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Comandante Jose Tomas Boves, Timonel en la Libertad del pueblo venezolano (página 15)

Enviado por León Morales


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Más sin embargo, el ya difunto don Juan Bonifacio Pedrón, nativo del pueblo de Tarmas y descendiente del General en Jefe Juan Bautista Arismendi Subero a través de doña Josefa Arismendi de Apestequía le contó a la señora María Morales esta anécdota sobre doña Belén Xeréz Aristeigüieta y Blanco de Pérez y Narvarte.

Mr. Robinson, comerciante inglés de La Guaira, decía en esos días de la Emigración a Oriente, que los comandantes Boves y Rosete tenían bajo sus órdenes al menos 7.000 u 8.000 mil combatientes, dentro de los cuales no había más de 50 blancos o españoles europeos, y 1.000 de color libres; el resto era de esclavos, de negros y zambos.

Resulta, que en los momentos de la Emigración a Oriente, doña María Belén venía en una mula zaina a todo espolón y en eso una de las esclavas de la familia Bolívar y Ponte llamada María del Carmen, a susurra en el oído a otra esclava de la misma familia y de nombre María de la Luz, le dijo estas palabras: ¡Caramba,  María de la Luz; mira como viene en esa mula la putísima Doña Belén!

¡Y parece que viene vestida de manto y bricel!      

Y en eso la negra María de la Luz le dice a la negra María del Carmen, esto: ¿Y qué guebonaá es esa, negra María del Carmen, ah?

Y la negra María del Carmen, le respondió de esta manera: "Mira negra, esa vergaja cree que con esas mariquerías va a enamoraá al Taita Boves; ese no cree en esas putas mantuanas, vístanse como se vistan, ja, ja, ja, ja".

"No ves como están corriendo, porque los negros que andan con el Taita Boves nos vienen a liberar pronto; aguárdame allí, negra María de la Luz, pá pedirle a Changó por nuestra libertad de esos amos que ágora huyen despavoridos, ja, ja, ja; de qué carajo les vale ser personas de buen nacimiento o de sangre noble, si sus mujeres son putísimas y los hombres maricones empelucados, ja, ja, ja".

Y el afro-tarmero don Práxedes León quién fue dueño de un gran corte de lechosas por los lados de la Hacienda "Tarma Abajo" y hoy difunto, hace muchos años atrás contaba esta historia de la Emigración a Oriente, a su siempre amigo y tarmeño de extirpe alemana e indígena, don Sebastián Kienzler Tortoza, siendo estas sus palabras: "Amigo Sebastián, cuando yo era muy niño, por allá en la Hacienda "La Florida", pero hace muchos años ya, contaba mi abuelo maternal, que en paz descanse; que en Caracas había un sacerdote, mejor dicho, un curita de esos que pertenecen a las familias más ricas de este país. Él se llamaba Santiago de Zuloaga y Honramuno, según y que nació por los lados de Choroní".

"Sí, por allí; por esa costa de la mar bajo, por allá, por donde nació el General Celestinote Bello (abuelo de la señora Magdalena Hidalgo Arias de Rangel) y el amigo Martín Pedrad. Mi abuelo decía que ese cura era dueño de varias haciendas y esclavos en esas tierras; él nació por esos lares en el año 1.741 y el muy viva de la pepa vivió muchos años, Sebastián".

"Resulta, que ese sacerdote era una autoridad en Venezuela, él anduvo metido en esas lides de la independencia con los ricos, pero nadita con los pobres, así como nosotros, eso fue por allá por los años 1.810 y 1.811, después anduvo él peleando contra los pobres de este país y en contra de nuestros antepasados que anduvieron combatiendo con El Taita José Tomás Boves hasta que se acobardaron los godos oligarcas caraqueños y guaireños, cuando supieron que el Comandante Boves los destrozó en la Batalla de La Puerta en el año 1.814".

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Sebastián Kienzler Tortoza

Comisario de Tarmas en la época del General Marcos Pérez Jiménez

"Bueno vale, ese cura tomó sus macundales y se fue con el General en Jefe Simón Bolívar en la Emigración a Oriente, hasta que fue capturado por las fuerzas del Taita Boves quien lo remitió preso a Caracas. Más luego, por instrucciones del Mariscal de Campo Juan Manuel Cajigal en noviembre del año 1.814, decidieron enviarlo preso a España. Pero resulta, que el navío fue interceptado por una goleta republicana y ese magnate de la iglesia católica fue llevado a Cartagena de Indias en donde murió a los pocos días".                                                                  

 "Sebastián, ese sacerdote era ancestro de esos Zuloaga quienes hasta hace poco eran los dueños de la Electricidad de Caracas; los mismito que se cogieron nuestras tierras, que eran parte del Resguardo Indígena de Tarmas y que defendió el cacique mestizo Hilario de la Caridad Tortoza Rodríguez, el bisabuelo del señor Félix Tortoza Castillo".

 "Sebastián, recuerda muy bien que Hilario de la Caridad Tortoza Rodríguez era tío de tú bisabuelo Balbino Tortoza Tortoza quien murió en la epidemia del cólera en el año 1.854, en Tarmas, en los tiempos en que el cura propio del pueblo era el padre Esteban Razquín, maestro de música del célebre trujillano don Laudelino Mejías, compositor de Conticinio".

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Pueblo de Antímano, entrada a Caracas

El General Simón Bolívar con su apocalíptica y estremecedor timbre de voz les gritó estas palabras a las multitudes aglomeradas en la Plaza Mayor de Caracas:

"Terribles días estamos atravesando: la sangre corre a torrentes; han desaparecido los tres siglos de cultura, de ilustración y de industria; por todas partes aparecen ruinas de la naturaleza o de la guerra. Parece que todos los males se han desencadenado sobré nuestros desgraciados pueblos". …"

¡A Oriente…, a Oriente….!

¡A reparar nuestros desastres y a proseguir luchando…!

En esos instantes, uno de las postas a toda marcha se dirigió hacia donde se encontraba el General Simón Bolívar y le dijo: "General Bolívar, en estos momentos cientos de familias merideñas marchan hacia la Nueva Granada dirigidos por el General Rafael Urdaneta Farías y por un aristócrata de la ciudad de Mérida, creo se apellida Rodríguez Picón, a quien le acompañan 39 personas de su distinguida y honorable familia, entre las cuales figura doña Martina Rodríguez de Campo Elías, viuda del difunto Coronel Vicente Campo Elías".                                                      

Respondiendo el Libertador Simón Bolívar con estas palabras:

"… Esos valientes merideños están siendo conducidos a esas tierras neogranadinas por un buen soldado, quizás el más leal de quienes forman el ejército libertador, he allí al general Rafael Urdaneta Farías, de quien espero Dios guíe en su camino…".

En verdad, el General Simón Bolívar andaba delirando ante el acoso desmedido a que estaba siendo sometido por los batallones vencedores del Taita Boves en esos momentos que fueron cruciales para las castas dominantes en esos lejanos días de nuestra historia patria, que no solo tiene que ser la de los escuálidos oligarcas y mantuanos, sino la del pueblo venezolano en su conjunto, que al fin respiraba los aires de libertad.

Ante tan dramática situación, el General Bolívar expresó lo siguiente: "…A Boves no lo para nadie…".

Carajo Anderson, la vanguardia republicana fue derrotada por el Comandante Chepino González en el sitio de Las Majadas, como a unas 15 leguas de Caracas, más o menos estando la avanzada bovista cerca del pueblo de Antímano, adonde se dirigió personalmente el propio General Simón Bolívar a tratar de batirlos pero fue virtualmente rechazado. En esta acción de armas fue herido el oligarca Francisco Lugo y el vasco bilbaíno Guillermo Zarrasqueta quien era Capitán de las Milicias Mixtas del pueblo de San Sebastián de los Reyes, cayó prisionero cerca de Las Adjuntas.

El Taita Boves fue informado por sus postas y avanzadas sobre estos hechos de armas, recibiendo el parte de guerra en los siguientes términos: "Comandante Boves, de parte del Comandante Ramón González me permito darle a conocer las acciones militares que se han dado en las inmediaciones de Caracas".

Como es de su virtual conocimiento, el Comandante Miguel Uztariz y su segundo el Mayor Guillermo Zarrasqueta al frente de 200 de sus soldados fueron derrotados y destrozados por nuestros escuadrones de caballería e infantería en las alturas del pueblo de Macarao, cerca del pueblo de Antímano. En esta acción de armas hemos hecho prisionero a Guillermo de Zarrasqueta, el  mismísimo vizcaíno quien hace pocos años atrás llegó a ser el Alcalde del pueblo de San Sebastián de los Reyes.

