La guerra cultural. Una afrenta contra la juventud (Cuba) (página 4)
Enviado por Roilán Rodríguez Barbán
Las generaciones noveles de cubanos, asistidos por la gran obra educacional de nuestro proyecto social, comprendemos que a nuestra isla se le intenta aplicar un similar esquema desestabilizador como parte de un diseño de lo que se ha dado en llamar "golpes suaves", ya ensayado en países como Siria, Ucrania y Venezuela, apostando a la ruptura con la generación fundadora y a la incapacidad de ser continuadores de nuestro proyecto socialista.
Los jóvenes cubanos repudiamos todo intento contra el orden y la tranquilidad de la sociedad en la que vivimos y nos desarrollamos. Tenemos la plena convicción de que seremos capaces de defender la soberanía y libertad conquistadas.
Conocemos quién es realmente el verdadero enemigo de la Revolución, que seguirá intentando fraccionar la unidad de la nación utilizando cualquiera de las ventajas que ofrezca el desarrollo tecnológico o con los métodos tradicionales; objetivo este, que no será jamás alcanzado.
Somos protagonistas y hacedores de nuestro presente y futuro y lo haremos bajo el principio del derecho a la autodeterminación, independencia y soberanía alcanzadas. Estamos decididos a ser precursores del legado de nuestras tradiciones de luchas.
¿"TRANSICIÓN" HACIA DÓNDE?
Como revela claramente el Máster en Ciencias Tito R. Balmori Rodríguez: "Las revueltas sociales acaecidas en el mundo árabe en los primeros meses del 2011, la componenda internacional que apoyó el cambio gubernamental en Libia y el acoso actual al gobierno Sirio, volvieron a colocar como noticia de primera plana, en el análisis político— con manejo mediático– internacional, los llamados (y siempre recurrentes por Occidente) "procesos de transición democrática".[75]
El término "transición", "tránsito de una sociedad a otra", nació y está presente en el legado y la tradición del pensamiento socialista porque surgió: como idea, en el pensamiento pre-moderno sansimoniano; como movimiento, en el siglo XIX con las acciones del proletariado y como proceso, a partir de 1917 con el desarrollo de un modelo de Estado y sociedad no capitalista, a la que se suman las múltiples experiencias de Estados socialistas avanzando el siglo XX y primeros años del XXI.
A partir del triunfo de la Revolución Socialista de Octubre el tema ha formado parte del debate teórico-político, Marx y Engels desarrollaron su conceptualización en diferentes obras como "Critica al Programa de Gotha", "Antiduhring", etc., acerca de la transición del Capitalismo al Comunismo –aunque como señala Isabel Monal, no con la denominación "socialista" para designar al período de tránsito- pero Lenin si aportó una amplia conceptualización del "tránsito al socialismo" en diferentes obras, hoy necesarias en una relectura, entre otras: "El Estado y la Revolución"; "Sobre la caricatura del marxismo ", "Un saludo a los obreros húngaros", etc.
Coincidiendo plenamente con Balmori Rodríguez, la "transición" formó parte del arsenal teórico del movimiento social en el pensamiento marxista-leninista, pero en los tiempos actuales ha sido usurpado por la ciencia política occidental, lo que nos obliga en el "hoy" a llamar a constantes precisiones acerca de qué "transición" estamos hablando.[76]
La década del 60, del pasado siglo, fue fértil en trabajos teóricos de la ciencia política occidental en la defensa y validación de la democracia representativa burguesa, por cuanto el mundo estaba sacudido por una ola de revoluciones y convulsiones sociales (en estos años se inscribe los inicios de la "cubanología" a partir del triunfo de la Revolución Cubana) Pero si la "Revolución" fue en los 60 el eje articulador del pensamiento crítico, en los 70 y los 80 el tema central articulador de los ensayos críticos es "La Democracia", y ello fue condicionado –entre otros factores- por el deterioro y la necesidad del abandono por parte del Capitalismo del modelo de dominación de regímenes dictatoriales en muchos países, cuyas sociedades habían caído en crisis, dando paso a procesos pactados, dirigidos y conveniados entre las élites de poder, impidiendo así la verdadera "ruptura democrática".
En estas dos décadas se inscribe el amplio desarrollo de la "transitología" en el mundo académico occidental, entre los autores más referidos están: Juan J. Linz, Alfred Stephan, J.M. Marjal, Guillermo O`Donnell, David Snack, Philip Schmitter, C. Lowestein-J. Kirkpatrick, G. Burdeaux, Jeffrey Sach, Anders Aslund, Gene Sharp, etc., en su mayoría académicos norteamericanos (y los que no lo son, sus ensayos cumbres se han editado por las universidades de Yale, John Hopkins, Cambridge, Pittsburg, Notre-dam, etc.), que desarrollan todo un cuerpo teórico –clásico y no clásico- en una perspectiva sistémica, enfoques paradigmáticos, una especie de sociología para la acción, teoría de los juegos, trayectorias secuenciales, pasos a seguir, prescribiendo un modelo aplicable para alcanzar la "transición a la democracia".
Siguiendo el análisis de Balmori Rodríguez, "según Michel Dobry (politólogo, profesor universitario de Paris X-Nanterrre, que el año 2007 estuvo en un coloquio en Cuba) algunos "transitólogos" calificaron los 90 como "un giro crítico", pues las transiciones de los países de Europa del Este y la URSS, del Socialismo al Capitalismo, reforzaron los estudios de la "transitología" en una suerte de "imaginología" hacia una irreversibilidad progresiva (entiéndase por "progreso" los códigos concebidos dentro de los marcos de la Democracia Occidental como única y verdadera) el desarrollo de algoritmos de condiciones, conductas y procesos donde se distinguen como fases comunes sucesivas las siguientes: La de liberación del régimen autoritario, (incluye la promoción de factores de malestar, desarrollo de matrices de opinión centradas en déficits reales o potenciales, promoción de intrigas y fractura de la unidad, todo para deslegitimar al gobierno) La de democratización en el sentido estrecho y de ruptura, (elaboración de plataformas de lucha, toma de instituciones, crear un clima de ingobernabilidad, exige la renuncia de los dirigentes y promueve a nuevos líderes, tratar de logar el aislamiento internacional del gobierno y su sustitución por un "gobierno de transición" para lograr la preparación de la intervención extranjera.) La de consolidación hacia una democracia auto sostenida, (Inhabilitar la Constitución y el resto de los poderes, ley Marcial y persecución a los opositores del cambio, establecer un nuevo proyecto con asistencia y asesoría de países amigos, solicitud de reconocimiento internacional, sustitución de los representantes en los organismos internacionales)".[77]
En verdad la llamada "transitología", como define el autor citado anteriormente, tiene hasta ahora un fuerte cuño occidental en las conceptualizaciones y códigos utilitarios, muy permeados también por una teoría reductiva del "autoritarismo", sirviendo –aunque algunos lo nieguen- al discurso imperial para desarticular los procesos revolucionarios vigentes, de signo socialista o nacionalista, que hoy responden a modos de gobernar a favor de los intereses de las mayorías. Para los "transitólogos" –hasta ahora conocidos- para "hacer" una "transición hacia la democracia lo primero es: "cambiar el régimen" (autoritario/totalitario/dictatorial ¿y quién lo califica como tal?)
Toda revolución se abre paso enfrentándose a una contrarrevolución que ella misma engendra, según la experiencia teórica de Carlos Marx[78]por tanto, la contrarrevolución no es un fenómeno aislado ni espontáneo, no tiene un origen independiente, ni siquiera tiene una identidad propia porque adopta la negación del proyecto que enfrenta y es parte componente y se inserta en la estrategia del Imperio contra la Revolución Cubana y aún más, a su estrategia anti socialista a escala mundial, es la antípoda del nacionalismo, del progreso, de la independencia y es fruto de la estructura clasista heredada, por ello Fidel siempre fue muy certero cuando dijo : " la verdadera oposición surgió cuando se produjo la más profunda Revolución social en este continente en medio de la Guerra Fría, a 90 millas de EE.UU. quien la ha organizado y dirigido "[79]
A los pocos meses del triunfo revolucionario en 1959—gracias a documentos desclasificados—la administración norteamericana de Dwight Eisenhower instrumentó, a cargo de la CIA, el "Program of Convert Action Against Castro Regime" que marcó el agresivo inicio y las acciones desestabilizadoras como se apunta en un fragmento de dicho plan: " la mayoría de los cubanos apoyan a Castro el único modo previsible de restarle apoyo interno es por medio del desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba, privarla de dinero y suministros provocar hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno."[80]
En adelante, cada administración norteamericana combinó el uso de la fuerza con diferentes instrumentos de su arsenal de política exterior y delinearon proyectos desestabilizadores para derrocar la Revolución Cubana.
