo de operaciones encubiertas. Esto se refiere a aquellas tareas de "guerra sucia" o actos de sabotaje, golpes de mano, terrorismo, crímenes y demás operaciones de orden secreto empleadas para eliminar los focos perturbadores a la libertad de acción del imperio en una región determinada. Esta guerra sucia la crea y administra la Agencia Central de Información (CIA), institución del gobierno de EE.UU., para que funcione como "la mano pelúa" en todo el mundo.
Historia
Cuenta James R. Sutton, ex-agente de la CIA, que la Agencia se crea como consecuencia de las divergencias burocráticas entre los Departamentos de Defensa (militar), de Estado (diplomático) y Procuraduría Nacional (judicial). Señala Sutton que dentro de estas instancias gubernamentales existían unidades para la recolección de información de inteligencia político-militar, pero la falta de coordinación entre ellas le negó al gobierno de Franklin D. Roosevelt la capacidad de anticipar las verdaderas intenciones de Adolfo Hitler en Alemania, y las de los japoneses en el océano Pacífico antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Los ataques de los alemanes en contra de sus vecinos europeos y de los japoneses contra la base militar de Pearl Harbor, dejaron al pueblo de EE.UU., desmoralizado. La respuesta política a esta situación fue la creación de la Oficina de Servicios Estratégicos (Office of Strategic Services, OSS), bajo el control del Departamento de Defensa. La OSS funcionó durante la guerra y el comienzo de la expansión soviética de la posguerra de manera satisfactoria, lo que hizo crear las condiciones propicias para la activación de una agencia de inteligencia bajo control civil.
Así, centralizando funciones, el presidente Harry Truman, mediante una orden ejecutiva, estableció la Ley de Seguridad Nacional de 1947 (National Security Act of 1947). De esta manera nace la CIA. Empezó a funcionar el 20 de septiembre de ese mismo año como un instrumento de inteligencia para coordinar el flujo de información de fuentes militares y diplomáticas. En los años 50 la CIA amplió de manera compulsiva su función: de ser una agencia de recolección y análisis de información se autodefinió un nuevo rol: Cover Actions (Acciones Encubiertas). Desde esa época (años 50), hasta nuestros días de inicios del siglo XXI (2004), la misión fundamental fue sustituida por la llamada guerra sucia: corromper, cooptar, manipular, secuestrar, asesinar a miembros de gobiernos, actores políticos, académicos, sindicalistas, campesinos, militares, indígenas y estudiantes, cuyos objetivos político-sociales eran percibidos como amenazas a los intereses de EE.UU.
Se convierte entonces la CIA en agencia rectora de las operaciones encubiertas para desestabilizar gobiernos y asesinar dirigentes en países que han intentado llevar a cabo transformaciones en favor de sus pueblos y en contra de los intereses norteamericanos.
La nueva misión de la CIA, a partir de los años 50, después del reparto del mundo como consecuencia de la II Guerra Mundial, responde a ese espacio histórico que se iniciaba entonces en el mundo. Sin declaración alguna ni notificaciones diplomáticas de estilos, en esos años arrancaba la tensa y peligrosa etapa de enfrentamientos ideológicos entre el mundo Este y el mundo Oeste; entre la URSS y los EE.UU; entre el capitalismo y el comunismo. Práctica de tensiones y amagos de guerra, así como de confrontaciones permanentes entre los factores del espionaje y los elementos del contraespionaje. Período denominado la Guerra Fría.
Acciones Encubiertas en América Latina y el Caribe
En América Latina y el Caribe, la CIA opera como agente promotor del terrorismo. Ejecuta en todos los países actos violentos y aniquiladores de los nacionales que luchan por la emancipación de sus pueblos. Podemos mencionar, como hechos verificados para la historia, algunas de sus operaciones más destacadas, las cuales contribuyen a afianzar la lista de las intervenciones mencionada arriba muy fugazmente.
1948
En Colombia, Bogotá, la CIA actuó en la ejecución de la llamada Operación Pantomima, cuya misión era la de impedir el proceso de avance popular hacia la toma del poder, liderado por el socialista y revolucionario dirigente Jorge Eliécer Gaitán. Esta operación culminó con su asesinato el 9 de abril de 1948, en lo días que se desarrollaba en Bogotá la Conferencia Panamericana para la creación de la Organización de Estados Americanos (OEA). La operación de la CIA estaba auspiciada por la oligarquía colombiana.
1954-1996
La CIA organiza y financia el golpe de Estado en Guatemala para derrocar al presidente Jacobo Arbenz. El Presidente Arbenz había nacionalizado las tierras ociosas de la United Fruit pagando por ellas lo que la empresa norteamericana había declarado que valían en sus libros de contabilidad. La violencia provocada desde entonces por los sucesivos gobiernos militares dejó un saldo de 160 mil muertos y 40 mil desaparecidos.
1959-Siglo XXI
Tras el triunfo de la Revolución cubana, el presidente Dwight Eisenhower autoriza operaciones encubiertas con el fin de asesinar a Fidel Castro. En 1961 la CIA organiza y financia el desembarco mercenario en Playa Girón para derrocar al gobierno. La invasión termina en un rotundo fracaso en menos de 72 horas y el presidente John F. Kennedy asume la responsabilidad total. Desde entonces, la política terrorista y el bloqueo económico aplicados por el gobierno norteamericano han causado cientos de muertos y pérdidas por más de miles de millones de dólares a la economía cubana.
1963-1965
La CIA lleva a cabo una campaña propagandística en contra del presidente dominicano Juan Bosch que culmina con un golpe de Estado. Bosch había anunciado una serie de reformas que beneficiaban a los trabajadores del país. Tras un alzamiento de militares constitucionalistas que pedían el retorno de Bosch, los EE.UU., intervienen al frente de una fuerza multinacional y terminan imponiendo un nuevo presidente.
1964
La CIA lleva adelante una millonaria campaña propagandística en contra de João Goulart, presidente del Brasil, que culmina con un golpe de Estado. Goulart, quien mantuvo una política exterior independiente de Washington, había iniciado una serie de reformas que limitaban las ganancias de las empresas transnacionales y nacionalizó una subsidiaria de la ITT.
1967
La CIA participa en el entrenamiento y las operaciones del ejército boliviano en contra del ELN. El agente Félix Rodríguez es el encargado de transmitir la orden, llegada desde La Paz, para asesinar a Ernesto Che Guevara.
1971
La CIA prepara un atentado para asesinar a Fidel Castro, primer ministro de Cuba, durante su visita a Chile.
1970-1973
Treinta años después del derrocamiento de Salvador Allende en Chile, se pudo comprobar como ciertas las operaciones encubiertas que realizó la CIA, para derrocar a Salvador Allende e instalar a Augusto Pinochet.
La información desclasificada permite ahora comprobar las hipótesis sobre el derrocamiento del Presidente de Chile sostenidas durante más de 30 años. Recientemente, la CIA ha admitido por primera vez en público, el programa clandestino contra la ascensión de Salvador Allende al poder, y sus esfuerzos políticos y militares para derrocarlo. En el informe "Actividades de la CIA en Chile", la agencia reconoce que en los años sesenta y principios de los setenta, como parte de la política del gobierno de EE.UU., para intentar influir sobre las decisiones en Chile, la CIA desarrolló proyectos secretos para desacreditar a líderes políticos marxistas, especialmente a Salvador Allende. Los planes se dirigían a alentar a los opositores civiles y militares de Allende para impedir que asumiera el poder, ya que para agosto de 1970 se sabía que él y la Unidad Popular ganarían la contienda electoral.
Señala el informe, que el 15 de septiembre de 1970 el presidente Nixon le comunicó al director de la CIA que un régimen de Allende en Chile no sería aceptado por EE.UU. Por lo que le giró instrucciones para impedir su ascenso al poder o, en su defecto, planificar su derrocamiento. Para ese fin, se destinaron 10 millones de dólares. Por lo tanto, siguiendo las instrucciones del Presidente, la CIA preparó un golpe para evitar que Allende asumiera la Presidencia, una vez ganadas las elecciones el 4 de septiembre.
En tales circunstancias, la CIA procedió a activar los grupos de trabajos encubiertos, los que, por su trabajo de inteligencia, coincidieron en que cualquier golpe de estado para tener éxito, tendría que secuestrar al comandante del ejército, general René Schneider. El general sostenía que la Constitución obligaba a las Fuerzas Armadas a permitir que Allende asumiera el poder. Por lo tanto, la CIA tenía que neutralizar a Schneider y, en consecuencia, planificó el atentado que se materializó con su muerte. No obstante, el vil asesinato no incidió para que se diera el golpe que se buscaba. Sin desistir de su propósito, a la CIA no le quedó otra alternativa que cambiar su estrategia y estimular entonces, el apoyo a los partidos de oposición para ir de frente contra el régimen de Allende. Incidir en la desestabilización del país y en el descrédito del gobierno.
