Los nuevos pobres, de los países ricos II (un relato trágico de la crisis) (página 4)
Enviado por Ricardo Lomoro
Dos meses antes la mala gestión económica desarrollada por el ex primer ministro, Silvio Berlusconi, y la presión insoportable sobre la prima de riesgo explotó hasta acabar forzando la dimisión de Il Cavaliere. A partir de entonces, el Ejecutivo tecnócrata de Monti pasó a ser el encargado de reconducir la situación de un país que acumula una deuda equivalente al 120% del PIB y que se ha asomado peligrosamente al abismo del impago. Pero las expectativas levantadas por el cambio de Gobierno no han servido para calmar la situación de un país que en 2012 tendrá que hacer frente a unos vencimientos de deuda pública de 202.000 millones de euros, 53.000 millones solo en el primer trimestre. Reflejo de este desafío es el nivel de la prima de riego italiana, que cierra el año por encima de los 500 puntos básicos, y del bono a 10 años, en el 7%.
La solución pasa de momento por un retraso de la edad de jubilación, la reintroducción del impuesto de bienes inmuebles sobre la primera vivienda, la subida del IVA, la congelación de las pensiones y una tasa del 0,4% para los capitales evadidos. El primer ministro italiano ha lamentado el incremento impositivo, pero reconoce que "sin disciplina fiscal no hay crecimiento".
Irlanda. Las ventajas de una economía abierta
Irlanda es la excepción dentro del mapa de los países rescatados. Un año después de ser intervenida ha conseguido distanciarse del camino abierto por Grecia y retorna a la senda del crecimiento. Se espera que cierre el año (2011) con un aumento del PIB del 1% gracias a la apertura al exterior y el atractivo que representa para muchas empresas su exiguo impuesto de sociedades.
Pero este progreso no ha eximido ni mucho menos al Ejecutivo de aprobar nuevos recortes. Además del exigido por la UE y el FMI para la recepción de una ayuda por 85.000 millones de euros, a comienzos de diciembre Irlanda anunció un nuevo plan de austeridad para recaudar 1.400 millones el próximo año.
La fórmula elegida pasa a ser la misma que las emprendidas en otros casos, es decir, recortes sociales que se añaden a la rebaja del gasto en infraestructuras…
Francia. Austeridad presupuestaria para conservar la triple A
Los problemas económicos y la elevada exposición a la deuda italiana y griega pasan factura a la economía francesa. La prueba más fehaciente son las sucesivas advertencias recibidas por las agencias de calificación. La última de ellas, Fitch, que advirtió del peligro cada vez más inminente de la pérdida de la triple A.
Pero Nicolas Sarkozy no se da por vencido. Tras anunciar un plan de ajuste en agosto (2011) con el que recaudar 12.000 millones de euros en dos años, en noviembre, el ministro de Finanzas, François Fillon, anunció una segunda oleada de recortes. Esta vez el gasto se reduciría en 8.000 millones gracias a la subida del IVA, el impuesto de sociedades y el paso de la tijera por el sistema de la seguridad social. El año 2012 parece que seguirá la misma tendencia, pues, según lo señalado por Fillon, los presupuestos serán uno de los más austeros desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Y Bruselas estima un crecimiento inferior al 1%.
El ajuste en la periferia de la UE suma ya 100.000 millones… y lo que queda
En el patio del euro, 2011 será recordado por ser el año en que todos sus vecinos se pusieron a seguir una dieta de austeridad, que en 2012 amenaza con hacerse estrictamente frugal. Y es que los severos planes de ajuste de los intervenidos Irlanda, Grecia y Portugal se han quedado cortos, lo mismo que las medidas anunciadas por Italia y España, que enfilan 2012 con la urgencia de meter la tijera en todos los sectores si quieren embridar el desbocado déficit público.
En total, los ajustes en estos cinco países suman ya unos 100.000 millones de euros, entre recortes de gasto, subidas de impuestos y otras medidas desesperadas, inéditas en Europa, como los despidos de funcionarios (Irlanda, Grecia y Portugal), la confiscación por el Estado de pagas extraordinarias (Portugal), las fortísimas subidas de IVA (Portugal, Irlanda) o el copago sanitario, que implica que ir a urgencias en Portugal cueste 20 euros desde enero, y 25 euros en Italia.
El FMI vuelve a reiterar: "no corran… que es peor" (peligro, depresión económica)
"La dureza de la crisis empieza a agitar conciencias. O dicho en términos económicos: la ortodoxia presupuestaria se desinfla, y hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió ayer formalmente a los gobiernos que suavicen sus planes de consolidación fiscal para no alentar la recesión. En palabras del FMI, la aplicación de una política "aún más restrictiva podría exacerbar las tensiones en los mercados a través de su impacto negativo en el crecimiento, en lugar de aliviarlas""… El FMI tira la toalla y pide a los gobiernos que suavicen los recortes (El Confidencial – 25/1/12)
El FMI llega a esta conclusión después de constatar que la mayoría de los grandes países -salvo Alemania e Italia- incumplirán su compromiso de alcanzar un déficit del 3% a finales de 2013. Y entre ellos está España, cuyo desequilibrio representará nada menos que el 6,3% del PIB el año que viene (un 6,8% este año), más del doble del objetivo pactado. Pero también Francia (4,4% de déficit) o Reino Unido (6,5%). Para el conjunto de la eurozona, el FMI estima un desequilibrio del 2,9%, aunque esta cifra está sesgada a la baja por el peso de Alemania: 0,1% de déficit en 2013.
Es la primera vez que el FMI se inclina a favor de una suavización de los calendarios, lo que contradice la doctrina imperante. La Unión Europea, por el momento, mantiene oficialmente los calendarios, pero la posibilidad de que sean suavizados cobra cada día más fuerza. Básicamente por el efecto devastador que va a tener la recesión sobre las cuentas públicas. Por un lado, menos recaudación por la caída del empleo y de las bases imponibles, y, por otro, más gasto por el crecimiento del paro y del endeudamiento, que conllevará un aumento del servicio de la deuda.
Olivier Blanchard, el economista jefe del FMI, ya venía advirtiendo desde hace meses que una política fiscal tan dura acabaría por tener efectos procíclicos, es decir, a favor de la recesión. Y de ahí que algunos economistas consultados ayer por este diario, no se vieron sorprendidos por el nuevo mensaje del FMI, que puede sintetizarse en esta frase: "La aplicación de un ajuste fiscal excesivo a corto plazo para compensar las pérdidas cíclicas de ingresos socavará aún más la actividad, reducirá el respaldo con que cuenta el ajuste entre el público y minará la confianza del mercado". Más claro no se puede decir.
En palabras de uno de esos economistas -responsable de un gran servicio de estudios- lo que quiere decir el FMI con esa frase es que lo importante es el déficit público que tiene carácter estructural, y no el meramente coyuntural. Y existe un peligro real de que ajustes demasiado severos estimulen la recesión.
La receta que propone el Fondo Monetario para hacer frente a este escenario no ofrece dudas: "Los gobiernos deberían evitar la aplicación de políticas aún más restrictivas en respuesta a una desaceleración imprevista del crecimiento", asegura. El Fondo Monetario, incluso, da argumentos técnicos para explicar su cambio de posición.
En su opinión, se da la paradoja que la política fiscal en muchos países "es ya más restrictiva" que el propio ciclo económico, lo que estimula la recesión al impedir que operen libremente los estabilizadores automáticos. Es decir, los instrumentos de política económica (principalmente el desempleo) que sirven para contrarrestar el ciclo e impedir que la economía caiga en una depresión.
En palabras del FMI, una reducción "adicional" de los déficits ajustados en función del ciclo podría ser desfavorable, no solo desde el punto de vista del crecimiento, sino también posiblemente desde el punto de vista del mercado. Es decir, que a los mercados les empieza a preocupar el efecto que tendrá sobre la economía los drásticos ajustes fiscales, lo que hace más difícil devolver las deudas. Máxime cuando el año próximo, y en un país como España, el PIB nominal (con inflación) tendrá un crecimiento cero, lo que empujará el endeudamiento público hasta el 84% del Producto Interior Bruto. Un nivel, incluso, superior al de Alemania (79%), y en todo caso a años luz del 36% con que comenzó la crisis.
