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Comandante Jose Tomas Boves, Timonel en la Libertad del pueblo venezolano (página 13)

Enviado por León Morales


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Ante una inminente derrota, el Taita Boves se retiró con sus 7.000 hombres buscando las alturas del pueblo de San Mateo, con dirección a los valles de Aragua, no sin antes lanzar una proclama el 15 de marzo de ese crucial año de 1.814, donde da una explicación sobre las desgracias que atraviesa Venezuela y las castas populares; también explica su proyecto de liberación de los esclavos y los horrores de la guerra a muerte, propiciada por los libertadores republicanos de la 2ª República, anunciándole a las castas más comprometidas con sus nobles ideales, lo siguiente: "…NO CONDUZCO ESTAS HUESTES VICTORIOSAS SINO PARA RESCATAROS DE LA OPRESION, DE LA ESCLAVITÚD Y DE LA MUERTE…".

El Comandante General de Calabozo, Apure y Oriente José Tomás Boves cabalgando un potro llanero de piel leonada y largas crines, le ordenó el 16 de marzo a sus exploradores la conquista del piedemonte de las serranías; para de esta forma poder ganar las alturas de San Mateo, quedando herido en esta heroica acción su más cruento enemigo, el Coronel Vicente Campo Elías, quien más tarde murió en el hospital de sangre del pueblo de San Mateo, víctima de las heridas recibidas a causa de un lanzazo y un tiro de fusil durante el asedio y sitio que le impuso El Taita Boves al mayorazgo de los Bolívar y Ponte en tan aguerridas alturas.

El bizarro Coronel Maza volvió a la acción en ese día 16 de marzo de 1.814 y estando al mando de un escuadrón de caballería cargó con ímpetu y arrojo desmedido en contra de las fuerzas del Comandante Boves, que habían logrado tomar posesión a la orilla del río, justamente, a la salida de San Mateo hacia Valencia (Carabobo). Siendo auxiliado por las fuerzas comandadas por el Teniente Coronel Tomás Montilla, quién en la oscuridad de la noche volvió a embestir a las avanzadas bovistas, poniéndolas en fuga hacia las cercanías del pueblo de Cagua.

Aún con todos estos reveses, Boves conservaba el grueso de sus fuerzas y desafiaba con arrogancia a los patriotas. En una proclama que suscribió desde las alturas de San Mateo en donde estaba su puesto de mando, ofreció perdonar la vida a todo aquel que se pasara a sus filas. El Comandante Boves estaba al tanto, de que el General Bolívar había intentado capturarlo por sorpresa, cuando se encontraba convaleciente en Villa de Cura, a causa de una herida sufrida en combate; escribiendo irónicamente estas palabras: "…le perdono la vida, aun a aquel que tomó la pluma para avisar a Bolívar, ya que yo estaba postrado de mi herida en Villa de Cura con sólo el respaldo de lanzas…".

Las crónicas contadas por los ancianos y ancianas de la época, narraban que el General Simón Bolívar en su Cuartel General, había llamado de urgencia al Capitán Manuel Cedeño, dándole la siguiente orden: "Capitán Cedeño, tome a mi baquiano de confianza, a Salcedo; y con él se infiltra en las filas del facineroso Boves. Lo secuestra y me lo trae aquí para mostrarlo como nuestro más grande trofeo de guerra, no se descuide en ningún momento, porque ese asturiano es muy astuto y hay que reconocerle que aprendió  con nuestra gente, mucho sobre la aplicación del arte de la guerra en estas tierras".

Pero, lo que sabían los republicanos del mantuanaje criollo venezolano aposentados en las inmediaciones del pueblo de San Mateo, es que el Taita Boves estaba enterado deseos planes siniestros en contra de su persona por parte del General Bolívar, y ante tal situación, manifestó a sus combatientes de la libertad y la igualdad social, estas palabras: "Ya me llevaré en la lanza a ese guapo de Sedeño destinado a sorprenderme con el práctico de Salcedo".

El Coronel Vicente Campo Elías se había casado en la ciudad de Mérida con doña Martina Picón y González quién era hija del mantuano merideño don Antonio Ignacio Rodríguez Picón. Lo interesante fue ver como se prepararon las fuerzas del Comandante Boves para entrar en combate en el sitio de San Mateo; y que visualizamos muy bien en conformidad con lo establecido en el Boletín del Ejército Libertador Nº 43, fechado en el Cuartel General de San Mateo el 17 de marzo de 1.814, en donde se notifica como los soldados del Comandante Boves usaron en sus pertrechos pedazos de hierros, latón y otros materiales muy rudimentarios; ya que se encontraban en una situación muy difícil; debido a que los mantuanos atrincherados en el ingenio de San Mateo y en sus alturas pudieron visualizar que las tropas del Comandante Boves tenían muy poco parque, pólvora y armamentos.    

Lo más inverosímil de todo esto, fue que el oficial afro-descendiente Juan José Rondón, quién después fuera vieja gloria de la independencia, estuvo combatiendo al lado del Comandante José Tomás Boves en la toma de San Mateo. El Taita Boves es informado por sus postas que la columna del Comandante Francisco Rosete fue derrotada por el General José Félix Ribas y Herrera en Ocumare del Tuy. Indicándole sus exploradores que el General Simón Bolívar estaba reorganizando sus defensas en el ingenio de San Mateo; con la seguridad de que muy pronto sería nuevamente atacado por El Taita Boves.

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Generalísimo Francisco de Miranda

Sus fuerzas las organizó de esta forma: la derecha estaba defendida por el Coronel Manuel Ayala al mando de dos batallones y apoyándose en el cerro de  El Calvario. En el centro el General Simón Bolívar con 4 batallones y el Escuadrón Soberbios Dragones de Caracas se quedó en Cantarrana dirigiendo las operaciones militares. A la izquierda el Capitán Antonio Ricaurte, estando bajo su control el parque y el puesto de socorro, quedando ubicado en el trapiche y en la casa alta del ingenio. Las 12 piezas de artillería de distintos calibres bajo el mando del Coronel Lino de Clemente quien a su vez tenía que ser auxiliado por el Teniente José Trinidad Morán, las cuales fueron emplazadas en las cercanías de Cantarrana.

Hay que entender las cosas de la guerra misma, y es tan así que el soldado bovista Antonio Maizó nacido en el pueblo de Turmero, en uno de los momentos de tertulias le comentaba al Taita Boves lo siguiente: "Taita Boves, hace como dos años en esta zona de San Mateo, el General Francisco de Miranda firmó la capitulación con el Capitán de Navío Juan Domingo de Monteverde y Ribas. Pero a veces no podemos comprender a esos hombres. Porque figúrese usted Taita, que en esa ocasión encontramos un papelito del papá del Generalísimo Miranda que nos pone a dudar mucho sobre la actitud esclavista que ellos pudieran tener".

En paralelo a estas maniobras militares de la godarría mantuana venezolana apoyada por la aristocracia neogranadina, en Febrero del año terrible de 1814, tuvo lugar una sublevación de los esclavos de las haciendas en la región de Barlovento en contra de las fuerzas comandadas por el General en Jefe Simón Bolívar y otros jefes insurrectos  en contra del pueblo llano de Venezuela y en plena guerra civil entre venezolanos.

Asumiendo la jefatura de este movimiento libertario Juan José Navarro, quién logró derrotar al oligarca margariteño Juan Bautista Arismendi Subero; dirigiendo una excelente campaña que diezmó en la retaguardia a las fuerzas del General Simón Bolívar y Palacios. Hay que dejar claro, que el Comandante Boves se vio en la necesidad de irle aclarando a sus soldados; lo sucedido al Generalísimo Francisco de Miranda sobre su accionar en la guerra de 1.812 y las traiciones que sufrió por parte de los mantuanos y sus camadas de sinvergüenzas y bandidos.

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Simón Bolívar en los tiempos de la Guerra a Muerte

Lo cierto del caso, fue que los mantuanos criollos, la frailería y sus aliados peninsulares realistas cuando principiaron a sentir los efectos de las reformas sociales y profundas que planteaba el Teniente General Francisco de Miranda en 1.812, se opusieron bruscamente y con gran arrechera aceptaban los métodos del coloniaje español negando la democracia del trabajo y la igualdad de las clases.

 Los enemigos del pueblo llano venezolano se asustaron de las políticas aplicadas en esos días por el Generalísimo Francisco de Miranda. Claro está, no solamente los clérigos católicos y los realistas, sino también la aristocracia criolla y los oligarcas provinciales que al principio se sumaron a los mirandistas en la "Sociedad Patriótica". Esos grandes carajos, quisieron sustituir al amo español, pero ellos nunca pensaron que las políticas progresistas y revolucionarias desarrolladas irían en su contra, destacándose entre esos maleantes de la godarría, los siguientes personajes: Doctores Juan Germán Roscio y Miguel Peña, entre otros. Contribuyendo con sus actuaciones contrarrevolucionarias, a que las fuerzas del Capitán de Fragata Juan Domingo de Monteverde tomaran a Coro y avanzaran hacia el centro de Venezuela.