Otro dato que contiene el informe y que merece mencionarlo por lo notorio de los vínculos directos de la Casa Blanca con la conspiración, es el que señala que el 21 de agosto de 1973, el comité de los 40 (agrupación dentro de la cúpula del gobierno norteamericano) encargado de la supervisión de las acciones desestabilizadoras, aprobó otro millón de dólares adicionales para acelerar el golpe. Ahora sí, el 11 de septiembre se tumba a Allende, éste muere y se instala Augusto Pinochet en el Palacio de la Moneda. Reconoce también la CIA el respaldo activo que le brindó a la junta militar después del derrocamiento del Presidente. Sostiene, además, que muchos de los oficiales de Pinochet abusaron de los derechos humanos. Algunos de estos oficiales eran agentes de la CIA o miembros de las fuerzas armadas de EE.UU.
1976
Los agentes de la CIA Orlando Bosch y Luis Posada Carriles organizan un atentado que provoca la explosión, en pleno vuelo, de un avión cubano en Barbados. En el atentado mueren 73 personas.
1979-1990
Al triunfo de la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua, el presidente norteamericano James Carter autoriza operaciones de la CIA en apoyo de la oposición. Durante el gobierno de Ronald Reagan se destinan cientos de millones de dólares a la creación de un ejército mercenario que, desde la vecina Honduras, se dedica a sabotear los esfuerzos nicaragüenses por construir una sociedad democrática y plural. La guerra cuesta al país 60 mil muertos y 2 mil desaparecidos, además de 17 mil millones de dólares en pérdidas que el gobierno de EE.UU., se niega a pagar a pesar del fallo de la Corte Internacional de Justicia en 1986. Finalmente la oposición llega al poder en 1990 después de un proceso electoral marcado por el intervencionismo de los Estados Unidos. Desde entonces y tras varios elecciones presidenciales con posibilidad real de obtener el triunfo, los sandinistas no han logrado retomar el poder. Las acciones de la CIA han contribuido a impedirlo.
1980-1992
La CIA desempeña un papel fundamental en la concepción y organización de las agencias de seguridad de las que emanaron los grupos paramilitares de El Salvador. Durante la guerra civil salvadoreña, los Estados Unidos apoyan a los sucesivos gobiernos militares con miles de millones de dólares. La guerra dejó un saldo de 75 mil muertos y 8 mil desaparecidos.
1983
Debido a la intensa actividad de la CIA en el Caribe, tropas norteamericanas invaden Granada poco después de que un golpe de Estado terminara con el régimen de Maurice Bishop. Según el presidente Ronald Reagan, Granada, una isla de 340 km2 y 110 mil habitantes representaba una amenaza militar para los Estados Unidos. Reagan había mostrado su preocupación por un aeropuerto que trabajadores cubanos estaban construyendo para desarrollar el turismo. Luego de la invasión, los Estados Unidos anuncian su decisión de concluir el aeropuerto para desarrollar el turismo.
1986
Es derribado en Nicaragua un avión DC-3 que abastecía a la contrarrevolución. El piloto, Eugene Hassenfus, revela que los vuelos son dirigidos por la CIA y proceden de bases en El Salvador y Honduras.
1989
Los EE.UU., invaden Panamá con el pretexto de capturar a su Presidente Manuel Antonio Noriega, ex agente de la CIA acusado de tráfico de drogas. El gobierno norteamericano tenía conocimiento de las actividades ilícitas de Noriega, pero lo mantuvo en su nómina mientras le fue útil. La invasión dejó un saldo de siete mil muertos y desaparecidos, así como pérdidas millonarias.
1997
El agente de la CIA Luis Posada Carriles organiza una serie de atentados explosivos en contra de hoteles cubanos con saldo de un muerto y numerosos heridos. En los atentados participan mercenarios salvadoreños.
2000-2004
La CIA agudiza sus tentáculos tecnológicos para incrementar la productividad de sus operaciones. Ya no solo se vale de la recolección por la vía de las redes de agentes, propios y nacionales de los países donde operan, sino se amplía su espectro por medio de la tecnología satelital y la diversidad de instrumentos técnicos para agilizar sus operaciones encubiertas. Con los nuevos planes militares elaborados por el Comando Estratégico del Sur, la actividad de la CIA se multiplica. Las acciones de desestabilización continental se hacen cada vez más evidentes y necesarias para ellos, en vista de las respuestas que las organizaciones políticas y sociales le han dado al imperio en los inicios del siglo. Además las coaliciones regionales, en estado de maduración para unirse en contra de la recolonización continental, han influido en la cuantificación de las operaciones terroristas gestadas contra los latinoamericanos.
En Venezuela treinta años después del derrocamiento de Allende, aunque en condiciones diferentes, algo similar quiere hacer la CIA en Venezuela. Intento de golpe, estímulo a la conspiración militar, compra de conciencias y lealtades, fomento a la oposición reaccionaria, aislamiento internacional del gobierno legítimo de Venezuela y como parte de la escalada de acciones, la presencia activa en la escena política del paramilitarismo. No obstante, la voluntad soberana del pueblo, la institucionalidad patriótica de la Fuerza Armada y un proyecto político inspirado en los ideales de nuestros libertadores, impiden dar al traste con la ruta de la emancipación que está construyendo el pueblo venezolano. El sacrificio de Allende y su experiencia que ha quedado arraigada en el corazón de los revolucionarios, sirven de imagen objetivo para impedir la repetición de esa historia.
3. Paramilitarismo
El paramilitarismo es una de las formas de acción empleadas por la CIA. Con la sutil denominación de Cover Action, el paramilitarismo nace cuando la CIA lo hace. Aunque pudiese existir algún otro vestigio similar que la historia tenga reservado, en otro tiempo atrás, a esta terrorífica categoría político-militar. Como estructura que genera una organización secreta a nivel mundial, la práctica del paramilitarismo se ha extendido a todos los lugares del mundo, incluyendo su participación hoy en día en las acciones de ocupación de Irak.
Específicamente en América Latina, el paramilitarismo surge como consecuencia de la lucha contra las organizaciones populares y de base, consideradas por la CIA como de insurgencia o subversión. El pensamiento emancipador ha sido determinante en la construcción de los movimientos populares del continente cuya acción política, social y militar, en sus diferentes expresiones, especificidades y tiempo histórico, se viene ejecutando desde la época de la independencia de Simón Bolívar. De hecho, el ideario bolivariano sigue vigente. Intacto en su poder de inspiración para confrontarse con el Imperio. Pensamiento que orienta a muchas organizaciones latinoamericanas y caribeñas a luchar por alcanzar estadios de vida superiores. Gestos que son calificados por los EE.UU., como subversivos y en contra de la paz, la libertad y la democracia del continente.
Para los EE.UU., América Latina y el Caribe es su región cautiva. Es su mercado natural, permanente y propio. Además, para sus intereses vitales esta región debe permanecer bajo su control y dominio por ser también fuente abastecedora de materia prima. Es por ello que ningún gobierno de turno de los EE.UU., puede tolerar la aparición de focos perturbadores a su práctica hegemónica. Por lo tanto, para impedir la aparición de esos focos se tiene que aniquilar la raíz que los produce. Aquí es donde entra a jugar un rol determinante la guerra sucia, la mano pelúa, las operaciones encubiertas. Es aquí donde pasa a protagonizar la escena la CIA.
Cuando se crea la CIA como consecuencia de la fundación del Consejo de Seguridad Nacional en 1947, aparece también la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) definida como ".el conjunto de ideas, normas y principios, sustentadas por el gobierno federal, para darle direccionalidad a las necesidades geopolíticas de la Unión". El objetivo fundamental de la DSN era –y lo sigue siendo bajo otras denominaciones sublimes- la eliminación del enemigo interno (ENO), materializado por el comunismo y sus derivaciones teóricas similares. Le sigue en orden de importancia, la organización emancipadora de las fuerzas populares, la subversión generada por el elemento ideológico presente en el pueblo antimperialista y la insurgencia patriota, nacionalista, solidaria e internacionalista.
La puesta en vigencia de la DSN arroja la creación de otras estructuras continentales que aseguren su aplicación. La primera, surge a raíz de la Conferencia de Río de Janeiro en 1947. Aquí se plantea la alianza continental de los países americanos en caso de agresiones extracontinentales. Nace entonces el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que acuerda la cooperación militar de todos los países del hemisferio. La segunda estructura se crea en Bogotá, en el año 1948. Por sugerencia y bajo los criterios predominantes del gobierno de los EE.UU., se constituye la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya naturaleza es la relación política de los gobiernos del continente.
El TIAR y la OEA son el piso militar y político del sistema interamericano, lo que demanda la instrumentación ideológica para impedir la consolidación del enemigo interno (comunismo y subversión). Dentro de este marco conceptual aparece entonces la Escuela de las Américas. Centro educativo para la oficialidad de las fuerzas militares de los países del continente quienes serán los líderes que dirigirán a sus respectivas instituciones. Liderazgo que será otorgado a quienes demuestren, en la teoría y la práctica, sus convicciones ideológicas anticomunistas y antisubversivas.