El debate sobre el cumplimiento del objetivo de déficit emerge cada día con más fuerza en la Unión Europea, lo que puede explicar los titubeos del Gobierno español. Pero la realidad es que hoy por hoy Alemania y su núcleo duro (Holanda, Finlandia o Austria) se niegan a alargar el calendario.
Temen que los países del sur de Europa aflojen sus programas de estabilidad presupuestaria nada más conocer que la UE suaviza los plazos. Y de ahí que al menos formalmente no se quiera por el momento dar ningún paso en esa dirección. Desde luego no antes de que se firme el Pacto Fiscal impulsado Por Merkel y Sarkozy, que muy probablemente no se aprobará en la cumbre del 30 de enero (2012), sino en el Consejo Europeo de marzo. Mientras tanto, se mantendrá el discurso dominante.
La "consagración" de la austeridad (no comment)
– La UE consagra el principio de austeridad (El País – 31/1/12) Lectura recomendada
25 Estados se sumarán al nuevo Tratado para lograr el equilibrio presupuestario
República Checa se une al rechazo británico al acuerdo económico de la Unión
(Por Andreu Missé – Bruselas)
Veinticinco líderes europeos han cerrado en la noche del lunes un acuerdo sobre el Tratado Internacional que consagra la austeridad presupuestaria en la zona euro. Checos y británicos se han quedado fuera. El texto establece que "la posición presupuestaria de los Gobiernos será equilibrada o de superávit". En la práctica se traduce en que se permitirá a los Estados un déficit máximo del 0,5% del producto interior bruto (PIB). Esta norma, conocida como regla de oro, deberá integrarse obligatoriamente en las Constituciones de los Estados firmantes, que serán los 17 del euro y el resto de la UE voluntariamente excepto Reino Unido, que ya rechazó el acuerdo en diciembre y República Checa, donde los partidos euroescépticos controlan el Parlamento y la Presidencia.
La celebración de un Tratado Internacional entre los países del euro y los otros ocho miembros de la UE que lo suscribieron voluntariamente fue consecuencia de la negativa del Reino Unido a modificar el Tratado de la Unión para reforzar la disciplina fiscal y la coordinación económica, para lo que se requiere unanimidad. La impulsora de fondo de la austeridad ha sido la canciller alemana, Ángela Merkel, que ha fijado estas exigencias como condición previa para autorizar un papel más activo del Banco Central Europeo (BCE) y aumentar la cuantía del fondo de rescate para los países con dificultades.
Los países no pertenecientes a la moneda única que habían reclamado una mayor participación en las cumbres del euro, como había sido el caso de Polonia, lograron buena parte de sus exigencias. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, señaló que se invitaría a estos países en las reuniones de los líderes cuando "se trataran cuestiones de competitividad, desarrollo de las aplicaciones del Tratado y modificaciones de la arquitectura de la zona euro". También precisó que "habrá una reunión del Consejo Europeo antes de las cumbres del euro, siempre que no haya una causa extraordinaria que lo impida". Estas modificaciones no sirvieron para convencer a la República Checa, que prefirió alinearse con el Reino Unido, que hasta ahora se había quedado solo en el rechazo al Tratado Internacional.
Van Rompuy ha manifestado su satisfacción porque todos los líderes europeos pudieran llegar a la cumbre a pesar de la huelga general. El presidente europeo ha expresado su respaldo al contenido del Tratado aunque incluyendo ciertos matices. "Debemos continuar reduciendo la deuda pública", dijo, "estabilizar la eurozona y garantizar al mismo tiempo el crecimiento y el empleo". Insistió en que hay que "reducir el déficit, pero no nuestras inversiones de futuro como en educación o en economía verde".
El recién nombrado presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, se mostró más preciso al señalar que "reducir la deuda es una cuestión de justicia intergeneracional", pero advirtió de que "los presupuestos sostenibles son esenciales, pero solo cuando van acompañados de inversión". El socialista Schulz insistió en que "Europa necesita inversión para estimular el crecimiento económico y reforzar la demanda".
El Tribunal podrá imponer sanciones económicas de hasta el 0,1% a los países que no hayan incorporado en su legislación la regla de oro
El texto del Tratado Internacional aprobado otorga poderes a la Comisión Europea y a cualquiera de los demás Estados firmantes para llevar al Tribunal de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, al país que no haya inscrito adecuadamente en su Constitución o norma similar la exigencia del equilibrio presupuestario. El Tribunal podrá imponer sanciones económicas de hasta el 0,1% del PIB a los países que no hayan incorporado en su legislación la regla de oro. El producto de las multas se destinará al Mecanismo Europeo de Estabilización (MEDE) en el caso de los países del euro y al presupuesto comunitario, en el resto.
El tratado aprobado el lunes será firmado por los líderes el próximo 1 de marzo. Está previsto que entre en vigor a partir del 1 de enero de 2013, siempre que lo hayan aprobado 12 Estados miembros cuya moneda sea el euro. En principio, no se prevén demasiadas dificultades para su ratificación. El primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, ha asegurado este lunes que no tiene ninguna preocupación por la posibilidad de celebrar un referéndum. "He dejado claro", dijo, "que, cuando el texto esté terminado, pediré a la fiscal general que suministre al Gobierno su valoración sobre si el texto acordado está de acuerdo con nuestra Constitución".
Los líderes aprobaron también el adelanto de la entrada en vigor del MEDE al 1 de julio de 2012, un año antes de lo acordado el año pasado, confirmando el acuerdo del Ecofin de la semana pasada. El debate de fondo sobre la elevación de su capacidad de este fondo desde los 500.000 millones actuales a los 750.000 millones, se decidirá en la próxima cumbre de primeros de marzo.
El Tratado Intergubernamental dispone una precisa condicionalidad entre su firma y la posibilidad de recibir ayudas. Solo podrán ser receptores de la asistencia financiera del MEDE, los Estados que hayan ratificado el Tratado Intergubernamental.
El nuevo Tratado dispone también que en los supuestos de los países que hayan registrado desviaciones significativas de los objetivos de ajuste, "un mecanismo de corrección se activará automáticamente". Asimismo reitera una norma fijada ya en la legislación secundaria que dispone que cuando un país haya superado el límite del 60% de deuda, deberá reducir el excedente a un ritmo de una veinteava parte cada año.
Guía rápida de la cumbre
(Por Claudi Pérez – Bruselas)
1. Crecimiento. Tras poner el énfasis en los recortes, en las reglas de oro constitucionales para reducir el déficit y en toda esa oleada de consolidación que recorre Europa (una especie de ilegalización, de estigmatización del keynesianismo), la recesión está cerca para todo el continente. Para combatirla, Europa varía la dirección del tiro y empieza a hablar de crecimiento. La duda es si eso es solamente pura retórica: para Alemania, de momento solo se traduce en flexibilidad salarial y en una ligera bajada de impuestos; las instituciones europeas han avanzado que eso implicará reprogramar los fondos estructurales. No hay dinero nuevo, pero se trata de un cajón en el que hay unos 80.000 millones de euros. Antes eran fondos de "competitividad y crecimiento". Ahora, serán fondos de "empleo y crecimiento". Sobre el papel, no parece un gran cambio.
2. Déficit. El presidente José Manuel Barroso ha abierto el melón fundamental para España: la velocidad con la que hay que recortar el déficit. Muy probablemente, ese será el aspecto clave de la cumbre, y de los próximos meses: si los objetivos de déficit se suavizan, los tijeretazos no serán tan duros en la periferia y puede que la recesión sea algo más llevadera. España debe rebajar al 4,4% del PIB el déficit este año: desde más del 8% con el que se cerró el año pasado, eso supondría en torno a 40.000 millones de euros, un recorte draconiano que condenaría a España a incumplir o a una recesión dura, profunda. Todo eso cambiará el día que Bruselas publique las previsiones de crecimiento para España, el 23 de febrero: la senda de recorte del déficit será entonces más suave, tal y como pedía el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba durante la campaña, tal y como ha reclamado el Gobierno de Rajoy, casi sotto voce para no soliviantar a los mercados en los últimos días. El 20-N hubo cambio de Gobierno; el 23-F se conocerán las previsiones de PIB, claves para el futuro inmediato de la economía española, para los recortes. El calendario, últimamente, tiene ese tipo de caprichos.
