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Comandante Jose Tomas Boves, Timonel en la Libertad del pueblo venezolano (página 8)

Enviado por León Morales


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Acto seguido, el indio Nicolás Guardajúmos y su tío Chepe Bune fueron llevados a la horca en la Plaza Mayor de la Villa de Calabozo, quedando de sus aventuras un corrido que aún suena en nuestros días en todas las estepas y sabanas del inmenso llano, convirtiéndose dicho salteadores de caminos en una leyenda más en el misticismo e imaginario del llanero venezolano.

De esa forma comenzó a crecer la egregia figura de don José Tomás Boves, en su honor el pueblo le tributó un merecido homenaje donde organizaron saraos y una gran fiesta de tinte popular, degustándose carne en vara impregnadas en guasacaca, bebiéndose aguardiente claro sacado en los trapiches de las haciendas cercanas y engalanados por la belleza de las mujeres calaboceñas, disfrutaron del baile en los apisonados pisos al golpe del arpa melodiosa y al compás del cuatro y de las maracas; en donde el joropo retumbaba entre tonadas, corrillos, contrapunteo y estribillos; apareciendo letras musicales donde se cantaban las gestas en las cuales el llano volvía  a ser libre de sus más preclaros enemigos y malos hijos.

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Llaneros tocando un joropo

Carlitos y así fue como se acabó el mito y las aventuras esquizofrénico vandálicas del más famoso de los bandoleros del llano conocido en aquellos tiempos, en ese caso Nicolás Guardajúmos; quien desde esos días pasó a formar parte de la memoria popular colectiva de los llaneros guariqueños.      

Caramba, lo que no sabía el indio Guardajúmos fue que José Tomás Boves era un hombre de inteligencia bien despierta y que conocía muy bien el terreno llanero. Además de tener un gran valor personal poseía una agilidad muy poco común en algunas personas. Asimismo, de la gran  malicia que poseía y con el aval de haber tenido una formación cultural muy cultivada.

Por cosas del destino, don Jacinto Lara  Meléndez y su entrañable amigo don José Tomás Boves quién era pulpero en Calabozo, se despidieron amigablemente y para siempre caminando por derroteros distintos en busca de gloria y fortuna. Pero, antes de retirase ambos amigos, don José Tomás Boves sostuvo una grata conversación con don Juan Jacinto Lara Meléndez, bajo estos términos: "Oye Jacinto, tú naciste muy cerca de Barquisimeto, pero en estos lances me ayudaste a joder a Guardajúmos y a su tío Chepe Bune, porque tú eres de mi raza, carajo".

Jacinto Lara le hizo esta pregunta a su encomiable amigo y mercader don José Tomás Boves: ¿A qué raza se refiere usted, José Tomás?

Y don José Tomás Boves le contestó dicharacheramente con lo siguiente: "Hostia, me cago en todos los santos, en Cristo y en su puta madre; por los Meléndez, tú eres de raza asturiana; por eso pudimos unir nuestros pensamientos. Porque todo asturiano ama a su tierra a pesar de que nos vamos de ella en busca de fortuna y aventuras, y algún día tratamos de regresar a la misma. Si, Jacinto; tú eres un asturiano nacido en estas tierras, que el Todopoderoso te guíe y te lleve por los buenos senderos de la vida, grande amigo mío".

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Rey Fernando VII de Borbón

El hijo mal deseado del Rey Carlos IV"

Carlitos, gracias a las andanzas del indio Nicolás Guardajúmos es que hoy estamos escribiendo esta historia sobre la vida y obra de don José Tomás Boves de la Iglesia. Motivo por la cual su fama creció desenfrenadamente por todos los pueblos de la amplia geografía llanera venezolana y neogranadina; de esa forma comenzaba a entrar en el corazón de todos los desposeídos, esclavos y perseguidos por las castas dominantes de aquel entonces.

Después de un receso en la Mesa Redonda retomamos nuestra actividad, pero el niño Jimmy Palazzo algo incomodado y muy sigilosamente se estaba preparando para hacerle una pregunta al amigo Pedro Bolívar quién había sido viejo combatiente revolucionario en las filas de la izquierda venezolana en los años sesenta y setenta del siglo XX.

Bueno, ya hemos oído algunas cosas importantes de don José Tomas Boves. Pero, yo quisiera preguntarle esto al señor Pedro Bolívar: ¿Qué pasó en el Reino de España y como eso incidió en la vida de don José Tomás Boves en el año 1.808?

Muy bien Jimmyto, muy buena tú pregunta, vale; en ese año en España sucedieron cosas nefastas para el pueblo español y si se quiere para sus colonias en ultramar, y de ella no escapamos nosotros los venezolanos. Resulta, que doña Manuela de la Iglesia desde la Villa de Oviedo en Asturias y a través de la firma Plat y Portal le envía noticias muy desalentadoras a su hijo José Tomás Boves, donde le manifiesta que a raíz de la invasión napoleónica a España, la familia pasa por una situación económica muy difícil.

El Rey Carlos IV de Borbón estaba casado con doña María Luisa de Parma, habiendo  abdicado la Corona el 19 de marzo de ese año, en su hijo Fernando quién era el Príncipe de Asturias, conocido como: "El Deseado".

Cónchale vale, ese Rey era un incapaz e inmoral y de hecho no tenía capacidad para gobernar los destinos del pueblo español en esos difíciles días, ya que las decisiones más importantes en la corte las tomaba el neogranadino y Primer Ministro Manuel Godoy quien sí se quiere era el amante y favorito de su inmoral mujer; ya que a él lo tenían como un vikingo por los cachos que le metían.

Don Fernando VII de Borbón y Parma, nuevo Rey de España y su padre Carlos IV de Borbón fueron hechos prisioneros por los invasores franceses. Habiendo sido conminados a prisión en el castillo de Valencey en  Bayona, cerca de Burdeos en Francia.

Coño Jimmyto, surgió la traición y resulta que el Rey Carlos IV en su cautiverio en Bayona llegó a desconocer a su hijo Fernando como Rey de España; proclamando en su defecto al borracho José "Pepe Botella" Bonaparte I, quien además fue impuesto como Rey de Nápoles por Napoleón Bonaparte, Emperador de Francia.

Pero, lo más grave del caso fue cuando el Rey Fernando VII renunció al trono el 5 de mayo de ese mismo año, cediendo todos sus derechos al trono de España e Indias. Pero antes de partir a Bayona le entregó el poder y el ejercicio de la soberanía a la junta suprema de gobierno que había dejado instalada antes de ir a entrevistarse con Napoleón Bonaparte.

Y en eso Jimmyto Palazzo le vuelve hacer la siguiente pregunta al viejo Pedro Bolívar: ¿Ajá Pedrito y que pasó después de eso? ¿Dímelo pues?

Como no, Jimmyto. Ya te voy a responder, resulta que el 24 de mayo de 1.808, en el principado de Asturias se dio comienzo a las luchas del pueblo español en contra de la invasión francesa en España y en Sevilla se formó una Junta Patriótica que repudiaba a las fuerzas de ocupación francesa, cuyo fin era ocupar militarmente a Portugal y declararle un bloqueo económico a Inglaterra.   

El pueblo español se levantó en armas contra los invasores franceses en las ciudades de Zaragoza y Aranjuez en donde proclamaron al Rey Fernando VII como su legítimo, único y reconocido soberano. Lográndose la libertad inmediata de don Melchor Gaspar de Jovellanos quien pasó a formar parte de la junta central que reconocía al antes depuesto Rey.

Caramba muchachos, los sucesos que acaecían en España tuvieron sus incidencias en la Capitanía General de Venezuela, ya que en los primeros días de julio de 1.808, arribó al puerto de La Guaira el bergantín francés "SERENT", el cual estaba comandado por el Teniente Paúl de Lamanons, quien traía claras y manifiestas instrucciones del Consejo de Indias para que las autoridades españolas como sus  súbditos y vasallos reconocieran a José Bonaparte como su legítimo monarca en esta Capitanía General Venezuela, ya que los borbones maricones y fatuos habían dejado de gobernar a España.                

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Napoleón Bonaparte, Emperador de Francia

Don Paúl de Lamanons en la Posada del Ángel el 15 de julio de 1.808, en su condición de emisario del Rey José I de Bonaparte, ante las autoridades españolas acantonadas en el puerto de La Guaira y en de Caracas, manifestó estas palabras: "Señores, en estos momentos el General Joaquín Murat, Duque de Berg y jefe de las fuerzas de ocupación del ejército francés en el Reino de España e Indias, en nombre del Rey José I han asumido la presidencia de la Junta de Gobierno. Esperamos que ustedes acepten a Monsieur José I, como su legítimo y único Monarca".