4. El paramilitarismo en Venezuela
Recientemente, el Presidente de la Federación Campesina de Venezuela, Miguel Ulises Moreno, denunció en rueda de prensa el asesinato de 120 dirigentes campesinos, en todo el país, que luchaban por los derechos de los trabajadores de la tierra. Citó la aparición de dos dirigentes muertos en la jurisdicción del Municipio Baralt del Estado Zulia, quienes habían solicitado ante las autoridades la entrega de un fundo cedido por el Instituto Nacional de Tierras (INTI) a varios campesinos del municipio.
Denunció que una semana después de este hecho, en Guanarito, estado Portuguesa, en el caserío La Arenosa –zona de conflicto por dotación de tierras, donde el INTI está otorgando las cartas agrarias– fueron asesinados por paramilitares tres campesinos beneficiados por el Estado. Denuncia también el asesinato de dos campesinos más por parte de los paramilitares colombianos. Los asesinatos ocurren por el acaparamiento de los poderosos que buscan la forma de arrebatarles a los campesinos las porciones que les otorga el Estado. Éstos, llamados los tierra-cogientes, son los que contratan a los paramilitares para eliminar a los campesinos.
Los paramilitares en Venezuela han operado desde hace años. Desde que aparecieron formalmente en Colombia en 1984, –puede ser que en el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán participara algún elemento que hoy podría ser considerado como paramilitar– según Gloria Helena Rey, (La Opinión de Colombia, diciembre 2003), ha existido como una especie de vaso comunicante a través de la frontera con Venezuela y como consecuencia de su enfrentamiento a las fuerzas revolucionarias que vienen desarrollando la lucha armada en Colombia (FARC y ELN, principalmente). En ese año de 1984, los grupos paramilitares de ultraderecha fueron creados para combatir a las guerrillas de izquierda y, desde entonces, se convirtieron en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), principal fuerza armada ilegal y la más acusada de violar los derechos humanos por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las AUC han sido responsabilizados de matanzas, asesinatos selectivos, desapariciones y desplazamientos forzados, mientras que sus jefes principales, Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, enfrentan condenas y procesos judiciales.
A partir de 1984, los paramilitares de Colombia realizan operaciones en Venezuela. Muy probablemente no de manera regular y permanente. Pero si ocasional aunque frecuente. No obstante, según Constanza Centeno (Opinión en internet, mayo 2004) las Autodefensas Unidas de Venezuela (AUV) fueron creadas en año de 1997, por requerimiento de una grupo de industriales y ganaderos del Estado Zulia. Este sector, con suficientes recursos económicos, contrató a Carlos Castaño para tal fin.
El estudio intenso de Centeno sobre las acciones de los paramilitares en nuestro país, recoge minuciosamente los hechos entre 1997 y 2004. Para los efectos de ilustrar esa secuencia de eventos, me voy a permitir puntualizar la mayoría de esos actos con sus fechas de ocurrencia. El crédito y, por supuesto, el mérito de este aporte vital al estudio del paramilitarismo en nuestro país, corresponde a su autora Constanza Centeno. Los datos fechados en el 2004 fueron recogidos de las informaciones emitidas por la prensa nacional.
1. En diciembre de 1997 son capturados en el estado Apure siete colombianos sospechosos de ser paramilitares y culpables de participar en varios secuestros. Son decomisadas armas de guerra, mapas de la zona y una lista con nombres de ganaderos y hacendados dispuestos a colaborar económicamente con dicha iniciativa paramilitar.
2. El 26 junio de 2002, la difusión de un video demostró que las AUV operaban en los estados Táchira, Apure y Zulia y que contaba con 2.200 hombres armados. El "Comandante Antonio" declaró que el propósito de sus hombres es ".cambiar el panorama político del país", ratificando que el presidente Hugo Chávez Frías es objetivo militar.
3. El 29 de junio de 2002 el diario colombiano El Tiempo difunde declaraciones de Carlos Castaño, sobre el envío de sus instructores a las Autodefensas Unidas de Venezuela.
4. El 19 de septiembre de 2002 el ciudadano venezolano Antonio García es asesinado en su residencia por la acción del sicariato, su homicida, Antonio Peña Luzardo, declaró en enero de ese año que fue contratado por ganaderos para que planificara la muerte de tres hombres.
5. En fecha 16 de julio de 2002 paramilitares colombianos liberan al ciudadano venezolano Richard Boulton. La agencia de noticias Reuters reseñó: "El empresario venezolano, miembro de una acaudalada familia de ese país, fue liberado el lunes por un grupo paramilitar de ultraderecha de Colombia, justo dos años después de que fue secuestrado, informó el Comité Internacional de la Cruz Roja".
6. El 19 de marzo de 2003, fuerzas paramilitares cruzaron desde Colombia el cauce navegable del Río de Oro (límite natural fronterizo) para asesinar, saquear y destruir bienes individuales y colectivos de más de 500 personas en el caserío venezolano conocido como La Escuelita. La Agencia de Noticias del Pueblo, ANPA, reseñó: "Las víctimas y testigos relataron que los paras ingresaron a territorio venezolano con armamento de última generación, uniformes militares nuevos y equipos de comunicación. Portaban insignias de tropas de contrainsurgencia de Colombia, brazaletes del Ejército de Liberación Nacional y de la Guardia Nacional venezolana. Inicialmente dispararon contra helicópteros venezolanos que iban a desembarcar tropas, hecho que obligó a los militares a suspender esta operación para bombardear posteriormente a los invasores con aviones Bronco y F-16, causando unas 40 bajas a los paramilitares, quienes trasladaron los cuerpos a la ribera colombiana para no dejar evidencias de su incursión".
7. Entre el 28 y el 30 de marzo de 2003 se perpetra un ataque criminal de paramilitares colombianos contra campesinos e indígenas venezolanos en Río de Oro, Sierra de Perijá, estado Zulia, quemando y saqueando una cooperativa de víveres, el expendio de medicinas, un salón de video y salas de emergencias médicas. Sacrificaron aves, ganado, animales domésticos y se llevaron las embarcaciones con motor, único medio de transporte y trabajo para las familias. La fuerza aérea venezolana respondió ante la agresión paramilitar de la base fronteriza en la confluencia de los ríos de Oro y Catatumbo. La Agencia de Noticias del Pueblo, ANPA, reseñó: "Hay indicios de que participaron militares colombianos de la V Brigada, cuya sede se encuentra en la ciudad de Bucaramanga. Después del bombardeo, cuando se retiraron los soldados venezolanos, los paramilitares reingresaron para atacar el poblado La Escuelita, pero salieron de esa zona, nuevamente hacia el lado colombiano, debido al continuo patrullaje de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela".
8. El 1 abril de 2003 el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), emite un informe manifestando su preocupación por la situación crítica de cientos de personas colombianas desplazadas cerca de la frontera con Venezuela: "Durante las dos últimas semanas, se han reportado enfrentamientos armados entre la guerrilla y los paramilitares colombianos en la zona fronteriza con Venezuela. Estos grupos armados irregulares también han tenido enfrentamientos con el ejército venezolano.
9. El 4 de septiembre de 2003 la Fuerza Armada Nacional repele un nuevo ataque paramilitar. La agencia ANNCOL/Rebelión reseñó: "un grupo de efectivos militares venezolanos de la Compañía de Cazadores del Batallón 253 se enfrentó con paramilitares colombianos en el municipio de Ayacucho, en el Estado de Táchira, Venezuela. Los cazadores recibieron un ataque "de paramilitares colombianos, los cuales están internados a seis kilómetros de la frontera venezolana," dio a conocer el Vicepresidente de Venezuela José Vicente Rangel.
10. El abogado y reconocido defensor de los derechos humanos de muchos refugiados colombianos en la región fronteriza de Zulia, Venezuela, Joe Castillo, fue víctima de un cruel atentado cuando dos sicarios encapuchados le propinaron 17 impactos de bala en el cuerpo. La prensa venezolana señala a paramilitares colombianos trabajando para terratenientes venezolanos como los presuntos autores del crimen.
11. El 5 de septiembre de 2003 se escenifica otro enfrentamiento entre la FAN y paramilitares colombianos, según fuentes castrenses tres paramilitares fueron abatidos en la frontera, donde quedó un soldado venezolano gravemente herido. La agencia de noticias ANSA reseñó: "El general Carlos Acosta Pérez, comandante militar en la zona fronteriza de Táchira -donde se produjo el enfrentamiento el miércoles pasado, en el lado venezolano-, dijo a la prensa local que los irregulares tenían potentes armas de fuego".
12. El 25 de octubre de 2003 siete paramilitares colombianos murieron en un enfrentamiento con miembros de la policía y la Guardia Nacional en un poblado pesquero del estado Sucre, informó el gobernador Ramón Martínez, en entrevista difundida por el diario El Nacional.