3. Grecia. Alemania (y Holanda) han sugerido nombrar a un comisario europeo para Grecia, lo que supone transferir de facto la soberanía fiscal como precondición para cualquier tipo de ayuda (vía créditos: la solidaridad en Europa se concede vía préstamos con intereses) adicional hacia Atenas. Se trataría de crear la figura de un supervisor europeo con poder de veto sobre todo el gasto. La reacción en Grecia ha sido visceral: "Es el producto de una imaginación enferma", ha dicho la ministra griega de Educación, Anna Diamantopoulos. Eso se mezcla con la necesidad de elevar el montante de las ayudas a Grecia, que se eleva ahora a 130.000 millones de euros pero podría ir aún más lejos. La recesión se le va de las manos al Ejecutivo griego, con una caída del PIB superior al 5%. A todo ello se une la negociación con la banca para que el sector financiero participe en la reestructuración de la deuda de Grecia. El acuerdo tenía que estar listo para este miércoles. Pero ese plazo está cada vez más difícil: Europa (Alemania) quiere que la banca se rasque un poco más el bolsillo.
4. España. Primera cumbre para el presidente Mariano Rajoy. Presenta unos datos pésimos: incumplimiento en el objetivo de déficit de las Administraciones Públicas, 5,3 millones de parados y una caída del PIB del 0,3% en el primer trimestre. A cambio, una agenda de reformas acelerada (reforma laboral antes del 15 de febrero y rápida segunda oleada de reforma financiera, en principio sin dinero público) y ese primer tijeretazo (recorte de gasto y subidas de impuestos). España está a no moverse en la foto: le beneficia que la Comisión haya accedido, al final, a reconocer que si las previsiones del próximo 23 de febrero son peores, los objetivos de recorte del déficit serán menos ambiciosos para no hundir la economía europea en una recesión profunda. Paradójicamente, a España le conviene una fuerte revisión a la baja del crecimiento para este año: eso le permitiría un objetivo de déficit más fácil de cumplir, obligaría a hacer menos recortes.
5. Flecos. Los líderes tienen que seguir dando pasos adelante en el tratado del euro (el pacto fiscal y demás, a 26 si se confirma la espantada de Reino Unido de la última cumbre, aunque eso aún no está claro), aunque queda tiempo hasta marzo. Y sin embargo hay nuevas señales de alarma: las últimas rebajas de calificación crediticia (y la incertidumbre respecto a la participación del sector financiero en la reestructuración de Grecia) han castigado a Portugal, que paga más del 14% por la deuda a 10 años.
– Es una tomadura de pelo o solo lo parece (El País – 30/1/12) Lectura recomendada
(Por Xavier Vidal-Folch)
"Los líderes dedican gran parte del tiempo de sus cumbres a discutir cómo sacan la patita que han metido en la cumbre anterior", susurra un protagonista en la alta política de la UE.
La inanidad de las circulares y recidivantes discusiones sobre Grecia, Portugal o el tamaño del fondo de rescate ratificó ayer lo difícil que es sacar la patita. Hincada al menos desde que Merkel y Sarkozy liberaron de la botella (Deauville, 19 de octubre de 2010) al duende de la quiebra de un socio, oculto en la quita (merma del valor de los bonos) a sus acreedores privados. El cónclave hizo dos magnas contribuciones a la secuencia de empecinamientos: la luz verde a un contrahecho Tratado de Estabilidad y el endoso de un plan de crecimiento económico que no es un plan. Una tomadura de pelo.
¿O solo lo parece?
Pongamos que el Tratado es necesario para asegurar la disciplina de los socios del euro, y diseñar, o abrir paso, a las consiguientes compensaciones a favor del crecimiento. Que es mucho poner: el Parlamento Europeo "expresa sus dudas con respecto a la necesidad" del acuerdo (resolución del 18 de enero) y el bueno de Wolfgang Munchau (FT del lunes) las multiplica: "es innecesario", porque sus disposiciones podrían acordarse por la vía legislativa normal y porque "incentivará" las políticas recesivas, por demasiado restrictivas.
Pongamos que no tienen razón y que conviene un Tratado que responda a su pomposo título: "de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión económica y monetaria". Pues bien, el texto sólo responde a la idea de "estabilidad", de disciplina presupuestaria. Sobra el resto del título.
Hay que repetir hasta la saciedad que solo el artículo 9 (de los 16 existentes) manda "promover el crecimiento económico". Y prescribe que los firmantes "adoptarán las actuaciones y medidas necesarias" para ello. Pero sigue sin concretar ninguna. Siguen sin tener carácter obligatorio. Sigue sin prever multas a quien no lo haga. Sigue sin amenazar con llevar al Tribunal de Luxemburgo a quien incumpla ese mandato…
Y en cambio todo eso lo estipula al milímetro contra quien incumpla el mandato de reducción del déficit. En esa asimetría estriba la tomadura de pelo. En que se vende el producto como herramienta para impulsar los dos polos de la política económica y sólo desarrolla uno.
Pero hay más. La quinta versión del texto, la que llegó al cónclave, es aún más retorcida que la anterior. Los enfebrecidos del punto y coma, como este columnista, deténganse en las novedades: los considerandos 8, 14 (enteramente nuevo) y 16, y los retoques de los artículos 3.2; 8 (1 y 2) y 10. Son esenciales no porque lo sean, sino porque su bizantinismo retrata cómo los inspiradores y redactores del texto han enfermado: combaten ilusorios molinos de viento (las más recónditas vías de incurrir en déficit y de sortear las sanciones) como quijotes desquiciados.
Para la buena gente no contaminada basta destacar que una de las obsesiones de esos retoques es la de apoderar a cualquier Gobierno para perseguir a un socio incumplidor, si la Comisión se inhibe. A lo mejor el texto es necesario, amigo Wolfgang, pero será inútil. Porque todas las actuaciones históricas en este ámbito que han marginado o minimizado el poder de las instituciones -desde la agenda de Lisboa de 2000, hasta la rebelión de París y Berlín para sortear las sanciones de Bruselas por incumplir el Pacto de Estabilidad en 2003- han desembocado en el lugar del que nadie quiere acordarse: la irrelevancia.
El otro falso crecepelo es la "Declaración" para relanzar el crecimiento económico. El asunto preocupa a la pareja germanofrancesa -la última en enterarse de que si el PIB baja no alcanza siquiera para pagar las deudas- desde su bilateral del 9 de enero, primera ocasión en que han propuesto combinar el cilicio con las vitaminas.
Berlín-París, Comisión y Consejo han usado para ello dos técnicas de probada ineficiencia. Una es vaciar los cajones (como en la Agenda de Lisboa) de bellos propósitos y planes desechados: empleo juvenil, financiación a las pymes. Es dudoso que se doten de control efectivo cauciones como la de que "los supervisores nacionales [los bancos centrales] deben asegurar que la recapitalización de los bancos no les lleva a un desapalancamiento excesivo": ¿quién pone ese cascabel al gato? NS / NC.
Otra es pasar el rastrillo al presupuesto comunitario y reasignar partidas. El dinero remanente, no gastado en el pasado ni devuelto a los Gobiernos, es calderilla, unos 30 millones. Y reorganizar los -quizá- cerca de 100.000 millones de fondos estructurales y de cohesión aún no asignados para los dos años (2012 y 2013) restantes de las actuales Perspectivas financieras septenales quizá sea precipitado. En todo caso, es engañoso: esos fondos están ya orientados al crecimiento: carreteras, escuelas, depuradoras. Y desde la "Estrategia de empleo de Luxemburgo" (1997) ni un duro debe dedicarse a proyectos que no creen empleo. No hay pues un sólo euro nuevo. Solo juegos malabares.
