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Comandante Jose Tomas Boves, Timonel en la Libertad del pueblo venezolano (página 14)

Enviado por León Morales


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Esa madrugada salió el ejército camino de San Juan de los morros y a la media noche del día siguiente, el Comandante Boves mandó a citar a los notables en el Ayuntamiento. Asistieron unos 40 matrimonios, encajados en sus mejores galas.

Justamente, el Comandante Chepino González con 80 de sus mejores combatientes, hizo acto de presencia a las12 en punto de ese día fatídico para la godarría, quienes lanzas y cola e gallos en manos, degollaron a  esos enemigos del pueblo en esa citadina ciudad llanera. Los vagabundos y que patriotas comandados por el General Simón Bolívar tenían 2500 hombres y tomaron posiciones en el "Abra de la Puerta", a la entrada de los llanos. El mismo número de hombres que tuvo  a su mando el Comandante Boves en la Batalla de Mosquiteros.

El Taita Boves, con la experiencia del fracaso en Mosquiteros, en esta oportunidad tenía 8000 llaneros dispuestos a vengar la muerte de sus 400 compañeros degollados; debido a la traición de Tomás Boada, recientemente ajusticiado. Recordándoles a sus hombres sus hazañas y derrotas miliares, manifestándoles estas palabras: "Yo no les dije a ustedes, que a Tomás Boada nos los tiraríamos en el camino. Ya vieron con sus ojos lo que le pasó a ese miserable, porque un hombre pobre no puede traicionar a su gente por nada del mundo. Él tomó el camino equivocado y por eso está tumulado en este camino. Muchachos, ese es el trato inmisericorde que le dimos a los traidores; cuidadito pues, me sale otro equivocado".

Esta fue la antesala para los preparativos de la 2ª Batalla de La Puerta y entre los hombres del llano estaba el afro-descendiente Pedro Camejo, el mismito que año después simularon su muerte en la batalla de Carabobo en 1.821. Él estaba combatiendo al lado del Taita Boves, su gran mentor, padre y amigo.

El Comandante Boves para mediados del año 1.814, había construido un ejército de 15.000 hombres, el cual repartió entre sus comandantes; en donde solamente habían 70 personas blancas en sus tropas y unos 40 oficiales, ya que mayor parte de sus fuerzas estaban conformadas por gente provenientes de otras castas y razas.

¡Qué nefasto 15 de junio de 1.814, para las fuerzas reaccionarias del republicanismo constituyentita!

De pronto una polvareda y a todo galope en el infinito llanero apareció la figura señera, egregia y relampagueante del Comandante General de Calabozo, Barlovento, Apure y Oriente, en este caso, don José Tomás Boves de la Iglesia quien venía al frente de su legión infernal y de sus escuadrones de caballería, enarbolando oteante en los aires sus tétricos y temibles estandartes con los símbolos de las calaveras y fémures  cruzados, sobre sus hermosos corceles y punzantes lanzas.

¡La muerte rondaba por esos predios y parajes!

Los insurgentes agrarios del ejército bovista se desplazaron con  una fuerza compuesta por 5.000 hombres de caballería y 3.000 fusileros desde la Villa de Calabozo hasta el sitio de La Puerta, entre la Villa de San Luís de Cura y los Morros de San Juan; y el ejército republicano se estableció en el Abra de La Puerta. A las doce del día de esa histórica fecha comenzaron las hostilidades atacando El Taita Boves con 1.800 infantes y 2.000 jinetes; por el centro cargó el Coronel Francisco Tomás Morales Guédez con el Batallón "El Rey": las alas de la posición fueron atacadas por los cazadores de don Nicolás López quien a su vez estuvo apoyado por la caballería de don Juan Viso y don Julián Poncho.  

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General en Jefe  Simón Bolívar

 El combate fue muy recio y el General en Jefe Simón Bolívar con 2.300 hombres bajo sus inmediatas órdenes se batió con arrojo temerario y esmero, siendo auxiliado oportunamente por las fuerzas comandadas por el General en Jefe Santiago Mariño Carry, quienes desesperadamente trataban en detener al Comandante Boves.

El Comandante Boves con el grueso de la caballería se desbordó para atacar por la retaguardia al ejército republicano; el combate por parte de los patriotas oligarcas se empeñó con cierta ventaja, gracias a la superioridad de su infantería. Sin embargo, las fuerzas bovistas tomaron las alturas y envolvieron la posición.

El Coronel Diego Jalón y Dochagavía con sus baterías y cañones de bronce trató de frenar a las fuerzas del intrépido Comandante Boves, atacándole por la retaguardia, pero su gran heroísmo lo llevó al cadalso como mueren los valientes y héroes de extirpe hispánica, con la cara siempre puesta hacia el Dios de la guerra y la vida, a la temprana edad de 32 años.                                                                                                           

El Coronel Diego Jalón y Dochagavía en su juventud fue amigo y compañero del Taita  Boves en su viaje de España a Venezuela; llegando a convertirse después en uno de sus más encarnizados enemigos. En la 2ª Batalla de La Puerta cayeron en combate don Antonio Muñoz Tébar y don Rafael Antonio Mendiri, ambos secretarios del General Simón Bolívar; Manuel Aldao, Comandante del Batallón "Aragua", Pedro Sucre, hermano del Oficial Antonio José de Sucre y Alcalá; también sucumbió en ese trágico combate, Ramón García de Sena y Silva, jefe del Estado Mayor; Antonio María Freites, Comandante del Batallón "Cumaná"; Manuel Lobatón, Comandante del Batallón "Barcelona"; Teniente Coronel Pablo Silvestre y los comandantes Pablo Agüero y Gregorio Ángel, estos tres últimos jefes eran hijos de familias oligárquicas de la tierra neogranadina.

Los generales en jefe Simón Bolívar y Santiago Mariño Carry salieron derrotados en esta memorable jornada militar; la cual si se quiere fue muy sangrienta, quedando en el campo de batalla más de 3.000 muertos y los cuerpos inertes y sin suspiro de 1.000 representantes de la oligarquía de turno. Cabe destacar, que el Oficial Pedro Bárcenas Barreto actuó en esta batalla en funciones de médico militar y como Secretario del General Simón Bolívar.

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El Comandante Boves en su parte militar dirigido al Ministerio de Indias en España, expuso lo siguiente:

Cuartel General de La Victoria, 17 de Junio de 1.814.

Exmo. Señor.

El 15 del corriente se me avisó por las descubiertas que los rebeldes se hallaban formados en los campos de La Puerta. Inmediatamente hice formar mis tropas; las arengué señalándoles el paraje por donde debían marchar a La Victoria. Observe la posición ventajosa que tenían los revolucionarios en todas las alturas, con quebradas por derecha e izquierda, que les servían de emboscada, resguardada la infantería y la caballería por otro cerrito, en donde estaban montadas ocho piezas de cañón de bronce del calibre de a cuatro, y un obús de nueve pulgadas, mandadas por el infame español Diego talón, comandante general de aquel ramo.

Formé inmediatamente la línea, y dispuse atacarlos, mandando avanzar a los valientes capitán don Juan Viso, y comandante de cazadores don Nicolás López y al acreditado e intrépido don Julián Poncho, capitán de una de aquellas compañías por derecha e izquierda de los cerros apoyados de la caballería. El batallón del Rey, su comandante el teniente coronel don Tomás Morales, marchó por el centro, y yo con la caballería les corté la retirada. A pesar del fuego vivo de bala rasa y metralla que me dirigían a un tiempo los enemigos, toda mí tropa con el mayor valor e intrepidez tomo las alturas, pasando a cuchillo a todos los que se hallaron con las arenas en la mano. Nueve piezas de artillería, 1.300 fusiles, toda su caballería, ganados, botiquín, banderas revolucionarias, cajas de guerra y lo demás que conducían ha quedado en mí poder. La acción duró dos horas y media: la pérdida mía es de 40 muertos y 50 heridos; pero de los revoltosos han quedado muy pocos, aunque su número total era de 3.000 hombres, al mando de los libertadores Bolívar y Mariño, y me aseguran que este último ha muerto porque se ha encontrado su caballo aparejado.

Mis fuerzas consistían en igual número. Todos los oficiales, sargentos y soldados han llenado su deber, se han cubierto de gloria por segunda vez en dicho campo, y son dignos de premio. En otra ocasión pasaré a manos de V.E. una relación de los que más sobresalieron en la acción. Yo he silo levemente herido en una pierna y muerto mi caballo de un balazo. He tornado posesión del pueblo de La Victoria, y resuelvo marchar al punto de la Cabrera, a fin de acabar con Bolívar, que ha pasado por esta Villa con el objeto de reunir toda su fuerza en aquel punto y en Valencia, y con este golpe ofrezco quedará esta provincia pacifica. Nuestro Señor guarde a V.E. muchos años

Exmo. Señor

José Tomás Boves.

