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Los “nuevos” pobres, de los países ricos II (un relato trágico de la crisis) (página 9)

Enviado por Ricardo Lomoro


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Este debate sobre la pobreza tras la jubilación se enmarca en uno más amplio sobre los minijobs y los empleos precarios en Alemania. La Federación Alemana de Sindicatos DGB ha pedido que se reforme el sistema actual de contratos, que permite a las empresas evitar casi todas las cotizaciones sociales cuando cubren sus empleos menos cualificados. Los empleados en minijobs no pueden cobrar más de 400 euros por trabajos a tiempo parcial. El Gobierno y la patronal hablan de "puerta de entrada al mercado de trabajo", pero los sindicatos y buen número de analistas denuncian el abuso de muchas empresas que usan los contratos de 400 euros para empleos a tiempo completo: pagan las horas extra en negro y se evitan desembolsar la seguridad social y las demás cotizaciones obligatorias en los contratos regulares.

Dos terceras partes de los empleados en minijobs son mujeres. No es de extrañar, por tanto, que el primer Informe de Igualdad encargado por el ministerio de Familia el verano pasado recomendara al Gobierno "la abolición de los minijobs".

¿Alemania próspera?: uno de cada siete niños menores de 15 años vive de las ayudas sociales; en la Antigua RDA, es uno de cada cuatro; en Berlín, uno de cada tres

"A primera vista Alemania parece un país superlativo. En el ámbito económico apenas hay otra nación industrializada a la que le vaya mejor que a la República Federal. En el extranjero cunde el asombro ante un "milagro laboral" que no conoce el paro juvenil masivo que padecen los Estados en crisis del sur de Europa. Las máquinas y automóviles "Made in Germany" están muy solicitados en todo el mundo. En relación con el tamaño de su población, Alemania es la nación exportadora número uno a escala mundial. Pero a la hora de hacer balance social, queda poco de todo ese brillo"… Alemania es próspera, pero crece la brecha entre ricos y pobres (El País – 17/10/12)

La República Federal es también un país de contrastes donde los más ricos son cada vez más ricos y los pobres, muy a menudo, jamás dejan de ser pobres.

Ahora se habla mucho de este asunto en los programas de debate. La ministra de trabajo Ursula von der Leyen, la mujer más importante del panorama político alemán después de la canciller, Angela Merkel, ha proporcionado tema para la discusión. Esta cristianodemócrata ha presentado el cuarto informe sobre pobreza y riqueza del Gobierno federal, que deja bien claro que las diferencias crecen.

Este mosaico de cifras de más de 500 páginas se lamenta de la existencia de "una distribución muy desigual del patrimonio privado". Así, "el 10% de los hogares con mayor riqueza reúne más de la mitad de la totalidad del patrimonio neto". Es más, el porcentaje que corresponde a esa décima parte superior al resto "no ha dejado de aumentar con el transcurrir del tiempo". Al mismo tiempo, el informe registra grandes diferencias en lo que respecta a la evolución de los salarios. "En Alemania han experimentado una evolución positiva al alza en el ámbito de los ingresos más altos". Sin embargo, el 40% de los empleados a tiempo completo situado al final de la escala ha tenido que soportar pérdidas en su salario como resultado de la inflación. "Semejante evolución de los salarios ofende al sentido de la justicia de la población", comenta al respecto el informe.

Por el momento, esto no ha provocado agitación en el país. Casi nadie sale a la calle a manifestarse. Ciertamente, en la franja central de la sociedad cunde el miedo a verse obligado dentro de poco a vivir del subsidio público básico (Hartz IV) en estos tiempos de paro. Pero la clase media no se desmorona; desde la reunificación, ha demostrado ser asombrosamente estable. El politólogo berlinés Klaus Schroeder señala que en la Europa del sur, del centro o del este la situación es "mucho más desigual". A pesar de los contrastes crecientes, Alemania todavía ocupa una posición relativamente buena. "Estamos justo detrás de los países escandinavos".

Sin embargo, se oyen muchas voces críticas. "La enfermedad de la pobreza se ha hecho resistente al remedio básico del crecimiento económico", critica Ulrich Schneider, director de la Asociación de Beneficencia paritaria.

Con ello alude a un problema sobre el que ha llamado reiteradamente la atención la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): en Alemania, el ascenso social resulta extraordinariamente difícil. Si uno lleva varios años sin trabajo, tiene muy pocas posibilidades de volver a integrarse en el mercado laboral. El sistema de enseñanza desatiende a los niños procedentes de familias en las que los padres tienen poca o ninguna formación ya que existen muy pocos colegios de jornada completa.

Todos los años, el Instituto Federal de Estadística establece cuántas personas corren el peligro de caer en la pobreza, es decir, cuántas personas disponen de menos dinero que la media de la sociedad. A pesar del auge económico, su número ha experimentado un ligero aumento en 2011. El 15,1% de la población se enfrenta al problema de la pobreza. De acuerdo con la definición de los expertos en estadística, en el caso de un hogar unipersonal este problema comienza a partir de unos ingresos netos de menos de 848 euros al mes. En Alemania, uno de cada siete niños menores de 15 años vive de las ayudas sociales. En la Antigua RDA, es uno de cada cuatro; en la capital, Berlín, uno de cada tres.

En Alemania, la pobreza y la riqueza se heredan; en eso están de acuerdo los economistas y los expertos en educación. Por eso, el investigador del mercado de laboral más conocido del país, Joachim Möller, lanza el siguiente aviso: "Cuando la frustración de los más pobres se transforma en letargia, alcohol y criminalidad, toda la sociedad lo padece. Eso es algo podemos ver en América". Pero el país del "milagro laboral" parece estar todavía muy lejos de llegar a una situación así.

El gobierno alemán maquilla las cifras sobre la desigualdad social (Angies" botox)

"El Gobierno alemán ha maquillado el borrador del informe oficial que alertaba sobre el aumento de la desigualdad social en el país. Por fuera, la versión del informe fechada el 21 de noviembre es igual que la conocida hace dos meses, pero al segundo borrador le faltan puntos particularmente críticos con la situación social en Alemania. En las alrededor de quinientas páginas de noviembre no se encuentran frases como "la riqueza privada está repartida de forma muy desigual" y faltan, además, informaciones completas sobre la evolución de los salarios en el país"… Merkel maquilla el informe sobre la desigualdad social en Alemania (El País – 28/11/12)

En septiembre (2012) aún se leía que "el desarrollo en el tramo más alto de los salarios es positivo" mientras que "en el tramo más bajo, el poder adquisitivo ha retrocedido" si se tiene en cuenta la inflación de la última década. La Federación Alemana de Sindicatos (DGB) criticó duramente las tachaduras en el texto: "el Gobierno quiere aguar, maquillar y disimular pasajes críticos de su propio informe".

Steffen Seibert, portavoz de la canciller Angela Merkel, dijo el miércoles que "es normal que un informe sea modificado en el proceso de coordinación entre Ministerios. Seibert defendió al Gobierno recordando que "el mercado laboral se ha recuperado" desde la redacción del informe anterior, presentado en 2007. Después aseveró que "la estampa [que ofrece el informe] sobre la pobreza y la riqueza en Alemania es realista y tiene en cuenta los problemas".

Sin embargo, otras "fuentes del Gobierno" citadas por la agencia Reuters reconocen que el embellecimiento del informe partió de presiones del ministro de Economía, el líder liberal Philipp Rösler (FDP). El diario muniqués Süddeutsche Zeitung, el primero en llamar la atención sobre "el botox" inyectado al informe, explica que en el FDP molestaron "sobre todo las advertencias de que está creciendo la desigualdad social en Alemania".

El Informe sobre pobreza y riqueza se redacta en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, cuya cartera lleva la democristiana Ursula von der Leyen (CDU). Allí destacan ahora que este segundo borrador tampoco será la versión definitiva. El Gobierno quiere terminarlo antes de que termine el año.

En septiembre (2012), el informe aún señalaba que se está abriendo más la horquilla entre ricos y pobres y que esto "lesiona el sentimiento de justicia de la población". Todo lo cual "ponen en peligro la cohesión de la sociedad" alemana. La versión edulcorada de noviembre dice en lugar de esto que la reducción del poder adquisitivo de los sueldos más bajos "se debe a que se han creado muchos puesto de trabajo de jornada completa". El primer borrador advertía del crecimiento del número de trabajadores de jornada completa a quienes los sueldos no alcanzan para vivir.

