Comandante Jose Tomas Boves, Timonel en la Libertad del pueblo venezolano (página 17)
Enviado por León Morales
Al arribo del Comandante Boves a Caracas se pudo observar que infinidades de personas se dirigían hacia el puerto de La Guaira con el fin de tomar un navío que lo llevase a algunas partes del Caribe. Escondiéndose el mantuano Juan Manuel de Matamoros en las espesuras del Guaraira Repano o Ávila. Específicamente, en el sitio de La Ciénaga o El Lagunazo. Otro de los bichos de la godarría caraqueña que se escondió en tan sagrada montaña, en el Warayra Repano, que en lengua de los Taramaquas o Tarmas significa: "Lugar de Dantas o Lugar de Abejas", fue el bastardo oligarca Martín Tovar y Ponte, pariente del Libertador Simón Bolívar.
El Taita Boves iba acompañado de sus protectores don Lorenzo García Jove y don Joaquín García Jove y del presbítero José Ambrosio de las Llamozas quien era el capellán de su ejército; de sus oficiales, jefes y soldados, como del pueblo en general se dirigieron hacia la Catedral Metropolitana de Caracas a oficiar un Te Deum en Acción de Gracias por las victorias obtenidas por sus escuadrones y combatientes en la 2ª batalla de La Puerta, como en el sitio y cerco militar, rendición y capitulación de la plaza de La Nueva Valencia del Rey. A las 10 de la mañana se le dio comienzo al acto religioso con misa oficiada y cantada por el Excelentísimo e Ilustrísimo Arzobispo de Caraca, Dr. Narciso Coll y Prat.
Carajo Carlitos, el Comandante Boves viendo que había una gran desigualdad social en cuanto a las prácticas religiosas, al notar que los más desposeídos no pudieron entrar a la Catedral Metropolitana de Caracas cogió una gran molestia y arrechera entablando esta conversación con su Comandante de Vanguardia Ramón González, bajo estos términos: "Cónfiro Chepino, hay que ver que estos empingados mantuanos son unos vulgares hijos de puta, vale, fíjate como son las vainas; ellos con sus consortes comulgan y confiesan sus sinverguenzuras en La Catedral, en donde sus putísimas mujeres van bajo paraguas llevadas en manos por sus esclavas, quienes tienen que tenderles una alfombra en el piso para que no se les dañen sus rodillas".
Catedral Metropolitana de Caracas
"Coño Chepino, y los canarios como tú tienen que confesar sus vainas y sus pecados en la iglesia de la Candelaria., carajo nojoda, y los pardos tienen que ir a decir sus cosas y guebonadas en la iglesia de Altagracia. Coño vale, y los negros como Milonga y Juan José Rondón Delgadillo tienen que asistir a regañadientes a la iglesia de San Mauricio".
"Cónchale vale, esa vaina tiene que acabarse de una vez por todas y eso es ya, nojoda…, aquí no hay "camisas de mochilas", aquí todos somos iguales ante Di_s y el pueblo soberano".
"Chepino, para esa vaina te envié en una avanzada y desde ya me le dices al señor Arzobispo Narciso Coll y Prat que se deje de esas guebonadas, vale; que el pueblo es uno y que en las misas me los reciba a todos por iguales; o yo en lo inmediato lo mando a pasar por las armas, nojoda".
"Porque esta guerra la estamos haciendo para que todos seamos iguales ante el Altísimo y el pueblo de Venezuela; ya que en estos momentos Di_s está con nosotros, carajo".
"Es que es verdad, ese Arzobispo es un perfecto pajuo; él como que no sabe que yo sé que me echó paja con las autoridades españolas en Cuba y Puerto Rico, que siga con esa guebonada que lo voy a joder bien jodido".
"Chepino, debe dar placer subirle la sotana a un endemoniado Arzobispo y darle unos cuantos vergajazos por ese culo con la verga de toro que tengo allí guardada, ja, ja, ja".
"Ahora la ha agarrado con estar hablando pingadas en contra de los masones; diciendo que yo ando vociferando que el pueblo debe creer en los principios de: Libertad, Igualdad y Fraternidad".
"Fíjate Chepino, esas son pendejadas; esos carajos nunca tienen nada que hacer, sino hablar porquería, no entiendo como ese degenerado dice que nosotros tenemos embochinchados a este pueblo".
En eso Chepino le pregunta al Comandante Boves lo siguiente: ¿No será que usted pertenece a la francmasonería, Comandante Boves?
Y seguidamente el Taita Boves con algún titubeo, le expresó estas palabras: "Y si lo soy, que le interesa a usted esa vaina, Chepino".
Y Chepino le recordó nuevamente, lo dicho por el Arzobispo en ejercicio en Caracas: "Comandante Boves, si eso es así; entonces ese hijo de puta cura hay que matarlo o salir de él rápido, porque él ha estado diciendo que a usted no hay que seguírselo calando más; ya que usted tiene pacto con el mismito Diablo".
El Taita Boves ripostó a Chepino González, de la siguiente forma: "Ja, ja, ja, Chepino. Mosca con ese bicho, tenlo en la mira, no lo descuides, me lo escoñetas cuando oigas la primera habladera de paja que él haga en mi contra; síguelo y vigílalo, ponle allí al negro Juan Palacios, que le tiene unas ganas a ese viejo maricón, porque el Diablo lo tiene metido él el coñísimo de su madre, ja, ja, ja".
Dr. Dn. Narciso Coll y Prat
Arzobispo de Caracas y Venezuela
"Muchachos, que vaina nos hemos echado allá en España hace muchos años atrás; es casi la misma vaina que está pasando aquí, carajo. Ya que un poco de pajuos aristócratas criollos apoyados por unos guebones españoles en el año 1.808, quienes se declararon a favor del muy muérgano Rey Fernando VII".
"Carlitos, esos mismos cabrones fueron los que crearon la tal Junta Suprema en 1.810 y después de firmada la tal Acta de la Independencia en el año 1.811, que de hecho es una vaina oligárquica, goda y mantuana; porque esos imbéciles de la dinastía borbónica fueron derrocados en la Francia revolucionaria y burguesa en 1.792. Ya que esos bichos representaban los intereses de la aristocracia agraria y de las altas jerarquías de la iglesia católica que siempre ha sido esclavista y embrutecedora de gentes, que por sí, no tiene un dedo de cristiana".
"Carlitos, al concluir la festividad religiosa, el Comandante Boves fue conducido al palacio arzobispal, el cual aún en nuestros días está ubicado frente a la plaza mayor de la ciudad, muy cerca de la sala capitular del cabildo caraqueño, en donde El Taita fue alojado y declarado huésped de honor. La verdad es que fue increíble ver al Comandante José Tomás Boves dentro del recinto del Palacio Arzobispal siendo atendido por jala bolas y por sus propios enemigos, los mismos mantuanos de mierda que le torturaron y le proliferaron todo tipo de epítetos en su contra durante los sucesos que se dieron entre 1.808 y 1.812".
Los oligarcas y godos de la nobleza criolla venezolana asustados y cagados del terror que les embargaba en esos momentos, no podían creer lo que veían sus propios ojos en esos instantes.
¿Qué entre ellos estuviera el jefe de las masas populares más osado y temible de su tiempo?
¿Qué allí estuviera dándole órdenes a ellos mismos y sin titubeo alguno?
¿No sería que los jefes del mantuanismo criollo se sentían como domados ante El Taita Boves?
¿En donde los godos dejaban las semillas del odio de clase que sembraron por toda la geografía venezolana y neogranadina a través del decreto de guerra a muerte impuesto por el general Simón Bolívar y sus secuaces enemigos del pensamiento progresista mirandino?
Seguidamente, el Comandante José Tomás Boves montó un Tribunal de Secuestros, Justicia y Apelaciones el cual estaba constituido por Antonio Fernández de León quién también fue conocido como el Marqués de Casa de León, fungiendo como Presidente; y por los doctores Tomás Hernández de Sanabria, Juan Rojas y Francisco Rodríguez Tosta.
La casa del comandante Boves en Caracas
Cuyo fin era la confiscación de los bienes de los emigrados y el nombramiento de los jueces de secuestros en los diferentes pueblos de Venezuela; y quienes en lo inmediato decretaron el embargo de las haciendas y propiedades de los mantuanos oligarcas residentes en Santiago de León de Caracas, bajo los siguientes términos:
"…Todos los bienes pertenecientes a los rebeldes luego que sean declarados tales sean secuestrados por los jueces territoriales y que los expedientes que para este efecto se formen pasen con dichos bienes a los respectivos administradores de Real Hacienda…".