Las agresiones se extendieron con Johnson y Nixon, y sus acciones no fueron mayores gracias al sufrido pero combativo y victorioso pueblo vietnamita en su guerra contra el imperio,–como apuntara reiteradamente nuestro Comandante en Jefe– pero la administración de Ford, continuando la estrategia de desprestigiar a la Revolución Cubana nos acusa de "satélite" de la URSS por nuestra gloriosa página de internacionalismo militante en África, tratando de colocarnos como un país "violador del Derecho Internacional".
Las décadas del 60 y 70 , de gran escalada de acciones contrarrevolucionarias, también fueron de victorias del pueblo cubano, firme y organizado, que infringió derrota tras derrota a la contrarrevolución, reconociendo el imperio que los medios tradicionales ya no eran eficaces contra la Revolución que se consolidaba cada vez más: "Plan Mangosta", "Plan Torriente", y cuantos planes surgieron fueron derrotados cayendo en bancarrota los grupos contrarrevolucionarios iníciales, dando paso a acciones terroristas envilecidas y alcanzando relevancia organizaciones y personajes de corte fascista. Esto no encajaba del todo en los propósitos de la nueva administración Carter, cuya política hacia Cuba debía estar inserta en la visión globalista que propugnaba el "Trilateralismo".
La utilización de la emigración cubana por los gobiernos norteamericanos como "punta de lanza" contrarrevolucionaria activa y directa de una parte y por otra indirectamente como "modelo de comunidad hispánica próspera" enfilada hacia nuestra sociedad, pero también, hacia el resto de las minorías existentes en EE.UU. y como modelo para la América Latina (con políticas gubernamentales que privilegian a esta inmigración) ha contribuido a la perpetuación de un fuerte núcleo de "cultura plattista e intolerante" de un sector muy reaccionario de esta emigración, asentado fundamentalmente en Miami. Estos pretenden conservar en una estampa congelada y apologética la "Cuba de los 50" frente a la Cuba revolucionaria, negando a priori toda la Obra de la Revolución, pero vendiendo la idea de un EE.UU. "reconstructor y salvador" de Cuba, difundiendo con poderosa exaltación a esa "Cuba congelada" como la que ha de retornarse en una transición hacia la democracia en nuestro país.
Las administraciones republicanas de los 80, de Reagan y Bush (padre) regenteadas por los Informes Santa Fe I y II[81]—sin mencionar claramente el nombre de Cuba—suponían derrocar los procesos revolucionarios eliminando "la Fuente". La fuente podía ser Cuba, pero también el Socialismo, y estas administraciones, unidas al resto de Occidente, trabajaron intensamente en demostrar que los países socialistas contaban con "ventajas comparativas" para alcanzar sociedades capitalistas exitosas, pero que sus economías en crisis se debían a la disfuncionalidad de sus sistemas políticos por lo que para "transitar a la democracia" de manera rápida y a bajo costo social necesitarían: nuevos "agentes democratizadores", "reformas institucionales", "libertad de mercado" y una asistencia externa: capital, tecnología y mercado que sería proporcionado por Occidente.
La estrategia de desintegración del socialismo en la Europa Oriental y la URSS, una vez concluida con el Derrumbe, ponía en marcha bajo la "teoría del Dominó", la suposición de que su empleo para Cuba podría traer los mismos efectos, estimulándose las acciones contrarrevolucionarias de "cambio de régimen" para La Habana repetidas hasta la saciedad en los volantes de "Hermanos al Rescate".
En ese contexto, tal y como proyectaron su accionar contra el campo socialista lo hicieron con Cuba: financiamiento, promoción y dirección externa de la contrarrevolución, pero con una singularidad, a partir del Derrumbe, el imperio concentró todo su poderío, redobló el bloqueo, multiplicó las campañas mediáticas, presionó con más fuerza a terceros países y elevó a cientos de millones de dólares el financiamiento para acciones subversivas.
Las décadas de los 80 y los 90 fueron pródigas en la gestación de grupúsculos contrarrevolucionarios (denominados así por su ínfima membresía de 2, 3, ó 5 personas, a veces las mismas en diferentes organizaciones autotituladas "nacionales", incluso algunas solo integradas por vínculos de parentescos) tanto en Cuba como en los EE.UU. Sus coordenadas ideológicas se definen por su constante proyección en la recuperación del pasado perdido, en la glorificación abierta, descarada, de los valores más conservadores, antinacionales y en el enriquecimiento parásito que propicia la politiquería (la corrupción política, todos persiguiendo el dinero que el gobierno norteamericano destina para desestabilizar a Cuba, a costa—por supuesto– del contribuyente norteamericano.)
Reagan en su cruzada anticomunista auspició las creación de la organización terrorista Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA) y para auxiliar la distribución de los fondos gubernamentales de su política se crean otras instituciones como la National Endowment of Development (NED- Fondo Nacional para el Desarrollo) y el Albert Einstein Institute, ambas grandes mediadores y promotores del financiamiento de la USAID (Agencia gubernamental para el Desarrollo Internacional). Nunca ha quedado claro ¿a qué "desarrollo" se dedican? salvo para la subversión.
Se podría relacionar más de una treintena de estas organizaciones que pretenden propagandizar la existencia de una oposición interna: prensa independiente, bibliotecas independientes, economistas independientes, sindicatos independientes, artistas independientes, foro feministas, abogados independientes, organizaciones juveniles independientes, etc. y todas reivindicando "la necesidad de una verdadera democracia y respeto a los Derechos Humanos" Ante la inefectividad de algunas de estas organizaciones que se extinguían a veces solas, o por escisiones por las constantes contradicciones entre sus dirigentes (casi siempre por disputar el protagonismo y con ello la "tajada" más grande de financiamiento) hubo intentos de concertaciones desde el exterior: como fue la Coalición Democrática Cubana promovida por Más Canosa (FNCA); Concertación Democrática Cubana desde España por Carlos Alberto Montaner; Concilio Cubano, Coordinadora de DD.HH.; Frente Unido Patriótico Cubano, etc. Y no faltaron la creación de nuevos centros promotores (y canalizadores del financiamiento con su correspondiente "tajada") en Miami tales como: Centro para la Democracia Cubana, Center for a Free Cuba (de Frank Calzón), Grupo de Apoyo a la Disidencia (GAD), Instituto para la Democracia en Cuba (IDC), "Hermanos al Rescate", etc.
El complemento propagandístico-mediático para convencer la opinión pública de la existencia de un "Caso Cuba: de violación de los DD.HH. y falta de Democracia" se intensifica con la adición a la agresión radioelectrónica tradicional la salida al aire de "Radio y TV Martí", "La Voz de la FNCA", "Radio Camilo Cienfuegos" y otras radioemisoras desde terceros países, así como la aparición de más de 20 "revistuelas" y panfletos dirigidos a Cuba tales como: El Disidente, Revista Hispano-cubana, Palestra Cívica, Trazos de Cuba, Encuentros, Consenso, Revista Lux, Carta de Cuba, etc.
Las leyes Torricelli y Helms-Burton, eufemísticamente bautizadas como "Ley para la democracia cubana" y "Ley para la libertad y la solidaridad democrática cubana" respectivamente, constituyeron instrumentos activos de la (Estrategia enemiga para la transición). El memorándum presidencial de Clinton, en contubernio con la FNCA en 1997, conocido como "Apoyo presidencial para la transición democrática en Cuba" da fe de ello y la administración republicana de George W. Bush contó con los "Informes de la Comisión Presidencial para la asistencia a una Cuba libre" del 2004 y las adiciones del 2006—con la inclusión de un capítulo secreto—conocido por nuestro pueblo como el PLAN BUSH.
Y cada uno de estos proyectos no solo ha contado con decenas de millones de dólares del presupuesto oficial de los EE.UU., sino además el accionar de diferentes agencias ejecutivas, decenas de funcionarios gubernamentales y por supuesto, mercenarios del patio, colocándose al servicio de una potencia extranjera. Coincidentemente con cada accionar estratégico del enemigo, los "nuevos agentes-disidentes democratizadores" difuminan proyectos con lenguaje reformistas alentando al "cambio". Así en 1997 el llamado Grupo de trabajo de la Disidencia Interna (Vladimiro Roca, Marta Beatriz Roque, Félix A. Bonne y Rene Gómez Manzano) lanzan el documento de análisis de la realidad socioeconómica de Cuba titulado "La Patria es de Todos", en cuyo primer renglón ufanos de irrespeto y fariseísmo señalan: "El hombre no puede vivir de la historia, que es lo mismo que vivir del cuento " un llamado a la "libertad, al mercado, a la competencia.." con la amenaza de que: "es mejor discutir soluciones ahora que enlutar la Patria mañana" en una clara convocatoria a la desestabilización.
