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Los “nuevos” pobres, de los países ricos II (un relato trágico de la crisis) (página 8)

Enviado por Ricardo Lomoro


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Entre los que no estarán disponibles para suministrar apoyo familiar están los padres de Giulia Voci, una graduada de economía de 26 años de la Universidad de Roma. Voci recibe ayuda de sus padres para pagar la niñera de su hijo Tommaso de 18 meses, que asciende a US$ 620 al mes y también acude a ellos cuando la niñera no está disponible. La ayuda es primordial porque Voci gasta su sueldo de US$ 900 al mes que gana en una empresa de tarjetas de regalo en gastos de la casa que comparte con su pareja.

Los padres de Voci, una psiquiatra y un funcionario del Ministerio de Finanzas, los dos de 56 años, enfrentan vidas laborales más largas. Hasta el año pasado, la madre se habría podido retirar en cuatro años, pero ahora es probable que tenga que esperar otra década. "Tengo suerte porque están ahí para ayudarme financieramente", dice Voci. "Pero van a estar ocupados trabajando por muchos años más".

En última instancia, eliminar la dependencia de los habitantes del sur de Europa de sus familias puede resultar positivo, dice Alberto Alesina, un economista italiano de la Universidad de Harvard. Alesina dice que la estrecha dependencia de la familia es una de las razones del estancamiento del crecimiento en Italia en la última década porque siempre ha impedido que los trabajadores se muden a donde están los mejores trabajos y salarios.

"La familia ha ayudado a los adultos jóvenes a resistir la crisis, pero se ha convertido en un obstáculo de cara al futuro a largo plazo", dice Andrea Ichino, profesor de economía de la Universidad de Bolonia quien coescribió un libro con Alesina titulado L'Italia fatta in casa (La Italia hecha en casa).

Y fue una noche: la invisibilidad de los "nuevos pobres"

""La nueva pobreza es invisible y puede cohabitar en un mismo espacio con situaciones estables. No se trata tanto del caso del señor que rebusca en los cubos de basura después de haberse quedado sin trabajo, esa pobreza espectacular y extrema que explota la televisión, sino un proceso poco visible que está afectando a muchas familias o al vecino de al lado aunque no nos demos cuenta". De esta forma recuerda la profesora de sociología e investigadora de la Universidad Complutense de Madrid Araceli Serrano Pascual cómo está evolucionando la percepción de la pobreza en el presente y desfavorable contexto económico, y que se caracteriza por su escasa visibilidad"… "Te levantas un buen día y descubres que eres pobre" (El Confidencial – 28/6/12)

José Félix Tezanos, director de la Fundación Sistema y catedrático de Sociología en la UNED señala que "en nuestros estudios nos hemos dado cuenta cómo entre el 60 y el 70% de las familias no están mentalizadas para pedir ayuda. "Yo no soy un necesitado", es la percepción habitual. Hemos visto a gente llorando mientras rellena la encuesta". Por su parte, Luis Enrique Alonso Benito, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, recuerda que "antes la pobreza se encontraba localizada en bolsas físicas, como podía ser un barrio determinado. Ahora ya no, sino que se está desplazando hacia las clases medias y se está diluyendo".

Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2011 el 21,8% de la población española se encontraba por debajo del nivel de pobreza. Un aumento del 1,1% respecto al año anterior y un dato que, recuerda Tezanos, "es uno de los más altos de toda la Unión Europea". Para Alonso Benito, la novedad de este tipo de pobreza es "su velocidad e intensidad. Puede ocurrir de la noche a la mañana, no es un proceso a largo plazo. Por ejemplo, tenemos casos como el de una contratada de la Administración que tenía dos empleos precarios y que al perder uno, cayó en la pobreza. Algo que ni podía imaginarse medio año atrás".

"Se trata de un sector de población que anteriormente tenía cierta estabilidad. Es decir, aunque su trabajo era precario, podía acceder al consumo, y disponía de un techo bajo el que vivir. Vivían en una especie de "precariedad estable", a veces incluso con un consumo alto", señala Araceli Serrano Pascual, explicando que la mayor parte de este grupo está formado por la franja más baja de la clase media. Luis Enrique Alonso señala que el hecho de que esté afectando a un sector que en el pasado reciente habían gozado de cierta estabilidad es un problema a la hora de proporcionar ayuda: "Al no ser colectivos minoritarios, la vergüenza que provoca hace que se intente ocultar. Por ello, la intervención y la asistencia son más complicadas. Es lo que ocurre con tantos profesionales al perder sus trabajo, que pasan de la normalidad a la dependencia".

Serrano señala que esto también ocurre dentro de la familia, "a la que no se le dice nada para no preocuparla, o por pura vergüenza". Tezanos añade que el sentimiento más común es el de ""qué he hecho yo para merecer esto", la sensación de haber recibido un castigo y de no ser capaces de obtener los frutos deseados a pesar de haber trabajado y haberse esforzado. Parece que no llevamos las riendas de nuestra vida".

Una de las grandes dificultades que señala la mayor parte de expertos es la que atañe al concepto de "pobre" en sí, una imagen muy fijada en el imaginario colectivo y conferido de ciertas características negativas que impide que muchos de los que estadísticamente lo son se consideren como tales. "La pobreza no es un "homeless" radical, con todos los estigmas que tiene asociado, sino que se trata de algo más relacional", señala Luis Enrique Alonso. "No todos los pobres son excluidos. Parece que se traza una barrera entre el "dentro" y "fuera" que no nos afecta. Lo que la nueva pobreza sugiere es que dicha frontera es mucho más borrosa de lo que parece y que un amplio porcentaje de la población corre el riesgo de atravesarla".

Serrano Pascual coincide en que "a sí mismos no se consideran pobres, no digamos ya excluidos. Los pobres son los que rebuscan en la basura, los que recurren a los beneficios sociales". Por ello, gran parte de esta pobreza permanece fuera de la vista: "El concepto de pobreza se solía vincular a minorías étnicas, inmigrantes, problemas de salud, mentales y de adicción. Ahora ha cambiado mucho. La ropa es normal y no hay detalles externos que la señalen. En los barrios de las grandes ciudades o en sus periferias se produce esta mezcla heterogénea de gente de muy distintos niveles económicos que conviven juntos". Alonso añade que "hay que olvidar esa idea del pobre relacionada con la maldición divina, la indolencia o la falta de esfuerzo, desdramatizarla para que se tome con mayor normalidad y sea más fácil pedir ayuda".

Tezanos añade que frente al de pobreza, "el concepto emergente es el de "precario"". Aunque matiza que la percepción "ha cambiado en los dos últimos años: la tendencia es que cada vez una mayor proporción de nuestros encuestados se considera clase baja". La profesora Serrano Pascual recuerda que "a un nivel mundial, la gente sí se considera pobre. Entre ricos y pobres, la mayor parte de la población se considera del segundo grupo".

Entre algunos de los perfiles afectados por esta situación se encuentran los profesionales que no disponían de una situación laboral fija pero que podían mantenerse gracias a una retribución más o menos importante, y que ahora tienen más difícil encontrar una regularidad en su trabajo. Araceli Pascual Serrano señala que la coyuntura también afecta a "las familias monoparentales. Por ejemplo, las mujeres que se quedan solas después de la ruptura de su matrimonio, que no se pueden incorporar al mercado laboral tras la separación, y que dependen completamente de la pensión de su marido, si es que llega, puesto que estos también están teniendo dificultades".

"Por otro lado, se han roto las redes de solidaridad familiar por la hipersaturación. Por ejemplo, hay muchos pensionistas que pagan la hipoteca de sus hijos y los mantienen. Algo relativamente fácil si el hijo es único, pero más complicado si hay dos", prosigue la profesora señalando una de las grandes dificultades de dicha situación: que los ahorros que muchas familias habían almacenado generación tras generación, ese colchón familiar, está desapareciendo, lo que empeorará la situación en el medio plazo. "Los mecanismos de compensación están fallando (la familia, el Estado de Bienestar)", recuerda Tezanos.

Uno de los grandes afectados por la nueva pobreza son los más jóvenes que, como apunta Serrano Pascual, "por primera vez ya no tienen fe en el progreso y en que el futuro sea cada vez mejor. Ese mito de las últimas décadas ha desaparecido". Tezanos recuerda que "la edad media de la pobreza se ha reducido año tras año, hemos visto bastante gente menor de cuarenta años sin techo".