Krugman y la camarilla del dolor
– El desastre de la austeridad (El País – 31/1/12) Lectura recomendada
(Por Paul Krugman)
La semana pasada, el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social, una fundación británica, publicó un gráfico alarmante que comparaba la depresión actual con recesiones y recuperaciones anteriores. Resulta que según un indicador importante -los cambios en el Producto Interior Bruto (PIB) desde que empezó la recesión- a Reino Unido le está yendo peor esta vez de lo que le fue durante la Gran Depresión. Tras cuatro años de depresión, el PIB británico había vuelto a alcanzar su máximo anterior; cuatro años después de que empezara la Gran Recesión, Reino Unido no está ni mucho menos cerca de recuperar el terreno perdido.
Reino Unido tampoco es la única. A Italia también le está yendo peor que durante la década de 1930, y con España dirigiéndose claramente hacia una doble recesión, tenemos a tres de las cinco grandes economías europeas como miembros del club de los "peores que". Sí, existen algunas salvedades y complicaciones, pero esto constituye, no obstante, un asombroso fracaso de la política.
Y es un fracaso, concretamente, de la doctrina de austeridad que ha predominado en el debate político de las élites tanto en Europa como, en gran medida, en Estados Unidos durante los dos últimos años.
Y bien, en cuanto a esas salvedades: por una parte, el paro en Reino Unido era mucho más elevado en la década de 1930 de lo que lo es ahora, porque la economía británica estaba deprimida -principalmente por culpa de un regreso desacertado al patrón oro- incluso antes de que estallara la depresión. Y por otra parte, Reino Unido sufrió una depresión muy llevadera en comparación con la de Estados Unidos.
Incluso así, superar el historial de la década de 1930 no debería ser un reto difícil. ¿Acaso no hemos aprendido muchas cosas sobra la gestión económica a lo largo de los 80 últimos años? Sí, así ha sido, pero en Reino Unido y en otros lugares, la élite política decidió tirar por la ventana los conocimientos obtenidos a duras penas y confiar en cambio en ilusiones que le convinieran desde un punto de vista ideológico.
Se creía que Reino Unido, en concreto, era un modelo de "austeridad expansionista", la idea de que, en vez de aumentar el gasto del Gobierno para luchar contra las recesiones, hay que recortarlo, y que esto induciría un crecimiento económico más rápido. "Los que sostienen que ocuparse de nuestro déficit y fomentar el crecimiento son de alguna manera alternativas se equivocan", declaraba David Cameron, el primer ministro británico. "No puedes aplazar lo primero para impulsar lo segundo".
¿Cómo podía prosperar la economía cuando el desempleo ya era elevado y las políticas del Gobierno estaban reduciendo directamente el empleo más todavía? ¡La confianza! "Creo firmemente", manifestaba Jean-Claude Trichet -que por aquel entonces era el presidente del Banco Central Europeo y un firme partidario de la doctrina de la austeridad expansionista- "que, en la coyuntura actual, las políticas que impulsen la confianza acelerarán la recuperación económica en vez de obstaculizarla, porque la confianza es el factor clave hoy en día".
Semejantes invocaciones al hada de la confianza nunca fueron plausibles; los investigadores del Fondo Monetario Internacional y de otras instituciones desacreditaron rápidamente la supuesta prueba de que los recortes en el gasto crean empleo. Sin embargo, la gente influyente a ambos lados del Atlántico colmó de elogios a los profetas de la austeridad, y a Cameron en especial, porque la doctrina de la austeridad expansionista encajaba con sus programas ideológicos.
Por tanto, en octubre de 2010, David Broder, quien prácticamente encarnaba la opinión común, alabó a Cameron por su audacia, y en concreto por "no hacer caso de las advertencias de los economistas de que una medicina repentina y fuerte podría frenar en seco la recuperación económica y volver a sumir al país en la recesión". Más tarde, instó al presidente Barack Obama a "hacer una cameronada" y llevar a cabo "una reducción drástica del Estado de bienestar ya mismo".
Sin embargo, por extraño que parezca, esas advertencias de los economistas resultaron ser totalmente acertadas. Y tenemos bastante suerte de que Obama no hiciera, de hecho, una cameronada.
Lo que no quiere decir que todo vaya bien en la política estadounidense. Es cierto que el Gobierno ha evitado una austeridad total, pero los gobiernos estatales y locales, que deben tener unos presupuestos más o menos equilibrados, han recortado el gasto y el empleo a medida que se acababa la ayuda federal, y eso ha sido un lastre importante para el conjunto de la economía. Sin esos recortes del gasto, ya podríamos haber estado en la senda del crecimiento autosostenible; tal y como están las cosas, la recuperación pende de un hilo.
Y puede que el continente europeo, donde las políticas de austeridad están teniendo el mismo efecto que en Reino Unido y donde muchos indicios apuntan a una recesión este año, nos lleve por mal camino.
Lo más exasperante de esta tragedia es que era totalmente innecesaria. Hace un siglo, cualquier economista -o, de hecho, cualquier estudiante universitario que hubiese leído el libro de texto Economía, de Paul Samuelson- les podría haber dicho que la austeridad frente a una depresión era una idea muy mala. Pero los que elaboran las políticas, los expertos y, siento decirlo, muchos economistas decidieron, en gran parte por razones políticas, olvidar lo que solían saber. Y millones de trabajadores están pagando el precio de su amnesia deliberada.
(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008. © 2012 New York Times News Service)
– En Europa, la Gran Depresión fue mala, pero esta es peor (El País – 16/2/12)
(Por: Paul Krugman) Lectura recomendada
Algo que todo el mundo dice siempre es que, aunque esta Depresión Menor puede ser mala, no es nada comparada con la Gran Depresión.
Pero se trata en parte de una opinión propia de Estados Unidos: nosotros tuvimos una Gran Depresión muy mala y esta vez nos ha ido mejor que a muchos otros países. Como señala Jonathan Portes, el director del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social (NIESR, por sus siglas en inglés), en su blog Not the Treasury view (No es la opinión del Tesoro), la depresión actual en Reino Unido es ahora más larga y más profunda que la depresión en la década de 1930 (un gráfico publicado en notthetreasuryview.blogspot.com el 25 de enero muestra lo realmente por debajo que está el producto interior bruto respecto a su máximo anterior en distintas recesiones británicas).
Creo que cuando empecé a criticar el esfuerzo del Gobierno de Cameron por fomentar la austeridad, algunos periódicos de tendencia conservadora exigieron que me callara.
Pero mi primera crítica de la austeridad está resistiendo bastante bien, a mi parecer. La actual depresión británica ya es superior a la de la depresión de la década de 1930. ¿Es Gran Bretaña la única?
No, no lo es. El NIESR ha elaborado una progresión mensual del PIB de Reino Unido, que permite el uso de datos en tiempo real para la comparación. No puedo repetir eso, pero puedo usar los datos históricos de Maddison de la Universidad de Groningen en Holanda y los datos del Fondo Monetario Internacional -incluidas las previsiones para 2012 y 2013- para hacer algunas comparaciones. Cuando lo hacemos en el caso de Gran Bretaña, como se observa en el gráfico de la izquierda, el "peor que" llama enseguida la atención (uso datos anuales; el año cero es 1929 o 2007, y el PIB real se expresa como un porcentaje del máximo pre-crisis en cada caso). Italia se encuentra a la derecha.
Francia y Alemania tienen mejores resultados que a principios de la década de 1930, pero por aquel entonces, Francia y Alemania sufrieron unas políticas deflacionistas terribles a principios de la década de 1930 (fue la deflación de Brüning, y no la inflación de Weimar, la que llevó al poder a quien ya saben ustedes). Cuando dos de las cuatro grandes economías europeas tienen peores resultados que en la Gran Depresión, al menos en lo que se refiere al PIB, y son tres de cinco si cuentan a España, ¿no creen que los defensores de la austeridad deberían plantearse que, posiblemente, van por mal camino?
© 2012 New York Times.
– Dolor sin nada a cambio (El País – 26/2/12) Lectura recomendada
Ayudaríamos a nuestras economías si diéramos marcha atrás a la destructiva austeridad
(Por Paul Krugman)
La semana pasada, la Comisión Europea confirmó lo que todo el mundo sospechaba: las economías que examina se están contrayendo, no creciendo. Todavía no es una recesión oficial, pero la única duda es lo profunda que será la depresión.