La ciudad de Caracas había sido ocupada por el ejército insurgente y agrario del Taita Boves, sin lucha ni resistencia alguna, ya que las masas se sentían fascinadas con su jefe, su ángel liberador; concediendo un indulto que mandó a publicar, ofreciéndoles a todos sus enemigos el perdón y la seguridad de sus vidas y bienes.
El Taita Boves se comportó jovial y humanitariamente sin llegar a cometer desmanes ni desaciertos de ninguna especie e índole, practicando la justicia social hizo fusilar en una ocasión a un soldado que pretendió robar en una tienda ubicada en la plazuela de San Pablo, en donde con el transcurrir de los años el "Ilustre Manganzón Americano", General en Jefe y Dr. Antonio Leocadio Guzmán Blanco construyó y edificó el Teatro Guzmán Blanco, hoy Teatro Municipal de Caracas.
En su condición de comandante general del pueblo en armas y en conformidad con las facultades temporales que tenía, en beneficio del pueblo caraqueño tomó las siguientes medidas:
1º.- Organizó a la ciudad.
2º.- Creó el tribunal de apelaciones en contra de las dediciones que había tomado el anterior gobernador.
3º.- Nombró un nuevo gobernador y un intendente.
4º.- Nombró en los diferentes cargos públicos y oficiales a personas provenientes del pardaje, ex-esclavizados, zambos y blancos de orilla.
Esto era un indicativo, de que estaba en franca rebeldía en contra del Rey de España. El Taita Boves mandó a que se publicase un bando el 18 de Julio, donde prometía un absoluto olvido de todos los horrores ejecutados por el gobierno intruso de los oligarcas, invitando a todos los vecinos a que volviesen a sus hogares, seguros de su palabra. Manifestándole a los vecinos caraqueños el 21 de julio de ese mismo año, que para poder reconstruir a Venezuela y sacarla de los horrores de la guerra era necesario producir, y había que producir en abundancia, ya que los artículos de consumo masivo tenían excesivos precios, por eso él llegó a decir estas palabras:"…La agricultura es la columna que da todo el impulso al comercio…".
Y en este mismo día, el Cabildo de Caracas ordenó la demolición de sus fortificaciones. En este caso, de sus murallas, baterías y otras obras de vital importancia en su defensa y seguridad. Para la ejecución fueron comisionados don Juan Rivas Pacheco, don Juan de la Cruz Ponce, don Rodulfo Bassallo y don Ramón Maucó. Durante su estancia en la ciudad de Caracas, el comandante general don José Tomás Boves sitió una aguda fiebre, producto de sus andanzas en esas duras jornadas militares que vivió en la primera mitad del año 1.814.
General en Jefe Antonio Guzmán Blanco
Artífice de la Revolución Reivindicadora en la francmasonería
A tal efecto, llamó a uno de sus ayudantes, dándole la siguiente orden: "Comandante González, mándame a buscar en este momento al Dr. Carlos Arvelo, que estoy sintiendo una fuerte calentura en mi cuerpo".
Y este le respondió de la siguiente manera: "Así será, Comandante Boves".
El Comandante Chepino González en lo inmediato llamó a uno de sus hombres y le dijo lo siguiente: "Vaya usted, Sargento Saturnino Díaz y le trae al doctor Carlos Arvelo ante la presencia del Comandante Boves, ya. Vaya rápido y no me pierda tiempo".
El Sargento Saturnino Díaz avistó al Dr. Carlos Arvelo en la residencia que se encontraba bajo custodia de cuatro soldados bovistas, y lo conminó con las siguientes palabras: "Dr. Arvelo, coja sus macundales pá que vea al Taita Boves en este momento".
El Dr. Carlos Arvelo sin titubear ninguna palabra tomo sus enseres de médico y acompañado por el Sargento saturnino Díaz se dirigieron a la casa en donde se encontraba hospedado el Comandante Boves en Caracas; quién al ver llegar al "matasano godo y oligarca valenciano", lo recibió con estas palabras: ¿Cómo está usted, mi carísimo amigo, Carlos Arvelo?
¿Cómo qué nos estamos volviendo a ver nuevamente las caras?
Y el Dr. Carlos Arvelo, le respondió de esta manera: ¿Qué se le ofrece a usted, Comandante Boves?
Y el Taita Boves, con mucho respeto y gallardía le dijo lo siguiente: "Dr. Arvelo, necesito que usted me dé una de sus píldoras o algún brebaje para la calentura que tengo y me agobia en estos instantes".
El Dr. Carlos Arvelo sabía que ante su mirada tenía nada más y nada menos que al valiente Comandante Boves; el mismito que los había derrotado en las últimas batallas en el centro del país; pareciendo un hombre humilde y modesto, atento de sus soldados, preocupado por su pueblo pobre y esclavizado por manos mantuanas; en él veía al padre de esa gente huérfana de libertadores y de un líder o padre común; por eso era el Taita, por eso era el Libertador de los Pobres, era José Tomás Boves.
Después de chequearlo lo recetó con algunos medicamentos para bajarla la fiebre o calentura; siguiendo después con algunas palabras, que concluyeron de la siguiente manera. El Taita Boves como gesto de gratitud hacia el Dr. Carlos Arvelo, le dijo lo siguiente: "Dr. Carlos Arvelo, estoy agradecido de sus servicios, usted en verdad es un buen médico, porque ha atendido a un enemigo de su causa; en virtud a eso, le pido que me diga en que puedo complacerlo. Yo soy un hombre de palabra".
El Dr. Carlos Arvelo le sugirió lo siguiente: "Comandante Boves, le solicito que le perdone la vida a tres personas que conozco, que no sean fusilados hoy en esta ciudad de Caracas".
El Taita Boves sacó la lista que tenía de los hombres que iban a ser pasados irremediablemente por las armas en ese día, y dándosela en las manos al Dr. Carlos Arvelo, le dijo lo siguiente: "Dr. Arvelo, tome usted en sus manos la lista; borre de allí los tres nombres que me ha pedido".
El Dr. Arvelo tomó a lista y borró de allí a dos de sus amigos y el nombre de él mismo; así fue como se salvó de ser pasado por las armas en ese día. Eso indica el gesto humanitario del Taita Boves en esos tiempos de la guerra a muerte. El Comandante Boves ante el pueblo caraqueño dictó la siguiente orden el 21 de julio de 1.814, bajo estos términos:
"…El Gobernador Político le dará a mi ayudante Don Martín de Castro, una de las casas que más le acomode para vivir con su familia, en inteligencia que sea de de las de los insurgentes por ser acreedor a sus servicios en el ejército de mi mando…".
¿Y qué es lo que está haciendo el Comandante Chávez en este presente con las propiedades de los escuálidos en Venezuela?
El 22 de julio ordenó lo siguiente: "…La Hacienda de caña nombrada El Palmar en jurisdicción de Cagua, de Antonio José Ribas continúe arrendada por don Luís Linares en calidad de pagar 3.500 pesos cada año exhibiendo 1.000 de pronto…".
El Comandante Boves hizo provisiones de víveres y alimentos, visitó a sus hombres, recogió donativos y llegó a donar 12.000 pesos fuertes al vecindario más pobre de la ciudad. El 25 de julio de 1.814, se dirigió a todos los justicias mayores de la provincia bajo estos requisitos:
"…Convienen a la seguridad pública, el que se castiguen a los malvados que han sido causa de que se sacrifiquen los europeos, canarios e hijos del país. En esta Inteligencia prevengo a usted, que tomando los informes de personas de probidad (a fin de evitar algún partido de venganza) pase inmediatamente por las armas en el pueblo a los de aquella clase, dándose cuenta de haberlo ejecutado; bien entendido que hago a usted responsable, si no lo verifica, de cualquiera desgraciado acontecimiento que haya en esa jurisdicción.- Dios guarde a usted, ms.as. …"
Caracas: 25 de Julio de 1.814. José Tomás Boves.
Señor Teniente de Justicia Mayor de Pueblo Nuevo.
Don José Tomás Boves en su condición de Comandante General del Ejército Popular y Agrario de Venezuela, Gobernador e Intendente de las provincias de Cumaná y Barcelona, les hizo iguales invitaciones, ofreciéndole los perdones necesarios para que pudieran convivir en paz y armonía con sus familiares y allegados en ese aciago 26 de julio de 1.814.
El Comandante Boves siempre en sus andanzas andariegas dirigiéndose a uno de sus guerreros de origen africano llamado Malunga, le dijo estas jodedoras palabras: Coño Malunga, ¿a ti no te carimbaron con uno de esos fierros candentes con que esos malditos mantuanos marcan a sus becerros, ah?