13. El 26 de octubre de 2003 un grupo de paramilitares colombianos de las AUC es capturado y deportado a su país. El grupo criminal estaba vinculado a una serie de decomisos de drogas realizados en el estado Sucre -puente para el transporte de la droga hacia Estados Unidos y Europa– en los últimos años. La agencia Associated Press reseñó: "Es la primera vez que se confirma la presencia de paramilitares colombianos operando en una zona ajena a la línea fronteriza entre ambos países, en el extremo occidente de Venezuela. El general Alexis Maneiro Gómez relató que seis de los paramilitares muertos eran de nacionalidad colombiana y otro tenía cédula de identidad venezolana, aunque precisó que se están haciendo las investigaciones para determinar si su documentación es legal.
14. El 6 de abril de 2004, Gloria Gaitán, hija del asesinado líder político colombiano Jorge Eliécer Gaitán, solicitó asilo político al gobierno venezolano por las denuncias públicas que realizó ese mismo día en relación a que "el presidente de su país, Álvaro Uribe Vélez, planea invadir a Venezuela con campesinos armados y preparados militarmente, con anuencia de los Estados Unidos a través del Plan Colombia".
15. El 8 de mayo de 2004 ocurre la detención de un centenar de paramilitares colombianos en la hacienda Daktari, ubicada en el Estado Mirando, municipio El Hatillo, dentro del área metropolitana de Caracas. Del campo y lo fundos campesinos pasaron a la ciudad. El paramilitarismo en las regiones urbanas ya es un hecho. Lo que tantas veces fue alertado hoy se ha materializado.
16. En mayo de 2004, informaciones de inteligencia venezolana dan cuenta de células paramilitares en los estados Zulia, Carabobo, Yaracuy, Falcón, Anzoátegui, Bolívar y Monagas, según declaraciones emitidas por el general Melvin López Hidalgo. "Ellos vienen permeando poco a poco amparándose en los tratados que tenemos con la Comunidad Andina de Naciones y la propia República de Colombia", dijo el alto oficial, quien se desempeña como secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de la Nación (Codena). Para apertrechar a estos grupos de paramilitares se aprovecharon los días de Semana Santa, durante los cuales se trasladaron armas (FAL) y municiones desde la península de Paraguaná, hasta Carabobo, enmascarado con las operaciones de seguridad ciudadana, detalló López Hidalgo. Aseguró que las armas para dotar a estos grupos están diseminadas por todo el país y son movilizadas de un sitio a otro para evitar ser descubiertas. Desde el mes pasado, el general López Hidalgo visitó la frontera colombo-venezolana, donde los militares criollos y autoridades del vecino país le manifestaron su preocupación por el desplazamiento de los paramilitares desde la frontera hacia los estados centrales. "Estamos hablando de unos movimientos que se realizan de forma normal bajo las condiciones de trabajo que entran legalmente o vienen a trabajar en la hacienda de algún venezolano", explicó. Hay algunos ganaderos -prosigue- que prestan sus fincas para guardar armas, darle cobijo a paramilitares y adoctrinarlos. "Qué pueden hacer los organismos militares cuando esta gente los pasa de noche o por los caminos verdes". Además de las tomas de puestos militares en la capital, los paramilitares venían con "listas negras" de personas a ser eliminados en determinados momentos.
5. Defensa integral de la Nación
A raíz de la detención de los paramilitares en Caracas, momento culminante de una de las etapas más críticas de la desestabilización por parte de la oposición, el Presidente de la República consideró oportuno la convocatoria del Consejo de la Defensa de la Nación, a los fines de evaluar la situación política y tomar medidas al respecto.
De acuerdo al artículo 323 de la Constitución Bolivariana, el Consejo de la Defensa de la Nación ".es el máximo órgano de consulta para la planificación y asesoramiento del Poder Público en los asuntos relacionados con la defensa integral de la Nación".
Se necesita tomar conciencia de que la defensa integral de la Nación le corresponde a todos los venezolanos. Es un mandato de la Constitución Bolivariana (Título VII, artículos 322 a 327). Por eso hay que respaldar y aceptar con complacencia el llamado del Presidente Chávez a prepararse para asumirla; ya que, en este momento, estamos en presencia del punto crítico para la intervención "indirecta" de los EE.UU. La defensa integral de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental, y afirmación de los derechos humanos. (Art. 326 de la Constitución Bolivariana). A partir de ahora se hace indispensable materializar el espíritu de la Constitución, pues de las acciones indirectas (Guarimba, Paramilitares, CIA) los EE.UU., pueden pasar a la acción directa contra Venezuela (Plan Colombia y sus objetivos tácticos preseleccionados de petróleo y poder político), tal como lo han hecho en Afganistán, Irak o Haití.
Venezuela se ha convertido en objetivo político de EE.UU., (primera fase de la escalada de EE.UU., contra el gobierno de Hugo Chávez) por el hecho de estar consolidándose el Proceso Revolucionario. Como objetivo político, el gobierno de Bush ha activado operaciones encubiertas (canalizadas a través de la CIA) para salir de Chávez. El apoyo dado a la oposición contrarrevolucionaria para fomentar el revocatorio constituye uno de los mecanismos que contemplan las operaciones en contra del gobierno nacional; como también lo es la subversión callejera llamada Guarimba (oposición y CIA) y la amenaza de la aplicación de la Carta Interamericana Democrática (segunda fase de la escalada). De objetivo político puede pasar a convertirse en objetivo militar (tercera fase de la escalada) si las operaciones de baja intensidad (primera y segunda fase) puestas en ejecución hasta ahora no arrojan el resultado esperado. Si Venezuela se convierte en objetivo militar entonces pueden activarse los planes de operaciones que se derivan del Plan Subregional Colombia. Como plan militar, cuya misión es hacer la guerra, las órdenes de operaciones contemplan blancos tácticos y estratégicos en Venezuela. Lo que sería la intervención directa con fuerzas militares propias de EE.UU., y de apoyo con los paramilitares, la ocupación territorial, la posesión de la industria petrolera, el apresamiento del Presidente Chávez, la búsqueda y eliminación de los líderes bolivarianos y la implantación de un gobierno afecto a los intereses del gobierno de EE.UU.
Por lo tanto, procede de manera legítima activar la defensa integral de la Nación. Llámese Milicias Populares, Unidades Básicas, Guardianes del Destino, Comandos Populares, Brigadas de Acción, Ejércitos Populares, cualquier sea la denominación que se le haga a las organizaciones del pueblo para su defensa, cualquiera sea el nombre seleccionado, siempre querrá decir lo mismo: defensa integral de la Patria. Es viable la estructuración disciplinada y con base a la razón existencial del ser humano, la legitimación de los cuerpos populares que se organizan para hacer valer los principios de autodeterminación, soberanía e independencia de la Patria.
6. Razones Geopolíticas de EE.UU.
Dos razones geopolíticas son la causa para considerar a Venezuela y su gobierno como objetivo político. Estas son: (i) Petróleo y (ii) modelo político.
Venezuela significa para EE.UU., el tercer socio comercial del continente, con 10 mil millones de dólares en inversiones, representada por la CITGO. Además, con base en las cifras que suministra PDVSA, Venezuela cuenta con 78 millardos de barriles de reserva, equivalente a la mitad de todo lo existente en el hemisferio occidental. Volúmenes que lo sitúan en el quinto lugar mundial. Si le sumamos las reservas de la Faja del Orinoco, resulta que el país posee la mayor acumulación de combustibles líquidos del planeta con 300 millardos de barriles. Además cuenta con 148 billones de pies cúbicos de gas natural, colocándose en el sexto lugar. Esto es lo concreto y lo tangible; pero, lo potencial, lo que será el futuro, las proyecciones arrojan cifras inmensamente superiores a lo existente.
Las cuencas de Oriente y de Maracaibo se ubican dentro de las diez más grandes del mundo, las cuales concentran el 60% del total mundial de hidrocarburos. Las reservas totales, que incluyen las probadas, ascienden a 221 millardos de barriles. Posee además 147 billones de pies cúbicos en reservas de gas y hay expectativas de descubrir otros 23 millardos de barriles de petróleo, más otros 94 billones de pies cúbicos de gas.
Las invasiones por parte de EE.UU., a Afganistán, Irak y ahora las amenazas sobre Irán, se fundamentan en sus intereses vitales petroleros: mantener su abastecimiento y proveerse en el corto plazo de las reservas estratégicas. Por lo tanto, el mismo patrón que rige su política hegemónica se aplica a Venezuela, corriendo los mismos riesgos de esos países.
EE.UU., sabe el valor petrolero de Venezuela, cuya proyección para los próximos 10 años se establece con base en un incremento de sus importaciones desde Venezuela, que va del 15% actual a un 25% para el 2010. Además, Venezuela es la 3ra., región mundial estratégica para abastecer sus reservas.