La oposición reaccionaria de ayer como de nuestro presente, han sobrevivido los problemas regionales, los de las castas y clases sociales, los hacendarios del pasado y los terrateniente y latifundista en nuestros días, estorbando en aquel entonces, la labor constructiva del Congreso para hostilizar al General Francisco de Miranda, como hoy en día  a nuestro Comandante Hugo Chávez Frías y a las políticas emanadas de nuestra soberana Asamblea Nacional.

Ciertamente, puede ser probable que en un principio y dentro de la confusión existente en el bando mantuano y de la godarría provincial, primigeniamente, el Comandante José Tomás Boves y el indio Reyes Vargas, sus fuerzas fueran utilizados para otros fines. Pero también es cierto, que esos adalides del campo y de los llanos venezolanos dentro de una gran y profunda reflexión cambiaron el curso de la guerra misma, dándole al pueblo venezolano por vez primera el derecho a ser libre de todo yugo y opresión a pesar de que las fortalezas españolas en esos tiempos estaban en las provincias de Coro y Guayana.

El General Francisco de Miranda salió de Caracas al frente de un ejército de cuatro mil hombres para detener el avance del Capitán de Fragata Juan Domingo de Monteverde y Ribas, situándose en Guácara, en donde tuvo un encuentro con las fuerzas enemigas. Al principió de la batalla, el Capitán de Granaderos Pedro Ponce traicionó a los patriotas pasándose al enemigo con toda su compañía, generando una matanza a quemarropa de los soldados del Generalísimo Francisco de Miranda y obligándolo a retroceder hasta la estrechura de La Cabrera y más tarde hasta La Victoria.

Este fue el primer golpe de los conspiradores, que por medio de la traición ayudaron a Monteverde a apoderarse de San Juan de los Morros y de las regiones de Tuy que se llamaban Graneros del Norte, y de la ciudad de Calabozo, mercado de bestias de silla. El General Francisco de Miranda se vio en la necesidad de convocar a una conferencia en Tapatapa, hacienda cercana a Maracay, para preparar un plan político-militar en colaboración con los altos funcionarios de Caracas, viéndose en la necesidad de proclamar la Ley Marcial y llamar a las armas a todos los hombres libres, desde los quince hasta los cincuenta años de edad.

Para aterrorizar a la aristocracia y a los hacendados de las fincas cacaoteras, los enemigos del gobierno revolucionario provocaron la sublevación de los negros de Barlovento y culparon de esto al General Francisco de Miranda y a sus partidarios. También estalló una conspiración de oficiales dirigida por Tinoco, Santinelli Schomburgk y otros a fines de junio de 1812. En eso el Comandante Boves le dijo estas palabras al zambo Antonio Maizó: "Desembucha, desembucha Antonio".

Y este le respondió de esta manera: Bueno, Taita Boves; le voy a leer el papelito escrito por el Capitán Sebastián de Miranda y Ravelo, el cual dice así:

"… Para cuidar cada mil árboles, ya fundado, se necesitan sólo un esclavo útil; conque entrando a fundar una hacienda de 40 mil árboles y poniendo veinte esclavos varones y veinte hembras casadas para quitar ofensas a Dios a los diez años que está en sazón la arboleda, ya tiene otra hacienda cuantiosa en los esclavos que le han nacido, porque un muchacho de diez años, ya sirve tanto como uno grande y ya puede con aquella misma esclavitud entresacando grandes y chicos, fundar otra hacienda…".

Ante esto, el Taita Boves expresó lo siguiente:  Coño, hostia; como que nos salió muy muérgano el padre del Generalísimo Francisco de Miranda, y yo que tenía planteado hablar muy bien de él. Bueno, de todos modos investíguenme bien esa vaina; porque los mantuanos y godos son capaces de copiar documentos y falsear las firmas, eso no es nada raro en ellos. Fíjense ustedes nojoda, que hasta la firma del Rey de España la calcan tan igual como la que aparece de su puño y letra".

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Llaneros comandados por El Taita Boves

Con sus lanzas de combate

Cónchale Lenin Yasser, el 20 de marzo de 1.814, reaparece nuevamente la figura del Taita Boves al frente de sus jinetes, saludándoles sus hombres con singular alborozo y de prolongadas vocerías, pasándole después revista a sus lanceros, ordenándoles la primera carga, los cuales acometieron en contra de los mantuanos con arrojo, denuedo y valentía. Precisando que el fuego de la artillería enemiga hacia mellas en sus fuerzas, optó por retirarse del campo de batalla. En verdad, el General Simón Bolívar pensaba que tenía la victoria asegurada. Pero, lo que él no se daba de  cuentas, era que la táctica del Taita Boves en su retirada le dio los resultados esperados, ya que ahora se encontraban más cerca de la casa del ingenio de caña de azúcar, al fin habían logrado burlar la insomne vigilancia del General Bolívar y la de sus lugartenientes neogranadinos allí acantonados.

Mientras, que en esos momentos el General Pedro Zaraza quién era compadre del Comandante José Tomás Boves y estando al servicio del ejército republicano se encontraba en los montes de Manapire en ese mismo día 20 de marzo de 1814. Cumpliendo órdenes de capturar caballos y aumentar su contingente de hombres, cuando se encontró con el oficial bovista Juan José Rondón, guariqueño, pero ganado a la causa social del pueblo en armas, quién en lo inmediato lo atacó temerariamente. 

El General Pedro Zaraza ripostó el ataque y pudo contener con sus soldados al Oficial Juan José Rondón quién sintiendo la derrota prefirió retirarse del combate haciendo el siguiente juramento: ¡Pedro Zaraza, muérgano; se que eres compadre de El Taita Boves. Pero muy pronto vendré por ti, ya lo verás, malparido!

El General Simón Bolívar escribió despectivamente sobre el ejército del Comandante Boves el 24 de marzo 1.814, lo siguiente: "…Los bandidos han logrado lo que los ejércitos disciplinados no han obtenido…".

En la mañana del 25 de marzo se produjo el ataque por parte del Comandante José Tomás Boves quien con un grueso de sus hombres atacó por el centro. Acto seguido, el Coronel Francisco Tomás Morales Alonso mediante un desbordamiento debía bajar por el centro de Los Cucharos para tomar la casa alta con todo el parque allí guardado. Otra columna cargó contra la derecha de los republicanos constitúyentistas y se apoderó del cerro de  El Calvario. Pero El Taita Boves detenido por las descargas que provenían desde el sitio de Cantarrana fue rechazado por el fuego de la artillería.

Carajo, Lenin Yasser; tú antepasado el Coronel Francisco Tomás Morales Alonso logró apoderarse de la casa alta. Pero coño, vale; allí pasó una  vaina  arrecha  y fue esto: "Temiendo el General Bolívar que el parque cayese en manos del insurgente José Tomás Boves, comisionó al Capitán Antonio Ricaurte con algunos hombres a que defendieran el polvorín y los pertrechos allí guardados, pagando hasta con sus propias vidas si fuera necesario".

El escritor y eminente francmasón ecuatoriano Juan Montalvo, el crítico de don Miguel de Cervantes y Saavedra con Las Catilinarias, sobre la 2ª Batalla de San Mateo en 1.814, con una literatura llena de episodios épicos en relación a la acción guerrera llevada a cabo por el Comandante José Tomás Boves, quién en esos momentos formuló lo siguiente:

"…Y el jefe realista está allí, activo, ardiente, furioso. ¡Llaneros, a la carga! Y los llaneros vuelven, porque no iban de fuego, y acometen con más ímpetu, y se estrellan contra los infantes que les oponen la erguida bayoneta. Mil caballos huyen sueltos, otros arrancan espantados, su dueño colgando en la estribera, y bufan y acocean al agonizante. El número de los llaneros disminuye, pero su valor aumenta: la sangre de sus camaradas les aviva la sed que tienen de la del enemigo, los enfurece, les pone fuego a las entrañas; quieren vengar a los caídos, y caen a su vez, y la tierra se encharca, al tiempo que el aire rebosa con el ruido de las armas y el vocear de los guerreros. Ninguno da  pie atrás: la pelea está irritada con el punto de honra y la venganza, ese fuego no se apaga sino con la última gota de la enemiga sangre.  Boves se dispara del uno al otro extremo de las filas combatientes; Boves manda en voz alta triunfar a todo trance; Boves anima, Boves enloquece, y en su pasar de un lado a otro semeja al héroe fantástico de las batallas infernales. El fuego contra el fuego nada presta: ¡arma blanca, sable, espada! ¡cargar, llaneros! ¡triunfar, valientes! – Boves habla, los llaneros se tiran ciegos, miles caen de una y otra parte, la victoria está indecisa…".

De ser cierto lo planteado por don Juan Montalvo en sus palabras, entonces nos vendría una pregunta: ¿Por qué los historiadores del escualídismo godo y oligárquico venezolano y sus acólitos en las academias de historia y sociedades bolivarianas en América Latina y el Caribe nos quieren dar a conocer que los mantuanos criollos obtuvieron una victoria en la 2ª batalla de San Mateo?