En el 2002, aparece el "Proyecto Varela" redactado por Osvaldo Payá Sardiñas del Movimiento Cristiano de Liberación, a la sazón de la visita a nuestro país del ex-presidente James Carter, se presenta como una iniciativa constitucional para la modificación de la Ley de leyes, la Constitución de la República, (presentación de firmas pero que nunca las estableció con apoyo notarial como establece la ley) y entre sus fundamentos están: la eliminación del carácter socialista del Estado cubano, el retorno a la propiedad privada en todos los sectores incluyendo la educación y la salud pública, la libre creación de entidades de lucro, los sindicatos libres, amnistía general, en fin, la ruptura institucional y el cambio de régimen. Este movimiento en su "Diálogo nacional" en el capítulo que se refiere a las ciencias expresa: "la libertad a la investigación científica es un derecho que debe ser respetado pero también debe controlarse y regularse para protegerla de aberraciones que pudieran poner en peligro el futuro de la humanidad" en un lenguaje engañoso pero en franca coincidencia con las acusaciones a Cuba por parte del imperio de bioterrorismo, ciberterrorismo y narcoterrorismo y con ello alimentar estas campañas. Esta organización que recibe financiamiento de EE.UU. y cuyo cabecilla apoyó públicamente el golpe de estado contra Chávez y en el sitio WEB de la FNCA sale abrazado a Mas Canosa y a Aznar volvió a ser noticias a mediados del 2012 por su fallecimiento en accidente automovilístico pero intencionalmente manipulada la información por los medios al servicio de la contrarrevolución.
En el 2010, están las campañas mediáticas distorsionadoras –con la magnificación de las "protestas" de las llamadas "Damas de Blanco"—de los sucesos vinculados a la trágica muerte del manipulado delincuente Orlando Zapata– y a las que se sumó la Unión Europea. Estas acciones están en la cuerda de la Estrategia enemiga de la transición para Cuba de la actual administración Obama, aún cuando este no tiene un documento programático como sus predecesores, pero con un manifiesto accionar contra la Revolución al mantener intactos los instrumentos utilizados por sus antecesores. No por gusto, a raíz de perfilarse por parte de la máxima dirección del Partido y el Estado cubano la necesidad de cambios en el perfeccionamiento del modelo económico y social trazados en los Lineamientos discutidos por todo nuestro pueblo, el presidente Obama en entrevista de prensa el pasado 19 de octubre del 2011 expresó: " la actual política de Cuba no ha producido el tipo de libertad política y económica que nos gustaría ver". Huelgan los comentarios.
La alerta temprana de nuestro Primer Secretario del Partido y Presidente del Consejo de Estado de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en su intervención en la Asamblea Nacional en diciembre de 2009 acerca de que la administración de Obama ha mantenido intactos los mismos instrumentos de agresión a nuestro país deja claro la evidente continuidad de la política subversiva de EE.UU. hacia Cuba. Una vez descorrido el telón de su propagandizado "cambio", para muchos se visionaba la política de Obama hacia nuestro país "como más de lo mismo" pero en algunos aspectos se podría de catalogar "como mucho peor" porque a la luz de los acelerados procesos tecnológicos de hoy en día, lo que distingue la estrategia puesta en práctica por la administración de Obama es un gran manejo de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC) y ello merece una atención particular.
La sociedad actual convive con la realidad que le rodea y también con una realidad virtual conformada por las NTIC, algo que nos han estrechado los márgenes del espacio y el tiempo en este mundo globalizado: teléfonos móviles inteligentes (Smartphone), mini-PC (Laptops, notebooks), las Tablets, con comunicación a Internet, redes locales y sociales (Facebook, Twitter, Amazon, Flicker, etc.) donde usted llama, graba o reproduce imágenes, videos, audio, mensajes, correos, etc. y con prestaciones para un amplio radio de acción y alta velocidad de transmisión. Las NTIC montadas en una sinergia combinada de la informática, cibernética, nanotecnología, biotecnología, robótica, automatización y ciencias cognitivas están adentrándose en un nuevo nivel de convergencia de los elementos mecánicos y los biológicos. O sea, están pisando los talones a la ciencia ficción que en filmes futuristas ya hemos consumido en nuestra TV y reproductores de DVD.
Desde el punto de vista ideológico, cultural, las NTIC han impactado en la psicología de masas, en la Opinión pública, en los individuos, en sus hábitos, conductas y modos de pensar. Las generaciones actuales están signadas por el patrón tecnológico de la época, recurriendo siempre a la idea de que "el hombre se parece más a su época que a sus padres", los jóvenes de hoy, una generación "audiovisual" reclaman con sano derecho el tener su Nintendo o PlayStation o celular o su laptop o Tablets para estar a la altura de la modernidad.
Desde hace varios años se ha desatado una carrera imperial por el control de la Información y las Comunicaciones, comenzando por los EE.UU. seguida de Europa y demás países del anillo del desarrollo.
Estas concepciones recibirían un impulso notable con la administración de George W. Bush después de la redefinición de la Estrategia de Seguridad de los EE.UU. posterior a los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001 a cuya sazón su Secretario de Defensa, D. Rumsfeld declarara que "Internet es el nuevo escenario de batalla". Y en el 2006, se crea la "Global Internet Freedom Task Force" (Grupo de Tarea para la Libertad Global de la Red) una organización multiagencias subordinada al Departamento de Estado (bajo indicaciones de su Secretaria, Condoleezza Rice) para monitorear y sabotear el acceso informático en China, Irán y Cuba.
Ya con anterioridad la "Ley Patriota" del 2004 permitió la integración de 15 agencias (bajo la dirección del Secretario de Inteligencia nacional) con el mandato de "desarrollar herramientas informáticas potentes capaces de acceder y procesar enorme cantidad de información sobre personas y entidades de interés para la comunidad de inteligencia" y esto, por supuesto, obligaba a los proveedores de servicios de comunicaciones a dejar "puertas traseras" en sus diseños para la interceptación de datos, voz y textos con lo que quedaron implicadas las grandes corporaciones productoras de equipos, componentes sistemas y aplicaciones como: Microsoft, IBM, Oracle, Macintosh ,Intel, AMD, Yahoo, Google, Cisco, Apple, entre otras.
El sistema ECHELON merece una mención distinguida, pues este sistema se considera la mayor red de espionaje, análisis e interceptación de las comunicaciones del mundo. Comenzó por la comunidad UKUSA (EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Australia y N. Zelanda) y puede capturar comunicaciones de radio, telefonía normal y satelital, fax y correos electrónicos a razón de unas mil millones de comunicaciones por hora. En el 2001 se hizo pública su existencia pero esto no impide que se beneficien de el las comunidades de inteligencia de casi todos los países europeos y los integrantes iniciales.
Ante estas realidades, la ciberguerra, nos guste o no, está presente en nuestra realidad, una realidad bombardeada incesantemente con productos culturales alucinantes que Occidente nos impone invocando constantemente "los peligros" del ciberterrorismo, de lo apocalíptico de sus consecuencias y por tanto la necesidad de combatirlo. El control imperial sobre la Información y las Comunicaciones es la modalidad moderna de una práctica opresora capitalista de siempre: limitar la democracia, los derechos ciudadanos, la libertad personal y lograr ampliar sus poderes para desarticular los procesos progresistas, revolucionarios, manipular la opinión pública subvertir todo cuanto se le oponga.
Haciendo un balance de todos los elementos anteriormente señalados es evidente el peso otorgado por la administración Obama a desplegar la variante tecnológica de la Información y las Comunicaciones en su accionar en la esfera ideológica para lograr los "cambios" que ellos esperan en la sociedad cubana. Los esfuerzos son constantes y el financiamiento incrementado, por lo que resulta particularmente interesante que en las partidas presupuestadas del Departamento de Estado dedicado al capítulo Cuba desde hace varios años dedican más recursos al "desarrollo proyectos de la Sociedad Civil" que los que dedicaba antes a "los Derechos Humanos". Pero estas son cifras públicas las reales no salen a la luz; pero el monto total durante todos estos años de la administración Obama es superior a los 160 millones de dólares, cifra que supera con creces a la administración Bush.
Si como sentenciara nuestro Apóstol: "De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento". (Carta a Benjamín Guerra y Gonzalo de Quesada, Cabo Haitiano, 10 – abril – 1895). Nadie piense que nos enfrentaremos a las NTIC, sino todo lo contrario, las usaremos también como armas: a la ciberguerra enfrentaremos la ciberdefensa y la ciberofensiva en defensa de la Revolución, de nuestra dignidad, de nuestra patria.
Aún tiene que perfeccionarse y expandirse nuestra presencia en las Redes Sociales. La blogosfera, Facebook, Twitter, etc. son también nuestro escenario de combate, ejemplo de ello nos lo dio el Comandante Supremo de Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, uno de los "twittero" mayor seguidos del mundo, por 2 millones de contactos.