Y Malunga como todo negro ladino, dirigiéndose al Comandante Boves en su modesto decir, le manifestó estas palabras: "Taita Boves, no mi Taita, nunca he sido marcado por los fierros calientes de esos bichos, ya que yo siempre he sido un negro cimarrón por los valles del Tuy, pero si conozco a muchos negros que si lo están, mi Taita. Y a ellos tenemos que vengarlos".
Carlitos, el 29 de julio estableció un gobierno administrativo, reservándose el mando supremo; nombrando como gobernador político al "Marqués de Casa de León" Antonio Fernández de León, y como gobernador militar a Nepomucemo Quero. En verdad, el Comandante Boves recibió un despacho del Mariscal Juan Manuel Cajigal quien le exigía que incorporase el grueso de sus hombres en las filas del ejército español y este le respondió con estas palabras: "…Mariscal Cajigal…, he recobrado las armas, las municiones y el honor de las banderas que Vuestra Excelencia perdió en Carabobo…".
El Comandante José Tomás Boves hizo un sarao para que sus soldados y lugartenientes disfrutaran de un día campestre en la mariana ciudad de Caracas, en la cual se encontraban hombres de la talla del zambaigo o zambo Andrés Machado, Francisco Rosete y Chepino González, a quienes les dijo estas palabras: ¡Joder, ay carajo…!
"Por fin estamos acabando con este berenjenal que han tenido los godos y oligarcas mantuanos en esta tierra venezolana, donde hemos podido liberar de la esclavitud a cientos de hombres como ustedes".
De pronto intervino el canario Chepino González y comenzó a contar esta historia: ¡Mierda!
¿Recuerda Francisco Rosete cuando llegamos a estas tierras procedentes desde las islas Canarias?
Y este le respondió bajo estas palabras: "Como no me voy a recordar Chepino; nosotros vinimos desde nuestra tierra muy jovencitos, éramos casi unos niños, vale; y lo que más recuerdo fue cuando en una de las calles de Caracas nos salió en el camino el mentecato de don Pedro de Vegas y Mendoza, uno de los más grandes sapo rabuos que habían en estas tierras; el muy muérgano se creyó que nosotros nos íbamos a quitar del camino".
¿Y sabes tú cuál fue nuestra sorpresa, Francisco?
Y este le contestó: ¿Cómo no lo voy a saber, Chepino?
"Si, ese mantuano pendejo; cuando vio que no nos quitábamos del camino para darle paso a él y a su cuerda de jala bolas, te metió un solo bastonazo por la cabeza que casi te mata, vale".
¿O es qué ya se te olvidó esa guebonada, Chepino?".
Generalísimo Francisco de Miranda
Y este más luego, le dijo: "Qué vá, qué va; a ti te pasó la misma vaina que a mí, mi buen amigo del alma".
En eso interviene el Taita Boves y dice: "Anjaá, con qué así son las vainas".
¿Y qué pasó después con ustedes, Chepino?
Y este le respondió al Comandante Boves, de la manera siguiente: "Taita, a mi me llevaron a la Hacienda "El Palmar", la cual está aún muy cerca del pueblo de Ocumare del Tuy, y a mi buen y caro amigo Francisco Rosete lo llevaron casi como esclavo a la Hacienda "La Culebra" en el pueblo de Cúa. Ambas son propiedad del oligarca don Pedro de Vegas y Mendoza; por eso es que le tenemos una gran y profunda arrechera a esos tipos".
En eso, el Taita Boves le pregunta al zambo Andrés Machado lo siguiente: ¿En dónde carajo te criasteis tú, nojoda, Machado?
Y este le contestó lo siguiente: "Taita, yo desde muy carricito pasé casi toda mi vida trabajando como esclavo de la familia Ascanio, por eso es que ahora ando bregando duro con usted, en estos menesteres, pá de una vez por todas poder descabechar a esos mantuanos malditos".
El Taita Boves en su condición de Comandante General no tenía desprecio por la propiedad, sino en la forma como los mantuanos las habían adquirido; la cual fue a través de la usura, el saqueo y la esclavitud, en contra de los sectores populares, ahora en armas.
El Comandante Boves dentro del grupo de sus soldados divisa al negro dravinio Anastasio y le dice: ¡Caraá Anastasio, te pareces que jode al negro Malunga, ja, ja, ja!
Y Anastasio le respondió de este modo: "Taita Boves, zape gato ni haragato; no me iguale usted con Malunga, porque ese negro es el terror de los maricones encapillados de estos valles, de esas bestias que llaman mantuanos. Malunga es el propio Mandinga o demonio Taita; guillo con él".
"Taita Boves, fíjese que para resguardarme de esas malas influencias, voy a mayumbar ahora, para que a usted le salgan las cosas bien, porque tenemos que acabar para siempre con esos godos asesinos".
Boves con una gran alegría en su corazón, le dijo: "Anastasio, ah Anastasio, con razón te veo mascando mucho coco, esa vaina es lo que tú llamas mayumbar; que bien vale, porque Práxedes me dijo que tú eres hijo de Olofí".
Él distribuyó en forma justa y equitativa la propiedad y organizó la política de secuestros y confiscaciones. Políticas estas que fueron parte de su propósito revolucionario. El ganado era repartido como gratificación, los bienes de los oligarcas emigrados hacia oriente fueron vendidos, arrendados o puestos en administración por encargo.
General en Jefe Rafael Urdaneta Farías
Las políticas de confiscaciones y secuestros impuestas por el Taita Boves fueron denominadas por los estúpidos de las ideologías reaccionarias y dominantes, como la política de saqueos, robos y asesinatos; sin comprender ellos que esa política estuvo llena de justicia y equidad, la cual estuvo muy bien concebida porque a través de ella los enemigos del pueblo pudieron sentir los efectos y rigores de la guerra a muerte; esto en relación a la explotación inmisericorde a que vulgarmente sometieron a nuestros antepasados en aquellos nefastos días de nuestra historia patria.
En conclusión podemos decir, que esa política era un acto de servicio en aras del bienestar popular. Mas sin embargo, los enemigos de esta santa cruzada del pueblo en armas buscaron desprestigiar a este VIRIATO de la real y verdadera liberación nacional, llegando a inventar un supuesto y maléfico dialogo entre el Taita Boves y su lugarteniente don Francisco Rosete. Con esos alegatos y extraños pareceres buscaban enlodar y manchar las épicas acciones de armas del asturiano más inmortal que haya hecho armas en Venezuela, como lo fue don José Tomás Boves de la Iglesia, quien en verdad era un verdadero mesías y libertador de los pueblos oprimidos en estas tierras de la América meridional.
Dichos desprestigios en contra de la guerra popular del Taita Boves fueron publicados en "La Gaceta de Caracas", vocero a ultranza de la oligarquía caraqueña.
¿No será parecido al Diario "El Nacional" en nuestro presente?
El General Rafael Urdaneta Farías desde el pueblo de Trujillo en los Andes venezolanos, en ese mes de julio de 1.814, escribió el siguiente documento:
"… Los pueblos se oponen a su bien; el soldado americano es mirado con horror; no hay un hombre que no sea enemigo nuestro; voluntariamente se reúnen en los campos a hacernos la guerra; nuestras tropas transitan por los países más abundantes y no encuentran qué comer; los pueblos quedan desiertos al acercarse nuestra tropa, y sus habitantes se van a los montes, nos alejan los ganados y toda clase de víveres: y el soldado infeliz que se separa de sus camaradas, tal vez a buscar alimentos, es sacrificado…".
Algunas columnas del Comandante Boves pasaron por el pueblo de Los Teques en julio de 1.814, atacando a algunos mantuanos apostados por esas serranías, expropiándoles sus bienes y entregándoselos a los más desposeídos. En verdad, lo que había era una clara y manifiesta lucha de castas. Ya que muchos esclavizados más de origen afro venezolano seguían formando filas en su ejército popular, uniéndose a ellos los negros que se alzaron en los pueblos de Curiepe, Caucagua, Capaya, El Guapo, Panaquire, Carayaca y Tarmas en 1.812, en contra del mantuana explotador y esclavista.
Estas actitudes y atrocidades cometidas por los patriotas mantuanos fueron tan idénticas a las ejecutadas por los realistas españoles, y quedan de manifiesto según oficio del 26 de marzo de 1.813, remitido por el Teniente Coronel Eusebio Antoñanzas al Consejo de la Regencia en España, en donde narra lo siguiente:
"… La violación de la Capitulación de San Mateo firmada en el año 1.812, entre el General Don Francisco de Miranda y Rodríguez, y el Capitán de Navío Don Domingo de Monteverde y Ribas, ha hecho aborrecible el nombre de ser español, ya que nuestros procedimientos han sido impolíticos, debido a que hemos cometidos gran cantidad de crueldades…".