Pero, así como los talibanes (gobierno de Afganistán liquidado por EE.UU., durante la guerra del 2001) no eran confiables para asegurar el cruce de los oleoductos que necesariamente pasarían por Afganistán –extracción del petróleo de los países del Asia central– así mismo consideran no confiable al gobierno venezolano. Saben que Hugo Chávez ni es Lucio Gutiérrez, quien claudico ante la fascinación del poder imperial; ni siquiera Lula que aparentemente ha flaqueado ante la seducción del FMI. El Presidente Chávez, además de ser jefe del gobierno de Venezuela, es líder de un proceso revolucionario, constitucional y pacífico. Es esa la razón por la que Hugo Chávez trasciende su liderazgo continental y se echa encima al gobierno más derechista, reaccionario y fascista que existe en la Tierra. Y es ahí en donde se ubica para ellos (gobierno y halcones de la Casa Blanca), usurpadores de la soberanía de los pueblos, el peligro para sus intereses vitales. El modelo de la Revolución Bolivariana, aún en tránsito hacia estadios más avanzados de sus metas, no sólo se opone al dominio de EE.UU., sino que significa una opción emancipadora para los pueblos latinoamericanos. Las coaliciones regionales antiimperialistas, aupadas por el gobierno del Presidente Chávez, es una de las amenazas críticas para sus intereses vitales.
7. Hegemonía mundial de EE.UU.
Fenómeno y Genoestructura.
La raíz de las manifestaciones violentas, canalizadas a través de la guerra, es producto de las pugnas de las potencias por dominar al mundo. Hipótesis comprobada a lo largo de la existencia humana. Nada nuevo se descubre. Pero, sirve para entender la complejidad del mundo actual y los fenómenos que se derivan de la ambición del poder. El control del mundo constituye la génesis de las causas que engendran el fenómeno de la guerra.
El 11 de septiembre del 2001, marca una nueva era en las luchas de los pueblos del mundo. Surge un nuevo modo de emplear los instrumentos de combate. Se generan cambios en la correlación del uso de los componentes militares para combatir al adversario. Lo religioso y la fuerza de convicción que produce al interior de sus fieles, influye ahora significativamente para cambiar la estrategia militar de las potencias mundiales.
No obstante, así como en los fenómenos paranormales, la existencia de la cuarta dimensión es imperceptible al cerebro humano, en las relaciones sociales hay también componentes invisibles. La cuarta dimensión no se puede ver. Es intangible. Lo extrasensorial es aún inexplicable. El alma, los espíritus, los milagros, todo este mundo que lo creemos mágico y que sigue siendo un misterio, no lo capta el cerebro del hombre terrenal. Se mantiene en el plano de lo incomprensible.
Sucede igual en las relaciones sociales. La génesis de los hechos son imperceptibles. Lo cubre el fenómeno que es visible, tangible y explicable. El fenómeno es la apariencia, mientras que la causa que lo genera, no es percibida por la gran mayoría de la humanidad. La raíz está oculta, inmersa en los lugares más recónditos de la justificación. En la guerra vemos a los adversarios y cada uno de ellos explica sus motivaciones. Razones que sustentan su verdad. Explicaciones que podemos o no creer y, en consecuencia, aceptarlas o rechazarlas. Todo dependerá de nuestro marco de referencia. No obstante, pueden ser verificadas. De esta manera se materializan en forma, tiempo y espacio. Por lo tanto, es en apariencia la explicación de su causa.
Hasta aquí, estamos en el mundo de lo fáctico y por lo tanto podemos derivar nuestros juicios. Sin embargo, si permanecemos en este nivel de lo fenomenológico, nos sucederá lo mismo que con la cuarta dimensión. Sin percibir la esencia de las cosas. Porque lo fenomenológico no es la verdad. Es consecuencia de una verdad.
Los nuevos métodos de guerra contra EE.UU., que parte de ese 11 de septiembre están basados en el terrorismo (concepción occidental), jihad (guerra santa del islamismo) o luchas modernas para la emancipación (posiciones marxistas). Dependiendo del marco conceptual teórico, ideológico o religioso se asumirá una actitud frente al cambio político del mundo.
Sin embargo, el fenómeno visible de la operaciones del combate, empleando los instrumentos que los actores involucrados determinen (pilotos suicidas, hombres bombas, gases químicos, paramilitarismo, operaciones tácticas convencionales, baja intensidad) no es la génesis de la guerra. La razón verdadera de la guerra entre terrorismo y jihad, como de todas las otras que ocurren en este instante es la imposición hegemónica de los EE.UU., y el dominio mundial del mercado. Esa es la razón genoestructural. Esa es la génesis que ha estimulado, por ejemplo, el surgimiento de la nueva corriente extremista del islamismo que apareció en Afganistán y otras regiones del mundo. Corriente que va más allá del arabismo y que se inscribe en el concepto del umma islámica que significa la hermandad musulmana mundial y la gran comunidad de creyentes que une a árabes, afganos, paquistaníes, indonesios, filipinos. A todos los que se identifican con un gran frente islámico mundial.
EE.UU y la ex URSS comparten responsabilidades en esta nueva realidad mundial del siglo XXI. La antigua Unión Soviética, por invadir a Afganistán a fines de los años 70 para contrabalancear el control de los EE.UU., sobre el Golfo Arábigo. Los EE.UU., por estimular el desarrollo de los moudjahidin y sus brigadas internacionales para resistir esa invasión soviética.
Afganistán, a pesar de ser un país pequeño con pocos recursos, tiene una posición estratégica clave entre Asia y Europa: el cruce de caminos para el transporte de los hidrocarburos. El trazado y control de los nuevos oleoductos que se construyen en la zona, subyace en la pugna de los intereses internacionales ocultos tras la lucha de clanes, tribus y grupos que han marcado las guerras en este país.
Afganistán adquiere protagonismo durante la guerra fría. Después de la guerra del Vietnam en 1975, Irán era el aliado de la región más importante para los EE.UU. La Unión Soviética, buscando contrarrestar la hegemonía norteamericana en la zona, decidió ocupar el territorio más próximo al golfo pérsico: Afganistán. Por lo tanto, lanzó su ofensiva en diciembre de 1979. El ejercito rojo entró en Kabul e instauró un gobierno comunista.
Ronald Reagan, basándose en esta acción político-militar de la URSS, aprovechó la coyuntura para iniciar su plan militar de desarrollo armamentista, el denominado Plan de la Guerra de las Galaxias. Además promovió la inversión de importantes recursos económicos en la formación y el apoyo logístico a la resistencia afgana. Resistencia formada por una pluralidad de grupos islámicos con diferentes líderes. La causa común, era combatir el comunismo para instaurar un nuevo orden legítimo basado en las enseñanzas del Corán.
Así nacen los grupos combatientes del Islam denominados moudjahidin, financiados y adiestrados por la CIA y los países árabes aliados de EE.UU. El punto de concentración de los esfuerzo en esta cruzada era Pakistán. Los moudjahidin se convirtieron en referencia internacional para los grupos islámicos de otros países. Por esa razón, se le suman combatientes de Argelia, Egipto, Palestina, Sudan, Arabia Saudita y del mismo Pakistán. Esta nueva fuerza va a constituir las brigadas internacionales y también contarán con el apoyo de los EE.UU.
Los moudjahidin y sus brigadas internacionales tendrán una importancia fundamental en la evolución del movimiento islámico en el mundo. Estos grupos, serán el germen de los núcleos armados que, a principios de los años 90, se crearon en casi todos los países musulmanes. Núcleos que, en alianza con los sectores islámicos locales, desarrollaban una nueva estrategia de acción política: la lucha armada para la toma del poder. Su objetivo es instaurar una nueva sociedad basada en la rigurosidad del islam.
El mensaje de esta nueva posición religiosa, con su trasfondo político y moral, le llega con entusiasmo a la juventud islámica más radical. Las tesis nacionalistas árabes, que eran las viejas tesis frente al mundo occidental y el comunismo, entraron en decadencia. A los jóvenes les motivaba más la violencia como forma de imponer su religión.
La expansión internacional del islamismo radical se inicia en abril del 92, cuando Kabul cae en sus manos y el presidente pro-soviético Najibullah se ve obligado a refugiarse en la sede de Naciones Unidas. De allí lo sacan, después de asaltar la sede y lo ahorcan en la plaza principal de Kabul.
Hasta 1989 EE.UU., y los aliados de la región tenían el control de los moudjahidin. Pero con la Guerra del Golfo lo perdieron. Los moudjahidin rechazaban la instalación de las tropas de EE.UU., en territorios musulmanes. El distanciamiento hacia EE.UU. y sus aliados, tiene también su explicación en las relaciones con los diferentes clanes que formaron el nuevo gobierno de Afganistán. Presidido por Rabbani, el nuevo gobierno islamita impone la severidad religiosa y forma su gabinete con los líderes de los diferentes grupos islámicos que participaron en la caída del régimen pro-soviético.
Pero la normalización del país no ocurre. A pesar de la derrota del enemigo comunista, los diferentes clanes se enfrentan en luchas internas por la repartición del poder. La solución a estas luchas la suministrará Pakistán. La estrategia es presentar en la escena al grupo taliban (palabra que significa estudiantes en lengua árabe), jóvenes adiestrados en las escuelas islámicas de los campamentos de refugiados.