Hoy los enemigos refuerzan su accionar con medidas dirigidas a la esfera ideológica-cultural con más fuerza, para socavar en diferentes sectores de nuestra sociedad la confianza hacia la Revolución, utilizan cuanta habilidad para mutar los conceptos que siempre han presidido las acciones revolucionarias y progresistas para sembrar dudas, confusión, en un ataque a fondo a nuestros valores identitarios. Junto a los "nuevos disidentes u opositores" están los grupúsculos de siempre-cada vez más similares-los mismos instrumentos de agresión y ofensas: el bloqueo recrudecido, las acciones encubiertas, el estímulo a la emigración ilegal, las inclusiones de Cuba en sus "listas" como patrocinador del terrorismo y violación de los Derechos Humanos. Los agoreros del imperio no cesan de "cacarear" la necesidad de "Transición a la Democracia" de los estados revolucionarios o progresistas que les molestan, los acusan de "totalitarios o autoritarios" o cuantos renombres denigrantes puedan propagandizar gracias a su dominio mediático a través de las grandes transnacionales de la Información y las Comunicaciones para conformar una realidad virtual que se separa de la realidad misma. Siempre encuentran quienes sucumben a su mundo de consumismo y se prestan como mercenarios a los propósitos imperiales. La estrategia de la administración Obama no está contenida en un documento programático, pero sigue dirigida por los mismos objetivos de las 10 administraciones anteriores en su afán de derrocar la Revolución cubana. Por eso, aunque Obama se muestre más inclinado a la explotación de las NTIC, a buscar variantes para levantar una "nueva disidencia" (que no es tal) no renuncia a mantener e incrementar todas las acciones e instrumentos de agresión ensayadas desde hace más de 55 años. Su invocación a la transición no es como progreso sino como reacción.
Como apunta Balmori Rodríguez, se puede y se debe discutir y conceptualizar acerca de la transición socialista que aún es terreno imprescindible en la teoría y en la práctica[82]por lo que implica en la construcción y transformación hacia una nueva sociedad diferente a la capitalista y más que un desafío, es una necesidad, incluso, que es más importante en su extensión genérica, en el Socialismo, en general, no sólo para experiencias concretas, ni siquiera sólo para el proyecto socialista cubano, porque no podemos pensar el socialismo cubano sin mirar al mundo: en sus interrelaciones que nos influyen y condicionan; en nuestra incansable e inacabable enfrentamiento al imperialismo y las estrategias que nos instrumenta; en el fabuloso momento histórico que vive hoy la América Latina que nos implica y contamina; en el espectacular empuje de insignes actores del socialismo asiático y en la globalidad cambiante y amenazante que nos interconecta. No encajamos en los códigos de la "transitología" anunciada y hoy tan en boga, aunque sí en los de la transición socialista, y que para muchos ha sido una sola, con más de cinco décadas, pero con la definición del Comandante en Jefe de que "Revolución es sentido del momento histórico", hoy estamos abocados a necesidades de cambios, de nuevos elementos reguladores éticos, políticos, jurídicos, sociales y económicos que se ajusten a las condicionantes de estos tiempos, por lo que nuestra transición socialista no ha terminado. Podríamos entonces reiterar la interrogante: ¿"Transición" hacia dónde?
PARTE IV:
CREAR EL HOMBRE NUEVO DEL SIGLO XXI NOSOTROS MISMOS.
Para Ernesto Che Guevara el revolucionario verdadero debe estar guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Se ha de tener una gran dosis de humanidad, de sentido de la justicia y de la verdad, para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todo ello es imprescindible para la formación de los hombres y mujeres nuevos del siglo XXI, contra los cuales se dirige la guerra cultural imperialista.
El concepto guevariano de hombre nuevo resume el sentido socialista de la relación entre lo individual y lo colectivo, y expresa en síntesis la nueva cultura revolucionaria.
Como expresa en "El Socialismo y el Hombre en Cuba": "Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la Revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes".[83]
El hombre nuevo que reclamaba el Che no es una caricatura humana: un robot sin sentimientos negativos. No es un ídolo, es un ideal concreto. Se refiere sobre todo, a un nuevo tipo de relaciones humanas en construcción.[84] Es la concreción del ideal de Capital Humano, definido por Fidel.
Nuestro socialismo enfatiza el sentido humanista, lo que presupone también, como condición, el desarrollo múltiple de la individualidad, mientras que el capitalismo estimula la libre interacción de los intereses personales. La absolutización de lo personal reduce la proyección individual al individualismo.
No se trata del "superhombre" descrito en sus obras por el filósofo alemán F. Nietzsche, ni el personaje de probeta (cuerpo perfecto, mente superdotada, conocimientos enciclopédicos, sentimientos puros) que encarnaba Arnold Schwarzenegger en la comedia Los gemelos golpean dos veces (1988). No es un ser genéticamente puro, porque la pureza no existe y la vida está plagada de contradicciones. Vivir es un acto dialéctico y político. Modelos de esa cultura nueva lo constituyen nuestros Cinco Héroes, quienes han sufrido la prisión en las cárceles norteamericanas, hombres que pasaban inadvertidos en la cotidianidad de una Revolución.
Tal como advierte Enrique Ubieta el heroísmo que se socializa, individual y a la vez colectivo, es una de las primeras manifestaciones de esa nueva cultura. Es heroico hacer dejación de intereses vocacionales y dedicar años de vida a la anónima enseñanza primaria o secundaria, a solicitud de la Revolución, si ese acto es voluntario y consciente. Por lo general, en esos casos, la verdadera vocación del individuo es la de revolucionario. Es un sacrificio desgarrador, sin embargo, si esa decisión se toma por compulsión, en contra de los deseos íntimos. Lo óptimo, desde la perspectiva socialista, es que el individuo abrace su vocación y se realice en ella, para entregarle a la sociedad su plenitud profesional y humana.
Las leyes del capitalismo, gráciles e invisibles, penetran en las mentes y el corazón de las personas y actúan sobre el individuo sin que este se percate. Esa es la esencia de la guerra cultural imperialista actual.
En este contexto global, debemos reconocer la cualidad de que la formación de ese ser humano nuevo es aún un producto no acabado, que está en formación; y como alertara tempranamente el Che: "El socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales".[85]
El camino continuará siendo largo, lleno de dificultades, y desconocido en parte. Hemos asumido la actualización de nuestro modelo económico y social en pos del socialismo próspero y sustentable que necesitamos, donde "( ) simultáneamente con la base material hay que hacer el hombre nuevo". [86]La sostenibilidad de la nación no solo está en el desarrollo de la economía, sino también en la cultura y en los valores, que son la esencia. Como en todas las etapas de la lucha revolucionaria la arcilla fundamental de esta obra continuará siendo la juventud.
ENALTECER LA CULTURA DEL SER.
El capitalismo valoriza la calidad de nuestras vidas según la cantidad de dinero o de recursos que posea el individuo; la Revolución ofrece una nueva perspectiva: una vida es más plena si el individuo es protagonista de ella, de los acontecimientos de la época que le toca vivir. Pero ser objeto es cómodo, ser sujeto requiere esfuerzo. El capitalismo se reproduce sin explicaciones, el socialismo necesita explicarse hasta la saciedad. Mucho es lo que hay que explicar por lo que corremos el riesgo, a veces, de caer en el cacareado teque, como llaman los cubanos al discurso esquemático, repetitivo, hecho de consignas abstractas. Y los jóvenes, por lo general, suelen cansarse de explicaciones que no se renuevan, que se apoyan en temas manidos y gastados.
Nuestros padres hicieron una Revolución para solucionar radicalmente grandes problemas colectivos que impedían la realización individual de todos y cada uno de los cubanos. La Revolución debe proponerse ahora una tarea aún más difícil y revolucionaria (en condiciones adversas, de bloqueo y asfixia económica), que la defensa del interés personal sea u interés colectivo. Hay que intentarlo, aunque ninguna sociedad lo ha logrado del todo.
El reto que debe enfrentar es enorme: no puede ofrecerle al joven grandes salarios, pero puede propiciarle una realización espiritual, si sabemos reorientar y fortalecer la espiritualidad social. Un cubano puede ser protagonista de su vida y de la sociedad en que vive. Puede hacer coincidir el sentido de su vida con el de su sociedad y su época. Puede ser un ser humano útil.
En el socialismo como decía el Che, "se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad". [87]
La sociedad cubana es hoy más diversa. Lo es, porque ha elevado e individualizado los niveles de instrucción y salud, así como las expectativas y las necesidades espirituales de sus ciudadanos. Ello constituye un triunfo y un reto: es necesario la inclusión de cada individualidad en el proceso de reproducción de las conquistas sociales que le dieron origen.
Si un individuo centra los esfuerzos de su vida en ser, no en tener, y consigue un espacio intransferible, personal, de felicidad, que es participar; que es ser útil; si rechaza la oferta de hacerse millonario no por falsos compromisos, sino porque le importe más (porque lo haga más feliz) pertenecer a una colectividad que se empina sobre la historia e intenta rehacer, desde la racionalidad, el mundo de todos; si sus decisiones no son colectivas sino personales, aunque se acompañen de las de muchos otros coetáneos, nos estaremos acercando al paradigma del ser humano nuevo que estos tiempos demandan.