Una de las razones se debe a que hace relativamente poco tiempo "las clases estabilizadas podrían permitirse las largas esperas de los jóvenes para entrar en el mercado laboral. Si ahora se requiere que estos contribuyan, la situación se dramatiza", señala Luis Enrique Alonso. "Lo raro fue lo que ocurrió durante los últimos veinte años. Se podía subvencionar a los hijos, por así decirlo. Ahora, los niños de estas familias pueden ver truncado su futuro". Tezanos recuerda la última gran diferencia con esa pobreza tradicional es que la antigua "estaba relacionada con sectores más pasivos, como eran los drogadictos. Ahora, en cambio, los afectados son más activos, como ocurre con estos jóvenes. La perplejidad es el sentimiento común, y por ello están apareciendo movimientos de protesta".

La "competitividad" exige restructuraciones, despidos, traslados y… ¿suicidios?

""¡El suicidio es la única solución!", escribió un empleado de France Télécom siete meses antes de quemarse vivo delante de los locales de su oficina, sin que nadie pudiera evitarlo. En una carta de seis páginas dirigida a la presidencia de la empresa y al Estado accionista a finales de 2009, el trabajador de 57 años de edad y padre de cuatro hijos explicaba las razones que le impulsaron a tomar la trágica decisión. En el texto, describió un ambiente laboral "endémico" debido al plan de reestructuración drástico que provocó 22.000 despidos y 10.000 traslados. La carta del empleado, publicada tras su muerte y que conmocionó al país, hacía referencia al "acoso" en el nuevo puesto que ocupaba después de su traslado forzado. "Estoy de más", concluía en una llamada desesperada. Pero su grito de alarma nunca obtuvo respuesta y en abril de 2010 el empleado se suicidó"… "Estoy de más; el suicidio es mi única solución" (Gaceta.es – 9/7/12)

Como él, otras 35 personas formaron parte de la famosa ola de suicidios en menos de dos años. La dirección de France Télécom y el departamento de recursos humanos habían recibido varias alertas de este tipo, las cuales se remitían a los responsables de cada departamento. Sin embargo y pese a las advertencias, nadie fue capaz o no pudo evitar los dramas. Muchas familias de las víctimas y varios sindicatos decidieron entonces recurrir a la vía judicial para denunciar los métodos utilizados por la empresa.

Tres años después, la Justicia ha decidido responder a esas denuncias y examinar la responsabilidad de los que en su día dirigían la empresa telefónica líder en Francia. Dos ex dirigentes y el ex consejero delegado, Didier Lombard, están imputados por "acoso psicológico" a los trabajadores y se exponen a una multa de 15.000 euros y a una pena de hasta un año de cárcel. La investigación que cuestiona la organización y las técnicas de gestión empresarial durante el periodo de recortes también concierne a la propia empresa que representa la persona moral. El proceso será largo. No se anunciará ninguna sentencia hasta al menos dentro de 18 meses.

Patrick Ackermann, delegado del sindicato Sud Salud Social, afirma que "el móvil del crimen fue privatizar una empresa pública" al borde de la quiebra. "Se recurrió a métodos de presión como los traslados forzados o la obligación de cambiar de puesto de trabajo". El fin de estas técnicas era "impulsar al empleado a que abandonara el barco", explica el sindicalista.

"Vértigo, fobia, violencia". Desde el año 2000, cientos de trabajadores de France Telecom han sido atendidos en la consulta de la psicóloga Brigitte Font. Todos presentan "trastornos ansiodepresivos", según el diagnóstico de la doctora. "Padecen ansiedad aguda, pierden todas sus capacidades y hasta los símbolos de su empresa, los tickets restaurant o incluso el color naranja les producen fobia". "Muchas personas no asimilan que se les cambie de puesto al final de su carrera profesional", resume la experta.

Yves se siente mejor pero todavía no se ha recuperado del todo. Hace cuatro años sufrió las consecuencias de lo que él denomina una "gestión empresarial inhumana". De su oficio de ejecutivo le obligaron a ocupar un puesto de teleoperador. "Tenía todas las papeletas para que se me incluyera en el plan de recorte de plantilla: más de 50 años, con un empleo transversal… Y de la noche a la mañana me dijeron: dejas todo y te pones a responder las llamadas telefónicas". La presión se acentuó para que dimitiera. Yves cayó en la depresión pero su familia evitó que tomase una decisión radical que él no descartaba: el suicidio.

Hoy sigue acudiendo al psicológico pero admite que la mejor terapia es "ver a su ex jefe responder ante la Justicia".

Desde el punto de vista jurídico, el abogado Philippe Ravisy, autor del libro Le harcèlement moral au travail (Acoso psicológico en el trabajo) explica que la dirección de la compañía telefónica "sabía perfectamente lo que hacía". Había que suprimir miles de puestos de trabajo y para llevar a cabo tal recorte de plantilla, se formó a 4.000 agentes, que tenían que "ejecutar consignas precisas", explica el jurista. La presidencia del grupo era consciente de que sus técnicas estaban basadas en "la gestión mediante el terror". Y este es el punto en común de aquellas empresas que han sido procesadas por "acoso psicológico".

Otras grandes sociedades como la aseguradora francesa Axa ya habían sido objeto de un proceso similar en 1996, aunque no hubo condena puesto que la ley sobre el acoso psicológico no fue promulgada hasta el año 2002. ¿Qué podría pasar entonces con el inédito caso de France Télécom? El experto explica que la situación ha evolucionado. Desde 2008, el Tribunal de Casación francés obliga a los jueces a examinar con detenimiento las quejas de acoso psicológico. Es por tanto "probable" que haya condena para France Télécom.

"Hubo errores de gestión y de comunicación en France Télécom", admite un director de recursos humanos anónimo, "pero de ahí a enviar a los dirigentes ante el tribunal penal, es un escándalo. Nos hemos quedado de piedra. Esto podría significar que ¿todas las decisiones de reestructuración o adaptación de las empresas pueden ser denunciadas?", se interroga.

Los casos dramáticos de France Télécom hay que enmarcarlos en un contexto global en el que el suicidio afecta cada año a 10.000 personas en Francia, según los datos del Instituto de la salud e investigación médica, Inserm. Dentro de la función pública, la educación nacional y la Policía son los sectores más afectados. El número de suicidios en la Policía es de una media de 32,4 por cada 100.000 agentes. Lo que representa entre 40 y 55 suicidios al año. En el sector privado, empresas como Renault o Correos pueden anticipar la alerta con el caso de France Télécom.

¿Pragmatismo, piedad o cinismo europeo?: el "abandonadero" de recién nacidos

"A la vera de una tranquila calle de un suburbio de Berlín, un cartel con una flecha apunta hacia un sendero que se abre paso entre los árboles. El cartel dice "Babywiege", en español: cuna. Al final del camino hay una caja de acero inoxidable con una manija. Dentro de la caja hay un par de pequeñas mantas prolijamente dobladas para abrigar al recién nacido. La cálida temperatura del contenedor es tranquilizadora. En su interior también hay una carta con indicaciones de qué hacer si uno cambia de opinión"… Polémica en Europa por cunas para abandonar bebés (BBCMundo – 10/7/12)

Alrededor de dos veces al año, alguien -posiblemente una mujer– camina por esta recluida senda que conduce a la parte trasera del Hospital Waldfriede para dejar allí a un bebé nacido tal vez en secreto y pocas horas antes. Esta persona -posiblemente su madre- se marcha luego de allí. Ya no volverá a ver al recién nacido. Cuando éste crezca, no sabrá quién fue su madre.

Uso la palabra "posiblemente" porque el proceso es secreto y anónimo. Nadie sabe quién dejó allí al bebé. El anonimato es precisamente el punto que critican aquellos que están en contra de este sistema que data del medioevo y que volvió a implementarse en los últimos 10 años. Podrían ser padres inescrupulosos o incluso proxenetas que presionan a las madres para deshacerse del niño, dicen los críticos.

Según le dijo a la BBC Kevin Browne, psicólogo de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, "una serie de estudios en Hungría muestra que no son necesariamente las madres las que abandonan a sus hijos en estas cajas, pueden ser parientes, proxenetas, padrastros o los padres". "Por eso, la gran pregunta es si estas cunas están protegiendo los derechos de la mujer y si la madre del bebé está de acuerdo en que se lo dejé allí", dice Browne. "Este sistema es tan anónimo, tan alejado de la posibilidad de dar ayuda psicológica, que genera una situación dañina para la madre y para el hijo", añade.