En otro orden de ideas, paso a informarle que el zambo Andrés Machado siguiendo sus instrucciones, logró tomar al pueblo de El Valle, distante a cinco leguas de Caracas; y la vanguardia del Comandante Chepino González, en parte fue detenida por los generales en jefe don José Félix Ribas y Herrera, y don Simón Bolívar; en la entrada misma del pueblo de Antímano, hasta que en la noche del 6 y la madrugada del 7 de julio de 1.814, al fin decidimos la toma de ese importante bastión; el cual es la entrada de Caracas, por donde usted entrará triunfante y con las glorias ganadas en decenas de combates, comandante Boves.  

Inmediatamente, el Comandante Joseph Tomás Boves organizó los tribunales, en vista a la fuga de los generales Simón Bolívar y José Félix Ribas; designando al Dr. Tomás Hernández Sanabria como el decano y Primer Ministro del Superior Tribunal de Justicia. Una vez recibida la información con todos sus detalles, el Comandante Boves muy contento y alegre exclamó estas palabras: ¡Ah, carajo!                                                          

                            

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Simón Bolívar en el terremoto de 1.812

 "Ya se le acabó la echadera de vainas al sinvergüenza de Guillermo Zarrasqueta, ja, ja, ja. Llévenlo a San Sebastián de los Reyes, me lo confiscan sus bienes y se lo reparten a los más pobres de ese pueblo; después lo ejecutan sin darle chance a que rece un creo y su asquerosa cabeza me la exponen en lugar público, ja, ja, ja".

"A ese gran carajo de Zarrasqueta he tenido ganas de colgarlo por las bolas en una inmensa ceiba desde año 1.808. Pero no vale la pena. Fusílenlo y después lo cuelgan para que sirva de escarmiento a los godos de mierda en Venezuela. Él se creía una gran cosota, matando canarios y españoles en La Guaira. Pero le llegó su hora y de esta no lo salva nadie, nadie y más nadie".                                                    

Anderson, hijo mío; los republicanos se robaron la platería que tenían las iglesias caraqueñas y la enviaron al puerto de La Guaira, embarcándolas hacia el oriente del país y fue así como comenzó la Emigración hacia el oriente de Venezuela.

¿Imagínate como robaron todas las riquezas que los obispos tenían en la Catedral de Caracas?

¿Piensa en la gran arrechera que tenía el Arzobispo don Narciso Coll y Prat en esos momentos?

Esos mantuanos caraqueños eran unos perfectos ladrones, sus mujeres e hijas eran putísimas y sus "ilustres" hijos parecían o eran unos asquerosos maricones. Esa era la sociedad oligárquica caraqueña en esos años de la guerra a muerte.

El General Simón Bolívar con sus soldados iban a la retaguardia protegiendo la marcha del pueblo oligarca constituyentita; infinidades de familias mantuanas tomaron el camino de la villa del Dulce Nombre de Jesús de Petare hacia Barlovento buscando el camino que lleva a Barcelona por la montaña de Capaya. Ese camino se bifurcaba al salir de La Pica; un grupo decidió continuar su marcha por el camino de afuera con dirección al pueblo de Cúpira pasando por Sabana de Uchire, llenos de angustias y tragedias, navegándose en un mar de lágrimas. Prosiguiendo la emigración de allí a  Clarines por la vía de Guanape.

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Iglesia colonial de Píritu

El otro grupo de oligarcas mantuanos con sus familias y enseres siguieron en su ruta por la costa en camino al pueblo de Río Chico, siendo atacados desde el mar por las cañoneras bovistas y de allí continuaron a marcha forzada por la orilla del mar en dirección a Píritu, tocando en Boca de Uchire. La verdad es que ese itinerario hacia el oriente fue el vía crucis de los patricios caraqueños, quienes perdieron en el trayecto a más de 9.000 personas. Los emigrados en sus lamentos no dejaban de exclamar: ¡Boves se aproxima!

Mira Anderson, esos "mantuanos uñas en el rabo"; esos grandes carajos y manganzones no estaban acostumbrados a los trabajos duros y de rigor. Coño vale, allí iban las familias más distinguidas de esa ciudad a quienes les tocó caminar a pie una larga jornada; la verdad fue que llevaban muy pocas provisiones y bastimentos, estaban a merced de las fuerzas bovistas.

Figúrate, que la señora María Belén Xeréz Aristeigüieta y Blanco de Pérez y Narvarte acompañada de la familia Urbaneja llegaron a pie hasta Río Chico y desde allí continuaron en buque hasta la ciudad de Nueva Andalucía de Cumaná. Y lo más grave de toda esa vaina, fue que hacia las Antillas emigraron los más comprometidos políticamente, otros renunciaron a la marcha y se ocultaron en sitios seguros y hay quienes se pasaron al bando bovista. La verdad fue que el General Simón Bolívar dejó a esa muchedumbre desamparada, muerta de hambre y a merced de las fieras.

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Cimarrón bovista

¿Puede ser esa la mentalidad de un líder de masas?

Don Fernando Ignacio de Ascanio y Monasterio llamado "El Conde de La Granja" y "Caballero de la Real Orden de Carlos III", quién estando acompañado por don Juan José Marcano salieron desde Caracas en la tarde del 7 de julio de 1.814. Con el fin de ir a conversar con las avanzadas de las fuerzas del Taita Boves que estaban al mando de los zambos Machado y Hurtado quienes provenían con un contingente de 1.500 ex-esclavos negros desde el pueblo de Valle de la Pascua en los llanos del Guárico.

Los Grandes Cacaos antes mencionados salieron en el camino del pueblo de El Valle en las cercanías de Caracas a recibir a tan egregios guerreros bovistas, con el objeto de asegurar su status social y a su vez echar una jaladita de bolas. Pero esas bajas actitudes siempre mantenidas por el mantuanaje criollo y los sectores de la burguesía a través de los tiempos, más bien los llevó a la pena capital.

En eso el zambo Andrés Machado dirigiéndose a su compañero de armas el zambo Hurtado, le dijo estas palabras: ¡Coño Hurtado, mira a los muy muérganos esos!

¡Y qué el Conde de la Granja y sus cuerda de pajuos!

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Revuelta de las masas esclavizadas

En contra de la godarría mantuana venezolana

"Ellos ahora vienen a jalarnos bolas, Hurtado. Más bien parecen que se les ha olvidado lo miserable que fueron esos carajos. Por favor ándame, vale; llama en estos momentos al negro Juan Rafael, que tengo que hablar con él ahora, para que le eche una vainita a ese mal parido que ves allí. Si a ese mismito maldito de mierda, aquí se le va a acabar la guebonaá Machado, segurito vale".

 Hurtado, dime una vaina: ¿Qué piensas de eso, caro amigo mío?".

Y el zambo Hurtado que tanta arrechera le tenía a los oligarcas opresores le dijo al zambo Andrés Machado esto: ¡Caraá, Machadito!

¿Cómo se ve qué tú no conoces bien a esos bichos, vale?

"Machado, vamos a quemarles el culo a esos hijos de putas, porque por muchos años ellos nos han jodido en sus haciendas a punta de látigos".

En eso el zambo Andrés Machado dirigiéndose a sus hombres les preguntó: ¿Qué hacemos con estos grandes carajos, nojoda?

Y seguidamente el negro Apolinario, pegándole el siguiente grito al zambo Andrés Machado, le dijo estas palabras: "Machado, Machado; sí vale, ese gran coño e madre que está allí es nada más y nada menos que don Fernando Ascanio; el mismito que violó a mi mujeé y la asesinó; y también mató a mi primer muchacho, nojoda".

Oyendo esas palabras de boca de uno de sus soldados, el zambo Andrés Machado le dijo al zambo Hurtado lo siguiente: ¡Ah, caraá, si a don Fernando Ascanio le gusta violar mujeres pobres e indefensas!

¡La vaina como que es muy seria, caraá vale!

"Coño Hurtado, a la velocidad del rayo, nojoda, descogóllame a punta de machete a ese maldito bastado, quién hasta hoy se llamaba Fernando Ascanio. Igual medicamento me les das a esos otros malditos mantuanos que le acompañan, ja, ja, ja".

"Recuerda Hurtado, recuérdalo; no me dejes a ningunos de esos maricos vivos y luego me los encapilla a todos, nojoda. Anda pues, cumple la orden; ya, rapidito, rapidito; que de aquí nos vamos pá el pueblo de Guatire, pá ver como están las vainas por allá, carajo".

En lo inmediato se apareció el negro Juan Rafael y se le presentó al zambo Machado, diciéndole lo siguiente: "Comandante Machado, el Cabo Juan Rafael a sus órdenes".

¿Para qué quiere que le sirva ahorita?

El zambo Machado volteándose como un jefe furibundo de tanta arrechera, le riposta a Juan Rafael con las siguientes palabras: "Juan Rafael, dime una vaina, en verdad tú no conoces a ese gran coño e madre que está allí; velo bien negro, nojoda. No te hagas el guebón, vale".