El Doctor Armando Hart Dávalos nos invita una vez más a la reflexión: "Si la felicidad es la aspiración de todos los hombres, enseñémosla a partir de un principio filosófico que la concibe como un ideal supremo de los procesos de cambio".[88]
Si es capaz de compartir las precarias condiciones de vida de otros seres humanos, de arriesgar incluso la suya, en misiones internacionalistas o en las tareas cotidianas, ¿no se trata de un Capital Humano forjado por el Socialismo? Siempre habrá ejemplos de altruismo y de mezquindad en las sociedades humanas, pero se trata de precisar cuál es la orientación, el sentido de la alternativa que se escoge: el capitalismo o el socialismo. Ambas tendencias se hallarán siempre en lucha ideológica dentro de la propia sociedad socialista, dentro de cada individuo incluso; de cuál de ellas venza dependerá sus destino, la victoria o la derrota del proyecto solidario.
El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba estuvo centrado en la definición de las políticas macroeconómicas y sociales del país, pero explicitó a su vez cuáles eran las coordenadas del trabajo cultural: el estímulo social a la individualidad socialista. La guerra es: individualismo burgués o individualidad socialista. No hay alternativa.
En este contexto es importante traer a colación las palabras, en la clausura del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, expresadas por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, quien nos adelantaba que "Hoy más que nunca se requieren cuadros capaces de llevar a cabo una labor ideológica efectiva..
La juventud cubana está llamada a tomar el relevo de la generación fundadora de la Revolución y para conducir la gran fuerza de las masas requiere de una vanguardia que convenza y movilice, a partir de la autoridad que emana del ejemplo personal, encabezada por dirigentes firmes, capaces y prestigiosos, líderes de verdad, no improvisados, que hayan pasado por la insustituible forja de la clase obrera, en cuyo seno se cultivan los valores más genuinos de un revolucionario. La vida nos ha demostrado con elocuencia el peligro de violar ese principio".
EL CONOCIMIENTO Y EL RESPETO DE LA HISTORIA.
" para que PERDURASE y VALIESE
para que INSPIRASE y FORTALECIESE,
se debía escribir la HISTORIA".[89]
José Martí
Ante los embates de la guerra cultural imperialista, es necesario estimular de manera permanente el debate ideológico y la polémica, la capacidad de análisis crítico, comprometido y revolucionario, así como el conocimiento y respeto de la historia, que es la base de la cultura política del ciudadano.
El 17 de noviembre de 2005 desde la histórica Aula Magna de la Universidad de la Habana, en un campanazo de alerta a todos los cubanos, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz reflexionaba sobre el futuro de la Revolución y la responsabilidad de las nuevas generaciones en preservarla:
"Les hice una pregunta, compañeros estudiantes, que no he olvidado, ni mucho menos, y pretendo que ustedes no la olviden nunca, pero es la pregunta que dejo ahí ante las experiencias históricas que se han conocido, y les pido a todos, sin excepción que reflexionen: ¿Puede ser o no irreversible un proceso revolucionario? Cuando los que fueron de los primeros, los veteranos, vayan desapareciendo y dando lugar a nuevas generaciones de líderes, ¿qué hacer y cómo hacerlo? Si nosotros al fin y al cabo, hemos sido testigos de muchos errores, y ni cuenta nos dimos".[90]
¿Qué hacer y cómo hacerlo? ha sido la convocatoria permanente en todos estos años por la máxima dirección de la Revolución y el Partido. La mejor manera de enfrentar los retos que los albores del Siglo XXI han puesto ante nosotros es precisamente- como señalara el Doctor Armando Hart Dávalos- profundizando y enriqueciendo la conciencia histórica.
Es necesario estimular el pensamiento junto a los sentimientos, formular nuevas interrogantes como antídoto principal ante la vaga memorización, la verbosidad estéril, las consignas vacías, los recetarios de hechos y cronologías que no remueven las emociones de nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Debemos reformular conceptos pedagógicos, de manera que los objetivos propuestos estén en consonancia con las exigencias de nuestra sociedad y los desafíos de la contemporaneidad. Estamos obligados a preservar la memoria histórica de nuestro pueblo y a trasmitir ese legado de generación en generación.
El conocimiento de la Historia de Cuba hay que alcanzarlo, no para vencer una comprobación en la clase, sino para unir mente y corazón en un solo sentimiento durante la vida. Escudriñar de manera creadora y atractiva cada enseñanza, revelar los valores, sacrificios, aciertos y desaciertos contribuye, mas que relatar lo pretérito, a extraer todas las lecciones, para no cometer los errores anteriores, si tenemos en cuenta que pasado y futuro se entrelazan en un eterno presente.
Para ello el maestro, como conocemos, debe ser un permanente investigador de la historia con todo el rigor científico, y no basta con esto; es necesario vivirla, sentirla y amarla. Nadie puede trasladar lo que no conoce y mucho menos lo que no siente. Este profesional, como activista por excelencia de la política de nuestro Partido, debe trabajar con la memoria de la nación, por eso es vital desentrañar las esencias más profundas a lo largo del devenir revolucionario hasta nuestros días. La Historia Patria es preciso enseñarla al ritmo de la vida misma, con toda la objetividad, transitando por los valores y errores de los seres humanos que la protagonizan, con sus conflictos, contradicciones, luces y sombras; profundizando en lo trascendente, en lo que nos distingue como cubanos, reencontrándonos en sentimientos, actitudes y comportamientos consecuentemente revolucionarios.
Como dijera Fidel en el Centenario del Inicio de nuestras luchas por la Independencia: "Nada nos enseñará mejor a comprender lo que es una revolución, nada nos enseñará mejor a comprender el proceso que constituye una revolución, nada nos enseñará mejor a entender qué quiere decir revolución, que el análisis de la historia de nuestro país, que el estudio de la historia de nuestro pueblo y de las raíces revolucionarias de nuestro pueblo".[91]
No podemos soslayar que todas las disciplinas contribuyen a la formación científica- política- ideológica. No obstante, es incuestionable que el estudio de la historia cultiva sentimientos patrióticos, cívicos, humanitarios, de amor al trabajo y al progreso, de intransigencia clasista entre otros.
La escuela asume el deber de llevar a niños, adolescentes y jóvenes- por medio de la historia- las tradiciones patrióticas, el amor y respeto hacia el proletariado, la importancia de la unidad de la nación. La clase de historia[92]debe contribuir a formar y fortalecer en las nuevas generaciones el concepto de que nuestro presente revolucionario es herencia legítima del desarrollo histórico del país, es decir, no es producto de ideas ajenas impuestas o importadas, y que en nuestro proceso las doctrinas martianas, marxistas- leninistas, las enseñanzas creadoras y el ejemplo de Fidel, se complementan como componentes esenciales de la Ideología de la Revolución Cubana.
Una verdadera clase de historia tiene que contribuir necesariamente a formar sentimientos morales y patrióticos. Esta debe estar llena de vida, hacer que nuestros niños y jóvenes piensen y sientan como los grandes hombres y mujeres de nuestro país "( ) que sufran con sus derrotas y gocen con sus triunfos ( )"[93], que se emocionen con las hazañas de nuestros héroes, en fin, que admiren la historia de su patria.
Es necesario acentuar además, la importancia de la vinculación de su enseñanza con la historia local para un mejor conocimiento y asimilación de la nacional, porque allí está la porción de patria más cercana donde confluyen diversidad de vivencias y experiencias que debemos tener en cuenta. Constituye esta actividad, entre otras, una manera concreta de establecer el vínculo de la teoría con la práctica. Además, emplear como parte del contenido, el contexto comunitario, refuerza las costumbres, tradiciones e identidad.
Por la importancia que tiene la historia en la formación de una conciencia nacional patriótica y revolucionaria, el maestro debe conocerla profundamente, amarla y defenderla. Sin embargo esto no es suficiente, para impartir correctamente la disciplina se debe poseer una amplia y cuidadosa preparación científico- metodológica, sin caer en formalismo ni esquematismos que obnubilen lo viviente y poético de la historia.
Solo a partir de un estudio profundo de la Historia de Cuba maestros y estudiantes estaremos en condiciones de demostrar cuatro ideas básicas[94]o hilos conductores:
El carácter histórico de la actitud, intenciones y acciones de los círculos de poder de los Estados Unidos para apoderarse de Cuba, impedir su independencia y soberanía y, a partir de 1959, intentar destruir la Revolución. El carácter histórico de la actitud del pueblo cubano y sus figuras representativas en el enfrentamiento a esas intenciones y acciones a lo largo de la historia.
Que la Revolución Cubana es una sola como proceso histórico desde 1868 hasta nuestros días.