Al facilitarle a la madre el deshacerse de su hijo, dicen los críticos de la iniciativa, éstas se sienten menos inclinadas a buscar la ayuda que necesitan en ese momento de trauma emocional e incluso de riesgo físico.

Éste es un argumento que rechazan los impulsores del proyecto. Según ellos, les están ofreciendo a las madres desesperadas una manera segura de abandonar a sus hijos no deseados. Si no existiese esta posibilidad, dicen, muchas dejarían a sus bebés muertos de frío a la intemperie. O peor aún. Recientemente se resolvió un caso en una corte alemana en el que la madre estaba acusada de tirar a su bebé desde el balcón de un quinto piso.

Por casos como estos la iniciativa está ganando impulso para extenderse por Europa Central y del Este, desde los estados bálticos hasta Alemania, Austria, Polonia, la República Checa y Rumania. En algunos países la ley favorece este sistema. En Hungría, por ejemplo, la ley fue modificada como para que dejar el niño en una de estas cajas equivalga a entregarlo legalmente en adopción, mientras que abandonar al niño en cualquier otra parte continúa siendo un delito.

Browne cree que su difusión es mayor en los países con un pasado comunista y en los países católicos donde tener un hijo sin estar casado es visto con muy malos ojos. El psicólogo estuvo a cargo de gran parte de la investigación que el Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños consultó para evaluar el sistema. Este comité considera que el niño tiene el derecho a saber quiénes son sus padres, y este proyecto, dicen, les quita este derecho.

Sus defensores están totalmente en desacuerdo. Gabriele Stangl, del Hospital Waldfriede de Berlín, opina que estas cunas salvan vidas, por lo tanto aumentan los derechos del recién nacido. En la caja de Berlín, dice, hay un sistema de seguridad proporcionado por la maternidad del hospital. Una vez que el bebé es depositado en la cuna, una alarma alerta inmediatamente al personal de su llegada. Al comienzo el hospital se encarga de su cuidado, luego pasa a una familia de acogida y, finalmente, puede ser adoptado legalmente.

Al principio, la madre puede volver a buscarlo si está arrepentida, pero luego, cuando el bebé ingresa al sistema de adopción, ya pierde su derecho. Una de las madres que regresó por su hijo le dijo a la BBC que cuando dio a luz estaba desesperada. El padre no estaba, ella era joven y se encontraba en estado de shock, por eso optó por la caja. Pero una semana después volvió a buscar a su hijo. Cuando notó que tenía su pelo, sus ojos, se dio cuenta de que no podía abandonarlo. Todavía hoy visita la maternidad del hospital para mostrar fotos del niño que está criando. Este sistema le dio tiempo parar pensar y aclarar su cabeza.

En una de las cunas instaladas en Hamburgo, han dejado 42 bebés en los últimos 10 años. De las 17 madres contactadas por los organizadores del sistema, 14 volvieron por sus niños. Steffani Wolpert, una de las mujeres a cargo del sistema en Hamburgo, cree que esto es mejor que nada. "En 1999 cinco bebés fueron abandonados. Tres de ellos fueron hallados muertos". "Reflexionamos sobre esta situación, por qué pasó y hallamos una nueva manera para que estos niños sobrevivan", explica.

Sin embargo, estos argumentos no convencen al comité de la ONU ni a los críticos que siguen pensando que las cajas para recién nacidos son un regreso al pasado, cuando la iglesia contaba con un mecanismo similar para que las madres entreguen a sus hijos no deseados. Maria Herczong, psicóloga del comité de la ONU, le aseguró a la BBC que tanto antes como ahora siempre hubo una alternativa mejor: ofrecer más comprensión y ayuda a las madres que atraviesan circunstancias difíciles. "(Este sistema) envía a las mujeres embarazadas un mensaje equivocado: que está bien esconder su embarazo y dar a luz en circunstancias no controladas y más tarde abandonar a sus hijos".

Se trata de dos puntos de vistas de dos grupos bien intencionados. La voz que todavía nos hace falta escuchar es la de la madre que tuvo su hijo en secreto hace algunas horas y que, y que después de abandonar a su bebé vuelve con las manos vacías.

Cunas por país

•Alemania: 99

•Polonia: 45

•República Checa: 44

•Hungría: 26

•Eslovaquia: 18

•Lituania: 8

•Italia: aprox. 8

•Bélgica: 1

•Países bajos: 1 planificada

•Suiza: 1

•Vaticano: 1

•Canadá: 1

•Malasia: 1

•También hay en Japón, EEUU.

(España 2012) El tobogán de la pobreza

"Una vez que los tenderos desarman sus puestos, los mercadillos de Madrid muestran su realidad más cruda. Basta con que los vendedores de frutas, verduras y ropa se suban a sus coches para que aparezcan, entre los desechos, hombres y mujeres con bolsas de plástico en busca de algún alimento que todavía se pueda comer"… "Tener que apañarme en la calle me da vergüenza" (El País – 12/7/12)

Como todos los jueves y sábados, Berta, una boliviana de 48 años, fue ayer al mercadillo de la calle de Santa Genoveva, en el barrio de La Elipa. Entre papeles y cajas encontró manzanas, pimientos rojos, cebollas, peras, melocotones y naranjas. Unos estaban más dañados que otros, pero aun así los recogió.

Hasta hace dos meses Berta trabajaba cuidando a una mujer mayor, cerca del parque del Retiro. Pero la anciana murió y entonces ella se quedó sin los 900 euros que ganaba mensualmente por cuidarla siete días a la semana.

El marido de Berta, que se dedicaba a la construcción, también perdió su empleo y ahora ambos están buscando trabajo, aunque no tienen sus papeles al día. Viven solos en Madrid y este mes podrán pagar el piso que alquilan gracias a lo que ha ganado una hija de él como cuidadora de niños en A Coruña. "No sé cómo lo vamos a hacer el próximo mes", confiesa Berta con angustia.

Ella y su esposo se alimentan principalmente con las lentejas, las judías y el azúcar que les regala su parroquia. Pero esa ayuda no es permanente y por eso Berta dice que no tiene otra alternativa que recoger lo que queda tirado. "Tener que apañarme en la calle me da vergüenza, pero no queda otra".

Sus ojos se le llenan de lágrimas cuando relata su situación. Lo que más le entristece es que durante los últimos dos meses no ha podido enviarles remesas a los cinco hijos que ha dejado en Bolivia. Por eso se dedica a repartir sus datos entre parroquias y asistentes sociales para encontrar algún trabajo. De lo contrario, tendrá que volver a su país aunque no quiera hacerlo.

Lo que ocurre en la calle de Santa Genoveva se repite en otros mercadillos de Madrid. Los viernes, por ejemplo, un puñado de personas llega pasadas las dos de la tarde hasta la calle de Gandhi, para repetir la escena: esperar a que se vayan los tenderos, buscar entre los desechos y llevarse algo de comida a sus casas.

(España 2012) Cuesta abajo: la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser

"Cada vez son más. Una muchedumbre silenciosa y a menudo inadvertida. Son las víctimas de la pobreza. Crece en una crisis sin fondo y se instala en una normalidad quebradiza. El paro, que ya lacera a 5,6 millones de personas, es un filo que se estrecha. Las facturas siguen, los subsidios se recortan; se agotan al igual que los ahorros, y el empleo no aparece. El techo peligra. O desaparece"… Pobre puede ser cualquiera, o casi (El País – 13/7/12)

La casa de los familiares y los pisos compartidos -la calle en el peor de los casos- cobijan las vidas en la estacada, suspendidas en una precariedad que se extiende sin freno y que, si faltan redes de apoyo, como la familia, conduce a la exclusión social. La bajada es cada vez más acelerada, dicen los expertos, un tobogán cuyo descenso gana velocidad y al que se asoma un número creciente de personas. Hay albergues con lista de espera.