¿Qué vaina es esa, vale?

¿Serán que ellos creen que el pueblo llano venezolano es pendejo o guebón, carajo?

¿Qué vaina de la historia, carajo?

¡Viva por siempre el Comandante Boves!

En ese día, el General Simón Bolívar dirigiéndose a sus soldados les dijo estas palabras: ¡…Para morir nos sobra tiempo, tratemos antes de vencer…!

En esta defensa estuvo el oligarca republicano Martín Antonio José Francisco Ignacio Bruno Nicolás Damián de la Madre Santísima de la Luz Tovar y Ponte, hijo del Conde de Tovar y de la putísima doña María Manuela de Ponte Mijares. Además, él había sido uno de los líderes de la Revolución de los Mantuanos que se dio en Caracas en 1.808.

Ese gran sinvergüenza también fue firmante del Acta de la Independencia el 5 de julio de  1.811. Y para el colmo de  todas las cosas, llegó a ser el guarda preso de los conjurados en la conspiración de Gual y España. Pero él combatió como Comandante del Escuadrón de Agricultores de Caracas en ese 25 de marzo 1.814. Pero, es que vagabundo es vagabundo y de eso no hay dudas. Él con los marqueses del Toro y Mijares, condes de San Javier y de la Granja, don Fernando Key, don Fernando de León y don Juan Vicente Galguera quienes firmaron un documento como "Beneméritos Jalas Bolas" del Rey Fernando VII, el 22 de noviembre de 1.808, que rezaba así:

"…se considera que es de absoluta necesidad llevar a efecto la resolución del Gobernador y Capitán General de crear una Junta Suprema (…) que ejerza en esta ciudad la autoridad suprema, mientras regresa al trono nuestro amado Rey el Sr. Don Fernando VII…".

¿Y quiénes son los beneméritos arrastrados de estos tiempos?

¿Y quiénes serán los nuevos "Beneméritos Vagabundos" enquistados en la V República Bolivariana?

¿En donde están los beneméritos burócratas izquierdosos de cafetines y café en nuestro tiempo?

Hay tantos miserables de esas calañas, que hasta ese título le fue dado al dictador y traidor de Juan Vicente Gómez Chacón en los tiempos en que ejerció su tiranía en nuestra patria por 27 largos años a favor de la burguesía nacional y las transnacionales del asfalto, petróleo y del acero.

Bueno Lenin Yasser, el joven capitán Antonio Ricaurte, hijo del valle de Leiva en Nueva Granada, en donde nació el 10 de julio de 1.786, acompañado de su bella novia Berta Malavé, retirando hacia un lugar seguro a los 50  hombres que tenía bajo su mando, entrando al parque con su adorada novia, tomando su pistola con la mano derecha y abriendo la puerta del polvorín, disparó un pistoletazo a los barriles de pólvora y demás pertrechos allí depositados.

Volando de esta manera el parque allí guardado e inmolándose para los anales de la historia venezolana y neogranadina, como un mártir más en ese proceso independentista. Pero hay quienes dicen que la vaina no fue así, que a ese carajo lo mataron haciendo otra vaina, parece que era muy cagón el tipo en esas faenas de guerra.

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El Libertador Simón Bolívar en el "Diario de Bucaramanga", sobre el caso del Capitán Antonio Ricaurte, le expresó al General de Brigada  Louis Gabriel Jean Perú de Lacroix Maussier en su casa del ingenio de San Mateo en 1.814,  lo siguiente:

"… Ricaurte, otro militar neogranadino, figura en la historia como un mártir voluntario de la libertad, como un héroe que sacrificó la vida para salvar la de sus compañeros y sembrar el espanto en medio de los enemigos. Pero su muerte no fue como aparece, no se hizo saltar con un barril de pólvora en la casa de San Mateo que había defendido con valor. Yo soy el autor del cuento, lo hice para entusiasmar mis soldados, para atemorizar a los enemigos y dar la más alta idea de los militares granadinos, Ricaurte murió el 25 de Marzo, del año 14, en la bajada de San Mateo, retirándose con los suyos, murió de un balazo y un lanzazo y lo encontré en dicha bajada tendido boca abajo ya muerto y las espaldas quemadas por el sol…".

Sobre este acto bisoño y muy juvenil del Capitán Antonio Ricaurte; ya en los últimos años de su vida contó la negra Matea Bolívar, quién para esa entonces tenía la edad de 40 años, según palabras de su propio nieto don Eugenio de la Cruz Bolívar, quién siendo una persona de la tercera edad tuve la honra de conocer cuando se desempeñaba como director del museo en la casa del ingenio de los Bolívar en el pueblo de San Mateo en los valles de Aragua en 1.961, fueron estas sus palabras:

   Mi abuela Matea Bolívar era natural del pueblo de San Juan de Tiznados y fue una de las más afamadas nodrizas que tuvo el Libertador Simón Bolívar. Ella le contó a mi madre esta historia que acaeció el 25 de marzo de 1.814:

"… El Niño Ricaurte mandó salir a la gente y fue a la cocina, le pidió un tizón de candela a la Niña Petrona y nos mandó salir por el solar y con el tizón en la mano subía el Niño Antonio Ricaurte hacia El Mirador onde estaba la pólvora y de pronto el resplandor de la candela…".

            Ante este drama dantesco, el Comandante José Tomás Boves exclamó en esos momentos estas palabras: ¡Carajo, si ha muerto uno de esos 300 miserables oligarcas neogranadinos venidos con Bolívar desde Santa Fe de Bogotá, en el año 13, nojoda!

Los soldados de El Taita Boves lanzaron contra el centro un ataque de caballería, siendo rechazados por el General Simón Bolívar quien contraatacándole reconquistó nuevamente la parte alta de la casa; y al mismo tiempo el Coronel Manuel Ayala reconquistaba las alturas en el cerro de El Calvario.

Lenin Yasser, el Comandante Boves sobre esta batalla le contó al historiador y médico español don José Domingo Díaz, estas palabras: "…Los tengo reducido a la plaza y me hubiera apoderado de ella y sus trincheras, si no fuera por la obstinación que tienen de darle fuego al almacén de pólvora, de cuyo atentado perecieron muchos de los míos…".

El Coronel Francisco Tomás Morales Alonso sobre la explosión que se dio en el ingenio de San Mateo expuso lo siguiente: "…Tomé por asalto el trapiche de Bolívar, y sus defensores se volaron…".

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Capitán Antonio Ricaurte

En verdad, fueron 40 días de luchas sin reposo alguno. Los soldados del General Simón Bolívar en su mayoría eran originarios de Mompox en la Nueva Granada. Ahora bien, con esa heroica inmolación los mantuanos republicanos evitaron que el parque cayera en manos de las fuerzas ocupantes, produciéndole pérdidas a las huestes bovistas en cuanto a vidas humanas, pertrechos, logística y bestias.

Hay quienes decían en esos tiempos, que de un lado a otro veían pasando baúles al fiel y leal mayordomo José Palacios; y en una de esas, el Comandante Boves le preguntó a unos de sus edecanes, lo siguiente:

¿Caraá vale y quién es ese negro asqueroso que está del timbo al tambo en la casa de Bolívar?

Y en lo inmediato, su Edecán le respondió de la siguiente manera: "Taita Boves, ese es el negro José Palacios. El mismito esclavo que le dieron la responsabilidad de andar con Simón Bolívar, desde que nació  ese maldito godo de mierda, como si fuera su guardia y custodio, por eso usted lo ve con esos baúles pá allá y pá acá, cosas propias de los propios jala mecates, para ser más grosero, jala bolas".

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General en Jefe Santiago Mariño Carry

"El Libertador de Oriente"

Y el Comandante Boves, le recalcó a su Edecán bajo estas palabras: ¡No quiero pensar que ese negro guebón sea barloventeño, porque allá en Barlovento no son tan jala bola como él, ja, ja, ja!

"De todos modos, si me lo capturan, me lo jalan pá acá; que yo personalmente quiero hablar con ese miserable. Ya que en esos baúles debe haber buena correspondencia que nos interesa mucho a nosotros para poder acabar con esta guerra de una vez por todas, nojoda".

Ciertamente, los godos siempre han buscado de vanagloriar a sus personajes históricos, y es el caso del oligarca Felipe Tejera, cuando escribió sobre el Capitán Antonio Ricaurte este poema:

R I C A U R T E

Ricaurte, al ver diezmar la patria fila,

-dejadme- dice ya- que si la planta

Osa poner aquí, mi causa santa

Sabrá cómo defiendo, el nuevo Atila.

El parque en torno presuroso apila

Del monte por la áspera garganta;

Manda su tropa descender, levanta

La vista al campo y por doquier vigila.