Y esta depresión está afectando a países que nunca llegaron a recuperarse de la última recesión. A pesar de todos los problemas de Estados Unidos, su producto interior bruto ha superado por fin su máximo anterior a la crisis; el de Europa no lo ha hecho. Y el grado de dolor que algunas naciones están experimentando es similar al de la Gran Depresión: Grecia e Irlanda han sufrido caídas de dos dígitos en la producción, España registra un paro del 23%, y la depresión de Reino Unido ya dura más tiempo que la que vivió en la década de los treinta del siglo pasado.
Y lo que es peor, los líderes -y unos cuantos actores influyentes- europeos siguen casados con la doctrina económica responsable de este desastre.
Porque las cosas no tenían por qué estar así de mal. Grecia habría tenido serios problemas independientemente de las decisiones políticas que se tomaran, y lo mismo es cierto, en menor grado, en el caso de otros países de la periferia de Europa. Pero los problemas han empeorado mucho más de lo necesario por la forma en que los líderes europeos, y más en general la élite política, sustituyeron los análisis por los sermones, y las lecciones de la historia, por las quimeras.
Más concretamente, a principios de 2010, la economía de la austeridad -la insistencia en que los Gobiernos debían recortar el gasto a pesar del desempleo elevado- hizo furor en las capitales europeas. La doctrina afirmaba que los efectos negativos directos que los recortes del gasto tendrían para el desempleo se verían contrarrestados por los cambios en la confianza, que las reducciones salvajes del gasto llevarían a un aumento repentino del gasto de los consumidores y de las empresas, mientras que los países que no efectuaran los recortes verían huidas de capital y unos tipos de interés por las nubes. Si esto les parece algo que Herbert Hoover podría haber dicho, están en lo cierto: lo parece y lo dijo.
Ahora ya tenemos los resultados, y son exactamente lo que tres generaciones de análisis económicos y todas las lecciones de la historia nos deberían haber dicho que pasaría. El hada de la confianza no ha hecho acto de presencia: ninguno de los países que están recortando el gasto ha visto el desarrollo del sector privado que habían pronosticado. En vez de eso, los efectos depresivos de la austeridad fiscal se han visto reforzados por la caída del gasto privado.
Es más, los mercados de bonos siguen negándose a cooperar. Hasta los pupilos aventajados de la austeridad, países que, como Portugal e Irlanda, han hecho todo lo que se les ha exigido, siguen enfrentándose a unos costes de financiación por las nubes. ¿Por qué? Porque las reducciones del gasto han deprimido profundamente sus economías, debilitando sus bases imponibles hasta tal punto que la relación deuda-PIB, el indicador habitual de progreso fiscal, está empeorando en lugar de mejorar.
Mientras tanto, los países que no se subieron al tren de la austeridad –Japón y Estados Unidos en particular- siguen teniendo unos costes de financiación muy bajos, desafiando los nefastos pronósticos de los halcones fiscales.
Claro que no todo ha salido mal. A finales del año pasado, los costes de financiación españoles e italianos se dispararon, amenazando con una catástrofe financiera general. Ahora esos costes han descendido, entre suspiros de alivio generales. Pero esta buena noticia era de hecho un triunfo de la antiausteridad: Mario Draghi, el nuevo presidente del Banco Central Europeo, hizo caso omiso de los aprensivos de la inflación y urdió una gran expansión del crédito, que es justo lo que hacía falta.
Entonces, ¿qué será necesario para convencer de su error a la camarilla del dolor, la gente que a ambos lados del Atlántico insiste en que podemos volver a la prosperidad a base de recortes?
Al fin y al cabo, los sospechosos de siempre se apresuraron a declarar muerta para siempre la idea del estímulo fiscal después de que los esfuerzos del presidente Obama no tuvieran como resultado una rápida caída del desempleo, a pesar de que muchos economistas advirtieron de antemano que el estímulo era demasiado pequeño. Pero, que yo sepa, la austeridad sigue considerándose responsable y necesaria a pesar de su estrepitoso fracaso en la práctica.
La cuestión es que verdaderamente podríamos hacer mucho para ayudar a nuestras economías si sencillamente diéramos marcha atrás a la destructiva austeridad de los dos últimos años. Esto es cierto incluso en Estados Unidos, que ha evitado la austeridad a gran escala en el plano federal, pero que ha visto grandes recortes en el gasto y el empleo en los niveles estatal y local. ¿Recuerdan todo el alboroto sobre si había suficientes proyectos listos para arrancar para hacer viables los estímulos a gran escala? Bueno, olvídenlo: todo lo que el Gobierno federal necesita hacer para dar a la economía un buen empujón es proporcionar ayuda a los Gobiernos de menor nivel, permitiendo que esos Gobiernos vuelvan a contratar a los centenares de miles de profesores que han despedido y reanuden los proyectos de construcción y mantenimiento que han cancelado.
Verán: entiendo por qué la gente influyente es reacia a reconocer que las ideas políticas que creían que reflejaban una profunda sabiduría son en la práctica un completo y destructivo disparate. Pero es hora de dejar atrás las creencias imaginarias sobre las virtudes de la austeridad en una economía deprimida.
(Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel 2008. © 2012 New York Times News Service)
Cameron encabeza la manifestación en contra del Estado de Bienestar ("a por todas")
"Cuando David Cameron no logró la mayoría absoluta para mudarse a Downing Street, sabía que las llaves del número 10 le costarían la revolución social a la que aspiraba. La Gran Sociedad, marca de ideología indeterminada que se limitaba a propugnar "más ciudadanía, menos Estado", quedaría archivada y las negociaciones con el socio minoritario pasarían a dominar la gestión de la primera coalición británica en más de 70 años. Pero dos años después de un bipartito de reacción cuestionada, el primer ministro da un golpe estratégico y muestra los planos de su armazón de Bienestar ideal"… Cameron reorienta su estrategia para revolucionar el Estado de Bienestar (El Economista – 9/7/12)
Un sistema que acabe con lo que denuncia como la mal entendida "cultura del derecho" y tan rompedor con el modelo existente que obliga a esperar a un potencial Ejecutivo monocolor.
El movimiento es arriesgado, no sólo política, sino ideológicamente. Tras acuñar un nuevo esquema conductual basado en el "conservadurismo compasivo", Cameron rompe filas con el alumbramiento de un ambicioso sistema que aspira a reducir el Estado del Bienestar como ningún otro mandatario británico desde la II Guerra Mundial.
En números, el plan concuerda con el objetivo de la legislatura. Si el reto motor del Gobierno es reducir el déficit, la batería de ideas, que no medidas, planteadas para el debate, lograría reducir en 10.000 millones de libras (12.500 millones de euros) el presupuesto a políticas sociales. Su trascendencia, por el contrario, supera ampliamente los desafíos fijados hasta 2015. Se trata de un giro ideológico para decidir de qué contrato social Reino Unido aspira a dotarse.
Para Cameron, las reglas de juego existentes han generado una brecha entre quienes disfrutan los "privilegios" de un sistema abierto a cobertura integral sin contraprestaciones y quienes trabajan para sustentarlo. En otras palabras, el premier abre de nuevo la guerra de clases, pero esta vez una en la que el "resentimiento" estaría del lado de los empleados. Una apelación directa al corazón del votante.
Tal es el calibre del planteamiento que hasta el primer ministro admite que por la escala del cambio y los plazos que implica materializarlos habla más como líder del Partido Conservador que como jefe de una coalición que incluye a los liberal-demócratas. En el Reino Unido de Cameron, la dicotomía vigente ha tergiversado los límites del bienestar hasta incentivar a aquellos en edad laboral a tener hijos y no trabajar, en lugar de garantizar que aquellos con un empleo pueden permitirse descendencia. En definitiva, se estarían mandando "señales equivocadas" a un sistema de prestaciones por el que más de 150.000 británicos que han venido reclamando ayudas para ingresos durante un año tienen más de tres o más vástagos y hasta 57.000, más de cuatro. Resultado: uno de cada seis menores habita en un hogar donde sus padres no trabajan, uno de los índices más altos de Europa.