Lo que ha significado la unidad o falta de ella, a lo largo de las luchas del pueblo cubano por la independencia y la revolución social.
La necesidad histórica del socialismo y la labor desempeñada en la lucha por su realización por el liderazgo revolucionario, en particular, el del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Precisamente el máximo líder de la Revolución Cubana en el Programa del Moncada reconoce la influencia de la enseñanza de la historia en la formación de los sentimientos patrios:
"( ) Vivimos orgullosos de la historia de nuestra Patria; la aprendimos en la escuela ( ) Se nos enseñó a venerar desde temprano el ejemplo glorioso de nuestros héroes y de nuestros mártires. Céspedes, Agramonte, Maceo, Gómez y Martí fueron los primeros nombres que se grabaron en nuestro cerebro; se nos enseñó que el Titán había dicho que la libertad no se mendiga sino que se conquista con el filo del machete ( ) Se nos enseñó que el 10 de octubre y el 24 de febrero son efemérides gloriosas y de regocijo patrio porque marcan los días en que los cubanos se rebelaron contra el yugo de la infame tiranía; se nos enseñó a querer y defender la hermosa bandera de la estrella solitaria y a cantar todas las tardes, un himno cuyos versos dicen que vivir en cadenas es vivir en afrenta y oprobio sumidos, y que morir por la patria es vivir".[95]
La Historia de Cuba es además un manantial inagotable de valores[96]que pueden y deben ser trasmitidos. Estudiar la historia es una forma de adquirir valores y de inspiración revolucionaria. Estudiarla a fondo es quizás- como ha reiterado Fidel- el instrumento más extraordinario de que dispongamos para transmitir valores, sentimientos patrióticos, sentimientos revolucionarios, sentimientos heroicos.
En ese sentido debemos subrayar que esta patria cuenta con el singular privilegio de disponer de uno de los más ricos tesoros políticos, de las más valiosas fuentes de educación y conocimientos para nuestra juventud: el Pensamiento y la extraordinaria Obra de José Martí.
La enseñanza de la historia debe incidir decisivamente en la educación político- ideológica de niños, adolescentes y jóvenes, en correspondencia con los Lineamientos y Objetivos del Partido y la Revolución, logrando entre otros aspectos:
Desarrollar la labor política e ideológica de manera diferenciada,
personalizada y continua,
a partir de las especificidades de cada lugar,
con la utilización de métodos, formas y vías de comunicación más diversas y eficaces.
Todo lo anterior contribuirá, sin improvisación y con objetividad, a formar valores y convicciones, de manera que las nuevas generaciones tengan el máximo de conciencia de su papel, de lo que pueden hacer por su país, por la Revolución, y por su futuro, "que sepan beber de la historia; sepan alimentarse de la gloria de nuestra patria, de sus tradiciones, de sus valores, como se alimentan los niños del pecho de las madres".[97]
Sin la Historia de Cuba no podría concebirse nuestra Ideología como la doctrina acerca de la independencia nacional, el antimperialismo, latinoamericanismo, la emancipación social y la dignificación del hombre, que encuentra mediante el marxismo– leninismo la expresión más alta y acabada, trascendiéndolo y enriqueciéndolo. La Ideología de la Revolución Cubana[98]es un producto histórico cultural que se ha ido desarrollando dialécticamente junto con el desarrollo mismo de nuestra nacionalidad.
El conocimiento de la historia debe alcanzarse desde la cultura, logrando enseñar a pensar y a defender ideas y procesos imprescindibles en la educación de nuestra juventud. Solo la cultura nos permitirá la comprensión de los complejos problemas y desafíos de la era contemporánea; esa cultura que en el pensamiento martiano se resume " sutil como el aire y más vaporosa que visible, es como un perfume"; la cultura también ha sido un modo esencial de hacer Patria. Hoy más que nunca se requiere rescatar la espiritualidad del ser humano y los valores universales forjados durante siglos. De la educación dependerá la salvación de nuestra especie y el futuro de la Humanidad. Es necesario que desde la historia recorramos los caminos de la razón y el corazón, es decir, los caminos de la Revolución.
La Historia de Cuba en los últimos 145 años es la de la lucha por preservar la identidad e independencia nacionales, y la historia de la evolución del imperio de Estados Unidos, su constante pretensión de apropiarse de Cuba y los horrendos métodos que hoy utiliza para mantener el dominio del mundo. Es la historia- como ha señalado Fidel- de la isla independiente frente al imperio voraz, de David contra Goliat. Es por eso que las nuevas generaciones no pueden olvidar y deben conocer hechos muy importantes y decisivos en el destino de nuestra patria.
Enseñar la Historia es hacer Revolución porque nuestro proceso es unidad y síntesis de lo histórico, lo presente y lo futuro. La enseñanza de la historia es también, garantía de la continuidad de nuestra Obra. Debemos lograr que los más jóvenes no aprecien fronteras infranqueables con los hechos históricos, que no les parezcan lejanos, que no vean a los héroes y mártires como algo inalcanzable, que quieran parecerse a ellos, no por imitación sino por convicción. Una juventud que aprenda por sí misma a ser revolucionaria, que desarrolle plenamente su pensamiento y acción, que no le falte nunca la utopía, que sea digna de vivir esta hora solemne de la Patria.
No olvidemos jamás la irrefutable idea de nuestro Héroe Nacional José Martí que resume el por qué Historia y Revolución son inseparables: "De amar las glorias pasadas, se sacan fuerzas para adquirir las glorias nuevas".[99]
LA FORMACIÓN DE LA CULTURA POLÍTICA DE NUESTRA JUVENTUD.
Vivimos un momento excepcional de la historia humana y de la larga evolución natural de nuestra especie, donde la aseveración martiana de que "Patria es Humanidad" cobra más vigencia que nunca. En este especial contexto, en el que nuestro país se renueva para construir un socialismo próspero y sustentable, la formación de la Cultura Política de las nuevas generaciones es una necesidad insoslayable.
José Martí, el más genial y universal de los cubanos, nos enseñó que " la madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus vicios, es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura".[100] También nos advirtió de que "La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna, de adecuarse al momento presente sin que la adecuación cueste el sacrificio o la merma del ideal que se persigue, de cejar para tomar empuje, de caer sobre el enemigo antes que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada".
En tiempos más contemporáneos, siguiendo la prédica martiana, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz aporta que "Una revolución solo puede ser hija de la cultura y de las ideas" y que "la cultura es el escudo y la espada de la nación"; mientras que "la política es un arte, debe tener mucho de creación, de imaginación; es el arte de buscar soluciones a problemas difíciles ( ) es el arte, diríamos, de una creación incesante, infinita, porque en ese terreno no hay nada absolutamente aislado".
Estos conceptos abordados en épocas diferentes vienen de una raíz común y demuestran con sobrada elocuencia que cultura y política son términos inseparables en la Ideología de la Revolución Cubana.
La cultura política es parte esencial de la cultura general integral. El proceso de formación de la cultura política está unido al desenvolvimiento social que tiene el ser humano desde su nacimiento, donde desempeñan un papel cardinal los niveles de influencia que ejercen la familia, la comunidad y la escuela en la definición y exaltación del sistema de ideas axiológicas, históricas, patrióticas y políticas que van a dar fundamento a sus comportamientos. Quizás por ello Ernesto Che Guevara definiría en el pasado siglo que "La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela".[101]
La cultura política designa aquellos comportamientos que, sustentados en el conocimiento de los principios y leyes de la realidad, permiten, una vez concientizados, comprender los problemas y las contradicciones que en ella se manifiestan para, con la activa participación transformadora, lograr el mejoramiento de la sociedad en que se vive.[102]
La enseñanza- aprendizaje de la cultura política tiene como finalidad, promover desde sus objetivos, contenidos y sistema de actividades, la reorientación, profundización y consolidación de una concepción ideológica de la Revolución, que acorde a la ciencia y a la realidad, sea incorporada y asumida, derivando en comportamientos consecuentemente revolucionarios.
El Programa de Cultura Política, asume como basamento teórico- metodológico al marxismo en su carácter de ciencia integradora que penetra todas las esferas de la vida material y espiritual, contribuyendo a la formación humanista e interdisciplinaria de los egresados del nivel medio superior.
La tarea consiste en sintetizar creadoramente, sobre la base de las categorías, principios y regularidades didácticas, los procesos de la enseñanza- aprendizaje de la Cultura Política: elementos del contenido, método y su naturaleza humanista y humanística (epistemología) en función de las particularidades de alumnos y docentes (psicología), teniendo en cuenta las características del contexto social (sociología) y del currículo escolar (teoría del currículo).[103]
Las clases de Cultura Política deben convertirse en escenarios propicios para enseñar a los jóvenes en pensar, sentir y actuar. En otras palabras, no basta con instruir, hay que sembrar valores, desarrollar sentimientos, y transformar integralmente al individuo.