El Comandante Boves en otra misiva manifiesta que en esa victoria militar quedó en sus manos 9 piezas de artillería, 1.300 fusiles, toda la caballería enemiga, ganado y botiquín… Indicando que la batalla duró dos horas y media, y que sus bajas fueron las siguientes: "…40 muertos y 50 heridos; destacándose en cuanto arrojo y valentía el Capitán Don Juan Viso, el Comandante de Cazadores Don Nicolás López, Don Julián Poncho y el Comandante Don Francisco Tomás Morales Guédez…".

Carajo Lenin Yasser; El Taita Boves contento con este triunfo dijo las siguientes palabras: "…Los rebeldes enemigos de la humanidad, han sido derrotados completamente en La Puerta al mando de los Titulares Generales Bolívar y Mariño…".

Coño nojoda, después de 300 años de dominación imperial española, las riquezas que han estado en manos de esos muérganos mantuanos, a quienes nuestros gloriosos soldados nacidos en estas tierras y liberados de su total esclavitud en las haciendas de esos degenerados grandes cacaos, descendientes de aquellos conquistadores quienes esclavizaron a los indígenas nacidos en estos parajes y tierras; como a los  negros esclavos  traídos del África. Llevando esos grandes carajos  a este bondadoso y buen pueblo venezolano a la total miseria, destrucción, corrupción, prostitución, ladronismos, tragedia, dolor, esclavitud y muerte; porque quienes firmaron la Independencia de esta antigua Capitanía General de Venezuela eran todos hijos de españoles, algunos eran sacerdotes, otros militares y unos pocos licenciados en leyes y jurisprudencia; o sea, allí el pueblo no tuvo ninguna participación ni representación.

Ya que esa república era de terratenientes, hacendados y comerciantes esclavistas, quienes se convirtieron en dueños de las tierras, las riquezas y de las vidas de todos los seres que hacen vida en estas provincias españolas de ultramar. Por eso y  para siempre diré a los cuatro vientos, que gracias a ellos he estado mandando a este glorioso ejército del pueblo venezolano para liquidar de una vez y para siempre a esos pérfidos enemigos del pueblo; la paz regresará a estas tierras y sus ciudadanos serán felices porque con las armas conquistarán su verdadera libertad de todo yugo y opresión.

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Antonio Muñoz Tébar

Secretario del Libertador Simón Bolívar

El General Simón Bolívar sobre la 2ª Batalla de la Puerta el 15 de junio de 1.814, dijo lo siguiente:

"…Fue una sola desgracia experimentada en La Puerta, el 15 de junio último, para que se apoderase el enemigo de la provincia de Caracas… Perdido en aquella infausta jornada el único ejército que protegía la capital contra las incursiones del más feroz tirano, me vi en la dura necesidad de abandonarla…".

El Comandante Francisco Tomás Morales Alonso siguiendo instrucciones del Comandante José Tomás Boves, quién con un grueso de siete mil hombres y con una caballería fortalecida se dirigió al oriente venezolano tomando el camino del alto llano con el fin de librar combates y barrer a las fuerzas mantuanas republicanas que habían quedados diezmadas en la 2ª batalla de La Puerta, las cuales estaban en desbandadas.

El Comandante Boves dirigiéndose a si combatientes de la libertad, les manifiesto estas palabras: …Soldados de la libertad a mi mando hoy en este glorioso campo de batalla, recuerden para siempre y para los años venideros estas palabras de su Comandante en Jefe: "Sólo los Pobres podrán Liberar a los Pobres".    

En nuestro tiempo y en ese mismo  sitio  existe un arco monumental que nos recuerda para los postreros tiempos y venideros siglos, el lugar donde se libró la 2ª Batalla de La Puerta; actualmente pasa por su intermedio un río, el cual es el guardián y el mejor testigo de aquellos sucesos que se vivieron en aquellos tiempos y que llegaron a significar el derrumbe de la segunda república mantuana.

A partir de ese combate en La Puerta del Llano el 15 de junio de 1.814, podemos visualizar que el Comandante José Tomás Boves en verdad es el pionero del pensamiento socialista en Venezuela; de eso no hay dudas, ya que es muy cierto que él y sus fuerzas de combatientes por la libertad y la igualdad social aplastaron y destruyeron las bases y cimientos del régimen esclavista godo y oligárquico venezolano, escudado en un mantuanismo a ultranza y que hoy se traduce en las clases dominantes y la burguesía nacional.

Así que podemos decir a carta cabal, que aquel joven que vivió y participó en Caracas en los sucesos del 19 de abril de 1810 y que siendo parte del vulgo aglomerado en la Plaza Mayor, estando lleno del más profundo fervor patriótico pudo gritar a todo pulmón estas palabras: ¡Viva la Patria!

Aquel desconocido en el accionar político y militar en nuestra patria en esos días de incertidumbre, a raíz de los sucesos vividos era nada más y nada menos que don JOSÉ TOMÁS MILLÁN BOVES de la IGLESIA; quién mostró matices de ser un gran revolucionario entregado a las más nobles causas del pueblo llano venezolano, a quién debemos rendirle el culto que se merece por ser él uno de los mejores intérpretes de nuestro pueblo a través de los anales de su propia historia y más cuando estamos a la víspera del bicentenario de su muerte.

¡Viva Boves! ¡Viva el Marxismo Leninismo! ¡Viva el Pueblo Venezolano!

¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!

En la colina sur del portachuelo de La Cabrera fue construido "El Fortín", en donde se dio quizás, el más sangriento combate en los anales de la historia de ese fortín desde su construcción  desde 1.730 hasta los tiempos de la guerra a muerte en 1.814. El Comandante José Tomas Boves, después de la Batalla de La Puerta se dirigió a la ciudad de la Nueva Valencia del Rey. El General en Jefe Simón Bolívar y Palacios, tratando de cerrarle el paso a las fuerzas comandadas por el temible asturiano, les ordenó la defensa de el fortín al Teniente Pedro Castillo y al Teniente de Fragata Ildefonso Melero quienes contaban con 250 soldados de infantería y lanchas cañoneras con cien hombres apostadas en el lago de Valencia.

El Comandante Boves llegó a la fila de La Cabrera con un ejército de 2.000 hombres, y el 17 de junio hizo una masacre con los patriotas, pasando a cuchillo a todos los que ocupaban El Fortín, quedando decapitados más de 200 hombres. Los que consiguieron escapar del feroz ataque, lo hicieron a nado refugiándose en las islas o huyendo despavoridos hacia los valles de Aragua. Lo curioso de todo esto fue que el soldado distinguido Joseph Narciso de la Concepción López y Urriola se había incorporado al ejército del Comandante Boves en la ciudad de La Nueva Valencia del Rey y de la Anunciación, el 15 de junio de ese mismo año; bajo las inmediatas órdenes del Comandante Francisco Tomás Morales Alonso; debido a que su padre don Pedro Manuel López fue asesinado por los oligarcas mantuanos valencianos en esos aciagos días.

Don Narciso López y Urriola, ilustre francmasón venezolano quién llegó a ser General en el Ejército de España, y con el correr de los años se convirtió en uno de los libertadores de Cuba, siendo el diseñador de la actual bandera que hoy con dignidad y orgullo revolucionario enarbola ese heroico pueblo en nuestro tiempo, izándola majestuosamente el 19 de mayo de 1.850, en la siempre heroica población de Cárdenas.

Cabe destacar, que el General Narciso López y Urriola fue ajusticiado a garrote vil por las fuerzas imperialistas españolas apostadas en la isla de Cuba, y como un gran venezolano de extirpe libertaria quién en los minutos previos a su muerte en 1.850, gritó estas épicas palabras: "…Cuba, mi muerte no cambiará tú destino…".

Continuando con nuestros relatos históricos; yo, León Manuel Morales, por allá  en el año 1.969 y después de haber pasado varios meses bajo las inmediatas órdenes del Sub-Teniente (Ej.) Rafael Ángel Terán Berroeta, comandante del Primer Pelotón en la Compañía de Reemplazos de la antigua Escuela de Transmisiones de las Fuerzas Armadas Nacionales, hoy Escuela de Comunicaciones y Electrónica de la Fuerza Armada Nacional; cuyo lema es: "La Voz del Comando".

En esa oportunidad, la Escuela de Transmisiones de las Fuerzas Armadas Nacionales estaba al mando del viejo Coronel Arnoldo Cáceres Puerta egresado de la Escuela de Clases; decidiendo el Servicio de Transmisiones del Ejército en transferirme al Pelotón de Transmisiones del Comando de la 1ª División de Caballería con sede en San Juan de los Morros, Gran Unidad Táctica de Combate al mando del General de Brigada (Ej.) Rafael Augusto Augé Guillen quien tenía como su jefe de Estado Mayor al Coronel  (Ej.) Solís Antonio Martínez.