La gente llana del pueblo venezolano de la época no entendía lo que los emisarios franceses querían decir con la palabra Monsieur significa  "Mi Señor o Señor"; quedando castellanizada la palabra a partir de ese momento como "Musiú".

Por eso a toda persona que vemos bien sean catira o blanca, tal vez rubia, los llamamos musiú o cuando hacen algo que nos llame la atención, decimos: ¿Qué le pasa al Musiú?

Claro está, José Tomás Boves se sintió muy mal sobre lo que estaba pasando en su España natal. Y respirando profundo se fue acercando hasta los comisionados franceses quienes estaban gozando una bola en la casa de uno de sus protectores y paisano asturiano, el ilustre francmasón don Joaquín García Jove. Allí en esa casa del solar guaireño comieron hasta más no dar y bebieron buenos vinos, creyendo ellos que en estas tierras aceptarían el mando de Pepe Botella "Bonaparte" I.

¿Qué bolas, vale?

Don José Tomás Boves a susurras le dijo su  amigo Juan Inocencio Tortoza, indígena del pueblo de Tarmas, lo siguiente: "Juan Inocencio, yo se que tú eres indio tributario, yo lo sé, vale. Pero nunca pensé que don Joaquín García Jove andara en esas guebonadas de jala bolas de los franceses, vale. Esa vaina no puede ser, yo se lo haré ver, ya que esas cosas rompen con los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, por las cuales luchan nuestros hermanos en estos momentos en España".

¿Qué vaina, vale?

En eso aparece un español llamado Diego Jalón recriminándole a don José Tomás Boves con estas palabras: ¿Qué pendejadas anda hablando tú  por ahí, con esos indios de mierda, José Tomás?

¡Hostia, José Tomás, déjate de eso y pronúnciate a favor de nuestro Rey Fernando VII quién está detenido por los franceses en Bayona!

Don José Tomás Boves quién era un hombre curtido en el mar como en el trabajo tesonero y arduo, dirigiéndose a Diego Jalón, le formuló lo siguiente: "Diego, nosotros vinimos juntos desde España a estas tierras en busca de fortunas, pero en verdad tú te has convertido en un verdadero jala mecate de estos hacendados y oligarcas mantuanos, como de los pajuos españoles peninsulares. En verdad, eres una porquería como lo son ellos también, de eso no hay dudas".

"Diego, es que se te ha olvidado las tertulias que a bordo de la nao Ligero en nuestro viaje a esta tierra de gracia, no recuerda que entre nuestros pasajeros venía el Barón Alexander von Humboldt".

¿Ya no recuerdas las conversaciones que sostuvimos con ese gran teutón germánico?

"Ese si era un hombre sabio de verdad. Quizás has olvidado lo que él nos contó sobre estos paisajes, sus tierras y gente. Coño que mala memoria tienes, Diego".

"Diego, fíjate que eres un arrastrado que te has cuadrado con ese degenerado llamado don Juan de Salas. Diego, debes recordar que esa familia es la mera representación física y espiritual de la traición misma, tanto en España como en estas tierras, ya lo verás, Diego".

"Y recuerda Diego Jalón, que desde ya somos enemigos para siempre, quédate con la familia de las Casas. Y de una vez por todas, te puedo asegurar que esos carajos son traidores de sus cimientes mismas, y lo serán por generaciones, ya lo verás".

Don Diego de Jalón muy molesto y airado por las palabras de don José Tomás Boves le gritó estas palabras: "Oye José Tomás, estamos pendiente oísteis, dentro de poco tiempo nos vamos a escoñetar los dos, carajo".

Y José Tomás Boves le ripostó con estas palabras: "Está bien, jala bolas. Nos podemos dar donde tú quieras muérgano, bien sea en el campo de honor con sables en manos o pistola en cintas.

"Diego, cuando te vea no te voy a perdonar esta afrenta que me has hecho hoy. Ten seguridad de lo que te estoy diciendo hoy, hijo de puta. Así que no le tengas miedo al lance, Diego".

La Junta se llevó a cabo en tierras de esta Capitanía General de Venezuela, pero con la voluntad del pueblo se reconoció a Fernando VII como Rey de España y soberano de estas provincias; tomándose en consideración los sucesos vividos en Zaragoza y Aranjuez.

El apoyar al Rey Fernando VII fue el peor inicio que tuvimos en nuestras luchas por la independencia nacional y de la hegemonía española en estas tierras. Ya que estábamos pasando de la lucha de castas a la consecución y creación de la más rancia burguesía que ha dirigido los destinos de nuestra patria, desde esos distantes días de esa mal llamada primera independencia. Una vez que los Borbones son sacados del trono de San Fernando en España, los mantuanos venezolanos y muy en especial, los caraqueños; indujeron al Muy Ilustre Ayuntamiento de Caracas a tomar el poder el 19 de abril de 1.810, yendo en contra de la soberanía popular.

Manifestando esos parias y caras duras de ayer, "en exercicio de la soberanía interina" en transformarse en "La Suprema Junta que gobierna estas Provincias de Venezuela en el Real Nombre del Señor Don Fernando Séptimo".

¿Qué jaladita de bolas del mantuanaje criollo en esos tiempos?

En realidad los patriotas españoles estaban decididos y dispuestos a salvar a su patria, el suelo, a la familia, al hogar y a su soberanía y dignidad; para rescatar a España del invasor francés. Ya que las Juntas Provinciales fueron creadas para organizar la defensa del pueblo a lo largo del territorio español; debido a que el General Napoleón Bonaparte tenía control de lugares históricos como Gamonal, Espinoza de los Monteros, Tudela, Somosierra, Madrid.

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Puerto de La Guaira, a finales del siglo XIX

Claro está, la godarría mantuana e hispánica se fortalecía con la oligarquía criolla; obviando ellos la lucha de clases y tratando de frenar la lucha de castas al precio de lo que fuera, desviando a los sectores populares en sus reales criterios independentistas en sus afanes de no dejar pensar a sus líderes fundamentales quienes se imbuyeron en los aspectos libertarios de las castas dominantes, bajo la creación de repúblicas que siguieron los patrones esclavistas de los tiempos coloniales y que hasta el presente aún no hemos podido derrumbar.

Por eso tenemos que hacernos en este presenta las siguientes preguntas: ¿Por qué los primeros libertadores le temieron al ejército de la soberanía popular?

¿Por qué en su inmoralidad apoyaron a Fernando VII en sus políticas autárquicas?

¿Quiénes fueron en realidad los libertadores de la 1ª y 2ª República Mantuana?

¿Eran patriotas o esclavistas?

¿Qué eran en realidad esas plastas de mierdas?

¿Por qué le rendimos pleitesías  a esos explotadores y esclavistas dela ayer?

Dichos sucesos se conocieron en Nueva Andalucía de Cumaná, la Primogénita de América, a través del diario el Time de Londres, en donde narraban con mucho detenimiento los sucesos que se estaban viviendo en Bayona, como en España y sus colonias. El Comandante Boves era muy duro cuando se le pretendía traicionar; decían los viejos entendidos sobre la vida de este guerrero de la sabana venezolana que en una ocasión sorprendió a algunos traidores bajo infundadas sospechas, sucediendo la siguiente historia.

El Taita Boves mandó a su corneta a tocar a generala, dando la siguiente orden: "Vamos, vamos todos a formación en el patio. Rápido pues, rápido; que no podemos perder tiempo".

El mestizo José Antonio Poleo un poco sorprendido le preguntó al Cabo Visitación García lo siguiente: ¿Por qué el Taita nos llama a formación ahora que estamos descansando, Visitación, ah?

Y Visitación le contestó: ¡Ah, caray, José Gregorio; yo no se vale. Pero, yo veo al Taita muy arrecho, como que ha pasao algo; si, vale!

Y José Gregorio se asustó cuando vio al Taita Boves venir hacia ellos con un machete en la mano, diciéndole a Visitación lo siguiente: ¡Estoy asustao Visitación, mejor dicho cagao, vale. No sé, yo creo que el Taita como que va a joder a alguien aquí o a nosotros mismos!

¿Qué le habrán hecho al Taita Boves, Di_s mío?

Nuevamente, el Taita Boves manda a 20 soldados de raza blanca a pasar a formación en el patio, quienes estaban indiciados en su presunto asesinato; arengándolos de la siguiente forma: ¡Cobardes y traidores, yo he cumplido con mi palabra de honor, nojoda; de atacar y asesinar a los enemigos del pueblo estén donde estén, sean blancos o no!

¿Y ustedes pretenden traicionarme, ah?

¿Asesinarme?

En eso se desabrochó la guerrera y abriendo su peludo pecho les gritó con sonido de muerte estas palabras: "Carajo, aquí está mi pecho desnudo, mátenme pues. Échenle bolas, si es que las tienen de verdad, nojoda".