Hace una semana, la democristiana Merkel sostuvo en su discurso sobre los presupuestos de que "las diferencias sociales han disminuido" en el país. El borrador de septiembre criticaba justo lo contrario. La nueva versión ya es mucho más acorde con el discurso preelectoral de la canciller.

UK: "God save the Queen"… ¿del tercer mundo?

"Las alarmas se encienden en el Reino Unido. La falta de inversión de la poderosa City londinense en su propio país, la dependencia del empleo barato para mantener la economía a flote, la creciente desigualdad social y la ausencia de una industria potente para lograr un crecimiento económico sostenido a largo plazo hacen que el Reino Unido se parezca más y más a un país del tercer mundo"… Alarma en el Reino Unido: cada día se parece más a una economía del tercer mundo (Vozpópuli – 5/12/12)

Crece la preocupación en el Reino Unido por el rumbo que está tomando la economía. El país tiene uno de los principales centros financieros del mundo. Canaliza miles de millones de inversión por todo el globo pero ignora su propio país, un síntoma de desconfianza hacia lo británico.

En 2011 el Reino Unido se convirtió en el principal inversor extranjero directo (detrás de los 110.000 millones de Luxemburgo) fuera de la Unión Europea al gastar 89.000 millones de euros. Una apuesta que contrasta con la escasa inversión del sector público, las empresas y los hogares británicos en su propio país. De hecho, esta partida se ha reducido un 24% desde que empezó la crisis en 2007, según reflejan los datos de Eurostat.

"Estamos en una situación en la que el Reino Unido parece un país del tercer mundo a la antigua usanza. Al contrario que otros países como Alemania, Francia o Suecia que han invertido intensamente para salir de la crisis y lograr crecimiento a largo plazo, el Reino Unido ha dependido de mano de obra barata y no ha invertido lo suficiente", comenta Robin Chater, secretario general de la Federación Europea de Empleadores. "El Reino Unido parece un país tercermundista porque los ingresos medios son relativamente bajos, en 2012 ocupaban la posición 14 en el ranking europeo, las diferencias entre ricos y pobres están aumentando, la industria manufacturera es pequeña en términos relativos tras reducirse un 60% en los últimos 30 años, la inversión en capital es pobre y tiene pocos recursos naturales", añade con preocupación Chater.

El Reino Unido ha logrado salir de la recesión y crear empleo este ejercicio pero los datos, pese a parecer positivos, esconden los problemas de fondo a los que se enfrenta la economía a largo plazo. "Aunque el empleo ha aumentado de forma significativa en 2012, está previsto que el desempleo aumente algo en 2013 debido a que la tímida recuperación y las incertidumbres pueden llevar a las empresas a mostrarse reticentes antes de contratar", avisó la semana pasada la OCDE en su último informe de previsiones económicas sobre el Reino Unido. Organismo que espera que la tasa de desempleo aumente al 8,3% en 2013 desde el 8% actual para caer después al 8% en 2014.

El crecimiento del empleo pese a la debilidad de la economía es una paradoja que la OCDE achaca a varios factores que ponen el dedo en los problemas que afronta el país. El PIB del Reino Unido, de hecho, está un 3,1% por debajo del nivel al que se encontraba en 2008, mientras que el empleo ha recuperado los niveles de hace cuatro año. "Una explicación de la caída de la productividad laboral es que la recesión ha llevado a la pérdida de muchos empleos productivos y a su sustitución por otros menos productivos. El empleo a tiempo completo ha caído sustancialmente desde 2008, mientras que el empleo a tiempo parcial ha aumentado modestamente", comenta la OCDE. Otra explicación la achaca al uso de empleo barato en vez de inversión en capital como consecuencia de la caída de los salarios.

"Es otra paradoja que pese a las cantidades de dinero que entran y salen de los mercados en Londres, el resto de la economía es un basurero hambriento y muy necesitado de inversiones de capital. Mucha culpa la tienen las empresas que prefieren tomar una visión a corto plazo y mantener maquinaria, equipos y sistemas que deberían haber sustituido hace tiempo", añade Chater.

La falta de inversión del Reino Unido en su propio país se mira con mucha preocupación en las islas, especialmente por el contraste con otros países europeos. Así, mientras que en el Reino Unido la inversión bruta de capital fijo ha caído un 24% desde 2007; en Suecia ha aumentado el 14%, en Alemania, un 5% y en Francia, otro 5%.

El Reino Unido afronta, además, otros retos desde el estallido de la crisis, entre ellos el aumento de la deuda pública y la caída de la renta de los hogares desde 2008, cifrada en más del 13%, y el elevado desempleo juvenil, una característica de los países en vías de desarrollo.

"La industria británica tiene problemas terribles que requieren una cirugía radical", explican Larry Elliot y Dan Atkinson en su libro titulado, Hacia el sur: Por qué el Reino Unido tendrá una economía del tercer mundo para 2014. En concreto, argumentan que la base industrial del país es demasiado estrecha para convertirse en el verdadero motor de la generación de empleo y crecimiento e inciden en la necesidad de mejorar la educación, las infraestructuras y el sistema financiero para lograrlo.

"Hemos tenido una balanza de pagos deficitaria desde 1983. El Gobierno y el pueblo están agobiados por la deuda. El apoyo del Estado al sector bancario es cercano al 100% del PIB. Los remedios rápidos ya se han usado todos. En el corto plazo, tememos que pasemos de una recesión a una depresión con elevadas tasas de desempleo crónicas, una caída del nivel de vida y eventualmente interrupciones en el suministro energético", avisan Elliot y Atkinson.

De momento, la economía británica ha salido de la recesión. En el tercer trimestre el PIB aumentó un 0,8%, lo que supuso el mayor aumento en cinco años. Una cifra, pese a todo, que tampoco debe generar demasiadas alegrías. El ministro de economía, George Osborne, reconoció ayer mismo que la economía se contraerá un 0,1% este año. La debilidad de la economía global y la consolidación fiscal seguirán presionando el crecimiento a la baja. El Gobierno británico también avisó ayer que mantendrá las medidas de austeridad hasta 2018 tras admitir que no podrá cumplir los objetivos de déficit en el calendario previsto y retrasó la fecha límite para lograrlo a 2018.

Sin anestesia: minijobs, una condena a la pobreza

"Los llamados minjobs -empleos de pocas horas remunerados con un máximo de 450 euros mensuales libres de impuestos y de cotizaciones- están destruyendo puestos de trabajo regulares en Alemania, según un estudio difundido este lunes por el Instituto de Investigaciones sobre el Mercado Laboral (IAB)"… Los "minijobs" destruyen el empleo regular en Alemania, según un estudio (El País – 10/12/12)

El estudio destaca que actualmente hay en Alemania 7,4 millones de miniempleos y aproximadamente un tercio de ellos son una segunda fuente de ingresos para quienes los ocupan. Este tipo de trabajo, creado en 2003, es frecuente en algunos sectores como el comercio y la hostelería en los que los empresarios han impuesto una mayor flexibilidad ante los largos horarios y la volatilidad de la demanda, mientras que en empresas de más de 100 trabajadores, los distintos tipos de contratos suelen complementarse y tener un crecimiento paralelo.

El IAB, adscrito a la Agencia Federal de Empleo, asegura que los miniempleos debilitan la seguridad social por la falta del pago de cotizaciones y denuncia que los que viven exclusivamente de un trabajo de este tipo están condenados a la pobreza en la vejez. Otros estudios, sin embargo, han destacado como aspecto positivo este tipo de contrato al considerar que a menudo ayudan a los parados de larga duración a regresar al mercado laboral.

Según el informe, el 70% de los establecimientos de comida emplea por lo menos un trabajador con minijob, lo que ha llevado a esta modalidad a suponer el 34% del total de empleados en este sector. En el del comercio minorista un 63% de las empresas tiene miniempleos y suponen el 23% de los contratos del sector. Por tamaño de empresas, bajo estos empleos reducidos están enmarcados el 20% de los trabajadores de compañías de entre 1 y 9 personas, el 15% en las compañías de 10 a 99 empleados y solo el 5% en aquellas con más de 100 empleados.