¿Ese coño e madre no te recuerda a alguien, Juan Rafael?

El negro Juan Rafael sudando de la arrechera, con una voz muy fuerte expresó lo siguiente: ¡Maldita sea, Comandante Machado!

"Ese carajo es Fernando Ignacio Ascanio; el mismito Conde de la Granja. Fíjate como son las cosas de la vida; ese babieco de mierda abusó mucho de nuestra gente en sus haciendas. Él lo que es un tremendo déspota y en verdad no merece vivir, denme a mí la oportunidad de acabar con este mal parido, porque nunca he podido olvidar sus maltratos".

Hace muchos años atrás, cuando teníamos alguna esperanza de ser libres, dijo estas miserables palabras: "…A los esclavos le doy la libertad, pero después de la muerte…".

Y a mí me dijo que iba a ser libre y cambiando de actitud a los minutos me dijo estas palabras: "Juan Rafael, ya eres un hombre libre de verdad, pero te he quitado la libertad, porque quiero que seas mi esclavo hasta que te mueras; porque eres un bibrón".

Comandante Machado, ese malparido le dijo a la negra Victoria lo siguiente: "Mira negra asquerosa, ya ni para tirar sirves; de aquí no te irás nunca más, serás mi esclava hasta que te mueras muérgana".

El negro Machado muy irritado le dio al negro Juan Rafael esta orden: "Juan Rafael, haz lo que tú quieres con esa porquería y a los demás se los deja a los demás muchachos, para que los ejecuten sin derecho a nada, ni a una risa, siquiera, ja, ja, ja".

El negro Juan Rafael acercándose a don Fernando Ignacio Ascanio, le dijo ante los hombres y mujeres que estaban allí reunidos, estas palabras: "Conde marico, ni el Conde de San Xavier, ni el coño de tú madre te van a salvar de esta vaina, nojoda; porque tú desde 1.796, anda echando vainas y jodiendo a mansalva por estas tierras. Así que hoy 9 de julio del año 1.814, se te acabaran las mamaguebadas de estar jodiendo negros y violando a nuestras mujeres; ve encomendando tú espíritu al mismo demonio y a sus dominios en el propio infierno; diablo de poca monta, ja, ja, ja".

El Conde de la Granja don Fernando Ignacio Ascanio aterrorizado empezó a dar gritos insoslayables; en su cara se le veía el terror que le producía ver a sus antiguos esclavizados cobrarles sus afrentas y desmanes, con voz estruendosa gritó: "Comandante Machado, perdóneme la vida, yo nunca vuelvo a hacer esas cosas, me arrepiento ante el Creador de todos los males que hice, perdóneme la vida. No, Juan Rafael, no Juan Rafael, no me mates".

El Comandante Machado muy  irónicamente le gritó estas palabras al Conde de la Granja: "Maldito Conde de mierda, no seas tan faramallero; deja la chilladera que te queda muy feo. Ni que le pidas a tus malditos padres en el cielo te van a salvar de lo que dentro de un momento te va a hacer el negro Juan Rafael, ja, ja, ja".

"Así que anda pidiéndole al Altísimo y los miserables de don Juan Ignacio Ascanio y Oviedo, como a tu malparida madre doña María Josefa de Monasterios y Oviedo para que te lleven a las mismísimas pailas del infierno a entrevistarte con el propio Satanás en su reino de candelas y sufrimientos; ese es tu lugar coñísimo e madre".     

El negro Juan Rafael levantó el cola de gallo y le asestó un soberano machetazo por medio de la cabeza, cayendo tan asqueroso mantuano criollo en la tierra del pueblo del Valle, manchando la cenizas de nuestros antepasados, dispersas en las mismas tierras que hicieron que nuestros antepasados se levantaran siempre en busca de su libertad y en procura de la igualdad social; al fin se hacía justicia popular en estas tierras.                                         

El cadáver de Fernando Ignacio Ascanio fue llevado el 10 de julio de ese año a Caracas, siendo amortajado con el hábito de nuestra Señora de la Merced, recibiendo sepultura en la Capilla de San Nicolás de Bari en la Catedral Metropolitana de Caracas; las honras fúnebres las ofició el Arzobispo Dr. Narciso Coll y Prat.

                                                                                                

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Dr. Narciso Coll y Prat, arzobispo de Caracas y Venezuela

Y de esa manera, los godos mantuanos ¿y qué realistas? fueron ajusticiados por violar tan infamantemente los derechos más elementales del hombre y del ciudadano.

Los ejecutores del malparido Conde de la Granja temieron que El Taita Boves les castigase por alguna equivocación que ellos hayan tenido en la muerte de ese bastardo mantuano, diciéndole el negro Juan Rafael a Timoteo estas palabras: Guá, Timoteo; coño vale. ¿No habremos matado a esos bichos por equivocación?

¿No se nos pondría la vaina dura con el Taita Boves, Timoteo?

Una vez ajusticiados ambos mantuanos godos oligarcas, y para el colmo de todas las cosas, realistas; el negro Timoteo le respondió a Juan Rafael con estas palabras: "Gueno, Juan Rafael; yo no creo que nos hemos equivocado, no mijito. No te preocupes por esa vaina, que yo sé manejar la vaina bien ante el Taita Boves".

"Le diré que esos grandes carajos andaban en una vaina contra él; ya que viven saltando del tambo al tambo llevando mentiras para estar bien con el Creador y el mismísimo Satanás. No se preocupen ustedes por lo que hicieron, esos señorones ahora están siendo comidos por los gusanos, ja, ja, ja".

Timoteo llamó al Taita José Tomás Boves y le dijo estas modestas palabras: "Taita Boves, los muchachos ejecutaron al mismito Conde de la Granja y a otros parásitos como él. Ellos me dijeron que le dijera a usted que esos tipos andaban conspirando en contra de su persona y lo querían matar a vustéd".

"Además, Taita Boves; ese Conde de la Granja dijo ante de que lo matáramos que él pertenecía a la Casa de Oviedo en Asturias y que por sus venas corría sangre asturiana como la suya; y que por esa vaina, le perdonáramos la vida".

Y el Taita Boves sarcásticamente le dijo a Timoteo, lo siguiente: "Ay Timoteo, no me hables más de esos bichos; está bien lo que hicieron, si no lo hubieran hecho, entonces yo los hubiera desollado a ustedes vivos para que cumplan con su palabra. Ya que yo no tengo que decirle que hay que hacer con los mantuanos; a ellos hay que liquidarlos se encuentre en donde se encuentren, ni un padre nuestro y menos un Di_os te salve. Para ellos, nada, nadita, mijito".

¿Qué te pasa Timoteo?

¿Y a qué Casa de Oviedo pertenecía ese guebón, ah?

"Buenos mal, que ya lo tumularon en una de las iglesias en donde solo a ellos los entierran, pudiste notar que ese miserable Arzobispo de Narciso Coll y Prat fue quién le hizo las exequias fúnebres. Eso nos indica que esos curas sabe lo todo no están con nosotros y nunca serán parte de este pueblo en armas".

"Timoteo, por mis venas corre sangre de hombre libre como la tuya en estos momentos; no la de ese maldito esclavista  de mierda. Sus abuelos compraron un titulo ante el Rey de España por allá por el año 1.643, si  más no recuerdo; con el fin de estar echando vainas en estas tierras, ya que esos vagos, haraganes y flojos ni en España y mucho menos aquí han trabajado en su vida. Así que gracias a Di_s y a ustedes, ya ese asqueroso godo esta tumulado en estos momentos".

"Timoteo, ese hombrecito jodió mucho cuando fue regidor ordinario en el ayuntamiento caraqueño y más cuando estuvo como hacendado siendo parte del Real Consulado. Lo mejor que ustedes han hecho es que lo mandaron a pasar al umbral de la eternidad y para siempre a la temprana edad de 60 años. Imagínense que ese miserable hubiese llegado a los 80 años".

¿Qué sería de ustedes, Timoteo?

"Gracias al Altísimo que lo liquidaron un 9 de julio de este año de 1.814. No olviden nunca más en sus vidas esta fecha, en donde un mantuano oligarca fue dado de baja para ir hacia la verdadera libertad del pueblo venezolano, al cual me debo y soy su líder para liberaros del yugo colonial español  que han sufrido por más de trescientos años".

El negro Timoteo siguió conversando lo siguiente con el Comandante Boves: "Taita Boves, ágora yo me siento bien porque estoy viendo que usted hace justicia pá nosotros los negros; desde hace muchos años Taita, he guardado este papelito con mucho cuidado, porque si los amos se lo veían a uno le mandaban a dar como cien palos…, tómelo Taita, léalo porque vustéd si sabe de estas cosas".