¡Ay libélulas del malos presagios, a mi me van a tener que respetar porque yo no perdono a los traidores por nada del mundo; porque los conozco a todos y sé quiénes son y de que son capaces de hacer!

¡Verdad, Cupertino!

"Cupertino, ustedes están temblando, y tú como que estás guateado; en verdad lo siento por ti y por mi comae Encarnación; pobre de tus muchachos y muchachas. Pero Cupertino, que maldito eres en verdad, tú me has traicionado y te voy abajar el cogote delante todos ellos; dile maldito quién te ordenó matarme, dilo porque te quedan pocos segundos de vida, Cupertino".

Y Cupertino bajo un gran temor avanzó hacia el centro del círculo que el Taita Boves había trazado en el suelo y con melancolía en sus labios, diciendo estas palabras: "Taita Boves, los amos godos me dieron unas onzas de oro pá que lo matara a vustéd. Ellos dicen que vustéd se parece a Satanás, que es malo, que no nos quiere. Y yo de pendejo le paré bolas a esa gente y agarré esa cosa como Judas, mi Taita".

El Comandante Boves caminando de un lado a otro les dijo a sus hombres estas palabras: "Cupertino me ha ahorrado palabras. A los Judas les sale la muerte por ahorcamiento, pero yo se la voy a ahorrar de esa manera a él; y yo espero que todos aquí aprendan esta lección y que nunca jamás se repitan casos como estos".

El Taita Boves le quitó un afilado cola de gallo a unió de sus tenientes y de un solo tajo le descogotó la cabeza a Cupertino;  expresando estas palabras: "Los que están enredados en esta vaina les va a pasar lo mismo; recen a tiempo, que les viene ahora su turno, nojoda".

En ese patio todos estaban asustados y aterrados, muchos bajaron sus cogotes, y el Comandante Boves machete en mano con gran agilidad fue seleccionando a los cabecillas de la posible asonada en su contra, decapitándolos uno a uno. Finalmente, dirigiéndose a sus hombres, les dijo lo siguiente: "Así es como se acaban las guebonadas aquí entre ustedes y yo, nojoda. Y quién quiera matarme ahorita, nojoda; que dé un paso al frente y le eche bolas, pues"

¿No estarás tú metido en esta vaina, Juan Palacios, nojoda?

¡Si quieres sal pá lante, Juan Palacios!

Y el negro primero Juan Palacios sudando en frío y con las bolas colgándoles en el cuello, a susurras dijo: ¡Zape gato ni haragato, que la Santísima Virgen del Carmen me proteja!

¡Guillo con el Taita Boves!

De pronto interviene el niño Lenin Yasser Morales Tussentt en la Mesa Redonda, haciéndole al señor Jesús Martínez Batista "El Iguano", la siguiente pregunta.

Mira Jesús, danos a todos los aquí presentes repuesta sobre las preguntas que te voy a hacer: ¿Si don José Tomás Boves conocía esas cosas que pasaban en su patria?

¿Y qué hizo él ante esa situación?

Bueno vale, una vez que don José Tomás Boves está al tanto de los hechos que se están dando en España y viendo que los sucesos en Venezuela están unidos a los que profesaba el pueblo español en esos momentos; decide ponerse bajo las inmediatas órdenes de los mantuanos caraqueños. Ya que consideraba que ambos pueblos teníamos el mismo enemigo común a pesar de las diferencias existentes entre los blancos mantuanos y los blancos peninsulares en esta Capitanía General.

Quizás coño, este era el momento que estaban esperando los mantuanos criollos para poder tener más participación en el poder político en estas tierras de ultramar, el cual le era negado en todas sus partes por don Juan de las Casas quién para ese momento se desempeñaba como interinamente como Capitán General de Venezuela, a pesar de haberse aprobado la Constitución de la Junta que proclamaba los derechos del Rey Fernando VII.

Oye Lenin Yasser esto, don José Tomás Boves continuó ejerciendo sus actividades de pulpero y comerciante en los llanos hizo muchas inversiones por los lados de El Rastro. Carajo, quiero decirte que ese lugar es muy caluroso, lleno de plagas y el agua es desagradable; por allí pasó el viento y dejó un RASTRO, de allí proviene su nombre; ese inhóspito lugar queda en los llanos del Guárico, vale.

Don José Tomás Boves en su estadía en El Rastro compró un gran hato de ganado y una pulpería. De igual forma adquirió otros bienes y comercios, además de establecer algunos negocios y ventorrillos por los lados de Roblecito.

De pronto llega a la Mesa Redonda la niña Paola Aponte quien muy graciosamente le hizo la siguiente pregunta a su abuelo Víctor Juvenal Aguinagalde: ¿Don José Tomás Boves nunca tuvo novias, abuelo?

Bueno, mi nieta querida, adivinaste la repuesta porque creo que el relato orienta hacia allí: ¿Verdad muchachos?

Caramba vale, don José Tomás Boves en sus correrías por el pueblo de San Sebastián de Los Reyes, cerca de los Morros de San Juan, justo en la entrada del Guárico mismo, entre los años 1.808 y 1.810, siendo un comerciante muy prospero quién vestía parcamente trató de prenderse en amoríos matrimoniales con la joven Isabel Magdalena Zarrasqueta Fonseca, hija del comerciante y hacendado vasco don Guillermo Zarrasqueta y doña Josefa Fonseca quien era natural de la villa de San Luís de Cura.

Los comentarios que conocemos sobre esta parte sentimental en la vida don José Tomás Boves nos indican que esos amores no pudieron cristalizarse y menos llevarse a efecto, y esto fue a causa del rechazo que manifiestamente le profesó don Guillermo Zarrasqueta en el seno de su familia, rompiendo en su negativa con la pureza e inquebrantable amor que su bella y adorada hija Isabel le profesaba a su prometido, en este caso don José Tomás Boves.

Quiero que todos oigan esto; adultos, jóvenes y en especial los niños, y a quienes tengan la oportunidad de algún día leer lo que sobre esto se escriba; hace ya algunos años conocí en el pueblo de Tarmas en la Parroquia Carayaca del Municipio Vargas, hoy Edo. Vargas; a un anciano agrarista de quien presumo aún vive por esos lares, su nombre es Ángel Herrera Guevara, quién es sobrino de doña Lolita Cabrujas y primo hermano del dramaturgo caraqueño José Ignacio Cabrujas, me dijo en aquella oportunidad que él por línea directa era descendiente de don José Tomás Boves.

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Puerto de La Guaira en 1.808

La verdad, fue que al oír esas palabras quedé algo intrigado y hablando sobre ese personaje que jugó roles importante en Venezuela, durante la guerra a muerte que se dio entre los años 1.813 y 1.814, y a quién en un previo de la conversación, le hice la misma pregunta que hoy me ha hecho mi nieta Paola

Y es por ello y gracias a Ángel Herrera Guevara, hijo preclaro del prócero solar de Santa Teresa del Tuy, quién sabiamente me dio esta repuesta que a continuación transmito a ustedes verazmente en estos momentos: "Mira Víctor Juvenal, en esos tiempos era muy conocida la fama de mi antepasado don José Tomás Boves de la Iglesia por toda la llanura venezolana y muy especialmente en los valles del Tuy y Aragua; como en el Guárico, Cojedes y Apure".

Pero, un día a él se le ocurrió ir al pueblo de San Sebastián de los Reyes a pedir la mano de la joven Isabel Zarrasqueta Fonseca ante sus legítimos padres doña Josefa Fonseca y don Guillermo Zarrasqueta, quien para entonces era el Alcalde de ese pueblo de los llanos centrales. Hay quienes alegan que esos sucesos se dieron entre 1.808 y 1.810.

Los abuelos de mi abuelo paternal contaban estos relatos: carajo, ese día el joven José Tomás Boves llegó a la hacienda de los Zarrasqueta muy bien arreglado y engalanado, parecía un verdadero sapo rabuo y venía montado en un potro rucio con buena silla, decentemente bajó los aperos de su bestia y los colocó en buen lugar, y con muy buenos modales se presentó en la puerta de la casa solariega de la familia Zarrasqueta Fonseca, siendo muy bien recibido y atendido por doña Josefa Fonseca quien le hizo esta pregunta: ¿Qué se le ofrece y qué lo trae por estos lares, José Tomás?

Acto seguido, dirigiéndose él a doña Josefa Fonseca le dijo estas palabras: "Doña Josefa, muy buenos días, por favor he venido desde la villa de Calabozo y en estos momentos me urge hablar con don Domingo, ya que él es el jefe de esta honorable familia".