Y cuando Boves como espesa nube

El parque a conquistar rápido sube

Dejando en pos de sí sangriento rastro,

Del valor en el hondo paroxismo

Hace heroica explosión el patriotismo,

Sube en hoguera y se convierte en astro.

El General Simón Bolívar como estratega de la Guerra a Muerte propiciada por él mismo,  desde su Cuartel General en las alturas del pueblo de San Mateo le escribió el 26 de marzo de 1.814, al Mayor General Rafael Urdaneta Farías, estas letras:

"…Defenderéis a Valencia, ciudadano general, hasta morir; porque estando en ella todos nuestros elementos de guerra, perdiéndola se perdería la república. El general Mariño debe venir con el ejército de Oriente: cuando llegue batiremos a Boves e iremos enseguida a socorreros. Enviad 200 hombres en auxilio de D´Elhuyar a la línea sitiadora de Puerto Cabello, a fin de que pueda cubrir el punto del Palito, por donde sería fácil a los españoles enviar pertrechos a Boves que carece de ellos…".

¿Por qué el General Rafael Urdaneta Farías no estuvo realmente en la defensa de Valencia, semanas después, cuando el Taita Boves la ocupó militarmente?

¿No sería ese un acto de cobardía?

Fíjense, que el joven Oficial José Antonio Páez y Herrera en esos días abandona el ejército bovista del pueblo en armas, sumándose en la ciudad de Mérida a las fuerzas que comandaba el General Rafael Urdaneta Farías en su retirada desde la ciudad de Valencia del Rey.

¿Por qué el General José Antonio Páez siempre negó su participación en el ejército del Comandante Boves?

¿No sería que desde esos momentos comenzó a traicionar al pueblo en armas en esos días de guerra a muerte entre castas en pugnas por el poder político y por quienes luchaban por la igualdad social y la libertad?

Carajo vale, esas escaramuzas se libraron hasta los días 27 y 28 de marzo de 1.814. En las alturas de El Calvario murió el bizarro Teniente Coronel Manuel Villapol cuando una bala proveniente del ejército bovista atravesó su corazón. En esta batalla salió herido en combate el Subteniente José Trinidad Morán, quién de paso tuvo que ser llevado a todo galope a la ciudad de Caracas para ser atendido con urgencia.

En esta desafiante acción militar resultaron heridas muchas de las personas moradoras en el ingenio de San Mateo. Por el otro lado, el Comandante Boves reorganizó su retaguardia y con sus escuadrones de caballería tomó el camino de la Villa de San Luís de Cura, no sin antes y en forma de chanza les dijo a sus tenientes estas palabras:

"…Si me cogen entre pecho y espalda

Los dos Libertadores – dijo riendo a

Sus hombre —— me………..joden  o

Me  fríen…….".

¡Vamos a darle un tute al que viene fresco…!

            Hay que destacar que en la 1ª y  2ª Batalla de San Mateo al Comandante Boves le faltó movilidad y fuerza de choque, demostrándose una vez más que él era vulnerable en las alturas, más no en las llanuras en donde si era invencible. Carajo vale, a toda marcha por el camino de San Juan de los Morros se acercaba era el General Santiago Mariño Carry con sus orientales, a fin de tratar de socorrer a los sitiados en San Mateo. Pero El Taita Boves al frente de 5.000 hombres tomó el camino hacia San Juan de los Morros, buscando enfrentar al General Mariño y a sus 4.000 combatientes en el sitio de Bocachica.

Ahora interviene el niño Carlos Aponte Carreño, señalando a los presentes con uno de sus deditos dijo: "Tin marín de dos pirihuelas, masca la cáscara que titiri fue".

Diciéndole a continuación al amigo "Cuchillo": ¡Ahora te toca a ti!          

Mira "Cuhillin", cuéntanos, oye va, pero dinos algo más d esta historia: ¿Cómo fue la Batalla de Bocachica?

Caramba Carlitos, me jodiste con tú forma de seleccionarme, ja, ja, ja, y con relación a tú pregunta te diré que ya en el pueblo de Camatagua se habían congregados las fuerzas del General Santiago Mariño Carry que avanzaban hacia el centro del país en refuerzo de las operaciones militares desarrolladas por el General Simón Bolívar.

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Coronel José Francisco Bermúdez

Allí nombraron al Coronel Mariano Montilla como Jefe del Estado Mayor General y al Coronel José Leandro Palacios como Comandante de la Vanguardia. En total las fuerzas del General Santiago Mariño Carry sumaban unos 4.000 hombres. Pero coño vale; El Taita Boves estaba empeñado en seguir combatiendo al General Bolívar en San Mateo, poniéndose en movimiento con el grueso de sus fuerzas en dirección a ese pueblo, estando en conocimiento del avance del General Santiago Mariño Carry.

Pero, este General republicano a través de su vanguardia fue informado de la aproximación del grueso del ejército de El Taita Boves. El General Santiago Mariño Carry decidió en ese caso presentarle batalla al Comandante General José Tomás Boves en las cercanías del sitio de Bocachica.

En verdad vale, el ala derecha del ejército republicano estaba constituida por la División del Coronel José Leandro Palacios; el centro, por las del Coronel José Francisco Bermúdez de Castro y Figuera; y el ala izquierda, por la del Coronel Manuel Valdez; estando la artillería mandada por el Teniente Coronel Antonio María Freites.

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General en Jefe Simón Bolívar

En horas de la mañana del 31 de marzo 1.814, chocaron ambos ejércitos en el sitio de Bocachica, ya que el Comandante Boves a la cabeza de sus 4.000 combatientes, debido a que la mayor parte de sus tropas pertenecían al arma de caballería. Comienza el combate, y las fuerzas bovistas fueron rechazadas en lo inmediato por el fuego de la artillería republicana; tratando en ese caso, el Comandante Boves de hacer un desbordamiento, fracasando en su intento. Ya que el terreno de los flancos de los flancos de la posición, escarpado en extremo, el cual no era apto para las maniobras militares que el Taita estaba haciendo en esos momentos.

Las fuerzas bovistas cargaron varias veces pero con resultados negativos hasta que en las últimas horas de la tarde fatigados, agotados y diezmados, emprendieron la retirada hacia la villa de San Luís de Cura y de allí a la ciudad de La Nueva Valencia del Rey, pasando por el pueblo de Guigue y perseguidos muy de cerca por una columna comandada por el  Coronel Tomás Montilla, la cual había sido destacada por el General Simón Bolívar desde el pueblo de San Mateo.

Por su parte, el General Santiago Mariño Carry se retiraba con parte de sus fuerzas por las cercanías del Pao de Zarate en dirección al pueblo de La Victoria, en tierras del oligarca y mantuano don Martín Tovar y Ponte, llamado también como el Conde de Tovar. Este oligarca explotador, cristianamente se llamaba Martín Antonio José Francisco Ignacio Bruno Nicolás Damián de la Santísima Luz Tovar y Ponte.

¡Qué bendecido e inmaculado párvulo, de nuestra primera independencia!

En la batalla de Bocachica participó el joven Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá, brillante oficial del arma de ingeniería, émulo de la juventud venezolana quien a su vez estuvo bajo las inmediatas órdenes del General Santiago Mariño Carry. En este combate el Taita Boves  de sus 3.000 guerreros del pueblo en armas, perdió parte de su parque y pertrechos de guerra, 600 hombres, 1.300 caballos y dejando en el campo del honor 30 prisioneros.

Cónchale vale, después de la Batalla de Bocachica se pudo reflejar que en la segunda república mantuana existían tres libertadores; el General Simón Bolívar quien fue proclamado Libertador de Venezuela por la Municipalidad de Caracas; el General Santiago Mariño Carry aclamado por los oligarcas orientales en la Villa de San Felipe de Austria de Cariaco y en el islote de Chacachacare; y en caso contrario, el Comandante General José Tomás Boves fue gallardamente aclamado por las castas empobrecidas y harapientas.

En la Batalla de Bocachica se pudo notar que el ejército del General Santiago Mariño Carry carecía de municiones suficientes, motivo por el cual le negó a sus valientes oficiales, Valdez, Montilla y Bermúdez avanzar contra las posiciones bovistas en total desventaja, ya que de 3 a 4 cartuchos tenían los soldados. El ejército mantuano Libertador del oriente venezolano en su Boletín publicado el 4 de abril de 1.814, expresan lo siguiente: "…se ha conseguido destruir al más formidable enemigo de Venezuela…".

Con esas palabras querían decir que habían destruido al Comandante Boves; pero se tiraron tres, ya que El Taita Boves comprendía muy bien lo que es la guerra popular prolongada; y lo que nunca imaginaron esos asquerosos mantuanos fue que el Comandante Boves logró movilizar un alto contingente de ancianos, hombres, mujeres y niños con toda la logística necesaria para poder continuar con esa guerra a muerte en esos aciagos días y horas. Pero, ellos ignoraban que el Comandante Boves estaba en igual situación. Allí se visualizó el profundo temor en enfrentarlo en el terreno en esas circunstancias; para la historia y la posteridad el presbítero y Oficial José Félix Blanco nos legó estas palabras:

"….lejos de aprovecharnos entonces de la bella oportunidad de destruirle cargando sobre él con todo nuestro ejército, emprendimos también una vergonzosa retirada por los cerros del Pao para salir a La Victoria; en cuyo escabroso tránsito perdimos más gente y más caballos por la deserción y el cansancio que por el fuego del combate de aquel día…".