En 1994 comienza la ofensiva taliban. Ellos garantizaban la unidad del territorio frente al caos y la fragmentación. Sobre todo, aseguran la ruta para el paso de los hidrocarburos entre Asia y Europa. Estaban bien armados y tenían buena formación. El inicio de la conquista de Afganistán comienza a partir de las zonas rurales.
Las relaciones de los servicios de inteligencia norteamericanos con las facciones guerrilleras afganas de esa época, pasaban por el filtro de sus socios islámicos en Asia: la CIA saudita y el Inter Service Intellegence (ISI), servicio de contra inteligencia del ejército paquistaní. A través de su organización, Al Qaeida, Osama Bin Laden facilitaba la llegada de los combatientes y de fondos estadounidenses a la resistencia afgana. Sus contactos con los servicios secretos de Washington y Riad lo convirtieron en el tesorero del Operativo Afganistán.
Dice un dicho popular "cría cuervos y te sacarán los ojos". Eso fue lo que hicieron las potencias mundiales. Están recogiendo hoy, las tempestades de los vientos que sembraron ayer. Fueron sus pugnas por dominar al mundo y controlar espacios territoriales para sus mercados, materias primas o establecer enclaves de poder, las que estimularon los apetitos y las pasiones perversas en Afganistán, Irak, Palestina o en el mundo islámico del planeta. Como también lo hicieron y continuarán haciéndolo con otros pueblos, sociedades o grupos de la humanidad.
Evidentemente que a partir de lo genoestructural, que es la causa motora de los conflictos, emergen los distintos fenómenos, revelaciones y demostraciones. Es decir, toda la gama de sucesos que terminan de explicar las conductas de los pueblos. Pero, sin la existencia de este embrión genoestructural los fenómenos no aparecerían.
Causas de la guerra del nuevo siglo.
La guerra, sea en Irak, Afganistán, Kachemira, Palestina o en Colombia, donde ocurra, es consecuencia de las imposiciones hegemónicas. Hegemonía que se enfrenta a la resistencia de los pueblos que se oponen al dominio de un orden mundial que les subyuga. Lo que EE.UU., considera como terrorismo, es para el radicalismo islamita, la guerra santa por la gracia de Dios contra los infieles (Jihad). Los palestinos no ceden ante las presiones de las potencias y no dejarán de luchar por su noble causa hasta conseguir para sí, los territorios que les fueron despojados por Israel. En México, el EZLN no claudicará sin conseguir sus demandas para la población campesina, aunque exista el TLC firmado con EE.UU., y Canadá. En Colombia, las FARC no se rendirán a pesar de la contundencia exterminadora de los ataques militares del gobierno apoyado por los EE.UU., a través del Plan Colombia.
Esa es la realidad del mundo global del siglo XXI. Para que funcione de esta manera, la hegemonía arroja consecuencias desoladoras, para el futuro y para la evolución de la humanidad.
La justificación de la guerra antiterrorista de hoy, lo explica la génesis del nuevo modo de colonización: la expansión del mercado, especialmente del petróleo. Esto es el control de las fuentes energéticas del mundo. Donde exista petróleo, allí estará presente el poder militar de EE.UU.
Los intereses en el Asia Central, nueva fuente de las reservas petroleras para las próximas décadas, se extienden desde Afganistán hasta Irak, pasando por los emiratos árabes. Los miembros de la dirigencia norteamericana ubicada en los centros de control geoestratégico como lo son el Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional, así lo consideran. Bautizados como los halcones del nuevo milenio, auspician el mundo global liderizado por EE.UU., expresado en el "Proyecto para un Nuevo Siglo". Halcones expertos de la categoría del ultraderechista Thomas Donelly, el ex secretario de Estado Henry Kissinger, la ex embajadora Jeanne Kirkpatrick, el ex subsecretario de Defensa Richard Perle, la Consejera para la Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, el subsecretario de Estado para el control de armamento John Bolton y otros especialistas republicanos.
El "Proyecto para un Nuevo Siglo" contempla todos los planes militares, geopolíticos y económicos que sustentan la nueva fase del capitalismo, denominada por George Soros como el "Market fundamentalism" (fundamentalismo de mercado) cuya meta es la expansión del mercado y el control de las fuentes energéticas.
Las reservas de gas y petróleo del Mar Caspio, Afganistán y de las repúblicas centroasiáticas exsoviéticas, Kirguistán, Kazajstán, Uzbequistán, Tajikistán y Turkmenistán, con niveles que se calculan en 270 mil millones de barriles, son elementos vitales para sustentar parte de este proyecto. Al controlar Asia Central el camino queda abierto para acelerar los proyectos de construcción de oleoductos y gasoductos a través de Afganistán y Pakistán hacia Karachi, que es la ruta mejor y más barata para transportar el combustible hacia el mercado.
Según el profesor Michael T. Klare, autor de el libro "Resource Wars: the new landscape of Global Conflict", el consumo mundial de energía aumenta un dos por ciento anual, por lo que la competencia para tener acceso a las grandes reservas de energía se debe incrementar en los años venideros. De acuerdo al Departamento de Energía de EEUU, se espera que el consumo global de petróleo aumente de 77 millones de barriles al día en el año 2000, a 110 millones en el 2020, lo que significa un incremento de 43 %. Por lo que, en los próximos quince años, se consumirán en el mundo aproximadamente seis cientos setenta billones de barriles de petróleo, que equivalen a las dos terceras partes de las reservas que hoy se conocen. Por lo tanto, se hace vital la búsqueda de nuevas reservas energéticas, para satisfacer la demanda para ese futuro mediato. Se sabe que a pesar de las inversiones para la producción de fuentes de energía alternativas, pasarán unas cuantas décadas más para que el petróleo sea sustituido.
Desde 1997 el Congreso de los EE.UU., había aprobado una resolución declarando a la región del Mar Caspio y el Cáucaso (Asia Central) como una zona de interés vital para los EE.UU. Es decir, que se apropian de un espacio geográfico a miles de kilómetros de distancia, distinta en cultura, religión, raza y costumbres, porque es fuente de energía para su sociedad.
En 1999, el enviado especial del presidente Bill Clinton para asuntos de energía, Richard Morningstar, luego de una gira por el Asia Central, declaró que ".nuestra política en esta región debe fortalecer la seguridad energética de EEUU, así como expandir las oportunidades a las corporaciones norteamericanas".
Es por esto que las inmensas reservas de gas natural y petróleo en la región centroasiática y del Mar Caspio son de importancia estratégica para los más grandes consumidores de energía, que son las potencias occidentales. Tanta importancia se la ha dado a esta zona geográfica que en octubre de 1999, el Departamento de Defensa de EE.UU., le quitó el mando de sus fuerzas militares en Asia Central al Comando del Pacífico y se lo asignó al Comando Central (Centcom), que controla el Golfo Pérsico, y que garantiza el flujo de petróleo desde esa región hacia Europa y EEUU. El Centcom tiene su área de influencia sobre 25 países, los que incluyen Irak, Afganistán, Egipto, Irán, Pakistán, las aguas del Mar Rojo, el Golfo Pérsico y el Canal de Suez. Coordina 30 buques de guerra, 300 aviones de ataque y 50 mil soldados.
Destaca de todo esto, la importancia de los beneficios de las grandes corporaciones que se incrementarán de manera muy significativa vendiendo energía a los países del Sureste asiático que carecen de ella. Pero, además, se busca también vencer a China y a Rusia en la carrera por el control de las reservas energéticas de esa región.
Por otro lado, la estrategia del "Proyecto del Nuevo Siglo", establece la necesidad de neutralizar a los gobiernos oponentes y adversarios de la globalización, valga decir la política del nuevo colonialismo de EE.UU. De allí que, el Presidente George W. Bush, haciendo uso de su poder propagandístico, ha identificado a los países del Eje del mal: Irak, Irán, Corea del Norte y, después de la caída de Irak, le han agregado a Siria. Eje del mal es una definición unilateral, elaborada por los halcones de Washington con base en los intereses vitales de EE.UU. Conquistado Afganistán le siguió Irak. Ahora las amenazas van en dirección de Irán y por reacción a la guerrilla incontrolada en Irak, han incorporado a Siria en sus objetivos militares inmediatos.
La doctrina de los halcones (expresada en el Plan VC 2020) contempla la combinación de ataques aéreos, fuerzas especiales y oposición local como la fórmula para doblegar a los regímenes enemigos de la democracia occidental. Eliminar el Eje del Mal, traería como consecuencia inmediata hacerlo también con Somalía, Sudán y Yemen, en África, santuarios del integrismo musulmán. Y así, doblegar a cualquier otro país que los desafíe con posturas nacionalistas, soberanas o autónomas.
De manera que, la nueva coyuntura que produjo los atentados contra EE.UU., el 11 de septiembre del 2001 ha sido aprovechada por EE.UU., para consolidar sus proyectos militares, geopolíticos y económicos en el Asia Central, los cuales ya estaban en marcha. Irak y muy pronto Irán son una consecuencia oportuna que le brindó esa coyuntura mundial del terrorismo del 11-S. Gesta que continuarán expandiendo bajo el manto de la "guerra contra el terrorismo internacional" para asegurar su hegemonía y control sobre el flujo ininterrumpido de fuentes de energía a occidente desde todos los rincones del mundo.