España, directo al tercer mundo

– "Chabolas con wifi": así será España en apenas un par de años (El Confidencial – 12/12/12)

(Por Esteban Hernández) Lectura recomendada

Estamos en el centro de una debacle que resituará a nuestro país en la división de los desfavorecidos. El paréntesis de prosperidad del que hemos disfrutado se ha desvanecido, dejándonos en un escenario, lleno de incertidumbre y de tristeza, del que ya no saldremos. Así lo explica el periodista Ramón Muñoz (Madrid, 1964) en "España, destino Tercer Mundo" (Ed. Deusto) un libro inmisericorde en el que describe con precisión nuestro "No futuro". Muñoz habló con "El Confidencial", y condensó sus tesis en cinco crudos puntos:

1. Esto no es un paréntesis. Es un cambio para siempre

"Los mercenarios del optimismo (políticos y banqueros, con la complicidad de los periodistas) nos han estado vendiendo desde 2008 que esto es un paréntesis y que volverán los buenos tiempos. Pero eso no es así, no estamos ante una crisis cíclica". La tesis de Ramón Muñoz emparenta esta situación con la depresión de 1929, una época que encontró su solución a través de una guerra mundial y que, por tanto, no nos puede ofrecer referencia alguna acerca de cómo salir de esta. Lo que sí es definitivo, es que "vamos a vivir un retroceso brutal en lo que pensábamos que era un estado del bienestar para siempre".

2. Afectará a todo el mundo y caeremos en la marginalidad

Hasta ahora, la crisis ha tenido varias caras, ya que se mezclaban colectivos que estaban sufriendo las consecuencias de la recesión en toda su intensidad (en general, los ligados a sectores en declive y el trabajo de baja cualificación), con otros, como las capas más formadas y con mayores recursos de la sociedad, que no estaban notando ningún cambio respecto a los años anteriores a 2008. Pero, asegura Ramón Muñoz, eso no va a durar porque "de esta no se va a librar nadie. Ya estamos viendo cómo toda clase de colectivos, incluidos trabajadores, funcionarios y pensionistas, han de pagar el precio de esta crisis". Para Muñoz, estas previsiones negras no pertenecen un hipotético futuro a lo "Blade Runner", sino a una realidad que ya está aconteciendo. "La etapa de bienestar nos ha inmunizado, y nos ha hecho pensar que nosotros no podíamos caer en el pozo de la marginalidad. Y no es así". El ejemplo más claro lo encuentra en los pensionistas, un colectivo que habitualmente suele salir beneficiado en lo económico ("Son el grupo más leal y siempre votan al partido en el poder, con lo que, a la hora de hacer recortes, suelen dejarlos para lo último") pero que van a vivir tiempos muy duros. "Hoy les dicen que no les van a revalorizar las pensiones y eso les parece mal, pero en un par de años se van a dar con un canto en los dientes. Porque no va a haber dinero para pagar las pensiones, con lo que muchas de ellas tendrán un carácter meramente asistencial. Y esto ocurrirá en un plazo máximo de tres o cuatro años". Esta pérdida de empleos y prestaciones llevará a caer en situaciones de marginalidad a mucha clase media que pensó que su trayectoria vital iba a estar económicamente asegurada. Pero no será así: "Vamos a vivir un deterioro continuo. Nos adentramos en una época muy difícil".

3. Será como hace 60 años, pero peor

En ese declive, alcanzaremos escenarios que pensábamos estarían del todo olvidados, como fueron los vividos en España en las décadas posteriores a la guerra. "Estamos volviendo a niveles de los años 50 o 60. Por ejemplo, vuelven a convivir familias enteras en el mismo piso, sólo que antes pagaba el padre de familia y ahora lo hace la pensión del abuelo". La sociedad española del futuro volverá a ser pobre, asegura Muñoz, y volveremos a ver chabolas, aunque "no serán de cartón y adobe, como las de antes, y tendrán wifi, pero continuarán siendo infraviviendas". Muchos españoles se verán obligados a emigrar, pero ya no será como en los 60, cuando salieron de aquí dos millones de personas con escasa formación. Ahora es la mano de obra más preparada, como pasó hace diez años en Argentina, la única que podrá salir de España, porque en Europa ya no hay oferta para gente sin preparación. También será una sociedad con más violencia, en la que los pocos ricos existentes, que serán mucho más ricos, "tendrán que construirse sus búnkeres, como en Latinoamérica. Los servicios de seguridad son el gran yacimiento de empleo del futuro".

4. No esperes nada de la política. Es una pantomima

Todos los partidos con opción de gobierno han renunciado a su ideología, sean de derechas, de izquierdas o nacionalistas, afirma Muñoz. "El PSOE hizo el mayor recorte social de la historia, se negó a bajar los sueldos de los directivos y consejeros de cajas de ahorros que estaban siendo salvados con ayudas públicas, e indultó a Sáenz, que es un banquero; el PP, lo primero que hace al subir al poder es la mayor subida fiscal de la historia y lo segundo es incumplir su ideario conservador". Y esto es una constante, ya que todos quienes llegan al poder carecen de ideología, y por eso pueden pasar por alto desde el principio su programa electoral. Estamos cayendo, asegura Muñoz, en un escenario muy similar al de Hispanoamérica. "No sé en qué se diferencia el PRI mexicano del PSOE o del PP. La clase política española está ya formada por castas, como la de esos países".

5. No hay alternativa

Si nada podemos esperar de la política institucional, tampoco podemos poner grandes expectativas en esos movimientos sociales que se venden como la solución a las rigideces organizativas de la gran política. Según Muñoz, los medios de comunicación fomentan un espíritu revolucionario latente, que fue puesto de manifiesto en el 15 M. Pero al contrario de la creencia común, que afirma que en un contexto de deterioro del bienestar la conflictividad social aumentará, Muñoz asegura que no habrá levantamiento alguno. "Lo que estamos comenzando a vivir en España es lo que llevan años viviendo en Latinoamérica, una sociedad de ricos y pobres, sin apenas clase media. Y allí llevan años gobernando los mismos, desde México a Argentina. Nada ha cambiado a pesar de la pobreza". Y aquí pasará igual, afirma, porque "el estado de bienestar nos ha vacunado contra la revolución. Siento simpatía absoluta por el 15 M pero hay que reconocer que su efectividad es nula. Si piensas que por agitar las manitas blancas los señores de los consejos de administración, que están al margen de cualquier crisis, van a cambiar de parecer… Los derechos se conquistan a base de sangre y lucha, pero vivimos una epidemia de buenismo que nos hacer creer que haciendo actos simbólicos vamos a conservar el trabajo". A pesar de esa contestación callejera, apostilla Muñoz, "se continúa desahuciando a la gente y se sigue mandando a la pata negra de la clase media a la marginalidad, aun cuando sea una marginalidad aplazada. Porque cuando te echan de tu trabajo con 40 años, lo único que vas a encontrar es trabajo temporal por 600 euros". Y ese mundo marginal, de pobreza extendida será una constante habitual en la España de las próximas décadas…

Una "nueva" realidad: dos ejemplos representativos, a pie de calle

"La zona euro se encamina hacia su cuarto año de crisis mientras se zambulle de lleno en la recesión económica. A pie de calle, la realidad macroeconómica y las políticas puestas en marcha por Bruselas para tratar de paliarla se traducen en un cambio de mentalidad y de horizontes económicos que afectan, de una forma o de otra, a todos los ciudadanos comunitarios"… Así es la nueva normalidad en la zona euro: del parado español al jubilado alemán (El Economista – 14/12/12)

En 2009, el cofundador y director de inversiones de Pimco, el mayor fondo de bonos privado del mundo, Bill Gross, acuñó el término "nueva normalidad" para referirse a un nuevo escenario global caracterizado por un bajo crecimiento económico, un desempleo elevado y unos menores rendimientos sobre los activos.

Años después, el escenario que dibujó el gurú de la renta fija está de plena vigencia en Europa. Esta nueva normalidad la sufren a diario los millones de europeos que han visto modificadas sus condiciones de vida. Tanto en los llamados periféricos, donde la exigencia de austeridad y la recesión han impactado con más fuerza, como en las naciones más ricas, las reglas del juego han cambiado de forma radical.

Así lo explica otra de las vacas sagradas de PIMCO, su consejero delegado, Mohammed El-Erian: "Después de haber ido demasiado lejos durante la "gran época" del apalancamiento y el crédito, los países occidentales se enfrentan ahora al reto de superar la resistencia conjunta del escaso crecimiento, el paro excesivo y la deuda elevada en lugares equivocados".

Para ilustrar la imagen, Bloomberg se fija en dos perfiles completamente opuestos pero con un punto en común: el punto de inflexión que la crisis ha supuesto en sus perspectivas laborales y financieras. Jubilados alemanes y parados españoles representan las dos caras de la misma moneda, un euro a dos velocidades que trata de encontrar la fórmula para la recuperación económica.