Durante el viaje que realizamos desde la ciudad de Caracas hasta el pueblo de  San Juan de los Morros en La Puerta del Llano, nos llegó a llenar de extrañeza el enigmático y ruidoso río que pasaba por debajo del arco que ante nuestros ojos impávidos simbolizaba como recuerdo para nuestras mentes, la acción de armas más trascendental llevada a cabo por las fuerzas insurgentes del pueblo en armas en los años terribles de 1.813 y 1.814. Y en una de esas paradas que tuvimos para comer algo en uno de esos ventorrillos que estaban en el camino, pasó algo improvisto entre nosotros, algo que nos llenó de curiosidad y que nos hizo acercarnos más al sentir de nuestro pueblo, a pesar de que todos íbamos con nuestros fusiles y morrales a cumplir nuestras tareas que nuestros jefes y oficiales nos tenían encomendados en esos duros años de vida militar.

¡Pero de pronto y como surgido desde los albores mismos del pasado, y de ese ayer ya casi remoto para nosotros apareció la figura campechana de un morador del lugar!

Era don Cayetano Peraza, quien con su firme y ecuánime voz, nos dijo estas palabras:

"Soldados, sí, en este sitio,

En las aguas del mismísimo Río Guárico,

El Taita José Tomás Boves peleó

La Segunda  Batalla de La Puerta"

"Sí, en este río que ven ustedes,

En vez de correr agua, lo que corría era sangre.".

"Sí, en muchos días los zamuros

Fueron los dueños de este lar".

Y aquel viejo anciano cargada su cabeza de inmensas canas, curtidas por los años, emocionadamente nos hizo enaltecer el sentimiento patriótico y nacionalista que estaba inserto dentro de nuestros corazones y mente. Gallardamente, él continuaba contándonos estos relatos históricos:

"Soldados, presten la atención debida a estos, mis relatos; porque así sucedieron las cosas en este campo de batalla y quiero que recuerden mis palabras para siempre, y más ustedes que son parte del ejército venezolano, ahora comprometido en una lucha contra insurgente en aras de eliminar a quienes en esta década de los años sesenta han osado levantar las mismas banderas por la liberación nacional que una vez enarbolara El Taita Boves".

"Soldados, ustedes deben ir sabiendo con mucha claridad quienes son  los verdaderos amigos del pueblo, como también quiénes son sus reales enemigos".

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Bandera de la República de Cuba, diseñada por el general venezolano Narciso López

  "Soldados, recuerden que por las luchas por la igualdad y justicia social cayeron en combate el Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, y los comandantes Fabricio Ojeda y Argimiro Gabaldón".

"Ellos como El Taita Boves fueron grandes amigos del pueblo pobre de Venezuela, en aquellos días de guerra hace más de cien años atrás y en estos últimos años que estamos viviendo en la década de los sesenta, en este siglo XX, donde lo que ha reinado es persecuciones, prisión, torturas, dolor y muerte".

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Comandante Fabricio Ojeda

El anciano prosiguiendo con sus palabras, nos dijo esto: "Aquí, justamente aquí; El Taita Boves ocupó ésta quebrada, dejándoles plena libertad a los mantuanos en su paso hacia la entrada de la Villa de San Luís de Cura que es su verdadero nombre, carajo".

"El Taita Boves ubicó a sus infantes en las quebradas y en esas planicies que están allí; véanlas bien, colocó a una gran parte de sus mejores jinetes y caballos. Y el otro grupo que era aparte de sus legiones los metió en la sabana, para de esa forma poder proteger a su retaguardia".

"El Taita Boves que de bruto nada tenía, organizó muy bien a sus hombres en el campo de batalla, diciéndole a sus comandantes y jefes estas palabras: "No quiero prisioneros algunos en esta vaina, que de hecho será una jornada muy sangrienta; así que me raspan o les dan muerte, que no hay que cargar peso amarrado".

Pasando lo que tenía que pasar en esos momentos; el General Santiago Mariño Carry quien era llamado el Libertador de Oriente, a todo tren cruzó con el grueso de sus fuerzas el Río Semen, tratando de ganar las alturas, colocó entre ellas al Batallón "Aragua"; y en su costado izquierdo, posicionó sus cañones; y en el flanco derecho, el resto de sus tropas a pie.

Carajo vale, el Taita Boves fue más inteligente que el General Santiago Mariño Carry; ya que lo atrajo hacia las llanuras poniendo de esa forma a los soldados del héroe de Bocachica a merced de sus lanceros. La  vaina fue seria vale; ya que los viejos nacidos aquí, muchos de ellos ya muertos, contaban en sus relatos, que en la misma mañana en que se dio esa batalla, el General en Jefe Simón Bolívar se le arrechó de tal manera al General Santiago Mariño Carry, que este último jefe tuvo que disculparse; ya que la táctica que empleó en el combate no se ajustaba a las exigencias mismas de la guerra y la misma era imposible aplicarla en ese terreno. Mejor dicho, la visión que sobre la batalla tenía el General Santiago Mariño Carry no era la más correcta.

En verdad, el General Simón Bolívar trató de cambiar los planes según su táctica y estrategia militar, pero las cartas ya estaban echadas. El enfrentamiento era un hecho más, era una gran realidad; hubo un momento que muy arrechamente dijo estas palabras: ¿Hasta cuándo querrá el general Mariño atormentarnos con su pretensión de mando, coño nojoda?

¿No considera él el mal que la hace a la Patria con esa sed que no apaga, carajo?

"El Taita Boves, sí, El Taita Boves los destrozó en este mismo sitio vale, aquí mismo en La Puerta del llano. Allí, sí, allí sucumbió el Batallón "Aragua" con su jefe el Coronel Manuel Aldao. Pero decían que el General Simón Bolívar trató de salvar la situación con energía, pero su caballería era muy cobarde, miedosa y si se quiere era muy débil; ya que se dieron a la fuga y dejaron a la infantería a merced de las armas del Taita José Tomás Boves".

El Historiador Francisco Tosta García, en una de sus obras históricas sobre esta batalla expresó lo siguiente:

"…El grotesco Boves, sin más ciencia que la de saber reunir hombres y caballos, no se ocultó de nadie ni hizo rodeos, ni estratégicos movimientos, sino que, como la cosa más natural del mundo, en abigarrado pelotón, salió de Calabozo para Caracas, limitándose a ejecutar las tácticas de los muchachos cuando juegan al escondite, ocultó la mitad del cuerpo entre los mogotes lanzó el rutinario ya, y fueron incautamente los patriotas a buscarlo en sus posiciones para entregarse como infelices papanatas. Tal fue esa batalla de la Puerta…".

El Taita Boves con esta victoria derrotó a los dos libertadores, a Bolívar y Mariño: ante este hecho, las fuerzas bovistas y las masas insurrectas en son de lealtad y obediencia alzaron sus armas, lanzas, chopos y sables hacia el cielo en son de libertad, dándoles un caluroso saludo a su bien amado y adorado jefe; en ese caso, don José Tomás Boves, el nuevo Amo y Señor de la Llanura".

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Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre y Alcalá

"El gran estratega de la guerra de la independencia"

Y quien desde esos momentos llegó a convertirse en el ángel liberador del pueblo esclavizado por el mantuanaje criollo venezolano; ya que las políticas imperiales de España estaban representadas en el Mariscal de Campo Juan Manuel Cajigal y Niño quien se mantenía al margen de esta guerra".

Ahora bien, el Comandante Boves si pudo comprender el papel que juega el pueblo en la búsqueda de su verdadera victoria en contra de sus opresores y esclavistas. Él sabía mucho sobre la guerra revolucionaria en estas tierras de nuestra patria; ya que los golpeteó constantemente a sus enemigos, nunca los dejó dormir y siempre estuvo al acecho sobre los movimientos que de un lado a otro hacían sus postas.

El Taita Boves al fin pudo cercar a los mantuanos en La Puerta del llano, rodeándolo por todos lados entre las zonas boscosas y las laderas, como en los caminos y ríos; estando sus patrullas al acecho y en vigilia constante sobre los movimientos que los oligarcas mantuanos hacían con su ejército en esas comarcas y sus zonas circunvecinas, contando para ello con la ayuda encomiable del pueblo pobre de Venezuela y en especial del llano venezolano. Luego actuó como un estratega revolucionario, dirigiendo él personalmente todas las operaciones militares, entendiendo que ir en contra del pueblo jamás se puede vencer en combate alguno, de esa forma se convierte en el mejor guerrillero del llano y en el máximo jefe de la revolución venezolana en aquellos días de tragedia, dolor y muerte.

En verdad, su mejor intérprete en esta etapa contemporánea de nuestra historia latinoamericana es visible en la lucha revolucionaria y guerrillera llevada a cabo por el Comandante Ernesto "Ché" Guevara de la Serna quien manejó muy bien las máximas bovistas de golpear y golpear sin descanso; movilidad, vigilancia, desconfianza y hacer realidad un ideal.