Doña Josefa como toda bella y fluorescente matrona llanera, le respondió bajo éstos términos: "Mire joven óigame y espere un momento que iré inmediatamente a la caballeriza a llamar a mi esposo, ya que él anda muy ocupado con las cosas de la hacienda y con sus funciones de Alcalde en este pueblo. Así que le agradezco se sirva usted esperar, tome asiento por favor, don José Tomás".

Caramba vale, pasaba el tiempo y no aparecía don Guillermo; habiendo transcurrido una hora más o menos, ya José Tomás Boves se estaba impacientando hasta que de pronto se apareció la figura altanera de Guillermo Zarrasqueta quien con su acento vasco se atrevió a proliferar estas palabras: ¿Quién es el joven que se ha dignado en visitar mi casa en estas horas del día?

¿Qué deseas?

¿Qué quiere?

¿Qué pide?

¿Qué busca usted aquí, hostia?

José Tomás Boves confiado en sí mismo le respondió con estas palabras a tan importante político y comerciante del pueblo de San Sebastián de los Reyes: "Don Guillermo como usted ya debe saber, desde hace más de dos años he venido haciendo comercio de mercerías por estos parajes y desde ese tiempo para acá he quedado prendido en amoríos con su bella hija Isabel".

"Ese  ha sido el motivo por el cual ni le he traído un rogador para que abogue por mí ante usted. A fin de que a través de él, usted me pueda hacer la entrega de la mano de su hija Isabel, a quién amo más que a mí mismo".

Don Guillermo Zarrasqueta al oír aquellas palabras del joven Boves con profunda ironía y gran arrechera, le gritó: "Joder, me cago en la hostia".

¿Cómo es eso de que usted está enamorado de Isabel, mi hija?

¿Explíquemelo pues?

¡Y eso tiene que ser ya, carajo!

Muy serenamente José Tomás Boves le respondió de esta manera al vasco Guillermo Zarrasqueta: "En pocas palabras, don Guillermo. A mí me gusta su hija Isabel y ese es el motivo de mi visita a esta su casa, empero he venido es a pedirle a vuestra merced la mano de su hija, la cual amo y quiero entrañablemente. Ya que tengo grandes deseos de verla convertida en mí esposa hasta que la muerte nos separe y de aquí no me voy hasta oír su repuesta, don Guillermo".

Don Guillermo al oír esas palabras pegó el grito al cielo y con una rabia furibunda a su esposa doña Josefa Fonseca, le dijo estas palabras: "Josefa, ve y busca a nuestra hija Isabel. Ve allá, a su cuarto y me la trae ahorita mismo a esta sala, carajo".

Y don Guillermo murmurando entre dientes, manifestó lo siguiente: "Me cago en diez, esto no puede ser. Ella no me puede echar esa vaina con ese carajo de José Tomas, nojoda. No puede ser, tengo que parar esta vaina a como dé lugar, nojoda. Me cago en la puta madre de Di_s y en  toda su generación".

Pero, la joven Isabel algo asustada y acompañada de doña Josefa, su señora madre; llegó a la sala de tan solariega casa y viendo la cara de su amado pretendiente José Tomás, le dijo estas palabras a su señor padre: ¿Dígame usted, para qué me ha llamado a esta sala, amadísimo padre?

Y don Guillermo con sus extraños y muy despóticos modales, le respondió así: "Cállate la jeta, Isabel; cómo ves, lo tanto que yo me he jodido para poder criarte y educarte, viendo si te puedo llevar por buen camino y seas una gran  mujer en el mañana Además, puedas tener como esposo a un hombre de tú propia condición social".

"Yo que he trabajado duro en mis negocios con cacao, café, añil y ganado desde hace más de tres décadas que llegué desde Bilbao a estas tierras; habiendo trabajado muy duro como mayordomo en el hospital de este pueblo, para que ahora ese gran carajo que ves allí sentado, con cara de pulpero de poca venta, venga ahora a pedir tú mano, nojoda, maldita sea".

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Ganado vacuno en el llano venezolano

¿Qué me dices de esta vaina, Isabel?

La joven Isabel  con su rostro impregnado por algunas lágrimas y con algo de temor le dijo estas palabras a su padre y a su madre delante de su amado don José Tomás Boves: "Adorados padres, yo amo profundamente a José Tomás. Él es un buen hombre que desea todo lo mejor para mí y en estos momentos espero que ustedes me permitan y lo acepten como mi novio formal, ya que segura estoy haremos una pareja  feliz".

Seguidamente, Guillermo Zarrasqueta se levantó de su silla muy ofuscadamente y asiéndola en sus manos la hizo trizas al lanzarla contra la pared y con gestos amenazativos ofendió al joven José Tomás Boves con estas soeces palabras, propias de los oligarcas y mantuanos del ayer: "Me cago ahorita en todos ustedes, nojoda".

¡Míreme la cara José Tomás y oiga usted muy bien mis palabras, carajo. Usted, no es ni  siquiera una de las pantaletas que se pone mi hija Isabel, nojoda!

¿Cómo es qué usted pretende formar parte de mi familia, si yo no lo quiero aquí en mi vaina, carajo?

¡Coño e la madre, qué cagada, nojoda, José Tomás!

¿Quiere qué le diga a usted una cosa, ah?

Y José Tomás, no se atrevía a decirle nada, pero le observaba con una mirada fría y penetrante, en espera de una mejor oportunidad.

En eso don Guillermo Zarrasqueta en una de sus viles y perversas ofensas, le dijo estas palabras: "Viéndolo bien, José Tomás. Usted tiene más bien un aspecto de pendejo y de español enemigo de nuestro Rey Fernando VII, como todo asqueroso asturiano adorador y seguidor del satánico Gaspar Melchor de Jovellanos. Váyase, váyase, de esta mi solariega casa".

¡Yo no lo quiero ver más  a usted en mi casa y menos en lo que me queda de vida. Váyase ya, antes de que lo mande a meter preso, nojoda!

Luego dirigiéndose a su hija Isabel, le dijo lo siguiente: "Y tú hija mía, te sabría agradecer altamente nunca más vuelvas a ver a este zángano y paria, porque como mi paisano el tirano Lope de Aguirre, prefiero más verte muerta que en manos de este truhán pulpero".

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General José Antonio Páez y Herrera

Guerrero del ejército del Comandante Boves

Inmediatamente, don José Tomás Boves se levantó de la silla donde se encontraba sentado y una vez oída las hirientes y ofensivas palabras pronunciadas en su contra por don Guillermo Zarrasqueta; respondiéndole cabalísticamente, de esta manera: ¡Ayayay, malhaya sea su alma, don Guillermo!

"Mida sus palabras y oiga muy bien usted, lo que le voy a decir en estos momentos. Nunca olvide las palabras que usted muy indignamente ha dicho hoy, recuérdelas siempre, porque quien vilmente ofende a un asturiano siempre anda perseguido por el ángel de la muerte".

"Y desde este momento, óigalo bien, mientras usted viva mi sombra se convertirá en su más cruento verdugo, que de paso creo no lo será por mucho tiempo, porque con el transcurrir de los meses nos volveremos a ver la cara, créalo que es así, don Domingo".

"Y recuerde siempre don Guillermo, que usted no representa al pueblo de San Sebastián de los Reyes, porque usted es el verdugo explotador y esclavista de esta pobre gente y eso que usted dijo en días pasados cuando los godos de estas tierras lo nombraron alcalde, eso de que "el carácter de ciudadano nos obliga amar a la patria".

¡Carajo, será la patria de los vividores y ladrones como usted, don Guillermo!

¡Y no la patria de los más escoñetados de estas tierras y latitudes!

¿Esa vaina no se lo cree ni usted mismo, don Guillermo, ja, ja, ja?                

"Porque la patria de las castas más empobrecidas por gentes de su vil calaña no tienen ese concepto, porque para ellos no existe la patria y sé, y estoy seguro que más rápido que lo que canta un gallo irán aprendiendo que no son negros, ni esclavos, ni pardos, ni blancos de orillas, ni nada de eso, ellos son venezolanos y esta es su patria, no la de nosotros".

"Así que desde ahora en adelante usted es mi enemigo declarado y tómelo como en ganas le venga, y a ti Isabel sólo me resta decirte hasta luego, siempre llevaré tú recuerdo en mi corazón. Adiós honorable señor y espléndidas damas".

En eso don Guillermo Zarrasqueta tomando un sable en mano le gritó al joven José Tomás Boves esto: ¿Qué se ha creído usted, ah, ah?

Ante tal actitud, José Tomás Boves le gritó: "Ah carajo, don Domingo".

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Casa del  Ángel o de Boves en Calabozo

¿Si usted es muy arrecho por qué no nos batimos en un lance o duelo?

"Echémosle bolas pues y déjese de pendejadas y mariquerías conmigo, que le quedan muy feas sus pazguatadas en este momento, nojoda".