En función de ello es necesario revelar en los estudiantes:
El conocimiento y la comprensión de las diferentes concepciones de pensamiento e ideología, según posiciones histórico- concretas y socioclasistas.
Los núcleos esenciales del Marxismo- Leninismo y su lugar en la Ideología de la Revolución Cubana.
Los rasgos que definen la época actual en que se vive, sus problemas y contradicciones esenciales.
El proceso de la Revolución Cubana y la valoración crítica, a partir de su necesidad, aspiración, construcción, aciertos, desaciertos y retos en la disyuntiva actual en que se desarrolla.
Para el alcance de tales propósitos es imprescindible la preparación integral de los profesores que asumen este enorme reto, en el escenario de la globalización neoliberal y de la guerra cultural imperialista; fenómenos que impactan inevitablemente en los más jóvenes. "De los responsables de la educación política se demandarán mayores conocimientos que nunca de la historia y la economía, precisamente por la complejidad de su trabajo".[104]
La enseñanza de la Cultura Política implica, por tanto, dominio del sistema de conocimientos, pero además de métodos y concepciones, los cuales permiten identificar y comprender la realidad en que se vive para aplicar con sabia responsabilidad ciudadana lo aprendido.
El sistema de conocimientos de la asignatura Cultura Política ofrece las potencialidades para satisfacer las aspiraciones sociales, de programa y de clase desde la óptica axiológica, humanística, humanista e interdisciplinaria. Las posibilidades que brinda para el conocimiento de épocas históricas y personalidades relevantes de diversos ámbitos del saber, permite desarrollar un profundo universo cultural, facilita la relación intermaterias y tributa a la formación ideopolítica y de valores.
Coincidiendo con el criterio de que: "La cultura es para la sociedad lo que la experiencia es para el individuo. El conocimiento de la cultura universal que proporciona la asignatura Cultura Política permite orientar mejor nuestras acciones. El pensamiento humano universal es una reelaboración de la experiencia de la sociedad, que aporta importantes instrumentos de acción social. En la medida que sea capaz de comprender toda su complejidad y sus diversos matices, la comprensión del presente será más clara".[105]
Para ello es necesario esforzarse por el máximo de calidad y asumir formas novedosas para que el desarrollo de la conciencia, la cultura general integral, la relación escuela- familia y la atención diferenciada de cada alumno queden garantizados.
En los sistemas de clases y las acciones emanadas del proceso docente- educativo se debe ponderar el estudio independiente, fomentar la creatividad de los estudiantes, el uso de medios audiovisuales, la solución de problemáticas, valoraciones sobre hechos, procesos, tendencias, y personalidades. La clase de Cultura Política debe contribuir a abrir el horizonte de conocimientos de los alumnos y comprobar sistemáticamente como estos asumen los ideales y comportamientos revolucionarios.
No debe soslayarse que el estudio en el nivel preuniversitario transcurre en momentos cruciales de la vida del estudiante: el tránsito de la adolescencia a la juventud, el advenimiento del ciudadano activo, consciente no solo de lo que le rodea, sino también de sí mismo. La actividad intelectual de estos estudiantes se caracteriza por el predominio del razonamiento y del pensamiento independiente y creador.
En ese sentido el profesor debe conocer pormenorizadamente la realidad que circunda a cada alumno, además de constituir un comunicador por excelencia, capaz de persuadir, convencer y de educar a los jóvenes para la vida.
La enseñanza de la cultura política debe contribuir decisivamente a reafirmar nuestra tradición revolucionaria, donde existe una clarísima vocación hacia la acción social y política, y hacia la búsqueda de la práctica como su principio esencial. La cubanía está marcada por un interés hacia la unión entre la idea y los hechos y hacia las realizaciones concretas de transformación social y política y de liberación humana.
Como lo previó Martí en "Nuestra América": "Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación".
EL TEMA DE LA GUERRA CULTURAL EN LA ENSEÑANZA DE LA CULTURA POLÍTICA.
Entre los pilares teóricos- conceptuales y prácticos que sustentan el proceso de enseñanza – aprendizaje de la Cultura Política en el Nivel Medio Superior, se destacan la necesidad de conocer y discernir las diferentes y principales concepciones de pensamiento e ideología, según posiciones históricas concretas y socioclasistas, así como los rasgos que definen la época actual en la que se vive, sus problemas y contradicciones esenciales.
Teniendo en cuenta estos postulados, es inobjetable señalar que el fenómeno de la guerra cultural es histórico porque el mismo ha estado presente a lo largo del devenir de la humanidad en múltiples manifestaciones ideológicas a través de los siglos, respondiendo a los intereses de determinadas clases sociales y fundamentalmente de los grandes imperios. También es preciso apuntar que dicho fenómeno es en la actualidad un componente esencial de la estrategia imperialista y capitalista de dominación global.
Si analizamos los intereses de las clases dominantes sobre los oprimidos, la lucha de clases, la monopolización del conocimiento y de la cultura para la manipulación y la dominación, y las estrategias de los imperios para subsistir en el tiempo, entre otros elementos, concluimos que la guerra cultural ha constituido siempre el instrumento ideológico por excelencia de las clases explotadoras. Así ocurrió, por ejemplo, con los grandes imperios de la antigüedad, posteriormente en la edad media, y luego en el fascismo.
El desarrollo del capitalismo contemporáneo muestra profundas contradicciones marcadas por la globalización como proceso objetivo que el imperialismo intenta inclinar a su favor a través de la fórmula neoliberal con graves consecuencias sociales, minando la identidad cultural de los pueblos y amenazando la existencia de la humanidad. En todo ello la guerra cultural se hace sentir con más agresividad que nunca antes.
La construcción social socialista constituye la solución definitiva a los problemas y contradicciones del mundo contemporáneo, la forma plena de emancipación social y dignificación humana y el logro de los ideales de desarrollo, justicia social y equidad para el mundo subdesarrollado; pero en función de estos propósitos nos corresponde prepararnos integralmente para enfrentar los embates de la guerra cultural imperialista y salir victoriosos.
Dicho todo esto, vale la pena insistir en la necesidad de concebir dentro del Programa de Cultura Política que se imparte en el Nivel Medio Superior el tratamiento específico al tema de la guerra cultural imperialista; la cual, en esencia, está dirigida a los niños, adolescentes y jóvenes, en cualquier parte del mundo.
Este tema pudiera estar presente en los contenidos que se imparten en las diferentes unidades del Programa de Cultura Política, puesto que los términos cultura y guerra; y de manera específica el de guerra cultural, han impactado en cada una de las épocas el pensamiento universal y la propia historia de la humanidad.
Tomando como base la experiencia del tratamiento a este tema durante las clases de Cultura Política con grupos de 3er año de la Escuela Pedagógica "Fulgencio Oroz Gómez", en La Habana, debo señalar que el mismo es asimilado con gran interés por parte de los estudiantes, sobre todo por su actualidad y relación con otras temáticas.
En el desarrollo de la Unidad 4: Características del mundo actual se ha definido también, partiendo de nuestra experiencia, el concepto de guerra cultural como la agresión imperialista a escala global por la manipulación y control de las mentes humanas y la imposición de los valores del capitalismo, dirigida fundamentalmente a los más jóvenes.
En esta misma unidad, cuando se explica la significación que ha tenido el derrumbe del campo socialista europeo y la URSS para la teoría y la práctica de la construcción del socialismo, se ha puesto especial énfasis en la decisiva influencia que tuvo la guerra cultural desatada por el capitalismo para asesinar el modelo eurosoviético.
También al caracterizar el impacto social de la revolución científica y tecnológica en los países desarrollados y subdesarrollados, así como al valorar la imposición de concepciones ideopolíticas y culturales hacia los países del tercer mundo desde los centros de poder imperialistas, se hace necesario una referencia obligada al fenómeno de la guerra cultural que se extiende a escala planetaria, en la macabra empresa de colonizar las mentes y corazones de miles de millones de personas.
En la Unidad 5: Retos y desafíos de la Humanidad es imprescindible explicar a los estudiantes que la guerra cultural es una de las grandes estrategias globales que utiliza el primer mundo para mantener subyugado al tercer mundo, valiéndose de diversos instrumentos tales como: el "golpe suave", "guerra no convencional", "la teoría de lucha no violenta", las llamadas "revoluciones de colores", entre otros.
Mientras que en la Unidad 6: Cuba en el mundo de hoy, al tratar el concepto de diversionismo ideológico, debe definirse también el de subversión política- ideológica; y sobre todo insistir en las nuevas modalidades de subversión contra nuestro país, y de manera específica contra los niños, adolescentes y jóvenes cubanos. También es importante analizar las estrategias revolucionarias que se implementan para el enfrentamiento a la guerra cultural.
Según nuestra modesta experiencia en la Escuela Pedagógica se han desarrollado clases prácticas, talleres y seminarios sobre el tema, actividades que son asumidas con elevado nivel de motivación por parte del estudiantado; también se han visualizado diversos materiales audiovisuales que contribuyen a una mejor comprensión de la temática abordada.