Para el mes de abril de 1.814, el Libertador Simón Bolívar tenía su ejército distribuido de la siguiente forma:

Nº de Soldados

Destino

4.000

Componen la Guarnición de Valencia.

1.000

Maracay.

2.000

Barcelona.

3.000

Se distribuyen en forma de anillo en los alrededores de Valencia

1.000

Barquisimeto.

8.000

La Reserva de San Fernando de Apure

2.000

Barinas.

800

Columna personal del propio general Simón Bolívar.

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Presbítero y General José Félix Blanco

Enemigo jurado del General Manuel Carlos Miguel Piar y Gómez

Más sin embargo, el General Simón Bolívar atacó y dispersó a las fuerzas del Comandante Boves en el sitio de Magdaleno, el 1° de abril del año 1.814. Y dirigiéndose a los soldados del ejército de oriente les dijo el 6 de abril de 1.814, lo siguiente: "…Yo he suplicado, soldados generosos, al general bajo el cual habéis vencido, os conceda un escudo cuyo mote diga: Libertadores de Caracas en Bocachica…".

¿Libertadores de qué?

Y el antiguo esclavizado Juan José Rondón cumplió una vez más su promesa de enfrentarse con su enemigo de siempre, el General Pedro Zaraza; la cual se llevó a cabo el 11 de abril de 1.814. Ya que en esos momentos el General Pedro Zaraza se encontraba en Valle de la Pascua cuando el negro Juan José Rondón se encontraba acompañado del Coronel Lorenzo Figueroa "Barrajóla" y su gente.

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Coronel Juan José Rondón Delgadillo

En verdad, el General Pedro Zaraza era más fogueado en la tierra llanera que el Oficial Juan José Rondón y conocía muy bien las andanzas de su compadre el Comandante José Tomás Boves. Sin embargo, volvió a sentir los avatares de la derrota por segunda vez en tierra guariqueña.

Esas dos derrotas sufridas por el negro Juan José Rondón en menos de un mes llevaron a las fuerzas de El Taita Boves a enfrentarse con las fuerzas mantuanas republicanas en la famosa batalla de Valle de La Pascua en 1.814.

Quién tuvo que planificar sus acciones militares en un ataque combinado en tres cuerpos de caballería, infantería y artillería, situándolos en los pueblos de Orituco bajo el mando de don Bartolomé Martínez, en Espino bajo la conducción del afro-descendiente Juan José Rondón y en Tucupido bajo el liderazgo de don Lorenzo Figueroa "Barrajóla".

            Lo que en verdad estaba muy bien manifiesto era la profunda enemistad que existía entre los generales en jefe Simón Bolívar y Santiago Mariño Carry; parecía que en Venezuela había dos repúblicas mantuanas. Lo que permitió que el Comandante Boves derrotara en Arao a las fuerzas comandadas por el General Santiago Mariño Carry el 15 de abril de 1.814.

Hecho que obligó a ambos libertadores en firmar un pacto el cual se llevó a efecto en el mes de Abril del año 1.814, donde acordaron prestarse mutua colaboración militar a fin de subordinar sus jefaturas en esos difíciles momentos de la guerra a muerte; cuyo objetivo era frenar el avance arrollador de las legiones que estaban al mando del Comandante José Tomás Boves.            

            ¿Pero hasta cuando duraría ese pacto?

Y también el General Simón Bolívar dijo estas palabras: "…Boves es la cólera de los cielos que fulminaba rayos contra la patria…".

EL Comandante Boves en su Cuartel General en la villa de Calabozo dictó el 2 de Mayo de 1.814, la siguiente orden:

"…El Teniente de Tiznados entregará al Presbítero don Luís Montesinos de los anímales de don Luís de Rivas el valor de cincuenta pesos que le adeuda por el estimpendio que anualmente le abona por el servicio de sus hatos en aquella jurisdicción y corresponde al año de ochocientos trece…".

Y en esa misma fecha, dicta la siguiente orden:

"…de los bienes del insurgente José Salinas a Don Manuel Cayetano Monserrate, el valor de noventa y seis pesos de que le es deudor por los derechos que le pertenecían en la causa de insurrección, que como juez comisionado por el señor Capitán General Don Domingo de Monteverde, le siguió a dicho Salinas el año pasado de mil ochocientos trece…".

El Comandante Boves comienza a preparar su táctica de combate para librar algunas acciones militares en contra de los ejércitos republicanos comandados por los mantuanos centrales y orientales en el centro de la espesura llanera en tierras de Aragua y el Guárico, encontrándose en las cercanías del pueblo de Calabozo, el 15 de mayo de 1.814. Realmente, fue necesario impartir órdenes precisas en aras de dejar a los enemigos sin jefes y oficiales de importancia, como córtale todo apoyo logístico, siendo necesario dictar algunos castigos de relevancia, ya que se apreciaban deserciones dentro del ejército bovista.

A tal efecto, El Taita Boves llamó al Capitán Manuel Morales perteneciente a las avanzadas del Comandante Francisco Rosete para tales fines, ya que él era nativo de esas tierras llaneras y conocía muy bien a la gente como a sus soldados, impartiéndole la siguiente orden:

"Capitán Morales, le ordenó desde ya, que usted tenga el sagrado deber de pasar por las armas sin rodeo alguno, a todos los que estuvieron en nuestras tropas y que liberáramos de la esclavitud en las haciendas de sus antiguos amos. No podemos permitir esas guebonadas, que estemos liberándolos y ellos pretendan volver a sus amos para ser siempre esclavos de la godarría que estamos combatiendo, hostia, hombre".

El Capitán Manuel Morales le contestó de la siguiente manera: "Entendido, Comandante Boves. A todo aquel que agarremos o le pongamos las manos, de inmediato se va para el sepulcro sin titubeo alguno, créalo que será así, Comandante Boves".

Y El Taita Boves, le expresó lo siguiente: "Vaya pues, Capitán Morales y cúmplame la orden. No mire para atrás y a todo el que encuentre en el camino le hace lo que ya se le dio como una orden, vaya pues, rapidito, rapidito".

La orden fue muy bien ejecutada por el Capitán Manuel Morales en la villa de Todos los Santos de Calabozo y en las comarcas adyacentes. Sin embargo, hay registro de esa misma fecha escrito por el oligarca Tito Sierra Santamaría, quién en esa ocasión expresó lo siguiente:

"…Establece su cuartel general; aquí comienza a reclutar la esclavitud llanera; pero como las deserciones eran muchas, el día quince de dicho mes ordena degollar a los desertores, y el veintitrés manda a matar a los que no se incorporan a las fuerzas del Rey. Las órdenes que le imparte al matarife Francisco Rosete y sus secuaces eran contundentes: "Maten a los insurgentes sin pólvoras ni balas…".

Para el 20 de mayo de 1.814, encontramos al General Manuel Carlos  Piar y Gómez reagrupando una fuerza de caballería en Chaguaramal del Batey o de Perales, actual pueblo de Zaraza; con marcadas instrucciones de trasladarse a los valles de Aragua, dificultándose su avance por los llanos guariqueños, ya que tenía informaciones de que el Comandante José Tomás Boves había reagrupado a un gran ejército del pueblo en armas con el cual podía devastar a la república entera.

Sobre esos sucesos de vital importancia en los tiempos de la guerra social que se libraba en los llanos guariqueños en 1.814, el Dr. Luís Pérez Guevara en trabajo de investigación histórica sobre la batalla de Valle de La Pascua, titulado "El Ayer de la Princesa" y que fue publicado en febrero de 1998, en donde escribió lo siguiente:

"…El 20 de mayo de 1814, estando Zaraza en Valle de la Pascua, a la espera de Piar, uno de sus informantes le deja saber, que Bartolomé Martínez viene sobre el pueblo, y ante tan delicada e inesperada situación, a pesar de que su hermano Lorenzo Zaraza, segundo en el mando, le repitió varias veces, que fueran en busca de Piar, Pedro Zaraza, con la esperanza de la llegada de éste de un momento a otro.