España, julio de 2012. Más de 5,6 millones de empleos y decenas de miles de techos arrasados por el huracán de la crisis. Más de 300.000 ejecuciones hipotecarias iniciadas en los últimos cinco años, muchas de las cuales han derivado en desahucios -más de 100.000- a los que se suman los motivados por el impago de alquiler. Como el de Juan, el de Carmen… Los números tienen caras detrás y un detonante común: la pérdida de ingresos, el comienzo del tobogán.

"Las torres más altas pueden caer al piso". Esa es una de las cosas que Carmen ha aprendido en los últimos tiempos. Esta mujer de 40 años era hasta hace uno y medio una empresaria de éxito. En 2005, recién llegada a España desde Estados Unidos, creó con su marido una firma de montajes eléctricos. Hasta 16 empleados llegaron a tener, relata. Tan bien iban las cosas que lograron comprarse un piso en un barrio caro de Madrid, Chamberí. Ahora la mujer almuerza cada día en un comedor social a tiro de piedra del piso que tuvo.

"Paró todo de la noche a la mañana", reflexiona esta mujer que pide aparecer con otro nombre. La crisis de la construcción se llevó por delante su negocio. Dejó de haber cables que poner en casas o centros comerciales flamantes. "Tuvimos que despedir a los empleados, que eran como de la familia. Les dimos lo que les correspondía y un poco más. Dejamos al día las cuentas con Hacienda, con la Seguridad Social. Quedamos limpio con todos…". Y sin un euro en el bolsillo.

Adiós a los tiempos boyantes, cuando amortizaban la hipoteca con reembolsos anticipados y vertiginosos. "En cuatro años habíamos logrado pagar 29 de los 30 años del préstamo", relata Carmen a la entrada del comedor. Hasta que llegó el hachazo, en marzo pasado: "Nos quedaba un año por pagar, pero el banco se quedó con el piso", explica Carmen, de origen uruguayo.

La crisis se llevó la empresa, el piso, el bienestar, pero el zarpazo no paró ahí. El hijo de Carmen está ahora en un centro de menores: "Robó para intentar ayudarnos". El marido sobrevive en una granja, "ordeñando vacas". Y Carmen duerme en uno de los pocos albergues que en Madrid admiten a mujeres -disponen de un cuarto de las 1.200 plazas, según el Ayuntamiento-. "Al principio crees que te vas a volver loca", dice esta mujer que sueña con abandonar España para volver a empezar lejos con su familia. "Lo más duro de perder el nivel de vida es no tener un lugar propio, aunque fuera una habitación", asegura. Así evitaría tener que pasar el día en la calle: el albergue cierra desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. "En mi situación se sufre mucho, pero se aprende mucho. La gente no debe olvidar que, por muy arriba que esté, se puede caer muy abajo. Todos somos seres humanos y esto le puede tocar a cualquiera", recapitula.

Cualquiera puede ser Juan. Este madrileño de 38 años se ha instalado en un soportal de Chamberí. Su título de Formación Profesional de segundo grado no le sirve para encontrar un trabajo desde que lo perdió en 2008, cuando se encargaba de tareas técnicas en una fábrica de ladrillos. Cobró el paro hasta que se acabó. Luego fallaron las chapuzas. En 2010 perdió el piso que pagaba al banco y se instaló en el asfalto. "No hay albergues suficientes.

Me dicen que me vaya con mi hermano a su casa, pero está hasta el cuello. Va a tener que vender el camión y tiene dos hijos", explica. Así que él sigue en la calle mientras "tres millones de pisos están vacíos". Sí, pero la vivienda social escasea, tal como denuncia desde Cáritas España la experta Sonia Olea.

Juan comparte soportal con compañeros como Yésica y Anastasio, ella española de origen argentino, de 28 años; él, griego, de 38. Vinieron en agosto pasado, cuando desesperaron de encontrar empleo en tierras helenas. Traían una oferta de trabajo que resultó no ser tal. Cuando acabaron los ahorros solo quedó la intemperie. Cada día van por turnos -hay que vigilar los enseres- a la biblioteca pública. En los ordenadores, envían currículos y buscan trabajo. "Mando 300 y, con suerte, recibo una respuesta", detalla Yésica. También cargan allí el móvil: hay que tenerlo listo por si, a través de la llamada, llega la esperanza. Una esperanza que "cada día se pierde más". Cada día es igual que el anterior, sin futuro. Aunque muchos pobres lleven móvil y se manejen con Internet incluso en los albergues.

Con esas dos armas se enfrenta también un hispanoperuano que elige el alias de Bersix para hablar en el albergue San Martín de Porres, en un barrio del extrarradio madrileño. Desde que perdió el empleo pone anuncios para hacer chapuzas, esas que le salvaron un tiempo. "Cayeron las chapuzas y caí yo", dice este universitario de 50 años que trata de aprender sueco para emigrar. Como él, en este albergue -con "tres meses de lista de espera" para poder pernoctar en él, según su director, Francisco Rodríguez- el 12% de los acogidos tienen estudios universitarios. Antes de la crisis eran "el 3% o el 4%", recuerda el director. Y aumenta la proporción de españoles; ya son la mitad. "La gente que viene no está deteriorada. Son hombres de clase media y media baja, preparados para trabajar y que se han quedado sin empleo", describe Rodríguez. Pero el trabajo, el bálsamo de Fierabrás, no llega. Y la pobreza crece y se cronifica.

"Cada vez hay más gente pasándolas moradas. Si esta crisis aguda dura mucho, las consecuencias pueden ser irreversibles, sobre todo para la gente joven. Una generación se queda fuera", advierte Pedro Cabrera, experto en pobreza y estructura social en la Universidad de Comillas. Hace un diagnóstico "terrible" de la situación: "Tenemos una fiscalidad regresiva, por austeridad se recortan los servicios sociales, que no estaban medianamente dotados, y encima el mercado de trabajo no da respuesta a millones de personas".

Así las cosas, los nuevos pobres se suman a los veteranos, porque ni siquiera en los tiempos de bonanza España erradicó la pobreza, que no es monopolio de marginados, aunque genere una enorme exclusión social. "Nunca llegó a bajar del 20% la proporción de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza [perciben menos del 60% de la renta mediana]. Ahora estamos en el 23%", afirma Cabrera. El paro no es la fuente única de esta situación: también lo son los bajos salarios, que crean trabajadores pobres, matiza. "De cada 100 empleados, 14 son pobres. Es algo que ya ocurría antes de la crisis, pero el fenómeno se ha expandido al sector servicios (el que ofrece más empleo)". Además, el recorte de las políticas sociales reduce la posibilidad de atenuar los efectos del deterioro económico en los ciudadanos desfavorecidos. "Se ha pasado del silencio de las Administraciones ante las situaciones de vulnerabilidad social al "no tenemos dinero", denuncia Sonia Olea, responsable del programa de vivienda y personas sin hogar de Cáritas España.

Lavinia Mingu y su vecina española en la cola para recoger alimentos en Chamberí lo saben bien. A la primera, que empuja el cochecito de su bebé y está separada con dos niñas, le acaban de denegar la guardería pública para la pequeña. "¿Cómo podré tener trabajo si no tengo dónde dejar a la cría?", se pregunta. La escasez de servicios públicos es otra dificultad más para salir de la pobreza para esta mujer que carece de subsidios pero no de arrojo. En parecida situación está su compañera, que pide anonimato y tiene tres hijos a su cargo. Ha trabajado en supermercados, aunque desde hace dos años no encuentra dónde. "Intento apañarme, pero es imposible", dice. Las dos luchan por mantener sus casas, pero sobre ellas pende la amenaza del desahucio por impago. También sobre el de otra española igualmente treintañera en esta fila abundante en carritos de la compra para transportar la comida a casa y de cochecitos de bebé. Tiene dos hijos a su cargo y un empleo de limpiadora, tres horas diarias. "No me llega para el alquiler y los gastos de casa. Estoy completamente sola y tan deprimida que a veces no quiero subir a casa". Hay, también, quien evita dar detalles en este lugar, sobre todo aquellos que acaban de pisarlo por primera vez y son incapaces de superar el sentimiento de vergüenza.

"El tobogán que lleva de ser alguien a no ser nada, a sentirse mobiliario urbano, cada vez es más corto, más rápido", afirma Olea, experta de Cáritas. Con todo, en esta crisis, como en las anteriores, el colchón familiar es la protección más fuerte. "En muchos casos, quienes soportan la situación son los abuelos", describe. Abuelos que acogen a hijos y nietos en casa, que tratan de cubrir también las necesidades ajenas con sus propios ingresos.