El Comandante Boves lo tomó en sus manos y dijo lo siguiente: "La verdad Timoteo, es que ahora eres un hombre libre al igual que todos ellos. Pero hay que ver que esos guaireños llamados Manuel Gual y Curbelo y José María España y Rodríguez por poco se convierten en sus reales y verdaderos libertadores".

¡Esos si eran unos hombres de pelo en guáramo, carajo!

"Viendo bien este soneto, yo desde hoy soy el más claro seguidor de esas ideas y lucharé por ellas hasta el final de mis días, para que ustedes sean libres de verdad. Pantaleón, Pantaleón Ferrer, por favor lea esto con voz alta y que sea oído por todos en estos momentos, nojoda".

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Rúbricas de don Manuel Gual y don José María España

El negro liberto Pantaleón comenzó a darle lectura al siguiente soneto de los tiempos de la Revolución o Conspiración de Gual y España, el cual decía así:

"Pueblo americano

Ya ha llegado el día

Que el Partido muera

De la tiranía.

Unámonos todos

Contra su poder

Y nuestros derechos

Hagamos valer.

Viva nuestro Pueblo.

Viva la igualdad,

La Ley, la Justicia

Y la Libertad.

Los Blancos, los Negros,

Los Indios y Pardos,

Conozcamos todos

Que somos hermanos,

Que a todos nos une

Un interés mismo,

Para hacer la guerra

Contra el despotismo.

Eso nos indica, que la guerra propiciada por el Taita Boves tenía un componente altamente popular y de clase, ya que ni los mismos realistas estaban seguros de sí mismos dentro de las filas de  su propio ejército. Ese nefasto anuncio fue como el Apocalipsis representado en El Juicio Final; ese mismo terror invadió a los mantuanos de los valles del Tuy, Aragua y Valencia. Muchos de los emigrantes se trasladaron hacia la isla de Saint Thomás en donde mendigaban comidas y abrigos. Algunos otros fueron asistidos por el gobierno español en la isla de Puerto Rico.

A los mantuanos criollos en los tiempos de la guerra a muerte nadie los quería en ningún pueblo de Venezuela; ya que eran odiados y apestecidos por las masas irredentas; y lo podemos notar con las propias palabras del General Rafael Urdaneta Farías en su retirada hacia el occidente del país:

"…El soldado republicano es mirado con horror, no hay un solo hombre que no sea nuestro; voluntariamente se reúnen en los campos a hacernos la guerra; nuestras tropas transitan por los países más abundantes y no encuentran que comer; los pueblos quedan desiertos al acercarse nuestras tropas y sus habitantes se van a los montes, nos alejan los ganados y toda clase de víveres; y el soldado infeliz que le separa de sus camaradas, tal vez a buscar el alimento, es sacrificado…".

¿Qué fue lo que realmente pasó con las fuerzas godas del mantuanismo republicano liderado por los generales Bolívar y Mariño en 1.814?

¿Por qué las masas más pobres de la sociedad venezolana no los querían?

¿A cuáles intereses servían los mantuanos criollos en esos tiempos?

Indicándonos esto que el gobierno de España se mantenía al margen de los acontecimientos que se estaban dando en Venezuela. Pero, defendían al mantuanaje en huida ante la revolución social que día tras día se adueñaba de Venezuela.

     

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Entrada a Caracas en el siglo XIX

Cónchale vale, en Caracas solo quedaron 3.000 vecinos. Ante esto Martín Tovar y Ponte, máximo representante del temor oligárquico caraqueño le dirigió estas palabras a su bien amada y putísima esposa doña Rosa Galindo Pacheco:

"…A este país ya no lo compone nadie,

Yo creo que vamos a caer en manos

De los negros…"          

            Y sobre la emigración, tan desdichado mantuano le escribió a su esposa bajo estos términos:

"…Sálvate con nuestros hijos, no temas a los peligros del mar; caso de no encontrar buques, antes que te vean los enemigos refúgiate en lo más intricado del monte con lo necesario para vivir oculta tres días, para evitar los primeros momentos del furor. Pronto saldremos en campaña; a mí siempre me hallarás en el campo del honor…".

¿Qué valiente fue ese asqueroso Conde de Tovar, ja, ja, ja?

Hay muchas informaciones sobre las personas que perecieron durante la emigración a oriente. Entre ellas se destaca la de don Ignacio Díaz, Sargento 1º de la Compañía de Cazadores en el ejército del Comandante Boves quién dio fe de que doña María Ostos murió en el pueblo de Barcelona "La Nueva", víctima de las calenturas y fue sepultada en el cementerio de La Candelaria, quién era mujer del pardo libre Francisco Luís Montesinos.

Doña María Felipe, vecina del pueblo de San Sebastián de Maiquetía dio fe de que su esposo Miguel Gómez falleció en la misma emigración a oriente. Doña María Melchora Montes, vecina de Maiquetía, manifestó que don Miguel Gómez murió asesinado de un lanzazo por la espalda en Maturín. Así lo corroboró don José María Correa,  quién era el Comisario de Guerra en el ejército del Taita Boves en sus andares hacia Cumaná; y quién de paso era pariente del fallecido antes mencionado.    

El Comandante de Vanguardia Ramón González fue avistado el 7 de julio a la altura del pueblo de Antímano, en donde fue recibido el 8 del mismo mes por el Excelentísimo e Ilustrísimo Dr. Narciso Coll y Prat. Para esa entonces, Arzobispo de Caracas quien se hizo acompañar por el Marqués de Casa de León. Juntos entraron a Caracas, la cual se veía triste y desolada.    

Don Nepomucemo Quero en su condición de Gobernador Político de Caracas recibió de manos del Comandante de Vanguardia Ramón González el siguiente oficio del Comandante José Thomás Boves, en el cual le daba la siguiente orden: "…si a mi llegada a esa ciudad que será dentro de veinte días, encuentro a un patriota, Ud. pagará con su cabeza…".

 Don Ramón González en lo inmediato dictó una proclama emitida por el Comandante General José Tomás Boves, en donde les ofreció a los pocos pobladores de la ciudad, seguridad y garantía a sus bienes y propiedades. Luego llamó a todo el pueblo a que se aglomerase en la Plaza Mayor de Caracas, en donde procedió a hacerle  la siguiente pregunta: ¿Qué era de vosotros el día de ayer?

¿Cuál era la suerte que esperabais?

Y todos al unísono respondieron: "el saqueo de vuestras casas. La pérdida de vuestras vidas".

Volviendo nuevamente a preguntarles: ¿creyeron muchos librarse de esta escena espantosa emigrando de la ciudad?

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Plaza Lourdes e Iglesia de  Maiquetía

                                                

Más luego, don Ramón González les dijo estas palabras:

"…vuestras vidas serán salvadas,…vuestras propiedades ilesas y vuestra seguridad inviolable: Os empeño mi palabra de honor y todo el crédito de la nación española: En nombre de El Rey y bajo la garantía del jefe del ejército Don José Tomás Boves, os hago este ofrecimiento…".

A veces no podemos comprender a hombres de la talla de César Rengifo, a quién hemos considerado como uno de los más grandes dramaturgos venezolanos de todos los tiempos, cuando se atrevió a escribir una obra de teatro titulada: "Manuelote".

Es el drama de un esclavizado llamado Manuelote quién negando su condición de esclavo se cuadra en la defensa de los intereses de su amo Martín quién es un aristócrata oligarca y godo mantuano. Manuelote es capaz de dar su vida por su amo y por su familia yendo en contra de los intereses de su casta en lucha antagónica en contra de los intereses mantuanos; estos hechos se dieron en Caracas.

Hay aspectos resaltantes en esa obra, en donde Manuelote muestras sus sentimientos hacia sus opresores y esclavistas, tales como:

Manuelote.

-Podías esperar un poco más, apenas son las cinco y todavía hay movimiento de tropas por la ciudad. Con esta entrada de Boves toda la noche ha estado pasando por aquí gente armada y caballería. ¡No sentiste? Tiros… tiros… (…).

-anoche vi a los soldados de Boves requisando las pulperías y llevándose cuanto encontraban, y los dueños que se oponían eran golpeados sin misericordia. A muchos hasta los sacaron amarrados para la cárcel… (…).

-Tal vez. ¡Los andan persiguiendo como conejos! Parece que ayer mismo al atardecer empezaron los fusilamientos en la Plaza Mayor…. (…).

            –Daba lástima ver cómo los sacaban de sus casas sin que valiera súplica ni llanto… (…).

-Lo mismo, que las doñas y los chicos emigraron a Oriente, y si son los hombres parece que aún andan con las tropas insurgentes. Eso si no los mataron en la fulana batalla que hubo hace días no sé dónde. Dicen que fue espantoso, el tal Boves no hizo sino pasar a cuchillo por los pescuezos… (…).