A tal efecto los ánimos se calmaron y cada uno de los contrincantes tomó sus destinos correspondientes, pero con profundos malestares insolventables. Y el pulpero José Tomás Boves le volvió a ripostar a don Guillermo Zarrasqueta con estas palabras: "Mire mantuano, godo de mierda; yo no soy uno de esos cristianos que usted con el Coronel Leandro Palacios asesinaron en La Guaira con ese cuento maldito esgrimido por el General Simón Bolívar".

De esa forma no se pudieron cristalizar esos amores, decidiendo José Tomás Boves en continuar con sus asuntos comerciales en la Villa de Calabozo adonde regresó a los pocos días, ya que le había comprado a una viuda una pulpería grande o casa de comercio que más luego denominó "La Asturiana".

Luego en la Mesa Redonda toma la palabra la joven Yosmar del Valle Mallma Tussentt y le hace al sociólogo César Hilario Flores, la siguiente pregunta: César, una vez que a José Tomás Boves le pasó lo que le sucedió con la familia Zarrasqueta Fonseca.

 ¿Qué hizo él después? 

   Mira Yosmar, a partir de esos trágicos momentos don José Tomás Boves se dedicó a convivir con más énfasis dentro del mundo y habitad natural del llanero, llegando a comprender su psicología, hablando y vistiendo como ellos, sintiendo en carne propia el ímpetu estremecedor de aquellos lanceros y centauros, dueños de las sabanas venezolanas quienes en su modestia, humildad e hidalguía; quienes desde sus patriarcales familias, comunidades y clanes familiares nunca aceptaron ser dirigidos, mandados o conducidos por personas ajenas y contrarias a su realidad, costumbres, tradiciones y espíritu mágico.

Es por esto que los pueblos llaneros dentro de su mayor superstición y desconfianza, buscaban dentro de sí mismos, un único e indiscutido líder que los llevase a la victoria o a la muerte siempre en son de libertad y justicia social. Siendo necesario oír las coplas que en sus corridos y contrapunteos que al compás taciturno y del melodioso ritmo de las corocoras en el amanecer llanero, quienes en actitud de soberbia y hombría, en sus ratos amenos y alegres cantaban los hijos de las estepas venezolanas en sus ranchos y bohíos, cuando recitaban esta copla:

¡…Sobre la tierra la palma;

Sobre la palma los cielos;

Sobre mi caballo yo,

Y sobre yo mi sombrero…!                       

Al fin don José Tomás Boves aceptó gustosamente esa forma de vida y lucha, haciéndola suya en aras de poder liberar a nuestro subyugado pueblo, el cual era víctima de factores ajenos a la voluntad popular, debido a que las castas más golpeadas por la esclavitud mantuana comenzaban a  entender el significado de lo que era la unidad del pueblo en su conjunto, en aras de poder construir una nación o patria que en verdad fuera libre y soberana.

Luego toma la palabra el joven Anderson Juvenal Aguinagalde Monterola y le hizo la siguiente pregunta a su amigo Lenin Rafael Peña Noguera, en esta interesante Mesa Redonda. Lenin Rafael, para no hacer fastidiosa esta Mesa Redonda, a ti se te solicitó hiciera una investigación sobre la vida de don José Tomás Boves a partir de 1.810, aquí deseamos saber: ¿Qué fue lo que tú investigaste al respecto?

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Camino Nuevo a La Guaira

Bueno Anderson, efectivamente; yo hice la investigación y esto es lo que arrojó sobre la vida de José Tomás Boves durante esa etapa de su vida.                                                                                     

Don Lorenzo García Jove desde el puerto de La Guaira le escribió a don José Tomás Boves notificándole que la junta de gobierno en España se había disuelto y en su defecto se había formado un Consejo de Regencia en donde el Brigadier Vicente Emparan y Orbe fue designado como Capitán General y Gobernador de la Capitanía General de Venezuela, cuya única misión era frenar la conspiración que preparaban los mantuanos criollos para formar un gobierno autónomo en estas provincias de ultramar.

En esos días la situación política se tornaba crítica, ya que se precipitaban hechos que llevarían a las autoridades españolas en esta Capitanía General a una clara y manifiesta guerra en contra de los autonomistas; preparándose los conjurados a fin de que el Cabildo sesionara en las postrimerías del 19 de abril de 1.810, en donde también se debatirían los puntos relacionados sobre los sucesos que se estaban dando en España, la cual aún continuaba bajo ocupación francesa; y sobre la creación de la Junta Suprema de Caracas, como reivindicadora de los derechos del Rey Fernando VII, la cual el Capitán General pretendía tener bajo su total control y mando.

Cabe decir, que ese hecho fue repudiado totalmente por las castas populares, las cuales fueron manipuladas por el presbítero José Cortés de Madariaga quien era natural de Chile. Claro está, ese pueblo acantonado en la Plaza Mayor de Caracas llegó a desconocer la autoridad del Brigadier Vicente Emparan y Orbe quien sin tapujos en la lengua renunció a su cargo de gobernador y Capitán General de la Capitanía General de Venezuela.

Pero hay que decir claramente que los mantuanos hasta le pagaron a la gente en los barrios de Caracas para que fueran a protestar en contra del gobierno del Capitán General Vicente Emparan y Orbe.

¿Será que esa vaina la siguen practicando aún los politiqueros de oficios de la IV y la V República en nuestros días?

Don Vicente  Emparan y Orbe con su séquito de empleados civiles y militares partieron con rumbo al puerto de Filadelfia en los Estados Unidos de América (USA) con previa escala en la isla de Cuba. Decidiendo la Junta Suprema de Caracas gobernar en nombre del Rey Fernando VII,  en este caso.

Lo curioso de todo esto, fue que un hombre joven con solo 27 años de edad llamado José Tomás Boves se pronunció a favor de los sucesos del 19 de abril de 1.810, en donde vio que la casta de los pardos tenían representación en los hechos de cambios sociales y políticos que se avecinaban en esos tiempos, presentándose con una banderola rotulada con la siguiente inscripción: ¡Viva la Patria!

¿Y por qué esos grandes carajos no gobernaron en nombre y para el pueblo venezolano, Anderson?

Ellos no lo podían hacer ya que sus intereses económicos no estaban en juego, esa es la mismísima verdad, vale. Además se le oyó decir al maestro don Andrés Bello estas palabras: "Caraqueños, otra época empieza".

No era otra cosa que un golpe de estado que se fraguaba en contra de los sectores populares que estaban comprometidos como castas en los sucesos del 19 de abril de 1.810, en donde primeramente los mantuanos se unían a los postulados que emanaban de la Junta Suprema de Caracas, defensora de los derechos del Rey Fernando VII.

¿Quiénes fueron los que realmente invocaron la soberanía del Rey Fernando VII?

¿Los escuálidos "mantuanos patriotas" o el pueblo pobre de Venezuela?

Los mantuanos decidieron dar al traste con sus compromisos y comenzaron a dar los pasos para hacerse de una vez por todas con el poder político en Venezuela, tratando de escudarse bajo una condición revolucionaria que dio comienzos a la burguesía nacional, dejándose a un lado la lucha de castas para pasar a la lucha de clases.

Hay que destacar las palabras que en una ocasión le refiriera el depuesto Capitán General Vicente Emparan y Orbe al Rey Fernando VII:

"… como muchos de los que en Caracas llaman mantuanos, que son la clase primera en distinción, estaban poseídos del espíritu de rebelión, dos veces intentada y desvanecida, y es la misma, de sus partes y deudos, la oficialidad del cuerpo veterano y de las milicias, fraguaron la revolución (…). Los mantuanos revolucionarios me despojaron del mando, obligándome a que les transfiriese el Cabildo, que hizo cabeza de la rebelión…".

Esa política es la misma que hoy en día aplicamos a través de la Asamblea Nacional, antiguo Congreso Nacional, en donde el pueblo elige al presidente de la República y a sus representantes; con el riesgo de que los demás poderes sean elegidos por la Asamblea Nacional.

En el caso de la Venezuela de hoy nada ha cambiado, ya que en la Asamblea Nacional se decide con el 50% más uno, eso hace la mayoría y no como en el pasado que se conseguía la con las dos terceras partes de los representantes del pueblo. Esto pudiese revertirse en un futuro no muy lejano en contra del proceso revolucionario que lidera los cambios que hoy se viven en nuestra patria.

Ya que una mayoría de la oposición pudiese inclusive darle un golpe de "sustitución constitucional" al presidente de la República; valiéndose ellos de esa mayoría que de hecho es muy pírrica y hacia allá estuviesen trabajando los enemigos del proceso bolivariano. Otro de los detalles es que aún los diputados de nuestra Asamblea Nacional siguen siendo representantes del pueblo y eso rompe con nuestro precepto constitucional, en relación a la participación y protagonismo del pueblo venezolano en su propio proceso, ya que pudiesen estar actuando no como delegados de la soberanía popular.