Como la madre de Gregorio, un ferrallista "en paro desde hace tres años y sin cobrar desde hace uno". "Con los 270 euros de pensión de mi madre tenemos que vivir y ayudar a mis sobrinos, de 16 y 11 años", relata antes de echar cuentas. "Tengo 48 años y empecé a trabajar a los 14. Tenía mi coche, iba al gimnasio. Tenía una vida normal, como cualquier ser humano. Quedarme sin empleo fue un corte radical".

Gregorio tuvo que acabar por acudir a un comedor social de su barrio de siempre, Vallecas, donde echa una mano a las monjas de la Obra Social Santa María Josefa que lo gestionan. Organiza el acceso y ve cómo se alinean las bolsas con tarteras mientras sus dueños buscan la sombra. Antes de abrir, ya hay más de 40. Las religiosas ofrecen 600 raciones diarias, el doble que hace un año.

Españoles e inmigrantes empobrecidos acuden en masa a los servicios de atención de emergencia, como el reparto de alimentos, los comedores o la ayuda puntual para el pago de alguna factura. La red social y estas ayudas, especialmente de Cáritas y Cruz Roja, registran una demanda creciente. Son claves para intentar evitar la caída definitiva por el tobogán que acaba en la gran exclusión, un descenso impulsado por la pérdida de vivienda. "O pagan el piso, o comen", describe la hermana Josefina, que regenta el comedor donde echa una mano Gregorio.

"No es que la gente pierda el empleo, deje de pagar la hipoteca o el alquiler y se vea a continuación en la calle, aunque hay casos, pero lo determinante para eso es que se sumen otros factores añadidos, la mochila que tiene cada uno", dice Olea. Enumera elementos de ese petate: escasa formación, empleo previo poco cualificado, problemas de adicciones o salud mental (en el 60% de los casos), baja autoestima, pobreza o falta de red familiar y social. Este último, el gran colchón, "es cada vez menos mullido", sobre todo por el individualismo y la falta de convivencia vecinal en las grandes ciudades, pero es aún un gran colchón, apunta Olea.

Pero el perfil de pobre ha cambiado respecto a las crisis anteriores. El título universitario ha dejado de ser un gran escudo y en un país de hipotecados, los ciudadanos tratan de mantener la vivienda a toda costa. Perderla es el último peldaño en una caída para la que muchos carecen red.

El (doble) "regreso al hogar": un final que nunca imaginó Harold Pinter. Se unen las dos puntas del camino… (hacia el abismo)

"Últimamente, los ancianos y los jóvenes regresan al hogar familiar tras pasar años en residencias o viviendo emancipados, respectivamente. Los primeros, vuelven porque deben mantener a toda la familia con sus pensiones; los segundos, porque no encuentran un trabajo"… El 40% de los mayores ayuda económicamente a sus familiares – La crisis invierte el término "dependencia": los ancianos pasan a ser sostén de los jóvenes (Vozpópuli – 18/8/12)

El núcleo familiar se ha convertido en la última red de seguridad para muchos desempleados, que apelan a la solidaridad de sus progenitores para poder salir adelante en tiempos de crisis.

Si hace unos años era difícil encontrar plaza en residencias de ancianos, ahora mismo la situación es la contraria. La demanda baja y cada día se producen nuevas vacantes, ya que las familias optan por sacar a sus mayores de estos centros, para que sus pensiones contribuyan al sustento familiar. Un fenómeno que se repite más en el caso de las pensiones altas o de dependencia.

De esta forma, si en el año 2010 las personas mayores que ayudaban económicamente a sus familiares representaban un 15%, actualmente este porcentaje se ha disparado hasta el 40%, según un estudio presentado por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP).

Asimismo, el porcentaje de mayores que reciben alguna ayuda económica de sus familiares ha descendido desde el 12,5% del año 2010 hasta el 7,5% de 2012, y es que, la estabilidad laboral y salarial de hoy en día deja mucho que desear frente a la que ofrecen las pensiones de jubilación.

Los abuelos españoles se han volcado en la familia dejando de lado sus propias necesidades debido a la crisis económica, según explicaba a Europa Press el coordinador del "Proyecto Madurez Vital" de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), José de las Heras Gayo, con motivo del Día de los Abuelos (26 de julio).

"Hoy en día el abuelo ya no es algo amable sino una necesidad para mantener el nivel socioeconómico de la familia, sobre todo, entre las clases medias", afirmaba. "El más débil ayuda al más fuerte cuando tendría que ser al revés", concluye.

Los jóvenes emancipados también regresan a casa de sus padres

La pauta de emancipación de los jóvenes españoles siempre ha discurrido alejada a la del resto de países europeos, y con la crisis esta tendencia se ha distanciado aún más, según un estudio de la Obra Social "La Caixa" sobre "La transición de los jóvenes a la edad adulta".

La edad media para salir del hogar familiar se sitúa en España en los 29 años, frente a otros países como Finlandia, donde la media es de 23 años. Los motivos para que se produzca también son distintos, ya que los españoles suelen asociar este cambio con la vida en pareja o la llegada de hijos.

Este estudio también confirma el papel protagonista de las familias a la hora de evitar la exclusión social de sus miembros más jóvenes: cuando por causas como el desempleo o la precariedad laboral no pueden hacer frente al pago de hipotecas, se ven obligados a volver con los padres.

Las cifras lo confirman. Si en 2007 el 44,8% de los jóvenes españoles entre 16 y 34 años vivían emancipados, en 2011 esta cifra bajó al 44,1%. Asimismo, los hogares encabezados por jóvenes han pasado del 16,4% en el año 2008 al 14,5% en 2011.

Tanto en el caso de los ancianos como en el de los jóvenes, la crisis económica parece poner a prueba la solidez y armonía de los lazos familiares en muchos hogares españoles, que tras años de bonanza en los que han llevado vidas separadas, deben volver a convivir bajo un mismo techo.

La "argentinización" de la economía europea: de la "grandeur" consumista, a las "raciones" para pobres. Un Cáritas en cada esquina (la hora de la verdad)

""Si un español únicamente gasta una media de 17 euros en cada compra, entonces no puedo venderle detergente por la mitad de su presupuesto", dice la compañía"… Unilever revisa el modelo de negocio porque "la pobreza vuelve a Europa" (Expansión – 27/8/12)

El impacto de la actual crisis en los hábitos de los consumidores ha llevado a la compañía anglo holandesa de alimentación y productos de consumo Unilever ha replantarse su modelo de negocio aplicando en Europa estrategias propias de mercados emergentes ante lo que prevé que será una vuelta a la pobreza en el Viejo Continente.

"La pobreza regresa a Europa", reconoce el responsable para Europa de la tercera mayor compañía mundial de productos de consumo, Jan Zijderveld, en declaraciones al diario alemán "Financial Times Deutschland" (FTD). "Si un español únicamente gasta una media de 17 euros en cada compra, entonces no puedo venderle detergente por la mitad de su presupuesto", añade.

De este modo, el consejero delegado en Europa de la compañía propietaria de marcas como Knorr, Lipton, Rexona o Pond's, apunta la intención de Unilever de trasladar a Europa estrategias ya probadas en mercados emergentes. "En Indonesia, vendemos dosis individuales de champú a 2 o 3 céntimos y aun así obtenemos un beneficio decente", dice Zijderveld. "Sabemos cómo hacerlo, pero en Europa nos habíamos olvidado durante los años anteriores a la crisis", añade Zijderveld, quien antes de hacerse con las riendas de Unilever en Europa dirigió durante tres años el negocio de la multinacional en el sudeste asiático.

De hecho, el diario alemán señala que Unilever ha comenzado a vender en España detergente bajo la marca "Surf" en un formato con dosis para únicamente cinco lavados, mientras que en Grecia la multinacional ya ofrece mahonesa y puré de patatas en paquetes individuales, mientras que vende productos básicos como aceite de oliva o té bajó marcas baratas locales, una estrategia también adoptada en Reino unido.