El Historiador Francisco Tosta García sobre la acción militar del Taita Boves en la 2ª Batalla de la Puerta, el 15 de junio de 1.814, señaló lo siguiente:

"…El Boves conductor de masas, el

líder militar por excelencia, el hombre implacable con ganas de triunfar, es el Boves vencedor. Si alguien puso en práctica en todo su espíritu el muy cuestionado Decreto de Guerra a Muerte, fue José Tomas Boves le dio la verdadera vigencia ya que no perdonaba vidas a sus prisioneros de guerra, esta actitud la demostró en la batalla de la Puerta…".

Después de la desastrosa 2ª Batalla de La Puerta, el General Santiago Mariño Carry y el Oficial Antonio José de Sucre y Alcalá logran embarcar con un contingente muy pequeño de oficiales en el puerto de La Guaira, trasladándose a la ciudad de Barcelona "La Nueva", adonde arriban el 24 de junio de  1.814.

"Soldados…, El Taita Boves era nuestra redención hecha realidad".

¡Así sería la magnitud del combate en la 2ª batalla de La Puerta!

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El Comandante Boves después de la 2ª  Batalla de La Puerta dirigiéndose a sus soldados les arengó con estas palabras: "Muchachos, ustedes hoy en el abra de La Puerta del Llano se han vestido de gloria; sus bríos, atrevimientos y estado anímico le ha exaltado a todos el valor de la valentía misma; ustedes con sus bayonetas, sables y lanzas en manos le han perdido el miedo a la muerte, consagrando sus vidas en pro de la libertad, dispuestos siempre a perecer por el más noble de los ideales, como es el de ser hombres libres".

 "Muchachos, he allí a los enemigos del pueblo tendidos para siempre hasta los albores de los tiempos y las edades; cuando vuestros descendientes sepan de vuestras proezas, seguro estaremos querrán emularlas en los tiempos por venir, hasta que en verdad puedan conquistar la igualdad absoluta y el legítimo derecho a ser libres en estas tierras bendecidas por Di_s".

"Muchachos, es por ello, que hoy usamos la violencia del pueblo como arma liberadora en contra de las injusticias a la cuales nos someten los esclavistas mantuanos en estas tierras, quienes con su poder económico pretenden someter a perpetuidad a los más débiles; en este caso, a ustedes y a sus familias".

Hay quienes dicen que el Generalísimo Francisco de Miranda desde su prisión como reo de la corona española en la Carraca de las Cuatro Torres de Cádiz y  en relación a la perdida de la primera república mantuana, al saber los avances del Comandante José Tomás Boves como máximo líder de las castas más empobrecidas del pueblo venezolano en los aciagos días del año 1.814, dijo en latín estas palabras: "…SOLICITUDINEM FACIUNT ET PACEM APPELLANT…".

También contaban que en una de esas batallas hicieron preso al joven Subteniente Faustino Figueredo, hijo de don José Ignacio Figueredo, amigo del Taita Boves; dicho joven tratando de que no lo condenaran a muerte le dijo estas palabras al Taita Boves: "Comandante Boves, recuerde siempre los servicios que en su favor le prestó mi padre don José Ignacio Figueredo en el pueblo de San Carlos de Austria".

En eso el Comandante Boves le expresó lo siguiente: ¡Muérgano, bien muérgano eres tú Faustino. Maldito bastardo!

¿Cómo te atreves a cobijarte en la persona de tú padre?

¡Ese si fue un gran hombre, un hombre de verdad, con guáramo y las bolas bien puestas. Pero tú eres un muérgano!

 ¿Cómo te atreves a pelear con los oligarcas en contra de tú pueblo?

"Faustino, te voy a perdonar. Pero, te voy a joder como es debido, nojoda. Ya vas a ver lo que te va a pasar, de la tremenda paliza que te voy a mandar a meter no te va a salvar nadie, ya vas a ver, nojoda".           

"Antoniote, Antoniote, rápido, rápido, vale; a este muérgano me le das 50 latigazos por rata inmunda, ya que don Ignacio siempre estuvo al lado de la justicia, la libertad y las causas nobles. Vamos Antoniote, me le metes 50 vergajazos a culo limpio y en popa, nojoda".

Viéndolo bien, Lenin Yasser; allí se luchó por nuestra liberación definitiva del yugo opresor esclavista; en La Puerta del llano, la muerte fue la reina del lar; llegando esa batalla en convertirse en un claro y manifiesto aviso de exterminio en contra de las castas dominantes, quienes con sus políticas aberrantes se creían poder derrotar por la vía de las armas a las castas más empobrecidas.

Carajo, fíjense como fueron las vainas, vale. Resulta, que en un momento previo, después de la victoria, El Taita Boves reunió a sus hombres, haciéndole la siguiente pregunta: "Negro Andrés Machado, recuerda muy bien que yo se que tú fuisteis mayordomo en el Hato Casupita, propiedad de quién hasta ayer fuera mi compáe. Mejor dicho, estoy hablando del General Pedro Zaraza".

Entonces, Machado: ¿Dime a qué casta perteneces tú?

Y éste le respondió al Comandante Boves con estas palabras: "Taita Boves, yo soy tan negro como Milonga, el zambo Hurtado o Pedro Camejo. Yo creo que pertenezco a la casta de los negros libertados por usted, Taita".

"Taita en relación al traidor Pedro Zaraza, debo decirle que él anda por ahí diciendo que le tiene tremendo culillo a usted, que sabe lo que le espera cuando usted le ponga las manos encima".

El Taita Boves le contestó a Machado, de esta manera: "Mira Machado, es cierto; a mi compáe Zaraza si lo agarro lo voy a freír vivito en aceite, porque él estaba combatiendo con nosotros; pero como todo sinvergüenza arrastrado se fue con el ejército mantuano, para estarnos jodiendo la paciencia, no te preocupes Machado, de ese me encargo yo y la Divina Providencia, ya verás".

"El compáe Zaraza es un muérgano, fíjense que ese carajo tiene una esclava llamada Joaquina, cuya hija María y su hijo Francisco son manumisos de ese bastardo mantuano de mierda. Ese tipo desde ya dejó de ser mi compadre, porque quién esclaviza a su pueblo es un coño e madre; eso es lo que es él".

En ese instante, El Taita Boves le pregunta al barbero Chepino González quién es su Comandante de Vanguardia, lo siguiente: ¿A qué casta perteneces tú, Chepino?

Y éste le respondió de esta manera: "Comandante Boves, yo pertenezco a la casta de los blancos de orilla".

¿Explícale a la gente aquí, qué guebonada es esa de "blancos de orilla, nojoda, Chepino?

"Chepino, recuerda siempre que no podemos cerrar los ojos de par en par, cuidado con una vaina, pues. Y si algo no se te debe olvidar Chepino, es no desesperarte nunca, debes ponerte a pensar bien las cosas y podrás ver que las ideas te llegarán muy pronto, vale".

Y Chepino González le contestó: ¡Como usted lo ordene, Comandante Boves!

Y el Comandante de Vanguardia Chepino González siguiendo las órdenes del Taita don José Tomás Boves les explicó a sus soldados lo siguiente: "Carajo muchachos, esos mantuanos hijos de perra siempre nos han jodido en estas tierras, con esa mariquera y que  blancos de orillas. Nos dicen así porque nunca hemos vivido en los cascos de las ciudades sino en sus propias orillas, como perros de mala muerte. Por eso les tenemos grandes arrecheras a esos blancos oligarcas malditos y mal paridos".

¡Es todo lo que puedo decir, Comandante Boves"

Y usted Comandante Morales: ¿A qué casta pertenece, nojoda?

Y él le respondió sumisamente de esta forma: "Carajo, Comandante Boves, a la casta de los pardos".

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Llanero venezolano en los tiempos del Taita Boves

En eso, algo enardecido el Comandante José Tomás Boves, les gritó: "Coño nojoda, ustedes no son esclavos, ni negros, ni mulatos, ni indios, ni blanco de orillas, ni pardos, ni zambos, ni cuarterones, ni dravinios, ni quinterones".

"Carajo, ustedes son VENEZOLANOS, nojoda; eso es los que son ustedes y por esa vaina es que yo me he jodido con ustedes en esta guerra para que comprendan que son venezolanos".

"Y para estar en esta guerra tienen que tener dignidad de ser venezolanos, porque de lo contrario ustedes se estarían irrespetando a sí mismo, y esa ausencia de amor es lo que ha hecho que ustedes no se encuentren consigo mismo".

¡Con ustedes es con quien vamos a construir esta nación, carajo!

¡Ya basta de tanta vaina!

Y más luego el Comandante Boves sacando de la faltriquera de su caballo un documento, les dijo a sus soldados allí presentes estas palabras: "Muchachos, allá en la isla de Cuba, sí, por allá mismito, el cura Félix Varela y Morales a favor de los esclavos dijo estas palabras, que sé que les llegarán a las profundidades de sus propios corazones, porque para esa vaina están aquí luchando en contra de sus opresores, de mis opresores, como en contra de los godos y mantuanos".