En realidad ponerse a leer tan extraña obra de teatro da vergüenza. ¿Cómo es posible que se coloque la figura de un hombre humilde del pueblo venezolano implorando por la vida de su amo Martín?

En verdad es la imagen de hombre servil como los ha habido en las diferentes etapas de nuestra vida republicana, como fue el caso del afro-descendiente Encarnación Rivas, quién durante toda su vida política no pasó en ser el portero de la Casa Nacional del Partido Acción Democrática (AD) en Caracas, después de haberse jodido en las diferentes etapas insurreccionales que vivió su organización política desde los tiempos del General Isaías Medina Angarita hasta el último gobierno de Carlos Andrés Pérez Rodríguez.

Hay que destacar, que los Manuelote viven deambulando por todo el país, siempre en contra de sus orígenes y clase social, mosca pues. 

Realmente, en esta etapa de la Mesa Redonda toma la palabra la jovencita Yosmar del Valle Mallma Tussentt y le hace la siguiente pregunta al señor Cayetano Fermín: ¿Explícanos como fue el sitio, cerco militar y capitulación que les hizo el Taita Boves a los republicanos mantuanos en la ciudad de La Nueva Valencia del Rey y de la Anunciación, Cayetano?

Bueno Yosmar, la verdad es que el sitio y cerco militar de esa ciudad por parte del Comandante Boves comenzó el 19 de junio de 1.814 y  que duró hasta el 9 de julio de ese mismo año. Mejor dicho, el sitio y cerco militar tuvo una duración de 19 días, ya que los defensores de la plaza opusieron una gran resistencia, la cual prolongó el asedio por tantos días. Dicen que estando el Comandante José Tomás Boves frente a la ciudad de Valencia del Rey se le acercó el cuarterón Eufrasio Laguna en aras de comunicarle algo. Pero el Taita Boves se le adelantó diciéndole lo siguiente: "Eufrasio, ay Eufrasio, ja, ja, ja. Esos degenerados mantuanos que tú ves allí en Valencia, alegan en todo m omento y cuando en ganas les viene, que yo soy un bárbaro sanguinario, y que en mi memoria vive constantemente la idea de asesinarlos, como si yo fuera un asesino".

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Pueblo de San Sebastián de Maiquetía

Eufrasio Laguna, de manera tajante le dice a su bien amado jefe estas palabras: "Taita Boves, lo que no saben esos malparidos mantuanos valencianos de mierda, que tanto usted como nosotros tenemos sobradas razones para escoñetarlos, para que en verdad sean serios esos miserables".

¿Qué se han creído esos carajos, Taita?

El Comandante Boves dirigiéndose a sus comandantes y guardia personal, les dijo lo siguiente: "Muchachos, ya nos encontramos en las puertas de Valencia como el Cid de Vivar en tiempos de los moros en España. Cuidadito, cuidadito, dicen ustedes por allí que yo me encuentro herido en estos momentos, ya que en verdad me estoy haciendo el fuerte ante esos carajos, porque de guebón no tengo ni una pizca de pan".

 "Muchachos, recuerden que lo que hace la mano derecha no debe saberlo la mano izquierda; ya que si esa godarría llega a saber cómo me encuentro en estos momentos se envalentonaría de tal manera que podrían echarnos una vaina".

"Todos ustedes deben recordar que nadie sabe estas cosas; y el que ose revelar lo que he dicho me lo llevo en los cachos derechito a las pailas del mismísimo infierno".

"Así que mucho cuidadito con la lengua, porque está en juego la libertad de ustedes y la lucha social por la cual batallamos a muerte ahora, ya que ese pueblo que espera por nosotros cree a ciegas en mí, no podemos defraudarlo".

Y luego dirigiéndose nuevamente a Eufrasio Laguna, le dijo esta vaina: "Eufrasio, caro amigo mío; justamente en esta tierra que hoy pisamos tuve una mulata muy bella como mujer, se llamaba María Trinidad Bolívar. Ella parecía para mí una princesa de ébano, y de esa  muy buena relación me nació mi hijo Juan, quién por desgracia lleva el apellido esclavista de los Bolívar".

"Igualito al del jodedor ese que dice que es Libertador de ustedes, ja, ja, ja. Yo tengo la ligera impresión de que muy pronto voy a joder a ese marico de Simón Bolívar. Si supieran ustedes las ganas que le tengo a ese bastado negreado en contra de su propio pueblo".

"Ese carajo lo que es un godo de mierda cargado de profundos odios en contra del pueblo llano de Venezuela, eso es lo que es él, un agitador de oficio".

 "Eufrasio, a esa mujer me la jodieron fue aquí en Valencia y fueron esos culilluos que están allí; míralos a todos cagados y chorreados de purita mierda. Ellos la mataron Eufrasio  y no puede haber  ningún tipo de perdón para estos miserables".

Cuando el Taita Boves contaba estos relatos sudaba copiosamente, irritándose de sobremanera, que entre crujiendo sus dientes y con sus ojos desorbitados, producto de su profunda arrechera se notaba que estaba presto a cobrar tan tamaña afrenta cometida en contra de su compañera, como en las humildes mujeres venezolanas de su tiempo y época. Y Eufrasio Laguna le hizo la siguiente pregunta al Comandante Boves: ¿Cómo fue qué ellos mataron a María Trinidad, Taita Boves?

Y él le contestó de la siguiente forma: "Eufrasio, en España se acostumbra mucho a matar a la gente en base al garrote vil, torciéndole el cuello. Pero en estas tierras se degeneraron mis paisanos españoles, que desde los tiempos que llegaron aquí hace más de tres siglos atrás la agarraron en estar matando gente por empalamiento. A María Trinidad estos perversos le metieron un palo afilado por el culo y le desgarraron sus miembros por el solo hecho de haber sido mi mujer".

Bueno Eufrasio, yo solo he dicho estas palabras para no olvidar esta afrenta: "Métanse con el santo, pero no con la limosna".

"Ellos tenían que joderme era a mí y no a ella; pero esos carajos pronto van a conocer el "Piquirico", se que esa vaina no se te va a olvidar nunca más, Eufrasio, lo sé".

Yosmar, ante esa situación el Coronel Juan de Escalona y Oviedo natural del pueblo de El Hatillo, previa la opinión de una junta convocada para tales fines, manifestó sus deseos de no estar dispuesto a rendir la plaza.

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Lancero Bovista

Al Comandante Boves le llegan noticias de que sus fuerzas de avanzada atacaron al pueblo de Los Teques el 6 de julio de 1.814. Saqueándola y pasando por las armas a los godos y mantuanos que defendieron sus posiciones en ese lugar. En donde se les sustrajo prendas, plata y oro que se encontraban almacenados en la iglesia de San Felipe Neri; ya que en una asamblea pública se le confirieron poderes dictatoriales al General Simón Bolívar, en vista al avance de las fuerzas de Boves hacia Caracas.

Entre las tropas del Taita José Tomás Boves iba un mulato llamado Presentación Lozano, nativo de la Hacienda "El Güire" en las cercanías de las haciendas de "Chichiriviche de la costa", "Uricao", "La Florida" y el milenario pueblo de Tarmas al oeste de Cabo Blanco en el litoral central venezolano; ya que se encontraban en las cercanías del pueblo de Valencia del Rey, en donde el Comandante Boves dijóle a sus guerreros estas palabras: "Muchachos; negro es negro en donde se encuentre y no le tira a otro negro porque es familia".

Y dirigiéndose a Presentación Lozano, le dijo lo siguiente: "Carajo Presentación, yo veo que a ti te gusta que jode una catira; te desvive por ellas, como si fueras un corderito manso y amoroso, ja, ja, ja".

Y Presentación Lozano que era tan dicharachero le contestó de esta manera al Taita Boves: "Taita Boves, en verdad que me gustan las mujeres de los blancos mantuanos, porque son tan blancas como la leche de las chivas. Comandante Boves, no es que no me gusten las negras, sino que todas las negras son mis hermanas y uno no puede coger a sus hermanas, porque eso es pecado, Taita".

El Comandante Boves le riposta a su joven soldado con estas palabras: "Coño Presentación, en verdad que eres una cosa seria, vale. Te me saliste con otra vaina, ja, ja, ja. Amigo mío, en verdad las mujeres de las mantuanas tienen una piel delicada y no están muy golpeadas, porque no hacen un coño de madre en sus casas; esas son unas flojas que no sirven ni para tirar. Claro está, si la agarras tú, se vuelven locas porque están faltas de machete, ja, ja, ja".

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En eso entra en escena el antiguo esclavizado Matías Chourio, hijo del pueblo de Bobures en la costa oriental del Lago de Maracaibo, quién viendo esos momentos de chanzas entre su jefe y sus soldados expresó lo siguiente:  "Bueno vale, esa forma de ser del Taita Boves es lo que lo ha convertido en el gran jefe de todos los llaneros y de los más pobres de estas tierras. Él si es un gran jefe y es el único a quién todos los negros y escoñetados de estas tierras tenemos que pararle bolas. Si, muchachos; ese si es un Taita de purita verdad".