Esas palabras del Coronel Eusebio Antoñanzas nos hacen ver que tanto él como sus segundos en el mando de sus ejércitos eran enemigos de las políticas impuestas por algunos sectores de la godarría española aposentados en tierras de Venezuela y que de hecho no tenían emisarios y voceros tanto en el republicanismo venezolano como en el mundo realista que hacía vida política en nuestra patria en esos días de nuestra primera independencia.
¿Por qué el Coronel Antoñanzas dijo esas palabras?
¿A qué intereses les servía el Coronel Antoñanzas?
¿No sería el Coronel Antoñanzas seguidor del ideal mirandino y enemigo de las políticas bolivarianas ocultas a través de las políticas impuestas por el Capitán de Fragata Juan Domingo de Monteverde y Ribas?
Amigos de la Mesa Redonda, esto nos indica una vez más que tanto los realistas como los mantuanos criollos eran totalmente rechazados por los sectores más desposeídos del pueblo venezolano quien veía en ellos a sus más cruentos enemigos de clase.
¿Quién comenzó la guerra a muerte en Venezuela?
¿Sería Bolívar o Boves?
¿Por qué el General Simón Bolívar trató de justificar su derrota militar entre los años 1.812 y 1.814, manifestando que el horror de la guerra a muerte tenía un culpable, Boves?
¿Sería verdad lo que él manifiesta en sus escritos de esa época?
¿Cómo podremos olvidar las garras nocturnas que llevaron al Generalísimo Francisco de Miranda a prisión en Cádiz en esos tiempos de la 1ª República mantuana de 1.812?
¿Por qué el Coronel Simón Bolívar y Palacios y sus seguidores trataron de derrumbar el icono libertario del General Francisco de Miranda?
¿Cuál es el interés de estar santificando la obra humana del General Simón Bolívar?
Carajo, dejemos de glorificar al Libertador Simón Bolívar y demos a conocer la grandeza del Generalísimo Francisco de Miranda, y de los demás hombres y mujeres que fueron capaces de llevarnos a través de la páginas de la historia a encontrarnos con ese pasado grandioso que puede ser referencia en las luchas libertarias de la América, como del mundo en su conjunto.
El artificio de la guerra a muerte fue producto de la mente del propio Libertador Simón Bolívar; ya que hay elementos que así lo indican; él nunca llegó a pensar que las masas nunca les perdonarían ser parte de sus ejércitos. Ya que ellos seguían con sus cuadros sistemáticos de explotación feudal y mercantilista. Debido a que continuaban con la trata negrera y con la esclavitud sostenida en sus mayorazgos, hatos y haciendas.
¿Quién puede apoyar a sus propios opresores en una gesta militar como la que se dio en los tiempos de la guerra de la independencia?
Dr. Mario Briceño Iragorry
El General Simón Bolívar hace una precisión acerca de la propia guerra a muerte que el propició y que en su tiempo trató de despistar, culpando a sus enemigos en el campo de batalla, ya que quienes lideraban el bando antagónico en su gran mayoría pertenecían a la casta de los pardos.
He aquí sus palabras:
"…El sanguinario Boves y Antoñanzas hacían morder a algunos las bocas de los fusiles para dispararlos en sus gargantas: otros aún vivos servían para blanco de las punterías, para ensayar sus soldados en tirar lanzazos y sablazos… Desollaron algunos arrojándolos luego a lagos venenosos o infectos: despalmaban las plantas de otros: y en ese estado les forzaban a correr sobre un suelo pedregoso: a otros sacaban integras con el cutis las patillas de la barba: a todos, antes o después de muertos, cortaban las orejas…".
¿No será que con estos argumentos viles y perversos se trataba de ocultar el genocidio patriota republicano mantuano en los hospitales, bóvedas y cárceles de La Guaira por su pariente el Coronel Leandro Palacios?
¿Quién es más asesino que quién?
Niños de la Mesa Redonda: ¡He allí el profundo odio de las castas más empobrecidas hacia las castas dominantes, bien llamados mantuanos criollos o grandes cacaos!
¿O será qué en nuestros días no existe un profundo odio de clases sociales?
¿O es qué acaso, actualmente no existe una gran brecha entre ricos y pobres?
De pronto el niñito Carlitos Aponte le hace la siguiente pregunta a su abuelo Víctor Juvenal Aguinagalde: ¿Puedes explicarme bien que cosa es esa de GRANDES CACAOS y por qué se llamaban así los ricos venezolanos que vivieron en los tiempos en que nacieron los más brillantes guerreros de nuestra primera independencia, abuelo Juvenal?
Excelente pregunta nieto mío; bueno, esos grandes coños é madres, o mejor dicho, Grandes Cacaos; según el brillante escritor y hombres de la letra trujillana don Mario Briceño Iragorry, Ex-Presidente del Congreso Nacional durante el gobierno del General de División Isaías Medina Angarita, dio la siguiente explicación al respecto:
"…A principios del Siglo XVII, a la ciudad de Sevilla arribó la nao Nuestra Señora de la Candelaria, eso acaeció en un mes de diciembre. Ese buque iba cargado de una gran cantidad de sacos de cacao, el cual era el mejor del mundo…".
"A partir de ese momento sus cultivadores y sembradores llegaron a convertirse en grandes propietarios de las tierras, adquiriendo ellos inmensas fortunas y riquezas, además de algunos títulos de nobleza, y es desde allí donde les proviene el nombre de Grandes Cacaos…".
Es por ello que hasta hace pocos años atrás, a todas aquellas personas que se las querían echar de una vaina, les decían: ¡Coño vale, te la quieres echar de un Gran Cacao, carajo!
Nieto mío, esos títulos en Venezuela después de la guerra de la independencia se les daban a los pedantes, ostentosos y a quienes se creían medios maricos. Y más antiguamente se les otorgaban a los amos del valle, descendientes de los primeros conquistadores españoles quienes se enriquecieron por medio de la esclavitud indígena y africana.
Mejor dicho, en esos tiempos la palabra cacao era sinónimo de persona rica y muy opulenta. Claro está, esas navegaciones se hacían a América, como lo contemplaba el documento de constitución de la Real Compañía Guipuzcoana y de Ultramar, el cual rezaba así:
"Madrid, 25 de septiembre de 1.728".
"…Para remediar la escasez de cacao, en estos mis Reinos…. interesándome al mismo tiempo mi Real Hacienda…. (y porque) han sido más excesivos los fraudes, y desórdenes de comercios ilícitos…. concedo a la referida Provincia de Guipúzcoa el permiso expresado, (para) enviar a Caracas dos navíos de registro cada año…. cargando en ellos frutos de estos Reinos…. y después de llegar estos navíos al puerto de la Guaira…. han de pasar por los demás de la carga a Puerto Cabello…. y los dos navíos, hecha la descarga,…. deberán…. salir solos, o con embarcaciones menores de la compañía, armados en guerra, a cuidar y a impedir, con particular vigilancia por mar y por las costas de tierra…. los comercios ilícitos….. YO EL REY…".
En la Mesa Redonda interviene el joven Lenin Rafael Peña Noguera y le hace esta pregunta a Pedro Bolívar: ¿Explícanos como se desarrolló la Batalla de Aragua de Barcelona en el oriente venezolano, Pedro?
Lenin Rafael, lo cierto es que en esos tiempos, la Villa de Aragua de Barcelona se hallaba rodeada de bosques en todas sus direcciones y a poca distancia había una llanura descampada cubierta de pastos; el Río Aragua que le rodea por el sur y el oeste en una curva irregular, para esos días se encontraba crecido. Se notaba que las fuerzas bovistas eran superiores en número a los 2.000 oligarcas que guarnecían a esa villa; ya que la situación topográfica del paraje daba a sus defensores la facultad de seleccionar el punto más conveniente para librar la acción de armas en tan vital bastión de la villa de Aragua de Barcelona, debido a que las tropas del comandante José Tomás Boves marchaban en disposición de ataque.