"Argentinización" total (cartoneros, trueque…). Solo faltan los "paseadores" de perros

"A pesar de que es una de los millones de jóvenes españoles desempleados, Silvia Martín, de 22 años, se consuela sabiendo que su banco todavía la respalda. No se trata de una institución de crédito, sino más bien de un banco de tiempo cuyos cerca de 400 miembros intercambian sus servicios por hora"… Para los españoles sin trabajo, el tiempo equivale a dinero (The Wall Street Journal – 27/8/12)

Martín, que no tiene automóvil ni se puede dar el lujo de tomar taxis, se ha apoyado en miembros del banco de tiempo para que la lleven por la ciudad para hacer sus trabajos esporádicos y trámites, así como también para hacer reparaciones en su casa. A cambio, ella ha cuidado a familiares mayores de algunos miembros, organizado fiestas infantiles, y ayudado con alguna mudanza.

El banco no sólo le ahorra dinero, dice, sino que también le levanta el ánimo al permitir que se sienta "parte de una comunidad que toma algún tipo de acción positiva en tiempos difíciles".

En momentos en que los líderes de Europa luchan con una crisis económica de cinco años que cargó a España con la mayor tasa de desempleo del mundo industrializado, los jóvenes españoles están adoptando cada vez más este tipo de iniciativas básicas para arreglárselas. Las diversas medidas -algunas comúnmente asociadas con las economías rurales o zonas de desastres- suplementan la red de seguridad pública que se está viendo corroída por los programas de austeridad del gobierno.

Además de los bancos de tiempo, incluyen el surgimiento de mercados de trueque en los barrios, monedas locales diseñadas para estimular la abatida economía minorista y redes benéficas que reaprovechan bienes descartados. Un grupo ecologista lanzó recientemente "Huertos Compartidos", que asocia a dueños de terrenos baldíos con quienes están dispuestos a cultivarlos y compartir la cosecha.

La expansión de los bancos de tiempo resucita un concepto creado en Estados Unidos y Europa por los anarquistas y socialistas del siglo XIX, que querían poner a prueba su filosofía de que los precios de los bienes y servicios deberían reflejar mejor la mano de obra necesaria para producirlos.

El número de estos bancos en España -algunos operados por asociaciones de barrio, otros por gobiernos locales- casi se ha duplicado a 291 en los últimos dos años, según una encuesta realizada por Julio Gisbert, un banquero que dirige el sitio web Vivir Sin Empleo, que analiza iniciativas de ayuda mutua. Algunos economistas temen que el aumento de estos sistemas informales de intercambio esté arrastrando aún más a España a una economía sumergida, fuera del alcance de los reguladores y recaudadores de impuestos, y haciendo que el país regrese en el tiempo en términos de desarrollo.

"No sólo es un paso atrás para un país del euro, es un paso atrás para un país desarrollado", dice José García Montalvo, profesor de economía en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

Los bancos y las monedas sociales, explica, pueden perjudicar la economía en general ya que los ingresos obtenidos de tales arreglos a menudo no son declarados, lo que disminuye los ingresos fiscales del gobierno. Las monedas sociales y los bancos de tiempo también suprimen el uso del crédito, agrega García Montalvo, lo que en un nivel moderado puede ayudar a las personas a abrir negocios y acceder a bienes y servicios beneficiosos que no podrían costearse sin incurrir en una deuda.

edu.red

Sin embargo, otros opinan que las iniciativas representan una significativa fuerza estabilizadora en la sociedad. "Las personas que tal vez no encuentren un trabajo formal a través de estas posibilidades de intercambio y apoyo mutuo pueden sostener una situación que de otra manera sería insostenible", señaló José Luis Álvarez Arce, director del departamento de economía de la Universidad de Navarra.

Esfuerzos similares están apareciendo también en otras economías atribuladas en el sur de Europa. En Grecia, por ejemplo, cientos de personas en una ciudad utilizan una moneda llamada "TEM", que representa una unidad local alternativa. Los bancos de tiempo en Módena, Italia, y otras partes del país se movilizaron para ayudar a las personas afectadas por los terremotos de este año.

La economía de España ha estado en serias dificultades desde que en 2008 reventó la burbuja inmobiliaria. El desempleo alcanzó un récord de 25% en el segundo trimestre y el gobierno prevé que la contracción de la economía persista hasta el año que viene.

Entretanto, el sistema de prestaciones sociales de España se ha visto golpeado por los recortes en los presupuestos del gobierno central y de las comunidades autónomas destinados a calmar los mercados financieros. A medida que el seguro de desempleo se agota para quienes llevan mucho tiempo cesante, el porcentaje de españoles sin trabajo que recibe asistencia ha caído de 78% en 2010 a 65%. En julio, el gobierno nacional presentó el plan de austeridad presupuestaria más riguroso en la historia reciente del país.

La crisis está siendo especialmente dura para las personas de entre 20 y 30 años, que se criaron en el período de democracia y prosperidad que siguió a la muerte del dictador español Francisco Franco, en 1975. Estos españoles fueron los primeros en disfrutar de las ventajas de un Estado de bienestar social fuerte, que incluyó un sistema de salud universal, enseñanza superior accesible y generosas protecciones para los trabajadores, explica Rodolfo Gutiérrez, sociólogo de la Universidad de Oviedo. Ellos vieron cómo sus padres mejoraban drásticamente sus estándares de vida e ingresaron al mercado laboral a finales de los 90 y principios de 2000, cuando abundaba el empleo y el crédito y los bienes de consumo podían obtenerse con facilidad, añade Gutiérrez.

Actualmente, los trabajadores de entre 16 y 24 años afrontan una astronómica tasa de desempleo, de 53,3%; para los de entre 25 y 34 años, es de 27%. La tasa se reduce para los trabajadores con más edad, cuyo despido puede resultar costoso en el marco de la legislación laboral española.

La mitad de los jóvenes sin empleo han buscado trabajo por al menos un año, según el Instituto Nacional de Estadística, y los pocos puestos disponibles son a menudo mal pagados o posiciones temporales. El número de personas de entre 20 y 30 años que vive con sus padres comenzó a aumentar en los últimos 12 meses tras un declive de varios años.

"No es una generación perdida, sino una generación frustrada", dice José Ortuño, guionista y director de cine de 35 años. Hace poco hizo una serie animada para la web llamada Treintañeros, cuyo protagonista, Pedro, trabaja en un restaurante de comida rápida pese a tener cuatro títulos universitarios.

Para los jubilados alemanes "low cost", Angie les tiene reservado un "minijob plus"

"Hasta 761.000 jubilados alemanes trabajan en un llamado "minijob", puesto de trabajo con un salario de hasta 400 euros libre de impuestos y Seguridad Social. Mantenerse activos o la necesidad de mantener la pensión son los motivos para seguir en el mercado laboral"… Unos 800.000 jubilados alemanes trabajan en un "minijob" (Cinco Días – 28/8/12)

Un total de 761.000 jubilados alemanes, 120.000 de ellos mayores de 75 años, trabajan en un "minijob" por necesidad o para mantenerse activos, con un incremento del 60 % desde el año 2000, según datos recabados en 2011.

Ello se desprende de una respuesta del Gobierno federal a una interpelación parlamentaria del partido de La Izquierda que publica hoy el rotativo Süddeutsche Zeitung.

Los "minijob" se han hecho atractivos para los pensionistas desde su regulación en 2003 ya que permiten tener ingresos suplementarios por un trabajo mínimo de hasta 400 euros al mes que no son gravados fiscalmente ni deben cotizar en las cajas sociales.

Sin embargo, el diario subraya que aumenta también la cifra de pensionistas mayores de 65 años que no se conforman con un mini-empleo de hasta 400 euros al mes.

Según datos de la Agencia Federal de Empleo (BA) a finales de 2012 había en Alemania 154.000 personas en edad de jubilación que contaban con un empleo de plena cotización, cifra que se ha duplicado desde 1999.

La citada agencia subraya que la mayoría de ellos, unos 80.000 cuenta incluso con un puesto de trabajo de horario completo y destaca que la estadística no incluye a los trabajadores autónomos en edad de jubilación.

"Muchos quieren trabajar porque se sienten en forma", declara en el rotativo Holger Schäfer, experto en mercado laboral del Instituto de la Economía Alemana (IW), quien comenta que una gran parte de esas personas en edad de jubilación cuentan con una elevada cualificación.

Añade que "eso indica que las necesidades financieras no son en muchos casos el motivo principal" para seguir trabajando, pese a haber superado los 65 años de edad.