En un artículo publicado en el San Francisco Chronicle bajo el título de "Energy Future Rides on US War. Conflict Centered in World´s Oil Patch" escrito por Frank Viviano, se asegura que "más allá de las estrategias y temas de actualidad lo que realmente está en juego en la guerra contra el terrorismo puede resumirse en una sola palabra: petróleo". Asegura Viviano también que ".el mapa de las organizaciones terroristas y objetivos militares trazado para el Medio Oriente y Asia es también el mapa de las principales fuentes de energía del planeta para el siglo XXI. La defensa de estos recursos energéticos, más que una simple confrontación entre el Islam y Occidente, será la principal causa del conflicto global durante las décadas siguientes."
El "Proyecto para un Nuevo Siglo" es la continuación de la política hegemónica de EE.UU., en el mundo. Concretamente para América Latina significa remozar la doctrina contenida en el Destino Manifiesto. Especie de ley natural que le otorga el derecho divino a intervenir en las naciones latinoamericanas. Los argumentos para la intervención pasan por la defensa de los intereses norteamericanos, la salvaguarda de la libertad y la democracia, definida con base en sus particulares e interesados conceptos geopolíticos. En esta situación la intervención no es terrorismo. Los pretextos para la dominación se fundamentan en la lucha contra el narcotráfico y la subversión. Es el caso del Plan Colombia y su acción contra las FARC.
El Plan Colombia
El Plan Colombia es el instrumento de guerra plantado en la región andina, para acabar con la subversión. Por extensión y ante el avance del Proceso Revolucionario en Venezuela, el Plan Colombia extiende sus garras e incorpora en sus blancos a la industria petrolera venezolana.
El Plan Colombia nació en el Departamento de Estado de EE.UU., en donde se redactó con participación del gobierno colombiano y asesores norteamericanos. Cinco componentes constituyen el cuerpo de análisis teórico-práctico que justifica su ejecución: (a) operaciones de ofensiva en las áreas cultivadoras de coca en el sur de Colombia, por medio del entrenamiento y equipamiento de batallones antinarcóticos especiales y apoyo en inteligencia militar; (b) acciones de interdicción militar más agresiva en la región andina; (c) fortalecimiento de la Policía Nacional de Colombia en las labores de erradicación de coca y amapola, contando para ello con aviones de fumigación, operaciones en los centros de cultivo e inteligencia sobre narcotraficantes; (d) desarrollo económico alternativo; y, (e) fortalecimiento del gobierno y de las fuerzas armadas.
El Plan tiene un costo de U.S $7.558 millones, para ser ejecutado en un lapso no menor de siete años. Su principal programa es la "defensa, seguridad y justicia", que concentra el 64% de los recursos. El Plan establece las causas de la crisis de gobernabilidad y legitimidad del Estado colombiano en el narcotráfico y el conflicto armado. Lo que permite involucrarse más a los EE.UU., en la guerra militar de Colombia y, por extensión, en toda la América Latina. Ya es más que conocido el trabajo que desarrolla el Comando Estratégico del Sur (Southcom) en las operaciones continentales de vigilancia. A través de los radares que cubren el norte y el sur de América Latina buscan, desde el punto de vista táctico, detectar vuelos sospechosos. Los radares están instalados en Aruba y Curazao y en la actualidad se negocia un tercer puesto de control, que posiblemente se ubicará en El Salvador. Toda la información se procesa en Key West, Florida, donde está la central del Comando Sur. Otros tres radares ubicados en Texas, Virginia y Puerto Rico permiten el control total del espacio aéreo de la región.
El Plan Colombia contempla la inversión en equipos de guerra, logística e inteligencia. Tanta importancia reviste este Plan que dos generales, de una y dos estrellas, están al mando. El envío de oficiales de esta jerarquía a países latinoamericanos demuestra la importancia que se le ha dado al plan. Por otro lado, debemos observar que la ayuda militar se transformó de un apoyo a la Policia Nacional, que estaba encargada de operaciones contra-narcóticos, a un gasto de operaciones de contrainsurgencia, debido a la teoría de la "narco-guerrilla", análisis elemental y desviado de la realidad, que se ha convertido en la doctrina para quienes en Washington buscan derrotar la insurgencia armada en Colombia
El Plan también sostiene la hipótesis que la guerra en Colombia es principalmente rural y obedece a ideologías caducas que reciben el apoyo de menos del 4% de la población. Por ello consideran de que una guerra, con el apoyo directo de los EE.UU., sería favorable al gobierno colombiano y a los intereses de las élites nacionales. En concreto, se trataría de eliminar a dos millones de colombianos que son contrarios al actual régimen político y económico. En las zonas rurales de Colombia se encuentra el 30% de la población colombiana, cerca de 13 millones de personas, con niveles de pobreza del 80% y un retraso en el nivel de vida de 30 años respecto a las actuales condiciones urbanas. Además del escalamiento de la guerra interna, la otra estrategia del Plan corresponde a una militarización de la vida civil con ideas de seguridad y orden. Con ello, se busca deslegitimar toda manifestación de los movimientos populares y de los trabajadores que resisten a las agresiones del modelo de desarrollo caracterizado por la exclusión y el empobrecimiento de las mayorías.
Se estima que el Plan Colombia abarca una zona de 3.500.000 kilómetros cuadrados, involucrando a: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela y parte de Brasil. Área con una población aproximada de 110 millones de habitantes que comprende, además, parte de la amazonas, pulmón del mundo y una de las regiones más rica en especies biológicas y poseedora de la mayor reserva de agua dulce existente en la vida. Los 12.500 hombres que se entrenaron para las operaciones del plan provienen de la policía, el ejército, la armada y la fuerza aérea. Además, el plan cuenta con 500 asesores norteamericanos; 80 helicópteros Huey y Black Hawk y 60 millones de dólares destinados a los radares. Todo esto constituye la base de la sofisticada tecnología militar norteamericana, que se interconecta al resto de los componentes militares ubicados en todo el continente. Por las acciones y su alcance, al plan también se le ha llamado la "Guerra del Sur", lo que permite comprobar (los desplazados, por ejemplo) que el plan incrementa la miseria de los pueblos andinos.
Salvo el FMI que apoyó al plan, el mundo entero lo protestó y ha advertido sobre el doble discurso norteamericano. Pretende desarrollar una guerra contra la producción, pero no evita ni la introducción de la droga en su territorio, ni combate decididamente su consumo que es de más de 100 mil millones de dólares al año. Los EE.UU., siguen siendo el principal mercado de drogas del mundo, comparable por sus dimensiones con el de toda Europa: 14 millones de estadounidenses consumen mensualmente droga ilegal. Algunos economistas opinan que mientras exista esta demanda tan alta, cualquier campaña de eliminación de su oferta resultara inútil. El kilo de cocaína está en el orden de los treinta y seis mil dólares.
Por ello, resulta poco creíble que el propósito de EE.UU., con el Plan Colombia sea la eliminación de los cultivos. Según el profesor Hans Dieterich, de la UNAM, afirma que su verdadera intención es la erradicación de los movimientos sociales de América Latina que constituyen un obstáculo amenazante para sus intereses neocoloniales. Intereses que se consolidan a través de la implantación del modelo neoliberal que debilita los estados latinoamericanos, privatiza los recursos naturales y domina los servicios públicos a favor de las empresas transnacionales norteamericanas.
Por otro lado, algunas ONG sostienen que no es coherente un programa de lucha contra los llamados cultivos ilícitos sin una política de reforma agraria integral. La alianza entre el ejército y los paramilitares (AUC), ha provocado el éxodo de dos millones de campesinos que se refugian en áreas urbanas, donde no existen políticas de protección. Según el investigador Noam Chomsky, la ofensiva que respalda EE.UU., no se dirige contra áreas controladas por paramilitares. Los objetivos del Plan Colombia son los guerrilleros y su base social. Y aunque se erradiquen los cultivos, inmediatamente se iniciarán en otra parte del mundo, pues es la demanda la que crea la oferta.
Todo esto nos lleva a concluir que el Plan Colombia, en lugar de solucionar los problemas colombianos, incrementará el clima de violencia y descomposición social de toda América Latina. Es imposible que se pretenda resolver por la vía del aniquilamiento militar a los actores involucrados en la crisis y de paso se pretenda neutralizar a las demás naciones latinoamericanas. La guerra del sur hará crujir el dominio hegemónico de EE.UU.
De la pluralidad de objetivos del Plan Colombia, tienen prioridad tres de ellos: la erradicación de la guerrilla, el impedir que se consolide un proyecto nacionalista que afecte los intereses hegemónicos de EE.UU., y el posesionamiento de yacimientos petroleros. Y que se tenga bien claro, el plan no es asunto de una operación militar limitada y de corta duración. No se trata de una movilización sectorial en una determinada zona geográfica, para alcanzar unos objetivos focales en cuestión de días y dar por cumplida la actividad. No es eso. El plan tiene una programación que desarrollar a largo plazo, cuya meta final está proyectada a ser alcanzada en seis años. Período en el cual permanecerán las fuerzas militares norteamericanas en Colombia.