Caramba vale, el Coronel José Francisco Bermúdez de Castro y Figuera en sus planes tácticos decidió esperar al ejército bovista con 2.000 combatientes dentro del poblado, mandando a construir parapetos y trincheras en las calles alrededor de la parte principal de esa histórica villa. El General Simón Bolívar se mostró en desacuerdo desde su arribo al Cuartel General el 15 de agosto, ya que consideraba que podían quedar atrapados sin una vía libre en caso de una retirada forzosa. Él consideró que la defensa debía hacerse situando la artillería y tropa suficiente en los claros abiertos en los bosques cercanos al paso principal, manteniendo a las fuerzas restantes en reserva.
Carajo vale, el Coronel José Francisco Bermúdez de Castro y Figuera no sólo percibió en su idea sino que llegó a desconocer la autoridad suprema del General Simón Bolívar quien aportó una columna compuesta por 400 infantes y 100 jinetes y el General Santiago Mariño Carry envió 2 batallones.
El General Rafael Urdaneta Farías algo desesperado escribió para la posteridad estas letras:
"… Desde ese tiempo en adelante, las personas patriotas de los pueblos del tránsito, hombres, mujeres, niños, debían seguir a los cuerpos del ejército, so pena de ser asesinados; con ellos huían también los indiferentes y hasta los realistas moderados…".
El Comandante Boves preparó a su ejército compuesto de 7.000 hombres y él personalmente dirigió las operaciones militares hacia oriente en persecución de los emigrantes, quienes iban bajo la conducción del General Simón Bolívar; siendo los mismos alcanzados a eso de las cinco de la mañana del 17 de agosto de 1.814, por las fuerzas de tareas y los escuadrones de caballería del Brigadier Francisco Tomás Morales Guédez quien comandaba un contingente de 5.000 hombres.
El Comandante Boves se sorprendió cuando vio pasar sus fuerzas militares por el pueblo de Curiepe hacia el oriente de Venezuela en donde una gran cantidad de ex-esclavizados con lanzas, dagas y machetes en manos los ceñían contentos y alegres oteándolos en los aires como señal para unírseles a sus fuerzas de liberación nacional; diciéndoles estas palabras a uno de sus subalternos:
"Carajo, la vaina como que se está poniendo buena; Ambrosio, puedes ver como esa gente cree en nosotros. Por eso nunca podremos traicionarlos, ya que esa es mi gente; ese es mi pueblo, a ellos me debo y por ellos moriré en esta vaina".
Inmediatamente, se le acercó el curiepero Luís Curro quien dirigiéndose al Taita Boves le dijo esta vaina: "Taita Boves, los mayordomos de las haciendas con trescientos hombres que estaban esclavizados en las haciendas por sus hasta ayer amos, se unen a tus fuerzas redentoras. Usted es el único en quien nosotros creemos, en más nadie Taita. Aquí le presento al negro Cobos y a José Rafael Ponce, quienes con sus lanzas sabrán responderle con valor y arrojo por ser y sentirse en verdad libres en estas tierras barloventeñas".
En eso, El Taita Boves haciendo un alto en el camino, ante sus tropas le hizo el siguiente reconocimiento a esos valientes curieperos bajo estas palabras: "Muchachos, ustedes vienes a unirse al ejército del pueblo en armas; les pido que con lealtad obedezcan las órdenes de estos hombres a quienes desde hoy van a ser sus jefes: Luís Corro, Cobos y José Rafael Ponce. Así que únanse en un solo cuerpo de combate y vengan conmigo, que vamos hacia el oriente para acabar de una vez por todas con esos malditos mantuanos de mierda".
Al unisonó todos gritaron: ¡Viva el Comandante Boves!
¡Viva el Comandante Chepino González!
¡Viva el pueblo en armas!
¡Viva la libertad!
Pasaron el paso principal del Río Aragua con la finalidad de atacar a las fuerzas comandadas por el bizarro Coronel José Francisco Bermúdez de Castro y Figuera quien recibió oportunos refuerzos de los generales en jefe Simón Bolívar y Santiago Mariño; compuestas de tropas derrotadas en la 2ª Batalla de La Puerta y con parte de los emigrantes reclutados en el camino de Aragua de Barcelona.
En un momento de descanso, el Comandante José Tomás Boves le dijo al Coronel Francisco Tomás Morales estas palabras: "Carajo Francisco Tomás y pensar que ese muérgano y bandido de José Francisco Bermúdez lo conocí en la isla de Trinidad muy bien conocido, hace muchos años atrás. A ese asqueroso mantuano lo encontré más de una vez delirando las peas que se metía cuando se emborrachaba en las calles y burdeles de Puerto España; dando pena y lastima, Francisco Tomás".
Eulalia Buroz de Chamberlain
Muerta en la Casa Fuerte de Barcelona en 1.814
"Ese individuo vivía del contrabando y del pillaje en esas correrías del oriente venezolano. Fíjate Francisco Tomás, lo que son las vainas de la vida, vale".
"Es más vale; a ese hombre en cualquier momento lo mandan para el otro lado, porque se la da de arrechón; lo cierto del caso, es que el carajo sale para adelante, no es cobarde".
Lenin Rafael, la Batalla de Aragua de Barcelona comenzó a eso de las 9 de la mañana del 17 de agosto de 1.814. Allí se combatió desesperadamente en una lucha cuerpo a cuerpo con manifiestas cargas con lanza y bayonetas, tratando algunos en defender sus posiciones y otros en recuperar lo que habían perdido.
Esta batalla fue quizás una de las más sangrientas que se haya dado en los aciagos días del año 1.814 y que podamos conocer en los anales de nuestra historia militar. En Aragua de Barcelona los mantuanos oligarcas centrales y orientales después de siete horas de combate sufrieron una cruenta derrota donde murieron muchos oficiales, cayendo entre ellos mortalmente herido sobre un cañón, el Teniente Coronel Francisco Carvajal, conocido como "El Tigre Encaramado" y quién era hijo preclaro de aquella villa en donde nació un 12 de diciembre de 1.780, quien agonizante fue ascendido por el propio General Simón Bolívar al grado de Coronel.
Debo decir, que "El Tigre Encaramado" fue un hombre valiente y arrojado, ya que luchaba con una lanza en cada mano y las bridas de su caballo sostenida con sus dientes. Además, de salir herido en este combate el republicano Francisco Vicente Parejo. La villa de Barcelona "La Nueva" sucumbió heroicamente como Sagunto a los romanos en los tiempos de las Guerras Púnicas. Esta gloriosa villa, émulo de su hermana catalana levantó las banderas del honor y la grandeza, ya que sucumbió ante las armas del cantábrico e invencible Comandante José Tomás Boves.
¡Honras a ti Aragua de Barcelona, a tus moradores y valientes mujeres de extirpe espartana en el espíritu y el combate!
Cabe recordar, que en esta batalla sobrevivió el oligarca mantuano y Oficial Juan Estanislao Castañeda Rodríguez, quién se logró refugiar en los montes cercanos al pueblo de San Judas Thadeo de Maturín. Sobre estos acontecimientos políticos y militares, el presbítero José Ambrosio de las Llamosas señaló lo siguiente:
"… Todos los habitantes, hombres, mujeres y niños de los pueblos de San Joaquín y Santa Ana de la provincia de Barcelona, fueron degollados en número de más de mil por el teniente de caballería D. N. Molinet, francés, en virtud de orden de Boves y con otra por separado de éste al sargento primero don Domingo Camero, para que si Molinet no cumplía exactamente su orden, le matase Camero; estos dos individuos tenían las órdenes originales que leí y habiéndoles reconvenido amigablemente y suplicado que no lo ejecutasen, al menos con las mujeres y los niños, me contestaron que no podían porque peligraban sus vidas por cuya conservación cumplieron exactamente las órdenes de Boves, y fueron incendiados los pueblos con sus iglesias, habiendo ascendido Molinet a Capitán por su puntual desempeño…".
Por encontrarse indefensa dicha plaza, el General Simón Bolívar el 19 de agosto decidió a evacuar a la Villa de Aragua de Barcelona, retirándose con el resto de los emigrados hacia Nueva Andalucía de Cumaná. Cónchale vale, los emigrantes caraqueños perdieron en el trayecto a oriente más de 4.000 personas, todas víctimas del acoso perenne del Taita Boves. Otros sucumbieron a causa de las enfermedades y algunos fueron devorados por las fieras, surgiendo de allí el siguiente adagio:
¿Quién más malo
Entre José Tomás
Y Francisco Tomás?
El 25 de agosto se celebró en la ciudad de Nueva Andalucía de Cumaná una junta de guerra presidida por los oficiales generales y subalternos comandada por el General Santiago Mariño, donde resuelven abandonar la plaza de Cumaná y retirarse por la costa hacia Guiria a fin de embarcarse en los buques surtos allí con destino a las colonias extranjeras; ya que en ese mismo día comenzaban a llegar un lote de emigrados que venían desde Caracas agotados y muy escoñetados. Ciertamente, la guerra del Comandante Boves se convirtió en una Revolución Social que nadie era capáz de detener, a causa de los profundos odios de castas que existían en esos aciagos días de la Guerra a Muerte.