Estas fueron sus palabras:

"…Y estoy seguro de que el primero que dé el grito de Independencia tiene a su favor a casi todos los originarios de África. Desengañémonos: Constitución, libertad, igualdad, son sinónimos y a estos términos; repugna los de esclavitud, desigualdad de derechos. En vano pretendemos conciliar estos contrarios…".

Oye Lenin, lo que te voy a decir, el francmasón conservador español don José Ortega y Gasset en su obra "La Rebelión de las Masas", nos indica: "…La masa en rebeldía ha perdido toda capacidad de religión y de conocimiento…". "…Los demagogos han sido los grandes estranguladores de las civilizaciones…".  

Caramba, Lenin Yasser; yo creo que esa fue la primera vez que nos dijeron en nuestra historia patria que éramos venezolanos, desde allí es cuando comienza nuestro verdadero gentilicio, el de ser venezolano; gracias al Comandante José Tomás Boves. En verdad, a partir de esos momentos las castas quedaban fusionadas para siempre como un solo pueblo armado bajo un ejército popular, que bajo la conducción acertada del Taita Boves acabaron con los mitos republicanos de la 2ª República mantuana.

Los derrotados en su marcha y a causa del fragor del combate vivido, algo extenuados, exclamaban con voz sigilosa: "…Boves nos derrotó en La Puerta y acabó con nosotros…".

Lo que en verdad sucedió en la 2ª Batalla de La Puerta fue que los mantuanos criollos subestimaron al Comandante Boves, ya que nunca pensaron que entre sus fuerzas habían zapadores y soldados bovistas quienes transmitían todos los movimientos de sus tripas ante el campamento y Cuartel General del Taita Boves quién estuvo verificando cada información antes de preparar sus cargas de caballería en tan codiciado momento.

Una vez derrotadas las fuerzas mantuanas en la 2ª Batalla de La Puerta en su época y con el transcurrir de más de una centuria, el afamado escritor Arturo Uslar Pietri en su obra "Las Lanzas Coloradas", página 149, Nº 18, de la Colección Libros Revista "Bohemia", escribió lo siguiente:

– Venimos derrotados-

– ¿De dónde?

– De La Puerta.

– ¿Los derrotó Boves?

– ¡No! ¡Acabó con nosotros!

– ¿Mucho Muerto?

– Casi todos.

– ¿Para dónde van?

– Nos dijeron que habían fuerzas aquí, en La Villa.

Y en verdad entender a la clase dominante  en sus propias contradicciones nos llevan a analizar mejor esos grandes acontecimientos épicos y militares que se dieron en el pasado; ya que ellos mismo burilando tales hechos dan a conocer que sin misericordia alguna llevaron al matadero a su propia gente. El antes mencionado escritor de la burguesía venezolana y ultraderechista de formación ideológica, a pesar de que fue Ministro de Relaciones Interiores en el gobierno del General de División (Ej.) Isaías Medina Angarita entre 1.941 y 1.945, en la página 145, ante el martirio de su propia gente, escribió lo siguiente:

-       La batalla será muy dura. De los dos lados hay coraje. Y como concluyendo:

-       ¿Ustedes saben cuánta tropa tiene Boves?

-       Si  –respondió Bernardo-, usted mismo nos dijo que siete mil jinetes.

-       Si. ¿Y cuántos creen que son los nuestros?

Y sin esperar la repuesta agregó, gritándolo, mientras se paseaba aún más vertiginosamente:

-       Tres mil hombres… ¡Tres mil hombres, nada más!

-       (…) – Nos van a sacrificar –gritó al fin.

Bernardo quiso calmarlo.

-       ¡No, no! ¡Déjame! ¿Por qué? ¿Por qué nos quieren sacrificar? ¿A quién sañamos con vivir, a quién hacemos mal con solamente vivir? Nos van a matar a todos.

Esas actitudes son muy parecidas a la que la burguesía venezolana practicó en la Plaza Altamira entre los años 2.001 y 2.003, en donde asesinaron a su propia gente, al igual que las practicas genocidas que acometieron en Puente Llaguno en donde le dispararon a su propia gente y que quedaron recogidas en graficas testimoniales que nos hacen ver que no tienen escrúpulos para hacer tales actos fascistas en contra del pueblo venezolano, aún cuando profesen desmedidamente hasta su propios conceptos ideológicos.

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General Rafael Urdaneta Farías

"Símbolo  encapillado de la lealtad bolivariana"

Y los centauros llaneros vencedores, en sus cantos al compás de las cuerdas de sus guitarras y arpas, recitaban esta cuarteta:

"…Bolívar, ¿Do están tus tropas?

-No preguntes zoquetadas.

¡Mis tropas son de mujeres

Y andan hoy de retirada…!

Hay que decir, que en ese sangriento combate resultó herido en una pierna el Comandante Boves, cayendo muerto su caballo de un balazo; y después de haberse sepultado los muertos y visitado los heridos le envió un emisario a don Francisco Rosete dándole noticias de la victoria que obtuvieron sus tropas en contra del ejército republicano y a su vez le giraba órdenes que tomara por asalto a los pueblos aledaños a los valles del Tuy, a fin de frenar la ayuda que el general Simón Bolívar le había ofrecido al Coronel Juan de Escalona y Oviedo en cuanto a pertrechos y hombres se refería, para que a todo trance pudieran defender a Valencia del Rey.         

El Coronel Juan de Escalona  se preparó a resistir a los embates a que lo pudiera someter el Comandante Boves en la ciudad de Valencia; quién tuvo que valerse de 35 artilleros para defender la plaza, y con un contingente aproximadamente de 325 hombres, en donde habían soldados heridos en combates y algunas personas que estaban bajo cuidado médico, como de algunos que estaban como reos en la cárcel de la ciudad; preparando a la gente y abasteciéndolos de carenes de res, agua, chivos y burros, preparándose para soportar las embestidas del valiente asturiano quién era el líder fundamental de las masas oprimidas como lo fue el Comandante José Tomás Boves.

Lo cierto es que estando allí la negra María de los Ángeles Lozano, el Comandante Boves pasó a decirle, lo siguiente: "Mira María, la Constitución Liberal de Cádiz en 1.812, le otorga derechos ciudadanos iguales para los españoles, pero en estas tierras, también a todos los que descienden de africanos traídos como esclavos desde el África o de las colonias españolas, como ustedes, nojoda; con la diferencia que ustedes hoy son libres, porque por esa vaina han luchado en contra de sus vulgares opresores y amos".

 "María, esa constitución dice que ustedes tienen derecho a los estudios, para que conozcan las ciencias y para que hagan carreras para curas o monjas en esa mal llamada santa iglesia católica, que de santa no tienen un carajo; ya que esos bichos tienen esos privilegios malditos de nobleza, que seguro estamos acabaremos para siempre en estas tierras, ya que nada de esas vainas pueden promulgar la desigualdad entre nosotros".

"Sabemos que es muy difícil que la constitución se lleve a cabo, ya que a los mantuanos de estas tierras no les interesa esa vaina; ya que gracias a la trata libre, esos maricones godos y sus putísimas mujeres han estado entrabando su aplicación, ya que esos malditos aún desean continuar en sus afanes esclavistas".

"Es por ello que debemos pelear hasta vencer o morir y para ello ningún godo debe quedar vivo en estas tierras. Ya que de no ser así, entonces no podremos construir la patria que aún añoran los venezolanos, si señor".

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Prof. Víctor Juvenal Aguinagalde

Al igual que estas palabras del Taita Boves, Monchy Font Álvarez en la obra de Stefan Zweig, titulada: "Magallanes", señala así: "… Porque nadie descubre lo que existe…". "…Sería bueno discutir hasta donde ansiaba la santa iglesia conquistar almas, si esto iba en detrimento de conquistar tierras y dineros que llenarán las enormes arcas vaticanas…".   

Seguidamente, tomó la palabra en la Mesa Redonda el jovencito Anderson Juvenal Aguinagalde Monterola y dirigiéndose a su padre Víctor Juvenal Aguinagalde le hizo la siguiente pregunta: ¿Qué hizo realmente el Comandante Boves después de la 2ª Batalla de La Puerta, papá? 

  Anderson, el Comandante Boves como todo buen militar con formación si se quiere académica, envió una avanzada de 1.500 hombres de sus fuerzas hacia la ciudad de Caracas, la cual iba al mando del Comandante Ramón González; diciéndole estas palabras como si fuera una orden a ejecutar en Santiago de León de Caracas: "Comandante Chepino González, usted desde este momento es mi comandante de vanguardia en avanzada hacia Caracas y de mi parte recuerde siempre, que el General Napoleón Bonaparte en una de sus máximas les decía a sus generales de avanzada estas palabras, como si yo mismo se las tuviera dando a usted en estos momentos, carajo".

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El Taita José Tomás Boves

1º.- Usted debe tener  excelentes guías conocedores de los caminos y atajos.

2º.- Al llegar a los diferentes poblados en el trayecto, interrogue a los curas y a quienes dirijan el correo y las postas.