Y el Sargento Matías Chourio dirigiéndose a Presentación Lozano en esa ocasión, le señaló estas palabras: Presentación, por las Animas Benditas del Purgatorio, dime una vaina, vale. ¿No será que el Taita Boves tiene pacto con el mismísimo Diablo?

Inmediatamente Presentación Lozano le respondió al Sargento Chourio de esta manera: ¡Guillo contigo, Matías Chourio!

"Matías, puede ser que nosotros seamos de origen Mandinga allá en el África; pero ni tenemos pacto ni nada que ver con el Diablo de los blancos mantuanos, ni por el carajo, vale. No, Matías".

Y Matías Chourio le ripostó a su amigo Presentación Lozano, de la siguiente forma: ¡Ave María Purísima, Presentación!

De inmediato intervino el Cabo Lorenzo Ulloa, expresando lo siguiente: "Cónfiro vale; por allí andan unos peazos de mierda mantuanos diciéndole a todo el mundo que el Taita Boves anda jodiendo a la gente pobre del pueblo. Esa vaina no es verdad, nojoda".

"El Taita Boves no anda jodiendo a naide; él está lleno de puro sentimiento de amor; ese si es un tronco de hombre; porque son ellos los mantuanos quienes nos han jodido por muchos años en estas tierras".

¿Qué quieren ellos?

¿Qué le demos rosas o sombrerazos?

 "Esos mantuanos son los propios diablos. Pero ahora andan asustaos porque los tenemos cojios y no le damos melcocha para nada; porque las haciendas y sus plantaciones ya no son de ellos, sino de nuestra gente. Muchachos, los mantuanos andan más asustaos que tigres en las noches de vigilia, ja, ja, ja".

Y en la tertulia que se daba entre el Comandante Boves y sus hombres emergió la figura de la mestiza Luisa Emilia Navarro Piñango quién procedía del pueblo de La Victoria, entre sus diretes indicó estas palabras: "Amigos, soldados de mi Taita Boves aquí presentes, en el sitio que le vamos a poner a los mantuanos de Valencia del Rey; lo que en verdad está pasando con eso bichos empelucados de blanco que están allí esperándonos, el Taita Boves los tiene cogió por la gurupera de su propios rabos".

"Ni que ellos invoquen a sus santos se van a salvar de las pelas que les vamos a dar a esos muérganos de mierda; ya que pronto se les va acabar las guebonadas que hacían en nuestra contra, ya lo verán ustedes, muchachos".

Cónchale vale, el 10 de julio se presentó ante las posiciones patriotas republicanas un Oficial del ejército bovista con bandera de parlamento y le entregó al Coronel Juan de Escalona y Oviedo una carta firmada por el Ilustrísimo Arzobispo de Caracas, Dr. Narciso Coll y Prat; don Antonio Fernández de León, "Marqués de Casa de León"; y Rafael Escorihuela; en donde le informaban la caída de Caracas en manos del Comandante de Vanguardia Ramón González; informándoles a su vez que gran parte de los pobladores de esa ciudad partieron en una emigración hacia el oriente de Venezuela dirigidos por el General Simón Bolívar. 

Mira Yosmar, pero de pronto el Oficial que hacía entrega de la misiva, también era vocero del Comandante José Tomás Boves, diciéndoles estas palabras: "Coronel Juan de Escalona, en su condición de gobernador militar de esta plaza le traigo las palabras del Comandante José Tomás Boves, quien le exige la inmediata entrega de esta plaza mediante una capitulación, la cual será honrosa y respetuosa de las vidas, propiedades y bienes de los aquí sitiados; y para ello damos un plazo de 48 horas a partir de estos momentos para la entrega de la misma".

"Coronel Juan de Escalona y Oviedo; sí una vez terminado el plazo fijado, y la plaza no ha sido totalmente entregada; entonces procederemos a tomarla a sangre y fuego".                          

Inesperadamente, el Comandante Boves les expresó a sus soldados estas palabras: "Coño, me cago en diez y en la puta madre de Di_s, nojoda; coño muchachos oigan bien esta vaina, con esto que ustedes están viendo hoy, está demostrado que se está viviendo una lucha entre las castas más privilegiadas, oligárquicas y explotadoras formadas por los muérganos españoles peninsulares representantes del gobierno español y los criollos mantuanos descendientes de los antiguos conquistadores explotadores, esclavistas y saqueadores, en contra de las castas más oprimidas, llámense pardos, mulatos, mestizos, blanco de orillas, indios, negros, o en cualquiera de las condiciones reales en que se encuentren; pero hoy a esos lame culos se les va acabar la guebonada, créanlo que será así, nojoda".

Sobre la solicitud hecha por el Taita Boves, el Coronel Juan de Escalona y Oviedo le dijo estas palabras al oficial de parlamento del ejército bovista: "Oficial, dígale al Comandante José Tomás Boves en este instante, que someteré su proposición ante la Junta de Guerra en la mayor brevedad posible; dígale que pronto tendrá una repuesta a la misma".

Dicho Oficial a todo tropel se dirigió hacia el Cuartel General del Comandante Boves y le dijo esto: "Comandante General José Tomás Boves, sus órdenes han sido cumplidas, le hice entrega al Coronel Juan de Escalona y Oviedo del documento que le enviaron los notables caraqueños indicándole la caída de aquella ciudad y también le presenté su proposición de rendición y entrega de la plaza de Valencia en sus manos a través de una honrosa capitulación".

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             Comandante José Tomás Millán Boves de la Iglesia

"El Robespierre  que estaba en contra de la godarría  oligárquica valenciana"

La Junta de Guerra de la Plaza de Valencia después de varias deliberaciones y negociaciones se pronunció por la capitulación y entrega de la plaza; procediéndose a la firma del tratado, el cual era contentivo de 11 artículos, donde obraba el sentido común y el respeto al derecho de gentes dictado en esos cruciales momentos. Allí el Taita Boves se comprometía en el respeto a la dignidad humana, a la concesión de una amnistía general y a los acuerdos y formas como los independentistas mantuanos de la godarría valenciana harían entrega de la plaza.

El Comandante Boves viendo que los oligarcas valencianos se resistían y se negaban a aceptar las negociaciones y acuerdos entre las partes, le mandó a decir al Coronel Juan de Escalona y Oviedo estas palabras: "Coronel Juan de Escalona y Oviedo. Yo mismo iré en persona a desbaratar con mis propias manos los improvisados parapetos que usted ha puesto en la defensa de esa plaza".

Y el Coronel Juan de Escalona y Oviedo le respondió de la siguiente manera: "…comandante Boves, venid que yo os la cortaré con mi propio sable, sobre el bronce de mis cañones…".

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Símbolo y alegoría masónica

Ante el acoso de las huestes bovistas no les quedaron más remedio a las fuerzas republicanas que en darle paso a las negociaciones en la rendición y capitulación de dicha plaza. Los negociadores en la rendición y capitulación de la plaza de Valencia el 10 de julio de 1.814, fueron el francmasón Dr. Miguel Peña y el Teniente Coronel Félix Uzcátegui Briceño, segundo jefe de la ciudad sitiada; designados ambos por el Coronel Juan de Escalona y Oviedo, Gobernador Militar de la ciudad de Valencia.

Además, de la escogencia que tuvieron los representantes de la godarría valenciana en la persona del Dr. Francisco Silvestre Espejo Caamaño, Gobernador político de Valencia quién nació en el pueblo de Santa Lucía en 1.757. Quienes conjuntamente con sus huestes de curruñas iguales a ellos; y como máximas autoridades oligárquicas valencianas, concluyeron el tratado de rendición de la plaza sin objeciones algunas; procediendo a firmarlo  conjuntamente con el Comandante General José Tomás Boves de la Iglesia en las instalaciones de una Logia Masónica llamada "Alianza", que con el correr de los años pasó a llamarse "Alianza" Nº 8. Hoy conocida como la Respetable Logia Simbólica "Fénix" Nº 8.

El lugar de la rendición de la plaza de Valencia fue muy bien identificado por el francmasón y Coronel Richard Bache Jefferson, sobrino del presidente de los Estados Unidos de América (USA), Thomas Jefferson, quien en su libro: "Mi viaje por La República de Colombia, entre los años 1.822 y 1.823", dejó registro del mismo.

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Coronel Tomás de Heres

El Comandante José Tomás Millán Boves de la Iglesia montado sobre un bello caballo de color negro y con lanza en mano acompañado de su escolta cruzó el umbral de Pasos Perdidos de la Respetable Logia Simbólica "Alianza"; y después de un rato de meditación, dijóle a los presentes allí reunidos estas palabras: "… en la guerra no matan sino al que tiene miedo…".