Según la versión de Don Lorenzo Zaraza, y ante un enemigo superior en números, se atrinchera y se fortifica con fosos y estacas de madera. La población Vallepascuense, también, indirectamente participó en la guerra patria, ya que sin quererlo tuvieron que atrincherarse con la tropa de Zaraza. El ejército enemigo, estaba al acecho, y se limitó a rondar y espiar cada movimiento de los patriotas. Estos, dentro del pueblo, sólo esperaban con resignación el ataque, mientras que los realistas, el momento oportuno, para como aves de rapiña, caer sobre su pequeña presa.Pero ese 20 de mayo, el enemigo no atacó. El día 21 de mayo de ese año 1814, y siendo las 8 de la mañana, aproximadamente, se presentó en Valle de la Pascua, por el camino de Mamonal, que era la entrada Suroeste de la población, el ejército enemigo, constante de 2000 hombres del General José Tomás Boves, al mando de Bartolomé Martínez y la tropa de Juan José Rondón, que se le unió en el mencionado caserío, para enfrentarse a 300 patriotas, según el Parte de Guerra emanado del Cuartel General de Valle de la Pascua, el 26 de Mayo de 1814, firmado por el Secretario Eusebio Afanador y publicado en la Gaceta de Caracas del Jueves 9 de Junio de 1814. Aunque en este Boletín del Ejército 2do. de Oriente, no se señala a Bartolomé Martínez como comandante de la tropa, fue este realista el que enfrentó a los valientes Republicanos que estaban bajo el mando de Pedro Zaraza.

El comandante Martínez, conociendo la pequeñez numérica de la guerrilla y considerándola empresa fácil, lanzó sus tropas a tomar la plaza. Sin embargo encontró unas trincheras bien defendidas, causándole muchas pérdidas. Desafortunadamente en las primeras horas del asalto murió el segundo jefe de las fuerzas patriotas Lorenzo Zaraza y sus dos hijos Eugenio y José Antonio, que viendo, una de las trincheras comprometida y amenazada por la presión de los asaltantes, pusieron sus pechos de balaustre para su defensa y murieron en ella. Martínez, ante este rechazo de los patriotas, que no esperaba, decide cambiar la estrategia, optando por sitiar el pueblo, de manera que nadie entrara ni saliera de él, y rendirlos, irremediablemente, por el hambre y la sed, impidiéndoles el acceso al "Caño de la Vigía", que era la única fuente de agua de que disponíamos para esa época.

El alto al fuego, puso alerta a Zaraza, porque conociendo a los realistas, instuía, que éstos estaban preparando algo, y la ausencia, de Piar, quien ya debía estar en Valle de la Pascua, lo preocupó sobremanera. Sacando coraje de su fuerte personalidad, mandó a dar sepultura a su hermano y sus dos sobrinos, que murieron en aras de la libertad, recogió a los heridos, redobló la vigilancia y se volvió a preparar detrás de las trincheras, esperando, de un momento a otro, el ataque de los soldados del Rey.

Ese día, 21 de mayo de 1814, no hubo paz en Valle de la Pascua, en sus habitantes, ni en sus defensores. El temor estaba reflejado en cada uno de los sitiados. Así pasó aquel 21 de mayo, esperando un ataque, y la misma muerte. Amaneció el día 22 de Mayo de 1814. En el sitio, reinaba, como es natural, el nerviosismo, comenzaba a notarse, la ausencia de la comida y del agua. El jefe patriota, que había resuelto enfrentar al enemigo dentro de sus trincheras, contando que la llegada de Piar en su auxilio no se haría esperar; se equivocó. Piar tardaba más del tiempo previsto.

Por su parte los realistas, encabezados por el satánico Bartolomé Martínez, asechaban. El Caño de la Vigía estaba fuertemente custodiado por un nutrido número de artilleros, los que sólo esperaban que la sed doblegara a los patriotas, y que salieran a buscar el preciado líquido, para cazarlos, como animales. Por si esto fuera poco, incendiaban los alrededores del sitio, por períodos de tiempo, para que el calor, el fuego, la sed y el desespero, les obligara a abandonar sus trincheras. Con Zaraza, estaban los habitantes del poblado, sedientos, nerviosos, que en su mayoría, no sabían, de tantos apremios, hostigamientos, ni presiones. Con el pueblo, estaban entre otros, los valientes patriotas:

Capitanes: Antonio Manzano, José Antonio Ron, Pablo Ruiz, José Félix Hernández, Juan López, Miguel Saldivia, José Ignacio García, y Salomón Calderín, estos dos últimos jugaron un papel verdaderamente significativo para el posterior desenlace de aquella delicada situación.

Tenientes: Juan Alcalá, Antonio Alemán, Francisco Guevara, Francisco Barroso, Pedro Figuera, Lorenzo Remigio, Felipe Hernández, Agustín Leal, Gerónimo Urquiola. Sub Tenientes: Lorenzo Machado, Bautista López, Pedro María Lamas, Ignacio Alfonso, José Siso, Domingo Perdomo, Fulgencio Fagundez.

Además, se contaba con el heroísmo y ardor de lucha de Julián y Leonardo Infante. José María Zamora, Cipriano Celis, Belisario, Ledezma, Camejo, Calderón, Machuca, Alfonzo, Cuárez, Machado, todos militares del llano. Los hermanos: Santiago, José María y Luis Suárez, caraqueños. Los Turmereños: José Antonio, Andrés y Feliciano Pérez. Todos oficiales distinguidos, cuyos nombres nunca podrán ser borrados de las páginas de la historia.

El día 23 de mayo, después de tres días de combate, de incendios, de hambre, de sed y de fustigamiento por parte del enemigo, los sitiados enfrentaban una situación verdaderamente desesperada; pero el Todopoderoso, que no abandona a sus hijos, envió una ligera llovizna, suficiente para llenar las zanjas de las trincheras, donde pudieron mitigar la sed.

Entrada la noche, el comandante se reunió con sus oficiales en consulta de guerra, exponiéndoles, a los intranquilos patriotas, la seguridad del auxilio de Piar, si lograban enterarle de la situación en que se encontraban. Sin embargo, el verdadero problema era cómo avisarle, pues se trataba de una misión delicada y riesgosa. Pero eran tantos los deseos de superar aquel enojoso e implacable asedio, que aún, a sabiendas de los peligros que implicaba el cometido, los capitanes José Ignacio García y Salomón Calderín, se ofrecieron para llevarla a cabo. Los Valientes oficiales, después de ser provistos de los mejores caballos, pusieron en práctica la estrategia planeada: simular la deserción de las filas patriotas y el paso a las realistas.

 Como a las diez de la noche, los oficiales saltan las trincheras y, entre un seguido fuego de artillería al aire por parte de sus compañeros, se dirigen en veloz carrera al campo enemigo, vitoreando al Rey. Logrando así la primera parte del plan, que era llegar hasta la fuerza contraria. El propio Bartolomé Martínez les sale al encuentro, quería informarse sobre la situación de los patriotas. Los capitanes, dicen estar dispuestos a hablar sobre la misma, pero piden que les dejen tomar agua primero, porque se estaban muriendo de la sed.Los realistas los dejan ir hacia el Caño de la Vigía.

Una vez que trasponen las últimas filas realistas, arrancan en veloz carrera, por el camino que conduce hacia Chaguaramal de Perales (hoy Zaraza).Ya, lejos, donde los disparos no pueden tener efectividad y sumergidos en la noche, dejan escuchar un ¡Viva la Patria!, luego disparan un trabucazo, que era la señal convenida para informar el éxito de la operación. En la plaza, los sitiados, conociendo la señal, gritan de contento, porque, por lo menos, la encomienda va al encuentro de Piar.El día 24 de mayo de 1814, los capitanes José Ignacio García y Salomón Calderín, después de recorrer, sin parar, 22 leguas, llegan a el Chaguaramal de Perales (Zaraza). Al llegar, les informan que Piar se había movido ya, por otro camino, hacia Valle de la Pascua. Redoblan la marcha, con titánico esfuerzo, ya que no habían dormido, descansado ni comido, pero para aquellos hombres, todos los sacrificios eran pocos, cuando de la patria se trataba. Por fin, después de haber andado a galope tendido, ya en la tarde, logran darle alcance, en el sitio conocido como Camoruco o Higuerote, donde acampaba tranquilamente. Este caserío dista del Chaguaramal de Perales a unas seis leguas. Sin perder mucho tiempo, le comunican a Piar el encargo de Zaraza.

Una vez que Piar escuchó la situación que vivía Zaraza y su tropa, ordenó a sus subalternos levantar el campamento y se dirigió inmediatamente a Valle de la Pascua en marcha forzada de toda la noche. Ya amaneciendo, el cansancio se apoderó de la infantería, por lo que Piar optó por apartar en el sitio de Los Morrocoyes, 200 hombres con lo mejor de su caballería y 200 infantes que montó en las grupas de aquellos, y siguió al pasitrote dejando el resto de la tropa a la retaguardia pero en marcha para reunírsele en Valle de la Pascua.

Así, el 25 de mayo de 1814, llegó Piar con sus 400 soldados, al sitio conocido como Fogoncito, lugar que ubicamos hoy, a la salida hacia Tucupido, cerca del peaje. Ahí se detuvo y mandó a soldados de su espionaje a buscar información acerca de los sitiados, así como para alertarlos de su llegada. Los espías se aproximaron a las trincheras y dejaron escuchar el clarín de guerra, que sonó para los sitiados como una diana victoriosa, y un mensaje de lucha y muerte para los realistas. Un grito formidable de los patriotas salió de las trincheras en reto de venganza contra sus enemigos, quienes no esperaban a Piar por aquella vía y creyendo que la gente de inteligencia fuese su vanguardia, se compactan aceleradamente formándose en batalla al sureste de la población, y los sitiados se preparan para salir de sus trincheras.