Por el contrario, Ulrike Mascher, presidenta del organismo social VdK, asegura que la mayoría de los 120.000 mayores de 75 años que practica un "minijob" "no son precisamente profesores universitarios que quieren trabajar más tiempo".

"Se trata más bien de jubilados que reparten periódicos, llenan las estanterías de supermercados y practican otros oficios poco atractivos para mejorar sus pensiones", señala la experta, para quien aumenta el número de personas a quienes no les alcanza su pensión para vivir.

Las cifras del gobierno confirman además que las pensiones se han ido reduciendo de manera continuada y quien en 2000 se convirtió en pensionista tras 35 años de vida laboral sobraba una renta media de 1.035 euros, que se han reducido a 953 en 2011.

ONG-RU: "Ayuda al Primer Mundo" – La riqueza nos hará pobres (los "negros" rubios)

"La organización internacional Save the Children, conocida por ayudar a algunas de las familias más pobres del mundo, lanzó su primer llamado para ayudar a los niños de Reino Unido"… ONG que combate el hambre en países pobres ahora se fija en Reino Unido (BBCMundo – 5/9/12)

Save the Children dice que los niños más pobres de Reino Unido están sufriendo por la recesión, sin comidas calientes regulares o zapatos nuevos. La entidad le pide al gobierno británico que haga énfasis en las ayudas para las familias de bajos recursos y les pida a los empleadores que paguen un salario mínimo. El gobierno dijo que está comprometido con erradicar la pobreza infantil.

Los investigadores de Save the Children hicieron un sondeo de más de 1.500 niños entre los 8 y los 16 años y más de 5.000 padres, con énfasis en los grupos de más bajos ingresos. El estudio se basa en cifras del Instituto de Estudios Fiscales (IFS, según las siglas en inglés) que estiman que hay 3,5 millones de niños en la pobreza en Reino Unido y predicen un fuerte incremento en ese número durante los próximos años. Para Save the Children, quienes viven en la pobreza tienen un ingreso familiar menor al equivalente de US$ 27.000 al año.

El 61% de los padres pobres encuestados dice que ha recortado en comida y el 26% reconoció haber omitido una de las comidas diarias el año pasado. Un poco menos de un quinto (19%) dijo que sus niños han salido a veces sin zapatos nuevos cuando los necesitan. El 19% de los niños pobres dijo que ha faltado a excursiones del colegio y el 14% dijo que no tiene una chaqueta para usar en el invierno.

El informe, llamado It Shouldn't Happen Here (No debería pasar acá), también revela qué tan conscientes son los niños de los problemas financieros de sus padres. Más de la mitad de los niños (58%) señaló que cree que a sus padres les está quedando cada vez más difícil pagar todo. El 52% de los niños más pobres estuvo de acuerdo en que la ausencia de dinero estresa a sus padres o los hace infelices, mientras el 43% estuvo "firmemente de acuerdo" en que sus padres están recortando en cosas para ellos, como ropa o comida.

El 23% de los padres en el rango más bajo de ingresos indicó que es más probable que les hablen bruscamente a los niños a raíz de la preocupación por los problemas de dinero, comparado con el 10% de los padres con mejores ingresos.

El informe cita las cifras presentadas el mes pasado por el departamento gubernamental de Trabajo y Pensiones de Reino Unido, que revelaron que el 61% de los niños pobres tienen padres trabajadores. Le pide por eso al gobierno que fomente que más empleadores paguen más del salario mínimo para que los trabajadores puedan suplir las necesidades familiares. Además le pide al gobierno que pague el 80% de los costos relacionados con el cuidado infantil de las familias más pobres.

Un vocero del departamento de Trabajo y Pensiones dijo: "A pesar de que se invirtieron 150 millones de libras esterlinas (US$ 238 millones) en subsidios y beneficios impositivos en la última década, el enfoque del gobierno anterior para combatir la pobreza infantil falló, y Reino Unido no alcanzó sus propias metas de pobreza infantil en 2010". "El gobierno permanece comprometido a erradicar la pobreza infantil, pero queremos tener un nuevo enfoque al combatir los orígenes, que incluyen el desempleo, las fallas educativas y la descomposición familiar". "Y nuestras reformas de bienestar mejorarán las vidas de algunas de las familias más pobres en nuestras comunidades".

Save the Children espera recoger fondos que ascienden a US$ 800.000 para ayudar a mejorar la vida escolar de los niños de bajos recursos y entregar a las familias objetos elementales como estufas, muebles o juguetes.

La troika: Los europeos que no se quieran "argentinizar", pueden "chinificarse" (O sea)

"Una semana laboral de seis días. Esa es quizás la propuesta más llamativa del conjunto de sugerencias que los acreedores internacionales de Grecia le hicieron al gobierno griego para aumentar los ingresos del estado, asfixiado por la deuda económica"… Proponen semana laboral de 6 días para "salvar" a Grecia (BBCMundo – 5/9/12)

Las propuestas formaban parte de una carta filtrada a la prensa que los acreedores, conocidos como "la troika", le enviaron al ministro griego de Finanzas. En el documento se sugerían otras medidas destinadas a hacer un ajuste radical del mercado laboral griego. "El máximo de jornadas laborales se extendería hasta seis a la semana en todos los sectores", informó el corresponsal de la BBC en Atenas, Mark Lowen. "El descanso diario mínimo se limitaría a 11 horas y se eliminarían las restricciones de tiempo mínimo entre los turnos de la mañana y la tarde", añadió.

Todas estas son propuestas no oficiales, sugeridas al gobierno griego por representantes de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, pero no aprobadas. Según el corresponsal de la BBC lo interesante es que "revelan hasta qué punto los acreedores internacionales sienten que las reformas son necesarias".

A principios de septiembre (2012) los inspectores de "la troika" regresan a Atenas para evaluar si Grecia está cumpliendo con los objetivos económicos definidos en el rescate. Las sugerencias de los acreedores sin duda formarán parte de las discusiones entre el gobierno griego y los representantes de "la troika", que se espera tengan lugar durante buena parte de este mes. La misión de los inspectores culminará con la creación de un informe, previsto para octubre, en base al cual se decidirá si Grecia debe recibir o no la siguiente cuota del rescate financiero, de US$ 31.000 millones.

Según le explicó a la BBC la Profesora Ngaire Woods, antigua funcionaria del FMI y experta en Gobernabilidad Económica Global en la Universidad de Oxford, hay dos actitudes generales en Europa frente al desempeño griego. "Hay un grupo de funcionarios europeos que al final lo que quiere desesperadamente es demostrar que Grecia sí está comprometida a cumplir con las condiciones del rescate, lo cual es muy diferente a decir que ya han cumplido esos objetivos". Según Woods, varios funcionarios alemanes son absolutamente estrictos al respecto y consideran que si Grecia no cumple los objetivos, no habrá más dinero.

Pero la experta puntualiza que "los objetivos de Grecia se determinaron sobre la presunción de que su economía se contraería al 4,8%". Sin embargo, declaró, "la actual proyección es de una contracción económica del 7%". "El problema para Grecia es que su economía se está contrayendo demasiado rápido como para que pueda ponerse al día consigo misma", sentenció la académica. Entre las medidas exigidas por "la troika" se encuentran reformas económicas pero también estructurales, incluidos cambios en el mercado laboral y un renovado impulso a la privatización.

Según Mark Lowen, de la BBC, para asegurar la segunda cuota del rescate financiero el gobierno griego tendrá que comprometerse a hacer nuevos recortes, "al menos unos US$ 14.500 millones". "Es probable que las pensiones se lleven el golpe más grande. Y esto pondrá aún más presión sobre una nación que ya se está viniendo abajo por el peso de la austeridad económica", dice Lowen. "Y eso sin duda generará malestar social en los próximos meses", pronosticó.

Save the Children señala que ya hay niños españoles que solo hacen una comida al día

"La responsable de Incidencia Política de la división española de Save The Children, Yolanda Román, asegura que en España sería factible una campaña similar a la que ha puesto en marcha la filial británica de la organización, ya que los índices de pobreza infantil son "altamente alarmantes" y "viendo la situación actual, no pueden más que empeorar""… España, a un paso de una acción contra la pobreza infantil como la de Reino Unido (ABC – 6/9/12)

Save The Children United Kingdom ha presentado a principios de septiembre (2012) una campaña en la que por primera vez, la ONG aborda la pobreza de los niños británicos. Con el lema "Esto no debería pasar aquí", denuncia que siendo uno de los países más ricos del mundo, hay niños que van con hambre al colegio porque sus padres no tienen recursos para proporcionarles un desayuno adecuado, entre otras carencias.