3º.- Usted debe mantener buenas relaciones con los visitantes.

4º.- Siempre en sus avances envíe espías adelante.

5º.- Intercepte el correo enemigo para ponernos en sus cartas, despachos, relieves; y le agradezco que de inmediato analice a nuestros contendores en ese trayecto.

6º.- Usted debe responderme por el total cumplimiento de mis expresas órdenes a mi arribo a esa ciudad de Caracas, sometiendo y pasando  por las armas a los enemigos del pueblo venezolano y de nuestra santa causa, que es patriótica y revolucionaria en pro de los más necesitados.

7º.- Si usted me atrapa al negro Isidoro Liendo, al mestizo Giselo Sojo, al zambo Telmo Romero y al mulato Nicanor Pantoja, me los despacha para el otro lado sin misericordia alguna. Ya que esos malos hijos de este pueblo se han convertido en delatores de sus propios hermanos de castas y en vulgares serviles de sus amos.

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General Juan Bautista Arismendi Subero

El adalid de la Isla de Margarita

"Ya que esa vaina no se las podemos seguir tolerando, porque detrás de sus disfraces de administradores, mayordomos y capataces en las haciendas estén atropellando con sus látigos a las humildes mujeres, hombres y niños que son explotados vilmente en esas plantaciones en manos mantuanas y oligárquicas".

"Así que una vez hecho presos esas alimañas, me los ahorcan a la velocidad del rayo, para escarmiento a todos aquellos serviles que aún les prestan servicios a nuestros enemigos en armas".

"Vaya pues Chepino, cumpla con su deber de soldado; en Caracas nos veremos muy pronto, cuando victorioso arribe a ella con mi ejército vencedor en decenas de combates, una vez pacificada la ciudad de Valencia del Rey".

"Chepino, Chepino, ah caray, vale; usted al llegar a Caracas de inmediato me publica un bando o mandato, en la cual me le indica a sus pobladores las disposiciones que ya le expuse para poder pacificar a esa gente, y mis órdenes se cumplen, o en su defecto se paga con la vida; por allá no debe quedar con vida ningún godo mantuano y las propiedades de esos degenerados deben serle entregadas a los más necesitados, sin formulas de juicio".

¿Me ha entendido usted la orden, Comandante Chepino?

Y este le respondió de esta manera: "Sí, Comandante Boves; sus órdenes se cumplen, se acatan  y no se objetan nunca; tenga fe usted, que llegaré a Caracas y en su nombre la tomaré, pá que esa pobre gente vuelva a ser libre y feliz, y puedan contar con una patria que no conocen pero que tiene nombre, VENEZUELA, como a bien usted se lo ha pregonado usted, Comandante Boves".

Y el Taita le manifestó lo siguiente: "Comandante Chepino González, la lucha que hoy concebimos es la repuesta que hoy  le estamos dando al mantuano General Simón Bolívar quien ha tratado de matar al pueblo venezolano con su tal decreto de Guerra a Muerte".

"Ya que nuestra lucha armada es parte de la guerra popular que estamos desarrollando ante la acción asesina que sobre estas tierras y en contra de los más pobres han desarrollado los 300 oligarcas neogranadinos quienes con Bolívar a la cabeza luchan en defensa de sus reales intereses de casta dominante en estas tierras de Venezuela; siendo este  el motivo por el cual nuestras fuerzas militares siempre han estado  a la ofensiva desde que las hostilidades mismas se han venido dando".

¿Pero, quién coño é madre  en este país no es descendiente de isleños de Canarias o de españoles peninsulares, nojoda?

"Repito una vez más, esa proclama de Guerra a Muerte es atentatoria en contra del derecho de gentes y por eso le responderemos en iguales términos".

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Doña Luisa Cáceres Díaz de Arismendi,

Heroína de la Independencia

Y dirigiéndose a sus soldados, les gritó estas palabras: "Muchachos, desde ya ustedes no serán más seres serviles en esas haciendas, como tampoco serán peones de los mantuanos criollos y godos peninsulares, y menos de esos perversos sacerdotes, curas y monjas; y desde ya no le paren más bolas a las leyes españolas en estas tierras".

 "Muchachos, desde hoy ustedes son la ley y cuando capturen a cualquier hacendado o comerciante enemigo de nuestra Santa Causa, irremediablemente me lo pasan por las armas. Eso sí, sin confesión alguna, porque hasta en eso son mentirosos esas piltrafas humanas".

Fíjense ustedes: ¿Qué guebonada es esa de que los negros no pueden viajar ni  andar de noche por las calles, ni portar armas, y nuestras mujeres no pueden usar prendas ni mantas de seda?

"De ahora en adelante redimiremos los pies de nuestros hermanos engrillados por la casta dominante".

Más sin embargo, el mulato Antonio Quiñónez, hijo del pueblo de Curiepe en las costas barloventeñas, le dijo al Taita Boves lo siguiente: "Taita Boves, muchos de nuestros hermanos andan fuyendo por las montañas, que es donde se respiran aires de libertad y si los agarran los ahorcan o los someten a cruentos azotes  públicos".

Sobre esto, el Taita Boves le contestó: "Caramba mijito, mírame a la cara, no me quites la vista, no me sigas echando ese cuento, porque esa vaina yo la he vivido en carne propia, y para eso estoy combatiendo con ustedes, para que más nunca nadie los atropelle y los vuelvan a esclavizar: muchacho, yo sé que tú eres valiente con la lanza en las manos, eres un buen guerrero, ve con decenas de hombres como tú y busca a los mantuanos y godos en donde se encuentren y extermínenlo de la faz de la tierra misma, ya que nuestra lucha es por la igualdad y la libertad".

A susurra el negro Blas Sojo le cunchunchea en el oído al zambo José Luís Ugueto, estas palabras: ¿No será que el Taita Boves es un gran mentiroso, José Luís?

¡O cómo dicen los oligarcas, un demagogo más que nos anda halagando para que hagamos lo que él dice!

 Con gran sigilo y preocupación, el zambo José Luís Ugueto le dijo al negro Blas lo siguiente: "Cuidadito Blas, con lo que has dicho ahorita;  coño, porque si el Comandante Boves te oye diciendo esas guebonadas, seguro estoy que te desollaría vivo, vale".

En eso Blas Sojo se persignó y con un gran culillo expresó estas palabras: ¡Puta que me parió, Ave María Purísima y el Di_s Altísimo me agarren confesado!                                              

Al llegar dicha noticia a Caracas generó caos, incertidumbre y preocupación en los círculos de la oligarquía caraqueña; contribuyendo esto con el pánico, miedo y terror en todos los moradores de la ciudad, quienes estaban aterrados a causa de las publicaciones que daba la Gaceta de Caracas, donde se publicaban noticias muy malsanas y algo aterradoras, donde informaban a los vecinos y pobladores de esa ciudad, que el Comandante Boves en su arribo la saquearía y asesinaría a todos sus habitantes y pobladores.

El Comandante Boves vencedor en tan heroica jornada militar se dirigió con sus envalentonados hombres hacia la ciudad de Valencia del Rey, ocupando el paso de La Cabrera el 17 de junio de 1.814. En este mismo día, el General Simón Bolívar bastante preocupado por la situación que vivieron las tropas mantuanas en la 2ª Batalla de la Puerta, en una actitud desesperada dictó el siguiente decreto:

 "…Por ley marcial se entiende la cesación de toda otra autoridad que no sea militar Todos los ciudadanos se presentarán antes de tres horas cumplidas después de esta publicación, con sus armas y todas las bestias y monturas que posean, en la Plaza Mayor, donde se les dará destino…".

Cabe destacar, que ese era el Camino Real hacia Caracas y estaba como a 12 leguas al oeste del pueblo de Maracay, dicha senda pasaba por entre dos cerros de mediana elevación formando así un desfiladero, en las cuales  las fuerzas republicanas tenían como un área defensiva para tratar de impedir por todos los medios posibles el tránsito de las tropas bovistas hacia la ciudad de La Nueva Valencia del Rey.

La dirección del desfiladero era aproximadamente de este a oeste y estaba cortado por unas zanjas que eran muy profundas, en  el cual las tropas republicanas tenían apostadas algunas piezas de artillería, que a su vez estaban dirigidas por el Coronel José María Sacramento Fernández, quién era de origen marroquí español y estaba casado con la caraqueña doña Rosa Miranda y Rodríguez, hermana del Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez quien para  esos momentos era reo de la corona española en la fortaleza de las Cuatro Torres de Cádiz en España. El Coronel Fernández cayó herido de muerte defendiendo el Paso de La Cabrera.