Entre los tópicos desarrollados para la profundización y consolidación de la temática se destacan los siguientes:
La CIA y la Guerra Fría Cultural.
La Subversión Política- Ideológica.
Revoluciones de Colores. (Golpe suave, Lucha no violenta).
La Guerra no convencional.
Proyecto Génesis contra las universidades.
Becas SINA para la manipulación de los estudiantes.
Plan Bush- Política Obama.
La ciberguerra secreta de Estados Unidos contra Cuba.
El mercado gran ideólogo del capitalismo.
El culto a la frivolidad.
La era de la visualidad y el ocultamiento de la realidad.
El Superhombre vs. Hombre Nuevo.
Para la impartición de esta temática el profesor debe realizar una profunda autopreparación y actualización de cada uno de los elementos, a partir de estar abordando un fenómeno muy actual que caracteriza la ideología capitalista e imperialista contemporánea. Se sugiere para ello apoyarse, entre otros textos, en los siguientes:
Acosta Matos, Eliades. Siglo XX: Intelectuales militantes. Ediciones Abril. La Habana, 2007.
_________________. Imperialismo del siglo XXI: Las Guerras Culturales. Ediciones Abril. La Habana, 2009.
Capote, Raúl Antonio. Enemigo. Editorial José Martí. La Habana, 2011.
Castro Espín, Alejandro. Imperio del terror. Editorial Capitán San Luis. La Habana, 2009.
Colectivo de autores. Intelectuales y artistas cubanos contra el fascismo. Mesa Redonda efectuada en los estudios de la Televisión Cubana el 14 de abril de 2003. Editora Política. La Habana, 2003.
_________________. Cultura y Neofascismo: Disidencias. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 2003.
_________________. Espacios Unitivos. Ediciones Abril. La Habana, 2007.
García Iturbe, Néstor y Felipe Sotolongo, Osvaldo. "Subversión político ideológica, Made In USA". Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 2012.
León Cotayo, Nicanor. El Plan Bush CUBA: MADE IN USA. Editorial Unicornio. La Habana, 2006.
Mendoza Portales, Lisette. Cultura y Valores hoy. Aproximaciones a un desafío. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2009.
Sánchez Espinosa, Iroel. Sospechas y disidencias. Una mirada cubana en la Red. Casa Editora Abril. La Habana, 2012.
Stonor Saunders, Frances. La CIA y la guerra fría cultural. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2003.
Ubieta Gómez, Enrique. Cuba: ¿revolución o reforma? Ediciones Abril. La Habana, 2012.
A partir de las vivencias acontecidas durante los diálogos sostenidos con los jóvenes sobre esta temática, se ha propuesto el texto "La guerra cultural, una afrenta contra la juventud", actualmente en proceso editorial. El mismo constará de cuatro partes fundamentales: Parte I: Definición y Evolución, Parte II: Globalización, Parte III: Subversión y Parte IV: Revolución.
Este libro está dedicado íntegramente a los jóvenes del Siglo XXI, porque es contra la juventud, en esencia, la sutil guerra cultural desatada por el imperialismo y los centros de poder que operan a escala global. En el mismo se analiza el fenómeno de las guerras culturales en su integralidad, los impactos de la globalización neoliberal, las nuevas modalidades de subversión político- ideológica, la guerra no convencional y las alternativas de respuestas a esta cruzada colonizadora desde una posición revolucionaria, con énfasis en la formación de la Cultura Política.
Es imprescindible además, trabajar con los discursos y reflexiones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el General de Ejército Raúl Castro Ruz y otros dirigentes de la Revolución, que han profundizado en los retos y desafíos que implica el enfrentamiento a la guerra cultural y a las estrategias de subversión político- ideológica imperialistas.
Las ideas básicas que sostienen la importancia del tratamiento a este tema, en el proceso de enseñanza- aprendizaje de la Cultura Política, fueron expresadas claramente por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el Acto Central por el 55 Aniversario de la Revolución, el 1ro de enero de 2014, en la ciudad de Santiago de Cuba:
"( ) Me refiero al reto que nos impone la permanente campaña de subversión político- ideológica concebida y dirigida desde los centros de poder global para recolonizar las mentes de los pueblos y anular sus aspiraciones de construir un mundo mejor".
"( ) En resumen, se afanan engañosamente en vender a los más jóvenes las supuestas ventajas de prescindir de ideologías y conciencia social, como si esos preceptos no representaran cabalmente los intereses de la clase dominante en el mundo capitalista. Con ello pretenden, además, inducir la ruptura entre la dirección histórica de la Revolución y las nuevas generaciones y promover incertidumbre y pesimismo de cara al futuro, todo ello con el marcado fin de desmantelar desde adentro el socialismo en Cuba".
"( ) Queda muchísimo trabajo por hacer. Para ello contamos con la pujanza y compromiso patriótico de la gran masa de intelectuales, artistas, profesores y maestros revolucionarios, así como con la firmeza de nuestros centros de investigaciones sociales, universidades y de su estudiantado, aún sin utilizar plenamente sus potencialidades.
Los empeños de diseminar ideas que niegan la vitalidad de los conceptos marxistas, leninistas y martianos, deberán contrarrestarse, entre otros medios, con una creativa conceptualización teórica del socialismo posible en las condiciones de Cuba, como única alternativa de igualdad y justicia para todos".
HACIA EL DIÁLOGO DE GENERACIONES.
El Doctor Armando Hart Dávalos ha venido insistiendo en la necesidad de seguir avanzando en el Diálogo de Generaciones, como garantía de la continuidad histórica de la Revolución; y como complemento indispensable de este, promover la participación de todos aquellos que han recibido experiencias en el desempeño de responsabilidades en diferentes esferas, durante la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI y de los jóvenes que están asumiendo o asumirán plenamente estas tareas hasta bien entrado el presente siglo.
El concepto Diálogo de Generaciones es resultado de un profundo estudio de la tradición revolucionaria cubana, de la trayectoria ascendente del pensamiento revolucionario cubano y de la acción práctica de figuras fundamentales en la formación y el desarrollo de la nación cubana, en especial del ideario de José Martí y Fidel Castro y de su enseñanzas, en particular las formas asumida para hacer política, organizar la guerra de independencia y posteriormente hacer la Revolución. Es el resultado igualmente de la historia acumulada en nuestro país, donde la juventud siempre ha asumido un papel protagónico en defensa de los intereses del pueblo y de la Patria; así como de la lógica consideración de que los procesos revolucionarios, para asegurar su continuidad, requieren preparar adecuadamente a las nuevas generaciones e impedir que se pierda la experiencia de las generaciones anteriores, al tiempo que afirmar la importancia de la memoria histórica.[106]
Esencialmente significa crear espacios de reflexión y debate sobre temas de interés de la juventud, canalizados a través de organizaciones juveniles y estudiantiles, asumidos y dirigidos en su integralidad por estas, y donde participen personalidades de la cultura, la ciencia, la economía, la política, la administración y otras áreas de la vida cubana e internacional, para favorecer un diálogo fructífero y enriquecedor entre las generaciones más jóvenes con representantes de otras que le antecedieron. Esto, sin lugar a dudas, constituye otra vía más para enfrentar la guerra cultural imperialista.
Bajo esos principios, se aspira a que los espacios de Diálogo de Generaciones se caractericen por ser abiertos, francos y profundos; que signifiquen una verdadera comunicación para beneficio de todos, que ayuden a identificar los principales intereses y preocupaciones de los jóvenes, que aporten a elevar el conocimiento de las nuevas generaciones y que favorezcan su formación integral.
El Diálogo de Generaciones favorece la convivencia cotidiana, constructiva y responsable, necesaria para el proyecto de nación al que aspiramos, y por el cual son ya varias las generaciones de cubanos que han consagrado su sacrificio sin límites y su esfuerzo heroico en los más diversos escenarios y aún en las más adversas circunstancias.
Los Diálogos de Generaciones, al decir de Hart, estarán signados por el legado de defensa de la unidad nacional, de la independencia y de la Revolución, donde se estimule la crítica, la sugerencia, la discusión y el debate sano y productivo, para aumentar la fortaleza en aras de trabajar por los objetivos estratégicos de nuestro proceso revolucionario y asegurar su continuidad.
Estos diálogos deben ayudar y afirmar la cultura del debate, incrementar el interés por conocer, recibir información y dialogar sobre asuntos que atañen a toda la sociedad, estimular la importancia de la memoria histórica, y constituirse en acciones adicionales y complementarias que, dirigidas por organizaciones juveniles y estudiantiles, se sumen de manera creativa a los esfuerzos de las autoridades educativas para fomentar y cultivar el hombre nuevo de formación integral, de vasta cultura y sensible a los problemas que afectan al desarrollo cubano y a la Humanidad en su conjunto.
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