El Plan Colombia permite introducir nuevos elementos de control que involucrará a todos los países del continente. Del Plan Colombia se derivarán otros dispositivos para ejercer dominio del mercado (Alca), vigilancia satelital (GIS), inteligencia estratégica (CIA y sus redes), propaganda subliminal (medios de comunicación), manutención estructural (coacción ideológica), estímulo para modernizar los modelos populistas (democracia representativa), nuevas formas de consumo (patrones subliminales), hábitos transculturales (alienación).
Amenazas asimétricas
La contraposición a los planes militares de EE.UU., es lo que se denomina amenaza asimétrica. Los pueblos, haciendo uso de su conciencia, se confrontan con las fuerzas del imperio. Tal es el caso, ejemplo vivo, de la lucha armada que libra el pueblo de Irak en contra de los invasores. Esa es una muestra heroica de las amenazas asimétricas.
La relación de los EE.UU., con los países del mundo, especialmente con América Latina y el Caribe se sutenta en la premisa que reza que los gobiernos de los EE.UU., no tienen amigos, sino socios; y no tienen principios, sino intereses. Su método de relación bilateral y multilateral se sustenta en la palanca más poderosa del mundo: las fuerzas militares. El aparato militar mundial norteamericano, organizado con base en comandos estratégicos, actúa en cualquier parte del planeta a su entera discrecionalidad. El mundo es su teatro de operaciones y zona militar propias. Por lo tanto, en lugar de fomentar la buena voluntad hacia la humanidad su razón de ser lo sustenta en los planes militares.
Así tenemos que el plan maestro VC 2020, los documentos Santa Fé, los planes del Comando Estratégico del Sur, la nueva fase del Plan Colombia, el llamado ahora Plan Patriota, las maniobras tácticas conjuntas con militares de países latinoamericanos, todos estos instrumentos de coacción responden a la concepción estratégica del dominio del espectro global. No es casualidad que el gobierno de Bush haya incrementado la ayuda militar a Latinoamérica, restando la de programas sociales. Para el 2004, a Colombia le asignaron 553 millones US$ contra 136 de inversión social, sin sumar los aportes adicionales que arrojará el Plan Colombia y su derivado Plan Patriota. En México se duplicará de 27 millones US$ a 52. Perú recibirá 71 millones, 10% más que el 2003. En Ecuador asciende el aporte de 30 a 49 millones. Brasil recibirá 21 y Panamá 14.
Esto obedece al paquete de intereses vitales, definidos unilateralmente desde la cúpula de la Casa Blanca. Tres de ellos son suficiente para relacionar la estrategia de dominio y el avance arrollador de sus planes militares: (i) prevenir la aparición de coaliciones regionales que sean hostiles a EE.UU.; (ii) asegurar el acceso incondicional a los mercados, los suministros de energía, los recursos estratégicos; y (iii) garantizar la libertad de los mares, vías de tráfico aéreo, espacio sideral, control de la información y de las comunicaciones. Intereses que demandan la libre acción de sus organismos de inteligencia, la CIA principalmente, en todos los espectros y dimensiones de las naciones latinoamericanas.
Preservar sus intereses vitales es cuestión doctrinaria de sus principios hegemónicos. Dentro de ellos se inscriben los conceptos estratégicos de guerra preventiva, proyección de poder, presencia de ultramar, sorpresa estratégica y dominio territorial. Todos enfocados a determinar que el peligro más serio que atenta en su contra es a lo que denominan las "amenazas asimétricas". En el contexto de su seguridad nacional, la asimetría se refiere a la acción que el oponente presenta para maximizar su ventaja, lograr la iniciativa, ganar la mayor libertad de movimiento y explotar las debilidades del imperio. Amenaza asimétrica es para ellos, la ofensiva de los palestinos; la guerra de guerrillas que libra el pueblo de Irak; la guerra santa del jihad y la conciencia ideológica. También es amenaza asimétrica, la emancipación de los pueblos, el desarrollo avanzado de los países que forman parte de su mercado y la instauración de sistemas políticos diferentes a los sugeridos para la región, como es el caso de Venezuela.
El Plan VC-2020, se concibe bajo la inspiración de las amenazas asimétricas. Por lo que sus objetivos están dirigidos al dominio del espectro global a fin de evitar la materialización de esas amenazas. El VC-2020 se complementa con otras series de planes sustentados en sus intereses vitales para la dominación mundial. Entre esos se encuentra los planes militares para la América Latina. Estos son: el Plan Colombia, ya analizado arriba, el Plan Dignidad (controlar a la Amazonia y los movimiento sociales en Bolivia) y el Plan Nuevos Horizontes o Puebla-Panamá (mantener la sumisión centroamericana). Todos diseñados por el Comando Estratégico del Sur y puestos en marcha para el control continental.
Es de hacer notar que estos planes no sólo se concentran en el sometimiento militar y, por ende, la fuerza coacciona a los gobiernos de la región. Estos planes buscan asegurarse de los recursos naturales, lo cuales además de los hidrocarburos (principal objetivo), son también el agua dulce y la biodiversidad. En la América del Sur existe la Amazonia que significa la materia prima para la ingeniería genética y la biología molecular, elementos nutrientes de la industria farmaceútica mundial. La Amazonia abarca a varios países de la región: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Paraguay y Venezuela. Países en la mira de los planes militares. Allí existen 125 mil tipos de plantas esenciales para medicamentos, pesticidas, colorantes, fibras, aceites, maderas y alimentos; comprende el 50% de los bosques tropicales del mundo; aloja la 1/5 parte del agua dulce; y le da vida a la fauna del mundo más rica en variedad de géneros.
Por otro lado, los planes de dominio continental, buscan el control de las vías de comunicación regional para la explotación de los recursos naturales y la producción de sus mercancías. Los nuevos canales del libre comercio, planes integrados al ALCA, como lo son el Puebla-Panamá, proyectado para unir el Golfo de México con el Pacífico; y el canal seco que viene desde Brasil hasta el Pacífico, pasando por Ecuador serán controlados por el Comando del Sur.
Las fuerzas militares son el poder que invade territorios, aniquila gobiernos y reprime al pueblo. Pero no doblega la voluntad del pueblo. Los planes militares para la América latina son asimétricos. Ya lo ha dicho con profunda concepción revolucionaria Fidel Castro: ".los EEUU., olvidan lo que Antonio Maceo advirtió y que hoy cobra más vigencia que nunca "quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha". Más de 40 años de fracaso tras fracaso debiera persuadir a cualquier gobierno de EE.UU., de que las más sofisticadas armas no podrían aplastar la resistencia de nuestro pueblo, que de antemano sabe qué táctica debe utilizar y qué formas de lucha emplear para anular hasta reducir a cero la superioridad tecnológica del atacante."
Postura irreductible del pueblo cubano que defiende con conciencia su tierra, su soberanía, su libertad. Esto es igual para los pueblos del resto del continente y, muy especialmente, para Venezuela si se pretende aplicar la fuerza militar para arrebatar el proceso revolucionario.
En la actualidad, se crece el imperio con la invasión a Irak (aún sin haber obtenido el triunfo absoluto de la guerra). Fase del nuevo orden mundial que le estimulará a afianzarse en los planes complementarios regionales como éstos, para la América Latina. Sus objetivos nada tienen que ver con la condición humana de libertad, democracia y justicia. No. Su acción hegemónica es lo que prevalece. Y ésta se funda en sus intereses vitales. A los mortales del mundo subdesarrollado, mundo sur, o latinoamericanos, lo que les queda es acentuar las amenazas asimétricas. Es lo único que puede desmontar la imposición de sus intereses vitales.
Plan VC 2020
Mencionado arriba como guía doctrinaria y conceptual para el dominio del Espectro global, este es el plan de EE.UU., para los inicios del siglo XXI. VC 2020 es la continuación de la política por otros medios: la fuerza armada y la guerra inteligente. Es la materialización del control del mundo entero. VC 2020 es una meta parcial del Nuevo Orden Mundial (NOI) concebido para perpetuar la hegemonía de EE.UU. La guerra contra Irak está orientada por el VC 2020. No obstante, esa guerra hay que ubicarla en dos dimensiones. La convencional que se refiere a la invasión militar; y la global, que se ajusta al rol hegemónico de EE.UU.
La dimensión convencional, se refiere a la guerra de laboratorio que permitió comprobar la potencialidad y efectividad del nuevo armamento usado. No obstante, aunque las armas empleadas dentro del marco táctico y estratégico permitieron el triunfo militar de la ocupación, esta guerra –aún no resuelta– no garantiza la victoria para los EE.UU. El pueblo iraquí no lo está tolerando; así como tampoco la corriente antimperialista del planeta.
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