El liderazgo popular del Comandante José Tomás Boves magistralmente visto por ambos lados en las luchas de castas, quedó registrado por el difunto historiador y estúpido ilustrado Dr. Arturo Uslar Pietri en su obra: "Las Lanzas Coloradas", SALVAT EDITORES, S.A., impreso en España, año 1.983, en sus páginas 98 y 99, de la siguiente forma:
"…. el General Boves se ha cogido todo el Llano – concluyó otro -; no hay un pedazo de sabana por donde no anden los lanceros del diablo matando la gente y quemando los ranchos. ¡Robándose todo!
"…. otro alzó la voz respondiendo…..-; Eso no es tan así. Eso que el general Boves anda robando….. Ese es un palo de hombre. ¡Robando andan los republicanos, y los tiene espantados de tigre!".
"….. Al general Boves no hay quien lo derrote. Ese hombre se pega a San Antonio Bendito".
"…..ges mire, nada de derrotado. Ahorita el General Boves anda con más de tres mil lanceros bien montados por la boca del Llano, entre San Sebastián y San Juan de los Morros…".
Cónchale Lenin Rafael; allí la vaina fue muy arrecha porque los generales Bolívar y Mariño abandonaron a los emigrados a su entera suerte y dejándolos a merced de las fuerzas bovistas; donde una multitud procedió a conferirles el mando del ejército oligárquico y mantuano a los generales José Félix Ribas y Herrera y Manuel Carlos Piar Gómez, máximos líderes del pardaje dentro del ejército republicano.
En la toma de Barcelona, murió el mantuano Coronel Santiago Arguidengui y Arrioja quién fue lanzado al Río Neverí, en aras de que tuviera un baño que lo llevara limpio a los umbrales de la eternidad. El General Manuel Carlos Piar Gómez con una división a su mando compuesta por 1.800 hombres logran ocupar a la ciudad de Nueva Andalucía de Cumaná el 28 de septiembre de 1.814.
Calle Bolívar de Barcelona, año 1.901
El Comandante Boves con sus fuerzas militares arriba a la ciudad de Barcelona "La Nueva" en el mes de octubre de 1.814. Después de una jornada exitosa librada en la 2ª batalla de La Puerta el 15 de junio de ese mismo año y en la rendición de la plaza de la ciudad de la Nueva Valencia del Rey en el centro de Venezuela. Sin obviarse, su entrada triunfal a Caracas y la posterior persecución de los godos y mantuanos caraqueños e hispánicos que desaforadamente huían hacia las islas del caribe y el oriente del país.
Ciertamente, en los pobladores de Barcelona "La Nueva" se notaban en los más pobres una gran alegría, quienes a gritos ensordecidos gritaban: ¡Viva el Taita Boves, a quién Dios guarde por siempre!
Mientras que en los mantuanos y godos criollos, como de algunos extranjeros españoles y de las Antillas, quienes vivían en esa histórica ciudad mostraban su desagrado por ver al valiente asturiano entrar cabalgando como un militar vencedor y presto a liberar al pueblo venezolano de la explotación aristocrática criolla y del leguyerismo monárquico español. Entre la multitud habían bella damas del pueblo como de la aristocracia mantuana que lanzaban flores al aire, viendo como entre los soldados del Taita Boves habían hombres llenos de sapiencia y cultura; pero también los habían salidos de los extractos más pobres del pueblo venezolano, quienes cabalgaban con su amado jefe hasta el final de la guerra misma, que de hecho era a muerte. Claro está, no se podían olvidar lo sucedido en Aragua de Barcelona, la matanza de godos mantuanos en el pueblo de Santa Ana, y lo sucedido al mantuano Arguidengui. Pero esos eran los avatares de una lucha que tenía como único fin, darle al pueblo libertad e igualdad social; y el Comandante Boves era la garantía que tenían las masas para alcanzar esa felicidad posible, ya que era el líder esperado por más de trescientos años de dominación española y mantuana en estas tierras.
Los hermanos Arguíndegui, como José María Arguidengui y Arrioja eran hermano de doña Teresa Arguidengui, esposa del General José Antonio Anzoátegui Hernández. De inmediato, entre los mantuanos de esa ciudad aparece el Coronel Ramón Pérez Bastardo, poniéndose bajo las inmediatas órdenes del Comandante Boves con estas palabras: "Comandante Boves, el pueblo de Barcelona lo recibe como a un héroe vencedor en muchos combates en contra de los enemigos de la patria. Le damos nuestra más sincera bienvenida y esperamos que con su ejército se sienta usted, como si estuviera en casa".
"En su honor haremos una fiesta para conmemorar sus victorias y deseos de ver libre a esta gente que creen sus ideas, y que desde ya les auguran éxitos en sus avances militares hasta que el país quede pacificado para siempre de la casta de los mantuanos criollos".
El Comandante Boves como buen oyente y discerniendo de las palabras dichas por el Coronel Pérez Bastardo, le respondió así: "Coronel Pérez Bastardo; están bien que jale, pero no tanto. Usted, me hace el favor y me invita a todos los godos con sus esposas a la fiesta que piensa dar usted en mi nombre; y desde ya lo nombro mi jefe civil y militar de Barcelona".
Claro está, habían más jala bolas mantuanos barceloneses haciéndole cotejo al Comandante Boves, tales como: Pedro José Trias, Coronel José María Hurtado, Diego Caballero, Ramón Jiménez, M. Monterola, Francisco Hernández Moya y José Gregorio Hernández. Decían algunos entendidos que en el baile hubo conatos de violencia por parte de los soldados del Taita Boves. Pero no fue así, ya que allí se les dio un buen trato a los enemigos del pueblo llano de Venezuela en esa región a orillas del Río Neverí.
Sin embargo, el Comandante Boves comenzó a notar que de acuerdo a los listados que él tenía no concordaban con las personas que iban a estar presentes en el baile, debido a que había muchas mujeres y sus consortes que estaban escondidas en sus casas o fuera de las mismas, tal vez en los montes. Los godos y mantuanos más entendidos sabían que les esperaba un momento difícil y quizás muchos de ellos trataron de huir por los montes, caminos y montañas, con el fin de evitar ser matados, encarcelados o torturados, una vez concluida la fiesta que se le iba hacer al Taita Boves.
El Comandante José Tomás Boves ofreció una fiesta en una casa ubicada en la Calle Real, conocida hoy como Bolívar, a cuadra y media del Puente Urpín, el 15 de octubre de1814. La residencia era propiedad de doña Nieves Polo, madre de la esposa del General Pedro María Freites, sirviendo de residencia al terrible asturiano y sitio donde el Urogallo mandó a ejecutar bajo la degollina a 48 mantuanos oligarcas barceloneses, incluyendo a los músicos, quienes luego fueron lanzados a las aguas del Rio Neverí y sus cabezas expuestas en las garitas del puente.
En eso se apareció la eneputísima mantuana caraqueña doña Nieves Polo, quién vistiendo muy elegantemente y con su donaire de una doñana mantuana con ínfulas de superioridad se dirigió al Comandante Boves en estos términos: "Comandante Boves, usted es muy bien recibido en mi casa, en donde tengo el gusto de conocerlo; aquí estamos para servirle y espero que la fiesta sea de su entero agrado comandante; y que usted disfrute al máximo mi hospedaje".
El Taita Boves, respondiéndole a tan distinguida dama, le dijo: "Doña Nieves, es para mí un honor el verme galanteado en esta fiesta que se va a dar a mi nombre por una hermosa dama como usted. Yo espero que disfrutemos de esta gala hasta lo máximo y que todos nos podamos sentir bien".
Doña Nieves Polo se había casado en primeras nupcias con el vizcaíno don Martín Salaverría, con quién adquirió una vasta fortuna, producto de la explotación esclavista y usurera en esas tierras de Barcelona "La Nueva". Dicha dama era muy acostumbrada a dar fiestas o cualquier cosa parecida a la aristocracia de esas regiones.
Sitio en donde se hizo la fiesta en Barcelona,
Propiedad de doña Nieves Polo
Claro está, ella lo que temía era lo que se pudiera dar después de la fiesta; ya que era conocedora de lo que había pasado en la ciudad de La Nueva Valencia del Rey en los tiempos de su capitulación y entrega de la plaza en ese mismo año.