Realmente, eso fue lo que le pasó al Capitán General Vicente Emparan y Orbe en esos oscuros días del 19 de abril de 1.810. Allí lo que hubo fue un golpe de Estado en contra de ese representante de la corona española en estas tierras. A pesar de que hay entendidos quienes alegan que el antes mencionado Capitán General estaba vinculado a las acciones bonapartistas en su propia tierra.

Hay unas palabras del mantuano don Antonio Muñoz Tébar que expresaban lo siguiente: "…Hoy es el natalicio de la revolución. Termina un año perdido en sueños de amor por el esclavo de Bonaparte: ¡que principie ya el año primero de la independencia y la libertad!…".

¿Y es qué Fernando VII defendía los intereses de España o de la Francia misma, de donde eran todos sus antepasados, los borbones?

¿Por qué el Brigadier Vicente Emparan y Orbe desconoció los dictámenes emanados de la junta central de gobierno, como al Consejo de Regencia en España?

Coño vale, eso obedece a que el Brigadier Vicente Emparan y Orbe era muy afrancesado y hasta llegó a pensar que era de modales amariconeados, y su actuación política en estas tierras nos indican que era un furibundo admirador de Napoleón Bonaparte, para esa entonces Emperador de Francia.

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Esclavizados rumbo a las plantaciones mantuanas

Los memorables sucesos acaecidos en 1.810, se produjeron situaciones críticas en el seno de las castas más pobres y desposeídas; ya que las políticas de los mantuanos criollos desde la junta suprema generaron constantes desalojos y expropiaciones a los bienes y tierras de los campesinos y labradores.

Pero, tampoco olvidemos que Vicente Emparan y Orbe reprimió con mucha fuerza y vigor los movimientos y que revolucionarios que lideraban los mantuanos y patricios caraqueños en la ciudad de Caracas; donde él dictó medidas draconianas de alta policía. Hay que destacar, que los hacendados y mercaderes de la oligarquía venezolana, prostítuidamente llegaron acaudalar grandes sumas de dinero; convirtiéndose esos ángeles del Averno en dueños y amos de las vidas y riquezas en estas provincias, en donde llevaron a los artesanos y orfebres canarios a la total ruina y pobreza.

Estos hechos en el sentir popular dieron los motivos necesarios para que se fuera generando la creación de un ejército popular, el cual estaba formado por gente alejada de los placeres de la vida capitalina y de las vulgares ambiciones mantuanas, como también de los aires progresistas que nos habían llegado de la Europa de "La Ilustración".

Carajo Anderson, fíjate como son las vainas; don José Tomás Boves al estallar el movimiento del 19 de abril de 1.810, se manifestó adepto al mismo, pidiendo ser incorporado al "Ejército y qué Patriota" acantonado en la Villa de Calabozo para poder luchar por la liberación de su patria y de esta colonia de ultramar.

Anderson, fue tan así, que Boves veía que la causa republicana estaba pérdida, a menos que los oligarcas y godos mantuanos cambiaran radicalmente su actitud vacilante; ya de hecho, él presagiaba los peligros que se cernían sobre el pueblo venezolano, como también visualizó los errores cometidos por los mantuanos de la Primera Maldita República Mantuana en contra de las castas más escoñetadas.

José Tomás Boves desde su Pulpería "La Asturiana" en la Villa de Calabozo observando con detenimiento los sucesos del 5 de julio de 1.811, ante las personas presente en su negocio exteriorizó estas palabras:

"… Que el manto sagrado del Corazón de Jesús, proteja de por vida a los independentistas y a todos los que están a favor de esa noble causa, y a todos los que se opongan a ella que se pudran en los más rincones del infierno…".

A continuación tomó la palabra el niño Lenin Yasser Morales Tussentt quién le preguntó a su padre León Manuel Morales lo siguiente:

Papá, yo sé que tú sabes que jodes de historia, y quien más que yo, lo sé. Anjaá dime: ¿Qué pasó con José Tomás Boves en 1.811, año de la firma del Acta de Independencia, dímelo pues?

Carajo Lenincito, gracias por eso que dices de mí. Pero te diré que lo que aprendí de historia se lo debo a mi ya fallecida abuela paternal doña Catalina Aranguren Bravo de Sánchez Jiménez quien a su vez era hija del General Lino Aranguren Castro, "Ilustre Prócer de la Federación". Con relación a tú pregunta te diré lo que ella me enseñó mi siempre recordada abuela, diciéndome esto: "Mira León Manuel se dieron algunos hechos de vital importancia en la historia de Venezuela durante el año 1.811, como llegó a ser la creación del primer Congreso Constituyente, el cual estuvo compuesto por un grupo muy poderoso de oligarcas y mantuanos quienes en verdad no gozaban de la total simpatía del pueblo".

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Capitán de Fragata Lino de Clemente

Ya que eran los dueños de las tierras más productivas y a su vez eran los explotadores de la fuerza de trabajo a la cual estaban sometidas las castas más onerosas; debido a que trataban de tomar el poder político.

Pero, sin afectar sus bienes, propiedades y la riqueza territorial latifundista que habían heredado de sus ancestrales padres, los conquistadores y llamados también con el remoquete de "Los Amos del Valle. Resulta que el Teniente General Francisco de Miranda en un tono muy dramático y estando acompañado por el Capitán de Fragata Lino de Clemente y el Capitán de Ingenieros José de Sata y Bussi, desde la Capilla de Santa Rosa de Lima y del Seminario Tridentino de Caracas, en la última sesión de ese día el 5 de julio de 1.811, dirigiéndose a los constitúyentistas presentes y con una profunda arrechera, les dijo estas determinantes palabras llenas del más profundo sentimiento patriótico:  "… ¡O la vida para siempre o el sacrificio de todos nosotros para la felicidad de la patria!…".

Y el joven Simón Bolívar y Palacios con el ímpetu de su juventud y que revolucionaria, en esos instantes expresó estas palabras: ¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o los conserve, si estamos resueltos a ser libres?

Pero, León Manuel, en uno de los buques de la Marítima Plat y Portal que arribaron al puerto de La Guaira llegó una noticia de España que de seguro estoy estremeció a don José Tomás Boves, de esa estoy segura mijito. El historiador Rafael María Baralt y Díaz en su libro: "Resumen de la Historia de Venezuela" en unas de sus páginas manifestó estas palabras:

"… La Revolución (en 1.811) estaba aún más lejos de tener un carácter popular: aquel tan imponente siempre y a veces tan terrible, ante el cual son pequeñas todas las resistencias y miserables todas las intrigas…".

En verdad, lo que sucedió el 5 de julio de 1.811, fue un traspaso burocrático del poder, como cuando en nuestros días cambian un ministro para poner otro. Allí los españoles peninsulares les traspasaron el poder político a los españoles nacidos en ultramar, específicamente en Venezuela.

¿Qué fue lo que pasó entre los días 5 y 7 de julio de 1.811?

¿Quién y por qué golpearon al Generalísimo Francisco de Miranda y Rodríguez?

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                                      Catalina Aranguren Bravo de Sánchez Jiménez

*Las Aguadas – Maiquetía en 1.898 / + Hospital "San José" en Maiquetía, 9/12/1.974. Hija del General Lino Aranguren Castro, Ilustre Prócer de la Guerra Federal y doña Dolores Bravo, madrina de bautizo de la Madre María de San José

En eso le pregunté a mí abuela Catalina Aranguren Bravo de Sánchez, lo siguiente: ¿Qué noticia era esa y qué importancia tendría para don José Tomás Boves, abuela Catalina?

Y ella me respondió así: ¡Caramba nieto, don Joaquín García Jove le envió una misiva a don José Tomás Boves en la Villa de Calabozo!

En donde le notificaba este ingrato acontecimiento: "José Tomás, tengo dos noticias que darte, sé que la primera no te va a gustar en nada. Tampoco te va agradar, pero tengo que informarte que hace varias semanas atrás fue asesinado don Gaspar Melchor de Jovellanos en Asturias".      

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Iglesia de Calabozo

"Apreciado amigo, la segunda noticia es que de ahora en adelante se está comenzando a dar el fin de la era napoleónica en nuestra patria, toma nota de lo que aquí te estoy escribiendo, José Tomás".

Claro está, esas noticias crearon en el joven José Tomás Boves un gran malestar.

¿Quién mejor que don Gaspar Melchor de Jovellanos para sacar a España de la profunda crisis política, económica y social en que la habían envuelto los Bonaparte y Borbones que es la misma guebonada?