Para empezar, recoge el caso de un español de 26 años en paro, divorciado y con una hija. Fran López trabajaba como electricista en Madrid y llegó a cobrar un sueldo mensual de 4.000 euros. El estallido de la burbuja inmobiliaria le dejó sin trabajo y, a día de hoy, se ha visto forzado a volver a casa de sus padres y a terminar los estudios básicos para poder acceder de nuevo al mercado laboral.

En paralelo, Daniel Just se encuentra ante un reto laboral que nunca antes había encarado. Es jefe de inversiones del mayor fondo de pensiones público alemán y tiene que hacer frente a la caída sin precedentes de la rentabilidad de los productos que gestiona: las pensiones de los jubilados germanos. Según explica, los fondos de pensiones en Alemania son tradicionalmente conservadores a la hora de invertir.

A diferencia de los que existen en otros países como Reino Unido o EEUU, en Alemania se invierte una gran parte del dinero en renta fija, ya que la ley alemana establece que deben mover el dinero hacia activos que garanticen "la mayor seguridad posible". Esto implica que normalmente apuesten por la deuda pública alemana que, considerada como refugio frente al riesgo del resto de la zona euro, lleva meses presentando bajos rendimientos que incluso han llegado a ser negativos en algunos casos.

¿Y en qué se traduce? Para los jubilados alemanes implica asumir que contarán con un retiro menos dorado, ya que las rentas de su trabajo dan menores frutos que antaño. Para el electricista español, supone renunciar a su antigua vida de gastos y completar su formación, una carencia que en su día no le impidió encontrar un trabajo bien remunerado.

Es una transformación profunda que durará tiempo. "Si vives un largo período en el que los desequilibrios crecen, luego llega el largo periodo durante el que relajarse", apunta el economista jefe para la zona euro de BNP Paribas, Ken Wattret. "Primero tienes la fiesta y luego la hambruna", concluye.

Vente para Alemania, Pepe (los africanos del Club Med)

"Los trabajadores extranjeros en Alemania ganan al comienzo un 64 por ciento del sueldo promedio alemán y en el curso de ocho años logran aumentar su remuneración al 72 por ciento de la de los alemanes, según un estudio del Instituto de Estudios sobre el Mercado Laboral (IAB)"… Los trabajadores extranjeros en Alemania empiezan con un 64% del sueldo promedio (Cinco Días – 9/1/13)

El estudio del IAB, presentado hoy, sostiene que la diferencia de remuneración se debe a problemas de idioma y a que muchas veces la formación y la experiencia que han tenido los trabajadores en su país no responde a las necesidades del mercado laboral alemán.

Tal es el caso de trabajadores provenientes de países en los que se trabaja con máquinas diferentes a las que se utilizan en Alemania en algunos sectores.

Por otra parte, muchas veces los inmigrantes, por información deficiente, presentan solicitudes para puestos de trabajo que no son adecuados para su perfil.

Con la experiencia y el paso de los años, los inmigrantes pueden ascender en la escala de ingresos pero en promedio siguen ganando menos que los alemanes, según el IAB.

Una excepción la conforman especialistas procedentes en su mayoría de Holanda, el Reino Unido, Austria y Estados Unidos, que con frecuencia ganan desde el comienzo más que el sueldo promedio de los alemanes.

El drama silencioso de los que viven "del lado malo de las vías del tren"

"El drama del desempleo esconde la realidad silenciada de la explotación laboral y el abuso, fenómenos que se recrudecen en tiempos de crisis"… Trabajadores de usar y tirar (El País – 13/1/13)

Hay un drama silencioso y silenciado que convive con el drama del desempleo. Se llama explotación laboral. En muchos centros de trabajo, la gente se ha acostumbrado a tenerlo sentado a su lado. La crisis hace que prolifere una casta de empleadores sin escrúpulos que aprovechan la coyuntura para exprimir y explotar a las personas a su cargo. De cada 100 inspecciones llevadas a cabo por Trabajo a lo largo de 2012 (datos a 30 de noviembre), en un 23,9% de los casos se detectaron irregularidades (las situaciones de explotación laboral son simplemente una parte del largo catálogo de irregularidades). En el sector de la hostelería, el registro se acerca al 30%.

"En España hay un serio problema de concienciación social", dice en su despacho del Ministerio de Empleo Juan José Camino Frías, subdirector general para la Inspección en materia de Seguridad Social, Economía Irregular e Inmigración. "Hay una excesiva tolerancia que es de extrema gravedad", dice en referencia a las múltiples irregularidades que se producen. Se queja tanto por el atentado que suponen contra los derechos de los trabajadores, como por la cantidad de cotizaciones sociales que no son abonadas y que servirían, entre otras cosas, para poder hacer frente a los crecientes pagos en materia de prestaciones de desempleo.

La crisis alumbra una era de trabajadores cada vez más indefensos, utilizados como kleenex de usar y tirar. El drama de la explotación laboral sucede en silencio. Los trabajadores no quieren denunciar por miedo a perder esa preciada conquista, cada día más valiosa: el empleo. Casi todos los empleados entrevistados para este reportaje (menos dos) declinaron aparecer en fotografías y pidieron figurar con las iniciales. No quieren presentarse como díscolos. Por miedo a perder su trabajo. Por miedo a que en el futuro no les quieran emplear. Por miedo a estos tiempos de empleadores con la sartén por el mango.

-Niñera en La Moraleja por 400 euros

J. es dominicana y lleva 24 años en España. Vive en una casa sin luz ni gas por falta de pago. Gracias al apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, consiguió paralizar su desahucio el pasado mes de octubre. Poco antes de navidades, un día, al salir de la iglesia, una mujer le dijo que sabía de una oferta de trabajo y le facilitó un número de teléfono. La empleadora era una habitante de la exclusiva urbanización de La Moraleja, a las afueras de Madrid.

J. llamó. La oferta consistía en cuidar a un niño de siete años, desde las 15.00 a las 00.30 (el último autobús de La Moraleja al centro de Madrid, cuenta J., sale a las 23.30), seis días a la semana. La empleadora le ofrecía librar un día por semana; pero aleatoriamente; no un día fijo, cada semana, uno distinto. La retribución: 400 euros al mes. "Esa mujer se estaba aprovechando de la situación de desesperación en que nos encontramos muchas personas extranjeras sin papeles", cuenta J. bajo la carpa instalada frente a las oficinas centrales de Bankia en Madrid. "Si vive en La Moraleja, es porque gana bien".

Tal es la necesidad de ingresos de J. que, a pesar de aceptar que el trabajo le suponía no poder cuidar por las tardes a su hija de 13 años, le dijo que le parecía muy poco dinero y que debería pagarle al menos 500 euros. "La mujer, enfadada, me colgó".

-Las 14 horas del cocinero

Jesús Portillo lleva 30 años trabajando en la hostelería, desde los 16. Le han hecho perrerías de todos los colores. De entre las recientes, la más sangrante que recuerda fue la oferta que le hicieron en la franquicia de una conocida cadena de bares de tapas. El dueño estaba a punto de abrir un nuevo establecimiento de esta franquicia y necesitaba cocinero. Portillo, extremeño afincado en Barcelona de 46 años, se presentó a la entrevista de trabajo. Le ofrecían 600 euros al mes por una jornada de entre 12 y 14 horas. Le harían un contrato de media jornada, cuatro horas al día. Más adelante, si la cosa iba bien, renegociarían condiciones, le dijeron.

Para incorporarse a la cadena tenía que seguir un cursillo en uno de los establecimientos de la cadena sito en Cornellà de Llobregat. Allí vivió uno de los procesos de selección más abusivos que recuerda.

"El curso era, básicamente, trabajar gratis tres días en el establecimiento", recuerda. Quince personas se presentaron al presunto curso de formación. La jefa no paraba de chillar a los candidatos que empezaban a empanar y freír tapas. Cinco candidatos se fueron a la media hora, hartos de recibir gritos. A la hora empezaron a llegar clientes. "Más deprisa, más deprisa", apremiaba la capataz. Tres chicas con poca experiencia abandonaron, hartas de recibir insultos. Para cuando el bar estaba lleno, de los 15 ya solo quedaban cuatro. De ellos, tres, entre los que se encontraba Jesús Portillo, abandonaron antes de acabar el día. "Pero esta vez fuimos nosotros los que insultamos a la dueña".