A ella le toco vivir en carne propia el fusilamiento de sus yernos el mantuano General de Brigada Pedro María Freites y de Juan José Arguidengui en la Casa Fuerte de esa ciudad heroica. Los músicos tocaban en la fiesta con la gran alegría del mundo, en donde muchos creen que se encontraban dos de los más resaltantes, aunque hay dudas al respecto. Hay quienes alegaron de que allí estuvo el célebre músico y compositor Francisco Pascual Meserón quién tocó la flauta con gran atino y dentro del compás que deleitó a quienes danzaron al gusto de la buena música. Muchos cronistas e investigadores manifestaron que dicho músico fue hecho prisionero y llevado frente al Comandante Francisco Tomás Morales quién al oírlo expresó estas palabras: "…Ver un hombre de la habilidad de Ud. No debe morir…".
Como siempre pasa en toda fiesta de gala o no, la cosa se fue poniendo algo fea; parece que los mantuanos que no asistieron a la fiesta andaban en sus afanes de atacar por sorpresa al Taita Boves y a sus fuerzas desplegadas en esa ciudad; las informaciones llegaron al Cuartel General bovista y eso hizo que muy sigilosamente el gran asturiano defensor de los interés del pueblo venezolano, tomaras las medidas y las precauciones necesarias en esos casos.
El Comandante Boves mandó a llamar al Coronel Ramón Pérez Bastardo ordenándole lo siguiente: "Coronel Pérez Bastardo; desde este momento usted pasa a dirigir y a presenciar los juicios que le vamos hacer a 48 miserables de esta villa, quienes pretenden sorprendernos en la oscuridad de la noche. En lo inmediato, usted queda reemplazado por don Rafael de López, y usted me preside muy discretamente los pelotones de ejecución en los baños del Río Neverí, sin contemplación alguna".
El Coronel Pérez Bastardo respondió de esta manera: "Así será, Comandante Boves".
El Coronel Ramón Pérez Bastardo era primo hermano de Luís Bastardo y de la señora madre de los Freites; y José Gregorio Hernández era primo hermano de los coroneles mantuanos Diego Manuel y Miguel Hernández; el dominicano Ramón Jiménez era hermano de Leonardo Jiménez quién estaba comprometido para contraer matrimonio con otra hija de doña Nieves Polo.
Allí entre los patriotas godos mantuanos también estaban: Diego Caballero, hermano de Andrés Caballero; y el Coronel José M. Hurtado quién era el segundo esposo de la señora doña Nieves Polo y a su vez era primo del presbítero y Coronel Eduardo A. Hurtado. La casa de dicha señora se encontraba como a cuadra y media de los Baños del Río Neverí.
El Comandante Boves cogió una gran arrechera, diciéndole a los presentes estas palabras: ¿Qué se han creído ustedes cuerdas de pajuos y peazos de putas en esta fiesta, ah?
¿No será que ustedes me han visto cara de guebón, nojoda, ah?
"Nosotros sabíamos que a todos los que he mandado a matar en los Baños del Neverí estaban comprometidos con el General Pedro María Freites en frenar el avance de mis tropas y cortar la marcha de los emigrados con Simón Bolívar a la cabeza hacia los lados de Cumaná".
En esa ocasión, el Teniente del Rey, Pedro María Freites había puesto a todas las tropas en posición de combate, ya que un grupo era conducido y liderado por Manuel García. Las tropas mantuanas fueron cargadas con bala rasa y al toque de sus generales, todas se fueron juntando en la plaza de la ciudad, negando la regencia del Capitán General Juan Manuel Cajigal quién había recibido el gobierno cinco días antes.
Sin embargo, hay más ratas inmundas metidas en esa vaina, como: Sebastián, Manuel Reyes, Juan Hostia, Mateo Martínez Canilla, Comandante de Artillería Antonio Freites, Capitán de Granaderos Leogario Freites, Estanislao Beltrán y Francisco Rojas. Y el Taita Boves con arrechera siguió con su verborreo de palabras, expresando lo siguiente: "Coño nojoda, y ese gran carajo, de Jerónimo Simonobis; él como que creía que no sabíamos que en su casa hacían los concilios de habladera de pajas que le ordenaban desde Caracas esos mantuanos de mierda, en donde daban santos y quienes tenían que responderle: Venezuela".
"Señores y señoras; en esa vaina estaban metidos otros vivianes, como: Juan Miguel Isturdez y su hijo; Pedro Antonio Carvajal, Tomás Sifontes, el francés Juan Busca, los dos hermanos Sifontes, un fulano de tal de apellido Ribero".
"Puta Madre de Di_s; me cago en todos ustedes y en sus putas madres; allí también estuvieron los sátrapas de Domingo Campos, Sargento de Artillería Mateo Martos, Sargento de Milicias Moro, Sargento Jacinto de la Mar, José Diaquete, Juan José Pérez, José Alcay, el cara de guebo gallego Antoñuelo, Teniente de Caballería Bremón, José de la Cruz, Leandro Barreto, Antonio Guindo, Pancho Escala, el soplón y pajuo de Francisco Bello quién entregó al General Pedro María Freites".
"Y no puedo dejar de mencionar a los muérganos de Manuel Monterola, José Gregorio Hernández, Sargento Serrano, Manuel Hostia. Allí en esa vaina estuvieron dos panaderos franceses, José Melao, Vicente Gallego y nunca faltaron los malditos y asquerosos curas como: Manuel Pérez, José Montes de Oca, Diego Antonio Herrera y el padre Godoy quién es cura en el pueblo de Santa Ana".
"Y es que hasta hay pardos explotados quienes niegan sus legítimos derechos a ser libres de verdad en estas tierras, como el Coronel Filipino, Vicente Fuentes, Alejandro Fuentes, Francisco Planchart, Bartolo el pajuo, José Miguel Tolete, Teniente Castro, Alejandro Rodríguez, Juan Bautista Almario, el mulato Bentancourt, el maestro Luís y el peluquero Eligio…".
"Todos esos infelices han sido mandados por los blancos mantuanos, hijos de la godarría venezolana en todos los tiempos. Estas infames basuras tienen que ser pasados por las armas sin un mea culpa. Y hay más bichos enredados, como: un fulano de apellido Laya, el canario y maestro Javier y Vicente el corchete".
Casa en donde hicieron la fiesta en la cual degollaron a 48 mantuanos que fueron arrojados al Río Neverí.
"Y entre los blancos hay sorpresas, como: el Oficial Fariñas, el Regidor Carlos Ruiz y un catalán casado con una sabina. Bueno, una vez conocida todas sus fechorías tienen que ser pasados irremediablemente por las armas quienes estén aquí mencionados y estén aprehendidos en estos momentos por mis hombres. Manos a la obra y a cuchillo es la guerra a muerte en contra de los mantuanos y oligarcas".
Lo cierto del caso, fue que el Taita Boves algo molesto e indignado le preguntó a uno de sus edecanes lo siguiente: ¿Qué alaridos y gritos son esos, muchacho?
Y el Edecán le respondió: "Comandante Boves, allá están fusilando a los 48 godos y oligarcas que usted ordenó fuesen ejecutados sin misericordia alguna; y en este momento acaban de liquidar al curita ese llamado Ildelfonso Bruzual, quién es vecino del pueblo de Chamariapas o Cantaura".
Y él le dijo lo siguiente: "Está bien muchacho, vaya allá y dígale a los ejecutores de mi orden que lo hagan con más silencio, que aquí estamos bailando en estos momentos".
En verdad, el Taita Boves estaba preparado para continuar hacia el pueblo de San Mateo; y de repente un anciano curtidas sus arrugas en la frente por los años de su longeva edad, le dijo al Comandante Boves estas palabras: "Taita Boves; aquí en Barcelona hay muchas personas encapilladas, algunos vienen de otras regiones y tienen experiencias en la guerra, y aquí le tengo una lista bien grande de esos degenerados mantuanos, quienes en su mayoría están podridos de pujo de sangre, fiebre con frío, morbo gálica, vulgo brazas, fiebre pútrida y empeines, debido a la huida que han tenido al llegar usted a Caracas".
"Comandante Boves, este listón contentivo con los nombres de esos miserables es para que usted de la orden de ejecutar a toda esa gente de inmediato. No los perdone por nada Taita, por nadita del mundo, se lo sabremos agradecer, porque si no siguen echando vainas y es mejor mandarlos de una vez por toíta a las pailas del mismísimo infierno, ja, ja, ja".
Seguidamente, el Comandante Boves indicó estas palabras: ¡Parémosle bolas al viejo; ya que el Diablo sabe más por viejo que por Diablo!.