En cualquier caso, en el esqueleto ideológico hay mucho de coyuntural. Cameron admite que, en tiempos de austeridad, "lo correcto es preguntar si quienes viven del sistema de Bienestar no deberían afrontar las mismas decisiones que aquellas clases trabajadoras que tienen que luchar cuando tienen un hijo". Para Cameron, la compasión no se mide por el tamaño de un cheque, por lo que su revolución apunta a todos los estratos sociales, de edad, con excepción de los pensionistas. El resto afronta tiempos difíciles, empezando por los menores de hogares que viven de beneficios y continuando con las generaciones jóvenes, ya que entre las apuestas planteadas figura retirar las prestaciones de vivienda para aquellos entre 16 y 24 años, lo que podría reportar 2.000 millones de libras al año y que amenaza con afectar hasta 210.000 inquilinos. Sólo las víctimas de violencia doméstica y quizá las parejas con hijos se salvarían de la criba.
Todo ello se produciría más allá de las ya severas restricciones establecidas a partir de la Ley de Bienestar y los cambios que para el sistema supondrán la introducción de la prestación universal. Así, las propuestas incluirían desde una redefinición del concepto sin casa, hasta el endurecimiento de las medidas sobre búsqueda de empleo.
La lista sigue hasta 17, con el límite a las ayudas como mantra general. Para evitar el efecto alejamiento, Cameron insiste en que el objetivo es promover el debate.
Cameron (sicum dixit): y si no les gusta la "austeridad", aquí tienen dos platos…
""La economía británica está cicatrizando", dijo el canciller del Exchequer (ministro del Tesoro), George Osborne, al arrancar en los Comunes la presentación del tradicional ajuste presupuestario de otoño. Sin embargo, luego explicó que las previsiones para este año 2012 se han transformado de un modesto crecimiento a una pequeña contracción del 0,1% y las de 2013 han caído del 2% al 1,2%"… Londres prolonga la austeridad a 2018 (El País – 5/12/12)
Anunció mejores cifras de las cuentas públicas de lo que esperaba la City y aseguró que el déficit público caerá del 7,9% al 6,9%. Además, mantendrá su descenso en los próximos años hasta quedarse en el 1,6% del PIB dentro de cinco años. Pero prolongó en un año adicional la política de austeridad presupuestaria, incluyendo el ejercicio de 2017-18.
Con un discurso menos político de lo que suele ocurrir en estas ocasiones y con un énfasis sorprendentemente optimista, Osborne se refugió en una catarata de cifras para presentar un ajuste presupuestario que definió como "fiscalmente neutro", quitando por un sitio lo que daba por otro. Tan neutro, que provocó lecturas políticas contradictorias. Mientras a juicio del Financial Times las medidas favorecen a la clase media en perjuicio de los más ricos y de los más pobres, el conservador The Daily Telegraph concluye que el canciller del Exchequer castiga a la clase media y a los pensionistas, que perderán 1.000 libras anuales (1.230 euros).
Las pymes ven buenas intenciones pero poco realismo y muy poca valentía. Celebran que las desgravaciones fiscales de las inversiones de capital se haya elevado a 250.000 libras (307.000 euros) pero ven con escepticismo el nuevo esquema crediticio que pone a su disposición créditos por 1.000 millones de libras (2.460 millones de euros) porque la experiencia les dice que a la hora de la verdad todo son problemas para conseguir el dinero.
El canciller ha congelado una vez más el tradicional aumento del impuesto sobre carburantes, que no subirá los tres peniques anunciados. Ha subido un 2,5% la pensión estatal básica hasta las 110,15 libras a la semana (135,6 euros). El Impuesto de Sociedades se reduce del 22% al 21%. El mínimo exento del IRPF ha subido 290 euros más de lo esperado (11.625 euros). Y espera recaudar por encima de 6.000 millones de euros en seis años por el acuerdo firmado con Suiza para desvelar cuentas ocultas en ese país.
Pero ha anunciado una serie de cambios en las ayudas sociales que significarán un recorte de 4.500 millones de euros en tres años; recorta de 1,85 a 1,54 millones de euros desde 2014 las desgravaciones por la pensión acumulada de por vida y eleva por debajo de la inflación el techo del IRPF que está por debajo del tipo máximo del 40%.
"Hipócritas unidos": el mismo FMI que pide pausa, exige a Portugal mayores ajustes
Reducir las pensiones, despedir profesores y funcionarios y subir los precios de la sanidad pública son algunas de las recomendaciones del FMI a Portugal que desataron hoy una gran polémica en este país, sujeto ya a duras medidas de austeridad"… El FMI a Portugal: recortar pensiones, echar al 20% de funcionarios y rebajarles el sueldo (El Economista – 10/1/13)
Los consejos del Fondo Monetario Internacional (FMI) figuran en un informe divulgado hoy por el Gobierno conservador luso sobre las propuestas del organismo para que Portugal reforme el Estado y logre ahorrar 4.000 millones de euros.
En esa suma se cifran los recortes que debe sufrir el gasto público luso para equilibrar los presupuestos del Estado, como exige el rescate financiero de 78.000 millones de euros que obtuvo.
El informe del FMI, elaborado a petición del Gobierno luso, aconseja reducir el número de trabajadores públicos y sus salarios en la educación, sanidad y fuerzas de seguridad, así como bajar las pensiones y el subsidio de desempleo, que ya han sufrido fuertes recortes en los dos últimos años.
En ese sentido recomienda una reducción salarial permanente a los funcionarios de entre el 3 y el 7% a partir de 2014, además de limitar el cobro de pluses y aumentar la jornada laboral en el sector público de 35 a 40 horas.
"El ahorro por reducir entre un 10 y un 20% la plantilla de trabajadores del sector público -que forman unas 600.000 personas, el 12% de la población activa- sería de entre 795 y 2.700 millones de euros", cuantifica el organismo.
También propone "limitar la duración e introducir una mayor rebaja" en el subsidio de paro, que todavía ve demasiado alto.
En materia de pensiones, el FMI considera como opción más recomendable cortar en un 20% las jubilaciones de empleados estatales, aunque también plantea la posibilidad de elevar la edad de jubilación doce meses, hasta los 66 años.
De cara al sector educativo, los técnicos del organismo internacional insisten en que es necesario "reducir costes" y proponen "limitar el papel del Estado como proveedor de los servicios educativos" e incrementar las tasas que pagan los universitarios.
En el área de la Sanidad, los técnicos del FMI subrayan los "privilegios" de los médicos portugueses y sugieren reducir el pago de horas extra y aumentar las competencias del colectivo de enfermeros.
Además, consideran que el Ejecutivo tiene margen para subir las tasas que se pagan ahora por la atención médica y las urgencias sanitarias públicas (entre cinco y veinte euros), de las que están exentos sobre un 50% de los ciudadanos.
El secretario adjunto al primer ministro, Carlos Moedas, explicó en rueda de prensa que las propuestas del FMI son tan sólo "una contribución entre muchas" al debate público abierto por el Gobierno sobre la reforma del Estado que debe acometer Portugal.
"Es un documento bien trabajado", señaló Moedas, al recordar que el Ejecutivo luso todavía estudia qué medidas aplicar para reducir el coste del Estado. "Nuestra situación hoy no es sostenible, tenemos que ser más eficientes", recalcó.
El texto final del FMI fue conocido horas después de la publicación, en un diario luso, de una versión preliminar que cuantificaba en un 20% la reducción de funcionarios y aconsejaba el despido de unos 50.000 profesores y auxiliares, que no aparecen en el informe definitivo.
La oposición, los mayores sindicatos del país, la socialista UGT y la comunista CGTP, así como asociaciones de militares, profesionales de la salud, docentes y pensionistas criticaron con dureza las sugerencias del FMI y emplazaron al Ejecutivo a desoírlas.
Desde el Partido Socialista, principal de la oposición, su secretario general, Antonio José Seguro, recalcó que "no están dispuestos a negociar un corte de ese tipo" y atribuyó el documento a los intentos del Ejecutivo por "tapar sus errores".