Como a las 3 de la tarde, se presenta la división de orientales en el alto de la laguna de la Vigía, donde Piar. levantando la mano y dirigiéndola hacia donde estaban los realistas, grita: "Viva la América Libre" y con un ademán de su brazo derecho, indica que hay que irse al ataque, y embisten como fieras acorraladas al enemigo, por el frente, mientras que Zaraza v los desesperados sitiados lo hacen por el flanco izquierdo. Tan ardoroso y encarnizado fue el ataque que solo bastaron pocos minutos para que los patriotas, inferiores en números, pero grandes en corazón destrozaron a los realistas y los pusieran en huida, la que hicieron vía Jácome.

Los patriotas los persiguen a unas cuatro leguas, hasta el sitio conocido como " La Parada de Duran", por allí los encontró la noche y temiendo exponerse a una emboscada, desisten del empeño de la persecución retroceden a reencontrarse con lo que habían quedado en el sitio de la batalla.

Piar con su división acampó en el Caserío La Vigía, hoy convertido en una urbanización de la ciudad ( Las Lomas ), donde permaneció hasta el día 27, cuando una vez enterado de los reveses sufridos por el ejercito patriota, en el centro del país, decidió retirarse al oriente a reagruparse con otros compañeros. Después de más de un siglo de distancia, para recordar la gesta heroica de los patriotas en suelo Vallepascuense, el Ejecutivo del Estado Guárico. bajo la gestión gubernamental del doctor Rafael Ledesma Martínez, atendiendo sugerencias del conglomerado, construyó la llamada Plaza Piar, ubicada en la Calle El Vigía, frente al terminal de pasajeros, donde se encuentra colocado un busto del General Manuel Carlos Piar, a quien se considera el Libertador de Guayana y el salvador, en estos predios, de Pedro Zaraza.

Un buen día, allí a la espera de unos colegas, que por el terminal de pasajeros "Juan Arroyo" de nuestra ciudad, llegarían a esta generosa tierra, y viendo como declinaba el sol, con una tarde moribunda, mientras la gente entraba y salía presurosa: se me ocurrió pensar, que en ese mismo sitio, muchos compatriotas, a lo mejor sin esa prisa de los viajeros, pero con orgullo, murieron en la gesta heroica de la guerra patria.Estos hechos del pasado son tesoro invalorable para contribuir a desarrollar en el joven de hoy – hombre mañana -. el sentimiento nacional, el trabajo mancomunado y honesto que permita poner en marcha definitivamente al país y dejar por todos los caminos de la patria, huellas que puedan ser fervorosamente seguidas, y nos conduzcan a la victoria y a la felicidad colectiva de una manera absoluta y por siempre….".

Don Felipe Hernández, cronista del pueblo de Valle de La Pascua, sobre el Taita Boves escribió estas estrofas o cuartetas:

Boves huyó del Cantón

Del pueblo de Guasdualito

Se vino hacía Palmarito

Corriendo sin ton ni son.

En la fugaz retirada

Doscientos mató el asturiano

Y donde quiera un osario

Dejó su temible espada.

Yo quisiera preguntar

Por las muertes que estoy viendo

Si doscientos mató huyendo

¿Cuántos mató al atacar?

El Mariscal de Campo Juan Manuel Cajigal y Niño el 28 de mayo de 1.814, con un contingente de 3.000 hombres se encuentra en un sitio cercano a la serranía de Las Hermanas, estando protegido por la quebrada de Carabobo; emplazando la artillería delante de la línea, como reserva, un regimiento de infantería y con sus alas protegidas en sendas colinas; avanzando en esos momentos el General Simón Bolívar desde la ciudad de La Nueva Valencia del Rey y de la Anunciación hacia las sabanas de Carabobo con 5.000 combatientes en dos líneas.

La primera estaba formada por tres divisiones de infantería, las cuales estaban mandadas por los coroneles José Francisco Bermúdez de Castro y Figuera, Manuel Valdez y Florencio Palacios;  y la segunda por dos divisiones de infantería y todo el grueso de la caballería; además de varias piezas de artillería. Al campo de batalla entró la caballería republicana en contra de la posición defensiva;  respondiendo el Mariscal Juan Manuel Cajigal y Niño con fuego de artillería y con el ala izquierda de su caballería destrozaron la columna enemiga.

La infantería republicana toma las sabanas y desordena al ejército del Mariscal de Campo Juan Manuel Cajigal y Niño, produciéndole grandes estragos y poniendo en desbandada al ejército realista; el cual fue perseguido inclementemente por el General Farías. Bueno vale, con esa derrota en la Batalla de Bocachica, el Comandante José Tomás Boves de la Iglesia avanzó con sus hombres hacia la ciudad de Valencia del Rey con el fin de reagrupar a sus lanceros y aumentar su contingente humano.

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El Rey Fernando VII

Y Teniente Coronel Rafael del Riego

Las postas en el camino le anuncian que el Mariscal Juan Manuel Cajigal y Niño, conjuntamente con sus lugartenientes Sebastián de la Calzada, Francisco Ceballos y el Coronel Joseph Miguel Salomón fueron derrotados en las sabanas de Carabobo. Estando la ciudad de La Nueva Valencia del Rey y de la Anunciación defendida con valor y denuedo por el General Rafael Urdaneta Farías, obligando a José Ceballos quien venía con una columna de sus hombres desde la ciudad de Santa Ana de Coro a librar arma en las sabanas de Arao en donde fue derrotado el General Santiago Mariño Carry.

En los días previos a la 1ª Batalla de Carabobo, el General Manuel Carlos Piar Gómez estaba informado de que el Comandante José Tomás Boves iba a tomar la misma ruta de él, optando por avanzar con el grueso de sus tropas el 25 del mes de mayo de ese trágico año hacia el pueblo de Valle de la Pascua en donde estaba la base de operaciones del Taita Boves.

El fin era romper el cerco militar que les tenían los coroneles del ejército bovista Juan José Rondón y Antonio Martínez de la Hoz en contra de las fuerzas republicanas comandadas por el Comandante Pedro Zaraza Manrique. Allí fueron derrotados los soldados del Taita Boves; realmente en Valle de la Pascua combatió fue la caballería republicana; ya que su infantería tuvo temores de entrar en combate, prefiriendo huir hacia sus bases de operaciones en Aragua de Barcelona.

El Comandante José Tomás Boves sobre la 1ª batalla de Carabobo y entre dientes les expuso a sus hombres estas palabras:

¡Ah carajo, y el Mariscal Cajigal

Es un tronco de pendejo

Que se dejó joder con el faccioso Bolívar

En las sabanas de Carabobo

Que vaina vale!

Carajo Carlitos, teniendo el enemigo muy fortalecido en sus narices, El Taita Boves decidió realizar una marcha forzada y muy aparatosa y sin descanso alguno hacia su Cuartel General en la Villa de Calabozo; en donde a su arribo hizo un balance minucioso con sus tenientes y demás jefes, sobre el estado actual de la guerra misma, y en cuáles condiciones se encontraban verdaderamente su ejército. Llegando El Taita Boves a la conclusión siguiente, que era muy necesario prepararse con más ahínco y perseverancia, para de esa manera poder derrotar al ejército republicano; forzándolos a librar combates más contundentes en terrenos más accesibles a su caballería, para una vez por todas, ponerle fin  y feliz término a esa cruenta guerra civil entre venezolanos.

En eso interviene el niño Jimmy Palazzo y le hace la siguiente pregunta al amigo Jesús Martínez, "El Iguano": ¡Oye Jesús, en nada tú te parece a Jesucristo; pero nosotros queremos que tú continúes con esta historia que muy bien ha sido llevada por esta Mesa Redonda!

Muy bien Jimmyto, tú tienes razón, no me parezco a Jesucristo ni pretendo serlo vale, pero si voy a continuar con estos relatos que son importantes para el aprendizaje y enseñanza de nuestra historia nacional.  Estando don José Tomás Boves en compañía de su amada Inés Corrales recibió noticias de don Lorenzo García Jove, quien le notificaba que en los barcos de la Casa Comercial Plat y Portal provenientes del puerto de La Coruña en la Península Ibérica anunciaban la caída del Emperador Napoleón Bonaparte, y el inminente regreso de el Rey Fernando VII de Borbón, como el de su amigo Rafael del Riego y Núñez, desde su cautiverio en Bayona.