Al día siguiente, el propietario de la nueva franquicia se disculpó ante Portillo y le dijo que las cosas no funcionarían así en su local. El primer día trabajó 14 horas. Al final de la jornada, el propietario le pagó 20 euros, la parte proporcional correspondiente a su contrato de 600 euros: 20 euros por 14 horas de trabajo.

Por jornadas como las que le proponían, dice, se deberían pagar entre 1.200 y 1.300 euros; no 600. "Eso no es explotación, eso se llama esclavismo", manifiesta, indignado, por teléfono.

Jesús Portillo lleva siete meses sin cobrar un euro y dos años en paro. Su mujer, que trabajaba en un ambulatorio, también está desempleada. La semana pasada le ofrecieron un trabajo en el que le pagaban 1.300 euros al mes, sí; pero por 18 horas de trabajo; de siete de la mañana a una de la madrugada; seis días a la semana, de lunes a sábado. Conoce a un chico ecuatoriano de su barrio, Nou Barris (Barcelona), que acepta cobrar 300 euros al mes por trabajar como camarero la jornada laboral entera. "Esta es la realidad laboral que vivimos: explotación, humillación, mafia, extorsión".

-El guardia de seguridad que no ha cobrado en seis meses

Manuel Chicharro tiene 50 años y ya no aguanta más. Es guarda de seguridad desde 1988 y ha visto de todo: compañeros en empresas de seguridad que recibían cuatro euros por hora; gente trabajando sin contrato… En el puesto que ocupó hace unos años en un conocido museo de Madrid, recuerda, se tenía que llevar a su hijo durante su turno porque no le permitían librar el fin de semana (algo a lo que tenía derecho por ley; está separado). Pero nada comparado con quedarse sin cobrar durante seis meses consecutivos.

Manuel está hundido. Va camino de siete meses sin ingresar un euro, sin poder pasar la pensión de 400 euros a su exmujer, siete meses viviendo de lo que ingresa su compañera. "El drama es que no hay cobertura para el obrero", dice cerca de una oficina del INEM en Alcorcón, a las afueras de Madrid. "Y las instituciones colaboran en este proceso que no hace otra cosa que hundir a las personas". Su caso es extremo, refleja la indefensión de un trabajador cuando su empresa quiebra. Refleja esa era del trabajador de usar y tirar.

Manuel Chicharro trabajaba como guarda en el Centro de Formación Primero de Mayo de Leganés. El 1 de enero de 2012, hace ahora algo más de un año, la empresa para la que llevaba trabajando 12 años (Ariete) le subrogó (como ocurre muy a menudo en el sector de seguridad, explica). Pasó a estar en nómina de otra empresa, ESABE, cuya cúpula directiva fue detenida el pasado 20 de diciembre, acusada, entre otros delitos, de un fraude de 30 millones de euros a la Seguridad Social.

Numerosos empleados de ESABE vivieron una auténtica pesadilla los últimos seis meses de 2012: "Imagina lo que es no cobrar, mes a mes, durante cinco meses, pero tener que ir a trabajar cada día porque si no te despiden". Manuel aguantaba, esperando a ser nuevamente subrogado a otra empresa.

Pero no fue así, a diferencia de lo que ocurrió con el resto de sus compañeros, que fueron integrados en Prosegur. A pesar de tener 12 años de antigüedad en la anterior empresa, necesitaba haber trabajado siete meses en ESABE para poder ser subrogado de nuevo, explica. Le faltaban 25 días para llegar a esos siete meses. Ahora, ni cobra lo que le deben ni trabaja, ni tiene opción. Por ahora, a cobrar el paro.

"Las Administraciones públicas recurren a empresas que les salen baratas, pero lo barato sale caro", dice, indignado. Cita su caso, y el de Madrid Arena. "Ya no se contrata a profesionales de la seguridad, se va a lo barato y luego pasa lo que pasa". Dice que en las Administraciones públicas contratan a empresas de seguridad para que hagan el trabajo que los policías municipales o los fijos de plantilla no quieren hacer: "Nos tienen de porteros, de conserjes, y todo para que la gente, que muchas veces nos pide que fichemos por ellos, pueda escaquearse de sus puestos".

-Pagar por un proceso de selección

El caso de R., mujer de 34 años, no es de explotación laboral. Más bien, ilustra de lo que son capaces algunos a la hora de aprovecharse de la necesidad de tener un trabajo.

El año pasado, en mayo, vio una oferta en la página de la web Infojobs. Se inscribió. La empresa pedía que entregara el currículo en mano en unas oficinas. Para allá que se fue.

Al llegar a las dependencias de la empresa, situadas en un polígono entre Aldaia y Torrent (Valencia), vio que a la entrada no había ningún cartel. "Me pareció raro". Entró en la nave y vio a seis chicas esperando. De un pequeño despacho salió una mujer que le entregó un formulario. En él se señalaba la fecha de inicio del proceso de selección: el 25 de junio. Para poder participar había que abonar 50 euros. "¡Pagar por un proceso de selección! Salí muy enfadada, era una tomadura de pelo".

Como R. no es de quedarse de brazos cruzados, habló con la policía, con organizaciones de consumidores, con la Consejería de Empleo de la Generalitat valenciana, y con Infojobs, que no tardó en retirar el anuncio. "No hubo proceso de selección el 25 de junio", concluye.

En julio recibió una carta de la empresa: le comunicaban que había sido descartada en el proceso de selección.

-Repartiendo pizzas a la hora que toque

L. no se queja. En realidad, lo de cobrar 210 euros al mes repartiendo pizzas no le parece tan mal. Le incomoda no saber a qué hora le tocará repartir al día siguiente, puede ser en cualquier momento, pero se adapta. Él solo sabe que trabajará dos horas cada día repartiendo pizzas; su empresa sabe que tiene un ejército de trabajadores volantes a los que usar a su antojo en el momento que quiera.

Para conseguir que le den más horas de trabajo, tiene que subir la media de repartos del día. En las oficinas hay una lista con el ranking de repartidores. "Hay competencia entre nosotros. Si yo gano horas, se las quito a algún compañero", dice este dominicano de 25 años en una cafetería del centro de Madrid.

Prefiere esto a aquella empresa de perritos calientes a domicilio en la que trabajó y en la que le pagaban según el dinero que iba entrando en caja. Con jornadas de 13 horas. "Cogía el pedido por teléfono, lo cocinaba y lo llevaba a domicilio". Un día le pagaban 100 euros; tres días más tarde, 150. Así hasta completar los 800 euros que representaba su paga. La mitad, en negro.

-El eterno becario

J. le echa la culpa a las Universidades. Dice que son cómplices de la situación de toda una generación. "Tenemos que pagar para poder ser becarios y cobrar 200 euros", se lamenta este licenciado en Periodismo de 23 años. Y explica cómo muchos medios de comunicación hacen entender a los estudiantes recién salidos del horno que es bueno que mantengan alguna relación con la Universidad para poder acceder a unas prácticas. "Hay alumnos que se dejan una asignatura pendiente a propósito para poder así optar a prácticas", explica en una cafetería de Leganés. "Luego trabajas como uno más en la redacción y te das cuenta de que, en realidad, estás ahí sustituyendo a alguien. Produces como uno más, pero sin remuneración, sin derechos. Te regalan los oídos, técnicamente te pueden conceder dos becas, y cuando vuelves a la calle, te das cuenta de que no tienes un solo día cotizado en la Seguridad Social".

Las empresas (y no solo las periodísticas, pues, según él, ocurre con compañeros suyos que son físicos o químicos) ya no buscan licenciados, buscan estudiantes. "La Universidad es el principal motor de todo esto. Las empresas se aprovechan, pero es la Universidad la que debería salir en defensa de sus alumnos".

-El inmigrante que mira a Ecuador

R. es un ecuatoriano de 42 años que lleva 14 en España. Está pensando en hacer las maletas y regresar a su país. Lo cuenta bajo una lluvia fina a la salida de la oficina de empleo del INEM del paseo de la Esperanza, Madrid.

Trabajó durante nueve años en una empresa de la construcción. Al principio todo iba bien. Hace dos años, le redujeron el sueldo de 1.300 a 1.100 euros. Después le dijeron que siguiera trabajando, pero que le despedían para que pudiera cobrar el paro y se lo complementaban con 600 euros al mes en negro. El año pasado le recontrataron: aunque trabajaba a jornada completa, le hicieron contrato de media jornada. "Me he sentido explotado. Pero si no aceptaba el trabajo, alguna otra persona lo iba a aceptar. Con tal de no estar en casa, uno acepta lo que sea: algo es mejor que nada".