Y más luego recalcó lo siguiente: "… la guerra se está poniendo fea. Al que no lo matan hoy, lo matan mañana. Yo los voy a sacar de penas, ya verán, ja, ja, ja…".

¡De un paso al frente quién quiera que lo saque de pena en este momento!

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Mujeres pertenecientes a la oligarquía caraqueña

                                                        A finales del siglo XIX

Siendo las doce horas del mediodía del 11 de julio de 1.814, en una honrosa capitulación el francmasón y Coronel Juan de Escalona y Oviedo entregó la plaza de Valencia al Comandante José Tomás Boves de la Iglesia; estando entre los presentes, el Mariscal de Campo Juan Manuel Cajigal y Niño quien para ese momento era el Capitán General de Venezuela; el oficial realista nacido en Angostura, Tomás de Heres; don José Ceballos y don Sebastián de la Calzada, quienes unieron sus fuerzas al ejército de ocupación en 2.000 soldados más.

El Coronel Juan de Escalona estuvo en la casa capitular hasta la 4 de la tarde de ese día. Luego las partes comprometidas en la capitulación celebraron una misa de Acción de Gracias, en donde el Comandante Boves postrándose delante del símbolo del Di_s vivo prestó su juramento ante la Hostia sagrada y el Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar, carne y sangre de Jesucristo, el redentor del mundo; en donde juró cumplir fielmente las promesas hechas, las cuales fueron ratificadas con su firma y sello, donde se  respetaban  las vidas de los rendidos.

Después, el Taita Boves y el Coronel Juan de Escalona y Oviedo se trasladaron a la casa de la familia del suizo don Miguel Malpica, la cual quedaba como a una cuadra de la Plaza Mayor; adonde llegaron a compartir el convite en la misma pieza hasta la 4 de la tarde aproximadamente; como era la tradición ante hechos militares de tal magnitud.

Cabe destacar, que el Coronel Escalona pasó la noche del 11 en la casa del mismísimo Comandante Boves. Ambos eran miembros de la francmasonería universal. Pero bajo una amena conversación el Comandante José Tomás Boves de la Iglesia le preguntó a doña Isabel de Malpica la siguiente pregunta: Caraá, doña Isabel. ¿Por qué a esta ciudad la llaman Nueva Valencia del Rey?

Y esta le respondió de esta forma: "Comandante Boves, como usted sabrá; esta noble ciudad fue fundada por su paisano el Capitán Alonso Díaz Moreno, de los primeros cristianos que llegaron por estos lados; a las orillas mismas de ese precioso lago y que hoy llamamos de Valencia".

Un poco medio molesto por esas palabras y qué cristianas de abolengo conquistador, el Comandante Boves le señaló a doña Isabel de Malpica estas palabras: "Oiga, doña Isabel, no soy muy dado a faltarle los respetos a las damas y menos a una distinguida mujer como lo es usted; Pero le voy a decir, que ese tal Alonso Díaz Moreno no es paisano mío, porque yo soy venezolano, nojoda, no sea usted muy muérgana con tan semejantes aseveraciones; es por ello, que le exijo más respeto cuando se dirija a mí o a mis soldados, carajo".      

Como buen salido en toda conversación, intervino el joven mulato Pedro José Guzmán, expresando estas palabras: ¿Cuáles pueblos han fundados esos maricos españoles en estas tierras, Taita Boves?

"Taita Boves, esos grandes muérganos lo que hicieron fue cristianizar a esos valientes pueblos de indios, esos hermanos nuestros que no se dejaron joder por ellos, que prefirieron morir sin dejarse someter por esas plastas de mierda, por esa cuerda de ladrones mal paridos, venidos ellos desde esas tierras, desde esos mismos mares, de donde una vez vino usted, Taita".

En eso el Comandante Boves le contestó al mulato Pedro José en estos términos: "Pedro José, Pedro José; viéndolo bien, yo creo que tú tienes toda la razón, muchacho. Yo paso a creer que esa es la clarita verdad, vale; fíjate, Pedro José, como esos coño é madres nos meten las cosas por debajo de cuerda, como es eso, de qué".

¿Y qué pueblos fundaron ellos?

"En verdad, Pedro José; viéndolo bien, yo no le había parado bolas a la vaina. Pero es que esos malditos godos españoles, ciertamente no fundaron un coño de madre en estas tierras. Ellos lo que hicieron fue invadir estos lugares para robarle sus riquezas a sus legítimos dueños, los indios, y ahora a nosotros, a ustedes, a sus descendientes, nojoda".

"Pedro José, y toda esa vaina lo hicieron en nombre de esos bastardos, maricos, sifilíticos, viles y perversos Reyes de España. Coño, Pedro José,  en esencia el pueblo siempre tiene la razón, vale. Cónchale, apreciado amigo; tú me has abierto el cerebro hoy una vez más; ahora si lo tengo clarito, Pedro José".

Sin pedir la palabra, interviene don Juan de Escalona y Oviedo, opinando lo siguiente: "Como tiene que ser de su entero conocimiento Comandante Boves, el verdadero fundador de esta ciudad que hoy rindo ante sus armas fue don Alonso Arias de Villacinda y su primer habitante fue don Vicente Díaz".

"Mire usted, Comandante Boves; fue don Alonso quién le puso el nombre a esta ciudad de Nuestra Señora de la Anunciación de la Nueva Valencia del Rey, debido a que él era nativo de la Provincia de León en España. Mejor dicho, de Valencia de don Juan de Escalona. Por eso es que esta ciudad lleva ese inmaculado nombre Comandante Boves".    

Nuevamente, interviene el Taita don José Tomás Boves, quién con voz gruesa y muy satírica le dice estas jodedoras palabras al cuarterón Anacleto Toribio Guzmán: ¡Anacleto, Anacleto, oísteis lo que dijeron estos pazguatos oligarcas. Anacleto, hijo mío, no oísteis eso, de que ese tal cara é verga de don Vicente Díaz y que fue el primero de los que habitaron estas tierras; ja, ja, ja, ja!

¿Qué ilusos son esos pajuos y pajuas?

"Ja, ja, ja, que mentira tan piadosa nos quieren meter estos malparidos hijos de putas. Anacleto, hay que ver que estos carajos no tienen moral ni vergüenza, vale. Ciertamente, es lo que ustedes dicen, esos son unos verdaderos pajuos, ja, ja, ja, ja".

El cuarterón Anacleto Toribio Guzmán le expresó a su bien amado jefe el Comandante Boves estas palabras: "Taita Boves, cuando esos viles malandrines y ladrones que llegaron con Alonso Díaz Moreno, jodieron y asesinaron a los indios Tacarigua de la nación de los Tarmas; por allá por los lados de la laguna de Tacarigua".

"Sí, Taita Boves, por allá había un indio arrechísimo, lo llamaban Guacamayo. Ese carajo resistió con cojones, con fuerza y valentía a esos carajos españoles; y ese guerrero indígena, por allá por las riberas de la laguna de Tacarigua se dirigió a sus flecheros bajo estas palabras: "Mientras el suelo de mi nación no sea libre no volveré a ocuparme de otra cosa que no sea la de luchar por arrojar al invasor de nuestras tierras".

De pronto el Comandante Boves con tremenda arrechera a cuestas, gritó estas palabras: "Carajo, malditos godos y oligarcas valencianos, cachaperas y putísimas damas de esta ridícula sociedad valenciana; cojios por el rabo en estos predios y comarcas; oigan bien lo que les voy a decir, nojoda".

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Gduapoto Paramaconi

Señor de la Aldea de los Tarmas de Caracallaca o Carayaca

"Ese guebón de don Vicente Díaz nunca llegó a ser el primer poblador de estas tierras, aguas y suelos, coño, nojoda. Entiéndanlo bien y métanselo en sus mentes para siempre; los primeros pobladores de estos bellos lares fueron los indios. Si, esos mismos que fueron los antepasados del zambo Guayarín Cangonga, sí, esos mismos.

 "Esos indios aún viven en ese eterno lago que ellos llaman Tacarigua, y que ahora estos maricones y babiecos empelucados llaman muy orondamente. ¡Y qué Lago de Valencia, ja, ja, ja! Y si tienen dudas, caminen por esas tierras y naden por sus aguas, que seguro estoy, allí encontraran a los Carapaica, Conopoy y a los Pariata quienes son las familia más antiguas morando en estas tierras y en este inmenso lago, creación eterna del Altísimo".

"Godos bastardos, si ustedes les preguntan a los Carapaica y Pariata sobre esas interrogantes y dudas, seguro estoy que ellos les sabrán dar las repuestas verdaderas a ustedes, imberbes y estúpidos ilustrados de la España borbónica".