Y tomando la lista le dijo a uno de sus ayudantes estas palabras: "Busquen y capturen a toda esta gente y me le dan un buen baño en el Río Neverí; ya que están muy hediondos y en esta fiesta no los queremos así, ja, ja, ja".
A la fiesta comparecieron José María Escalera y José Francisco Sánchez; este último era el dueño de la Hacienda "Capiricual" y fue a quien el Comandante Francisco Tomás Morales designó como gobernador de la provincia de Barcelona, habiendo sido ratificado en el cargo por el Comandante Boves. Además, él era un hombre formado en derecho y pilotaje en la Universidad de Salamanca en España, y fundador de la familia Sánchez en Barcelona.
La vaina se puso tensa en la fiesta cuando José María Escalera y José Francisco Sánchez fueron sacados de sus respectivas casas a las ocho de la noche; a eso las diez, notando la esposa de Sánchez que este no regresaba a su casa, a pesar de estar aún en la cama por haber dado a luz un niño, se vistió y con todo el dolor producto de la gestación de su bebé a manos de una comadrona del lugar; optó por ir al baile a ver qué pasaba con su esposo.
Encontrándose con la señora Nieves Polo, le hizo la siguiente pregunta: ¿Sabe usted en donde se encuentra mi esposo, doña Nieves, ya que en esta noche di a luz un bebé?
La señora Nieves Polo le dijo: "Hay por Di_s bendito; qué bueno que te ha nacido un lindo niño en este momento. Te voy a llevar a que el Comandante Boves, para que tú misma hables con él".
Doña Nieves Polo al llegar delante del Taita Boves le expresó lo siguiente: "Comandante Boves, aquí a mi lado está la esposa de José María Escalera, ya que ella desea saber del paradero de su esposo y a su vez le notifico que ella tuvo un lindo niño hace varios minutos atrás".
El Taita Boves le respondió muy gallarda y sanamente con estas palabras: "Señora, no tenga usted ninguna alarma; no hay orden de prisión contra nadie y menos en contra de su esposo. Esa tiene que ser una chuscada más de uno de mis oficiales, para andar metiéndoles miedo a los vecinos de esta villa".
¿Por qué usted no vino al baile, honorable dama?
Catedral de Barcelona, año 1.901
"Apreciada dama, primero le doy mis felicitaciones por la venida al mundo de los mortales, de su precioso niño; y segundo, si usted hubiese venido a esta fiesta de gala en mi honor, seguro estoy, ya estaría en estos momentos con su marido en casa".
"Esplendida dama, yo le sugiero que se acerque a las orillas del Río Neverí y consulte con el padre Améstica; ya que él es el encargado de darles la extrema unción a los 48 mantuanos godos criollos que en estos momentos están siendo ejecutados por orden del pueblo y por instrucciones mías. Vaya pues, consulte con ese prelado de Di_s".
Lo cierto del caso, fue que los cadáveres de José Francisco Sánchez y José María Escalera jamás aparecieron en ninguna parte. A continuación damos a conocer la lista de todos los que fueron ejecutados en ese día difícil en la historia de los mantuanos y godos oligarcas en Barcelona "La Nueva". Al día siguiente, navegaban lanchas y canoas pescando cadáveres en el Río Neverí. El de José Francisco Sánchez no apareció nunca jamás. La viuda de Sánchez con sus menores hijos y los de José María Escalera hizo la peregrinación de toda la guerra con las penalidades naturales a ella, y terminada ésta tuvo que vender sus propiedades por precios sorprendentemente baratos. Ella no recibió ningún montepío y el nombre de su esposo no figura en ninguna relación histórica.
· Don Francisco Antonio Ortiz, líder de los mantuanos.
· Don José Antonio Freites, mariscal de campo.
· Don Diego de Hernández.
· Don Miguel Hernández.
· Don José Asoátegui.
· Don Manuel García, intendente
· Don Felipe Alcay.
· Don Joaquín Peña.
· Don José María Sucre.
· Don Diego Alcalá.
· Don Francisco Domínguez.
· Don Carlos Pérez, capitán de morenos.
· Don Agustín Arriojas.
· Don Francisco Javier Flores.
· Don Pedro Meneses, contador.
· Don Bernardo María Martínez, guarda mayor.
· Don Juan José Arguidengui.
· Don José Godoy.
· Don José Manuel Morales, ayudante mayor de caballería.
· Don Pedro Hernández Gorotizo.
· Fulano Ribas.
· Dos hermanos Villegas.
· Don Carlos Padrón.
· Teniente Pérez, ayudante de pardos.
· Don Manuel Calderón.
· Don Vicente Silva, portugués.
· Don José María escalera.
· El Escribano, Jiménez.
· Don Leonardo Jiménez.
· Don Francisco Bruzual.
· Don Marcos Santana.
· Don Pedro Cabrera.
· Don José Peña.
· Don Antonio Alemán.
· Don Francisco Manuel Luces.
· Don Pancho Calmas.
· Don Carlos Rosendo, capitán de lanchas que fueron a parar a Angostura.
· Don Vicente de la Roca, contador de la expedición que fue a parar a Angostura.
· Don Pedro Cañeñas.
· Los dos hermanos Molleras.
· Don Martín Puyarema.
· Chico Doble.
· Gabriel, casado con la Maonesa.
· Don Francisco palmeta.
· Don Salvador Garcerán.
· Don Luís Torens.
· Los dos Rodríguez Ubas, soplones.
· El Licenciado Alemán, hijo de don Tomás Alemán.
· Rojas, el que hirió a Francoli.
· Don José Antonio raposo, cumanés.
· El Teniente Carrasquero.
· Don José María Llamosas.
· Don Gaudencio Matos.
· El Licenciado Gimón, que vino de La Guaira.
· Don Francisco parejo, el teniente de Chamariapas.
· Don Gerardo Zerpa. Y los demás que siguen ajuntaron con ellos desde aquella misma noche.
· Rodríguez, el español que era ordenanza del general Pedro María Freites.
· Don Ignacio Maza.
El Comandante Boves mirando de reojo a todos los mantuanos y a sus mujeres en la fiesta, en lo inmediato hizo esta pregunta y le dijo estas palabras a las personas que se encontraban en la casa de doña Nieves Polo quién se encontraba sumergida en una gran tristeza, y por cuyas mejillas se desprendían algunas lágrimas, y quién no comprendía por nada del mundo que al pueblo de Barcelona "La Nueva" había llegado la justicia popular del pueblo en armas: ¿En donde carajo está escondido el fanfarrón de Diego Bautista Urbaneja Sturdy, miserable hijo de esta tierra?
¿Ustedes deben saber en donde coño anda escondido ese faccioso de la porquería mantuana?
Y El Taita Boves moviéndose de un lado a otro comenzó a tartamudear con voz baja estas palabras: "Ay carajo, ay carajo; como quiero meterle las cadenas al coño e madre de Diego Bautista Urbaneja; a ese mal parido en cualquier momento le parto el pescuezo yo mismo y con mis propias manos. Esa va a ser la ñapa que le voy a dar, ja, ja, ja".
Dr. Diego Bautista Urbaneja Sturdy
¡Ya vas a ver lo que te va a pasar Dieguito, ya vas a ver miserable!
"No se crean ustedes que yo soy pendejo; yo sé que él anda metido en uno de esos cambotes de emigrado, que salieron de Caracas; pero cuando lo agarre no lo salva ni el mismito Diablo, ya lo verán, a ese malvado hijo de esta tierra barcelonesa".
"Él se la echa de sapo rabuo en materia de leyes; pero aquí la única ley la dicta el pueblo y yo que soy su jefe, carajo. Mis muchachos me dicen que ese jala mecate mantuano se la pasaba dándosela de alto jefe de policía en el año 1.812, allá en Caracas".
"Además, se daba ínfula de que sus padres eran gente muy ricas, por eso es que no es un pela ñemas, para no decir ante ustedes la grosería que es muy conocida por todos ustedes; quienes ahora parecen unos angelitos caídos del cielo con caras de yo no fui, ja, ja, ja. En verdad, yo no entiendo como el Dr. Diego Bautista Urbaneja se le salvó al Capitán de Navío Juan Domingo de Monteverde y Herrera en 1.812".
"Yo lo hubiera mandado desollado a las mismísimas pailas del infierno; porque ahora quieren ser con sus rostros fatigados por el acoso y exterminio que les tengo, como héroes y libertadores de este pueblo al que siempre han jodido por generaciones, carajo".
¡Muerte a los independentistas mantuanos y godos criollos!
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