Ofertas sorprendentes

Las páginas de ofertas de empleo son todo un mundo. En ellas se puede encontrar todo tipo de propuestas, algunas en el límite de lo legal o, directamente, que plantean condiciones abusivas.

Marina Calvo, responsable de la sección de desempleados de la Federación Regional de Servicios de UGT de Madrid, recibe muchas todos los días. "En algunas, te preguntas cómo no se les cae la cara de vergüenza", dice.

Eduardo González, de la organización Juventud sin Futuro, también ve ofertas constantemente. Hace un año, esta organización puso en marcha la Oficina Precaria, donde la gente puede denunciar abusos, buscar asesoría legal y colgar los anuncios abusivos que encuentren en la red. "Día sí, día también, vemos ofertas que vulneran derechos de los trabajadores", declara González.

De vez en cuando aparecen algunas que, directamente, proponen empleo sin salario.

La página Infojobs publicaba hace tres meses una oferta que hizo un ruido considerable en las redes sociales. Decía así:

-Voluntario director de Comunicación. Descripción. Fundación Alia2 tiene como misión proteger al menor en Internet. Este puesto es para un voluntario en el departamento de Prensa para cubrir el puesto de director de Comunicación. Este puesto no tiene retribución. Una fundación en constante crecimiento requiere de un gran capital humano para su correcto funcionamiento, por ello estamos en constante búsqueda de personal (…).

Funciones. Newsletter quincenal (de acuerdo con un timing de tareas. Newsletter patronos (de acuerdo con un timing de tareas). Mantenimiento de la red de contactos (agenda de medios abierta). Analizar la actualidad y llamar a todos los periodistas que escriban sobre temas Alia2 (utilizar alertas de Google). Preparar las intervenciones del director de la fundación (…) Elaboración de notas de prensa. Seguimiento de noticias: Clipping (…) Ruedas de prensa (de acuerdo con timing de tareas). Estará al tanto de las noticias que salgan relacionadas con el tema en que se basa nuestra fundación.

Se precisa. Persona con disponibilidad inmediata. Horario a definir en la entrevista. Se valorará positivamente que posea conocimientos de las nuevas tecnologías relacionado con el funcionamiento de las redes sociales (…).

Estudios. Licenciado.

Experiencia. Al menos dos años. Licenciatura o grado de periodismo. Creatividad y dinamismo. Gran capacidad escrita y oral. Alto nivel de inglés escrito (…). Ganas.

En conversación telefónica, el director de la fundación que puso el anuncio, Miguel Comín, dice que sabe que la oferta no cayó bien, que fue muy protestada, pero recuerda que se trata de algo legal, un trabajo de voluntario para una fundación.

La Federación de Servicios madrileña del sindicato UGT cuenta con una web para desempleados a la que determinadas empresas remiten ofertas. Hace unos meses, llegó una que decía:

-Necesito, en principio, 2 personas que conozcan/hayan trabajado en el sector de seguros para trabajar como agente exclusivo en una compañía de seguros.

Es un contrato mercantil, sin salario y a comisión.

Preferentemente que su localidad sea Alcobendas o San Sebastián de los Reyes.

Marina Calvo, que supervisa esa web y está atenta a las ofertas que salen, cuenta que prolifera, sobre todo en el sector de los comerciales, la oferta de contratos mercantiles a comisión en los que, si no se consiguen los objetivos marcados por la empresa, el trabajador no cobra nada. No solo eso: además, se gasta dinero en transporte, en visitas. Es decir, paga por trabajar.

Los jubilados alemanes y la "progresión fría" (la impostura de Merkel)

"El poder adquisitivo de los más de veinte millones de jubilados alemanes cayó casi un 10 % en los últimos diez años, informa en su edición de hoy el popular diario "Bild", que se remite a un estudio de la Universidad de Friburgo (sur del país)"… El poder adquisitivo de los jubilados alemanes cayó 10% en diez años (El Economista – 19/1/13)

De acuerdo con esa información, pese al incremento de las pensiones aprobado en julio de 2012, el poder adquisitivo real de los 20,5 millones de jubilados alemanes bajó estos años un 0,4 %, en los ciudadanos del oeste, y un 0,3 %, en sus compatriotas del este.

El retraso es efecto de la inflación y, teniendo en cuenta las sucesivas congelaciones de las rentas en los años pasados, acumula una caída real del 9,2 % desde 2004.

El director del Instituto de Estudios Financieros de Friburgo, Bernd Raffelhüschen, apunta sin embargo a ese rotativo que tal caída es similar a la sufrida en los ingresos de la población activa.

En ese caso, el efecto se deriva de la denominada progresión fría, que hace que los aumentos salariales anuales terminen engullidos por la inflación, sumada a un cambio de tarifa fiscal.

El Gobierno de Angela Merkel aprobó en 2012 un incremento de las jubilaciones del 2,26%, en el este, y del 2,18%, en el oeste, después de estar tres años prácticamente congeladas.

Entre 2004 y 2006, las pensiones habían tenido un incremento nulo por razones presupuestarias.

Con el desnivel a favor de los jubilados del antiguo territorio germano-oriental se pretende compensar gradualmente el desequilibrio persistente entre las pensiones de una y otra mitad del país.

Más de veinte años después de la reunificación (en 1990), las jubilaciones del este del país se sitúan aproximadamente en el 87 % de las que se perciben en el oeste.

La jubilación media en Alemania es de 1.049 euros en el caso de los hombres, mientras que la de las mujeres se sitúa en 525 euros, según cifras de 2011.

Miles de españoles aceptan condiciones ilegales impuestas por las compañías para conservar un puesto de trabajo

"Las circunstancias desesperadas, como la crisis económica, pueden llevar a aceptar situaciones que de otra forma no toleraríamos. En España, donde el desempleo alcanza el 25% y una de la cada tres empresas ha desaparecido durante la crisis, un puesto de trabajo debe ser tratado como oro puro"… Obligados por la empresa a pasarse a la economía sumergida (ABC.es – 20/1/13)

Muchas empresas luchan para reducir costes, incluso a costa de los derechos sociales de sus trabajadores y ellos…aceptan. A mediados de enero (2013) un estudio de RRHHpress descubría que un 14% de desempleados trabajaría sin cobrar.

Se cocina el caldo de cultivo perfecto para que crezca la economía sumergida en todas sus variantes. Desde el simple sobre con dinero negro una vez al mes, hasta la obligación de hacerse autónomo y asumir "el riesgo de ser pillado".

El presidente de la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, advertía de que desde el inicio de la crisis se han duplicado este tipo de actividades económicas. Algo que debe "alertar" al Gobierno porque hay casi un millón de actividades "fantasma" que "cuelgan de farolas y buzones".

Una de las formas más habituales y a la vez la más simple. Un sobre lleno de billetes se pone en la mano del trabajador, no hay contrato, ni huellas que permitan seguirle el rastro a ese dinero. Funcas estima que la actividad oculta al fisco supone el 24% del PIB, es decir, unos 240.000 millones. Y aunque en muchos casos el trabajador puede parecer igual de culpable que el empresario por no regularizar su situación, lo cierto es que carece de muchos de los privilegios de cualquier asalariado. No está cotizando a la Seguridad Social, carece de pagas extras, vacaciones y sobre todo no tiene contrato, ni desempleo.

Una de las situaciones más embarazosas en las que puede encontrarse un trabajador, es aquella en la que la empresa le obliga a hacerse autónomo para conservar su puesto de trabajo. Bajo la figura del autónomo dependiente (que trabaja para la misma empresa en un 75%), se encubren en muchos casos verdaderos trabajadores asalariados. Mediante esta fórmula la empresa se ahorra los costes de la contratación y el trabajador debe asumir el pago de las cuotas correspondientes o, en su caso, el riesgo de que Hacienda le descubra.

La cuestión no es baladí. Con un sueldo de por ejemplo de 1.000 euros u 800 euros, ese trabajador puede quedarse con un salario irrisorio. Tras la última reforma del Gobierno, debe satisfacer un 21% en concepto de IRPF, además de eso, debe pagar la correspondiente cuota a la seguridad social (unos 300 euros). Al final, le quedan unos 300 euros para pasar el mes.

"Para poder tener un salario mínimo interprofesional, los mini autónomos prefieren salir del sistema y recurrir a la economía sumergida", advertía Amor.