El declinar europeo: el mundo que nos espera
"El cambio de orden mundial ha pisado el acelerador. La crisis impulsa más rápido de lo esperado a los países emergentes, mientras que Europa pierde peso económico. China se convertirá en la primera potencia en 2017, según las previsiones de PwC"… La crisis acelera el declive de Europa (Expansión – 7/3/13)
Este documento calcula la evolución de las principales economías medidas en paridad de poder de compra (PPP, que sirve para comparar el nivel de vida de diferentes países).
De acuerdo con el Informe "El Mundo en el 2050: oportunidades y desafíos", que elabora la consultora PwC, China superará en 2017 a EEUU como la mayor economía del mundo y, además, India se consolidará como la tercera potencia mundial en 2050.
En ese ese mismo año, Brasil sustituirá a Japón en la cuarta posición y países como México o Indonesia podrían superar a economías como las del Reino Unido o Francia.
En términos absolutos de PIB, es decir, medido a precios de mercado, China se proclamará primera potencia en 2027. De este modo, EEUU conservaría desde entonces su segunda posición en el ránking mundial hasta 2050.
El país del dragón marcará esta década tasas de crecimiento medio anual del 7%, pero este ritmo se enfriará a partir de 2021. "El envejecimiento de la población y el incremento de los costes laborales reales provocarán una transición de una economía enfocada a la exportación a una economía basada en el consumo", asegura el informe.
No obstante, el PIB chino seguirá un dinamismo del 3-4% incluso en la década de 2040, aún muy por encima de los niveles esperados para Estados Unidos o la Unión Europea.
De acuerdo a este baremo, los países del E7 (colectivo de emergentes: China, India, Brasil, Rusia, Indonesia, México y Turquía) superarán a los del tradicional G7 (EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) debido a que "los desarrollados han sido mucho más lentos en recuperarse de la reciente recesión de 2008 y 2009".
Otros delfines
PwC destaca el estirón podría efectuar Nigeria gracias a su población joven y su riqueza petrolera que potencialmente puede usar con unas mejores infraestructuras. También Vietnam tiene unas grandes posibilidades de crecimiento, con un marco político más sólido. Ambos países irrumpirán por primera vez en 2050 en el "top 20" de la economía mundial (puestos 13 y 19, respectivamente).
Asimismo, subraya el papel de Turquía, que ascenderá hasta el número doce. Indonesia y Malasia (que se quedará justo al límite de integrar el grupo de las veinte mayores economías del planeta) se verán impulsados por China.
Declive europeo
Si se analizan los diez primeros países del ranking en 2011 se encuentran cinco europeos, pero el panorama cambia bastante de cara a 2050. Alemania y Francia caerán a los puestos noveno y décimo, respectivamente, mientras Rusia seguirá en el sexto lugar. En concreto, Rusia superará a Alemania como la principal economía europea en 2020, si se mide en paridad de poder de compra, y en 2035 en términos absolutos.
¿Y España?
La recesión seguirá pasando factura, en línea con el resto de países europeos. Así, la economía española perderá tres puestos en la clasificación y se quedará en el lugar número 15, en paridad de poder de compra. PwC destaca que España vivirá una crisis demográfica, con un fuerte descenso de la población en edad de trabajar desde ahora hasta 2050.
Si se mide en precios de mercado (volumen total de PIB), España pasará del puesto 12 al 14 entre 2011 y 2050. Según estos cálculos, el PIB español tendrá un ritmo de crecimiento superior al 2% en los próximos 40 años, ligeramente por encima de Francia, Alemania e Italia.
Cameron sigue al frente de la manifestación de los "manos tijera"
"El Gobierno de Reino Unido se replantea la política asistencial a los inmigrantes para combatir el mensaje antieuropeo del UKIP. El primer ministro británico, David Cameron, dará a conocer este lunes sus planes destinados a controlar la inmigración, como restricciones en el acceso a la sanidad y las viviendas subvencionadas por el Estado"… Cameron restringirá el acceso a las prestaciones sociales a los inmigrantes (Gaceta.es – 25/3/13)
El jefe del Gobierno conservador tiene previsto dar detalles de estos planes en un discurso que pronunciará en la localidad de Ipswich, sureste de Inglaterra.
Según los medios británicos, Cameron eliminará el acceso inmediato de inmigrantes con escasos recursos a pisos subvencionados por el Estado, por lo que deberán esperar al menos dos años antes de que los ayuntamientos decidan sobre si conceden estas viviendas.
Además, el político "tory" espera explicar cuáles serán los cambios que pueden ser introducidos sobre el acceso gratuito de los inmigrantes al Servicio Nacional de Salud (NHS, siglas en inglés).
Según la prensa, el objetivo del Gobierno es imponer sobre todo restricciones a los ciudadanos rumanos y búlgaros que puedan ingresar al Reino Unido a partir del año próximo, pues las autoridades estiman que pueden entrar unos 13.000.
Rumanía y Bulgaria ingresaron en la Unión Europea (UE) en el año 2007 pero se acordó que su población tendría restringido el acceso al mercado laboral del Reino Unido hasta el año próximo.
Los comentaristas han resaltado que estas fuertes medidas están destinadas a contentar al ala derecha del Partido Conservador, que achaca la falta de iniciativa de Cameron en el área de inmigración y que es aprovechada por los euroescépticos del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP, siglas en inglés).
El mes de febrero (2013) los conservadores sufrieron un duro revés en la elección parcial celebrada en la circunscripción de Eastleigh, al sur de Inglaterra, que el Partido Liberal Demócrata retuvo pero los "tories" quedaron en tercer lugar por detrás del UKIP.
Esto es lo que hay: la "Agenda 2010" debe ser la hoja de ruta para toda Europa
"Hace diez años, en marzo de 2003, el canciller alemán Gerhard Schroeder presentó su plan de reformas bajo el título de "Agenda 2010". Para que Alemania pudiese recuperar una posición de liderazgo en Europa, había que recortar las prestaciones del Estado, fomentar la responsabilidad propia y exigirle más a cada ciudadano, según apunta un informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE)"… Las reformas en Alemania 10 años después: las claves del éxito (Negocios.com – 27/3/13)
En ese mismo documento se señala que "en 2003 el número de parados en Alemania superaba los cuatro millones, el PIB no crecía desde hacía más de dos años, la inversión empresarial se reducía al igual que el consumo privado, mientras que el Estado se enfrentaba a unos gastos sociales desbocados", algo que recuerda mucho la situación que padece ahora España.
Para el IEE, diez años después, el Instituto de la Economía Alemana certifica que las valientes reformas estructurales han dado sus frutos y han merecido la pena. La "Agenda 2010" se centraba en tres ámbitos: mercado laboral, política social y política financiera.
Las medidas claves
En el mercado de trabajo se han logrado importantes mejoras con estímulos para que los empresarios creasen empleo y, por otro lado, para que los parados buscasen y aceptasen los puestos ofrecidos. Entre las medidas destacan:
1.- La desregulación del trabajo temporal (ETTs). En este sector ha surgido un verdadero boom, aumentando el número de trabajadores temporales de 300.000 en 2002 a unos 800.000 últimamente.
2.- La reforma de los mini-jobs. Esta actividad resulta más atractiva desde la reforma. Entre 2002 y 2004 el número de aquéllos que sólo tenían un mini-empleo aumentó en 600.000 personas, pero se mantiene constante desde entonces en torno a 4,8 millones de personas. Sigue aumentando, en cambio, el número de personas que además de su empleo tienen adicionalmente un mini-job.
3.- El recorte en la duración del subsidio de desempleo para trabajadores mayores de 55 años de 32 a 18 meses, a fin de fomentar una búsqueda activa de empleo.
4.- La fusión de todas las ayudas sociales y al desempleo en un sistema único de garantía social básica. Esta reforma conocida como "Hartz IV" ha sido la más controvertida, pero ha incrementado sin duda la presión sobre la búsqueda activa de empleo.
Desde el Instituto de Estudios Económicos se señala que en 2012 Alemania había reducido su tasa de desempleo a un 5,9%, la cuarta cifra más baja de la UE después de Austria, los Países Bajos y Luxemburgo. La disminución del paro ha beneficiado tanto a los trabajadores mayores, como a las mujeres y a los jóvenes. El número de personas ocupadas ha crecido por encima de los 41,5 millones en 2011 y se han creado unos 2,6 millones de nuevos puestos de trabajo desde 2005.