El Comandante Boves  en su avance con su ejército corría el riesgo de ser atacados por las embarcaciones armadas que se encontraban apostadas en las inmediaciones del lago de Valencia. Pero resulta, que había otros dos senderos; el primero cruzaba por el sitio de El Portachuelo a unas 1.200 varas de distancia del Camino Real. Justamente, por allí fue por donde pudo pasar El Taita Boves. Pero, había otro sendero que atravesaba el sitio y era conocido como El Picacho, el cual era de fácil paso tanto para las tropas a pie como a caballo. Las fuerzas bovistas atacan al pueblo de Guácara el 18 de junio de ese mismo año.

El Dr. J. M. Oropesa, Asesor de la Intendencia de Venezuela, le manifestó a don Dionisio Franco, otro realista más, en carta del 18 de junio de 1814, lo siguiente:

"…El riesgo que corremos es inminente. Sólo la consideración de que defendemos una causa en que se interesa la religión, el rey y nuestra propia tranquilidad y quietud pudiera damos valor para ver de cerca, sin huir, un riesgo y un peligro que nos va a traer una escena más inhumana y trágica que la que sufrimos. Está ya al presentarse a cara descubierta, pues está en ejecución con embozo. Los blancos somos el objeto…".

El Comandante Boves se acercaba a la ciudad de Valencia del Rey con un contingente de 5.000 combatientes, agregándosele en el trayecto 1.000 soldados más, quienes pertenecían a la división del Mariscal de Campo Juan Manuel Cajigal y Niño. Imponiéndole sitio y cerco militar a tan histórica ciudad a partir del 19 de junio de 1.814.

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Esclavizada afro-ascendiente venezolana

En los tiempos de la Colonia

La avanzada del Comandante Ramón "Chepino" González con una columna de 1.500 hombres se encontraban cercanos a Caracas en donde reinaban los temores sobre los avance de los zambos Machado y Hurtado, ya que de llegar primero a dicha ciudad, de seguro pasarían por las armas a todos los enemigos del pueblo en los valles del Tuy.

El General Simón Bolívar creyó que podía enfrentar la conflictiva situación dentro de Caracas; fortificándola como una ciudadela, armándola, abasteciéndola y guarneciéndola; preparándose para una resistencia larga con contingentes de tropas prestas para su total defensa y para servir de baluarte final de la resistencia. Dicho complejo fortificado abarcaba una extensión de 25 manzanas de casas comprendidas entre las esquinas de Cuartel Viejo, Abanico, Dr. Díaz y La Gorda; estando incluida la Plaza Mayor en el recinto.

En esta obra participaron unos 600 trabajadores más o menos, los cuales estuvieron dirigidos por el interventor Pío de Arce y el maestro de obras Juan Antonio Madera; quienes contaban con 16 fortines y varias baterías; además de fosos, falsabragas y una muralla de circunvalación. Carajo, la ciudadela fue construida como refugio de la población civil, para seguridad de valores, provisiones y material de guerra, y sobre todo para llevar a cabo una resistencia prolongada. Ante esta situación, el General en Jefe Simón Bolívar optó por enviar al General en Jefe José Félix Ribas y Herrera a enfrentar la avanzada del Comandante de Vanguardia Ramón González quien con sus escuadrones de caballería aceleradamente se acercaba a Caracas.

El General Simón Bolívar le solicitó a la Junta de Arbitrios y de Guerra sesionara ampliamente a fin de comprometer a las personas más influenciadas políticamente. De esa forma, le dieron vida legal a la Junta de Padres de Familia el 28 de junio, ejerciendo el gobierno civil en dicha ciudad, cuyas recomendaciones fueron acatadas por el jefe militar

En verdad, esa Junta se empeñó hasta última hora en esperar al enemigo entre las defensas construidas, enarbolando las consignas de: "…nadie se va, aquí  moriremos todos…"

Los republicanos trataron de fortalecer sus fuerzas con tropas traídas desde el puerto de La Guaira, las cuales entre los días 2 y 3 del mes de julio arribaban a Caracas. Más sin embargo, el día 5 del mismo mes se agravaba más la situación. Ya que las fuerzas bovistas procedentes de los valles de Aragua se acercaban a Caracas a través de los valles del Tuy.

El General José Félix Ribas y Herrera con sus tropas detienen momentáneamente a las fuerzas del Comandante Ramón González en el sitio de Las Cocuizas. Lo curioso de siempre, fue que el Dr. Narciso Coll y Prat en su condición de Arzobispo de Caracas le envió una misiva al Comandante Boves a su Cuartel General. Ya que notaba con mucha preocupación las actitudes desenfrenadas de los godos y oligarcas mantuanos caraqueños, quienes andaban en desbandada. Manifestándole en la misma, que una gran cantidad de personas notables a su entrada en Caracas le harían entrega de la ciudad sin poner condiciones algunas.

Y en entre dientes ese alto prelado de la iglesia católica dominante en esa etapa colonial española, dirigiéndose a sus acólitos y allegados en el Arzobispado sobre el ímpetu arrollador del Comandante José Tomás Boves, expresó lo siguiente: "…Boves era un héroe para destruir, no un hombre para edificar…". 

¿Para edificar qué maldito granuja, embatolado de mierda?

El clero caraqueño estaba encerrado en sus conventos de curas y monjas y el Arzobispo metido entre sus paredes en su sede apostólica. Todos estaban bastantes asustados porque no podían entender y menos comprender, como un asturiano dejase a un lado su extirpe española para dar paso a un líder carismático de dimensiones colosales, quién con su lanza en manos conducía a sus hombres hacia la libertad definitiva  en estas tierras meridionales de la América hispánica.

Indicando en esos días, que estábamos dentro de una lucha de castas que hoy se traduce en lucha de clases, que es la que determina el motor de la historia llevando a las masas a la conquista del poder político en pro del control de la economía; y de esa manera poder resolver el profundo problema social que aún en nuestros días continuamos arrastrando; inclusive en esta V República.

Siempre el Comandante José Tomás Boves tuvo instantes para conversar con sus tropas y más si eran vencedoras en el campo de batalla. En una ocasión y estando reunido en circulo con sus soldados, con cierta nostalgia comenzó a hablarles sobre su tierra amada, Asturias; y sobre sus vivencias y querencias siempre relacionándolas con estos territorios que hizo suyos y amó hasta la muerte. En un paréntesis de la reunión emergió la voz taciturna y amena de un niño llamado Pedro Carujo Hernández, preguntándole lo siguiente: ¿Puede usted hablarnos de su tierra y de su gente, Comandante Boves?

Por las mejillas de El Taita Boves bajaron de gotas de lágrimas y dirigiéndose al renombrado niño, le respondió con estas palabras: "Pedrito, veo que eres muy inquieto y eso te llevará a ser un gran hombre, muchos se acordarán de ti por siempre y presiento que será así, ya lo verás".

"Muchachos, los muros de los caseríos de mi Asturias natal es como la sangre de ustedes, como de los toros que lidian en sus faenas diarias, por eso es que me siento bien entre ustedes. Yo me crie entre ganado y cosechas, como entre las altas mieses que cegamos para poder obtener el pan cotidiano, que a diario rezamos en una de nuestras oraciones cristianas matutinas".

"Mi Asturias amada es la fusión de una serie de pueblos unidos en uno solo. Y eso es lo que yo quiero que ustedes comprendan, ya que siempre les he dicho que son venezolanos para que se unan en un solo cuerpo y juntos nos podamos sumergir en el alma de un pueblo que hará historia en los venideros años, y para ello tenemos que ser venezolanos, para hacer de Venezuela una nación grande y poderosa económicamente".

En ese instante, el niño Pedro Carujo Hernández le hace una nueva pregunta al Comandante Boves, bajo los siguientes términos: ¿Y cómo podremos lograr lo que usted dice, Comandante Boves?

Y el Taita Boves le respondió al niño muy sutilmente, bajo estas palabras: "Para lograr la patria que queremos todos, tenemos que liberarnos del yugo mantuano partiendo de nuestras acciones militares y una vez derrotados nuestros enemigos, es cuando desde ese momento comenzaremos a construir la patria que todos queremos, en donde reine la justicia y la igualdad social".

"Muchachos, por eso es que yo me he sumergido en el alma de este gran y buen pueblo venezolano, que tiene que ser invencible para siempre y por siempre".

"Hermanos míos, al liberarlos a ustedes del yugo mantuano, haremos que nuestros pueblos sean en verdad fuertes económicamente, porque en la labranza y la agricultura tenemos las herramientas para ser una gran nación en los postreros años. Los godos y mantuanos quieren que yo cambie mi vida de labriego y de combatiente de la libertad, que bien equivocados están esos grandes carajos, ja, ja, ja".

"No crean ellos, que zamuro trabaja para lapa, ja, ja, ja. Esos grandes carajos, más bien dan lastimas, ya que se cobijan en sus ciudadotas como Valencia y Caracas para ocultar sus flojeras y vagancias. Yo no nací para eso, ya que mi  sagrado deber es conducirlos a ustedes hacia la libertad plena, bajo los símbolos de la redención social en todas sus dimensiones".