La guerra de independencia en contra de los franceses había terminado y era necesario esperar que el Rey regresara a España para ver si se acogía a la Constitución Liberal de Cádiz "La Pepa", hecha en el año 1.812, en donde el Rey era un delegado más de la soberanía popular ante las Cortes de Cádiz. Ante tal situación, el Comandante José Tomás Boves consideró que sus fuerzas estaban prestas para entrar nuevamente en combate, decidiendo avanzar con su ejército hacia La Puerta del llano, en las cuales se avistaban a las fuerzas republicanas avanzando hacia el mismo lugar, generándose preocupación en el corazón de las familias mantuanas, quienes al ver partir hacia la guerra a sus maridos, padres, hermanos, hijos, novios y amigos, sufrían en carne propia los rigores de la guerra a  muerte.

Carajo Jimmyto, los oligarcas iban al frente a medir sus armas y sus batallones en contra del pueblo en armas, bajo la conducción de El Taita Boves. Las familias  godas y mantuanas apesumbradamente gritaban a coro y a todos los vientos, en esos cruciales momentos en que sus seres más queridos partían hacia la guerra a batirse en el campo del honor y del sacrificio heroico, decían estas melancólicas palabras:

¡Llévennos con ustedes………………………….!.

¡No nos dejen morir………………………………!

¡Si nos abandonan, Boves nos va a matar…!

¡Misericordia, por el amor de Dios…………!

¡No nos abandonen……………………………….!

El Comandante José Tomás Boves ataviado con un vistoso uniforme militar y portando en su pecho las medallas y laureles ganados en muchos combates se dirigió al Justicia Mayor del pueblo de Camatagua el 23 de mayo de 1.814, ordenándole lo siguiente: "…Trate Usted de reunir toda la gente útil que se halla por los campos y el que no comparezca a nuestra voz se tendrá por traidor y se le pasará por las armas…".

Sin embargo, el Justicia Mayor de Camatagua cumplió la orden sin tristar un chillido, motivo por el cual el Comandante José Tomás Boves le volvió a escribir bajo estos términos: "…Recibí los hombres y espero de su eficacia no deje uno solo útil para concluir con estos pícaros y luego reposar en el seno de sus familias…".

Y después en una post data le agregó lo siguiente:

"…Se fueron desertando la mitad de los que usted mandó. Es una picardía. Los pasará por las armas; y si no aparecen me mandará presas a sus familias para hacer un ejemplo. No ande flojo con estos infames…".

Esos eran los preparativos para librarse la batalla en el sitio de La Puerta del Llano, entre tierras aledañas al Guárico y Aragua; acercándose a la mayor velocidad posible los ejércitos en conflicto a ocupar mejor posición en el frente de batalla.

En eso interviene el niño Lenin Yasser Morales Tussentt y le pidió a su padre León Manuel Morales que le narrase algo de sus investigaciones sobre la 2ª Batalla de La Puerta: "Papá, échale piernas a tus relatos, porque tú si sabe de eso; anda pues comienza con tus relatos, porque esa batalla creo fue una de las más importantes que haya hecho El Taita Boves en tierras de Venezuela".

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Arco en el sitio donde se celebró

La 2ª Batalla de La Puerta

Y el historiador popular León Manuel Morales le respondió a su menor hijo bajo estas palabras:

Como tiene que ser del conocimiento de ustedes, ahora que nuestro líder fundamental Comandante Hugo Rafael Chávez Frías nos habla de la "Guerra Asimétrica" en aras de enfrentar a las fuerzas militares y de inteligencia del imperialismo norteamericano en nuestras tierras. Debemos decir, que el chino Sun Tzu en su obra: "El Arte de la Guerra", conocida muy fehacientemente por el Comandante Boves quién en nuestra historia patria ha sido uno de los mejores cultores en la práctica de dicha forma de lucha, se basó en estas palabras de Sun Tzu:

"… Rendir al enemigo sin luchar es la línea de la perfección…".

"… El ejército que llega antes al campo de batalla y espera al enemigo está descansado y gana la iniciativa, mientras que el ejército que llega tarde y se lanza a la batalla cansado y se ve forzado a adoptar una posición pasiva. Si ves que los enemigos muestran ardor, espera a que éste se aplique y se vean abrumados bajo el peso y el fastidio de las fatigas…".

El General en Jefe Simón Bolívar y Palacios  notando que la guerra a muerte dictada por él en 1.813, no les daba los resultados que esperaban, de acuerdo a sus planes de operaciones militares; en el mes de junio de 1.814, haciendo un esfuerzo desesperado, le giró instrucciones al Dr. Pedro Gual con el fin de que convenciera al comandante de la escuadra inglesa apostada en la isla de Barbados, en aras de solicitarle el pronto envío a tierra firme de 2.000 fusiles y 1.000 soldados para el ejército a su mando. Cuyo fin era frenar el avance del Comandante Boves hacia Caracas y salvarla de la muerte y la destrucción. Eso indica, que el General Bolívar desde esos momentos comprendió que la 2ª República estaba entrando en agonía. Lo cierto del caso es que las tropas ni las armas nunca llegaron a nuestra patria; ya que Inglaterra andaba haciéndole el cebo a España para aposentarse en algunas de sus colonias.

Esos temores conllevó al oligarca Martín Tovar y Ponte a decir estas palabras: ¡Tenemos gobierno, no tenemos un sistemaConsidero al país perdido!

Como no, hijo; siguiendo el amplio significado de la "Guerra Asimétrica" o  Guerra de 4ª Generación. Eso fue lo que sucedió en La Puerta, esta es la historia; el Comandante José Tomás Boves el 6 de junio de 1.814, pasó revista a sus tropas, estando su caballería compuestas por vecinos de los pueblos de San Gerónimo de Guayabal y San Francisco de Tiznados comandadas por Ramón González, Manuel Machado y Guía Calderón, su infantería era la Columna de Cazadores del Batallón de Preferencia al mando de don Rafael López, sus pendones eran de color blanco.

  Por el lado mantuano, el ejército estaba organizado de la siguiente forma: General en Jefe, Santiago Mariño; jefe del Estado Mayor, Ramón García de Sena y Silva, jefe del Centro, José Francisco Bermúdez de Castro y Figuera; Secretario de Guerra, Ramón Machado; jefe del Batallón "Cumaná", Antonio María Freites; jefe del Batallón "Aragua", Manuel Aldao; jefe del Batallón "Barcelona", Teniente Manuel  Antonio Lobatón; primer jefe del Ala Izquierda, Agustín Arrioja Guevara; segundo jefe del Ala Izquierda, Casimiro Isava; jefe de la Reserva, Manuel Isava; y jefe de la Artillería, Coronel  Diego Jalón y Dochagavía.

La caballería republicana constaba de tres cuerpos: "Barcelona", comandada por el Comandante Francisco Carvajal "El Tigre Encaramado" y Lorenzo Romero; "Maturín", por Andrés Rojas y Jesús Barreto; y "Alto Llano", por los coroneles Judas José Tadeo Monagas Burgos y Manuel Cedeño Hernández; los pendones mantuanos eran de color amarillo. 

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Coronel Antonio Muñoz Tébar

Para el 7 de junio de 1.814, se tenían noticias de que las fuerzas mantuanas en Caracas estaban en desbandadas, ya comenzaban los preparativos para emigrar al oriente del país. Inclusive,  ya se conocían hechos de relevancia, como el saqueo que le hicieron a la Capilla de Copacabana en donde se llevaron la platería de plata hechas por el orfebre don Francisco de Landaeta.                        

¿Así son de ladrones los miembros de las clases dominantes en nuestro país?

Ambas ejércitos estaban preparados y listos para entrar en combate en el Abra de La Puerta; en donde funcionó el servicio de espionaje bovista a las mil maravillas, debido a que conocían muy bien el desplazamiento, como el grueso y número de las fuerzas republicanas del mantuanismo oligárquico prostituyente, y de su táctica a desarrollar en esa acción de armas. Es por esto que hoy como mortales que somos en el comienzo del siglo XXI, sobre esos eventos épicos del pasado, decimos:

 Venezuela, nuestra patria querida estaba entre dos fuegos; ambos ejércitos luchaban por consolidar sus espacios y conquistas. En LA PUERTA del Llano había dos jefes militares que nuevamente iban a enfrentar sus armas y pendones: por un lado, el Comandante José Tomás Boves de la Iglesia, con su segundo el Coronel Francisco Tomás Morales Guédez, mi ilustre antepasado; por el otro lado, el General Simón Bolívar Palacios, con su segundo el General Santiago Mariño Carry.

La suerte ya estaba echada en esa histórica entrada del llano venezolano, no había marcha atrás ni retroceso alguno, la idea en ambos bandos eran de: "Vencer o Morir" o "Libertad o Muerte".

Las fuerzas del Comandante José Tomás Boves después de seis días de marcha forzada tomaron al pueblo de Ortiz el 9 de junio de 1.814, entregándose sus pobladores sin oponer resistencia alguna. Sus vecinos casi en su totalidad eran mantuanos de la godarría española y venezolana, asentados allí desde muchas épocas anteriores, quienes extrañamente para tratar de preservar sus vidas, hicieron cuantiosas donaciones y juraron lealtad al Rey de España y  curiosamente al Taita Boves.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27
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