Es cierto que existe una Sentencia del Tribunal Supremo del año 1997, cuya jurisprudencia establece que aquel autónomo con ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional no tiene por qué satisfacer las cuotas a la Seguridad Social, pero el Alto Tribunal también se ha pronunciado en otras ocasiones en sentido opuesto. Ante la duda, es probable que la solución preferida sea no pasar por la caja del Estado.

"Que haya unas cotizaciones sociales muy altas tiene una influencia directa en el aumento de la economía sumergida", afirma Celia Ferrero, vicepresidenta de la ATA.

Esta es una situación que afecta a cualquier pequeño autónomo, con un salario bajo, y en especial al "falso autónomo". El problema es que "no están en la economía sumergida porque quieran, sino porque no pueden hacer frente a los costes que supone ser autónomo", recuerda Ferrero. La falta de progresividad que padecen todos los pequeños autónomos se vuelve especialmente grave en el caso del falso autónomo, ya que carecen de muchas de las protecciones propias del asalariado.

Es imposible calcular cuantas personas se encuentran en esta situación, pero hay estimaciones. "Unos 300.000 autónomos dependientes en España en esta situación de los cuales solo 8.000 están registrados", explica Jordi Ribó, Secretario de economía social y autoempleo de CC.OO.

"La gente tiene mucho miedo y por eso se ven obligados a aceptar esta situación", reconoce Ribó. El problema, a su juicio, son "las condiciones draconianas" en las que el autónomo se ve obligado a trabajar. Condiciones que "el empresariado utiliza para reducir o degradar condiciones laborales de cualquier asalariado", añade.

La cuestión de las cuotas desproporcionadamente altas que deben soportar los trabajadores por cuenta propia se extiende también a los autónomos no fraudulentos. Un estudio de Consumers International revelaba que "los supermercados abusan de su poder de compra respecto a los proveedores", obligándoles a bajar los precios a niveles irrisorios.

Un problema cuya solución es adaptar la regulación a la realidad social, a juicio de Ribó. "Los poderes públicos tienen que intervenir para aflorar estas situaciones. Detrás de cada pequeño autónomo que pueda defraudar hay una gran empresa defraudadora", concluye.

Seis rostros y sus respectivas historias que reflejan los seis años de aumento del desempleo

"El paro ha aumentado de forma consecutiva durante los últimos seis años en España, que es el tiempo que ha transcurrido desde el estallido de la burbuja inmobiliaria hasta la fecha. En este periodo, el país ha superado todos los récords de la historia moderna. No obstante, aunque la caída del empleo ha afectado a todos los sectores y colectivos, la recesión se ha cebado entre los jóvenes, los inmigrantes y los parados de larga duración. También entre los empleados públicos se ha registrado un repunte del desempleo sin precedentes cercanos por los efectos de los ajustes contra el déficit y los recortes de gasto. Aquí te recogemos seis historias con nombres y apellidos por cada uno de los años a la baja que arrastra el mercado laboral español"… Las caras del paro (El País – 24/1/13)

Antonio Salom tiene 30 años y es uno de los 2.789.900 españoles que lleva más de un año en paro, un 46,7% del total. Mallorquín residente en Madrid desde hace seis años, empezó a trabajar de fontanero "oficialmente" cuando cumplió los 16, aunque afirma que lleva trabajando "desde los 13 o 14 años". En aquél entonces, la fontanería le pareció un oficio más atractivo que lo que hacía su padre, transportista. "Me gusta la profesión", afirma. "Trabajas a tu aire, ves a tu familia cuando quieres, y en determinados momentos es hasta creativo".

Pero la crisis le hizo volver al oficio familiar. Estuvo trabajando para varias empresas de transportes hasta que, hace año y medio, perdió su último trabajo. Desde entonces, nada. "De hecho, buscar trabajo yo ya ni busco", indica. "Creo que el 90% de los parados ya no están detrás de un trabajo. Es perder tiempo y dinero ir echando currículums en empresas que ya directamente ni los quieren".

Hace dos meses, usó sus últimos ahorros para probar suerte como transportista autónomo. "Fueron 1.500 euros de la furgoneta de segunda mano y 900 del carnet para conducirla", recuerda. Pero hay más gastos que ahora mismo Antonio no se puede permitir. "Tarjeta de transporte, el alta como autónomo, en fin, un montón de papeles", enumera. Y sin esos papeles, ninguna empresa puede contratarle. "Como mucho, alguna mudanza hecha en negro".

A Antonio le quedan dos meses de paro. A su pareja, con la que tiene un hijo de cinco años, también le quedan dos pagas del plan Prepara. Con ambas prestaciones, pagan los 700 euros del alquiler del piso en el que viven. Para lo demás, lo que consigue de recoger cartones con la furgoneta y venderlos, entre 150 y 200 euros al mes.

¿Y cuándo se acabe? "No lo sé. Volver a Mallorca, donde las cosas también están mal, donde mi padre también está en paro, sería como salir de la sartén para caer en las brasas", reflexiona Antonio. "Aquí, al menos, con lo de los cartones vamos tirando. Si los del Gobierno no nos lo quitan, siempre puedo irme a una habitación con mi mujer y mi hijo".

Geovanny Chipes y Carola Andrade son de Guayaquil (Ecuador) y llevan juntos 13 de sus 33 años. Los últimos 12 años los han pasado en España, lugar de nacimiento de su hija, de seis. El suyo es uno de los 1.833.700 hogares españoles donde ninguno de sus miembros activos trabaja, un 10,53% del total. Los tres comparten una habitación en el madrileño barrio de Pueblo Nuevo.

La vida laboral de Geovanny y Carola en España ha sido una sucesión de empleos de lo más variopinto en los que ninguno de los dos ha pasado más de dos años. Él ha trabajado de carpintero a camarero, pasando por el reparto de publicidad. Carola, por su parte, ha sido limpiadora, camarera y ha cuidado de ancianos. Muchas veces, "en negro", afirma Geovanny.

Ninguno de los dos tiene derecho a prestación alguna. El dinero para la habitación (280 euros al mes), para su subsistencia y la de su hija lo facilita la madre de él, que regenta un bar en el mismo barrio. Por mucho que esta haya dicho que ayudará a sus hijos "mientras Dios me dé salud", en palabras de Geovanny, ninguno de los dos está feliz con esta situación. "No queremos ser una carga", declara Carola.

La solución para ambos es regresar a Ecuador. "Aquí las cosas están muy difíciles, y parece que van cada vez peor", considera Geovanny. "En nuestro país tenemos más familia, hermanos, primas", respalda Carola. A pesar de eso, Geovanny aún cree que hay motivos para quedarse en España: "La gente aquí te ayuda más".

Pero a Geovanny le resultaría "doloroso" volver a su país con las manos vacías. Ambos quieren instalar un negocio en Ecuador, pero sin dinero ahorrado para el pasaje siquiera, el sueño todavía les parece difuso: ni siquiera tienen pensado qué clase de negocio quieren instalar. Él quiere juntar como mínimo 10.000 dólares (7.500 euros) para volver a Ecuador.

Un problema adicional es su hija. "No sé cuán duro puede ser para ella volver", afirma Geovanny. "Además tiene aquí a sus amigos de la escuela", recuerda Carola. "Es una españolita más".

Fue una de las periodistas fundadoras de Ràdio 9. Y se convirtió en una de las más voces y de los rostros más populares de la radiotelevisión pública valenciana, gracias también a su paso por Canal 9 como presentadora. Hoy, Amàlia Garrigós (1965, Alcoi) está en el paro. Acaba de ser despedida de la radio pública, junto con 85 compañeros, al ser incluida en un expediente de regulación de empleo (ERE).

Después de media vida contratada en la empresa, la indemnización se ha limitado a 20 días por año con el máximo de doce meses, como marca la reforma laboral. Sin margen para negociar, la asfixia financiera de Radio Televisión Valenciana (RTVV) y la Generalitat lo estrecharon. Volvió de vacaciones y, por primera vez, la habían quitado de la parrilla de programación. Ya no estaba adscrita a un puesto de trabajo, el primer criterio para su inclusión en el ERE por parte de la empresa. "La reforma ha perjudicado mucho a los trabajadores", sostiene Amàlia. Ha facilitado los despidos y aumentado la arbitrariedad en las decisiones, lo que se ha traducido en numerosas irregularidades que el juez dirimirá, añade. En la radio se ha echado a la calle tanto a trabajadores contratados como a los que han aprobado oposiciones. Lo mismo sucederá en los 800 o 850 despidos de Canal 9 que empezarán a finales de este mes.