"Ustedes mis llaneros del alma; ustedes mis guerreros imbatibles en decenas de combates; ustedes han unido sus pasiones y deseos por ser libres de verdad y eso los ha hecho inteligentes, sin la necesidad de aprender las letras, porque si hay una cosa cierta es que non iletrados de esta lengua que yo hablo y que también nos fue impuesta en España, muchos siglos atrás".

"Hijos míos, los asturianos pertenecemos a una raza de hombres y mujeres capaces, que intervenimos en estos lides a favor de sus justas causas en tierras de América; porque desde hace muchísimos siglos atrás hemos luchados por nuestra libertad y por derecho a ejercer posesión de las tierras que siempre deben pertenecernos".

"Antes de venir aquí fui labrador y marino mercante, sin olvidar que también trabajé como ordeñador de vacas, tanto en mi lejana Oviedo como en las diferentes haciendas y hatos de esta santa tierra venezolana".

"Ciertamente muchachos, yo no sé si algún día regresaré a mi tierra natal. A pesar de que por allá esta mi santa madre Manuela de la Iglesia y mis dos hermanas. Sin embargo, aquí dejaré mi simiente para que este pueblo amado nunca jamás se deje oprimir por esos falsos libertadores, quiénes bajo el manto de las mentiras vienen de las filas del mismo mantuanismo godo y oligárquico de siempre".

El Taita Boves  como buen agitador de masas, gritó estas palabras: ¡Viva la Libertad!

El Comandante Ernesto "Che" Guevara es quien mejor ha interpretado el sentir revolucionario del Comandante José Tomás Boves en su tiempo y época plasmándolo en sus palabras que legó al amado pueblo cubano en una de sus máximas en 1.961, en las cuales reza lo siguiente:

"…Las condiciones objetivas para la lucha están dadas por el hambre del pueblo, la reacción frente a esa hambre, el temor desatado para aplazar la reacción popular y la ola de odio que a represión crea. Faltaron en América condiciones subjetivas de las cuales la más importante es la conciencia de la posibilidad de la victoria por la vía violenta frente a los poderes imperiales y sus aliados internos…".

¿No sería que los mantuanos fueron los aliados internos de los asquerosos Reyes borbónicos en ese pasado de nuestra falsa independentista?

¿Por qué seguir aceptando esa gesta como la génesis de nuestra verdadera independencia?

¿Qué falacia de nuestro destino e historia de pueblo que lucha por su real independencia hasta este presente?

Finalmente en el intercambio de palabras volvió a intervenir el niño Pedro Carujo Hernández, expresando lo siguiente: "Taita Boves, en verdad esos godos mantuanos son unos vulgares pazguatos, sus mentiras y covas no nos las van a seguir metiendo, ya que todos aquí sabemos que ellos descienden de la más rancia godarría de los conquistadores españoles y de los bastardos guipuzcoanos".

El Comandante Boves antes de retirarse del lugar se persignó bajo las siguientes palabras latinas: ¡In Nómine Patris, et Filie et Spiritus Sancti! Amén!

Seguidamente, continuamos con las historias militares del Comandante Boves, las cuales  damos a conocer. Hay que sacar a relucir, que entre los emigrantes fue capturado por las fuerzas del Comandante Boves, nada más y nada menos que el clérigo José Antonio Pérez de Velasco quién en su condición de mantuano godo y oligarca fue remitido como preso de alta peligrosidad a una de las mazmorras en España.

Ese muérgano sacerdote era muy allegado a los primeros libertadores del país; ya que el pertenecía a su casta social. Pero a su vez era el más claro representante del Arzobispo Narciso Coll y Prat en los acuerdos firmados entre esos mantuanos de mierda y el alto clero de la época, en relación al Acta Solemne de Concordato entre el Estado y el Sacerdocio. Ese sacerdote vagabundo había pagado 8 años de prisión en España.

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La Emigración a Oriente

Encabezada por el Libertador Simón Bolívar

El Presidente – Comandante Hugo Rafael Chávez Frías ante la situación política que vivimos en nuestra patria ha mandado a revisar esos viejos acuerdos con El Vaticano, en aras de fortalecer aún más el laicismo y en quitarle todas las prebendas que hoy disfrutan los jerarcas de esa inmoral iglesia en los actuales momentos.

Ahora que vemos que los restos del Libertador Simón Bolívar se convierten en un símbolo de culto y liberación de los pueblos de nuestra América Siempre Rebelde, nos encontramos que ese miserable sacerdote llamado José Antonio Pérez de Velasco fue quien ofició las exequias fúnebres del Libertador Simón Bolívar en la Catedral de Santa Marta, el 20 de diciembre de 1.830. En vista a que el Obispo Titular José María Esteves no lo quiso llevar a cabo debido a la condición francmasónica del Genio de la Libertad.

John Lynch, bien expresa lo que hay detrás de nuestro máximo adalid del pueblo en armas:

"…Es dudoso si [Boves] era un verdadero populista ofreciendo la reforma agraria a los llaneros y        absoluta libertad para los esclavos. Pero el hecho es que fue capaz de reclutar seguidores entre negros y pardos porque les prometía la propiedad de los blancos y porque la oligarquía criolla de la primera república había sido responsable por mayor concentración de tierras y privatización de ganado en los llanos en detrimento de las clases populares. Esta fue la razón por la cual los llaneros se unieron a Boves contra la república – para pelear por su libertad y por su ganado…".

Ante esta situación, los patricios caraqueños decidieron emigrar al oriente venezolano con rumbo al prócero solar de Aragua de Barcelona. En este éxodo se movilizaron más de 40.000 personas quienes salieron de Caracas temiendo sucumbir en manos del ejército del pueblo en armas al mando del Taita Boves y en los momentos en que arribara a tan mariana ciudad. Un total de 20.000 personas avanzaron hacia el pueblo de Barcelona "La Nueva" protegidos y escoltados por 1.200 soldados al mando del General Carlos Soublette.

Anderson, la Emigración a Oriente como la conocemos en nuestra historia patria fue encabezada por el General Simón Bolívar quien en marcha apresurada llevaba en las ancas de su mula zaina a la joven quinceañera caraqueña Luisa Cáceres Díaz, hija del mantuano Domingo Cáceres y de la oligarca doña  Carmen Díaz; quién después llegara a ser la bella esposa del General en Jefe Juan Bautista Arismendi Subero. La misma heroína mantuana que pocos meses después fuera entregada como prisionera al gobierno español por el sifilítico sargentón español don Antonio de Mata Guzmán, el mismito abuelo del General en Jefe Antonio Leocadio Guzmán Blanco.

Ese gran muérgano de madre fue quien la llevó presa al convento de las Madres Concepciones en Caracas para después trasladarla a la Carraca de la Cuatro Torres de Cádiz en España, en donde también se encontraba preso el Generalísimo Francisco de Miranda y Rodríguez. Previamente, el General Simón Bolívar había enviado a su hermana María Antonia Bolívar Palacios desde el puerto de La Guaira hacia la isla de Curazao, trasmontando todas las serranías del Guaraira Repano o Ávila.

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Castillo Real Felipe de Cartagena de Indias

Ella en el trayecto llevaba consigo a su prima hermana María Belén Xeréz Aristeigüieta y Blanco de Pérez y Narvarte, quien iba acompañada con su hija Soledad Pérez Narvarte y Xeréz Aristeigüieta Blanco. De igual manera, con ellas se fueron algunos miembros de la familia Michelena, pertenecientes a la godarría valenciana.

Cabe decir, que María Belén Xeréz Aristeigüieta y Blanco era la madre verdadera del prócer independentista Presbítero y General José Félix Blanco a quien había dejado abandonado en las puertas de un convento en el momento de su nacimiento.

Como fue el caso de don Vicente Michelena y Rojas quién era hijo del español Santiago José Michelena y la valenciana doña María Teresa Rojas Natera, habiendo participado en la Batalla de La Victoria bajo las órdenes del General de División José Félix Ribas y Herrera y en el sitio de San Mateo bajo la dirección del General en Jefe Simón Bolívar en 1.814, optando por emigrar hacia Cartagena de Indias en donde fue hecho preso y más luego remitido a prisión en Coro y Puerto Cabello, de donde logró escabullirse. De igual manera, el Teniente Coronel José Agustín Loynaz emigró a la isla de Saint Thomás.

Entre los emigrados hacia la isla de Trinidad se encontraba el viejo Coronel Vicente de Sucre y Urbaneja, padre del futuro Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre y Alcalá. Ese venerable anciano cumanés miembro del mantuanaje oriental era hijo de don Antonio de Sucre Pardo y Trelles con doña Josefa Margarita García de Urbaneja y Sánchez de Torres. Esas mariquitas damiselas no estaban acostumbradas al caminar apresurado y agobiante, ya que tenían que cruzar ríos, quebradas y pantanos. Además de soportar lluvias y crecidas de ríos, siempre expuestas a las inclemencias del tiempo y de la naturaleza.

¡Esa era la oligarquía mantuana que peleaba en la guerra de la independencia!

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