Don José Tomás Boves ante las cruciales circunstancias y momentos que se vivían en esos días; dedicándose al trabajo arduo, duro y tesonero, llegando amasar una gran fortuna se convirtió en uno de los comerciantes más próspero en los llanos centrales; como ya dijimos antes. Él se puso bajo las inmediatas órdenes y al servicio de los mantuanos calaboceños pidiendo formar parte de su ejército, a fin de comandar uno de sus escuadrones de caballería en esa cruenta guerra nacional que se avecinaba en tan caóticos momentos.

En eso toma nuevamente la palabra el joven estudiante de bachillerato Jimmy Palazzo y le expresa al maracucho Osvaldo León, lo siguiente: "Mira Maracucho, déjate de hablar tantas pendejadas y continúa con estos relatos vale, anda pues".

Y este le respondió a Jimmyto bajo estas palabras: "Coño carajito, déjate de vainas; ya veo que quieres aprender historia, eso está muy bien; pero una vez que don José Tomás Boves se puso a las órdenes del ejército mantuano en la villa de Calabozo, yo me preguntaría también al igual que ustedes".

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Faro de Punta Brava, cerca de Puerto Cabello, año 1.842

¿Cuál sería la sorpresa de don José Tomás Boves en esos cruciales momentos?

Bueno Jimmyto: ¡Cómo toda sorpresa al fin!

Don José Tomás Boves fue rechazado totalmente  por los oligarcas calaboceños para que fuera parte de su ejército, ya que no le perdonaban el impase que sostuvo dos años atrás contra Guillermo Zarrasqueta. El rechazo se debió  a  que  don José Tomás Boves pertenecía a la casta de los pardos, la cual era muy numerosa en Venezuela. Pero a pesar de este contratiempo, vicisitudes y dificultades vividas en esos cruciales tiempos de lucha social en nuestra patria aún tuvo la gentileza de pronunciarse a favor de los patriotas prostituyentistas e independentistas de la 1ª República.  

Verdaderamente, que don José Tomás Boves en el pasado había sido condenado por los aristócratas españoles y mantuanos a 8 años de presidio en el castillo de San Felipe en Puerto Cabello, siendo más luego condenado por los mantuanos y malos patriotas de la godarría criolla a ser confinado en los muros de una cárcel en la Villa de Todos los Santos de Calabozo.

Este es un indicativo muy manifiesto de que en Venezuela se desataba una lucha indetenible por la libertad y la justicia social, cuyo protagonista principal y líder fundamental de la guerra social que estaba en mira en esos tiempos, indiscutiblemente sería don José Tomás Boves de la Iglesia "El Taita".

Cónchale Jimmyto, ve lo que es la vaina, esos coños é madre a quienes llamamos próceres de nuestra primera independencia se la pasaban conspirando en la cuadra de los Bolívar en Caracas.

¡Y qué en defensa de los intereses de su casta social, la cual era la más alta y privilegiada que hacían vida política en esa antigua República, carajo!

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Antiguo Resguardo Marítimo de La Guaira

Fíjense niños, amigos todos. Esos estúpidos ilustrados del ayer escudándose en el Congreso Prostituyente de 1.811, como clase social política y económicamente bien definida deciden separarse para siempre del dominio español.

¡Pero qué bolas tenían esos bichos, ja, ja, ja, ja!

Ellos nunca llegaron a tomar en cuentas para nada a las castas más desposeídas y golpeadas por los oligarcas mantuanos.

¿Y qué jurando bajo la advocación del Di_s Padre Todopoderoso creador del universo sus actos de infamia, terror y muerte en los momentos previos a la firma de tan histórico documento?

El Semanario de Caracas en una de sus columnas periodísticas publicadas el 24 de febrero de 1.811, le daban a los latifundistas y terratenientes como a los amos y dueños de las tierras, hatos y haciendas, el tratamiento de perversos y ladrones, en donde se consideraba que esos bienes habían sido adquiridos en forma extraña y mal habida. Motivo este, en la cual se les solicitaba a los constitúyentistas la promulgación de algo que se pareciera a la Ley de Reforma Agraria, solicitud que no llegó a tomar cuerpo debido a la coyuntura histórica y de contradicciones de clases que se daban  en esos virtuales  momentos.

Carajo, no olviden ustedes que hace pocos días atrás el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías promulgó las leyes de Tierras y Pesca, ¡y qué gran arrechera han cogido los señores de FEDECAMARAS, los ganaderos ladrones de FEDENAGA y los vende contratos de la CTV, quienes ahora se apoyan en sus esquizofrenias vandálicas a través del Partido "Bandera Roja" (BR), organización política que dejó a un lado su doctrina, programa y sus principios revolucionarios marxista leninista estalinista traicionando a la clase obrera y al movimiento popular, uniéndose a sus antiguos perseguidores, captores y asesinos; ofendiendo la dignidad y el honor de quienes en su nombre murieron invocando el sagrado deber de defender la revolución venezolana y su proceso.

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Las Cortes de Cádiz en 1.812

Seguidamente, tomó la palabra en la Mesa Redonda el joven Gustavo León realizándole al dirigente vecinal José Viñoles, la siguiente pregunta:

 Mira José, en verdad tú has participado muy poco en esta Mesa Redonda. Yo quisiera hacerte una pregunta relacionada con lo siguiente: ¿Cuáles fueron los sucesos más importantes que se dieron en 1.812?

¿Y cuáles roles jugó en ellos don José Tomás Boves?

Cónchale Gustavito, en ese año al cual hace referencia hubo un prominente francmasón y sacerdote cubano llamado don Félix Varela Morales quién fue designado en representación de Cuba por el francmasón y Obispo cubano habanero Juan José Díaz de Espada y Landa para discutir sus puntos de vistas liberales en las Cortes de Cádiz en 1.812, como la antesala para que en Venezuela las masas empobrecidas se fueran a la guerra social de esa época, bajo las inmediatas órdenes de don José Tomás Boves de la Iglesia.

Justamente, en los tiempos en que el Rey Fernando VII estaba cautivo por los franceses en sus prisiones de Bayona – Francia. Por allá en la gran patria cubana, don Félix Varela Morales expuso estas palabras:

"… Y estoy seguro de que el primero que dé el grito de independencia tiene a su favor a casi todos los originarios de África. Desengañémonos: Constitución, libertad, igualdad, sois sinónimos; y a estos términos repugna los de la esclavitud, desigualdad de derechos. En vano pretendemos conciliar estos contrarios…".

Como no, vale; mí repuesta a tú pregunta es la siguiente: "En Venezuela en los albores de 1.812, el gobierno español decidió tomar acciones de carácter militar drásticas en contra de la inminente rebelión mantuana que se avecinaba; decidiendo el Consejo de la Regencia en ese caso especifico en enviar un ejército realista compuesto por 300 hombres con el fin de pacificar estas tierras, el cual partió desde la provincia de Coro hacia Caracas pal mando del Capitán de Fragata Juan Domingo Francisco de Paula José Rafael del Sacramento de  Monteverde y Ribas quién seguía instrucciones muy precisas del Brigadier José Ceballos, cuyo fin era apoyar las acciones del indio jirahara y Coronel Juan de los Reyes Vargas en el pueblo de Nuestra Señora de la Madre de Dios de Carora".

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Aprobación de la primera Constitución española

En las Cortes de Cádiz el 19/03/1.812, conocida como "La Pepa".

El Capitán de Fragata Juan Domingo de Monteverde y Ribas habiendo realizado una larga travesía con sus tropas llegó al pueblo de Nueva Segovia de Barquisimeto, ocupándola el 7 de abril de 1.812. Y prosiguiendo después su ruta y andares hacia el pueblo de San Carlos de Austria libró un cruento combate en contra de las fuerzas que comandaba el republicano Coronel Miguel de Uztariz, tomando civil y militarme a dicho pueblo el 25 de de abril de ese año.

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Capitán de Fragata Juan Domingo de Monteverde y Ribas

Don Juan Domingo de Monteverde y Ribas nunca fue un jefe improvisado y azariento jefe de la "Santa Causa" del Rey Fernando VII, siempre actuó como un verdadero soldado profesional egresado de una academia militar española, sin negarse su agresividad, producto de la guerra a muerte.

Cabe destacar, que en esa ocasión, el Mayor Miguel Carabaño al mando del Batallón "Puerto Cabello" cargó sus baterías contra el flanco izquierdo de las tropas que obraban bajo las inmediatas órdenes del Capitán de Fragata Juan Domingo de Monteverde y Ribas en el combate de los Colorados de San Carlos.