Román ha señalado que una campaña como esta sería "necesaria", porque se requiere "del esfuerzo de todos" para erradicar la pobreza entre los niños, que va en escalada al ritmo de la crisis económica y va a peor. "Es más, puede ser que dentro de tres o cuatro meses veamos algo parecido en España", ha señalado.

Román recuerda que el índice de pobreza infantil en España se sitúa entre el 24 y el 26% y está afectando seriamente tanto a la alimentación como al rendimiento escolar de los menores. Sobre el primer asunto, la organización ya está detectando "problemas de nutrición" y advierte de que ya en junio "había niños cuya única comida en el día era la que hacían en el comedor del colegio".

"Ya entonces nos preguntábamos qué pasaría con estos niños durante el verano, cuando no hay comedor escolar", ha planteado Román, quien ha denunciado que la situación de las familias con dificultades "no puede sino empeorar" si se añaden nuevas tasas y pagos que realizar, como el que muchos comedores escolares impondrán este curso a los niños que se lleven la tartera de casa.

En cuanto al ámbito escolar, la responsable de Incidencia señala que la pobreza ya está afectando al rendimiento, tanto por la mala alimentación de los menores como por los problemas económicos en sus familias, y va a provocar un aumento del absentismo por las dificultades para acceder a un transporte hasta el centro educativo.

"Se han eliminado muchas rutas escolares y nos han estado llegando denuncias de niños de algunos barrios que estaban empezando a faltar a clase ya en el mes de junio por dificultades para acceder al transporte", ha señalado Román.

Otro asunto que preocupa a la organización es el acceso a los medicamentos tras la reforma sanitaria. "Nos están llegando muchas denuncias de gente que dice que no puede comprar las medicinas que necesitan para sus hijos, como las de la fiebre. Se han quitado recetas para ciertos medicamentos y hay familias que no pueden hacer frente a los pagos de esas medicinas para sus niños", ha afirmado.

El colofón lo pone el hecho de que Save The Children está convencida de que "hay todavía una realidad de pobreza infantil oculta" que por una razón o por otra, algunas familias no se atreven a mostrar. "Por nuestro contacto con la realidad y nuestro trabajo diario en zonas rurales y en zonas urbanas con alto índice de exclusión, sabemos que la situación está empeorando", ha apostillado.

Román ha explicado que al margen de las grandes campañas de sensibilización que Save The Children realiza a nivel internacional, cada delegación nacional funciona de forma autónoma a la hora de realizar acciones de concienciación. En España, la entidad "no lo ha envuelto en una campaña", pero lleva ya muchos años trabajando directamente contra la pobreza infantil.

En este momento, los esfuerzos están centrados en la acción política, porque, conforme recuerda la responsable de Incidencia, "la labor de las ONG es muy importante pero en ningún caso puede suplir a la acción del Estado".

"De momento estamos haciendo esfuerzos políticos para aportar nuestro conocimiento en derechos de infancia para solucionarlo. El principio de la Legislatura todavía concede margen para medidas de carácter político, sobre todo porque desde el primer momento, el Gobierno ha puesto en la agenda la pobreza infantil, aunque hasta ahora hay muchas declaraciones de intenciones, pero falta mucha acción concreta", ha añadido.

La verdad del "frankfurter" alemán (el "muro" social: los "working poor")

"Uno de cada cinco trabajadores de la rica Alemania cobra menos de diez euros por hora trabajada, en muchos casos apenas cinco euros, y esta modalidad laboral se está enquistando con la proliferación de los minijobs, trabajos a tiempo parcial, empleos secundarios y chapuzas varias que realizan especialmente jubilados que necesitan complementar de alguna manera sus magras pensiones"… El 20% de los alemanes cobra menos de 10 euros por hora trabajada (El Confidencial – 11/9/12)

Es lo que se define aquí oficialmente como "ocupaciones atípicas", aunque en este grupo de personas con ingresos muy bajos figuran, por ejemplo, los taxistas, los empleados de peluquerías y centros de belleza o cosmética, quienes trabajan en el sector de la restauración o la hostelería y en los servicios de limpieza.

El Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW) denuncia en un reciente informe que la necesidad y la pobreza de estas personas les lleva a aceptar más horas de las estipuladas, sobre todo cuando tienen contratos a tiempo parcial. En muchos casos, las personas que trabajan en este sector llegan a las 45 y hasta las 50 horas semanales, en un intento por conseguir un salario algo más generoso.

Según el DIW, el tiempo medio de trabajo en la República Federal son 42,8 horas semanales. Sólo el 20% no se ve obligado a hacer horas extras, y ésta es la regla, más que la excepción, en el caso de los peor pagados. El único consuelo que pueden tener estos últimos es que las personas con sueldos altos muy a menudo también se ven obligadas a prolongar la jornada.

La progresión en este sector de los asalariados pobres, los "working poor", está creando un problema añadido para este Estado que se vanagloria de un nivel bajísimo de desempleo. Este colectivo es ya un sector social concreto cuyo futuro vital se define bajo el concepto de "Viejos pobres de solemnidad": aquellos que tendrán una jubilación por debajo de los 680 euros, y que plantean un enorme desafío a la Seguridad Social alemana.

La ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen (CDU), ha puesto ya el grito de alarma sobre este problema que se ve venir a toda velocidad. En vísperas de la campaña electoral para las elecciones de dentro de un año, Der Leyen ha hablado de poner en marcha un sistema de pensiones paralelo al ya existente para hacer frente a las necesidades de estos ancianos pobres, que son hoy los subempleados de un país que pasa por ser -todavía- el motor económico de la Unión Europea y que se precia de no haber introducido el salario mínimo legal "por temor a que destruya puestos de trabajo".

Un informe del Gobierno alemán desvela que los "minijobers" cobrarán el equivalente a unos 200 euros de pensión

"Millones de trabajadores alemanes, en su mayoría mujeres, podrían caer en la pobreza cuando se jubilen. Se trata de los 7 millones y medio de empleados en llamados minijobs, contratos precarios con un salario de 400 euros mensuales. 4,65 millones de estos precarios son mujeres, de las que más de tres millones carecen de otra fuente de ingresos. En el momento en que se jubilen, estas empleadas cobrarán pensiones cuyo valor actual no llega a los 200 euros mensuales"… Los "minijobs" abocarán a la pobreza a 4,6 millones de alemanas tras su jubilación (El País – 28/3/12)

Un informe del Ministerio de Trabajo publicado por el diario muniqués Süddeutsche Zeitung desvela que las cotizaciones a los fondos de pensiones públicos de los empleados de "minijobs" solo les darán derecho a 3,11 euros de pensión al mes por cada año trabajado. La edad de jubilación en Alemania son 67 años. Tras pasarse 45 años limpiando casas o sirviendo mesas y cotizando a la seguridad social, las precarias que carezcan de otra fuente de ingresos tendrán derecho a una pensión mensual de 139,95 euros.

El informe es la respuesta del Gobierno a una consulta parlamentaria del partido La Izquierda (Die Linke). La coalición de centro-derecha que preside Angela Merkel ha reaccionado anunciando planes para subvencionar directamente las pensiones más bajas a partir de 2013.

El mínimo de subsistencia para los ancianos alemanes varía según la región. Los jubilados cuyas pensiones no alcanzan el umbral de pobreza reciben ayudas sociales por parte del Estado. Estas ayudas a los jubilados alcanzan los 688 euros de media en todo el país. Hoy cobran estas ayudas el 3% de los jubilados. Se calcula que en 2015 serán ya el 10%.

Para el presidente de la Asociación Social de Alemania SOVD, Adolf Bauer, estas reglas no son más que un "parche de emergencia" para la mala situación de los jubilados: "La función de los fondos públicos no es paliar los efectos tardíos de unas políticas salariales antisociales". La vicepresidenta del sindicato gastronómico NGG Michaela Rosenberger pide que se introduzca un salario mínimo interprofesional de 8,5 euros por hora en toda Alemania. Los empleos precarios, dice, "son la vía directa hacia la pobreza" de los ancianos. Se puede puntualizar: las ancianas.

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