Amàlia ha sido testigo de cómo RTVV se convertía en una "agencia de colocación" al servicio del PP en la Comunidad Valenciana, mientras la audiencia caía a índices residuales. La Generalitat gobernada por el PP desde 1995 incrementó en un millar los trabajadores del ente autonómico hasta superar los 1.700 y acumuló 1.200 millones de euros de deuda. Ahora, el mismo gobierno que engordó la empresa quiere adelgazarla hasta dejarla en 480 empleados para su refundación. Con ese propósito, ha ido retrasando la presentación del ERE, a la espera de la reforma laboral y de conseguir el dinero suficiente para pagar las indemnizaciones. "Ha sido una espera agotadora para los trabajadores… Dos años desde que nos anunciaron el ERE", recuerda Amàlia. La presentadora y guionista mantiene que RTVV es un reflejo de la política valenciana de los últimos 15 años, salpicada de numerosos escándalos de corrupción, de despilfarro, de privatización de lo público… Recuerda que el exdirector general de RTVV, Pedro García, está imputado en el caso Gürtel…

La periodista, especializada en temas culturales, se muestra muy crítica, pero no habla con acritud. Parece más bien decepcionada con el devenir de los medios de comunicación públicos valencianos en su lengua autóctona. Ella entró en la profesión en una época de entusiasmo, cuando nacían las autonómicas y las televisiones privadas, cuando proliferaban las radios municipales. Se licenció en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona y nunca dejó de trabajar hasta ahora. Hoy está parada pero asegura que no para. Está estudiando un máster, mejorando sus conocimientos de las redes sociales – "Es el futuro del periodismo, ¿no?", pregunta-. También presenta libros y conciertos. "Ahora soy una parada muy estresada", concluye.

"En los últimos dos años todo ha ido a peor", Raúl Brazal González, madrileño de 35 años, trata de desarrollar su profesión como realizador en un entorno de precariedad en el que nunca ha logrado acceder a un empleo indefinido. Al carecer de estabilidad laboral, su trayectoria profesional ha sido trabajosamente construida a base de innumerables colaboraciones con productoras que, en el mejor de los casos, han incluido contrataciones por un máximo de tres meses. Durante este periplo las políticas activas de empleo del Estado no han jugado papel alguno.

Raúl es uno de los 1.116.667 desempleados que hay en España que no están registrados en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), antiguo Inem. En 2001 finalizó sus estudios como Técnico Superior en Realización, una formación que prometía abrirle las puertas de una carrera profesional en el amplio sector de la producción audiovisual. No obstante, Raúl nunca ha logrado la tan ansiada estabilidad.

Ante esta situación la respuesta más socorrida es darse de alta en el SEPE, pero Brazal ya no la contempla. "Los cursos obligatorios que ofertaban no estaban relacionados con mi campo. A través del Inem no te van a llamar para trabajar en una productora", sostiene el realizador, que explica que en su industria no cabe tomarse unos meses libres para realizar un curso no relacionado con el mundillo audiovisual. "Si no estás en activo te dejan de llamar".

La grieta por la que cada vez se deslizan más casos como el de Raúl empieza a hacerse demasiado grande. Cada vez más desempleados, que no están obligados a registrarse, perciben que el SEPE no les ofrece aquello que el mercado laboral está demandando de ellos.

También existen otros factores. "Además de que no creo que me solucione la búsqueda de trabajo, no pienso en darme de alta porque no quiero gastar las prestaciones a las que tengo derecho por lo que he cotizado", señala Raúl, que no ve el futuro con optimismo. La reducción del número de producciones ha disminuido las posibilidades de trabajo. Varios compañeros han tenido que dejar la profesión y dedicarse a otro tipo de actividades para ganarse la vida. "Está todo en el aire".

Si algo sabe Georgeta Prunean, de 42 años, es qué es trabajar mucho. Llegó a España hace once años y durante muchas temporadas ha trabajado siete días a la semana, a veces día y noche. Empleada del hogar de lunes a viernes, fregaba escaleras los sábados y cocinaba en una residencia los domingos. Y entre semana, dormía en casa de una abuela muy mayor, para hacerle compañía. Emigró poco después de que lo hiciera su marido, y dejó en una aldea de Rumanía a sus dos hijos, al cuidado de la abuela. Tenían 10 y 12 años.

"Los primeros años fueron difíciles por el tema de los papeles", explica, pero logró un contrato a petición de la familia para la que trabajaba. A partir de ahí las cosas fueron a mejor, eran tiempos de trabajo en abundancia. Y asegurado. Tantas horas como el cuerpo aguantara. Prunean y marido, albañil, pudieron permitirse dejar de compartir piso y alquilar uno ellos solos; ya no viajaban a Rumanía en Navidad y en Verano -"eso es sagrado"- en tres eternos días de autobús, sino en avión; podían enviar dinero a casa sin problema; hasta les llegaban sus ingresos para ir arreglándose la casa del pueblo que dejaron atrás.

Pero en apenas dos años, todo se ha hundido. A ella el trabajo le ha caído a la mitad. Sigue haciendo de canguro y asistenta, aunque las familias españolas para las que trabaja también son víctimas de la crisis. Pero peor está el sector de su marido: la construcción. Apenas tiene trabajo. "Y del último que tuvo no cobró". Se acabó vivir "razonablemente". Han vuelto a compartir piso. Y a viajar a Rumanía en autobús.

Prunean y su marido han podido dar una buena educación a sus hijos y arreglarse la casa en Rumanía. Pero también se han perdido once años de su vida. Hubo años en los que compensó, pero ya no. "Es hora de volver, allí tenemos casa y un huerto, hay trabajo, no tendremos que pagar alquiler y tarjetas de metro, ganaremos menos pero se vive con menos", dice Prunean. Aguantarán hasta verano. Tienen deudas que saldar y son gente de palabra, pero a partir de agosto esperan vivir más tranquilos.

Sergi Gómez, de 24 años, estudió Turismo y Dirección Hotelera en la Universitat Autònoma de Barcelona. Trabajó como camarero durante años con contratos temporales, hasta que se hartó de que sus estudios no le ayudaran a prosperar. Lo vio claro en una entrevista de trabajo, en un hotel barcelonés: "Les comenté que, por mi titulación, en el futuro aspiraba a algo más que a ser camarero. Ellos me dijeron que eso no podía ser".

Así que decidió rechazar el empleo y emigrar al extranjero. Dejar de ser un número más que formará parte de ese dato odioso, un x,x % de desempleo juvenil. Por mediación de una antigua profesora consiguió una entrevista en el Hotel Hilton London Metropole, en Londres, y desde entonces trabaja allí: cobra unas 1.000 libras al mes y lo ahorra prácticamente todo, ya que la empresa le paga la vivienda y los gastos de alimentación. En cinco meses lo hicieron empleado del mes. Ahora le han ofrecido un puesto como supervisor en un hotel de la misma empresa en Dubái, pudiendo optar, más adelante, a un ascenso. "Todo lo que no conseguí nunca en Barcelona, después de trabajar tantísimo por hacerme un hueco", sostiene, "lo obtengo en Londres en sólo cinco meses".

Querría regresar y establecerse en Barcelona, "donde tengo mi familia y mi vida", pero la capital británica le brinda la oportunidad de "demostrar" su valía como profesional: "Eso en España es imposible". En el extranjero, asegura, la concepción que se tiene del trabajo es muy distinta: "Se valora a la gente con aspiraciones y con ganas. En cambio, aquí, después de trabajar muchísimas horas, aún parece que te están haciendo un favor".

No está siendo un camino de rosas. "Vivir fuera es muy duro, pero tengo que hacer algo con mi vida. España significa estancarse". En Londres, afirma, le han dado "la oportunidad de aprender y de prosperar", algo que nunca le fue posible en sus múltiples puestos de trabajo en el país. "Para encontrar un buen trabajo tienes que ser espectacular": por eso espera establecerse en Barcelona una vez haya ganado experiencia profesional, y engrosado su currículum en el extranjero, "como si fuera una especie de inversión".

Sin mucha luz al final del túnel (la fuga empresaria de la Europa de los pobres)

"2013 empieza igual que 2012 para las multinacionales en la Unión Europea (UE): mal."… Las multinacionales abandonan la Europa de la austeridad (BBCMundo – 25/1/13)

En la primera quincena de enero (2013), la japonesa Honda anunció una reducción de 800 empleos en Reino Unido y la automotriz estadounidense Ford cerró su planta en Genk, Bélgica.

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