Realmente, en esos momentos las fuerzas republicanas fueron traicionadas por el Comandante Juan José Cruces y por el Capitán Julián Ontalva quienes con sus respectivos escuadrones de caballería se pasaron a las filas enemigas. De igual manera, el Batallón "Barlovento" fue altamente diezmado, pero la sagacidad y la pericia del Coronel José Lazo salvaron en esa ocasión a los muy muérganos godos patriotas. Avanzando el Capitán de Fragata Juan Domingo de Monteverde y Ribas con el grueso de su fuerza militares hacia el cantón de la villa de Calabozo en donde anunció en eso momentos funestas noticias sobre los sucesos que se estaban dando en Venezuela en esos tiempos.

Don Juan Domingo de Monteverde y Ribas en la Villa de Calabozo anunció que las provincias de Coro, Maracaibo y Guayana se acogían a los postulados y dictámenes emanados del Consejo de la Regencia y a su vez informaba que los facciosos republicanos se habían alzado en armas en las ciudades de Nueva Andalucía de Cumaná, San Judas Tadeo de Maturín y La Nueva Valencia del Rey y de la Anunciación, en donde la situación política y militar se iba agravando aún más.

Ya que los alzados habían ocupado los pueblos de Cata y Ocumare de la costa en donde esperaban refuerzos provenientes de la isla de Puerto Rico. Pero lo curioso de esto fue que el pueblo de La Nueva Valencia del Rey y de la Anunciación desconoció y se opuso al Congreso Constituyente de 1.811, en donde les exigían que La Nueva Valencia del Rey fuera una provincia independiente y autónoma. 

Entre los meses de marzo y abril del año 1.812, don José Tomás Boves en esos cruciales momentos se encontraba en asuntos de negocios en la Villa de San Carlos de Austria en los llanos de Cojedes, siendo arrestado por las fuerzas del ejército mantuano que operaban en ese vital bastión llanero bajo la sospecha de ser parte activa en el ejército de don Juan Domingo de Monteverde y Ribas, en el cual parte de su avanzada se encontraba en la ciudad de La Nueva Valencia del Rey.

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El Taita Boves, Arquetipo de la revolución venezolana

No habiendo pruebas fehacientes en contra de don José Tomás Boves y a instancia de don Ignacio Figueredo, notable de la ciudad quién abogó y logró su liberación en la Villa de San Carlos de Austria. En verdad, a veces no se entendía a los mantuanos criollos, ya que en esa ocasión don José Tomás Boves les propuso capitanear un escuadrón de caballería en aras de enfrentar a las avanzadas del Capitán de Navío Juan Domingo de Monteverde y Ribas. Ciertamente, en esa ocasión fue apoyado por José Ignacio Figueredo.          

Pero, el Capitán Corpóforo Medina logró sembrar dudas ante la asamblea, al sugerir que José Tomás Boves podía cometer la misma traición que había hecho Juan Montalvo en la batalla de San José. Seguidamente, en la misma asamblea intervino el Coronel Diego Jalón presentando una supuesta carta del indio jirahara y Coronel Juan de los Reyes Vargas, en la que conminaba al Comandante Boves a cumplir su promesa de levantar en armas al pueblo de San Carlos de Austria en contra de las fuerzas del patriotismo oligárquico.        

Allí la situación se le puso difícil a José Tomás Boves cuando pudo observar que el Coronel Diego Jalón se ensañaba en su contra; tratando de hacer realidad lo que le había dicho en las cercanías del puerto de La Guaira en 1.808. Justamente, cuando los franceses llegaron a ese puerto para que reconocieran el gobierno de de ocupación de José Bonaparte I en España.

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General Francisco de Miranda

El Coronel Jalón quién era su antiguo amigo de Puerto Cabello, gritaba a los independentistas mantuanos allí presentes, estas palabras: ¡Bien lejos con ese asturiano español de mierda, maldito sea él y su puta madre y todos los españoles…como dijo el General Simón Bolívar: A ellos sólo les espera la Guerra a Muerte!

Sin embargo, José Tomás Boves observaba con mucho cuidado los movimientos del Coronel Diego Jalón y las muescas que en su contra hacían en ese lugar; retorciéndose de la arrechera que tenía y entre dientes,  a voz muy baja expresó estas palabras: "A Diego Jalón, me lo pego yo en la primera oportunidad que me dé. Ya vas a ver gran carajo lo que te viene encima; ya vas a ver lo que te espera mal parido, ja, ja, ja".

Manifestando el Comandante Boves lo siguiente: ¡El gran carajo de Bolívar, él mismo se puso el título de Libertado. Y a estos pendejos caras de velgas, les dice que viene en nombre del Congreso de Colombia!

¿Qué bolas vale, ja, ja, ja?

Realmente, esto casi le costó la vida a Boves, gracias una vez más a la defensa que sobre él hizo don José Ignacio Figueredo quien con gran valor demostró la inocencia de José Tomás Boves y la falsedad de la carta que en su contra había presentado el Coronel Diego Jalón y Dochagavía. Acto seguido, el Congreso Constituyente de la 1ª República Mantuana decidió enviar al Marqués Juan Rodríguez del Toro e Ibarra al frente de un ejército ¿y qué patriota? con la misión de tomar la ciudad de La Nueva Valencia del Rey y quién al entablar combate con las fuerzas enemigas salió derrotado en el sitio de La Cabrera.     

Motivo este, que obligó al Marqués del Toro a entregarle el mando de sus fuerzas militares al Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez quien viendo pérdida la plaza de Puerto Cabello en manos del joven Coronel Simón Bolívar, decide firmar la Capitulación de San Mateo ante el jefe realista Capitán de Navío Juan Domingo de Monteverde y Ribas el 25 de julio de 1.812. Así de esta manera, perecía la 1ª República prostituyente y mantuana.

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Bandera de los godos mantuanos venezolanos

Al servicio del Rey Fernando VII

Una vez perdida la plaza de Puerto Cabello al mando del joven Coronel Simón Bolívar en julio de 1.812, le escribió un melancólico informe al Generalísimo Francisco de Miranda bajo estos términos:

"…Mi general, después de haber agotado todos mis esfuerzos físicos y morales –con qué valor me atreveré a tomar la pluma para escribir a Ud. habiéndose perdido en mis manos la plaza de Puerto Cabello Mi corazón se halla destrozado con este golpe aún más que el de la provincia…".

"…Mi general, mi espíritu se halla de tal modo abatido que no me siento con ánimo de mandar un solo soldado; mi presunción me hacía creer que mi deseo de acertar a mi ardiente celo por la patria, supliría en mi los talentos de que carezco para mandar. Así ruego a Ud… o que me destine a obedecer al más infino oficial, o bien que me dé algunos días para tranquilizarme, recobrar la serenidad que he perdido al perder a Puerto Cabello; a esto se añade el estado físico de mi salud, que después de trece noches de insomnio y de cuidados gravísimos me hallo en una especie de enajenamiento mortal….".

El Coronel Simón Bolívar dos días después le vuelve a escribir al Generalísimo Francisco de Miranda, de la siguiente manera:

"…Mi general… mi cabeza, mi corazón no están por nada. Así suplico a Ud… me permita un intervalo de poquísimos días para ver si logro reponer mi espíritu de su temple ordinario. Después de haber perdido la última y mejor plaza del estado, cómo no he de estar alocado, mi general De gracia no me obligue Ud. a verle la cara! Yo no soy culpable, pero soy desgraciado y basta…".

Pero, en ese mismo año de 1.812, el Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez con su vasta experiencia militar, comprende que el problema es que se estaba pasando de lucha de castas a lucha de clases, y va entendiendo que los mantuanos oligarcas, latifundistas y terratenientes estaban conspirando en su contra, porque lo creen parte de la casta de los pardos, debido a su origen de blanco de orilla. Esto trajo como consecuencia que él tuvo que depositar su confianza en otro blanco de orilla y líder del pardaje como lo fue el General de División José Félix Ribas y Herrera, quien era un hombre de gran energía, conocido como el hombre del gorro frigio, emblema de la libertad.

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Dr. Juan Bosch

Ex-presidente de República Dominicana

Además, los godos venezolanos y españoles le temían profundamente, ya que lo veían inclinado hacia la casta de los pardos; a quienes en algunas oportunidades había dirigido y jefaturado en diversas asonadas populares. Lo cierto del caso, fue que el General José Félix Ribas y Herrera tenía planeado tomar medidas extremas en hacer presos a todos los peninsulares y canarios, y por las nobles quejas de los patricios venezolanos, el General Miranda tuvo que destituirlo del cargo que le había asignado, siendo esta decisión su total perdición.              

Ya que el General José Félix Ribas y Herrera fue el único garante en la aplicación de las medidas duras que se tomarían en conformidad con las reales necesidades de ese momento histórico. Más sin embargo, el Dr. Juan Bosch, Ex-Presidente de la República Dominicana durante la invasión yanqui a su país en 1.962, escribió en su obra titulada: "De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe Frontera Imperial", lo siguiente:

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27
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