No obstante, aseguran desde el IEE, el Instituto de la Economía Alemana señala que estos efectos positivos no se deben únicamente a las reformas estructurales. También han contribuido a ello la buena situación coyuntural y el estancamiento de la oferta de mano de obra por razones demográficas. Otro aspecto muy importante es que en el año 2000 Alemania precisaba de un aumento del PIB del 1,9% para mantener constante el nivel de paro, mientras que en 2011 ya bastaba con un incremento del 1,4%.
El que quiera entender que entienda: la doctrina del "alineamiento" con Alemania
(En el siguiente gráfico se muestra la posición fiscal de Alemania y el "desafío" de algunos países europeos para alcanzar unos parámetros de déficit y deuda, equivalentes)
Fuente: Vozpópuli (28/3/13)
Y llegó el gran día: Cameron presenta las "súper rebajas" (el mejor alumno de Merkel)
"Los controvertidos recortes a las prestaciones sociales impuestos por el Gobierno de David Cameron entran en vigor a partir de este lunes en el Reino Unido. El rotativo británico The Guardian hace un repaso del ahorro que suponen los recortes que el Gobierno empezará a introducir esta semana y del impacto de los cambios radicales en el ámbito de la asistencia social, la justicia, la salud y los impuestos"… El día de los recortes de Cameron: Reino Unido sacrifica su sistema social para controlar el déficit (Vozpópuli – 2/4/13)
Los controvertidos recortes a las prestaciones sociales impuestos por el Gobierno de David Cameron entran en vigor a partir del 6/4/13 en el Reino Unido. Los ajustes enfocados a reducir el déficit incluyen la rebaja de la ayuda de vivienda y de discapacidad, por lo que ha enfurecido no solo a la oposición y a las organizaciones de beneficencia, sino también a la Iglesia anglicana de Escocia. El rotativo británico The Guardian hace un repaso del ahorro que suponen los recortes que el Gobierno empezará a introducir en la primera semana de mayo y habla de "un nuevo mundo" a la vista de los cambios radicales en el ámbito de la asistencia social, la justicia, la salud y los impuestos. Éstos son algunos de ellos:
Introducción del impuesto del dormitorio
El impuesto del dormitorio es uno de las medidas que vieron la luz el 1 de abril. El objetivo de esta tasa es abordar el hacinamiento y fomentar un uso más eficiente de la vivienda social. Los beneficiarios en edad de trabajar y los demandantes desempleados que tengan una habitación libre en una vivienda social perderán el 14% de su ayuda a la vivienda y los que tienen dos o más dormitorios extra perderán el 25%. Se estima que un millón de hogares con dormitorios adicionales reciben ayudas a la vivienda. Según el rotativo, las voces críticas apuntan que es una política ineficiente como en el norte de Inglaterra, las familias con habitaciones libres superan en número a las familias hacinadas por tres a uno, por lo que miles de ellas se verán afectadas con el impuesto cuando no hay necesidad local para trasladarse. Dos tercios de las personas afectadas por el impuesto dormitorio son discapacitadas. El ahorro estimado con la medida ronda los 465 millones de libras anuales. Las 660.000 personas que viven en viviendas sociales perderán un promedio de 728 libras al año.
Miles de personas pierden el acceso a la asistencia jurídica
El límite de ingresos familiares para solicitar ayuda legal se situará en 32.000 libras y los que ganan entre £ 14.000 y £ 32.000 deberán realizar una prueba para acreditar sus medios. Los casos de derecho de familia, entre los que se encuentran los de divorcio o custodia de los hijos, y los temas relacionados con la inmigración y el empleo serán los que se verán muy afectados. Según el diario, la fecha ha sido calificada por los laboristas como "día de la vergüenza" para el sistema de asistencia jurídica gratuita. El Gobierno de Cameron prevé ahorrar un mínimo de 350 millones de los 2.200 que ahora le cuesta las ayudas a la asistencia legal.
La prestación fiscal municipal pasa a control local
La prestación fiscal municipal, que actualmente es administrada por el Departamento de Trabajo y Pensiones y que solicitan en 5,9 millones de familias de bajos ingresos en el Reino Unido, está siendo transferido a los ayuntamientos con una reducción de la financiación del 10%. La modificación ha llegado en un momento en que la financiación del gobierno local, según el Instituto de Estudios Fiscales, ha caído un 26,8% en dos años, en términos reales. Además, 2,4 millones de hogares sufrirán un aumento de los impuestos municipales. Dependiendo de las decisiones de los consejos locales, el ahorro podría llegar hasta los 480 millones al año.
Cambios de por vida en el sistema nacional de salud
Una comisión del NHS (National Health System) y un total de 240 grupos locales -compuestos por médicos, enfermeras y otros profesionales- serán los encargados de poner en marcha el cambio y tomarán el control de los presupuestos para comprar servicios a los pacientes. Los adquirirán de cualquier proveedor de servicios, incluidos los privados, siempre y cuando se ajusten a los estándares del NHS y los costes. Autoridades sanitarias estratégicas y consorcios de atención primaria desaparecen. El ahorro inicial de 1.400 millones de libras que generará los despidos puede llegar hasta los 5.000 en 2015 con la caída del número de empleados.
Pero éste no es el único día en el que se introducirán reformas, sino el primero. El próximo sábado 6 de abril entrará en vigor la rebaja del impuesto del 50% para personas con salarios altos, que pasará al 45%. El ministro de Economía, George Osborne, dijo que el impuesto del 50% a las rentas más altas introducido en abril de 2010, provocó distorsiones masivas en 2010-11 y creció sólo mil millones de libras, frente a los 2.500 millones previstos en 2009. Osborne dijo que mantener el tipo máximo tendría sentido si se recaudara más dinero, algo que no ocurre en su opinión. 13.000 millonarios recibirán un recorte de impuestos de 100.000 libras.
Recorte de las prestaciones por discapacidad
A partir del 8 de abril, el pago para la independencia de las personas con discapacidad (PIP) sustituye al subsidio de subsistencia para minusválidos, que no se basa en su condición, sino en cómo le afecta su condición. Contendrá dos elementos: un componente de la vida diaria y un componente de la movilidad. Las evaluaciones se realizarán cara a cara en lugar de basarse en las observaciones por escrito, partiendo del centro Bootle, que maneja las reclamaciones de todo el noroeste y noreste del país.
Entrará en vigor también una medida que limitará al 1% durante los tres próximos años el incremento anual del valor de las prestaciones, muy por debajo de la inflación.
El "Doctor Doom" reflexiona sobre fiscalidad, deuda y crecimiento, en tiempos de crisis
– Roubini: ¿cuál es la política fiscal adecuada durante la crisis? (El Economista – 22/7/13)
Los grandes déficits fiscales persisten en la mayoría de economías desarrolladas y con cada vez más cuantía de deuda pública en relación al PIB. EEUU está todavía en un punto muerto político en torno a los impuestos, el embargo presupuestario, la reforma del Estado del bienestar y el techo de deuda. Y Europa aún está debatiendo la austeridad y sostenibilidad fiscal a corto plazo frente al medio plazo. Con esta situación, los analistas y reguladores se han centrado en el papel de la política fiscal durante la crisis y durante sus secuelas.
Relación deuda-crecimiento. La teoría económica indica que a partir de cierto momento, un elevado endeudamiento público puede tener un efecto negativo en el crecimiento económico, provocando tipos de interés reales altos y excluyendo la inversión y el consumo, o aumentando el riesgo de una crisis de deuda, con todo el daño colateral de un impago de deuda.
Ciertamente, las investigaciones recientes de varios académicos, especialmente Carmen Reinhart y Ken Rogoff en un artículo de 2010 muy conocido y citado, han indicado que de hecho podría haber una relación empírica significativa. Reinhart y Rogoff identificaron un umbral crítico en las economías desarrolladas del 90% del PIB (más bajo en los mercados emergentes).
Los resultados empíricos de Reinhart y Rogoff plantean la cuestión de causalidad: ¿los índices elevados de endeudamiento provocan un crecimiento económico más bajo, o son las situaciones de choque que llevan a recesiones importantes?
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