 "Muchachos, recuerden esto por siempre, cuando yo estoy con el ánima muy baja, entonces busco a mi consejero, Porfirio Basanta. Si, a ese negro valiente y muy curioso, quien en sus rituales invoca a ese gran guerrero que con ardor y esperanza anduvo por estos lares sonando sus flautas y sus guaruras en son  de libertad, ja, ja, ja".                   

 "Carajo, amigos mío; Porfirio me contó que el indio Carapaica fue un gran cacique de los Tarmas y que en un 19 de Marzo de 1.567, si más no recuerdo vale, porque a lo mejor fue en el año 1.587, por ahí estaba la vaina".

 "Estando él al mando de sus valerosos guerreros rechazó en un cruento combate a las fuerzas españolas en Carayaca Abajo; ya que su jefe Paramaconi lo había responsabilizado de defender las tierras que se encontraban desde el valle del Miedo en Caracas, las costas de la Nación Tarmas y los valles de Aragua".

"En ese combate Carapaica dividió magistralmente sus fuerzas en varios bandos, atacando simultáneamente por todos los flancos. Pero muchachos, ese indio si era arrecho de verdad, vale, imagínense que peleó contra esos mamelucos españoles en más de una ocasión, creándole problemas a esos muérganos españoles del ayer, Pero la traición una vez más llegó por esos lares, de los Taramas, cuya palabra significa en lengua arahuaca: guerreros, luchadores, batalladores, peleadores".

"Un año después tan irreducible combatiente de la libertad fue emboscado y matado; dicen que fue por los lados de los montes que separan las costas de los valles de Aragua, en un sitio llamado "El Pico de Periquito"; ya que él en esos días se encontraba escondido en "La Casa de Piedra".

"Sí amigos míos, en el combate rememoremos el nombre de este adalid de la resistencia indígena en estas tierras de Venezuela".

"Carajo vale, ese cacique Carapaica era de la Guayana misma, cuando estuve por allá los viejos me decían que ese valiente guerrero un día contó a sus ancestros, que todos los indios eran blancos como el vestido de Amavalicá, el señor de los Tamanacos; y que todos descendían de un solo hombre".

     "Porque según Carapaica, los hijos de Amavalicá y Bochi poblaron todo el país, partiendo desde los pueblos de Moitaco y Caicara del Orinoco; todos son hijos de la palma moriche, vale. Fíjense lo que son las vainas de la vida, nojoda; como Carapaica debemos ser todos nosotros, carajo". 

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Coronel Antonio Nicolás Briceño "El Diablo"

 "Muchachos, ahorquen a los que más puedan de estos oligarcas valencianos, aliados del señor Bolívar con sus pazguatadas mantuanas; háganlo por los lados del negocio llamado El Pabellón Rojo".

            "Y si pueden me los marcan con un fierro candente para que sientan en carne propia lo que ellos mismos le han hecho a esos hombres y mujeres que han llegado desde el África como esclavos en sus haciendas y plantaciones, desde hace más de tres siglos atrás".

Saltando como un mono contento por haber obtenido un premio hizo acto de presencia el Cabo Santiago Zaya ante El Taita Boves quién bailaba con gran alegría marcada en su rostro y nada quería hablar de lo contento que estaba en ese momento de guazábara.  De inmediato, el Comandante Boves le dijo al Cabo bailarín estas palabras: "Carajo Santiago, se te ve muy contento como si te hubieras ganado un premio en una sorpresa, muchacho".                     

El Cabo Santiago Zaya le respondió al Taita, de esta manera: "Taita, ja, ja, ja; aquí le traigo amarrado a un andino llamado Manuel Gorgoza Lechuga; este hombre es peligroso y casi me convence con sus mentiras; que si él es realista y que los mantuanos y que lo pasaron pá su ejército. Este tipo es muy raro, Taita".

"Mire Taita, este peazo de bojote de mierda anda diciendo por ahí, que él es comandante y en verdad, no sé de qué, Taita".

El Taita Boves muy contento con la presa traída por el Cabo Santiago Zaya le dijo lo siguiente:  "Cabo Santiago Zaya, desde ahora usted es Sargento 1º; y claro que se te veía venir muy contento, como nos vas a venir así, muchacho. Si ese gran carajo que tienes allí es nada más y nada menos, que el Teniente Coronel Manuel Gorgoza Lechuga, el despiadado antiguo oficial del ejército español que después se pasó a las fuerza de los mantuanos en estas tierras, ja, ja, ja".

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Coronel Manuel Gorgoza Lechuga

"Santiago, pero míralo allí a ese maldito bastardo de mierda. Parece más bien un angelito que no rompe un plato. Santiago, ese tipo está bastante chorreado de mierda, me apesta que jode; porque él andaba y que buscando conciliadores, desertores, delatores, traidores, judas, bandidos y delincuentes. Pero a maricos como él, no los buscaba, ja, ja, ja.

"Ese Manuel Gorgoza Lechuga tiene una cara de mama guebo que no se la quita nadie vale, y que de lechuga nada tiene fue el que mató al valiente Coronel José Yánez en la batalla de Onoto. Justamente, el día de la Virgen de la Candelaria. Mejor dicho, el 2 de febrero de 1.814".

¡Guillo con ese muérgano, ya que es muy peligroso y se nos puede escapar en cualquier instante. Santiago usted me responde con su propia vida, si este bandido se nos escapa!

"Claro está Manuel Gorgoza, te pareces un gorgojo de lo cagao que estás en este momento. Tal vez, tú tremenda arrechera fue porque el Comandante José Yánez acabó con tu jefe el Coronel Antonio Nicolás Briceño. Ese era otro fiero enemigo nuestro, gracias a Di_os que ya está enterrado en cualquier paraje de esta tierra; así como él, a ti te espera el patíbulo Manuel Gorgoza, ja, ja, ja".

 "Santiago, usted mismo me lleva a ese miserable y me lo empala por el culo en este momento, porque este bastardo fue quien me mató a la negra María Trinidad. Ve Santiago, cumple la orden y entiérraselo hasta donde más no pueda y le duela, nojoda. Porque en estas tierras se respeta al pueblo, ya basta de tanta vaina y guebonada".

El Cabo Santiago Zaya se lo llevó acompañado de tres lanceros más, lo desvistió y cortando un paló de un naranjo le fue sacando punta con el cola de gallo. Una vez lista la vara le dijo al cagadísimo Teniente Coronel Manuel Gorgoza Lechuga estas palabras: "Mira peazo de bicho, tú ves esta vara, ja, ja, ja. No más te la voy a meter por el culo y de esta vaina puedes estar segurito que no te salva nadie. A nosotros los negros nunca se nos olvidan lo que ustedes nos han hecho en contra de nosotros".

 ¡Eso de que tú andaba matando gente, y pá más vaina le mataste la mujer al Taita Boves, que gran afrenta has cometido en contra de nuestro Taita, Manuelito!

¿Tú si tienes bolas de verdad, Manuel, ja, ja, ja?

En eso los tres hombres agarraron a aquel miserable godo mantuano de mierda, desnudo y con la boca tapada, en donde los gritos no llegaban a ningún lado y de manera brusca y violenta le hundieron la estaca dentro del culo, hasta que esa bestia humana fue muriendo entre sus propios alaridos y gritos.

Santiago, dirigiéndose a sus soldados, les dijo: "Así tienen que morir todos los que nos han jodido, no debemos dejar a nadie con vida en esta vaina, porque a este miserable hombre lo veníamos cazando desde San Mateo".

  "Allí se nos escapó hasta que al fin le puse las manos y hoy 10 de julio de 1.814, este  vulgar pajuo dejó de existir pá siempre entre nosotros".

  "Muchachos, lleven a este muerto y se lo lanzan a los puercos, pá que se lo coman bien comido. Él no merece un entierro como ellos lo hacen, porque el violó y mató a la negra María Trinidad en Valencia".

El General Rafael Urdaneta Farías en los días previos a la rendición y capitulación de la ciudad, había recibido órdenes expresas del General Simón Bolívar de que se trasladara con sus fuerzas a toda marcha a socorrer  prontamente a las fuerzas republicanas sitiadas en la ciudad de Valencia del Rey con el fin de tratar de romper el sitio y cerco militar impuesto por las fuerzas bovistas.

edu.red 

Pueblo de Onoto, año 1.971

El Taita Boves se mostraba algo preocupado sobre el sitio que la había puesto a la ciudad de Valencia, porque pasaban los días y los godos mantuanos no se entregaban ni aceptaban los postulados d la capitulación, mandando a llamar al Capitán Tulio Delgado, le manifestó lo siguiente: ¿Carajo Tulio, cómo están comiendo esos miserables godos en esta ciudad que está a punto de caer en mis manos?

¿Cómo le están llegando bastimentos de comida a esas plastas de mierda, Tulio?

¡Dame una explicación valida, vale!

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